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1. La Filosofía de la Naturaleza.
metafísica que estudia los entes naturales, como puede verse en sus obras “físicas”.
Pero, la caracterización que hace de la “física” en el capítulo 1 del libro VI de la
Metafísica es aplicable no a la filosofía de la naturaleza, sino a la ciencia particular que
él llamó “física”, pero que hoy llamamos “ciencia natural”. Jacques Maritain pensó
que además de la ciencia natural y de la metafísica hay otra disciplina llamada
“Filosofía de la Naturaleza”, que no sería ciencia física en el sentido experimental (es
decir, como ciencia que estudia las causas segundas). Ésta se ocuparía del puro
acontecimiento (fenómeno ), mientras que la física filosófica captaría los objetos
2
materiales por la luz del entendimiento –que toma lo conocido por los sentidos, y lo
penetra, descubriendo algo que los simples sentidos no aprehenden. La filosofía de la
De este modo, el ser constitutivamente material puede ser objeto de una doble
especie de conocimiento:
3 Artigas, M., y Sanguinetti, J.L., Filosofía de la naturaleza, EUNSA, Pamplona, 1993, p. 18.
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Profesor: Carlos Casanova, basado en apuntes de profesor Raúl Madrid.
COSMOLOGIA, p. 3
Así pues, el objeto MATERIAL (es decir, el tipo de seres que cae bajo su
consideración; la determinación primera y genérica que cabe formular sobre el objeto
de una ciencia) de la metafísica de la naturaleza es el ente corpóreo o móvil. Por “ente
corpóreo” debe entenderse una realidad extensa, observable y que posee cierta
unidad que la diferencia de otros cuerpos numéricamente distintos . 6
mutabilidad es la que define a los cuerpos, indica su modo propio y peculiar de tener
el ser: lo poseen pudiendo perderlo.
"Movimiento" significa aquí no sólo la mutación espacial, sino todo cambio en
general (cualquier especie de modificación real, sea cuantitativa o cualitativa). Más
adelante, sin embargo, distinguiremos el movimiento propiamente dicho de otras
especies de cambio.
La división más propia de los seres móviles es la de seres inertes y seres que
poseen vida. Si siguiéramos a Wolff, el estudio filosófico del ser inerte se denominaría
"Cosmología" (según la denominación de Wolff, que fue rápidamente aceptada por la
escolástica), mientras que el de los seres vivos se llamaría "Psicología Filosófica" (que
estudiaremos en el segundo capítulo de este curso). Ambas disciplinas constituyen, en
conjunto, la rama de la filosofía que se denomina “metafísica de la Naturaleza”.
Parece que sería más exacto distinguir dentro de la llamada “psicología filosófica”
una parte que sería realmente parte de la metafísica de la naturaleza y otra, en
cambio, más afín a la teología. En efecto, la parte de la psicología filosófica que
estudia el intelecto humano, estudia un ser que puede existir sin materia y, por ello, es
el preámbulo de la teología natural.
2. La Cosmología.
7 Aristóteles, Phys., II, 1 y 2. Véase también: Santo Tomás de Aquino, In Phys., I, 1; II, 1-4; In
Metaphys., VI, 1.
8 Cf. Aristóteles, Física, II, 1 y 2; Santo Tomás de Aquino: In Phys., I, 1; II, 1-4; In Metaphys., VI, 1.
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Cosmología es el estudio del movimiento que acontece a los cuerpos inertes, o a los
semovientes en cuanto considerados estrictamente como cuerpos.
Para este punto debe leerse el libro del profesor Letelier, pp. 64-72.
congelas las cosas. Por eso, al final de su vida ya no hablaba. Sólo movía un
dedo para indicar a sus amigos y discípulos las necesidades que experimentaba.
A Heráclito y Cratilo responde que hay un móvil, un sujeto del cambio, que lo
sufre, pero que no perece con él y del que algo permanece inmutable. Sin ese
sujeto, no habría cambio.
percibimos por los sentidos no fuera más que una ilusión (cosa que sabemos que no
es así porque lo experimentamos en nuestra vida cotidiana), o que lo ilusorio es que
se trate del mismo ente aquel que se sitúa al término del cambio. Ambas cosas no son
procedentes, puesto que se puede comprobar de modo simplemente empírico que
ocurre lo contrario: el ser no sale de la nada.
