La filosofia medieval se desarrollo en Europa y Oriente Medio durante el medioevo
inicia en el siglo II con el diálogo entre la filosofía helenística y las grandes religiones monoteístas, se caracterizo principalmete por intentar conciliar las doctrinas cristianas con la filosofia heredada de la antigüedad clasica, estaba fuertemente ligada a la filosofía cristiana, la cual estaba fuertemente influenciada a sí misma por la clásica filosofía islámica y por la filosofía judeo-islámica en la Baja Edad Media, la gran mayoría de los textos de autores clave como Platón, Aristóteles y Plotino fueron inaccesibles a los estudiosos medievales. En los siglos XII y XIII una gran cantidad de trabajos de Aristóteles viajaron a Europa Occidental desde Al-Andalusy desde Constantinopla, influenciando enormemente a la filosofía. Este importante hecho permite dividir a la filosofía medieval en dos períodos: el período antes del reingreso de Aristóteles, y el período durante y después de su reingreso. El primer período fue marcadamente platónico, los autores más importantes fueron Agustín de Hipona, Boecio, Juan Escoto Erígena, Anselmo de Canterbury y Pedro Abelardo, de ahí surgió la teología. El segundo período fue más aristotélico, los autores clave estuvieron Ramon Llull, Tomás de Aquino, Juan Duns Scoto, Guillermo de Ockham y Buenaventura de Fidanza este periodo domino la escolástica que es una corriente teológica y filosófica que utilizó parte de la filosofía grecolatina clásica para comprender la revelación religiosa del cristianismo. Tomás de Aquino argumento, que todo lo que existe tiene una causa. Por lo tanto, debe haber una primera causa sin causa, y esa es Dios, la causa de cada cosa es mejor que la cosa causada. Con esto prueba la bondad de Dios. Argumentos similares son usados para probar el poder y la excepcionalidad de Dios. El argumento ontológico, ofrecido por Anselmo de Canterbury. Básicamente dice que Dios es aquel mayor del cual no se puede pensar otro. Los temas centrales a lo largo de la filosofía medieval fueron la relación entre la fe y la razón, la existencia y naturaleza de Dios, la cuestión de la compatibilidad entre atributos divinos, el problema del mal, el problema de la compatibilidad de la omnisciencia divina con el libre albedrío, el problema de los universales, la causalidad, los límites del conocimiento, la lógica aristotélica y la individuación de las sustancias divisibles e indivisibles. La filosofía medieval tuvo cuatro etapas: La patrística es el estudio del cristianismo de los primeros siglos y de sus primeros autores conocidos como padres de la Iglesia. En su contenido ideológico se caracterizó por ser el periodo en que se gestó el contenido doctrinal de las creencias religiosas cristianas, así como su defensa apologética contra los ataques de las religiones paganas primero, y sucesivamente de las interpretaciones que dieron lugar a las herejías, después. Durante este período, el cristianismo es difundido masivamente por los profetas, tomando fuerza entre la población y desplazando a las religiones politeístas. Algunos de los principales representantes de esta etapa fueron Mario Victorino, Boecio, Isidoro de Sevilla, San Agustín de Hipona y Juan Escoto Erígena. La filosofía islámica es el conjunto de doctrinas relacionadas con la vida, el universo, la ética, la sociedad y demás cuestiones fundamentales vinculadas al mundo islámico se basó en algunos pensamientos del neoplatonismo y del aristotelismo con otros conceptos que fueron insertados mediante el desarrollo del Islam. La filosofía judía en la cual se da una definición clara y concisa de los principales términos silogísticos que utiliza. No es sólo un manual de lógica, sino también una introducción a la filosofía en esta etapa la fe se fundamenta sobre las verdades reveladas por Dios, y la razón, sobre las que el conocimiento humano, potencia derivada de Dios. La escolástica fue la corriente teológico-filosófica dominante del pensamiento medieval, tras la patrística de la Antigüedad tardía, y se basó en la coordinación entre fe y razón, que en cualquier caso siempre suponía una clara subordinación de la razón a la fe la enseñanza de esta se podía limitar en principio a la repetición de los textos antiguos, y sobre todo de la Biblia (principal fuente de conocimiento). A pesar de todo ello, la escolástica incentivó la especulación y el razonamiento, pues suponía someterse a un rígido armazón lógico y una estructura esquemática del discurso que debía exponerse a refutaciones y preparar defensas.