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Psicoanalisis en La Vejez - Aducci
Psicoanalisis en La Vejez - Aducci
Eduardo Adduci
Psicoanálisis en la vejez.
Conclusiones
Uno de los objetivo de la Gerontología y la Geriatría, en la actualidad es esencialmente la determinación de
factores de envejecimiento, para poder actuar sobre ellos y evitar los riesgos de sobre mortalidad que
imponen al género humano, tratándolos profilácticamente.
CAPITULO II.
EL PSICOANALISIS, SU APLICACIÓN A PACIENTES DE EDAD MADURA Y AVANZADA.
En 1898, en La sexualidad en la etiología de las neurosis dice Freud: “la terapia psicoanalítica n es por ahora,
generalmente aplicable, presentando que yo sepa las siguientes limitaciones: exige una determinada madurez
intelectual en los enfermos, siendo por tanto inútil en los niños y en los adultos mentalmente débiles o
incultos.
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Cuando se trata de personas de mucha edad, la duración del tratamiento, correlativa a la cantidad de material
acumulado resultaría excesivo, coincidiendo acaso su fin con el comienzo de un periodo de la vida en el que
no se concede ya gran valor a la salud nerviosa. Por último, solo es posible cuando el enfermo conserva un
estado psíquico normal, partiendo del cual puede dominarse e material patológico. Durante una gran crisis
histérica o una manía o melancolía interpolada, los medios psicoanalíticos no logran resultado alguno. Tales
casos solo pueden ser sometidos a nuestro método después de haber conseguido apaciguar, con los medios
acostumbrados, los fenómenos tormentosos”.
En 1904, Freud en El método psicoanalítico de Freud. “La persona que haya de someterse con provecho al
psicoanálisis debe llenar muchos requisitos. En primer lugar, tiene que ser capaz de un estado psíquico
normal; en épocas de confusión o de depresión melancólica, no se consigue nada, ni siquiera en el caso de la
histeria.
Además corresponde exigirle cierto grado de inteligencia natural y de desarrollo ético; e personas carentes de
todo valor, el médico pronto pierde el interés que le permite profundizar en la vida anímica del enfermo. Las
malformaciones acusadas de carácter, los rasgos de una constitución reamente degenerativa, se exteriorizan
en la cura como fuentes de resistencias que es muy difícil vencer.
En esa medida la constitución, en general, impone un límite de posibilidad de curación mediante psicoterapia.
También se crean condiciones desfavorables para el psicoanálisis si la edad del paciente ronda el quinto
decenio, pues en tal caso ya no es posible dominar la masa de material psíquico, el tiempo requerido para la
curación se torna demasiado largo y la capacidad de deshacer procesos psíquicos empieza a desfallecer”.
“La edad de los enfermos cumple un papel en su selección para el tratamiento psicoanalítico: por una parte,
en la medida en que las personas que se acercan a la cincuentena o la sobrepasan, suelen carecer de la
plasticidad de los procesos anímicos de la que depende la terapia.
Los ancianos ya no son educable y, por otra parte, porque el material que debiera reelaborarse
Prolongaría indefinidamente el tratamiento”.
Karl Abraham: “no se ha demostrado que ciertas enfermedades mentales, que la medicina psiquiátrica había
considerado totalmente intratable, resultan accesibles para los métodos psicoanalíticos. En consecuencia
parecería incorrecto negara a priori la posibilidad de ejercer una influencia curativa sobre la neurosis en el
periodo de involución”.
“Durante mi practica sicoanalítica he tratado varias neurosis crónicas en personas de más de cuarenta, e
inclusive de cincuenta años de edad”.
“Para mi sorpresa, un número considerable de ellos reacciono favorablemente ante el tratamiento. Puedo
agregar que cuento a algunas de esas curas entre mis exitosos resultados”.”LA prognosis es favorable
inclusive en casos de edad avanzada, si la neurosis apareció en toda su gravedad solo largo tiempo después e
la pubertad y si el paciente ha disfrutado por lo menos de algunos años de una actitud sexual próxima a la
normal y de un periodo de actividad social útil. Los casos desfavorables so aquellos de quienes ya han tenido
en la infancia una neurosis obsesiva, etc. Y, que los aspectos ya mencionados nunca consiguieron un estado
semejante al normal”.
