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Para otros usos de este término, véase Tampón.
Un tampón, buffer, disolución amortiguadora o disolución reguladora es una mezcla en
concentraciones relativamente elevadas de un ácido y su base conjugada, es
decir, sales hidrolíticamente activas. Tienen la propiedad de mantener estable el pH de
una disolución frente a la adición de cantidades relativamente pequeñas de ácidos o bases
fuertes. Este hecho es de vital importancia en diversos contextos en donde es necesario
mantener el pH en un umbral estrecho, por ejemplo, con un leve cambio en la concentración
de hidrogeniones en la célula se puede producir un paro en la actividad de las enzimas.
Se puede entender esta propiedad como consecuencia del efecto ion común y las diferentes
constantes de acidez o basicidad: una pequeña cantidad de ácido o base desplaza levemente
el equilibrio ácido-base débil, lo cual tiene una consecuencia menor sobre el pH.1
Cada sistema buffer tiene su propio rango efectivo de pH, el cual dependerá de la constante
de equilibrio del ácido o base empleado. Son importantes en el laboratorio y en la industria, y
también en la química de la vida. Tampones típicos son el par amoníaco-catión amonio, ácido
acético-anión acetato, anión carbonato-anión bicarbonato, ácido cítrico-anión citrato o alguno
de los pares en la disociación del ácido fosfórico.
Índice
CH3-CHOH-COOH CH3-CHOH-COO- + H+
pH = 3,86 + log (2 mM/ 10mM) = 3,86 - 0,7 = 3,16
Por tanto, el pH de una solución acuosa de ácido láctico de concentración
10 mM, sin la intervención de ningún tampón es 3,16. Es decir que si esto
se produjese en el líquido intracelular y no existieran las soluciones
amortiguadoras su pH estándar de 7,4 bajaría bruscamente hasta 3,16.
Sin embargo, esto no ocurre en nuestro organismo gracias a los
tampones químicos.
Si reflexionamos sobre la ecuación de Henderson-Hasselbalch se deduce
que el pH del sistema amortiguador depende de la proporción relativa
entre sal y ácido, y no de sus concentraciones absolutas. Es decir que si
vamos añadiendo agua al sistema variarán las concentraciones absolutas
de cada sustancia, pero no su cociente de concentraciones. No obstante,
si la dilución es muy grande, el equilibrio del ácido y su sal conjugada se
desplaza hacia los productos y, por tanto, aumenta la sal y disminuye el
ácido, entonces el cociente sal/ácido aumenta muy significativamente.
Supongamos ahora que añadimos una solución amortiguadora
de bicarbonato de potasio (KHCO3) y una cantidad grande de agua a la
anterior solución de ácido láctico anterior de 10 mM, suficiente para que
se rompa el equilibrio de concentraciones del ácido y su sal conjugada.
En consecuencia, la concentración de ácido láctico disminuye a 0,1 mM y
la concentración de lactato de potasio aumenta a 200 mM. Calculemos el
pH de la nueva solución:
CH3-CHOH-COOH + KHCO3 → CH3-CHOH-COOK + CO2 + H2O
pH = 3,86 + log (200 mM/ 0,1 mM) = 3,86 + 3,3 = 7,16
Es decir que partiendo de una solución de ácido láctico inicial de
concentración 10 mM y pH = 3,16 (ácido) ésta ha acabado
transformándose en una solución de ácido láctico de
concentración 0,1 mM y pH = 7,16 (neutro) gracias a la
intervención de un tampón químico, en este caso, el bicarbonato
de potasio. Así es como el organismo consigue mantener su pH
alrededor de 7,4, a pesar de que entren sustancias ácidas o
básicas en el cuerpo.
H2PO4- HPO42- + H+
Orgánicos:
Tampón hemoglobina:
Bicarbonat
Cuando el pH disminuye, el bicarbonato
toma los protones libres. Así, el equilibrio
se desplaza hacia el H2CO3, que a su
vez, mediante la reacción catalizada por
la anhidrasa carbónica (glóbulos rojos),
cede una molécula de H2O y se
convierte en CO2, el cual se elimina a
través de los pulmones. Por el contrario,
si el pH de la sangre aumenta, se forma
HCO3- a partir de H2CO3, lo que conduce
a mayor captación de CO2. Las
concentraciones de HCO3- y de
H+ también se pueden controlar por
mecanismos fisiológicos a nivel renal. El
riñón puede eliminar protones
uniéndolos a amoníacos o fosfatos y
mantiene la concentración de
bicarbonato mediante reabsorción o
regeneración del mismo.
