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Las 10 claves reales para ser alguien

importante en la vida y los negocios

El Confidencial
hace 1 día

En un mundo cada vez más competitivo, es necesario hacerse notar para alcanzar el
éxito. En el libro Tu futuro es hoy (Alienta Editorial), Francisco Alcalde y Laura
Chica, especialistas en management y coaching, trazan una guía para desenvolverse en
el incierto mundo laboral, condensando todo su conocimiento y experiencia en el
mundo del desarrollo personal.

Alcalde y Chica consideran que una de las cosas que tenemos que tener en cuenta para
tener éxito en el mundo de hoy es la construcción de nuestra marca personal, que nos
permitirá ganar clientes (si somos empresarios) o empleabilidad (si trabajamos por
cuenta ajena). Estas son las claves que nos permitirán desarollarla:

1. Haz de la autenticidad tu poder

La asesora de marcas Jan Marie Dore dice: “La marca propia consiste en determinar
quién eres en lo más profundo de ti mismo, en lugar de inventar una marca con la que te
gustaría ser percibido”. Tu poder está en tu singularidad, encuéntrala. Bob Dunham,
fundador del Institute for Generative Leadership, escribe: “Si te conoces, sabes qué es lo
que más te importa; si lo sabes, puedes sentir a qué estás dispuesto y a qué quieres
comprometerte. Desde tus propios compromisos, puedes relacionarte con los demás y,
entonces, y sólo entonces, tus acciones estarán en coherencia contigo mismo”.

2. Haz de la diferenciación tu ventaja competitiva

Si ves lo que todo el mundo ve; si dices lo que todo el mundo dice; si ofreces lo que
todo el mundo ofrece, estarás en el pelotón y nunca en posición de cabeza. El éxito nace
siempre de la diferenciación. Dedícate a ser el mejor siendo diferente. Quien es
indiferente, es invisible.

3. Haz de tu portfolio tu arma de venta

La “autenticidad” y la “diferenciación” se deben concretar en algo tangible: tu cartera


de productos y servicios. Es la materialización visible y palpable de ambas cosas. Es la
concreción de lo que se va a ofrecer al cliente; no se vende conocimiento, se venden
conferencias, clases o talleres de algo; no se vende experiencia en desarrollo personal,
sino coaching para ejecutivos. Necesitas tangibilizar lo que vas a ofrecer.
© Proporcionado por El Confidencial

4. Haz de la visibilidad tu escaparate

“El talento escondido no produce reputación”, decía Erasmo de Rotterdam. Por eso,
hay que estar en el ajo, tanto en el mundo 1.0 como en el 2.0; en el primero, a través de
la participación en conferencias y medios de comunicación así como a través de la
asistencia a eventos para hacer networking; y en el segundo, a través de las distintas
plataformas para ello –Facebook, Twitter, LinkedIn o Google +, entre otras–, que
además tienen un efecto viralizador importante con lo que consiguen llegar a muchas
más personas.

5. Haz del foco tu obsesión

La dispersión siempre es cómplice de la mediocridad. Tom Peters, autor de 50 claves


para hacer de usted una marca, dice: “Si vas a crear una marca propia, debes conseguir
estar concentrado sin descanso en aquello que aporte valor”. Debes estar concentrado en
tu área de expertise, porque la energía va donde se pone el foco y, si te dispersas, la
energía también.

6. Haz de la coherencia un estilo de vida

Es la concordancia entre lo que se piensa, dice y hace. No hay nada más dañino para la
marca personal que la incoherencia. La huella que se deja en los demás es producto de
los hechos, no de los discursos. Casi todo el mundo puede dar una charla sobre
prácticamente cualquier tema. Otra cosa es poner en práctica lo que se dice que hay que
hacer.
7. Haz de la consistencia tu nivel de exigencia

La marca personal no se construye con éxitos puntuales y discontinuos, sino a través de


la consistencia en el tiempo. Hasta un reloj parado da la hora correcta dos veces al día.
Para ser un referente, lo tienes que ser de manera sistemática y constante. Además, el
mercado, en cuanto te descuidas, te olvida. Vales tanto como tu último proyecto.