“Estos son también los casos, sin embargo, en que la terapéutica psicoanalítica puede fracasar aunque el
paciente sea joven”.
En otras palabras, es de mayor importancia para el éxito del psicoanálisis de edad en la que aparece la
neurosis que la edad en que se inicia el tratamiento. Podemos decir que la edad de la neurosis es más
importante que la edad del paciente”.
Por eso hoy en día no solo los cuadros depresivos graves, sino también las esquizofrenias de la vejez, que
hasta hace poco concluían casi todas en el confinamiento, en un establecimiento psiquiátrico para el resto de
la vida, pueden tratar de en la seno de la comunidad. Como muchos de los desequilibrios de esta mitad de la
vida, la evolución sele ser lenta y hay que tener en cuenta la influencia de actores sociales, económicos,
familiares y biológicos.
Diagnostico y tratamiento.
La psiquiatría emplea tres criterios para el diagnostico de las enfermedades mentales:
a) Descriptivo
b) Etiológico
c) Evolutivo
Una cuestión muy importante que se ha de resolver, es la de si en la clasificación de las enfermedades
mentales de la vejez se están incluyendo los trastornos preexistentes, modificados o influidos por el
envejecimiento, o si se deben tener en cuenta solo aquellos que aparecen durante este periodo de la vía.
Así, deben considerarse globalmente en este periodo:
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1) Las psicosis seniles atróficas
2) Las psicosis arterioescloroticas
3) Estados confusionales agudos
4) Demencias preseniles
a) Síndrome de Alhzeimer.
b) Enfermedad de Pick
5) Psicosis afectiva
a) Depresión tardía
b) Manía tardía
6) Esquizofrenia tardía
7) Síndrome paranoide
8) Las neurosis
9) Cambios de la personalidad que aparecen en la vejez.
Los síndromes arterioscleróticos y seniles crónicos, se deben a procesos irreversibles, cuya gravedad tiende a
progresar regularmente hasta la total invalidez del enfermo.
El tratamiento no es aquí de competencia del psicoterapeuta, ya que debe ser sintomático y paliativo,
tratando de mantener la salud general y el bienestar del paciente.
CAPITULO III
LA ENTREVISTA CON EL PACIENTE DE EDAD AVANZADA.
La entrevista es el instrumento fundamental por intermedio del cual el médico, el psicólogo, el psicoanalista o
el psicoterapeuta va a tomar contacto con su futuro y posible paciente.
En todos los casos, en general la entrevista puede adquirir dos tipos fundamentales, puede ser:
a) abierta : si bien el entrevistador tiene amplia libertad para hacer preguntas e intervenciones, no es esto lo
que la caracteriza, sino que la tipifica una flexibilidad suficiente del campo, como para permitir que el
entrevistado lo configure según su propia estructura psicológica, y que las variables del campo dependan lo
más posible de la personalidad del mismo entrevistado.
o
b) cerrada: la entrevista cerrada, las preguntas ya están previstas tanto como los están el orden y la forma
de plantearlas.
La entrevista abierta posibilita un mejor conocimiento de los aspectos psicodinámicos del entrevistado; la
entrevista cerrada nos proporciona información valiosa, en cuanto a la historicidad del sujeto, dándonos pie en
un futuro a una mayor comparación sistemática de datos.
Algunos autores suelen hacer distinción entre entrevista y anamnesis.
“anamnesis es apara estos autores una amplia recopilación de datos, de tal extensión y detalle, que permite
obtener una síntesis tanto de la situación presente como de la historia de u individuo, de su enfermedad y de
su salud”.
“En la anamnesis, la preocupación y finalidad residen en la recopilación de datos, y el paciente queda reducido
a un mediador entre su enfermedad, su vida y sus datos por un lado y el médico por el otro”.
Si el paciente no ofrece los datos,, hay que “extraerlos de él”.
