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Vent Mec PDF
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Ventilación
Mecánica
Libro del Comité de Neumonología
Crítica de la SATI
2a EDICIÓN
ZZZPHGLOLEURVFRP
Guillerm o R. Chiappero
l-spcci;ilisl;i en Tcr;ipiu liucnsívu. NcuniDnología y Mcdicina Inlcrna
Diiccntc Adscriplo de Medicina Inlcrna. Universidad de Buenos Aires
SiihdireclDr de la Carrera de Médico fispccialista en Medicina Crítica y Terapia
Inlensiva. Hospital General de Agudos Dr. J. A. l-'crnánde/. UBA-SATI
Trolesor Tiliilar de Medicina de Kniergencias. LIniversidad Abierta Interaniericana
Instructor l-CCS. AC I.S A H A. hl)M
Medico de Terapia Intensiva. Hospital Cieneral de Agudos Dr. J. A. Fcrnánde/.
Buenos Aires
lele del Departamento de Terapia lntensi\a. Hospital Universitario. LIniversidad
Abierta Interaniericana
Fernando Villarejo
l:s|Kxialista en Cuidados Intensivos y Medicina Interna
Docente Adscripto de Medicina Interna, Universidad de Buenos Aires
lele lie Trabajos Prácticos de Medicina Interna. Universidad de Buenos Aires
Instructor l-CCS. I'DM
Médico de Planta. UCI. Hospital Nacional Prof. Alejandro Posadas
.lele de la UCI. Clínica Olivos. Provincia de Buenos Aires
e d it o r ia l m e d ic a
n a m e ric a n a
UIII N O S A IK I S B O d O IA ( AUACAS M A D K ID MI XIC O P ( ) K K ) Al IXIKI-:
e iiiail iiilo(» UK'dK apaiiaiiiericana.coiii
^•‘nlK'inn. m;iy»>ilc JOlO
I ’ ivimptcsióii lie l;i 1 ' cUIcidm. iiovii-inhtc <k- 2011
Los cdilorcs han hecho u k Ids los c.st'iicr/os para localizar a los poseedores del copyright del material liieiile iitili/ailo. Si
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sores, si u^ted es estudiante. Tenga en cuenta que fotocopiarlo es una falta de respeto hacia ellos y un robo de sus
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Las eicncias de la salud están en permanente cambio. A medida que las nuevas investigaciones y la experiencia clínica am
plían nuestro conixiniiento. se requieren nuxlificaciones en las nKxIalidades terapéuticas y en los tralamienios farmacoló
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K SP A N A
EDITO RIAL M ED ICA
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Chiiippero, Guillcnno R.
Ventilación mecánica: Libro del Comité
de Neumont)I«gía Críticii de la SA T I / Hecho el depósito que dispone la ley 11.72.3.
T(k Ios los derechos reservados.
Guilleniio R. Chiappero y Fernando Este libro o cualquiera de sus partes
Viliarejo. - 2'‘ cd. L‘ rcimp. - Buenos Aires; no p(xlrán ser reproducidos ni archivados en sistemas
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permiso previo tic lúlitorial Médica Panamericana S.A.C.!-.
IS B N 978-950-06-0901-2
© 2010 KD ITO KIA Í. M HDICA PAN AM H RICAN A S.A C.K
1. Neumonología. 2. Ventilación Marcelo T de Alvear 214.5 - Buerms Aires - Argenlina
Mecánica. 3. Asistencia Respiratoria.
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L Viliarejo, í'crnando II. Título en el mes de noviembre de 2011
C D D 615.836 en Lalingráfica. RíKamora 4161. Buenos Aires. Argentina
Colaboradores
( laiidia Bcrrondo
Pediatra Especialista en Cuidados Intensivos (SATI-UBA). NeumoncMoga, U B A
l'Apecialista del Equipo de la Unidad de Terapia Intensiva, Hospital General de
Niños Ricardo Gutiérrez, G C B A
Instructora y Docente del Taller de Ventilación Mecánica Pediátrica, SATI,
Ituenos Aires
Carlos Bevilacqua
lele de la Unidad de Terapia Intensiva, Clínica Modelo de Morón, Provincia de
liuenos Aires
Miguel A. Blasco
Medico Especialista en Cuidados Intensivos, Neumonólogo
Médico de la UCI, Hospital Británico de Buenos Aires
Coordinador de la UCI, Clínica Olivos, Provincia de Buenos Aires
Andrea Canepari
lispecialista en Kinefisialría en Cuidados Críticos, SATI-USAM
Kinesióloga de Guardia, Hospital General de Niños Ricardo Gutiérrez, G C B A
Instructora y Docente del Taller de Ventilación Mecánica Pediátrica, SATI,
Buenos Aires
Christian Casabclla
Médico de Planta del Sanatorio Anchorena, C A B A
Miembro del Comité de Neumonología Crítica, SATI. Buenos Aires
Kabiana Ciccioli
Licenciada en Enfermería
línfermera Jefe de Terapia Intensiva, Hospital Municipal de Agudos Dr. Leónidas
Lucero, Bahía Blanca
Enfermera Especiali.sta en Cuidados Críticos, SATI, Buenos Aires
instructora Curso ECC-SATl
2'i-iln.mn. iiiiiyo ili- 2010
I ’ ivinipivsioti (le l;t 2‘ i'iliciivn. ixivicnilni’ ili- J?ül I
l.UN ciliU)iVN lian ficch») UhI cín U>s osfui-i/os p;ir:i liK.;íll/ar a los |X)SLvdi>ivs del cojnti^lil ilcl niiili-iiiil tucnd- iHili/a*lo. Si
inaiivcrtiilanioolo huhieran t)initiilaalj!nm). con ‘iiislo harán los ariL-jilos iicccsarios en la primera i*(>»»niinKlaií que m * los pro
Nctilc para tul lln.
(intcius p4ir cim ip rar el original. Kslc lihni vs producto di*l vsl'ucr/o de prolcsiuiialcs como usted, o de sus profe
sores. si usted es estudiante, 'l'en^il en cuenta que fbt<H.'opiarlo es una Taita de respeto hacia ellos y un robo de sus
derechos intelectuales.
I ,as ciencias {le la salud están en [vrtnanenie eaiiihio. A nieilitla i[iie las nue\as insesiigiiei«ines y la ex|vriencia clínica am
plían niicsiri) coiKK imicnto. se rct|uieren imxliricacitnies en las nu)ti¿tlidatles tera[>éuiica.s y en los iraiatnienios tarrnacoliV
yiciís. |,í*s autoivs de osla ohra han vcnllcadu linJa la inloniiaci«’>n con fuentes confiahles para asejiurarsc de que ésu» sea
completa y acorde con los estándares aceptados en el momenti> Je la publicación. Sin cmbiirL’o. en vista de la posibilidad
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ta o completa y nti se rcs|x>nsabili/an pi»r errores u omisiones o ]X)r los rcsultatlos obtenidos del uso tle esta itiformacÍ4>n.
Se aconseja a los lectores conllmiarla con otras luentes. Por ejemplo, y en particular, se rec(tinienda a los lectores a-visijr el
pros|x.’cto de cada larinaco que planean adminisinir para cerciorarse de que la inlonnacií'))! eontenida en este libro sea co
rrecta y que mi se hayan pnxlucido cambios en las dosis sugeridas o en las eoniraindicaciones para su admniistración. Es
ta recomendación cobra es|vcial itiijXHlancia con relac¡r)n a fármacos nuevos ti de uso inl’recuenJe.
! SPANA
e d it o r ia l M P n iO A ^
yuintanapaJIu N" S. Phimu 4' (2K()50) - MudriJ. Kspaíia
t ia m e r ic a n a Tel.. ( M - y j ) l.< 17X:i / F a x :(. U - 4 | i4 .S 7 IW | ‘>
c-mail: intuí? iiicilieapaiianierieiiiiu es
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h llp //wwAv iiicdicapiinanKTÍcan;i.cnni ( tilonia ChapitllL‘|>ce Morales
IVÍeg ación Mij-iiel H kIüIjio •C V . i 1570 -Mexieo l ) J
A K ÍÍIM IW
Ifl.: (52-55) 5262-‘>4701 l-a\: <52-55» 2f>24-2X27
M a rc c in T de A lv o a r 2 l4 5
c-niuil: inrninp('» inalicapaiiaiT»ericiina eoni m\
(C’ l 1 22AA('r) B uenos A ire s. Arucntinu
Tel.: (54- 1I) 4 x : 1. 5 W: « |-ax(54• 11) 4X2 M 214 \ K N E Z IK L A
i' inail: inl«>(i7 iiH'Jica[>;inaiiK'rii.'anaA'i)iii tid illc io Pillar. Turre Oeste. I ’isu fi. <)1 6 ( '
Pla /a Vctie/iiela. I.lrtiani/ai, íóii Los Caohos,
( O I.O M H IA Pam tq iiia I ! Recreo. M u n icip io l.ihiTíadot. Caraeus
C arrera 7a A N " (W- N - B o íio iú D.C'.. C (ilo n ih u D opio C apital. Vonc/iicla
i d , ; ( 5 7 h . M 5 450X / 3 l4 - 5 t)l4 / l'a\: (57-1) 314 5015 / 34ylM)l<> lel.: ('5X-212) 7y.í-2S57/6*«KV5yX.5/|f><>í> l-ax: (5H-212) 7<).V5SX5
c-m ail inldinptc' m L'dieapaiianicricaiia.coin.co e niail: iiit'otf inedieapiinaineiieaiia.euin.ve
.3 ..
