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CAPÍTULO 6
LA LUBRICACIÓN
Generalidades
La lubricación es una actividad que generalmente es realizada según los mismos conceptos del M.P.
En efecto, es una tarea basada en rutinas de inspección, pero además se agrega la acción, constituida
por el cambio o agregado de lubricantes.
También se agrega el recambio de filtros y partes componentes de los sistemas de lubricación
centralizada.
Lubricación
La tendencia general es la de efectuar cambios solamente en función del tiempo. Esto es justificable
sólo cuando la cantidad de lubricante por cambiar es pequeña o cuando se conoce perfectamente la
evolución, en el tiempo, de los parámetros característicos de los lubricantes en cada condición de uso.
Aun donde las cantidades son pequeñas, es importante llegar a conocer la evolución mencionada, para
determinar los intervalos óptimos. Para lograr metódicamente lo explicado, se fijan algunos parámetros
de control, se especifican sus límites y se establece un plan de análisis periódicos que efectúa el
Laboratorio Químico. Sus resultados permiten tener los conocimientos necesarios para decidir los
cambios importantes y optimizar los recambios por tiempo.
1. Los medios
Sobre la base de la Carta de Lubricación y los puntos por lubricar, se confeccionan las Rutas, que luego
se programan. Se usan las mismas tarjetas de las inspecciones, cambiando solamente los datos (ver
figura); estos son:
— Equipo.
— Puntos por lubricar (con indicaciones para ubicarlos, si es necesario).
— Lubricante por usar (indicando su código).
— Indicaciones de cómo lubricar.
— Precauciones de seguridad.
Se reúnen luego las tarjetas en función de los lubricantes que se usan, el recorrido más breve, las
frecuencias, y la duración probable del lubricante.
Como en las inspecciones, los tacos se forman do acuerdo con un tipo uniforme:
— Primera hoja: lubricantes necesarios, medios para lubricar.
— Segunda hoja: croquis del recorrido de la Ruta.
Para programar la ejecución de las Rutas, se usa el mismo sistema de las inspecciones; un Plan de
Trabajo, elaborado con frecuencias, lo que permite la impresión de programas-patrones, uno para cada
día de la semana.
En esta forma, se obvia el uso de los clásicos sistemas de señalización gráfica por medio de Kardex o
tableros y todo se reduce al envío diario del programa, que es el mismo que contiene las inspecciones y
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las reparaciones programadas, al que sólo se le deben añadir las lubricaciones mensuales o trimestrales
contenidas en el Plan de Trabajo.
La persona que realiza la Ruta de Lubricación, llena, al finalizar la tarea, una Hoja de Novedades (la
misma que para inspecciones), donde sólo anota las posibles anormalidades que puedan ocurrir a lo
largo de la ruta. Esta Hoja de Novedades es entregada al Jefe de Turno, quien la visa y firma. Luego de
ser vista y comentada también por la Sección responsable, pasa a Programación, donde se marca la
ejecución en el Plan de Trabajo y se redactan Reparaciones Programadas si alguna observación lo
requiere y, finalmente, se archiva.
La lubricación diaria se controla con una tarjeta como la siguiente:
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En la figura siguiente se muestra el circuito informativo que puede seguir un subsistema de lubricación,
que es parte del M.P.
MANTENIMIENTO DE COJINETES
Los cojinetes, sean éstos a rodillos (cónicos, cilíndricos, de agujas, etc.) o bolillas, son hoy en día
usados por la mayoría de las máquinas instaladas en las plantas industriales.
Se puede afirmar que el estado general y la vida útil de las máquinas dependen de los rodamientos; de
ahí la importancia fundamental que debe tener para un jefe de mantenimiento el cuidado de los
cojinetes.
Como estos elementos necesitan ciertos cuidados para poder dar un rendimiento adecuado, están
protegidos por cajas, dentro de las cuales se encuentra el lubricante convenientemente protegido de los
agentes exteriores, tales como polvo, suciedad, humedad, etcétera, que acortan la vida útil del
lubricante y, por ende, del cojinete.
Los cojinetes están formados por dos anillos o cuerpos concéntricos, entre los cuales se encuentran las
pistas, donde están ubicadas las bolillas o los rodamientos,
Al estar instalados sobre el eje de la máquina, es preciso evitar golpes y choques (esfuerzos radiales),
pues esto puede ocasionar que los rodillos y bolillas produzcan rayaduras o abolladuras en las pistas,
que, aun siendo imperceptibles a simple vista, pueden motivar que durante la marcha se perciban
ruidos en el cojinete y que éste se desgaste rápidamente. La limpieza y el orden deben ser los aliados
inseparables en el manipuleo de estos elementos.
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En caso de ser necesaria la remoción o cambio de un cojinete, éste jamás debe montarse o desmontarse
con golpes directos de maza o martillo. Para montarlo se hace necesario un previo calentamiento en un
baño de aceite mineral a una temperatura promedio de unos 80° C (puede llegarse, de ser necesario, a
120° C), con lo cual se conseguirá una dilatación uniforme del anillo interior que hará posible el
montaje del rodamiento en el eje de la máquina. Una vez presentado, se ha de tomar un trozo de tubo
metálico de igual diámetro al aro interior del cojinete, e, interponiéndole o no un taco de madera, se ha
de golpear suavemente con una maza o martillo para montarlo en el eje.
