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Causas Modificatorias de La Escritura
Causas Modificatorias de La Escritura
CONJUNTA DE FÁRMACOS?
Si bien el dictamen médico puede despejar estos interrogantes en algunos casos, con la muerte
del autor del manuscrito, desaparece esta forma eficaz de resolver el problema y se presenta la
disyuntiva de determinar si se encontraba o no afectado definitivamente de una enfermedad
mental inhabilitante, de un estado transitorio confusional que lo privaba de discernimiento o si
simplemente las modificaciones presentadas en su escritura y firma son solamente un producto de
las consecuencias lógicas de una enfermedad que no afectaba sus facultades.
El acto de la escritura
En primer lugar, al igual que para cualquier otro acto, para que un sujeto escriba debe existir una
motivación, es decir un caudal energético que estimule una conducta, que genere una motivación.
Esta motivación para escribir puede ser de origen exógeno o endógeno. Luego aparece la
percepción utilizando la memoria, la atención, el pensamiento que son funciones psíquicas.
Hasta aquí el futuro acto de escribir es puramente automático, se le debe agregar el contenido
emocional que es el que se va a lograr a través de conexiones que existen entre las diferentes
áreas corticales cerebrales y el cerebro límbico, ya que es en el límbico donde se va a dar la carga
emocional.
Desde el hipotálamo y la hipófisis se van a activar los circuitos hormonales y glandulares que van a
impactar en las diferentes áreas de todo el organismo, es decir, el organismo reaccionará en forma
totalitaria a través de la orden que recibe.
Una vez que se comprende la orden y se asocia con lo afectivo, va a hacer contacto con la corteza
rolandica, que es motora y que es la que ordenará y organizará la motricidad del miembro
superior, es decir, el movimiento.
Así pues, entonces, en el acto de la escritura, es en el lóbulo frontal donde se origina la idea de
escribir, que pronto se convierte en imagen visual y mental en el lóbulo occipital utilizando el
lenguaje aportado por el lóbulo temporal y se ejecuta por medio de la corteza motora, siendo
coordinada como una acción única por el lóbulo parietal.
Una mano en estado de tensión, ya sea tanto por lesiones orgánicas, estados psíquicos alterados,
o provocada intencionalmente para disfrazar la escritura, bloqueará los reflejos neuromotores y
producirá movimientos rígidos o distorsionados que alterarán tanto la presión, como el trazado de
los rasgos originales de un sujeto.
En lo referente a las diferencias que pueden presentarse entre una vejez sana, el comienzo de la
senilidad y una demencia franca resulta imprescindible considerar que el envejecimiento es un
proceso irreversible que afecta a todos los seres vivos y que el solo hecho de que un individuo esté
próximo o haya llegado a la ancianidad no significa que haya de considerárselo demente, como
tampoco el hecho de que una persona sea aún joven significa que esté por ello libre de tener sus
facultades mentales alteradas.
Todas las alteraciones del Sistema nervioso central que se asocien con el envejecimiento pueden
presentar en mayor o menor grado, signos gráficos indicadores inherentes a cambios emocionales
o en el comportamiento y alteraciones motoras que no siempre son producto de una discapacidad
mental.
Si bien muchas veces los límites clínicos o semiológicos entre el envejecimiento y la demencia
pueden ser imprecisos, con la observación detallada y precisa de la cronología escritural no resulta
un imposible.
Por otra parte es importante tener en cuenta las diferencias que pueden presentarse ante
cambios funcionales normales que surgen con la edad pero que no llegan en ningún caso a
configurar enfermedades.
Katzman y Terry definen la vejez como: "Cambios que ocurren en individuos libres de
enfermedades definidas y caracterizados por lentas y a veces continuas modificaciones en
funciones específicas".
Si bien no es una condición obligatoria que con la edad se pierda la calidad original de la escritura,
como cambios en el área de las funciones nerviosas que pueden ser detectados en gran parte de
las personas que se hallan próximas a los 75 años es frecuente observar en los escritos:
Algunos temblores producidos por los cambios eléctricos fisiológicos que incidirán en la precisión
del trazado como un producto de la reducción en el flujo cerebral y en la producción de
neurotransmisores.
Variaciones de la dimensión.
Olvidos ocasionales de algunos puntos en letras que los contienen, por algunos fallos en la
concentración y la memoria que quedan limitada a un tiempo determinado y que muchas veces
pueden producirse ante estados de angustia o depresión.
Por supuesto no podemos dejar de lado en la evaluación, el hecho de que determinados cambios
sociales tales como la pérdida de roles sociales, la fragmentación familiar y la pérdida del conjugue
o familiares a las que generalmente deben enfrentarse a través del tiempo, o el apartamiento al
que puede ser sometido por la sociedad, incidirán en determinados aspectos de la personalidad
que generarán a su vez, en algunos de ellos, nuevos cambios en la escritura. Sin que ello signifique
que nos encontramos ante una demencia senil, ya que no todo sujeto que evidencie una pérdida
leve de la memoria o determinadas fallas cognitivas, algunos indicadores de depresión o
modificación de algunos rasgos de la personalidad, esta iniciando o sufriendo una demencia.
