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Qué es la Base de la Pirámide ... Qué significa hacer negocios con ella.

El término "Base de la Pirámide" o "BOP" en inglés, fue acuñado por el economista hindú, C.K Prahalad, en su libro "La
Fortuna en la Base de la Pirámide"(Ediciones Granica). Se refiere a las personas con ingresos por debajo de la línea de
pobreza que necesitan servicios y productos básicos tales como medicamentos, agua, alimentos, energía, transporte y
crédito. Hoy, si acceden a éstos, pagan mucho más que “los ricos”.

El término ahora se potencia a la luz de la necesidad de encontrar nuevos modelos que integren a quienes el estado y
las empresas fueron dejando en el camino. Si el asistencialismo no funciona, si los Objetivos del Milenio (reducir la
pobreza a la mitad para el 2015) no se van a cumplir, y los gobiernos llegan tarde cuando no roban, veamos qué puede
hacer la empresa para incluir a miles de millones de personas que siguen quedando afuera del sistema. No sólo se trata
de venderles cosas tan simples como alimentos, pañales o telefonía a precios justos, si no de asociarlos en la
producción y la comercialización. Los casos más reconocidos son el de GrameenPhone en Bangladesh o el programa
Patrimonio Hoy de Cemex en Méjico en donde se llegó con un producto de menor precio a millones de consumidores
asociando a mujeres microempresarias. Margarita Carlés - Revista Negra(1)

Es la designación socioeconómica para los 4.000 millones de personas que viven primariamente en los países en
desarrollo y cuyos ingresos anuales per cápita están por debajo de los USD 1500 ...

"El crecimiento de la brecha entre pobres y ricos, y las necesidades insatisfechas de aquellos que se hallan en la base
de la pirámide de ingresos, presentan oportunidades para el crecimiento empresarial futuro y para el desarrollo social. La
realización de una forma capitalista caracterizada por el diálogo abierto (el de dos caminos) y por la colaboración con los
stakeholders que previamente fueron ignorados (ambientalistas radicales, habitantes de villas miserias, pobreza rural en
los países en desarrollo, etc.), pueden ayudar a la apertura de caminos de crecimiento en mercados no desarrollados o
no atendidos hasta el presente. La visión de sustentabilidad, podría hacer que las empresas analicen sus estrategias a
través de una nueva lente, la de un capitalismo que propicie la inclusión de los sectores más postergados de la
población. Las compañías con habilidades y tenacidad para competir en la base de la pirámide económica tendrán, como
potenciales recompensas, crecimiento, ganancias e incalculables contribuciones a la humanidad. Porque sus
inversiones, de hecho, pueden sacar a miles de millones de personas de la pobreza y la desesperación, evitar la
descomposición social, el caos político y el colapso ambiental, que se profundizarán si la brecha entre países ricos y
pobres sigue ampliándose.

El éxito en la base de la pirámide de ingresos requiere de las empresas pensar creativamente. El mayor cambio debe
provenir de las actitudes y prácticas de los ejecutivos. A menos que los CEO y líderes de negocios “confronten” sus
propios preconceptos, las compañías no pensarán en los mercados de la base de la pirámide.

- La base de la pirámide ofrece oportunidades para la creación de valor para todas las partes, para el desarrollo
sustentable y para el desarrollo humano. Estos mercados requieren gestionar desafíos substanciales en infraestructura
técnica y económica, educación, recursos financieros y diferencias culturales. Las iniciativas dirigidas a la base de la
pirámide requerirán una reconcepción importante de la proposición actual de valor para el negocio y un profundo
entendimiento de las necesidades locales y de los paradigmas del desarrollo humano. Es que las estrategias para la
base de la pirámide están focalizadas en soluciones “win-win” que abren nuevas oportunidades para la creación de valor
para los negocios y expande el horizonte de desarrollo de la pobreza proveyendo bienes y servicios cultural y
ecológicamente adecuados."

Esta iniciativa del Instituto de Estudios para la Sustentabilidad Corporativa, tiene un amplio desarrollo en: antecedentes;
actividades del Laboratorio de la Base de la Pirámide y datos sobre su primera actividad en septiembre de 2005.

Fuente: IESC www.instituto.ws


Necesitamos un sistema de desarrollo que ponga a los individuos en el centro de la escena. No se puede trabajar para
los pobres sino con los pobres. Por eso hablamos de una “economía humana” donde cada individuo es considerado
como sujeto de derecho, y donde las soluciones a la pobreza son consensuadas dando vos a las mismas poblaciones
vulnerables.

Dignidad en la Base de la Pirámide, Christian Tiscornia Biaus*

En la era de la revolución tecnológica y la globalización, el mundo sigue padeciendo males que parecieran no tener
solución. La pobreza, la desigualdad, y la exclusión social se abren paso violentamente en todos los rincones del
planeta.

Nuestra “aldea global” alberga hoy en día a más de 1.300 millones de personas que viven en la indigencia, y a otros
3.000 millones de personas que tienen que subsistir con menos de 2 dólares diarios.

Necesidades básicas como el agua potable, instalaciones sanitarias, acceso al gas y electricidad son lujos inalcanzables
para más del 70% de la población mundial. En los ámbitos académicos se denomina a esta inmensa mayoría de seres
humanos como “la base de la pirámide económica” (BDP).

Sólo en Argentina, y conforme las últimas cifras dadas a conocer por el INDEC, el 33% de la población está bajo la línea
de pobreza y el 12% vive en la indigencia. Consecuencia directa de esta realidad, entre analfabetos formales y
funcionales, el 14% de la población argentina hoy no lee ni escribe. La tasa de desempleo es también alarmante, la cifra
asciende al 12%, es decir más de 4 millones de personas están sin posibilidad alguna de superar una situación de
exclusión extrema.

Si estos son los cimientos sobre los cuales estamos construyendo nuestro futuro, esta claro que no avanzamos hacia un
mundo más justo, pacífico y humanizado.

Los interrogantes que se plantean al conocer esta escalofriante realidad son varios. ¿Cuáles son las causas de esta
situación? ¿Cuáles son las políticas nacionales e internacionales que están dando batalla a este mal? ¿Cuál es el rol
individual de cada ciudadano frente a semejante realidad? ¿Cuál es la responsabilidad de las empresas privadas frente
al incremento de la pobreza? ¿Es el Estado el único responsable de solucionar la pobreza? ¿Desde dónde deben surgir
nuevas propuestas para transformar la pirámide socio económica?

