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Anales - 09 Lo Corporal en La Didáctica de La Filosofía PDF
Anales - 09 Lo Corporal en La Didáctica de La Filosofía PDF
Instituto de Profesores
“Artigas”
Año 2009
Instituto de Profesores “Artigas”
Orden Docente:
Prof. Luis Delio
Prof: Rosana Cortazzo
Prof. Blanca Do Canto
Prof. Vanina Arregui
Orden Estudiantil:
Patricia Ramos
Alejandro Sosa
Matilde Sotelo
Orden de Egresados:
Prof. Leticia Soler
Prof. Óscar Collado
ISBN: 978-9974-
Montevideo, Uruguay
Diciembre, 2009.
Índice
Ciencias de la Educación
Investigación y docencia:
su vinculación en el acontecer de la Formación Docente
Bettina Corti, Mirtha Ricobadi. 49
El Sistema Único Nacional de Formación Docente, 2008.
Análisis de algunos aspectos de su proceso de construcción,
como ejemplo de elaboración de políticas públicas.
Estela Davyt 63
Encuentros Pedagógicos en Carlos Real de Azúa
Gladys Rodríguez. 77
Comunicación Visual
Español
Filosofía
Física
Geografía
Historia
Literatura
Ante todo
Roberto Appratto. 347
Paco Espínola: un guión para Charles Chaplin.
Frontera genérica: guión y relato en Carlitos en Jerusalém
Luis Bravo. 353
El héroe romántico: ¿amor absoluto o incapacidad de amar?
María de los Ángeles González. 363
Razón de amor / Denuestos del agua y el vino.
Propuesta de trabajo interdisciplinario.
Daniel Nahum 377
Matemáticas
Química
PALABRAS LIMINARES
centes hacer posibles las páginas de esta revista. Agradece a los estu-
diantes y a los funcionarios sus acciones responsables que permiten la
construcción de cada uno de los días y sus utopías.
Prof. Bettina Corti Prof. Jorge Nández
Subdirectora Director
13
Presentación
Transformación e innovación
en la enseñanza media:
¿desafíos para la formación de profesores?
• ciencias de la educación;
• didáctica – práctica docente;
• asignaturas específicas de acuerdo a cada especialidad elegida
por el aspirante;
• como rasgo distintivo la inserción en la realidad del aula desde
el primer año de la formación, inaugurando la articulación teo-
ría–práctica en la formación de profesores para el nivel medio.
3. Propuestas
Primera fase
Segunda fase
Tercera fase
Bibliografía
Bettina Corti1
Mirtha Ricobaldi2
8 www.ipes.anep.edu.uy.
54
13 Op. cit.
58
existe hoy entre lo que se enseña y aquello que se conoce sobre el mis-
mo fenómeno en el mismo país”.
En esta misma línea, Morín de Valero señala que una forma-
ción docente que se dirija hacia la excelencia pedagógica y luego a
la formación permanente, reclama “una sólida formación académica,
orientada hacia la búsqueda del conocimiento, la formación integral
y la vinculación de la docencia con la investigación”14.
Si bien los departamentos constituyen los espacios naturales
desde los cuales se definan las líneas de investigación, la asunción
de estos nuevos espacios conlleva un desafío, un análisis en cuanto a
las necesidades de formación de los docentes formadores para poder
asumir la innovación y lograr la interrelación entre las funciones de
docencia, investigación y extensión. Este nuevo modelo de acción ge-
nera un cambio en el tipo de actividad que el docente realiza: integran-
do el campo de la investigación educativa el docente debe modificar
su rol y combatir la idea instituida en el imaginario social de que sólo
los técnicos están habilitados para investigar.
En este contexto las dimensiones académica, comunitaria y pe-
dagógico-didáctica de los institutos adquieren relevancia ya que, des-
de la instalación de los Departamentos se conjuga la actividad institu-
cional de manera co-organizada. La integración de los departamentos
a la vida institucional, modifica el conjunto de actividades, promueve
la participación de los diferentes actores en la toma de decisiones y en
las actividades del establecimiento y asimismo redefine en el sentido
expresado por Frigerio (1993), el modelo en que cada institución con-
sidera las demandas, las exigencias y los problemas que recibe de su
entorno.
Los espacios que se conforman a través de esta nueva organiza-
ción institucional nos llevan a incursionar en escenarios de interacción
inter e intra institucionales. La interacción con la comunidad genera
dialécticas entre lo interno y lo externo, lo estable y lo dinámico, las
prácticas y la teoría, no perdiendo de vista la identidad institucional,
sus raíces epistemológicas y las demandas generadas en los distintos
subsistemas.
16 Carr, W. “Una teoría para la educación. Hacia una investigación educativa crítica” (1999).
17 Litwin, E. “El oficio de enseñar. Condiciones y contextos” (2008)
61
Bibliografía
Estela Davyt1
Introducción
Racionalismo e Incrementalismo
8 Acta Nº 12, Resolución Nº 15 de fecha 1º de abril de 2003 del Consejo Directivo Central.
9 A esta tendencia concurre la incidencia de los organismos internacionales de asesoramiento y
crédito, tal como queda manifiesta en los proyectos de MECAEP y MEMFOD, a modo de ejem-
plos.
70
El proceso de elaboración
13 En el Acta Nº 1 de la Comisión de Posgrado consta: “La prof. Carmen Apratto (…) informa
de un proyecto de posgrados presentado ante la DF y PD y CODICEN. Esta presentación del
proyecto fue elaborada ante la demanda realizada por el Ministerio de Economía, que para
destinar dinero para ese rubro se debía presentar un proyecto que lo justificara.” http://www.
dfpd.edu.uy/web_08/institucional/comisiones.html
72
15 Según la IX ATD Nacional, 2001: “Estamos convencidos de que la identidad en esta área va de
la mano con la participación docente (real, permanente, representativa), lo cual implica que los
mecanismos de gestión autónomos deben generarse en todos los niveles. Esto significa que des-
de todos y cada uno de los actores e instituciones (autoridades, ATD, CAC, Salas de Profesores
y Estudiantes) deben propiciarse circuitos donde circule con fluidez la información, condición
imprescindible para generar espacios de producción en relación al área. Esto constituiría un
primer paso hacia la real participación que debe, necesariamente, culminar con una efectiva
presencia en la toma de decisiones.”
16 La propuesta fue apoyada por el Presidente del CODICEN Dr. Luis Yarzábal, quien expresara
en su discurso de cierre de la Asamblea Nacional: “Cuando por nuevas exigencias pedagógicas
la formación docente pasó del normalismo a la educación superior en universidades de mayor
prestigio pero de vocación múltiple, no siempre lograron salir indemnes aquellos principios
identitarios. De ahí la importancia del nuevo desafío que ahora se nos plantea: fundar una uni-
versidad pedagógica, o una universidad de ciencias de la educación y con ello garantizar tanto
la calidad superior como la especificidad que la formación de educadores requiere en el nuevo
siglo” “Del normalismo a la educación superior manteniendo la identidad” XIII ATD NACIO-
NAL de Formación Docente. Salto, viernes 9 de junio de 2006.
74
Consideraciones finales
Bibliografía
Encuentros Pedagógicos en
Carlos Real de Azúa
hombres. Estos fines dirigidos a los seres humanos que componen una
sociedad y concretados a través de acciones educativas conllevan ele-
mentos normativos que trasuntan tanto una filosofía de la educación
como una educación estética. Desconocer las finalidades educativas
ha llevado a la pérdida del sentido orientador del propio proceso de
enseñanza. Argumenta que la existencia de una cultura y una cien-
cia objetivadas como valioso legado de civilización, necesitan de una
educación que sea, en parte, recepción por parte del estudiante, como
antes lo fue por parte del profesor, aunque éste reelabore activamente
lo sustancial desde la cultura y la ciencia, dejando bien claro que nadie
puede, sensatamente, añorar el antiguo Jardín de los Suplicios didácti-
cos ni la desaforada potestad del pater-familias.
4.- Deshila el papel de la crítica en el trabajo educativo. El pro-
fesor se aleja del dogmatismo cuando, sin olvidar fundamentar racio-
nalmente la necesidad, la función y los modos de atracción de cada
curso, escucha los replanteos sensatos de los estudiantes y las críticas
fundadas a sus puntos de vista y opiniones. Distingue las diferentes
características que puede tener la crítica de los estudiantes. Puede
tratarse de una crítica interna, cuando el estudiante identifica una des-
conexión o falta de coherencia entre la exposición de un cuerpo de
conocimiento por parte del profesor, con sus propios supuestos, puntos
de vista, métodos y valores. Puede tratarse de una incriminación del
estudiante respecto a la falta de información del profesor, o puede tra-
tarse de una crítica externa por parte del estudiante, desde su postura
o ideología distinta a la del profesor. Pero no deja de alertar acerca de
un sentido infiel de la crítica que consiste en la vociferación de un lote
de estereotipos recién aprendidos, y eso, puede tener valor tanto para
el docente como para el estudiante. Diferencia la angustiosa molienda
de la cual muchas veces hace uso el profesor con respecto a las ob-
jeciones de los estudiantes, de lo que sería más aconsejable poner en
práctica por parte del profesor, el “filiar” primero el disenso y hacerlo
explícito, circuir el punto y casi siempre postergarlo lo más cortés-
mente posible en vista a una confrontación más amplia y sistemática,
que se hará o no de acuerdo a las posibilidades de tiempo, grado de
interés remanente o de la eficacia de ulteriores desarrollos. (Real de
84
vida, sino esencia espiritual de la vida misma y por tanto, valor en sí:
la cultura. (Real de Azúa, 1964: 253).
Son múltiples las razones de la sociedad moderna que apresu-
ran, cada vez más tempranamente, a producir hombres aptos para la
convivencia y la competencia social. Por eso los maestros, y los edu-
cadores de la juventud, tienen la urgente y extraña responsabilidad de
defender a los jóvenes contra ciertas formas de civilización y contra
cierto tipo de conocimiento y de estilo vital que en la práctica, se
revelan como eficaces para mejorar la situación económica y social
de quienes se adaptan a ellos. (Real de Azúa, 1964: 563) Cree que
los educadores cumplen un importante papel en la protección de los
jóvenes contra ciertos alfabetos útiles que llevan a que cada vez más
estudiantes se pregunten para qué sirve la literatura y qué tiene que
ver la poesía con las carreras profesionales que ellos han elegido. Tal
vez esta respuesta pueda ser dada si se comprende la estrecha relación
entre la literatura y la pedagogía. Identificar lo pedagógico de la lite-
ratura, es identificar la función educadora de la literatura, la literatura
como gran teatro del mundo ya que ella le mostrará al adolescente
todos los abismos y todos los laberintos y le enseñará, a la vez, a no
caer y a no perderse en ellos. (Real de Azúa, 1964: 565) Ese sentido
del amor que trasciende toda utilidad, es hoy más necesario que nunca
para poder conocer a los jóvenes y comunicarse con ellos. Sin el Eros
pedagógico no hay método capaz de llegar al corazón de una juventud
que se ha desarrollado en la escuela de la avidez, de la velocidad, del
lucro y de la ambición. Se refiere a que gran parte del estudiantado
que asistía a la enseñanza secundaria de su época pertenecía a la clase
media, a la pequeña burguesía portadora de la idea de progreso como
rápido y exitoso encumbramiento social y de bienestar económico.
