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Memorias cotidianas

Paula Durán Malagón


Índice

1) Memoria de testigos………………………………………. 3
2) Falsos recuerdos……………………………………………… 7
3) Memoria autobiográfica………………………………….11

Paula Durán Malagón


Memoria de testigos

La incapacidad del ser humano para percibir los sutiles cambios en el entorno pone en
tela de juicio su capacidad a la hora de recordar un hecho relevante para el inequívoco
funcionamiento de un juicio.

Además, la fragilidad de la memoria, hace que una ligera interferencia, cambie por
completo su recuerdo.

Esta interferencia puede ser de dos tipos;

-proactiva: la información previa al acontecimiento interfiere sobre lo recordado sobre


este.

-retroactiva: lo que sucede tras el acontecimiento, va a afectar al recuerdo de este.


Este tipo de interferencia puede producirse por el mero hecho de formular una
pregunta de forma engañosa, que derivaría en una confusión en el recuerdo del
individuo.

Reconocimiento de rostros

Hay una serie de factores que juegan un importante papel en el momento de


reconocer un rostro.

Antes de nada, debemos añadir que los seres humanos, tenemos una escasa capacidad
cuando tenemos que recordar caras, no solo por la cuestión de la infinidad de detalles
que varían de una persona a otra pero que, en conjunto, nos resultan casi
imperceptibles, sino también, la presencia o no de un objeto distractor.

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Dentro de esta categorización debemos tener en cuenta una serie de puntos:

1) La presencia de un arma, lo cual provocaría una focalización en esta,


“bloqueando” los detalles del rostro del agresor. Aunque esta información
queda algo nublada cuando en lugar de ser un experimento en laboratorio,
resulta ser una experiencia real.
2) Transferencia inconsciente, este sesgo, nos presenta cómo la mera
presentación previa de un rostro, independientemente de si es o no el del
agresor, provocará en los individuos, un reconocimiento equívoco de esta en
una rueda de reconocimiento. Esto se debe a que, por lo general, los seres
humanos tendemos a asociar el recuerdo de objetos, pero sobre todo rostros, a
la situación en la que fueron vistos; por lo que resulta normal ese grado de
confusión en el reconocimiento.
3) El efecto de otra raza; cuando nos encontramos frente a un rostro
perteneciente a nuestra propia raza, tendemos a apreciar más las diferencias,
podemos diferenciarlo sin grandes dificultades de otra persona similar a ella,
incluso, muchas veces, somos capaces de averiguar la nacionalidad o zona a la
que pertenece.
Sin embargo, cuando nos referimos a otra raza, esta tarea se convierte en una
cuestión más ardua. Pensemos por un segundo en lo difícil que nos resulta
diferenciar a dos chinos, en concreto siempre solemos acompañar a este
fracaso de diferenciación con la coletilla “esto es imposible, todos los chinos
son iguales”.
Irónicamente, ellos tienen el mismo problema con los europeos.

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Rueda de reconocimiento
Una vez presentados los tipos de errores que podríamos cometer a la hora de
recordar un rostro, hablemos de la mejor estrategia para llevar a cabo una
rueda de reconocimiento.

En este caso la mejor opción para la mejor realización de esta sería


comunicándole al testigo que el sospechoso puede no estar entre los sujetos
presentados en la rueda. Esto favorecerá a una mayor fijación en los detalles
del rostro por parte del testigo. Además, evitaremos que los sujetos caigan en
el sesgo de buscar un culpable solo por la mera creencia de que debe haber
uno.
Por otro lado, hay dos tipos de ruedas de reconocimiento:
- Secuenciales: el testigo solo ve a un sujeto de cada vez
- Simultáneas: se presentan a todos los sujetos a la vez para que el testigo
identifique al sospechoso.
Según se ha podido comprobar, la primera estrategia resulta mucho más
efectiva a la hora de seleccionar al sujeto correcto.

Tipos de entrevista

Al igual que en las ruedas de reconocimiento, hay una serie de estrategias que
permitirán que el testigo recuerde una mayor cantidad de información con respecto a
lo sucedido.
Aquí nos encontramos con dos tipos de entrevista;
- Tradicional: el individuo debe contar todo lo que recuerde sobre lo
acontecido. Cuanto más tiempo pase desde el suceso hasta la toma de
declaraciones, más probabilidades habrá de que lo contado presente
distorsiones con respecto a la realidad.
- Cognitiva: mediante la petición de contar lo sucedido desde distintas
perspectivas, secuencias temporales, incluso rememorando aspectos
cualitativos muy concretos de la situación.

