Está en la página 1de 8

Licenciatura en Gestión Universitaria

Gobierno Universitario

Prof. María Catalina Nosiglia

Docente: Brian Fuksman

Fecha de entrega: 25 de septiembre del 2018

Alumna: Mirta Leone


Respuestas a las preguntas sobre el texto de Nosiglia (2011)

1. La definición del gobierno universitario, como institución educativa, la autora lo


abordad desde varias perspectivas, la resolución de cuestiones de poder que se vinculan,
por un lado, con los poderes externos constituidos – poder real, eclesial y el Estado – en su
secular conquista y ampliación de su autonomía, por otro lado, con las relaciones de poder
al interior de la universidad, es decir las formas de participación de los diferentes claustros
y las modalidades de gobierno, composición y acceso a esa conducción. La noción de
gobierno está íntimamente relacionada con la idea de poder y de autoridad. Weber define el
poder como una relación entre los que mandan y los que obedecen, como la capacidad de
imponer la voluntad de unos sobre otros. Cuando el poder es considerado como legítimo, es
percibido por los individuos de una comunidad como "autoridad". (Weber, 1997). El
estudio del gobierno universitario como organización de las relaciones de poder y
distribución de la autoridad, es abordado desde tres dimensiones íntimamente relacionadas
y de mutua influencia: a) la interacción de la universidad y el Estado (gobierno); b) la
interacción de la universidad con el sistema educativo superior (SES) y con el subsistema
universitario nacional, y c) la dimensión de los equilibrios de poder al interior de las
instituciones universitarias. (M. Nosiglia 2011). Otros autores lo han definido como el
abordaje conceptual sobre el gobierno en general puede realizarse siguiendo una triple
perspectiva: como conjunto de actores, –individuos o grupos que poseen autoridad en un
sistema político y lo determinante del poder es quién ocupa el cargo y sus cualidades
personales–; como conjunto de funciones –actividades que intervienen en la dirección
política de la sociedad y remiten a la escisión entre política y administración (burocracia)
como dos ámbitos con funciones precisas y complementarias–, o como conjunto de
instituciones –cuyas atribuciones para el ejercicio del poder dependen de un determinado
ordenamiento legal y constitucional con independencia de las personas que temporalmente
las integran– (Orlandi y Zelazink, 1997; Pegoraro y Zulcovsky, 2006). El concepto de
gobernabilidad cobro centralidad en la década del 70 con el agotamiento del Estado de
bienestar y su modelo de desarrollo. Tras esta crisis apareció la problemática de la
reconstrucción de la capacidad de gobernar que tienen las autoridades universitarias en
contextos institucionales específicos para atender eficazmente las demandas de sus grupos
internos, mediante fórmulas institucionales de resolución de conflictos y producción de
acuerdos. Bobbio, señala que el concepto de gobernabilidad está marcado por
implicaciones negativas y que existen diversas hipótesis que intentan explicar la crisis de
gobernabilidad, ya sea que se la considere producto de la crisis fiscal del Estado,
consecuencia de la crisis de la democracia o producto de racionalidad y legitimidad
(Bobbio, 1991). Siguiendo a Bresser Pereira, mientras que la gobernabilidad deriva de una
relación de legitimidad del Estado y su gobierno con la sociedad, el problema de
gobernanza hace referencia a las condiciones financieras y administrativas necesarias para
transformar en realidad las decisiones que se toman. Entonces incrementar la gobernanza y
la gobernabilidad, tal como fue promovido por las reformas del Estado en la década de los
90, supone una reforma de orden administrativo y otra de orden político. Eso es, por un
lado la redefinición de las formas de intervención en el plano económico-social, la
superación de la forma burocrática de administrar el Estado por una forma más gerencial y
la separación en las actividades exclusivas del Estado de las tareas de formulación y
ejecución de las políticas, y por otro, el logro de una mayor capacidad de las instituciones
políticas para garantizar la intermediación de los intereses que hagan más legítimos y
democráticos los gobiernos, perfeccione la democracia representativa y abra espacio al
control social o a la democracia directa. (Bresser Pereira, 1998). Desde la perspectiva de
Ibarra Colado y Rondero López, la gobernabilidad universitaria incluye una dimensión en
relación al interior de la institución y otra respecto de la relación que las instituciones
establecen con el medio externo. En el plano interno implica el manejo cotidiano de la
institución – la definición de su misión y propósitos, procesos de tomas de decisiones,
estructuras de autoridad y formas de organización- y además aporta el encuadre
institucional para el desarrollo del trabajo universitario. En el plano externo la
gobernabilidad supone el manejo de las relaciones de la universidad con el medio social, es
decir la capacidad para establecer acuerdos con agencias del Estado y entidades privadas, e
incorporarse a redes de producción y transmisión de conocimientos, articulando los
sistemas de gobierno de la institución con aquellos más generales que regulan las relaciones
de los conjuntos organizacionales. (Ibarra Colado y Rondero López, 2001:10). Para abordar
el concepto de gobernanza, Nosiglia se basa que mientras la gobernabilidad deriva de una
relación de legitimidad del Estado y su gobierno con la sociedad, la gobernanza hace
referencia a las condiciones financieras y administrativas necesarias para transformar en
realidad las decisiones que se toman (Bresser Pereira, 1998). La noción de buen gobierno
que define el Banco Mundial se presenta de forma despolitizada, solamente vinculada con
la eficiencia y la eficacia de las políticas públicas y de la organización institucional. Se
considera que el matiz significativo del concepto de governance acuñado en sus informes
es su connotación apolítica, en tanto no incorpora elementos vinculados a los tipos de
régimen político y a las características institucionales y de los actores que participan del
gobierno universitario. (Banco Mundial, 2000).

