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Vela Orbegozo, Bernardo. (2015). Colombia no es una isla.

Una contribución al debate sobre la


formación del Estado colombiano en el entorno global. Bogotá, Colombia: Universidad Externado
de Colombia

Toda reflexión al respecto de los programas de vida actuales, en los cuales, de una forma u otra, el
Estado y sus partes se encuentran involucrados, devela una gran red de conexiones exógenas que
dotan de sentido a actos que no podrían ser comprendidos tan sólo bajo significados propios de un
territorio o pueblo en específico. Así, en toda dimensión de la realidad social de nuestro país
(política, económica, cultural, etc.) se evidencia, no sólo una actual tendencia a seguir dinámicas
globales, sino una vasta tradición de las mismas. Motivo de lo anterior, toda pregunta referente a
la gestación del Estado debe enfocarse hacia la forma en la cual se ha globalizado Colombia, desde
sus orígenes más remotos hasta nuestros días. Ante ello, la obra del Dr. Bernardo Vela resulta,
como su título lo indica, una contribución al debate sobre la formación del Estado colombiano.

Bernardo Vela Orbegozo es investigador y profesor de Postgrados y Doctorados en las Facultades


de Derecho y de Finanzas, Gobierno y Relaciones Internacionales de la Universidad Externado de
Colombia. Abogado y especialista en Gerencia de Asuntos Públicos de la misma institución y de
Columbia University de Nueva York. Doctor en Derecho, Economía y Sociedad en la Unión
Europea de la Universidad de Salamanca, España. Actualmente su proyección académica sigue en
pie debido al Posdoctorado en Derecho Internacional que cursa en la Universitat de Valencia. Su
trayectoria como investigador no sólo se limita a las áreas ya mencionadas, puesto que la
bibliografía de su autoría refleja abarca diversos campos de las ciencias sociales y las disciplinas
humanísticas, contando entre ellos a la historia, la sociología, la filosofía política, la epistemología,
entre otras. Lo ya dicho toma sentido al traer acá los títulos de algunas de sus obras, tales como
Contribución Al Debate Sobre La Formación Del Estado Colombiano En El Siglo XIX, Guerra,
Progreso Y Mito Político, El Declive De Los Fundamentos Económicos De La Paz, entre otros.
Colombia no es una isla. Una contribución al debate sobre la formación del Estado colombiano
en el entorno global fue publicado en el año 2015 por la casa editorial de la universidad donde el
autor enseña e investiga. Se compone de siete capítulos (de los que sólo se reseñarán los cuatro
primeros) en los cuales se generan grandes aportes a diversas disertaciones plasmadas. Los
capítulos se encuentran unidos bajo diversos hilos conductores y una misma hipótesis, la cual
empieza a verificarse a medida que se alternan explicaciones en el plano global y el plano nacional.

En términos más generales, el propósito de esta obra consiste en hacer un estudio sobre “el origen,
el carácter y transformaciones del orden político colombiano desde una perspectiva que abarca la
filosofía política y los saberes dispersos de las ciencias sociales” (Vela, 2015, p.17). Para lo
anterior, el autor parte de la definición de cinco variables que constituirán su aparato crítico, con
el cual juzgará el devenir histórico colombiano: 1. El monopolio de la fuerza, amparado en Max
Weber. 2. La coerción social y la acumulación capitalista, bajo la teoría de Charles Tilly. 3. La
conformación de las identidades, influenciado por las propuestas de Eric Hobsbawm. 4. El
sometimiento del poder al derecho, guiado por las ideas del constitucionalismo liberal. 5. La
profundización en la democracia que trajo consigo el establecimiento de los derechos sociales y la
intervención del Estado en la economía, parte del ideario de Herman Heller y, en especial, de John
Maynard Keynes.
Las anteriores variables son cruzadas por tres dinámicas, identificadas por el autor, que han
caracterizado el orden político colombiano: 1. “La tendencia autoritaria manifestada en el
presidencialismo y en la resistencia de los líderes políticos a acatar las leyes, estudiada como una
dificultad para proponer una dicotomía entre autoridad y libertad. 2. Un modelo de desarrollo
fundado en la tenencia de la tierra y de baja industrialización que ha prolongado los privilegios
señoriales y el autoritarismo, estudiado como una dificultad para proponer una dicotomía entre
libertad e igualdad. 3. Un recurso permanente a la guerra que deja en evidencia la precariedad para
establecer y legitimar el monopolio de la fuerza, sacrifica generaciones de colombianos, desangra
el tesoro nacional e impide la construcción democrática de saberes, estudiada como una dificultad
para proponer una dicotomía entre la austeridad y la sabiduría.” (Vela, 2015, p.17)