“Una diferencia fundamental entre entrevista y anamnesis, en lo que atañe a la teoría de a personalidad y a la
teoría de técnica, reside en que la anamnesis se opera con el supuesto de que el consultante conoce su vida y
está capacitado, por lo tanto, para dar datos sobre la misma, mientras que el supuesto de la entrevista es el
de que cada ser humano tiene organizada una historia de su vida y un esquema de su presente, y de esta
historia y de este esquema tenemos que deducir lo que no sabe”.
Todos estos hechos deben ser tenidos en cuenta al iniciar nuestra entrevista y así utilizar, en consecuencia,
aquello que resulte más adecuado para cada momento: a) entrevista vierta, b) entrevista dirigida o c) la
detallada anamnesis.
Entrevista.
La información no debe ser solicitada en bloque, ni en una sola sesión, debe ser requerida progresivamente
en el curso de varias entrevistas. Es necesario informarse sobre la historia médica del sujeto. Le invitamos a
formular su propia teoría, aun cuando esta pueda parecer delirante, ingenua o absurda. Entre el material
significante ofrecido, es posible encontrar temas míticos variados, como nacimientos prematuros, alguna idea
de alimentación toxica, etc. Las fantasías de los padres y de los abuelos sobre el origen de la enfermedad son
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también muy reveladoras. Estas fantasías se irán reubicando durante el proceso analístico y entonces será
posible con mayor facilidad darles su verdad relación edipica. Generalmente suelo preguntar sobre algún
recuerdo, episodio o sueño lejano que pueda haberle resultado significativo repetitivo en su vida.
Cuando la dolencia en crónica, es importante detectar el momento de su inicio y causales concomitantes
(recordar la frase de Abraham con respecto a la edad de la neurosis) y si ella se constituyo con una dolencia,
es decir al mismo tiempo que una dolencia física menos dramática.
SE hace necesario preguntar minuciosamente sobre la parental del paciente, padres, abuelos, hijos,
hermanos, etc. La prudente realización de un elemental árbol genealógico en el que se puedan ir marcando
las constelaciones familiares con las fechas de sus nacimientos, muertes y acontecimientos patológicos más
importantes, nos proporcionan pistas inestimables de rasgos de identificación de nuestro paciente.
¿Algún miembro de la familia murió a temprana edad? Este es un dato que no debe dejar de conocerse
nunca.
La entrevista puede tomarse cara a cara, o acostando al paciente en el diván, depende. Yo prefiero hacerla
cara a cara – ya dije que deben abarcar todo el tiempo que se crea necesario-. A veces el paciente necesita
apoyarse en la imagen de analista.
Frecuentemente tratamos de determinar en el paciente si los síntomas neuróticos tienen alguna relación con
una o alguna afección orgánica.
Posteriormente puede ser que en la entrevista este síntoma neurótico no aparezca, pero hace funcionar el
órgano o el conjunto fisiológico de una manera continua y exagerada en relación a la homeostasis del cuerpo.
CAPITULO IV
PSCOANALISIS Y CREATIVIDAD EN LA SESCENCIA.
L a creatividad también aparece en el anciano como una forma de prolongar su propia existencia.
Es un deseo de afirmar su propia identidad, en forma imperecedera a través de la actitud creadora.
La actitud creativa le permitiría revisar su experiencia de vida y visualizar una nueva perspectiva de la misma.
En los casos en que esta capacidad creativa se encuentra paralizada o inhibida por causas modificables
internas o externas, es allí donde está indicado el psicoanálisis, ya que brinda al individuo la oportunidad de
restablecer todas sus relaciones objetales abandonadas.
Todo proceso analítico, realizado a esta altura de la vida, implica ineludiblemente una “revisión de la vida”, del
que pueden producirse diversos efectos, creativos, adaptativos, patológicos o alguna combinación de ellos. La
reminiscencia, recuerdo cargado de afecto, puede dar nostalgia, pesar, dolor, culpa, desesperanza o
resolverse en reorganización constructiva, creatividad, sabiduría, serenidad, madurez y sobre todo deseos de
vivir en el presente.
En la segunda mitad de la vida y en la vejez se han acumulado capacidades y funciones potenciales que
estimuladas son la fuente de la capacidad creativa.
