Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Jess Garriga
El autor utiliza dos conceptos de Poulantzas para "pensar y actuar en el presente": el
Estado como relación social y la vía democrática al socialismo. Con ello, busca retomar
debates sobre la «guerra de movimientos» y la «guerra de posiciones», con el objetivo de
"pensar de manera creativa el marxismo" y enfrentar algunas de las tensiones de los
actuales procesos de cambio en la región.
Consignas grupo: Nidia Amaya; Jess Garriga; Jorge Salas; Iván Arcajo; Damaris Briones
1.¿Qué dos conceptos teóricos le parece importante retomar de Nicos Poulantzas
para pensar y actuar en el presente?
El Estado como relación social, a modo de "condensación material de relaciones de
fuerzas entre clases y fracciones de clases", y la vía democrática al socialismo, una
transformación estructural de las relaciones de fuerzas que tiene que atravesar al
propio Estado.
2.¿Qué postulados de “cierto marxismo de cátedra” discute? ¿Qué opina del “peso de
la tradición”?
Que los sectores populares vivían perpetuamente engañados por el efecto de la
«ilusión ideológica» organizada por las clases dominantes y, además, que el peso de
la tradición de la dominación era tan fuerte en los cuerpos de las clases populares
que ellas solo podían reproducir voluntaria e inconscientemente su dominación. Opina
que esto no es cierto, que de ser así la historia sería una perpetua repetición del inicio
de la historia. Para el autor hay opciones humanas y posibilidades históricas que
escapan a la reproducción de la dominación. Eso explica que la sociedad se
transforme permanentemente a sí misma a pesar del histórico peso de las relaciones
de dominación.
3.¿A qué se refiere con el concepto de Estado como “conglomerado de instituciones
paradojales”?
Se refiere a que el Estado opera tanto un constante proceso de concentración y
monopolización de decisiones, como también procesos de universalización de
funciones, conocimientos, derechos y posibilidades. Representa relaciones materiales
e ideales. Monopoliza los bienes comunes, y en esta contradicción se encuentra la
clave del Estado como dominación social.
4.¿Por qué la idea de “cierto marxismo anquilosado” según el cual el Estado es una
máquina monolítica al servicio de una clase y capaz de garantizar una dominación ya
consagrada es un obstáculo para plantear la cuestión de la dominación? ¿A qué se
refiere, a contramano, con “subversión intersticial”?
Esta idea es un obstáculo en tanto plantea que no hay liberación posible por parte de
los propios dominados, que necesitan de una "vanguardia" para dar el paso hacia la
emancipación. Para el autor, la dominación es, de hecho, el continuo artificio social
lleno de posibilidades para la emancipación y la resistencia. Al mismo tiempo, la
subversión intersticial plantea que la dominación se quiebra desde el interior mismo
del proceso de dominación.
5.¿En qué términos reactualiza la propuesta de una vía democrática al socialismo
realizada a fines de los setenta por Poulantzas?
La reactualiza unificando las dos versiones respecto a la hegemonía política: la de
convencer (gramsciana) y la de derrotar (leninista). Está el irradiar y convencer en
torno de un principio de esperanza movilizadora; su eficacia se pone a prueba al
momento del vaciamiento y resquebrajamiento de las tolerancias morales entre los
gobernantes y los gobernados.
La subversión intersticial
La dominación no es el punto de partida rígido para explicar la sociedad, sino por el
contrario, es el proceso, el devenir, el continuo artificio social lleno de posibilidades, que
son precisamente los espacios que habilitan la posibilidad de la emancipación o la
resistencia. Si como sostiene cierto marxismo anquilosado, el Estado es una máquina
monolítica al servicio de una clase y, encima, el garante de la dominación ya consagrada,
entonces no existe un espacio para la posible liberación a partir de los propios dominados.
Y de ser así, la emancipación solo puede venir pues de la mano de una «vanguardia»
consciente e inmunizada contra las ilusiones de la dominación. Para repensar el
marxismo vivo para el siglo xxi, el socialismo en nuestros tiempos, requiere superar esa
trampa instrumentalista del Estado. Si la dominación no es el punto de partida para
explicar el mundo, significa que ella no es un destino fatal. Es en los huecos de la
dominación donde se encuentra la posibilidad de la emancipación. La dominación se
quiebra desde el interior mismo del proceso de dominación.