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Según Gallego Ortega, José Luis “Los Trastornos del lenguaje en el niño” (2015)

Ediciones de la U. Sevilla, España. Capítulo 3. Págs. 82 – 84


Intervención de los trastornos
Aunque el tratamiento es diferente, según las características individuales, se presentan
algunas pautas genéricas de actuación, para orientar la intervención de los trastornos
articulatorios de base orgánica.
En todos los casos, la dimensión reeducativa más tradicional, centrada sobre todo en la
consideración del código lingüístico, ha de dejar paso a la búsqueda de las dimensiones
funcionales de la comunicación, sin olvidar la relevancia que adquiere la denominada
terapia miofuncional para la intervención de estos trastornos.
La terapia miofuncional es un tipo de intervención orientada a subsanar las disfunciones
relacionadas con la funcionalidad de los músculos, al tratar de conseguir un equilibrio
orofacial que permita realizar patrones neuromusculares de comportamiento del sistema
orofacial adecuado mediante una ejercitación específica, a partir de masajes, estimulación
mecánica, praxias, etc.
Intervención en las Disglosias
Dado que las disglosias comprometen no solo los órganos fonorticulatorios sino también
determinados aspectos de las capacidades fisiológicas del niño, su tratamiento ha de
considerar las funciones motoras, como la masticación, la voz y la respiración, además
de los órganos fonorticulatorios, como la lengua, los maxilares, las arcadas dentarias, el
velo del paladar o los labios, implicados en las articulación del habla.
Todos estos aspectos constituyen los elementos básicos de un programa de intervención.
Tampoco se deben ignorar la intensidad o grado de afectación y tipo de alteración
orgánica, para diseñar el tratamiento pertinente, que frecuentemente tendrá carácter
interdisciplinar.

Pediatra
Otorrinola
Familia
ringólogo

Equipo Cirujano
Logopeda maxilofacial
interdisciplinar

Psicólogo Odontólogo

Ortodoncista
De forma general, en los casos de disglosias es relativamente frecuente proceder del
siguiente modo:
1. Tratamiento quirúrgico y/u ortodóncico o protésico.
2. Tratamiento logopédico con especial atención a los movimientos distintos de los
órganos bucales, la articulación, la deglución, la respiración y el soplo.
En algunos casos muy puntuales, por ejemplo: frenillo labial o lingual, dilucidar sobre la
pertinencia no de una intervención quirúrgica, previa a la atención logopédica, no es tarea
fácil. Sin embargo en otras patologías el tratamiento médico especializado es ineludible
o muy recomendable, datos los efectos positivos que tiene sobre la rehabilitación del
habla.
En todo caso, esta decisión depende obviamente del órgano afectado, del grado de
afectación y las peculiaridades del hablante, es decir, de su capacidad para utilizar de
forma eficaz ese órgano.
Teniendo en cuenta lo anterior, se señalan algunas pautas genéricas para la intervención
1. En las disglosias labiales, independientemente de la intervención quirúrgica (a
partir de los 6 meses y previo a que comience hablar), se realizaran masaje, se
estimularan los movimientos de ambos labios en todas las direcciones y sentidos
posibles, a través de actividades como soplar, succionar, presionar y movimientos
faciales y buco faciales. Realizados estos ejercicios y una vez adquirida cierta
motilidad labial, se atenderá a la realización articulatoria. Presumiblemente serán
defectuosos los fonemas labiales y labiodentales.
2. En las disglosias mandibulares se requiere desarrollar motilidad de la lengua, los
labios y de las mandíbulas. Además en el casos de la disostosis mandibular, se
procurara aliviar los problemas respiratorio y succión inherentes a esta
malformación, lo qu8e repercutirá en el habla del niño. De otra parteen el caso de
la progenie, los defectos articulatorios serán las corrección ortodoncia pertinente.
Se potenciara el desarrollo de patrones lingüísticos adecuados.
3. En las disglosias dentales conviene tener presente que, si se opta por un
tratamiento protésico u ortodóncico, provocara presumiblemente otros trastornos
lingüísticos colaterales (disglosia protésica). Pese a ello, el pronóstico de la
intervención suele ser bastante favorable, incluso los progresos se producen de
forma natural, debido a la enorme plasticidad o capacidad de adaptación del niño
al aparato corrector.
4. En las disglosias linguales, algunas pueden superarse con cierta facilidad,
mediante intervención quirúrgica o sin él, como sucede en los casos de disglosia
por frenillo labial o lingual. Peor pronóstico poseen las disglosias por paralasis
del hipogloso. Por otro lado, los casos de glosectomía y malformaciones linguales
dependerá del grado de pérdida de masa lingual y la deformación respectivamente.
Siempre se realizara ejercicios linguales y labiales, y en su caso, masajes,
electroterapias, ejercicios de masticación, succión y deglución. La mejora
simultanea de la articulación de los fonemas afectados.
5. En las disglosias palatales y nasales la intervención atenderá la reeducación de
la respiración y el soplo, para evitar las pérdidas de aire por la nariz. Para ellos, se
entrenar la inspiración nasal y la espiración bucal, emitiendo sonidos vocales y
sordos, principalmente. Paralelamente se procurara mejorar la movilidad del velo
del paladar mediante juegos de soplo, de succión, haciendo gárgaras, bostezando,
y en cuanto a la articulación es aconsejable la combinación alternativa de una
vocal y un fonema sordo. También es necesario potenciar la motricidad del labio
superior presumiblemente afectado por las fisuras palatinas, mediante diversos
ejercicios (movimientos diversos, presión de objetos, separación, unión y
superposición de los labios y movimientos de la lengua). Por ultimo habrá que
prestar atención, a la reeducación de las alteraciones propias de la hendidura
palatina:
 Tratar de conseguir el golpe de la glotis mediante la inspiración nasal
profunda y la articulación de los fonemas oclusivos.
 Eliminar los trastornos de origen faringeo, como el ronquido nasa,
mediante la correcta posición de la lengua y labio superior.
 Corregir la salida de aire nasal, causante de la incorrecta articulación
de los fonemas oclusivos.
Se trata de procurar una óptima movilidad del paladar con ejercicios como hinchar
los carrillos, masajear la pared faríngea y provocar excitación de la úvula para
optimizar la articulación de los fonemas palatales y velares.

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