2. Según Camou el gobierno universitario está atravesado por al menos dos lógicas
inherentes a él y cuya articulación produce cierta tensiones: por un lado la lógica
democrática, que demanda la igualdad política, la deliberación colectiva y el voto de la
mayoría, y por otro lado, la lógica académica, apoyada en la división de trabajo docente de
acuerdo a un orden jerárquico, las reglas de producción de conocimientos, la validación del
saber, la experiencia científica y las diferencias de mérito. La ciudadanía universitaria que
se les atribuye a los diferentes actores universitarios es, justamente, construcción y
resultado de la articulación de ambas lógicas. Camou ha planteado, a este respecto, que las
universidades se organizan de acuerdo con ciertos principios: el principio académico –
científico-técnico y profesional, vinculando a la formación y la producción de
conocimiento-; el principio de responsabilidad social-en tanto instituciones públicas, las
actividades que desarrolla la universidad deben guardar pertinencia y relación con las
demandas de la sociedad-, el principio democrático- vinculado con la participación de los
estamentos universitarios en el gobierno de la universidad y la deliberación colectiva como
mecanismo de toma de decisiones-, y el principio burocrático-relativo a la gestión
universitaria-. En este sentido, el autor enfatiza que el principio primordial que está por
encima de los otros es el académico, debido a que la función preeminente de la universidad
es producir y transmitir el conocimiento. (Camou, 2018). Nosiglia agrega a las definiciones
de Camou, y sólo para las universidades argentinas, la existencia de una lógica política
partidaria, considerando que la universidad fue históricamente un espacio para la formación
de élites políticas y que la política de partidos contribuyó a la gobernabilidad y a la
democratización e institucionalización de las universidades. (Stubrin, 2001).
3. La crisis de gobernabilidad de la década del 90, la autora menciona que la expansión
creciente de la matrícula de educación superior, frente a restricciones de orden financiero,
provocó una mirada más atenta del Estado y la sociedad acerca de los resultados, mientras
los problemas de gobernabilidad en el análisis sobre las universidades. Algunos análisis
sobre la crisis de gobernabilidad en el sistema de educación superior se centraron en señalar
su origen en una ineficiente y agotada relación entre el Estado y las universidades. Brunner
sostiene que para el caso de América Latina, la crisis a nivel de educación superior se debe
al agotamiento del modelo de relación entre este nivel de enseñanza, la sociedad y el
Estado, y se expresa en tres problemas a) la falta de una adecuada regulación, b) los
problemas de la forma de financiamiento incremental y c) la ausencia de mecanismos de
evaluación. Como propuesta superadora el autor plantea la realización de un nuevo contrato
social, basado en la sustitución del débil control administrativo del Estado por la evaluación
y el cambio de criterios en la asignación de recursos públicos en base a objetivos y metas
convenidos y un compromiso por parte de las universidades de diversificar sus fuentes de
financiamiento. (Brunner, 1993). En coincidencia con el autor anterior Ribeiro Durham
sostiene la necesidad de un nuevo modelo de universidad que implique una alteración de las
relaciones entre el Estado y la educación superior basado en una mayor descentralización
administrativa, financiamiento según desempeño y contención de gastos públicos,
redistribución del poder dentro del sistema mediante mecanismos de evaluación de calidad
y producción científica, simplificación burocrática, cobro de aranceles y limitación del
ingreso y la reorganización curricular de diplomas y carreras. (Ribeiro Durham, 1997).

Respuestas a las preguntas sobre el texto de Rovelli (2012)

4. Para Rovelli las reformas de la educación superior promovidas e implementadas en


las dos últimas décadas tuvieron al gobierno universitario como epicentro de críticas e
innovaciones. Las distintas propuestas de reforma en de los sistemas de educación superior
tendieron a desplazar el principio de colegiación y apuntaron promover un gobierno
enérgico y dinámico de las instituciones, la tendencia de alcance mundial en el marco de las
políticas neoliberales privilegio la reestructuración de las universidades a partir de criterios
de eficiencia administrativa y rendición de cuenta. Esta tendencia hacia la centralización
del gobierno aumento la capacidad de conducción y adaptación de las universidades frente
a la multiciplidad de demandas otorgándole a los rectores, decanos, directores de escuela y
facultades mayores atribuciones y responsabilidades, a la vez propicio nuevas modalidades
y estructuras de decisión sustentadas en el desempeño y la velocidad de reacción. Estas
propuestas de reforma promovió así un tipo de gobierno enérgico, dinámico e innovador de
las instituciones, basado en liderazgos fuertes de sus rectores/decanos y concentración de
poder en el segmento académico, en detrimento de los órganos colegiados a los que se
consideraba fuente de problemas de gobernabilidad y factor limitante de la capacidad de
innovación y de reforma institucional. Asimismo la normativa estableció que los decanos
participan como miembros natos de los Consejos Superiores, lo que supuso una
sobrerrepresentación del claustro docente y una duplicación de la representación de la
autoridad ejecutiva en los cuerpos legislativos (Mazzola, 2007).

