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Existen dos categorías que se usan permanentemente en historia: el espacio y el tiempo.

El espacio, además de
determinar la ubicación, considera las características geográficas que pueden influir en los acontecimientos; por
ejemplo, una civilización establecida en los márgenes de un rio no tendrá el mismo desarrollo que otra ubicada en la
montaña o el desierto.

El tiempo es el movimiento perpetuo medido por las horas, días, meses y años. Para la historia su materia de estudio
se desarrolla en el pasado; sin embargo se analiza y cuestiona desde el presente. La referencia del tiempo puede ser
precisa o aproximada. Por ejemplo, podemos conocer la fecha de inicio de una revolución o firma de un tratado; pero
para otros acontecimientos como la aparición del hombre sobre la tierra se consideran fechas aproximadas.

A partir del tiempo se puede dar estructura a la historia, ya que un acontecimiento repercute en otro, es decir, se
relacionan causas y efectos. La estructura se integra por los ámbitos social, político, económico y cultural, y los
acontecimientos que repercuten de diversas maneras en cada uno de ellos.

La duración se refiere al tiempo que transcurre entre el inicio y el termino de un proceso o hecho determinado;
puede ser considerada larga, media o corta según el tiempo que conlleve; por ejemplo, un proceso de media duración
sería la Colonia en Nueva España (1521-1821) en comparación con la lucha de Independencia (1811-1821), que puede
considerarse de corta duración.

La coyuntura es el conjunto de factores y circunstancias que hacen que ocurra un suceso determinante o clave, el
cual cambia el curso de la Historia. Las consecuencias de una coyuntura empiezan después de haberse originado el
hecho, pero se observan tras el paso del tiempo.

Existen dos categorías que se usan permanentemente en historia: el espacio y el tiempo. El espacio, además de
determinar la ubicación, considera las características geográficas que pueden influir en los acontecimientos; por
ejemplo, una civilización establecida en los márgenes de un rio no tendrá el mismo desarrollo que otra ubicada en la
montaña o el desierto.

El tiempo es el movimiento perpetuo medido por las horas, días, meses y años. Para la historia su materia de estudio
se desarrolla en el pasado; sin embargo se analiza y cuestiona desde el presente. La referencia del tiempo puede ser
precisa o aproximada. Por ejemplo, podemos conocer la fecha de inicio de una revolución o firma de un tratado; pero
para otros acontecimientos como la aparición del hombre sobre la tierra se consideran fechas aproximadas.

A partir del tiempo se puede dar estructura a la historia, ya que un acontecimiento repercute en otro, es decir, se
relacionan causas y efectos. La estructura se integra por los ámbitos social, político, económico y cultural, y los
acontecimientos que repercuten de diversas maneras en cada uno de ellos.

La duración se refiere al tiempo que transcurre entre el inicio y el termino de un proceso o hecho determinado;
puede ser considerada larga, media o corta según el tiempo que conlleve; por ejemplo, un proceso de media duración
sería la Colonia en Nueva España (1521-1821) en comparación con la lucha de Independencia (1811-1821), que puede
considerarse de corta duración.

La coyuntura es el conjunto de factores y circunstancias que hacen que ocurra un suceso determinante o clave, el
cual cambia el curso de la Historia. Las consecuencias de una coyuntura empiezan después de haberse originado el
hecho, pero se observan tras el paso del tiempo.

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