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Trastornos somatomorfos:
un nuevo enfoque para el DSM-V
Richard Mayou, M.A., M.Sc., Objetivo: El DSM-III introdujo la hipotética cate- autores abogan por la opción radical de elimi-
goría diagnóstica de los trastorno somatomorfos nar estas categorías. Los diagnósticos incluidos
M.Phil., F.R.C.P., F.R.C.Psych. para ubicar los síntomas somáticos que «no se ex- actualmente entre los trastornos somatomor-
plicaban por una afección médica general». Aun- fos podrían redistribuirse en otras agrupaciones,
Laurence J. Kirmayer, M.D., que en el DSM-IV se ha conservado y ampliado y los trastornos que actualmente sólo se defi-
F.R.C.P.(C.) esta categoría diagnóstica, los trastornos somato- nen por los síntomas somáticos podrían situarse
morfos han sido objeto de críticas continuas por en el Eje III como «síntomas y síndromes somá-
Greg Simon, M.D., M.P.H. parte de médicos y pacientes. El dilatado período ticos funcionales». Más práctico sería situar los
de preparación del DSM-V ofrece una oportunidad «factores psicológicos que afectan a una condi-
única para reconsiderar la categoría de los tras- ción médica» en el Eje I. Los autores sugieren
Kurt Kroenke, M.D. tornos somatomorfos. complementar el diagnóstico de síntomas so-
Método: La exploración de los diversos objetivos máticos funcionales con una formulación mul-
Michael Sharpe, M.A., M.D., de una clasificación diagnóstica comporta que los tiaxial.
F.R.C.P., M.R.C.Psych. autores no sólo deben evaluar los problemas teó- Conclusiones: Los autores abogan por una clasi-
ricos y prácticos relacionados con esta categoría, ficación de los síntomas somáticos en el DSM-V
sino también conciliarla con la clasificación mé- que sea compatible con la que se utiliza en me-
dica descriptiva paralela de los síntomas y sín- dicina general y que ofrezca una oportunidad adi-
dromes funcionales. cional para investigar la etiología y el tratamiento
Resultados: Las categorías actuales de los tras- sintomático y para que la psiquiatría se integre
tornos somatomorfos deben ser modificadas. Los mejor en la práctica médica general.
TABLA 1. Códigos y categorías de trastornos somatomorfos del DSM-IV Objetivos del diagnóstico
y sus equivalentes de la CIE-10
DSM-IV CIE-10 Para comenzar, debemos considerar los principales objeti-
Código Categoría Código Categoría vos del diagnóstico psiquiátrico. Se trata, en teoría, de idear
nombres de enfermedades y establecer categorías para favo-
300,81 Trastorno de somatización F45,0 Trastorno de somatización recer la comunicación, ofrecer información pronóstica y ser-
300,81 Trastorno somatomorfo F45,1 Trastornos somatomorfo
vir de guía para el tratamiento y la investigación (11). En la
indiferenciado indiferenciado
300,11 Trastorno de conversión F44 Trastornos disociativos práctica, sin embargo, las clasificaciones diagnósticas cum-
(conversión) plen otras funciones que varían en función del usuario:
307,80 Trastorno por dolor F45,4 Trastorno por dolor
somatomorfo persistente • Los psiquiatras y otros especialistas en salud «mental», es-
300,7 Hipocondría F45,2 Trastorno hipocondríaco
pecialmente los que trabajan en centros de medicina gene-
300,7 Trastorno dismórfico F45,3 Disfunción somatomorfa
corporal autónoma ral, a menudo deben diagnosticar y tratar a pacientes con
300,81 Trastorno somatomorfo F45,8 Otros trastornos síntomas somáticos graves y persistentes. Necesitan diag-
no especificado somatomorfos nósticos que cumplan las funciones antes mencionadas y
F45,9 Trastorno somatomorfo no que legitimen también a estas enfermedades a recibir asis-
especificado tencia psiquiátrica.
