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OTRO PORNO ES POSIBLE:

Feminismo y postpornografía

Felipe Rivas San Martín

Resumen: El presente texto hace un recorrido en torno a las diferentes valoraciones


críticas de la pornografía poniendo énfasis en la crítica feminista producida en EEUU en la
década de los 80. A partir de esa crítica feminista al porno y sus respectivas polémicas
teóricas dentro del feminismo norteamericano (la disputa Mackinnon v/s Butler), se
evalúan las nuevas prácticas y discursos que –teniendo en cuenta la crítica feminista al
porno tradicional-, intentan producir novedosas estrategias de resignificación y
deconstrucción de la imagen sexual heteronormada, dando origen a la llamada
“postpornografía” o “pornografía queer”, tanto en sus versiones europeas y
norteamericanas, como latinoamericanas.

Palabras claves: Pornografía – feminismo - teoría queer – pospornografía - resignificación.

Abstract: This text makes a travel around the various critical considerations of
pornography with an emphasis on feminist criticism produced in the U.S. in the 80's. From
the feminist critique of porn and their theoretical controversies within the north american
feminism (the dispute Mackinnon v / s Butler), this text evaluates the new practices and
discourses –that taking into account the traditional feminist critique of porn-, try to
produce novel redefinition of strategies and deconstruction of heteronormative sexual
image, giving rise to the "postpornography" or "queer pornography" in both European and
American versions, such as Latin America.

Keywords: Pornography – feminism - queer theory – postpornography - resignification.

1. Introducción1

La valoración de la representación sexual implicada en la imagen pornográfica2, estuvo


hegemonizada –hasta la década de los 80- por apenas dos dominios de interpretación, que
monopolizaron las líneas de sentido a través de las cuales era posible una toma de posición

1
Una versión anterior y más reducida de este texto fue presentada en el Foro "Pospornografía y Teoría
Queer", organizado por el MUMS (Movimiento Unificado de Minorías Sexuales) el 23 de Septiembre de
2005. Y más tarde, en la mesa “Teoría Queer” de las Primeras Jornadas Estudiantiles de Teoría de Género
organizadas por el colectivo “Queeremos” en el Aula Magna de la Escuela de Derecho de la Universidad de
Chile, en Santiago de Chile el 17 de noviembre de 2010.
2
Entendemos por “imagen pornográfica” toda aquella visualidad presentada sobre cualquier soporte o medio
(gráfico, audiovisual, etc.), que explicite la representación del acto sexual y que tenga como fin la excitación
sexual, pudiendo presentar o no fines comerciales.

1
coherente con respecto a la producción pornográfica. En primer lugar, el dominio de las
políticas culturales que oponía antagonistamente moral conservadora versus libertad de
expresión, y que tuvo una materialización legal en cuanto a las urgentes restricciones
(censura) o necesarias aperturas a la producción y circulación de esas imágenes sexuales. En
segundo lugar, el dominio de un cierto pensamiento teórico europeo que –vinculado a la
reflexión estética y literaria- exploró la representación pornográfica de acuerdo a sus
relaciones con el erotismo, la seducción de la mirada, los encuadres y des-encuadres de lo
obsceno, la representación de lo real (o exceso de lo real)3.

A estos dos dominios hegemónicos, se sumará en los 70 y 80 un nuevo paradigma


interpretativo que se relacionará de un modo ambivalente con los anteriores. Se trata del
paradigma inaugurado por la reflexión feminista del porno.

2. Feminismo y Pornografía

El 9 de abril de 2005, murió en Washington (EEUU) la escritora y activista feminista


Andrea Dworkin, quien durante toda su vida luchó contra lo que ella –y un sector del
movimiento feminista norteamericano- comprendió como la explotación del cuerpo de las
mujeres a través de la producción pornográfica.

