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Anergia: Estado de los linfocitos en el cual éstos, pese a estar presentes, no son activos. Esta situación
suele deberse a falta de alguno de los factores de activación esenciales y parece ser un mecanismo de
regulación básico en la biología del sistema inmune: por ejemplo, en cuanto a la tolerancia frente a los
antígenos propios.
* Tanto la inmunidad innata como la adaptativa dependen de la habilidad del sistema inmunitario para
distinguir entre las moléculas propias y las que no lo son. En inmunología, las moléculas propias son
aquellos componentes de un organismo que el sistema inmunitario distingue de las substancias extrañas.
Al contrario, las moléculas que no son parte del organismo, son reconocidas como moléculas extrañas. Un
tipo de moléculas extrañas son los llamados antígenos ("anti", del griego Δντι- = “opuesto” o “con
propiedades contrarias” y “geno", de la raíz griega γεν = generar, producir [que genera o crea oposición]),
son substancias que se enlazan a receptores inmunitarios específicos y desencadenan una respuesta
inmunitaria.
III. COMPONENTES GENERALES
El sistema inmunitario consta de una serie de órganos, tejidos y células ampliamente repartidos por todo
el cuerpo. Funcionalmente, los órganos se clasifican en primarios y secundarios.
El sistema inmunitario se encuentra compuesto principalmente por leucocitos (linfocitos, células T,
macrófagos, neutrófilos), anticuerpos, citoquinas, entre otros componentes que ayudan a su
funcionamiento. La detección es complicada, ya que los patógenos pueden evolucionar rápidamente,
produciendo adaptaciones que evitan el sistema inmunitario y permiten a los patógenos infectar con éxito
a sus hospederos.
ÓRGANOS, TEJIDOS Y CÉLULAS INVOLUCRADAS:
1. Órganos y tejidos: A los órganos que forman parte del sistema inmunológico se les llama órganos
linfoides, los cuales afectan el crecimiento, el desarrollo y la liberación de linfocitos (un tipo de glóbulos
blancos). Cada órgano linfoide desempeña un papel en la producción y activación de los linfocitos. Los
órganos linfoides incluyen:
a) Órganos primarios: Los primarios son la médula ósea y el timo, que son los que proporcionan el
microambiente para la maduración de los linfocitos.
Médula ósea roja: Tejido suave y esponjoso que se encuentra en las cavidades óseas Ocupa el
tejido esponjoso de los huesos largos, planos (como el esternón, la pelvis, costillas, del cráneo,
cintura escapular) y las vértebras. Es la que tiene función hematopoyética (porque contiene las
células madre que originan los tres tipos de células sanguíneas: leucocitos, hematíes y plaquetas).
Timo: Ejerce una clara influencia sobre el desarrollo y maduración del sistema linfático y en la
respuesta inmunitaria. En el tiene lugar la diferenciación de los linfocitos indiferenciados
(linfoblastos T) que salieron de la médula ósea; ingresan en el timo y van colonizando diferentes
zonas del mismo, al tiempo que maduran y se diferencia. Son dos lóbulos que se unen en frente de
la tráquea, detrás del esternón.
b) Órganos secundarios: Los órganos secundarios son los ganglios linfáticos y el bazo, en donde las
células inmunitarias pueden madurar para capturar el microorganismo o antígeno, suministrando el
entorno adecuado para que los linfocitos interactúen con él.
Ganglios nódulos, nodos o ganglios linfáticos: Producen linfocitos. Son pequeños órganos con
forma de frijol que se encuentran en todo el cuerpo y se conectan mediante los vasos linfáticos.
Actúan como filtros de la linfa, al poseer una estructura interna de tejido conectivo fino, en forma
de red, rellena de linfocitos que recogen y destruyen bacterias y virus. La linfa llega a través de
vasos aferentes, se filtra dentro del nodo y se forma la respuesta inmunitaria humoral o celular al
entrar en contacto con los componentes activos inmunitarios. Una vez filtrada la linfa, sale por el
vaso linfático eferente, propaga la respuesta inmunitaria y llega a la sangre. Los nodos linfáticos se
localizan en las axilas, ingle, cuello, mediastino y abdomen.
Bazo: Es el mayor de los órganos linfáticos. Presenta funciones inmunitarias (humoral: IgM; y
celular) y hemáticas (hematopoyesis: durante la gestación; y maduración y destrucción de los
glóbulos rojos: hemocateresis esplénica). Producen linfocitos. Es un órgano del tamaño de un
puño, que se encuentra en la cavidad abdominal.
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Adenoides: Producen linfocitos. Son dos glándulas que se encuentran en la parte posterior del
pasaje nasal.
Vasos sanguíneos (las arterias, las venas y los capilares a través de los cuales fluye la sangre) y los
vasos linfáticos (una red de canales que se extiende a través de todo el cuerpo y que transportan
los linfocitos a los órganos linfoides y al torrente sanguíneo) son partes importantes de los órganos
linfoides debido a que son los encargados de transportar los linfocitos hacia y desde diferentes
áreas del cuerpo.
Placa de Peyer: Tejido linfoide en el intestino delgado.
Amígdalas palatinas (tonsilas): Producen linfocitos. Son dos masas ovales en la parte posterior de
la garganta.
