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EL AGENTE ENCUBIERTO
COMO HERRAMIENTA PROCESAL Y PROBATORIA
CONTRA EL CRIMEN ORGANIZADO1
The undercover agent as a procedural
and evidentiary tool against organized crime
ABSTRACT: The aim of this paper is to reflect on the role given to the
undercover agent after the latest reform of the Criminal Procedure Law.
With this objective, the main aspects of the new powers given to this
police agent will be analyzed, such as the subjective and objective scope
of the police infiltration; the new procedure that they should follow; the
additional limitation of fundamental rights; the probative value of the
evidence obtained, and the provocation of the crime.
KEYWORDS: Undercover agent, organized crime, criminal process.
I. INTRODUCCIÓN
Mucho se ha debatido en los últimos años sobre la figura del
agente encubierto informático. Ello se justifica si se toma en consi-
deración la reciente creación de esta importante figura procesal en la
Ley Orgánica 13/2015, de 5 de octubre, de modificación de la Ley de
Enjuiciamiento Criminal2 para el fortalecimiento de las garantías pro-
cesales y la regulación de las medidas de investigación tecnológica.
Se trata de una medida de investigación penal novedosa, pues hasta el
citado texto legal, y a pesar de la apremiante necesidad de dotarle de
una ordenación procesal adecuada3, estaba huérfana de regulación.
2
En adelante, LECrim.
3
La necesidad apremiante de ordenar la figura del agente encubierto informá-
tico en nuestro ordenamiento jurídico se ha puesto de manifiesto en los últimos años.
Adviértase, por ejemplo, como el 23 de marzo de 2011 el Pleno del Senado aprobó una
moción en la que se instaba al Gobierno a remitir a las Cortes Generales un Proyecto de
Ley donde se regulará la figura del agente encubierto en internet, si bien referido a la
pornografía infantil. Como señala la Exposición de Motivos de la Ley Orgánica 13/2015
de modificación de la LECrim “La Ley de Enjuiciamiento Criminal no ha podido sus-
traerse al paso del tiempo. Renovadas las formas de delincuencia ligadas al uso de las
nuevas tecnologías han puesto de manifiesto la insuficiencia de un cuadro normativo con-
cebido para tiempos bien distintos. Los flujos de información generados por los sistemas
5
GONZÁLEZ TAPIA, I., “La información sobre la delincuencia en España”, La
criminalidad organizada, dir. GONZÁLEZ RUS, J. J., 2013, Tirant lo Blanch, 2013, p. 144.
6
Sentencia Audiencia Nacional (Sala de lo Penal, Sección 2ª) 13/2016, de 1 de
junio.
7
Sobre los factores que dificultan la persecución de las organizaciones criminales
vid. GÓMEZ DE LIAÑO, M., Criminalidad organizada y medios extraordinarios de inves-
tigación, 2004, Colex, pp. 47 y ss; MERINO HERRERA, J. Y PAÍNO RODRÍGUEZ, F. J.,
Lecciones de criminalidad organizada, 2016, pp. 20-25; PLANCHADELL GARGALLO, A.,
“El agente encubierto en la lucha contra la criminalidad organizada”, Los actos de inves-
tigación contra el crimen organizado, coord. CUBAS VILLANUEVA, V. Y GIRAO ISIDRO,
M. A., 2016, Instituto Pacífico, pp. 189-191; POZO PÉREZ, M., “El agente encubierto
como medio de investigación de la delincuencia organizada en la Ley de Enjuiciamiento
Criminal española”, Criterio jurídico, 2006, núm. 6, pp. 273-278; ZAFRA ESPINOSA DE
LOS MONTEROS, R., El policía infiltrado. Los presupuestos jurídicos en el proceso penal
español, 2010, Tirant lo Blanch, cit., pp. 22 y ss, también en “Medios extraordinarios de
investigación contra la criminalidad organizada”, Los actos…, cit., pp. 229-242; ZUÑIGA
RODRÍGUEZ, L., Criminalidad organizada y sistema de derecho penal, 2009, Comares,
pp. 126 y ss.
