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BOUZA-BREY, Luis: "El Poder y Los Sistemas Políticos". Contenido En: Miquel Caminal (Coord.) Manual de Ciencia Política. Edit. Tecnos. Madrid. 1996
BOUZA-BREY, Luis: "El Poder y Los Sistemas Políticos". Contenido En: Miquel Caminal (Coord.) Manual de Ciencia Política. Edit. Tecnos. Madrid. 1996
1. Definición del hombre: Para la politología del hombre es un ser social por naturaleza. La
criatura humana se encuentra determinada por el entramado de relaciones sociales que determinan,
a su vez, sus condiciones de vida. En este sentido, la naturaleza humana es concebida como una
naturaleza de orden gregario, esto es, como una naturaleza determinada en su esencia a partir de la
existencia colectiva.
* El hombre: “El hombre es un ser social por naturaleza. Es decir, que le resulta imposible vivir
aislado: siempre está inmerso en un haz de relaciones sociales que determinan sus condiciones de
vida”. (L. Bouza-Brey: 1996; pp. 39).
* La política: “Toda actividad humana tendiente a orientar haca metas las situaciones sociales: o a
ordenarlas y a integrarlas, asignando papeles, recompensas y sanciones y resolviendo conflictos, es
una actividad política (…) la política, en este sentido amplio, es la actividad de gobierno de las
situaciones sociales, su dirección y control.” (L. Bouza-Brey: 1996; pp. 39-40).
* El poder: “Tiene poder aquel individuo o grupo que consigue que otros (individuos o grupos)
hagan (o dejen de hacer) lo que él quiere. Aquel que, en una situación social, es capaz de imponer
a los demás una definición de metas y un modelo de organización.” (L. Bouza-Brey: 1996; pp.
40).
* Parsons: La “integración” es un concepto abstracto que indica uno de los cuatro imperativos
funcionales del sistema social asegurando la coordinación necesaria entre las partes del sistema.
* Concepto de política: Para Easton la política consiste en la asignación imperativa de valores para
una sociedad y para Deutsch la política es la coordinación de los esfuerzos y expectativas
humanas para el logro de objetivos de la sociedad.
* Concepto de poder: Laswell y Kaplan, Ohnson, Max Weber, Stoppino, McKinney, Friedrich y P.
M. Blau.
3.1. Categorías básicas: En la politología existen dos grandes grupos de categorías básicas que
permiten comprender el fenómeno político en cuanto a su relación con el orden social. El primer
grupo de categorías determinan el análisis de la desigualdad en las sociedades desarrolladas: a)
poder; b) clase y; c) status. El segundo grupo de categorías sitúa a los individuos en posiciones
relativas de superioridad e inferioridad: a) riqueza; b) prestigio y; c) jerarquía social. Por supuesto, el
grado de congruencia entre las distintas categorías varía según el momento histórico.
3.2. El poder y la sociedad: El politología comprender la relación entre el poder y la sociedad a partir
del proceso evolutivo que hace de ella un fenómeno cada vez más complejo. En efecto, en el marco
de las sociedades preestatales o premodernas el rango o jerarquía de los individuos o miembros de
la sociedad dependían de distintos rasgos: a) biológicos; b) religiosos; c) de parentesco y; d)
territoriales. De acuerdo con ello, el tránsito desde las sociedades preestatales o premodernas a las
sociedades estatales o modernas muestran la aparición de sociedades sedentarias de estratificación
compleja y, con ellas, la emergencia de un centro de poder político con características funcionales y
estructurales específicas. Lo que ha caracterizado este centro de poder político es le haber asumido
dos funciones básicas: 1) la determinación de los objetivos globales del conjunto de la sociedad y; 2)
la ordenación e integración de la sociedad de acuerdo con criterios no adscriptivos o primordiales.
En consecuencia, para la politología es en las sociedades estatales o modernas donde ocurre el
nacimiento de la política en sentido estricto, esto es, la política como actividad dirigida a gobernar o
influir en el centro político de dirección y control de la sociedad.
