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Dicen que es una tendencia.
Que todo hostelero/a hoy debe tener una carta adaptada a su clientela.
Tú y yo, hostelero/as debemos adaptar nuestro concepto y nuestra
gastronomía a las necesidades y exigencia de nuestra clientela.
Es la hostelería hoy...
Y es la obligación de todos los que nos dedicamos a este sector prestar
atención especial a las necesidades alimenticios de nuestros clientes y a
su salud.
Y la multa no es insignificante.
Así que, por un motivo o por otro, o por ambos, te conviene adaptar tus
cartas según la nueva ley de alérgenos y ofrecer esa información tan
importante para la persona que sufre intolerancias alimenticias que le
evite la aparición de desagradables erupciones, picores, náuseas,
opresión en garganta, etc...
Dicho esto, aunque en este caso nos vamos a centrar en los alérgenos
alimentarios, me gustaría puntualizar que un alérgeno no tiene por qué
ser un alimento. Un alérgeno también puede ser una proteína animal,
polvo, medicamentos, heces, ácaros, mordeduras de insectos, polen, etc.
Pero centrándonos en los alérgenos alimentarios, hay que tener en
cuenta que alrededor del 3% de los adultos sufre algún tipo de alergia
alimentaria e igual ocurre con los niños, aunque con una cifra mayor. El
6% de los niños sufre intolerancias y/o alergias alimentarias.
Por otro lado, la Unión Europea al no tener una cura en especial para las
alergias alimentarias, se esfuerza en que la comunicación de éstas sea
muy concisa y exacta. De esta forma, si una persona no ingiere un
alimento podrá evitar la reacción.
En tres meses la salud del 70% de los pacientes mejoró sustancialmente al eliminar el trigo de sus
dietas, reducir el consumo de carbohidratos y aumentar el de vitamina D y yodo.
En origen, el trigo se consiguió a través de una hibridación de hierba salvaje y espelta y desde su
creación ha sufrido muchas transformaciones para aumentar la productividad y mejorar la
panificación.
El trigo original era diploide (dos conjuntos de 7 cromosomas=14 cromosomas) y ha ido mutando
hasta llegar a ser dos clases de trigo (duro y blando) con 28 y 42 cromosomas respectivamente. Lo
que le sucede a nuestro organismo es que no lo digiere porque las enzimas digestivas no reconocen
este trigo mutado.
¿Por qué? Porque nuestro sistema no está diseñado para hacerlo en realidad. El trigo contiene
gluten, una proteína compleja que para ser digerida necesita romperse, hacerse trocitos muchas
veces. Además, contiene unos péptidos tóxicos demasiado grandes para ser absorbidos
correctamente a través del intestino delgado.
Necesitaríamos un estómago parecido al de la vaca para poder digerirlo sin más y no contamos con
enzimas suficientes para ello. (Eduardo Arranz, inmunólogo y presidente de la Sociedad Española de
la Enfermedad Celíaca. William Davis, cardiólogo.)
La gliadina y la glutenina, son los componentes principales del gluten y están presentes en el
trigo y otros cereales, como el centeno, la cebada y la espelta. El gluten es muy utilizado a nivel
industrial porque aporta al producto elasticidad, esponjamiento, solidez y hace que no se desmenuce
al cortarlo.
Con la manipulación genética de los alimentos llevada a cabo masivamente desde los años 60, la
proporción de gluten en el trigo ha cambiado de un 5% a un 50%.
Elasticidad que aporta el gluten a las masas
La gliadina y la glutenina funcionan como anti-nutrientes inmunógenos, esto significa que
son potenciales causantes de enfermedades autoinmunes.
Los cereales no están “preparados” para ser ingeridos como lo estarían las frutas. Estas proteínas
actúan como una especie de “defensa” provocando en el cuerpo una respuesta
inmunogénica (inmunogenicidad es la propiedad que permite a una sustancia inducir una respuesta
inmune detectable) que produce la inflamación del sistema inmunológico.
La gliadina concretamente, causa alteraciones de permeabilidad del intestino (queda “como una
manguera agujereada”) que hacen que se escapen hacia la sangre sustancias perjudiciales para el
organismo. (Alessio Fasano, director médico del Centro de Investigación Celíaca de la Universidad
de Maryland, Loren Cordain PhD. Nutricionista.)