F48,0 Neurastenia (en otra
categoría de trastornos • Los pacientes no son destinatarios pasivos de diagnósticos;
neuróticos) también tienen expectativas de una etiqueta diagnóstica.
Debe ser un diagnóstico aceptable por parte del paciente,
que represente en su justa medida la experiencia dolorosa,
contenga una explicación verosímil de lo que le pasa y dis-
ponga, preferentemente, de un tratamiento eficaz. Los diag-
nósticos también tienen implicaciones importantes para
sus responsabilidades sociales y ayudan a determinar sus
tegoría de trastornos somatomorfos. Entre dichos trastornos expectativas de la asistencia sanitaria y de las indemniza-
ocupaba un papel central el diagnóstico recién propuesto de ciones por invalidez.
trastorno de somatización (8). También se incluyó un grupo • Los médicos de atención primaria son los que asisten y tra-
heterogéneo de diagnósticos diversos, unidos, exclusiva- tan a la inmensa mayoría de estos pacientes (4). Aunque su
mente, por cursar con síntomas somáticos. Estos diagnósti- principal función consiste en identificar los síntomas indi-
cos fueron el trastorno de conversión, la hipocondría y el do- cativos de enfermedades médicas graves que ponen en pe-
lor psicógeno, aparte de una categoría residual, el trastorno ligro la vida del individuo, también tienen que describir y
somatomorfo atípico. tratar a pacientes cuyos síntomas somáticos no se acompa-
En las siguientes revisiones del DSM-III, el DSM-III-R y el ñan de patología. Por este motivo necesitan una clasifica-
DSM-IV, las definiciones de los trastornos sufrieron modifi- ción sencilla y práctica.
caciones mínimas, aunque sí se introdujo un cambio im- • Los empresarios, los juristas, las compañías de seguros, los
portante: el trastorno somatomorfo indiferenciado. La adi- responsables de las prestaciones sanitarias y los planifi-
ción de este nuevo diagnóstico fue necesaria para ubicar un cadores de la política sanitaria necesitan, todos ellos, un
número importante de pacientes que, aunque manifiesta- lenguaje y un sistema diagnóstico operativo para todos los
mente enfermos, no encajaban en las categorías somato- cuadros médicos que comporten gastos sanitarios, socia-
morfas existentes. Por consiguiente, entre el DSM-III y el les y por invalidez, incluyendo las presentaciones sinto-
DSM-IV, la categoría de trastornos somatomorfos pasó de máticas.
ser un agrupamiento reducido de enfermedades relativa-
mente poco frecuentes a una categoría general que abarcaba
un número considerable de enfermedades. Los trastornos
somatomorfos, como se clasifican actualmente en el DSM- Carencias de los trastornos
IV, se indican en la tabla 1. La CIE-10 se desarrolló a la par somatomorfos como diagnóstico
que el DSM-IV e incluye, igualmente, una categoría similar,
aunque no idéntica, de trastornos somatomorfos, incluidos Aunque no es realista esperar que una clasificación diag-
en la categoría más amplia de «trastornos neuróticos, rela- nóstica cumpla todas las expectativas puestas en ella, muchos
cionados con el estrés y somatomorfos» (tabla 1). clínicos consideran que la terminología y el sistema de clasi-
Esta revisión puede considerarse parte de un debate más ficación actuales apenas cumplen las funciones diagnósticas
extenso sobre los principios de la taxonomía psiquiátrica enumeradas.