Su cruzada contra la pornografía hizo historia, pues significó el traslado de una discusión
que había estado tradicionalmente posicionada entre opiniones "conservadoras" o
"liberales" que apuntaban, por ende, ya sea a reafirmar el predominio de una moral
tradicionalista de los valores culturales o a defender derechos civiles de la modernidad, tales
como la libertad de expresión. El giro que impuso la mirada feminista crítica, implicó
evaluar de ahora en adelante la pornografía de acuerdo a sus consecuencias en la política
del género. La pornografía, dirá Dworkin, es "un campo de entretenimiento que no está
libre de víctimas"4. Según ella:

"La pornografía nació en los años 60, paradójicamente como un producto de la


contracultura, como un vehículo de liberación que iba en contra de la ley y los

3Con autores como Georges Bataille y Jean Baudrillard.


4RIVERA, Amalia. Andrea Dworkin y la Guerra contra la Pornografía. <En línea>. Noviembre de 2009.
Disponible en World Wide Web: <http://www.egeneros.org.mx/admin/archivos/andrea_dworkin.pdf>

2
adultos represivos, pero hoy es una industria rentable, misógina y orientada a la
producción y la exportación (…) En la pornografía las mujeres son penetradas por
perros, caballos, anguilas, objetos fálicos con púas, cuchillos, pistolas y vidrios, y la
piel de las mujeres negras es concebida como un genital femenino más, que puede
herirse. El mensaje central es que no importa lo que hagan a una mujer y de cuántas
maneras la lastimen, a ella le va a gustar. No existe atrocidad histórica, como los
campos de concentración, Vietnam o el esclavismo, que no haya sido usada por
esos padrotes para crear sus guiones de violación, mutilación y humillación, como si
las víctimas sintieran placer sexual (…)”5

En el mismo lugar, para Katharine MacKinnon la sexualidad en sí correspondería a un


constructo social de poder masculino, definido por los hombres, impuesto a las mujeres y
constituyente del "significado del género". "El dominio erotizado, -señala Mackinnon-
define los imperativos de su masculinidad; la sumisión erotizada define su feminidad. Ser
objeto de uso sexual es parte esencial del contenido del sexo para las mujeres"6. En este
sentido, la pornografía sería "una práctica que expresa y actualiza el poder distintivo de los
hombres sobre las mujeres en la sociedad; el hecho de que efectivamente son permitidas, lo
confirma y lo amplía"7. En la misma línea se situarían feministas como la británica Sheila
Jeffreys, con gran influencia en el activismo político lesbiano y radical de América Latina
gracias a la traducción y circulación de su libro “La Herejía Lesbiana” 8.

Desde este punto de vista, parece ser que el significado de la pornografía para el feminismo
es claro y este significado corresponde literalmente a la función que ha tenido la
producción pornográfica en las sociedades capitalistas y heteronormales9 contemporáneas,

5 Ibíd.
6 MACKINNON, Catharine: "Sexualidad". <En línea>. Traducción al castellano del Centro de Derechos
Humanos de la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile. [Citado 5 agosto 2005] Disponible en World
Wide Web: http://www.cdh.uchile.cl/Libros/18ensayos/MacKinnon_Sexualidad.pdf
7 Ibíd.
8 Sheila Jeffreys se ha convertido en uno de los pilares del feminismo lésbico radical. Su obra principal

denominada "la herejía lesbiana: una perspectiva feminista de la revolución sexual lesbiana" (ed. Cátedra,
1996) contiene sus principales postulados. Sobre el tema de la pornografía y sadomasoquismo, ver el
apéndice: "Sadomasoquismo: el culto erótico al fascismo". Sobre sus consideraciones con respecto a las
teóricas posfeministas, revisar los capítulos 5 (retorno al género: el postmodernismo y la teoría lesbiana y gay"
y el capítulo 7 (una mala copia del varón: cultura lesbiana y gay) del mismo texto.
9 El concepto de heteronormatividad consiste en entender la heterosexualidad ya no como una sexualidad

particular u orientación sexual específica, sino como un régimen de poder que produce y normaliza los
cuerpos. Para una visión más acabada de este concepto se puede revisar: WITTIG, Monique. El Pensamiento
heterosexual y otros ensayos. Madrid, España, Ed. Egalés, 2006.; BERLANT, Lauren y WARNER, Michael. Sexo

3
a sus usos y sus efectos. De ahí el afán de cierto feminismo -denominado “pro-censura”10-
que en la Norteamérica de los años 80 llegara a utilizar tácticas legales y políticas con el fin
de obtener la prohibición de la producción pornográfica, aún cuando eso significara
articular problemáticas alianzas con sectores de la derecha conservadora reaganista11.

