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DELITOS ECONÓMICOS Y
CONTRA LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA
El autor examina diversos aspectos del tipo penal de tráfico de influencias: su opera-
tividad limitada al ámbito jurisdiccional y administrativo, su componente subjetivo
RESUMEN
(donde se admite solo el dolo directo, excluyéndose el dolo indirecto y eventual); con
especial atención en el bien jurídico protegido (la confianza de la ciudadanía en la
correcta marcha de la Administración) y en la responsabilidad del tercero interesado
(a título de cómplice).
I. Introducción
* Miembro Principal del Taller de Derecho Procesal Penal “Florencio Mixán Mass” de la Universidad Nacional
Mayor de San Marcos. Asistente de cátedra del curso de Derecho Penal II - Parte Especial I y Derecho Procesal
Penal I en la misma casa de estudios.
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actos ilícitos nos ha llevado a crear un meca- de la sociedad. Sus protagonistas correspon-
nismo organizado de control social en donde den a todos los niveles jerárquicos que com-
la respuesta a estos actos que desestabilizan peten al Estado, sea desde servidores públi-
la sociedad son reprimidos mediante la pena. cos, ministros de Estado, alcaldes, jueces y
hasta presidentes.
La búsqueda por la idoneidad de este meca-
nismo para realizar un control moderado y Por ello, la inseguridad ciudadana que padece
realizar lo anhelado por la sociedad de la nuestra sociedad se ve en parte apagada por
época, ha traído como consecuencia la puni- un aparato público infectado por sus mismos
bilidad de conductas en las cuales los agentes miembros que la manejan. Es por ello que
actuaban de manera individual y este no con- debe combatirse la corrupción, evitando todos
llevaba, como actualmente también sucede, los espacios o lagunas de impunidad que se
a una compleja actividad delictiva; sin puedan evidenciar en nuestro Código Penal.
embargo, con la evolución del pensamiento
criminal, en nuestros tiempos se penalizan En el caso concreto, aquellos agentes que
conductas en las cuales los agentes actúan de se encuentren cercanos a la administración
manera conglomerada, organizada y astuta; de justicia y/o procesos administrativos, ya
y, la búsqueda por esclarecer estos hechos no sean manejando directa o indirectamente
devienen en simples actos de investigación, los casos, hasta haciendo uso de influencias
sino que convierte un caso sencillo en uno simuladas, deben ser sancionados por el
complejo. Estado. El vendedor de influencias junto a su
comprador conforman un circuito delictivo,
Otro aspecto que ha surgido a partir de la en donde la finalidad político-criminal del
evolución del pensamiento criminal, es que Estado es evitar el libre accionar de estos
ante la aparición de actos ilícitos complejos sujetos, por lo que deben adelantarse las
se afecten bienes jurídicos de especial rele- barreras de punibilidad a los estadíos que
vancia para la sociedad, bienes que en su ponen en real peligro el correcto funciona-
mayoría son colectivos. miento de la Administración Pública.
Por lo cual, el Derecho Penal ha tenido que
cruzar su barrera punitiva de proteger aque- II. La escuálida tipificación del deli-
llas conductas efectivamente lesivas o de to de tráfico de influencias en el
artículo 400 del Código Penal
resultado, pues ahora, debe punir aquellas
conductas que sigan una suerte de actos pre-
paratorios para la comisión de futuros ilícitos La estructura lingüística de toda ley penal
penales, es el caso de la conspiración y ofre- debe ser el punto de partida para la correcta
cimiento para el delito de sicariato (artículo interpretación por parte de quienes la apli-
108-D del Código Penal), tráfico ilícito de can. Asimismo, se debe tener en considera-
drogas (artículo 296 del Código Penal), el ción lo desarrollado por la dogmática penal
delito de tráfico de influencias (artículo 400 y, de manera relevante, lo dicho ya por la
del Código Penal), entre otros. jurisprudencia.
Este último delito –tráfico de influencias– En ese sentido, se debe analizar en primer
corresponde al grupo de los denominados lugar la tipificación del delito de tráfico de
delitos de corrupción. Esta implementación influencias situado en nuestro Código Penal,
de delitos cometidos en contra de la Admi- en su Libro Segundo, Título XVIII, Capítulo
nistración Pública, corresponde a que la II, Sección IV en donde la encontramos de la
corrupción es uno de los principales flagelos siguiente manera:
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1 ROJAS VARGAS, Fidel. Manual operativo de los delitos contra la administración pública cometidos por fun-
cionarios públicos. Nomos & Thesis, Lima, 2016.