que deberían aplicarse en el DSM-V. Entre los temas que me-
recerían discutirse destacan los méritos relativos de los en-
Carencias de la categoría somatomorfa
foques categóricos frente a los dimensionales y el valor de
las clasificaciones descriptivas frente a las etiológicas, la im- 1. La terminología resulta inaceptable para los pacientes. A
portancia de la utilidad, la validez y la fiabilidad, los um- medida que aumenta la transparencia en la asistencia sanita-
brales elegidos para los «casos psiquiátricos» y la importan- ria es más importante la aceptabilidad de los términos diag-
cia de los criterios de discapacidad social al definir dichos nósticos por parte de los pacientes. Aunque se propuso como
«casos» (9, 10). Aun siendo conscientes de este debate de ma- un término ateórico, a menudo «somatomorfo» se relaciona
yor envergadura, en este artículo examinaremos aspectos con el término más antiguo de «somatización» (12). Esto im-
que atañen específicamente a los trastornos somatomorfos. plica que los síntomas son un «trastorno mental» que adopta
una forma somática, y los pacientes podrían albergar dudas Ofrece así múltiples oportunidades para generar diferencias
sobre la realidad y autenticidad de su sufrimiento (13). de opinión irresolubles.
En resumen, puede considerarse que la categoría de los tras-
2. La categoría es intrínsecamente dualista. La idea de que
tornos somatormorfos, como se concibe actualmente, ha fra-
los síntomas somáticos pueden dividirse en síntomas que re-
casado.
flejan una enfermedad y síntomas psicológicos resulta, teóri-
camente, discutible (6). De hecho, la idea de que los síntomas
sólo pueden «explicarse» por una enfermedad es cuestionable Carencias de las subcategorías somatomorfas
y no concuerda del todo con los datos empíricos (14). En la específicas
práctica, la mayoría de los médicos tienen una perspectiva
más amplia cuando evalúan los síntomas de un paciente (15).
El trastorno de somatización es, posiblemente, el diag-
3. Los trastornos somatomorfos no constituyen una catego- nóstico arquetípico de la categoría de trastornos somato-
ría coherente. La única característica común de los trastornos morfos. Su inclusión estuvo influida por el trabajo, entonces
somatomorfos es la presentación de síntomas somáticos no reciente, del grupo de St. Louis (8), siendo objeto de una aten-
atribuibles a una enfermedad médica general. Más allá de esta ción seguramente desproporcionada con respecto a los de-
circunstancia, no coinciden en ningún otro aspecto (9). Las más trastornos somatomorfos si nos atenemos a su preva-
coincidencias con múltiples trastornos psiquiátricos que se lencia. También se han expresado dudas sobre su valor
definen igualmente, en parte, por la presencia de síntomas so- clínico y los fundamentos conceptuales (19). En primer lu-
máticos, como la depresión y la ansiedad, también constitu- gar, los pacientes con trastorno de somatización presentan
yen un motivo de posibles errores diagnósticos. importantes síntomas psicológicos y somáticos, de manera
que el síndrome no constituye realmente un ejemplo de en-
4. Los trastornos somatomorfos son incompatibles con fermedad predominantemente somática (20). En segundo
otras culturas. Los diagnósticos de los trastornos somato- lugar, el trastorno de somatización presenta importantes
morfos no pueden extrapolarse a otras culturas que conciben coincidencias con los trastornos de la personalidad, en con-
la mente y el cuerpo de una forma menos dualista (p. ej., la cla- creto con el trastorno límite de la personalidad (21). En ter-
sificación actual china se basa en el DSM, pero excluye espe- cer lugar, aunque las exigencias diagnósticas rara vez se ba-
cíficamente la categoría de trastornos somatomorfos [16]). Ex- san en antecedentes sintomáticos a lo largo de la vida, se ha
portar a estas culturas un diagnóstico dualista de los trastornos demostrado que el recuerdo que tienen los pacientes de los
somatomorfos, justo cuando Occidente está intentando su- síntomas pasados es variable y que la estabilidad diagnóstica
perarlo, parece contraproducente. es baja en los estudios longitudinales (22). En cuarto lugar, el
5. Los criterios de exclusión indicados son ambiguos. El trastorno de somatización se basa, exclusivamente, en el re-
diagnóstico de un trastorno somatomorfo exige la exclusión cuento del número de síntomas somáticos «inexplicables»,
de cualquier enfermedad médica general. No obstante, no careciendo, incluso, de validez facial como trastorno psi-
se detalla con claridad qué diagnósticos médicos deberían quiátrico. El número de síntomas somáticos que comunica
considerarse excluyentes: por ejemplo, ¿deberían excluirse una persona se distribuye de forma continua en la población
los «síndromes funcionales» médicos como el síndrome de general y el diagnóstico sólo representa un extremo de gra-
la vejiga irritable? Una consecuencia de esta falta de clari- vedad a lo largo de un continuum de malestar (23). Por úl-
dad es que los pacientes podrían tener, a efectos clasificato- timo, el diagnóstico de trastorno de somatización ofrece a los
rios, un trastorno del Eje III (p. ej., síndrome de la vejiga irri- médicos pocas ayudas concretas sobre un tratamiento que
table) y un trastorno somatomorfo del Eje I (como trastorno excede de lo meramente clínico, y que tiene como objetivo
somatomorfo indiferenciado o trastorno por dolor), presen- minimizar la utilización de los servicios sanitarios y las en-
tando idénticos síntomas somáticos, lo que parece ridículo. fermedades yatrogénicas (24).
