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Universidad Pedagógica del Estado de Sinaloa

Unidad Culiacán

Doctorado en desarrollo educativo con


énfasis en formación de profesores

Curso:
Caja de herramientas metodológicas II
Dr. Abel Antonio Grijalva Verdugo

Reporte de lectura
Rodríguez, D. y Valldeoriola, J. (S/F.). Metodología de
la investigación. Cataluña: UOC. FUOC.
PID_00148555. En: www.uoc.edu

Participante: ME. Iliana Carolina Fausto Galicia.


En el texto Rodríguez y Valldeoriola (S/F.) presentan un esbozo sobre algunos de
los principales métodos utilizados en la metodología cualitativa, así como de
técnicas para el trabajo de campo que suelen ser utilizadas con mayor efectividad
en estudios de esta naturaleza. Incluyen a su vez al finalizar el apartado algunas
consideraciones metodológicas valiosas para la reflexión de la validez científica del
objeto de estudio. Brevemente destacan algunas observaciones de los diseños de
naturaleza cuantitativa, que para efectos de este documento se dejarán al margen
por el momento.
Cuando refieren los autores sobre las bases de la investigación cualitativa, remiten
a las características que le son propias, por ejemplo, la contextualización del objeto
de estudio en su escenario natural, en donde prevalecen las intenciones
interpretativas de los sentidos y significados de los participantes desde una
aproximación detallada, descriptiva y al mismo tiempo densa o profunda a partir del
cual los propios sujetos informantes clave perciben el fenómeno estudiado. Para
ello sugieren la incorporación de técnicas de trabajo de campo que recuperen las
representaciones mentales de hechos, emociones, sentimientos y valores, que son
parte de acontecimientos o situaciones comprensivas; recuperadas desde las
propias experiencias de cada una de las unidades de análisis. Lo anterior lo
recuperan desde Denzin y Lincoln (2005)
En este sentido, Rodríguez y Valldeoriola (S/F.) consideran que los enfoques
epistemológicos de orientación fenomenológica y hermenéutica, de alguna manera
son los ejes por los que transitan las diversas metodologías.
Al respecto, recuperan la afirmación de Van Manen (2003, p. 27), cuando señala
que:
"La fenomenología es el estudio del mundo de la vida, es decir, del mundo tal como
lo experimentamos inmediatamente de un modo prerreflexivo, y no como lo
conceptualizamos o categorizamos, ni como reflexionamos sobre él [...]. Así pues,
la fenomenología no nos ofrece la posibilidad de elaborar una teoría efectiva con la
que podamos explicar o controlar el mundo, sino que más bien nos ofrece la
posibilidad de unas percepciones plausibles que nos ponen en contacto más directo
con él. (Citado en: Rodríguez y Valldeoriola (S/F., p. 47)
El valor agregado que la hermenéutica aporta al enfoque fenomenológico, es
fundamental durante el trabajo de campo, para la recuperación “neutral”, “certera”,
“profunda” y “fiel” del discurso de los sujetos informantes clave, a fin de lograr una
aproximación lo más objetiva posible de las diversas formas de interpretación y
comprensión que éstos hacen de la realidad vivida. Motivo por el cual Rodríguez y
Valldeoriola (S/F.) sugieren poner especial atención.
Una de las recomendaciones de mayor peso, es el reconocimiento de los opiniones
y posturas que el propio investigador pudiera tener sobre el objeto de estudio, con
el fin de clarificar los posibles obstáculos epistemológicos que podrían aparecer a
lo largo del proceso de investigación, con ello tener la capacidad de autorregulación
para mantener la vigilancia epistemológica permanentemente como premisa de la
validez interna.

