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CÉSNN SAN MARTÍN CESrNO


PROFESOR PRINCIPAL DE LA
PONTIFICTA UNTVERSTDAD CETóTTC¡. DEL PERÚ

DERECHO
PROCESAL PENAL
LECCIONES

CoNFoRMT rr CóOTCO PROCESAI PENAI DE 2OO4

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'Y6**';tq#,ir.,1* I=ISEIYALE:
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LECCIÓN DÉCIJUU SEXTA


PROCESO PENALYMEDIDAS DE COERCIÓN

CONCEPTOS GENERALES

I. EL PROCESO DE PROTECCIÓN

l. Concepto y naturalez.ajurídica ?

El proceso de protección, cuyo eje central son las medidas coercitivas, se


corresponde con una suhfunción de la jurisdicción y con una clase de pretensión.

A Se entiende, en primer lugar, que la satisfacción de las pretensiones ,no


puede alcanza¡se con solo los procesos de decla¡ación y ejecución. Frente
al tiempo transcurrido parala tutela demandada -toda actividad procesal,
de investigación especialmsrlte, requiere de un tiempo para rea)izarla,
en ocasiones dilatado- y el riesgo de que no sea posible el debido
esclarecimiento de los hechos, la realizaciín del juicio por la ausencia del
imputado o de hacer inútil o inejecutable la resolución que se dicte, surge
una subfunción de la jurisdicción, llamada de seguridad, de protección o
de cautela, que se realizta través del proceso de protección o de coerción
o cautelar, cuya finalidad es garantizar el cumplimiento de las otras dos
subfunciones: decla¡ación y ejecución. Su finalidad consiste en asegurar,
en la medida de lo posible, la efrcacia práctica de la resolución final;
además, tiene una función meramente instrumental en relación a las otras
subfunciones de la jurisdicción, y por su intermedio el Estado ejerce una
tutela j urisdiccional mediata [Ban-r ose Mo nrrne] .
B. La pretensión que se plantea, en segundo lugar, es puramente procesal:
se pide el aseguramiento de la plena efectividad de la futura sentencia de
condena durante el tiempo que se ta¡de en tramitar el procedimiento.
Las medidas qú. r. dictan en este proceso persiguen hacer posible la
efectividad o la ejecució\ foruadade una eventual sentencia condenatoria,

iNPECCP
a

438 P¡¡m S¿rrr - Er Pnoceso PeN¡r os PnoruccróN PnovtsroN¡r


L¿s Mro¡oes Pr Co¡actóN

en tanro exista fumus d¡licto y periculum libertatis; asegura la función de


juzger y de ejecutar.
El proceso penal, como acto de autoridad, para cumplk sus fines necesi-
ta, en c:sos taxativos, una intromisión legítima en la esfera de algunos derechos
fundamentales, cuya base o fundamento se en¿uentra en la garantía de tutela
jurisdiccional -a su efectividad-, en concreto a la tutela coercitiva. Por un lado,
según ya se ha analizado, están los actos de investigación limitativos de derechos,
que son medidas instrumentales restrictivas de derechos que buscan Sarantizar
el proceso de conocimiento -su finalidad de esclarecimiento-, asegurar firentes
de investigación; pero, por otro lado, están lo que el NCPP denomina medidas
de coerción, que aseguran la eficacia del proceso -su normal funcionamiento- y
de la sentencia del proceso, por lo cual el órgano jurisdiccional -a través de una
cognición sumafia- habrá de dictar y ejecutar la medida de coerción que sean
adecuadas para garanrizar el debido esclarecimiento de los hechos y la efectividad
de la sentencia a expedirse [Pnrom Posnoe].

2. Notas características

El proceso de protección, cu1as reglas básicas están contempladas en el


Título I "Preceptos generales" de Ia Sección III "MedÍdas de coerción procesal" del
Libro Segundo "La actividad procesal" del NCPB tiene cinco notas cÍracterísticas:

A- Es sumario: corto o brwe y de cognición limitada. Genera una pieza o


cuaderno separado. Es importante aclarar, sin embargo, que estas meüdas
nO presentan, por sí mismas, autonomía alguna, pues siempre Se encuentran
en conexión con un proceso penal declarativo de condena y pierden su
eficacia una vez finalizado el mismo (principio de instrumentalidad).
B. En Ia dictación de las medidas, por lo general, en atención al rol emergente
que cumplen [MoNnov GÁrvnz), no rige eI principio de conrradicciÓn
(principio de inaudita altera pars), salvo si hubiere una medida intermedia
previamente ejecutada (art. 258 NCPP) o si se trata de modificarla, en
cuyo caso siempre se requerirá audiencia oral (art. 255-3 NCPP).
C. Por lo general, es competenre para dicta¡la el juez que conoce de1 proceso
penal declararivo. su adopción ha de ir precedida de un verdadero
enjuiciamiento sobre los presupuestos que las condicionan.
D. El legitimado para dictarla es el fiscal para medidas penales y civiles, y
el actor civil para las medidas civiles (a:t. 255.1NCPP). Rige, pues, el
principio de rogación, inherente a la potestad jurisdiccional.