En respuesta a la observación de que muchos pacientes
6. Las subcategorías no son fiables. Muchas de las subcate- con diversos síntomas crónicos no cumplen los criterios del
gorías de los trastornos somatomorfos no alcanzaron los ni- DSM-IV de trastorno de somatización, se han hecho varios
veles de fiabilidad establecidos (17). intentos de reducir el número de síntomas exigidos para un
diagnóstico (25, 26). Aunque estas propuestas tienen la ven-
7. Los trastornos somatomorfos no disponen de unos um-
taja de reconocer que los diferentes síntomas somáticos
brales claramente definidos. La falta de umbrales nítidos de
constituyen un continuum, conservan la limitación de un
lo que merece diagnosticarse como trastorno somatomorfo ha
diagnóstico basado casi exclusivamente en el simple re-
generado discrepancias sobre el alcance de esta categoría y su
cuento de síntomas somáticos.
progresiva ampliación (18). Probablemente sea por este mo-
La hipocondría, entendida como categoría diagnóstica, si-
tivo que la mayoría de los estudios epidemiológicos de los tras-
gue siendo motivo de controversia. Aunque se ha confirmado
tornos psiquiátricos hayan excluido a los trastornos somato-
la concomitancia de la tríada formada por la convicción de pa-
morfos.
decer una enfermedad, el malestar que comporta y la bús-
8. Los trastornos somatomorfos generan confusión en queda de ayuda médica, estos síntomas se entenderían, pro-
cuanto a los derechos medicolegales y de las compañías ase- bablemente, mucho mejor como una variante de la ansiedad
guradoras. El diagnóstico de los trastornos somatomorfos ha centrada en temas de salud, relacionada estrechamente con
generado problemas relacionados con los derechos medico- otras variantes del trastorno de ansiedad (27, 28).
legales y de seguridad social. Por un lado, puede ofrecer una El trastorno de conversión ha constituido, durante mucho
validación diagnóstica errónea de simples quejas somáticas, tiempo, un problema para la clasificación diagnóstica. El
mientras que, por otro lado, puede infravalorar la realidad de DSM-III lo situó junto con otros diagnósticos en el apartado
los síntomas somáticos considerándolos «sólo psiquiátricos». de trastornos somatomorfos debido a la característica común
FIGURA 1. Propuesta de modelo etiológico para los síntomas somáti- En resumen, muchas de la subcategorías diagnósticas in-
cos funcionalesª cluidas dentro de los trastornos somatomorfos, carecen de va-
lidez como enfermedades independientes o estarían ubicadas
Sensaciones somáticas mejor en otro lugar.