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Dado que la naturaleza epistemológica de la investigación cualitativa, concibe al
objeto de estudio desde sus características únicas y particulares, tal y como se
representan en el escenario y momento de la investigación. Desde una perspectiva
integral y comprensiva, se admiten que los fenómenos objeto de estudio pueden ser
de carácter complejo, por lo que requieren de un análisis a profundidad,
considerando los rasgos propios de la identidad individual y colectiva de los
contextos estudiados, para dar sentido y significado a las diversas manifestaciones
que interactúan entre las subjetividades de los participantes al compartir los
elementos clave durante el proceso de estudio. Por ésta razón, es que los estudios
de esta índole, no son susceptibles de generalización. (Rossman y Rallis, 1998,
Sandín, 2003)
Otro de los aspectos, ineludibles en este ejercicio de análisis que Rodríguez y
Valldeoriola (S/F.), presentan en su texto, remite a las actitudes y valores del
investigador, en virtud de que, desde una aproximación exploratoria y descriptiva,
desde la entrada al campo, requiere de un nivel significativo de sensibilidad para
ponderar las cualidades tanto de los sujetos informantes como del objeto de estudio
en cuestión. De ahí que, requiere de una actitud empática, flexible, abierta; que
respete y recupere las manifestaciones discursivas orales, escritas, simbólicas de
la manera más real posible, sin el menor intento de manipulación. Motivo por el cual,
puede hacer uso de todos los recursos de acopio de datos o información necesarios
por y para el momento de interpretación.
A lo largo de la exposición de Rodríguez y Valldeoriola (S/F.) destacan la relevancia
de algunos métodos apropiados para realizar investigación de tipo cualitativa, entre
los que señalan: El método etnográfico, el estudio de casos, la teoría fundamentada
y la investigación-acción.
En cuanto al método etnográfico, Rodríguez y Valldeoriola (S/F., p. 53) señalan que:
“La etnografía no busca la "verdad" en términos clásicos (aquello que es para el
investigador) ni la "moralidad" (aquello que debería ser) un determinado fenómeno
humano. La etnografía más bien se centra en aportar una comprensión detallada de
las distintas perspectivas de otras personas o grupos”. La cual conserva de una
manera fiel y pura los rasgos de una investigación socioconstructivista, así como
también guarda una estrecha relación con el enfoque fenomenológico, ya que su
intención se enfoca en la recuperación de los significados desde el punto de vista
de los participantes en el proceso de investigación. Tal y como se señaló en párrafos
anteriores de este texto.
Rodríguez y Valldeoriola (S/F., p. 53) recuperan de Rincón (2000, p. 16) una
reflexión que puede ser una consideración importante para todo investigador que
atiende objetos de estudio de naturaleza cualitativa, frase que textualmente refiere
lo siguiente: "El proceso de investigación etnográfica tiende a seguir un modelo
cíclico en forma de espiral. El problema, los objetivos y los instrumentos se pueden
volver a definir en cada ciclo del espiral." (Rincón, 2000, pág. 16) Afirmación que si
bien es un área de oportunidad para la resignificación permanente de todos los
elementos, momentos y experiencias del proceso de investigación, asimismo es de
gran responsabilidad para admitir que desde este enfoque no existe conocimiento

