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BOUZA-BREY, Luis: “El poder y los sistemas políticos”.

Contenido en: Miquel Caminal (Coord.) Manual de ciencia política.


Edit. Tecnos. Madrid. 1996.

1. Definición del hombre: Para la politología del hombre es un ser social por naturaleza. La
criatura humana se encuentra determinada por el entramado de relaciones sociales que determinan,
a su vez, sus condiciones de vida. En este sentido, la naturaleza humana es concebida como una
naturaleza de orden gregario, esto es, como una naturaleza determinada en su esencia a partir de la
existencia colectiva.

2. Definición de la política: El la politología la política es concebida, en sentido amplio, como la


actividad humana de gobierno sobre las diversas situaciones sociales. Este gobierno de las
situaciones sociales radica, por un lado, en la dirección y control de dichas situaciones y, por otro,
en la ordenación e integración de los procesos que determinan las situaciones mismas. De acuerdo
con ello, el gobierno constituye la esencia de la política y la política el centro de gravedad que
condiciona el ordenamiento instituido e instituyente de la sociedad en su conjunto.

3. Definición del poder: En el marco disciplinar de la politología el poder es concebido como la


capacidad que un actor posee de obtener obediencia por parte de otros actores. EN este sentido, el
poder de hace imprescindible para el gobierno de las situaciones sociales pues constituye el medio a
partir del cual se hace posible imponer un medio de organización al conjunto de la sociedad, así
como el conjunto de los objetivos que deben orientar dicha organización. Sin embargo, una
comprensión más detallada del poder implica tener en cuenta sus distintos tipos de fuentes, a saber:

A. Poder coercitivo: En poder coercitivo designa la capacidad de un actor para obtener


obediencia de otros actores por medio de la fuerza. De acuerdo con ello, la relación típica
de este poder se expresa en el monopolio estatal de la violencia.

B. Poder persuasivo: El poder persuasivo designa la capacidad de un actor para obtener


obediencia por parte de otros actores a través de la ideología. De acuerdo con ello, la relación
típica de este poder se expresa la afiliación a los partidos políticos o en la fidelidad a las
iglesias.

C. Poder retributivo: El poder retributivo designa la capacidad de un actor para obtener


obediencia por parte de otros actores a través de la utilidad. De acuerdo con ello, la relación
típica de este poder se expresa en el intercambio mercantil del trabajo y los salarios.

3. La política y el poder: Para la politología la política y el poder se encuentran relacionados por el


carácter mediado del gobierno y la decisión. En efecto, al existir o coexistir proyectos políticos
contrapuestos –en el que unos son dominantes y otros subordinados- las situaciones sociales no
cesan de manifestar tensiones entre distintas alternativas y, por tanto, no cesan de inquietar a la
política como actividad que determina directamente la elección entre las alternativas. En este
ejercicio de gobierno el poder aparece como un medio que permite a la política decidir sobre las
alternativas más adecuadas a las situaciones más apremiantes o prioritarias. Sin embargo, el carácter
específico de la relación se efectúa entre el poder y la política no se agota en el carácter unilateral de
las decisiones. En las situaciones sociales los actores que pretenden influir sobre las acciones de
gobierno adoptan posicionamientos tácticos y estratégicos, posicionamientos que según las
situaciones específicas pueden conducir a proceso de: a) colaboración; b) confrontación y; c)
conciliación.

* El hombre: “El hombre es un ser social por naturaleza. Es decir, que le resulta imposible vivir
aislado: siempre está inmerso en un haz de relaciones sociales que determinan sus condiciones de
vida”. (L. Bouza-Brey: 1996; pp. 39).
* La política: “Toda actividad humana tendiente a orientar haca metas las situaciones sociales: o a
ordenarlas y a integrarlas, asignando papeles, recompensas y sanciones y resolviendo conflictos, es
una actividad política (…) la política, en este sentido amplio, es la actividad de gobierno de las
situaciones sociales, su dirección y control.” (L. Bouza-Brey: 1996; pp. 39-40).

* El poder: “Tiene poder aquel individuo o grupo que consigue que otros (individuos o grupos)
hagan (o dejen de hacer) lo que él quiere. Aquel que, en una situación social, es capaz de imponer
a los demás una definición de metas y un modelo de organización.” (L. Bouza-Brey: 1996; pp.
40).

* Parsons: La “integración” es un concepto abstracto que indica uno de los cuatro imperativos
funcionales del sistema social asegurando la coordinación necesaria entre las partes del sistema.

* Wiseman: La “integración” se refiere a la interacción de los individuos y colectividades del


sistema como mantenimiento de la solidaridad y la moralidad entre ellos. En ese sentido se refiere
a: a) el establecimiento de un consenso procedimental de actividades cooperativas; b) la existencia
de una pauta aceptada de decisión; c) la existencia de una jerarquía de autoridad con poder
legítimo y: d) el establecimiento de normas reguladoras para el control del conflicto social.

* Weiner: La “integración” es un amplio conjunto de relaciones y actividades en torno a la


lealtad cultural y la nacionalidad. De acuerdo con ello, el proceso de integración se desarrolla
entre: a) unidades políticas en un marco territorial bajo un gobierno con autoridad; b)
gobernantes y gobernados; c) ciudadanos en un proceso político común y; d) individuos en grupo
en torno a una proyecto común.

* Concepto de política: Para Easton la política consiste en la asignación imperativa de valores para
una sociedad y para Deutsch la política es la coordinación de los esfuerzos y expectativas
humanas para el logro de objetivos de la sociedad.

* Concepto de poder: Laswell y Kaplan, Ohnson, Max Weber, Stoppino, McKinney, Friedrich y P.
M. Blau.

* Fuentes de poder: Etzioni y Galbraith.