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Sin lugar a duda, esta última es la que presenta una muy clara ventaja con
respecto a la anterior, debido a que el individuo recordará de una forma
más clara lo sucedido cometiendo la menor cantidad de errores.

Laboratorio vs realidad

Hemos podido comprobar una serie de diferencias entre ambos tipos de experiencias,
ya que, a fin de cuentas, no es lo mismo observar una situación delictiva en un
contexto de laboratorio que en uno real.
La primera diferencia observable, sería el grado de estrés presentado por los testigos,
los cuales, en una situación suelen ser las víctimas.
En una situación real, el estrés presentado es realmente alto, cosa que no pasaría en
una situación de laboratorio, ya que, al ser una situación falsa, los testigos se
encuentran ligeramente calmados.
Y la segunda sería el tiempo de observación del asaltante, y que mientras en una
situación de laboratorio, este es escaso, en una situación real, la media de tiempo se
establecería en los siete minutos aproximadamente. Tiempo de sobra para que los
testigos recuerden con un mayor grado de nitidez las características del asaltante.
Sin embargo, también podemos apreciar, cómo a la hora de realizarse un juicio real, el
testimonio del testigo no será tomado de una forma tan verídica como lo sería en una
situación de laboratorio debido a que los jueces, tienden a poner en duda con mayor
asiduidad los testimonios allegados por los testigos; debido a que ya cuentan con la
fragilidad que presenta nuestra memoria.

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Falsos recuerdos

Los falsos recuerdos o también conocido como falsas memorias, son aquellos
recuerdos de los que estamos completamente convencidos de su veracidad, aunque
en realidad estos nunca nos hayan ocurrido.
Gracias a esto, podemos afirmar que los recuerdos, se producen mediante un proceso
constructivo y no literal, como se pensaba.
Este tipo de recuerdos, presentan una gran relevancia en la memoria de testigos, ya
que la implantación de un falso recuerdo puede ser fatal a la hora de dictar una
sentencia. Estos falsos recuerdos, pueden deberse a un cierto grado de sugestión,
intencional como no intencional, por parte del entorno (familiar, lejano…) del testigo,
así como por las interferencias citadas en el anterior apartado.
Una de las mayores representantes en el estudio de este tipo de recuerdos sería
Elisabeth Loftus.
Por lo general, sus experimentos constaban de dos partes;
En la primera se les presentaba a los sujetos del experimento una serie de imágenes o
vídeos.
Y en la segunda se hacían una serie de preguntas sobre lo observado en la primera
fase. Sin embargo, algunas de estas preguntas eran sobre acontecimientos que nunca
habían tenido lugar pero que sin embargo los sujetos no dudaban en afirmar como
verídicos.
Loftus por lo tanto concluyó que la información transmitida por el experimentador, en
parte substituía al recuerdo que el sujeto tenía sobre lo visto en la primera fase, lo que
lo llevaba a crear en su mente ese nuevo recuerdo y por consiguiente a afirmar sin
temor la veracidad de este.

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Retrocediendo unos cuantos años, nos encontramos con Bartlett y su libro
Remembering, gracias al cual podíamos comprobar la fragilidad de la memoria humana
En concreto y dicho en palabras del propio Bartlett, cito “el observador rellena sus
lagunas perceptivas con la ayuda de lo que ha experimentado anteriormente en
situaciones semejantes o describiendo aquello que considera que encaja o es
pertinente para dicha situación”
En estas situaciones en las que debe rellenar esa información, normalmente el
recuerdo presentará un sesgo de tipo cultural.
Además, si recordamos lo dicho anteriormente, el recuerdo es una construcción y no
una mera reproducción de la realidad, por lo que lo que se recuerda, estará sesgado
por nuestro conocimiento sobre el mundo, por lo que esta información será
almacenada de forma distorsionada con respecto a la realidad.

Aplicación cotidiana

Según se ha podido comprobar, cuantas más veces tenemos que verbalizar un


recuerdo, cuanto mayor sea la cantidad de reconstrucción a realizar para poder
exteriorizar un recuerdo, mayor distorsión observaremos que este presenta.
Además, propuesto por Marcia, nos encontramos con un mecanismo denominado
“control de la realidad” el cual utilizaremos para discernir entre una situación real y
una imaginada.
Este control es necesario por el simple hecho de la procedencia de los recuerdos.
Encontramos dos tipos:
- Fuente interna: el mundo imaginado, aquellos recuerdos que parten de
nuestra imaginación
- Fuente externa: Los recuerdos “reales”, o aquellos que parten de la
percepción.