Para terminar, os dejo un ilustrativo extracto del libro de Dr. Davis: “Nos culpamos por vernos
afectados por una antiestética barriga hecha de trigo (Wheat Belly en la versión original):
demasiadas calorías, demasiado poco ejercicio, poca moderación. Pero es más acertado decir que
el consejo que nos han dado de comer más “productos integrales sanos” nos ha privado de nuestro
propio control sobre nuestro apetito y nuestros impulsos, convirtiéndonos en gordos y enfermos a
pesar de todos nuestros esfuerzos y buenas intenciones. No es culpa tuya. Si resulta que tienes una
protuberante e incómoda barrigade trigo que tratas sin éxito de introducir en los vaqueros del año
pasado; asegurándole al médico que no has comido mal, pero que aún tienes sobrepeso y además
estás cerca de la diabetes con un alto nivel en sangre de colesterol y azúcar; o si estás
desesperadamente tratando de aceptar un par de humillantes senos masculinos, empieza a
considerar decir adiós al trigo. Eliminado el trigo, eliminado el problema. ¿Qué tienes que perder
excepto tu barriga de trigo, tus senos de hombre o tu trasero en forma de hogaza?”
TOXINAS EN ORGANISMOS
MARINOS
Las biotoxinas marinas son sustancias tóxicas acumuladas en los organismos marinos,
principalmente por ingestión de fitoplancton, es decir, algas microscópicas capaces de producir
dichas toxinas. Los moluscos bivalvos, los equinodermos, los tunicados y los gasterópodos
marinos, con origen en la pesca, marisqueo o la acuicultura, son susceptibles de acumular
biotoxinas y de ser consumidos por el ser humano. Los episodios tóxicos que constituyen en
nuestro ámbito geográfico un problema de salud pública se producen como incremento
significativo de la concentración de una población de alguna de las especies tóxicas en las
aguas marinas, de tal manera que se origine una acumulación de biotoxinas en los organismos
marinos o exista una alta probabilidad de que ésta se produzca.
Los moluscos que están más frecuentemente implicados son las almejas, los mejillones y,
ocasionalmente, las vieiras y las ostras. En este grupo de moluscos se han descrito las
intoxicaciones paralizante (PSP), diarreica (DSP), neurotóxica (NSP) y amnésica (ASP). Todas
las toxinas son de naturaleza no proteica y extremadamente estables. Así, el cocinado,
ahumado, secado o salado no las destruye, y tampoco puede determinarse por el aspecto del
producto si el alimento es o no tóxico.
María Álvarez es una cocinera de las de toda la vida. Durante más de 40 años
ha dirigido la cocina de un conocido restaurante asturiano y en los últimos 20
se ha dedicado a trabajar las harinas sin gluten tanto en su casa como en el
restaurante. “He trabajado mucho con harina de arroz sin gluten y harina
de maíz sin gluten, pero están llegando ahora al mercado opciones que
nos abren muchas puertas en la cocina, tanto en casa como en el
restaurante”, señala.
Con su harina de maíz, elabora los deliciosos tortos de maíz. Mucho ojo con
este plato porque para que sean realmente aptos no deben llevar mezclas de
harinas y en algunos lugares mezclan harina de maíz con una pizquita de
harina de trigo. Los tortos de maíz sin gluten son típicos de Asturias, es una
especie de masa de maíz frita a la que se le suele añadir chorizo, queso,
picadillo…
Asegura que para los dulces también recurre a menudo a las harinas de maíz y
en algunos casos a la harina de arroz. “Por ejemplo para ciertos bizcochos dan
muy buen resultado”.
La harina de garbanzo sin gluten, “es mi perdición, tiene que gustarte el
sabor porque es fuerte, como el de garbanzo, pero para rebozar es fantástica y
nos salen unos calamares con un sabor y una textura muy peculiares”, explica.
Para realizar crepes salados recurre a la harina de trigo sarraceno sin
gluten. “Es una harina más oscura y densa, pero el resultado al mezclarla con
los huevos y la leche es fantástico. Además es una receta típica de la bretaña
francesa, no nos hemos inventado nada nuevo, pero es genial tanto para
celiacos como para no celiacos”.
