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TIPOS DE CONSUMIDORES DE DROGAS

En el mundo de la droga hay 4 tipos de consumidores:

Experimental: la persona que prueba la droga una vez por curiosidad.

Ocasional: La persona consume una o varias drogas de vez en cuando, sin continuidad;
además, consume la droga cuando se le presenta la ocasión. No hay búsqueda activa de
la sustancia.

Habitual: La persona la consume regularmente, se le ha transformado en un hábito y se


preocupa por obtenerla, estos consumidores son personas que generalmente pueden
continuar con sus actividades (trabajar, estudiar).

Dependiente: La persona tiene la necesidad de forma continuada o periódica la sustancia


para evitar los efectos psíquicos o físicos producidos por el síndrome de abstinencia. La
obtención y el consumo de la droga son la motivación central de su vida.

EVOLUCIÓN DE CONSUMIDORES DE DROGAS

El desarrollo evolutivo en el consumo de las drogas y el conocimiento de las distintas


concepciones y clasificaciones que la doctrina ha elaborado en torno a ellas. Las razones
por las que un individuo accede al sórdido mundo de la droga son ilimitadas y c omplejas,
aunque no por ello el Estado debe obviar dar solución a las cuestiones que su uso y
abuso conllevan. Desde los albores del siglo XX hasta nuestros días, la Comunidad
Internacional se afana por descubrir nuevos medios para combatir esta lacra, al ser
múltiples los intereses que se encuentran afectados como son la salud –al resultar
comprometida la salud de todos los individuos que componen la sociedad–, el social –
porque aboca a los consumidores a la marginalidad y frecuentemente a la comisión de
ciertos ilícitos relacionados con el abuso de las drogas–, el educativo –al impedir que los
menores accedan a este submundo–, el económico –pues son ingentes los recursos
utilizados para luchar contra el tráfico ilegal y para proporcionar servicios asistenc iales–,
el fiscal –al ser fácilmente constatable la cantidad de dinero que este negocio mueve
dentro de la economía encubierta o sumergida– y el político –debido a que es una
cuestión cuya solución incumbe al Estado, además de haber suscitado en otros tiem pos
opiniones encontradas sobre la pertinente despenalización de las denominadas drogas
blandas–.Evidentemente, cualquier regulación normativa sobre la materia, ya sea desde
el ámbito administrativo y/o penal, y las ulteriores modificaciones que se puedan efectuar,
exigen una previa comprensión del devenir de la problemática, a la par de que resulta
imprescindible analizar y clasificar las sustancias que introducidas en un organismo vivo
son las causantes de producir efectos nocivos sobre la salud. Esta última consideración
resulta de importancia trascendental porque la Estadística criminal indica que una gran
parte de la delictogénesis o proclividad delictiva tiene lugar tras la ingesta de drogas por
parte del sujeto consumidor, que se suele ver inmerso en ilícitos penales al procurarse la
sustancia en el mercado clandestino, o cuando el sujeto sufre los efectos de síndrome de
abstinencia causado por la deprivación del tóxico, lo que lleva aparejado consecuencias
en el ámbito de la inimputabilidad.
TEORÍA DE PROCHASKA

A partir de la pregunta: “¿Qué es lo que hace cambiar a las personas cuando pretenden
modificar alguna situación indeseable o problemática?, James Prochaska y Carlo
Diclemente crearon un modelo para intentar comprender qué, cómo, cuándo y por qué
cambian las personas. A través de investigaciones enfocadas en estudiar el fenómeno del
cambio intencional, desarrollaron su modelo transteórico, compuesto por estadios,
procesos y niveles.

LOS ESTADIOS DEL CAMBIO

Los estadios representan la dimensión temporal, es decir, cuándo cambia la gente. Al


ayudar a alguien se debe considerar el momento particular en el que se encuentra. Se
postula que para lograr el cambio, una persona debe pasar por etapas bien definidas y
predecibles, las cuales deben ser respetadas para facilitar el proceso.

Para alcanzar el éxito en el cambio, resulta fundamental saber en qué etapa se encuentra
la persona con relación a su problema, con el fin de diseñar procedimientos específicos
que se adecuen a cada sujeto. En otras palabras, lo que se busca es la relación
terapéutica y el tipo de intervención adecuados para cada persona dependiendo del
estadio en que se encuentre.

1. Precontemplación: es probable que el paciente concurra por constricción externa


(orden judicial, familiares, etc.), manifestando negación del problema y sin
considerar realmente el cambio. El riesgo de abandono aquí varía entre un 40% y
un 60%, e incluso a un 80% en casos relacionados con el consumo de sustancias.

2. Contemplación: el sujeto reconoce tener un problema, se muestra más receptivo


a la información en cuanto a su problema y las posibles soluciones, aunque vacila
en cuanto al momento de iniciar el cambio, dudando aún sobre sus beneficios.