causadas por procesos
fisiológicos y patológicos
primer problema reside en la confusión diagnóstica debida a morbilidad) entre los síndromes funcionales (5), los actuales
la superposición de los trastornos somatomorfos con la clasi- procedimientos terapéuticos suelen incidir en determinados
ficación utilizada por los internistas. Esta última define los grupos sintomáticos (como los del síndrome de la vejiga irri-
«síndromes funcionales» de forma descriptiva basándose en table), y los descriptores sintomáticos, apoyados quizá por el
el principal síntoma del paciente (p. ej., mareo, cefalea ten- término «funcional» para indicar la ausencia de una enferme-
sional) o en el sistema orgánico relacionado con estos sínto- dad definida anatomopatológicamente, podrían ser útiles y
mas (p. ej., dolor torácico no cardíaco, síndrome de la vejiga merecerían conservarse en una nueva clasificación.
irritable), estableciendo para los mismos pacientes un diag-
nóstico alternativo al trastorno somatomorfo (5). El segundo ¿Qué podemos aprender del actual enfoque
problema radica en si es posible diagnosticar el trastorno so- psiquiátrico?
matomorfo en los pacientes que también han recibido un
diagnóstico médico. Por ejemplo, los dolores torácicos no car- Aunque hemos destacado las limitaciones del actual sis-
díacos, atípicos, son frecuentes y a menudo muy angustiantes tema de clasificación del DSM en la descripción de los sín-
en los individuos que han sufrido un infarto de miocardio o tomas somáticos, el DSM-IV tiene aspectos favorables en los
que han sido sometidos a cirugía cardíaca. ¿Deberían recibir que debemos profundizar. El sistema actual destaca que de-
también el diagnóstico de trastornos somatomorfo? El tercer terminados grupos de enfermedades con síntomas somáti-
problema hace referencia a la habitual restricción del diag- cos no se explican por enfermedades médicas y ofrece un
nóstico «factor psicológico que afecta a una enfermedad mé- sistema para clasificarlos. Ha trascendido del enfoque ba-
dica» a pacientes que también tienen un diagnóstico médico. sado en sistemas corporales para definir los síndromes fun-
Si un paciente está angustiado por sus síntomas somáticos, cionales, cuya validez ha resultado ser limitada (5). El ca-
¿debería recibir el diagnóstico de «trastorno somatomorfo» o rácter multiaxial del sistema permite la codificación
de «factor psicológico que afecta a una enfermedad médica»? independiente de los diagnósticos médicos y psiquiátricos
y ¿debería depender esta decisión del supuesto carácter mé- y ofrece información más útil sobre los pacientes que un solo
dico o psiquiátrico de los síntomas? Nosotros defendemos que diagnóstico.
la consideración médica o psiquiátrica de una enfermedad no
tiene nada que ver con la etiología siendo sólo una afirmación ¿Qué características debería tener el nuevo
pragmática sobre qué especialidad médica se ocupa mejor de sistema de clasificación?
su tratamiento, del mismo modo que algunas enfermedades
se consideran médicas, y otras quirúrgicas. Aplicando estos Consideramos que cualquier sistema de clasificación nuevo
criterios, los trastornos somatomorfos pueden considerarse debería:
enfermedades tanto médicas como psiquiátricas.
• Concordar con los principios generales de clasificación del
DSM-IV.
• Favorecer una correspondencia eficaz con la clasificación de
Propuestas para el cambio
los trastornos funcionales utilizada por los médicos.
• Poder ser aceptado por los pacientes.
¿Cómo puede mejorarse la clasificación actual de los tras-
• Ser neutral etiológicamente.
tornos somatomorfos? Como primera medida, examinamos
• Ayudar en la planificación terapéutica.
las características de los sistemas diagnósticos médicos y psi-
• Ser igualmente aplicable a pacientes con enfermedades mé-
quiátricos actuales que han resultado útiles y que podrían in-
dicas.
corporarse a la nueva propuesta.
• Ofrecer una base útil para la futura investigación.
TABLA 2. Una nueva clasificación de las enfermedades calificadas en dica» que sólo aparece en el DSM-IV en un capítulo titulado
el DSM-IV como trastornos somatomorfos «otras enfermedades que pueden ser objeto de atención clí-
Eje I (diagnósticos psiquiátricos) nica». Ésta podría ser una apostilla del Eje I para cualquier
Esquizofrenia y trastornos delirantes diagnóstico del Eje III.
