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Tartamudez

CONCEPTO

La tartamudez, disfemia, espasmofemia o disfluencia en el habla es un trastorno de la


comunicación (no un trastorno del lenguaje) que se caracteriza por interrupciones
involuntarias del habla que se acompañan de tensión muscular en cara y cuello, miedo y
estrés.1 Ellas son la expresión visible de la interacción de determinados factores orgánicos,
psicológicos y sociales que determinan y orientan en el individuo la conformación de un
ser, un hacer y un sentir con características propias.

Los efectos psicológicos de la tartamudez pueden ser graves afectando el estado de ánimo
de la persona de forma continua. Además, la tartamudez es una discapacidad muy
estigmatizada, donde continuamente se cuestiona la inteligencia y habilidad emocional de
la persona que tartamudea, pues se cree que con "calmarse" o "concentrarse más en lo que
se dice" se logrará hablar de forma fluida.

Sentimientos que son comunes, y muchas veces severos, en las personas que tartamudean
son vergüenza, miedo, ansiedad, enojo y frustración. Una sensación de falta de control es
común en quienes tartamudean, todo lo cual muchas veces es causa de depresión.2

Comienza, de modo característico, entre el segundo y cuarto año de vida, aunque se suele
confundir con las dificultades propias de la edad a la hora de hablar. Al final, solo uno de
cada 20 niños acaba tartamudeando y muchos de ellos superan el trastorno en la
adolescencia. Menos del 1% de los adultos tartamudea. La tartamudez no distingue clase
social ni raza, sin embargo, es de tres a cuatro veces más común en hombres que en
mujeres. Aún no se ha encontrado una causa específica para este desorden, sin embargo, en
febrero de 2010 científicos anunciaron el descubrimiento de tres genes asociados con la
prevalencia de la tartamudez. Esto se ha estudiado desde hace varios años, cuando se
comenzó a notar que la tartamudez prevalece en las familias.3

A pesar de creencias populares, la tartamudez no está asociada con la ansiedad ni es un


efecto de ella para su desarrollo; sin embargo, la tartamudez sí genera ansiedad en los
individuos que la poseen, llegando a convertirse en fobia social, en donde se teme
tartamudear frente a las personas, provocando en muchos casos el aislamiento social de
quien tartamudea.

La reacción del entorno del afectado es importante para la aparición de numerosos síntomas
físicos asociados a la tartamudez, sobre todo en los primeros años de manifestación: tensión
muscular en cara y cuello, miedo y estrés.

El Día Mundial del Conocimiento de la Tartamudez es el 22 de octubre.

CONCEPTO
La tartamudez es la disfluencia más habitual; un trastorno del habla que consiste en una
alteración del ritmo y la fluidez verbal, que se caracteriza por repeticiones indeseadas de
sílabas, palabras o frases, acompañadas de interrupciones espasmódicas de la conversación,
que producen angustia y son difíciles de controlar.

El origen de la tartamudez está en la falta de coordinación de los movimientos periféricos


del habla, pero no se conoce su causa. Esta afección, al igual que el resto de las alteraciones
del habla, tiene una mayor incidencia en los varones (cuatro veces más que en las mujeres),
y se manifiesta normalmente entre los tres y los seis años. Cuando se inicia en la edad
adulta suele estar relacionada con un acontecimiento traumático o una lesión en el sistema
nervioso.

Los especialistas consideran que la tartamudez se debe a un conjunto de causas que


interactúan entre ellas como factores genéticos, orgánicos, psicógenos, la zurdera corregida,
trastornos emocionales...

Disfluencia normal

Es la que se produce cuando el niño está aprendiendo a hablar. En esta etapa es habitual que
repitan sonidos, sílabas y palabras, especialmente en el inicio de las oraciones. El niño tiene
muchas ganas de comunicarse, pero su pensamiento es mayor que su fluidez verbal y
cuando no recuerdan el nombre de un objeto, por ejemplo, pueden repetir sílabas o una
palabra hasta que consiguen encontrar el término adecuado (“Qui-qui-qui-quiero el
coche”).

