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Expediente:

Secretario:
Escrito: Uno
Cuaderno: Principal
Sumilla: Interponemos demanda de hábeas
corpus preventivo e innovativo

SEÑOR JUEZ DEL JUZGADO PENAL DE TURNO DE LA CORTE SUPERIOR


DE JUSTICIA DE LIMA:

Los ciudadanos Juan Carlos Ruiz Molleda,


Luis Álvaro Másquez Salvador, José Rami-
ro Llatas Pérez, Clotilde Flórez Vásquez y
Paúl José Casafranca Boub, identificados,
respectivamente, con los DNI N° 07749253,
72398517, 25852416, 45774161 y 23839206,
todos con domicilio real en la avenida Felipe
Pardo y Aliaga N° 272, distrito de San Isidro y
ciudad de Lima, con domicilio procesal en la
Casilla de Notificaciones N° 917 del Ilustre
Colegio de Abogados de Lima, y con
domicilio procesal electrónico en la Casilla de
Notificaciones Electrónica N° 43220 del Poder
Judicial del Perú, ante usted se presentan con
respeto y dicen:

Que, con arreglo a lo dispuesto por nuestra


legislación, interponemos demanda de hábeas corpus preventivo e innovativo a
favor de la ciudadana canadiense Jennifer Moore, identificada con pasaporte N°
GA027693. En tal sentido, dirigimos la presente demanda contra el Ministerio del
Interior, la Policía Nacional del Perú, el Departamento de Seguridad del Estado de
Cusco de la Policía Nacional del Perú y la Jefatura Zonal de Cusco de la
Superintendencia Nacional de Migraciones, por existir amenaza cierta e inminente de
detención arbitraria e ilegal contra Moore cuando, el 8 de agosto de 2017, ingrese por
vía aérea al país, en razón de su condición de coordinadora del programa con América
Latina de MiningWatch Canadá y defensora de los derechos humanos. Esta situación
ocurrió ya, entre los días 21 y 22 de abril de 2017, cuando se encontraba junto con el
ciudadano estadounidense John Edward Dougherty en la Casa de la Cultura de Cusco,
tras la presentación del vídeo documental El Fraude de Flin Flon, relativo a los
impactos de las actividades de la empresa minera Hudbay Minerals en comunidades en
Canadá, los Estados Unidos de América, Guatemala y Perú. El mismo documental había
sido presentado en quechua los días 18 y 19 de abril en los distritos de Chamaca y
Velille en la provincia de Chumbivilcas, Cusco, donde la empresa opera la mina de
cobre Constancia.

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I. REQUISITOS DE ADMISIBILIDAD Y PROCEDIBILIDAD

1. Legitimidad activa

De acuerdo a lo dispuesto por el artículo 26 del Código Procesal Constitucional, tiene


legitimidad para obrar la persona perjudicada o a cualquier otra en su nombre, sin
necesidad de poder u otras formalidades. En el presente caso, los demandantes interpo-
nemos demanda de hábeas corpus a favor de la ciudadana canadiense Jennifer Moore,
identificada con pasaporte N° GA027693 (Anexo 1).

2. Legitimidad pasiva

La presente demanda se presenta contra los siguientes funcionarios públicos:

 Carlos Basombrío Iglesias, ministro del Interior, con domicilio en la Plaza 30


de Agosto s/n, en la urbanización Córpac, distrito de San Isidro y ciudad de
Lima, debiendo notificarse al procurador público a cargo de los asuntos
judiciales del Ministerio del Interior, con domicilio en el jirón Bolognesi Nº 125,
tercer piso, en distrito de Miraflores y la ciudad de Lima;

 Vicente Romero Fernández, director general de la Policía Nacional del Perú,


con domicilio en la Plaza 30 de Agosto s/n, en la urbanización Córpac, distrito
de San Isidro y ciudad de Lima, Max Reinaldo Iglesias Arévalo, jefe de la
Macro Región Policial Sur, con domicilio en la Plaza Túpac Amaru s/n (Oficina
de la Región Policial Cusco) distrito de Wánchaq y ciudad de Cusco, Jorge
Venero Flores, Jefe del Departamento de Seguridad del Estado de Cusco, con
domicilio en la Plaza Túpac Amaru s/n (Oficina de la Región Policial Cusco)
distrito de Wánchaq y ciudad de Cusco, debiendo notificarse al procurador
público a cargo de los asuntos judiciales de la Policía Nacional del Perú, con
domicilio en el jirón Bolognesi Nº 125, tercer piso, distrito de Miraflores y
ciudad de Lima; Edgar Abarca Lezama, jefe de la Sección de Extranjería de la
División de Seguridad del Estado de Cusco, con domicilio en la Urbanización
Progreso, jirón Paruro N° H1, distrito de Wánchaq y ciudad de Cusco; y

 Eduardo Sevilla Echevarría, superintendente de la Superintendencia Nacional


de Migraciones, con domicilio en la avenida España N° 734, distrito de Breña y
ciudad de Lima; y Roger Alfredo Solís Ochoa, jefe de la Jefatura Zonal de
Migraciones en Cusco, con domicilio en la avenida El Sol N° 612, en el local de
la Prefectura de Cusco, ciudad de Cusco.

3. Hecho lesivo

La amenaza cierta e inminente de detención contra Moore, en caso vuelva a ingresar al


país. Esta amenaza se funda en 6 hechos: 1) existió una primera detención, entre los días

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21 y 22 de abril de 2017; 2) el Ministerio del Interior emitió un comunicado dando
cuenta de su detención y posible expulsión; 3) el seguimiento policial que se le realizó
durante su estancia en el departamento de Cusco; 4) el proceso administrativo que
actualmente se sigue en su contra ante la Superintendencia Nacional de Migraciones; 5)
la existencia de una foto de Jennifer indicando que la policía en Cusco está “Buscando,
Jennifer Moore, canadiense”; y 6) una campaña de desprestigio que sigue contra Moore
y Dougherty en el portal web “El Montonero”.

4. Situación actual

En estos momentos, Moore se encuentra en libertad en Canadá, su país de origen.

5. Petitorio

 Se declare fundada la presente demanda de hábeas corpus y se ordene a las


emplazadas, Policía Nacional del Perú y Superintendencia Nacional de Migraciones,
abstenerse en el futuro de detener, perseguir, hostigar, criminalizar o realizar
cualquier otro acto, que atente contra la libertad personal, y otros derechos conexos,
de la ciudadana canadiense Moore, permitiéndosele retornar con normalidad el país
el 8 de agosto de 2017; y se ordene a la emplazada, Ministerio del Interior, cesar las
amenazas de expulsión y cualesquiera impedimentos para su ingreso al Perú;

 Se ordene a la emplazada, Superintendencia Nacional de Migraciones, respete el


debido procedimiento formal y material, en el proceso migratorio sancionador que
se sigue contra Jennifer Moore y declare sin efecto lo actuado hasta el momento,
considerando que hubo graves vicios en el procedimiento;

 Se ponga en conocimiento de la Fiscalía Provincial Penal competente para que, en


ejercicio de sus competencias, investigue la comisión de ilícitos penales en perjuicio
de Moore, como consecuencia su detención arbitraria y la persecución,
hostigamiento, difamación y criminalización que ha sufrido; y

 Se exhorte a las emplazadas, Policía Nacional del Perú y Superintendencia Nacional


de Migraciones y Ministerio del Interior, a adoptar las medidas necesarias e idóneas
para que no vuelvan a cometerse las mismas arbitrariedades contra comunicadores,
investigadores, periodistas, conferencistas, extranjeros y defensores y defensoras de
los derechos humanos y del ambiente; y se ordene accesoriamente la destitución de
los funcionarios públicos directamente involucrados en la detención de Moore, de
conformidad con el artículo 8 del Código Procesal Constitucional.

II. FUNDAMENTACIÓN FÁCTICA

A continuación, exponemos los hechos relacionados con la detención ilegal y arbitraria


de la ciudadana canadiense Jennifer Moore (42) y el ciudadano estadounidense John
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Edward Dougherty (61), el pasado viernes 21 de abril en la ciudad del Cusco, a raíz de
la presentación del documental El Fraude de Flin Flon en la Casa de Cultura de Cusco.

1. Los comunicados del Ministerio del Interior dando cuenta de la detención y la


posible expulsión en caso de nuevo ingreso al país

A las 11:30 a.m. del día sábado 22 de abril, el Ministerio del Interior emitió, en su
página web, el Comunicado MININTER N° 007-2017 (Anexo 2). Allí, justificó la
actuación de la Policía Nacional, acusando al documentalista John Dougherty y a la
coordinadora del programa de América Latina de MiningWatch Canada y defensora de
los derechos humanos Jennifer Moore de incitar a la población a la violencia y de
oponerse a la actividad minera, concretamente a la empresa minera canadiense Hudbay
Minerals y su proyecto Constancia, en la provincia cusqueña de Chumbivilcas y
departamento de Cusco. El comunicado aún puede encontrarse en su página web,
siguiente el presente enlace: https://www.mininter.gob.pe/content/sobre-la-situaci%C3%B3n-
migratoria-irregular-de-una-ciudadana-canadiense-y-un-norteamericano

El comunicado, intitulado «Sobre la situación migratoria irregular de una ciudadana


canadiense y un norteamericano», señala, entre otras cosas:

La conducta de los ciudadanos extranjeros implica la alteración del orden público o el


orden interno, por lo que cabría la aplicación de la medida de expulsión, que de acuerdo
con el artículo 58, inciso F, se impone cuando se realizan “actividades que atenten
contra el orden público, el orden interno o la seguridad nacional”.

Hay que señalar que en las zonas donde los ciudadanos extranjeros intervenidos
estuvieron realizando su activismo opositor a la minería ha habido ya - en agosto y
noviembre del 2016 - protestas muy violentas. Estas protestas no solo incluyeron
bloqueos de carreteras, sino destrucción de locales públicos y la toma de las
instalaciones de la Mina Constancia en el sector “Tajo Abierto-San José”, que puso en
riesgo al polvorín. Esa última acción pudo haber causado una tragedia de proporciones.

Los ciudadanos extranjeros han sido citados para el día lunes 24 de abril, a fin de
continuar con los procedimientos administrativos referidos a su situación migratoria.

De tal forma, el Ministerio del Interior ha reconocido la detención arbitraria e ilegal de


Moore y Dougherty, producto de sus actividades en el departamento de Cusco. Además,
ha reconocido la posibilidad de su expulsión, en caso retorne al Perú.

