Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
1
Marcuse, Herbert. Para una teoría crítica de la sociedad, Bogotá, Tiempo Nuevo, 1969, pp. 50 y ss
millones de víctimas, aparentemente a la religión de un Dios de paz, y en realidad a la
voracidad del metal que representa todos los placeres”2
La civilización europea, pues, estructurada en términos políticos y económicos con
base en el imperialismo colonialista y mercantilista, dio origen a la expansión y
aceptación de la superioridad de unas ideas sobre otras y a la imposición de una raza
sobre otra. En efecto, el racismo tuvo origen en el colonialismo porque fue entonces
cuando se conformó el germen de una doctrina fundada en la nobleza y civilización
del blanco y en el vicio y la barbarie de los aborígenes.
En este punto del análisis se abre un tercer paréntesis para recordar que esos prejuicios
se fundaron y validaron universalmente en el novedoso método científico, esto es, en
supuestas observaciones empíricas realizadas sobre el comportamiento de las
personas de culturas distintas. Charles Darwin, que vivió en la época del dogmatismo
científico auspiciado y divulgado por el cientificismo y que, además, fue muy
receloso para publicar sus libros, expuso con claridad que su teoría, que fue propuesta
en los ámbitos de las ciencias naturales, no podía ampliarse a los ámbitos de la
sociedad y de la cultura. No obstante, sus discípulos, fundadores del darwinismo
social, no tuvieron el mismo pudor. A ellos debemos atribuirles, dice Dosil Mancilla,
el hecho de haber fundado esta nueva teoría basada en la creencia de que la lucha por
la supervivencia operaba en todas las esferas de la vida, tanto biológicas como
sociales. Herbert Spencer fue el más destacado e influyente defensor del llamado
darwinismo social, y a él debemos la explicación y, en el mismo sentido, la
justificación de la existencia de las clases y, por ese camino, de las castas, de la
esclavitud y de la explotación.
Para Gobineau “La raza negra es la menos capaz, marcada por una naturaleza animal, falta
de moralidad e inestabilidad emocional”. Esto se manifiesta, agrega Gobineau, con carácter
independiente del medio donde se desarrollen los individuos. Puede verse su obra Ensayo
sobre la desigualdad de las razas humanas. Los discípulos de Gobineau -Broca y Laponge en
Francia y Ammon en Alemania- apoyados en la estadística y los estudios frenológicos,
presentaran una ciencia llamada antropo-sociología que, con Houston Chamberlain, adquirió
la dimensión del nacionalismo y convirtió el gobinismo en un culto alemán. Puede verse su
obra Fundamentos del siglo XIX. Del mismo talante son los estudios frenológicos de John
Gall y el índice cefálico de Anders Retzius, cuyos datos, basados en supuestas observaciones
objetivas y puestos al servicio de los prejuicios racistas, permitieron diagnosticar durante
mucho tiempo la filogenia racial y la capacidad intelectual y cuya falsedad solo pudo
demostrarse en 1912, con los trabajos de F. Boas. Bertrand Russell criticó el falso carácter
científico-darwiniano que permite sostener que los hombres no son todos iguales en dotes
congénitas porque ese tipo de afirmaciones permite considerar a un grupo aislado como
superior o inferior y, a partir de allí, permite predicar, como se ha hecho en muchas ocasiones,
2
Beccaria, Cesare. Principios de economía pública y otros ensayos, Bogotá, Universidad Externado de
Colombia, 2003, p. 23.
que el aislamiento, la explotación o la guerra de exterminio contra otras culturas son
justificables3
La proyección de las instituciones liberales en el siglo XX tampoco logró superar las
herencias del colonialismo y la dependencia económica porque, como dice Amartya
Sen51 , estas se prolongaron hasta nuestros días. Este siglo es escenario de otro
proceso social que fue esencial en la transformación del orden estatal moderno y que
propició las reflexiones propuestas por Herman Heller sobre la profundización de la
democracia y las ideas de L. Maynard Keynes sobre la intervención del Estado en la
economía.