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servidor público, sino solo es necesaria la su rol permitido. Por otro lado, se manifiesta
puesta en peligro al correcto funcionamiento también que el interesado debe merecer el
de la Administración Pública. Esto es, el tipo título de instigador, en tanto este busca al tra-
penal no exige al traficante de influencias ficante y le solicita su servicio dolosamente;
que interceda efectivamente sobre el funcio- y, merece el título de cómplice, en tanto solo
nario o servidor público, sino que basta el se limite a aceptar dolosamente el ejercicio
pacto de hacerlo para que se consume este ilegal de las influencias. Y, por último, el
ilícito. Acuerdo Plenario N° 3-2015 señala que el
interesado, sea invocando, o sea aceptando
Aunado a ello, por la morfología de este ilí- la solicitud del traficante, merece el título de
cito penal se desprende que sanciona actos instigador en todos los supuestos.
preparatorios del delito de cohecho, adelan-
tando las barreras de punibilidad o criminali- El comportamiento típico de este delito está
dad para cuestionar la constitucionalidad del integrado por tres acciones:
tipo penal, pero que tienen vigor con rela-
ción al artículo 139, inciso 2) de la Consti- 1) Invocar influencias reales o simuladas
tución Política del Perú2. Se desprende de 2) Recibir, hacer dar o prometer para sí o
la tipificación de este ilícito que el autor del para un tercero donativo, ventaja, pro-
tipo penal es un particular y que constituye mesa o beneficio; y
como agravante si es que esta conducta la
realiza un funcionario o servidor público. Es 3) El ofrecimiento de interceder ante un
decir, el elemento normativo de “funcionario funcionario o servidor que ha de conocer,
público” no fundamenta el tipo penal sino esté conociendo o haya conocido un caso
que lo agrava. Por lo que, a nuestro crite- judicial o administrativo.
rio, no debería ir dentro del Capítulo II que
regula los delitos cometidos por funciona- Sobre el acto de invocar, esto refiere a que
rios públicos, sino dentro del Capítulo I que el sujeto activo se atribuya las facultades
regula los delitos cometidos por particulares. de poder determinar un comportamiento
concreto al funcionario o servidor público.
Por lo que es autor tanto el sujeto que invoca Señala Rojas Vargas3 que estamos frente a
sus influencias reales o simuladas, así como una conducta activa, ya que la intervención
aquel que acepta la propuesta de un intere- del traficante al funcionario público debe ser
sado y es beneficiado. Sobre el particular solamente para un hacer. Sin embargo, sos-
existe una profunda discusión jurispruden- tenemos que debe interpretarse de manera
cial y doctrinaria en tanto no existe un con- amplia el término “interceder”, ya que esta
senso al momento de querer atribuirle una conducta puede ser activa (hacer), como
categoría de actuación al interesado. Puesto pasiva (no hacer). Por ejemplo: aquel que
que, cierto sector de la doctrina señala que invoca influencias sobre un funcionario
el interesado no debe ser objeto de respon- público para darle tiempo a que se fugue del
sabilidad penal en tanto este actúa dentro de país.
2 SAN MARTÍN CASTRO, César; REAÑO PESCHIERA, José y CARO CORIA, Carlos. “El delito de tráfico de
influencias: aspectos sustantivos”. En: Delitos de tráfico de influencias, enriquecimiento ilícito y asociación para
delinquir. Jurista Editores, Lima, 2002.
3 ROJAS VARGAS, Fidel. Manual operativo de los delitos contra la Administración Pública cometidos por fun-
cionarios públicos. Nomos & Thesis, Lima, 2016.
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4 Ídem.