La disfluencia normal es más frecuente cuando el niño está emocionalmente alterado (muy
contento o enfadado), cuando está cansado, o si le presionan para que hable. También
puede desaparecer y reaparecer semanas o meses después. En el caso de disfluencia normal,
además, los niños no suelen reparar en sus errores, o no les dan importancia, por lo que no
se sienten frustrados ni avergonzados.

Tartamudez leve y grave

A diferencia de la disfluencia normal, que aparece y desaparece, la tartamudez leve sigue


un patrón más regular. Puede que solo se presente en determinadas situaciones, pero
probablemente se repetirá siempre que surjan esas mismas situaciones, y el niño suele
avergonzarse y sentirse frustrado cuando le ocurre.

En los casos de tartamudez grave la disfluencia del lenguaje se produce muy a menudo, y el
niño se muestra tenso y, en ocasiones, evita hablar por miedo al ridículo. Es más frecuente
entre los niños mayores, pero puede aparecer en cualquier momento entre los dos y los siete
años, tras un periodo de tartamudez leve, o de repente, sin que existan antecedentes.
¿QUÉ ES LA TARTAMUDEZ?

La tartamudez afecta la fluidez del habla. Comienza durante la niñez y, en algunos casos,
dura toda la vida. Este trastorno se caracteriza por las interrupciones en la producción de los
sonidos del habla, también denominadas "disritmias" o "disfluencias." La mayoría de las
personas producen breves disritmias de vez en cuando. Por ejemplo, se repite algunas
palabras, y otras van precedidas por "mm" o "eh." Las disritmias no constituyen
necesariamente un problema; sin embargo, pueden dificultar la capacidad de comunicación
de las personas que producen demasiadas de ellas.

En la mayoría de los casos, la tartamudez afecta al menos algunas actividades cotidianas.


Las actividades específicas que puedan causar dificultad varían de persona en persona. Para
algunos, las dificultades de comunicación sólo suceden durante actividades específicas; por
ejemplo, cuando hablan por teléfono o ante un grupo grande de personas. Para la gran
mayoría restante, sin embargo, las dificultades de comunicación se dan en toda una
variedad de situaciones en el hogar, en la escuela o en el trabajo. Es posible que algunas
personas limiten su participación en ciertas actividades. Estas "restricciones de
participación" con frecuencia ocurren porque a la persona le preocupa la manera en que los
demás puedan reaccionar al habla con disritmias. Otros pueden tratar de ocultar los
problemas con el flujo rítmico del habla reorganizando las palabras en la oración
(circunlocución), fingiendo olvidar lo que querían decir o rehusándose a hablar. Y otros
pueden descubrir que se les excluye de ciertas actividades debido a su tartamudez. Resulta
claro que el impacto de la tartamudez en la vida diaria puede depender de la manera en que
la persona y sus interlocutores reaccionen a este trastorno.

CLASIFICACIÓN
Según su origen

 Neurogénica: Es producida por alguna lesión o golpe en el cerebro. También se conoce


como tartamudez adquirida. El tartamudeo puede ocurrir en cualquier parte de la palabra.
Tartamudean incluso cantando o susurrando. No muestran miedo o ansiedad.
 Psicógena: Es la menos común. Es producido por algún trauma grave. Por el siglo XIX, se
pensaba que era la causa principal de tartamudez. Con los recientes estudios, se ha
demostrado que no era correcta. El tartamudeo es independiente de la situación. No
muestran ansiedad.
 De desarrollo: Es el tipo de tartamudez más común. Ocurre en el momento en que el niño
se encuentra aprendiendo el lenguaje y el habla, alrededor de los 2 y 5 años. Luego,
cuando el infante aprende estructuras gramaticales más complejas presenta difluencias
propias de este aprendizaje. Unos reaccionarán adecuadamente, recuperándose de esta
fase. Otros, si se han dado los factores en intensidad y relación adecuados para disparar la
tartamudez, reaccionarán ante estas difluencias desarrollando estrategias para superarlas
(uso de fuerza y tensión en el habla) y ocultarlas (evitar hablar).
Según su forma de presentación

