Está en la página 1de 35

INTERPONEMOS ACCIÓN DE HABEAS DATA - SOLICITAMOS MEDIDA

CAUTELAR.-

“en memoria de aquellos detenidos-


desaparecidos durante la última dictadura militar
Argentina, que figuraron en algún archivo
clandestino”

Sr. Juez:

CIAJ (Colectivo de acción investigación y acción judicial),

Asoc. Miguel Bru, CELS, Asociación de Defensores, a V.S. nos presentamos y

respetuosamente decimos:

I.- OBJETO.-

Que venimos por el presente a interponer ACCIÓN DE

HABEAS DATA, contra el Estado Provincial (Ministerio de Seguridad -Policía de la

Provincia de Buenos Aires), conforme lo regula el artículo 43 primer párrafo, de la

Constitución Nacional y el artículo 20 de la Constitución Provincial, a fin de tomar

conocimiento cierto de la existencia de los datos de la ciudadanía que obren

en los registros de la demandada, sentados en los informes denominados

“carpetas de modus operandi” confeccionados por las Comisarías del Dpto.

Judicial La Plata y de la Provincia de Bs. As., conociendo acerca de su finalidad,

fuente y modo de elaborar dicho registro.

Asimismo, para el caso en que resulte acreditado el modo

discriminatorio con el que se almacenan dichos datos y la utilización arbitraria e

ilegal que de los mismos se efectúa, a S.S solicitamos la supresión


correspondiente de los datos contenidos en los mencionados registros, en

función de las consideraciones de hecho y de derecho que a continuación

expondremos.

II.- ADMISIBILIDAD DE LA ACCIÓN DE HABEAS DATA.-

La legitimación para la interposición de la presente acción de

Habeas data encuentra su fundamento en las normas constitucionales, legales y

reglamentarias que a continuación se analizarán.

II.- 1) Plexo Constitucional aplicable - El Amparo

Colectivo.-

En primer lugar, cabe recordar que el artículo 43 de la

Constitución Nacional dispone, en lo que aquí interesa, que:

“Toda persona puede interponer acción expedita y rápida de

amparo, siempre que no exista otro medio judicial más idóneo, contra todo acto u

omisión de autoridades públicas o de particulares, que en forma actual o inminente

lesione, restrinja, altere o amenace, con arbitrariedad o ilegalidad manifiesta, derechos

y garantías reconocidos por esta Constitución, un tratado o una ley. En el caso, el juez

podrá declarar la inconstitucionalidad de la norma en que se funde el acto u omisión

lesiva.

Podrán interponer esta acción contra cualquier forma de

discriminación y en lo relativo a los derechos que protegen al ambiente, a la

competencia, al usuario y al consumidor, así como a los derechos de incidencia

colectiva en general, el afectado, el defensor del pueblo y las asociaciones que

propendan a esos fines, registradas conforme a la ley, la que determinará los

requisitos y formas de su organización.


Toda persona podrá interponer esta acción para tomar

conocimiento de los datos a ella referidos y de su finalidad, que consten en registros o

bancos de datos públicos, o los privados destinados a proveer informes, y en caso de

falsedad o discriminación, para exigir la supresión, rectificación, confidencialidad o

actualización de aquellos. No podrá afectarse el secreto de las fuentes de información

periodística.”

A su vez, el art. 20 de la Constitución de la Provincia de

Buenos Aires, señala -en el mismo sentido- que:

“Se establecen las siguientes garantías de los derechos

constitucionales: (…)

3. A través de la garantía de Hábeas Data, que se regirá por

el procedimiento que la ley determine, toda persona podrá conocer lo que conste de la

misma en forma de registro, archivo o banco de datos de organismos públicos o

privados destinados a proveer información, y a requerir su rectificación, actualización o

cancelación. No podrá afectarse el secreto de las fuentes y el contenido de la

información periodística.

Ningún dato podrá registrarse con fines discriminatorios

ni será proporcionado a terceros, salvo que tengan un interés legítimo. El uso de la

informática no podrá vulnerar el honor, la intimidad personal y familiar y el pleno

ejercicio de los derechos.

Todas las garantías precedentes son operativas. En ausencia

de reglamentación, los jueces resolverán sobre la procedencia de las acciones que se

promuevan, en consideración a la naturaleza de los derechos que se pretendan

tutelar.”
En función de dichas normas, y conforme lo sostenido por la

jurisprudencia nacional, debe considerarse que el Habeas Data, aunque con algunas

diferencias importantes en cuanto a sus requisitos de admisibilidad y objeto, es un

tipo especial de acción de amparo, en los términos del art. 43 de la Constitución

Nacional.

En efecto, así lo ha declarado reiteradamente la jurisprudencia

nacional, al sostener que: “…La ausencia de normas que reglamenten el instituto no

impide que, hasta tanto ello ocurra, se le apliquen las contenidas en la ley 16.986 en

todo cuanto no se opongan a lo expresamente dispuesto en el texto constitucional.

Ello, sin embargo, no significa que el hábeas data deba ser asimilado al amparo, pues

el objeto perseguido difiere en ambos casos; así, para la procedencia del primero, no

se requiere de la arbitrariedad o ilegalidad manifiestas necesarias para la admisibilidad

del amparo, sino del dato objetivo de una información falsa o agraviante registrado en

un archivo que, por ser fuente de información pública o de circulación restringida,

afecta la honorabilidad o actividad de una persona…” (confr. Sala IV in re "Gaziglia"

del 4-10-95; Sala V in re "Dinamarca" del 10.5.99) (CAUSA 4202/99 - "CABAÑA

ADRIANITA SA C/ BANCO CENTRAL DE LA REPUBLICA ARGENTINA Y OTRO S/

HABEAS DATA" - CNACAF - SALA II - 14/03/2000)

Siendo ello así, debe afirmarse, a su vez, que el plexo

constitucional ha reconocido la posibilidad, al igual que en el caso del amparo común,

del planteo de Habas data colectivo.

Ello, en tanto, la legitimación para accionar, en materia de

Habeas data, debe interpretarse en forma amplia, integrando el segundo y tercer

párrafo del art. 43 de la CN, ya que el segundo párrafo establece la posibilidad de


iniciar una acción de amparo colectivo contra “…cualquier forma de discriminación…”,

la cual, a su vez, puede –como en el presente caso- claramente ser llevada a cabo o

perpetrada a través de la manipulación ilegítima de datos personales por parte de las

fuerzas policiales.

No otra cosa podría colegirse si se tiene en cuenta que, tal

como ha sido sostenido por la doctrina y jurisprudencia nacional, “…La garantía del

hábeas data está vinculada al derecho a la intimidad y al derecho a la veracidad... Al

decir de Sagües, el instituto tiene cinco fines principales: a) acceder al registro de

datos;; b) actualizar los datos atrasados; c) corregir información inexacta; d) asegurar

la confidencialidad de cierta información legalmente obtenida, pero que no debería

trascender a terceros; e) cancelar datos que hacen a la llamada "información sensible"

(ideas religiosas, políticas o gremiales, etc.) potencialmente discriminatoria o que

afecte la privacidad... (conf. Sagües, Néstor Pedro "Amparo, Hábeas Data y Hábeas

Corpus Constitucional" publicado en La Ley 1994-D, pág. 1151 y sgtes.; en el mismo

sentido Sala IV "Gaziglia" ya citado, esta Sala "Urteaga" del 24-10-96)…” (Expte.