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Sin embargo, a veces este proceso falla, tanto sea por una mera atribución
de la fuente como por un daño cerebral. De todas formas, en ambas
situaciones se daría un proceso conocido como fabulación

Implantación de memorias falsas de recuerdos complejos

Hasta ahora hemos observado la implantación de estos falsos recuerdos


ante eventos simples, pero ¿qué pasa cuando la complejidad de estos
sucesos aumenta?
En este caso debemos tener en cuanta una serie de factores:
- El primero sería la implantación de recuerdos autobiográficos falsos.
Ante todo, la característica más importante que estos deben presentar es
que sean plausibles ya que si un recuerdo resulta poco creíble, su
implantación será verdaderamente compleja.
Loftus y Pickrell demostraron esto mediante la implantación del recuerdo
de haberse perdido de pequeños en un centro comercial a un grupo de
jóvenes. A estos individuos posteriormente se le presentaban cuatro
historias, tres que de verdad les habían sucedido de pequeñas y otra que
sería nuestro falso recuerdo. Asombrosamente, el 25% de los participantes,
afirmó que el recuerdo implantado era verídico.

- El segundo caso sería el uso de la imaginación.


Esto se debe a que cuando un evento es fácilmente imaginado o
visualizado, resultará mucho más sencillo si posteriormente decidimos
implantarlo. Esta facilitación de la implantación irá acompañada de una
mayor confianza en la veracidad del evento.
Volviendo a los trabajos de Loftus, encontramos un fenómeno denominado
“inflación de la imaginación”, el cual nos informa de que la mera
imaginación de un acontecimiento hipotético acaecido durante la infancia
facilitaba la creencia de la veracidad de este.
Este segundo caso se ve reforzado si contamos con una claridad y
familiaridad con respecto a los eventos que queremos implantar.

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- Y por último nos encontramos con las diferencias individuales que
presentan los sujetos y cómo estas afectarán a la implantación de los falsos
recuerdos.
Principalmente apelaremos a diferencias tanto cognitivas como de
personalidad, las cuales influirán sobre la susceptibilidad del individuo en lo
referente a la implantación de falsos recuerdos.
Además de esto, se encontró que, por lo general, existe una mayor
probabilidad de que se produzca una adquisición de un falso recuerdo si
este forma parte de la infancia del individuo

En conclusión, los recuerdos son distorsionados por el conocimiento previo


de la persona sobre el mundo que lo rodea, así como por sus aspiraciones
personales e interferencias externas. Todo ello conforma la construcción de
nuestros recuerdos y, por consiguiente, su fácil modificación con respecto a
la realidad.

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Memoria autobiográfica

La memoria autobiográfica, es aquella que nos permite un correcto conocimiento


sobre nosotros mismos, nuestra experiencia vital y nuestro entorno social.
Todo lo nombrado, esta experiencia directa con diferentes situaciones nos
proporcionará unas pautas para llevar a cabo una correcta resolución de conflictos en
el futuro.

Dificultades y soluciones

Debida a la riqueza estimular que nos rodea, así como a la ingente cantidad de
acontecimientos que nos suceden a lo largo del día, resulta muy complejo evocar un
recuerdo puntual. Por lo que si este quiere ser recordado podemos llevar a cabo dos
tipos de estrategias que nos facilitarán esta tarea:

- La primera sería la escritura de un diario. Gracias a este, podremos recordar


los eventos más relevantes del día y aunque resulte en un esfuerzo extra, el
mero hecho de tener que evocar el recuerdo para posteriormente
escribirlo, fortalecerá su prevalencia dificultando su olvido.

- Y el segundo sería un recuerdo mediante claves. En este segundo caso, se


busca un aserie de elementos que asociaremos con aquello que queremos
recordar. De esta forma, cuando se nos presente la clave, nos resultará
mucho más sencillo traer a nuestra mente ese recuerdo que si este proceso
no estuviese facilitado por la presentación de esta clave.

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Recuerdo vivencial

Como podemos observar en esta gráfica, conforme pasan los años se produce un
fenómeno conocido como” Reminiscence Bump”. Este pico alcanza su máximo cerca
de la veintena, aunque podemos observar un aumento del número de recuerdos
desde la preadolescencia hasta el comienzo de la edad adulta (treintena)
Esta curva se produce debido a que en esta época se produce una gran carga de
recuerdos relevantes para nuestro autoconocimiento, ya que tanto nuestras vivencias
infantiles como las previas a la entrada a la edad adulta, son las que dictaminarás
quiénes somos y cómo hemos llegado a donde estamos. Incluso podrían llegar a
indicar a dónde vamos, hacia dónde se dirige nuestra vida.