3.3. Concepto de política: Para la politología la política tiene dos acepciones fundamentales. En
primer lugar, la política en sentido amplio designa el gobierno de las situaciones sociales por medio del
poder social, un poder que en las sociedades de estratificación compleja se deriva del control de
recursos. Y en segundo lugar, la política en sentido estricto designa el gobierno en sus determinaciones
globales por medio del poder político, poder que se deriva de la coerción y la legitimidad para la
determinación de las metas sociales y el mantenimiento del orden social.
A. Sociedad acéfala: Como en el caso de los esquimales y los indios americanos, las
sociedades acéfalas se caracterizan por dos cosas: 1) son sociedades no sedentarias que
permanecen en el límite de la supervivencia al no poder acumular un excedente económico
y; 2) son sociedades cuyas relaciones de poder giran en torno a las determinaciones
normativas derivadas de la tradición. Como consecuencia de tales características en las
sociedades acéfalas no existe una diferenciación estructural del poder político.
B. Sociedad segmentada: Como en los casos del pueblo Tiv en Nigeria y los
Ashanti en Ghana, las sociedades segmentadas poseen dos características: 1) son sociedades
agrícolas sedentarias de estratificación compleja que hace posible la acumulación de una
excedente económico y; 2) son sociedades cuyas relaciones de poder giran en torno a la
estratificación de las clases alrededor de una aristocracia hereditaria. Como consecuencia de
tales características es en las sociedades segmentadas donde comienza a diferenciarse
estructuralmente el poder político.
H. El Estado liberal: Nacido entre los siglo XVI, XVIII y XIX, el Estado liberal surge
como producto histórico y político de las revoluciones inglesa, norteamericana y francesa,
esto es, como expresión de las nuevas fuerzas sociales burguesas desatadas por el desarrollo
el capitalismo. De acuerdo con ello, el nacimiento del Estado liberal se produce en torno a
cuatro elementos: 1) el principio de racionalidad; 2) los derechos fundamentales; 3) la
separación de poderes y; 4) la doctrina del laissez-faire-laissez-passer. La crisis del Estado
liberal se produce a partir del siglo XIX provocando reformas políticas de las cuales surge
el Estado democrático (sufragio universal y participación de masas) así como respuestas
totalitarias (comunismo y fascismo). Durante este periodo de crisis se produce el
levantamiento de numerosos movimientos nacionalistas contra la determinación territorial
derivada del Congreso de Viena en 1815 y sus inherentes tendencias expansionistas e
imperialistas. La característica fundamental de estos movimientos fue la lucha por la
liberación de los pueblos contra la colonización imperialista de los Estados europeos.
* El centro del poder político: “(…) a medida en que la sociedad cambia, se hace sedentaria y se
estratifica de un modo más complejo, comienza a aparecer un poder político diferenciado, tanto
cultural como estructuralmente, que se hace permanente y relativamente estable. Este tránsito,
desde la sociedad acéfala o tribal al Estado, pasando por la ciudad-Estado, el imperio burocrático
o la sociedad feudal, hace emerger un nuevo centro político que asume características funcionales
y estructurales específicas (…) Lo que caracteriza fundamentalmente a este nuevo centro político
es el ser un poder que asume como propias dos funciones básicas: la determinación de los
objetivos globales del conjunto de la sociedad y al ordenación e integración de la misma de
acuerdo con criterios no adscriptivos o primordiales. Es decir, de acuerdo con un modelo de
orden general, distinto de la sociedad segmentada de grupos de linaje (…) desde el momento en
que surge este poder político diferenciado los grupos con poder social dirigen hacia él sus
pretensiones, con el fin de ocuparlo directamente o adquirir influencia sobre él mismo y
determinar o condicionar sus condiciones. A partir de entonces aparece un nuevo concepto de
política, la política en sentido estricto, que es la actividad dirigida a gobernar, o a influir
indirectamente en el poder político, en el centro político de dirección y control del conjunto de la
sociedad.” (L. Bouza-Brey: 1996; pp. 43)
* El poder político actual: “El poder político actual, por consiguiente, es todavía y
predominantemente estatal. En transición, no obstante, debido al desbordamiento de los marcos
nacionales por la mayor parte de los procesos socioculturales y políticos emergentes. Esta nueva
situación provoca la aparición de nuevos problemas y demandas que ya no pueden ser resueltos
en el marco del Estado.” (L. Bouza-Brey: 1996; pp. 56)
4.1 Análisis del poder político: El análisis del poder político, para la politología, se centra en el
análisis del poder estatal. Este análisis consiste en: a) definir las funciones o modos de actividad del
poder político; b) tipificar y clasificar las actividades del poder político; c) identificar las funciones y
estructuras especializadas y; d) identificar las funciones universales que hacen posible: d.1) el análisis
comparativo de diversos sistemas políticos y; d.2) la evolución de la funcionalidad y
disfuncionalidad de las estructuras del poder político. Sin embargo, queda todavía por precisar si la
función es relativa a determinadas estructuras situadas al interior de un sistema político
determinado.