La magnitud del problema y la ineficacia de los estados nacionales en dar una respuesta concreta a la pobreza mundial
dan cuenta de la necesidad imperiosa de nuevas políticas sociales y económicas orientadas por la ética y nutridas por
las voces de los más necesitados. Es necesario un nuevo paradigma de desarrollo donde el crecimiento económico, la
equidad y el desarrollo social sean sus pilares. Creemos que el camino hacia la superación de la pobreza es el de
articulación y de trabajo colectivo entre los distintos sectores de la sociedad (estado-empresa-sociedad civil). Si
entendemos la pobreza como un problema que nos afecta a todos, pues entonces la solución necesariamente debe
provenir del actuar colectivo y coordinado de cada uno de los actores de la sociedad.

El rol de las empresas, emprendedores sociales y del estado para revertir la situación de pobreza en la base de la
pirámide.

El término BDP es utilizado para identificar a nuevos modelos de negocios y emprendimientos innovadores que apuntan
a los sectores mas vulnerables de la sociedad. Las empresas privadas pueden jugar un papel determinante en este
proceso de desarrollo. Para esto, las iniciativas dirigidas a la base de la pirámide requerirán una reformulación
importante por parte del mundo empresario y un entendimiento de las necesidades locales de cada comunidad, como así
también del impacto que sus acciones generan en el medioambiente y de los paradigmas del desarrollo humano. ¿Acaso
pueden las empresas ser ajenas a la problemática de la pobreza siendo actores determinantes en el desarrollo
económico y social?
Nuevas estrategias para la base de la pirámide deben estar focalizadas en soluciones donde todos los involucrados
salgan beneficiados. Las empresas deben incluir en su accionar una visión de sustentabilidad. El diálogo y la
colaboración con actores previamente ignorados como emprendedores sociales, organizaciones ambientalistas o
poblaciones vulnerables ayudarán a desarrollar nuevos mercados y necesidades no tenidas en cuenta en el pasado. La
inclusión de los sectores más postergados en las estrategias empresariales es fundamental para comprender
necesidades ignoradas previamente, para incorporar propuestas innovadoras, y para combatir la pobreza y la exclusión
social desde la generación de trabajo genuino y el desarrollo de nuevos bienes y servicios.

Los emprendimientos en la BDP no implican caridad. Tampoco asistencialismo.

Para las empresas debe significar un buen negocio y una transferencia de recursos hacia las poblaciones más
vulnerables que redunde en beneficios recíprocos. En este sentido, el trabajo de la empresa Amanco en Guatemala
resulta un ejemplo esclarecedor. La empresa desarrolló un sistema de riego por goteo especialmente adaptado a las
necesidades de pequeños agricultores. Mediante este sistema se logro un aumento en la superficie de cultivo utilizando
la misma cantidad de agua, un aumento en la productividad de los campesinos mediante el cultivo de productos no
tradicionales y la implantación de mejores prácticas de conservación de los recursos de agua y suelo. Mediante alianzas
con ONGs y organizaciones de crédito se logró el financiamiento a los productores. El acceso a nuevos mercados
implicó un excelente negocio para la empresa.

El BDP no se trata de proveer los mismos productos y servicios desarrollados para la parte superior de la pirámide
económica y simplemente intentar venderlos a los pobres. Este nuevo enfoque debe buscar la creación de fuentes de
empleo que dignifiquen al individuo, y el desarrollo de nuevos productos o servicios adaptados a las necesidades reales
de las poblaciones más vulnerables, a un precio accesible y teniendo en cuenta el impacto negativo que puede causar al
medioambiente. Hay que transformar el paradigma de desarrollo (especialmente el paradigma ciudadano-consumidor)
generando de forma simultánea valor social, económico y ambiental. No podemos seguir esparciendo las consecuencias
negativas del consumismo y la degradación ambiental al resto del planeta. La generación de valor social, económico y
ambiental tendrá que estar en el ADN de las empresas del nuevo milenio.

En este proceso de cambio, el papel del emprendedor social es crucial. La combinación de compromiso y experiencia les
otorga a los emprendedores sociales un conocimiento profundo de las difíciles realidades que viven las poblaciones más
vulnerables.

Sobre esta base, logran desarrollar programas innovadores y exitosos para combatir los diversos aspectos de la
pobreza. Estos proyectos no logran generalmente un gran impacto cuantitativo (si sólo los medimos en relación a la
cantidad de beneficiarios), pero resultan experiencias fundamentales para comprender la problemática social, para
demostrar la posibilidad de éxito de nuevos modelos de desarrollo y servir como pilares de políticas públicas.

El trabajo de electrificación rural solar que el emprendedor social Fabio Rosa ha implementado en Brasil es un buen
ejemplo de un modelo sustentable de desarrollo. Mediante un innovador sistema de alquiler de equipos solares (con una
cuota mensual de U$S 10 equivalente al importe que los usuarios gastan en fuentes de energía no renovables) Fabio
logra no sólo dar luz a familias rurales, sino también mejorar las condiciones de vida, de salud y de desarrollo
económico. En 1996, la provincia de San Pablo puso en marcha un proyecto de U$S 240 millones basado en la réplica
del mismo enfoque y proveyendo de electricidad a un millón de personas.

Por último, es el Estado quien tiene la posibilidad de otorgar dimensión nacional a las experiencias positivas de
emprendedores sociales en combinación con el sector privado. No puede haber progreso social verdadero sin un Estado
que estimule la articulación sectorial y que ayude a transformar las experiencias exitosas de emprendedores sociales y
ONGs en políticas públicas concretas. Es necesario generar el marco legal que refleje las necesidades de los más
necesitados y que promueva la equidad y la articulación entre el sector privado y sociedad civil. Generalmente, las
organizaciones sociales logran alcanzar experiencias exitosas pero aisladas, sin impacto cuantitativo. Este es el rol del
estado. Articular con organizaciones sociales y dar proyección nacional a estas iniciativas positivas.
Peligros & desafíos de la BDP

Hay autores como C.K. Prahalad que proponen considerar a las personas que viven en la base de la pirámide
económica como “potenciales consumidores”, y a partir de allí, el camino hacia la erradicación de la pobreza será
posible. Según Prahalad, los pobres representan un mercado latente para bienes y servicios. La pregunta es ¿Sólo es
necesario que la gente consuma para superar la pobreza? ¿Hay que considerar a la gente que vive en la pobreza sólo
como un “mercado potencial”? ¿Cómo una mera posibilidad de negocios?