En una especie de alegoría anunciatoria avizoró la prolongación hasta
nuestros días del impacto de las fuerzas productivas, que aprovechan-
do los conocimientos de la más alta ciencia especulativa, conjugados
con las mejores técnicas de su espíritu pragmático, han conducido a
que hoy parezca no tener sentido en los adolescentes la pregunta por
la cólera de Aquiles o la duda de Hamlet. En las clases de literatura de
Real de Azúa, ya aparecía la clásica pregunta de muchos estudiantes
86
con la que también se enfrentan los profesores de hoy: ¿para qué sirve
la literatura?. La pedagogía de la literatura podrá desnudar la verdad
y espetar la primera afirmación: la poesía no sirve para nada. Enton-
ces, el auditorio quedará asombrado de ver que sus más firmes con-
vicciones son compartidas por la única persona que tendría el deber
de rebatirlas. Algunos se indignarán ante el cinismo y la desfachatez
de una actitud tan poco académica y asumirán la defensa de la lite-
ratura. Entonces, el profesor podrá hacer la segunda afirmación: la
diferencia más sutil y más radical entre el hombre y el resto de los
animales es que el hombre es el único animal que hace cosas que no
sirven para nada y que, por lo mismo, esas cosas son las más caracte-
rísticas y distintivas de lo humano. (Real de Azúa, 1964: 563).
Esto lo lleva a inclinarse por el movimiento poético de los bie-
nes del conocimiento en la voz de todo educador, como supuesto pre-
vio del goce que despierta el bucear en las bellezas ocultas que no
se dejan descubrir a los primeros intentos de exploración, pero que
contribuye a la formación de un gusto estético más amplio y más pro-
fundo. Sube la apuesta pedagógica de la literatura cuando expresa que
el conocimiento literario está en todo lo que implica la abstracción de
lo individual y en la generalización de experiencias singulares como
vía de enseñanza. El enseñar es en cierto modo poner al enseñado en
unos andadores que son la formación de criterios de dilucidación y
valoración, la posesión de unos esquemas de esos mental events de
que habla Richards que se harán después connaturales a sus futuras
experiencias. Que esos andares deban después abandonarse es tan
cierto como que, prologalmente, son imprescindibles. (CIESU, 1987:
53).
Bibliografía
Daniela Tomeo1
El edificio
3 No haremos un inventario de los múltiples edificios realizados por la empresa constructora, solo
desatacaremos el Edificio Centenario (25 de Mayo e Ituzaingó) de 1930, caracterizado por un
lenguaje moderno de clara filiación expresionista.
4 Entrevista realizada en marzo de 2008 al Arq. Jacobo Alfredo de los Campos, hijo de Octavio De
los Campos.
5 El segundo premio es para el Arq. Fresnedo Siri, el tercero para el Arq. J.H. Domato compartido
con los arquitectos M. Di Stasio e I. Amorin. Los proyectos se publicaron en la Revista Arqui-
tectura. No. 190. 1937
6 Entrevista al Arq. Octavio de los Campos realizada por los arqs. Mariano Arana, Lorenzo Ga-
rabelli y José Luis Livni el 24 de agosto de 1976. Publicada en Revista Arquitectura. No 262en
noviembre 1992. Pág, 38.
95
El pintor
Fiorella Bacigalupe1
Cristina Píppolo2
Presentación
Antecedentes y justificación
Fundamentación
Impacto
Preparación
Lematización
Organización
3 Fernández Trinidad, M. y C. Píppolo (2008) “Quidam: Textos latinos anotados”. ANEP. Codi-
cen. DFPD.
108
Artículo
En la primera columna:
En la segunda columna:
En la tercera columna:
Muestra
proto-raíces
nivel uno alomorfos
formas verbales
nivel dos temas verbales alomorfos
y acepciones
met
met [mens es]
ādmētĭŏr, -īrī, -mēnsŭs sŭm tr. dep. Medir
meti
para.
migr
ādmīgrō, -ārĕ, -āvī, -ātŭm intr. Juntarse,
migr /migrav
unirse a.
min
ādmĭnīstrō, -ārĕ, -āvī, -ātŭm tr. intr. Ayu-
ministr /minis-
dar, servir || juríd. Administrar, gobernar ||
trav
Labor que se desempeña acatando una orden.
mir
mulc / muls
mulce ādmūlcĕō, -ērĕ, -sī, -sŭm tr. def. Halagar.
murmur
murmur /mur- ādmūrmŭrō, -ārĕ, -āvī, -ātŭm intr. Murmu-
murav rar, susurrar a alguien.
n
ādnō, -ārĕ, -āvī, -ātŭm intr. Nadar hacia ||
n /nav
Acercarse nadando || Remar, bogar.
Observaciones
Bibliografía básica
Fuentes:
Análisis y crítica:
Diccionarios:
Introducción
Las cosas
monumento
monumento [monumento]
116
m.
Conclusión
Bibliografía básica
Diccionarios consultados
Textos citados
Competencias lingüísticas y
la escritura en el nivel terciario1
Carlos Hipogrosso2
1.
1 Este trabajo fue expuesto en LICCOM – UDELAR en el marco de unas jornadas tituladas “Com-
petencias lingüísticas”, el martes 30 de junio en el local de la Licenciatura.
2 Profesor egresado del Instituto de Profesores “Artigas” en la especialidad Literatura. Profesor de
Lingüística en IPA. Profesor de Español de FHCE– UDELAR.
124
2.
3.
Sheila Asteggiante1
Marianella Lorenzo2
tiples almas colectivas.” (Freud, S., 1918, p.122). Esto es, el sujeto
se constituye, a través, de la presencia del otro y por la transmisión
interiorizada de su historia y su cultura. De ahí la relevancia de la
memoria y el olvido en los procesos de subjetivación vigentes; aten-
diendo la diferencia entre el olvido que es propio de la vida y la prohi-
bición del mismo que es propio de la muerte. Sabemos por Freud que
la pulsión de muerte realiza su trabajo de modo silencioso; anulando el
deseo y la fantasía en la que el sujeto define y sostiene su relación con
el otro. Por lo tanto, anula también el lazo social.
Para esta instancia hemos elegido dos enfoques filosóficos dis-
tintos, a saber, Habermas y Derrida; ambos nacieron con un año de
diferencia 1929 – 1930, vivieron durante su adolescencia la segunda
guerra mundial y el terrorismo durante su madurez. Para ellos, el pri-
mer compromiso filosófico es con las leyes y las instituciones; de ahí
que se los enmarca como los filósofos del post holocausto. Si bien in-
tentan una construcción positiva, a través de la historia, lo hacen desde
la crítica social y desde conceptualizaciones diferentes.
Habermas ya nos advirtió las consecuencias de la falta de acti-
tud crítica, la cual, dio lugar a comportamientos de barbarie, que ac-
tualmente se manifiesta, entre otras formas, en el terrorismo. Según
este autor, “después de Auschwitz nuestra conciencia nacional debe
ser derivada sólo de las mejores tradiciones de nuestra historia, una
historia que no tomamos sin examinarla sino de la que nos apropiamos
críticamente.” (Habermas, J., 1989, p.234). Es claro que este planteo
se enmarca en el “proyecto inacabado de la modernidad”, lo cual, da
cuenta de la creencia en principios universales más allá de las es-
pecificidades históricas y culturales. Para Habermas la confianza
en la razón y en la comunicación haría posible la emancipación y el
mejoramiento de la situación humana presente. De este modo destaca
que: “una situación de entendimiento posible exige que a lo menos
dos hablantes-oyentes establezcan una comunicación simultánea en
ambos planos: en el plano de la intersubjetividad, en que los sujetos
hablan entre sí y en el plano de los objetos (o estado de cosas) sobre
los que se entienden. La pragmática universal sirve a la reconstruc-
ción del sistema de reglas que un hablante competente ha de dominar
139
5 El mal radical es aquel que es “capaz de repetirse, imperdonablemente, sin transformación, sin
mejoramiento, sin arrepentimiento ni promesa.” (Derrida, J., 1986).
142
Resumen
6 Algunos Flims: “Polvo nuestro que estás en los cielos”, Beatriz Flores Silva; “Destino final”,
Mario Gutierre Ruiz: “Matar a todos”, Shőeder y otros.
144
Bibliografía
Lo corporal en el campo de
la didáctica de la filosofía
Andrea Méndez1
Janett Tourn2
Objetivos:
• Fundamentar la inclusión de lo corporal desde el ámbito filosó-
fico.
• Incorporar la teorización sobre el cuerpo dentro de la didáctica
de la filosofía.
• Incorporar la reflexión sobre la corporeidad o las prácticas cor-
porales en la clase de filosofía.
• Objetivo de esta primera etapa:
• Fundamentar la propuesta desde el ámbito filosófico.
Justificación:
Fundamentación:
3 Ver Merleau Ponty, M. “El mundo de la percepción”. Buenos Aires. Fondo de Cultura Económi-
ca. 2008. Pags. 24- 25.
147
que sienten, que huelen, que piensan, y que por tanto van delimitando
“zonas” habitadas y significadas.
Etimológicamente espacio significa estadio o campo para correr.
El término espacio tiene desde el lenguaje una relación con el mo-
vimiento, con el cuerpo y la motricidad. El espacio puede ser usado
para referirse al espacio del sujeto mismo demarcado por coordenadas
espacio corporales, arriba-abajo, derecha-izquierda, así como también
adentro-afuera. “...refiriéndose al volumen y a la capacidad que tiene
el cuerpo de hacer de sus limites naturales una frontera de intercambio
con los demás cuerpos.”4
Por lo cual el término espacio puede ser usado para hablar de
espacio ocupado y espacio habitado. ¿Cuál es el espacio habitado? Es
aquel que implica la presencia del cuerpo proyectado: la mirada, el
olfato, la escucha, la actitud, la postura, la voz.
Las cosas y los sujetos resultan ser percibidos y por tanto cono-
cidos desde distintos cuerpos que los significan diferente. Entonces el
ser también cobra significado y se construye en esta percepción que
logra desarrollarse a través del tiempo vivido y que delimita el espacio
en función de ella y de la corporeidad que la sostiene.
También Merleau-Ponty se refiere a como las cosas no son sim-
ples objetos neutros, es decir como el espacio es espacio identificado
por alguien, quien le da sentido y significación, es visto según una
perspectiva limitada, la de quien signifique y la de quien lo habita. La
relación con las cosas no es una relación distante sino que cada una de
ellas habla a nuestro cuerpo y a nuestra vida. “...cada una de ellas sim-
boliza para nosotros cierta conducta, nos la evoca, provoca por nuestra
parte reacciones favorables o desfavorables, y por eso los gustos de un
hombre, su carácter, la actitud que adoptó respecto del mundo y del
ser exterior, se leen en los objetos que escogió para rodearse, en los
colores que prefiere, en los paseos que hace.”5
Con el espacio y con las cosas o sujetos mantenemos relaciones
carnales y ambiguas porque recogen la paradójica relación de lo que
4 Ver CalmeLS, D. “Espacio habitado”. Ed. Noveduc. Bs. As. 2001. pag. 14.
5 Merleau Ponty, M. Op. Cit., pág. 30.
148
Conexión didáctica
Bibliografía
Resumen
Tal es la cuestión decisiva. Es posible -es, en todo caso, más fácil- afir-
mar la vida cuando ella misma es fuerza y desbordamiento, cuando es
exuberancia; pero afirmarla cuando decae, cuando declina, cuando se
debilita y se hunde en su ocaso, esa es la tarea del superhombre.
Bibliografía
Alejandra Delgado2
Graciela Scavone3
Sguilla, Silvia4
Villamil, Alejandro5
Resumen
Introducción
Antecedentes
6 OCDE / PISA. (2006). Programa para la evaluación de alumnos, PISA 2006. Marco de la eva-
luación, conocimientos y habilidades en Ciencias Matemática y Lectura. Montevideo: OCDE ed
7 Machado, A. L. (2005). Prólogo. En UNESCO, ¿Cómo promover el interés por la cultura cientí-
fica? Una propuesta didáctica fundamentada para la educación científica de jóvenes de 15 a 18
años (pág. 5). Santiago: OREALC/UNESCO Santiago.