8
Vid. al respecto GUZMÁN FLUJA, V. C., “El agente encubierto y garantías del
proceso penal”, La prueba en el proceso penal en el espacio europeo de libertad, seguridad
y justicia penal, 2006, Thomson-Aranzadi, p. 206; RIFA SOLER, J. M., “El agente encu-
bierto o infiltrado en la nueva regulación de la LECrim”, Poder Judicial, núm. 55, p. 158;
RIZO GÓMEZ, B., “La infiltración policial en internet. A propósito de la regulación del
agente encubierto informático en la Ley Orgánica 13/2015, de 5 de octubre, de modifica-
ción de la Ley de Enjuiciamiento Criminal para el fortalecimiento de las garantías proce-
sales y la regulación de las medidas de investigación tecnológica”, Justicia penal y nuevas
formas de delincuencia, Dir. ASENCIO MELLADO, J. M.ª, Coord. FERNÁNDEZ LÓPEZ,
M., 2016, Tirant lo Blanch, p. 96; ZAFRA ESPINOSA DE LOS MONTEROS, R., El policía
infiltrado…, cit., pp. 22, 23, 51 y 52.
9
Exposición de Motivos de la Ley 5/1999, de 13 de enero, de reforma de la Ley
de Enjuiciamiento Criminal en materia de perfeccionamiento de la acción investigadora
relacionada con el tráfico legal de drogas y otras actividades ilícitas graves.
10
Sentencia Tribunal Supremo –Sala de lo Penal, Sección 1ª– de 6 de noviembre
de 2013; 1 de marzo de 2011; 29 de diciembre de 2010; Sentencia Audiencia Nacional
(Sala de lo Penal, Sección 2ª) 13/2016, de 1 de junio. En el mismo sentido vid. GÓMEZ
DE LIAÑO, M., Criminalidad…, cit., p. 129; POZO PÉREZ, M., “El agente…”, cit., p. 268;
RIZO GÓMEZ, M. B., “La infiltración policial…”, cit., p. 99; ZAFRA ESPINOSA DE LOS
MONTEROS, R., El policía infiltrado…, cit., p. 26.
11
GASCÓN INCHAUSTI, F., Infiltración policial y agente encubierto, 2001,
Comares, p. 131.
12
En torno a la finalidad que preside la actuación del agente encubierto vid. por
ejemplo Sentencias Tribunal Supremo –Sala de lo Penal– de 6 de noviembre de 2013; 29
de diciembre de 2010; 767/2007, de 3 de octubre.
13
Sentencia Audiencia Nacional (Sala de lo Penal, Sección 2ª) 13/2016, de 1 de
junio.
14
En el mismo sentido GASCÓN INCHAUSTI, F., Infiltración…, cit., p. 82; ZAFRA
ESPINOSA DE LOS MONTEROS, R., El policía infiltrado…, cit., p. 151.
15
GASCÓN INCHAUSTI, F., Infiltración…, cit., p. 82. A favor de la prevención de
delitos vid. ZAFRA ESPINOSA DE LOS MONTEROS, R., El policía infiltrado…, cit., p.
151. Vid. también Sentencia Audiencia Nacional (Sala de lo Penal, Sección 2ª) 13/2016,
de 1 de junio.
16
En el mismo sentido se pronuncia GASCÓN INCHAUSTI para quien la técni-
ca de la infiltración descansa en la existencia de un engaño (GASCÓN INCHAUSTI, F.,
Infiltración…, cit., p. 87). También comparte este mismo criterio GUZMÁN FLUJA quien
sostiene que la piedra angular de este medio de investigación es el engaño (GUZMÁN
FLUJA, V. C., “El agente…”, cit., p. 215). Vid. además ZAFRA ESPINOSA DE LOS
MONTEROS, R., El policía infiltrado…, cit., p. 69; RIZO GÓMEZ, B., “La infiltración
policial…”, cit., p. 100.
17
POZO PÉREZ, M., “El agente encubierto…”, cit., p. 285; RIZO GÓMEZ, B., “La
infiltración policial…”, cit., p. 100.
18
PLANCHADELL GARGALLO, A., “El agente encubierto…”, cit., p. 191; ZAFRA
ESPINOSA DE LOS MONTEROS, R., El policía infiltrado…, cit., p. 73.
19
GÓMEZ DE LIAÑO, M., Criminalidad…, cit., p. 132; ZAFRA ESPINOSA DE
LOS MONTEROS, R., El policía infiltrado…, cit., pp. 70 y 71.
20
PLANCHADELL GARGALLO, A., “El agente encubierto…”, cit., p. 191; ZAFRA
ESPINOSA DE LOS MONTEROS, R., El policía infiltrado…, cit., p. 73.
21
Vid., entre otras, Sentencias Tribunal Constitucional 150/2011, de 29 de septiem-
bre; 3 abril 2002; 10 abril 2000, 16 diciembre 1996.
