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Comprar una experiencia no tiene nada que ver con la compra de un producto o la
contratación de un servicio. En la experiencia se paga por dedicar un tiempo a disfrutar
de eventos memorables que una compañía representa casi de manera teatral para
comprometernos íntimamente. Por lo tanto, el valor de estas vivencias solo puede
tener como contraprestación un mayor precio.
2. LAS EXPERIENCIAS
Las experiencias siempre han estado a nuestro lado, pero consumidores y empresas las
habían relegado, centrando su atención y sus esfuerzos en el producto/servicio, de
manera que ni se investigan, ni se diseñaban ni se explotaban. El giro a favor de la
experiencia hace que sea importante entender que se trata de un concepto
radicalmente nuevo en marketing para una realidad de toda la vida. La experiencia es
un concepto diferente que no debe confundirse con otros habituales en marketing,
como la actitud, la motivación, la satisfacción
2.1.-Marketing sensorial
La actuación del marketing sobre los sentidos aparece ya en las primeras fases de esta
disciplina, tanto en relación a los productos de fabricantes como a la distribución
detallista. Pero esta actuación ha sido generalmente muy limitada en su ambición y
fragmentada en cuanto a los sentidos sobre los que actuaba. El crecimiento continuo
del marketing sensorial como actividad diferenciada y su creciente uso en la
distribución es consecuencia de tres factores principales. El primer factor que impulsa
el crecimiento del marketing sensorial es la propia evolución de los mercados y la
competencia en ellos, que motiva a fabricantes y detallistas a utilizar todas las
palancas de desarrollo de la marca y sus asociaciones para convertirse en destino de
compra a través de una propuesta de valor clara y diferenciada. En segundo lugar, y en
relación con el punto anterior, el marketing sensorial recoge la importancia creciente
que tiene el factor emocional para afectar y explicar el comportamiento de compra,
por encima de los factores puramente racionales, por lo que la actuación sobre los
sentidos conecta directamente con voluntad de generar emociones en el consumidor.
EL OIDO COMO MARKETING SENSORIAL
Nuestro sentido del oído está constantemente activo. Desde que nacemos hasta
que morimos, todos los días del año, durante las veinticuatro horas del día.
Nuestros oídos trabajan también mientras dormimos, aunque no seamos
conscientes de ello. Gran parte de aquello que oímos son estímulos que provienen
de las marcas. El sonido ha sido utilizado en las estrategias de marketing de las
compañías desde hace muchos años y ha sido el gran aliado de la televisión y la
radio en la comunicación de los mensajes publicitarios y en la creación de
notoriedad de los productos y marcas anunciadas desde principios del siglo xx. Es
habitual escuchar música de fondo en los establecimientos comerciales. Las voces
de la megafonía anunciando promociones en los hipermercados captan nuestra
atención con cierta frecuencia mientras vamos llenando el carro de la compra, y
cada vez más a menudo nos enfrentamos a las voces de los contestadores
automáticos que repiten sus mensajes con voz impersonal. Estos últimos ejemplos
indican que la música, la voz humana y los sonidos en general aplicados al
marketing no deberían ser fruto del azar, sino una herramienta más de la
estrategia del negocio.
Simbolismo del sonido. Los sonidos tienen su propio simbolismo. Si analizásemos las
palabras de nuestra lengua por separado, llegaríamos a la conclusión de que siguen
una estructura arbitraria, en el sentido de que no existe una conexión entre el sonido
de la palabra y su significado.
3. DE SONIDO DE FONDO A SONIDO CREADOR DE EXPERIENCIAS
La música de fondo ha sido utilizada tradicionalmente para amenizar el punto de
venta. Existe el mito de que la música pop es el sonido perfecto para casi cualquier
punto de venta, por la facilidad de hacer sonar el hilo musical o un dial de radio con la
música más popular. Sin embargo, el marketing sensorial requiere una selección
musical más precisa que esta. Hoy son cada vez más los puntos de venta o
establecimientos públicos que admiten que la música puede ser una gran aliado del
negocio o, por el contrario, tu peor enemigo. Se habla de arquitectura del sonido para
expresar la necesidad de que el sonido que se escucha sea adecuado al producto que
se vende o al servicio que se ofrece. La selección de la música es crucial. Hacer que
suene música que no gusta al público que se pretende atraer es tan negativo como
utilizar colores inadecuados, una luz demasiado brillante o demasiado tenue, o una
temperatura demasiado alta o demasiado baja.