168
Objetivos
Hipótesis
1- Cuando los docentes planifican los cursos más allá de los con-
tenidos e indicaciones metodológicas de los programas, son influidos
por un conjunto de factores de importancia relativa que se reflejan en
la concepción de sus prácticas.
2- La concepción de la enseñanza de las Ciencias Físicas desde
la perspectiva de los docentes, podría relacionarse con las tendencias
de la educación científica de la comunidad internacional. Existiría un
grado de correlación significativo entre esta concepción y la “alfabe-
tización científica”.
• “Desde el alumno”
Se agruparon en la categoría II, las repuestas que hacen refe-
rencia al desarrollo del estudiante, su desenvolvimiento, sus actitu-
des, sus capacidades para plantear preguntas, hipótesis, para construir
explicaciones. Un 21 % de los docentes ubica sus respuestas en esta
categoría.
Algunas de las respuestas relevadas incluidas en esta categoría
son:
50% 46%
40%
30% 25%
20% 17%
12%
10%
0%
0%
NC Nada Poco Bast ant e M ucho
60% 58%
50%
40% 38%
30%
20%
10% 4%
0% 0%
0%
NC Nada Poco Bast ant e M ucho
60% 59%
50%
40%
29%
30%
20%
8%
10% 4%
0%
0%
NC Nada Poco Bast ant e M ucho
50%
50%
40%
30%
20% 17%
12% 13%
10%
8%
0%
NC Nada Poco Bast ant e M ucho
Ana Domínguez1
Andrea Noble2
trial. Las fábricas pasaron a ser parte integrante de las áreas urbanas, y
alrededor de ellas se fueron poblando los barrios obreros. No hubo de
ninguna manera un modelo uniforme... (aunque) en términos genera-
les existió una tendencia a la segmentación y diferenciación entre los
espacios ocupados por los distintos sectores sociales” 7 Otro cambio
fue el del transporte y las comunicaciones. El ferrocarril, aún en su
infancia, era importante en Inglaterra, EEUU, Bélgica, Francia, Ale-
mania. La navegación a vapor se duplicó entre 1800 y 1840, y unían
Inglaterra y Francia, ya en 1822. El número de cartas enviadas anual-
mente en Francia, pasó de 64 a 94 millones. “...los ferrocarriles,... los
magníficos puentes tendidos sobre los ríos, las grandes vías navega-
bles y los muelles, los espléndidos vapores que se deslizaban como
cisnes por el agua, y las nuevas y elegantes diligencias fueron y siguen
siendo algunos de los más hermosos productos de la industria.”8. Otro
gran cambio, fue el aumento del comercio y la migración, no en todas
partes. Pero en el ámbito de la doble revolución, el movimiento de
personas, afirma Hobsbawm, parecía un terremoto. “En comparación
con épocas posteriores, todo esto era, sin duda, muy modesto, pero por
entonces debía de parecer a los contemporáneos algo muy superior a
sus más fantásticos sueños”9. En cifras, entre 1816 y 1850, 5.000.000
de europeos abandonaron sus países natales, casi cuartas quintas par-
tes para trasladarse a América. En cuanto al comercio internacional,
entre 1780 y 1840 se triplicó, entre 1780 y 1850 se cuadriplicó. El
siglo XIX es el de la moderna expansión colonial, y para las econo-
mías industriales en desarrollo, la expansión territorial, sobre todo la
colonial, se perfila como garantía de mercados. Asimismo la acción
colonial era estimulada por el patriotismo nacional (Ortega Valcárcel,
2000) Estos aspectos reseñados, serán algunos de los ejes que Reclus
y Kropotkin presentarán en sus obras a diferencia de otros geógrafos
contemporáneos.
13 Kropotkin, P. Lo que debe ser la Geografía. 1885. “La geografía debe…enseñarnos, desde nuestra
más tierna infancia, que todos somos hermanos, sea cual sea nuestra nacionalidad. En una época
como la nuestra, de guerras, de auto presunción nacional, de celos y odios nacionales hábilmente
alimentados por gente que persigue sus propios intereses de clase, egoístas o personales, la geografía
debe ser- en la medida en que la escuela pueda hacer algo para contrarrestar las influencias hostiles-
un medio para disipar esos perjuicios y para crear otros sentimientos más dignos de la humanidad.
Debe mostrar que cada nacionalidad aporta su precioso ladrillo para el desarrollo general de la
comunidad, y que solo unas pequeñas partes de cada nación están interesadas en mantener los odios
y los celos nacionales. Existe una tercera tarea, quizás todavía mayor: la de acabar con los prejuicios
sobre los que nos erigimos con respecto a las llamadas “razas inferiores” – y esto precisamente en
una época en que todo hace prever que pronto entraremos en un contacto con ellos mucho más inti-
mo que nunca. …¿Y como podrían actuar de otra forma si desde su más tierna infancia se les enseña
a despreciar a “los salvajes”, a considerar “las verdaderas virtudes de los paganos como un crimen
disfrazado” y a mirar hacia las “razas inferiores” como un mero fastidio…Hasta ahora los europeos
han “civilizado a los salvajes” con whisky, tabaco y el secuestro, les han inoculado nuestros propios
vicios; les han esclavizado. Pero está llegando el momento en que consideraremos que tenemos que
darles algo mejor-esto es, el conocimiento de las fuerzas de la naturaleza, las formas de utilizarlas, y
las formas superiores de vida social”.
191
15 La Revue des deux mondes fundada en 1829, era una revista quincenal que trataba todos los
temas: literatura francesa y extranjera, bellas artes; historia, política, filosofía, viajes; ciencias;
etc. Elisée Reclus formaba parte de la nómina de sus colaboradores como la persona encargada
de viajes y economía política.
16 Las Sociedades Geográficas estaban integradas por exploradores, hombres de negocios, repre-
sentantes del comercio, de la industria, del mundo colonial, aristócratas y familias reales.
17 La Terre, description des phénomènes de la vie du globe I Vol. 1867- II Vol. 1869. Hachette 10
ediciones
193
22 Estableció relaciones muy importantes con Patrick Geddes, biólogo escocés, científico social y
planificador quien después difundiera sus ideas por Gran Bretaña y se mostró muy interesado por
sus ideas de una geografía social, que consideraba muy importantes para sus trabajos de investi-
gación aplicada y planificación. Y como reseña Dunbar, (1989) Geddes recomendó los escritos
de Reclus a su discípulo americano Lewis Mumford.
197
no existía más que una incesante lucha por la vida y el exterminio del
débil por el fuerte. Sostenía la importancia de la solidaridad y la ayuda
mutua entre pequeñas comunidades autónomas. La ley de ayuda mu-
tua depende de la voluntad de cooperación y tiene mayor importancia
respecto a la evolución que la ley de lucha recíproca, anteponiéndose
así los principios de sociabilidad y de solidaridad. Por haber recorrido
Siberia había quedado sorprendido por la igualdad y la autosuficiencia
de los campesinos (ante situaciones tan adversas para desarrollar su
vida), pero desanimado por los efectos del centralismo político y la
desigualdad social. Por otra parte, fue un gran crítico del capitalismo y
del modelo industrial impuesto. Desvenda sus contradicciones, con los
efectos de degradación sobre la naturaleza y la fragmentación en los
procesos sociales. Propone una organización alternativa basada en una
concepción de la vida social de carácter comunista libertaria. Conside-
raba a la comuna como la unidad natural de organización social y que
cada comuna tendría a ser autosuficiente. Los intercambios se realiza-
rían en base a acuerdos entre unidades de producción comunales. Rei-
vindicaba un sistema social basado en la solidaridad, ayuda mutua y
en equilibrio con la naturaleza. El objetivo que tenía este geógrafo, se-
gún Peet (1988) es el de producir un sistema comunal que posibilite la
máxima libertad para el desarrollo de la inteligencia y la inventiva in-
dividuales. Escribió sobre el anarquismo social donde pretendía mos-
trar que las personas eran capaces de conseguir una sociedad mejor de
bases cooperativas siempre y cuando fueran abolidas las estructuras de
dominación y subordinación. Creía que las estructuras centralizadoras
inhibían el desarrollo de la personalidad cooperativa, promovían la
desigualdad y limitaban el progreso económico (Breitbart, 1981)
Defendía la actividad económica a pequeña escala, además pro-
ponía que las grandes ciudades - regiones se tenían que dividir en mu-
nicipios más o menos autosuficientes en los que pudieran integrarse
la vida, el trabajo y los espacios recreativos, colocándose nuevamente
en práctica las ideas de Ebenezer Howard, Lewis Mumford y Patrick
Geddes. Expresó sus ideas en forma más directa que Reclus, intentó
hacer una revolución dentro de su disciplina, ya que expuso sus teo-
rías sobre la educación geográfica, las relaciones entre el hombre y la
200
Bibliografía
Introducción
verano 1988).
Las probabilidad del ingreso al Uruguay de la enfermedad del
Dengue es hoy una un eminente problema, con la aparición del vector
Aedes aegypti en 1997. Hecho que ha disparado la alarma y ha llevado
a una campaña de erradicación del vector por parte del Ministerio de
Salud Pública (MSP). A 12 años de la detección del vector y frente a
un nueva epidemia del Dengue en la región y frente al hecho que en el
país no se han producido casos autóctonos. Surge la interrogante ¿por
qué no ha ingresado la enfermedad y qué probabilidad existe que en
caso de un incremento de temperatura la enfermedad ingrese definiti-
vamente al país?
En este trabajo se analizaran las condiciones climáticas en el
país en los últimos años que permitirían el marco adecuado para la
proliferación del vector y el desarrollo de la enfermedad y el grado
de la vulnerabilidad social, en el contexto de crisis socioeconómi-
ca.
Antecedentes
2 Epidemia: Cuando la frecuencia excede a lo esperado con base a la experiencia anterior. Guerre-
ro, 1996
209
3 Endemia: Cuando el Nº de casos de una enfermedad no sobrepasa los valores normales para el
período
4 Pandemia: Cuando la la epidemia se extiende a todas o casi todas las regiones del planeta. Gue-
rrero, 1996
210
Vectores y reservorios
Los vectores del Dengue son los mosquitos del género Aedes, y
la especie más importante en la transmisión es Aedes aegypti. El otro
vector es Aedes albopictus, de gran distribución en Brasil.
El adulto de Aedes aegypti, transmisor de Dengue y Fiebre Ama-
rilla, tiene un dorso con bandas de color plateado o amarillo blanque-
cino sobre fondo oscuro, y un dibujo característico en forma de lira en
el dorso del tórax. Este género se distribuye entre las latitudes 40°N
y 40°S. Este tipo de mosquito es susceptible a temperaturas extremas
y climas cálidos secos. Los adultos pierden actividad por debajo de
12 - 14°C.
Vuelan pocos metros y pican de día o de noche en la vivienda
junto a la que nacen. Cada hembra deposita relativamente pocos hue-
vos, en depósitos de agua limpia natural o artificial peridomiciliarias
(charcos, tanques, cubiertas, recipientes descartables de color oscuro),
en hoyos y cavidades de árboles y rocas. Los huevos pueden soportar
la desecación durante un año y eclosionar tras unos 4 días de hume-
dad. (Chiparelli, Schelotto, 2000). El ciclo completo de A. aegypti, de
huevo a adulto, se completa en óptimas condiciones de temperatura y
alimentación, en 10 días.
El mosquito Aedes albopictus, cuya original área de dispersión
era el sudeste asiático, donde interviene en el ciclo de transmisión del
“dengue”. En los últimos años, el transporte pasivo de larvas (trans-
porte de mercaderías: neumáticos, brotes de bambú, etcétera), este
mosquita ha arribado a América (Estados Unidos y Brasil).
Esta especie soporta las bajas temperaturas y mantiene una am-
plia variedad de criaderos. Tales características lo transforman en un
vector de difícil control, una vez que éste se radica. Se ha detectado
una verdadera “competencia”, con A. aegypti por los criaderos en am-
bientes urbanos, donde A. albopictus logra desplazar gradualmente a
su competidor, con posterioridad a un tiempo de coexistencia.