10806/01 - "Hierros SA c/ AFIP - DGI s/ HABEAS DATA" - CNACAF - SALA II -

18/10/2001)

A las citadas normas constitucionales cabe sumar, por su

parte, las de los arts. 8.1 y 25.1 de la Convención Americana sobre Derechos

Humanos.

En efecto, y tal como sostiene la doctrina, en virtud de lo

dispuesto por el artículo 75 inciso 22, segundo párrafo, de la Constitución Nacional, el

Pacto de San José de Costa Rica tiene jerarquía constitucional, integrando su plexo

jurídico. La reforma Constitucional de 1994 vino, de esta manera a ratificar lo


sostenido por esta Excma. Corte Suprema de Justicia de la Nación en autos

“Ekmekdjian, Miguel Ángel v. Sofovich, Gerardo y otros” en el cual se expresó que

“…la necesaria aplicación del artículo 27 de la Convención de Viena impone a los

órganos del Estado Argentino asignar primacía al tratado ante un eventual conflicto

con cualquier otra norma interna contraria o con la omisión de dictar disposiciones

que, en sus efectos, equivalgan al incumplimiento del tratado internacional en los

términos del citado artículo 27” y que “...debe tenerse presente que cuando la Nación

ratifica un tratado que firmó con otro Estado, se obliga internacionalmente a que sus

órganos administrativos y jurisdiccionales lo apliquen a supuestos que ese tratado

contemple, siempre que contenga descripciones lo suficientemente concretas de tales

supuestos de hecho que hagan posible su aplicación inmediata. Una norma es

operativa cuando está dirigida a una situación de la realidad en la que puede operar

inmediatamente...”.

Por su parte, el artículo 8 del Pacto de San José de Costa Rica,

relativo a las garantías judiciales, prescribe que: “Toda persona tiene derecho a ser

oída, con las debidas garantías y dentro de un plazo razonable por un juez o tribunal

competente, independiente e imparcial, establecido con anterioridad por la ley en la

substanciación de cualquier acusación penal formulada contra ella o para la

determinación de sus derechos y obligaciones de orden civil, laboral, fiscal o de

cualquier carácter”

Finalmente, completa el plexo de garantías jurisdiccionales el

artículo 25.1 del mismo Pacto, que establece que: “Toda persona tiene derecho a un

recurso sencillo y rápido o a cualquier otro recurso efectivo ante los jueces o tribunales

competentes, que la ampare contra actos que violen sus derechos fundamentales
reconocidos por la Constitución, la ley o la presente convención, aún cuando tal

violación sea cometida por personas que actúen en ejercicio de sus funciones

oficiales”

La Corte Suprema de la Nación al recordar la jerarquía

constitucional de los tratados de derechos humanos sostiene que ha sido establecido

por voluntad expresa del constituyente “…en las condiciones de su vigencia…”.

Interpreta el alcance de estos términos de la siguiente manera: “…Esto es tal como la

Convención citada efectivamente rige en el ámbito internacional y considerando

particularmente su efectiva aplicación jurisprudencial por los tribunales internacionales

competentes para su integración y aplicación”.

Fundamentalmente términos para la integración del derecho

vigente, que se coordinan con los que a continuación expone: “…De ahí que la aludida

jurisprudencia deba servir de guía para la interpretación de los preceptos

convencionales en la medida en que el Estado Argentino reconoció la competencia de

la Corte Interamericana para conocer en todos los casos relativos a la interpretación y

aplicación de la Convención Americana”.

Cabe recordar que la Corte Interamericana afirmó que los

Estados Partes deben “…no solamente ‘respetar los derechos y libertades

reconocidos en ella’, sino además garantizar su libre y pleno ejercicio a toda persona

sujeta a su jurisdicción”, destacando que “…garantizar implica el deber del Estado de

tomar todas las medidas necesarias para remover los obstáculos que puedan existir

para que los individuos puedan disfrutar de los derechos que la Convención reconoce.

Por consiguiente la tolerancia del estado a circunstancias o condiciones que impidan a


los individuos acceder a los recursos internos adecuados para proteger sus derechos

constituye una violación del articulo 1.1. de la Convención.”

Garantizar entraña, pues, “…el deber de los Estados Parte de

organizar todo el aparato gubernamental y, en general, todas las estructuras a través

de las cuales se manifiesta el ejercicio del poder público, de manera tal que sean

capaces de asegurar jurídicamente el libre y pleno ejercicio de los derechos

humanos”.

En lo que aquí interesa, se trata de la interpretación de los Arts.

8.1 y 25.1 del Pacto de San José de Costa Rica que conjuntamente conforman el

derecho a la “tutela judicial efectiva”.

El Articulo 8 del Pacto constituye una vía apta para el ejercicio

eficaz del derecho a la jurisdicción, una garantía de un buen proceso, sea civil, penal,

laboral, fiscal o de cualquier otro carácter, una garantía de una buena administración

de justicia, las condiciones que deben cumplirse para asegurar la adecuada defensa

de las personas cuyos derechos u obligaciones se encuentran a consideración de la

justicia.

Por su parte, el articulo 25.1 de la misma Convención, bajo el

titulo de protección judicial, establece el derecho a un recurso rápido y sencillo.

El derecho a la tutela judicial efectiva, no agota su contenido

en la exigencia de que el interesado tenga acceso a los Tribunales de Justicia, pueda

ante ellos manifestar y defender su pretensión jurídica en igualdad con las otras partes

y goce de la libertad de aportar todas aquellas pruebas que procesalmente fueran

oportunas y admisibles, ni se limita a garantizar la obtención de una resolución de

fondo fundada en derecho, sea o no favorable a la pretensión formulada, si concurren


todos los requisitos procesales para ello. Exige, también, que el fallo judicial se cumpla

y que el recurrente sea puesto en su derecho y compensado, si hubiere lugar a ello,

por el daño sufrido. Lo contrario sería convertir las decisiones judiciales y el

reconocimiento de los derechos que ellas comportan a favor de la alguna de las

partes, en meras declaraciones de intenciones.

Finalmente, cabe recordar que el derecho a la “tutela

judicial efectiva”, ha sido expresamente previsto dentro de las garantías introducidas

en el nuevo texto de la Constitución de la Provincia de Buenos Aires; en efecto, el art.

15 de la misma establece que:

“La provincia asegura la tutela judicial continua y efectiva, el

acceso irrestricto a la justicia, la gratuidad de los trámites y la asistencia letrada a

quienes carezcan de recursos suficientes y la inviolabilidad de la defensa de la

persona y de los derechos en todo procedimiento administrativo o judicial.