Conocimientos acumulados, juicio, erudición, prudencia, perspectiva, autonomía, honestidad, madurez y
autoridad permiten expresarse con mayor facilidad en una experiencia creativa.
Hay una “crisis de senescencia”, similar a la “crisis de adolescencia” y que se caracteriza por:
a- Sentirse marginado socio-culturalmente;
b- Tener dificultades para concretar una tarea;
c- Tener graves dificultades para integrar una pareja, sino la tiene o la han pedido;
d- Estar presionados por prejuicios sexuales;
e- Estar invadidos por cambios corporales que se le imponen desde afuera;
f- Estar obligados a integrar una nueva identidad y a elaborar los duelos por las perdidas ocurridas y, a
veces, presionados por condiciones económicas deficientes.
En la creatividad el anciano afirma su propia identidad en una actitud imperecedera.
Cuando la capacidad creativa disminuye, siempre está asociada a:
1. Enfermedad física;
2. Condiciones socioeconómicas y/o socioculturales adversas;
3. Perturbaciones de la personalidad.
En este sentido, los Historiales clínicos en u carácter de historias, constituyen los textos primarios del
psicoanálisis. Es este carácter narrativo el que le da un sello particular al hecho psicoanalítico.
Concluyendo, diré: que todo paciente de edad avanzada, capaz de dialogar y narrar libremente, es pasible de
ser personalizad, y nuestra larga experiencia al respecto nos demuestra que toda perturbación psíquica
psiconeurotica que tenga como fundamento un conflicto infantil, reprimido sexual y cuyo paciente se avenga a
respetar las normas de la asociación libre y las más elementales del encuadre psicoanalítico, horarios,
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honorarios, vacaciones, etc., obtiene beneficios incuestionables, que son observados primariamente como
desaparición de los síntomas y aplacamiento d la angustia.
CAPITULO V
LOS ESTADOS DEPRESIVOS
El termino depresión expresa, para nosotros, un síntoma complejo, pleno de significados.
Representa un humor triste, junto al cual se agrupan, a veces, la inhibición y el dolor moral.
LA inhibición se presenta como un enlentecimiento de los procesos de ideación que reduce el campo de la
conciencia y los intereses, encierra al sujeto sobre sí mismo y lo obliga además a rehuir las relaciones con sus
amigos y familiares.
El paciente experimenta una dificultad tremenda para pensar y para memorizar; una gran cansancio psíquico
que lo lleva a solicitar permanente auxilio y protección.
Este enlentecimiento psíquico va acompañado de quietud en la actividad motriz.
No es raro que se asocien a estas penurias psíquicas, malestares somáticos variados.
Las vivencias depresivas pueden manifestarse a raves de una expresión de “dolor moral”, o sentimientos de
autoacusación o culpabilidad según sea su tipo y grado de profundización en la melancolía; sobre todo la
agresividad vuelta contra si, adopta una actitud de aniquilación del propio yo; siempre hay una intensa
angustia.
Depresiones en la vejez.
¿Cómo se nos presentan, para su tratamiento, los pacientes en nuestra consulta? Primero: puede ser un
paciente con antecedentes de cuadros depresivos anteriores que pueden remontarse a su juventud y
adolescencia, y que ese ánimo depresivo hace a la verdadera personalidad del paciente.
Además se acompaña de angustia, inhibición, sentimiento de culpa y un polimorfo conjunto de síntomas
físicos: insomnio, inapetencia, pérdida de peso, etc. El paciente agrega que tiene periodos aun largos de estar
bien y otros más, es decir, un cuadro depresivo cíclico.
Es lo que psiquiátricamente como “depresiones endógenas”.
Segundo: el paciente describe que, a raíz de una causa externa real o noxa actual (ruptura de matrimonio,
noviazgo, perdida de un posición importante, etc.), pero siempre sobre un cuadro psiconeurotico previo, se ha
precipitado esta crisis depresiva. Con el mismo criterio que lo hicimos anteriormente calificaremos a este
cuadro de “depresiones reactiva”.