213
Regiones
61-90
97-03
Incremento
Noroeste
1331
1437
106
Noreste
1388
1521
133
Este
1207
1531
324
Centrosur
1099
1259
160
215
250,0
200,0
150,0
100,0
50,0
0,0
-50,0
Región Región Región Este Región
Noroeste Noreste Centrosur
Verano Otoño Invierno Primavera
1
0,5
0
-0,5 Región Región Región Región
Noroeste Noreste Este Centrosur
-1
-1,5
Aspectos demográficos
Bibliografía
Fernando Pesce1
el límite del reino, que a comienzos del reinado de Luis XIII, estaba a
menos de 150 kilómetros de aquella ciudad. Luis XIV no consiguió es-
tablecer la línea del Escalda. La frontera es una línea convencional fi-
jada (...) y que desde entonces sólo ha sufrido retoques insignificantes.
Lo absurdo de la situación creada salta a la vista apenas se observan
las redes fluviales, pues las cabeceras de esos cursos de agua navega-
bles que son el Escalda y el Lys, quedan políticamente separados del
curso inferior y de la desembocadura marítima”.
Conclusiones
Bibliografía
Isabel Clemente1
Ana María Faedo2
Resumen
Investigación. Tipo
El concepto de investigación sobre cuya base se elaboró este
proyecto identifica investigación con un proceso intelectual de crea-
ción de conocimiento con base en métodos y técnicas rigurosas de
búsqueda de datos, análisis e interpretación para establecer respuestas
fundadas en evidencia empírica al problema que se intenta esclarecer.
Por producción de conocimiento nuevo se entiende tanto la
construcción de saberes antes desconocidos o no abordados por la in-
vestigación como el establecimiento de fuentes nuevas para el cono-
cimiento, la revisión de teorías e interpretaciones sobre procesos ya
estudiados antes.
Así definida la investigación se diferencia de otros productos
intelectuales con los que a veces se la suele confundir: el ensayo, que
resulta de una actividad especulativa o de reflexiones con juicio per-
sonal y la reseña, los cuales, si bien comportan un uso intensivo de
herramientas del pensamiento racional no están sujetos a la exigencia
del método científico de contrastar hipótesis con pruebas. También la
investigación se diferencia de los trabajos de demostración de afirma-
ciones contenidas en un cuerpo de doctrina o en un canon ideológico,
con el recurso de acopiar datos que proporcionen validez a preceptos
1 Licenciada, Profesora. Egresada de los Insitutos Normales María Stagnero de Munar y Joaquín
R. Sánchez.
2 Profesora. Egresado del Instituto de Profesores Artigas.
236
1. Descripción de la metodología
2. Hallazgos:
3. Conclusiones
Bibliografía
Fuentes primarias
El Congreso Pedagógico de
Buenos Aires de 1882
7 De esta forma comentaban los industriales uruguayos las dificultades que debieron enfrentar para
lograr el apoyo oficial : “Vino la prórroga de la Continental y después vino la segunda invitación,
y la Rural, sabiendo cuánto era el interés de los industriales en concurrir a Buenos Aires con sus
artefactos se opuso con sus consejos a que el Superior Gobierno aceptase la honrosa invitación
hecha por una nación vecina, y para darle más fuerza a su oposición, ideó la celebración de
una revista exposicional de diversificaciones industriales, que luego se convirtió en Exposición
Nacional agropecuaria e industrias de su procedencia, y hoy abarca en su programa todas las in-
dustrias, manufactureras y fabriles, puesto que llama a concurso las que emplean materias primas
procedentes del reino animal, vegetal y mineral. La Liga Industrial no cejó por esa oposición que
le privaba los recursos y la influencia oficial del Gobierno, presentándose al señor Ministro del
ramo, el que con precisión y claridad, manifestó a los miembros de Consejo los trabajos que se
habían hecho para que él desistiese de aceptar la invitación hecha por la República Argentina. A
su debido tiempo, si los acontecimientos lo exigen, daremos a conocer públicamente las razones
expuestas por los rurales para privar que el elemento productor del país, que no tiene ambiciones
de influencias ni personalidades de ningún género, concurriese con los dineros públicos a donde
sus conveniencias lo llevaban”. La Liga Industrial. Montevideo. 31 de julio de 1881.
8 Álbum de la República Oriental del Uruguay compuesto para la Exposición Continental
del Buenos Aires bajo la dirección de los señores F. A. Berra, Agustín de Vedia y Carlos M.
De Pena. Un tomo en 4º mayor de 340 páginas y 20 mapas. 3.000 ejemplares. Lujosa edición
esmeradamente impresa en rico papel. Editor: Alfredo Godel. Montevideo. El Siglo Ilustrado.
1882.
262
12 El Dr. Vásquez nace en Buenos Aires, en 1844, donde sus padres se instalaron por razones po-
líticas de su filiación blanca. Entre los años 1854 y 1860 reside en Buenos Aires y continúa sus
estudios aunque se graduó en jurisprudencia en la Universidad de la República de Uruguay en
1867. Como casi todos los intelectuales uruguayos, figura en 1868 en la Sociedad de Amigos de
la Educación Popular y su compromiso educacional será intenso y perdurable. En los años 80, se
integra la Dirección General de Instrucción Pública pero también inicia, desde su actividad en las
tres oportunidades que ocupa el Rectorado de la Universidad, la transformación más importante
de la máxima Casa de Estudios.
13 Consejo Nacional de Educación. El Monitor de la Educación Común. Op. Cit. p. 85.
14 Ibídem.
264
15 Ibídem.
16 Ibídem.
17 Bolivia estuvo representada por Nicomedes Antelo, se incorpora desde el inicio del Congreso.
Ramírez, C. M.; C. M. De Pena; F. A. Berra. Informe acerca del Congreso Pedagógico Inter-
nacional Americano (…). Conclusión. Op. Cit. pp. 475 y ss.
18 El Dr. Adolfo Decoud fue el delegado del Paraguay. Ibídem.
19 El Dr. Abilio César Borges, Barón de Macahubas representó al Imperio del Brasil. Ibídem.
265
“Señor Berra: Debo empezar manifestando que he oído con sumo pla-
cer el bellísimo trabajo presentado por el señor Groussac al Congreso.
Y digo con placer, no solo por su forma literaria, que es notable, sino
también por su mérito intrínseco, sobre todo, en la parte descriptiva y
en algunas de las consideraciones de carácter social que expone.
Estoy de acuerdo con algunos de los propósitos manifestados por el
señor Groussac, y, por consecuencia, con algunas de las disposiciones
que encierra su proyecto de resolución, aunque creo conveniente mo-
dificar un poco su carácter y hacerle algunas adiciones para que co-
rresponda con más exactitud a la naturaleza y al objeto del Congreso.
Así por ejemplo, el proyecto de resolución propone medidas que son
aplicables, en su mayor parte, exclusivamente a la República Argen-
tina.
El Congreso es Internacional; hay otros países interesados en las so-
luciones que obtengan aquí la mayoría de los votos. No solo son in-
teresados los que han mandado delegados al Congreso, sino también
otras Repúblicas y otros Estados Americanos que tienen analogía de
intereses con ellos.
Por otra parte, el Congreso es esencialmente pedagógico, y si bien no
debemos eliminar completamente las cuestiones administrativas, es
necesario que estas entren en los proyectos de resolución, como me-
didas para llegar a resultados pedagógicos; y en esta parte, me parece
que el proyecto del señor Groussac es susceptible de alguna amplia-
ción, como es la que voy a proponer”30.
29 La exposición realizada por Groussac se realiza en la 2ª sesión del 12 de abril y lleva por título:
“Estado actual de al educación en al República; sus causas; sus remedios”. Como vemos, refería
exclusivamente a la realidad argentina. Ver: Consejo Nacional de Educación. El Monitor de
la Educación Común. Publicación Oficial del Consejo Nacional de Educación. Año I. Nº 6.
Buenos Aires. 1882. pp. 184-190; Nº 7, pp. 203-210 para consultar la exposición íntegra de
Groussac.
30 Consejo Nacional de Educación. El Monitor de la Educación Común. Año I. Nº 8. Op. Cit. p.
253.
270
31 Ibídem.
32 Ibídem.
33 Ibídem.
271
“Viene una cuestión delicada ahora: si los maestros, los que se dedican
al ejercicio de este magisterio, han de tener o no certificada su sufi-
ciencia por un título expedido por las autoridades públicas.
Las opiniones, como ya ha habido ocasión de notarse están divi-
didas. Hay quienes creen que todo el que ejerce el magisterio, sea
en las Escuelas públicas, sea en las Escuelas privadas, deben estar
autorizados por un diploma. Tomando en cuenta la comisión las
razones que aducen los partidarios de esta regla de conducta y sus
opositores, ha creído deber hacer una distinción importantísima. Es
indudable que el progreso de la educación, mirado bajo el punto de
vista exclusivamente pedagógico, exige imperiosamente que todo
el que enseñe sepa enseñar. Pero ¿quiénes son los jueces de si una
persona sabe o no enseñar? Esta es otra cuestión, y no pedagógi-
ca, sino jurídica. Según se resuelva, se hieren o no derechos que
siempre deben ser respetados. El maestro, si ejerce su profesión
privadamente, ya por lecciones que de a domicilio, o abriendo una
escuela en la cual recibe a todos los alumnos que se le confían,
ejerce un derecho, y los que aprecian si lo ejerce bien o mal, son
los padres de los niños. Cuando el maestro va a ejercer su profesión
en una escuela pública - y llamo públicas a las escuelas del Estado
o del municipio - entonces ya no ejerce su derecho, ejerce una
función pública, y, por lo mismo, las autoridades pueden exigirle
que pruebe su competencia. Esta competencia probada por medio
de un examen y justificada después por medio de un título, es ne-
cesaria, sobre todo, donde se provee a las escuelas sin concurso,
porque, mientras el concurso permite que se conozca el saber de
un individuo, aunque no presente título, cuando se prescinde de
él, es absolutamente indispensable el título. La comisión ha hecho
estas distinciones, y de aquí la regla que propone; que solo a los
que van a servir escuelas públicas, es decir, escuelas del Estado
o del municipio sea a quienes puede requerirse el título, previo
examen teórico-práctico prestado ante autoridades escolares, - en-
tiende que cuando los maestros ejercen su profesión privadamente,
ya sea dando lecciones en sus domicilios, ya sea abriendo escuelas,
entonces sus competencia está librada al juicio de los padres de fa-
milia que se sirven de su profesión. Hay una disposición que quizá
no necesita comentarios. Es la que establece que para el servicio
de las escuelas públicas deben preferirse los maestros que se han
formado en las escuelas normales a los que no lo son en esta forma,
porque ya existe la presunción de que el maestro formado en es-
cuelas normales, no solo tiene la competencia técnica que su título
demuestra, sino también que ha recibido la educación que debe
277
39 Ibídem. p. 437.
278
ponder a las necesidades del progreso escolar, de aquí resulta que con
frecuencia se prefiere a los peores maestros cuando habría otros que
satisfarían mucho mejor los deseos de la autoridad encargada de nom-
brarlos.
Agréguese a esto que, con fundamento o sin él, inspira esta forma
cierta desconfianza en los consagrados al magisterio mismo, y da lu-
gar a que se sospeche algunas veces de la poca aptitud de la dirección,
quizás sin justicia, pero cuya sospecha produce al fin resultados incon-
venientes. Por esta razón, la Comisión se inclinó, siguiendo además
los consejos de la experiencia de otros países, a que la forma adoptada
sea la del concurso público”40.