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Emociones y recuerdo

Según se ha ido descubriendo a lo largo de los años, el recuerdo de un acontecimiento


se verá influenciado por las emociones sentidas durante este.
Primero de todo, habría que resaltar el papel de los sentimientos positivos, alegres, en
lo referente al recuerdo. Con esto quiero decir, que será más sencillo recordar un
acontecimiento si este fue codificado y posteriormente almacenado, unido a una
emoción positiva.

Sin embargo, se da un fenómeno interesante; donde ante una situación impactante,


dando igual la valencia emocional, recordaremos mejor la situación. Esto se conoce
como recuerdos de destellos. Estos recuerdos se caracterizan por tener una gran
viveza y claridad. Así como una gran riqueza en cuestión a detalles.
Un ejemplo de este tipo de recuerdo sería el momento en el que te enteraste de lo
acaecido en Las Torres Gemelas. El impacto producido por la brutalidad de la noticia
nos permitirá que lo recordemos mas y mejor que cualquier otro evento (menos
relevante) que nos hubiese ocurrido ese mismo día.

Además de este tipo de recuerdos, puede darse, sobre todo en el caso de haber estado
involucrado en el impactante acontecimiento, el Trastorno por estrés postraumático.
Donde, aunque presenta una gran cantidad de similitudes con respecto al recuerdo
destello, en este caso los afectados, además de, como dije antes, ser normalmente las
víctimas, por lo que la carga emocional aquí será mucho más elevada. También
presentan una serie de flashback recurrentes que los transportarán al acontecimiento
traumático acompañado de las emociones experimentadas en este.

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Estos dos tipos de memoria no presentan una limitación exacta sobre si son un tipo
especial de memoria autobiográfica o si simplemente son un caso más dentro de la
categorización regular.

Por otro lado, tenemos un trastorno conocido como amnesia psicógena. Este tipo de
amnesia se produce ante la vivencia de situaciones con una elevada carga negativa, la
cual producirá una serie de consecuencias con respecto a la memoria autobiográfica.
Estás consecuencias serían:

- Problemas en la recuperación del recuerdo producidas por un bloqueo de


ciertos elementos componentes de la memoria autobiográfica
(normalmente relacionados con el acontecimiento traumático)
- Esta amnesia, terminaría produciendo, ara compensar esos espacios en
blanco de nuestra mente, una serie de fabulaciones que podrían terminar,
en casos más extremos, en delirios.

Memoria autobiográfica y falsos recuerdos

Como pasaba en la memoria de testigos y partiendo de que todas ellas se encuentran


interrelacionadas, la memoria autobiográfica puede verse influenciada por los falsos
recuerdos. Como vimos mediante los experimentos de Loftus, implantación de un
recuerdo de la infancia falso a un grupo de jóvenes, la mente humana presenta una
elevada fragilidad dando igual si el recuerdo que tienen que evocar es de un suceso
que vieron que le acontecía a un tercero, como si era el resultado de una situación
experimentada en su propia piel.

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Además de estos experimentos, se encontró, sobre todo en los EE. UU., una epidemia
de personas que proclamaban haber sufrido una serie de abusos sexuales durante la
infancia. Hecho que posteriormente se descubrió era falso, y que simplemente lo que
había acontecido era que, mediante una serie de entrevistas con su terapeuta, este de
forma no intencional, le había implantado ese recuerdo.

Memoria autobiográfica y su distribución topográfica

Dependiendo del recuerdo que estemos evocando (visual, auditivo, semántico…), se


activará una zona del cerebro.
- La Región frontal izquierda se activará ante una tarea de recuperación
semántica.
- La amígdala se activará ante una tarea autobiográfica. Esto es debido a la
participación de las emociones en los procesos de memoria.
- El hipocampo lo hará frente a la memoria episódica.
- Y por último el giro frontal izquierdo.
Sin embargo, en posteriores estudios con resonancia magnética funcional, se
descubrió que ante una tarea de recuperación de recuerdos autobiográficos, podíamos
apreciar una mayor activamos en las regiones ocupadas por el hipocampo así como las
cortezas parietal y prefrontal.

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