Nada de lo anterior sería comprensible si no se tiene claridad al respecto de dos cosas, primero, la
pregunta que servirá de hilo conductor para dar coherencia a toda reflexión; y, segundo, la respuesta
a dicha cuestión, es decir, la hipótesis que sostendrá el autor a lo largo del texto. La primera se
expresa bajo los siguientes términos “¿Se construyó el Estado moderno en la sociedad colombiana
caracterizada por relaciones sociales en el orden político, económico, cultural y jurídico diferentes
de las relaciones que caracterizaron la sociedad europea?” (Vela, 2015, p.64), ante lo cual el autor
plantea su (hipo)tesis: “Colombia no es una isla y, por esta razón, el destino de la sociedad
colombiana es el producto de los esfuerzos dirigidos a consolidar un Estado moderno –paradigma
político por excelencia- en un contexto caracterizado por dinámicas propias y singulares diferencias
de las que se desarrollan en los países del norte. No obstante, el destino de la sociedad colombiana
también es el producto de los esfuerzos dirigidos a globalizarse, participando en una historia de la
humanidad que, como se hace evidente en nuestros días, se ha venido unificando de manera
creciente y, en muchos casos, a costa de la diversidad cultural” (Vela, 2015, p.66).
El autor reconoce como el objetivo general de su trabajo el estudiar las tres dinámicas explicadas
anteriormente a la luz del aparato crítico también ya formulado, esto es, demostrar que pese a las
particularidades del Estado colombiano es posible explicar sus fundamentos bajo variables
globales. En ese sentido se pretende demostrar tres cosas: 1. “Que el destino de la sociedad
colombiana durante el siglo XIX fue el producto de los esfuerzos dirigidos a consolidar un estado
moderno. 2. Que el destino de la sociedad colombiana durante el siglo XX fue el producto de los
esfuerzos dirigidos a globalizarse participando en una historia de la humanidad que se ha venido
unificando de manera creciente a costa de la diversidad cultural. 3. Que la paz no es sólo la ausencia
de guerras sino la construcción de una sociedad más justa.” (Vela, 2015, p.69)

El primer capítulo del texto lleva por nombre La civilización europea y la formación del orden
político moderno, el cual tiene por objetivo principal analizar el tránsito de la edad media a la
modernidad en la sociedad europea occidental. Dicho tránsito es evidente en los ámbitos
filosóficos, políticos, económicos, culturales, religiosos y con el establecimiento de un sistema de
Estados en Europa. Posteriormente, se dedica un espacio a hablar al respecto del origen del
liberalismo político y económico, estudio que no omite las críticas ante dicho sistema de ideas. Al
final de la lectura se puede llegar a la conclusión de que el Estado moderno en Europa se construyó
a partir de un proceso que abarcó cuatro elementos: 1. La Guerra como elemento fundador del
estado (incluyendo la legitimación posterior de un orden social y jurídico), es decir, la existencia
de un monopolio de la fuerza. 2. El proceso de acumulación capitalista y la garantía de los derechos
económicos. 3. La formación de una identidad nacional. 4. El sometimiento del Estado al derecho,
permitiendo solucionar el problema existente entre autoridad y libertad.

El capítulo II titulado Colombia, entre el colonialismo, la ilustración y la revolución industrial se


encarga de estudiar, primero, durante la colonia, el encuentro en América de blancos, negros y
aborígenes, las tres culturas que, en sincretismo, dieron origen a un orden social, económico,
político y cultural con expresiones propias y singulares. A medida que el capítulo avanza dichas
expresiones se irán haciendo cada vez más presentes en la época republicana, partiendo de la falta
de imposición de un orden político legítimo y estable posterior a la guerra de independencia. La
vida republicana inició con diversas paradojas debido a las insistencias autoritarias del libertador;
seguido de las distinciones partidistas que rodearon todo el siglo XIX, ante lo cual se puede concluir
que no existieron nunca (por lo menos hasta las fechas decimonónicas estudiadas) las disposiciones
jurídicas para establecer un Estado-Nación y/o someter el poder estatal al derecho debido al
imposible rompimiento con un pasado colonial, del cual quedaron herencias señoriales, centralistas
y excluyentes.