Pero, ¿Pueden existir nuevos y distintos usos de la pornografía que alteren su significado
actual? ¿Es esencial de la puesta en escena pornográfica la heteronormalización de los
cuerpos y sus sexualidades? ¿Puede hablarse de pornografía o incluso hacerse pornografía
sin la presencia de órganos sexuales? ¿Puede haber pornografía sin pene… o sin vagina? ¿o
sería posible hacerlos presente pero de una manera distinta, descontextualizada? ¿Puede
llegar a existir –como postulan teóricos como Beatriz Preciado- un “reagenciamiento” de
los que “hasta ahora han sido los objetos de la representación pornográfica (mujeres,
actores y actrices porno...), para llegar a convertirse en los sujetos-agentes de la
representación”?12 En definitiva, ¿Puede haber puestas en escena del sexo (pornográficas)
que sirvan para subvertir el propio orden heteronormal que las prácticas significantes de la
pornografía tradicional y capitalista reafirman constantemente?

Como indica Preciado, “La pornografía, lejos de ser una práctica de representación
marginal, aparece como una de las industrias centrales en la biopolítica global de
producción y normalización del cuerpo”13. En este sentido, existe una relación estructural
entre la pornografía y otros discursos –científicos- como la medicina, a la hora de
naturalizar el sexo, los órganos sexuales, sus funciones y usos, la jararquización del cuerpo
sexual y el placer. La pornografía, en sentido foucaultiano, sería una rama más de la scientia
sexualis14, emparentada con la medicina y la siquiatría a la hora de establecer una "verdad del

en público. En: MÉRIDA, Rafael (Ed.). Sexualidades Transgresoras: una antología de estudios queer. Barcelona,
España, Ed. Icaria, 2002. pp. 229-257.; RIVAS, Felipe. "¿Eres heterosexual? No. Yo soy normal", en: Revista
Torcida, nº1. Santiago, Chile: Ediciones CUDS, septiembre de 2005.
10 Me refiero a grupos como el WAP (Women Against Pornography) fundado a fines de los 70 en la ciudad

de New York.
11 Como denuncia Raquel Osborne, “las feministas antipornografía se aliaron con fuerzas conservadoras a fin

de que sus propuestas legislativas lograran ser aprobadas por las instituciones municipales donde eran
presentadas”, en: OSBORNE, Raquel. La construcción sexual de la realidad. Madrid, España, Ed Cátedra, 1993. p.
19.
12 PRECIADO, Beatriz. Presentación de la “Maratón Posporno”, <En línea>. Barcelona, Junio de 2003.

[Citado 5 agosto 2005] Disponible en World Wide Web: http://www.hartza.com/posporno.htm


13 Ibíd.
14 Sobre la noción de "scientia sexualis", ver el capítulo del mismo nombre en: FOUCAULT, Michel. Historia

de la Sexualidad, vol. 1: La voluntad de saber. Madrid, España, Ed. Siglo XXI, 1997. También en: SPARGO,
Spargo. Foucault y la teoría queer. Barcelona, España, Ed. Gedisa, 2004. pp. 23 a 25.

4
sexo" que en su régimen de máxima visibilidad (el zoom de la cámara en el acto sexual),
constituye una suerte de obsesión por lo real (que aparentemente describe pero que en
realidad produce).15

Fundamental para una comprensión de los modos en que la representación pornográfica


produce los cuerpos sexuados que pretende describir o mostrar, es la noción de
performatividad de Judith Butler16. La producción de la sexualidad se entiende en términos
ya no de fabricación, sino de "hacer visible, hacer aparecer y comparecer"17, o en el sentido
de Butler, de la "materialización"18 de los cuerpos sexuados a través de los efectos
productivos del poder.