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III. Dificultades relativas al tráfico de dentro del grupo de delitos contra la Admi-
influencias y el Acuerdo Plenario nistración Pública, se debe distinguir el
N° 03-2015 marco de protección específico para cada ilí-
cito penal. Esta variación obedece al interés
El dos de octubre de dos mil quince, la Corte que persigue el sujeto activo que pone en
Suprema de Justicia de la República emitió peligro o lesiona con su accionar el bien jurí-
el Acuerdo Plenario N° 3-2015/CIJ-116, en dico tutelado.
donde tiene como asunto: la participación del
interesado en el delito de tráfico de influen- Por ello, si bien doctrinaria y jurispruden-
cias y la legitimidad de la intervención penal cialmente se tiene un consenso en entablar
en la modalidad de influencias simuladas. cuál es el bien jurídico genérico referido a
este grupo de delitos. Sin embargo, no han
En dicho acuerdo, la Corte Suprema tomó podido establecer posturas unánimes sobre
posturas muy particulares que conllevaron a cuál sería el bien jurídico específico que pro-
una discusión doctrinaria generando distin- tege el delito de tráfico de influencias.
tas opiniones, siendo en la actualidad, aún
un reto poder unificar o tener un consenso Así pues, la jurisprudencia nacional sostiene
en relación al bien jurídico específico que como bien jurídico específico: “la imparcia-
protege el delito de tráfico de influencias, lidad u objetividad de la función pública”6;
la necesaria participación delictiva del inte- y, “la regularidad y eficiencia de la fun-
resado y cuál sería el título de imputación ción pública, concebida en su sentido más
que debería recibir. En atención a ello, pasa- extenso”7.
remos a manifestar nuestra posición que es Por otro lado, la doctrina también le ha dedi-
contraria a las establecidas en el, ya mencio- cado una discusión exhaustiva en relación al
nado, Acuerdo Plenario N° 3-2015/CIJ-116. bien jurídico protegido. En primer lugar, se
sostiene que el bien jurídico protegido es la
1. La problemática sobre el bien jurídico
imparcialidad en el ejercicio de las funciones
protegido
públicas; en segundo lugar, la buena imagen,
Siendo el delito de tráfico de influencias una prestigio y reputación de la Administración
figura delictiva que se encuentra dentro del Pública; y por último, la institucionalidad de
catálogo de delitos contra la Administración la Administración Pública.
Pública, específicamente en el Título XVIII
del Código Penal peruano. Su bien jurídico A continuación expondremos cada una de
protegido de manera genérica es el correcto y estas posturas:
normal funcionamiento de la Administración
a) Imparcialidad u objetividad en el ejer-
Pública en el ámbito de la justicia jurisdic- cicio de las funciones públicas
cional y justicia administrativa5.
Esta primera postura es apoyada por San
Aunque el bien jurídico tutelado es el mismo Martín Castro, Caro Coria y Reaño Pes-
para todos los delitos que se encuentren chiera. Ellos manifiestan que el objeto de
5 SALINAS SICCHA, Ramiro. Delitos contra la Administración Pública. 4ª edición, Iustitia, Lima, 2016.
6 Sala Penal Especial de la Corte Superior de Justicia de Lima. Expediente N° 023-2001-Lima, 10 de noviembre
de 2004.
7 Corte Superior de Justicia de Lima. Expediente N° 020-2001-SPE/CSJL-Lima, 20 de marzo de 2003.
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protección específico en el delito de tráfico “El bien jurídico tutelado no podría ser el
de influencias ha de concretarse en la impar- correcto funcionamiento ni la imparcia-
cialidad u objetividad en el ejercicio de fun- lidad de la Administración Pública, pues
ciones públicas, como interés vinculado al la conducta típica se encuentra muy ale-
principio de independencia en el ejercicio jada de una posible afectación o puesta
de la función jurisdiccional, consagrado en en peligro para dicho bien jurídico. En
el artículo 139, inc. 2), de la Constitución ese orden de ideas, habría que resignarse
Política8. a reconocer que el bien jurídico tutelado
(…) no puede ser otro que el prestigio,
Sin embargo, consideramos que no puede ser la buena imagen de la Administración
considerada como válida esta postura, ya que Pública”10.
como su propia tipificación lo establece, nos
encontramos frente a un delito de peligro, A su vez, Salinas nos pone en relieve que:
en tanto no se necesita el resultado lesivo
de obtener una resolución favorable ya sea Negar o sorprenderse de que en nuestra
judicial o administrativamente, es decir, no patria no exista una “prestigiosa” admi-
se exige que se efectúe necesariamente la nistración de justicia de modo alguno
intervención por parte del traficante hacia puede servir para descartar como bien
el funcionario o servidor público, pues lo jurídico el prestigio y el regular desen-
que se sanciona es una conducta de por sí volvimiento o funcionamiento de la jus-
peligrosa a través de medios idóneos, de lo ticia jurisdiccional y administrativa.