Resulta peligroso pretender trasladar a los 4 billones de personas que conforman la base de la pirámide económica
social un sistema de consumo que evidentemente ha fracasado en el mundo (o por lo menos, para la inmensa mayoría).
Imaginemos solo a la población china consumiendo de la forma que lo hace la sociedad norteamericana. Según las
propias palabras del presidente de las Naciones Unidas, Sr. Kofi Annan, si los países del mundo comenzaran a consumir
como lo hacen los países desarrollados de Europa y USA, hoy en día, se necesitarían 3 planetas tierra para enfrentar tal
demanda.

La base de la pirámide no solo refleja la necesidad de nuevas alternativas para las poblaciones más empobrecidas del
planeta, sino la necesidad imperiosa de modificar los hábitos de consumo y producción de los países supuestamente
desarrollados.

Otro gran desafío de las iniciativas en la base de la pirámide es el cuidado del Medio Ambiente. Pensar en 5 billones de
personas requiere de soluciones que no se pueden basar en los mismos patrones de consumo y recursos que se utilizan
en los países desarrollados.

Pensar en el consumo de agua vasta para comprender esto, en los Estados Unidos se consumen 1932 metros cúbicos
de agua por año, en China 491, imaginemos a un billón de ciudadanos chinos consumiendo anualmente esa cantidad de
agua. Simplemente imposible, no existe esa cantidad de agua en el mundo. Las soluciones propuestas deben implicar
una transferencia de recursos hacia los más pobres, deben ser sustentables y ecológicamente amigables. Sino, y al decir
de Gustavo Gennuso, presidente de la fundación Gente Nueva, la teoría de la BDP corre el peligro de convertirse en un
caballo de Troya que lleva implícita cuestiones nocivas revestidas de bondad.

Conclusión

El éxito en la base de la pirámide requiere transformar la lógica dominante entre empresa, ONG y estado. Los grandes
problemas no se resuelven con grandes soluciones ni provienen mágicamente de un solo sector, sino con muchas
soluciones pequeñas, articuladas y mediante el aporte individual y colectivo de todos los actores de la sociedad.

Las empresas deberán “correrse” del la generación de valor económico a costas del individuo y el medioambiente. Los
emprendedores sociales deberán trasladar su conocimiento y replicar sus experiencias a mayor escala generando
alianzas con el sector privado y el público. Para esto debemos aprender a colaborar y superar prejuicios creando
escenarios de beneficio mutuo donde la lucha contra la pobreza sea un esfuerzo mancomunado y una responsabilidad
de todos.

Necesitamos un sistema de desarrollo que ponga a los individuos en el centro de la escena. No se puede trabajar para
los pobres sino con los pobres. Por eso hablamos de una “economía humana” donde cada individuo es considerado
como sujeto de derecho, y donde las soluciones a la pobreza son consensuadas dando vos a las mismas poblaciones
vulnerables.

La pobreza se multiplica a cada instante y el monstruo se fortalece con nuestra indiferencia y con enfrentamientos que
solo logran mayor división. Trazar puentes de cooperación entre los distintos actores no es un desafío, a esta altura, es
una necesidad imperiosa.

* el autor es Director de RRII y Desarrollo, Amartya


Fuente: GuíaSenior.com, octubre 2006

¿Está usted haciendo negocios con la Base de la Pirámide?

..."Queremos hacer negocios con los que no tienen nada". Suena feo. "Luchar contra la pobreza: una oportunidad de
negocio"... Son títulos de seminarios y de notas recientes y no suenan bien. Hacen referencia a un mercado,
inexplorado, de 4000 millones de personas que viven con menos de dos dólares por día.

... Hacer negocios con “la base” también significa simplemente comprarle a quien está excluido de la cadena. El universo
es amplio: son pequeños productores, cooperativas, y centenares de micro y pequeñas empresas limitados por la falta
de crédito, por las comunicaciones y la distancia geográfica. Claro que mientras los gerentes de compras en las grandes
multinacionales sigan con algunos vicios esto parece imposible, pero eso se solucionará rápidamente el día que
contemos con compromisos firmes, quizás revolucionarios, por parte de los accionistas.

La propuesta es ganar plata pero siguiendo los lineamientos de la Responsabilidad Social Empresaria o RSE. Esto es
moda para algunos y para otros es una ola que arrasa, que llega para quedarse y para cambiar algunas creencias de
base. La RSE invita a pensar a la empresa y a los negocios con el objetivo de, por lo menos, no hacer daño en el
camino. Una empresa debe ser rentable y generar valor para el accionista, eso no se discute. “La empresa sigue siendo
la institución generadora de riqueza por excelencia”, afirman los defensores del capitalismo, sin embargo tantas
destruyen riqueza natural, especialmente las que extraen o usan recursos sin pagar el verdadero valor de los mismos.
Otras directamente nos destruyen a nosotros mismos. Otras, al contrario, generan mucho más valor que el que refleja su
acción o que el percibido por la sociedad. Por solidaridad o por negocio, no importa cuál, es mejor optar por menores
rentabilidades de corto plazo para dar lugar primero al bienestar de nuestros empleados, nuestro planeta, proveedores y
clientes - los stakeholders. Maximizar el bienestar es negocio también. A nivel macro ya hay economistas en Inglaterra
trabajando sobre el Gross International Happiness Index (http://www.grossinternationalhappiness.org) para dejar atrás
las mediciones del producto bruto que sobrevalorizan lo producido y comercializado por sobre el bienestar generado en
la población.

Los duros de la RSE dicen que para asegurar la rentabilidad de largo plazo, la única opción es escuchar y a encuestar ya
a todos los stakeholders o grupos de interés y readecuar la gestión y la estrategia de la compañía. Si la sociedad pudiera
votar acerca de mi empresa, ¿votaría para que se quede o para que se vaya? (Una tabacalera extranjera en Argentina
afirma que salió a preguntar eso y que la sociedad votó por que se quedara..). Y, ya que estamos, ¿las encuestadoras
son socialmente responsables? ¿Y los medios? Convengamos que a mayor poder/masividad mayor responsabilidad, ¿o
no?¿Y las ONG? ¿Y los organismos gubernamentales? La RSE debe aplicarse para todos por igual.

Un ex empresario exitoso devenido observador, analiza la RSE y concluye “si yo fuera empresario en el 2006, vendo
todo y me voy” haciendo alusión a todas las expectativas y responsabilidades que recaen ahora sobre los empresarios.
Las políticas de años que delegaron en las manos invisibles de los empresarios el poder y la capacidad para cubrir todas
las necesidades materiales y espirituales de toda la sociedad, fracasaron. Los empresarios no pudieron antes y solos
nunca podrán reparar todo el daño ni proveer todos los productos y servicios que hoy no brindan ni el estado ni la
empresa ni las ONG. La solución, parecería estar en derribar las fronteras que nos dividen, mentales, raciales e
ideológicas. Se puede empezar por estado/empresa/sociedad y unir a los tres sectores para trabajar juntos y por sobre
todo y ante todo, para garantizarnos un estado firme y limpio al servicio del ciudadano que regule y garantice las reglas
de juego.