 Tónica: caracterizada por las múltiples interrupciones ocasionadas por espasmos. Durante
las interrupciones el paciente muestra rigidez y tensión faciales. Es la que presenta peor
diagnóstico.
 Clónica: caracterizada por las repeticiones de sílabas y palabras enteras, más frecuentes
en consonante que en vocal, más todavía en oclusivas y que se dan mayoritariamente a
principio que en medio de palabra.
 Tónico-clónica o mixta: es el tipo más frecuente, porque resulta difícil encontrar un
disfémico puro tónico o clónico, la mayoría combinan los dos síntomas.

CAUSAS

Neurofisiológicamente, el tartamudo presenta un funcionamiento deficiente de los centros


del habla del hemisferio izquierdo, que se intenta compensar con un mecanismo propio del
hemisferio derecho.

No existe una etiología única que explique la mayoría de las disfemias:

 Genéticas: en gemelos monocigóticos disfémicos si uno sufre tartamudez el otro tiene un


77% de posibilidades de sufrirla, mientras que en los dicigóticos es de un 32%. Asimismo
existe entre un 30% y un 40% de posibilidades de que el hijo de un progenitor disfémico
tenga disfemia.
 Sexo: la disfemia es más frecuente en hombres (75%) que mujeres.
 Trastornos de lateralidad: actualmente se considera otro mito más sobre la causa de la
tartamudez.4 Por otra parte, la mano dominante del tartamudo no influye de manera
significativa en la severidad de su tartamudez.
 Psicolingüísticas: frecuentemente se oye que la causa de la disfemia en ciertas personas
de elevada inteligencia puede estar en que su pensamiento avanza más rápido que su
lenguaje. Esto no es del todo cierto. Sería más correcto decir que tienen un déficit en el
pensamiento linguoespecular frente a un elevado procesamiento sensoactorial. El
pensamiento linguoespecular es aquel en el que pensamos en un significado y asociamos
visualmente a la palabra escrita que lo representa, mientras que en el sensoactorial lo
asociamos a la imagen. Por lo tanto si un sujeto tiene una inteligencia basada en una
capacidad de asociar estímulos visuales no lingüísticos sí puede tener problemas de
articulación correcta del lenguaje.
 Traumáticas: se refieren a la aparición de la disfemia como resultado de un choque
emocional (poco frecuente) o como resultado de estados de tensión prolongados a los que
es sometido el individuo que es propenso a ella.

FISIOPATOLOGÍA
Diferencias estructurales

Foundas (2001) descubrió que la zona del cerebro llamada Planum Temporale era más
simétrica en los tartamudos que en los no tartamudos, mostrando la primera evidencia de
anomalías anatómicas entre tartamudos y no tartamudos.
Diferencias funcionales

Un estudio realizado por Braun confirmó lo encontrado por Fox: los tartamudos activan
más el hemisferio derecho que el izquierdo para hablar. Pero además, Braun encontró que
el habla fluida del tartamudo estaba más relacionada con la activación del hemisferio
derecho que con el izquierdo, más relacionada con el habla tartamuda. De esta manera, se
sugiere que la activación del hemisferio derecho puede ser una forma de compensación.

DIAGNÓSTICO

Para diagnosticar en primer lugar debemos diferenciar entre una simple tartamudez
evolutiva y una disfemia.

Una tartamudez evolutiva simple puede aparecer durante el proceso de desarrollo del
lenguaje del niño, especialmente en torno a los tres años, o bien tras el nacimiento de un
hermano como forma de llamar la atención. En ella el niño no sufre los síntomas asociados
de miedo, estrés, etc. que sufre el disfémico consciente cuando tiene que enfrentarse a una
situación en la que tiene que emplear el lenguaje oral. Además en la tartamudez evolutiva
es más frecuente la repetición de palabras enteras. Si el niño mantiene esta tartamudez
evolutiva en el tramo comprendido entre los 3 y los 5 años estamos ante una tartamudez
episódica o fisiológica. En ninguno de los dos casos es aconsejable la intervención, que
hasta puede ser contraproducente, y debemos limitarnos a proporcionar el ejemplo correcto
al niño sin castigarle por sus malas articulaciones. Sólo un 10 % de los niños con
tartamudez fisiológica llegará a desarrollar una disfemia en la edad adulta.