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único y acabado, motivo por el cual es necesario revalorar todos los indicadores
metodológicos que intervienen durante el proceso de estudio.
Para realizar cuidadosamente la orientación de la ruta metodológica en estudios
etnográficos, Rodríguez y Valldeoriola (S/F.) sugieren al menos seis fases, entre las
que incluyen: La fase exploratoria y de reflexión, fase de planificación preliminar, la
fase de entrada al escenario, como una primera aproximación al objeto de estudio.
A través de las cuales identificar los rasgos y cualidades específicas que
caracterizan a las unidades de análisis que podrán ser parte de la muestra general
y luego la muestra real de los sujetos informantes clave.
Para que esto sea posible, sugieren algunas técnicas que de acuerdo con el objeto
de estudio pueden ser pertinentes, entre las que destacan, el muestreo aleatorio, la
técnica bola de nieve o muestreo en cadena.
Otras fases características de este proceso son: la recogida y análisis de la
información en donde se pone a prueba la pertinencia de los instrumentos de trabajo
de campo para el análisis del discurso y la triangulación metodológica; la fase de
retirada del escenario, para proceder a la elaboración del informe de investigación
donde se sugiere la incorporación de las recomendaciones de citación, forma y
fondo de la APA (American Psychological Association).
Respecto al estudio de casos, Rodríguez y Valldeoriola (S/F.) a partir de las
aportaciones de Cohen y Manion (2002); Stake (2005) y Yin (2009) advierten el nivel
de responsabilidad que implica para los investigadores, realizar la precisión del
enfoque que la naturaleza del objeto de estudio exige. En virtud de que este tipo de
metodología puede concebirse tanto desde la perspectiva cualitativa como de la
cuantitativa o mixta, de acuerdo con los rasgos característicos del o los casos.
Rodríguez, Gil y García (1999, p. 92), citado en Rodríguez y Valldeoriola (S/F., p.
57) refieren que: “(…) tras el análisis de varios intentos en la conceptualización del
"estudio de casos", consideran que todos ellos coinciden en que "el estudio de casos
implica un proceso de indagación que se caracteriza por el examen detallado,
comprehensivo, sistemático y en profundidad del caso objeto de interés". Otro
autores como es el caso de Guba y Lincoln (1981) “(…) ofrecen una clasificación
sobre la base de los objetivos (hacer una crónica, representar, enseñar o
comprobar) y niveles (factual, interpretativo y evaluativo) del estudio de casos”. Y
Stake (2005) “(…) considera que existen tres grandes tipos de estudio de casos:
Intrínseco [que pretende] conseguir una mejor comprensión de un determinado
caso. Instrumental [donde]. El caso adopta un papel secundario y su utilidad radica
en la aportación de datos para comprender otro fenómeno. Caso múltiple o colectivo
[que remite a]. Un conjunto de casos que (…) pueden ser similares o no, ya que no
es necesario conocer de antemano si tienen alguna característica en común”. Entre
otros citados en, Rodríguez y Valldeoriola (S/F., p. 58)
En resumen, este tipo de estudios requiere de un sumo cuidado por parte del
investigador, durante la toma de decisiones que darán sentido y significado al diseño
de la ruta metodológica, por lo tanto, desde la construcción del objeto de estudio,
deben estar clarificadas las unidades de análisis que se seguirán durante el

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recorrido del trabajo de campo, por ende, precisar con claridad todas y cada una de
las intenciones de recuperación de datos e información que serán parte de los
diferentes momentos o etapas de la investigación.
En cuanto a la metodología que ampara la Teoría Fundamentada, vale hacer
mención que, constituye un enfoque epistemológico de naturaleza ecológica, dado
que se argumenta o fundamenta, a partir de la recogida de información; es decir,
parte de los elementos significativos recuperados de la práctica de investigación,
para después encontrar los sentidos y significados que dan origen a nuevas
explicaciones teóricas de los fenómenos objeto de estudio. A través de los cuales
se pretende explicar nuevas categorías o conceptos teóricos revelados en la
realidad estudiada.
Rodríguez y Valldeoriola (S/F.) para darle mayor sentido a la comprensión de esta
metodología, refieren la perspectiva de Charmaz (2005) que sostiene que una teoría
fundamentada:
• Enfatiza el estudio del fenómeno más que los métodos para abordarlo.
• Adopta una postura reflexiva en el modo en el que conoce y representa
la realidad estudiada.
• Presta más atención a las realidades empíricas.
• No asume que los datos esperan ser descubiertos en el mundo real, ni
que los procedimientos metodológicos corregirán la visión limitada de la
realidad estudiada.
• Considera que los observadores no son imparciales, sino que aquello
que puedan captar dependerá de su marco de referencia previo
(experiencias, biografía, relaciones, procedimientos utilizados, etc.).
• Las categorías conceptuales emergen de la interpretación que
realizamos de los datos, pero no "emanan" de ellos o de nuestras
prácticas metodológicas.
[p.p. 61 y 62]
Condiciones que obligan al investigador, a cuidar las cualidades que caracterizan a
los estudios cualitativos, con el fin de no perder de vista el carácter holístico del
objeto de estudio, las propiedades de la naturaleza inductiva propia de este tipo de
investigaciones y el riesgo de saturar de argumentos teóricos el proceso de
investigación, con ello perder de vista la condición natural de las interpretaciones
que provienen de la realidad estudiada.
Para ello es pertinente hacer mención de las recomendaciones que señalan Glaser
y Strauss (1967), incluir de manera permanente tanto el método de comparación
constante, como el muestreo teórico como parte de la vigilancia epistemológica.
En este sentido, la triangulación metodológica y la técnica de saturación pueden
complementar de manera pertinente el proceso de construcción del nuevo
conocimiento.
Finalmente destacar los criterios que Rodríguez y Valldeoriola (S/F.), retoman de
Glaser y Strauss (1967) para orientar la valoración de los procesos de construcción
de conocimiento: Pertiencia, funcionalidad, relevancia y flexibilidad.