La RSE sugiere que empecemos por aplicar alguna de las herramientas de auto diagnóstico y de gestión que circulan
gratis de la mano de organizaciones como The Global Reporting Initiative (www.gri.org), el Instituto Ethos de Brasil junto
al IARSE de Argentina (www.iarse.org), o Business in the Community junto a Amartya (www.amartya-ar.net). “La
responsabilidad social es primero individual”, opina Rodrigo Gómez Iza de Amartya , es de cada uno, así que las
primeras preguntas son a nosotros mismos como consumidores, como empleado de call center o accionista mayoritario.
La RSE arrancará, dicen, cuando surja de las exigencias de los consumidores. Ya es una barrera para-arancelaria para
los exportadores, dado que a muchos productores ya se les empieza a exigir pruebas de que no incurrieron en trabajo
infantil o indecente. Recientemente la diseñadora de modas Graciela Naúm no sólo perdió a su clienta de oro, Máxima
Zorreguieta, si no que vio su nombre y su trayectoria diezmadas por ser parte de una cadena productiva involucrada,
desde siempre, en el trabajo indecente e informal.

Para embarcarse en una gestión socialmente responsable, ya hay estándares y procesos, una futura norma ISO, libros,
expertos, indicadores, catédras, consultoras, también hay genios e improvisados, como en todas las nuevas tendencias.

Hay precursores e inspirados que vale la pena escuchar y leer. Stephan Schimdheiny, es uno y su libro “Walking the
Talk” ilustra varios casos exitosos de negocios que buscan rentabilidades y bienestar a la vez. Este suizo con empresas
en Latinoamérica (Amanco y Masisa, entre otras), y fundador del Consejo Mundial para el Desarrollo Sostenible, hace lo
que predica o “he walks his talk” y así donó sus acciones al Viva Trust (valor de activo total superior a los U$S 2000
millones). Hoy este fideicomiso financia varias ONGs, como Fundes y Avina, y apoya acciones e investigaciones
orientadas a promover el Desarrollo Sustentable.

Ganar plata es deseable y está bien y venderle a los pobres, ahora también. Qué alivio. Comencemos entonces a incluir
y participar en los negocios y en las ganancias al restante ochenta por ciento de la población mundial. ¿No es tan fácil?
La pobreza es estupidez. Sobra creatividad y sobran recursos para resolverla. Hay para todos. Lo que no sobra es
tiempo. La pobreza es una tragedia. Y eso es hoy.

Fuente: (1) Margarita Carlés - Revista Negra, 23/06/2006. acceso online a la nota completa, desde aquí

Para transformar la base de la pirámide social: microcréditos, microfinanzas y algo más

Roberto Sansón Mizrahi, Opinión Sur

El impacto de la pobreza y la exclusión en los países del hemisferio sur es demoledor y no es social, económica, política
o éticamente admisible. Es uno de los mayores despropósitos de la época contemporánea, quizás tan sólo comparable
con la irresponsable destrucción del medio ambiente. La frustración es aún mayor cuando sabemos que la situación
puede revertirse. Está al alcance de la comunidad internacional y de nuestros países abatir la pobreza y superar la
exclusión. No se trata de un fenómeno natural o de circunstancias incontrolables sino que es el resultado de una
desacertada y perversa combinación de intereses y decisiones. Así ocurrió con la esclavitud, promovida, aceptada,
tolerada durante varios siglos y sólo abatida con muchísimo esfuerzo y sufrimiento.

- La pobreza (con su expresión más dura que es la indigencia) entraña una flagrante violación de los derechos humanos.
Implica segregación, inseguridad, altísimos costos económicos y sociales y un campo fértil para gravosas aventuras
políticas. Encarar o no este crucial desafío marcará el curso ulterior de nuestra trayectoria como países. Para abatirla y
lograr un desarrollo justo y vigoroso es necesario accionar en varios niveles ya que el desafío es complejo y se expresa
en múltiples dimensiones.

- Por un lado es imprescindible desplegar acciones que vayan directamente en apoyo a la base de nuestra pirámide
social de forma de movilizar esa capacidad y talento local. Un lugar relevante en esta acción directa es ocupado por los
programas de microcrédito, las microfinanzas y la provisión de asistencia técnica y empresarial de excelencia.

- Junto a ello se requiere una fuerte inversión en infraestructura social (educación, salud, vivienda y seguridad) y en
infraestructura productiva (energía, comunicaciones, caminos, transporte, riego, entre otras), así como una prudente
política monetaria y una equitativa y no regresiva política fiscal. Esto es, necesitamos alinear la política macroeconómica
con los intereses de la población de bajos ingresos.

- Un aspecto crítico aunque pocas veces encarado al apoyar a micro y pequeños productores es mejorar su articulación
con los demás actores del sistema económico. Para ello importa, entre otras cuestiones, canalizar inversiones y
conocimiento a través de pequeñas y medianas empresas locomotoras, así como obtener el activo respaldo de
empresas líderes de cadenas productivas.

- Pero también se requerirá de algo más que los esfuerzos económico-productivos: deberemos revisar y posiblemente
transformar nuestras actitudes respecto a quienes nos acompañan en este mundo, al medio ambiente que dejamos para
nuestros hijos y nietos, al consumo compulsivo que nos es inducido, a educar a nuestros niños y jóvenes para que
crezcan como ciudadanos, a un mayor involucramiento de cada uno con la cosa pública. Lo que se persigue con un
desarrollo justo y vigoroso no es agigantar los problemas presentes reproduciéndolos dentro del esfuerzo de movilizar la
base de la pirámide social, sino de aprovechar la tremenda energía que puede liberarse para generar un punto de
inflexión hacia un futuro más promisorio. Es una oportunidad para corregir trayectorias y retomar la búsqueda de sentido
y significación.

(i) Del microcrédito a las microfinanzas

En las últimas dos décadas los programas de microcrédito se han multiplicado, si bien en algunos países más que en
otros. El desafío que nos toca hoy encarar es cómo llevar el microcrédito a un mayor nivel de efectividad asegurando al
mismo tiempo una más amplia cobertura. Esto es obtener simultáneamente masividad y excelencia..

- La cobertura del microcrédito debe superar el nivel de los proyectos pilotos y pasar de lo demostrativo a una atención
que alcance a todo el universo de microproductores. La extensión de cobertura no implica homogenización de enfoques
y metodologías porque la diversidad y el aprendizaje de mejores formas de actuación es un imperativo aún vigente. La
masividad no debe asfixiar la excelencia sino promoverla.