Las causas deberán decidirse en tiempo razonable. El retardo

en dictar sentencia y las dilaciones indebidas cuando sean reiteradas, constituyen falta

grave.”

Por todo ello, debe entenderse que la acción incoada es

admisible, en virtud de lo establecido en los arts. 8.1 y 25.1 de la Convención

Americana sobre Derechos Humanos, y en tanto cumple con los requisitos exigidos

por el artículo 43° apartado 2º y 3º de la Constitución Nacional, 15 y 20.3 de la

Constitución de la Provincia de Buenos Aires, y los que resultan aplicables en forma

supletoria del régimen de la Ley 25.236 y demás normas de procedimiento

provinciales, conforme los argumentos que se explicitan a continuación.


II. 2.- Plexo normativo legal y reglamentario aplicable al

amparo de Habeas Data – Legitimación Colectiva.-

En relación con la normativa legal aplicable, y siendo que en la

Provincia de Buenos Aires, aún no existe una ley que reglamente esta acción, para

establecer la legitimación activa en el caso del Habeas data, debe tenerse en cuenta

que la ley 25.236, reglamentaria del art. 43 de la Constitución Nacional y del

procedimiento de la acción a nivel nacional, ha establecido en su art. 34 que:

“La acción de protección de los datos personales o de hábeas

data podrá ser ejercida por el afectado, sus tutores o curadores y los sucesores de las

personas físicas, sean en línea directa o colateral hasta el segundo grado, por sí o por

intermedio de apoderado.

Cuando la acción sea ejercida por personas de existencia

ideal, deberá ser interpuesta por sus representantes legales, o apoderados que éstas

designen al efecto.

En el proceso podrá intervenir en forma coadyuvante el

Defensor del Pueblo.”

Es decir, no ha introducido, como sucede en el caso de la

acción de amparo común, la posibilidad de que interpongan esta acción “…las

asociaciones que propendan...” al cuidado de los derechos de incidencia colectiva

reconocidos en el propio art. 43 de la Constitución nacional.

Entre los cuales figura, como ya fuera señalado, el

derecho a interponer la acción de amparo, sea común o de Habeas data, “…contra

cualquier forma de discriminación…”.


De cualquier manera y si bien la ley 25.236 puede resultar para

S.S. una pauta de interpretación de la operatividad de la acción de Habeas Data, en la

Provincia de Buenos Aires, su aplicación no puede desconocer lo establecido en el art.

43 de la Constitución Nacional, en lo que hace a la legitimación activa para interponer

la acción de amparo de Habeas data, integrando las normas de jerarquía superior que

posibilitan la existencia de la acción de Habeas data colectiva, esto es: el mencionado

art. 43 de la Constitución nacional, los arts. 8.1 y 25.1 de la Convención Americana

sobre Derechos Humanos, y el art. 20 de la Constitución de la Provincia de Buenos

Aires.

La integración de algunos de los presupuestos procesales,

como la legitimación, de la acción de amparo y la acción de Habeas data es, a su vez,

plenamente posible incluso en el marco de la ley 25.236, ya que en su art. 37 se

establece que: “La acción de hábeas data tramitará según las disposiciones de la

presente ley y por el procedimiento que corresponde a la acción de amparo común y

supletoriamente por las normas del Código Procesal Civil y Comercial de la Nación, en

lo atinente al juicio sumarísimo.”

Norma que, finalmente, debe ser interpretada a la luz de la

cláusula general de interpretación incluida en el art. 38 incs. 1, 2 y 5 de la misma ley,

que prescriben que:

“1. La demanda deberá interponerse por escrito, individualizando

con la mayor precisión posible el nombre y domicilio del archivo, registro o banco de

datos y, en su caso, el nombre del responsable o usuario del mismo.

En el caso de los archivos, registros o bancos públicos, se

procurará establecer el organismo estatal del cual dependen.


2. El accionante deberá alegar las razones por las cuales entiende

que en el archivo, registro o banco de datos individualizado obra información referida a

su persona; los motivos por los cuales considera que la información que le atañe

resulta discriminatoria, falsa o inexacta y justificar que se han cumplido los recaudos

que hacen al ejercicio de los derechos que le reconoce la presente ley.

5. A los efectos de requerir información al archivo, registro o banco

de datos involucrado, el criterio judicial de apreciación de las circunstancias

requeridas en los puntos 1 y 2 debe ser amplio.”

Ello, en definitiva, es lo que, sobre la base de una norma de

procedimiento provincial análoga al art. 38 citado, resolvió la jurisprudencia, al

sostener que: “…el art.7° de la Ley N* 3246 es categórico al ordenar que el Juez

habrá de evaluar la razonabilidad de la petición con criterio amplio, expidiéndose en

caso de duda por la admisibilidad de la acción al solo efecto de requerir la información

al registro o banco de datos. Y esto último condice con lo sostenido ut supra, en el

sentido de que son dos -sucesivas y secuenciales- las pretensiones que caben en el

habeas data, a fin de garantizar la bilateralidad en la última…” (EXPTE. 14130/99 -

"ARCENILLAS, Edgardo Raúl s/ Acción de Amparo s/ APELACION" - STJ RIO

NEGRO - 27/10/1999) .

II.- 3. Estatuto societario - objeto.

Que lo dicho anteriormente, conduce a sostener que el plexo

constitucional ha reconocido la posibilidad, al igual que en el caso del amparo común,

del planteo del Habas data colectivo.

Que por otra parte, en lo que hace a la legitimación activa del

Habeas data, deben integrarse las normas de jerarquía superior que posibilitan la
existencia de la acción de Habeas data colectiva, esto es: el mencionado art. 43 de la

Constitución nacional, el art. 20 de la Constitución de la Provincia de Buenos Aires y

la Convención Americana sobre Derechos Humanos.

Y en ese sentido las asociaciones que propendan a

determiandos fines, podrán interponer esta acción de Habeas Data Colectivo, contra

cualquier forma de discriminación y en lo relativo a los derechos de incidencia

colectiva en general.

Acompañando copias de los respectivos Estatuto de las

asociaciones que se presentan se acredita el objeto social que nos habilita ....

III.- HECHOS:

Que a través de la actividad social que desarrollamos, hemos

tomado conocimiento, que personas que han permanecido demoradas o detenidas en

dependencias Policiales del Dpto. Judicial de La Plata y de los restantes

departamentos de la Provincia de Buenos Aires, tal como surge de los relatos que a

continuación se desarrollan, han sido fotografiadas,a fin de incorporar dichas

fotografías en las carpetas denominadas “Modus Operandi”, sin autorización expresa

de los involucrados y sin que los mismos conocieran al momento de ser fotografiados,

la finalidad y posibles destinatarios del registro donde se almacenaría su fotografía.

Asimismo, y en virtud del mismo conocimiento derivado de

nuestra actividad social, y por el propio relato de los involucrados, sabemos que esas

mismas personas detenidas o demoradas en otras circunstancias, no han sido

fotografiadas y que no todas aquellas personas que se encuentren en dependencias

policiales, han sido sometidas a esta práctica son fotografiadas, por lo que se
desconoce el criterio de selección de personas que son escogidas para ser

fotografiadas y las circunstancias que lo determinan.