contrario, entraríamos en conflicto con el Si bien la ocurrencia de actos aislados
principio de lesividad. de corrupción, afecta o lesiona el normal
funcionamiento de la administración de
En ese mismo sentido, la jurisprudencia ha justicia, ello no significa que desaparezca
señalado que: “Nos encontramos ante un el interés fundamental de pretender pre-
delito de peligro, donde la influencia sobre servar el prestigio y normal desenvolvi-
el funcionamiento público no tiene que miento y normal desenvolvimiento de la
darse necesariamente para la consumación administración de justicia11.
del delito (…) la puesta en peligro del bien
jurídico se concretó con la invocación de Sin embargo, consideramos que tampoco
influencias y el respectivo pacto a través podría tomarse como cierto lo afirmado
de medios corruptores y el ofrecimiento de supra, toda vez que el prestigio, la imagen
intermediación”9. y la buena reputación se le puede aplicar a
una persona natural o jurídica, y la Adminis-
b) El prestigio y la buena reputación de tración Pública no corresponde como tal a
la Administración Pública
alguno de ellos. Precisamente la reputación,
En esta postura encontramos a Yon quién la buena fama o valoración, “son cualidades
señala que: u opiniones sociales que se le atribuyen a las
8 SAN MARTÍN CASTRO, César; REAÑO PESCHIERA, José y CARO CORIA, Carlos. “El delito de tráfico de
influencias: aspectos sustantivos”. En: Delitos de tráfico de influencias, enriquecimiento ilícito y asociación para
delinquir.
9 Sala Penal Permanente, Casación N° 374-2015-Lima, 13 de noviembre de 2015.
10 YON RUESTA, Róger. “Tráfico de influencias. Un análisis al contenido del tipo penal”. En: Themis. Número 45,
Lima, 2002, p. 232.
11 SALINAS SICCHA, Ramiro. Ob. cit., pp. 591-592. El resaltado es nuestro.
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personas en el cumplimiento de sus relacio- c) La institucionalidad de la Administra-
nes colectivas”12. ción Pública
Por ende, debe prestarse especial atención Dentro de esta postura se sostiene como bien
sobre a qué se le atribuye una buena reputa- jurídico la institucionalidad de la Adminis-
ción. La Administración Pública es enten- tración Pública entendida como “los valores,
dida como toda actividad o trabajo realizado principios y deberes que definen la labor de
por los funcionarios y servidores públicos, los funcionarios públicos en la Administra-
siendo que, a través de ellos, se va a poner ción Pública”14. Además señala que al Estado
en marcha el funcionamiento del Estado13. le interesa, o lo considera como un valor ético
En esa misma línea, el Acuerdo Plenario social protegible, evitar o prevenir conductas
N° 3-2015/CIJ-116, señala en su fundamento que definan la Administración Pública como
jurídico 14 que el bien jurídico protegido una institución endeble o influenciable, a tal
para el tráfico de influencias simuladas, es punto que los intereses particulares puedan
el prestigio y buen nombre de la Administra- sobreponerse al interés público prestacional,
ción Pública. objetivo e imparcial que define una correcta
Administración Pública15.
Además, resulta menester señalar que estas
categorías relacionadas al honor objetivo, Sin embargo, resulta pertinente señalar que
descansan en apreciaciones personales, par- si tomamos en cuenta este concepto como el
ticulares y subjetivas, por lo que resultaría bien jurídico protegido de manera específica
contradictorio señalar que los ciudadanos al para este delito, estaríamos en buena cuenta,
tener ya una mala imagen de la Adminis- asimilándonos al concepto anterior sobre la
tración Pública, este no puede ser un bien buena imagen y reputación de la Adminis-
jurídico tutelable. tración Pública, en tanto que al protegerse
la institucionalidad, se trataría de imponer
Por lo contrario, tras el desgarro de esta, el una imagen de probidad a la sociedad sobre
Derecho Penal debe proteger todas aque- sus administrados, esto es, mostrar a una
llas realidades valoradas que viabilicen el Administración imparcial, transparente o
correcto funcionamiento de la Administra- que actuar sin influencias. Además, que tal
ción Pública. Por otro lado, esta no es ni bien jurídico se alejaría de los principios que
una persona natural, ni una persona jurídica, conforman el correcto ejercicio de la función
siendo así, no se le podría atribuir buena pública.
reputación o prestigio como tal, ya que coli-
sionaría con la naturaleza del honor, especí- d) Toma de posición
ficamente objetivo o externo. Así, conside- Debemos señalar que el delito de tráfico de
ramos que esta postura debería ser también influencias afecta el correcto funcionamiento
descartada para poder establecer el bien jurí- de la Administración Pública como un
dico específico para el tráfico de influencias. bien jurídico protegido de manera general,
12 VILLAVICENCIO TERREROS, Felipe. Derecho Penal. Parte especial. Volumen I, Grijley, Lima, 2014, p. 497.
(El resaltado es nuestro).