- Esto impone exigencias tanto a nivel de promover soluciones efectivas cuanto en lograr una escala considerable de
operación. Será necesario (i) articular el microcrédito con otras acciones que mejoren el contexto en que se
desenvuelven micro y pequeños productores y (ii) desarrollar entidades financieras proveedoras del microcrédito que
sean efectivas y sustentables.

- Es un doble pasaje: del microcrédito a las microfinanzas y de programas asistenciales hacia un contexto sistémico que
favorezca el pleno desarrollo de la base del aparato productivo.

- El pasaje de microcrédito hacia las microfinanzas viene con diferencias importantes en cuanto a modalidades y
alcances. Pero el cambio más importante es cuando los proveedores de microcrédito se transforman en instituciones
financieras reguladas con capacidad para captar ahorro del público. Allí se potencia la capacidad de crecer porque esos
depósitos del pequeño ahorrista terminan siendo la principal fuente de financiamiento de los microcréditos[1].

- Las entidades microfinancieras complementan el microcrédito con otros servicios demandados por los
microemprendedores, como ser, cuentas de ahorro, seguros, sistema de cobros, entre varios otros. Al incluir más
productos asociados al microcrédito la operación se torna más rentable. La prestación de los servicios adicionales puede
ser gerenciada directamente por la entidad de microfinanzas o puede ser derivada hacia otras entidades
complementarias.

- La regulación de entidades proveedoras de microcrédito entraña costos, beneficios y riesgos[2]. Los costos de la
regulación vienen por el lado de las exigencias de políticas, procedimientos, recaudos y controles que impone la
autoridad monetaria (sea el Banco Central o la Superintendencia de Entidades Financieras). El principal beneficio surge
de poder disponer de los depósitos de sus propios clientes, lo cual representa acceder a considerables recursos a bajo
costo. Los riesgos vienen de diversos frentes: tanto por un eventual mal manejo de los recursos que perjudiquen a los
pequeños ahorristas, como por verse los intermediarios financieros forzados a adoptar formas de trabajo que terminen
limitando el acceso al crédito de los sectores más necesitados.

- Una forma de encarar esto es diferenciando programas de acuerdo a la diversidad que presenta el heterogéneo
universo de la pequeña y micro producción. Hay segmentos con mayor dinamia y perspectivas que pueden ser atendidos
por entidades crediticias reguladas, mientras que sectores con menor dinamismo -que necesitan encarar más profundas
transformaciones- requerirán del apoyo de entidades no reguladas que dispongan de mayor flexibilidad para operar en
ese medio. Es un grueso error considerar por igual a los muy diversos segmentos que conforman la población de bajos
ingresos. Lo que se impone son tratamientos diferenciados, algo que entidades burocráticas no están en condiciones de
realizar. De ahí la crítica importancia de desarrollar alianzas estratégicas entre intermediarios financieros y
organizaciones de desarrollo que sí sean capaces de acompañar y asistir con conocimiento de excelencia a los
pequeños y micro productores. El caso más dramático es el de los indigentes; ellos no pueden ser dejados atrás aún
cuando requieran de un tratamiento especializado por parte de entidades familiarizadas con su situación y
circunstancias. Será necesario contar con programas que, al tiempo que permitan acceder a mejores ingresos, trabajen
una diversidad de aspectos culturales, educativos, psicológicos, de inseguridad y de necesidades extremas de
alimentación y salud.

(ii) Microfinanzas y una mejor articulación de micros y pequeños productores con el resto del sistema
económico.

Las microfinanzas ofrecen un importante apoyo a sectores rezagados, olvidados, excluidos. Y lo hacen de la mejor
manera posible: motivando, reforzando la autoestima, a través de generar trabajo digno y dignificante. Con un enfoque
sustentable tanto en lo que hace a procurar promover emprendimientos que puedan sostenerse y competir en los
mercados, como en cuanto a generar entidades financieras y organizaciones de promoción autosostenibles.

- A corto plazo habrá siempre una tensión entre estas dos dimensiones de la sustentabilidad porque mientras más altas
sean las comisiones, tasas de interés y primas de seguros que cobren las entidades de microfinanzas más se reforzará
su viabilidad (siempre y cuando capitalicen y no transfieran hacia sus accionistas o acreedores esos resultados), aunque
estarán afectando los ingresos de sus pequeños clientes[3]. Por otro lado, una estructura de ingresos que no les permita
crecer y subsistir pondría en riesgo la permanencia de las entidades microfinancieras. La forma de encarar esta tensión
va por el lado de trabajar mejores formas de gestionar las microfinanzas de modo de reducir los costos de operatorias
convencionales. Existen modernas y probadas metodologías que aseguran una buena rentabilidad a las entidades de
microfinanzas aplicando moderadas condiciones financieras a su clientela de pequeños y micro productores.

- Pero las microfinanzas no lograrán resolver por sí solas la pobreza y el desafío de movilizar productivamente a la base
de la pirámide social. Se requiere de otros esfuerzos que complementen y potencialicen la acción de las microfinanzas.

- Un aspecto crítico es el de la canalización de inversiones y conocimiento a través de pequeñas y medianas empresas


locomotoras, aquellas que en su crecimiento son capaces de arrastrar consigo a decenas o centenas de micro y
pequeños productores. Son empresas ubicadas en promisorios sectores, clusters y redes económicas y que disponen de
una gestión eficiente. Por ejemplo, si un microproductor es un vendedor ambulante de comidas al paso tendrá por cierto
que trabajar esforzadamente el día entero para obtener su magro ingreso. Un esfuerzo equivalente pero vinculado con
una empresa locomotora que estuviera inserta en una más promisoria cadena productiva generaría obviamente ingresos
superiores. ¿Cómo acceder a ello? En alguna medida con alguna mayor dotación de capital pero, muy especialmente,
con un mayor acceso a contactos, información y conocimientos relevantes que faciliten su relacionamiento con empresas
insertas en mejores redes económicas y nichos de mercado: redes y mercados con potencial de crecimiento donde los
pequeños y micro productores puedan encontrar espacios para poder desarrollar ventajas competitivas y obtener
compensaciones justas por su esfuerzo.
- Para lograr esto se cuenta con una incipiente pero muy efectiva batería de nuevos instrumentos de promoción: entre
otros, las desarrolladoras de negocios socialmente responsables, las redes de inversores ángeles y los fondos locales de
apoyo a la inversión productiva. Su accionar es catalítico: cada una de esas entidades interviene desde su ámbito de
trabajo en determinados nodos o puntos críticos del proceso de desarrollo, que se expresan como promisorias
oportunidades. Las desarrolladoras identifican esas oportunidades y ayudan con conocimientos y asesoramiento a
emprendedores locales para que puedan aprovecharlas. Los inversores ángeles acuden para acercarles capital,
conocimiento y acceso a contactos relevantes. Los fondos de apoyo a la inversión productiva entran en escena cuando
se encaran fases ulteriores de expansión o consolidación[4].