4.2. Funciones del poder político: Para la politología las funciones del poder político son
fundamentalmente dos. En primer lugar tiene como función la actividad de dirección suprema de la
sociedad la cual consiste en: 1) la orientación política como aquello que se concreta en la definición de la
situación, el planteamiento de los objetivos y la determinación táctica y estratégica del cuerpo social;
2) la defensa del interior y el exterior del Estado y; 3) la normación como instauración de las normas
generales y superiores de la sociedad. Y en segundo lugar, tiene como función la actividad de
ordenación en integración de la sociedad, actividad que se desarrolla de acuerdo con distintos ámbitos: a) la
actividad administrativa que consiste en ejecutar las normas y decisiones generales, garantizar los
servicios públicos a la población y la extracción de recursos materiales y humanos para el
funcionamiento del poder público; b) la actividad judicial como adjudicación del derecho preferente a
los intereses colectivos en los casos concretos y; c) la actividad política-partidista como aquello que
ejercen los distintos grupos sociales al determinar sus proyectos, estrategias y tácticas en función de
la competencia por los cargos públicos y por la sucesión del poder político. En consecuencia, las
actividades de dirección, ordenación e integración política de la sociedad o proceso de gobierno,
compartida por una pluralidad de instituciones y estructuras de poder.
* Actividad de gobierno: “La realización de esta actividad de gobierno por parte del poder político
es una respuesta a proyectos, problemas y demandas sociales y la adopción de decisiones y
ejecución de acciones en que consiste esta acción de gobierno produce unos resultados en la
sociedad que redundan en un cambio de la situación social y en una transformación de los
proyectos, problemas y demandas iniciales.” (L. Bouza-Brey: 1996; pp. 59)
* Actividad política: “(…) la actividad política de una sociedad puede considerarse como un flujo
constante y cambiante de información y coerción entre diversas unidades estructurales
interdependientes, que mantienen unas relaciones relativamente estables entre sí. Esta
interdependencia permanente entre unidades relativamente estables da lugar a un sistema, es decir,
una realidad nueva con sus propias pautas de comportamiento y variación.” (L. Bouza-Brey: 1996;
pp. 59)
Cuadro Nº 1
Proceso de gobierno de la sociedad.
5. Teoría general de los sistemas. La concepción del fenómeno político para la politología nace en
Norteamérica después de la Segunda Guerra Mundial y a partir de la “teoría de los sistemas
generales” desarrollada por Bertalanffy. En esta teoría, el sistema constituye un concepto que
describe la unidad interactiva de distintos elementos que, a su vez, interactúan con el ambiente. En
este conjunto de interacciones tanto los elementos que configuran el interior del sistema como el
ambiente que conforma su exterior se encuentran determinados recíprocamente.