La suma de las formas sal y ácido se
llama reserva alcalina. En condiciones
normales, esta suma tiene el valor 25,2
mEq de CO2 por litro. Como a pH
sanguíneo (pH = 7,4), la proporción
entre la forma sal y ácido es de 20,
resulta que [HCO3-] = 24 mEq/L y [CO2]
= 1,2 mEq/L.
Así, es importante tener en cuenta que el
cuerpo necesita más bicarbonato que no
ácido carbónico porque el metabolismo
produce más ácidos que bases.
Tampón fosfato[editar]
El tampón fosfato está compuesto por el
hidrógeno fosfato (HPO42-) y el
dihidrógeno fosfato (H2PO4-). Actúa en el
plasma y el líquido intersticial. Este
tampón tiene un pKa de 6,8, el cual está
mucho más cerca del pH plasmático.
Esto significaría que este tampón tendría
que ser más útil que el anterior, pero no
es así ya que se encuentra en
concentraciones menores en sangre y la
eliminación del fosfato es mucho más
lenta, por vía renal.
Fosfat
A pH fisiológico de 7,4, la relación
HPO4−2/ H2PO4- es igual a 4. Así, se trata
de un sistema eficaz para amortiguar
ácidos. Como hemos dicho, a nivel
sanguíneo, el tampón bicarbonato
resulta más útil que el tampón fosfato ya
que este último se encuentra en
concentraciones bajas. Ahora bien, a
nivel intracelular, el tampón fosfato tiene
concentraciones elevadas y es más
eficiente.
Tampón hemoglobina[editar]
La hemoglobina es una proteína globular
multimérica que dispone de cuatro
puntos de unión a ligandos cuyas
propiedades de unión están reguladas
alostéricamente. La función principal de
la hemoglobina es el transporte
de dioxígeno por la sangre.
Referente a su estructura, se trata de un
heterotetrámero y consta de dos pares
de cadenas polipeptídicas diferentes.
Cada una de las cadenas lleva un hemo
como grupo prostético, donde se unen
las moléculas de O2, por lo que una
hemoglobina puede unir como máximo
cuatro moléculas de O2.
La captación de O2 se ve afectada, entre
otros factores, por los H+ y el CO2.
Algunos factores favorecen el estado T,
en el cual la proteína no tiene O2 unidos,
y otros favorecen el estado R, en el cual
la hemoglobina tiene unidas moléculas
de O2. Este fenómeno se denomina
efecto Bohr. Es muy positivo para
remarcar la diferencia entre las distintas
afinidades para el O2; la cual es esencial
para que cumpla su función de
transporte.
Cuando el CO2 forma ácido carbónico y
protones, los protones estabilizan el
estado T, de descarga de O2. Así, en los
capilares periféricos, dónde encontramos
CO2, la hemoglobina cede las moléculas
de O2. En los capilares de los alvéolos
pulmonares se invierte este efecto.
Así, cuando se unen H+ a la
hemoglobina, se produce un efecto en el
equilibrio del tampón bicarbonato ya que
se induce la formación de bicarbonato.
Es un tampón fisiológico muy eficiente
gracias al cambio de su pK cuando pasa
de la forma oxidada (pK = 7.16) a la
reducida (pK = 7.71) y a la gran cantidad
que hay en la sangre.
Aminoácidos y proteínas[editar]
Los aminoácidos tienen carácter
anfótero, es decir, pueden ceder
protones y también captarlos. Esto es
así gracias a dos de los
radicales iones comunes en todos los
aminoácidos: el grupo amino (NH2) y el
grupo carboxilo (COOH). Estos
radicales, al estar en contacto con el
agua, se presentan ionizados o
protonados; actuando los dos como
donantes o aceptores de protones.
En pH ácidos:
Aplicaciones industriales
de las disoluciones
tampón[editar]
Como hemos visto las disoluciones
tampón son muy útiles para el
mantenimiento del pH en sistemas
biológicos, como por ejemplo el cuerpo
humano, pero sus propiedades van
mucho más lejos y son ampliamente
usadas en las industrias actuales.