También se podría pensar que no hace falta una estructura de dos principios
para justificar esto; que bastaría uno solo. Sin embargo, esto es imposible, pues
negaría el principio de incompatibilidad de los opuestos, ya que el mismo sujeto no
puede padecer, respecto de lo mismo y simultáneamente, dos pasiones opuestas o
contrarias.
Aristóteles denominó SUBSTANCIA al principio que permanece en este tipo de
cambio; y ACCIDENTE al que se corrompe o se genera en virtud de estos
movimientos. Pero debe comprenderse que lo que cambia aquí es la substancia, y
cambia accidentalmente. Su esencia, sin embargo, permanece inmutada y, mientras
sea así, el sujeto sigue siendo el mismo. El proceso en el cual se da la alteración o el
crecimiento o la traslación se llama técnicamente CAMBIO ACCIDENTAL, puesto
que reside sobre los accidentes y no sobre la substancia del ente móvil.
Todos los cambios se dan cuando se acerca el agente, en el mundo sensible. Para
que algo se caliente, la fuente de calor debe acercarse a lo calentado. Para que se
genere un perro, el espermatozoide debe acercarse y penetrar el óvulo, etc. Entonces,
el movimiento local está presupuesto en los otros movimientos del mundo sensible.
Hay que entender el tiempo en relación con el movimiento local. Como éste, es
continuo. Esto se puede entender si se piensa en el movimiento continuo de la aguja
9 En la Cristiandad Latina y en China se inventó el reloj mecánico casi al mismo
tiempo. Pero, mientras en la Cristiandad el invento se difundió por todas partes
porque había libertad de investigación y porque los monjes buscaban el bien común,
en China fue monopolizado por el Emperador, a causa del poder que le daba sobre
el tiempo. Por eso, después de unas tres dinastías, como consecuencia de una
invasión bárbara, llegó otra a la que no le interesaba el invento, que se perdió en
consecuencia.
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de un reloj mecánico. Ella nunca se detiene en ningún punto, nosotros, con nuestro
intelecto, hacemos divisiones en su movimiento y así marcamos las horas y los
minutos o segundos.
Ese flujo es como un cono giratorio, que tiene un eje y fluye menos a medida que
se acerca al punto superior del que mana ese eje. La eternidad no es una duración
infinita, sino un no transcurrir. Como decía Boecio: “la posesión toda, simultánea y
perfecta de una vida interminable”. Ella constituye el punto del que brota el eje, y el
propio eje. Los ángeles están más cerca de ese punto y por eso su duración es
diferente de la nuestra: en ellos no hay movimiento local ni dependen sus cambios del
movimiento local. Sin embargo, también ellos tienen una cierta duración sucesiva.
Nosotros sí tenemos movimiento local y sí dependemos de ellos. Por eso estamos en
el tiempo, en el flujo universal del cosmos. Pero no somos un puro flujo. Nuestro
intelecto nos permite recogernos más allá del puro fluir. Por eso tenemos historia, un
intermedio entre la eternidad de Dios o el evo de los ángeles y el puro fluir de lo
sensible. Ocupamos un corte circular del cono, más abajo que los ángeles. Toda la
historia humana es el girar de ese círculo. La eternidad se encuentra equidistante a
todos los puntos de ese círculo. Más abajo, los seres inanimados se encuentran en un
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círculo más grande, que se mueve más al girar simultáneamente con la historia
humana. Giran más porque ellos son un puro transcurso. Los animales con memoria
se acercan a nosotros, se encuentran en un círculo más alto que los inanimados, etc.
Todos los cambios físicos se encuentran en el único flujo del cosmos visible
porque todos dependen del movimiento local. El ser humano tiene su cuerpo sumido
en ese flujo. Su intelecto, que puede comprender cosas instantáneamente, no escapa
de ese flujo porque el intelecto no comprende sin la imaginación. Nuestra ciencia
debe conectar conceptos precisamente porque ellos se encuentran sumidos en las
imágenes, donde los contemplamos. Por eso vivimos en la historia y no en el evo
angélico.
10 Tomado de mi artículo “Presupuestos metafísicos de una sana historiografía crítica aplicada al texto
bíblico”, p. 137, Veritas 34 (marzo 2016), pp. 117-143.