* Teoría de los sistemas: “(…) la teoría de los sistemas sigue vigente en la actualidad, e incluso
podríamos decir que como paradigma, dado que desde mediados de los años sesenta, en que se
elaboraron los grandes modelos teóricos de la ciencia política actual, ésta ha seguido su curso
mediante teorías de rango medio, como la referente a las políticas públicas o a las de „elección
racional‟ y análisis concretos de diversos países o aspectos, pero siempre en el marco de la teoría
general de los sistemas.” (L. Bouza-Brey: 1996; pp. 63)
Cuadro Nº 2
Modelo del sistema político de Easton.
5.3. El problema de los límites. Para la politología el primer problema planteado por la noción
de “sistema político” señala la determinación e indeterminación de sus límites. A propósito existen dos
posiciones. En primer lugar, una posición restrictiva en la que los elementos del sistema político son
únicamente las instituciones estatales y las autoridades que las integran. En este sentido, los asuntos
políticos son aquellos tratados mediante acciones y decisiones institucionales de carácter directivo,
normativo y administrativo. Y en segundo lugar, una posición extensiva en la que se identifica como
político todo el ámbito de la sociedad aunque especificando su objeto en el conflicto o la coerción.
Por supuesto, cada uno de ellos plantea sus propios problemas. La posición restrictiva tiene un
inconveniente teórico y práctico: restringe el ámbito político obstaculizando la percepción de
dimensiones esenciales para su comprensión. Por su parte, la posición extensiva, la identificar lo
político con el conflicto y la coerción, pierde de vista las situaciones de cooperación y conciliación
que también lo caracterizan. Sin embargo, frente a estas posiciones se puede proponer un enfoque
aproximativo de acuerdo con el cual se realizaría una aproximación teorética que trascienda los límites
institucionales señalando la coextensividad de aquello que interviene en las acciones y decisiones
colectivas de gobierno: dirección, ordenación e integración de la vida social.
5.4. Unidades constitutivas del sistema político. Para la politología las unidades constitutivas del
sistema político son fundamentalmente tres: 1) la sociedad; 2) la élite política y; 3) el gobierno. En esta
perspectiva se advierte que la numeración indica una secuencia descendente de abstracción y
generalidad.
b) Estructuras secundarias: Están constituidas por todos aquellos grupos que conforman
la opinión pública (movimientos, partidos políticos, grupos religiosos, etnias, medios de
comunicación, centros de investigación).
c) Estructuras terciarias: Están constituidas por los diversos grupos de presión e interés
(sindicatos, organizaciones, grupos empresariales, organizaciones profesionales y
culturales).
La élite política es la unidad mínima del sistema político constituida por aquel conjunto de
personas que asumen la responsabilidad ejecutiva última con respecto a la dirección y el
control de la sociedad. En este sentido, constituye la unidad estratégica del sistema político
en tanto se encuentra determinada por la complejidad de las relaciones entre la élite política
y la sociedad.
* Sobre la teoría de la política: “(…) es preciso buscar un punto de aproximación teorético que
trascienda los límites institucionales de definición de lo político haciendo coextensivo el sistema
político con el conjunto de la sociedad, pero incluyendo en él solamente algunos aspectos de la
misma: aquellos problemas, demandas, expresiones de descontento o violencia, o apoyos, que
requieren decisiones o acciones colectivas de gobierno. Es decir, que exigen acciones de
dirección, ordenación e integración de la vida social.” (L. Bouza-Brey: 1996; pp. 54)
Cuadro Nº 3
Un modelo de sistema político.