Para poder diagnosticar una disfemia en niños por tanto el sujeto ha de ser mayor de 5
años. Si el niño tiene entre 5 y 7 años estamos ante una disfemia primaria. Si el niño tiene
entre 7 y 10 años estamos ante una disfemia secundaria: el niño presenta un agravamiento
de los síntomas y se hace plenamente consciente del trastorno, por lo que empieza a adoptar
estrategias evitativas como cambiar la sintaxis de las frases o palabras por sus sinónimos
para lograr enunciados más fáciles de pronunciar. Además el niño ya tendrá problemas
sociales con sus compañeros.

EVALUACIÓN

Se realiza mediante la observación y el registro de datos del paciente y su comparación con


un registro de habla normal. Su objetivo no es asignar una simple etiqueta, sino determinar
los factores que están agravando el trastorno, para minimizarlos en lo posible y lograr una
intervención con garantías de éxito. Consta de las siguientes fases:

 Anamnesis: consiste en obtener todos los datos médicos, familiares, sociales y académicos
del individuo que sean relevantes.
 Observación del habla de la persona a evaluar.
 Registro de datos
 Comparación con el patrón de habla normal.
En cuanto a los instrumentos más frecuentemente utilizados para evualuar disfemias
serían:

 Tests de lectoescritura.
 Cámaras grabadoras de vídeo.
 Contadores.
 Cronómetros.
 Neumopolígrafos: para medir los momentos en que la persona toma aire.
 Visi-pitch: permite analizar la voz, sobre todo el tono e intensidad. En la actualidad sus
funciones se realizan a través de distintos programas informáticos (el más conocido es el
Praat, que es un programa libre).
 Analizador de frecuencia e intensidad: sirve para medir el tono e intensidad del habla.
 Sonógrafo: mide la intensidad del sonido.
 Neumopolígrafo: aparato que mide las curvas de la respiración. Junto con el vídeo es uno
de los aparatos más útiles.

En cuanto a los factores a evaluar, serían los siguientes:

 Antecedentes familiares.
 Retraso en la aparición de la palabra o del lenguaje.
 Trastornos de la madurez motriz con o sin trastorno de la lateralización, el grado de
tensión muscular.
 Trastornos de la articulación.
 Dificultades de la respiración.
 Trastornos del carácter o del comportamiento.
 Trastornos del estado emocional, problemas de inhibición o ansiedad.
 Actitud de la persona hacia el tratamiento: si va forzado o voluntariamente al logopeda.
 Grado de comprensión sobre el problema.
 Movimientos asociados a la disfemia en ojos, cara y cuello.
 Duración del trastorno (más de un año indica disfemia no evolutiva).

TRATAMIENTO

La tartamudez es extremadamente compleja, no se puede eliminar de un día para otro; se


debe seguir un tratamiento global a través de un logopeda. No hay por qué alarmarse. Debe
intentarse identificar en qué cosas le está afectando y de qué manera.

 Es fundamental no reaccionar negativamente ante las dificultades que se experimentan,


debe evitarse la manifestación de signos de ansiedad o impaciencia. Las autocríticas y
censuras en este aspecto deben olvidarse por completo, y practicarse la relajación.
 Es recomendable obtener apoyo de amigos y familiares. Debe tratarse de identificar
aquellas personas en la que se pueda confiar para compartir los avances en el proceso de
afrontamiento.
 Deben potenciarse situaciones para conversar y hablar en un ambiente relajado y
tranquilo, sin prestar demasiada atención a los fallos.
 Es bueno conservar el contacto visual natural cuando se esté hablando, reforzando la
conversación con el lenguaje gestual movimientos de cabeza, sonrisas, ...
 Debe hablarse abiertamente sobre la tartamudez, informar a los oyentes o participantes
de una conversación si se necesita más tiempo para comunicarse. El tartamudo debe
poder utilizar el tiempo que necesite para expresarse.
 La recuperación probablemente será un proceso largo y gradual, por lo que debe
conservarse la paciencia y el respeto consigo mismo.
 Existe una técnica de respiración que puede ayudar a controlar la tartamudez y recuperar
la elocuencia.