3.1. Categorías básicas: En la politología existen dos grandes grupos de categorías básicas que
permiten comprender el fenómeno político en cuanto a su relación con el orden social. El primer
grupo de categorías determinan el análisis de la desigualdad en las sociedades desarrolladas: a)
poder; b) clase y; c) status. El segundo grupo de categorías sitúa a los individuos en posiciones
relativas de superioridad e inferioridad: a) riqueza; b) prestigio y; c) jerarquía social. Por supuesto, el
grado de congruencia entre las distintas categorías varía según el momento histórico.

3.2. El poder y la sociedad: El politología comprender la relación entre el poder y la sociedad a partir
del proceso evolutivo que hace de ella un fenómeno cada vez más complejo. En efecto, en el marco
de las sociedades preestatales o premodernas el rango o jerarquía de los individuos o miembros de
la sociedad dependían de distintos rasgos: a) biológicos; b) religiosos; c) de parentesco y; d)
territoriales. De acuerdo con ello, el tránsito desde las sociedades preestatales o premodernas a las
sociedades estatales o modernas muestran la aparición de sociedades sedentarias de estratificación
compleja y, con ellas, la emergencia de un centro de poder político con características funcionales y
estructurales específicas. Lo que ha caracterizado este centro de poder político es le haber asumido
dos funciones básicas: 1) la determinación de los objetivos globales del conjunto de la sociedad y; 2)
la ordenación e integración de la sociedad de acuerdo con criterios no adscriptivos o primordiales.
En consecuencia, para la politología es en las sociedades estatales o modernas donde ocurre el
nacimiento de la política en sentido estricto, esto es, la política como actividad dirigida a gobernar o
influir en el centro político de dirección y control de la sociedad.

3.3. Concepto de política: Para la politología la política tiene dos acepciones fundamentales. En
primer lugar, la política en sentido amplio designa el gobierno de las situaciones sociales por medio del
poder social, un poder que en las sociedades de estratificación compleja se deriva del control de
recursos. Y en segundo lugar, la política en sentido estricto designa el gobierno en sus determinaciones
globales por medio del poder político, poder que se deriva de la coerción y la legitimidad para la
determinación de las metas sociales y el mantenimiento del orden social.

A. Sociedad acéfala: Como en el caso de los esquimales y los indios americanos, las
sociedades acéfalas se caracterizan por dos cosas: 1) son sociedades no sedentarias que
permanecen en el límite de la supervivencia al no poder acumular un excedente económico
y; 2) son sociedades cuyas relaciones de poder giran en torno a las determinaciones
normativas derivadas de la tradición. Como consecuencia de tales características en las
sociedades acéfalas no existe una diferenciación estructural del poder político.

B. Sociedad segmentada: Como en los casos del pueblo Tiv en Nigeria y los
Ashanti en Ghana, las sociedades segmentadas poseen dos características: 1) son sociedades
agrícolas sedentarias de estratificación compleja que hace posible la acumulación de una
excedente económico y; 2) son sociedades cuyas relaciones de poder giran en torno a la
estratificación de las clases alrededor de una aristocracia hereditaria. Como consecuencia de
tales características es en las sociedades segmentadas donde comienza a diferenciarse
estructuralmente el poder político.

C. Ciudad-Estado: Como en los casos de la Atenas del siglo V a. de C. y la Roma


republicana, las ciudades-estados poseían dos características: 1) son sociedades sedentarias
cuya producción se basaba en el esclavismo, la agricultura y el comercio organizándose en
torno a cierta estratificación compleja derivada de las relaciones entre lo rural y lo urbano y;
2) son sociedades cuyas relaciones de poder giran en torno a las magistraturas cuya
composición se derivaba del conjunto de instituciones creadas por la ciudadanía. Como
consecuencia de tales características en la ciudad-Estado ya existía una relativa
diferenciación estructural del poder político.

D. Imperio burocrático: Como en el caso del imperio Inca, el imperio Azteca, el


imperio chino del siglo I a. de C. y del siglo XX d.C. y el imperio romano del siglo VI d.C.,
los imperios burocráticos se caracterizaron por: 1) ser sociedades heterogéneas con
diferenciación funcional del centro de poder político; 2) ser sociedades determinadas por
estructuras burocráticas para el desarrollo de su infraestructura y el aumento de la
producción y; 3) por tener un centro de poder político legitimado en sus alcances y
limitaciones por la religión del imperio.

E. Feudalismo: El feudalismo puede caracterizarse del siguiente modo: a) eran


sociedades basadas en economías de producción agrícola; b) en ellos existía autonomía
local de los feudos donde, si bien permanecía el poder de la Iglesia en relación a la moral y
al derecho consuetudinario, existían poblaciones libres dedicados a la manufactura
ejerciendo un contrapeso al poder de los feudos; c) el principal centro del poder era
constituido por la aristocracia nobiliaria que, a pesar de tener vínculos de vasallaje con el
rey, era la que proporcionaba el apoyo militar del cual dependía de la autoridad y el poder
de las monarquías y; d) existían estamentos adscriptivos jurídicamente desiguales, esto es,
que en las sociedades feudales era la nobleza la que detentaba el poder económico, militar y
político difuso y poliárquico donde la estratificación social se derivaba del poder político.

F. La monarquía: La monarquía puede ser entendida como una forma de transición


desde el feudalismo a la sociedad moderna a partir del siglo XV. Durante esta etapa de
transición comenzaron a germinar los rasgos básicos del Estado moderno, la sociedad
nacional y la sociedad de clases; a saber: a) centralización; b) burocratización; c) unificación
territorial; d) unificación jurídica y; e) unificación económica.
G. El Estado moderno: El Estado moderno es la forma de poder político cuyo carácter
territorial se encuentra articulado en torno al principio de soberanía. Dicho principio posee
las siguientes características: 1) instauración de un ordenamiento jurídico igualitario; b) se
establece u opera como foco de identidad y de conflicto en la sociedad nacional y; 3)
determina el orden y el desarrollo como los problemas fundamentales en la sociedad.