C'hiappcro. Cluilicrnu) k.
Ventilación niccánicu: Libro do! ('omite
I lecho el depi>sitt> i|ue disp<,)ne la ley 11 72.^,
de NcuinonolD^iía Crítica ilc la S A I I I
r<ni<»s los tierechos reservailos
Ciuillcriiu) K. C'hiappero y KeniamU» l-.sie libro o cualquiera de sus partes
Villarcjo - 2 ' c d . I ‘ rcimp. - But'iios Aires: n o 1‘HK lrán ser rep rt)d tie id o s ni arehivadt*s e n sistem as
Módica Panamericana. recu[K-rable\. ni transinilidos en ninguna íorma o [Hir
52K p.; 23x15 c t n . 201 I ninyiin medio, ya sean inecánicos «>clectninicos.
I\)tocopiadoras. grabaciones o euak|uier otro, sin el
[KTiniso previo de Hditorial Médica Panamericana S,A,(M-,
IS B N ‘J7S-95(M)6-()9()l -2
o ..... hl)lKIRIAI. MhDICA PANAMHRICANA S,A,C,H
1. Neumonolojiía. 2. Vcntilacitui .Marcelo T. de Alvear 2145 - Bueiu>s Aires - .Argentina
Mecánica. ?>. Asistencia Respiratoria,
Hsta edición se termino de imprimir
I, Villarejo. I-emando II. Título en el mes de noviembre de 2011
CDl) ftl.-S.S.Vi e n U ilin g rá f ie a , R t K a in o ra 4161. B u e n o s A ire s , .A rge n liiu i
Colaboradores
( ai los A|H‘/,te¡>uía
( diisiiltor en Medicina Intensiva Respiratoria. Hospital Nacional Prof. Alejandro
l’osailas. Provincia de Buenos Aires
( laiidia Kerrondo
Pediatra íispecialista en Cuidados Intensivos (SATI-U BA ). Neumonóloga. D BA
I specialista del Equipo de la Unidad de Terapia Intensiva. Hospital General de
Niños Ricardo Gutiérrez.. G C B A
Instructora y Docente del Taller de Ventilación Mecánica Pediátrica. SATI.
Buenos Aires
( arlos Bevilai'qiui
lele de la Unidad de Terapia Intensiva, Clínica Modelo de Morón. Provincia de
Buenos Aires
Mi}>iicl A. Itla.sco
Médico F.specialista en Cuidados Intensivos. Neumonólogo
Médico de la UCI. Hospital Británico de Buenos Aires
Coordinador de la UCI. Clínica Olivos. Provincia de Buenos Aires
Andrea Caiu-pari
l'specialista en Kinefisiatría en Cuidados Críticos. SATI-USAM
kinesióloga de Guardia. Hospital General de Niños Ricardo Gutiérrez. G C B A
Instructora y Docente del Taller de Ventilación Mecánica Pediátrica. .SATI.
Buenos Aires
( hristian Casabella
Médico de Planta del Sanatorio Ancln)iena. C A B A
Miembro del Comité de Neumonología Crítica. .SATI. Buenos Aires
hahiana Clccioli
Licenciada en Hnferniería
I jil'ermera Jefe de Terapia Intensiva. Hospital Municipal de Agudos Dr. Leónidas
Lucero. Bahía Blanca
lúil'ermera Kspecialista en Cuidados ( ’ríticos. SATI. Buenos Aires
Instructora Curso KCC-SATI
V III C'()IAHOKAIM)KIS
Norberlo Tiribi-lli
Terapista Físico. Especialista en Kinesiología en el Paciente Crítico
Coordinador de la Carrera de Especialización en Kinetlsiatría Respiratoria Crítica
y Terapia Intensiva. UNSAM-SATI
Vocal del Capítulo de Kinesiología en el Paciente Crítico. SATI
Hospital Chumica-Visca
Hospital General de Agudos Donación F. Santqjanni. Buenos Aires
Mariana C. Torre
Licenciada en Enfermería
Enfermera de Terapia Intensiva, Hospital Emilio Ferreyra. Necochea
Enfermera Especialista en Cuidados Críticos. SATI
Instmctora del Curso ECC-SATI. Buenos Aires
F.lsio S. Turchetto
Médico Especialista en Terapia Intensiva
Integrante del Comité de Neumonología Crítica. SATI. Buenos Aires
Klcard» Valvntini
Jefe Servicio de Terapia Intensiva. C EM IC
Profesor Asistente de Medicina. Instituto Universitario C EM IC , Buenos Aires
V\alter D. Vázquez
Especialista en Terapia Intensiva
Miembro del Comité de Neumonología Crítica, SATI
Jefe de Terapia Intensiva. Htispital Español de Mendoza. Buenos Aires
Nilda Mdal
Especialista en Terapia Intensiva Pediátrica (U N L P)
Médica de Planta de la Sección Terapia Intensiva Pediátrica. Hospital Nacional
Prof. Alejandro Posadas. Provincia de Buenos Aires
Secretaria. Instructora y Docente del Taller de Ventilación Mecánica. SATI.
Buenos Aires
Fernando Viliarejo
Especialista en Cuidados Intensivos y Medicina Interna
Díxente Adscripto de Medicina Interna, Universidad de Buenos Aires
Jefe de Trabajos Prácticos de Medicina Interna, Universidad de Buenos Aires
Instructor FCCS-FDM
Médico de Planta de la UCI, Hospital Nacional Prof. Alejandro Posadas
Jefe de la UCI. Clínica Olivos. Provincia de Buenos Aires
Damián A. Violi
Médico Intensivista. Director del Comité de Neumonología Crítica. SATI
HIG A D r Luis Güemes. Haedo. Provincia de Buenos Aires
Prólogo
I ,:i M-nlihicióii mecánica es la técnica utili/ada con mayor frecuencia en el trata-
iiiii-iili) de los pacientes internados en las unidades de terapia intensiva. De acuerdo
mil ello, los equipos para su aplicación son cada ve/ más sofisticados, capaces de
iiliiver grandes posibilidades y adaptarse a los pacientes más complejos. Esto, que
Mil duda es una ventaja, es a la vez un inconveniente y un peligro si los responsa-
l>li-s de su manejo no concx-en profundamente sus características. La ventilación
iiii'i anica resulta salvadora para muchos enfermos f>ero. al mismo tiempo, una apli-
I iii ion inadecuada puede no sólo .ser lesiva, sino llegar a ser la causa de una evolu-
I ion mortal.
I’or ese motivo, el aprendizaje adecuado del funcionamiento de los ventiladores,
l;is indicaciones para el inicio y el mantenimiento de la ventilación mecánica y los
pasos correctos para su retiro lo antes posible son una responsabilidad ineludible de
Iik Ios aquellos que han de tratar a los pacientes que requieren ayuda para lograr una
ventilación eficaz. La correcta adaptación del ventilador al paciente y de este a las
posibilidades que ofrece la máquina, tan sólo va a ser posible si se conocen tanto
l.is características de la patología que se enfrenta como las opciones que brinda el
aparato. Además, hay que estar dispuesto a permanecer el tiempo que sea necesario
a la cabecera del paciente para lograr su perfecta adapiaci<>n al ventilador.
lín los últimos años se han publicado numerosos estudios, ya sea dedicados a la
lisiopatología. como ensayos clínicos sobre aspectos fundamentales de la ventila-
1 nin mecánica invasiva y no invasiva. La lectura detenida de cada uno de ellos, y su
Andrés Kstvhan
D o clítr en M ctíicina. Vnivi'rsitUul Ctunpluwnse tíe M tuírhl
Jefe ile l S e n ieio tle CiiúUictos liilensini.'i y Gram les Qiienuulos.
Ili>spilul U n iversiuiriii ¡le (ieltije. España
r
Prefacio de la segunda edición
I slo lihro conslitiiyc una herramienta especialmente (irientada a satisfacer las cre-
I irnk-s ileinanilas ile cnfenneros. kincsiólogos y profesit)nales de diversas especialida-
ili -. iiu-ilicas relacionadas con el cuidado de los pacientes críticos.
Su contenido iliscurre por aspectos teóricos diversos: I ) fisiología respiratoria apli-
I ,i>l.i a la Ncntilación mecánica; 2) materiales e implementos tecnológicos necesarios
p.iia su pnictica; 3) diferentes modos, convencionales y no convencionales, disponibles
\eutilar a los pacientes; 4) estrategias específicas para sostener con eficacia el
■i|M>yo ventilatorio de diversas patologías que conducen a la insuficiencia respiratoria
f't.ive; .“í) monitori/ación de distintos aspectos del paciente ventilado, con el objetivo
ilr ctiinpiender mejor su mecánica y fisiopatología; 6) conductas sobre aspectí)s rela-
I limados con la separación del paciente del ventilador. Es decir, este libro comprende
1.1 mayoría de los temas que interesan a quienes deben encarar el difícil prixeso de
riiii-iuler, indicar, sostener y concluir el apoyo ventilatorio mecánico de pacientes espe-
I ilu iis y los profKine con un formato dinámico y sumamente actualizado.