2. El seguimiento realizado por la Policía Nacional en la provincia de Chumbivilcas

No fueron actos aislados, muy por el contrario, durante los días en que se difundió el
video documental El Fraude de Flin Flon, fueron sistemáticos los actos de seguimiento
de la Policía Nacional del Perú a los organizadores. Incluso se extendió hasta el mismo
día de la detención de Moore y Dougherty. Además, antes de su llegada al país hubo un

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señalamiento en contra de Jennifer Moore en la prensa de Cusco. Su presencia en el país
puede ser descrita de la forma siguiente:

Lunes y martes 10 y 11 de abril

El Montonero en su página web señala mediante un artículo anónimo que se “Preparan


emboscada contra Hudbay Constancia”, en donde menciona que las organizaciones
peruanas Derechos Humanos Sin Fronteras y CooperAcción auspician la llegada al
distrito de Chamaca de Moore para la presentación del documental El fraude de Flin
Flon, afirmando que este sería una nueva estrategia y emboscada del movimiento
radical antiminero en contra de las inversiones mineras en el Corredor Minero del Sur
Andino. Esta publicación se emitió también de forma impresa en el Diario del Cusco el
día 11 de abril. También, el autor tuvo conocimiento de que Moore estuvo antes en
Chumbivilcas. Escribió: “No es la primera vez que Jennifer Moore y Mining Watch
Canada llegan a la provincia de Chumbivilcas. En abril del 2015 Moore visitó el distrito
de Velille (Chumbivilcas) y realizó una ponencia criticando la “contaminación
ambiental” y el “atentado contra los derechos humanos de la minería.”

Sábado 15 de abril

Jennifer Moore y John Edward Dougherty llegan a Perú.

Martes 18 de abril: Chamaca (Chumbivilcas)

Presentación pública del documental El fraude de Flin Flon en el distrito de Chamaca,


en la provincia Chumbivilcas y departamento de Cusco con el aval de la municipalidad
de Chamaca. Se detectó la presencia de personal no identificado realizando grabaciones
y tomando fotografías de Moore y Dougherty, y los organizadores del evento.

Jueves 20 de abril: Velille (Chumbivilcas)

Después de realizar la presentación pública del documental El fraude de Flin Flon en el


distrito de Velille el 19 de abril, alrededor de las 6 a.m. el 20 de abril, dos policías
uniformados y armados se presentaron en el domicilio de la persona encargada de la
convocatoria para la presentación del documental en el distrito de Velille, en la
provincia Chumbivilcas y departamento de Cusco. Le solicitaron información respecto a
la actividad realizada el día anterior, requiriendo, según ellos por órdenes desde las altas
esferas en Lima, detalles y datos de las personas que presentaban el documental. Si
existía un acuerdo o un acta de dicho evento. La respuesta fue: Se presentó un
documental y yo no estuve en toda la proyección, además habían dos periodistas de la
empresa minera ahí, pregúntenle a ellos.

Jueves 20 de abril: Santo Tomas (Chumbivilcas)

Sin mayor explicación, por la mañana del 20 de abril, el alcalde de Santo Tomás canceló
la proyección pública del documental El fraude de Flin Flon y solamente permitió que
se presenta John y distribuir los materiales relacionados. Después de realizar esto,
policía se acercó a algunos miembros de la delegación preguntando si estuvieron con el

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grupo de derechos humanos, a lo que respondieron que no. Alrededor de las 11:30 am,
dos policías visitaron el hospedaje Señor de Huanca, donde se hospedaban Moore,
Dougherty y el grupo con quienes viajaron, preguntando si estos se encontraban allí,
solicitando además el cuaderno de registro de nombres. Se realizaron en total 3 visitas al
hospedaje, con el propósito de acceder al cuaderno de registro, pues las 2 primeras
veces no se encontraba la dueña del local.

Viernes 21 de abril: Velille (Chumbivilcas)

Por averiguaciones posteriores, se nos informó que en horas de la mañana, en el distrito


de Velille, dos trabajadores de la empresa minera Hudbay Minerals identificados como
Nilton Díaz (jefe de Relaciones Interinstitucionales) y Clodomiro Monge abordaron a la
persona que apoyó en la convocatoria del documental un día antes en el colegio de la
localidad, realizándosele las mismas preguntas que le hicieron efectivos policiales el 20
de abril, a lo cual les dio la misma respuesta que entonces.

3. La detención arbitraria e ilegal de Moore y Dougherty en la ciudad de Cusco

Viernes 21 de abril: Casa de la Cultura (Cusco)

A las 9:30 a.m., aproximadamente, se dio inicio a una conferencia de prensa con la
participación de Dougherty y un traductor, con buena participación de periodistas de los
diferentes medios de la ciudad de Cusco, aunque asistieron también personas que se
encontraban en el lugar de paso registrándose la mayoría como docentes.

A las 6:30 p.m., inició la proyección del documental, aproximadamente por el espacio
de una hora. Durante la proyección, iniciaron las acciones de la policía. La Policía de
Turismo se presentó hasta en dos oportunidades en el local, primero un varón y luego
una mujer, quienes señalaban que habían recibido una llamada solicitándoles ir a la
Casa de la Cultura supuestamente porque había hippies armando un alboroto. Antes de
terminar con la proyección del documental, hubo personas que entraban y salían y se
reunían en la entrada a la Casa de la Cultura, en un momento llamaron al encargado del
local y al personal de recepción, entre otras personas. La proyección culminó alrededor
de las 7:40 pm. Diez minutos más tarde, a las 7:50 p.m. (aproximadamente) empezaron
a salir los asistentes al evento, el documentalista Dougherty hablaba con un grupo de
estudiantes por cerca de 20 minutos y Jennifer le urgía salir del local para reunirse con
los demás que iban a descansar después del evento. Cuando ya todos se encontraban
fuera, se aproximaron alrededor de 15 a 20 agentes policiales, muchos vestidos de civil,
y grabando en video por separado a John y Jennifer y al personal que los acompañaba.
Llegaba con vehículos particulares, camionetas blancas con lunas polarizadas y personal
de la Superintendencia Nacional de Migraciones, que en ese preciso momento se ponían
los chalecos de identificación correspondientes a sus instituciones (PNP y Migraciones).
Hubo un vehículo de la policía y un vehículo civil de lo cual se tomó foto de la placa

Cuando pidieron a Dougherty ver su pasaporte, la sacó de su bolsa para mostrarles.


Dijeron que le tenía que llevarlo a la estación de la policía para “explicarle lo que

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permite su visa turística, lo que se puede y no se puede hacer con ella” y que “sería para
un tiempo corto no más.” Cuando Dougherty preguntó si tuvo la opción de ir o no con
ellos, dijeron que no. A otra extranjera quien estuvo con Dougherty en este momento la
policía preguntó si tenía una visa turística, a lo cual ella respondió que ‘no’, que es
residente de Perú. No hicieron más preguntas de ella, a pesar de que ella no tuvo su
pasaporte consigo y solamente podría mostrar su licencia de conducir.

En el grupo de policías y representantes de la Migraciones que rodeaban Jennifer


empezaron argumentaron que estaba realizando un procedimiento rutinario para la
identificación de los 2 extranjeros. Mencionaron la rueda de prensa de la mañana y
describe que están llevando a cabo “un operativo”, diciendo que se puede retener los
dos por hasta 4 horas. Una persona de Derechos Humanos sin Fronteras, organización
no gubernamental dedicada a la defensa de los derechos humanos en Cusco, les increpó
sobre su acción de estar filmando Moore (Anexo N° 3). Antes de entrar en la camioneta
policial, insistió en esperar la llegada de una abogada de Derechos Humanos Sin
Fronteras.

A las 8:23 p.m., no contando Moore con su pasaporte a la mano, fue trasladada hasta las
oficinas de la Sección de Extranjería en la División de Seguridad del Estado (Urb.
Progreso), al mismo lugar y en la misma camioneta también fue trasladado Dougherty,
pese a que él sí se identificó. Esta vez el argumento fue la verificación sobre su
situación migratoria, ya que los efectivos policiales manifestaron que habrían tomado
conocimiento del evento a través de los medios de comunicación sobre las actividades
no turísticas de los dos ciudadanos extranjeros en la ciudad del Cusco. Inmediatamente,
ambos intervenidos se contactaron con sus respectivas embajadas, a fin de informarles
sobre la situación. Todo este operativo lo hicieron sin la presencia del representante del
Ministerio Público y, mucho menos sin el conocimiento del Juez competente, hasta el
momento de la puesta en libertad de ambos intervenidos.

A las 8:45pm se llegó a la Sección de Extranjería y a las 9:00 p.m., Ingresó la


representante de la Defensoría del Pueblo. Encabezado por el Sub Oficial PNP Edgar
Abrca, la Oficina de Extranjería explicó nuevamente que esta intervención era sencilla y
solo se quería verificar la condición migratoria. Se solicita un traductor en el idioma
inglés para Dougherty y Migraciones designó a uno de sus representantes.

A las 9:17 p.m., Jennifer y la abogada de DHSF fueron acompañadas por dos agentes
policiales hasta el hospedaje de Tandanpata, a fin de recoger el pasaporte de Moore.
Una de los agentes llegó a ingresar incluso hasta la puerta de su habitación para
garantizar que esta no se dé a la fuga.

A las 9:40 p.m., Moore ingresó a la Oficina de Extranjería, a fin de continuar con la
verificación. Iniciada la supuesta verificación, los abogados verificaron que los
efectivos policiales tenían en su poder un pliego interrogatorio respecto a las acciones
de Moore y Dougherty, no sólo el día de la intervención, sino los días previos desde el
momento de su llegada a nuestro país. Con ello se verifica que estuvieron siendo
vigilados por la Policía Nacional desde el momento de su llegada y no se trataba de un

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simple procedimiento de verificación sino de una acción planificada y ejecutada para la
vigilancia y seguimiento de ambos extranjeros.

A las 10:50 p.m., luego de la negativa de Moore y Dougherty a declarar y atenerse a su


derecho a guardar silencio, como consta en el acta suscrita por la instructora Jacquelin
Meléndez Guevara, termina la diligencia (Anexo N° 4). Sin embargo, el Suboficial PNP
Edgar Abarca da órdenes expresas al suboficial en la puerta de que nadie puede salir sin
orden expresa suya, argumentando que habían llamado al Fiscal de Turismo y estaban a
la espera del mismo, el fiscal nunca se hizo presente. Durante este período, hubo
algunos hombres no identificados filmaban Moore y Dougherty. Al final, ambos
ciudadanos fueron retenidos hasta pasada la 00:30 a.m. del día siguiente, sábado 22 de
abril. Se emitió una citación policial para su declaración sobre su situación migratoria
en el territorio peruano.