A saber:

III.- a) Gabriel Roser

Que el día ....de 2004 el Sr. Gabriel Roser DNI ,

con domicilio en calle ......................., en oportunidad de regresar de la ciudad de La

Plata, luego de haberse reunido con miembros del espacio político al que pertenece,

fue interceptado por personal policial perteneciente a la Comisaría 6ta. de Tolosa en la

estación de trenes de dicha localidad a fin de constatar su identidad,. Pese a que el Sr.

Roser les exhibiera su DNI, y les manifestara que se hallaba en dirección a su

domicilio, fue conducido a la Dependencia Policial (Comisaría 6ta) a fin de “descartar”

según le dijeron los uniformados, que no pesaban sobre él ningún impedimento legal.

Luego de confirmar que no pesaba sobre el Sr. Roser pedidos

de captura o paradero, y tras firmar el acta correspondiente fue puesto en libertad a

las pocas horas de su detención.

Pocos días después en oportunidad de hallares en la pasarela

que atraviesa el arroyo El Gato, cercano a su domicilio, el Sr. Roser y otras 3

personas, fueron interceptadas por personal policial, a fin de requerirles

documentación identificatoria. En dicha oportunidad se hallaba acompañado por Juan

Ignacio Godoy, DNI: 33746262. Domiciliado en calle 4 y 514 de la ciudad de La Plata

Yonathan Frias, DNI: 34828491 domiciliado en calle 4 y 514 de la ciudad La Plata y

Maximiliano Timoteo

Nuevamente, y tras exhibirles sus DNI fueron llevados a la

dependencia policial (Comisaría 6ta. de Tolosa).


Fueron demorados aproximadamente 3 horas y en el interim

fueron conducidos a una habitación de la dependencia y se les extrajo fotografías a

todos los demorados, siendo que, excepto Roser, los otros tres resultaban ser al

momento del hecho, menores de edad.

Que días después el Sr. Roser fue detenido nuevamente por

Detención por Averiguación de Identidad, por personal de la Comisaría 6ta. De Tolosa,

esta vez en la intersección de en la calle 520 con el Puente. En esta oportunidad se

hallaba solo y el personal policial interviniente resultó ser el mismo que en días

anteriores lo había demorado por idéntica circunstancia.

Fue conducido ala Dependencia policial, le solicitaron se

desnudara en una oficina de la dependencia, a fin de proceder a “revisarlo”. Luego de

ello fue conducido al Cuerpo Médico, esposado y finalmente lo dejaron en libertad.

A fines de marzo días después de este hecho, en oportunidad

de volver de una fiesta organizada por el espacio político al que el Sr. Roser

pertenece, en la estación de trenes de Tolosa, fue detenido nuevamente junto a otras

dos personas, a fin de averiguar su identidad, pese a que todos ellos poseían su

correspondiente D.N.I.

En la dependencia, y luego de realizarles cantida de

preguntas acerca de su filiación política y formas y modos en las cuales actuaba su

grupo, los condujeron a un habitación Comisaría 6ta. y les extrajeron fotografías a los

tres.

Las fotografías del aquí señalado Gabriel Roser, fueron

incorporadas a la carpeta denominada “Modus Operandi” de esa dependencia policial,

de acuerdo a lo que fuera manifestado por el mismo personal de la dependencia,


desconociendo la suerte de las fotografías extraídas a los menores que en las

oportunidades relatadas acompañaban a el Sr. Roser.

b) Caso Eduardo Vasquez

Que el día 9 de abril de 2004, en horas de la tarde, el Sr.

Vásquez, en oportunidad de dirigirse a realizar una “changa” junto con un compañero

de tareas, fue interceptado por personal policial perteneciente a la Comisaría Primera

de la ciudad de Berisso, en el Puente Roma de dicha localidad,a fin de solicitarles les

exhiban sus DNI.

Luego de ello, le fue requerido acompañar al personal policial

hasta la dependencia mencionada, donde permaneció demorado varias horas.

En dicha oportunidad, y tras realizarle preguntas relativas a la

agrupación de desocupados a la cual pertenece, le extrajeron una fotografía.

Lo dejaron retirarse de la dependencia, secuestrándole la

bicicleta que poseía en el momento de la detención.

c) Caso Marcelo Phul

El día 26 de abril de 2004, en horas de la madrugada el Sr.

Marcelo Phul DNI 18.563944 y el Sr. Omar Centuriín fueron detenidos en la calle 13

entre 37 y 38 de la ciudad de La Plata, por policías de la comisaría Segunda de dicha

localidad. Tras solicitarles la exhibición del DNI, fueron llevados a la Dependencia

policial.

El Sr. Marcelo Phul, fue agredido físicamente y moralmente

por personal de dicha dependencia lo que dio lugar a la IPP Nº18727 en trámite por

ante la UFI Nº 7 del Dpt. Judicial de La Plata.

No fue fotografiado.
IV.- LOS PRONTUARIOS POLICIALES EN LA PROVINCIA

DE BUENOS AIRES.-

A lo largo de toda su historia, la Policía de la Provincia de

Buenos Aires ejerció un marcado conjunto de funciones no siempre muy claras: como

la facultad de sus miembros para aprehender o arrestar personas consideradas

sospechosas o, al menos, pasibles de identificación y búsqueda de antecedentes.

Además de que esta facultad de detención sin orden judicial ha sido practicada

sistemáticamente en forma abusiva y arbitraria sin que por lo común mediaran causas

o situaciones directamente relacionadas con la comisión de delitos, dicha practica fue

acompañada del llamado “Prontuario Policial”, que demarcaba el historial de ingresos

y egresos de una persona a una Comisaría Provincial. Aprehensión sin orden y

"Prontuario" se fueron transformando así en un mecanismo discrecional regular de

control y diciplinamiento social de aquellas personas o grupos estigmatizados del

lugar, demarcados por la propia institución como el mapa de peligrosos o sospechosos

de la zona.

Desde la creación de Policía de la Provincia de Buenos Aires,

el 13 de Diciembre de 1880, ha sido una practica habitual que ésta identifique a las

personas sospechosas o imputadas de la comisión de un delito o infracción penal a

través de estos denominados “Prontuarios", los que, en verdad, eran- y aún son-

archivos y reportes secretos para uso exclusivo de la propia policía.