Tercero: un cuadro depresivo que aparece por primera vez en la tercera edad, carece en absoluto de
antecedentes previos, y se acompaña de grandes temores, agitación, insomnio grave, sentimiento de culpa
muy intensa y severa preocupación somática.
La falta de antecedentes previos, puede ayudar a diferenciarlas de la enfermedad maniaco-depresiva.
Cuarto: un cuadro depresivo, descripto por el Manual Diagnostico y Estadístico de la O.M.S., como
perturbaciones situacionales transitorias, propias de este periodo de cambio, calificado como reacciones de
adaptación a la vejez. Suelen presentarse con un sentimiento de rechazo asociado al retiro forzoso y al
retraimiento social.
Según he podido comprobar, las depresiones propiamente dichas en la senescencia están apoyadas en las
identificaciones mas primarias, vinculadas al narcisismo primitivo y a la simbiosis, a los que algunos atores
llaman “parte psicótica de la personalidad” y cuya defensa frente a la ruptura de esta simbiosis, se puede
presentar entonces como hipocondría, fobias muy intensas o enfermedad psicosomática.
CAPITULO VI
CONDUCTA MANIACA
Porque así como en el melancólico la depresión ocurre por un sentimiento de culpabilidad ante su propio
sadismo (ambivalencia), en el viejo la depresión puede ocurrir ante la imposibilidad material de ejecutar sus
conductas maniacas.
LA semejanza que hacemos entre una “crisis normal de adolescencia” uy una “crisis normal de senescencia”.
Los ancianos se sienten marginados socioculturalmente, tienen dificultades para conseguir trabajo u
ocupaciones, padecen de situación económica deficiente derivada de lo anterior, tienen graves dificultades
para integrar parejas, sino la tienen o la han perdido, están presionados por prejuicios sexuales, invadidos por
cambios corporales que se les imponen como una realidad y obligados a integrar una nueva identidad,
elaborando los delos por las perdidas en todo sentido ocurridas hasta llegar a esta etapa de la vida.
Cerrando est capitulo diremos que, a) no es frecuente la presentación de pacientes de edad avanzada con
francos cuadros maniacos; b) que pienso que esta etapa del desarrollo, por sus características mentales
morfológicas y dinámicas, es una etapa poco propicia para prestar un marco de referencia adecuado a la
exteriorización de los rasgos de carácter y actividad de tipo maniaco; c) que de tratarse de un cuadro
psiconeurotico, reactivo a una conflictiva infantil como el relatado anteriormente, responde ene forma muy
adecuada al tratamiento psicoanalítico y es el que debe instituirse sin ninguna duda.
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CAPITULO VII
LA TRANFERENCIA Y CONTRATRANSFERENCIA EN EL TRATAMEITO DE PACIENTES DE EDAD
AVANZADA.
L trasferencia en el tratamiento de pacientes de edad avanzada.
Seria indispensable que recorriéramos minuciosamente cada uno de los párrafos del trabajo de Freud de 1912
“dinámica de la transferencia” pero solo no detendremos en el párrafo que dce “ si se persigue un complejo
patógeno desde su subrogación en lo consciente (llamativo como síntoma o bien totalmente inadvertida)
hasta su raíz en lo inconsciente, enseguida se entrara en una región en donde la resistencia se hace valer con
tanta nitidez que la ocurrencia siguiente no puede menos que dar razón de ella y aparecer como un
compromiso entre sus requerimientos y los del trabajo de investigación. En este punto según atestigua la
experiencia sobreviene la transferencia. Si algo del material del complejo (ósea su contenido) es apropiado
para ser transferido sobre la persona del médico, esta transferencia se produce y se anuncia mediante los
indicios de una resistencia”.
Estos conceptos ampliamente vinculados a los de la contratransferencia, podrían resultar dificultosos en estos
casos sino se tomara en cuenta la importancia de la atemporalidad del inconsciente y su forma de influir en la
transferencia con pacientes de edad avanzada. E, en virtud de este fenómeno, que la escala del tiempo
cronológico, biológico y psicológico en que se desarrolla el proceso transferencial, nada tiene que con la
verdadera edad cronológica de los personajes entre los que se está jugando el proceso en el aquí y ahora.