El tipo de aceite empleado para el calentamiento previo de los cojinetes es el usado en los
transformadores e interruptores en baño de aceite. Son aceites que se obtienen de la destilación del
petróleo y cuyo punto de inflamación es del orden de los 140° C. La temperatura del baño debe
controlarse con un termómetro para no exceder los 80° C que se han indicado como término medio,
pues mayores temperaturas pueden afectar el acero de los cojinetes, es decir, se pueden alterar sus
propiedades. Jamás se debe calentar un cojinete con medios eléctricos, con soplete o con alguna forma
de llama, pues esto originará calentamientos desiguales que arruinarán el material.
Después de montado, y una vez frío, se verificará que el aro interior no gire sobre el eje, pues, como se
comprenderá, esto arruinaría el mismo. Igualmente, se procederá a aplicar la cantidad necesaria y
suficiente del lubricante que haya aconsejado el fabricante o especialista en lubricación.
El jefe de mantenimiento debe siempre tener presente que la correcta lubricación de los cojinetes, como
también de cualquier máquina, asegura un funcionamiento correcto, prolonga la vida útil de los
elementos sujetos a rozamientos y reduce el consumo de energía, aumentándose así el rendimiento del
equipo.
Por cantidad necesaria y suficiente de lubricante se debe entender la aplicación no sólo del lubricante
adecuado, sino también en el lugar que corresponda, a intervalos y en cantidades correctas. Para cada
máquina en particular, el jefe de mantenimiento debe aceptar el lubricante sugerido por el fabricante,
pues así podrá seleccionar esmeradamente los lubricantes que ha de emplear en la planta con la
seguridad de que los mismos se han basado en un estudio del proyecto y materiales empleados en la
fabricación de la máquina y de sus condiciones de servicio.
La finalidad del mantenimiento preventivo es precisamente mantener una cantidad económica y
racional de lubricantes que sea compatible con el buen funcionamiento de la maquinaria, reduciendo
así los gastos de mantenimiento y operación y el riesgo de errores en la aplicación de los mismos. Se
hace entonces imprescindible una organización en el almacenamiento y distribución de los lubricantes.
Los lubricantes líquidos (aceites) deben almacenarse en tanques o en sus envases originales,
ubicándolos sobre caballetes metálicos y dotándolos de bombas o grifos bajo los cuales se dispongan
bandejas adecuadas para recolectar los excedentes.
Conviene disponer en estos recipientes inscripciones que indiquen el tipo de aceite contenido y sus
aplicaciones, como parte de un plan de lubricación preventiva correctamente planificada. En realidad,
se están haciendo estas consideraciones sobre lubricación porque el capítulo de cojinetes es el más
adecuado para estos comentarios, ya que ellos son los componentes de las máquinas más íntimamente
ligados con la lubricación.
El almacenamiento de las grasas lubricantes o grasas consistentes, como se las llama en el mundo del
mantenimiento, debe hacerse en envases bien cerrados para evitar contaminaciones. Durante la
extracción de grasas debe evitarse el uso de trozos de madera u otros dispositivos rudimentarios que
implican el riesgo de contaminaciones por la suciedad, humedad; etc., que aportan.
El operario encargado de entregar los lubricantes debe efectuar sus entregas a los mecánicos y demás
inspectores (lubricadores) en forma controlada y con elementos adecuados, tales como aceiteras o
aparatos de engrase especiales para aplicación directa que eviten trasvases, que sólo sirven para
acumular impurezas y contaminaciones.
La correcta selección del lubricante debe ir acompañada de la correcta selección del cojinete en función
de los esfuerzos que éste ha de soportar (axiales, radiales o una combinación de ambos esfuerzos).
Condiciones tales como la viscosidad del lubricante están íntimamente ligadas con la velocidad de
rotación y temperatura del cojinete, impuestas por las condiciones de trabajo y características de la
marcha.
Para extraer cojinetes se utiliza una herramienta especial llamada extractor, que también tiene
aplicación para trabajos con poleas. Para efectuar el engrase o limpieza debe precederse con la mayor
pulcritud al abrirse las cajas donde están alojados estos elementos. Es imprescindible la limpieza de las
tapas y cajas antes de desmontar los cojinetes, engranajes o poleas, para evitar que la suciedad penetre
en los mismos.
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Las tapas protectoras de los escudos deben estar bien apretadas para evitar que penetre la suciedad.
El montaje se hará aplicando una presión uniforme sobre toda la superficie del anillo, dando para ello
golpes suaves.
Los cojinetes de deslizamiento, o sea, los que tienen aporte de metal antifricción, deben montarse
haciendo presión suave, sin golpearlos ni deformarlos.
Las ranuras para la circulación del lubricante estarán exentas de la más ligera rebaba. Estos canales
deben estar bien limpios y libres de obstrucciones.
La lubricación no debe efectuarse con el motor en marcha para evitar que el aceite llegue a los
devanados y salpique el suelo, con el consiguiente peligro de accidentes e incendios. Además, el aceite
perjudica sensiblemente la aislación de las bobinas, pues ataca el barnizado.
Siempre deben emplearse aceites minerales de buena calidad. Se tomarán especiales precauciones para
condiciones de servicio muy difíciles, tales como elevadas temperaturas o fuerte tracción de correas.
Los niveles de aceite, en caso que éstos existan, nunca deben llenarse hasta rebasar, puesto esto es
antieconómico y perjudicial para la misma máquina.
Nunca debe emplearse aceite reacondicionado, pues suele contener residuos de alquitrán y ácidos
provenientes de la oxidación o el mismo tratamiento, u otros factores indeseables.