I n un intento de superar ediciones anteriores, se han incluido algunos temas y pro-
liiiidi/ado otros, como: I ) ventilación no invasiva, estrategia cada vez más utilizada en
1.1piactica diaria; 2) interacción paciente-ventilador, con el objetivo de evitar recurrir a
1.1 seilaci(')n y reducir el tiempo de apoyo ventilatorio; 3) interacción corazón-pulmón
ni I-I paciente \entilado; 4) utilización de sedación y analgesia en el paciente crítico,
| n i i i u ' i k I o énfasis en el riesgo de su uso y la necesidad de protixolizar juiciosa y críti-
^■ll ,is de los equipos que se utili/.an y de los mixios y programación más adecuados a
l.is distintas situaciones que el paciente crítico presenta.
I os respiradores se han transfoniiado en equiptis capaces de proveer ventilación de
iii.iiiera sencilla o sofisticada, y también en complejos instrumentos que permiten
i-xplorar funcionalmente el sistema respiratorio y vigilar las variables que se requie-
H ii ,\ilquirir las habilidades para su utilización permite profundizar el comx:imiento
ili- la situación fisiológica del paciente y aplicar las medidas de manejo correspon-
ilii iiies para lograr el mejor resultado.
I K-sde hace algunos años el Comité de Neumonología Crítica de la Sociedad
Aifeiilina de Terapia Intensiva (SATI) impulsó la realización de un curso de ventila-
t mil mecánica en el convencimiento de que resulta fundamental que el intensivista -
iiii ilii o. kinesiólogo / terapista respiratorio y enfermera- adquiera los coniximientos
li'inieos y el entrenamiento práctico necesarios para alcanzar los mejores resultados
n i 1,1 provisión del cuidado que el paciente crítico requiere. Resulta evidente la exis-
iriK la de una brecha entre el ávido requerimiento de infomiación adecuada por parte
ilf lili gran número de intensivistas y la disponibilidad de recursos y la accesibilidad
>1 1,1 iiilormación en este campt).
< lili lili proyecto definido, el Comité culminó la puesta en marcha de un “ Curso
iniim i piaclico de ventilación mecánica", organizado con un formato dinámico que
lili luye una fuerte activiilail con respiradores y simuladores a fin de abarcar con
iiiipliliid los as|X'ctos de aplicación, líl Curso se estructuró con las ideas, los coni.K'i-
iMiriilos. la capacidail didáctica, la práctica en Ierren») y el entusiasmo del cuerpo
iliHi iile iiitegiado |«ir los médicos, kiiiesiologos y bioingenieros integrantes de
I iiiiiiu- Kesullo significativa la coiiliiinieion de la iiiiliisiria y la valiosa crítica de los
.iliiiiiiios y la de ex|HMiiiieiilados iiileiisivistas iiilegiantes de la .SATI t|ue se avinieron
.1 ir,ili/ai el ( iiiso
XIV PKHAdOni I A l'KIMIKA ri)l( ION
Siii iliiilii. hahni ;is|xvt()s iiii|xiilaiilcs ijiic cscapaii a Itis olijclivos plaiUcudos. como
liis (lili-mas i'licos que se licsprciulcn dcl uso de una técnica extraordinaria de mante-
niiiiii'iilo lie vida. Quienes la iinplenientan en su práctica diaria reconocerán este
pimío, iiiseparahle de los objetivos de este manual. No es posible, ni se pretende aquí,
.ili.iii ai tales as|vctos. |» r demás complicados, que quedarán librados al sentido
m im iii. y al conte.xto s(KÍal. técnico y económico del lector.
I loy proloj;amos este libro, pasados ptK'o más de cincuenta años desde la fatal epi-
drniia de |Hiliomielitis que provixró. en Europa, cientos de muertes por insuficiencia
vriililatoria. l-ji la ciudad de Copenhague, atónito por la irreversibilidad de la evolu-
I HUI de los pacientes afectados, en su mayoría niños, Bjom Ibsen, un anestesista del
llospiial Ulegdams. intentó insuflar aire con presión positiva manual a través de una
I ,milla de traqueostomía con balón, a una niña de 12 años, víctima de una grave insu-
lii leiii ia ventilatoria. La niña logró sobrevivir y desde entonces hasta nuestros días,
I iciilos de enleniios se beneficiaron con el método innovador.
Muchos aspectos de la V M han evolucionado desde 1950 y todos ellos son aquí
iciiia de análisis. El objetivo final, preservar la vida hasta recuperar la fiinción altera-
il.i tiaiisitoriamente, continúa inalterable a través del tiempo.
l s|HTamos que e.ste manual resulte una herramienta útil para lograrlo.
P r e s e n t a c ió n d el l ib r o xv
P a r te I: G e n e r a lid a d e s y f is io p a t o lo g ía 1
C a p ít u l o 1
Fisiología respiratoria aplicada a la ventilación mecánica 3
i .irlos Apezteguúi y O írlos Bevib cq iu i
C a p ít u l o 2
Mecanismos de intercambio gaseoso anormal 29
l lisd Estenssoro y Ft'rn,inclo Ríos
C a p ít u l o 3
Clasificación y bases tecnológicas de los ventiladores 43
Cuibriela Rj^Liri
C a p ít u l o 4
Interfaces paciente-ventilador 59
M ariano Setten, Kogvr Rodrigues La M oglie y Norix'rto Tiribelli
C a p ít u l o 5
Monitorización del paciente ventilado 93
Sergio E. Giannasi
C a p ít u l o 6
Interacciones cardiopulmonares en la ventilación mecánica con presión
positiva 139
Raúl A. Góm ez y Francisco E. González
XX I n d ic e
C a p ít u lo 7
Fisiopatología del síndrome de dificultad respiratoria aguda 161
Chrislicin C,is,ibelLi y G.istón Murias
C a p ít u l o 8
Modos ventilatorlos 177
Antonio Gallesio y C uilhrm o R. Chúi/jpero
P a r t e I I : S i t u a c io n e s e s p e c íf ic a s r e l a c io n a d a s c o n la
C a p ít u lo 9
Ventilación mecánica en la lesión pulmonar aguda grave. Algunas
sugerencias para la hipoxemia refractaria 221
Eb io S. Turchetio
C a p í t u l o 10
Ventilación mecánica en pacientes con obstrucción al flujo aéreo 273
Fernando Villare¡o y M iguel A. Blasco
C a p ít u l o 11
Adaptación del paciente al ventilador 291
Alejandro D. M idley y Célica L. Irrazábal
C a p ít u l o 12
Protocolos de analgesia y sedación aplicados a la V M 315
lavier H. Álvarez y Pablo E. Pardo
C a p í t u l o 13
Suspensión de la ventilación mecánica 343
Carlos Apczteguia y Dam ián Violi
C a p í t u l o 14
Ventilación mecánica no invasiva 373
Kit ardo Valenlini, Sergio Lasdica y W alter D. Vázquez
In d k i XXI
( A I ’ÍTULO 15
( iiid.idos del paciente en ventilación mecánica 401
Al.iri.in.i C c c ilij Torre y Fahiam C iccioli
( APÍTULO 16
Nuevos modos de ventilación mecánica 437
ly.w iuin A. Violi y Guillerm o R. Chuippero
(A PÍT U LO 1 7
Consideraciones pediátricas 463
( l.iLidia Berrondo, Andrea Canepari y Nilda Vidal
C a p ít u l o 18
Prevención de la neumonía asociada a la ventilación mecánica 481
rem ando Ríos
Í n d ic e a n a l ít ic o 495
PARTE I
G e n e r a l id a d e s
Y FISIOPATOLOGÍA
1
Fisiología respiratoria aplicada
a la ventilación mecánica
CARLOS APEZTEGUIA
Y CARLOS BEVILACC^UA
IN T R O D U C C IO N
O B IE T IV O S
C O N T E N ID O S
V EN T ILA C IO N ESPO N TA N EA . V EN T IL A C IO N M EC A N IC A
C O N PR ESIÓ N PO SITIV A
• p;ii;i (.'DiTcgir la l)ipi)xcini;i y ki caída del volumen pulmonar (p. ej., lesión piil-
nionai a¡!iida o síndrome de dificultad respiratoria aguda. SDKA).
• porijue la ventilación espontánea resulta una demanda excesiva sohrc un sislenui
cardiovascular comprometido (p. ej.. shock o tallo ventricular i/c|uierilo).
Kig. 1-1 Siluación de reposo ilel sistema respiratorio a fin de espiración. Las fucr/as de retracción
elástica del pulmón ( F E P ) y de la pared torácica (F E T ). de signo opuesto, determinan la presión
pleural negativa y la magnitud de la capacidad residual funcional.
I IMOKH.IA KISI’IKAK >KIA M'l l( ADA A lA VINIIlAdON MtCÁNICA 7
I ¡g. 1-2. L a ucliviclad de los músculos inspiralorios produce una caída de la presión pleural que es
rransmitida parcialmente al espacio alveolar, por lo que disminuye la presión alveolar (P^ ) a un
iii\el subatmoslerico. La diferencia de presión con la presión alniosléríca (I’b ) así producida es
iteces;u-ia para que se esiable/ca el flujo inspiralorio.