FARMACOTERAPIA

Pagoclone, un fármaco no comercializado perteneciente a la familia de las ciclopirrolonas,


que actúa como agonista parcial de los receptores GABA (ácido gammaaminobutírico) y
que en consecuencia tendría que comportarse como ansiolítico, ha demostrado ciertos
efectos apreciables contra la tartamudez. Los ensayos de este fármaco fueron realizados
para comprobar sus efectos en diversos problemas de ansiedad. Uno de sus ensayos trataba
de demostrar su utilidad en los trastornos de pánico. En estas pruebas había un pequeño
grupo de enfermos que además eran tartamudos. Resulta que al ingerir el Pagoclone su
tartamudez disminuyó de forma muy importante. Ante este hecho el laboratorio (Indevus
pharmaceuticals) decidió hacer una estudio en tartamudez. Dicho estudio (llamado estudio
Express) concluyó la fase II en junio de 2006.8 El Estudio “EXPRESS es un estudio
multicéntrico, aleatorio y a doble ciego en el que se reclutaron 132 sujetos tartamudos, de
los cuales 88 recibieron dosis de 0,3 mg de Pagoclone al día, que se fueron incrementando
hasta 0,6 mg/día. El resto, 44 personas recibieron placebo. El 79% de la población
estudiada eran hombres. Los resultados muestran que el 55% de los que recibieron el
fármaco experimentó una mejoría significativa, frente al 36% de los que recibieron una
sustancia placebo.

SÍNTOMAS

La tartamudez puede ser clónica, tónica, o mixta. La tartamudez clónica, que es la más
conocida (se ha utilizado mucho para conseguir efectos cómicos en el cine o en el teatro),
consiste en la repetición involuntaria de sílabas o palabras. En la tartamudez tónica se
producen espasmos que detienen o interrumpen la conversación, y puede deberse a una
inmovilidad muscular fonatoria que bloquea totalmente la emisión de sonidos, por lo que
frecuentemente se asocia con movimientos de cabeza, pies o manos del afectado. La
tartamudez mixta es la más frecuente y combina los síntomas de ambas.

Los signos que pueden alertar a los padres de la existencia de un problema de tartamudez
que debe valorar un especialista son:

 El niño repite sonidos, palabras o frases después de cumplir los cuatro años.
 Gesticula mucho al hablar (parpadeo, muecas).
 Sacude la cabeza cuando habla.
 Siente vergüenza al hablar e, incluso, intenta evitarlo.
 Le cuesta comunicarse y se siente frustrado por ello.
¿CUÁLES SON ALGUNOS DE LOS SÍNTOMAS O CARACTERÍSTICAS
OBSERVABLES DE LA TARTAMUDEZ?

El discurso de la persona que tartamudea con frecuencia incluye repeticiones de palabras o


partes de las palabras, además de prolongaciones de los sonidos del habla. Estas disritmias
se dan con más frecuencia entre las personas que tartamudean que entre la población
general. Algunas personas que tartamudean parecen estar muy tensas o "jadeantes" al
hablar. Se puede experimentar una parada o un bloqueo total del discurso. El bloqueo del
discurso se manifiesta cuando la boca está en posición para emitir un sonido, algunas veces
durante varios segundos, llegando a emitir sólo un sonido parcial o sin emitir sonido
alguno. Después de un esfuerzo, es posible que la persona complete la palabra. También
pueden ocurrir interjecciones como "hum" o "este", en particular cuando incluyen sonidos
repetidos ("hu- um- um") o prolongados ("huuuum") o cuando se las usa con la intención de
demorar el inicio de una palabra con la que el hablante espera "trabarse".