Con la harina de teff sin gluten aún no tiene mucha experiencia. “He probado
a hacer algunas masas para empanadas, bollitos, y aún no le he pillado el
punto, pero creo que tiene mucho potencial porque es muy parecida a la de
trigo. Es cuestión de encontrar el punto perfecto de sabor y adaptarla a la dieta
sin gluten”
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Población 13 40.9
Restaurantes 11 25
Escuelas 6 13.6
Vivienda 5 11.4
Otros 1 2.3
Total 44 100
Fuente: Programa Nacional de Vigilancia de las ETA,
MINSAP.
Resultados y Discusión
Lactobacillus sp
Luego del consumo de pez globo tóxico, los síntomas aparecen usualmente muy rápido, entre 5
y 20 minutos después de la ingestión, dependiendo de la dosis de toxina. Aunque cada
individuo puede experimentar los síntomas de manera diferente, los síntomas más comunes por
envenenamiento con pez globo incluyen: 1) adormecimiento inicial, cosquillas en los labios,
lengua y cavidad bucal; 2) alteraciones gastrointestinales, incluyendo vómito, dolor abdominal y
diarrea; 3) dificultad para caminar y extensa debilidad muscular; 4) debilidad general, seguida
por parálisis de las extremidades y músculos pectorales (la conciencia en normalmente clara
durante todos estos síntomas); 5) caída de la presión arterial y una aceleración de un pulso
débil: y 6) muerte, que puede ocurrir dentro de los primeros 30 minutos.
En casos severos hay un surgimiento gradual de alteraciones respiratorias, y la muerte por falla
cardiorrespiratoria ocurre dentro de las 6 horas de exposición. Las convulsiones pueden estar
presentes aun después de 24 horas. Si la persona sobrevive 18-24 horas, la prognosis para la
recuperación completa es buena y en general no se han reportado manifestaciones crónicas. No
existe un antídoto conocido para la tetrodotoxina, y el tratamiento consiste en aliviar los
síntomas.
Aunque la toxicidad del pez globo ha sido sujeto de preocupaciones por siglos, la toxina pura
fue aislada a partir de 1950. El compuesto fue cristalizado y estructuralmente caracterizado en
1964. Los estudios de este material puto establecieron que la tetrodotoxina es uno de los
productos naturales no proteínicos más tóxicos conocido. La tetrodotoxina tiene una dosis letal
media (LD50) de 8 µg/Kg en ratones. La tetrodotoxina se una sitios específicos en los canales de
sodio con puerta de voltaje e inhibe el influjo de iones de sodio hacia las neuronas; esto lleva a
la inhibición de la generación de potencial de acción y transmisiones axonales en nervios
motores, sensoriales y autónomos en el sistema nervioso periférico, lo que evita la
despolarización celular y la liberación subsecuente de neurotransmisor.
Estudios recientes sobre los efectos ecológicos de la tetrodotoxina sugieren funciones múltiples
incluyendo toxina venenosa para aturdir a la presa, un mecanismo de defensa en la piel para
repeler a los depredadores, y para el pez globo, una feromona para atraer los machos hacia las
hembras grávidas. Es interesante notar que la tetrodotoxina no es sintetizada por el pez u otros
organismos superiores, sino que es hecha por bacterias marinas relativamente comunes,
específicamentePseudoalteromonas haloplanktis tetraodonis, que se asocian con estos animales. Esta
asociación de la bacteria productora de la toxina con muchos organismos superiores ha
evolucionado por milenios para beneficio del anfitrión y el huésped.
Un descubrimiento relativamente reciente es que el análisis químico de un polvo utilizado en
Haití para inducir un estado de semiinconsciencia (el llamado estado zombi) contiene altos
niveles de tetrodotoxina, sugiriendo que esta toxina marina podría ser responsable de estos
efectos inducidos asociados con la práctica del vudú.