40 Ibídem. p. 436.
41 Alexander Bain (1808-1903) tuvo en nuestro medio gran aceptación, sobre todo en el ambiente
educativo, por su “Ciencia de la Educación” de 1879. El profesor escocés, perteneciente a la
escuela positivista de John S. Mill, intenta desarrollar la psicología asociacionista formulando
sus leyes y haciéndolas extensivas a los procesos de aprendizaje. En este campo tuvo la mayor
gravitación ya que las “lecciones sobre objetos” desarrolladas extensamente en la obra antedicha
fueron atentamente consideradas por las personalidades reformistas de fines del siglo XIX y aun
en las primeras del XX.
279
44 Ibídem.
282
48 “Un pedagogista español, entre otros, dice que la instrucción desarrolla las facultades intelec-
tuales, aplicándolas a la adquisición del saber, y bajo este último concepto los medios de instruir
son: la viva voz del maestro, los manuscritos y los libros impresos. El primero de estos medios
le parece el más eficaz. El maestro repite y varía las explicaciones según las necesidades del
discípulo; hace preguntas, adivina las respuestas oscuras y las claras; sin ese medio puede hacer
algo el hombre adulto; nada el niño. Los manuscritos sirven también para instruir; pero son me-
nos estimables que la vida voz del maestro. Los libros impresos son unos poderosos auxiliares
del maestro. Suelen exponer con método y claridad. A estos medios generales deben añadirse
el estudio que hará el discípulo y los ejercicios prácticos. El estudio suele hacerle el alumno
privadamente. Pocas veces las lecciones de memoria se dan bien por los niños de corta edad.
Pero los niños no pueden estudiar en casa por dos razones poderosísimas: la una, porque no hay
siempre quien los vigile; la otra porque mientras no sepan leer no pueden valerse del libro. Hay
que destinar una parte del tiempo al estudio. Antes de dar las lecciones de memoria, se dejará a
los niños algún tiempo para repasarlas. El estudio se hará en las escuelas dividiendo los niños en
grupos; poniendo al frente de cada grupo un niño que diga palabra por palabra proposición por
proposición, y período por período la lección señalada de antemano por el maestro. Los niños
irán repitiendo las palabras, proposiciones y períodos hasta que las aprendan de memoria. De
esta manera se obtienen resultados muy superiores a los que se logran por los procedimientos
ordinarios. De modo que, según los principios del pedagogista citado, toda lección dará a uno o
varios niños debiera constar de tres partes; explicación (por el maestro), recitación de memoria
de lo explicado, práctica o ejercicio de preguntas según los casos”. Ibídem. p. 463. Posiblemente
estos conceptos procedan de la obra de Pedro De Alcántara García. Educación intuitiva y lec-
ciones de cosas. Madrid. Gras y Compañía. 1881.
49 Consejo Nacional de Educación. El Monitor de la Educación Común. Año II. Nº 33. Junio.
Buenos Aires. 1883. p. 463.
50 Ibídem. p. 464.
286
“1º Nada iguala a la presencia misma del objeto que deseamos cono-
cer, ya sea por que de este modo las intuiciones son más vivaces y se
ejercitan todos los sentidos que corresponden, ya sea porque es más
rápida y segura la adquisición del conocimiento cuando el esfuerzo
del alumno va acompañado del placer o de cierta excitación agradable.
2º El otro principio es éste; si el estudio de las cosas no puede hacerse
en las cosas mismas, será necesario recurrir a la representación más
fiel y exacta del objeto acerca del cual se quiere instruir. Si se trata de
un cuerpo o parte de un cuerpo, no debe prescindirse de presentar al
alumno su representación plástica, porque después del objeto original
nada ofrece más atractivos al niño que su imitación corpórea; nada
puede presentarse tampoco que supla mejor la carencia del objeto mis-
mo” 51.
51 Consejo Nacional de Educación. El Monitor de la Educación Común. Año II. Nº 34. Junio.
Buenos Aires. 1883. p. 472.
52 Ibídem. p. 476.
287
53 Ibídem. p. 478.
54 Ibídem. p. 491.
288
“Por toda a parte, neste como no meu, como em todos os países, acre-
dita-se que melhorando-se as condições dos mestres, dando-selhes
57 El Barón de Macahubas señalaba: “…não consultei um só autor para escrevel-as: - o que vou
dizer é produto exclusivo da minha observação e da minha já bem longa experiência”. [No con-
sulté un solo autor para escribirlos: lo que diré es producto exclusivo de mis observaciones ejem-
plo de mi ya larga experiencia]. Consejo Nacional de Educación. El Monitor de la Educación
Común. Publicación Oficial del Consejo Nacional de Educación. Año III. Nº 44. Noviembre.
Buenos Aires. 1883. p. 125. La traducción es nuestra.
58 “Fundad, señores, cuantas escuelas quisiereis, colocad una en la puerta de cada familia, formu-
lad para ellas los más sabios programas, dotadlas de establecimientos apropiados y de los más
perfeccionados y completos materiales e instrumentos de enseñanza, pero entregad su dirección
a hombres sin competencia y será en vano y poco aprovechado, perdidos serán los sacrificios
hechos, porque no prosperará la enseñanza del pueblo, o será perjudicado”. Ibídem.
59 “Estive, senhores, por vezes nos mais adiantados países da Europa; nelles visitei detidamente
as escolas, tanto urbanas como rurais: em todos relacionei-me com os homens mais eminentes
e mais adiantados en materias de ensino; e não encontrei un só que não lomentasse o atraso que
attribuiam todos a falta de bons mestres para as escolas primarias”. [Estuve, señores, en los
países más adelantados de Europa, ahí visité detenidamente las escuelas, tanto urbanas como
rurales: en todas me relacioné con los hombres más eminentes y más adelantados en materia de
enseñanza, y no encontré uno solo que no lamentase el atraso que atribuyen todos a la falta de
buenos maestros para las escuelas primarias]. Ibídem.
290
Como los “bons mestres da infancia, mais raros são ainda que
os diamantes”, postula la difusión de la institución más idónea para
la formación de los buenos maestros. Es en la propia escuela donde
se deben descubrir las potencialidades vocacionales de su alumnado,
para después, una vez identificados los elementos más prometedores.
Pero el milagro de la conformación de un buen maestro solo puede
lograrse con la institución adecuada y esta no es otra que el Internato:
“Agora, descobertos os futuros mestres, diamantes ainda en estado
natural, onde facetal-os, onde polil-os, para uqe tenham o brilho que
lhes de maior valor e maior préstimo? Só nas escolas normais: e em
particular- escolas normais internatos. As escolas normais internatos
são, a meu ver, o crisol, a fina pedra de toque das vocações para o
magistério”61.
“E por ser esta a minha convicção, foi que tomei a palavra ha pouco
neste Congresso, para sustentar a conclução d euma nobre commis-
são informante, opinando para que nos concursos fossem preferidos,
60 [En todas partes, en este, como en el mío, como en todos los países, se cree que, mejorando las
condiciones de los maestros, dándoles grandes coordenadas, garantizándoles el futuro y el de sus
familias, (…) surgirán luego como por encanto y en abundancia, hombres de talento y de instruc-
ción, de capacidad moral y de vocación, para ejercer el serio y santo apostolado de la enseñanza
de los niños]. Ibídem.
61 [No conozco otras minas de tales preciocidades, ni otro medio de descubrirlos. Ahora, descubier-
tos los futuros maestros, diamantes aún en estado natural, se deben limar, pulir para que tengan
el brillo que les dé mayor valor y mérito solo en escuelas normales y en particular escuelas nor-
males internatos. Es en las escuelas normales internatos es donde se afirmará el don de enseñar
a la infancia]. Ibídem. p. 148.
291
62 [Y por ser esta mi convicción fue que tomé la palabra en este congreso, para sustentar la conclu-
sión de una noble comisión informativa opinando para que en los concursos sean preferidos, en
igualdad de circunstancias, los candidatos normalistas. Bien sé, señores, que, sin haber cursado
los internatos normales, pueden presentarse en los concursos personas de más aptitudes que en
todas las pruebas sobrepuntúen a los candidatos normalistas; pero sé también, y todos lo saben,
que el mejor maestro no es aquél que tiene más talento, más instrucción, más locuacidad y más
audacia, sino aquél que más conoce el arte de enseñar, que más moral y más vocación tiene. Y
la presunción en tales casos está siempre a favor del candidato que sigue regularmente un curso
normal hasta alcanzar un diploma]. Consejo Nacional de Educación. Monitor de la Educación
Común. Año III. Noviembre de 1883. N° 45. p. 149.
63 [Hoy, señores, que la enseñanza moderna se está imponiendo por sí misma a todos los pueblos
civilizados; hoy, que métodos nuevos, razonables, naturales, han azotado la rutina, hoy que las
escuelas en los primeros años no se deben llamar más escuelas de escribir y contar, sino escuelas
de observar, de pensar y de fallar, hoy que los maestros de escuela no pueden reposar mientras
trabajan los discípulos y sí trabajar tanto o más que ellos, hoy, digo, los estados que no quieran
permanecer en retaguardia de otros que, en la marcha, llevan los progresos sociales, deben cuidar
con la mayor solicitud, crear una nueva generación de maestros y yo no veo otro medio mejor y
más rápidamente de lograr que con el establecimiento de internatos normales dirigidos con celo
y amor por hombres o mujeres de alta competencia, por saber y por virtud]. Ibídem.
292
64 [No admito que se creen escuelas normales, señores, sino en los grandes centros de población,
en las capitales de los estados o de las provincias. Sucede que, constituidos en forma de exter-
natos, son de preferencia pobladas, como todos sabemos, por individuos descalificados que no
reconociéndose con mérito para ocupaciones serias, muchas veces ociosos, frecuentadores de la
calle y de los cafés, se matriculen alumnos normales para insertarse en el servicio militar o para
alcanzar fácilmente y en poco tiempo un diploma con el que puedan continuar y vivir sin fatiga
y sin trabajo]. Ibídem. p. 150.
293
65 [Pero, señores, de las muchachas habilitadas por los externatos normales, ¿cuántas son las que
dejan las ciudades donde nacieron, donde viven con sus familias, donde gozan de un cierto con-
fort de vida para irse a prestar servicio en las escuelas rurales? Ninguna, señores, o por lo menos
muy pocas. Cuántos hombres durante la práctica en alguna profesión de los externatos normales
no suspenden por un solo día frecuentar calles, cafés y billares, teatros y bailes, ser miembros
de clubes políticos y comparsas de todos los meetings de las plazas públicas, a esos nunca se les
pasó por la mente el pensamiento de venir a ser maestros rurales]. Ibídem.
66 [En todas partes, señores, en América como en Europa, los pueblos se lamentan de la falta casi
absoluta de maestros rurales]. Ibídem.
67 [Y el único remedio que conozco para curarlo o atenuarlo es la creación de internatos normales
que merezcan la plena confianza de las familias, donde sean recibidos gratuitamente muchachas
y muchachas pobres de la ciudad, villas y aldeas del interior, para donde deberían volver, a fin
de administrar escuelas, donde enseñen a los hijos de sus coterráneos, viviendo modestamente
pero felices en el seno de sus familias. Para atraer concurrentes de todos los puntos del interior,
además de la confianza que deben inspirar los internados, condición principal, y la gratitud,
conviene que los estados o los municipios concurran con despensas de ida y vuelta no solo para
la matrícula de los candidatos pobres sino también de las personas que deben acompañarlos].
Ibídem.
294
“Em vez de se excitar nos meninos o amor das ciências e das letras,
empregando-se os meios adaptados para faze-los compreender suas
vantagens e encantos, tornam-nos aborrecidos e até inimigos delas,
a poder de dores; sofrimentos e humilhações de toda a espécie. En-
tende-se geralmente que o espirito não pôde ser cultivado sem que
padeça o corpo.
