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Tomando como punto de partida tenemos una definición típica de diccionario: “Destino:

Fuerza desconocida de la que se cree que actúa de forma inevitable sobre las personas y los
acontecimientos”
Asimismo, la filosofía tiene algo que decir con su teoría de la causalidad, afirmando: “Toda
acción conlleva una reacción, dos acciones iguales tendrán la misma reacción.” Haciendo
casi necesario que se cumplan dos condiciones para que A sea causa de B, estas son:
 Que A preceda a B en el tiempo.
 Que A y B estén relativamente próximos en el espacio y en el tiempo.
Sin embargo, la mitología griega nos aporta algo de sumo interés. Ananké, madre de las
Moiras, o parcas, y la personificación de la inevitabilidad, la necesidad, la compulsión y la
ineludibilidad. En la mitología romana era llamada Necessitas (‘necesidad’).
Según las bases anteriormente sentadas, se intentarán juzgar las acciones de Edipo sin tomar
ningún concepto actual de moral o derecho, solo teniendo en cuenta el principio de causalidad
y como se concebía el destino en la Grecia clásica, a partir de Ananké, sus hijas y Temis.
Comenzando a hondar en la teoría de la causalidad se tendría que remitir al primer suceso
que desencadeno toda la tragedia, la predicción del oráculo (tomada de ahora en adelante
como suceso A). El suceso A fue la causa original del asesinato de Layo y las impuras bodas
con Yocasta (Tomado de ahora en adelante como suceso B). Por consiguiente, la culpa es del
oráculo y, por ende, de las Moiras. Ya que tanto Edipo, como Yocasta y Layo fueron victimas
de la situación y gracias a la necesidad incansable del hombre de huir a las desgracias todo
se dirigió a la causalidad, de efectivamente, cumplir la profecía.
Así que, según esta teoría los únicos culpables en este popurrí de sucesos trágicos es el
oráculo y por causalidad las Moiras, hijas de Ananké. Sin embargo, aun no se ha dado un
juicio definitivo.
Aludía antes a la personificación de lo inevitable, Ananké, la cual nos dice algo más referente
a este complejo asunto. Esta, con su enorme complejidad, contradice a la teoría anteriormente
expuesta, ya que nos pone sobre la mesa que Edipo, efectivamente, es culpable, porque,
independientemente de si un hombre es influenciado por los dioses este es culpable por lo
que hace.
Lo único que cuenta para Temis (la diosa de la justicia) a la hora del juicio es lo realizado,
entonces: Edipo mató a su padre, sin saber que este lo era, por ende, es culpable de asesinato,
pero no de cualquier asesinato, es culpable de parricidio. Asimismo, se caso y tuvo hijos con
su madre, desconociendo totalmente la condición de Yocasta. Edipo, al igual que Yocasta,
es culpable de incesto. Siguiendo esta lógica se logra dilucidar el porque del castigo
autoimpuesto de Edipo al, irónicamente, privarse de la vista.
Para resumir, en la filosofía, más específicamente, en la teoría de la causalidad; Edipo no es
culpable, es más, Edipo es una victima al mismo nivel que sus progenitores Yocasta y Layo
ya que son presas de una causalidad demasiado casual, se podría decir casi premeditada, y en
este caso la culpa la tendrían directamente las Moiras o parcas, hijas de Ananké y tejedoras
del destino. Ahora, tomando en cuenta el como se tomaban la culpa los griegos, Edipo pasa
de ser victima a victimario y responsable de sus propias acciones.
Sé que en los albores del texto dije que no tomaría en cuenta cánones morales actuales, sin
embargo, pensamos que seria la mejor manera de cerrar el texto ya que “El desconocimiento
de la ley no te exime de ella.”

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