Los riesgos potenciales en el consumo de mariscos están bien establecidos. Los brotes de fiebre
tifoidea atribuidos al consumo de mariscos crudos se han conocido por varios siglos. En efecto,
el brote en Dublín, Irlanda, en 1860, dio origen a una canción tradicional en la que se habla
sobre la pescadera que contrajo fiebre amarilla por haber probado sus productos, de hecho,
mariscos frescos. Las prácticas impuestas, mejoraras y estandarizadas, para la producción,
captura y almacenamiento comercial de mariscos han eliminado a los mariscos como fuente de
fiebre amarilla y han reducido en buena medida la incidencia de enfermedades por el consumo
de los mismos. Sin embargo, las principales preocupaciones de salud pública relacionadas a los
mariscos resultan de la contaminación con patógenos virales derivados de aguas residuales y
con agentes bacterianos de origen ambiental. Los moluscos, incluyendo mejillones, ostiones,
conchas y almejas han sido identificados por la Administración de Alimentos y Medicamentos de
los Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) y por otras autoridades como la fuente de la
mayoría de las enfermedades originadas por el consumo de alimentos marinos en ese país.
Como resultado, la FDA ha dado prioridad a asegurar la calidad y seguridad de estos productos.
Además de los potenciales riesgos bacterianos y virales asociados con el consumo de mariscos
crudos, la aparición esporádica de neurotoxicidad aguda –envenenamiento paralítico por
mariscos o PSP, por sus siglas en inglés- aun en mariscos cocinados puede ser una preocupación
importante. Ocasionalmente, en aguas locales usualmente frías, en donde los mariscos han sido
consumidos por décadas sin problemas asociados a la salud, los mariscos pueden
repentinamente volverse venenosos por periodos de unas cuantas semanas. Estos brotes tóxicos
están con frecuencia asociados con brotes de algas dinoflagelados unicelulares, los cuales
pueden causar una coloración rojo-café en el agua. La proliferación de dinoflagelados tóxicos,
conocida como marea roja, es favorecida por el clima más cálido. Por tanto, las agencias
reguladores en los Estados Unidos y otros países del hemisferio norte restringen la captura de
mariscos a los meses más fríos, de septiembre a abril. Aunque muchas especies de algas pueden
producir un rango de colores en el agua, la PSP está asociada primariamente con la proliferación
de unas cuantas especies, incluyendoAlexandrium catenella (previamente Gonyaulax catenella) o A.
tamarense-excavatum (previamente G. tamarensis).
Aunque la incidencia de envenenamientos por PSP generalmente está disminuyendo a nivel
mundial, la aparición de mareas rojas tóxicas y los efectos adversos asociados en el ambiente
causan todavía preocupación. Solamente en los Estados Unidos, los casos más recientes de PSO
que han ocurrido en la costa noreste del Atlántico, la costa noroeste del Pacífico o en Alaska,
han involucrado en su mayoría recolectores recreativos de mariscos, pero no a proveedores
comerciales. Desde 1927, un total de 500 casos de PSP y 30 decesos se han reportado en
California. Brotes esporádicos y continuos de PSP ocurren a lo largo de la costa del Golfo de
México, desde Florida hasta Texas. Adicionalmente, brotes esporádicos se han reportado en
Europa, Asia, África, México e Islas del Pacífico. La marea roja y su resultante matanza masiva de
aves y otros animales marinos ha sido objeto de congresos internacionales para enfrentar el
problema a nivel global.
Al igual que ha pasado con la notoria tetrodotoxina, ha habido intenso interés en la identidad
química de la saxitoxina por siglos. El compuesto fue obtenido en preparaciones purificadas
desde principios de los 1900s. Fue aislada en forma pura en 1957 y recibió su nombre en
reconocimiento a la fuente de la cual fue aislada, la almeja de Alaska Saxidomus giganteus. La
estructura del compuesto fue establecida por completo en 1975 y fue preparada sintéticamente
un par de años después. Desde entonces, se han reportado las caracterizaciones de más de 30
análogos naturales de la saxitoxina.
Las características tóxicas de la saxitoxina son similares en muchos aspectos a los efectos
neurológicos mucho más potentes de la tetrodotoxina. Por tanto, el surgimiento rápido de los
síntomas de parestesia, incremento en la parálisis y eventual muerte por falla respiratoria es el
mismo para las 2 toxinas. En ratones, las potenciales letales de la saxitoxina y la tetrodotoxina
son también similares, con aproximadamente 8 µg/Kg de peso corporal (vía inyección
intravenosa) y 260 µg/Kg de peso corporal (vía ingestión), respectivamente. No sorprende
entonces que la saxitoxina también bloquea el influjo de sodio a las neuronas, uniéndose a un
sitio específico en los canales de sodio con puerta de voltaje. Sin embargo, el hallazgo de que el
pez globo es sensible a la saxitoxina, pero no a la tetrodotoxina, proporciona evidencia inicial
de que las 2 toxinas de unen a diferentes sitios en el canal de sodio, un concepto que ahora está
bien establecido.