(iii) El involucramiento de empresas líderes de cadenas productivas

Las empresas que lideran redes o cadenas productivas tienen un rol preponderante en el esfuerzo de movilizar micro y
pequeños productores, rol que no siempre es reconocido, alentado o apreciado. Y es que la forma como estructuran sus
iniciativas, como toman sus decisiones, impactan muy directamente a otros actores “hacia atrás” (upstream) y “hacia
delante” (downstream) de su entorno socioeconómico. Por un lado las decisiones de quienes lideran cadenas
productivas impactan a sus proveedores directos y también a quienes los abastecen de materias primas y servicios y,
por otro lado, inciden sobre distribuidores, consumidores finales y quienes compran sus productos para utilizarlos a su
vez como insumos o equipamientos. En verdad su impacto se extiende sobre toda la comunidad en la que operan,
incluyendo el sistema educativo y de ciencia y tecnología.

- En general las empresas líderes de cadenas productivas son concientes del efecto que su liderazgo produce en su
ámbito de actuación pero pocas veces ese impacto es explícitamente integrado a la matriz de costos y beneficios de sus
decisiones. Ocurre que cualquier decisión estratégica de una empresa que lidera una cadena productiva puede
implementarse a través de más de una modalidad tecnológica u organizativa. Cada una de esas modalidades constituye
una opción que, en términos de rentabilidad directa para la empresa cae dentro del rango genérico de lo aceptable (si así
no lo fuera no constituiría una opción). Por tanto es muy probable que hubiera no una sino diversas razones y
argumentaciones para escoger una opción por sobre las otras. Es muy posible que cada opción pudiera tener impactos
bien diferenciados sobre los demás actores que conforman la cadena productiva y la comunidad donde las empresas
operan. De ser así, sería socialmente recomendable que la empresa líder escogiese aquella opción que, sin afectar su
propia viabilidad, maximizase el impacto positivo en su entorno. Esto exigiría considerar los efectos secundarios (y no
sólo los primarios sobre ellas mismas) que las decisiones estratégicas de las empresas líderes provocan. Esto es lo que
hemos venido llamando la responsabilidad mesoeconómicade [5] las empresas que lideran cadenas productivas. Para
hacer efectiva esa responsabilidad es necesario tomar conciencia del crítico rol que cada empresa juega y tener la
determinación de asumirla. Esto hace referencia no sólo a quienes conducen las empresas y sus propietarios, sino
también a las escuelas de negocios y a otros actores que con su accionar van ayudando a orientar la responsabilidad
social empresarial.

(iv) La alineación de las políticas macroeconómicas

Si realmente queremos abatir la pobreza y movilizar productivamente a la base de la pirámide social es imprescindible
alinear las políticas macroeconómicas en la dirección de ese esfuerzo. Es que este desafío no puede reducirse a un
capítulo altisonante pero desconectado de las más importantes políticas nacionales, como la política de gasto público, la
política fiscal y la política monetaria. No tiene sentido definir esas políticas y su financiamiento para después pretender
establecer por separado un espacio especializado de lucha contra la pobreza[6].

Por otra parte, la política macroeconómica de un país no se rige exclusivamente por el objetivo de abatir la pobreza ya
que existe una diversidad de otros objetivos que son también de importancia nacional. Pero para ser consistentes y
contundentes necesitamos hacer converger en la estrategia de construir un desarrollo justo y vigoroso a todos los
instrumentos de política disponibles.
Es obvio que la política macroeconómica sobrecondiciona la trayectoria productiva del país. Sin embargo, no siempre se
relaciona la situación de pobreza con la estructura específica que se ha adoptado para el gasto público y su
financiamiento, ni tampoco con la política crediticia y monetaria. Cuando se decide la composición del gasto público y
cuando se distribuye la carga fiscal entre contribuyentes, se están configurando dos de los principales parámetros en el
esfuerzo de abatir la pobreza y promover un desarrollo justo y vigoroso. Suele ser el gasto público la principal fuente de
financiamiento tanto de la infraestructura social como de la productiva, mientras que la estructura impositiva es uno de
los mecanismos más sutiles de redistribución del ingreso[7]. De igual forma, la política monetaria –otro crucial
mecanismo de redistribución de ingresos- afectará de manera decisiva el valor de la moneda, la capacidad adquisitiva de
los salarios y la disponibilidad de crédito para financiar la actividad productiva de micro y pequeños emprendedores.

- En conclusión: para ser efectivos en la búsqueda de un desarrollo justo y vigoroso se impone no tan sólo considerar los
instrumentos de acción directa a nivel de la base de la pirámide social y sumar el involucramiento tanto de empresas
locomotoras como de las que lideran cadenas productivas, sino también alinear en la misma dirección todos los resortes
disponibles dentro de la política macroeconómica.

(v) Algo más: cambios en nuestros propios valores y actitudes

Pero se requerirá de algo más que lo exclusivamente económico-productivo para que las transformaciones puedan
producirse y logren sostenerse en el tiempo: será necesario transformar también nuestros valores y actitudes respecto a
temas centrales para la convivencia y gobernabilidad democrática.

- Un aspecto fundamental es revisar nuestra actitud respecto a las otras personas con las que convivimos e
interactuamos. Hoy los antagonismos esterilizan valiosas energías y enervan las buenas relaciones entre vecinos y
compatriotas. Las tensiones normales que se dan habitualmente entre perspectivas e intereses diversos necesitan ser
manejadas constructivamente para no deslizarse hacia permanentes confrontaciones que van minando el capital social
de una región, país o localidad. Esto requiere de madurez, autocontrol, reflexión, saber o aprender a conciliar posiciones
e intereses en pro de construir mejores soluciones para el conjunto. Pero, por sobre todo, implica respetar reglas de
diálogo, de discusión y de resolución de conflictos.

- Es claro que se atentará contra este objetivo si en la localidad o el país primasen sistemas de corrupción organizada
con impunidad casi asegurada. Esto mina la confianza y buena voluntad de las personas y establece códigos de
conducta muy alejados del respeto y consideración por los demás. De ahí que no sea marginal sino absolutamente
crítico y de primerísima prioridad enfrentar con la mayor determinación posible a la corrupción y a la impunidad que la
posibilita y alienta.