V O L Ú M E N E S P U LM O N A R ES . C A R A C T ERÍST IC A S ELÁSTICAS
DEL SISTEM A R ES PIR A T O R IO
Para que se realice la inspiración, una de las fuerzas que .se debe contrarrestar es
la oposición que ejerce el sistema respiratorio a sufrir un cambio de forma. Esta
8 G e n e r a l id a d e s y e is io p a t o l c x : ía
Presión . Presión
intrapleural intrapleural
-5 cm H2O 8 cm H2 O
Presión transmural =
O cm cm H20)= + 5 cm HgO Presión iransmuraJ =
-1 cm HgO-í-S cm H20)= + 7 cm HjO
Fig. La diferencia entre la presión alveolar y la presión pleural se üenoinina presión trans-
puhnonar (Plp ) y constituye la presión detemiinante de la inspiración. K1 cese de la actividad de
los músculos inspiratorios o de la aplicación de presión positiva por el ventilador da lugar a la espi
ración pasiva por predominancia de las tuer/as de retroceso elástico.
V)
9
Q-
Fig. 1-4. Bajo V M con presión positiva, la Pip es delenninada pt>r la aplicación de presión posi
tiva en la vía aérea superior por pane del ventilador, presión que supera a la P^. p^>r lo que se esta
blece la diferencia de presión requerida para que se genere flujo de gas hacia el pulmón.
inferior, Ptlex (fig. I -7). Este punto pcrniile conocer el nivel de presión inspiratoria
que se requiere para reclutar alvéolos colapsados y ventilar en una porción de la
curva P/V. más adecuada en términos de distensibilidad. El reclutamiento aumenta
con el ingreso de volumen pt>r encima del Pllex.
Si se continúa incrementando la insullación pulmonar se puede determinar la
presencia de otro punto de inflexión -superior- tras el cual la curva se horizontali-
za nuevamente (llg. 1-7). Esta zona se corresponde con volúmenes cercanos a la
capacidad pulmonar tt)tal (C PT ) y con presiones superiores a 30-35 cm H:0. El
punto de inflexión superior indica que con más ingreso de volumen se está pnxlu-
ciendo un reclutamiento alveolar relativamente menor, y puede resultar en hiperin-
suflación con riesgo de prixlucir una lesión pulmonar. En esta zona de la curva P/V.
Fig. 1-5. Hisiéresis. En la rama inspiraloria de la cur\a P/V se t)bserva un cambio de presión más
acenluado que en la rama espiraloria. y se genera un delenninad» cambio de volumen. V R . volu
men residual.
10 G EN tR A LID A (5 ES Y FIS IO P A K )L()G IA
a. Tórax
b. Conjunto tórax-pulmones
c. Pulmones
Ki¡;. 1-6. Curva IV V de la caja liirácica (a), dcl puliiiiin (c ) y dcl aparato respiratorio (h). L a medi
ción de la curva conjiuita de tórax-puliiKin efectuada por encima del punto de reposo espiratorio
se asemeja a la curva pulmonar. C'HT. capacidad pulmonar total: V R . vdiumen residual; C I’R.
capacidad pulmonar residual.
AV
Crs =
AP
I ISK )l( K .IA K I S I ’IK A K )klA A l'l l( A l >A A I A V I N III A ( U )N M K ANIC A 11
Punto de
inflexión
superior
l i(>. 1-7. Curva de l’/V. Se observan punlDs de inllexión (Plle x ). inferior y superiiir. qiie marcan
lam bios de la ilistensibilidad del .sistema. Típieaniente. en el S I1 R A la rama inspiratoria comien
za con un trazado con tendencia liorizontal (poco volumen, mucho cambio de presión), para luego
\crticalizarse (m ayor volumen con menos incremento de presión). A mayor insuflación pulmonar
la curva se horizontaliza nuevamente. 1.a distensibilidad (com pliance) es la relaciiín entre la varia-
ciiin de volumen y la variación de presiiin (A voUimen/A presión).
2 xT
Presión de distensión = -
Crs = •
Pmeseta - P E E P tt>tal
12 G e n e r a l id a d e s y f is io p a t o l o g ía
E =- '
D
La distensibilidad del sistema con relación al volumen pulmonar apto para ser
ventilado se denomina distensibilidad específica. .Si por alguna ra/.ón. el volumen
pulmonar se ha reducido (lesión pulmonar, resección pulmonar, atelectasias, etc.)
la distensibilidad estática se reducirá, pero la específica puede permanecer aproxi
madamente normal. En estas condiciones, el pulmón remanente a ser ventilado ten
drá un volumen menor (huhy I iiiií ;). pero su distensibilidad puede permanecer
normal; ello requiere la reducción del Vy para evitar alcanzar el punto de inllexión
superior de la curva P/V. Esta es la causa principal de reducción de la Crs observa
da en la LPAASDRA.
En el sujeto ventilado con presión positiva, durante la espiración la l\ va dismi
nuyendo a medida que disminuye el volumen pulmonar y. en presencia de una
reducción del volumen pulmonar, en el momento en que las presiones de retrtKeso
clástico pulmonar superan la Ptp liKal, se produce el colapso alvei)lar y el de la.s
vías aéreas. Este punto se denomina presión de cierro alveolar o presión crítica de
cierre. El volumen que queda en el pulmón cuando se produce el colapso de la vía
( IS IO K K .IA K IS I’IK A IO K IA A l'l K Al )A A I A V I N I I I A( IO N M K ÁNIC A 13
V V,
t
K¡!>. 1-9. I^a aplicación de PH HP en la lesión pulmonar evitaría el colapso alveolar de Un de espi
ración al aumentar la C'RK
Para que se genere llujo de un gas entre dos puntos debe existir una diferencia de
presión entre ambos que supere las fuerzas fricciónales o no clásticas que se opo
nen a él.
P ,- P ,
Flujo = ■
R
P1 - P 2
R =■
Flujo
Turbulento
p j
A
I ii;. 1-10. Cuando el llujo es himinur (A ), la resistencia de la vía aérea (R a w ) requiere la genera-
1 mil de una diferencia de presión (P| - P ;) para que se eslabic/ca el llujii de gas. Cuando el flujo
i s iiansicional ( B ) o turbulento (C ). la Raw aumenta y se incrementa la presión requerida para ven-
iil.ii
APresión x j: x
Hliijo = ■
8 X I X vise
De ello se deduce que. como la longitud de las vías aéreas y la viscosidad del gas
inhalado no suelen variar, la R .se modifica fundamentalmente con los cambios de
ladio de la vía aérea (broncoespasmo. secreciones). Cuando, como (Kurre en la vía
aerea superior, el flujo es transicional (fig. I-IO B) o turbulento (fig. I-IOC) por
incremento de su velocidad, la R aumenta. En esta situación, la presión requerida
para ventilar se incrementa mucho y de modo no lineal. En diferentes series, la
resistencia total del sistema respiratorio determinada en sujetos sometidos a V M ha
sido:
Ppico - Pmeseta
R =
Flujo
16 C iE N IK A IID A in s V HSK )I’A I( ) l( H .lA
donde Ppico es lu presión pico detectada al llnal del ingreso del V j en el pulmón,
Pmesela es la presión a flujo O medida después de una pausa al fin de la inspiración
sin apertura de la válvula espiratoria, y la veliK'idad de flujo es la que se registra con
un patrón de flujo constante. Es así que el incremento de la Ppico respecto de la
Pmeseta. a una veliK-idad de flujo dada, es indicativo del incremento de las resis
tencias (fig. I-I I ).
Es importante destacar que en el paciente intubado. el lutxi endotraqueal contri
buye en forma significativa al incremento de las resistencias. Su contribución a las
resistencias depende, sobre tixlo. del diámetro: las resistencias ofrecidas por un
tubo de 7 mm duplican, aproximadamente, a las de uno de calibre 8 mm.
La resistencia de la vía aérea tiene relación con el volumen pulmonar debido al
efecto ejercido por el parenquima pulmonar st>bre la vía aérea: es menor con un
volumen cercano a la capacidad pulmonar total (CPT) y mayor con un volumen cer
cano al volumen residual (VR ). El ciclo respiratorio también influye sobre la resis
tencia: en inspiración es menor por el efecto de tracción que ejerce el parénquima
pulmonar distendido sobre las vías aéreas, mientras que en el períixlo espiratorio
iK’urre lo contrario.
Además, en las situaciones en las que la espiración se hace activa, la resistencia
de la vía aérea aumenta debido al efecto de cH)mpresión dinámica de la vía aérea.
Ésta se produce porque la presión pleural (aumentada) se transmite al espacio peri-
bronquial. y supera la presión intraluminal y la presión elástica de la pared bron
quial. lo que determina el colapso de la \ía aérea en sectores que carecen de
soporte cartilaginoso.
El conjunto de las fuerzas que se oponen a la inspiración por pérdida de disten-
sibilidad yio por aumento de las resistencias puede ser estimado calculando la dis-
vcv PCV
Inspiración Espiración Inspiración Espiración
P tntal — P o l
_ volumen
distensibilidad
, = resistencia x flujo
P to T = Pres + Peí
Pmus + Paw = V x R rs + V x E rs
Hk- 1-12. Kcuución de niovimienlo del aparato respiratorio en V M con control de volumen ( V C V )
y con control de presión (P C V ). La presión aplicada debe superar a las lucr/as resistivas (área en
color gris de las curvas de presión) y a las fuerzas elásticas (área en blanco de las curvas de pre
sión ).