Dicha detención no tuvo ningún amparo legal y se evidenció la actitud dilatoria que
asumieron los agentes policiales quienes en fueron incrementando las supuestas razones
de la intervención y posterior detención alegando primero una verificación de identidad,
luego de la calidad migratoria y por último la supuesta presencia del fiscal quien nunca
se presentó.

Sábado 22 de abril.

Tras ser liberados, ambos se comunicaron con familiares, compañeros de trabajo y sus
debidas embajadas a fin de reportar sobre su situación y ante el temor de una acción que
atente contra su vida, pues se sentían perseguidos y vigilados por la Policía Nacional y
la empresa minera Hudbay.

A las 6:00 p.m. Moore y Dougherty, sin ninguna restricción interpuesta sobre su libre
movimiento, se trasladaron por vía aérea hasta la ciudad de Lima, a fin de embarcarse
en un vuelo internacional para salir del país, por temor a no contar con las garantías
mínimas para la protección de su integridad personal y su libertad. Y que se active la
medida de alerta migratoria para que no salgan del país, hasta que dure el procedimiento
administrativo, sin que se haya llegado a culminar el procedimiento administrativo tuvo
una sanción de hecho a través del comunicado que emitió el Ministerio del Interior
donde manifestaban que cabría la expulsión del país.

Domingo 23 de abril

A las 00:25 a.m., Moore y Dougherty salieron del país.

Lunes 24 de abril

El Montonero en sus pagina web señala mediante un segundo artículo anónimo con
título “Hudbay: ¡Nuevas maniobras contra inversiones mineras!” retoma lo comunicado
por el Ministerio del Interior el 22 de abril.

Viernes 28 de abril

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Se observa una ficha en el escritorio de la policía en el aeropuerto de Cusco con una
foto borrosa de Jennifer y que señala “Buscando Jennifer Moore, canadiense”.

Miércoles 3 de mayo

El Montonero publica otro artículo anónimo “Atentado contra Constancia” cuestionando


si la presencia de Dougherty y Moore en Chumbivilcas durante la semana del 18 de
abril tuvo que ver con la quema de camiones en el distrito de Livitaca, Chumbivilcas.
Dice que John y Jennifer fueron retirados de Perú, no que salieron por su propia
voluntad.

Lunes 8 de mayo

El Montonero publica otro artículo anónimo “¿Documentalistas antimineros insisten en


regresar a Perú?”, alegando que John y Jennifer están tratando de regresar a Perú por
Bolivia, y nuevamente diciendo erróneamente que los dos fueron retirados de Perú por
la División de Migración y del PNP.

4. El procedimiento migratorio sancionador ante la Superintendencia Nacional de


Migraciones contra Moore

Mientras tanto, como da cuenta además el comunicado, la Superintendencia Nacional de


Migraciones continúa el procedimiento migratorio sancionador contra Moore, por haber
supuestamente violentado el Decreto Legislativo N° 1350, Ley de Migraciones, en su
artículo 58, 1, inciso F, y su reglamento, aprobado por el Decreto Supremo N° 007-
2017-IN.

De forma errónea, el General PNP Max Reinaldo Iglesias Arévalo a través de la


entrevista1 realizada por los medios de comunicación el día lunes 24 de abril ha referido
que los intervenidos, Dougherty y Moore habrían alentado actos de violencia en contra
de la actividad minera en la provincia de Chumbivilcas mediante reuniones y no la
presentación del documental; sin embargo esto contradice completamente lo que se ha
informado a través de documento “Informe N° 13-2017-VII-MACRO REGPOL/RP-
CUSCO-DEPSEEST/SECC.EXTR.” de fecha 21 de abril del año 2017 (Anexo N° 5),
día de la intervención, que en los literales I y J de la sección “V. Análisis y evaluación
de los hechos” se expresa claramente que se accedió a la solicitud remitida por Jennifer
Moore dirigida al Alcalde distrital de Chamaca proponiendo la presentación de un
documental sobre las operaciones de la minera HudBay Minerals a nivel global (y)
compartir un resumen de los principales resultados del análisis sobre la empresa
minera HudBay Minerals (..) después del video habrá tiempo para reflexionar sobre
el documental y sobre las experiencias que han tenido a nivel local. Como se ve, la
Policía Nacional tuvo acceso de forma previa a la intervención de documentación que
Moore había presentado a la Municipalidad y de su contenido no se dilucida ninguna
“reunión” destinada a la alteración del orden público o llamado a la violencia sino todo

1
Puede encontrarse la entrevista: https://www.youtube.com/watch?v=2iI8vSeeHkU

9
lo contrario una reflexión sobre una situación que se ha presentado en distintos países y
no sólo el nuestro.

5. Existe un convenio vigente entre Hudbay Perú S.A.C. y la Policía Nacional

Con fecha 12 de marzo de 2012, la subsidiaria peruana Hudbay Perú S.A.C., de la


empresa minera canadiense Hudbay Minerals, dueño del Proyecto Constancia y la
Policía Nacional del Perú (Región Policial Sur Oriente) suscribieron un convenio
interinstitucional (Anexo N° 6). El documento cuenta con la firma del General PNP
Héctor Manuel Dulanto Arias, director de la Región Policial Sur Oriente de la PNP, y
Nino Coppero del Valle, entonces director de Asuntos Corporativos y Responsabilidad
Social de la empresa. Según establece el convenio, la Policía Nacional, en el marco de
su vigencia, se obliga a «cumplir con la finalidad principal de prestar servicio de
vigilancia, seguridad y otros servicios en HUDBAY, con el fin de prevenir la comisión
de delitos o actos de violencia en cualquiera de sus modalidades que pudiesen atentar
contra la mencionada empresa, además de las funciones inherentes a su Institución, sin
que esto signifique subordinación alguna con la entidad firmante o sus representantes».

De igual forma, el convenio señala que la empresa espera que para efectos del presente
Convenio, el personal de la Policía Nacional que sea designado para brindar servicios de
seguridad y protección asuma el compromiso de respetar, proteger y fomentar los
derechos humanos, «reconocidos constitucionalmente a sus trabajadores, socios-
estratégicos y pobladores de las comunidades ubicadas en el área de influencia de EL
PROYECTO». Un comunicado público de la empresa Hudbay Minerals de fecha 8 de
mayo de 2017 (en inglés) indica que el convenio entre Hudbay Perú S.A.C. y la Policía
Nacional está vigente (Anexo N° 7).

6. Los actos de seguimiento y la posterior detención impidieron a Moore expresar


su opinión sobre el vídeo documental

Tanto en la presentación en Cusco el día de su detención, el 22 de abril, como en la


presentación del día lunes 24 de abril siguiente en Lima, estaba previsto que Moore, en
ejercicio de su derecho a la libre expresión, comente el video documental El Fraude de
Flin Flon, sobre los impactos de la actividad minera de la empresa Hudbay. No lo hizo
en Cusco tras tomar conocimiento de los actos de seguimiento policial ilegal en
Chumbivilcas, de carácter intimidatorio. Tampoco pudo participar en la presentación en
Lima, pues luego de la detención y ante el temor de una nueva detención, se vio forzada
a dejar el país el domingo 23 de abril, a las 00:25 a.m.

Es importante destacar que tampoco se pudo realizar la presentación del documental


prevista en Santo Tomás, Chumbivilcas, lo cual pudiera haber pasado por los actos de
seguimiento anterior a la detención de Moore y Dougherty.

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III. FUNDAMENTACIÓN JURÍDICA

1. Existen hechos objetivos que sustentan la certeza y la inminencia de una nueva


detención arbitraria

No se trata de una simple sospecha, existen hechos objetivos que fundamentan la


certeza y la inminencia de una nueva detención arbitraria. Estos hechos son en primer
lugar la detención de Moore los días 21 y 22 de abril del año 2017, los comunicados del
Ministerio del Interior (MININTER) dando cuenta de la detención y de la posible
expulsión en caso ingresen otra vez al país, el seguimiento policial realizado por la
Policía Nacional del Perú en Cusco mientras difundía el video sobre las actividades de
Hudbay, el proceso administrativo actual ante la Superintendencia Nacional de
Migraciones contra Moore, la foto policial que indica que se está buscando Jennifer
Moore, y la continuación de la campaña de desprestigio desde El Montonero.

En efecto, si ya hubo una detención, es muy probable razonablemente que haya una
segunda detención. No se trata de un temor infundado. Además, el proceso migratorio
sancionador ante Migraciones y los pronunciamientos del MININTER acreditan que
estamos ante una situación que está en vías de ejecución y que no está fundado sobre la
categoría migratoria de Moore sino sobre hechos falsos cuya autoría le atribuyen , como
evidencia el Comunicado MININTER N° 007-2017:

La conducta de los ciudadanos extranjeros implica la alteración del orden público o el


orden interno, por lo que cabría la aplicación de la medida de expulsión, que de
acuerdo con el artículo 58, inciso F, se impone cuando se realizan “actividades que
atenten contra el orden público, el orden interno o la seguridad nacional [resaltado
nuestro].

Se realizaron todas estas acciones, que restringen la libertad personal, sin la autorización
de ninguna autoridad judicial. La pregunta es si la Policía Nacional y Migraciones
pueden autoatribuirse la función de hacer seguimiento a ciudadanos extranjeros como si
fuesen delincuentes, de manera autónoma e independiente, sin ponerlo en conocimiento
de las autoridades judiciales o fiscales. Prueba de esto es que el documento que contiene
el informe policial fue emitido el mismo día de la detención (la cual terminó a las 10:40
pm), lo que resulta razonable si consideramos que hubo un efectivo seguimiento a los
dos extranjeros desde el momento de su llegada al país. Al haber obrado de este modo,
se ha puesto en peligro la libertad de tránsito que tenían en su condición de migrantes el
ciudadano y Moore.

La segunda cuestión es que no existe ningún amparo legal para que se haya procedido a
la retención de Moore. Incluso la Ley de Migraciones, a la cual, ellos mismos hacen
mención estipula que la Policía Nacional puede realizar retenciones, pero este
dispositivo legal está suspendido2, es decir, no está vigente. Y, lo que estipula la Ley de
Migraciones es que la primera acción que se debió realizar es la notificación, es
2
Décima primera disposición complementaria final del reglamento de la Ley de migraciones decreto
Supremo 007-2017-IN

11
decir, comunicar a los migrantes a través de un documento para que hagan su
descargo. En este caso, no hubo ninguna comunicación, el procedimiento desde un
principio fue la detención arbitraria.