Algunos ejemplos de tartamudez incluyen:

 "¿D- D- D- Dónde vas?" (Repetición parcial de la palabra: La persona tiene dificultad en


pasar de la "d" de "dónde" al resto de los sonidos de la palabra. Se logra completar con
éxito la palabra al cuarto intento)
 "¿SSSSabes qué?" (Prolongación del sonido: La persona tiene dificultad en pasar de la "s"
en "sabes" a los sonidos restantes de la palabra. Continúa diciendo el sonido "s" hasta ser
capaz de completar la palabra)
 "Nos vemos - um um bueno este - alrededor de las seis." (Una serie de interjecciones: La
persona espera tener dificultad en hacer la transición de "vemos" a "alrededor". Como
resultado de ello, produce varias interjecciones hasta que puede decir la palabra
"alrededor" con soltura)

¿CÓMO SE DIAGNOSTICA LA TARTAMUDEZ?

Identificar la tartamudez en el discurso de una persona puede parecer tarea fácil. Las
disritmias son con frecuencia "obvias" e interrumpen el proceso de comunicación de la
persona. El oyente por lo general puede detectar la tartamudez del hablante. Al mismo
tiempo, sin embargo, la tartamudez puede afectar más que el habla observable de la
persona. Existen características del habla de la persona que tartamudea que no son tan
fáciles de detectar para el oyente. Por lo tanto, para diagnosticar la tartamudez se precisa la
destreza de un patólogo del habla y el lenguaje (también llamado en español logopeda,
fonoaudiólogo, terapeuta del habla o foniatra) certificado por ASHA.

Durante la evaluación, el patólogo del habla observará el número y tipo de disritmias del
habla que la persona produce en diversas situaciones. El patólogo del habla evaluará
además la manera en que la persona reacciona a las disritmias y las sobrelleva. También
recopilará información sobre factores como las burlas, que podrían empeorar el problema.
Y es posible que se efectúen diversas evaluaciones adicionales (por ejemplo, el paso o la
velocidad al hablar, las destrezas de lenguaje), dependiendo de la edad y situación de la
persona. Luego se analiza la información recopilada sobre la persona para determinar si
existe un trastorno de la fluidez. Y de existir el mismo, determinar la medida en que afecta
la capacidad del individuo de llevar a cabo las actividades diarias o participar en las
mismas.

En el caso de los niños chicos, es importante predecir si existe probabilidad de que


continúen tartamudeando. La evaluación incluiría una serie de pruebas, observaciones y
entrevistas encaminadas a calcular el riesgo de que el niño siga teniendo problemas de
tartamudez. A pesar de que existe un cierto desacuerdo entre los patólogos del habla sobre a
qué factores de riesgo se debe dar prioridad, muchos especialistas incluyen los siguientes:

 otros miembros de la familia con problemas de tartamudez


 problemas de tartamudez durante seis meses o más
 otros trastornos de habla o de lenguaje
 temores o inquietudes definitivos sobre la tartamudez por parte del niño o la familia

No existe un factor definitivo que se pueda utilizar para predecir si el niño continuará
tartamudeando. La combinación de estos factores puede ayudar al patólogo del habla y el
lenguaje a determinar si es indicado el tratamiento.

Para los niños de más edad y los adultos, no tiene tanta importancia determinar si seguirán
o no tartamudeando, porque la tartamudez ha continuado al menos durante suficiente
tiempo como para convertirse en un problema en la vida diaria de la persona. Para estos
individuos, la evaluación incluiría pruebas, observaciones y entrevistas encaminadas a
evaluar la gravedad del trastorno. Además, se evaluaría el impacto que el trastorno tiene en
la capacidad de la persona de comunicarse y participar de manera apropiada en las
actividades cotidianas. La información obtenida durante la evaluación es utilizada para
crear un programa de tratamiento específico diseñado con el propósito de ayudar al
individuo a:

 hablar con más soltura y facilidad,


 comunicarse de manera más eficaz, y
 participar más plenamente en las actividades del diario vivir.

