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Liceo Dptal.

Nº 1; Maldonado 6º año
Filosofía

LA METAFÍSICA

La palabra “Metafísica” fue empleada por primera vez por el filósofo latino Boecio que vivió en los
siglos V y VI d.C., divulgada por el filósofo árabe Averroes (siglo XII d.C.) muy importante por la
influencia que tuvo en los cristianos medievales. Pero la palabra “metafísica” es una contracción de una frase
griega. Sin embrago, en ningún filósofo griego se encuentra la palabra, sino que lo que se encuentra es esta
frase: “Tá metá tá fysiká”, que quiere decir “lo que está más allá de la física”. Este título fue puesto a un
grupo de escritos de Aristóteles. Cuando Aristóteles murió, el sobrino de éste colocó los manuscritos en un
sótano y recién se volvieron a descubrir unos 200 años después. Entonces un alumno del Liceo, Andrónico
de Rodas, ordenó todos los manuscritos de Aristóteles y les puso nombre a todos, y luego de haber ordenado
los escritos de la Física se encontró con una serie de temas más generales y no sabiendo que nombre
ponerles les puso “Tá metá tá fysiká”. Este nombre obedece, según la opinión corriente, a una razón de
ordenamiento bibliotecario: se llama “lo que está después de la física”, porque en el mazo de los escritos,
esos estaban colocados después de los escritos físicos, coincidiendo así con el significado objetivo de
“metafísico” que es precisamente lo que está más allá de lo físico.
La llamada Metafísica de Aristóteles no es una obra, sino un compilado con alrededor de cien
pequeños tratados (a veces, sólo apuntes), que Aristóteles dejó a su muerte. Reunidos componen una docena
de libros que tienen en común una misma unidad temática.
Al compilar la obra de Aristóteles, Andrónico colocó estos tratados después de los escritos relativos a
la Física (aquellos que estudian las realidades “naturales”; y no lo que hoy entendemos por Física). Los
libros de la Física llevaron el nombre griego “ta Physika”; como “después” se dice “meta”, en griego; esos
escritos ordenados después de la Física se denominaron “ta Meta ta Physika”, de donde derivó la palabra
Metafísica.
Pero en griego, el término Meta tiene varios significados, según su ubicación en un pensamiento o
enunciado. Así designa a la vez “después”, como también “más allá de algo”, como “traspasar” algo, etc.
Por eso el término Metafísica pasó a denominar a aquellas especulaciones filosóficas que se dedicaban a
estudiar “lo trascendente”, lo que está más allá del mundo real (objetivo), algo así como si dijéramos un
“trasmundo”.
En los libros de Aristóteles que fueron llamados Metafísica, el filósofo se dedicó a investigar los
primeros principios o causas de la realidad, o sea, aquello que hace que eso que llamamos realidad existe en
el mundo y sea lo que es.
Resulta necesario hacer una aclaración entre la relación existente entre Metafísica y otra palabra que
también suele encontrarse en muchos textos filosóficos. Uno de los textos aristotélicos es considerado como
el libro “ontológico” por excelencia. ¿Por qué?: porque en ese libro, Aristóteles se ocupa especialmente de
estudiar lo que es el “Ente”, que en griego es “to on”; de allí deriva la expresión “to ontos” (entes), y de esto
Ontología viene a significar “teoría del Ente”, aunque muchos filósofos posteriores entienden a la Ontología
como una “teoría del Ser”…aunque no es lo mismo Ser que Ente…pero eso lo dejaremos para posteriores
debates metafísicos.
La mayoría de los textos filosóficos dicen que la Metafísica es aquella disciplina filosófica que se dedica
fundamentalmente al estudio del Ser. Sin embargo, esta afirmación no es del todo correcta dado que es más bien la Ontología
(como una disciplina filosófica anexa de las investigaciones metafísicas) quien se dedica a tal estudio del Ser y el Ente.
Parece una enorme casualidad que un nombre de origen tan accidental coincidiera tan bien con su
objeto. Pero en los últimos años se ha mostrado que esa interpretación es falsa. El profesor Reiner escribió
unos artículos para demostrar cuál era el origen de la frase “lo que está más allá de la física”, y que era un
error atribuirle un significado puramente bibliotecario. Según Reiner esos escritos se llamaron así por dos
razones de más fondo. En primer lugar por una razón didáctica, porque en la escuela de Aristóteles, en el
Liceo, se enseñaba primero la física y luego la metafísica, de manera que lo que viene después de la física
obedece a una razón didáctica, de orden de los estudios. En segundo lugar la palabra obedece también a un
orden del conocimiento, pues conocemos primero lo físico, que es lo que está delante de los “ojos” y sólo
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después por reflexión y abstracción podemos conocer lo metafísico, que es el fundamento de lo físico. “Tá
metá tá fysiká” no obedece pues a un simple orden bibliotecario sino a una razón didáctica y a una razón de
orden del conocimiento. Aristóteles no llamó a esos estudios “Metafísica” sino “Filosofía Prima”, es decir,
filosofía primera y es el nombre que encontramos en Descartes, cuya obra principal se llama “Meditaciones
de prima Filosofía”. También se la ha llamado “Dialéctica”, y tal es el nombre que le puso Platón y que
empleó también Schleiermacher. También ha sido llamada “Lógica” por Hegel, porque según él las leyes del
pensamiento son las mismas leyes de la realidad.