H. El Estado liberal: Nacido entre los siglo XVI, XVIII y XIX, el Estado liberal surge
como producto histórico y político de las revoluciones inglesa, norteamericana y francesa,
esto es, como expresión de las nuevas fuerzas sociales burguesas desatadas por el desarrollo
el capitalismo. De acuerdo con ello, el nacimiento del Estado liberal se produce en torno a
cuatro elementos: 1) el principio de racionalidad; 2) los derechos fundamentales; 3) la
separación de poderes y; 4) la doctrina del laissez-faire-laissez-passer. La crisis del Estado
liberal se produce a partir del siglo XIX provocando reformas políticas de las cuales surge
el Estado democrático (sufragio universal y participación de masas) así como respuestas
totalitarias (comunismo y fascismo). Durante este periodo de crisis se produce el
levantamiento de numerosos movimientos nacionalistas contra la determinación territorial
derivada del Congreso de Viena en 1815 y sus inherentes tendencias expansionistas e
imperialistas. La característica fundamental de estos movimientos fue la lucha por la
liberación de los pueblos contra la colonización imperialista de los Estados europeos.

I. El Estado democrático-social: El nacimiento del Estado democrático se produce en


el contexto histórico de la Guerra Fría y a descolonización del Tercer Mundo. Después de
la transformación democrática del Estado liberal, el nacimiento del Estado democrático
ocurre como reacción a la crisis de los años 30‟s pretendiendo estimular el desarrollo para
garantizar unas condiciones mínimas de vida para las poblaciones. Sin embargo, pronto se
hizo visible la crisis del Estado democrático como crisis de la política económica de tipo
keynesiano y, por lo tanto, como crisis fiscal del Estado. Dicha crisis puede comprenderse
a partir de: a) el ascenso del modelo conservador y neoliberal de Margaret Thatcher en
Inglaterra (1979-1990) y de Ronald Reagan en los Estados Unidos (1981-1989) y; b) el
nacimiento de la sociedad posindustrial donde se incrementa la aceleración de las
transformaciones sociales y en donde la creación y el procesamiento de información se
convierte en la base de la productividad, la gestión y el poder: b.1) internacionalización y
globalización de la economía y; b.2) choque de civilizaciones en el enfrentamiento del
mundo desarrollado y el fundamentalismo.

* El centro del poder político: “(…) a medida en que la sociedad cambia, se hace sedentaria y se
estratifica de un modo más complejo, comienza a aparecer un poder político diferenciado, tanto
cultural como estructuralmente, que se hace permanente y relativamente estable. Este tránsito,
desde la sociedad acéfala o tribal al Estado, pasando por la ciudad-Estado, el imperio burocrático
o la sociedad feudal, hace emerger un nuevo centro político que asume características funcionales
y estructurales específicas (…) Lo que caracteriza fundamentalmente a este nuevo centro político
es el ser un poder que asume como propias dos funciones básicas: la determinación de los
objetivos globales del conjunto de la sociedad y al ordenación e integración de la misma de
acuerdo con criterios no adscriptivos o primordiales. Es decir, de acuerdo con un modelo de
orden general, distinto de la sociedad segmentada de grupos de linaje (…) desde el momento en
que surge este poder político diferenciado los grupos con poder social dirigen hacia él sus
pretensiones, con el fin de ocuparlo directamente o adquirir influencia sobre él mismo y
determinar o condicionar sus condiciones. A partir de entonces aparece un nuevo concepto de
política, la política en sentido estricto, que es la actividad dirigida a gobernar, o a influir
indirectamente en el poder político, en el centro político de dirección y control del conjunto de la
sociedad.” (L. Bouza-Brey: 1996; pp. 43)

* Sociedades premodernas: Balandier, Dowse y Hughes, H. Gerth, Writh Mills, R. Bendix, S. M.


Lipset, Ossowski y Einsestadt.

* Sociedades modernas: Wittfogel, Einsestadt y Schachermeyer.


4. El poder político actual: Para la politología el poder político actual sigue siendo
predominantemente un poder estatal. Sin embargo, en la actualidad del poder estatal se encuentra
cuestionado por el conjunto de problemas que sobrepasan las fronteras nacionales. De tal modo
que si bien existe una correlación positiva entre un cambio en el sistema de estratificación que se
refleja en las características y funciones del poder, la revolución de la “tercera ola” produce la
aparición de nuevos “recursos libres flotantes” que, la sobrepasar las fronteras nacionales, modifica
el sistema de estratificación actual y, por lo tanto, modificaciones en la estructura y funciones del
poder.

* El poder político actual: “El poder político actual, por consiguiente, es todavía y
predominantemente estatal. En transición, no obstante, debido al desbordamiento de los marcos
nacionales por la mayor parte de los procesos socioculturales y políticos emergentes. Esta nueva
situación provoca la aparición de nuevos problemas y demandas que ya no pueden ser resueltos
en el marco del Estado.” (L. Bouza-Brey: 1996; pp. 56)

4.1 Análisis del poder político: El análisis del poder político, para la politología, se centra en el
análisis del poder estatal. Este análisis consiste en: a) definir las funciones o modos de actividad del
poder político; b) tipificar y clasificar las actividades del poder político; c) identificar las funciones y
estructuras especializadas y; d) identificar las funciones universales que hacen posible: d.1) el análisis
comparativo de diversos sistemas políticos y; d.2) la evolución de la funcionalidad y
disfuncionalidad de las estructuras del poder político. Sin embargo, queda todavía por precisar si la
función es relativa a determinadas estructuras situadas al interior de un sistema político
determinado.