3. Preparación: en esta etapa la persona se halla lista para la actuación, habiendo


dado algunos pasos en pos del objetivo.

4. Acción: se refiere al momento en que se hacen más evidentes los pasos que se
toman para lograr el cambio. Su duración es de 6 meses.

5. Mantenimiento: sigue a la acción y dura otros 6 meses, el propósito en este


estadio radica en sostener los cambios logrados a través de la modificación del estilo
de vida y la prevención de recaídas.
6. Finalización: el cliente ya no necesita de la utilización de ningún proceso de
cambio a fin de impedir la recaída o el regreso al problema.

Es importante destacar que, al intentar cambiar un problema, gran parte de los sujetos
recaen al menos una vez en el proceso, pero la mayoría de ellos suele volver a
empezarlo desde la etapa de contemplación o preparación, para luego pasar a la
acción. Es por esto que se dice que el cambio no sigue un patrón lineal, sino más bien
uno en espiral. La mayoría de los sujetos incorporan nuevas estrategias y
conocimientos a partir de los experimentado en las recaídas.

También es primordial que el terapeuta recuerde que los estadios del cambio son
específicos para cada conducta-problema.

TEORÍA DE GORDAN

A lo largo de la historia, el conjunto de características que hacen a las personas


diferentes entre ellas, teniendo una forma de interpretar, actuar y vivir la vida
distintivas han sido estudiadas a conciencia. Este patrón distintivo es lo que
comúnmente conocemos como personalidad. Al tratarse de un concepto abstracto, la
personalidad es interpretable desde una gran cantidad de enfoques.

De entre estos enfoques, algunos consideran que la personalidad es un configuración


única en cada persona, no existiendo dos iguales. Así, cada persona es totalmente
única, si bien pueden encontrarse alguna similitudes con otros. Este punto de vista es
el que consideramos enfoque idiográfico, siendo el máximo exponente de éste Gordon
Allport y su teoría de la personalidad.

¿Qué nos hace hacer lo que hacemos?

El hecho de que nos comportemos, o que respondamos al mundo de una manera o de


otra se debe a un amplio grupo de variables y factores.

Las situaciones que vivimos, qué nos exigen y cómo interpretamos tanto la situación
como lo que podemos ser capaces de ver son elementos muy relevantes a la hora de
decidir un plan de actuación u otro. Sin embargo, no solo la situación controla la
conducta, sino que hay una serie de variables internas que rigen junto a las demandas
ambientales que hacemos e incluso pensamos concretamente.

Estas últimas corresponden al conjunto de características propias que conforman


nuestra personalidad, la cual según el principio de autonomía funcional de los motivos,
es una fuerza que provoca que nos motivemos a actuar de determinada manera,
siendo a su vez esta actuación motivante debido a la activación de los patrones
aprendidos a lo largo del ciclo vital.
EL SÍNDROME DE ABSTINENCIA es la unión de reacciones físicas o corporales que
ocurren cuando una persona deja de consumir sustancias a las que es adicta. La
adicción puede estar ligada a alguna sustancia psicoactiva, bebidas con etanol,
comida (azúcar y harina), tabaco u otras drogas.

Este síndrome también puede presentarse en algunas enfermedades psicológicas


como la dependencia emocional, donde no se depende de una sustancia o droga,
pero sí de afecto desmedido o dependencia hacia otra persona, presentando el
individuo somatización (es decir, proceso por el cual se transforman o convierten
problemas emotivos o psicológicos en dolores físicos).2 [cita requerida]

Aunque los síntomas varían en forma e intensidad de acuerdo con el producto


empleado y el tiempo que lleva desarrollándose la dependencia, en todos los casos se
deben a que se ha alterado el funcionamiento normal del sistema nervioso.

El síndrome de abstinencia es denominado coloquialmente mono.

CRAVING

Para los clínicos y todos aquellos profesionales que se planteen ayudar a aquellas
personas que tienen problemas con el consumo de drogas, es importante tener una
visión completa del fenómeno más importante asociado a la utilización de las mismas:
el craving. Algunos autores1, distinguen entre craving e impulso, describiendo el
primero como la sensación subjetiva (deseo, necesidad, arousal físico, arousal
emocional) de deseo por conseguir el estado psicológico inducido por las drogas;
mientras que el impulso se describe como el determinante conductual de búsqueda y
consumo de la sustancia.