Podemos decir, que esta práctica nace con la propia

Institución, así, el primero de Agosto de 1881, el Gobierno Provincial promulgó un


decreto mediante el cual dispuso “la identificación de los condenados y procesados en

cárceles de la provincia” mediante la confección de un prontuario policial. Se trataba

de un “libro de detenidos y condenados” que contaba con un “retrato fotografía de

cada uno de los condenados de a prisión, presidio o penitencia” que se hallaban

cumpliendo la condena así como también “el retrato de todos los individuos que sean

aprehendidos y se sometan a la jurisdicción de los jueces del crimen y de los que

estén actualmente detenidos”. Dicho libro debía ser llevado en las cárceles, en los

juzgados y en las comisarías.-

Más adelante, en tiempos de Onganía, se sanciona en la

Provincia de Buenos Aires, el Reglamento de Prontuarios Policiales n° 2019/67, cuyo

art. 46 inc. 9 faculta al personal policial afectado a comisarías a llevar un prontuario de

aquellas personas procesadas o condenadas...

La perdida de vigencia del mencionado Reglamento 2019/68,

se da en forma definitiva con la sanción de los sucesivos Decretos Reglamentarios

9102/74 “Reglamentación de la Ley Orgánica de la Policía Bonaerense”, y el Decreto

9550/80 “Decreto del Personal de la Policía Bonaerense”, los que pasan a definir con

mayor lujo de detalles los límites y funciones de la actividad policial dentro del ámbito

de la Provincia de Buenos Aires (determinaban el nuevo marco de legalidad policial).

Finalmente, en julio de 1998, nace la Ley Orgánica de la Policía de la Provincia de

Buenos Aires n° 12.155, la que intenta insertar el funcionamiento de la Institución

Policial Bonaerense en el marco de la nueva vida democrática (véase Exposición de

Motivos Ley 12.155. Bol. Oficial- Diario. Honorable Cámara de Dip. Pcia. de Bs.As.

11/8/98).-
Todas estas normas mencionadas en el acápite anterior, en

ningún momento prescriben las facultades prontuariales que permitía la

reglamentación anterior; por lo cual, se desconoce -en la actualidad- la plataforma

jurídica sobre la que descansa la potestad de obtener fotografías y demás datos de

aquellas personas aprehendidas, procesadas o condenadas, para confeccionar estos

libros llamados Modus Operandi en Comisarías. Al parecer, semejante ausencia

normativa (o la ausencia de esa facultad), se convierte así en “un dejar hacer”, en un

rémora inquisitiva que a esta altura de nuestra vida institucional, se torna en tamaña

conculcación a los derechos y garantías de miles de ciudadanos.-

Renglón aparte merecería una valoración sociológica de la

cuestión, en tanto da la casualidad que estos álbumes siempre han contenido datos e

imágenes de cientos de personas pertenecientes a las capas más vulnerables y

marginales de la sociedad argentina; por lo que podríamos corregir entonces, diciendo

que se trata de una verdadera "galería o álbumes de pobres" puestos bajo la lupa por

el solo hecho de haber quedado sometidos -por un modelo social y económico

excluyente- a esa indigna condición.-

Cabe decir, estamos ante una "supuesta" medida preventiva,

en donde la actividad policial toma la potestad para sacar fotografías que luego serán

utilizadas como catalogo de autores anónimos. Potestad que no tiene como

presupuesto la comisión de un delito, sino que sigue el esquema de "tipo de autor",

seleccionando según una simple calidad personal determinada puramente con

criterios estereotipados, sin justificación legal, y por tanto de manera ilegítima.-

El amplio margen de discrecionalidad y arbitrariedad que

estas facultades y prácticas le otorgaron a la policía, en su accionar cotidiano fue


permanentemente considerado por sus integrantes como un medio indispensable y

eficiente para luchar contra el delito. Su limitación, regulación y control siempre fue

interpretado como un cercenamiento de la facultad policial y, en particular, como un

obstáculo a la eficiencia de las tareas preventivas. En verdad, la utilización

indiscriminada y sin supervisión alguna de esta potestad, so pretexto de prevención

delictiva, fue configurando una táctica de criminalización secundaria muy extendida en

la policía bonaerense y que no solamente ha servido como medio de diciplinamiento

social y etiquetamiento, sino también ha llegado a convertirse en un mecanismo de

control político, ya sea, de los opositores a los gobiernos de turno (nos referimos al

funcionamiento hasta el año 1998 de la hoy disuelta Dirección de Inteligencia de la

Provincia de Buenos Aires- DIPBA) o, mas recientemente, a la persecución de

numerosos militantes y luchadores sociales, registrados en libros de Modus Operandi

de Comisaría, por el solo hecho de participar en una organización política barrial.

De este modo entendemos que el uso notorio de esta

práctica, fue conformando un verdadero sistema policial subterráneo, al margen de

cualquier legalidad y control dentro de un sistema Constitucional y Democrático,

siendo esta acción la herramienta destinada a efectuar dicho control de legalidad.

V.- HABEAS DATA INFORMATIVO.-

La presente acción se interpone a fin de tomar conocimiento

cierto de la existencia de los datos de la ciudadanía que obren en los

registros de la demandada, sentados en los informes denominados “

Carpetas de modus operandi”.

Y siendo que cada una de las Comisarías de la Provincia

confecciona su propio modus operandi, el recabo de información se solicita en


relación a todas y cada una de las dependencias policiales del Departamento

Judicial de La Plata y de los restantes Dpto. Judiciales de la Provincia, en relación

a personas que hayan sido fotografiadas al encontrarse demoradas por

Averiguación de identidad o detenidas por la posible comisión de faltas,

contravenciones y/ o delitos, así como las que se hubieren registrado en relación a

menores en conflicto con la ley penal y/o en causas asistenciales, a fin de conocer

sobre su finalidad, destinatarios, modo de confeccionar dicho registro, cantidad de

Libros, y de personas empadronadas, nombres de esas personas, motivos por el

que figuran registradas, personal policial afectado a dicho trabajo, vigencia y

actualización de los datos

VI.- ARBITRARIEDAD- ILEGALIDAD - Y DISCRIMINACIÓN

DE LOS ARCHIVOS “MODUS OPERANDI”

Que el objeto de la presnete acción de HABEAS DATA, se

desdobla solicitando a S.S., el libre acceso a la información contenida en los

registros denominados modus operandi, a fin de que en un segundo momento S.S.

se avoque a controlar su legalidad, racionalidad y no discriminación en la

confección y utilización que se haga de los mencionados registros, a fin de

proceder a ordenar la sustracción del material que lo conforma comprobada que

fuera, tal como lo sostente esta parte, la discriminación en su confección y utilidad.

V.- 1)- Bloque constitucional afectado.