4.2. Funciones del poder político: Para la politología las funciones del poder político son
fundamentalmente dos. En primer lugar tiene como función la actividad de dirección suprema de la
sociedad la cual consiste en: 1) la orientación política como aquello que se concreta en la definición de la
situación, el planteamiento de los objetivos y la determinación táctica y estratégica del cuerpo social;
2) la defensa del interior y el exterior del Estado y; 3) la normación como instauración de las normas
generales y superiores de la sociedad. Y en segundo lugar, tiene como función la actividad de
ordenación en integración de la sociedad, actividad que se desarrolla de acuerdo con distintos ámbitos: a) la
actividad administrativa que consiste en ejecutar las normas y decisiones generales, garantizar los
servicios públicos a la población y la extracción de recursos materiales y humanos para el
funcionamiento del poder público; b) la actividad judicial como adjudicación del derecho preferente a
los intereses colectivos en los casos concretos y; c) la actividad política-partidista como aquello que
ejercen los distintos grupos sociales al determinar sus proyectos, estrategias y tácticas en función de
la competencia por los cargos públicos y por la sucesión del poder político. En consecuencia, las
actividades de dirección, ordenación e integración política de la sociedad o proceso de gobierno,
compartida por una pluralidad de instituciones y estructuras de poder.

* El poder político: “(…) la política es la actividad de dirección, ordenación e integración de las


situaciones sociales, actividad sin la cual las situaciones no existen. El poder político, por
consiguiente realiza estas funciones para la sociedad, y cuando no las realiza, o la sociedad
desaparece o el poder político se derrumba, o el poder político es sustituido por otro para evitar la
descomposición social” (L. Bouza-Brey: 1996; pp. 57)

* Actividad de gobierno: “La realización de esta actividad de gobierno por parte del poder político
es una respuesta a proyectos, problemas y demandas sociales y la adopción de decisiones y
ejecución de acciones en que consiste esta acción de gobierno produce unos resultados en la
sociedad que redundan en un cambio de la situación social y en una transformación de los
proyectos, problemas y demandas iniciales.” (L. Bouza-Brey: 1996; pp. 59)

* Actividad política: “(…) la actividad política de una sociedad puede considerarse como un flujo
constante y cambiante de información y coerción entre diversas unidades estructurales
interdependientes, que mantienen unas relaciones relativamente estables entre sí. Esta
interdependencia permanente entre unidades relativamente estables da lugar a un sistema, es decir,
una realidad nueva con sus propias pautas de comportamiento y variación.” (L. Bouza-Brey: 1996;
pp. 59)

Cuadro Nº 1
Proceso de gobierno de la sociedad.

Dirección suprema Ordenación e integración.

Orientación política Actividad administrativa


Defensa interior y exterior Actividad judicial
Normación Actividad política-
partidista

5. Teoría general de los sistemas. La concepción del fenómeno político para la politología nace en
Norteamérica después de la Segunda Guerra Mundial y a partir de la “teoría de los sistemas
generales” desarrollada por Bertalanffy. En esta teoría, el sistema constituye un concepto que
describe la unidad interactiva de distintos elementos que, a su vez, interactúan con el ambiente. En
este conjunto de interacciones tanto los elementos que configuran el interior del sistema como el
ambiente que conforma su exterior se encuentran determinados recíprocamente.

5.2. Modelos analíticos de los sistemas en la evolución de las ciencias sociales.

A. Modelo estructural-funcional. Este modelo posee una connotación a la vez


biológica, antropológica y sociológica según la cual el “sistema social” es un “sistema
abierto” y en interacción con el ambiente y conformado por múltiples subsistemas cuya
estabilidad define una estructura. Cada subsistema posee una función que asegura la
“continuidad estructural” y la “supervivencia del sistema”. El énfasis principal de este
enfoque es el equilibrio del sistema a partir de “mecanismos homeostáticos” dejando de
lado los “mecanismos heterostáticos” que producen su transformación. (Véase Merton y
Almond).

B. Modelo cibernético. Este modelo análogo a los “servomecanismos”, concibe el


sistema social en su estructura y funcionamiento como poseedor de una intención
conservada por los mecanismo de retroalimentación o feed back aunque sin descartar la
“reestructuración total del sistema” por su capacidad de aprendizaje. De acuerdo con ello,
el sistema político constituye: a) una serie de interacciones cuyo grado de autoridad define
aquello que es valioso para la sociedad; b) un medio para la resolución de diferencias; c)
una serie de interacciones que permiten el procesamiento de las demandas y su
transformación en productos y; d) un medio para orientar las energías y recursos de la
sociedad conforme a unos objetivos determinados. El sistema político funciona como
proceso de conversión en demandas y apoyos en decisiones y acciones, proceso que hace
posible un “gobierno intencional y coherente” tomando en cuenta sus mecanismos de
retroalimentación. Así pueden tenerse en cuenta cuatro especies diferentes de cambio
político: 1) cambio de estado o de sistema o cambio en sus variables esenciales sin
modificaciones en su pauta de funcionamiento; 2) cambio de régimen o tipo de sistema donde se
producen alteraciones fundamentales en los valores, objetivos y estructuras de autoridad
del sistema; 3) cambio de la comunidad política o multiplicación de las comunidades a partir de
procesos secesionistas y; 4) destrucción o fallo en la persistencia del sistema donde el sistema
político termina bloqueado, incapaz de producir decisiones colectivamente vinculantes.