I sla situación de fallí) de la bomba vciililatoria puede ateclar a los pacientes que
|iiesentan esos mecanismos. províK-ados por patología de la pared torácica, de las
M . i s aéreas o del pulmón, ya sea aguda o crónica agudizada. En estas circunslan-
Fig. 1-13 Airapamicnl» aéreo. Una pausa espiratoria prolongada en un sujeto bajo V M pasiv a per
mite el "vaciado" pulmonar, que venía siendo inet)mplelo. Volumen de lin de inspiración V ti igual
a V , + V^J. (volumen de lln de espiración). C R F. capacidad residual funcional.
40 -
O 30-
x"
E 20 -
ü
i 10-
Q.
0-
3n
oH
o
3
-3-1
Kij;. 1-14 Auto-PhHP. l'n a pausa espiratoria prolongada con <x;lusi<in del circuito espiratorio pone
en evidencia un valor de presi<in espiratoria superior a la presión espiratoria basal.
I ISK II ( X .IA K IM 'IKAIC IK'IA ACI II Al )A A I A V I N I I I A( l< )N M IC A N K A 21
Constante de
tiempo reducido
I Dislensibilidad
9 Resistenaa
11|¡ 1-15 C'onsianlcs de tiempo. Hsqueniu que muestra una unidad bronquiolo-alveolo con cons-
tiiiiti s .litas y otra con constantes reducidas.
Ki(>. 1-16. Relación entre la presión pleural y el volumen pulmonar en los diferentes puntos del
pulmón. I,a presión transpulmonar es mayor a nivel de las áreas superiores del pulmón.
O T R O S C A M B IO S F IS IO L O G IC O S
C O N C E P T O S CLAVE
AV
Crs = ---
, P a - Paw
Hujo =•
Rt
Presión para distender alvéolos colapsados > presión para insuflar alvéolos
no colapsados. Como resultado; caída de Crs.
La P E E P contribuye a evitar el colapso alveolar de fin de espiración.
( aiiihios hemodinámicus
nuHJiflcíición del patrón de perfusión pulmonar,
cambios en el contenido venoso de oxígeno por:
/ variaciones en el volumen minuto cardíaco.
/ modificaciones en el consumo de oxígeno (cambios en el trabajo
respiratorio),
caída del retomo venoso.
- disminución de la poscarga del ventrículo izquierdo.
- efectos no constantes sobre la disponibilidad de oxígeno.
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2
Mecanismos de intercambio
gaseoso anormal
ELISA ESTENSSORO
Y FERNANDO RÍOS
IN T R O D U C C IO N
O B JE T IV O S
C O N T E N ID O S
Generalidades
Evaluación del intercambio gaseoso
Mecanismo del intercambio gaseoso anormal
Disminución de la presión inspirada de
Hipoventilación
Alteración de la difusión
Alteración de la relación ventilación-perfusión
Shunt o cortocircuito intrapulmonar
Factores extrapulmonares
Conclusiones
G EN ER A LID A D ES
En cada unidad alveolar, el valor de la PC), del fin del capilar depende de (llg. 2-1):
P IO ,
PAO.
CO, N,
PvO j PCO 2
d
Qt
Fi)>. 2-1. Esquema de un pulmóii eii el que se inuesiran los dislinu>s eoinponenles que intervienen
en el intercambio gaseoso norinal. P v O : = presión venosa mixta de O .; P c ü . = presión capilar
pulmonar de ();; PaO; = presión ailerial de ()■: PAO j = presión alveolar de PIO . = presicSn ins
pirada de O .; Ql = llujo sanguíneo.
M i ( ANIS\« )S I )l IN II !■:( AMUK ) (,ASL( ) S ( ) AN( JKMAL 31
I s ¡iii|)()rlaiite lencr prcsciilc l;i cxiMciit ia ilc las vías aéreas de conducción, en las
i|ik- no se el'ectiía intercambio gaseoso. De modo que en cada respiración, o volu
men corriente ( V , ). hay una porción de gas que ha efectuado un intercambio gaseo
so mediante la ventilación alveolar (Vs) y otra que proviene de las vías aéreas
IM utilación del espacio muerto. Vi,).
De modo que = V, -
■V A L U A C IO N DEL IN T ER C A M B IO G A S EO SO
P A O := PIO :- PA C O :/R Q
PAO, = (760-47) X 0.21 - PaC070.8
PAO, = 149,73 - 50
PAO, = 100 mm Ha
32 GtNEKALIDADES Y riSIOPATOLOGÍA
Hipoventilación
PaCO: = jVCCVV^I x K
V ,= v ,+ V„
En los que V „ representa el espacio muerto anatómico (las vías aéreas, en las que
no se efectúa el intercambio gaseoso). El V|, es un volumen fijo, de modo que cual
quier disminución del V | generará una disminución de la V^.
Einalmente. también puede existir una disminución de la ’Í' a c<)n preservación o
aumento de la V^, en presencia de profundas alteraciones V/Q. En ese caso se habla
de espacio muerto alveolar o fisiológico, en oposición al espacio muerto anatómico.
Dado que la ’v'i: se encuentra estrechamente acoplada a la VC O : por acción del
centro respiratorio, un aumento de la PCO: secundario a hipoventilación se suele
deber a una falla de:
Allcración de la difusión
•Se dellne como la alteración del pasaje de O; desde el alvéolo al capilar pulmo
nar. (ieneralniente es consecuencia de inllamación o llbrosis alveolar o intersticial.
I I intercambio gaseoso (Vgas) se rige por la ley de Fick; el pasaje de los gases será
proporcional al aérea de la membrana (A ) y a la diferencia de presión de los gases
en ambos lados de la membrana (P1-P2). e inversamente proporcional al grosor de
esla (T).
I .ey de Fick
Vgas = A / T x D (P I- P 2 ).
en la que I) es una constante c|ue depende de las propiedades del tejido y del gas en
particular (dc|x.'nde de su solubilidad y de su peso molecular). Por ejemplo, el CO:
i-s veinte veces más soluble que el O,
Kn los seres humanos, la superficie de la membrana de intercambio ga.seoso es
i iiorme (.“iO a KM) m’). y el grosor es menor a 0.3 jjm.
Kl problema para utilizar la ecuación de Fick en el cálculo de la difusión es que
asume un comportamiento lineal, que la curva de disociación de hemoglobina no
<:igue e incluso participan gases (O. y CO:) con comportamientos diferentes.
El eritrocito permanece en promedio ,V4 de segundo en los capilares pulmona
res, y durante este tiempo se debe equilibrar con los ga.ses alveolares. En este pro
ceso pasivo, el (): y el CO. se mueven a través de la membrana alvéolo-capilar en
sentido contrario, según el gradiente de sus presiones parciales. En el pulmón nor
mal. el equilibrio completo ocurre en 1/4 de segundo, de lo que se deduce que exis
te inia amplia reserva para la difusión. Diuante el ejercicio, al aumentar el volumen
minuto cardíaco y las presiones vasculares pulmonares, se reclutan capilares pre-
\iamente no funcionantes, lo que aumenta la capacidad de difusión de O.. En gene
ral. ésta se evalúa midiendo la capacidad de difusión del monóxido de carbono
(l)LC O ). ya que es im gas que también se une a la hemoglobina.
36 G e n e r a l id a d e s y f is io n a r ) l o ( ; ía
Fig. 2-2. Diagruniu que cicmplinca los mei;an¡MiH)s que intervienen on el proceso de ililiisión.
M i ( ANISM( IS I )l IN 11 k( AMHU >( .ASI ( ) S() AN( JKMAI '.S7
l ij*. 2-.1. MdcIcIi) para cxplicar la clistribucHÍn despareja del llujo sanguíneo en el pulmón, basado
■11 las presiones que ateclan a los capilares {/onas de Wesl). PA = presión alveolar; Pa = presión
irterial pulmonar; P V = presión venosa.
Fig. 2-4. Elcclo de las allcracitíncs de la relación ventilación-perfusión sobre la P (): y la PC'O; en
una unidad pulmonar.
Sliiinl intrapulmonar
I ¡u. 2-5. HsqueiiKi de una unidad alveolar con relación ventilación-perlusión igual a 0. Shiuu ver
il.ulero.
40 G e n e r a l id a d e s y f is io p a t ü l c x íía
tes. Aunque dicho abordaje al lado de la cama del paciente es poco práctica. El efec
to de grados crecientes de sliiinl sobre la PCO: es tardío, ya que como se ha men
cionado en el caso de otros mecanismos de hipoxemia, disminuciones pequeñas de
la PaO: estimulan la respuesta de los quimiorreceptores y proviK-an un aumento de
la ventilación que tiende a "lavar" el COi. Los grados mayores de .shunt generan
hipercapnia.