A propósito de la performatividad, Butler señala:

"la performatividad no es pues un 'acto' singular, porque siempre es la reiteración


de una norma o un conjunto de normas y, en la medida en que adquiera la
condición de acto en el presente, oculta o disimula las convenciones de las que es
una repetición. Además, este acto no es primariamente teatral; en realidad, su
aparente teatralidad se produce en la medida en que permanezca disimulada su
historicidad (e inversamente, su teatralidad adquiere cierto carácter inevitable por la
imposibilidad de revelar plenamente su historicidad) "19.

La relectura que hace Derrida de la teoría de los actos de habla performativos de Austin20,

15 Este punto relativo a una aparente “obsesión por lo real” que lejos de ser descriptiva es más bien
“productiva”, marca una distancia con respecto a la lectura europea del porno que insistían en una crítica al
porno en tanto “exceso de lo real”, al develar a la imagen pornográfica ya no como una reproducción literal
del sexo, sino como el efecto de una serie de procesos artificiosos de producción de lo real-sexual.
16 Para entender la noción de performatividad como estrategias subversivas de Judith Butler en particular y de

la teoría queer en general: BUTLER, Judith. El género en Disputa: el feminismo y la subversión de la identidad. Ciudad
de México, México, Ed. Paidós, 2001. En especial el capítulo: inscripciones corporales, subversiones
preformativas. También ver en BUTLER, Judith. Cuerpos que importan: sobre los límites materiales y discursivos del
“sexo”. Buenos Aires, Argentina, Ed. Paidós, 2002, el capítulo: "acerca del término queer". Y SPARGO,
Tamsin: op. cit. (n. 14), en el capítulo: "los saberes queer/las performances queer".
17 GIMÉNEZ, Fabián: "Pornografía hipertélica: cuerpo y obscenidad en el arte contemporáneo". <En

línea>. [Citado 10 agosto 2005] Disponible en World Wide Web:


http://www.henciclopedia.org.uy/autores/FGimenez/pornografia.htm
18 BUTLER Judith, Cuerpos que...(n.16), pp. 21 a 33.
19 Ibíd. pp.33 a 39.
20 DERRIDA, Jacques: "Firma, acontecimiento, contexto" en Márgenes de la filosofía, Madrid, Cátedra, 1998,

pp. 347-372.

5
le sirve a Butler para explicar la fuerza performativa de ciertas citas a la hora de producir la
realidad.

Aplicando estos principios a la pornografía, es posible pensar que la escena pornográfica


constituye una apelación a la cita del orden heterosexual y que su poder productivo
descansa en la historicidad de la representación. Desde este lugar, Butler21 revisa las
maneras en las que feministas pro-censura como Mackinnon, utilizan en la práctica las
nociones de performatividad del discurso, para demostrar de qué modo la pornografía,
efectivamente hace, lo que ellas dicen que hace.

La lectura que hace Butler de Mackinnon, se centra en el análisis de esta última, del famoso
caso Anita Hill versus Clarence Thomas. Según Mackinnon, el acto de enunciación de la
abogada Anita Hill testimoniando su experiencia como víctima de acoso sexual por parte
del candidato a la Suprema Corte, Clarence Thomas, fue tomado por la audiencia del
Senado, en sí misma como una escena pornográfica. En tanto Hill pronuncia el discurso
sexualizado (cuenta el detalle del acto de acoso sexual), se ve sexualizada por él y esa misma
sexualización coarta su esfuerzo por representar el abuso como tal. Luego Mackinnon
sentenciará que dentro de la pornografía, no puede haber oposición a la sexualización. En
un contexto pornográfico ese "no", se presume siempre como un "si".