- Otro aspecto central es el respeto por el medio ambiente, la herencia generacional que dejamos para nuestros hijos y
nietos. Toca tomar urgentes decisiones en este campo. Cuanto más posterguemos medidas efectivas de preservar el
medio ambiente mucho más costosos terminarán siendo los ajustes que nos tocará hacer en el futuro ya obligados por
las circunstancias y los desastres naturales. El cuidado del medio ambiente está lejos de ser un lujo de sociedades
desarrolladas sino que es un imperativo en los propios países del hemisferio sur, probablemente los más vulnerables y
los que sufriremos las consecuencias más desvastadotas.

- El desarrollo de nuestros pueblos requiere de una buena base de recursos naturales y económicos pero también, muy
especialmente, de poblaciones saludables (física y psicológicamente). Esto llama la atención sobre el crítico trabajo de
educación y salud pública en sus concepciones más modernas y abarcativas. La formación de personalidades sólidas y
balanceadas es un elemento esencial para desarrollar sociedades solidarias, capaces de cohesionarse alrededor de
valores comunes e intereses convergentes, aceptando y beneficiándose de la diversidad.

- En ese esfuerzo ocupa un lugar preponderante la educación que seamos capaces de desarrollar para que nuestros
niños y jóvenes crezcan como ciudadanos. No son pocos los desafíos que las nuevas generaciones deben enfrentar
pero la mayor responsabilidad cae en los adultos que marcamos el rumbo y el ritmo de su crecimiento. Nos toca
fortalecer la resiliencia de las nuevas generaciones y sacar fuerzas de nuestras propias flaquezas para ofrecerles
contención afectiva, formación y oportunidades. Esta es una acción silenciosa y constante que encuentra en la familia, la
escuela y el barrio los ámbitos primarios donde desarrollarse pero que también involucra al Estado, las empresas y las
organizaciones civiles y religiosas.

- En medio de todo esto crece el consumismo compulsivo en el que estamos naufragando y que no nos acerca al
bienestar sino más bien a otras peligrosas aguas. Con esa actitud olvidamos a los rezagados y a los más vulnerables y,
sin reflexionar, contribuimos al agotamiento de recursos naturales y a la destrucción del medio ambiente. El consumismo
erosiona el propio ser y reproduce nuestra alienación. Es un afán que nos es inducido y que nos llena de mediocres
satisfactores que terminan siempre siendo insuficientes. La adquisición y consumo de bienes y servicios superfluos es
una carrera inútil pérdida de antemano ya que no son bienes o entretenimientos los que taparán angustias,
desconciertos y soledades. La procesión va por otro lado y son otras las actitudes y conductas necesarias para poder
avanzar en significación y sentido. Hacen a reflexionar, a desacelerar para escoger nuevos rumbos con mayor
conciencia de la importancia de esas elecciones, a acompañar mejor a niños y jóvenes, a erguirse por sobre el nihilismo,
la superficialidad, la desorientación que acerca a graves adicciones. Se trata de valorizar el mundo de los afectos y
cerrarle espacios a la corrupción, a los delitos y a las transgresiones que disgregan los lazos de comunidad y minan el
crítico capital social.

- La felicidad que decimos perseguir no puede ser comprada. El consumismo exacerbado no es solución sino un
agravante de nuestros problemas. Quizás debamos reorientar anhelos y afanes para acercarnos al bienestar no con más
sino con mejores satisfactores, muchos de los cuales anidan en nuestra propia conciencia y en nuestros propios
pensamientos.

- Cada uno de nosotros cuenta, por más intentos de reducirnos a una manada desorientada y fácil de manipular. Como a
lo largo de toda la historia humana, también hoy nos toca encarar una profunda reflexión interior y un mayor
involucramiento con la cosa pública. Porque se trata de mejorar y mejorarnos. O, para ser más claros, mejorar mientras
nos mejoramos. Es que no cabe ignorar la cosa pública, mirarla de afuera como si pudiéramos ser tan sólo espectadores
de algo que no nos afectará. Queramos o no, cambios profundos en la direccionalidad del conjunto nos impactan muy
directamente, para bien o para mal, sea como individuos, familias, grupos de amigos, vecinos, países y aún como aldea
global. De eso estamos hablando.

Vale reiterarlo: con la transformación de la base de la pirámide social no se trata de agigantar los problemas presentes
reproduciéndolos a nivel de la ya de por sí sufrida población de bajos ingresos, sino de aprovechar la tremenda energía
que puede liberarse con su movilización para generar un punto de inflexión hacia un futuro más promisorio. Es una
oportunidad -que cae en el ámbito de nuestras decisiones- para corregir trayectorias y retomar la búsqueda de sentido y
significación.

______

[1] Un ejemplo es el Banco del Estado en Chile que tiene una cartera de más de 240.000 microcréditos. El 70% de esa cartera es financiado con
depósitos provenientes del ahorro popular.

[2] Como muy bien se explicitó en el Taller Regional Aspectos Regulatorios de las Microfinanzas organizado por el Banco Central de la República
Argentina y el PNUD, Buenos Aires, 18 de mayo 2007

[3] Es válido aunque controversial el argumento que en el presente los microemprendedores están en manos de la usura por lo que las condiciones
financieras que ofrecen las entidades de microfinanzas constituye una mejora significativa. También vale la argumentación de las entidades
microfinancieras acerca que sus costos de operación son mucho más elevados que los de la banca comercial regular: no es lo mismo administrar un
portafolio pulverizado de muy pequeños microcréditos que otro conformado por tomadores de grandes préstamos. Sin embargo el desafío asumido por
las entidades más consolidadas de microfinanzas es abatir costos a través de adoptar más modernas modalidades de operación y mejores técnicas de
administración de su cartera, transfiriendo a sus clientes los ahorros así obtenidos como más favorables condiciones financieras.

[4] Esta trilogía de instrumentos de apoyo para empresas locomotoras es analizada en varios números de Opinión Sur.
[5] Siendo la mesoeconomía el área de la economía que se interesa por los clusters, las redes económicas y las tramas o cadenas productivas

[6] Un País para Todos, Roberto Sansón Mizrahi, Editorial Del Umbral, Colección Opinión Sur, junio 2006

[7] Ningún político se atrevería a proponer que sean los sectores de ingresos medios y bajos quienes carguen con el mayor peso relativo para financiar
el desarrollo pero eso es exactamente lo que sucede en la mayoría de nuestros países donde predominan sistemas tributarios regresivos.