40
Conclusiones refundidas de las I y II Jornadas sobre el Marco Jurídico del Agente
Encubierto, p. 10.
41
Conclusiones refundidas de las I y II Jornadas sobre el Marco Jurídico del Agente
Encubierto, p. 10.
42
GASCÓN INCHAUSTI, F., Infiltración…, cit., p. 228.
43
La Unidad de Agentes Encubiertos está integrada por personal especializa-
do que realiza funciones de gestión, apoyo, supervisión y control (GARCÍA-FUSTEL
GONZÁLEZ, J., “Figuras de agente encubierto y confidente visión de la guardia civil”,
comunicación, disponible en https://www.fiscal.es/fiscal/PA_WebApp_SGNTJ_NFIS/des-
carga/comunicación%20García-Fustel%20González,%20Jesús.pdf?idFile=f7cb2112-9d7c-
4a2c-9d17-51efae9a0197, p. 5).
44
GARCÍA-FUSTEL GONZÁLEZ, J., “Figuras…”, cit., p. 5.
45
GARCÍA-FUSTEL GONZÁLEZ, J., “Figuras…”., cit., p. 5
46
Para ello deberán reunir los requisitos del apartado cuarto del artículo 282 bis
LECrim que regula el ámbito objetivo de la infiltración policial. Dicha materia será abor-
dada con detalle en el epígrafe IV del presente trabajo.
47
Sentencia Tribunal Supremo –Sala de lo Penal, sección 1ª– de 6 de noviembre de
2013; 767/2007, de 3 de octubre.
48
Sentencia Tribunal Supremo –Sala de lo Penal, Sección 1ª– 250/2017, de 5 de
abril; 28 de junio de 2013.
49
La jurisprudencia admite la posibilidad de contactos entre el agente y los inves-
tigados previos a que recaiga la autorización judicial para actuar como encubierto. Vid.,
entre otras, Sentencia del Tribunal Supremo –Sala de lo Penal– 835/2013, de 6 de noviem-
bre; 575/2013, de 28 de junio; 767/2007, de 3 de octubre; Sentencias Audiencia Nacional
–Sala de lo Penal, Sección 4.ª– 27 julio 2016; –Sala de lo Penal, Sección 2.ª– 1 junio 2016;
–Sala de lo Penal, Sección 1ª– 10 diciembre 2012; Sentencia de la Audiencia Provincial
Madrid –Sección 23ª– 397/2015, de 5 de junio. Vid. también ALCOLADO CHICO, M. T.,
“La evolución hacia la moderna funcionalidad del “agente encubierto”: incidencia de las
nuevas reglas de la Ley de Enjuiciamiento Criminal”, Revista jurídica de Asturias, núm.
39, 2016, p. 31.
El funcionario de la policía que lleve a cabo estas actuaciones con anterioridad a
la resolución que le habilite para actuar como agente encubierto podrá declarar como
testigo en relación con lo que ha visto y ha oído. La diferencia de régimen entre uno y
otro radica en que el primero no le será de aplicación la exención de la responsabilidad
que contempla el artículo 282 bis 5 LECrim. En este sentido vid. SsTS. –Sala de lo Penal,
Sección 1º– de 28 de junio de 2013; 1 de marzo de 2011; 29 de diciembre de 2011; 6 de
febrero de 2009; 25 de junio de 2007; Sentencia Audiencia Nacional –Sala de lo Penal,
sección 1ª– 10 de diciembre de 2012.
50
POZO PÉREZ, M., “El agente encubierto…”, cit., p. 291; ZAFRA ESPINOSA DE
LOS MONTEROS, R., El policía infiltrado…, cit., p. 345.
51
Conclusiones refundidas de las I y II Jornadas sobre el Marco Jurídico del Agente
Encubierto, p. 13. En el mismo sentido vid. GÓMEZ DE LIAÑO, M., Criminalidad…, cit.,
p.138.
52
En el mismo sentido vid. GASCÓN INCHAUSTI, F., Infiltración…, cit., p. 159.
53
ZAFRA ESPINOSA DE LOS MONTEROS, R., El policía infiltrado…, cit., p. 64.
54
RIZO GÓMEZ, B., “La infiltración policial…”, cit., p. 107.
precepto señalado, delitos que tutelan bienes jurídicos distintos que son
castigados con penas muy dispares, dado que existen conductas típicas
que son castigadas con una penalidad grave, otras con penas intermedias
y, finalmente, con penas de escasa consideración60.