Los objetivos de Butler al exponer la crítica de Mackinnon, tienen como base -por una
parte- el problematizar la idea que ubica a la pornografía como un discurso que "silencia el
habla", y por otra, revisar la posibilidad crítica de invertir la amenaza a la soberanía personal
que se cumpliría en la representación pornográfica (en este caso la soberanía personal del
sujeto mujer).

Esto tiene una enorme importancia para los debates sobre el concepto de sujeto soberano y de
la agencia política, puesto que las formas de dominación y las tácticas de resistencia a esas
dominaciones no son naturales, esenciales ni estables y más bien se actualizan y
reacomodan de acuerdo a prácticas determinadas y sus respectivos contextos. Así, con
Butler, la trascendencia y utilidad política y crítica de la teoría de la performatividad del

21 BUTLER, Judith. Soberanía y actos de habla performativos. <En línea>. [Citado 10 agosto 2005]

Disponible en World Wide Web: http://www.accpar.org/numero4/butler.htm

6
sexo/género22, está en las posibilidades subversivas de la reapropiación de los códigos
tradicionales, de la manera en la que por ejemplo, los homosexuales, las mujeres o los
indígenas se apropian de palabras insultantes (maricón, puta, cholo)23 para resignificarlas
performativamente. Es decir, se sitúan en el lugar de otredad que les asignaba el discurso
injurioso dominante, en el lugar de lo perverso, de lo anormal, para quitarles el término de
la boca de quienes lo enunciaban y posicionarse en una lucha ya no por la integración al
orden de lo normal institucional, sino de crítica a los sistemas culturales de raza, sexo y
economía.

3. Prácticas postporno: más allá del porno


"La pornografía ya no es lo que era".
Fabián Gimenez Gatto

De la misma manera, el carácter performativo de la pornografía, está siendo resignificado


por los propios abyectos y marginados del orden sexual, a través de distintas puestas en
escena artísticas y políticas “contra-sexuales”.

La contra-sexualidad, concepto acuñado por Beatriz Preciado, se erige como un "análisis


crítico de la diferencia de género y de sexo, producto del contrato social heterocentrado,
cuyas performatividades normativas han sido inscritas en los cuerpos como verdades
biológicas" y tiene como objetivo "el fin de la Naturaleza como orden que legitima la
sujeción de unos cuerpos a otros".24

El concepto de contra-sexualidad, proviene en parte de Foucault, quien postulaba que la


relación primordial que se establecía en las sociedades contemporáneas entre poder y
sexualidad, no era la de la represión (hipótesis represiva)25, sino la de la producción y la
normalización. Por lo tanto, la estrategia más eficaz de resistencia a la "producción
disciplinaria de la sexualidad en nuestras sociedades liberales no es la lucha contra la

22 RUBIN, Gayle: Tráfico de mujeres. México: Nueva Antropología. <En línea>. [Citado 10 julio 2005]

Disponible en World Wide Web:


http://www.juridicas.unam.mx/publica/librev/rev/nuant/cont/30/cnt/cnt7.pdf
23 La traducción del término "queer" es problemática. Desde un punto de vista puede asimilarse a lo "raro", ya

que no asigna una particularidad identitaria como "marión o tortillera", pero "raro", carece del carácter
homofóbico de las otras dos palabras, carácter que sí está presente en el inglés "queer".
24 PRECIADO, Beatriz. Manifiesto Contrasexual. Barcelona, España, Ed. Ópera Prima, 2002. pp. 18 a 21.
25 FOUCAULT, Michel, op. cit. (n. 14), especialmente en el capítulo: "la hipótesis represiva".