13 SALINAS SICCHA, Ramiro. Ob. cit., pp. 591-592.
14 GUIMARAY MORI, Erick. Compendio jurisprudencial sistematizado. Prevención de la corrupción y justicia
penal. Idehpucp-Open society, Lima, 2014, p. 246.
15 Ídem.
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sin embargo, debemos determinar que nos artículo 427, al menos. Se dice aquí que el
encontramos frente a un delito de peligro bien jurídico es la confianza que las personas
abstracto, por lo que no se requiere que la deben tener en el tráfico documental.
influencia al funcionario o servidor público
se dé concretamente o que este se ponga Pues bien, el tráfico documental como la
efectivamente en contacto, ya que si se obtu- Administración Pública son cosas que se
viese un real beneficio, nos encontraríamos vuelven inevitables, porque no tienen reem-
también ante un delito de cohecho, por lo plazo. En el primer caso, los billetes que usa-
que no puede atenderse como bien jurídico mos, los papeles con que trabajamos, nuestros
específico la imparcialidad u objetividad en documentos de identidad, las licencias, las
el ejercicio de las funciones públicas. resoluciones emitidas por un órgano jurisdic-
cional o administrativo, la Policía de tránsito
Por otro lado, tampoco consideramos que el que se supone que actúa de manera legítima.
bien jurídico pueda ser, como señala cierto En el segundo caso, la municipalidad que
sector de la doctrina y el Acuerdo Plenario cobra los arbitrios e impuestos, la Policía de
N° 3-2015, el prestigio y buen nombre de tránsito, que regulan el tráfico vehicular de
la Administración Pública, en tanto hablar las calles, la Sunedu, que inscribe los títulos
de prestigio, buena imagen o buen nombre, universitario, Indecopi, quien tiene anotadas
es una valoración que corresponde al honor todas las cosas que llevo encima o que uso y
objetivo que por naturaleza solo se le puede tienen una marca comercial, BCR, que emite
ser atribuible a una persona natural o una las monedas y los billetes sin los cuales no
persona jurídica, por lo que, la Administra- puedo operar en la sociedad, etc.
ción Pública, no calza en ninguno de ellos.
Además, este criterio depende mucho de cri- Atendiendo a ello, Rosales16 refiere que en
terios subjetivos e individualistas por parte relación al fundamento de la fe pública como
de la sociedad. bien jurídico en la falsedad documental, no
es otro que el de la confianza que, innata-
Con relación a la institucionalidad, entende- mente, el ciudadano deposita en determi-
mos de manera análoga este concepto con el nadas formas o signos. Esto se deriva de la
que acabamos de señalar, puesto que se nos confianza de los ciudadanos por medio de
plantea una imagen de imparcialidad, probi- la costumbre en las características de cier-
dad y buena reputación de la Administración tos objetos que les permiten ser adecuadas
Pública, por lo que se basaría demasiado para satisfacer las necesidades que exigen
en la percepción de la sociedad, declinando las relaciones sociales o la instrumentación
finalmente por el mismo argumento. de estos en el ámbito jurídico.
Por lo que, sobre el bien jurídico específico Así, la situación, solo queda confiar en
protegido, creemos que es la confianza de la ambas cosas, que –como dije– la sociedad
ciudadanía en la correcta marcha de la Admi- se vale de ello. La idea es entonces que ese
nistración Pública. Este tema de confianza acudir a la administración se haga bajo tér-
como bien jurídico, está muy bien trabajado minos de confianza, siendo esta un medio
en esta sección de los delitos contra la Admi- por el cual la Administración Pública va a
nistración Pública, específicamente en el funcionar correctamente con el respaldo de
16 ROSALES ARTICA, David. El delito de falsificación de documentos. Bien jurídico y objeto material de la
acción. Tomo 160, Actualidad Jurídica, Lima, 2007.