OBJETO DE LA METAFÍSICA

Aristóteles entendía como Filosofía Prima la ciencia teórica de los primeros principios y de las
primeras causas y entendía por principios y causas, sobre todo la causa final, el fin y el bien en general, o el
bien de una causa. Este modo de considerar el objeto es demasiado general porque es el objeto de toda
filosofía porque toda filosofía tiene por objetos los primeros principios sea lo que sea. Pero se puede precisar
más incluso en el sentido aristotélico. Aristóteles entendía que su objeto era “el ente en cuanto ente y sus
atributos esenciales”, es decir, el estudio de las cosas, no en cuanto son minerales, vegetales u hombres, sino
el estudio de aquellas determinaciones más generales que la constituyen como un ente, como algo que es con
independencia de que sea mineral, o animal, etc.
Las cosas, más allá de las determinaciones que tienen como minerales: peso, brillo, tienen también
otras determinaciones más generales, por ej.: tener existencia, esencia, o de tener una sustancia y unos
accidentes. Es también el sentido que tomó Santo Tomás de Aquino con respecto a la Metafísica. Por
consiguiente, aquí Metafísica quiere decir lo mismo que Ontología y su objeto, el ente en cuanto ente, es el
resultado de aquella doble abstracción que no se limita a las ciencias naturales, sino que todavía abstrae más
de ellas a llegar a esas propiedades, a esas determinaciones tan generales: esencias, ser, causas, sustancias,
etc.
No se trata tanto pues de un objeto que está más allá de la Física sino de algo que está en lo físico.
Este es el primer sentido en que se entiende el objeto de la metafísica. Pero hay otro que no coincide
exactamente con éste. En un segundo sentido se entiende por Metafísica el conocimiento de los entes que
son inmateriales, que no se dan a los sentidos, pero que se pueden conocer por la razón natural; con esto se
determina una diferencia con la revelación, para separar a la Metafísica de la Religión. Esos entes
inmateriales que no se dan ni pueden darse a los sentidos son sobre todo el alma y Dios. Este modo de
concebir la metafísica lo han adoptado ciertos filósofos franceses como Descartes Bossuet. En tercer lugar,
otros filósofos entienden como metafísica el conocimiento de lo que son las cosas en sí mismas por
oposición al conocimiento del modo como se presenta a nosotros, es decir, por oposición a las apariencias o
a los fenómenos. Lo metafísico sería lo que se esconde detrás de esos fenómenos o apariencias. Supone
entonces que en mundo hay que distinguir dos planos separados verticalmente: un plano del ser para
nosotros, de lo que percibimos, de los fenómenos, de las apariencias; otro plano que está detrás de eso, que
es el de las cosas tales como son en sí mismas. Está distinción del ser para nosotros y del ser en sí suele estar
ligada a otra tesis que sostiene Kant y Shopenhauer, según la cuál nosotros sólo podemos conocer los
fenómenos, las apariencias, pero no las cosas tales como son en sí. De manera que en este sentido la
metafísica vendría a ser el nombre de una ciencia que tiene un objeto al cual el hombre puede aspirar, pero al
cual no puede llegar, o sea, de un objeto que es imposible de conocer. En resumen, tenemos tres significados
de Metafísica:
1. la metafísica como estudio del ente en cuento ente,
2. la metafísica como estudio de objetos inmateriales,
3. la metafísica como región de las cosas en sí por oposición a alo que son para nosotros.
En los tres casos la metafísica significa el conocimiento de lo absoluto por oposición del conocimiento
de lo relativo. Finalmente debemos decir que metafísica se emplea también en sentido peyorativo, es el
modo que suelen utilizar los positivistas y los ciencistas que llaman metafísica a todo conocimiento muy
abstracto, a todo conocimiento muy difícil.
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DIVISIÓN DE LA METAFÍSICA.

Es una división clásica que fue formulada por primera vez por Wolf, filósofo alemán discípulo de
Leibniz en el siglo XVIII. Según Wolf la metafísica se divide en dos grandes partes:
1) Metafísica general
2) Metafísica especial

1) Se le conoce con el nombre de Ontología que es el estudio del ente en cuanto ente.
2) La metafísica especial estudia ciertas propiedades muy generales pero limitada a ciertos
tipos de entes y se divide en tres ramas:
1) Cosmología racional o Filosofía de la naturaleza, que estudia la esencia del mundo en general de la
materia de los seres vivos. 2) Psicología racional o Filosofía del espíritu o también Pneumatología
(porque en griego espíritu se dice pneuma, que quiere decir soplo, es decir, que estudia el alma) 3)
Teología racional cuyo objeto es Dios, es decir el fundamento último de todo ente.

La Filosofía Primera (Metafísica) de Aristóteles.