Incluso en el supuesto planteado en el artículo 205° Inciso 1 del Código Procesal Penal
vigente la Policía Nacional podría retener con fines de control de identidad sólo en dos
supuestos: “1)Cuando considere que resulta necesario para prevenir un delito u 2)
obtener información útil para la averiguación de un hecho punible” En éste sentido, no
estamos frente a ninguno de estos supuestos; porque si fuera así, de acuerdo al artúiculo
67° del CPP cuando la policía toma conocimiento de un hecho delictivo debe “dar
cuenta inmediata al fiscal” supuesto que no se ha presentado en ningún modo. Con lo
que podemos concluir que la policía nacional no tenía ningún amparo legal para
proceder a la retención de los ciudadanos extranjeros. Sobre la presunción de inocencia,
uno se pregunta, para qué sirve el procedimiento que le han iniciado si ya en el
Ministerio del Interior, los superiores jerárquicos se han pronunciado por la “expulsión
del país”.

Por último, la amenaza cierta e inminente se sustenta en el retorno de Moore al


país, programado para el día 9 de agosto de 2017 por vía aérea. Al respecto, ella
cuenta ya con el boleto de viaje (Anexo N° 8).

2. Moore no ha incurrido en infracción administrativa a las normas migratorias,


en todo caso debían notificarle el inicio de procedimiento migratorio sancionador

Precisa el Comunicado MININTER N° 007-2017 que, “[d]e acuerdo con el Decreto


Legislativo N° 1350 y su reglamento aprobado por el DS N° 007-2017-IN, la calidad
migratoria de turista permite al ciudadano extranjero realizar únicamente actividades
turísticas, de ocio, de salud o similares. No se le permite trabajar ni realizar
actividades remuneradas ni lucrativas” Sin embargo, Moore no ha violado el artículo
29 del Decreto Legislativo N° 1350, pues no trabajó en Cusco ni realizó actividades
remuneradas o lucrativas, toda vez que no percibió ningún tipo de ingreso económico ni
patrimonial por participar como público asistente en la proyección de los vídeos y como
traductora en la expositor principal.

Ella, recalcamos, participó como invitada por los organizadores en las presentaciones
del vídeo en Chamaca y Velille. Ella no fue organizadora. Participó como asistente y
traductora por voluntad propia y sin que por ello perciba remuneración o pago alguno.
No ha sido en el marco de una actividad remunerada dentro de los términos que regula
la Ley de Migraciones. El evento, cabe señalar, previsto en Santo Tomás al final ya no
se pudo realizar. Y tenía previsto comentar y de esa manera expresar su opinión sobre el
video documental El Fraude de Flin Flon. Esto lo pensaba hacer en las presentaciones
en Cusco y Lima. Todos los eventos fueron públicos y convocados por las autoridades
locales u organizaciones sociales locales en sus espacios oficiales. Moore no es autora
del video en mención ni ha participado en su elaboración y redacción, aunque fue
entrevistada por Dougherty y aparece en el video.

12
Según el artículo 29, inciso h) de la Ley de Migraciones, se considera trabajador:

h. Trabajador

Permite al extranjero a realizar actividades lucrativas de forma subordinada o


independiente para los sectores públicos o privados, en virtud de un contrato de
trabajo, relación administrativa o contrato de prestación de servicios. En el caso de
trabajadores fronterizos se otorga los beneficios estipulados en los convenios
internacionales sobre la materia. Se otorga en virtud de un contrato de trabajo
previamente aprobado por el Ministerio de Trabajo. Incluye empleados de una
empresa transnacional o corporación internacional y que se desplaza al Perú para
trabajar en una empresa del mismo grupo económico o holding, para desempeñarse
como personal de alta dirección o de confianza o como especialista o especializado. Es
otorgada por MIGRACIONES. El plazo de permanencia es de trescientos sesenta y
cinco (365) días [resaltado nuestro].

Se advierte que las actividades que ella realizó en el país no se ajustan a la definición de
trabajador contenida en la Ley de Migraciones. Moore no trabaja para ninguna
institución en Perú, ni tiene ningún tipo de vínculo laboral (contrato de trabajo o de
servicios, como exige la norma) con una institución peruana, pública o privada. Por el
contrario, trabaja en MiningWatch Canada, una organización canadiense sin fines de
lucro, de la cual percibe un sueldo. Tampoco es empleada de una empresa trasnacional o
corporación internacional que tenga oficina en Perú. Es más, el propio el Departamento
de Seguridad del Estado de Cusco de la Policía Nacional, mediante el Informe N° 13-
2017-VII-MACROREDPOL/RP-CUS-DEPSEEST/SECC.EXTR, ha reconocido que
Moore realizó actividades como conferencista (punto V.B) y expositores (punto V.H).
De igual forma, reconoce que “el costo del local, refrigerio y alquiler de equipos de
sonido y otros” fueron sufragados por MiningWatch Canada. Es decir, Moore no recibió
pago alguno por su participación en los eventos realizados en Cusco. En tal sentido no
le correspondía visa de trabajo, pues no venía a trabajar, sostener lo contrario es
absurdo.

Sin embargo, ya que se abrió un proceso migratorio sancionador con graves


irregularidades, debió respetarse las garantías del debido proceso aplicables al proceso
administrativo. Si se inició un procedimiento migratorio sancionador contra Moore,
debió notificárselo y darle la oportunidad de ejercer su derecho a la defensa, pero bajo
ninguna circunstancia, detenerla, en aplicación del artículo 208 inciso 2 del reglamento
de la de la Ley de Migraciones. Este contempla la “notificación al presunto infractor,
de la comunicación a la que hace referencia el artículo 205 del presente Reglamento, la
misma que contiene el plazo para la formulación de los descargos”. Moore no tuvo
jamás oportunidad de brindar sus descargos, por el contrario, fue hostilizada e
intimidada en todo momento, razón por la que se vio forzada a abandonar el país.

No se han aplicado las garantías mínimas del debido procedimiento. Como ha precisado
el TC en reiterada jurisprudencia, “el debido proceso está concebido como el
cumplimiento de todas las garantías, requisitos y normas de orden público que deben
observarse en las instancias procesales de todos los procedimientos, incluidos los

13
administrativos, a fin de que las personas estén en condiciones de defender
adecuadamente sus derechos ante cualquier acto del Estado que pueda afectarlos. Vale
decir que cualquier actuación u omisión de los órganos estatales dentro de un proceso,
sea éste administrativo –como en el caso de autos–, o jurisdiccional, debe respetar el
debido proceso legal”3.

El TC reconoce varias garantías formales del debido procedimiento en el procedimiento


migratorio sancionador, destacando el derecho a la notificación del acto administrativo:
“En cuanto a las garantías formales del debido procedimiento administrativo, este
Tribunal ha tenido oportunidad de reconocer, entre otros, los siguientes derechos: a la
notificación del acto administrativo (STC 05658-2006-PA/TC), de acceso al expediente
(STC 1109-2002—AA/TC), de defensa, a ofrecer y producir pruebas (STC 03741-2004-
PA/TC), a tina decisión motivada y fundada en derecho (STC 8495-2006-PA/TC),
presunción de licitud (STC 2192-2004-AA/TC), al plazo razonable (STC 1966-2005-PI-
IC/TC), a ser investigado por una autoridad competente e imparcial (STC 0071-2002-
AA/TC), a impugnar las decisiones administrativas (STC 03741-2004-PA/TC), así como
la garantía del ne bis in ídem (STC 2050-2002-AA/TC) y el principio de publicidad de
las normas procedimentales (STC 01514-2010-PA/TC)”4.

Pero las irregularidades llegan más lejos, pues no solo ocurrió la detención arbitraria e
ilegal de Moore, sino además el MININTER emitió un comunicado donde valida la
posición de la empresa Hudbay y, sin la realización previa de un procedimiento
migratorio sancionador justo, sin haberle notificado alguna resolución, darle el derecho
a la defensa, o exhibir una resolución mínimamente motivada y fundamentada, anuncia
que podría ser expulsadas por hechos que no constituyen materia que sea posible de
sancionar.

3. La norma que habilita la retención policial con fines de indagación migratoria


no estaba vigente

Si bien el artículo 200° inciso 4 del Reglamento de la Ley de Migraciones, reconoce a la


Policía Nacional la facultad de retención “a la persona infractora a fin de realizar su
identificación y determinar su situación migratoria”, la décimo primera de las
disposiciones complementarias finales suspende expresamente su vigencia “hasta que
no se emita la regularización correspondiente al procedimiento de retención policial
para casos de infracción a la norma migratoria, y ejecución de sanciones de salida
obligatoria del país y expulsión”. La consecuencia es evidente, la legislación migratoria
no autorizaba a la intervención policial de Moore, bajo ningún supuesto. Aún menos su
detención ilegal y arbitraria.

4. El Código Procesal Penal autoriza a la retención solo con fines de identificación


personal, mas no de investigación y solo en contexto de investigación de un delito
3
Sentencia del Tribunal Constitucional, Exp. Nº 0090-2004-AA/TC, f.j. 24.
4
Sentencia del Tribunal Constitucional, Exp. Nº 02744-2015-PA/TC, f.j. 17.

14
Según el artículo 205, inciso 1 del Código Procesal Penal, la Policía Nacional está
autorizada a retener a cualquier persona, a manera de control de la identidad. Así, señala
que “La Policía, en el marco de sus funciones, sin necesidad de orden del Fiscal o del
Juez, podrá requerir la identificación de cualquier persona y realizar las
comprobaciones pertinentes en la vía pública o en el lugar donde se hubiere hecho el
requerimiento, cuando considere que resulta necesario para prevenir un delito u
obtener información útil para la averiguación de un hecho punible”.

Adviértase que la norma exige estar en el marco de la investigación de un delito o hecho


punible o esta intervención resulte necesario para prevenir un delito. En este caso, no
existe la comisión de un delito, ni la retención tiene por finalidad prevenirlo. La
irregularidad con la que ha actuado la policía es tal, que según el artículo 331.1 del
Nuevo Código Procesal Penal5, esta debió haber dado cuenta al fiscal provincial en su
condición de director dela investigación, cosa que jamás se hizo.

Añade el inciso 4 del artículo 205 mencionado que, “En caso no sea posible la
exhibición del documento de identidad, según la gravedad del hecho investigado o del
ámbito de la operación policial practicada, se conducirá al intervenido a la
Dependencia Policial más cercana para exclusivos fines de identificación. Se podrá
tomar las huellas digitales del intervenido y constatar si registra alguna requisitoria.
Este procedimiento, contado desde el momento de la intervención policial, no puede
exceder de cuatro horas, luego de las cuales se le permitirá retirarse. En estos casos,
el intervenido no podrá ser ingresado a celdas o calabozos ni mantenido en contacto
con personas detenidas, y tendrá derecho a comunicarse con un familiar o con la
persona que indique. La Policía deberá llevar, para estos casos, un Libro-Registro en el
que se harán constar las diligencias de identificación realizadas en las personas, así
como los motivos y duración de las mismas”.