5. Desde los años 80 en los países centrales y a partir de los 90 en América Latina, las
reformas del sector público y sus instituciones surgieron los principios de Nueva
Gestión/Gerencia Publica, en el ámbito universitario se trato de un nuevo formato de
administración sustentado en el desempeño institucional que constituyo en una variación de
los dispositivos de gobierno y de gestión. (Brunner, 2006). Junto con las evaluaciones
externas e internas que procuraron hacer más visibles y controlable el desempeño de los
actores, encarando nuevas estrategias y técnicas de gobierno fundadas en los principios de
la auditoría financiera. El Nuevo Gerenciamiento Público refiere a la transformación del
apartado estatal en su conjunto y de las políticas públicas, desde un paradigma tradicional
(weberiano) hacia otro basado en un enfoque gerencial que redefine la idea de gobierno en
términos de eficacia, efectividad y calidad. Sus postulados aspiran a la reducción de las
estructuras jerárquicas, de la excesiva división de trabajo, la descentralización de las
decisiones y de los recursos, la integración de metas de cumplimiento de reglas y
legislaciones. Introducción de sistemas de medición o evaluación del desempeño. (Cfr.
Aguilar Villanueva, 2007:319-320)
Referencias

BANCO MUNDIAL (2000). Educación Superior: peligros y promesas, Washington DC.

BOBBIO, N (1991). Diccionario de Ciencia Política, México. Siglo XXI.

BRESSER PERIRA, L. (1998). “La reforma del Estado en los años noventa: lógicas y
mecanismos de control”, Desarrollo Económico, vol. 38, N° 150, Buenos Aires,
IDES.

BRUNNER, J. (1993). “Evaluación y financiamiento de la educación superior en América


Latina: bases para un nuevo contrato”, en COURARD, H. (ed.) Políticas
comparadas de Educación Superior en América Latina, Santiago de Chile:
FLACSO.

CAMOU, A. (2008). “Gobernabilidad y democracia en la universidad pública argentina.


Notas para la discusión”, en ARAUJO, S. (comp.) V Encuentro Nacional y II
Latinoamericano. La universidad como objeto de investigación: democracia,
gobernabilidad, transformación y cambio de la educación superior universitaria.
Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires. Tandil.

IBARRA COLADO, E. Y N. RONDERO LOPEZ (2001). “La gobernabilidad universitaria


entra en escena: elementos para el debate en torno a la nueva universidad”, Revista
de Educación Superior, N° 118, México: Anuies. Disponible en:
http://www.anuies.mx/servicios/p_anuies/publicaciones/revsup/res118/art6.htm
(consultado: 20/3/2011).

NOSIGLIA, M. C. (2011). “Poder y autoridad: el impacto de la Ley de Educación Superior


en el gobierno de la universidad argentina”. En: AAVV, Entre la tradición y el
cambio. Perspectivas sobre el gobierno de la Universidad. (p.p. 135-163). Colección
de Educación Superior, Universidad de Palermo, Buenos Aires.

ORLANDI, H. Y J. ZELAZNIK (1997). “El gobierno”, en PINTO, J. (comp.) Introducción


a la ciencia política, Buenos Aires: Eudeba.
PERGORARO, M. Y F. ZULCOVSKY (2006). “Gobierno”, en AZNAR, L. y M. De
LUCA. Política. Cuestiones y problemas, Buenos Aires: Ariel.

RABOTNIKOF, N. (1999). “la caracterización de la sociedad civil en la perspectiva del


BID y el BM”, Perfiles Latinoamericanos, Año 8, N° 15, México.

RIBERO DURHAM, E. (1997), “Introducción: Los estudios comparativos de la educación


superior en América Latina”, en ROLLIN K. (comp.). Los temas críticos de la
educación superior en América Latina (estudios comparativos), México: FCE.

ROVELLI, L. (2012). Dimensiones, actores y dilemas de gobierno del sistema y de las


universidades públicas en la argentina. Capítulo 4. (pp. 69-86). En CHIROLEU, A.
et al (2012). Política Universitaria en la Argentina: revisando nuevos legados en
busca de nuevos horizontes, IEC, CONADU, Buenos Aires.

STUBRIN, A. (2001). “La política de partidos y las universidades públicas en la Argentina


1983-2000”, Santa Fe. : Disponible en: http://www.coneau.edu.ar/archivos/1252.pdf

WEBER, M. (1997). Economía y sociedad. México: Fondo de Cultura Económica.

También podría gustarte