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A) La substancia.
La voz española "substancia" proviene del latín substantia, que corresponde
al verbo substo, cuyo infinitivo es substare, el cual significa, literalmente,
"estar debajo". Es conveniente explicar un poco más qué quiere indicar el
subyacer del principio substancial. El sentido no es el de un cuerpo que sirve
de apoyo a otro cuerpo (como sostuvo Locke), sino que se emplea de un
modo metafórico . La substancia tiene la propiedad de sustentar al
11
12 Cat., 5, 2 a 11 ss.
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Para sustentar sin ser sustentado hace falta ser substantivo. Es, por lo tanto,
independiente (frente al accidente, que depende de ella). Ahora bien, esta
independencia de la substancia frente a cualquier otra substancia o accidente
es intrínseca o constitutiva, mas no extrínseca o consecutiva. Esto significa
dos cosas:
La substancia acepta que algo se una con ella por modo de inherencia, al
igual que permite que en su interior las partes se conjuguen por modo de
composición; pero no se define por ninguna de las dos circunstancias. Desde
este punto de vista, con la salvedad apuntada, se puede decir que la
substancia es LA COSA A LA QUE POR SU ESENCIA LE COMPETE
EXISTIR EN SI.
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Pero debe notarse que, por ser la substancia una de las categorías, un género
máximo, no es susceptible de definición propiamente dicha. Ella divide al ser
inmediatamente, y el ser no es un género, como veremos.
B) Los accidentes.
Estudiar la introducción a este tema por el libro de Gonzalo Letelier, pp. 75-76.
B.1.1- Concepto.
Los seres corpóreos poseen una forma que no puede subsistir o no puede operar
sin una pluralidad de partes que se encuentren fuera de las otras partes. Por esta
razón esas formas deben darse en la materia, signada por la cantidad. Por tratarse de
un género máximo, la cantidad no puede definirse con toda precisión. Aristóteles la
define por una de sus consecuencias, la divisibilidad: “es quantum aquello que puede
dividirse en partes intrínsecas, cada una de las cuales es separable” . 13
La cantidad como accidente del ser corpóreo implica que éste tiene una serie de
propiedades. – (a) Pluralidad de partes, en la que cada parte tiene una posición y
13 Met., V, 13, 1020a 7. Hay partes intrínsecas de la especie o definición, como “animal” y
“racional”. Éstas no son separables, a diferencia de las cuantitativas.
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ésta no se confunde con las de las otras; - (b) Unidad, que toma la forma tanto de
una CONTINUIDAD como de una integración substancial. Desde este punto de
vista, el orden de posición (es decir, la cantidad) es el accidente por el cual una
parte continúa a otra, y aquí tenemos una tercera descripción del concepto. Puede
afirmarse, como dice Millán Puelles, que la continuidad es la unidad de la
cantidad , pero el ser corpóreo tiene una unidad más importante, la substancial.
14
B.1.2. El continuo.
potencial. Para comprender esta afirmación hay que distinguir entre ser infinitamente
14 Fundamentos..., p. 224
15 Phys. VI, 2, 232 b, 24
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divisible y estar infinitamente dividido. La infinitud potencial del ser continuo puede
entenderse de dos modos:
La distancia es un continuo y ella se puede pensar como una línea. Los puntos
no son partes, sino límites de la línea. Algo análogo ocurre con el tiempo: el
instante no es una parte, sino un límite del tiempo.
Esta situación es lo que salva la unidad del todo substancial corpóreo: las partes
de un todo no son entes en acto, pues si así fuera, el todo substancial corpóreo no
sería otra cosa que un conjunto de substancias. Las partes del todo corpóreo no son
entes separados en acto, PERO COEXISTEN ACTUALMENTE EN ÉL en cuanto
partes, en la medida en que éste, por razón del accidente de cantidad, es un todo
posicionalmente distribuido. De este modo, puede afirmarse que las partes de un
continuo son todos en potencia, pero son partes de manera actual, antes de que opere
la división.