Estas disposiciones no resultan ser aplicables en el presente caso, pues la finalidad de la


detención no fue la identificación policial de Moore y Dougherty, sino su intimidación y
amedrentamiento. Esto se comprueba a partir de dos hechos: Moore y Dougherty, tras
identificarse plenamente, no fueron liberados; y existió un pliego interrogatorio, relativo
a las actividades que realizaron durante su estancia en Cusco (lo cual, además, denota
un intenso trabajo de seguimiento) y que les exigieron responder.

5. La detención de Moore constituye una detención arbitraria e ilegal pues se ha


violado el plazo estrictamente necesario establecido por el Tribunal Constitucional

La detención de Moore se realizó en violación del derecho de las personas a ser puestas
a disposición judicial dentro del plazo estrictamente necesario, pues permaneció
detenida por 4 horas aproximadamente, tiempo más que suficiente para realizar la
5
Artículo 331˚.- Actuación Policial
1. Tan pronto la Policía tenga noticia de la comisión de un delito, lo pondrá en conocimiento del
Ministerio Público por la vía más rápida y también por escrito, indicando los elementos esenciales del
hecho y demás elementos inicialmente recogidos, así como la actividad cumplida, sin perjuicio de dar
cuenta de toda la documentación que pudiera existir

15
identificación de su identidad personal. De hecho, como señalamos anteriormente,
Moore no se encontraba en posesión de su pasaporte al momento en que fue detenida,
dirigiéndose, hacia las 9:17 p.m., a su hospedaje para recogerlo, acompañada de dos
agentes policiales que le siguieron hasta su habitación. Empero, aún entonces
permaneció detenida. Claramente, la detención no tenía por objeto el mero control de
identidad y situación migratoria, sino representó un acto de intimidación y
amedrentamiento. Como muy bien precisa el Tribunal Constitucional en un precedente
vinculante: “El plazo de la detención que la Norma Fundamental establece es un plazo
máximo, de carácter absoluto, cuyo cómputo es inequívoco y simple, pero no es el
único, pues existe también el plazo estrictamente necesario de la detención. Y es que,
aún sí la detención no hubiera traspasado el plazo máximo, ese dato per se no resulta
suficiente para evaluar los márgenes de constitucionalidad de la detención, pues esta
tampoco puede durar más allá del plazo estrictamente necesario (límite máximo de la
detención). Como es evidente, el límite máximo de la detención debe ser establecido en
atención a las circunstancias de cada caso concreto, tales como las diligencias
necesarias a realizarse, la particular dificultad para efectuar determinadas pericias o
exámenes, el comportamiento del afectado con la medida, entre otros” 6. (Resaltado
nuestro) (resaltado nuestro).

En tal sentido, el presente caso si bien se ha retenido o intervenido por el plazo máximo
de 4 horas de retención, esta resulta arbitraria pues no se respetó el derecho al plazo
mínimo necesario. Como lo reconoce la referida sentencia “resulta lesiva al derecho
fundamental a la libertad personal la privación de esta en los supuestos en que ha
transcurrido el plazo máximo para la detención, o cuando, estando dentro de dicho
plazo, se ha rebasado el plazo estrictamente necesario; en ambos casos, dicho estado
de cosas queda privado de fundamento constitucional, y la consecuencia debe ser la
puesta inmediata de la persona detenida a disposición del juez competente para que
sea este quien determine si procede la detención judicial respectiva o la libertad de la
persona, sin perjuicio de las responsabilidades que señala la ley para la autoridad,
funcionario o persona que hubieren incurrido en ellas”7.

La libertad personal, debe recordarse, es un derecho subjetivo, reconocido en el inciso


24.f del artículo 2.° de la Constitución Política del Estado, el artículo 9.1 del Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos y el artículo 7.2 de la Convención
Americana sobre Derecho Humanos. Al mismo tiempo que derecho subjetivo,
constituye uno de los valores fundamentales de nuestro Estado Constitucional de
Derecho, por cuanto fundamenta diversos derechos constitucionales a la vez que
justifica la propia organización constitucional. En este caso, la detención arbitraria e
ilegal de Moore se configura, cuando fue detenida por 4 horas por la Policía Nacional,
un periodo de tiempo excesivo y desproporcionado, violándose el derecho a ser puesto a
disposición judicial dentro del plazo estrictamente necesario. Aún peor, no existiendo
algún mandato judicial en su contra o habiéndosele encontrado en flagrancia delictiva.

6
Sentencia del Tribunal Constitucional, Exp. Nº 06423-2007-HC /TC, f.j. 3.a.
7
Ibídem.

16
6. Se ha violado el principio de prohibición de detención administrativa por
infracción a normas migratorias

Incluso en el supuesto que Moore sea una migrante irregular, el TC es muy claro cuando
reconoce el carácter excepcional de esta clase de detención. Según señala, “la entrada o
residencia irregulares nunca deben considerarse delitos, sino tan solo faltas
administrativas, por lo que el recurso a una eventual detención administrativa debe ser
excepcional y siempre que dicha medida se encuentre prescrita por la ley, además de
que sea necesaria, razonable y proporcional a los objetivos que se pretende alcanzar.
La privación de libertad de un migrante en situación irregular solo se justificará
cuando exista un riesgo inminente de que eluda futuros procesos judiciales o
procedimientos administrativos o cuando la persona representa un peligro para su
propia seguridad o para la seguridad pública; ello durante el menor tiempo posible y
a partir de una evaluación individual de cada caso, con el respeto de las salvaguardias
procesales que correspondan”8. Esta evaluación, lamentablemente, nunca se realizó.

La Asamblea General de las Naciones Unidas, en abril de 2012, publicó el Informe del
Relator Especial sobre los derechos humanos de los migrantes, en el que se destaca
entre las conclusiones que “La detención administrativa no debe aplicarse como
medida punitiva en caso de infracción de las leyes y reglamentos de inmigración, ya
que dicha infracción no debe considerarse delito”.

No obstante, señala el comunicado del MININTER que “La conducta de los


ciudadanos extranjeros implica la alteración del orden público o el orden interno, por
lo que cabría la aplicación de la medida de expulsión, que de acuerdo con el artículo
58, inciso F, se impone cuando se realizan “actividades que atenten contra el orden
público, el orden interno o la seguridad nacional””. El pronunciamiento desconoce que
no se puede adoptar una decisión materialmente de carácter punitivo y sancionador, sin
previamente realizarse el procedimiento migratorio sancionador, contemplado en el
artículo 200 y siguientes del Reglamento de la Ley de Migraciones, y sin previamente
dársele el derecho a la defensa al administrado, en este caso Moore. Lo contrario resulta
arbitrario e ilegal.

Como precisa Luis Castillo Córdova “La razón es que la duración estrictamente
necesaria es una exigencia de razonabilidad, de modo que no es razonable que una
detención dure más allá de lo estrictamente necesario. Y, como se sabe, la
razonabilidad ha sido constitucionalizada en el caso peruano, y prevista no sólo para
los regímenes de excepción, sino extendida con acierto por el Tribunal Constitucional
para todos los ámbitos del derecho. Pretender que una detención policial dure más de
lo estrictamente necesario sería contravenir la exigencia constitucional de
razonabilidad y, por esa razón, tal pretensión es inconstitucional. De forma tal que en
el ordenamiento constitucional peruano no necesariamente toda detención que dure por
debajo de veinticuatro horas o por debajo del término de la distancia es por esa sola
razón una detención constitucional, pues puede ocurrir que las circunstancias haya

8
Sentencia del Tribunal Constitucional, Exp. Nº 02744-2015-PA /TC, f.j. 9.

17
exigido que lo estrictamente necesario sea inferior a las veinticuatro horas y al término
de la distancia”9.

7. La detención ilegal de Moore constituye un acto de violación de su derecho a la


libre opinión y expresión

La detención ilegal de Moore resulta incompatible con el ejercido las libertades


comunicativas contenidas en el artículo 2.4 de la Constitución, la cual reconoce que
“Toda persona tiene derecho: (...) a las libertades de información, opinión, expresión y
difusión del pensamiento mediante la palabra oral o escrita o la imagen, por cualquier
medio de comunicación social, sin previa autorización ni censura ni impedimento
algunos, bajo las responsabilidades de ley (...)”. Como señala la doctrina, las libertades
comunicativas ayudan a la consecución de una estructura organizativa política de
carácter democrático en la medida que mediante su libre ejercicio se propicia la
creación de una comunicación pública libre necesaria para hablar de opinión pública,
elemento que se constituye hoy en día en una de las bases de todo Estado democrático
de Derecho. Es más, según el propio artículo 2.4 de la Constitución, “Es delito toda
acción que suspende o clausura algún órgano de expresión o le impide circular
libremente. Los derechos de informar y opinar comprenden los de fundar medios de
comunicación”.

El artículo 13.1 de la CADH, “Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento


y de expresión. Este derecho comprende la libertad de buscar, recibir y difundir
informaciones e ideas de toda índole, sin consideración de fronteras, ya sea oralmente,
por escrito o en forma impresa o artística, o por cualquier otro procedimiento de su
elección”. La Corte IDH reconoce la doble dimensión de la libertad de expresión10.
Según esta, tiene una dimensión individual y una dimensión social, a saber: ésta
requiere, por un lado, que nadie sea arbitrariamente menoscabado o impedido de
manifestar su propio pensamiento y representa, por tanto, un derecho de cada individuo;
pero implica también, por otro lado, un derecho colectivo a recibir cualquier
información y a conocer la expresión del pensamiento ajeno 11. Precisa la Corte IDH que
la primera dimensión individual de la libertad de expresión “no se agota en el
reconocimiento teórico del derecho a hablar o escribir, sino que comprende además,
inseparablemente, el derecho a utilizar cualquier medio apropiado para difundir el
pensamiento y hacerlo llegar al mayor número de destinatarios”12.