Especialmente se podría cuestionar la operatividad del agente encu-
bierto en delitos que llevan aparejada escasa pena privativa de libertad.
A nadie escapa el hecho de que la gravedad de la pena garantiza que la
medida limitativa de derechos fundamentales se adopte con respeto del
principio de proporcionalidad61. Ahora bien, en este punto de la exposi-
ción se ha de poner de manifiesto que la gravedad del delito no puede
ser medida exclusivamente en atención a la cuantía de la pena que lleva
aparejada la conducta típica. Como GÓMEZ DE LIAÑO sostiene “ligar,
el crimen organizado a la entidad cuantitativa de la infracción, supone
percibir el fenómeno con límites muy estrechos y desconocer, que el ma-
yor desvalor del injusto, alarma social, e importancia de la causa vienen
determinados por la realización del hecho típico en el seno de una orga-
nización criminal”62.
Así pues, existen otros parámetros que pueden contribuir en la deter-
minación de la importancia de la conducta delictiva. Entre otros facto-
res, se pueden tener en cuenta la voluntad de reiteración delictiva, el ám-
bito geográfico en que se extiende la actividad delictiva y especialmente
la comisión del delito por una banda organizada, con las implicaciones
que ello conlleva.
Otra cuestión que especialmente se ha cuestionado al abordar el ám-
bito objetivo de la infiltración policial se traduce en el hecho de que no
estén contemplados de manera explícita en el artículo 282 bis 4 LECrim
todos los posibles delitos que pueden ser cometidos por una organización
criminal. En este ámbito se podría pensar en diversos tipos delictivos
pero, entre ellos, llama poderosamente la atención que no se pueda inves-
tigar por la herramienta del agente encubierto los homicidios cometidos
por una organización criminal63, máxime si se repara en el hecho de que
60
GASCÓN INCHAUSTI, F., Infiltración…, cit., p. 136.
61
RIZO GÓMEZ, B., “La infiltración policial…”, cit., p. 112.
62
GÓMEZ DE LIAÑO, M., Criminalidad…, cit., p. 211; POZO PÉREZ, M., “El
agente encubierto…”, cit., p. 294.
63
En el mismo sentido vid. CONDE PUMPIDO, P., “El agente encubierto en la
legislación española”, comunicación, disponible en https://www.fiscal.es/fiscal/PA_
WebApp_SGNTJ_NFIS/descarga/ponencia%20Conde-Pumpido%20García,%20Paloma.
pdf?idFile=bb24f82f-7461-4a13-ab8f-8d7de8f91f80, p. 7. Por su parte GARCÍA-FUSTEL
GONZÁLEZ alude a delitos relativos a la salud en el deporte, corrupción, homicidios
(GARCÍA-FUSTEL GONZÁLEZ, J., “Figuras…”, cit. p.7).
64
ZAFRA ESPINOSA DE LOS MONTEROS, R., El policía infiltrado…, cit., p. 312.
65
ZAFRA ESPINOSA DE LOS MONTEROS, R., El policía infiltrado…, cit., p. 228.
66
Concretamente DE LA NAVA DE MIGUEL propone el siguiente ámbito de apli-
cación: investigaciones que se desarrollen en el marco de la delincuencia organizada; por
delitos graves; delitos que se comentan en el seno de una organización o grupo criminal;
delitos de terrorismo y delitos relativos al tráfico de drogas, estupefacientes y sustancias
psicotrópicas (DE LA NAVA DE MIGUEL, J. C., “Diligencias…”, cit., p. 449).
V. EL PROCEDIMIENTO
67
EXPÓSITO LÓPEZ, L., “El agente encubierto”, Revista de Derecho UNED, núm.
17, 2015, p. 267; GÓMEZ DE LIAÑO, M., Criminalidad…, cit., p. 173; POZO PÉREZ, M.,
“El agente encubierto…”, cit., p. 282.
68
GÓMEZ DE LIAÑO, M., Criminalidad…, cit., p. 173.
69
Conclusiones refundidas de las I y II Jornadas sobre el Marco Jurídico del Agente
Encubierto, p. 1.
máxime si se repara en que tal previsión se articula sin delimitar las condi-
ciones en que debe operar dicha habilitación. Ello se puede sostener si se
toma en consideración que en nuestro sistema procesal tradicionalmente
se ha atribuido la dirección de la fase de instrucción al Juez de Instrucción.