7
prohibición (como la propuesta por los movimientos de liberación sexual… ), sino la
contra-productividad, es decir, la producción de formas de placer-saber alternativas a la
sexualidad moderna." (Preciado)

De esta forma, aunque con objetivos distintos a los míos, Fabián Giménez Gatto rastrea
ciertas formas y prácticas cercanas a la pornografía que emergen al interior del discurso
artístico contemporáneo, presentes en una serie de obras que "prefiguran un nuevo
entramado, un nuevo texto pornogramático, tejido ya no únicamente en el Universo letrado
de la literatura erótica, sino en el universo post-letrado de la fotografía erótica y el body
art.".26 A través de este mapeo, Giménez Gatto configura su noción de pornografía hipertélica
para referirse a estas nuevas prácticas artísticas. El concepto de "hipertélico", robado de la
biología, señala el desarrollo de un órgano que “ha rebasado el grado de función normal”,
acercándose hasta cierto punto a lo que el fotógrafo holandés Wink van Kempen, la actriz
porno Annie Sprinkle y posteriormente otras teóricas posfeministas y queers denominarán
"pospornografía".

En su texto "Obscenidad a la mexicana: los juegos transestéticos de Rocío Boliver (I)"27,


Giménez reproduce una de las performances de la artista en el Museo José Luis Cuevas, en
celebración del decimoquinto aniversario de la revista "Generación".

"Antes de dar inicio a la lectura de 'Más vale plátano en mano que siento bonito’,
(Boliver) procedió a desnudarse de la cintura para abajo, sentarse sobre la mesa e
introducir un plátano tabasco, enfundado en un condón, en su vagina. Luego de
leer el relato erótico, cuya trama gira en torno a un plátano, una masturbación y el
destino gastronómico del comestible dildo improvisado, la congelada (nombre que
recibe Boliver por otra de sus performances) retiró el plátano de su vagina, lo
despojó de su condón y de su cáscara, le dio una mordida e invitó al público a
probarlo."

En esta performance pospornográfica, el dildo-plátano funciona como una prótesis

26GIMÉNEZ, Fabián: op. cit. (n.17)


27GIMÉNEZ, Fabián: Obscenidad a la mexicana: los juegos transestéticos de Rocío Boliver (II). <En línea>.
[Citado 10 agosto 2005] Disponible en World Wide Web:
http://www.henciclopedia.org.uy/autores/FGimenez/Obscenidad2.htm

8
orgánica contra-sexual. La supuesta naturaleza del pene como antecedente del dildo, es
sustituida irónicamente por otro tipo de naturaleza: la de un plátano. Esto es importante en
cuanto a las prácticas contrasexuales, porque como aseguraría provocadoramente Beatriz
Preciado, "el pene no antecede al dildo sino al revés: es el dildo el que antecede al pene... el
dildo es la verdad del pene"28. Así, la performance de Bolíver hace posible una pornografía
sin pene o, mejor dicho, una puesta en escena del sexo que desnaturaliza el cuerpo y la
sexualidad, es decir, una puesta en escena pospornográfica.

En el mismo sentido, tenemos las performances de Annie Sprinkle29. Al final del primer
acto del show Post-Porn-Modernist, Sprinkle se introduce un espéculo en su vagina e invita
al público a pasar al escenario y contemplar de cerca su cuello uterino. Sprinkle al explicar
el sentido de su performance declarará: "Quería decirle a algunos tipos, Hey, ¿ustedes
quieren ver coños? Les voy a enseñar más coño del que quisieran ver en su vida".

La acción de Sprinkle al mismo tiempo desestabiliza y revela las proximidades entre el


discurso pornográfico y el discurso médico. A pesar de usar los instrumentos de la
medicina (el espéculo) e imitar el acto de inspección anatómica en la visita al ginecólogo, se
aleja de ese discurso en la descontextualización del acto. De la misma manera, el "enseñar
más coño del que los hombres quisieran ver en sus vidas", dinamita los objetivos de la
pornografía, jugando con el límite paródico del sexo y el deseo, cuando ya no hay espacio
ni para la imaginación ni para el deseo, sino que el acto se vuelve una acción política. Como
plantea Preciado, los espacios preformativo y biopolítico, "son espacios posibles de
intervención, de resistencia y de acción tanto teórica como política en torno a la
representación del género y de la sexualidad".30