Como se ha mencionado, la característica esencial de la hipoxemia provocada por
simnl es la refractariedad a las altas FIOi. Los grados pequeños de shiinl ( l0-207f)
pueden tener una respuesta al aumento de la FIOi, en tanto que en magnitudes
mayores, la PaO: c'asi no se modifica. ¿Significa esto que no vale la pena ventilar a
estos pacientes con altas FIO :? Si se analiza el deterioro de la oxigenación desde un
enfixjue mas amplio (desde el punto de vista del transporte de O: hacia los tejidos),
se observa que con aumentos de la FIO: se logran aumentos pequeños pero signifi
cativos del CaO:. lo que puede ser importante desde el punto de vista clínico. El
motivo es que en niveles marcados de hipoxemia. el organismo trabaja en la por
ción rápidamente ascendente de la curva de dis(x:iación de la oxihemoglobina. en
la que ocurren estos fenómenos.
De cualquier forma, la reversión de la hipoxemia se logra por medio de la presión
positiva espiratoria final (P EEP ). que permite utilizar FIO: menores, además de otros
posibles efectos beneficiosos que serán explicados en otros capítulos de esta obra.
Factores extrapulmonares
PlOj
< (IN C LU S IO N E S
I .ipnia aguda o extrema también deben corregirse de formas activa y rápida, debi-
tlii a que pueden llevar a la muerte en un lapso muy corto.
l atiga muscular
SN C . sistemíi nen iosu contral: ACV. ataque ccrcbrova-scular; EKX .*. enlemicduii pulmonar t)bstruciiva crónica;
sD R A . síndrome de difícuilad ropiraloria (distrés) aguda
42 G e n e ra lid a d e s y fis io p a to lo g ía
Símiroiiie Enfermedad
tie tlificiillatl pulmonar
respiratoria obstructiva
Mecanismo aguda Neumonía crónica Asma
C O N C EPT O S CLAVE
Dant/ker DR. Gas Exchange in Acule Lung Injury. En: Acule Lung Injury. Critical Care
Clinics 1986:2:527-36.
Rodrígue/ Roisin R. HtTccl of Mcchanical Vcntilation on Gas Exchange. En: Tobin,
Martín: Principies and Prácticos of Mechanical Vcntilation. New York. Me Graw-Hill
Inc; I99S. Chapter32.
West JB. Ventilation-Perfusion Rclationships. Am Rev Rcspir Dis 1977: II 6:919-43.
3
Clasificación y bases tecnológicas
de los ventiladores
G A B R IE L A R A P A R I
IN T R O D U C C IO N
O BJET IV O S
C O N T E N ID O S
Ventiladores
Definición
Clasificación temporal
Primera generación
Segunda generación
Tercera generación
Clasificación funcional
¿Cuáles son las partes fundamentales de un ventilador?
¿Cuáles .son las principales funciones de un ventilador?
Fuentes
Mecanismos generadores de tlujo
Esquetiia de control
Salidas
Sistemas de seguridad y alarmas
V EN TILA D O R ES
Definición
Un ventilador se puede definir de manera muy simple como una máquina dise
ñada para administrar una energía capa/ de reemplazar o aumentar la función natu
ral de ventilar, es decir, el trabajo respiratorio que deberían realizar los músculos del
paciente.
El nombre correcto de estos equipos en nuestro idioma es ventilador debido a
que es la palabra que expresa estrictamente la función que reemplaza la máquina. A
menudo, en el lenguaje coloquial se los llama "respiradores". Cabe señalar que res
pirar es el priK-eso de intercambio gaseoso que se da en los pulmones a nivel alve-
t)lar, entre el aire y la sangre de los capilares pulnn)nares, mientras que ventilar es
la movilización de gas dentro y fuera de los pulmones. Esto último es esencialmente
lo que hace un ventilador.
Clasificación temporal
iii ;k 'Í(>h u esta t'unciiiii. Sin embargo, no fue sino hasta mediados del siglo pasado que
M- logr») ventilar a pacientes y llevar la ventilación mecánica al escenario clínico.
I !n este capítulo se agruparán los ventiladores disponibles desde ese entonces, en
l;is "generaciones" que hoy se reconocen, según los avances científicos y tccnoló-
l_'n.os significativos que se Fueron sucediendo desde los comienzos. .Si el lector está
mlcresado en obtener una reseña histórica completa del tema, podrá encontrarla en
l.i bibliografía propuesta al final del capítulo.
I'J gran surgimiento de la ventilación mecánica (Kurrió tras la epidemia de polio
mielitis de la década de m.SO. Hoy. se está muy lejos de los primeros dispositivos
i|iii.' se diseñaron por ese entonces, y que sirvieron para demostrar que la ventilación
mecánica con presión positiva era una herramienta que permitía salvar vidas.
lin los liltimos .SOaños, los ventiladores evolucionaron de manera significativa, por
lo que incorporaron más prestaciones y mayor seguridad, lo que también se extendió
sil uso en cuidados críticos. Actualmente se reconocen tres generaciones tecnológicas.
t|iie se resumen a continuación. Durante el desarrollo de este apartado se introducirán
iilgunos conceptos que después serán explicados a lo largo del capítulo.
S('¡>unt/a generación
vía aérea); entre otras. Esto se consiguió debido a la incorporación de nuevos ele
mentos. fundamentalmente el control analógico, que proporcionó mayor seguridad
y coordinación entre los diversos comptinentes de la máquina.
También se incorporaron algunas alarmas, un modo de apnea y elementos de
monitori/.ación. que si bien eran muy elementales, se constituyeron en herramien
tas útiles para ventilar con mayor seguridad y aprender más acerca del suministro
de la ventilación.
Ciertos equipos incorporaron un compresor, lo que sumó autonomía neumática.
Tercera generación
Clasificación funcional
t i
I ijí. .'-I. Vemiladores de lercera generación. RclacuSn enlre el operador, el paciente y el venlilador.
48 CiLNI KALIDAUtS Y USID CAIOLOGIA
ca/digital; etc.) t|iie se ocupan de vigilar y controlar los demás sistemas, todas las
funciones disponibles para el usuario y uua gran cantidad de rutinas que son
transparentes para éste.
La electrónica, y a través de ella el resto de los elemenlt)s del ventilador, es co
mandada y/o controlada por uno o varios micntprocesadorc.s. componentes elec
trónicos que integran numerosos circuitos capaces de realizar a gran velocidad
procedimientos o (unciones, de forma preprogramada y activada por aconteci
mientos. Para expresarlo de una manera simple, es al menos un microprocesador
quien continuamente procesa los valores y parámetros programados por el ope
rador. así como la información proveniente de los sensores, y en función de esto
gobierna las diferentes acciones que resultan. Observación: es tan rápida la velo
cidad de procesamiento que los procedimientos realizados de manera secuencial
aparentan ser simultáneos. Esto hace suponer que “ simultáneamente" está en
viando un tlujo programado, controlando los .sensores, activando una alarma,
almacenando datos, etcétera.
• Sistema neumático: está constituido por los elementos que controlan el tlujo de
los gases durante la inspiración y la espiración, realizan la nii-zclu adecuada de
aire y oxígeno, administran los volúmenes y miden las presiones. De acuerdo con
el fabricante y el modelo, existen diferentes tipos de sistemas neumáticos, y de
hecho son los elementos que definen las capacidades de un equipo.
• Sistema de suministro eléctrico: se refiere a la fuente de alimentación eléctrica
del equipo que. como se verá más adelante, puede tener diferentes orígenes.
• Sistema de suministro de gases: se requieren dos fuentes de gases, una que simii-
nislre aire y otra de oxígeno. Bl sistema de suministro de estos ga.ses también
varía de equipo a equipo y. en algunos casos, se lo considera directamente parte
del sistema neumático.
• Sistema o circuito del paciente: es el medio que conecta el equipo al paciente y
garantiza la correcta circulación de los gases hacia el paciente y desde él.
lililíliin-s icíiio ik Io en ciicnta otros aspccios (de presión positiva y presión negativa,
liriii-iaildies tle riiijo. de presión o de volumen, etc.). Por una cuestión práctica
liMii.iK'iiuis una de ellas. Kl resto puede encontrarse en la bibliografía recomendada.
A pniii ipios de la década de 1^90. Robert Chatburn propuso un esquema de cla-
Mlu ,1111)11 que sigue siendo el más difundido y aceptado en la actualidad. I.o inte-
resante de este esquema, que se resume en el cuadro 3-1, es que permite describir
en términos generales los atributos y principios de funcionarniento de un equipo
determinado y a la vez í)frece suficientes detalles como para pcxier diferenciarlo de
otros equipos.
Es oportuno recordar que el interés en recontxrer cómo funciona un equipo, cuá
les son sus prestaciones y cómo controla las \ariables reside en la posibilidad que
esto confiere de anticipar apropiadamente las estrategias de control del ventilador y
su respuesta frente a determinadas situaciones clínicas.
Fuentes
D ú if’rnmc) e n h io q iw s
i.iiili-s i'ii el licmpo. Kccorilcmos (.|uc cslo es importante dado que los mecanismos
l'i'iu’iadores de Ilujo suponen la presión constante.
I II esle caso, el ventilador tiene dos sensores de Ilujo de hilo caliente que regis-
II.III el Ilujo de cada uno de los gases. La suma de ellos permite obtener el Ilujo
.iiliiiiiiistrado al paciente. Además, este dato permite que el micropriK-esador del
wiiiilador abra o cierre el próximo mecanismo, el solenoide proporcional.