También, es importante destacar que ante la simple aparición de algunos indicadores de confusión
mental, antes de dictaminar una demencia irreversible, se evalúe en el escrito la posibilidad de
que los mismos no se deban a una claudicación transitoria del cerebro, o a desarreglos viscerales
extracerebrales. El hipotiroidismo, las deficiencias de vitamina B12 u otros nutrientes, las
deficiencias de oxígeno, las hipotermias, la suma de acciones farmacológicas entre otros son
capaces de generar una aparente demencia, sin embargo, una vez estabilizada la situación
orgánica le permitiría al sujeto recuperar el uso pleno de sus facultades.
En su defecto cuando en la evaluación del escrito se advierte que comienzan a incrementarse los
signos de desorientación espacial, de olvidos, de pérdida de la atención, es importante evaluar las
características de los cambios presentados para poder determinar si no nos encontramos ante un
proceso degenerativo que amenaza con ponerse en curso o que avanza en forma virulenta.
Un estado senil que presente un estado deficitario por sus manifestaciones clínicas constituye una
condición patológica cuando la debilidad de las funciones psíquicas en general presenta
alteraciones como para influir y afectar la voluntad para otorgar libremente un acto jurídico.
Pérdida de fluidez mental con disminución de la espontaneidad y de la rapidez en los procesos del
pensamiento.
Perturbaciones o disminución del control de las reacciones afectivas donde los sentimientos de
tristeza alternan con un estado de irritabilidad, intolerabilidad susceptibilidad e impaciencia,
acentuándose el egoísmo, el egocentrismo y la desconfianza.
Hiperactividad no justificada.
Indiscreciones sexuales.
Retraimiento creciente.
En estos casos:
Una estructura psíquica endeble u obnubilada con una aminoración o pérdida de la capacidad se
observará con hipografías representadas a través de la escasez y pobreza de los grafismos, la
desfiguración o supresión de los rasgos esencialeso la sustitución por formas equivocadas donde
se han perdido las formas más elementales, con una orientación arrítmica.
Mientras que las fallas en la memoria anterógrada (de fijación) estará reflejada en la pérdida de
los engrames.
El deterioro en las ideas y en la conducta donde no existe coherencia entre lo que piensa y lo que
siente se evidenciará a través de las inclinaciones ambivalentes, con un incremento de los rasgos
impulsados excesivamente, en un ambiente gráfico discordante en general en todos los géneros.
Enfermedad de Alzheimer
Es el tipo más frecuente de demencia cortical que surge como consecuencia de cambios
degenerativos en la corteza cerebral, y en donde la alteración de la lecto- escritura puede
evidenciarse antes que sea ostensible el deterioro en el lenguaje oral.
Se caracteriza por:
La lentitud en la velocidad que en estos casos se observa no será tanto producto de la disminución
de la coordinación, sino que será el reflejo de la disminución en las facultades intelectuales como
la rapidez mental, la tendencia a repetir siempre las mismas ideas o historias, la pasividad, la
inercia, la negligencia o el abandono físico o moral.
Pueden surgir algunos temblores esporádicos y un incremento de la presión para evitarlos; si bien
no son la característica fundamental de esta patología.
Desorientación espacial y de depresión, sumada a cierta pobreza o incoherencia del discurso con
una leve agrafia lingüística (olvido de una palabra).
Algunas letras o palabras serán ilegibles y pueden presentarse algunas perseveraciones. Sin
embargo como en esta fase aún el sujeto es capaz de percibir el deterioro que experimenta,
tiende a rectificar las letras o palabras, repasando el trazado o efectuando agregados o
tachaduras.
En una segunda etapa que puede tener una duración aproximada de de 3 a 5 años, comienzan a
surgir determinadas dificultades motoras y el temblor se evidencia en forma más acentuada.
La presión se presenta como pastosa o con cegamientos y/o desigual con variaciones llegando a
notarse en ocasiones un fuerte incremento en la profundidad.
La ilegibilidad y el desorden van en aumento, como al igual que los anteriores signos.
Con el tiempo la escritura adopta características similares a las de la afasia sensorial transcortical
presentándose agrafias (pérdida de la capacidad para escribir), sin embargo el sujeto aún tiene
preservación de la lectura en voz alta.
la agrafia lingüística, que se basa en una afectación del sistema léxico-semántico y se relaciona
directamente con la caída de los mecanismos neurolingüísticos;
y la agrafia apráxica, que es un trastorno del grafismo que se caracteriza por un deterioro de los
grafemas en base a las alteraciones visuo-espaciales, visuo-constructivas y práxicas.
En los sujetos más jóvenes el compromiso en la escritura tiende a surgir en forma más rápida.