Ciguatera
Una toxicidad humana algo variable pero distinta, que puede resultar de la ingestión de muchas
especies de peces, primariamente de aguas tropicales y subtropicales de arrecife, se conoce
como ciguatera. El nombre de esta toxicidad se derivó del término en español para el caracol
marino de turbante, cigua, que se creía era la causa de la enfermedad en Cuba. Los reportes
documentados del envenenamiento datan del siglo 16 en áreas tropicales de los océanos
Pacífico e Indico.
Aunque la ciguatera es raramente fatal, su impacto en áreas locales puede ser significativo. En
algunas regiones, una pérdida de productividad laboral debido a envenenamiento por ciguatera
es una preocupación importante con una incidencia estimada tan alta como 500 casos por cada
100 mil habitantes, y un tiempo promedio de recuperación en cama de unos 3 días. Un impacto
adicional es la pérdida del mercado de pescado, debido al miedo a la toxicidad de los peces
capturados localmente. En tiempos antiguos, se decía que esta preocupación había motivado
migraciones de personas nativas en las Islas del Pacífico; esto ha sido documentado como un
importante contribuidor a la emigración desde islas aisladas hacia áreas más pobladas, debido a
la falta de mercados para el pescado y a las dificultades para obtener alimentos alternativos.
Adicionalmente, en algunas áreas del Caribe, los restaurantes venden pescados importados, en
lugar de los capturados localmente potencialmente ciguatóxicos.
La toxicidad por ciguatera resulta de la asociación de especies de peces con ciertas algas
tóxicas. Más de 400 especies de peces han sido implicadas en los envenenamientos con
ciguatera, comenzando con los herbívoros y luego trepando en la cadena alimentaria hacia los
peces carnívoros más grandes. Por razones que todavía no se han explicado, estos peces
pueden acumular altos niveles de ciertas especies tóxicas de dinoflagelados marinos,
notablementeGambierdiscus toxicus, la cual produce potentes neurotoxinas lipofílicas, incluyendo el
producto natural caracterizado, ciguatoxina. Las especies de peces más frecuentemente
implicados incluyen meros, medregales, huachinango, anguilas, barracuda, macarela española,
etc. Dado que la toxina es lipofílica y bastante estable en el pez, experimenta bioacumulación,
llevando a una mayor toxicidad en los peces más grandes (los peces de 2 Kg de peso o mayores
contienen cantidades significativas de la toxina y producen rápidamente efectos tóxicos al ser
ingeridos). La presencia de la toxina no afecta el aroma, color o sabor del pescado y la toxina es
bastante estable a la cocción.
El envenenamiento por ciguatera es un síndrome variable que comprende un rango de efectos
biológicos adversos. Los efectos usualmente incluyen síntomas gastrointestinales como náusea,
vómito y diarrea, que con frecuencia son seguidos por síntomas neurológicos como cefalea,
dolor muscular, parestesia, adormecimiento, ataxia, y en algunos casos, alucinaciones. Los
casos severos de ciguatera también pueden resultar en síntomas conocidos colectivamente
como alodinia al frío, la cual es una sensación de quemarse al contacto con el frío, sin dicho
contacto. Existe evidencia de que el envenenamiento por ciguatera puede ser transmitido
sexualmente y en la leche materna. El inicio de los síntomas puede ser entre 15 minutos y,
raramente, tanto como 24 horas después de la ingestión de la toxina. Generalmente los
síntomas se notan dentro de las 6 a 12 horas después de consumir el pescado tóxico. Los
síntomas incrementan su frecuencia y severidad en las siguientes 4-6 horas. Aunque los
síntomas usualmente duran unos cuantos días, existen reportes de efectos que duran semanas e
incluso años, aunque el envenenamiento por ciguatera raramente es fatal. La tasa de mortalidad
típica es 0.1%, aunque en algunos lugares hay reportes de tasas tan altas como de 20%. La
muerte es atribuida normalmente a depresión cardiovascular, parálisis respiratoria o a shock por
hipovolemia.