¿CUÁLES SON LOS TRATAMIENTOS POSIBLES PARA LA PERSONA QUE


TARTAMUDEA?

La mayoría de los programas de tratamiento para las personas que tartamudean son de
"comportamiento." Están diseñados para enseñar a la persona destrezas o comportamientos
específicos que le ayuden a obtener una mejor comunicación oral. Por ejemplo, muchos
patólogos del habla y el lenguaje enseñan a las personas que tartamudean a controlar o
vigilar el paso al que hablan. Además, podrían empezar a aprender a decir las palabras de
una manera un poco más lenta y con menos tensión física. Podrían también aprender a
controlar o vigilar la respiración. Al aprender a controlar el paso al que hablan, estas
personas con frecuencia empiezan por practicar utilizando oraciones y frases cortas a un
paso más lento de lo normal, hasta lograr expresarlas con facilidad y sin interrupciones.
Con el transcurso del tiempo, aprenden a expresarse con mayor facilidad y rapidez, en
oraciones más largas y en situaciones más retadoras hasta poder hablar con facilidad y de
manera natural. Con frecuencia son necesarias sesiones de "atención postratamiento" o de
"mantenimiento" una vez terminada la intervención formal para evitar las recaídas.

¿QUÉ SE PUEDE HACER PARA OBTENER MEJOR COMUNICACIÓN CON LA


PERSONA QUE TARTAMUDEA?

Con frecuencia el oyente no sabe a ciencia cierta cómo actuar cuando habla con una
persona que tartamudea. Esta incertidumbre puede hacer que el oyente haga cosas como
evadir la mirada cuando la persona tartamudea, interrumpir, sugerir palabras, o
simplemente evitar hablar con personas que muestren este trastorno. Sin embargo, ninguna
de estas reacciones resulta particularmente útil. En general, las personas que tartamudean
desean que se las trate como a cualquier otra persona. Se dan cuenta de que hablan de
manera diferente y de que les lleva más tiempo expresar lo que quieren decir.
Desafortunadamente, esto hace que la persona se sienta bajo mayor presión para hablar con
rapidez. Bajo estas condiciones, las personas que tartamudean tienen aún mayor dificultad
en expresarse de manera natural y sin interrupciones. Por lo tanto, el oyente que parezca
impacientarse o molestarse puede en realidad dificultarles hablar.

Al hablar con una persona que tartamudea, lo mejor es darle el tiempo que necesite para
expresar lo que tenga que decir. Es mejor no tratar de terminar las oraciones ni sugerirle
palabras. Esto sólo hace que la persona sienta mayor necesidad de apresurarse. Además,
sugerencias como "más despacio," "relájate" o "respira hondo" pueden hacer que la persona
se sienta más incómoda, ¡porque estos comentarios sugieren que la tartamudez debería ser
fácil de dominar cuando en realidad no lo es!

Por supuesto, distintas personas tienen distintas maneras de encarar sus dificultades de
expresión. Algunas se sentirán cómodas hablando del asunto y otras no. Sin embargo, por
lo general, es buena idea simplemente preguntar a la persona que tartamudea cuál sería la
mejor manera de actuar en su caso. Podría decirse algo como, "He notado que tartamudea.
¿Me podría decir cómo prefiere que responda cuando tartamudee?" Con frecuencia la
persona agradecerá su interés. Ciertamente que no debe tratarla con condescendencia ni de
manera diferente sólo porque tartamudea. Sin embargo, sería buena idea hallar una manera
casual y alentadora de hacerle saber que usted está interesado en lo que dice, en vez de en
cómo lo dice. Esto puede resultar de enorme ayuda al reducir lo embarazoso, la
incertidumbre o la tensión de la situación, y facilitar la comunicación eficaz a los
interlocutores.

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