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su ciudadanía. Por ejemplo: se alentará que realización completa del delito. Se trata,
haya cohechos; y se puede hacer que haya pues, de un delito plurisubjetivo”17.
personas que no tenían la intención de come-
ter tal cohecho (activo y pasivo) lo cometan: Sin embargo, a pesar de que existe claridad
el activo porque el ciudadano piensa que si meridiana en que la consumación requiere de
no hay una motivación espuria en el funcio- la actuación de un tercero (aunque esta sea
nario, este no atenderá su pretensión; así que tan simple como la promesa de otorgar una
irá a corromper bajo la creencia de que siem- ventaja a cambio de la conducta del autor),
pre hay que corromper. El cohecho pasivo, no está claro el título exacto de participación
porque muchos funcionarios que ejercen de que este pueda tener en el delito.
buena fe su labor, de pronto se ven tentados Respecto de la participación del interesado
por lo administrados, que vienen a ofrecer- en el delito, es de notar que el acuerdo ple-
les dádivas para resolver sus pretensiones nario bajo análisis es categórico al negar
favorablemente. (haciendo eco de la Ejecutoria Suprema
Por lo que la relación entre la Administración recaída en el Expediente N° 1692-2013)
Pública y la confianza que requiere gozar la posibilidad de que el tercero interesado
por parte de la ciudadanía y de los admi- (aquel que “compra” la influencia) pueda ser
nistrados importan en la realización normal tenido por cómplice del delito del traficante
y transparente de sus actividades, teniendo de las influencias. En buena cuenta, se señala
en cuenta el fin que persiguen en relación al que aun cuando la intervención del tercero
principio igualitario de los ciudadanos frente interesado es indispensable para el hecho
al Estado. globalmente entendido como el comercio
ilícito de influencias, resulta claro que su
Resulta inevitable afirmar que al momento intervención no es propiamente de contribuir
de invocar influencias, ya sean reales o simu- a la configuración de los elementos típicos
ladas, hace comprender a la ciudadanía que centrales del delito tales como recibir o soli-
el funcionario o servidor público es corrupti- citar una ventaja indebida.
ble, dañándose cabalmente la credibilidad de
la Administración Pública. En otras palabras, lo que está señalándose es
que, según el criterio recogido en el pleno
2. La necesaria participación delic- jurisdiccional, la única manera para que
tiva del interesado y su punibilidad: se configure la complicidad es mediante la
¿Instigador o cómplice? colaboración (es decir, la participación acce-
soria) en la ejecución de la conducta descrita
El delito de tráfico de influencias necesita estrictamente por el verbo rector (en este
de la participación de un tercero para su caso “recibir” o “solicitar”, con posterioridad
consumación. De hecho “mediante su com- a “invocar”).
portamiento, el tercero hace que el accio-
nar del agente se consume, de modo que En tal sentido, serían cómplices posibles
su intervención es indispensable para la quienes colaboren con el traficante a recibir
17 HURTADO POZO, José. “Interpretación y aplicación del art. 400 del CP del Perú: delito llamado de tráfico de
influencias”. En: Anuario de Derecho Penal 2005. Fondo editorial de la Pontificia Universidad Católica del Perú,
Lima, 2006, p. 289 (el resaltado es nuestro).
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tipo penal, es concordante con la conclusión No es descabellado pensar que puedan exis-
a la que arriba Hurtado18 que señala que, tir sujetos que, ocupando, en abstracto, la
dependiendo de la conducta específica del misma posición subjetiva en el delito de
tercero, su participación en el delito puede tráfico de influencias, deban responder con
ser como instigador o como cómplice, seña- títulos de participación diferentes. Ello no
lando que no se trata de un tipo de tráfico de es ilegítimo en la medida en que la pena pre-
influencias, sino de varias formas puestas en vista para ambos, así como su accesoriedad a
el mismo nivel de represión. la conducta del autor, son idénticas.
18 Ídem.
19 GARCÍA CAVERO, Percy. Lecciones de Derecho Penal. Parte general. Grijley, Lima, 2008, p. 508.
20 RODRÍGUEZ DELGADO, Julio. El solicitante en las influencias traficadas: ¿todos son culpables? Instituto de
Ciencia Procesal Penal, Lima, 2009, p.11.