Enfermedad de Parkinson
Rigidez muscular
Temblor
Bradikinesia
Depresión
Cambios emocionales
Problemas de memoria
Es común considerar que la escritura se caracteriza por presentar entre otras cosas:
Una escritura pequeña que se empequeñece al final de cada línea y progresivamente en líneas
sucesivas.
Tendencia a disminuir el tamaño de las letras, (micrografía) que se acentúa a medida que la
enfermedad avanza.
Presión en rosario.
Escritura vacilante.
Velocidad lenta.
Si los temblores son de frecuencia más rápida la presión será más rígida y el trazado pastoso y
constreñido, dando lugar a que el tamaño del grafismo sea más pequeño, adquiriendo en algunas
zonas un aspecto casi filiforme, perdiendo nitidez.
Si bien los fármacos antiparkinsonianos dirigidos a restituir o mejorar la dopamina que son
utilizados para controlar el temblor en la Enfermedad de Parkinson, mejoran la rigidez muscular, la
coordinación del movimiento y reducen los temblores, ocasionarán marcadas diferencias en la
escritura de acuerdo a los tiempos de utilización y la combinación que se efectúe entre ellos.
Por lo que en un cotejo escritural deberá ser tomado en cuenta para no cometer errores.
Levodopa
La levodopa es el fármaco considerado como el más eficaz para mejorar el temblor de reposo en la
enfermedad de Parkinson. Sin embargo puede empeorar el temblor de acción.
Con el uso continuado de levodopa, la escritura en general tiende a normalizarse y a mejorar el
temblor en la misma.
Sin embargo para la evaluación de la escritura frente al cotejo, resulta esencial recordar que la
mejoría se mantendrá solamente durante 2 o 3 años, pues luego una tercera parte de los sujetos
comenzarán a empeorar lentamente y otra tercera parte puede desmejorar en forma rápida. Por
lo que luego de un uso continuado, al cabo de 6 o 7 años, el efecto durará menos de 3 horas y
luego de ese plazo, la incapacidad en la escritura volverá a surgir como al inicio de la enfermedad.
En estos casos, se debe considerar que la leve mejoría que puede llegar a observarse en el escrito
comienza recién a los 30 o 60 minutos de su ingesta y es de corta duración por lo que las
características de las mismas pueden variar notoriamente durante el transcurso del día.
Con el uso de la levodopa se presentan, en la mayoría de los pacientes como efecto secundario,
varios tipos de discinecias es decir incapacidad de controlar los movimientos voluntarios. Esta
fluctuación motora es más fácil de identificar en la escritura en el curso del día, en el denominado
deterioro de fin de dosis, presentándose generalmente a las 2 o 3 horas después de ser
administrada.
Levodopa y benserazida
Hoy tenemos conocimiento de que fármacos utilizados para aliviar la enfermedad de Parkinson, la
depresión, las alergias y las migrañas, entre otros, pueden producir efectos secundarios en la
escritura que podrían ser confundidos con síntomas de demencia, sobre todo en las personas de
edad avanzada.
Sin embargo no por ello podemos dejar de lado el hecho de que en el estudio cronológico de la
escritura del enfermo de Parkinson y en cotejo con las características anteriormente presentadas
por el sujeto, ante el avance de la enfermedad, además de las fluctuaciones motoras, pueden
evidenciarse signos gráficos indicadores de alteraciones neuropsicológicas, depresión, alteraciones
del estado de ánimo, alteraciones en la percepción espacial e incluso en algunos casos como
consecuencia de una disminución profunda de la sustancia gris y blanca, que afectará a los
ganglios basales, los núcleos de la base, el tálamo y a las proyecciones de estas estructuras hacia el
lóbulo frontal, puede generarse en el 30 a 40 % de enfermos de Parkinson, una demencia
subcortical.
Conclusión
Vemos entonces que antes de efectuar un dictamen resulta fundamental realizar un análisis
exhaustivo del material escrito considerando los antecedentes personales del autor, el estado
emocional al momento de efectuarlo, la evolución que pueda presentar de acuerdo a la
variabilidad en el tiempo, como en el transcurso del día, qué funciones cognoscitivas se han visto
afectadas, en que orden y en qué tiempo de evolución, determinando la personalidad de quien la
padece (su estructura psíquica, sus fantasmas, su posición subjetiva frente a la vida y a la
enfermedad), cuáles son los cambios de personalidad que presenta y las particularidades de tal
enfermedad. Es decir, sus correlaciones médicas, sus trastornos específicos (tanto de la
enfermedad como de los tratamientos efectuados), evaluando los diferentes efectos que puedan
producir determinados fármacos o tratamientos, ya que una alteración tanto desde lo orgánico
como desde lo psicológico puede afectar la escritura produciendo modificaciones.
Neuropsiquiatría
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Cristina R. Díaz
"Conozca todas las teoría. Domine todas las técnicas, pero al tocar
un alma humana sea apenas otra alma
humana" Carl J. Jung