La practica policial consistente en tomar fotografías para

conformar una base de datos de "potenciales" autores de delitos aún no cometidos,


viola expresamente garantías contenidas en la Constitución Nacional, Provincial y en

los Tratados de Derechos Humanos.-

* El art. 16 de la Carta Magna instituye el principio de igualdad de

los ciudadanos ante la ley, moneda cuyo reverso resulta ser la prohibición de la

discriminación, y si la legislación en general no vedase en forma expresa los actos

discriminatorios del modo en que lo hace (Véase Ley Federal 23.592 y sus progenies

provinciales), el aludido principio de igualdad se convertiría en una hueca declamación

sin posibilidad de materializarse en los hechos. Siendo así que el art. 43 de la CN, al

regular la acción de amparo, dispone que la misma procederá "contra cualquier forma

de discriminación"; otro tanto ocurre cuando en la regulación del instituto de "hábeas

data" ya referenciado ut supra.-

* A su vez, el art. 2 de la declaración Americana de los Derechos

del Hombre dispone: "Todas las personas son iguales ante la ley y tienen los derechos

y deberes consagrados en esta declaración sin distinción de raza, sexo, idioma, credo

ni otra alguna".-

* El art. 7 de la Declaración Universal de los Derechos del

Hombre y del ciudadanos, de forma mucho mas expresa establece que "Todos son

iguales ante la ley y tiene sin distinción, derecho a igual protección de la ley. Todos

tienen igual protección contra toda forma de discriminación que infrinja esta

Declaración y contra toda provocación a tal discriminación.-

* El art. 1.1 de la Convención Americana de Derechos Humanos

(Pacto de San José de Costa Rica) expresa que "los Estados Partes en esta

Convención se comprometen a respetar los derechos y libertades reconocidos en ella

y a garantizar su libre y pleno ejercicio a toda persona que esté sujeta a su


jurisdicción, sin discriminación alguna por motivos de raza, color, sexo, idioma,

religión, opiniones políticas o de cualquier otra índole, origen nacional o social,

posición económica, nacimiento, o cualquier otra condición social".-

* El Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos en su

art. 2.1 dispone "Cada uno de los Estados Partes en el presente Pacto se

comprometen a respetar y garantizar a todos los individuos que se encuentren en su

territorio y estén sujetos a su jurisdicción, los derechos reconocidos en el presente

Pacto, sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de

otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento, o cualquier otra

condición social".-

* Asimismo, la Constitución de la Provincia de Buenos Aires,

en su art. 11 establece: "Los habitantes de la provincia son iguales ante la ley, y gozan

de todos los derechos y garantías que establece la CN, los que emanan de su

consecuencia a través de los tratados celebrados por la Nación y los que se expresan

en este Constitución. La Provincia no admite distinciones, discriminaciones ni

privilegios por razones de sexo, raza, religión, nacionalidad, lengua, ideología, opinión,

enfermedades de riesgo, características físicas o cualquier otra condición amparada

por las normas constitucionales...".

De este modo, la confección de "álbumes de malvivientes"

constituye una practica que pone en tensión y afecta de manera directa derechos

humanos básicos de la ciudadanía que la norma Constitucional y Tratados

Internacionales han intentado proteger.-

IV. 2.- El derecho a la Propia Imagen.


La utilización de fotografías de la manera descripta atenta

contra el derecho a la intimidad, y más específicamente el derecho a la imagen.

Mientras que el marco de la intimidad se encuentra protegido por la Convención

Americana de Derechos Humanos en el art. 11.2 que establece: "Nadie puede ser

objeto de injerencias arbitrarias o abusivas en su vida privada..."; la esfera propia y

singular de la imagen constituye un bien personalísimo con autonomía propia. El

derecho a la imagen se ha definido como la facultad de cada persona a disponer

exclusivamente de la propia imagen, y comprende el derecho a oponerse a que otro la

utilice con cualquier fin (Véase Germán Bidart Campos. Tratado de Derecho

Constitucional. T.IV. Edit. Ediar. Bs. As. 1995. Pag. 406).

De la mayoría de álbumes de Modus Operandi que existen en

la Provincia de Buenos Aires, las personas que allí figuran nunca prestaron

consentimiento para que su imagen figure en archivos de tales características, siendo

que muchos desconocen tal circunstancia (o si lo conocen, ignoran que tienen derecho

a excluirlo), dado que tampoco se ha requerido su voluntad para que figuren allí.-

Y aún cuando hubieran prestado tal voluntad, el objetivo es

manifiestamente ilegal, pues no puede preconstituirse prevención policial sobre la

base de violentar el constitucional principio de inocencia.-

IV. 3.- El Derecho a la defensa y prohibición de la

autoincriminación.-

Si se considera que la confección de "álbumes de

malvivientes" no es más que la normada por el art. 261 del CPP, referente al

reconocimiento por fotografías, es necesario que previamente se cumplan varios

requisitos, que prevé nuestro Código Procesal Penal que garanticen el derecho de
defensa, como ser, por ejemplo notificar al defensor. La simple exhibición como tarea

de investigación sin ninguno de esos recaudos, aún cuando el autor no

esté individualizado, siempre es ilegal, porque la no

individualización, no niega la existencia de un imputado y existiendo

este se le deben respetar sus derechos. Por otra parte, la norma no puede prever por

ningún motivo la conformación de un catalogo previo e indeterminado de individuos,

para recurrir al momento de identificar al autor anónimo.-

El art. 261 del CPP citado autoriza el reconocimiento de

fotografías de una persona que no esté presente y que no podido ser habida, es decir,

que la norma por ningún motivo prevé un catálogo previo e indeterminado de

individuos a donde se recurra como última ratio para identificar al autor anónimo. Es

más, nunca este limitado y subsidiario reconocimiento que establece la ley puede ser

utilizado en forma indiscriminada, supliendo el tradicional reconocimiento de personas,

habidas que fueran las mismas, donde el individuo cuenta con una serie de garantías

absolutamente ausentes en este mecanismo atípico o practica policial, claramente

violatoria de garantías fijadas por el art. 258 y 259 del ritual.

En cambio, a realizarse éste como un mero acto de

prevención policial, - además de que se echan por tierra todos los derechos y

garantías del virtual imputado- se está obteniendo en forma velada datos que serán

utilizados con fines distintos a los manifestados, desconociendo el aprehendido las

posibles consecuencias a las que puede ser sometido en el futuro. Todo lo cual,

transgrede manifiestamente la prohibición de autoincriminación coaccionada: "nadie

puede ser obligado a declarar contra sí mismo" (art. 18 CN).-


IV.- 4.- Violación al Principio de Legalidad Administrativo

y a la Ley 12.155. Inconstitucionalidad en caso de existencia de normativa que

habilite llevar Modus Operandi.-

Hasta el momento se desconoce, en la actualidad, la

plataforma jurídica administrativa sobre la que descansa la posibilidad de que el

personal policial que cumpla servicios en Comisarías obtenga fotografías de aquellas

personas demoradas, procesadas o condenadas, para confeccionar los álbumes de

Modus Operandi.-

Por ende, la ausencia de una normativa específica que avale

tal actividad, en qué términos y alcances, pone en juego el principio el máximo

Principio de Legalidad Administrativo que prohibe aquellos actos que la Administración

Provincial expresamente no ha permitido (en especial arts. 9 y 13 de Dec. 9102/74, y

103 y sigs. del Dec. Ley 7647/70).-

Cabe destacar que el mentado principio “... se basa en la

exigencia de que la actuación de la Administración se realice de conformidad al

ordenamiento jurídico. El principio de legalidad se traduce en las exigencias de que el

accionar de la Administración se realice de acuerdo con las normas y valores del

sistema jurídico; es así una forma de garantía de las funciones estatales que asegura

plenamente su realización (Hútchinson, Tomás, “Procedimiento y Proceso

Administrativo en la Provincia de Buenos Aires”, pág. 21/31, Editorial Scotti, 1995).-