Ahora bien, el problema que acabamos de considerar, puede plantearse también
desde el punto de vista de la divisibilidad. ¿Cómo se puede explicar que algo que es
realmente uno sea a la vez susceptible de una división indefinida? Esta objeción se
enfrenta del siguiente modo: los cuerpos reales no pueden dividirse progresivamente
sin llegar a un límite. Se denomina técnicamente como minima naturalia la propiedad
por la cual los cuerpos están provistos de dimensiones no reducibles sin pérdida de la
respectiva especificidad. De este modo, se pueden distinguir en los cuerpos dos tipos
de divisibilidad:
a. Finita. Aquella que se rige por la respectiva naturaleza del cuerpo que está
siendo dividido. Es decir, comprende el conjunto de divisiones que un
determinado cuerpo acepta sin perder su naturaleza de tal, su especificidad.
Una última observación sobre la cantidad es que ella constituye el accidente más
básico de la substancia corpórea, que sirve de sujeto a todos los restantes
accidentes. Esto es lo que explica (a) que la Eucaristía sea un misterio y no una
mera contradicción: los accidentes del pan y del vino permanecen en el altar
después de la consagración, porque la cantidad les sirve de sujeto; y (b) que la
matemática se pueda aplicar a tantas realidades del mundo visible. Por otra
parte, los cuerpos se interrelacionan e interactúan entre sí por medio de sus
partes cuantitativas, que ocupan un lugar. La misma existencia del lugar
también se debe a la cantidad.
B.2- El ubi
En virtud de la cantidad, los seres corpóreos ocupan un lugar en el mundo
sensible y pueden moverse dentro de él.
El movimiento de lugar supone, por parte del ser corpóreo, el paso sucesivo (no
simultáneo) por diversos lugares, hasta llegar al lugar final del movimiento en
cuestión. Esto supone a su vez la capacidad de ocupar un lugar, es decir, de estar
localizado. Esto sólo ocurre con los entes corpóreos, pues las realidades inmateriales
no ocupan sitio físico. En efecto, el “lugar” no es sino la superficie que comparten un
cuerpo y el cuerpo que lo contiene (Aristóteles, Roderic Chisholm ). Y la superficie no
16
es sino un elemento de los cuerpos sólidos. Cuerpos sólidos son sólo aquéllos que
tienen cantidad o partes fuera de partes. Por tanto, los seres simples no pueden
16 Pero los límites del cuerpo pueden también ser ubicados (por estar en el cuerpo),
y situados dentro del cuerpo. Se puede dar, por ejemplo, la posición de un punto,
que es la intersección de dos líneas, que son intersecciones de superficies, que son
intersecciones de sólidos.
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ocupar un lugar ni poseen el accidente “ubi”. A veces se puede decir que están
localizados, pero sólo en virtud de su poder, no de su esencia . El alma humana está
17
B.2.1- El lugar.
El lugar es “algo”; lo comprobamos en la traslación de los cuerpos que cambian
de tal. No se trata de un cierto sujeto que entitativamente soporte al cuerpo que lo
ocupa (como un accidente respecto de la substancia). Si así fuera, el cuerpo que inicia
un movimiento no sería el mismo que lo termina, puesto que, a la manera de un
accidente, se sustentaría en un lugar (el pelo de Pedro, en cuanto que accidente de
Pedro, no es el mismo que el pelo de Juan). El lugar es un cierto receptáculo distinto
de los colocados, y constituye el término del movimiento local . Se puede afirmar que
18
17De Dios se dice que está presente en todas partes por su Esencia, pero es sólo
porque todos los seres son participación de su Ser, no porque Él tenga partes.
18 Santo Tomás, Comentario a la Física…, Libro IV, I, 281.
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quedar fuera del lugar. Ahora bien, tampoco nada del lugar puede estar dentro del
cuerpo localizado.
En este sentido, la superficie del cuerpo localizante (puede ser el aire) ciñe sin
fisuras al cuerpo localizado, es EL PRIMER LIMITE INMOVIL DE LO
CIRCUNSCRIPTIVO, o el término del cuerpo continente. Este límite es real cuando el
cuerpo es real, y es irreal cuando el cuerpo es matemático (cuando el lugar es una
posición en el espacio ideal de la geometría). Así, obtenemos la definición aristotélica,
que ya hemos enunciado: el lugar es el primer límite inmóvil de lo circunscriptivo . 19
Newton sostuvo una opinión diferente. Según él, existiría un espacio absoluto
en el que se darían los cuerpos. Leibniz tomó partido por Aristóteles en esta materia,
hasta cierto punto. Kant tomó la física newtoniana como una adquisición definitiva de
la razón y sostuvo, por eso, que el espacio absoluto de Newton no existe, pero que
eso no quita que la concepción newtoniana sea la concepción física correcta: el
espacio no sería más que una forma de la sensibilidad, nuestra experiencia de los
cuerpos estaría determinada por esa forma, y por ello no podemos concebirlos sino
“en el espacio absoluto” newtoniano.