En el caso de España, en Madrid y particularmente en Barcelona, han surgido una serie de


colectivos y experiencias de enorme productividad política de la mano de una reflexión
teórica sobre los modos subversivos de representación del sexo. Tal es el caso de colectivos
como Post-Op31, el espacio de ciberfeminismo GENERATECH32 y de artistas visuales

28 PRECIADO, Beatriz, Manifiesto Contra... (n.24), capítulo: la lógica del dildo o las tijeras de Derrida. pp. 57 a
70.
29 GIMÉNEZ, Fabián: Obscenidad a la... (n. 27).
30 PRECIADO, Beatriz. Presentación de la... (n. 12).
31
www.postop.es

9
postporno como Diana Torres, conocida como “Diana Pornoterrorista”33 que vinculan el
discurso político con nuevas prácticas estéticas de desenfado sexual.

En Latinoamérica, los espacios de producción más intensos para el experimentalismo de las


nuevas formas de representación sexual son Argentina34 y Chile. En el plano local chileno,
las estrategias postporno han emergido al alero de la denominada “Disidencia Sexual”. La
“Disidencia Sexual” corresponde al nombre bajo el que se articulan una serie de prácticas
políticas, estéticas y críticas recientes y de gran intensidad, que han generado un quiebre
con respecto a las formas tradicionales de la política homosexual chilena35. Está
conformada por una serie de colectivos, espacios artísticos y expresiones críticas como son:
el colectivo EXPASIVA: red de pensamiento desviado, la CUDS (Coordinadora
Universitaria por la Disidencia Sexual), el colectivo Garçons, la revista Planeta Z de
Concepción, el colectivo SubPorno, la semana de la Disidencia Sexual de Valparaíso, las
performancistas “Hija de Perra, Perdida e Irina la Loca”, el sitio web Mundo Paralelo TV,
el programa radial Gatas en Fuga, sumado a algunos grupos en Temuco y Concepción.

Dentro de las características de la Disidencia Sexual chilena post-transicional, se encuentran


principalmente la búsqueda de nuevas líneas de sentido que ampliarán creativamente los
diagramas estrechos de lo que se entendió como “política sexual” en Chile y que tenían al
Estado y su institucionalidad formal, como el único espacio de intervención estratégica.
Frente a esa “homosexualidad de Estado”36 que en la postdictadura jugó con poco éxito
dentro de los parámetros lógicos de la “demanda minoritaria”37, se erigirán una serie de
prácticas artísticas, políticas y críticas (la Disidencia Sexual), provocando una politización

32
www.generatech.org es el sitio web donde se puede encontrar información de las múltiples actividades
vinculadas al activismo queer, los agenciamientos que promueven las herramientas digitales y softwares libres,
el postporno y ciberfeminismo. GENERATECH realizó en Chile –en conjunto con la CUDS- una muestra
de video postporno llamada “Muestra Marrana: Cortos Marranos, porno no convencional”, el 9 de marzo de
2009, en el espacio “El Sofá” en Santiago de Chile, en el que se mostraron materiales audiovisuales europeos
y chilenos.
33 Diana Pornoterrorista es una de las figuras centrales del postporno barcelonés, proponiendo una estética

radical y anarcoqueer. www.pornoterrorismo.com


34 Me refiero a las acciones de la poeta y performer postporno, Leonor Silvestri, en el colectivo Ludditas

Sexuales.
35 Tradición que estaba conformada por las organizaciones de derechos homosexuales surgidas en los 90.
36 El concepto de “Homosexualidad de Estado” es el que define de mejor forma la política sexual tradicional

de los movimientos homosexuales, tanto por el carácter identitario sexual , como por la confianza en el
Estado como único referente de la intervención política. La Disidencia Sexual se opondrá tenazmente a la
homosexualidad de estado, planteando una política postidentitaria y postestatal.
37 Lo que se evidencia en la inexistencia en materia de avances legales y de derechos sexuales en los gobiernos

de la Concertación.

10
de la sexualidad en formas no previstas por el modelo anterior, abriendo un margen de
productividad crítico inusitado.