Entender esta escala del tiempo en lo cual está funcionando la transferencia, es la clave que le permite
entender su lenguaje, independientemente de la “relación subjetiva de parentesco” que pudiera aparecer
(padre, madre, abuelo, hijo, etc).
Trasferencia y reminiscencia
Uno de los aspectos importantes de la psicología del sujeto de edad avanzada es su preocupación por el
pasado. Es común que buena parte de su dialogo o relato este formado por reminiscencias, entendiendo por
estas al “acto o habito de pensar en las propias experiencias pasadas y relatadas minuciosamente, en especial
en aquello que consideran más significativo”. Es como un comprobar cómo el anciano vive en el pasado y es
muy común también tomar este hecho como signo de deterioro mental.
El relato de la reminiscencia se incluye en la transferencia, el paciente hace nombres y menciona lugares
como si fueran familiares con el analista, quien se siente incluido en el relato como si la situación fuera de
vivencia contemporánea.
Las contratrasferencias en el analista provocan n la remoción de sus propios temores al envejecimiento,
invalidez y muerte (castración), y es por eso que la premisa de Freud se vuelve tan valiosa, el psicoanálisis
personal del analista, su especial formación y entrenamiento en esta tarea o prepara al respecto. La culpa
inconsciente, por contraidentificación con la vejez, el desvalimiento, la enfermedad y la muerte, siempre
presentes en paciente y terapeuta, pueden generar sentimientos agresivos y rechazantes o sus formas
reactivas de excesiva comprensión y bondad, que culminan indefectiblemente en un fracaso del tratamiento.
CAPITULO XI
EL GRUPO TERAPEUTICO PSICOANALITICO CON EL PACIENTE DE EDAD AVANZADA
El grupo terapéutico psicoanalítico ha resultado ser, en los casos indicados, un método de elección para el
tratamiento de las inhibiciones y conflictos neuróticos, que perturban tanto la creatividad como la asimilación
de los cambios en las estructuras socioculturales a través del pasaje del tiempo.
Usamos el dialogo libre, como las asociaciones libres de los pacientes, la atención flotante, así como la
transferencia, la contratrasferencia, las interpretaciones y las reconstrucción históricas que oportunamente
creemos convenientes.
En el marco grupal, usamos la modalidad de co-terapia, en la cual, si bien las transferencias se diversifican, el
sentimiento emociona l total se multiplica y se potencia por la misma situación grupal.
En el análisis grupal se realiza la exploración de las resistencias del pasado infantil reprimido del paciente, al
igual que el análisis individual, mediante la interpretación de las trasferencias, las reconstrucciones, el análisis
de los sueños, los síntomas, los lapsus y las fantasías.
DE esta forma se puede arribar el contenido inconsciente de un integrante grupal, en idéntica forma a como
se arriba al inconsciente de un paciente en análisis individual y, con la diferencia que, interactuando en el
grupo, se va constituyendo al mismo tiempo que una historia individual, una historia grupal.
De estas historias grupales, surgen situaciones de identificaciones graduales y sucesivas que aumentan el
umbral de tolerancia individual de la ansiedad, lo que favorece el análisis de situaciones en los pacientes del
mismo grupo terapéutico.
- ¿qué tipos de pacientes pasan a integrar nuestro grupo terapéutico?
Los pacientes son entrevistados individualmente por uno de los psicoanalistas coordinadores, las veces que
considere necesario y conveniente.
En ciertos casos, depresiones muy pronunciadas, duelos muy recientes, resistencias muy acentuadas al
tratamiento, se planifica un número reducido de sesiones individuales, 5 a 10, durante las cuales, al mismo
tiempo de actuar terapéuticamente, si es que se ha confirmado la idea de que a este paciente le conviene
recibir este tipo de tratamiento.
En nuestra práctica privada mantenemos en funcionamiento grupos terapéuticos abiertos, en los que vamos
integrando pacientes de acuerdo a sus características y al momento terapéutico del grupo.