6. El proceso político: La politología concibe dos puntos de vista. Desde el punto de vista
“estático”, el sistema político posee una estructura determinada de acuerdo con la articulación
específica entre la sociedad, la élite política y el gobierno. Esta articulación se deriva de los criterios
de legitimidad que otorgan la cultura política y la ideología del sistema. Y desde el punto de vista
“dinámico”, el sistema político constituye un flujo constante de interacciones entre sus unidades
componentes, esto es, un proceso político de ordenamiento y desarrollo de acuerdo con los
objetivos centrales del sistema. En consecuencia, en los mecanismos de feed back o
retroalimentación la relación entre información y coerción depende siempre del tipo del sistema y,
por lo tanto, de la articulación entre sus unidades componentes. Así, la secuencia del proceso político
en su funcionamiento normal de los sistemas es la siguiente: 1) expresión de los inputs; 2)
formulación de opciones por parte de la élite política; 3) adopción de decisiones por parte de las
instituciones; 4) realización de acciones por parte de la élite política y de la administración pública; 5)
producción de resultados en la vida social y; 6) producción de efectos sobre el estado del sistema
mediante mecanismos de feed back o retroalimentación. (Ver: tipos de autoridad jerárquica y
participativa). Dentro de este proceso resulta fundamental la función de las estructuras de relación
entre el gobierno y la élite política, a saber: las estructuras de influencia y control que caracteriza la acción
de la élite política sobre el gobierno y; b) las estructuras de adopción de decisiones donde el gobierno
responde –como consecuencia de la estructura anterior- de cara a la sociedad. En cuanto a los
elementos culturales del proceso político, los cuales constituyen fundamentalmente un conjunto de valores o
principios de legitimación, de carácter sacro o secular, pueden ser considerados según dos tipos: 1) los
valores o principios “últimos o finales” (trascendencia) y; 2) los valores “inmediatos e
instrumentales” (inmanencia). Por supuesto, la proyección de estos valores o principios dependerá
de las relaciones estructurales entre los elementos del poder político.
6.2. Valores o principios de legitimación. Para la politología la clasificación de los sistemas políticos
se encuentra determinada por los valores o principios de legitimación que orientan su comportamiento.
Estos valores o principios de legitimación pueden ser de tres tipos: 1) valores últimos o de carácter sacro
que constituyen una “religión política” en la que tiene lugar una sacralización de la colectividad de
acuerdo con la cual esta última determina cualquier valor y disciplina a los individuos en función de
sus prerrogativas. Para ello restringe la libre conciencia y el libre flujo de información pues no tolera
contaminación alguna; 2) valores últimos de carácter secular que surgen como la suma de todos los
intereses de la sociedad –tanto a nivel individual como colectivo- y que expresan las formas de su
racionalidad. La orientación y el comportamiento que los valores seculares generan en el sistema
político se encuentran ligados íntimamente al escepticismo y al pragmatismo como actitudes
sociales y; 3) valores o principios de legitimación instrumentales que determinan el horizonte de sentido que
legitima la autoridad del sistema así como la articulación estructural del poder político.
* Flujo de interacciones: “Este flujo de interacción entre las unidades del sistema es un flujo de
información y coerción en el que cada secuencia influye en la siguiente por medio de los
mecanismo de feed back o retroalimentación. Por lo general, en el proceso político existe una
relación inversa entre información y coerción, de manera que los gobiernos recurren a la coerción
cuando no puede atender a aquella información incongruente con los objetivos centrales del
sistema. La coerción anula las fuentes de información, por lo que puede dar lugar a
incertidumbre, deslegitimación del sistema o aparición de descontento y violencia política contra
la élite, el gobierno o el sistema.” (L. Bouza-Brey: 1996; pp. 67-68)
* Sistemas democráticos: “Si bien es cierto que se produce acuerdo con respecto a los rasgos de los
sistemas democráticos, existe multitud de clasificaciones y entrecruzamientos por lo que se refiere
a los diversos tipos de sistemas basados en formas de autoridad jerárquica.” (L. Bouza-Brey: 1996;
pp. 70)
* Valores últimos: “Los valores últimos orientan la dirección de la vida social hacia el beneficio de
la colectividad, tal y como es definido desde el sistema político por el grupo dirigente. El conjunto
de la vida social debe someterse a la disciplina deriva de la realización de dicho beneficio
colectivo.” (L. Bouza-Brey: 1996; pp. 72)
* Autoridad jerárquica: “(…) la élite es cooptada y escasamente plural, tiende a ser relativamente
monolítica y las relaciones de control se producen de arriba abajo. La estructura de adopción de
decisiones de gobierno suele ser centralizada y el poder está centrado en un solo órgano que actúa
con tal autoridad para adoptar las decisiones más importantes.” (L. Bouza-Brey: 1996; pp. 69)
* Autoridad participativa: “(…) la élite es plural, surge autónomamente de los grupos sociales y se
estratifica en diversos grados de influencia según el poder social de los grupos que representa.