8. Haz de la actitud tu tarjeta de presentación

La gente quiere soluciones, no problemas. Es esencial afrontar la realidad, personal y


profesional, con esperanza, con ánimo de encontrar siempre alternativas a los
inconvenientes. Una buena marca personal siempre está asociada a lo positivo, porque
un empresario no es otra cosa que un solucionador de problemas, alguien que hace más
fácil la vida de la gente.

9. Haz de la integridad tu confianza

Si no juegas limpio, el mercado laboral acabará penalizándote. Siempre existen


tentaciones para tomar la vía del atajo rápido, saltarse los compromisos y acuerdos
(muchos verbales) o las lealtades personales. El cortoplacismo es peligroso. No tomes la
integridad como un tema menor. Los negocios se fundamentan en la confianza, y
cuando la confianza se traiciona, habitualmente es para siempre.

10. Haz de tus clientes tu credibilidad

La mejor publicidad es la que hacen los clientes satisfechos. Lo mejor para tu marca
personal es tu cartera de clientes. Como apunta Jeffrey Gitomer, autor de El pequeño
libro de las mejores respuestas en ventas: “Los testimonios son fuerza de reputación y
ventas. Pregúntate: ¿cuántos tienes?”. No hay que olvidar que el 85% de todas las
ventas ocurren sólo después de que alguien dijera que el producto o servicio es bueno.
El “boca a boca” sigue siendo muy potente.
1. Sé honesto con Dios. Reconoce que los pensamientos lascivos que te llevan son un pecado contra
Dios. Sé honesto en cuanto a tu pecado y pide que seas limpiado y decide dejarlo.

2. Planta una estaca. Una “estaca” es un punto fijo que marca el comienzo de un viaje. Decide si quieres
complacer a Dios más de lo que te quieres complacer a ti mismo y decídete a hacer tuyas estas palabras:
“Andad en el Espíritu, y así jamas satisfaréis los malos deseos de la carne (Gálatas 5:16).

3. Enchúfate al poder. Reconoce que no puedes ganar esta batalla con tu propio poder Sólo por medio de
Jesucristo viviendo en ti puedes cambiar tus deseos y hábitos. Empieza ahora mismo a dedicar cada día
un momento regular y constante con el Señor.

4. Renueva tu mente. Este problema empezó en tu mente, así que deja que Dios te la cambie. La manera
en que Dios renueva tu mente es el compenetrarte en la Biblia. Es allí donde se encuentran los pensa-
mientos de Dios. Anhela que los pensamientos de él sean los tuyos. Lee cada día un capitulo de la Biblia.
Memoriza un versículo por semana.

5. Enfoca tu vista. Aparta tus ojos de cualquier cosa que te estimule sexualmente. Es obvio que no
puedes vivir en un monasterio, así que tus ojos verán objetos sexualmente estimulantes. Pero no sigas
mirándolos, especialmente los materiales pornográficos, las novelas de TV o las películas no aptas para
menores.

6. Controla tu cuerpo. Cuando sientes que tu cuerpo va a explotar si no te alivias un poco de la presion
sexual, manténla bajo control por medio del ejercicio físico, haciendo el bien a otros, o dedicándote a
actividades físicas divertidas (como andar en bicicleta o jugar al baloncesto).

7. Sincérate con un amigo. Pidele a alguien de tu mismo sexo, que sea espiritualmente maduro, que te
haga rendir cuentas de tus actos. Consigue que te pregunte regularmente si estás evitando la lascivia.

8. Evita las situaciones tentadoras. No mires una segunda vez a la persona vestida sensualmente, y no
leas revistas ni mires programas en TV o en el internet que te estimulan sexualmente, Manténte en
guardia cuando estás solo, especialmente donde es fácil sentirte tentado.

9. Sigue adelante a pesar de tus fracasos. Si fracasas, no te desanimes. Te llevó tiempo formar este
háhito, te llevará tiempo quitártelo. Si caes, no te revuelques en el polvo: más bien levántate, sacúdete el
polvo por medio de confesar inmediatamente tus pecados y de recibir, por fe, el perdón de Dios. Pero no
te acostumhtes a aceptar trivialmente tus fracasos.

10. Empéñate en la victoria total. No tienes que pecar. No tienes que dejar que el radiador se recaliente.
Al ofrecerte a Dios (en lugar de ofrecerte al pecado como instrumento de maldad), tu energia sexual se
canalizará para hacer de ti un hombre o mujer poderoso para Dios. Confía en Cristo. Obedécele. El te
dará la victoria.

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