El ingreso de cada paciente es avisado al grupo con anticipación y en términos generales se plantean a las
perspectivas de su ingreso al mismo, con la opinión de todos los integrantes.
En ocasiones adecuadas, se trata al grupo como una totalidad, como una unidad dinámica, haciendo del
fenómeno grupal, su campo de investigación y de posibles operaciones terapéuticas.
Los roles en conjunto, representados por pacientes en un momento determinado representan “las fantasías
inconscientes del grupo”, e interpretar en este momento esta fantasía, tomando en cuenta los cambios
emocionales que producen en nosotros estas informaciones, e interpretar las trasferencias, así como las
motivaciones que estos relatos del pasado tienen en la situación presente.
Muchos años de experiencia y un numero grande de pacientes han pasado por nuestros grupos terapéutico,
logrando modificar aspectos conflictivos neuróticos de su personalidad, incluyendo síntomas psicosomáticos,
pero creemos que el mayor beneficio que puede obtenerse de este tratamiento resulta el de suprimir las
inhibiciones de la creatividad y descongelar verdaderos “baluartes” e conducta y de pensamiento, que
convierten a la tercera edad en una clase pasiva, no integrada y por lo tanto segregada a nuestra socio-
cultura.
CAPITULO XII
DE LA SEXUALIDAD EN EL NIÑO A LA SEXUALIDAD DE SENESCENTE. LATENCIA DE
PRESENESCENCIA.
LA capacida de de reemplazar la meta sexual originaria por otro fin que no es sexual, pero se le halla
psiquicmente emparentada, la denominamos capacidad de sublimación.
Este tema de arte y ciencia sublimación, será uno de los pilares en que se fundamenta el destino de la
sexualidad senescente.
“Refiriéndose al ahorro, al orden y a la constancia afirma que son el resultado de la sublimación el erotismo
anal, que se ha vuelto inaprovechable para fines sexuales debido al curso del desarrollo y a las demandas de
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la civilización”. Oportunamente podremos ver como la regresión usada como defensa por el anciano no da
claro ejemplo de esta afirmación de Freud, sin que en esta regresión dejen de persistir metas sexuales ya
alcanzadas en su evolución primera.
En 1921, en “Psicología de las masas y análisis del yo”, Freud describe otro destino de la pulsión sexual, que
es la coartación e su fin”. “Los sentimientos tiernos, las relaciones afectivas, amistosas, de las cuales nos dice
que: tales tendencias han sido desviadas de dichos fines sexuales. Podemos ver en esta desviación del fin un
principio de sublimación de los instintos sexuales o también alejar aun mas los limites de estos últimos”.
Resumiendo podemos decir que en momentos determinados de la evolución sexuales del individuo, se
produce una atenuación de la pulsión sexual que es ofrecida para otros fines, haciendo uso de mecanismos
tales como la sublimación, el impulso epistemofilico, la formación reactiva y la coartación en su fin.
Ha resultado indispensable para mí, seguir las vicisitudes de la pulsión sexual en los momentos antes
señalados porque como describiré más adelante, en el senescente se produce en un momento determinado de
su vida, un aplacamiento de las pulsiones que pueden llevarnos a un equívoco en cuanto a su existencia,
intensidad y persistencia y calidad de la misma.
Sexualidad y senescencia.
Es una opinión generalmente aceptada por profanos y profesionales que la característica de la sexualidad de
la senescencia, es la persistencia de la tensión libidinal y la disminución de la capacidad orgásmica y la
erección. Esto relativamente cierto y no se ajusta la verdad en la totalidad de los casos.
Casi todos los autores coinciden en que existe una correlación entre a intensidad de la vida sexual en la vejez
y la de épocas anteriores, habiéndose podido verificar que una vida sexual particularmente intensa durante la
juventud, se presenta a menudo como antecedente de una prolongación de la vida sexual en la senescencia.
Al iniciar este trabajo con personas de edad avanzada, tuvimos que vencer la natural resistencia que se
presenta a investigar ampliamente los temas sexuales por parte de los terapeutas y de los pacientes.
Generalmente estos temas eran contestados ambiguamente evitados u olvidados.