Infeliz pensamento! E por isso que fogem os meninos de seus mestres,
para os quais aliás deveriam naturalmente chegar-se. Qual será em
verdade o menino que tome gosto pela instrução, si, para alcançá-
la é preciso atravessar um largo suplicio de castigos de todo gênero,
além de ser diante de si eternamente um mestre sempre carrancudo,
que mais mereceria o nome de inimigo ou de carrasco? Pois para se
educar o espírito, que é uma emanação de Deus, de Deus que é todo
puro amor em vez de amor, sé se há de empregar rigor?! Não haverá
meio de reger a alma humana sinão fazendo padecer o corpo? Não
parece mais consentâneo á razão corrigir os damandos de espírito com
amor e conselhos, ou com outros meios morais que abrem diretamente
sobre o mesmo espírito, e promover a emulação e o gosto do e- tudo,
estimulando os brios a dignidade da infância?” 68
68 [En lugar de excitar en los muchachos el amor por las ciencias y las letras, empleando medios
adaptados para hacerlos comprender sus ventajas y encantos, se los aburre y se los torna hasta
enemigos de ellas, a fuerza de dolores, sufrimientos y humillaciones de toda especie. Se entiende
generalmente que el espíritu no puede ser cultivado sin que padezca el cuerpo. ¡Infeliz pensa-
miento! Es por eso que huyen los muchachos de sus maestros, hacia los que deberían, de hecho,
volverse naturalmente. ¿Cuál será en verdad el muchacho que le tome gusto a la instrucción, si
para alcanzarla es preciso atravesar un largo suplicio de castigos de todo género, además de tener
delante de si eternamente un maestro siempre aburrido, que más merecería el nombre de enemi-
go o de verdugo? Puesto que para educar el espíritu, que es una emanación de Dios, de Dios que
es todo amor puro, en vez de amor, ¡¿se ha de emplear rigor?! ¿No habrá medio de regir el alma
humana sino haciendo padecer el cuerpo? ¿No parece mas adecuado a la razón corregir las de-
mandas del espíritu con amor y consejos, o con otros medios morales que se abren directamente
sobre el mismo espíritu, y promover la emulación y el gusto por todo, estimulando los bríos y la
dignidad de la infancia?]. Ibídem. pp. 151-152.
295
69 [Existen duras obligaciones, señores, que doblegan, al final, a un muchacho tenaz, que nació
susceptible de amor y accesible al sentimiento de honra. Así, consiguen algunas veces enseñar
con algún resultado aquellos que no saben conducir al niño sino por medio del rigor; verdaderos
domadores de animales feroces, pero de animales feroces que ellos han tornado así, hombres
sin corazón, que si no encontraran represión, conseguirían con demasiada facilidad formar una
generación semejante a ellos. Si un padre soporta que, con su hijo se empleen esos medios y,
advertidos de que el resultado será un castigo, verá, cuando llegue la ocasión, lo que es un alma
de esclavo]. Ibídem.
296
sinão o que Ella bem quer assimilar. Não succede com os alimentos do
espírito o mesmo que com os do corpo, que o hemem é constraogido a
digerir, ainda quando ingeridos por forçã. De todo o ensino recebido,
a alma não toma sinão aquillo que Ella quer, e rejeita o resto por mais
que se façã: nada do que o discípulo faz contra os dictames da coração
lhe aproveita. Assim, Deus, que o criou para a liberdades, poz em sua
própria vontade, que fez independente, a grarantia do seu direito”70.
70 [Es verdad que podemos violentarlos, pero nunca aniquilarlos. Cualquiera que sean las condicio-
nes externas, el alma del niño no asimila sino lo que quiere asimilar. No sucede con los alimentos
del espíritu lo mismo que con los del cuerpo, que el hombre es forzado a digerir, aún cuando son
ingeridos por la fuerza. De toda la enseñanza recibida el alma no toma sino aquello que ella quie-
re, y rechaza el resto por más que se haga; nada de lo que el discípulo hace contra los dictámenes
del corazón le aprovecha. Así, Dios, que lo crió para las libertades, pone en su propia voluntad,
que lo hace independiente, la garantía de su derecho]. Ibídem.
71 “Informe acerca del Congreso Pedagógico Internacional Americano (..).Introducción. Op.
Cit. pp. 373-374.
72 Consejo Nacional de Educación. Monitor de la Educación Común. Año III. Noviembre de
1883. N° 46. p. 185.
297
“Los maestros deben propender con todo el celo posible a que los
móviles artificiales sean sustituidos gradualmente, como medios dis-
ciplinarios de la escuela, por la influencia de los sentimientos morales
del alumno y por la convicción de las consecuencias naturales de sus
actos”74.
74 Ibídem. p. 378.
75 En el opúsculo de Berra de 1884 “Los Premios y el Veredicto Escolar” propone la sustitución de
los premios materiales por los veredictos procedentes de la opinión pública de la escuela porque
de esta forma, “el hombre se siente sometido a la opinión pública del pueblo, y sea esa opinión la
que influya en su conducta, a la vez que el manifestarla en público, eduque su carácter y lo habi-
lite a obrar con la independencia y austeridad con que deben obrar los ciudadanos de todo Estado
democrático”. Sosa, J. Ideas pedagógicas de Francisco A. Berra. Montevideo. De Ciudadela.
1950. p. 80.
76 Ardao, M. J. Alfredo Vásquez Acevedo. Contribución al estudio de su vida y su obra... Op.
Cit. p. 764.
299
79 Ibídem.
80 La exposición completa realizada por Torres en el Congreso puede consultarse en: Consejo Na-
cional de Educación. Monitor de la Educación Común. Año I. N° 5. Buenos Aires. 1882. pp.
144-153.
81 Consejo Nacional de Educación. Monitor de la Educación Común. Año I. N° 6. Buenos Aires.
1882. p. 180.
82 Consejo Nacional de Educación. Monitor de la Educación Común. Año I. N° 5. Buenos Aires.
1882. p. 144.
301
83 Ibídem. p. 153.
302
88 Consejo Nacional de Educación. El Monitor de la Educación Común. Año III. Nº 59. Mayo.
Buenos Aires. 1884. p. 615.
305
Sylvia de Salterain1
esto). A partir de ellos, se organizan los gobiernos que están para ga-
rantizarlos. Esto tiene una explicación histórica; el liberalismo surge
en la oposición a las monarquías llamadas absolutistas. Vida, libertad,
tolerancia religiosa, propiedad privada son los derechos que reclaman.
Individuales también en oposición a la organización social de estas
monarquías (organización social que heredaban de la Edad Media) En
ellas los derechos, o privilegios como muchas veces se los llamaban,
eran colectivos y se los vivía dentro del grupo (estamentos, fueros,
gremios, etc.).
Los valores de Vida, Libertad, Propiedad y de Fraternidad, no
son novedosos; tienen una antigua tradición judeo-cristiana. En cam-
bio, el valor de la Tolerancia, cuando aparece le liberalismo, es más
que novedoso, casi un revulsivo en una sociedad en que los cristianos
se mataban entre ellos por diferencias religiosas.
Otra de las discrepancias fundamentales que plantean con estas
monarquías es la de que los gobiernos no tienen su origen en la volun-
tad de Dios, sino en la de los hombres, que viven en comunidades y
que como tales, se dan un gobierno. El Estado que así se forma, tiene
que intervenir lo menos posible en la vida de los hombres, en cualquier
aspecto del que se trate; comercio, religión, opinión, etc.
Cuanto menos intervenga el Estado, más posibilidades para las
libertades individuales.
Todo esto ocurre primero en Inglaterra, en 1688, en que se pro-
duce la primera de las revoluciones liberales, fundamentada por su
teórico J. Locke, quien dice respecto al poder político lo siguiente:
“siendo la finalidad y la medida de ese poder, cuando está en manos
de todos los individuos en el estado de Naturaleza, la salvaguardia
de todos los miembros de dicha sociedad, no es posible que tenga,
una vez que ha pasado a manos de los magistrados, otra finalidad y
medida que la de mantener a los miembros de una determinada socie-
dad, sus vidas, sus libertades y sus bienes. No puede pues, en manera
alguna y de un modo absoluto y arbitrario extenderse ese poder a sus
vidas y a sus propiedades, que por el contrario, deben defenderse y
guardarse hasta donde sea posible. El papel de semejante autoridad
se limita a hacer leyes y a sancionar éstas con castigos susceptibles
307
2 Ensayo sobre el Gobierno Civil”, 1690. F.C.U, Mont. (no dice el año), para el Instituto de Histo-
ria de las Ideas.. párr. l37.
3 Ensayo sobre el Gobierno Civil”, 1690. F.C.U, Mont. (no dice el año), para el Instituto de Histo-
ria de las Ideas.. párr. 57.
4 Locke, “Ensayo sobre el Gobierno…” párrf. l34
308
9 C. Marx, “El trabajo enajenado”. De la edición de FCU, para el Instituto de Hist. de las Ideas,
pág. 3.
312
10 Págs 6 y 7 del cap. 1 de “La Ideología Alemana”, 1846 del servicio de documentación en Cien-
cias Sociales, edit., por F.C.U, Montevideo, 1989.
313
Desde mediados del siglo XIX, aumentan los liberales que tam-
bién critican las injusticias y la desigualdad del sistema; a ellos se los
ha calificado de revisionistas democráticos o éticos (Sabine, Historia
de la Teoría Política, 1936)14. También creen que por justicia, y para
que esto sea posible, la participación política debe ser para todos.
John Stuart Mill, defiende este sistema de gobierno, en su obra “
Sobre el Gobierno Representativo” y argumenta en el sentido de am-
pliar la participación política a todos los ciudadanos.
“Su superioridad se basa en dos principios tan veraces y aplica-
bles universalmente… el primero consiste en que la única seguridad
de que los derechos e intereses de toda persona no van a pasarse por
alto, se obtiene sólo cuando la persona interesada es apta para de-
fenderlos…el segundo estriba e que la prosperidad general alcanza
una mayor altura y se difunde con más amplitud, en proporción con
el grado y la variedad de las energías personales que se apresten a
fomentarla”15 “la participación de todo el pueblo en estos beneficios
es la concepción ideal del gobierno libre”16. “Es una injusticia perso-
nal, rehusar a alguien, a menos que sea para evitar males peores, el
privilegio elemental de dar su voto”17.
Además de su intención de democratizar las instituciones polí-
ticas este autor critica fuertemente la explotación de los trabajadores.
También plantea que todos los individuos tienen derecho a esperar de
la sociedad, condiciones para educarse y desarrollarse.
“Considero completamente inadmisible el hecho de que parti-
cipe en el sufragio cualquier persona que no sepa leer ni escribir…
la enseñanza universal debe preceder a la ciudadanía universal… la
justicia demanda que estos conocimientos estén al alcance de todas
las personas, gratuitamente o bien a un costo …que los más pobres
puedan pagar” 18.
Defiende el “laissez faire” y por eso mismo, él cree que los tra-
bajadores tienen derecho a la asociación y a la huelga.
tas… En este sentido, no es casualidad que el primer país que fijó una
jornada laboral máxima fuera Suiza, la comunidad democrática más
avanzada de Europa”25.
En términos generales podemos decir que éstas son ideas co-
rrientes en las socialdemocracias actuales.
Es interesante también su defensa de la libertad para revisar la
teoría que hace Bernstein en su enfrentamiento a la ortodoxia de la II
Internacional Socialista, en las figuras de Pléjanov especialmente, y
de Kautsky y Lenin. Cuando plantea esta discusión, son sus opositores
los que se refieren a él como “revisionista” en sentido despectivo, pero
luego él mismo acepta y utiliza esta designación.
En el Congreso de la II Internacional de Stuttgart de l899, la
propuesta de cambio de Bernstein es derrotada por la mayoría, y él
mismo va a ser expulsado de la Internacional. Va a continuar en los
años posteriores, defendiendo el derecho y la necesidad inevitable y
permanente de revisión de cualquier teoría.