El mecanismo de acción del NSP ha sido sujeto de extensos estudios. La brevetoxina y sus más
de 10 diferentes congéneres fueron aislados y químicamente caracterizados en 1981. Se ha
encontrado que la toxicidad aguda de la brevetoxina es similar a la potencia toxica de la
ciguatoxina, con una LD50 intravenosa de 0.5 µg/Kg en ratones. Se ha demostrado que los
compuestos puros se unen y despolarizan las membranas nerviosas causando un cambio en la
activación del canal de sodio hacia potenciales negativos de membrana, e inhibiendo la
inactivación normal. Como las ciguatoxinas, las brevetoxinas pueden unirse a un sitio específico
en el canal de sodio, lo que resulta en el influjo descontrolado de iones de sodio hacia la
neurona.
La toxicología de DA está bastante bien comprendida. Luego del consumo de niveles tóxicos de
DA, alrededor de 200 µg/g de mariscos, los pacientes experimentan primero malestar
gastrointestinal dentro de las 24 horas siguientes a la ingestión de mariscos contaminados.
Otros síntomas reportados han incluido mareo, cefalea y desorientación. Un síntoma único de
este envenenamiento es una pérdida permanente de memoria de corto plazo, la cual es la base
para el nombre de esta toxicosis, así como polineuropatía periférica. En casos de
envenenamiento severo pueden ocurrir ataques, debilidad o parálisis, movimiento violento de la
cabeza e incluso la muerte. El DA muestra solamente toxicidad aguda moderada en mamíferos,
con una LD50 en ratones de 3.6 mg/Kg, por inyección intravenosa. Este envenenamiento
raramente amenaza la vida de los humanos, y la recuperación es usualmente completa en 2 o 3
días. DA es estable al calor y similar en estructura al neurotransmisor endógeno glutamato así
como a otra toxina de algas, el ácido kaínico.
El DA se una a receptores en las neuronas con una afinidad que va de 3 a 100 veces mayor que
el kainato y el glutamato. La unión de DA a los receptores de glutamato y kainato resulta en la
despolarización y luego el disparo de la neurona. El DA también hiperactiva la señalización
nerviosa, lo que puede resultar en lesiones tóxicas en el hipocampo, importante sitio cerebral
para la memoria. Algunos estudios han mostrado, sin embargo, que el DA no puede ser
totalmente responsable por los efectos tóxicos del marisco. Adicionalmente, una preparación
impura de ácido domoico aislado de mejillones es más neurotóxico para neuronas humanas
cultivas que el ácido domoico purificado; se cree que este incremento en la toxicidad es debida a
la potenciación de los efectos del ácido domoico por el ácido glutámico y el ácido aspártico, que
están naturalmente presentes en altas concentraciones en el tejido del mejillón. Esta sinergia
podría ser la base de la pronunciada y consistentemente observada toxicidad para los mamíferos
de los mariscos contaminados con DA, a pesar de la relativamente baja toxicidad del DA puro en
ratones.
Introducción a los canales de sodio con puerta de voltaje
Los canales de sodio con puerta de voltaje (también conocidos como canales de sodio regulados
por voltaje) funcionan para regular el influjo de iones de sodio hacia las neuronas, requerido
para la conducción normal del impulso nervios. Estudios intensos sobre estos canales en el
curso de los años, con frecuencia empleando algunas neurotoxinas marinas, ha llevado a un
entendimiento detallado de los mecanismos por los cuales funcionan estos importantes canales.
La estructura molecular del canal de sodio del órgano eléctrico de la anguila eléctrica, fue
recientemente determinada utilizando análisis de imagen de partícula única, derivada de la
microscopía de crioelectrones de ultra alta resolución. Se encontró que la estructura es
significativamente diferente de la estructura propuesta, visualizada por muchos años como una
forma cilíndrica simple con un poro central a través del cual fluyen los iones. Se encontró que el
canal es una molécula en forma de campana, atravesada por una red de canales arreglados
como las diagonales de un cubo intersectando en el centro, que se presume es el poro de iones.