Trastornos depresivos
Trastornos de ansiedad, incluyendo ansiedad/hipocondría y fobia
• Los síntomas somáticos que acompañan a la depresión y a la
específica (temor a padecer una enfermedad)
Trastornos de conversión/disociación ansiedad se clasifican con la depresión y la ansiedad, respec-
Factores psicológicos que inciden en una enfermedad médica tivamente (con la especificación adicional «con importantes
Eje II (trastorno de la personalidad), incluyendo el trastorno síntomas somáticos» para reflejar el estado de preocupación
de la personalidad, como se manifiesta en el trastorno o inquietud del paciente con respecto a los síntomas somáti-
de somatización y en la personalidad hipocondríaca
cos, como la fatiga, el dolor o el malestar físico).
Diagnóstico del Eje III (enfermedades médicas), incluyendo los síntomas
y síndromes somáticos (funcionales) • La hipocondría debería denominarse trastorno de ansiedad
Eje IV, problemas psicosociales y ambientales, incluyendo la interacción por la salud y situarse junto a los trastornos de ansiedad.
con el sistema de asistencia sanitaria Aunque se solapa con otras formas de ansiedad, el hecho de
hacer hincapié en la enfermedad y en el diagnóstico médico
es clínicamente importante e influye en la presentación y en
el tratamiento (44). El término «temor a la enfermedad» en-
caja seguramente mejor en las fobias (45).
los médicos no psiquiatras y para los pacientes. No parece te- • El trastorno dismórfico corporal nunca ha encajado en la ca-
ner mucho sentido conservalos. tegoría de trastornos somatomorfos y debería trasladarse, se-
guramente, hacia los trastornos obsesivo-compulsivos (30).
2. Elegir un nuevo término para los síntomas • La clasificación de los síntomas disociativos y de conversión
y síndromes somáticos debe revisarse. Nuestra propuesta sería juntarlos en un sub-
grupo independiente, definido por criterios similares a los
Se necesita un término alternativo a «somatomorfo» para que se utilizan actualmente (29).
describir los síntomas, en particular aquellos no vinculados • El problema más complejo es la clasificación de la serie de
estrechamente con una enfermedad médica. Éstos podrían enfermedades definidas únicamente por el número de
denominarse, sin más, «síntomas somáticos», especificándose síntomas somáticos; esto abarca desde el trastorno de so-
el diagnóstico de una enfermedad si fuera preciso (p. ej., «do- matización hasta el trastorno somatomorfo no diferen-
lor» o «dolor asociado al cáncer de pulmón»). Si se necesitara ciado. Sugerimos que estos síntomas se clasifiquen en el
un adjetivo genérico para destacar la ausencia de relación con Eje III como «síntomas somáticos» o «síntomas somáticos
una enfermedad médica, consideramos que el término «fun- funcionales». Los trastornos psiquiátricos asociados po-
cional», en su acepción original, podría ser una propuesta muy drían codificarse en el Eje I, con otros factores que justifi-
válida. quen la intervención psiquiátrica, como «factores psico-
lógicos que inciden en una enfermedad médica». El
3. Redistribuir los trastornos actualmente procedimiento sería, por lo tanto, el mismo para el pa-
incluidos en la categoría de trastornos ciente con síndrome de la vejiga irritable que para el pa-
somatomorfos en otros apartados ciente con temor a la enfermedad después de someterse a
de la clasificación una intervención quirúrgica de alto riesgo. No cerramos la
puerta a que se puedan proponer, finalmente, diagnósti-
Esta tarea tiene varias vertientes. En primer lugar, algunos cos psiquiátricos adicionales convincentes, definidos por
trastornos incluidos actualmente en los trastornos somato- anomalías de los procesos psicológicos o comportamen-
morfos pueden trasladarse, sin más, a otras categorías del Eje tales, para reemplazar esta categoría, pero esto requiere
I (trastornos psiquiátricos) o el Eje II (trastornos de la perso- ser investigado.