La localización del postporno en Chile, no sólo ha superado el prejuicio feminista con los
lenguajes de lo obsceno y productivizado el cruce entre poder y sexualidad. Al mismo
tiempo se ha propuesto tematizar deconstructivamente diferentes y problemáticos nodos
de la cultura sexual hegemónica local. Acciones como el taller de “postpornografía y
violencia reciente en Chile” de CUDS, que propuso vínculos entre la violencia sexual en
dictadura y el sadomasoquismo, operativizó ese nudo problemático. Al mismo tiempo, el
afiche que promovía el “Seminario Sodomía + 10” organizado también por CUDS, con la
imagen escandalosa del primer plano de una penetración anal homosexual, equiparaba el
escándalo pornográfico con el escándalo que significa la despenalización de la sodomía hace
tan sólo 10 años en Chile.

En una línea cercana –aunque diferenciada- la propuesta fotográfica de la revista virtual


Garçons38, indaga sutilmente en las construcciones de la masculinidad abyecta en las zonas
limítrofes de la intimidad, la pornografía y la precariedad visual.

De la misma manera, el grupo que conforman las performancistas “Hija de Perra”,


“Perdida” e “Irina la Loca”, proponen una estética trans y postporno que productiviza el
valor de lo grotesco, el gore y el absurdo. Sus producciones, que son transmitidas en el
proyecto de televisión por internet “Mundo Paralelo TV”, presentan una radicalidad
estética de enorme valor crítico que excede y supera los formatos –a estas alturas
conservadores- del tradicional show transformista.

En este punto habrá que estar de acuerdo en que ciertas producciones (puestas en escena
del sexo que hacen confluir política y estética) ya no pueden ser consideradas en los
términos que el feminismo pro-censura pensó unidireccionalmente la pornografía
tradicional y heteronormada, como formas de dominación masculina y producción de
excitación para los hombres, desde los códigos masculinos, y de la cosificación del cuerpo
de la mujer.

38
www.garcons.cl

11
Así, la pospornografía vendría –Según Preciado- a devolver la “’agencia’ visual y
discursiva”, devolver el poder de “auto representación” crítico a los objetos del discurso de
la pornografía tradicional. Los excluidos y marginados de la normalidad sexual y cuyos
cuerpos han sido explotados por la representación pornográfica, aparecen ahora como los
“agentes de su propia representación”39, cuestionando así los códigos (estéticos, políticos,
narrativos…) de visibilidad de sus cuerpos y prácticas sexuales, la estabilidad de las formas
de hacer sexo y las relaciones de género que éstas proponen.

Como afirmaron en la Maratón Posporno realizada en Barcelona unos años atrás, "esta
perspectiva crítica abre una brecha en la historia de la representación de la sexualidad,
convirtiendo la pornografía en un género histórico preciso que quizás hoy estemos, por
primera vez, en situación de analizar críticamente, y quién sabe si de dejar atrás".40

Bibliografía:

BERLANT, Lauren y WARNER, Michael. Sexo en público. En: MÉRIDA, Rafael (Ed.).
Sexualidades Transgresoras: una antología de estudios queer. Barcelona, España, Ed. Icaria, 2002.
pp. 229-257.

BUTLER, Judith. El género en Disputa: el feminismo y la subversión de la identidad. Ciudad de


México, México, Ed. Paidós, 2001.

BUTLER, Judith. Cuerpos que importan: sobre los límites materiales y discursivos del “sexo”. Buenos
Aires, Argentina, Ed. Paidós, 2002.

BUTLER, Judith. Soberanía y actos de habla performativos. <En línea>. [Citado 10 agosto
2005] Disponible en World Wide Web: http://www.accpar.org/numero4/butler.htm

39 PRECIADO, Beatriz. Presentación de la... (n. 12).


40 Ibíd..

12
DERRIDA, Jacques. Márgenes de la filosofía. Madrid, España, Ed. Cátedra, 1998.

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