Esta estructura indica que el canal tiene 4 puntos de entrada convergiendo hacia una cavidad
central que luego se ramifica hacia 4 rutas de salida en el interior de la célula. Se hipotetiza que
4 canales adicionales portan las cargas de puerta que realizan la respuesta conformacional por
el canal a cambios en la diferencia de potencial eléctrico transmembrana. Se propone que el
canal funcione por el movimiento de la masa externa central hacia adentro y hacia afuera, en un
movimiento como de pistón, para abrir las rutas para los iones hacia la cavidad intracelular.
Los canales de sodio son los objetivos (targets) moleculares de varias toxinas potentes,
incluyendo tetrodotoxina (TTX, por sus siglas en inglés), saxitoxina (STX, por sus siglas en
inglés), brevetoxina y ciguatoxina, así como otras toxinas como la toxina de las anémonas
marinas, batracotoxina, veratridina, conotoxina y ciertas toxinas de insectos. Como grupo, estas
toxinas actúan en 6 o más sitios receptores distintos en la proteína del canal de sodio.
La brevetoxina y la ciguatoxina son neurotoxinas activadoras del poro. Se usen a los sitios
receptores de neurotoxina de los canales abiertos y evitan que el canal se cierre. Esto resulta en
un cambio en la activación de más potenciales negativos de membrana y un bloqueo de la
inactivación. Los efectos toxicológicos de los canales abiertos son hiperexcitabilidad neuronal,
seguida por una desensibilización de los receptores que lleva a la parálisis y la muerte. Los
segmentos transmembrana del receptor han sido identificados como participantes en la
formación del sitio receptor de neurotoxina para estas toxinas lipofílicas. Se cree que los
determinantes de unión para la brevetoxina están ampliamente dispersos en los segmentos
transmembrana, indicando una compleja interacción de varios dominios en la proteína.
La etiología del envenenamiento escómbrido ha sido sujeto de controversia durante años. Bajo
condiciones controladas, la histamina consumida oralmente a un nivel presente en pescado
tóxico muestra muy baja toxicidad debido a que varias aminooxidasas que existen en el aparato
gastrointestinal son capaces de desactivar la histamina antes de ser absorbida. Investigaciones
tempranas sobre el agente tóxico en el pescado sugirieron la presencia de una substancia
parecida a la histamina, que denominaron saurina, con toxicidad mejorada. Estudios
subsecuentes en otros laboratorios fueron incapaces de identificar una toxina separada en el
pescado, pero notaron que diferentes sales de histamina pueden comportarse de manera
diferente en la cromatografía; se sugirió que saurina es simplemente un ácido conjugado de la
histamina. Estudios adicionales mostraron, no obstante, que otros productos de la
descarboxilación de la amina, encontrados en el pescado, más notablemente cadaverina y
putrescina, eran fuertes inhibidores competitivos de las aminooxidasas que destoxifican la
histamina. Por tanto, es razonable sugerir que la inusual toxicidad oral de la histamina en el
pescado es resultado de los efectos inhibidores de productos bacterianos adicionales tales como
cadaverina y putrescina en la desactivación de histamina en el intestino.
Hay considerable preocupación en los científicos y agencias reguladores por el hecho de que el
impacto de las algas tóxicas en la salud humana y el ambiente se están incrementando. El
número de incidencias documentadas de brotes de algas que producen toxinas se ha
incrementado en frecuencia, intensidad y distribución geográfica en décadas recientes. En el
pasado, brotes de algas tóxicas en los Estados Unidos se habían observado en áreas geográficas
limitadas tales como la costa oeste de Florida y las líneas costeras de Alaska y Maine.
Actualmente, sin embargo, los brotes tóxicos han sido reportados en cada estado costero y se
están documentando toxicidades en un mayor número de especies. Aunque los datos de
ocurrencia mundial de brotes de algas tóxicas son menos completos, los reportes de mayor
incidencia en algunas áreas son alarmantes. Por ejemplo, un incremento de 8 veces en brotes de
algas se ha reportado entre 1976 y 1986 en Hong King. Las causas de estos incrementos no son
claras; las posibilidades sugeridas incluyen mayor vigilancia, el desarrollo de acuacultura,
acumulación de nutrimentos por deslaves terrestres, transporte de quistes en el lastre de los
barcos, disminución del sílice en aguas en represas, disminución del crecimiento de diatomeas
competidoras más seguras, y ascensión de aguas profundas, posiblemente debido al
calentamiento global. Está claro que aunque la aparición de brotes de algas tóxicas ha sido
reconocida por milenios, su significancia para el ambiente marino amenazado y para la salud
humana será sujeto de preocupación y estudio a nivel mundial en los años por venir.