CÉs¡¡ S¡N M¡nrÍN Casrro: Doecho Procesal Penal - Lecciones


Lrcc¡óN DÉc¡ur S¡rr¡ - Pnoceso PEN^I v Mro¡pAs o¡ Co¡nc¡óN 439

E. Las resoluciones no generan cosa juzgada, no Glusan estado; Pueden


modifica¡se (desestimarse, reformarse, sustituirse o acumularse), incluso
de oficio, si cambian los presupuestos que la determinaron (aft. 255.2
NCPP). (regla rebus sic stantibu). Pero una Yez culminado el proceso
declarativo de condena con un fallo estimatorio la medida de coerción se
convierte en medida ejecutiva, que se erige en Ia herramienta Para asegurar
el cumplimiento de la sentencia estimatoria en ultima instancia [Tiro
Puce]. Asimismo, su vigencia en el tiempo se encuentra subordinada
a la presencia del proceso (principio de provisionalidad), aI que en
determinados supuestos se introducen la nota de la temporalidad que solo
habilita la medida de coerción a un periodo de tiempo específico.

II. LAS MEDIDAS DE COERCION

1. Concepto

Son los actos realizados por la autoridad penal (que si es jurisdiccional


con los princi-
-regla general-, requiere de una resolución fundada compatible
pios de intervención indiciaria y proporcionalidad: art. 253.2NCPP) que pueden
adoptarse contra el presunto responsable de un hecho punible, corlo consecuen-
cia, de un lado, del surgimiento de su cualidad de imputado ¡ de otro, de la
fundada probabilidad de su ocultación personal o patrimonial en el curso de un
procedimiento penal, por las que se limita provisionalmente la libertad o la libre
disposición de sus bienes con el fin de garantizar los efectos, penales y civiles, de
la sentencia. Están someddas a los principios de intervención indicia¡ia y ProPor-
cionalidad, y son conducentes aviabilizar. la efectividad de la tutela jurisdiccional
que pudiere ororgarse en una eventual sentencia condenatoria [G¿nmnÍ].
Su nora típica es el empleo de la fuerza pública para la restricción de los
derechos; tanto su utilización directa -es el caso, verbigracia, de la detención y del
embargo- como la a:rnenaz;_ de aplicarla -así, por ejemplo, la citación cautelar y
la orden de presentación de bienes-. Persiguen evita¡ actuaciones daiosas o Per-
judiciales del imputado, y en esa PersPectiva adoptan tres funciones: cautelares,
aseguratorias de la prueba y tuitivo-coercitivas (art.253.3 NCPP). La primera:
garantizala efr,caciade la sentencia condenatoria; la segunda, impide actuaciones
o confabulaciones del imputado que obstruyan la investigación o perturben su
práctica; y la tercera, evita que el imputado incurra en ulteriores hechos punibles,
idénti.or o análogos a los que ProYocaron la incoación del proceso, o bien que
consume o amplíe los efectos del delito enjuiciado [MÁreca Drncurz]. No son,

CENAIES
MO P¡¡m S¡xrr - Er Pnoceso PrN¡r pp Pnor¡cclóN PnovrsroN.r¡-
I¿s M¡oroes P¡ Co¡ncróN

pues, fin en sí mismas, sino un medio Para asegurar los fines legítimos del
proceso y de las consecuencias jurídicas de una probable sentencia conde-
natoria. Esto último significa que la medida de coerción se otorga Prevalen-
temente en interés de la administración de justicia, en beneficio del orden
jurídico en su integridad. Aquí la jurisdicción funciona uti ciuis, garantizando
su propio ejercicio, el imperium judicis [Coururu].
La eficacia, como finalidad de la tutela coercitiva, y la necesidad de
evitar peligros que pongan en cuestión el proceso mismo, explican, de un
lado, el carácter urgente que revisten las medidas coercitivas, ¡ simultánea-
mente, el hecho de que para legitimar su adopción no es posible investigar de
manera completa y solo cabe aceptar una averiguación provisoria de los pre-
supuestos materiales que requieren, por lo que únicamente permite un juicio
de probabilidad acerca de la necesidad de su imposición [Banrosa Morsme].
De igual manera, la homogeneidad de las medidas de.coerción respecto de las
medidas ejecutivas (p..r"t, medidas de seguridad, consecuencias accesorias,
medidas preyentivas contra personas jurídicas), requiere que las primeras se
asemejen a las segundas.