La fuente solicita comentarios en http://blogopinionsur.blogspot.com

Descubriendo la Base de la Pirámide, Guillermo D'Andrea

Los mercados emergentes concentran el 80% de la población mundial y representan un gran atractivo para las
empresas. Sin embargo, satisfacer las necesidades de los segmentos populares es un gran desafío, que obliga a romper
falsos mitos

Guillermo D'Andrea, Profesor, Director del departamento de Comercialización en el IAE-Universidad Austral

En los partidos de fútbol entre equipos de México es común ver publicidad de bolsas de cemento de Cemex al lado de
las de gaseosas y otros productos de consumo masivo. Los vendedores de electrodomésticos de Casas Bahia son
entrenados para evaluar la capacidad de pago de sus potenciales clientes de las zonas pobres del Noreste de Brasil
observando aspectos tales como si las manos condicen con el tipo de tarea que manifiestan desarrollar. En Minka, a las
afueras de Lima, se encuentran los puestos de una feria tradicional grande con un homecenter y locales de ropa y
electrodomésticos a precios populares y un patio de comidas al mejor estilo de los centros comerciales, pero
decididamente orientado a los segmentos populares. En México, Bimbo ofrece a precios bajos pan con una duración
menor al habitual bajo la marca Pan de Ayer y en un circuito comercial secundario. En los escarpados suburbios de
Caracas, Coca-Cola amplió su distribución a la vez que generó posibilidades de mejora económica a 30.000 'hogares
productivos': amas de casa a quienes se proveyó de un refrigerador para poder vender productos desde su casa. Son
solo algunos ejemplos de empresas que se han propuesto conquistar los vastos segmentos de la 'base de la pirámide',
buscando vencer el mito de que "lo barato sale caro".

Pero para ello han debido resolver una cantidad de complejos desafíos, a la vez que superar una serie de mitos
simplistas y argumentos falaces en cuanto a la capacidad real de ofrecer respuestas efectivas a los compradores de
menores recursos que hagan que "lo bueno no tiene que resultar más caro".

En un entorno de fuerte competencia y acelerada evolución es cada vez más difícil mantener la diferenciación de los
productos y encontrar nuevas oportunidades de crecimiento. Los mercados emergentes en los que vive el 80% de la
población mundial se presentan como una atractiva alternativa para crecer, pero las propuestas generadas para
mercados desarrollados encuentran una carrera limitada en estos mercados con una alta proporción de pobres. Es
imprescindible adaptar la oferta para poder atender a una población caracterizada por la escasez.

La escasez manifestada en el bajo poder adquisitivo de los consumidores es fruto de la variación de sus ingresos tanto
en monto como en frecuencia, y también se refleja en variaciones en los niveles de equipamiento, desde la disponibilidad
de automóvil a la de electrodomésticos básicos como heladeras, y su acceso a la energía, las comunicaciones y el agua
corriente. La densidad de población es alta y los núcleos familiares son de 3, 4 ó 5 personas bajo un mismo techo. Esto
combinado con la escasez de equipamiento para conservar alimentos frescos o preparados, y el alto desempleo que
lleva a trabajos eventuales con ingresos variables y no previsibles, refuerzan el hábito de comprar y cocinar diariamente,
y la limitación en el vestuario el del lavado diario de la ropa. La compra entonces es diaria y hasta dos veces en el día, y
de bajo importe, con especial énfasis en la frescura pues se consumirá casi inmediatamente. Para este tipo de necesidad
la tienda de cercanía es la mejor opción, no solo por comodidad sino porque eventualmente permite redondear la compra
si no alcanza el efectivo disponible, comprar en las cantidades estrictamente necesarias y conseguir la mejor alternativa
de calidad de frescos que se puede pagar, junto con las marcas en los tamaños que mejor se ajustan a las necesidades
particulares. Lo escaso es el dinero y no el tiempo, que por lo tanto se puede emplear en optimizar su rendimiento. Y en
estos casos las propuestas que ahorran tiempo no resultan económicas, dado su mayor precio.

La visión sobre los consumidores emergentes se encuentra poblada con una serie de mitos, proveniente de una
comprensión limitada de estos consumidores. Son muy numerosos, difíciles de comunicar por la falta de medios
específicos, lo cual los torna muy caros en términos de costo por impacto publicitario. Quisieran pero no pueden pagar
por los productos, prefieren las segundas marcas por ser más baratas. A pesar de todo pagan precios más altos, y
significan un altísimo riesgo en el caso que se les otorgue crédito. Mitos como estos a su vez condicionan el desarrollo
de estrategias que respondan efectivamente a sus necesidades específicas. El resultado paradójico es la limitación del
acceso a productos y servicios muy valorados por parte de un grupo enorme de consumidores que los necesitan para
satisfacer necesidades muchas veces básicas, y que al mismo tiempo constituyen un enorme mercado. Una oportunidad
gigantesca pero signada por desafíos muy complejos, que un número creciente de empresas se halla abocada a resolver
para brindar acceso a mejores productos y servicios. Otra forma de ejercer la responsabilidad social de las empresas,
pero apelando a sus capacidades de innovar y crear productos accesibles a un mercado inmenso pero a la vez complejo
de satisfacer: el de la 'base de la pirámide' socioeconómica del mundo.

Fuente: El Cronista - 25/01/2006

Base de la Pirámide en América Latina y el Caribe

El mercado de consumo en la Base de la Pirámide (BdP) - aproximadamente 350 millones de personas en la región de
América Latina y el Caribe – aunque atractivo, representa un segmento de la población desabastecido, para el cual las
compañías privadas podrían desarrollar nuevos productos y servicios.

Así como las economías desarrolladas constituyen una parte cada vez más reducida y saturada en la economía global,
los cambios en los hábitos mundiales de consumo sin duda representarán oportunidades estratégicas significativas para
las compañías privadas.

No se trata de proveer los mismos productos y servicios ya desarrollados para el tope de la pirámide a los más pobres,
sino más bien de un nuevo enfoque de negocios que busca desarrollar nuevos productos o servicios adaptados a las
necesidades de la Base de la Pirámide a un precio asequible.

Para emprender esta iniciativa, el FOMIN podría asociarse con asociaciones empresariales, corporaciones, ONG
especializadas, agencias del sector público y universidades que estén involucradas y tengan una trayectoria de probada
experiencia en el área de la Base de la Pirámide.

Fuente: web del BID (actualmente no está disponible online)

s.f. “La Base de la Pirámide” En Código R - Portal de Responsabilidad Social y Desarrollo Rentable. Fecha de Consulta
14 de septiembre del 2011. <http://www.codigor.com.ar/basepiramide.htm#Qué>

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