nalidad). En segundo lugar, podría especificarse que el califi-
cativo de Eje III (enfermedades médicas) debe utilizarse para
Eje II
todos los síntomas somáticos que habitualmente tratan los
médicos generalistas, con independencia que al paciente se • Los pacientes con trastornos de la personalidad y síntomas
le haya diagnosticado una enfermedad. En tercer lugar, el Eje somáticos tendrán codificado su trastorno en el Eje II, como
IV debería utilizarse para describir interacciones infructuo- sucede actualmente.
sas con los servicios médicos y el acceso a ellos. Las propues- • El trastorno de somatización se conceptualiza mejor como
tas concretas para cada eje son las siguientes: una combinación de trastorno de la personalidad (Eje II) y
trastorno afectivo o de ansiedad (Eje I) (46).
Eje I.
Eje III
La clasificación del Eje I debe modificarse, de manera que los
diferentes diagnósticos englobados actualmente en la catego- • Los síntomas y síndromes somáticos y el trastorno por do-
ría de trastornos somatomorfos sean redistribuidos a otro lu- lor podrían clasificarse en el Eje II. Esto debería considerarse
gar o reformulados. La revisión, el cambio de nombre y la re- únicamente como una clarificación del principio ya exis-
distribución de las categorías somatomorfas existentes se tente en el DSM-IV: «El Eje III sirve para comunicar la pre-
describen a continuación y se resumen en la tabla 2. También sencia de enfermedades médicas en curso que pueden ayu-
sostenemos que podría sacarse mayor provecho de la catego- dar a comprender o a tratar el trastorno mental de un
ría «factores psicológicos que inciden en una enfermedad mé- individuo». Estas enfermedades se clasifican al margen del
capítulo «trastornos mentales» de la CIE-9-MC (y al margen TABLA 3. Un sistema multidimensional descriptivo para los síntomas
del capítulo V de la CIE-10). somáticos
• Comportaría múltiples ventajas establecer unos niveles le- Descriptor
ves, moderados y graves de síntomas somáticos con los cri-
Tipo de síntoma somático
terios de gravedad actuales del DSM-IV, equiparando el um- Número de síntomas
bral con la significación clínica. En el DSM-IV los síntomas Curso clínico (p. ej., agudo, crónico, recurrente)
somáticos se definen como «causantes de un malestar clí- Anatomopatología/fisiopatología de la enfermedad
nicamente significativo o de deterioro social, laboral o en Ideas relativas a la salud
otras áreas de funcionamiento». Actitud ante la enfermedad
Trastorno psiquiátrico acompañante
Factores sociales (p. ej., empleo, prestaciones sociales)
Eje IV
El Eje IV permite actualmente enumerar los problemas psi-
cosociales y ambientales. Sería útil ampliarlo, incluyendo las
interacciones infructuosas con el sistema asistencial médico,
gía; esto implica que deba destacarse que algunos pacientes
como las visitas frecuentes a los servicios asistenciales (47).
necesitan atenciones tanto médicas como psiquiátricas. Con-
sideramos que esto favorecerá la integración de la psiquiatría
4. Establecer un diagnóstico con una con otras especialidades médicas. También ofrece una termi-
descripción adicional multidimensional nología y un contexto que los pacientes podrán aceptar más
fácilmente implicándolos, de forma más eficaz, en el proceso
También sostenemos que la nueva clasificación diagnóstica
terapéutico. Ya disponemos de tratamientos para los síntomas
se beneficiaría de una descripción adicional de los pacientes
somáticos funcionales (48, 49), pero necesitamos una manera
individuales en términos de dimensiones descriptivas y de un
mejor y no tan manifiestamente «psiquiátrica», de explicarlos
diagnóstico (38). Una clasificación multidimensional adicio-
y de ponerlos en práctica.