2. Presupuestos e impugnación

La norma procesal que configura una medida de coerción -sin lev no


puede dictarse medida de coerción alguna; nulk coatiuo sine lege-, en primer
lugar, prevé un supuesto de hecho, unos presupuestos; y, en segundo lugar,
ordena que se desarroflen unas consecuencias jurídicas, unos efectos.

2.1. Presupuestomaterial

Son dos los presupuestos materiales de toda medida de coerci6n: fu'


mus comissio delicti 7 periculum libertatis.

A. Fumus comissio delicti. Es la determinación de la situación jurídica a


la que se refiere la pretensión del proceso principaly pa:e cuya tutela
se establece la medida. El fumus es la apariencia o justificación del
de¡echo subjetivo, que en el proceso penal es la razonada at¡ibución
del hecho punible a una persona determinada -no la certeza del
mismo-, y que requieren de indicios delictivos ISTEDH Klass, de
06-09-78). Es el presupuesto material de la imputación, que consiste
en un juicio de ca¡ácter instrumental en contraposición a.un juicio

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L¡ccró¡¡ DÉcrue S¡xm - Pnocrso PENA! v Msorors o¡ Co¡ncló¡¡ 441

de certeza que tiene un carácter final [CIuMANDREI] . Es un juicio de


probabilidad -o de verosimilitud-, de.carácter objetivo (o apariencia
probable de legitimidad), que se funda en los actos de investigación
sobre la responsabilidad penal y civil del imputado u orro sobre quien
recae la medida -indicio procedimental o.principio de prueba de que
la pretensión coercitiva se encuentra aParentemente bien fundada en
derecho- [AnvrnNre], y que deben ser evaluados prudentemente por el
ju.ez.La comprobación de la imputación requiere de un conocimiento
en grado de probabilidad [RrrNe].
Periculum libertatis. Es el daño jurídico derivado del retardo del
procedimiento o de la mora procesal e interés específico que .iustifica
la emanación de cualquiera de los hechos de coerción [CeravraNonu].
Es su presupuesto más importante [CereneNon-er] en tanto que la
irremediable duración del proceso provoque situaciones dañosas
parala persona o la sociedad [GennrnÍ]. Está en función a aquellos
riesgos que pretenden evitarse, como consecuencia de la libertad del
encausado, para garantizar la efectividad del proceso y de la sentencia,
que pueden referirse tanto a la persona como al patrimonio del
imputado.
Consta de dos elementos: (i) retraso, demora- en expedirse el fallo;
y, (i0 realización en ese lapso de conductas que imposibiliten o
dificulren la efectividad práctica del proceso. Son tres ios peligros o
riesgos que integra n el periculum;1. octitación personal o patrimonial
del imputado; la fuga, como expresión de Ia ocultación personal,
impide la ejecución penal y la celebración del juicio oral; mientras
que la ocultación de la cosa o la insolvencia afecta la efectividad de la
responsabilidad pecuniaria. 2. ocultación de pruebas u obstrucción
de la investigación. 3. Comisión de nuevos delitos -que incluye la
desprotección de la víctima-.
Debe quedar claro que las medidas de coerción suponen una injerencia
del poder público en los derechos constirucionales, y que se justifica
en la necesidad de preservar otros derechos o bienes jurídicamente
protegidos. Las limitaciones que se establezcan no pueden obstruir el
derecho constirucional más allá de lo razonable; por consiguiente, toda
decisión que limite tales derechos: (i) ha de asegurar que esas medidas
sean necesarias para conseguir el fin perseguido; (ii) ha de atender a
la proporcionalidad ehtre el sacrificio del derecho y la situación en

iNPECCP
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l¡s Meoloes or Co¡rc¡óN

que se halla aquella a quien se le impone; y, en todo caso, (iii) ha de


respetar su contenido esencial (STCE L811999, de22-02-99).