Ahondando en lo anterior, y como se ha avanzado, se ha de tener presente
además que la operatividad de la figura del agente encubierto supone la
limitación de determinados derechos fundamentales, materia ésta sobre la
que rige necesariamente el principio de exclusividad jurisdiccional.
Partiendo de estas premisas, se ha de concluir que la competencia del
Fiscal para autorizar la infiltración policial, que se realizará por medio de de-
creto, sólo ha de resultar admisible cuando se enmarque dentro de la investi-
gación preliminar desarrollada en el ámbito del procedimiento abreviado bajo
la dirección del MF, tal y como contempla el artículo 773.2 de la LECrim70.
Fuera de este supuesto, la solicitud deberá ser dirigida al Juez de Instrucción.
Ahora bien, tan pronto como el Ministerio Fiscal dicte decreto autori-
zando la medida que se está analizando, deberá ponerla en conocimiento
en virtud de lo estipulado en el artículo 282 bis 1 LECrim, del Juez de
Instrucción con el objeto de que pueda confirmarla, revocarla o modifi-
carla71. De esta manera, la autoridad judicial efectuará con plenitud su
competencia revisora en materia restricción de derechos fundamentales.
Se trata de un auténtico control jurisdiccional de la medida efectuado a
posteriori72. En este sentido, la petición al Juez de Instrucción de la con-
firmación de la medida obliga a la apertura de una instrucción judicial,
momento en el cual el Fiscal deberá cesar en sus investigaciones73.
En cualquier caso, la resolución que autorice la infiltración policial,
ya sea auto o decreto, deberá ser motivada74 y contener los extremos que
a continuación se relacionan75.
70
En este sentido ya se pronunció GASCÓN INCHAUSTI, F., Infiltración…, cit., p.
199; GÓMEZ DE LIAÑO, M., Criminalidad…, cit., p. 182.
71
ZAFRA ESPINOSA DE LOS MONTEROS, R., El policía infiltrado…, cit., p. 336.
72
GÓMEZ DE LIAÑO, M., Criminalidad…, cit., p. 190.
73
En el mismo sentido GASCÓN INCHAUSTI, F., Infiltración…, cit., p. 205;
GÓMEZ DE LIAÑO, M., Criminalidad…, cit., pp. 190 y 191.
74
GÓMEZ DE LIAÑO, M., Criminalidad…, cit., p. 213; PLANCHADELL
GARGALLO, A., “El agente encubierto…”, cit., p. 209; POZO PÉREZ, M., “El agente en-
cubierto…”, cit., p. 293; ZAFRA ESPINOSA DE LOS MONTEROS, R., El policía infiltra-
do…, cit., pp. 339 y 340.
75
EXPÓSITO LÓPEZ, L., “El agente…”, cit., pp. 273-275; GASCÓN INCHAUSTI,
F., Infiltración…, cit., pp. 208 y 209; PLANCHADELL GARGALLO, A., “El agente en-
cubierto…”, cit., p. 209; POZO PÉREZ, M., “El agente encubierto…”, cit., pp. 292-295;
ZAFRA ESPINOSA DE LOS MONTEROS, R., El policía infiltrado…, cit., pp. 339.
82
POZO PÉREZ, M., “El agente encubierto…”, cit., p. 293. Vid. también GASCÓN
INCHAUSTI, F., Infiltración…, cit., pp. 380 y 381; ZAFRA ESPINOSA DE LOS
MONTEROS, R., El policía infiltrado…, cit., p. 380.
83
GASCÓN INCHAUSTI, F., Infiltración…, cit., p. 383; POZO PÉREZ, M., “El
agente encubierto…”, cit., p. 294; ZAFRA ESPINOSA DE LOS MONTEROS, R., El poli-
cía infiltrado…, cit., p. 382.
84
CONDE PUMPIDO, P., “El agente…”, cit., p. 10.
85
GASCÓN INCHAUSTI, F., Infiltración…, cit., p. 215.
86
Artículo 6 del Real Decreto 1608/2005, de 30 de diciembre, por el que se aprueba
el Reglamento Orgánico del Cuerpo de Secretarios Judiciales, actualmente letrados de la
Administración de Justicia.
87
Conclusiones refundidas de las I y II Jornadas sobre el Marco Jurídico del Agente
Encubierto, p. 4.
nes que vaya obteniendo, conste en otra pieza separada y secreta, como
consecuencia del grave riesgo que comporta para la seguridad del agente
encubierto88.