I monees, abriendo más o menos el solenoide .se obtiene mayor o menor tlujo. De
i-.la loriiia. el microprocesador serviK'ontroia la apertura de la válvula. Para el caso
ilrl aire se puede observar el compresor como fuente opcional de gases. Después de
l.is válvulas proporcionales, el Ilujo de gas mezclado es enviado al paciente. Para
c\ llar que la exhalación del paciente se realice por el mismo conducto de la inspi-
i.K ion, se instala una válvula unidireccional. Otro componente que aparece antes de
1.1 válvula es la válvula de seguridad, esta válvula no sólo permite la apertura en
caso de presiones altas, para que de esta manera no lleguen al paciente, sino que
l.iiiibién queda abierta en caso de que el ventilador .se apague y el paciente pueda
icspirar el aire ambiente.
I II el momento en que el ventilador cicla la válvula espiratoria, se abre. De esta
iii.inera, el paciente puede liberar los gases que tenía en sus pulmones; el ciclado
di |vnderá del modo. Los ga.ses pasan por un llltro. el sensor de Ilujo, que registra
1.1cantidad de Ilujo exhalado. Esto permite calcular, por medio de la integración del
Unjo en función del tiempo, el volumen exhalado.
A medida que los gases se liberan, la presión va disminuyendo. ,Si el usuario pro
clamó un nivel de PKKP (presión positiva de fm de espiración) determinado, el ven
tilador cerrará la membrana exhalatoria cuando se llegue a e.se nivel de PEF.P. El
ii-giilador de PH EP toma gases de los reguladores de ga.ses principales y ajusta el
nivel de P E E P programado st>bre el solenoide de espiración. Entonces, en el mo
mento de la exhalación se ejercerá sobre la membrana exhalatoria un nivel de P E E P
ilelerminado. En el momento en que la presión ejercida por el regulador de P E E P sea
mayor que la presión sobre el circuito paciente, ésta se cerrará.
/ sijuema de control
Presión = Fuerza/Área,
es decir, es necesario conocer cuál es la presión requerida para lograr que un llujo
de gas entre en las vías aéreas y aumente el volumen de los pulmones. La relación
entre P. V y F está dada por la ecuación de movimiento que describe el comporta
miento tiiecánico del sistema respiratorit).
P =F X R + V/C
Tantí) la presión como el volumen y el tlujo son variables cuantificables que cam
bian en función del tiempo a lo largo de todo el ciclo respiratorio, mientras que R
(resistencia) y C (distensibilidad o complumce) se suponen constantes en cada ciclo
y representan la carga impuesta al ventilador.
Teniendo en cuenta la ecuación de movimiento se observa que un ventilador es
una máquina que "controla" una de estas variables, P, V, F o tiempo. El tiempo es
una variable implícita en la fórmula.
C 'l ASIIK Al ION Y HASIS l l ( N O K K.K AS l)í I ( )S VEN flLA I) ( )KFS 55
l.ii liinción iJc lo anlerior se delmL'ii distintas variables (de control, de fase, de
m l;iiU)| c|iic son útiles no sólo para clasificar los ventiladores, sino también para
(li liiiir y comprender los distintos niíxlos ventilatorios.
Vuriuhles de control: se trata de variables (presión, volumen, tliijo o tiempo) que
i-l ventilador regula para suministrar la ventilación. La variable de control es fácil-
nu-iitc identificable debido a que su comportamiento permanece constante a pesar
ili- los cambios de carga impuestos al ventilador
Variables de fase; son las variables medidas y usadas para definir distintos fenó-
mcnos o fases dentro de un ciclo respiratorio. En consecuencia, .se tienen las
S im ie n te s variables de fase:
Hispani: proviK'a que comience la inspiración. Las variables de disparo más usa-
d.is son:
Salidas
El ventilador muestra al operador la información que continuamente está tonian-
'lo y priKCsando.
La toma de información se realiza a través de sensores. Los datos obtenidos pue
den ser mostrados directamente o pueden ser utilizados para realizar otros cálculos
V mostrar más datos a partir de los valores iniciales.
56 G e n e r a l id a d e s y f is io p a t o l o g ía
60 n Límite
I Ciclado
Paw
cm H¿0 - L .
-2 0 - I
11
Disparo
120 - I
INSPIRATORIO
Flujo - ________ SEG
L/min 5 6
120 - J ESPIRATORIO
Los sensores utili/ucios paiu registrar lu presión son sensores de estado sólido.
Dentro de los sensores más usados para el registro de llujo encontramos:
Intcrfciz gráfica
• Simple de usar
• Lógica en su Ibrmalo
• Segura (difícil de cambiar por accidentes)
• Ordenada (datos de paciente, controles principales, controles secundarios)
Son sistemas que controlan continuamente el estado del paciente, del circuito y
del equipo. Avisan al operador mediante una señal de alarma si debe tomar alguna
decisión, y ante determinadas situaciones ejecuta acciones de manera automática.
• Precisión
• Sencille/, para programarlos e interpretarlos
• Categorización de las alarmas segiín la gravedad del problema
• Codificaciones audible y visual
l ’ni\;i(iiiui/>lí'x
• Alia/baja presión en la vía aérea
• Alia Irecuencia
• Aho/bajo volumen minutu exhalado
• Allo/bajo volumen corriente exhalado
N ti ¡ n o g r a m M e s (o d e fábrica)
• Suministro eléctrico
• Haja presión aire/O:
• l alla de la válvula de exhalación
• Válvula de seguridad abierta
• Sistema de reserva activado
• íVpnea
Sisí(777.3 d e re sp a ld a
• ( ontrola el equipo durante el luncionamiento
• Proporciona ventilación de seguridad en caso de tallo ventilatorio o pérdida de
energía
• Ventilación de apnea
• Apertura de la válvula de seguridad en caso de tallas graves
• Advertencia por valores peligrosos
( O N C EPTO S CLAVE
- Mecanismo generador
Compresor
Válvulas solenoides
Pistón
Turbina
- Esquema de control
Circuito de control
Variables de control: presión, volumen, flujo, tiempo
Variables de fase; disparo, límite, ciclado, base
Variables condicionales
- Salidas
Valores numéricos
Gráficos
- Alarmas
Alimentación
Circuito
Paciente
Cairo JM. Pilbean SP Respirator)- Care Equipmcnt. Mosby's. Sixth Editlon: 1999.
Chatbum. RL. Classificalion of mechunical vcntilators. Respiralory Care 1991;36:1123-
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4
Interfaces
paciente-ventilador
M A R I A N O S ET T EN ,
R O G E R R O D R IG U E S LA M O G L IE
Y N O R B E R T O T IR IB E L L I
IN IK O D U C C IO N
iiiin i i v o s
C O N T E N ID O S
V IA AEREA A R TIFICIA L
Tubo endotraqueal
Diseño básico
I I I y espacio muerto
V = it •r • I
I )i)nde r es igual al radio del tubo y I es igual a la longitud del tubo. Por ejem-
|ilii. un T E T N ° 8. es decir de 8 mm de ID que tiene 25 cm de longitud, tendrá un
Nohimen de 12.6 niL. lo que es aproximadamente 6(( m L menos que el volumen de
l.i ' la aérea superior. Por lo tanto, este valor es desestimable en la relación espacio
iiiiji'ilo/volumen corriente ( V y V^) con el paciente intubado.
( '.ibe aclarar que el espacio muerto anatómico en un paciente con una enferme-
il.id pulmonar grave puede influir en forma negativa en la relación V^/V^. Se ha
ili iiiosirado que los pacientes con enfisema pueden tener cambios significativos
t II.indo se compara la respiración bucal y la respiración a través de traqueostomía,
I Olí una reducción de la ventilación minuto y del consumo total de oxígeno. Se cree
ijiit' esto se debe a una disminución del trabajo respiratorio en los pacientes con tra-
i|iiriistomía.
sobre la resistencia. El llujo puede ser laminar o turbulento, y se calcula con la fór
mula del niímero de Reynolds (Re);
Cuando se habla de NAVM se hace referencia a una entidad compleja que impli
ca alto riesgo de mortalidad, que prolonga el tiempo de V M y la estadía en la uni
dad de terapia intensiva (U T I) con el consiguiente aumento de costos. Desde hace
al inenos dos décadas se ha estudiado la patogenia de esta enfermedad, y cuando se
analizan los resultados .se destaca que la intubación del paciente es un factor deci
sivo en la producción de la NAVM. Existen estudios que muestran que pacientes
I n II Kl A( I S l'A( ILN Il
Ililó n traqueal
Rs una parte esencial del T E T que cumple con la función de evitar fugas de gas
cuando se utili/.a la ventilación con presión positiva, y además c‘>nlribuye a dismi
nuir la cantidad de material de la faringe que pueda pasar a la 1)■
Hasta la decada de 1970 sólo existían tubos endotraqueales y cánulas de traque-
osloniía con balones de alta presión, por lo que podían usarse cli'iante un período
>orto, ya que pasadas 12 a 24 horas la probabilidad de lesiones |;ii íngeas o traquea-
B 1
M
: i
\\ u'^
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(>4 C¡I NI KAI M)AI )l S V IISK )I'AI( )l ( ) ( ,IA
les era alta. Estos balones generaban una fuerte adhesión con la pared traqueal y
evitaban fugas a cambio de producir lesiones. Con la aparición de los balones de
baja presión disminuyeron de manera considerable las lesiones por isquemia a
causa de la alta presiíSn. pero empe/ó a advertirse el pasaje ile material faríngeo a
través de pliegues que se formaban de manera longitudinal en el balón, una de las
principales causas de la NAVM.