La física del fin del siglo XIX y comienzos del XX dejó enteramente obsoleto a
Kant. En efecto, según Kant, la experiencia debía estar guiada por la concepción
newtoniana del espacio hasta el punto de que toda experiencia posible debía suponer
el espacio newtoniano. Pero la mismísima experiencia de los físicos los obligó a
abandonar la concepción newtoniana del espacio: en primer lugar, se podría analizar
se mueve, pero todas las coordenadas que fijemos son relativas a un punto de
referencia que no es un punto de referencia fijo en el universo material. Tenemos, con
todo, necesidad de fijar coordenadas, pero debemos ser conscientes de que no están
fijas en realidad. Aquí, nuevamente, pueden rescatarse las profundas intuiciones
clásicas, pero sin necesidad de aferrarse a aspectos que son incompatibles con los
hallazgos de la ciencia.
B.3- La cualidad.
Los sentidos, además del cambio topográfico o traslación y del crecimiento y
decrecimiento, registran otro tipo de movimiento. Me refiero al "cambio cualitativo".
Se dice que el cambio cualitativo es más interior porque la cualidad es una
propiedad absoluta, no relativa, como el ubi (pues éste depende de algo extrínseco -el
lugar-). La cualidad no dice relación a ninguna cosa exterior, por ello su movimiento
repercute de un modo más profundo que el cambio topográfico. Recuérdese que se
llama “absoluto” aquello que se refiere a sí mismo, y “relativo” lo que se ordena a
otro. Es mayor el grado de perfección de lo absoluto, pues carece de necesidad
externa. En este sentido, el ser perfectísimo, que no necesita de nada, es absoluto por
excelencia.
Según Aristóteles, la cualidad (qualitas), al igual que la cantidad, es una categoría
o predicamento (concepto sobre el que hablaremos más adelante), y la define como
"aquello en virtud de lo cual se dice de algo [un existente substancial] que es tal y
cual" .
21
Hay que tener en cuenta que la cualidad determina formalmente tanto a las
substancias corpóreas como a las incorpóreas, a diferencia de la cantidad, que sólo se
refiere a las primeras. Las cualidades nunca se identifican con la substancia que
especifican, salvo en el caso de Dios. Hay, en consecuencia, cualidades que no son
corpóreas, y que determinan, especifican o modifican a substancias puramente
espirituales. Sin embargo, las cualidades de las substancias incorpóreas no pertenecen
al mismo género que las cualidades de las substancias corpóreas, y en la cosmología
estudiamos solamente las materiales.
La alteración, como los otros movimientos físicos, presupone al movimiento
local. Sin embargo, como ya dijimos, no se da de manera propiamente continua, sino
por medio de saltos discretos y, a veces, en partes cuantificadas de la substancia que
se altera. Es decir, al menos a veces, se va alterando, por ejemplo, el color de una
superficie por trechos que tienen una cantidad definida, y no por un avance continuo
de la alteración sobre la superficie. Pero, cuando se pinta una pared con brocha o
pincel, podría plantearse si hay que admitir que el movimiento continuo de la brocha
o el pincel al menos podría suponer un avance continuo de la alteración. No es así en
este caso, porque la pared cambia de color por adherencia de la pintura, que siempre
se adhiere en cantidades definidas.