* Teoría de los sistemas: “(…) la teoría de los sistemas sigue vigente en la actualidad, e incluso
podríamos decir que como paradigma, dado que desde mediados de los años sesenta, en que se
elaboraron los grandes modelos teóricos de la ciencia política actual, ésta ha seguido su curso
mediante teorías de rango medio, como la referente a las políticas públicas o a las de „elección
racional‟ y análisis concretos de diversos países o aspectos, pero siempre en el marco de la teoría
general de los sistemas.” (L. Bouza-Brey: 1996; pp. 63)

* El sistema: “El concepto de sistema es el de un conjunto cohesivo e interdependiente de


elementos que interactúan entre sí y con el ambiente, pero que no puede ser descrito ni entendido
como la mera suma de sus partes. Estas, en efecto, actúan de modo distinto que si estuvieran
aisladas, ya que su comportamiento depende de las demás y de la lógica global del conjunto del
sistema.” (L. Bouza-Brey: 1996; pp. 59)

Cuadro Nº 2
Modelo del sistema político de Easton.

5.3. El problema de los límites. Para la politología el primer problema planteado por la noción
de “sistema político” señala la determinación e indeterminación de sus límites. A propósito existen dos
posiciones. En primer lugar, una posición restrictiva en la que los elementos del sistema político son
únicamente las instituciones estatales y las autoridades que las integran. En este sentido, los asuntos
políticos son aquellos tratados mediante acciones y decisiones institucionales de carácter directivo,
normativo y administrativo. Y en segundo lugar, una posición extensiva en la que se identifica como
político todo el ámbito de la sociedad aunque especificando su objeto en el conflicto o la coerción.
Por supuesto, cada uno de ellos plantea sus propios problemas. La posición restrictiva tiene un
inconveniente teórico y práctico: restringe el ámbito político obstaculizando la percepción de
dimensiones esenciales para su comprensión. Por su parte, la posición extensiva, la identificar lo
político con el conflicto y la coerción, pierde de vista las situaciones de cooperación y conciliación
que también lo caracterizan. Sin embargo, frente a estas posiciones se puede proponer un enfoque
aproximativo de acuerdo con el cual se realizaría una aproximación teorética que trascienda los límites
institucionales señalando la coextensividad de aquello que interviene en las acciones y decisiones
colectivas de gobierno: dirección, ordenación e integración de la vida social.

5.4. Unidades constitutivas del sistema político. Para la politología las unidades constitutivas del
sistema político son fundamentalmente tres: 1) la sociedad; 2) la élite política y; 3) el gobierno. En esta
perspectiva se advierte que la numeración indica una secuencia descendente de abstracción y
generalidad.

A. La sociedad. La sociedad constituye el agrupamiento más amplio sobre cuya base


territorial se ejerce el poder político. Este agrupamiento está compuesto por elementos
tanto estructurales como culturales que operan como variables del modelo. Los “elementos
estructurales” pueden ser interpretados como aquellas agrupaciones según su mayor o
menor grado de organización y acción colectiva los cuales operan como marco estructural
básico de identificación, posicionamiento y acción de los individuos. Por su parte, los
“elementos culturales” pueden ser interpretados como el conjunto de valores, ideologías,
creencias e intereses que motivan el comportamiento de los grupos y los individuos.

B. La élite política. La élite política es considerada como aquel grupo reducido de


individuos que acceden al gobierno. Ellos ejercen una función mediadora entre el gobierno
y la sociedad traduciendo los deseos y aspiraciones sociales en demandas y proyectos, pero
también ejecutando las decisiones de gobierno a través de acciones de dirección,
ordenación e integración social. De acuerdo con ello, sus componentes se estratifican
según el quantum de poder e influencia con el que cuentan y su estructura varía según el tipo
de sistema al que se encuentra acoplada según la fase de desarrollo en la que se encuentra
posicionada. Sumado a estas consideraciones, en politología se hace preciso considerar la
posible presencia de una contraélite –a la vez interior y exterior al sistema que determinan la
estabilidad e inestabilidad del sistema político. Como especificación de su acción política, la
élite política actúa en el marco de diversas estructuras jerarquizadas según su mayor o
menos proximidad al gobierno:

a) Estructuras primarias: A través de ellas se efectúan las actividades de adopción y


ejecución de decisiones de gobierno constituyendo así los instrumentos oficiales de
dirección, ordenación en integración (legislaturas, administraciones y judicaturas).

b) Estructuras secundarias: Están constituidas por todos aquellos grupos que conforman
la opinión pública (movimientos, partidos políticos, grupos religiosos, etnias, medios de
comunicación, centros de investigación).

c) Estructuras terciarias: Están constituidas por los diversos grupos de presión e interés
(sindicatos, organizaciones, grupos empresariales, organizaciones profesionales y
culturales).

La élite política es la unidad mínima del sistema político constituida por aquel conjunto de
personas que asumen la responsabilidad ejecutiva última con respecto a la dirección y el
control de la sociedad. En este sentido, constituye la unidad estratégica del sistema político
en tanto se encuentra determinada por la complejidad de las relaciones entre la élite política
y la sociedad.

a) Frente a la sociedad: En relación a la sociedad el gobierno asume “valores y


objetivos centrales” según el sistema político o tipo de sistema político al que pertenece: a)
el sistema comunista: asume como objetivo central la “revolución social” como
transformación radical igualitaria de la sociedad; b) en el sistema autoritario conservador el
objetivo central es la “salvación nacional” a través del mantenimiento de la unidad y el
orden de la sociedad y; c) en el sistema democrático el objetivo central es la “realización de la
voluntad popular” cuya determinación absoluta queda salvaguardad por la apertura del
sistema.

b) Frente a la élite política. El gobierno posee dos “estructuras de relación” frente a


la élite política a) una estructura de adopción de decisiones que opera de acuerdo con las lógicas
de centralización/descentralización y personalización/institucionalización y; b) una
estructura de influencia y control en donde se estratifica la élite política según su mayor o menor
capacidad.

* Sobre la teoría de la política: “(…) es preciso buscar un punto de aproximación teorético que
trascienda los límites institucionales de definición de lo político haciendo coextensivo el sistema
político con el conjunto de la sociedad, pero incluyendo en él solamente algunos aspectos de la
misma: aquellos problemas, demandas, expresiones de descontento o violencia, o apoyos, que
requieren decisiones o acciones colectivas de gobierno. Es decir, que exigen acciones de
dirección, ordenación e integración de la vida social.” (L. Bouza-Brey: 1996; pp. 54)

Cuadro Nº 3
Un modelo de sistema político.