Finalmente, deberá constar el plazo de duración de la medida; las
actividades que el agente está facultado a realizar: adquirir y transportar
objetos, efectos e instrumentos del delito; diferir la incautación de los
mismos… y la forma en que el agente debe comunicar a la autoridad para
transmitirle la información obtenida.
88
Conclusiones refundidas de las I y II Jornadas sobre el Marco Jurídico del Agente
Encubierto, p. 6.
89
En tanto que el artículo 282 bis 1 LECrim alude a seis meses prorrogables por
periodos de igual duración, cabe la adopción de sucesivas prórrogas, no existiendo al
efecto límite alguno (En este sentido ya se pronunciaron GASCÓN INCHAUSTI, F.,
Infiltración…, cit., p. 221, ZAFRA ESPINOSA DE LOS MONTEROS, R., El policía infil-
trado…, cit., p. 362).
90
GÓMEZ DE LIAÑO, M., Criminalidad…, cit., p. 197; ZAFRA ESPINOSA DE
LOS MONTEROS, R., El policía infiltrado…, cit., p. 356.
91
GASCÓN INCHAUSTI, F., Infiltración…, cit., p. 220.
92
La prórroga de las actuaciones de un agente encubierto en virtud de un decreto
de la fiscalía es una práctica frecuente en nuestro sistema. Vid. al respecto la Sentencia
Audiencia Nacional (Sala de lo Penal, Sección 4.ª) 31/2016, de 27 de julio.
93
STS –Sala Segunda, Sección 1º– 13 de mayo de 2014.
94
GASCÓN INCHAUSTI, F., Infiltración…, cit., p. 230; GÓMEZ DE LIAÑO, M.,
Criminalidad…, cit., p. 228.
95
GASCÓN INCHAUSTI, F., Infiltración…, cit., pp. 195 y 196.
96
GASCÓN INCHAUSTI, F., Infiltración…, cit., p. 231. STS –Sala Segunda,
Sección 1º– 28 de junio de 2013.
97
GÓMEZ DE LIAÑO, M., Criminalidad…, cit., p. 229.
98
Conclusiones refundidas de las I y II Jornadas sobre el Marco Jurídico del Agente
Encubierto, p.11.
99
GASCÓN INCHAUSTI, F., Infiltración…, cit., p. 231.; GÓMEZ DE LIAÑO, M.,
Criminalidad…, cit., p. 229; ZAFRA ESPINOSA DE LOS MONTEROS, R., El policía in-
filtrado…, cit., p. 355.
100
ZAFRA ESPINOSA DE LOS MONTEROS, R., El policía infiltrado…, cit., p. 353.
101
Vid. con más detalle GASCÓN INCHAUSTI, F., Infiltración…, cit., p. 223-225.;
GÓMEZ DE LIAÑO, M., Criminalidad…, cit., pp. 197 y 198; ZAFRA ESPINOSA DE LOS
MONTEROS, R., El policía infiltrado…, cit., p. 363 y ss.
105
GARCÍA SAN MARTÍN, J., “Los límites entre el agente encubierto y el agente
provocador en la persecución de los delitos de tráfico ilícito de drogas”, La Ley Penal,
núm 107, 2014, consultado por última vez el día 21 de febrero de 2017, disponible en
www.diariolaley.es; GÓMEZ DE LIAÑO, M., Criminalidad…, cit., p. 218; POZO PÉREZ,
M., “El agente encubierto…”, cit., p. 302. A favor de la validez de la entrada con el con-
sentimiento del titular, si bien fundado en un engaño vid. GASCÓN INCHAUSTI, F.,
Infiltración…, cit., pp. 240 y 241; PERALS CALLEJA, J., “El agente encubierto. La fi-
gura del arrepentido. Protección de testigos. Entrada y registro. Apertura de correspon-
dencia”, disponible en: https://www.fiscal.es/fiscal/PA_WebApp_SGNTJ_NFIS/descarga/
PONENCIA%20-JOS%C3%89%20PERALS%20CALLEJA.pdf?idFile=73fec82f-93b7-4229-
ada1-7d3a85ebdfaf, última fecha de consulta 25 de febrero de 2018, pp. 15 y 16; ZAFRA
ESPINOSA DE LOS MONTEROS, R., El policía infiltrado…, cit., pp. 197 y 198.
106
Vid. por todos STS. – Sala de lo Penal– 104/2011, de 1 de marzo.