El siguiente capítulo Colombia en el contexto de la segunda revolución industrial y el imperialismo


habla al respecto de las transformaciones científicas y tecnológicas que llevaron a una segunda
revolución industrial y al imperialismo. Se hace hincapié, fundamentándose teóricamente en
pensadores como Russell, en que la consolidación de la civilización europea no llevó a un orden
pacífico, puesto que el Estado de derecho se vio sumergido en la paradoja que suscita el liberalismo
(entre si debe prevalecer la igualdad o la democracia entre los hombres), ante lo cual privilegió la
libertad. Dado este panorama, el autor analiza qué plantearon los programas liberales radicales en
Colombia, los cuales, pese a sus buenos logros, no lograron establecer una sociedad de ciudadanos
libres e iguales. El capítulo finaliza debatiendo la arraigada idea de la creación de una identidad
nacional con “La Regeneración”, puesto que los conservadores restauraron los privilegios
señoriales y el autoritarismo, favoreciendo la exclusión.
El último capítulo que abarca esta reseña se titula Colombia en el contexto de las guerras mundiales
y las crisis económicas. Este capítulo analizará, en diversas secciones, la paradoja liberal entre el
tener que elegir por la libertad o la igualdad, decisión que se había decantado, generalmente, por la
primera, creando una distribución desigual de la riqueza. El capítulo analiza la quinta variable, es
decir, la que versa sobre la democratización del Estado, el cual crea instituciones garantes de los
derechos sociales y de la intervención estatal en la economía, postulados útiles para resolver la
crisis económica del periodo entre guerras. Se hace una descripción del nacimiento del estado
social de derecho y los postulados de sus críticos, lo cual se extrapolará en el contexto colombiano,
el cual servirá de ejemplo para hablar, en general de los países vía de desarrollo.

Una de las virtudes a señalar de este texto es la riqueza bibliográfica en la cual se ampara el autor
para dar explicación a sus postulados y crear un aparato crítico sumamente sólido. De esta forma,
como él mismo lo aclara, se pretende abandonar una perspectiva de trabajo científico avalada por
el positivismo, en donde cada disciplina funciona de forma independiente y bajo enfoques distintos,
por más que se concentren en un mismo problema. De una manera ordenada, el Dr. Vela se aventura
a investigar bajo diversos enfoques de diversas ciencias sociales y, entre ellas, desde diversos
paradigmas, ya que comprende que al provenir todas de una filosofía política, la relación no debe
ser de lejanía sino de complementariedad.

Como parte de su subtítulo lo indica, este libro es una contribución a un debate, esto quiere decir
que es una opinión a un tema que ha sido recurrente en las querellas de las ciencias sociales y
demás disciplinas humanistas en lo últimos años, éste es: la formación del Estado colombiano en
el entorno global¸ el cual implica el cuestionarse de antemano al respecto por el origen, en general,
del Estado-Nación en Colombia. Y no es para más, investigadores de la talla de Salomón
Kalmanovitz, Marco Palacios, Jairo Estrada Álvarez, entre otros, han ayudado a tejer el manto de
la polémica sobre el tema. Entre esas diversas obras, la escrita por el Padre Fernán González Poder
y violencia en Colombia (2014), la cual no sólo coincide en la temática de la formación del Estado-
Nación en Colombia, sino que inclusive coinciden en puntos de sus marcos teóricos.

Estos estudios basados en la forma en la cual se han construido los Estados y las relaciones de
poder que han tejido desde una visión global no apartada del componente crítico, toman
importancia en una época como la actual, donde el mundo aparenta estar desbocado a los efectos
de la globalización en los programas de vida. Dicho fenómeno (el de la globalización) ha alcanzado
niveles de avance cada vez más complejos, los cuales requieren una explicación más detallada, no
sólo del ser del problema en cuanto generalidad, sino también de las posibilidades esperanzadoras
y los percances que puede representar en países específicos con múltiples devenires históricos.
Vale hacer un inciso para agregar que el Dr. Vela, en una de sus obras, a saber, como Contribución
Al Debate Sobre La Formación Del Estado Colombiano En El Siglo XIX (Vela, 2010) ya había
dado algunas aproximaciones al respecto de la construcción global del Estado colombiano, aunque
enfocado exclusivamente en el s. XIX.