2.2. Presupuestoformal

Son las notas de escriruralidad y especial morivación. La medida de coer-


ción debe ser dispuesta por una resolución judicial especialmente motivada e ins-
tada por la Fiscalía o el actor civil -según el caso (art.255.1NCPP), conforme a
las directivas del art. 254 NCPP. Por tanto, la medida de coerción se inscribe en
un proceso abierto y no pueden ser efectuadx más que por el juez que previno
de su conocimiento (art. 3 NCPP). De igual manera, cumple un rol esencial la
expresión de una motivación suficiente y razonada de la resolución que sustenta
una medida de coerción, por un lado, se trata de un principio que informa la
actividad jurisdicciónal ¡ de otro, de un derecho constitucional de los justicia-
bles. Este presupuesto cobrará mayor vigencia tratándose de la medida de prisión
preyentiva (STC n." 894-2007-PHC|TC, FJ 6). Excepcionalmente, se autoriza
medidas provisionalísimas, no solo por la Policía y Fiscalía, pero que requieren la
pronta convalidad judicial, sino también mediáas preordenadas a un proceso por
abrir: detención preliminar.

2.3. Recursos

La resolución coercitiva es impugnable por el fiscal y el imputado, al igual,


en lo que les afecta, por el actor civil y el tercero civil: medidas patrimoniales que
afecten su derecho en orden a la reparación civil (att.257 NCPP).

3. Clasificación

Son personales y reales o patrimoniales. Esta clasificación atiende a1 ejer-


cicio de los derechos fundamentales afectados, según sea la persona del imputado
-derecho a la libertad ambulátoria-, o el patrimonio del mismo.
A- Las medidas de coe¡ción personales recaen o limitan los derechos
vinculados a la libertad personal y la libertad de tránsito -{onsistentes en
la posibilidad de actuar y moverse sin otras limitaciones que las impuestas
por el medio natural [Guurn-nrs DE CABTEDEs]- y demás derechos civiles
del encausado. Son derechos que aseguran la responsabilidad penal ligados
al status libertatis.

Ces¡n SeN ]r.{¡nrÍN Cesrno: Derecho Procesal Penal - Lecciones


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B. Las medidas de coerción parrimoniales limitan el derecho de propiedad o


de libre disposición de los bienes del imputado, de los que delictivarnente
estén en su poder o de los responsables civiles. Aseguran la responsabilidad
pecuniaria: pena de multa, consecuencia accesoria de decomiso y costas'

Son un total de catorce medidas de coerción que reconoce y regula el


NCPP. tuí:

A Personales: l.
Detención. 2. Prisión Preventiva. 3. Internación Preventiva.
4. Arresto domiciliario. 5. Arraigo. 6. Comparecencia' 7. Suspensión Pre-
ventiva de derechos.
B. Patrimoniales: 8. inhibición. 9. Embargo. 10. Secuestro conservativo.
11. Incautación. 12. Medidas anricipativas (suspensión de la actividad
contaminante). 13. Medidas imnovativas (pensión de alimentos y des-
alojo preventivo). 14. Medidas preventivas contra las personas jurídicas
(clausura temporai de establecimientos, vigilancia judicial).

4. Elementos

Son cinco: j urisdiccionalidad, instrumentalidad, provisionalidad, homo-


geneidad y proporcionalidad.

A- Jurisdiccionalidad. Las medidas de coerción procesal solo pueden ser


adoptadas por el juez competente, en tanto que es una manifestación
más de la función jurisdiccional. Excepcionalmente, las provisionalísimas,
pueden ser dispuestas Por la policía o el fiscal.
B. Instrumenralidad. No son un fin en sí mismas -son 'el instrumento del
instrumento' [Cer-eveNDREI] . Están supeditadas o preordenadas a un
proceso penal. Son un instrumento para hacer efectivo el proceso y la
ejecución del fallo que eventualmente se dicte. Finalizan con el Proceso
principal, extinguiendo sus efectos o rransformándose en medidas
ejecutivas.
C. Provisionalidad. Como están dirigidas a asegura¡ la efectividad de la
senrencia, su vigencia ha de ser limitada. Como máximo han de durar
el tiempo en que permanezca pendiente el proceso principal, Pero, con
anterioiidad a dicho término, pueden también finalizar o transformarse
en distintas medidas, si se modifican los presupuesto y circunstancias que
justificaron su adopción: regla del rebus sic stantibul Algunas medidas,
concurrentemente, son temporales.

