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VALIDEZ, VIGENCIA, EFICACIA

En tanto el Derecho se dicta para ser aplicado a la sociedad, admítase o no su función


social, se han realizado múltiples análisis sobre este fenómeno, tanto desde posiciones
iusnaturalistas, normativistas o sociológico funcionales; y desde todas ellas interesa
sobremanera la situación de las normas tanto en lo relativo a su proceso de elaboración,
como en su proceso de aplicación a los hechos sociales, o en su declaración de utilidad
práctica y jurídica. Términos como la validez, la vigencia o la eficacia del Derecho y hasta
en particular de las normas, o su legitimidad, son los más comunes para el tratamiento de
los fines antes expuestos. Términos empleados para referirse a requerimientos formales y
políticos del proceso de elaboración de la norma, de los que se ha hecho depender, en
ocasiones, la posibilidad real de aplicación de las normas, su realización social, e incluso su
aceptación en la sociedad; y entre los cuales ciertamente existen relaciones respecto al
fenómeno general que es el Derecho, aun cuando no pueden entenderse como resultado del
vínculo causa–efecto, ya que median entre ellos un conjunto de factores de carácter socio-
sicológico, político-ideológico y axiológico, que pueden presentarse de conjunto o
alternativamente e influyen no sólo en el proceso de creación o durante la aplicación de la
norma, sino también en el reconocimiento social que a ellas se brinde.

Validez: “La validez de una norma se refiere a su conformidad, tanto en los aspectos
formales como en los sustanciales, con las normas superiores que rigen dentro del
ordenamiento, sean éstas anteriores o posteriores a la norma en cuestión. Desde el punto de
vista formal, algunos de los requisitos de validez de las normas se identifican con los
requisitos necesarios para su existencia por ejemplo, en el caso de las leyes ordinarias, el
hecho de haber sido aprobadas en cuatro debates por el Congreso y haber recibido la
sanción presidencial pero por regla general, las disposiciones que regulan la validez formal
de las normas legales u otras- establecen condiciones mucho más detalladas que éstas
deben cumplir, relativas a la competencia del órgano que las dicta, y al procedimiento
específico que se debe seguir para su expedición. Así, por ejemplo, la validez de las leyes
ordinarias presupone que se hayan cumplido requisitos tales como la iniciación de su
trámite en una determinada cámara legislativa, el transcurso de un determinado lapso de
tiempo entre debates, su aprobación en menos de dos legislaturas, el cumplimiento de las
normas sobre iniciativa legislativa o el respeto por la regla de unidad de materia.
Adicionalmente, como se dijo, la validez hace relación al cumplimiento de ciertos
requisitos sustanciales o de fondo impuestos por el ordenamiento; así, por ejemplo, una ley
determinada no podrá desconocer los derechos fundamentales de las personas.” (C-873,
2003).

La validez de una norma de Derecho, entonces, y de la disposición que la contiene y


expresa, es un elemento importante para la eficacia de la misma, para el logro de su
realización en la sociedad tal y como se previó, permitiendo con ello la realización de la
finalidad que se persigue: conservar, modificar, legitimar cambios sociales.
Podemos decir que una norma jurídica será válida si se adapta a las siguientes condiciones:

 Haber sido creada mediante un procedimiento formal por un órgano competente.


 No haber sido derogada por una norma de posterior creación.
 No contradecir normas de jerarquía superior.

Eficacia: La eficacia de las normas puede ser entendida tanto en un sentido jurídico como
en un sentido sociológico; es el primero el que resulta relevante para efectos del asunto bajo
revisión. El sentido jurídico de eficacia hace relación a la producción de efectos en el
ordenamiento jurídico por la norma en cuestión; es decir, a la aptitud que tiene dicha norma
de generar consecuencias en derecho en tanto ordena, permite o prohíbe algo. Por su parte,
el sentido sociológico de eficacia se refiere a la forma y el grado en que la norma es
cumplida en la realidad, en tanto hecho socialmente observable; así, se dirá que una norma
es eficaz en este sentido cuando es cumplida por los obligados a respetarla, esto es, cuando
modifica u orienta su comportamiento o las decisiones por ellos adoptadas.

La eficacia es entonces un condicionante para la existencia de la norma y tal es así, que el


desuso u obsolescencia las convierten en inaplicables y provocan su posterior derogación
formal, aunque no su expulsión inmediata del Ordenamiento jurídico, ya que perviven y
ante un cambio de circunstancias o intereses, los operadores pueden, reinterpretándolas,
rescatarlas y aplicarlas por cuanto están formalmente vigentes.

Tipos de eficacia:

 Eficacia obligatoria: El carácter obligatorio de las normas jurídicas presupone que


las mismas hayan sido objeto de la necesidad publicidad, con objeto de que todos
los ciudadanos tengan la posibilidad de conocer su contenido, no obstante, una vez
publicada la norma, su obligatoriedad no se hace depender del conocimiento
efectivo que cada uno de los destinatarios puede tener de la misma.
 De las normas en tiempo y espacio: La eficacia de todas las normas jurídicas está
limitada en el tiempo y en el espacio. Cuando hablamos de que está limitada, nos
referimos a la duración de la Ley; y en el espacio, se refiere a la extensión territorial
en que tiene vigencia la misma.
La ley, como cualquier hecho humano, tiene, con respecto al tiempo: principio y fin.
El principio es el momento en que entra en vigor mientras que el fin es el momento
en que cesa su eficacia obligatoria.

Vigencia: “La vigencia se halla íntimamente ligada a la noción de eficacia jurídica, en tanto
se refiere, desde una perspectiva temporal o cronológica, a la generación de efectos
jurídicos obligatorios por parte de la norma de la cual se predica; es decir, a su entrada en
vigor. Así, se hace referencia al período de vigencia de una norma determinada para
referirse al lapso de tiempo durante el cual ésta habrá de surtir efectos jurídicos. La regla
general en nuestro ordenamiento es que las normas comienzan a surtir efectos jurídicos con
posterioridad a su promulgación, según lo determinen ellas mismas, o de conformidad con
las normas generales sobre el particular. El verbo regir es utilizado por las normas para
hacer referencia a su vigencia, entendida en este sentido.” (C-873, 2003).

Referecia

C-873/03. Congreso de la república, Colombia, 30 de junio de 2003.

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