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Cereales sin gluten
Por suerte cada vez hay más alimentos y productos sin gluten, y por supuesto
llegan más opciones al mercado para que podamos sustituir los cereales con
gluten, ya que los hidratos de carbono que nos ofrecen son fundamentales.
Cereales como el sorgo, el teff, el maíz, el amaranto…son sin gluten siempre y
cuando no hayan sido contaminados en el proceso de envasado.
Harinas sin gluten
De estos cereales podemos obtener harinas, pero no podemos dar por hecho
que al tratarse de harinas con cereales sin gluten, éstas son aptas para
celiacos, ya que pueden estar contaminadas. Así si encontramos harina de
arroz, de maíz, de teff… éstas tendrán que estar identificadas como “Sin
Gluten”, garantizando así que no están contaminadas.
Para ayudarnos con este tema, están los etiquetados y los sellos sin gluten.
Los etiquetados ofrecen cada vez más información sobre alérgenos y algunas
marcas comerciales trabajan muy bien para destacar sus productos sin gluten,
sin embargo todavía queda mucho que hacer en este sentido y que un
producto no señale específicamente que lleva gluten no quiere decir que lo
podamos tomar, ya que por ejemplo las trazas no es obligatorio publicarlas.
Sellos sin gluten
Las asociaciones de celiacos ofrecen información relativa a los alimentos sin
gluten a través de su Listado de Alimentos sin gluten, por eso se recomienda
hacerse socio, para obtener esta valiosa información. Además están los sellos
sin gluten que certifican qué productos son exentos de gluten. Los más
comunes son los de la Federación Española de Asociaciones de Celiacos, la
Asociación de Celiacos de Cataluña y también los europeos.
A la hora de seguir una dieta libre de gluten hay que estar bien informado sobre
los alimentos sin gluten y los procesos por los cuales se puede producir
la contaminación cruzada. A grandes rasgos podemos dividir en cuatro los
grupos de alimentos para ordenar nuestras ideas.
-Alimentos prohibidos: todos aquellos que llevan gluten como ingrediente
principal (trigo, cebada, centeno, avena y sus derivados).
-Alimentos específicos sin gluten: aquellos elaborados específicamente para
celiacos y sensibles al gluten para sustituir a sus versiones con gluten, como
pueden ser pastas, panes, bollos, dulces, etc. Estos productos deben estar
siempre etiquetados como “Sin Gluten” y pueden ir acompañados de sellos
identificativos. Son productos que pueden contener un máximo de 20 ppm de
gluten y que son aptos para el consumo de celiacos y sensibles al gluten.
-Alimentos genéricos o Cero Gluten: aquellos que de manera natural no
llevan gluten: carnes, pescados, frutas, verduras, leche, huevos, etc. Estos
productos no deben estar etiquetados como “sin gluten” porque no lo llevan en
origen, pero si por alguna circunstancia han podido ser contaminados, sí debe
especificar en la etiqueta que pueden contener gluten. Es decir, si no indican
nada los podemos consumir, y si indican que llevan gluten, no podemos.
-Productos elaborados de todo tipo: desde yogures hasta chocolates,
pasando por salsas, congelados, embutidos, infusiones, patés, helados, etc.
Todos estos productos no tienen cereales entre sus ingredientes principales,
pero puede que lo incluyan entre los secundarios o puede que estén
contaminados. Sólo debemos consumir aquellos etiquetados como “Sin gluten”.
Es obligatorio ver la etiqueta o comprobar si se encuentra en algunos de los
listados oficiales de las asociaciones.
Bebidas aptas para celiacos
Por desgracia también tenemos que tener en cuenta que la bebida puede llevar
gluten. Aunque también es verdad que cada vez nos encontramos más
opciones. La cerveza siempre está prohibida a no ser que esté etiquetada
específicamente como Sin Gluten, y cada vez tenemos más variedad y más
calidad. Pero el consumo de cerveza sin gluten, como de otras bebidas
alochólicas, ha de ser moderado, no por ser celiacos, sino porque el alcohol es
perjudicial para la salud.
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