En tal caso, ni la Ley Provincial 12.155, ni sus complementos

anteriores como el Decreto 9102/74 ya referenciado, facultan -reitero en la actualidad-

al personal policial avocado en Comisarías -o incluso a algún otro- a realizar tareas

como las que aquí denunciamos. En consecuencia, tal actividad se torna


absolutamente discrecional y consiste en una ilegítima vía de hecho que -como en

todo resabio histórico enquistado dentro de una institución como es la Policía

Bonaerense- además de afectar al conjunto de la sociedad, desprestigia y obstruye el

propio marco de funcionamiento que hoy con tanto empeño allí se está tratando de

reformar.-

En todo caso, es la mismísima Ley 12.155 que da marco

rector a la regulación de toda la actividad policial provincial, la que en su art. 28

prohibe específicamente una conducta como la aquí denunciada: "Queda prohibida la

reunión o análisis de información referida a los habitantes de la Provincia motivada

exclusivamente en su condición étnica, religiosa, cultural, social, política, ideológica,

profesional, de nacionalidad, de genero así como por opción sexual, por cuestiones de

salud o enfermedad, o la adhesión o pertenencia a organizaciones partidarias,

sociales, sindicales, comunitarias, cooperativas, asistenciales o laborales, o con fines

discriminatorios".-

De este modo, toda esta actividad desplegada en las

Seccionales se torna "ilegal" no sólo por tamaña conculcación a derechos de

ciudadanos como hemos señalado ut supra, sino por ausencia y/o vigencia de

normativa específica que la regule. Por ello es que entendemos debe erradicarse del

ámbito local.-

Pero aún así, en el caso de la existencia de una normativa

permisiva que permita llevar tales registros en el ámbito de una Seccional Provincial, -

insistimos- la misma sería claramente inconstitucional, de acuerdo a la afectación del

bloque de derechos humanos ya referenciado.-

IV. 5.- Modus Operandi de Procesados y Condenados.-


Asimismo, la existencia de este llamado "Modus Operandi"

con fotografías obtenidas en Comisarías a aquellas personas que se sospecha han

cometido un crimen o que así han sido encontradas en cuanto responsabilidad penal

por un juez, resulta de una dudosa legalidad, ello a la luz de una armónica lógica

interpretativa de la ley Penal de fondo, cuyo art. 50 y sigs. del Código Penal, facultan

al Registro Nacional de Estadística Criminal y Carcelaria y a el Registro de

Antecedentes y Contraventores de la Provincia a cumplir dicha función registral.-

En efecto, si por razones de política criminal el legislador ha

establecido por ley de fondo crear un Registro específico de Condenados, el que debe

observar una pautada reglamentación para su funcionamiento y contralor (Ley Nac.

22.117); entonces, nada justifica la creación de registros paralelos clandestinos en el

ámbito de Comisarías Provinciales, los que- como ya dijimos- carecen de plataforma

legal y no están sujetos a contralor alguno.-

Aún así, respecto al caso concreto de "procesados" por

cualquier delitos en el ámbito de la Provincia de Buenos Aires, existe actualmente un

injerto legal realizado por ley 13.204 (B.O. 1/7/04) en el art. 25 de la Ley 12.155, que

crea en la esfera centralizada del Ministerio de Seguridad Provincial, la Dirección

General de Evaluación para la Prevención del Delito, la que igualmente debe funcionar

en el marco de los arts. 20 y 26 de la Constitución de la Provincia, arts. 270, 271, 280,

293, 294 y 297 del Código Procesal Penal de la Provincia, la que se podrá incorporar

información oficial procedente de causas y resoluciones en materia penal y/o

prevencional debidamente identificadas, asegurará de acuerdo al Principio de

Legalidad que las distintas áreas destinadas a la seguridad y a la investigación de

delitos utilicen dicha información en función de estrategias preventivas o de casos.


Siendo además que la incorporación a la base de datos que se cree en dicho ámbito,

se efectuará sólo por funcionarios autorizados, los que deberán identificarse y

refrendar cada asiento.-

Es decir, más allá de la polémica redacción actual art. 25 de la

Ley 12.155, la misma permite la creación de una base de datos bajo una estricta

reglamentación que muy lejos está de los libros de Modus Operandi llevados y

controlados en el ámbito de las Comisarías.-

Es por ello, que en el caso de existir una norma -por debajo

de la mencionada ley 12.155- que faculte al personal policial avocado en Comisarías a

extraer fotografías y llevar base de datos de personas procesadas o condenadas que

lo desconozcan, -acá volvemos a insistir- resultaría no sólo contradictorio con los

propios principios rectores y artículos del Código Penal, la Ley Orgánica Policial

12.155, sino también violatorio de las garantías y derechos humanos protegidos por la

Constitución Nacional, Provincial y Tratados Internacionales, todos ya referidos más

arriba.-

IV.- 6.- El caso particular de libros de Modus con personas

registradas por doble DAI o contraventores:

El fin de la averiguación de antecedentes es la identificación

de la persona "demorada". En este sentido la ley 12.155 en el art. 9°, dispone que: "el

personal policial está facultado para limitar la libertad de las personas únicamente en

los siguientes casos:... cuando sea necesario conocer su identidad, en circunstancias

que razonablemente lo justifiquen, y se niega a identificarse o no tiene la

documentación que lo acredita".-


En el marco legalmente descripto, la figura no puede ser

utilizada encubiertamente con el fin de conformar listas y obtener fotografías de

potenciales autores de inciertos delitos. Poco importa que la Constitución garantice los

principios de derecho penal y procesal, si después, las detenciones policiales se

practican ilegalmente o la ley confiere amplios poderes amplios, discrecionales y

arbitrarios carentes de todo control .-

La ley 12.155, no define parámetros precisos para determinar

cuales son las circunstancias razonables que justifiquen la limitación de la libertad. Sin

perjuicio de esta amplia discrecionalidad otorgada, la norma no puede habilitar de

manera legítima la detención que puramente tiene como objetivo registrar a personas

que aún no cometieron ningún delito, "pero por sus cualidades podrían ser

sospechosos de alguno próximo".-

Deviene necesario recordar una vez más, que siendo abusiva

la potestad para retratar a alguna persona que ha sido condenada o a aquella

procesada, con más razón resulta infinitamente arbitraria la obtención de fotografías

de aquellas personas demoradas por averiguación de identidad o por una mera

contravención conforme al Decreto Ley 8031/73.-

En el caso de aprehendidos por sola averiguación de

identidad o por faltas contravencionales, no resulta muy digno de un sistema

democrático impulsar medidas probatorias de índole penal contra sujetos que todavía

no están alcanzados por el aparato punitivo. Si resulta de por sí caprichoso

preconstituir prueba penal en general - como lo es la obtención de una foto par ser

