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Control lectura Caso Evans VS UK

Iván Alejandro Ruiz Mijangos


CIDE

Este caso empieza cuando a Natallie Evans se le ha diagnosticado cáncer, por lo


mismo, su voluntad era querer tener hijos, sin embargo, el tratamiento contra el cáncer
(quimioterapias) podían afectarle a tal grado que pudiera resultar infértil, por lo mismo,
decide con su pareja —Howard Johnston— fecundar los óvulos de ella y los
espermatozoides de él mediante la técnica in vitro. A consecuencia, quedaron fecundados
seis embriones. Posteriormente, Natallie Evans supera el cáncer y desea tener los hijos; se
había separado de su expareja, asimismo, el Reino Unido le impide tenerlos, bajo el
argumento que se necesitaba la voluntad de los dos.

En consecuencia, Evans reclama porque según su perspectiva se le eran violados los


derechos 2, 8 y 14 de la Convención Europea de Derechos Humanos, es decir, el derecho a
la vida, a la vida privada y familiar y a la prohibición de la discriminación. Ella
argumentaba que al destruir los embriones también se le dañaba el derecho a la vida porque
eran seres vivientes. Por el contrario, Johnston reclamaba que la voluntad de procreación
era indispensable para que los embriones pudieran ser utilizados, y que Evans ten´´ia otras
maneras para tener hijos.

La resolución del Tribunal fue resolver a favor de Johnston porque nadie


puede a ser obligado a la paternidad. Además, consideran que los embriones carecen de
vida. Evans intentó cambiar la decisión con una apelación y se resolvió que se le negaba el
acto reclamado.
Desde mi punto de vista, el Tribunal resuelve de forma correcta ya que como en el
Amparo directo en revisión 2766/2015, para crear filiación se necesita la voluntad de
procreación, y además, no es considerado un ser viviente a los embriones, se les da
protección de la ley, sin embargo no se les considera como nacidos, en consecuente, no se
les violaría sus derechos.

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