Siguiendo esa tesis de Keynes, Joseph E. Stiglitz sostiene que la intervención del Estado en
la economía se hace necesaria por tres razones: en primer lugar, porque es necesario definir
las reglas del mercado, esto es, proteger los derechos de propiedad y velar por el
cumplimiento de los contratos; en segundo lugar, porque el mercado tiene fallas que el Estado
debe corregir; en tercer lugar, porque la economía de mercado no puede generar
redistribución social de las rentas4
En efecto, la construcción del Estado social de derecho está asociada a la
profundización de la democracia -esto es, a la superación de la idea según la cual la
democracia se reduce a la elección de los cargos de representación- y, de manera
específica, al restablecimiento de la democracia en Alemania e Italia -la denominada
segunda ola democratizadora 56 - y, además, a los movimientos sociales que la
promovieron, como el sindicalismo y el feminismo
3
Russell, Bertrand. “El impacto de la ciencia en la sociedad”, en Obras escogidas. Filosofía, ensayo, novela,
Madrid, Aguilar, 1956, p. 429
4
Stiglitz, Joseph. La economía del sector público, Barcelona, Antoni Bosch Editor, 2002, pp. 91 y ss.
5
Arendt, Hannah. La condición humana, Argentina, Paidós, 2009. Ver especialmente el Capítulo 2 “La esfera
pública y la privada”
el nuevo contexto global se deben alcanzar dos objetivos que parecen opuestos y, tal vez,
irreconciliables: en primer lugar, deben asumir mayores responsabilidades para regular las
prácticas derivadas de la internacionalización de la economía de mercado; en segundo lugar,
deben alcanzar las premisas sobre la humanización del desarrollo referidas a la
internacionalización de los derechos humanos. (Orbegozo, 2015)
La sociedad colombiana carece de muchas de las características que debe tener un estado
social de derecho, y una muestra de ello es el conflicto armado interno que evidencia la
insistencia de proceso que debiera ser agotas hace mucho tiempo, como el monopolio de la
fuerza, para generar una industrialización que genere capitalismo y este a su vez genere
libertad individual y a la vez desigualdad y eso sea el detonante para la creación de un
intervencionismo de estado. La paz debe ser la búsqueda constante del pueblo colombiano,
porque solo así se podrá avanzar en un proceso complejo de modernización; industrialización
y globalización.
Pero esta paz, que se debe buscar no es solo la ausencia de guerras, sino la
construcción de una sociedad más justa. Así, se considera que el conflicto armado
interno, como una manifestación específica de la violencia que sufre la sociedad
colombiana, debe explicarse a partir de los tiempos de la formación del Estado y, en
este sentido, a partir de sus precariedades para establecer en todo el territorio y sobre
toda la población un monopolio de la fuerza legítima. En otras palabras, el conflicto
armado interno debe explicarse a partir de las exclusiones políticas, de las iniquidades
sociales y de la pobreza, propias de la sociedad colombiana. En consecuencia, la
construcción de la paz demanda del Estado una misión descomunal que consiste en
propiciar los medios necesarios para llegar al fin de una sociedad más justa en un
contexto global en el que el Estado pierde legitimidad y ve disminuidas sus políticas
públicas de orden social. (Orbegozo, 2015)
Bibliografía
barker, E. s. (1906). The Political Thought of Plato and Aristotle. londres: universidad de Oxford.
Bentham, J. (1789). Intruduccion a los pricipios de moral y legislacion. buenos aires: rodamilans.
Cassirer, E. (1968). El mito del Estado. (E. nicol, Trans.) Mexico: , Fondo de Cultura Económica.
Tilly, C. (1992). Coercion, Capital and European States. A.D.990-1990. Alianza Editorial.
Van Dülmen, R. (1995). “Los inicios de la Europa moderna (1550 – 1648)”, en Historia universal del
WEBER, M. (1993). Economia y sociedad . cap. III. (R. Y. VILLEGAS, Trans.) MEXICO.