107
Vid. por ejemplo STS. – Sala de lo Penal– 7 de mayo de 2012.
108
GÓMEZ DE LIAÑO, M., Criminalidad…, cit., p. 235; RIFA SOLER, J. M., “El
agente encubierto…”, cit., p. 176.
109
En adelante, LOPTP.
110
Conclusiones refundidas de las I y II Jornadas sobre el Marco Jurídico del Agente
Encubierto, p. 5.
111
Vid. por todos ASENCIO MELLADO, J. M., Derecho procesal penal, Valencia,
2015, Tirant lo Blanch, p. 300.
112
SsTS. –Sala de lo Penal, Sección 1ª– 1 de marzo de 2011; 29 de diciembre de 2010.
113
STS –Sala Segunda, Sección 1ª– 13 de mayo de 2014.
114
Posición es la mantenida en las Conclusiones refundidas de las I y II Jornadas
sobre el Marco Jurídico del Agente Encubierto, p. 7.
detener a sus autores, de manera que bajo ningún concepto puede indu-
cir a terceros a cometer delitos118.
En este sentido, el Tribunal Supremo ha definido qué se entiende por
delito provocado a efectos de erradicarlo de nuestro sistema procesal,
precisando que “el delito provocado aparece cuando la voluntad de de-
linquir surge en el sujeto, no por su propia y libre decisión, sino como
consecuencia de la actividad de otra persona, generalmente un agente
o un colaborador de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad, que, guiado
por la intención de detener a los sospechosos o de facilitar su detención,
provoca a través de su actuación engañosa la ejecución de una conducta
delictiva que no había sido planeada ni decidida por aquél, y que de otra
forma no hubiera realizado, adoptando al tiempo las medidas de precau-
ción necesarias para evitar la efectiva lesión o puesta en peligro del bien
jurídico protegido”119.
En concreto, el delito provocado se integra por tres elementos: un
elemento subjetivo, esto es, una incitación engañosa a delinquir por parte
del agente a quien no está decidido a delinquir; un elemento objetivo te-
leológico, consistente en la detención del sujeto provocado que comete el
delito inducido, y un elemento material, que se traduce en la inexistencia
de riesgo alguno para el bien jurídico protegido120 y, como consecuencia
de ello, la ausencia de tipicidad y culpabilidad de la acción121.
Ahora bien, partiendo de lo anterior, se puede avanzar que no existe de-
lito provocado cuando el investigado no comete el delito como consecuen-
cia de la actuación policial, sino que ya tenía resuelto cometerlo o cuando
este sujeto pertenece de manera permanente a una organización criminal122;
cuando los agentes de la autoridad sospechan o conocen la existencia de una
118
Sentencia Tribunal Supremo –Sala de lo Penal, Sección 1ª– 10 de mayo de 2013.
119
Vid. entre otras STS –Sala Segunda, Sección 1ª– 313/2017, de 3 de mayo;
250/2017, de 5 de abril; 24 de abril de 2015; 13 de mayo de 2014; 18 de junio de 2013; 7
de mayo de 2012; 1 de marzo de 2011; 29 de diciembre de 2010; 6 de febrero de 2009;
13 de noviembre de 2006; 12 de junio de 2002. Sentencia Audiencia Nacional (Sala de
lo Penal, Sección 4ª) 31/2016, de 27 de julio; Sentencia Audiencia Nacional –Sala de lo
Penal, Sección 2ª– 1 de junio de 2016; Sentencia Audiencia Nacional –Sala de lo Penal,
Sección 1ª– 10 de diciembre de 2012; Sentencia Audiencia Provincial de Madrid –Sección
15ª– 14 de diciembre de 2014.
120
En torno a los elementos que integran el delito provocado vid. SsTS –Sala
Segunda, Sección 1ª– 313/2017, de 3 de mayo; 13 de mayo de 2014; 10 de mayo de 2013.
121
SsTS –Sala Segunda, Sección 1ª– 13 de mayo de 2014; 1 de marzo de 2011; 29 de
diciembre de 2010; 8 de enero de 2009; 12 de junio de 2002; Sentencia Audiencia Nacional
–Sala de lo Penal, Sección 2ª– 1 de junio de 2016; Sentencia Audiencia Provincial de
Madrid –Sección 15ª– 14 de diciembre de 2014.
122
SsTS –Sala Segunda, Sección 1ª– 1 de marzo de 2011; 29 de diciembre de 2010.