La importancia de las libertades comunicativas descansa en los bienes jurídicos que


intenta proteger. Tenemos en primer lugar la comunicación para la autorealización, y la
9
Castillo Córdova, Luis. Plazo estrictamente necesario y plazo máximo de detención, en Gaceta
Constitucional, N° 26, Lima, pp. 21-34. Disponible en [en línea]:
https://pirhua.udep.edu.pe/bitstream/handle/11042/1927/Plazo_estrictamente_necesario_plazo_maximo_d
etencion.pdf?sequence=1
10
Corte IDH. La colegiación obligatoria de periodistas (artículos 13 y 29, Convención Americana sobre
Derechos Humanos). Opinión Consultiva OC-5/85 del 13 de noviembre de 1985. Serie A No. 5, párr. 33.
11
Corte IDH. Caso Ricardo Canese Vs. Paraguay. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 31 de
agosto de 2004. Serie C No. 111, párr. 77.
12
Caso Ricardo Canese, párr. 78.

18
comunicación para consolidar un sistema como democrático. En relación con la primera
el TC ha dicho que las libertades comunicativas “constituyen una concreción del
principio de dignidad del hombre y un complemento inescindible del derecho al libre
desenvolvimiento de la personalidad”13. En relación con el segundo bien jurídico, las
libertades comunicativas “se encuentran estrechamente vinculadas al principio
democrático, en razón de que, mediante su ejercicio, se posibilita la formación,
mantenimiento y garantía de una sociedad democrática, pues se permite la formación
libre y racional de la opinión pública. Desde esta perspectiva, ambas libertades tienen
el carácter de derechos constitutivos por antonomasia para la democracia”14.

8. La detención arbitraria de Moore constituye un acto de censura prohibido por el


ordenamiento jurídico

Estamos ante actos que materialmente constituyen censura contra Jennifer Moore, toda
vez que se había planificado que ella comente el video documental El Fraude de Flin
Flon, sobre los impactos de la actividad minera de la empresa Hudbay, tanto en la
presentación en Cusco, el día de su detención, como en Lima. No lo hizo en Cusco tras
tomar conocimiento de los actos de seguimiento policial ilegal en las diferentes
presentaciones en los distritos de Velille, Chamaca y Santo Tomás. Tampoco participó
en la presentación en Lima, pues luego de la detención y ante el temor de una nueva
detención y otros actos de intimidación, se vio presionada a abandonar el país. Además,
estos actos pone en grave riesgo su posibilidad de regresar al país y continuar el proceso
de intercambio de información e opinión con las organizaciones y las comunidades
peruanas, con las cuales tiene una relación permanente que data desde hace varios años
y que tiene previsto continuar. Más allá de su persona y el trabajo que realiza para su
organización MiningWatch Canada, este acto en contra de ella y su organización
canadiense, genera zozobra e incertidumbre entre quienes ejercen un papel similar en el
ámbito de compartir información e opinión en torno a las empresas mineras y las
actividades extractivas a nivel local, nacional e internacional.

El derecho a la libre expresión y a la libre opinión no son derechos absolutos, sino que
puede ser objeto de restricciones, tal como lo señalan los incisos 4 y 5 el artículo 13 de
la Convención Americana de Derechos Humanos. El primero admite la censura previa
cuando este de por medio la “protección moral de la infancia y la adolescencia” (Inciso
4 del artículo 13 de la CADH) y segundo cuando estemos ante “propaganda en favor
de la guerra y toda apología del odio nacional, racial o religioso que constituyan
incitaciones a la violencia o cualquier otra acción ilegal similar contra cualquier
persona o grupo de personas, por ningún motivo”. En el presente caso, no nos
encontramos ante ninguno de los supuestos legales de censura, razón por la cual la
censura realizada a Jennifer Moore y el trabajo que hace como coordinadora del
programa con América Latina de MiningWatch Canadá, carece de cobertura normativa
que la legitime.

13
Sentencia del Tribunal Constitucional, Exp. Nº 1797-2002-HD /TC, f.j. 9.
14
Ibídem.

19
Al respecto, el informe policial reconoce que la detención de Moore se produjo por
atentar contra el orden público. Indirectamente, el MININTER y la Superintendencia
Nacional de Migraciones reconocen que sus actividades fueron pieza clave para ordenar
su detención, junto con la de John Edward Dougherty. Así, el informe concluye que “se
dedicaron a otras actividades ajenas a su calidad migratoria de turistas; al haberse
determinado que desde el 18 hasta 21 de abril de 2017 en la región de Cusco realizaron
actividades como son reuniones de coordinación, difusión de videos, distribución de
folletos, panfletos, DVD conteniendo videos sobre problemáticas y conflictos sociales,
conferencias y otras actividades conllevadas contra la actividad minera en territorio
peruano, hechos que atentan contra el orden público” (resaltado nuestro).
Anteriormente, el informe señala que Moore y Dougherty “durante su permanencia en
el territorio peruano realizaron actividades de proselitismo […] de lo que se puede
dilucidar que la INTENCIONALIDAD de ambos extranjeros fue instigar a la alteración
del orden público” (punto V.L). En esta misma línea, el séptimo anexo que se adjuntó al
informe es intitulado “un (01) panfleto del título Investigative Media conteniendo
discurso instigador”.

En el caso de Jennifer Moore, el informe policial agrega “Finalmente se debe precisar


que la ciudadana canadiense Jennifer MOORE, en el registro de movimiento
migratorio presenta ocho ingresos al territorio peruano desde el año 2009; haciéndose
hincapié, que en todos ellos realizó actividades de coordinación, difusión, exposición
contra la actividad minera en la región de Cusco, tal como lo demuestra en su blog
Organización No Gubernamental MINING WATCH CANADA” (punto V.N.). Hay que
destacar que Moore no empezó a trabajar con MiningWatch Canada hasta noviembre
del 2010 y que no se presenta ninguna evidencia sobre el trabajo o las actividades que
realizó durante sus viajes anteriores a Perú. De toda manera, esto representa otra
amenaza a Jennifer Moore y MiningWatch Canada, por insinuar que puede esperar ser
constantemente vigilado, perseguido y detenida si regresa a Perú al futuro. Esto consiste
no solamente en un acto de censura de las actividades que se realizó durante el mes de
abril, sino a cualquier actividad que pretende realizar al futuro en Perú.

Materialmente, su detención constituyó un acto de censura, con el objeto de disuadirlos


de expresarse libre y públicamente con respecto a la actividad minera de la empresa
Hudbay Minerals, con una clara predisposición intimidatoria y amedrentadora. Sin
embargo, como señalamos y señalaremos, las actividades de Moore y Dougherty
constituyen supuestos de ejercicio legítimo de las libertades de expresión y opinión, así
como la representación del derecho de todos los peruanos, especialmente las
comunidades más directamente afectadas, a recibir información con respecto a la
actividad minera en Chumbivilcas y el desempeño de la empresa Hudbay Minerals o de
cualquier otra empresa minera canadiense ahora o al futuro. No hay delito de opinión,
reza el artículo 2, inciso 3 de la Constitución, al mismo tiempo que consagra las
libertades comunicativas.

9. La detención de Moore afecta nuestro derecho a recibir la opinión

20
La dimensión social de la libertad de expresión –según la Corte IDH- se entiende como
“un medio para el intercambio de ideas e informaciones entre las personas; comprende
su derecho a tratar de comunicar a otras sus puntos de vista, pero implica también el
derecho de todos a conocer opiniones, relatos y noticias vertidas por terceros. Para el
ciudadano común tiene tanta importancia el conocimiento de la opinión ajena o de la
información de que disponen otros como el derecho a difundir la propia” 15. En el
presente caso, se ha impedido que todos los peruanos conozcamos los puntos de vista
del periodista John Dougherty y la investigadora y coordinadora del programa de
América Latina de MiningWatch Canada, Jennifer Moore, que han investigado estos
temas y elaborado este vídeo, con el grave riesgo de impedir su presencia y de seguir
intercambiando información al futuro en el país.

10. La detención de Moore afecta la democracia y el pluralismo político

Existe una estrecha relación entre libertades comunicativas y democracia. El TC ha


precisado que las libertades comunicativas “se encuentran estrechamente vinculadas al
principio democrático, en razón de que, mediante su ejercicio, se posibilita la
formación, mantenimiento y garantía de una sociedad democrática, pues se permite la
formación libre y racional de la opinión pública. Desde esa perspectiva, ambas
libertades "tienen el carácter de derechos constitutivos por antonomasia para la
democracia. Constituyen el fundamento jurídico de un proceso abierto de formación de
la opinión y de la voluntad políticas, que hace posible la participación de todos y que
es imprescindible para la referencia de la democracia a la libertad" 16. Esto ello lleva al
TC a señalar que las libertades informativas poseen la naturaleza de libertades
“preferidas”17.

Según este, esta condición de las libertades informativas requiere que, cada vez que con
su ejercicio se contribuya con el debate sobre las cosas que interesan a todos, deban
contar con un margen de optimización más intenso, aun cuando con ello se pudiera
afectar otros derechos constitucionales. Añade, que lo anterior no implica que ambas
libertades tengan que considerarse como absolutas, esto es, no sujetas a límites o que
sus excesos no sean sancionable18. Al igual que el TC, la Corte IDH también considera a
la libertad de expresión un elemento de la sociedad democrática, en tanto esta posibilita
la formación de la opinión pública. Según ella, “la libertad de expresión es un elemento
fundamental sobre el cual se basa la existencia de una sociedad democrática. Es
indispensable para la formación de la opinión pública. Es también condición sine qua
non para que los partidos políticos, los sindicatos, las sociedades científicas y
culturales, y en general, quienes deseen influir sobre la colectividad puedan
desarrollarse plenamente. Es, en fin, condición para que la comunidad, a la hora de

15
Caso Ricardo Canese, párr. 79.
16
Sentencia del Tribunal Constitucional, Exp. Nº 0905-2001-AA/TC, f.j. 13. Como se señala en la misma
sentencia, esta referencia corresponde a la siguiente cita textual “(Erns Wolfgang Böckenforde, Estudios
sobre el Estado de Derecho y la democracia, Edit. Trotta, Madrid 2000, pág. 67)”.
17
Sentencia del Tribunal Constitucional, Exp. Nº 6712-2005-HC/TC, f.j. 40.
18
Sentencia del Tribunal Constitucional, Exp. Nº 0905-2001-AA/TC, f.j. 14.

21
ejercer sus opciones esté suficientemente informada. Por ende, es posible afirmar que
una sociedad que no está bien informada no es plenamente libre”19.