La Filosofía Primera (Metafísica) aristotélica tiene como objeto de estudio “el ser en cuanto ser, así
como sus atributos esenciales”. Tal es la sustancia, que hace que algo sea lo que es.
Dos cosas caracterizan a la Filosofía Primera respecto de las otras ciencias o Filosofías segundas:
a) Va más allá de las zonas particulares del ser, objetos de estudio de las otras ciencias.
b) Como disciplina de las notas esenciales del ser (identidad, diversidad, oposición, necesidad,
realidad, etc.), suministra conocimientos que las otras ciencias presuponen, pero que no
investigan.
El concepto ontológico de la Filosofía Primera, se consolida en la época de madurez de Aristóteles.
Con este se supera en concepto teológico anterior a ella, aunque la idea de Dios conserva un papel decisivo
en la doctrina. La idea de motor inmóvil no está en contradicción con la de Ser en general.

La sustancia de una cosa es, primero, lo que esa cosa es de manera necesaria. El enunciado “Gabriel
es un ser humano”, no puede negarse sin que Gabriel deje de ser Gabriel, puesto que no puede ser al mismo
tiempo Gabriel y no-ser humano. Pero su sustancia no está solamente en su ser humano, sino en el ser este
ser humano, determinado por una multitud de elementos como sexo, raza, figura, carácter, etc. Esta es la
sustancia primera, que se identifica con un determinado ser real.
Las sustancias segundas son conceptos generales. Así la especie “hombre” es “sustancia segunda”, y
lo mismo lo que es el género “mamífero”. En las sustancias primeras, ninguna de éstas es más sustancia que
otra.
Para Aristóteles todas las cosas (sustancias primeras) se encuentran en constante cambio. Los seres
que hoy envejecen, antes nacieron y se desarrollaron; los que hoy nacen, indefectiblemente morirán. Pero la
mudanza de las cosas obedece a cierto ritmo; las cosas se transforman con arreglo a determinados principios.
Este cambio ordenado, este desarrollo según leyes, se llama evolución.
Aristóteles se sirve de dos expresiones para designar el proceso de transformación de los seres. Dice
que una cosa susceptible de transformar en otra se halla en potencia; una vez transformada, se encuentra en
acto. El huevo se convierte en pollo y este en ave. El niño llega a ser adolescente; luego a joven y
posteriormente se transforma en adulto. El pollo respecto del huevo se encuentra en acto; por su parte, el
pollo es un ave en potencia, esto es, capaz de convertirse en plumífero.
Sólo en potencia (dynamei, potentia) se da la forma en la materia; sólo por obra de la forma se
convierte aquella en realidad (energía, actu). Pero el acontecer es aquel proceso en el que la esencia, de la
mera posibilidad, se transforma en algo real gracias a la forma. Las esencias no constituyen al lado de los
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fenómenos una segunda y más elevada realidad; sólo existen en la serie de manifestaciones genéticas, pues
fuera de ellas no es posible la realización de su posibilidad intrínseca. Lo general sólo es real en el reino de
lo individual, lo individual sólo existe porque en él se realiza lo general.

De esta forma Aristóteles resuelve el problema fundamental de la filosofía teorética de los griegos:
concebir en tal forma el ser que sea posible explicar por éste el devenir.
Desde el hilozoísmo1 de los milesios (filósofos de Mileto), hasta las teorías antitéticas de su gran
predecesor (Platón), todos los puntos de vista de la metafísica griega están contenidos en la doctrina
aristotélica: el Ser conocido por el concepto, es la esencia general que se realiza en las apariencias por obra
de su forma, partiendo de su mera posibilidad, y el proceso de tal realización es el movimiento. El Ser es lo
que adviene en el proceso y se realiza. Aristóteles llama entelequia2 (entélecheia) a esta autorrealización de
la esencia en las apariencias (Metafísica, Libro IX, cap. 3).
La ley por medio de la cual una cosa en potencia se transforma en acto consta de cuatro principios:
causa material, causa eficiente, causa formal y causa final. Supongamos que se esculpe una estatua; es
indispensable que exista el mármol (causa material), que el artista posea en la mente la forma que va a
esculpir (causa formal), que trabaje la piedra a golpes de cincel (causa eficiente); además es comprensible
que al realizar al creación de una estatua se ha logrado una finalidad (causa final). Las tres últimas causas
pueden reducirse de hecho, a una, sobre todo en el mundo de lo orgánico. En las plantas y los animales, el
desarrollo de su ser llega, ciertamente, a realizar su esencia (forma) y este acto es inseparable de un cambio
(movimiento) predeterminado por la finalidad intrínseca.

(...)

BIBLIOGRAFÍA:

ARISTÓTELES; Metafísica. Introducción de Francisco Larroyo. Ed. Porrúa; Mexico. 1992.


PEREYRA FORMOSO; A. Lecciones de Filosofía. Cap. V. Ed. Mosca Hnos. Montevideo, 1978.
LLAMBÍAS DE AZEVEDO. Manual de Metafísica.

1
Opinión según la cual la materia contiene en sí un germen de vida. Concepción de la Naturaleza como un inmenso ser animado o animal.

2
Del gr. ἐντελέχεια, realidad plena alcanzada por algo. En la filosofía de Aristóteles, fin u objetivo de una actividad que la completa y la perfecciona.
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