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Tres técnicas para trabajar la lectura comprensiva

Leer no es sólo pasar la vista sobre cada línea escrita o convertir códigos en sonido
cuando la lectura es oral. Si la intención es comprender la información que se ofrece,
será necesario interpretar el significado del texto. Las técnicas de lectura comprensiva
ayudarán a lograrlo.

Comprensión lectora

La lectura de comprensión es un proceso complejo en el que se ponen en juego los


conocimientos previos sobre el tema y la habilidad crítica del lector. Por eso, no
existen interpretaciones únicas.

Para alcanzar un nivel elevado de lectura comprensiva habrá que cuestionar las ideas
del texto, por supuesto, con argumentos y criterio propio. Esto ocurre de manera
progresiva y por etapas, durante las cuales el lector construirá sus hipótesis.

La elección de lecturas que despierten el interés propiciará una actitud reflexiva que
conlleve a la mejor comprensión del contenido.

Técnicas de lectura comprensiva

En el libro Estrategias docentes para un aprendizaje significativo, Díaz-Barriga y


Hernández Rojas (2002) mencionan tres momentos importantes: previo a la lectura,
durante la lectura y después de ésta.

En cada uno de ellos podrán aplicarse diversas técnicas orientadas a mejorar la


comprensión lectora.

Subrayar

Cuando se tiene un texto para leer, se marcará con líneas u otros recursos que
permitan destacar las palabras clave o las frases más relevantes. Es preferible subrayar
las ideas principales o palabras concretas en una segunda lectura. Se debe enfocar la
atención en los sustantivos o verbos.

También se pueden hacer breves anotaciones al margen sobre lo que trata cada
párrafo.

En ocasiones, los párrafos introductorios no necesitan subrayarse, porque sólo ofrecen


información de acercamiento al tema que no resulta relevante para los propósitos de
síntesis.

El subrayado permite sintetizar el texto, establecer diferencias entre los aspectos


fundamentales y los secundarios, así como concentrarse en la lectura.
Resumir

El proceso de subrayado facilitará la redacción individual de resúmenes que se realizan


con ayuda de las ideas principales de cada párrafo.

La objetividad debe caracterizar esta reestructuración textual que, con palabras


propias del lector, reflejará las ideas del escrito.

Reducir el volumen de información de un texto facilitará su repaso posterior.

Elaborar esquemas

Los esquemas contribuyen a la jerarquización de ideas. De manera activa se grafica la


estructura básica del contenido, por lo que será más fácil recordarlo después.

Esta forma de representación visual relaciona las ideas principales, secundarias y de


menos importancia, una herramienta que se aleja de la simple memorización. Existen
diferentes tipos de esquemas según la estructura que se les dé gráficamente, pero lo
esencial es ubicar las ideas por orden de prioridad.

El cuadro sinóptico, por ejemplo, condensa la información de izquierda a derecha por


medio de llaves que muestran la forma en que se organizó el texto original.

Las técnicas de lectura comprensiva aportan las herramientas necesarias para leer con
una actitud crítica, activa y autónoma ante cualquier información.

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