En l908, en el prólogo a una reedición de las “Premisas del So-
cialismo”, dice así: “Y como el desarrollo no conoce el estancamiento,
ya que al igual que las condiciones de lucha, también sus formas se
encuentran sometidas a la ley del cambio, siempre habrá revisionis-
mo, tanto en la teoría como en la práctica.”... “El movimiento obrero
no existe para servir a los teóricos socialistas, ni tiene la misión his-
tórica de comprobar determinadas teorías, ni siquiera las de Marx.”26
Decíamos antes, que desde posturas marxistas, se discrepa en
esta valoración del Estado liberal Vladimir I. Lenin (1870-1924) cree
que solamente está cambiando su fachada; la explotación continúa:
“Las formas del Estado burguesas son extraordinariamente diversas,
pero su esencia es la misma: todos esos Estados son, bajo una forma
o bajo otra, pero en último resultado, necesariamente, una dictadura
de la burguesía”27.
Algunas de las obras más difundidas de Lenin son: “¿Que Ha-
cer?”, de l902, “Materialismo y Empiriocriticismo” de l909, “El Im-
La imaginación narrativa
La teoría en la narración
Tiempo y lenguaje
Uno de los casos en que se hace más evidente esa mutua com-
plementariedad entre conceptos teóricos y datos concretos es el de la
comprensión empática o empatía histórica. Con este anglicismo, que
desde hace algún tiempo han puesto de moda algunos especialistas
británicos en didáctica de la Historia, se designa la capacidad y dis-
posición para comprender las acciones humanas en el pasado desde la
perspectiva de los propios agentes en su tiempo.
Según María del Carmen González Muñoz (1996) la empatía es
la disposición y capacidad por la cual la persona se identifica con los
sentimientos y estados de ánimo de otras personas o grupos. La iden-
tificación histórica contextual constituye la capacidad de lograr una
apreciación informada de las condiciones o de los puntos de vista de
otras personas del pasado; depende de una interpretación imaginativa
de los testimonios y de una habilidad para tomar conciencia de los
anacronismos. Si nos situamos en el plano de la comprensión del pa-
sado, podríamos intentar comprender por ejemplo, el por qué de la de-
cisión del Rey Felipe II de enviar al Duque de Alba a Flandes en 1567.
Para ello sería conveniente ponerse en el lugar de aquel rey, que por
aquellos días se enfrentaba a graves problemas económicos y políti-
cos, además de personales. Ahora bien, una explicación de la decisión
del monarca español únicamente en esos términos sería parcial y acaso
hasta ahistórica. Comprender la decisión de Felipe II exige entender
también por qué en el siglo XVI una cuestión de diferencias religiosas
entre el rey y sus súbitos, pudo convertirse en un auténtico problema
de Estado. En otras palabras, el hecho requiere ser situado en el marco
conceptual de las coordenadas religiosas e ideológicas de la época.
En síntesis, no basta con ponerse en el lugar del agente histórico
para explicar su acción; se hace preciso además, utilizar ese mínimo
342
Bibliografía
344
Ante todo
Roberto Appratto1
Luis Bravo1
1. Primeras aproximaciones
datos sintéticos que suelen marcar los guiones entre paréntesis. Esos
datos de marco están redactados en un estilo narrativo, dentro de cada
escena. Espínola ha cuidado con esmero que las escenas se vinculen
unas a otras como secuencias narrativas, sin explicitar cuando se pro-
duce una prolepsis o una analepsis, de manera que el lector participe
del texto como ante un relato con un manejo del tiempo narrativo de
la cuentística posterior a la segunda década del siglo XX. De tal suerte
el receptor vivencia o visualiza al mismísimo “Carlitos”, como si lo
estuviera “viendo” en una narración cinematográfica, pero que sólo
ocurre en la retina mental de un virtual “espectador”.
La economía de estilo con que procede el texto, en una foca-
lización estricta de tercera persona, toma en cuenta muchas veces la
función del “enfoque” de la cámara. Lo hace, por ejemplo, para crear
situaciones de simultaneidad. En la escena 51, para mostrar que dos
personajes (la Joven y el Adolescente) cruzan miradas eróticas, el
texto dice: “la cámara deja apreciar que ella lo ha advertido”. En
la misma escena se establece, a modo de lo que sería un “decoupage
técnico”, el mismo propósito de simultaneidad pero ahora de carácter
“mimético”, entre la mirada del pollino (asno) y la de Carlitos: “si se
pudiese lograr un efecto eficazmente sugestivo, la cámara mostraría,
ahora, la cara de Carlitos y la cabeza del asnito a fin de evidenciar
idéntica expresión de paciente candor, de pasividad inocente”.
El hecho es que para un “espectador habitual” de Charlot la ima-
gen de su rostro se representaría en forma vívida en su mente, pero el
efecto no sería el mismo para quien nunca hubiera visto al personaje en
una de sus películas previamente. Por tanto, un elemento definitorio, y
a su vez problemático, de la recepción lectora de esta pieza consiste en
que si bien el texto “fuga” del guión de cine a lo narrativo, mediante el
“soporte” en que ha sido distribuido finalmente, también es cierto que
su plena recepción se cumpliría “mediatizada” por la experiencia ci-
nematográfica del receptor: en este caso haber visto por lo menos una
de las 60 películas en las que Charlot (“Carlitos”) es protagonista. Este
asunto plantea un vínculo intertextual de carácter interdisciplinario, y
bien distinto a la intertextualidad que produce con los textos evangé-
licos, que son un referente fundamental y ya anunciado en el título de
359
esta obra. En tal sentido, a lo largo del texto se citan fragmentos de los
cuatro evangelistas, cuyas palabras pasan a formar parte de las “leyen-
das”, usadas a modo de ´placas fijas` en el cine mudo, las que van dan-
do el orden cronológico de los acontecimientos de la “vida y pasión de
Jesús” que Carlitos testimonia en forma “omnisciente” durante su via-
je imaginario. Una diferencia con el intertexto bíblico radica en que la
“visualización” del histrionismo de “Carlitos” no puede ser “citada”,
sólo puede ser “evocada” en la memoria del lector-espectador, si se la
ha visualizado alguna vez anteriormente. Esto implica que para que el
factor “emotividad” en la relación personaje-espectador se produzca,
sea necesario que el lector haya sido incluso un asiduo “espectador”
de la obra de Chaplin. Esta es, sin duda, la mayor limitación receptora
del texto. Pero si imaginamos una situación pedagógica, el texto plan-
tea una buena oportunidad para presentar, justamente a un público
adolescente de hoy en día (en una clase liceal, por ejemplo) un texto
que “dialoga” a la vez con la filmografía de Charles Chaplin, con los
cuatro evangelistas sinópticos y con lo que el estilo del propio Espíno-
la hace ingresar a ese diálogo.
En esa frontera entre texto narrativo y guión cinematográfico,
entre literatura y cine, es en donde esta obra desafía cualquier cla-
sificación tradicional, puesto que no es ni una ni otra cosa en forma
definitiva, pero tiene la virtud de funcionar como ambas a la vez, de
ahí su potencialidad y su actualidad discursiva. Dicho de otra manera:
el guión excede o trasvasa la frontera de tal tipo de texto y permite
una lectura narrativa de factura posmoderna, con cruces intertextuales
que atraviesan desde la cultura bíblica del Nuevo Testamento hasta el
cine mudo de la segunda década del siglo XX, pasando por el estilo
experimental de un Espínola, a la vez atravesado por las estéticas de
las vanguardias históricas de inicios del mismo siglo.
que el autor maneja con gran solvencia y que es acaso uno de los ma-
yores aprendizajes perceptibles de la asimilación recibida desde las
vanguardias que, justamente, consolidaron el arte cinematográfico.
También se juega aquí, por cierto, con esa “nueva magia” que el arte
del siglo XX creó: “la magia del cine”. Es en base a esta magia, y de
la mano de Carlitos que esta obra se constituye en uno de los textos
más fantásticos, a la vez que líricos, de toda la producción del multi-
facético autor que es “Paco” Espínola. Lo curioso es que para lograrlo
haya escrito un magnifico guión de cine, que aún se puede leer como
un “relato”.
Bibliografía
El héroe romántico:
¿amor absoluto o incapacidad de amar?1
1 Este artículo es el resultado del trabajo que desarrollé en 2008 como proyecto de actividad de in-
vestigación en el marco del Departamento de Literatura. Forma parte de un proyecto más amplio,
el seguimiento del mito de Don Juan en distintas etapas de la historia de la Literatura Española,
en el que trabajamos con los Prof. Gustavo Martínez, Patricia Núñez y María del Carmen Gonzá-
lez. El estrecho margen de páginas apenas permite esbozar algunas conclusiones generales sobre
la reformulación del mito en la obra de José de Espronceda.
2 Profesora egresada del Instituto de Profesores “Artigas”.
3 Tomo el concepto de “pacto autobiográfico” en el sentido que lo entiende Lejuene (Ver Lejeune,
Philippe, “El pacto autobiográfico”, en La autobiografía y sus problemas teóricos. Estudios e
investigación documental. Suplementos de Anthropos, Barcelona, 1991: 47-61).
364
7 Ruiz-Fábregas insinúa la posibilidad de que Zorrilla hubiera escrito el Don Juan Tenorio como
“contestación” al pesimismo radical de El estudiante de Salamanca (Ruiz.Fábregas, 1982: 21).
367
también revela una nota característica del mito de Don Juan: el derro-
che, la renuncia a la posesión.8
La carrera desenfrenada de emociones de Montemar sólo puede
finalizar en la muerte y, de hecho, hay anticipaciones de esa tendencia
autodestructiva en la escena de la taberna, donde queda claro que está
dispuesto a jugarse la vida sólo por el placer de ganar: “Perdida tengo
yo el alma/ Y no me importa un ardite” (vs. 503-504).9 En este sentido,
el estudiante es un arquetipo del hombre, de acuerdo a la visión ro-
mántica, que “rebelde y atormentado, no tiene más solución al enigma
que otro nuevo enigma: la muerte, […] como término absoluto de la
vida, […] la terrible muerte sin futuro” (Salinas, 1958: 278).
Sólo la muerte sin trascendencia aliviará la inconformidad del
romántico con la vida, que nunca estará a la altura de sus anhelos de
trascender el yo. Francisco García Lorca analizó la concepción del
amor en Espronceda basándose en las ideas de Fitche (1762-1814),
quien entiende la actividad del yo como un impulso hacia, un imposi-
ble deseo de alcanzar lo que por definición no alcanzará nunca, porque
la aspiración es su naturaleza. Pero el impulso se dará siempre en rela-
ción a lo otro, el deseo se realiza sobre una resistencia exterior en fun-
ción de la cual el yo cobra conciencia de sí. Por eso, para Espronceda
“el amor es metafísicamente imposible” (García Lorca, 1984: 227), se
experimenta bajo la forma de un deseo renovado que conduce al hastío
del sujeto, siempre en conflicto con el ideal inalcanzable, y comporta
inevitablemente la destrucción del objeto amado.
La experiencia romántica es la soledad radical del individuo, la
orfandad de quien se siente desterrado del paraíso. No busca a una
mujer sino a La Mujer, el eterno femenino, emblema de la madre pro-
hibida (Robert, 1973; Kristeva, 1988). “Ella misma es la causa directa
del fracaso, pues, en comparación con ella, todas las mujeres que
8 Kristeva afirma que Don Juan no busca poseer, sino conquistar, sus movilidad erótica representa
la “pérdida hasta el infinito, para nada”. Por otra parte, “renunciar a la posesión es superar la
fijación anal, la necesidad de atesorar. No es avaro, [su generosidad] le aleja de toda posesión,
material o matrimonial” (Kristeva, 1988: 175).