En lo que refiere a una valoración crítica del texto del Doctor Vela Orbegozo hay que poner en
mesa diversas opiniones de carácter personal. Una de las virtudes a señalar de este texto es su
lenguaje claro y liviano, tarea bastante complicada puesto que se aborda gran cantidad de material
bibliográfico, el cual se encuentra debidamente explicado, no dejando clavos teóricos sueltos. De
esta forma, casi cualquier lector (claro está, con cierto grado de especialización en la temática)
podría aproximarse al texto. Coherente a su ideal de los estudios interdisciplinarios en las ciencias
sociales, el autor no escribe para la comprensión única de un sector, por el contrario, el libro está
dirigido a todo tipo de académico de las ciencias sociales, inclusive, con su amplio horizonte
teórico busca matizar las fronteras que existen entre una disciplina y la otra. En este punto, es válido
reconocer como un elemento meritorio del autor poner a dialogar en función de un mismo objetivo
a diversos autores con aparentes diferencias ideológicas, por ejemplo, los alemanes Karl Marx con
Friedrich List, que si bien parten de una crítica a la economía clásica, nunca llegaron a una postura
en común, puesto que List deseaba continuar un modelo de explotación capital.
Uno de los planteamientos conflictivos del autor propone qué “En efecto, todos los objetos de
conocimiento en las ciencias sociales so análisis especializados de diferentes formas de poder que
se dan en diversos temas -económicos, militares, culturales, ecológicos, civiles- (…)” (Vela, 2015,
p.23). Más allá de valorar de forma negativa este postulado (lo cual no debe ser el objetivo último
de una crítica), es menester plantear el debate al respecto de si todas las ciencias sociales tiene
como mira el poder y, en síntesis, la política, comprendida como disciplina y actividad que se
encarga de estudiar y contener las relaciones de poder en un espacio y tiempo determinado ¿Existen
formas de poder a-políticas? ¿Existe dimensión en la realidad social que no se encuentre supeditada
a las relaciones de poder y a la política? ¿Son el arte, la filosofía y las ciencias posibles tan sólo
luego de la dominación del hombre sobre el hombre gracias a la existencia de una ley imaginaria e
impuesta?

Así mismo, pese a la gran argumentación del texto, guardo distancia ante la consideración de que
el monopolio de la fuerza es el causal de la creación de los Estados-Nación, siendo estos
consolidados con los regímenes absolutistas, tal y como se plantea en el primer capítulo del texto
(argumento que en el tercer capítulo toma un mejor rumbo). Desde una postura personal, si bien el
absolutismo compartía ciertas ideas con los gestores del Estado-Nación, la idea de nación
solamente puede surgir en donde existe cierto grado de soberanía popular. Para ello es siempre
necesario diferenciar los conceptos de pueblo y nación, puesto que no todo regreso a una tradición
o a lo intrínseco a una cultura representa la idea de nación. Así, el abandono del plano político de
tres elementos que cohíben la soberanía del pueblo permitirá el abandono de un Estado Absolutista
para sustituirlo por un Estado-Nación, estos aspectos son: idea de poder – raza, idea de poder –
sangre, idea de poder – tierra. Lo anterior quiere decir que, a juicio personal, la nación se constituye
sólo cuando la soberanía y el poder dejan de ligarse de forma absoluta a una raza, a un linaje y a
un territorio en específico. Así, tiene la nación una geografía de límites complejos, en la cual
conviven distintas razas y distintos linajes en un territorio diverso donde las regiones no son
causantes de un odio por el otro; condiciones para que el poder surja del consenso social y no de
una autoridad absoluta.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
González, F. (2014). Poder y violencia en Colombia. Bogotá D.C: Odecof-Cinep.

Vela, B. (2015). Colombia no es una isla. Una contribución al debate sobre la formación del
Estado colombiano en el entorno global. Bogotá, Colombia: Universidad Externado de
Colombia
Vela, B. (2010). Contribución Al Debate Sobre La Formación Del Estado Colombiano En El Siglo
XIX. Bogotá, Colombia: Universidad Externado de Colombia

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