11. Existe un antecedente similar, donde prevaleció el ejercicio de la libertad de


reunión sobre la Ley de Migraciones

Es el caso McAuley, donde la Oficina de Migraciones revocó el permiso de residencia a


John Michel Paul Thomas McAuley, miembro de la Congregación de la Salle, de
nacionalidad británica, por participar en una marcha de protesta en Iquitos, se le otorgó
el plazo de un mes para su salida del país. Una resolución de la Dirección General de
Migrantes y Naturalización del Ministerio del Interior resolvió que “se encuentra
presidiendo la Asociación Red Ambiental Loretana registrada el 10 de febrero del 2006
y que desde la creación de dicha asociación ha venido participando en diferentes
actividades de carácter político, tales como marchas de protesta por las principales
calles de la ciudad de Iquitos contra el Estado Peruano y demás actos que constituyen
alteración del orden público los mismos que se detallan en el Atestado”. Una demanda
de hábeas corpus, presentada por el Vicariato de Iquitos, logró dejar sin efecto dicha
orden, revocándose la abusiva orden de la Oficina de Migraciones. Puede encontrar la
sentencia, que declaró fundada una demanda de hábeas corpus, en el siguiente enlace:
http://www.justiciaviva.org.pe/userfiles/paulmcauley.pdf

La magistrada declaró fundado el hábeas corpus, ordenando “el cese de los actos que
obstaculicen, perturben o incomoden al ejercicio del derecho al libre tránsito del
demandante como residente extranjero en el territorio Nacional Peruano y a no ser
expulsado del país, ni impedido de ingresar al territorio nacional”.

12. La libertad de expresión y el control del poder en el caso concreto

Es preocupante que funcionarios del Ministerio del Interior consideren el ejercicio de la


libertad de expresión y la crítica afectan la seguridad nacional y el orden interno. Muy
por el contrario, estas son fundamentales para promover el control democrático del
poder y el fomento de la transparencia en la gestión pública. La Corte IDH ha precisado
que “El control democrático, por parte de la sociedad a través de la opinión pública,
fomenta la transparencia de las actividades estatales y promueve la responsabilidad de
los funcionarios sobre su gestión pública, razón por la cual debe existir un mayor
margen de tolerancia frente a afirmaciones y apreciaciones vertidas en el curso de los
debates políticos o sobre cuestiones de interés público”20. En relación con el ejercicio
de la libertad de expresión sobre el ejercicio del poder económico y político, la Corte
IDH ha exigido y ha reconocido que estos últimos deben ser tolerantes respecto de
críticas. Para ella, “es lógico y apropiado que las expresiones concernientes a
funcionarios públicos o a otras personas que ejercen funciones de una naturaleza
pública deben gozar, en los términos del artículo 13.2 de la Convención, de un margen
19
Ibídem, párrafo 86.
20
Caso Ricardo Canese, párr. 97.

22
de apertura a un debate amplio respecto de asuntos de interés público, el cual es
esencial para el funcionamiento de un sistema verdaderamente democrático” 21. Estas
características del ejercicio de la libertad de opinión, también se aplican al caso de
actividades extractivas que no respetan el medio ambiente y los derechos de las
comunidades campesinas afectadas por contaminación y malas prácticas empresariales.

13. La difusión de un vídeo de denuncia no puede poner en peligro el orden público

Precisa el pronunciamiento del Ministerio del Interior que “Las autoridades tienen
abundante información que documenta que esta condición no ha sido cumplida
[trabajar con visa de turista], dedicándose las citadas personas a incitar a los
pobladores de diversas localidades y comunidades campesinas en contra de la
actividad minera canadiense en el Perú. En particular contra la mina Constancia de la
empresa Hudbay, que tiene todos los permisos del Estado peruano para realizar sus
operaciones en el país”. Más adelante agrega que “La conducta de los ciudadanos
extranjeros implica la alteración del orden público o el orden interno”. Se advierte que
se imputa a Jennifer Moore la perturbación del orden público como consecuencia de la
difusión de un vídeo.

El concepto de orden público no puede ser utilizado como argumento suficiente para
justificar cualquier restricción de derechos. Es necesaria una interpretación y una re-
conceptualización del orden público “desde” la Constitución Política 22. Se aprovecha de
la absoluta indeterminación y confusión de estos conceptos 23, para justificar la
injerencia de los poderes públicos en el ejercicio de muy variados derechos civiles y
políticos, como acá ocurre. Es necesaria por tanto, una interpretación del orden público,
que tenga como punto de partida y como referencia obligatoria la Constitución Política
y los valores, derechos y principios que ella contiene.

En ese sentido se pronuncia la Corte IDH cuando se pronuncia sobre el orden público en
una sociedad democrática al Corte IDH. Según esta: “69. El concepto de orden público
reclama dentro de una sociedad democrática, se garanticen las mayores posibilidades
de circulación de noticias, ideas y opiniones, así como el más amplio acceso a la
información por parte de la sociedad en su conjunto. La libertad de expresión se
inserta en el orden público primario y radical de la democracia”. (OC-5/85). Añade la
Corte IDH que “70. La libertad de expresión es una piedra angular en la existencia
misma de una sociedad democrática. Es indispensable para la formación de la opinión
pública. Por ende, es posible afirmar que una sociedad que no está bien informada no
es plenamente libre” (OC-5/85).

El comunicado precisa “Hay que señalar que en las zonas donde los ciudadanos
extranjeros intervenidos estuvieron realizando su activismo opositor a la minería ha
habido ya - en agosto y noviembre del 2016- protestas muy violentas. Estas protestas no
21
Caso Ricardo Canese, parr. 98.
22
Seguimos a José Carlos de Bartolomé Cenzano, El orden público como límite a los derechos y
libertades, Centro de Estudios Políticos y Constitucionales, Madrid, 2002, pág. 41.
23
Ibídem, pág. 41.

23
solo incluyeron bloqueos de carreteras, sino destrucción de locales públicos y la toma
de las instalaciones de la Mina Constancia en el sector “Tajo Abierto-San José”, que
puso en riesgo al polvorín. Esa última acción pudo haber causado una tragedia de
proporciones”. Al respecto, no basta invocar retóricamente la violación del orden
público para restringir derecho, es necesario probar y fundamentar en el caso concreto,
de qué manera se ha afectado el orden público de forma intolerable.

Como lo señala el TC en relación con la libertad de reunión “los motivos que se


aleguen para prohibir o restringir el derecho de reunión, deben ser “probados”. No
deben tratarse, en consecuencia, de simples sospechas, peligros inciertos, ni menos aún
de argumentos insuficientes, antojadizos o arbitrarios; sino de razones objetivas,
suficientes y debidamente fundadas”24. Es más, el TC siguiendo a su homólogo español
recoge el principio de “favorecimiento del derecho de reunión”, según el cual “si
existieran dudas sobre si tal ejercicio en un caso determinado puede producir los
efectos negativos contra el orden público con peligro para personas y bienes u otros
derechos y valores dignos de protección constitucional, aquellas tendrían que
resolverse con la aplicación del principio o criterio de favorecimiento del derecho de
reunión (favor libertatis), sin que baste para justificar su modulación o prohibición la
mera sospecha o la simple posibilidad de que se produzcan dichos resultados”25.

En este caso, no se ha probado concretamente en qué medida la realización de protestas


tiene relación directa con Moore o con la difusión del video. Aquí solo hay una mera
sospecha, pero no razones fundadas para sustentar la responsabilidad de Moore en la
alteración del orden público en las fechas que se señalan. Se trata de una aseveracióin
antojadiza y que sirve como excusa para intimidarla y amedrentarla, y a otras personas
que podrían pretender ejercer una actividad parecida. Pero además, resulta
inconstitucional sostener que la difusión de las ideas altera el orden público. Como dice
el Tribunal Constitucional Español “debe poseer datos objetivos suficientes, derivados
de las circunstancias de hecho concurrentes en cada caso. Asimismo, hay que tener en
cuenta que en caso de duda, opera el principio pro homine o pro libertatis, es decir en
caso de duda se debe optar por aquella interpretación que mejor optimice la protección
de los derechos fundamentales. En tal sentido, el TC español establece que si bien se
reconoce la facultad de limitar el derecho a la libertad de reunión, ello debe realizarse
proporcionalmente, y solo como último remedio deberá prohibirse las manifestaciones.
Esto implica haber agotado todos los medios al alcance que supongan una medida
menos traumática o restrictiva que la prohibición del ejercicio de la libertad de reunión;
y, en caso que se opte por la prohibición de la libertad de reunión, no podrá invocarse
nunca una genérica conflictividad de derechos. Será necesaria una escrupulosa
ponderación en el caso concreto.

Finalmente, cómo entender el orden público La respuesta la proporciona el TC español,


“es evidente que el respeto a los derechos fundamentales y libertades públicas
garantizados por la Constitución es un componente esencial del orden público” 26. Si
esa es la premisa, queda claro que Moore no violentó el orden público
24
Sentencia del Tribunal Constitucional, Exp. Nº 4677-2004-PA/TC, f.j. 18.
25
Sentencia del Tribunal Constitucional español. Nº 195/2003, fundamento 7. C.
26
Sentencia del Tribunal Constitucional español. Nº 19/1985.

24
14. La interpretación de la Ley de Migraciones no puede realizarse de espaldas a la
Constitución

Según la interpretación del MININTER, todo acto de protesta es ilegal. Desconoce que
las protestas sociales tienen cobertura constitucional, pues implica el ejercicio de por lo
menos 4 derechos fundamentales. En primer lugar constituye un ejercicio de la libertad
de reunión consagrado en el artículo 2.12 de la Constitución Política, el cual autoriza a
“reunirse pacíficamente sin armas”. En segundo lugar, estos pueblos originarios
protestaron ejerciendo la “libertad de opinión” y la “difusión del pensamiento”. La
libertad de opinión está reconocida en el artículo 2.4 de la Constitución, y adviértase
que la cláusula constitucional precisa de forma clara que la difusión del pensamiento
debe realizarse “sin previa autorización ni censura ni impedimento algunos, bajo las
responsabilidades de ley.”

De igual manera la protesta realizada constituye o materializa el derecho constitucional


de petición, el cual autoriza a cualquier ciudadana a “formular peticiones, individual o
colectivamente […] ante la autoridad competente”, tal como lo reconoce el artículo
2.20 de la Constitución Política. En este caso, a través de este derecho ellos están
pidiendo la atención por parte del Estado de la grave situación que vienen
experimentando. Finalmente, los actos de protesta concretan el ejercicio de uno de los
derechos más importantes en el ordenamiento jurídico, cual es el derecho a la
participación política, el cual está reconocido fundamentalmente en los artículos 2.17 y
31 de la Constitución. Según la primera disposición constitucional, todos los ciudadanos
tienen derecho “A participar, en forma individual o asociada, en la vida política,
económica, social y cultural de la Nación”, y según la segunda disposición “Los
ciudadanos tienen derecho a participar en los asuntos públicos”.