En sus primeras concepciones el craving por el consumo hacía referencia al deseo


irrefrenable por el consumo o ansia de la droga. Representaría un deseo muy intenso
por una experiencia concreta de algún tipo, como comer, bailar o sexo. La realización
del deseo se alcanzaría con la consumación, el medio de conseguirlo sería el acto
consumatorio. El impulso se conceptualiza como la consecuencia instrumental del
craving, la intención conductual para verse implicado en una conducta consumatoria
específica2. El objetivo último del impulso es reducir el estado que lo ha instigado
(craving). Los craving y los impulsos por el consumo tienden a ser automáticos y
llegan a ser «autónomos», es decir, pueden continuar incluso aunque la persona
intente suprimirlos, no se suprimen con facilidad3. Dadas estas características, el
abordaje del craving resulta fundamental en el tratamiento de las personas con
problemas de dependencia a drogas.

Los craving por el consumo, son los factores más importantes de abandono
terapéutico y son los causantes de las caídas en el consumo después de largos
períodos de abstinencia, sobre todo porque resurgen durante y después del
tratamiento4,5. El terapeuta evalúa inicialmente la percepción idiosincrásica del
paciente de sus cravings, le ayuda a comprender los distintos factores que contribuyen
a su aparición, a reenfocar sus experiencias y, a desarrollar formas adecuadas para
afrontarlos.

FLASH-BACK

(voz i.) m. Técnica narrativa que consiste en intercalar en el desarrollo de una acción
pasajes pertenecientes a un tiempo anterior:

el flash-back se utiliza tanto en cine como en literatura.? pl. flashbacks.

PROCESOS MENTALES

Los procesos mentales, corresponden al almacenamiento, elaboración y traducción de


los datos aportados por los sentidos, para su utilización inmediata y un eventual uso
posterior. La memoria y también la percepción juegan un importante rol entre los
procesos cognitivos básicos. La inteligencia, el lenguaje y pensamiento en general son
de gran importancia para los seres humanos, ya que forman parte de los procesos
cognitivos superiores, ayudándonos a tener procesos mentales que nos diferencian de
los animales, como el pensamiento lógicos, la utilización de símbolos lingüísticos para
transmitir el penamiento, y la resolución de problemas. Es una operación de
pensamiento capaz de actuar sobre estímulos concretos, situaciones o
representaciones mentales para generar nuevas representaciones mentales o
acciones motoras.

En los diferentes procesos mentales se pueden encontrar los siguientes: Inteligencia,


Aprendizaje, Memoria, Creatividad, Sentimiento y Emoción

PACIENTE DUAL

¿QUÉ ES LA PATOLOGÍA DUAL?

Patología Dual representa la asociación cruzada (coexistencia o co-morbilidad, si se


prefiere) de dos situaciones clínicas: la presencia de un trastorno mental por un lado, y
por otro, el uso patológico de sustancias tóxicas (adicción o dependencia de drogas).

Las adicciones pueden ser a sustancias integradas en nuestra cultura como el alcohol
o somníferos o aquellas no integradas como el cannabis, los estimulantes, (cocaína,
anfetaminas, etcétera) y los opioides. También se incorporan adicciones
comportamentales como la Ludopatía.

Los trastornos mentales hacen referencia a sufrir trastornos del estado de ánimo,
(depresión, trastorno bipolar, etcétera.), trastornos de ansiedad, (trastorno ansiedad
generalizada, ansiedad social, etcétera.), trastornos del espectro de la esquizofrenia y
la psicosis, Trastorno Déficit Atención e Hiperactividad (TDAH) y trastornos de
personalidad (antisocial, límite o boderline, esquizotípico, evitativo y obsesivo,
fundamentalmente).

FACTORES DE RIESGO EN DROGAS

Las investigaciones realizadas durante las últimas dos décadas han tratado de
determinar cómo comienza y cómo progresa el abuso de las drogas. Hay muchos
factores que pueden aumentar el riesgo de una persona para el abuso de drogas. Los
factores de riesgo pueden aumentar las posibilidades de que una persona abuse de
las drogas mientras que los factores de protección pueden disminuir este riesgo. Es
importante notar, sin embargo, que la mayoría de las personas que tienen un riesgo
para el abuso de las drogas no comienzan a usarlas ni se hacen adictos. Además, lo
que constituye un factor de riesgo para una persona, puede no serlo para otra.

Los factores de riesgo y de protección pueden afectar a los niños durante diferentes
etapas de sus vidas. En cada etapa, ocurren riesgos que se pueden cambiar a través
de una intervención preventiva. Se pueden cambiar o prevenir los riesgos de los años
preescolares, tales como una conducta agresiva, con intervenciones familiares,
escolares, y comunitarias dirigidas a ayudar a que los niños desarrollen conductas
positivas apropiadas. Si no son tratados, los comportamientos negativos pueden llevar
a riesgos adicionales, tales como el fracaso académico y dificultades sociales, que
aumentan el riesgo de los niños para el abuso de drogas en el futuro.

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