CENAIES
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D. Homogeneidad. Son homogéneas, aunque no idénticas, con las medidas


ejecutivas a las que tienen a preordenar. Como las medidas de coerción
garuntizan los futuros efectos de la sentencia, su naturaleza participa, en
cierto modo, de las medidas ejecutivas; se corresPonde con el ;uicio de
idoneidad que debe presidir su imposición.
E. Proporcionalidad. Es una cualidad esencial que ha de cumplir toda medida
de coerción, que se alza como presuPuesto rector de la misma. Esta nota
característica -de clara naturaleza relacional- entre los juicios e intereses
jurídicos en'conflicto cuando se aplica la medida, exige una juicio de
ponderación entre el derecho fundamental afectado por la medida de
coerción, y los bienes que su afectación trata de Proteger; entre el riesgo
que pretende conjugar y las consecuencias perjudiciales que produce sobre
el derecho fundamental concernido. Sus presupuestos son la legalidad de
la medida y su finalidad constitucional legítima. Sus requisitos son los de
idoneidad, necesidad y proporcionalidad en sentido estricto'

5. Juicio de coerción
Se entiende por'juicio de coerción' el conjunto de ¡azona¡nientos y e)er-
cicios valorativos que se llevan a cabo para decidir la procedencia y necesidad de
acordar o no varias medidas deese género. Comprende, de un lado, el examen de
los presupuestos materiales de las medidas de coerción ¡ de otro, la aplicación de
la regla de proporcionalidad, adecuación concretalnente.
En cuanto aI primer ámbito de análisis, se requiere la existencia de un
proceso y de un sujeto imputado; luego, la presencia de un riesgo de frustración
procesal -que el proceso en concteto es suscePdble de necesitar protección-; y,
finalmente, la configuración de una'peligrosidad procesal'-aptitud (disposición
material) y acritud (disposición anímica) del imputado para materializar un riesgo
de frustración, si el imputado es peligroso procesalmente-. El razonamiento lleta-
do a cabo para justificar ala disposición material es de carácter deductivo, cuyas
premisas están mayoritariamente conformados por aserciones sobre el 'estado de
cosas', que habrán de ser verdaderas; mientras que el razonamiento llevado a cabo
para argumentar la disposición anímica es de ca¡ácter inductivo y busca que las
premisas hagan razonable la conclusión.
Respecto ala regla de proporcionalidad, que implica adecua¡ el medio (la
tutela coercitiva) al fin (protección de la válida sustanciación del proceso) -la pro-
cedencia del medio se aprecia con los PresuPuestos materiales del mismo: fu*^
comissio delicti y periculurn libertatk-:Esta adecuación tiene como primer ejercicio

CÉs,cR SAN M¿nrÍN C.rsreo: Derecho Procesal Penal - Leccione¡


L¡ccróN DÉclrr.r Sr¡crn - Pnoc¡so P¡N¡r v Meo¡o¡,s pe CosRcróN 445

el de idoneidad, esto es, establecer que la medida coercitiva Permite mitigar


juicio
o eliminar el peligro que justifica su adopción, a partir de la disposición material o
la disposición anímica del imputado. El segundo juicio es de intervención mínima
o de menor lesividad, que permite decidir cuál o cuáles de las medidas de coer-
ción permiten mayor grado de eficacia y una menor restricción de derechos -es
un juicio de optimización que importa un ejercicio comparativo de las distintas
medidas, cuyos parámetros son la calidad o intensidad del peligro, el contenido
de las distintas medidas idóneas, y los efectos asociados a la imposición de cada
uno de estas medidas (STC n." 0050-2004-AIITC,FJ 109).EI tercer juicio es el
de proporcionalidad stricto sensu, que consiste en comprobar que el contenido de
la media no supone una injerencia en los derechos fundamentales superior a la
que supondría el eventual castigo del hecho enjuiciado [Pulaoes Tonrosa]. Estas
tres dimensiones del principio de proporcionalidad están expresarnente recogidas
en el árt. 253.2 que dispone: "La restricción de un derecho fundamental requiere
expresa autorización legil, y se impondrá con respeto aI principio de ProPor-
cionalidad y siempre que, en la medida y exigencia necesaria, existan suficientes
elementos de convicción".

6, Principiopro horninie
Este principio, propio del DIDH, en tanto las normx coercitivas limitan
derechos fundamentales, informa que se debe acudir a la norma más amplia, o a
la interpretación más extensiva, cuando se trata de reconocer derechos protegidos.
A su vez, y como contracara de ello, se debe imponer la norma más restrictiva
cuando se trata de la suspensión extraordinaria de esos derechos.
A tal punto llega principio que cualquier norma, con independencia
este
de cuál sea ella, en la medida que amplíe la aplicación de los derechos humanos
reconocidos en un tratado internacional, se deba imponer frente a otra que lo
restrinja aunque esta última tenga mayor jerarquía normativa [Snravo].

INPECCP

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