Gramsci sugiere que el capitalismo ejerce su poder de manera violenta contra sus enemigos y
consensuada contra los aliados. La dominación (violencia) y la dirección cultural (consenso) no
se pueden separar.
Hegemonía: proceso de dirección política de un sector social sobre otro. Se ejerce en el plano
político, pero también en el cultural e ideológico.
Hoy en día la principal vía de construcción hegemónica son los medios de comunicación
masiva, antes ese lugar lo ocupa la escuela.
La sociedad civil
Gramsci piensa que todos los seres humanos son espontáneamente filosóficos. Esta filosofía
popular está contenida implícitamente en el sentido común, en el lenguaje, en la religión
popular, en las supersticiones cotidianas y en el folclore.
Toda afirmación del sentido común presupone una filosofía implícita pasivamente aceptada.
Los intelectuales son los “empleados” del grupo dominante para el ejercicio de las funciones
subalternas de la hegemonía social y el gobierno político, a saber: 1) del “consenso”
espontaneo que las grandes masas de la población dan a la dirección impuesta a la vida social
por el grupo fundamental dominante, consenso que históricamente nace del prestigio (y por lo
tanto de la confianza) que el grupo dominante deriva de su posición y de su función en el
mundo de la producción. 2) del aparato de coerción estatal que asegura “legalmente” la
disciplina de aquellos grupos que no “consienten” ni activa ni pasivamente, pero que está
preparado para toda la sociedad en previsión de los momentos de crisis en el comando y en la
dirección, casos en que no se da el consenso espontaneo.
La coerción ocupa un segundo lugar en las sociedades hegemónicas, pero puede pasar al
primero en el momento de crisis.
Sentido común: es la concepción del mundo difundido en una época histórica en la masa
popular. Siempre existe un conformismo, un sentido de la “normalidad” de lo que siempre fue,
y el sentido común expresa este conformismo. Es un agregado desordenado de concepciones
filosóficas.
La hegemonía es el predominio intelectual y moral, diferente del “dominio” en el que se
encarna el momento de la coerción, pero esa “dirección” tiene raíces en la base, componentes
materiales junto a los “espirituales”. Es una acción con los elementos tanto “materiales” como
“ideales”: no hay hegemonía sin base estructural, la clase hegemónica debe ser una clase
principal de la estructura de la sociedad, que pueda aparecer como la clase progresiva, que
realiza los intereses de toda la sociedad.
El ejercicio normal de la hegemonía se caracteriza por la combinación de la fuerza y el
consenso, que se equilibran en formas variadas, sin que la fuerza rebase demasiado el
consenso, o mejor tratando que la fuerza aparezca apoyada por el consenso de la mayoría que
se expresa a través de los órganos de la opinión pública –periódicos y asociaciones., los cuales
son multiplicados artificialmente.