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21 JESCHECK, Hans Heinrich. Tratado de Derecho Penal. Parte general. 3ª edición, Volumen II, Bosch, Barce-
lona, 1981.
22 ABANTO VÁSQUEZ, Manuel. Los delitos contra la administración pública en el Código Penal peruano. Lima,
2ª edición, Palestra, 2001, p. 472.
23 MIR PUIG, Santiago. Derecho Penal. Parte general. 7ª edición, Reppertor, Barcelona, 2005.
24 Sala Penal Permanente, Casación N° 013-2011-Arequipa, 13 de marzo de 2012.
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Asumir que no existe ninguna relevancia en carácter descriptivo del tipo penal, sino un
la previa determinación del traficante sería aporte netamente material, el mismo que
aceptar, necesariamente, que la conducta de deberá ser calificado desde el ámbito cuan-
este hasta lograr la efectiva aceptación del titativo y cualitativo.
tercero es impune. En otras palabras, esta-
ríamos ante una figura delictiva sin espacio IV. Conclusiones
para la tentativa, en la cual la consumación
se da con una simple aceptación, mientras - La interpretación de toda ley penal
que conductas tan abiertamente antijurídi- no debe circunscribirse solamente de
cas como la misma solicitud de la ventaja manera literal, sino que debe analizarse
indebida por ejercer la influencia serían sola- bajo una interpretación nomofiláctica
mente actos preparatorios, impunes. de lo descrito por la dogmática penal y
por la palabra de los jueces, esto es, la
Reconociendo, entonces, que no estamos
jurisprudencia.
ante un delito de encuentro entre el agente
criminal y el sujeto pasivo, y, a la vez, que la - La ubicación actual del delito de tráfico
previa determinación del traficante a come- de influencias es dentro de los delitos
ter el delito no puede ser desechada como si cometidos por funcionarios públicos;
no tuviera ninguna relevancia penal; hemos sin embargo, creemos que su ubicación
dejado desprovistos de asidero argumenta- debería ser modificada al grupo de delitos
tivo los puntos propuestos por el acuerdo cometidos por particulares en el Capítulo I,
plenario bajo comentario. en tanto, el autor del delito, en prima
facie, es un sujeto indeterminado o un
Por lo que al ser el sujeto pasivo únicamente
particular, y solo constituye como fun-
el Estado, no puede ser sujeto pasivo y a la
damento para una agravante si el tráfico
vez cómplice o instigador de un delito. El
de influencias es cometido por un fun-
delito de encuentro se da entre el traficante
cionario o servidor público. Por lo que,
y el tercero interesado, y no entre ellos y el
la condición del agente no fundamenta el
sujeto pasivo. Por lo que el cómplice no es
tipo penal, solo la agrava.
titular del bien jurídico protegido, descartán-
dose de esa manera, posturas que consideran - La regulación del delito de tráfico de
al tercero interesado como víctima de alguna influencias simuladas es constitucional
modalidad de estafa. y razonable en tanto, no se debe dejar
espacios de impunidad a aquellas accio-
Entonces, su regulación debe ser obser-
nes que efectivamente ponen en riesgo
vada en la normativa de la parte general
el correcto funcionamiento de la Admi-
del Derecho Penal, específicamente en su
nistración Pública. Además, bajo cumpli-
artículo 25. La comunicabilidad que regula
miento a la Convención contra la Corrup-
este artículo del Código Penal se relaciona
ción suscrita por el Perú.
al injusto penal y no a la comunicabilidad
de características o cualidades por parte del - El bien jurídico específico protegido para
cómplice con el autor. Este criterio es el el delito de tráfico de influencias, es la
más idóneo debido al aporte que realiza el confianza de la ciudadanía en la correcta
tercero interesado, ya que, este aportará los marcha de la Administración Pública.
medios corruptores mediante la entrega de
donativo o promesa o cualquier otra ventaja - El tercero interesado no puede ser impune
o beneficio. Por lo que este aporte no es de en el delito de tráfico de influencias. En
166 pp. 153-168 • ISSN: 2075-6305 • SETIEMBRE 2017 • Nº 99 | GACETA PENAL & PROCESAL PENAL
DERECHO PENAL | PARTE ESPECIAL
GACETA PENAL & PROCESAL PENAL | Nº 99 • SETIEMBRE 2017 • ISSN: 2075-6305 • pp. 153-168 167
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