investigada cualquier otro delito -, muchísimo más si lo es sobre la base de una simple
demora para establecer la identidad del demorado, o por cuestiones de moralidad y

orden público.-

IV.- 7.- El Caso particular de menores de 18 años

registrados en libros de Modus Operandi.-

En este caso, la ley es clara prohibiendo la practica en todo el

ámbito de la Provincia de Buenos Aires, así el art. 96 de la Ley 12.607 refiere: "Queda

prohibido a los organismos administrativos con funciones policiales, llevar

antecedentes sobre los delitos atribuidos a jóvenes menores de 18 años".-

IV.- 8.- Para concluir. El límite o razonabilidad de las

tareas investigativas ante los derechos humanos en juego.-

Creemos que en un sistema democrático, los recursos

investigativos policiales deben ser conjugados con los derechos y garantías

constitucionales, para evitar de ese modo incurrir en actividades contrarias a los

mismos, y en ese aspecto, el punto de inflexión radica en interrogarnos si es válido

que por el solo hecho de que una persona se haya visto sometida a proceso -o a una

condena- se legitime o convalide que en las Seccionales Policiales de la Provincia de

Buenos Aires se confeccionen catálogos de sospechosos de futuros delitos en la zona,

ya sea, con sus datos familiares, individuales, fichas dactiloscópicas o con fotografías

de su rostro.-

Se debe sumar a lo dicho, la forma en que se confeccionan

estos registros, y el destino que con posterioridad se da a los mismos; pues si dicha

práctica fuese realizada de manera general y al solo fin identificar a las personas el

cuestionamiento sería otro. Ahora bien, como esos datos van a ser empleados con

fines diversos e indeterminados, -como en el caso que nos ocupa dónde cualquier
persona afectada a una Comisaría dispone de dicha información-, se corre el riesgo de

caer en clara discriminación (queda claro que no todos estamos registrados en dichos

padrones).-

Por otra parte, la información que consta en esos libros,

además de ser obtenida en forma solapada y encubierta, es decir, a espaldas de los

ciudadanos que conviven en la misma zona (ya hemos dicho más arriba de qué

modo); se trata de información que muchas veces resulta falaz e incorrecta. Por lo que

estamos ante datos que si bien pueden orientar la tarea de alguna investigación por

algún ilícito, exceden el marco dicha función, tornándose en una forma normal de

operar en Comisarías (de allí el término Modus Operandi), por su falta absoluta de

control y por la forma misma en que son instrumentados (la Comisaría termina

funcionando como verdadero Grupo de Tareas).-

Como "el fin no puede justificar los medios empleados" en

ningún área de la actividad de un Estado de Derecho, (menos cuando los medios que

se ponen en juego son derechos básicos de la ciudadanía en pro de una actividad

meramente preventiva), la forma en que es costumbre se lleven a cabo estas practicas

de Modus Operandi en ámbitos descentralizados de Comisarías, constituyen un giro

estrepitoso hacia tiempos funestos, de las cuales nuestro país tiene registro en el

pasado más cercano.-

Es que si la justificación de estas prácticas está concebida en

el esclarecimiento de delitos -lo que seguramente y en abstracto constituye un fin

legítimo para la seguridad de nuestra Sociedad Civil-, en modo alguno se encuentran

por encima o pueden ser usados para sacrificar valores de indudable mayor jerarquía

como lo son la libertad, la intimidad, la identidad de las personas. Decía Thomas


Jefferson: “Aquellos que por defender el Estado en el que viven bregan por mayor

seguridad disminuyendo la libertad, no se merecen ni libertad ni seguridad”.-

Cabe señalar que el Estado no podría crear registros del

Universo de la población, con datos íntimos de cada persona que permitiesen el

esclarecimiento de los delitos, pues el paradigma de nuestra organización social es

contrarios a la existencia del Estado Gendarme que en forma indiscriminada e invasiva

se inmiscuya en la vida de las personas y su intimidad, aún con el legítimo propósito

de dilucidar actos criminales, por lo que es preciso que desde el poder jurisdiccional se

establezcan claramente los límites del poder punitivo, el que nunca puede ser ejercido

de forma abusiva y discriminatoria en desmedro de los derechos humanos, aún a

riesgo de que no se puedan esclarecer todos los delitos que ocurren en la sociedad.-

Volvemos aquí a hacer mención sobre la casualidad de que

estos Libros siempre han contenido datos e imágenes de cientos de personas

pertenecientes a las capas más vulnerables y marginales de nuestra sociedad; por lo

que podríamos corregir entonces, diciendo que se trata de una verdadera "galería o

albumes de pobres" puestos bajo la lupa por el solo hecho de haber quedado

sometidos -por un modelo social y económico excluyente- a esa indigna condición.-

Queda entonces en evidencia que los derechos y garantías

más arriba mencionados se disuelven sustancialmente con medidas de prevención

establecidas por fuera de los límites a la potestad punitiva del Estado. Es así, que en

base a la actual prolífica legislación tuitiva de los derechos humanos, resulta llamativo

su convivencia con la practica de empadronamiento o registro de sospechosos de la

comisión de futuros delitos por la sola circunstancia de que en algún momento

determinado ese individuo se haya visto involucrado en una causa penal, constituye
un injustificable acto de discriminación, producto de prácticas investigativas de neto

corte inquisitivo, no siendo compatibles con un Estado Democrático de Derecho el

"etiquetamiento" de las personas como "potenciales futuros delincuentes", toda vez

que genera un "distingo poblacional" que no reviste justificativo alguno.-

Es sorprendente que en estos días en que mayor empeño se

expone en todos los niveles a fin de consagrar en un Derecho Penal liberal, nos

encontremos ante estos catálogos, típicos de una rémora positivista que podamos

imaginar (en el sentido más Lombrosiano del término). Como ya hemos dicho hasta el

hartazgo, estos "atlas de delincuentes" carecen de marco legal alguno en el que se

pueda encuadrar su existencia para poder valorar su legitimidad, desconociéndose

quien resulta su creador, como también en qué momento se le extrae la fotografía que

lo recuerda en las listas, como asimismo, si se ha requerido el consentimiento para

que figure en ellas no solo porque es

poco serio a la hora de pensar en el modo en que se puede llevar adelante una

investigación penal, sino incluso porque es muy peligroso para la efectiva

vigencia de los derechos ciudadanos

Ha dicho la jurisprudencia al respecto "...La práctica de

individualización del autor del hecho con la utilización de "albumes de malvivientes"

afecta garantías constitucionales, por lo que corresponde decretar la nulidad de estas

diligencias, excluyéndolas como medios probatorios, como asimismo el resto de los

elementos incriminatorios que pudiesen resultar de su derivación, por encontrarse

afectadas garantías de raigambre constitucional (art. 207 y 211 del CPP). (Trib.

Criminal nº 1 de Necochea, por Mayoría 7/2/2000, Hansen Fabian Gustavo. Robo",

expte. 37-399).-
V.-SECUESTRO – MEDIDA DE NO INNOVAR

También podría gustarte