1. ÁMBITO OBJETIVO
El escenario en que opera el agente encubierto informático es más
extenso que el del agente encubierto ordinario pues comprende los deli-
tos contemplados en el artículo 588 ter a) de la Ley Orgánica 13/2015 de
reforma de la LECrim, precepto que regula los delitos bajo cuya inves-
tigación es posible autorizar la interceptación de comunicaciones tele-
fónicas y telemáticas. Concretamente, este precepto alude a los delitos
recogidos en el artículo 579.1 o a los delitos cometidos a través de instru-
mentos informáticos o cualquier otra tecnología de la información o la
comunicación o servicio de comunicación.
En mi opinión, la ampliación del ámbito objetivo de aplicación del
agente encubierto informático con respecto del agente encubierto ordi-
nario es digno de alabanza, habida cuenta de que limitar esta figura a
los supuestos en que se investigan actividades propias de la delincuencia
organizada y, más concretamente, a los tipos penales que se contemplan
en el apartado cuarto del artículo 282 bis, comportaría el fracaso de la
medida. Se hace, pues, necesario extender la operatividad del agente en-
cubierto informático a otra serie de delitos132.
El artículo 579.1 de la Ley Orgánica 13/2015, precepto que regula la
detención y apertura de la correspondencia escrita y telegráfica, estable-
ce la concurrencia no cumulativa133 de delitos que autorizan este medio
de investigación. Concretamente, alude a los delitos dolosos castigados
con pena con límite máximo de, al menos, tres años de prisión; delitos
cometidos en el seno de un grupo u organización criminal y delitos de
terrorismo.
En este contexto, se ha cuestionado especialmente la aplicación de
esta medida, en tanto limitativa de derechos fundamentales, a los delitos
castigados con penas máximas de hasta tres años134. En mi opinión re-
sulta incuestionable que la gravedad de la pena garantiza que la medida
limitativa de derechos fundamentales se adopte con respeto del principio
de proporcionalidad. Cuanto más grave resulte la pena a imponer más
proporcional se entiende el sacrificio de los derechos fundamentales en
la investigación del delito. Ahora bien, a nadie escapa el hecho de que
supeditar la adopción de la figura del agente encubierto informático a
132
Vid. para mayor detalle RIZO GÓMEZ, B., “La infiltración policial…”, cit., p. 111.
133
Exposición de motivos de la Ley Orgánica 13/2015 de reforma de la LECrim.
134
Informe jurídico del Consejo General del Poder Judicial al Anteproyecto de Ley
Orgánica de reforma de la LECrim. También estas discrepancias se pusieron de manifies-
to en la formulación de enmiendas. Vid. RIZO GÓMEZ, B., “La infiltración policial…”,
cit., pp. 111 y 112.
X. CONCLUSIONES
El agente encubierto constituye un medio de investigación extraordi-
nario en el que el engaño es el elemento consustancial. El Estado facilita
una identidad supuesta diseñada para la ocasión con el objetivo de que
el agente encubierto pueda averiguar determinadas conductas delictivas
relacionadas con la criminalidad organizada. Esta actuación supone una
invasión del poder público en la esfera de los derechos y libertades de los
ciudadanos, si bien posee una finalidad legítima.
El artículo 282 bis 1 de la LECrim circunscribe de forma categórica
la actuación del agente encubierto a funcionarios de la policía judicial,
constituyendo esta nota un presupuesto de hecho ineludible. Se excluye,
por consiguiente, la infiltración realizada por particulares, periodistas,
asociaciones y detectives privados.
La asunción del desempeño de tal función posee naturaleza volunta-
ria, no pudiendo el mando policial, el Juez de Instrucción ni el Ministerio
Fiscal imponer su decisión al agente. En este contexto puede suceder que
la autorización judicial se encuentre precedida de la existencia de un
contacto previo entre el agente y el sujeto investigado, por cuanto, como
han proclamado nuestros tribunales, no se puede exigir que la adopción
de la figura del agente encubierto se produzca absolutamente a ciegas.
Asimismo, la preparación del agente encubierto resulta crucial para que
pueda desarrollar con éxito la importante misión que tiene encomendada.
Debe existir una tendencia a la especialización en materia de infiltración po-
licial, como consecuencia de la peligrosidad y de las importantes implicacio-
nes que la actuación de este sujeto conlleva en el marco del proceso penal.
138
RIZO GÓMEZ, B., “La infiltración policial…”, cit., p. 117.