Pero no solo eso, la sentencia del caso Baguazo, emitida por la Sala Penal de
Apelaciones Transitoria y Liquidadora de Bagua, ha reconocido que en algunos
circunstancias las medidas de hecho o medidas de fuerza podrían estar justificadas, si
luego de aplicar el test de proporcionalidad, se evalúa que la restricción a la libertad de
tránsito constituía constituye una restricción idónea, necesaria y proporcional, para
proteger bienes jurídicos de mayor importancia como el medio ambiente y los territorios
ancestrales.

Cabe señalar que nadie intenta convalidar cualquier protesta social. Es evidente que
tenemos que zanjar con la violencia y el vandalismo que algunas veces se puede
esconder tras. Por ello, es importante que el Estado, y tiene todo el derecho de hacerlo,
regule y limite este derecho teniendo en cuenta consideraciones de tiempo, modo y
lugar. Como sostiene Gargarella, “la prioridad de custodiar la expresión de los grupos
más desaventajados de la sociedad no debe amparar sin más el uso de medios violentos
por parte de aquéllos. [Sin embargo] la necesidad de poner coto a ciertos abusos no
debe utilizarse como vía para limitar el derecho de los manifestantes a tornar audibles
sus quejas”27.
27
Gargarella, op. cit., p. 43.

25
15. La libertad de expresión permite el control democrático de la sociedad tal como
lo ejerció Moore

La sentencia de la Corte IDH recaída en el caso Ricardo Canese precisa que, “Quienes
están bajo la protección de la Convención tiene no solo el derecho a la libertad de
expresar su propio pensamiento, sino también el derecho y la libertad de buscar, recibir
y difundir informaciones e ideas de toda índole. La libertad de expresión tienen una
dimensión individual y una dimensión social” (párrafo 77).

Entonces, podemos concluir entonces que las libertades de información y opinión dan
cobertura a las críticas que Jennifer Moore pueda haber formulado contra la explotación
minera de Hudbay o en torno a las empresas mineras canadienses en general. Pero no
solo eso, sino que, al ser premisa y condición del derecho de participación política, se
convierten en un derecho de la mayor importancia, que debe ser protegido de forma
especial por el ordenamiento jurídico constitucional.

16. El proceso de hábeas corpus innovativo asegura que esta violación no vuelva a
realizarse

El hábeas corpus se configura como una garantía procesal constitucional destinada a


tutelar el derecho fundamental a la libertad en sus diferentes manifestaciones y derechos
conexos al mismo. En atención a esto, debemos comprender el concepto de libertad
como: “la capacidad que tiene una persona de autoafirmarse asimisma, es decir, de ser
ella misma creadora y materializadora de sus manifestaciones personales dentro de la
sociedad”28. Ahora bien, no debemos entender el proceso de hábeas corpus como una
garantía de forma restringida, sino como una variada gama de tipos de hábeas corpus
especiales, que actúan en función de la libertad fundamental reclamada 29. Entre ellos se
encuentra el hábeas corpus innovativo.

El fundamento normativo de este habeas corpus se encuentra en el artículo 1 del Código


Procesal Constitucional cuando precisa que “Si luego de presentada la demanda cesa la
agresión o amenaza por decisión voluntaria del agresor, o si ella deviene en
irreparable, el Juez, atendiendo al agravio producido, declarará fundada la demanda
precisando los alcances de su decisión, disponiendo que el emplazado no vuelva a
incurrir en las acciones u omisiones que motivaron la interposición de la demanda”
(subrayado nuestro).

Procede cuando, pese a haber cesado la amenaza o la violación de la libertad personal,


se solicita la intervención jurisdiccional con el objeto de que tales situaciones no se
repitan en el futuro, en el particular caso del accionante 30. Según García Belaunde
“Dicha acción de garantía debe interponerse contra la amenaza y la violación de este
28
Espinoza Espinoza, Juan. Derecho de las personas. 5ta. Edición, Lima, 2009, pág. 272
29
Landa, Cesar. Estudios sobre Derecho Procesal Constitucional, pág. 203
30
Sentencia del Tribunal Constitucional, Exp. N 2663-2003-HC/TC, f. j. 6.

26
derecho, aun cuando éste ya hubiera sido consumado”31. Según el ex presidente del TC,
“A pesar de haber cesado la violación de la libertad individual, sería legítimo que se
plantee un Habeas Corpus innovativo, siempre que el afectado no vea restringido a
futuro su libertad y derechos conexos”32.

Esta clase de hábeas corpus tiene efectos hacia el futuro, pues busca que el juez ordene
la no repetición de los actos lesivos. Al respecto, el TC ha señalado que el hábeas corpus
innovativo “procede cuando, pese a haber cesado la amenaza o la violación de la
libertad personal, se solicita la intervención jurisdiccional con el objeto de que tales
situaciones no se repitan en el futuro, en el particular caso del accionante” 33. Así, en la
configuración de este tipo de garantía, debe comprobarse tanto la afectación del derecho
a la libertad, como el cese de la lesión.

Si tomamos en cuenta que la finalidad de los procesos constitucionales es la defensa de


los derechos fundamentales, y recordamos la configuración del habeas corpus
innovativo, no basta con reponer las cosas al estado anterior de cometida la agresión del
derecho, sino que es necesario aplicar otras vías complementarías de aseguramiento del
derecho constitucional, a fin de evitar agresiones futuras.

Al respecto, Luis Castillo Córdova ha señalado: “Se trata de un deber antes que de una
prerrogativa. La norma se ha redactado de modo que ha dispuesto un imperativo al
juez. La expresión “atendiendo al agravio producido” que se recoge en el segundo
párrafo del artículo 1 CPConst., no debería ser interpretada como si diese la
posibilidad de que el juez examinando la entidad de la violación del derecho
constitucional, pueda declarar la sustracción de la materia y la improcedencia de la
demanda, por considerarla de poca gravedad. Toda lesión a todo derecho
constitucional, si la lesión realmente es tal y el derecho es de rango constitucional, es
igualmente grave, e igualmente deseable que no vuelva a ocurrir. 34

17. Los actuados deben ser remitidos a la Fiscalía Provincial Penal y los agresores,
ser investigados penal y disciplinariamente

Según el artículo 8 del Código Procesal Constitucional, cuando exista causa probable de
la comisión de un delito, el Juez, en la sentencia que declara fundada la demanda en los
procesos tratados en el presente título, dispondrá la remisión de los actuados al Fiscal
Provincial que corresponda para los fines pertinentes. Esto ocurrirá, inclusive, cuando se
declare la sustracción de la pretensión y sus efectos, o cuando la violación del derecho
constitucional haya devenido en irreparable, si el Juez así lo considera. En este caso
exigimos que se corra traslado al Fiscalía Provincial Penal competente, en Cusco, para
que se investiguen los ilícitos penales que hubieren cometidos el personas policial y de
migraciones correspondiente. De igual forma, en el caso de los dos policías, con
apellidos Paredes y Fernández, solicitamos se sirva a destituirlos de sus cargos. Incluso
31
Domingo García Belaunde. Constitución y Política. Lima: Eddili, 1991, p.148.
32
Cesar Landa Arroyo. Tribunal Constitucional Estado Democrático. Lima: Palestra, 2003, p.193.
33
Sentencia del Tribunal Constitucional, Exp. N 2663-2003-HC/TC, fundamento 6
34
Castillo Cordova, Luis. Comentarios al Código Procesal Constitucional, pág. 103

27
la norma plantea que el haber procedido por orden superior no libera al ejecutor de la
responsabilidad por el agravio incurrido.

18. Conclusión

En consecuencia, no correspondía una retención policial de Moore sino la notificación


del inicio de un procedimiento migratorio sancionador, cubierto de todas las garantías
que establecen la Constitución y la Ley. Estamos ante una detención ilegal. Cualquier
orden de detención, para ser legítima, debió emitirla un juez penal competente. Además,
la detención arbitraria y las nuevas amenazas de detención contra Moore suponen una
amenaza cierta e inminente a su libertad persona, en caso desee retornar al Perú, y
violan el derecho de recibir información de todos los peruanos. Finalmente, la detención
arbitraria y las nuevas amenazas constituyen actos de censura, que no pueden tolerarse.

IV. ANEXOS

1. Copia del pasaporte de la ciudadana canadiense Jennifer Moore (Anexo N° 1);

2. Copia del Comunicado MININTER N° 007-2017, emitido por la Oficina General de


Comunicación Social e Imagen Institucional del Ministerio del Interior (Anexo N° 2);

3. Copia del acta de intervención policial, con fecha 21 de abril de 2017 (Anexo N° 3);

4. Copia del acta de manifestación de Moore ante la instructora Jacquelin Meléndez


Guevara de la Policía Nacional (Anexo 4);

5. Copia del Informe N° 13-2017-VII-MACRO REGPOL/RP-CUS-DEPSEEST/SECC.


EXTR., emitido por el jefe del Departamento de Seguridad del Estado de Cusco de la
Policía Nacional del Perú (Anexo N° 5);

6. Copia del convenio de cooperación interinstitucional suscrito entre Hudbay Perú


S.A.C. y la Policía Nacional (Anexo N° 7);

7. Copia del comunicado emitido por Hudbay Minerals, con fecha 8 de mayo de 2017
(en inglés) (Anexo N° 7);

8. Copia del boleto de viaje de la ciudadana canadiense Jennifer Moore a la ciudad de


Lima el día 9 de agosto de 2017 (Anexo 8).

POR TANTO:
28
Sírvase, señor juez, a admitir a la presente demanda, tramitarla de acuerdo a su
naturaleza y, en su debida oportunidad, declararla fundada en todos sus extremos.

PRIMER OTROSÍ DIGO.-

Que, al amparo de lo dispuesto en los artículos 80 y 74 del Código Procesal


Civil, otorgo facultades generales de representación a los abogados: Juan Carlos Ruiz
Molleda, del Instituto de Defensa Legal, con registro CAL N° 28423; José Ramiro
Llatas Pérez y Clotilde Flórez Vásquez, de Derechos Humanos sin Fronteras, con
registros CAC N° 3177 y 6324, respectivamente; y Paúl José Casafranca Boub, de la
Asociación por la Vida y Dignidad Humana, con registro CAC N° 1223.

SEGUNDO OTROSÍ DIGO.-

Solicito asimismo que una vez culminado el presente procedimiento, disponga


remitir los actuados a la Fiscalía Provincial Penal correspondiente, a fin de investigarse
y determinarse las responsabilidades del caso, bajo el amparo del artículo 8 del Código
Procesal Constitucional.

Lima, 16 de mayo de 2017

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