3. LA MEMORIA Y EL OLFATO
El olfato es uno de los sentidos más poderosos del ser humano, ya que a través de él,
somos capaces de reconocer hasta 10.000 olores distintos, mientras que por ejemplo,
solo reconocemos 200 colores.
Los olores tienen una gran conexión con la memoria, lo que permite a nuestra mente
recordar situaciones, lugares o momentos determinados de una forma más rápida que
con cualquier otro estímulo.
Y… ¿Por qué sucede esto? ¿Por qué el olfato permite recordar momentos lejanos?
Varios estudios han constatado que la amígdala se activa inmediatamente ante una
percepción olfativa, despertando recuerdos y emociones intensas. La estrecha relación
entre el olfato y las emociones es debido a la interconexión de las regiones cerebrales
implicadas en el procesamiento de ambas sensaciones. Este recuerdo se produce
gracias al poder de la memoria para retener toda esa información.
5. EL ENTORNO LABORAL
En el ámbito laboral, la utilización de aromas aporta los siguientes beneficios:
6. EN EL ENTORNO COMERCIAL
La introducción de aromas en un ambiente comercial tiene las siguientes ventajas:
Tienen una experiencia única, pues se trata de una técnica hasta ahora poco
explotada en el ámbito comercial español. Según un portal argentino, un
reconocido local de panificación donde no se elaboraban los productos logró
aumentar cinco veces sus ventas al aromatizar el ambiente con una fragancia a
“pan recién horneado”. Gracias a ello, los clientes tuvieron la impresión de
productos frescos y permanecían más tiempo realizando cada compra.
Como hemos visto, el sentido del gusto, siendo uno de los sentidos más emocionales,
es uno de los más complejos de explotar, por lo que es uno de los menos utilizados en
el campo del marketing del turismo. Muy pocas firmas se lanzan de forma clara a la
búsqueda de un sabor propio que les identifique en el mercado y que les permita
sumar elementos de identidad y de diferenciación frente a la competencia. No ya
como firma sensorial única, ya que este uso quedaría relegado a las empresas que
compiten en categorías donde el sabor es el elemento principal de negocio, sino como
complemento al resto de los sentidos para poder reforzar los objetivos de enseña y los
ejes de valor e identidad de la marca.
El tacto es, quizás, el sentido menos explotado por los establecimientos comerciales.
Sin embargo, cada vez existe un mayor número de empresas que se apuntan a
potenciar este sentido ya que si es entendido correctamente por los vendedores,
puede ser un punto clave a la hora de realizar la venta.
El sentido del tacto se encuentra mayoritariamente en la piel, donde hay diferentes
tipos de receptores nerviosos que transforman los estímulos del exterior en
“información susceptible de ser interpretada por el cerebro.” (Alfaro, 2012, P. 69).
Por lo tanto, las manos del consumidor en muchas ocasiones se convierten en una
fuente de información, que también les sirve para tomar decisiones.
Entre las actividades relacionadas con el tacto, podemos encontrar, en primer lugar, el
sentido táctil, es decir, el contacto entre la mano (siendo ésta pasiva) y una superficie
de un objeto. En el lado contrario, tenemos el movimiento activo de háptica o
percepción háptica, que se produce cuando la mano es ahora activa y es la que toca la
superficie del objeto (Álvarez del Blanco, 2011).
Sin embargo, existen unas «barreras contra el tacto», como son los exhibidores, que
impiden que el consumidor pueda tocar el producto, y como consecuencia, “disminuye
su confianza a la hora de evaluarlo” (Jiménez, 2013). Esta consecuencia es algo
completamente natural, ya que los clientes están acostumbrados a tener entre sus
manos o incluso probar el producto antes de llevárselo a casa, por lo que, si no lo
pueden tocar, no pueden apreciar otras características que presente el objeto, como,
por ejemplo, el peso, la textura o la temperatura.
Un claro ejemplo de marketing táctil lo podemos observar en la mayoría de tiendas de
telefonía, donde los teléfonos móviles están expuestos de forma que los clientes
pueden cogerlo, tocarlo, sentirlo, medir su tamaño, su peso, su textura… Así, pueden
generar mucha más información más o menos relevante, pero que les ayude a tomar
la decisión de compra.
1. LA PERCEPCIÓN HÁPTICA
También a la hora de ejecutar un buen marketing táctil, hay que tener en cuenta al
público objetivo. Por ejemplo, encontramos el caso de las botellas de bebidas
refrescantes para el público masculino, cuya forma imitan a las curvas de la mujer
(Bermejo, 2014).