6. El proceso político: La politología concibe dos puntos de vista. Desde el punto de vista
“estático”, el sistema político posee una estructura determinada de acuerdo con la articulación
específica entre la sociedad, la élite política y el gobierno. Esta articulación se deriva de los criterios
de legitimidad que otorgan la cultura política y la ideología del sistema. Y desde el punto de vista
“dinámico”, el sistema político constituye un flujo constante de interacciones entre sus unidades
componentes, esto es, un proceso político de ordenamiento y desarrollo de acuerdo con los
objetivos centrales del sistema. En consecuencia, en los mecanismos de feed back o
retroalimentación la relación entre información y coerción depende siempre del tipo del sistema y,
por lo tanto, de la articulación entre sus unidades componentes. Así, la secuencia del proceso político
en su funcionamiento normal de los sistemas es la siguiente: 1) expresión de los inputs; 2)
formulación de opciones por parte de la élite política; 3) adopción de decisiones por parte de las
instituciones; 4) realización de acciones por parte de la élite política y de la administración pública; 5)
producción de resultados en la vida social y; 6) producción de efectos sobre el estado del sistema
mediante mecanismos de feed back o retroalimentación. (Ver: tipos de autoridad jerárquica y
participativa). Dentro de este proceso resulta fundamental la función de las estructuras de relación
entre el gobierno y la élite política, a saber: las estructuras de influencia y control que caracteriza la acción
de la élite política sobre el gobierno y; b) las estructuras de adopción de decisiones donde el gobierno
responde –como consecuencia de la estructura anterior- de cara a la sociedad. En cuanto a los
elementos culturales del proceso político, los cuales constituyen fundamentalmente un conjunto de valores o
principios de legitimación, de carácter sacro o secular, pueden ser considerados según dos tipos: 1) los
valores o principios “últimos o finales” (trascendencia) y; 2) los valores “inmediatos e
instrumentales” (inmanencia). Por supuesto, la proyección de estos valores o principios dependerá
de las relaciones estructurales entre los elementos del poder político.

6.1. Problemas de clasificación: sistemas de autoridad jerárquica.

A) Autoritarismo. La categoría de autoritarismo posee una amplitud excesiva que, a la


diversidad de los sistemas políticos, termina sobredeterminada por la continua variación de
aquello que debe conceptualizar. Estos sistemas llamados autoritarios, de autoridad
jerárquica, de pluralismo limitado, de superficialidad ideológica y escasa movilización
funcionan a partir de principios de legitimación lo suficientemente diversos como para
sobredeterminar su concepto. Sin embargo, es posible distinguir dos tipos subtipos de sistemas
autoritarios, a saber: 1) el sistema autoritario-conservador orientado por el valor o principios de la
salvación nacional y; 2) el sistema autoritario-populista orientado hacia la modernización.

B) Totalitarismo. ¿La categoría de totalitarismo es utilizable como término de


clasificación? Ella podría abarcar sistemas con amplias divergencias en cuanto a su
estructura y funcionamiento. Y si bien los referentes empíricos del totalitarismo como
sistema –nazi, fascista o comunista- ya han desaparecido, en los sistemas teocráticos o
fundamentalista se puede encontrar un posible objeto de análisis aunque con muchos
elementos distintos o ajenos al totalitarismo.

C) Límites entre autoritarismo y totalitarismo. No existe una clara línea de


demarcación entre el autoritarismo y totalitarismo pues ambos términos pueden ser
considerados como sinónimos de un mismo fenómeno o como manifestación incompleta
de su homólogo.

6.2. Valores o principios de legitimación. Para la politología la clasificación de los sistemas políticos
se encuentra determinada por los valores o principios de legitimación que orientan su comportamiento.
Estos valores o principios de legitimación pueden ser de tres tipos: 1) valores últimos o de carácter sacro
que constituyen una “religión política” en la que tiene lugar una sacralización de la colectividad de
acuerdo con la cual esta última determina cualquier valor y disciplina a los individuos en función de
sus prerrogativas. Para ello restringe la libre conciencia y el libre flujo de información pues no tolera
contaminación alguna; 2) valores últimos de carácter secular que surgen como la suma de todos los
intereses de la sociedad –tanto a nivel individual como colectivo- y que expresan las formas de su
racionalidad. La orientación y el comportamiento que los valores seculares generan en el sistema
político se encuentran ligados íntimamente al escepticismo y al pragmatismo como actitudes
sociales y; 3) valores o principios de legitimación instrumentales que determinan el horizonte de sentido que
legitima la autoridad del sistema así como la articulación estructural del poder político.
* Flujo de interacciones: “Este flujo de interacción entre las unidades del sistema es un flujo de
información y coerción en el que cada secuencia influye en la siguiente por medio de los
mecanismo de feed back o retroalimentación. Por lo general, en el proceso político existe una
relación inversa entre información y coerción, de manera que los gobiernos recurren a la coerción
cuando no puede atender a aquella información incongruente con los objetivos centrales del
sistema. La coerción anula las fuentes de información, por lo que puede dar lugar a
incertidumbre, deslegitimación del sistema o aparición de descontento y violencia política contra
la élite, el gobierno o el sistema.” (L. Bouza-Brey: 1996; pp. 67-68)

* Sistemas democráticos: “Si bien es cierto que se produce acuerdo con respecto a los rasgos de los
sistemas democráticos, existe multitud de clasificaciones y entrecruzamientos por lo que se refiere
a los diversos tipos de sistemas basados en formas de autoridad jerárquica.” (L. Bouza-Brey: 1996;
pp. 70)