Rodríguez y Valldeoriola (S/F.) presentan en su texto a la investigación-acción,


como un método inscrito en el paradigma sociocrítico. En donde prevalece la

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intención reflexiva y deliberada del investigador, al estudiar fenómenos que
intervienen de manera activa en procesos que inciden directamente en las
problemáticas que se encuentran inmersas en su práctica cotidiana.
En éste se destaca el estudio focalizado de incidentes que pueden ser tratados
cuidadosamente para proponer alternativas de cambio en el contexto social en el
que participa y en donde se ven implicados sujetos y escenarios que interactúan
con la problemática significativa en cuestión. Suelen estar orientados a la mejora de
los procesos y a la promoción de logros intrínsecos y extrínsecos que se asumen
como alternativa de mejores escenarios y condiciones de vida cotidiana.
Rodríguez y Valldeoriola (S/F.) destacan que la investigación-acción suele ser
utilizada en el contexto educativo para la reflexión y transformación de la práctica
docente. De ahí, que cobra un valor significativo, por la participación activa, reflexiva
y crítica de los docentes sobre su acción, antes, durante y después de las
experiencias pedagógicas. Desde esta perspectiva el docente es un investigador
permanente y por ende, un profesional transformador, que además comparte los
desafíos de la creación de nuevo conocimiento científico con sus pares, de manera
colaborativa y colegiada.
Rodríguez y Valldeoriola (S/F.) señalan al final del apartado motivo de análisis, que
las técnicas por excelencia de la metodología cualitativa son la entrevista en todas
sus modalidades, la observación de tipo participante, el análisis del discurso ya sea
oral, escrito o simbólico, y reiteran que para la recogida de datos, es preciso incluir
la técnica de saturación y la triangulación metodológica. Con el fin de reducir al
máximo las expresiones con mayor sentido y significado, y mantener al margen,
aquellas que pueden distraer la interpretación durante la recogida de datos o de
información. Así mismo, considerar que este proceso de análisis comprensivo,
cíclico o en progreso requiere de habilidades heurísticas por parte del investigador
que está en la búsqueda de la interpretación de significados, por ello para evitar la
reducción a modelos miméticos es imprescindible la triangulación de datos, fuentes,
metodologías, técnicas, y perspectivas neutrales de otros investigadores; a fin de
orientar la investigación hacia criterios de validez científica.
En conclusión, el desarrollo de investigaciones de naturaleza cualitativa puede
ofrecer alternativas de comprensión e interpretación científica de gran alcance,
independientemente de la metodología que sea pertinente al objeto de estudio.
Sin embargo, el carácter holístico, empírico, multimodal; complejo y profundo,
requiere de una disposición reflexiva y crítica del investigador. Particularmente, de
los propios obstáculos epistemológicos, como también, del compromiso ético y
científico con el escenario, las unidades de análisis y los significados que de ellos
derivan. Con el fin de evitar, reduccionismos falsos, superficialidad, reproducción
metodológica y teórica, que entre otras cosas, además de que distancian el objeto
de su naturaleza, puede contribuir a la creación de afirmaciones o conocimiento de
falsos fundamentos. Por ende, alterar la percepción de una realidad, que exige todo
el respeto empírico, teórico, metodológico y práctico.

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