9 Domingo Ynduráin observa que el Don Juan de Espronceda, como el de Tirso, “se realiza contra
alguien o algo. […] La vida cobra valor cuando destruye o supera (pasa por encima) a los demás,
a los otros; y en especial a las mujeres, quizá representación o emblema (como en Tirso y Calde-
rón) de los valores sociales” (Ynduráin, 1992: 48).
369
12 Ecos de Manrique, del Garcilaso elegíaco de las Églogas, de Sor Juana Inés de la Cruz, cuando
no explícita intertextualidad, se encuentran en el Canto a Teresa.
375
Bibliografía
Razón de amor /
denuestos del agua y el vino.
Propuesta de trabajo interdisciplinario
Daniel Nahum1
Introducción
1 Profesor de Literatura.
378
Apuntes teóricos
Apuntes analíticos
10 Kristeva, Julia; El texto de la novela, Barcelona, 1981, Ed. Lumen, 2da. edición, pág. 15.
11 Kristeva, Julia; Semiótica 1, Madrid, 1981, Ed. Fundamentos, 2da. edición, pág. 190
382
12 Alborg, Juan Luis; Historia de la literatura española, Edad Media y Renacimiento, Madrid,
1981, Ed. Gredos, 2da. Ed., 5ta. Reimpr., pág.100
13 Ibídem, pág. 101.
14 Lotman, Iuri; op. cit. Pág. 163.
383
Bibliografía
18 Cfr. http://revistas.ucm.es/fll/02122952/articulos/DICE8787110147A.PDF
MATEMÁTICA
387
Federico Burgell2
Gustavo Franco3
Introducción
1 Este trabajo surge a partir de los cursos de extensión académica 2007, realizados en el Instituto
de Profesores “Artigas”.
2 Profesor de Matemática, egresado del Instituto de Profesores “Artigas”.
3 Profesor de Matemática, egresado del Instituto de Profesores “Artigas”
4 La mecánica inveterada en los alumnos del algoritmo puede ser un obstáculo a la hora del cálculo
mental: “Niños hay que cuando les preguntas por el resultado de “32 x 99” colocan… y hacen la
raya en su mente y… van colocando como si lo hicieran por escrito; parece que su mente eligiera
lo más difícil de realizar, pero eso no es así: su mente elige simplemente el único recurso que
posee.” (Fernández Bravo, 2005, pie de pág. 34).
388
No ensino habitual de
Matemática, as técnicas de cál-
culo escrito (os algoritmos) são
apresentadas como regras. Ao
aluno, compete executar uma seqüência de passos sem maiores expli-
cacões. Aprendese que: para somar, ‘vai um’; para subtrair, ‘empresta
um’; para multiplicar, ‘aqui embaixo pula uma casinha’; para dividir,
‘a conta deve ser feita da esquerda para a direita, ao contrário das
outras operações’ etc. Nessa modalidade de ensino, ainda em vigor
em muitas escolas do Brasil e do mundo, o que importa é saber como
fazer mecanicamente.
Por muitos motivos, essa prática pedagógica tem sido combatida
pelo movimento de educação matemática. Também nas técnicas de
cálculo escrito, deve-se buscar a compreensão dos alunos mantendo-
se a postura problematizadora. Não se trata de, apenas, fazê-los com-
preender como se calcula, mas de lhes proporcionar a compreensão
da lógica, dos porquês envolvidos nessas técnicas. Assim, no lugar de
regras que ensinam, por exemplo, como somar ou subtrair, apresenta-
mos um conjunto de atividades que levam os alunos a compreenderem
a lógica envolvida nesses cálculos. Tal lógica baseia-se, essencialmen-
te, na noção de troca (de dez unidades por uma dezena, ou vice-versa,
por exemplo) que caracteriza nosso sistema numérico.18
Pero veamos algunas de las propuestas concretas que aparecen
en los libros de texto Matemática Paratodos para alcanzar este fin.
18 Imenes, L., Lellis, M. & Milani, E.: op. cit., pág. 18.
395
En esta imagen (1ª Série, pág. 168) vemos el uso del llamado
material dorado, creado por la doctora y educadora italiana María
Montessori (1870-1952). El cubito representa una unidad y la barra
con diez cubitos representa una decena. En uno de los CAP los auto-
res de Matemática Paratodos, señalan que durante cierto tiempo se
sobreestimó el valor de este material, porque aún cuando los niños lo
usen correctamente pueden no estar entendiendo el sistema decimal.
¿Qué tienen para aportar, hoy día, los algoritmos de las operaciones
elementales?
Anexo�
“Desde luego se ve que no alcanza para dar mil a cada uno, pero
sí cien, pues cambiando los 6 billetes de a mil se tienen 62 de a cien,
número que supera al número de personas.”
6239 60 2 2 3 9 62 2 3 9
= .10 + .102 + .101 + .100 = .10 + .101 + .100
27 27 27 27 27 27 27 27
6239 62 2 3 9 8 2 3 9
= .10 + .101 + .100 = 2 + 1
.10 + .10 + .10
0
27 27 27 27 27 27 27
6239 8 2 3 9 8 3 9
= 2 + .10 + .101 + .100 = 2.102 + .102 + .101 + .100 =
27 27 27 27 27 27 27
80 1 3 9 83 1 9
2.102 + .10 + .101 + .100 = 2.102 + .10 + .100
27 27 27 27 27
6239 2 9 20 9
= 2.102 + 3.101 + .101 + .100 = 2.102 + 3.101 + .100 + .100 =
27 27 27 27 27
29 2
2.102 + 3.101 + .100 = 2.102 + 3.101 + 1 + 0
.10 =
27 27
2 2
2.102 + 3.101 + 1.100 + = 231 +
27 27
399
Bibliografía
Pregunt(it)as geométricas
Mario Dalcín1
Álvaro Varela2
C C
B1
B B
P
A
Prolegómeno
B1 N'
B2
A
Ahí surgió otra pregunta. El punto N’
hallado ¿tenía algo de especial?, ¿era algún punto ya conocido por la
geometría? En ese momento recurrí al Sketchpad, hice un triángulo
dinámico, ubiqué el punto N’ siguiendo los pasos ya vistos…
U
C
N'
A
B
T
Y sí, el punto N’
era un punto ya conocido: el punto de tangencia de la circunferencia
exinscripta al triángulo. Y era fácil de explicar además: BT = BN’,
CN’ = CU y como AT = AU también AB + BT = AC + CU, lo que deja
ver que AB + BN’ = AC + CN’.
403
U
C
N'
A B T
N'
P
P'
N
M B
A M'
Á re a M'N 'P' = 1 ,5 5 c m2
Á re a MN P = 1 ,5 5 c m2
Sustancia
Los segmentos MM’, NN’, PP’ tienen por puntos medios los
puntos medios de los lados AB, BC, CA respectivamente.
Si AM = x, BN = y, CP = z también AP = CP’ = x, BM = CN’ =
y, CN = BN’ = z.
B2
A3
P N'
P'
N
B3 A M' M B A2
C2
C3
P N'
P'
G N
GM 'N'P ' GM NP
A M' M B
B2
A3
P N'
P' GA 2B 2 C2
N
G
GA 3B 3 C3
B3 A M' M B A2
C2
C3
y la intersección de
(CC, p/2): x2 + y2 – 2y3y + y32 – (p/2)2 = 0
(BC): x = x2 (y3 – y)/ y3
nos da las coordenadas de C3 (px2 / 2a, y3 (2a – p)/ 2a).
B2
A3
C
N'
P
P'
G
N
B3
C2 A M' M B A2
C3
Final
Bibliografía
Graciela Machado1
En los programas de la Educación Secundaria obligatoria, se
destina una carga horaria muy importante al estudio de la geometría
plana y del espacio. Con relación a la geometría plana, el énfasis en
los contenidos programáticos esta puesto en el estudio de las transfor-
maciones del plano en el plano (isometrías, homotecia, semejanza) y
las propiedades de las figuras que permanecen invariantes en ellas. En
el caso de la geometría del espacio de tres dimensiones, su estudio se
centra en los poliedros, los cuerpos de revolución y las relaciones de
paralelismo y perpendicularidad.
Los conceptos de: función, paralelismo y perpendicularidad en-
tre rectas, entre recta y plano y entre planos son fundamentales para el
estudio de las semejanzas (composición de isometrías y homotecias)
en el plano y en el espacio y éstas son núcleo fundamental del estudio
geométrico. También las relaciones mencionadas importan en el estu-
dio de los poliedros y los cuerpos de revolución.
El siguiente mapa conceptual permite analizar la riqueza e im-
portancia del concepto a enseñar así como la organización curricular
de la enseñanza - aprendizaje de la Geometría en la Educación Secun-
daria Básica.
Actividades
Bibliografía
Lilián Muñoz1
Los objetivos que se pretenden lograr con esta secuencia son los
siguientes:
• Definir rectas ortogonales. Reconocerlas en distintos modelos:
salón de clase, poliedros, geoespacio, etc.
• expresar en lenguaje natural oral y escrito, simbólico y gráfico la
definición de rectas ortogonales.
• a partir de la experimentación con modelos, investigar, conjetu-
rar y demostrar la condición necesaria y suficiente para que dos
rectas sean ortogonales.
• investigar, enunciar y demostrar el teorema: si una recta es orto-
gonal con dos rectas secantes de un plano, entonces es perpen-
dicular al plano.
• aplicar las propiedades en la resolución de problemas.
Actividades
Bibliografía
Cristina Ochoviet1
Mónica Olave2
Yacir Testa 3
Resumen
1
Profesora de Matemática. Doctora en Matemática Educativa. Profesora de Didáctica. Coordina-
dora del Departamento de Matemáticas.
2 Profesora de Matemáticas. Magister en Matemáticas Educativa. Profesora de Didáctica.
3 Profesora de Matemáticas. Magister en Matemáticas Educativa. Profesora de Didáctica.
432
Discusión de la problemática
0
el alumno sustituirá en “la fórmula” la x por -1 obteniendo
0
que “es indeterminado” (en esta primera instancia), lo sabe por las
“tablas” y ejemplos trabajados en clase. Si el estudiante escribe:
lim x 2 -1 0
x +1 = 0
x → -1
x +7 si x ≤ -1
f : R → R tal que f (x) = 5 si -1 < x < 2 , ¿Existe?
2x +1 si x ≥ 2
436
lim lim
f ( x ) ? ¿Existe f ( x) ?
x → -1 x→2
lim
f (x) = 5
x → -1+
lim lim lim
x → -1-
f ( x ) =
x → -1-
( x + 7) = 6 ⇒
x → -1
f ( x ) no existe
lim
f ( x) = 5
x → 2−
lim lim
f ( x ) = + ( 2 x +1) = 5
x → 2+ x→2
lim lim
de f ( x) = ( 2 x +1) = 5
x→2 x→2
Consideraciones teóricas
Método
Conclusiones
Recomendaciones didácticas
x→3
( sig ( x - 3) + x 2 ) E ( x) + L
x → 2
x x → 3 ( sig ( x - 3) ) + x
2
445
Bibliografía
ANEXO
Cuestionario exploratorio
Si es posible determine:
a) lim g(x) b) lim g(2 +h) c) lim g(0 + h) d) lim g(x)
x→ 2 h→ 0 h→ 0 x→ 0
Alberto Lahore1
Cristina Rebollo2
Emy Soubirón3
1.- Introducción
3.- Objetivos
profesor, es allí adonde tiene por primera vez un grupo a su cargo y por
tal puede manifestar libremente toda su potencialidad creativa.
Asimismo se considera de particular importancia el hecho de
trabajar con futuros docentes de todo el país, en tanto se abarca la po-
blación de capital (IPA) pero también de todo el interior a través de la
modalidad Semipresencial.
6.- Bibliografía
www.tradinco.com.uy