* Valores últimos: “Los valores últimos orientan la dirección de la vida social hacia el beneficio de
la colectividad, tal y como es definido desde el sistema político por el grupo dirigente. El conjunto
de la vida social debe someterse a la disciplina deriva de la realización de dicho beneficio
colectivo.” (L. Bouza-Brey: 1996; pp. 72)

* Autoridad jerárquica: “(…) la élite es cooptada y escasamente plural, tiende a ser relativamente
monolítica y las relaciones de control se producen de arriba abajo. La estructura de adopción de
decisiones de gobierno suele ser centralizada y el poder está centrado en un solo órgano que actúa
con tal autoridad para adoptar las decisiones más importantes.” (L. Bouza-Brey: 1996; pp. 69)

* Autoridad participativa: “(…) la élite es plural, surge autónomamente de los grupos sociales y se
estratifica en diversos grados de influencia según el poder social de los grupos que representa.
Existe un control de la élite política sobre el gobierno, que se ejerce desde las estructuras
primarias (parlamentos y tribunales principalmente), la estructura de adopción de decisiones no
necesariamente es centralizada, y siempre se encuentra dividida, requiriéndose la participación de
varios órganos para adoptar las decisiones más importantes.” (L. Bouza-Brey: 1996; pp. 69)

Cuadro Nº 5
Tipos de sistemas.

Sacros Seculares

Jerárquica Totalitario Autoritario


Comunista Conservador
Tipo de autoridad Nacionalista Populista
Fundamentalista

Participativa Comunitario Democrático

Cuadro Nº 6
Pauta de funcionamiento de los sistemas.
Tipo de objetivo central.

Sacros Seculares

Coercitivo Totalitario Autoritario


Movilización y Mantenimiento
Modo de confrontación del control y
funcionamiento exclusión.
Consensual Comunitario Democrático
Conservación de Mantenimiento
las creencias y de la accesibilidad
cooperación. del poder y
conciliación.

6.3. Clasificación de los sistemas políticos. En la politología la clasificación de los sistemas políticos
puede hacerse tanto desde una perspectiva “empírico-deductiva” como desde una perspectiva
“ideal-deductiva”. En este sentido, una primera y más general clasificación puede ser la siguiente: 1)
Democrático; 2) Autocrático; 2.1) Totalitario; 2.1.1) Comunista; 2.1.2) Nacionalista; 2.1.3)
Fundamentalista; 2.2.) Autoritario; 2.2.1) Conservador; 2.2.2) Populista y; 3) Monarquías
tradicionales.

A. Sistema político autoritario. Se caracteriza por la existencia de valores


trascendentales de naturaleza sagrada que instauran un tipo de actividad jerárquica que
subsume bajo su orden tanto lo individual como lo colectivo. El instrumento principal de
este sistema es el “partido único” como aparato de poder que se abroga el derecho
exclusivo de orientar la sociedad de acuerdo con sus postulados ideológicos: en los
sistemas políticos autoritarios el gobierno del partido asume una estrategia de movilización
y confrontación ante la sociedad para imponer la unanimidad de su conciencia ideológica y
así asegurar la pureza de su orden.
B. Sistema político fundamentalista. Representa la “acción integrista y religiosa del
siglo XX frente a la modernización y civilización industrial y postindustrial”. Este sistema
político toma la religión tradicional como baluarte frente al individualismo y el
materialismo. Funciona a partir de un orden jerárquico apoyado sobre la estructura
organizativa de la comunidad religiosa como estructura antagónica al proceso al proceso de
penetración exógena de la modernización y la industrialización.

C. Sistema político totalitario. Se limita al control del poder sin pretender dominar
todas las formas de la vida social. En tanto sistema de autoridad jerárquica y como régimen
personalista, la estructura del partido único está poco organizada como estructura básica de
poder. Esta estructura básica se concreta en un partido único, una junta militar, un líder
carismático o la combinación de tales elementos. Y si bien la ideología que legitima el
sistema totalitario es el “nacionalismo”, este puede ser “conservador” o “populista” y lo
que es común a estas dos formas de totalitarismo es el mecanismo de “exclusión”
coercitiva de todo proyecto político incompatible con la “salvación nacional” o el
“desarrollo”. El control de la vida política constituye una pauta de funcionamiento hasta el
punto de capturar o reprimir las movilizaciones sociales.

D. Sistema democrático. Se caracteriza por ser un sistema de autoridad participativa


orientada por un único valor que consiste en la “realización de la voluntad popular” sea
cual sea esta. Constituido por un poder reversible y limitado, sujeto a la voluntad de la
mayoría, este sistema se articula a partir de fórmulas pluralistas y consensuales capaces de
integrar los desacuerdos. La pauta de funcionamiento en los sistemas democráticos gira en
torno a la “conciliación” de las discrepancias por medio de un “mínimo común
denominador estructural”: normas constitucionales que garantizan la alternancia del poder
político.

E. Sistema comunitario. Se caracteriza por la existencia de valores sacros y por la


instauración de una autoridad participativa, tal y como se piensan los sistemas
“teocráticos”. Aunque este sistema no ha existido aún, este constituye una “idea-fuerza”
que ha inspirado distintas experiencias a lo largo de la historia política de la humanidad.
Este sistema de estructura social igualitaria y consenso unánime con respecto a los valores
colectivos, prescinde de cualquier poder coercitivo para su gobierno pues en él no existe el
antagonismo: teoría política del pensamiento utópico.