2) Células:
a) Del sistema inmunitario innato o inespecífico: Macrófagos (intervienen en la fagocitosis, la
activación de los linfocitos T), Células natural killer (son citotóxicas), Neutrófilos (intervienen en la
fagocitosis y la eliminación de microorganismos).
b) Del sistema inmunitario adaptativo, adquirido o específico: Linfocitos B (identifica patógenos
formando complejos Ag/Ac que es procesado por proteólisis), Linfocitos T citotóxicos (matan células
infectadas con virus y otros patógenos, o que estén dañadas o enfermas por otras causas), Linfocitos
T colaboradores (regulan tanto la respuesta inmunitaria innata como la adaptativa; no tienen
ningún tipo de actividad citotóxica y no matan las células infectadas ni eliminan patógenos
directamente), Células T γ δ (abundantes en la mucosa del intestino, forman parte de los “linfocitos
intraepiteliales”) Las células que forman la respuesta inmunológica específica circulan en la sangre,
pero también se encuentran en diversos órganos.
LÍNEAS INMUNITARIAS DE DEFENSA:
El sistema inmunitario protege los organismos de las infecciones con varias líneas de defensa de
especificidad creciente.
1. Barreras físicas: Son las líneas de defensa más simples. Evitan que patógenos como bacterias y virus
entren en el organismo.
2. Sistema inmunitario innato: Actúa si un patógeno penetra las barreras físicas, ofreciendo una
respuesta inmediata, pero no específica. El sistema inmunitario innato existe en todas las plantas y
animales.
3) Sistema inmunitario adaptativo o adquirido: Constituye la tercera capa de protección de los
vertebrados. Actúa, si los agentes patógenos evaden la respuesta innata. Aquí el sistema inmunitario
adapta su respuesta durante la infección para mejorar el reconocimiento del agente patógeno. La
información sobre esta respuesta mejorada se conserva aun después de que el agente patógeno sea
eliminado, bajo la forma de memoria inmunitaria, y permite que el sistema inmunitario adaptativo
desencadene ataques más rápidos y más fuertes si en el futuro el sistema inmunitario detecta este tipo
de patógeno.
BARRERAS:
Varias barreras protegen los organismos de las infecciones, incluyendo barreras mecánicas, químicas y
biológicas.
1. Barreras mecánicas: Forman la primera línea defensiva contra las infecciones.
Piel: Constituye la primera barrera mecánica contra las infecciones. Sin embargo, como los
organismos no pueden aislarse completamente de su medio, otros sistemas participan en la
protección de las aberturas corporales, como los pulmones, intestinos y el aparato génitourinario.
Pulmones, tos y estornudos: Expulsan mecánicamente los patógenos y otros irritantes de las vías
respiratorias.
Lágrimas: Presentan acción limpiadora al expulsar patógenos mecánicamente.
Orina: Presenta acción limpiadora al expulsar patógenos mecánicamente.
Mucosidades: Sirven para atrapar y enganchar a los microorganismos. Ejemplo: mucosidades
secretadas por los aparatos respiratorio y gastrointestinal.
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2. Barreras químicas:
Péptidos antimicrobianos: Tales como las defensinas-β, secretados por la piel y el tracto
respiratorio.
Enzimas: La lisozima y la fosfatasa A en la saliva, las lágrimas y la leche materna también son
agentes antibacterianos.
Las peptidasas en el estómago actúan como poderosas defensas químicas frente a patógenos
ingeridos.
Secreciones de los genitales: Las secreciones vaginales sirven como barreras químicas en la
menarquia, cuando se vuelven ligeramente ácidas. El semen contiene defensinas y zinc para matar
patógenos.
Ácido gástrico: En el estómago, actúa como poderosa defensa química frente a patógenos ingeridos.
3. Barreras biológicas:
La microbiota comensal sirve como barrera biológica porque compite con las bacterias patógenas por
alimento y espacio, y en algunos casos modificando las condiciones del medio, como el pH o el
contenido de Fe disponible. Esto reduce la probabilidad de que la población de patógenos alcance el
número suficiente de individuos como para causar enfermedades. Sin embargo, dado que la mayoría de
los antibióticos no discriminan entre bacterias patógenas y la flora normal, los antibióticos orales
pueden a veces producir un crecimiento excesivo de hongos (los hongos no son afectados por la
mayoría de los antibióticos) y originar procesos infecciosos.
Microbiota comensal del tracto genitourinario: Su alteración puede originar procesos como la
candidiasis vaginal (provocada por la levadura Candida).
Microbiota comensal del tracto gastrointestinal: La reintroducción de flora probiótica, como el
Lactobacillus del yogur contribuye a restaurar un equilibrio saludable de las poblaciones microbianas
en las infecciones intestinales en los niños, habiendo también datos preliminares alentadores en
estudios sobre gastroenteritis bacteriana, enfermedades inflamatorias intestinales, infecciones
urinarias e infecciones postquirúrgicas.
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Activa: La protección vía inmunidad activa a largo plazo, dura más tiempo, y es a veces de por vida.
Cuando existe activación por un patógeno, se desarrollan las células B y las células T de memoria. A
lo largo de la vida de un animal estas células de memoria “recordarán” cada patógeno específico
encontrado, y serán capaces de montar una respuesta fuerte si el patógeno se detecta de nuevo.
Este tipo de inmunidad es tanto activo como adaptativo porque el sistema inmunitario del cuerpo se
prepara a sí mismo para futuros desafíos. La inmunidad activa a menudo involucra tanto la
respuesta inmunitaria mediada por células (células T) y la respuesta inmunitaria humoral (células
B) así como la entrada del sistema inmunitario innato.
El siguiente diagrama resume estas divisiones de la inmunidad adaptativa o específica.