nal estaría en consonancia con nuestros conocimientos etio-
lógicos actuales. Esto sería valioso para una definición más
precisa de los pacientes que participan en los estudios y para Consecuencias para la investigación
centrar las intervenciones terapéuticas en factores etiológicos
El procedimiento que acabamos de esbozar concuerda con
específicos. Podría reproducirse como anexo del DSM-V. En el
los resultados científicos disponibles y señala hacia dónde de-
DSM-IV ya existen circunstancias análogas en los apartados
ben encaminarse los futuros estudios. Este estudio debería
dedicados al dolor y al sueño con respecto a otras clasifica-
conducir, en última instancia, a una nosología basada prefe-
ciones más precisas. En la tabla 3 se presenta una propuesta
rentemente en datos empíricos con implicaciones terapéuti-
de esquema. Sería beneficioso que este enfoque multifacto-
cas más directas. También debería esclarecer los procesos etio-
rial se desarrollara y se diera a conocer no sólo en el ámbito
lógicos, incluyendo los factores neurobiológicos, perceptivos,
psiquiátrico sino en todo el ámbito de la medicina.
cognitivos y comportamentales que sustentan todos los sín-
tomas. La investigación epidemiológica debería comenzar
con un análisis más preciso de los datos existentes, por ejem-
Consecuencias de las propuestas plo, un examen del agrupamiento natural y de la estabilidad
de los síndromes a lo largo del tiempo. Por último, la descrip-
Cabe esperar que el manual DSM-V sea un texto de refe-
ción multidimensional complementaria permitirá realizar un
rencia, como lo han sido sus predecesores. Por lo tanto, ten-
estudio más preciso de los factores etiológicos y su evaluación
drá un importante papel en mejorar el conocimiento general
en grupos homogéneos de pacientes.
de las enfermedades actualmente clasificadas como trastor-
nos somatomorfos. Prevemos que la supuesta incorporación
de nuestras sugerencias al DSM-V tendrá muchas consecuen- Consecuencias de mayor alcance
cias positivas para la labor clínica, la investigación y el cono-
La colaboración más estrecha entre los expertos involucra-
cimiento más profundo de estas enfermedades. Aunque sería
dos en la elaboración de clasificaciones psiquiátricas y sus ho-
absurdo pensar que nuestras propuestas de revisión elimina-
mólogos no psiquiatras tendrá también la ventaja de favore-
rán completamente el pensamiento dualista estéril, creemos
cer una perspectiva más integradadora de los síntomas. Este
que constituyen un paso útil en esa dirección. Reconocemos
enfoque no basado en especialidades se ha denominado in-
la necesidad de futuros debates y evaluaciones para poder va-
vestigación de síntomas (50). Para acabar, prevemos una com-
lorar adecuadamente estas propuestas y compararlas con la
binación de clasificaciones utilizadas por médicos generalis-
alternativa de una revisión más restrictiva de las categorías ac-
tas y por médicos psiquiatras. Esto mejorará, a su vez, el papel
tuales.
de la psiquiatría en la asistencia médica general en beneficio
de los pacientes.
Consecuencias clínicas
La principal consecuencia de nuestra propuesta es la acep- Recibido el 22 de noviembre de 2003; revisiones recibidas el 31 de mayo de 2004
tación de la neutralidad etiológica de los síntomas somáticos y el 12 de julio de 2004; aceptado el 11 de agosto de 2004. Procedente de School of
no asociados directamente con una enfermedad médica. Molecular and Clinical Medicine, University of Edinburgh; Department of Psychiatry,
Warneford Hospital, Oxford University, Oxford, Reino Unido; Department of Psychiatry,
Proponemos una clasificación pragmática basada, explícita-
Division of Social and Transcultural Psychiatry; McGill University, Montreal; Centre for
mente, en la especialidad médica más involucrada en el tra- Health Studies, Group Health Cooperative, Seattle, y Regenstrief Institute for Health
tamiento de la enfermedad, más que en una supuesta etiolo- Care, Indianapolis.
Bibliografía