* Pautas de funcionamiento: “Desde el punto de vista teorético, el definir pautas características de


funcionamiento de cada tipo de sistema puede resultar de enorme utilidad para vislumbrar los
umbrales del cambio político y sus propensiones, o para atisbar cuando se produce lo que algunos
autores llaman deslizamientos, o situaciones de transición, que significan un cambio no formal del
sistema. Situaciones en las cuales el sistema funciona como si fuera otro, lo cual hace emerger
contradicciones: que fuerzan el cambio formal de tipo o la desintegración.” (L. Bouza-Brey: 1996;
pp. 76)

7. Los sistemas y el cambio político. La politología se inscribe en el proceso de


modernización, un proceso que ha transformado la totalidad de la vida humana. De acuerdo con
ello, el proceso político se ve enfrentado a la decisión de aceptar o rechazar como horizonte de
sentido el proceso de modernización y, de este modo, transformar o concretar su propio orden.

A. La modernización y el cambio político. En principio, la “modernización se


caracteriza por la transformación de todas las estructuras sociales, económicas y políticas”.
El correlato cultural e ideológico de este proceso se basa en la “secularización” de los
valores que orientan el comportamiento de los agentes sociales. Pero desde el punto de
vista específicamente político, la “modernización” produce cambios muy concretos en la
estructura del sistema político: a) aparición de nuevos poderes, grupos, ideales y problemas
(cambios en la sociedad); b) aparición de nuevos equilibrios de poder e influencia (cambios en la
élite política); c) aparición de nuevas demandas, niveles de apoyo, violencia y coerción
(cambios en el gobierno). Todos estos cambios –al ser derivados del proceso de
“modernización” como proceso universal- produce efectos problemáticas en las relaciones
que vinculan a la pluralidad de los sistemas políticos existentes.

8. Categorías del cambio político. La diversidad de las categorías que expresan el cambio
político pueden clasificarse de acuerdo a su “grado de visibilidad”:

A. Cambio de Estado del sistema. Alteración de las unidades del sistema o las
variables del proceso sin modificación de la estructura, la pauta de funcionamiento o el tipo
de sistema. AL no poder sobrepasar el “umbral crítico”, los cambios se reducen a: a)
grupos, ideologías o problemas (cambios en la sociedad); b) composición o estratificación
(cambios en la élite política) y; c) composición, orientación o políticas (cambios en el gobierno);
Adicionalmente, se producen cambios en el proceso, a saber: cantidad, intensidad o
contenido de las demandas; b) difusión y especificidad de los apoyos; c) descontento; d)
violencia y; e) coerción. Sólo si el “umbral crítico” es sobrepasado se producen cambios
que aumentan las contradicciones o incoherencias en el funcionamiento del sistema
político.

B. Cambio estructural del sistema político. Alteración parcial en las estructuras


significativas del sistema político: 1) estructura de adopción de decisiones; 2) estructura de
influencia y control. A su vez, los cambios en las estructuras producen cambios en: a) el
grado de centralización y descentralización del poder; b) el grado de concentración e
institucionalización del poder; c) modificación de la representatividad y; d) modificación en
la autonomía o composición de las estructuras primarias.

C. Cambio en la pauta de funcionamiento. Alteración permanente en el


funcionamiento del proceso político a partir de una modificación en los valores
predominantes y en el nivel de coerción. Estas modificaciones producen, a su vez,
modificaciones en las relaciones gobierno-sociedad en torno a la movilización, la exclusión
o la conciliación. Pero tales modificaciones también pueden expresar el cumplimiento
acabado en la evolución de un sistema: a) instauración; b) consolidación; c) adaptación y; d)
derrumbe.

D. Cambio de tipo de sistema político. Alteración en el estado, estructura y


funcionamiento del sistema. Los cambios de sistema fluctúan entre: a) sistemas
democráticos; b) sistemas autoritarios y; c) sistemas totalitarios. Pero también es cambios
fluctúan entre los “subtipos” de cada uno de los “tipos” de sistemas. Sin embargo, cada
tipo de sistema posee vulnerabilidades específicas: a) los sistemas democráticos son
propensos a un pluralismo incoherente y desorganizado que obstaculiza la orientación del
sistema conduciéndolo al estancamiento, la ineficiencia y el desorden: escenario de los
autoritarismos instaurados a partir de golpes de Estado; b) los sistemas autoritarios son
vulnerables ante la sucesión debido a la concentración personal del poder, pero también
entra en crisis cuando supera los niveles tolerables de coerción haciéndose incapaz de
mantener el orden; c) los sistemas totalitarios son vulnerables por causa de sus propio
proceso de constitución, en la medida en que se desarrollan en contradicción con los
fundamentos ideológicos de su legitimidad. Estas vulnerabilidades son indicativas de sus
“propensiones al cambio” mediante distintas formas: a) la reforma como procedimiento
gubernamental cuyo proceso gradual puede ser tanto moderado como radical; b) la
revolución como transformación radical del sistema llevada a cabo por una contraélite y a
partir de una violenta movilización de masas y; c) el golpe de estado como cambio violento del
sistema liderado por una fracción de la élite política en contra de otra.

E. Desintegración o absorción del sistema político. De produce cuando aumenta


o disminuye el número total de los sistemas políticos existentes. En este sentido, un sistema
se descompone en dos o más sistemas o es absorbido por otro. Las causas de esta
desintegración pueden ser: a) aparición de movimientos secesionistas triunfantes; b)
situación de guerra civil y; c) guerra de conquista.

* Holismo: “El hombre necesita del conocimiento de toda la realidad para poder seguir siendo lo
que es, pues si no es capaz de seguir un rumbo correcto en medio del vendaval del cambio,
acabará por despeñarse en el abismo del finis terrae.” (L. Bouza-Brey: 1996; pp. 77)

* La teoría: “(…) la construcción de una teoría del cambio político sería la culminación de las
ciencias sociales, pues es en este terreno, precisamente, donde se pone en juego la posibilidad de
la existencia de una verdadera ciencia social, como conjunto teórico capaz de predecir y orientar
la práctica política y la historia de la humanidad.” (L. Bouza-Brey: 1996; pp. 82)

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