Existe un control de la élite política sobre el gobierno, que se ejerce desde las estructuras
primarias (parlamentos y tribunales principalmente), la estructura de adopción de decisiones no
necesariamente es centralizada, y siempre se encuentra dividida, requiriéndose la participación de
varios órganos para adoptar las decisiones más importantes.” (L. Bouza-Brey: 1996; pp. 69)
Cuadro Nº 5
Tipos de sistemas.
Sacros Seculares
Cuadro Nº 6
Pauta de funcionamiento de los sistemas.
Tipo de objetivo central.
Sacros Seculares
6.3. Clasificación de los sistemas políticos. En la politología la clasificación de los sistemas políticos
puede hacerse tanto desde una perspectiva “empírico-deductiva” como desde una perspectiva
“ideal-deductiva”. En este sentido, una primera y más general clasificación puede ser la siguiente: 1)
Democrático; 2) Autocrático; 2.1) Totalitario; 2.1.1) Comunista; 2.1.2) Nacionalista; 2.1.3)
Fundamentalista; 2.2.) Autoritario; 2.2.1) Conservador; 2.2.2) Populista y; 3) Monarquías
tradicionales.
C. Sistema político totalitario. Se limita al control del poder sin pretender dominar
todas las formas de la vida social. En tanto sistema de autoridad jerárquica y como régimen
personalista, la estructura del partido único está poco organizada como estructura básica de
poder. Esta estructura básica se concreta en un partido único, una junta militar, un líder
carismático o la combinación de tales elementos. Y si bien la ideología que legitima el
sistema totalitario es el “nacionalismo”, este puede ser “conservador” o “populista” y lo
que es común a estas dos formas de totalitarismo es el mecanismo de “exclusión”
coercitiva de todo proyecto político incompatible con la “salvación nacional” o el
“desarrollo”. El control de la vida política constituye una pauta de funcionamiento hasta el
punto de capturar o reprimir las movilizaciones sociales.
8. Categorías del cambio político. La diversidad de las categorías que expresan el cambio
político pueden clasificarse de acuerdo a su “grado de visibilidad”:
A. Cambio de Estado del sistema. Alteración de las unidades del sistema o las
variables del proceso sin modificación de la estructura, la pauta de funcionamiento o el tipo
de sistema. AL no poder sobrepasar el “umbral crítico”, los cambios se reducen a: a)
grupos, ideologías o problemas (cambios en la sociedad); b) composición o estratificación
(cambios en la élite política) y; c) composición, orientación o políticas (cambios en el gobierno);
Adicionalmente, se producen cambios en el proceso, a saber: cantidad, intensidad o
contenido de las demandas; b) difusión y especificidad de los apoyos; c) descontento; d)
violencia y; e) coerción. Sólo si el “umbral crítico” es sobrepasado se producen cambios
que aumentan las contradicciones o incoherencias en el funcionamiento del sistema
político.
* Holismo: “El hombre necesita del conocimiento de toda la realidad para poder seguir siendo lo
que es, pues si no es capaz de seguir un rumbo correcto en medio del vendaval del cambio,
acabará por despeñarse en el abismo del finis terrae.” (L. Bouza-Brey: 1996; pp. 77)
* La teoría: “(…) la construcción de una teoría del cambio político sería la culminación de las
ciencias sociales, pues es en este terreno, precisamente, donde se pone en juego la posibilidad de
la existencia de una verdadera ciencia social, como conjunto teórico capaz de predecir y orientar
la práctica política y la historia de la humanidad.” (L. Bouza-Brey: 1996; pp. 82)