La alteración es un movimiento intermedio entre la simple locomoción y el
cambio substancial (porque es movimiento absoluto, no se refiere a ningún principio
exterior, como se explicaba antes). Este cambio de cualidades sensibles de un cuerpo
-que es como hemos definido la alteración- es un movimiento a UNA CUALIDAD
SENSIBLE MEDIA O CONTRARIA. Por ejemplo, del calor al frío; o del blanco, no al
negro, sino al amarillo.
que estaban reunidos bajo su determinación se disgregan, y por ello se dice que se
corrompe la antigua substancia. Por otro lado, al irse adquiriendo la nueva forma,
dicha materia empieza a ordenarse según los requerimientos del nuevo principio
actual, y por ello se dice que se conforma una nueva materia segunda en la nueva
entidad substancial. La “materia segunda” se da en diversos grados, a diferencia de la
materia prima. Ésta es el límite que explica que todo ente corpóreo sea corruptible. La
materia segunda, en cambio, es ella misma corruptible porque ya está informada. Por
ejemplo, las células que componen el organismo son materia segunda. O las
moléculas orgánicas que componen las células. O los átomos que componen las
moléculas. Etcétera.
La estructura hilemórfica es una composición fundamental del ente móvil, que
explica y da razón de sus cambios naturales más profundos (pero no de su carácter
creado, que implica una composición aún más básica, la de esencia y ser).
Ahora bien, la materia y la forma no son substancias completas, puesto que
conforman la substancia del ente móvil, que sí lo es. La unión de las dos debe dar por
resultado un ente esencialmente uno. Materia prima y forma substancial son
COPRINCIPIOS del ente móvil, no son ellos mismos dos entes separados. Ninguno
de ellos es concebido solo; existen, en cuanto principios, el uno para el otro, se
interpenetran en el interior del ente. Por esto, se dice que la materia es correlativa de
la forma, y viceversa, de tal manera que en el ente material todo es material y todo es
formal . Esta es la causa de que la existencia de la estructura hilemórfica no atente
22
contra la UNIDAD del ente: los coprincipios son correlativos al interior del ser, como
acto y potencia constituyen un único ser o una sola cosa, no son dos cosas. La forma
se comporta al modo del ACTO, mientras que la materia lo hace al modo de la
POTENCIA. La razón de ello es que dos principios que obran al interior de un ser
sólo pueden coexistir si uno de ellos es un PRINCIPIO PERFECTIVO o
DETERMINANTE (la forma) y otro es un PRINCIPIO LIMITATIVO o
DETERMINABLE (la materia). Esta es la única manera de conciliar la unidad
absoluta con la estructuración interna. Se dice que la forma es perfectiva o
determinante porque es el principio que hace a la materia ser tal cosa y no otra. Ella
es causa de todas las características, propiedades y modos del ente. Se dice, por otra
22En realidad, la jerarquía de los seres visibles se funda en que los seres más altos
poseen formas que emergen en mayor grado de la materia. Pero, hasta la
imaginación y la estimativa, que no son reductibles a órgano corpóreo, residen –sin
embargo– en un órgano corpóreo.
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COSMOLOGIA, p. 27
Desde este punto de vista se entiende por qué se llama "forma" a lo que se
destruye colateralmente en el cambio substancial. En terminología técnico-filosófica
se denomina "forma" a TODO PRINCIPIO REAL DE DETERMINACION (es decir, a
todo acto). En este sentido, se puede definir a la forma substancial como EL
PRINCIPIO FUNDAMENTAL DE DETERMINACION ESENCIAL DEL ENTE
PARTICULAR. Por virtud del principio formal el ente particular se inscribe en una
determinada especie. Por su forma, el hombre concreto es parte de la especie
humana. La forma de cada ente substancial es singular o está singularizada en cada
caso concreto.
Pueden distinguirse dos propiedades primarias de la forma:
23 No se olvide que en este ejemplo, relativo a un artefacto, materia y forma no se distinguen realmente.
Otra cosa ocurre en las substancias naturles.
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COSMOLOGIA, p. 29
FORMA MATERIA
Pienso que no podemos culminar esta parte de nuestro programa sin señalar que
Aristóteles descubrió que hay cuatro tipos principales de causas de los seres sensibles
y del movimiento: las causas material y formal, que son causas intrínsecas al sujeto
del ser o del cambio; y las causas final y eficiente, que son causas extrínsecas.
Ahora bien, es cierto que la ciencia natural, aunque presupone que hay finalidades
(pues sin ellas perderían su sentido y su horizonte muchas investigaciones científicas,
como las bioquímicas, por ejemplo), no considera explícitamente esas finalidades
para determinar su causa, así como tampoco la biología considera explícitamente el
alma, aunque presuponga que hay unidad en el ser vivo (que no existiría sin el alma,
forma de los seres vivos).