Aunque en la actualidad se utilizan tubos con balón de baja presión, es suma
mente necesario controlar la presión del balón datio que presiones altas aplicadas
sobre la pared trac|ueal pueden causar una lesi(')n por decúbito y la destruccii')n del
epitelio ciliado que podrá interferir con el transporte de mucus en el período de po.s-
extubación. De mantenerse en el tiempo una presión inapropiada, podrá generarse
la necrosis de la mucosa y de los tejidos más profundos de la pared traqueal, y hasta
la dilatación y la ruptura de la tráquea. Los problemas a largo pla/o incluyen este
nosis y fibrosis traqueales, traqueomalacia y el desarrollo de zonas de la tráquea con
transporte de mucus insuficiente. Para evitar estas complicaciones se deberá tener
en cuenta no superar la presión de perfusión de los capilares traqueales, estimada
en 20 a .^0 iiim Hg (27.2 a 40.S cni H O). Es decir que la presión dentro del balón
deberá hallarse preferentemente entre 20 mm I Ig y 24 cm 11 O. Además, es impor
tante considerar la presión de la vía aérea durante la V M (iuyton describió luia rela
ción lineal entre el aumento de la presión pico de la vía aérea en el paciente venti
lado con presión positiva y la del balón del T E T. I’or esta razón, las mediciones de
presión del balón se deben realizar durante lodo el ciclo respiratorio para poder
observar estas variaciones.
Actualmente se están desarrollando balones con nuevos materiales que permiti
rán una mejor adhesión al tejido traqueal, sin provocar lesiones.
Cánulas de Iraqueoslomía
lili iMiK'ilo aiiatóinia) disminuye, lo que puede ser bcncficioso en algunos casos
(iiiiln ulaics.
I rd/.i/.is de la traqueostomía
Cánulas con halón: son necesarias en pacientes que deben recibir VM con pre
sión positiva. Con respecto a los cuidados del balón, rigen los mismos parámetros
que para los tubos endoiraqueales.
Cánulas con sistema de aspiración subgUitico: estas cánulas, además de poseer
balón, tienen un sistema de aspiración con un orificio por encima del balón y aspi
ran el material subglótico que se acumula para impedir el pasaje de éste al pulmón,
esto permite disminuir de manera significativa el riesgo de neumonías aspirativa y
nosocomial. El sistema es efectivo pero requiere los cuidados necesarios para que
continiie permeable y que conserve la capacidad de aspiración. Es aconsejable
conectar el extremo dirigido a la aspiración intercalado con una llave de tres vías,
ya que a veces no es posible mantener la aspiración continua porque genera irrita
ción y tos en el paciente. Es necesario mantener permeable este lumen.
Cánulas con endocánula: este sistema es práctico y seguro para pacientes cró
nicos. debido a que permite retirar con facilidad la cánula interna para su higiene y
evitar la posibilidad de obstrucción permanente con el consiguiente riesgo de asfi
xia. Se proveen dispositivos con balón o sin él.
Cánulas de fonación: el mecanismo básico consiste en que permiten, a través de
una fenestración o un sistema valvular (Biesaisky), el paso de aire hacia las cuerdas
vocales y. de esta manera, se puede provocar la emisión de vo/.
Cánulas con fenestras, diferentes angulaciones, diferentes longitudes, etc.:
,Se debe tener en cuenta todos estos factores para la elección adecuada.
C IR C U IT O V EN TILA TO R IO
La relación entre el paciente y el ventilador sólo puede ser posible a través del uso
de un circuito constituido por tubuladuras (mangueras) y conectores especiales. .Si
bien a simple vista la función de este circuito es transportar el gas inhalado y exhalado
por el paciente, hay ciertos detalles a tener en cuenta que pueden beneficiar o empeo
rar el aporte de una mezcla gaseosa al paciente o la eliminación o salida desde él.
En la práctica diaria se considera el circuito ventilatorio como un conjunto de
tubuladuras con conectores y dispositivos que transportan un flujo ile gas sin mayor
problema ni alteración de las variables ventilatorias. Sin embargo, del mismo modo
que sucede con la vía aérea artificial, ciertas características del circuito deben ser
tenidas en cuenta, ya que pueden modificar algunas variables con especiales conse
cuencias en los pacientes con baja reserva ventilatoria o en estrategias ventilatorias
a bajos volúmenes.
Volumen de compresión
lili rii i iiciil;i 011 l:i práclic;i clínica diaria, t i volumen de compresión dcl circuito es
......... dcl volumen dcl sistema, de la distensibilidad {campUance) del material
t'Mipli'.ido en la pared dcl circuito y de la presión de la ventilación. Los ventilado-
h ilr iiliima generación lo corrigen tras realizar los test de inicio con todos los
1 HMipiiiicntes del circuito instalados (trampas de agua, filtros, etc.). Si el equipo de
VM lili dienta con el test de inicio correspondiente, se deberán utilizar las tubula-
iliii.i'. ii iiimendadas por el fabricante para las cuales están preestablecidas las com-
|irir..u iones de volumen compresible. El circuito ventilatorio puede llegar a perder
ili .1 s m i. de volumen por cada cm de H O de presión en el sistema, l.os sistemas
i|iir lis,III trampas de agua (p. ej.. cuando se usa un sistema de bumiditlcación acti-
siil piesentan la dificultad de perder una parte del volumen que el paciente recibe
ni |iniporción al volumen seco del recipiente de la trampa: es decir, que la parte
ilr lii Inuiipa que n» contenga a)>ua loniiará parte del volumen euniprinildo del
kisit'iiia Esto no sucede cuando se utilizan trampas que tienen un sistema valvular
i|iir pi i inite que el llujo aéreo circule sin pasar por el recipiente al cual sólo cae el
ii^'ii.i producto de la condensación producida por el sistema de humidificación.
I I \olumen de compresión no suele influir en la ventilación del paciente, espe-
I iiiliiK'iite en el adulto, salvo que se utilicen pequeños respecto de su peso ideal.
I II eslc caso y en caso de ventilación en pacientes pediátricos, el volumen de com-
IHc sion puede tener un fuene impacto sobre la ventilación alveolar. Se debe tener
rii menta que. en la actualidad, el uso de pequeños forma parte de estrategias
M'iililatorias protectoras como en el caso del síndrome de dificultad respiratoria
lili-.iics) aguda (S D K A ) o como parte de la estrategia para disminuir el atrapamien-
lii .icieo en pacientes con una patología obstructiva. Los niveles de auto-PEEP
(l'l I P = presión positiva de fin de espiración) pueden ser más bajos si se utiliza un
I iii iiito con bajo vt)lumen de compresión.
I illros anti-bacteria/virus
A lonliiuKiciiin se desarrollarán:
li|»os de generadores
Gotitas
secundarias
{1-10 Hfn)-
Gotitas -
primarias
(1-10 Mm)
P+ 1/2 mv^= K
• Solucion con
fármaco
' Entrada de aire
comprimido/oxigeno
Vcase cuadro 4 - 1.
NBZ MD!
(li- iiiiiivtar el MDI y halló que esta ubicación producía un aporte cuatro veces
iii.iMii i|ue conectar el MDI en el adaptador en línea, junto a la " Y " (rama inspira-
Inii.U sin espaciador.
unido en N BZ neumáticos produce una baja masa respirable de fármaco por litro
ilr lhi|o. y requiere el doble de llujo para lograr el mismo tamaño de partículas que
( lili .lire o con ()..
Cuidados '
Aerosoluación de bm ncodibtadores
( ‘i i.iiiilo i'l iiiiiliiiil lio ii‘s|Mii’«lii i'<i iik niityxii's i Iu m n iK 'l iiiimiio fu in ia c u
|ii lili M itn iiiiii iiiin i(‘ iiiii i l r l.i u - s | hh ' s I! i h iiiiK t K l i li iia d o n i c o n u n a p o s i b l e
11) 1.11 ii m il i l f fiL 't U is .u lv c tM ts . D liu iu l y l o l s . o H iip a r a r o n lu e f í c a c i a b r o n c o d i l a t a -
ilx K t i'iii) M D I e n V M p a r a c i k a i i i i i a r q u e la c a i d » ilc l a rc N Í s lc n c ia d e lu v í a a é r e a
I ' III > iiiilr o o r » c o n ip u m h i c n lu o b s e r v a d a c o n d o s i s a c u m u la t i v a s d e 12 y 2X
)tít!h V un s i j i i i i f i c a l i v o a u m e n t o d e la f r e c u e n c i a c a r d í a c a d e s p u é s d e l o s 28 pujf's.
I Irrtivtii Hl) se niuntuvo duraiiie 1 hora con la aplicación de sólo cuatro puffs.
I 1I-. iiiodiciones utilizados para evaluar los efectos B D de la administración de
•I' ' .1 lies son el edículo de lu resistencia total dcl sistema rcspirutorío. usí como las
II Mi'iiciiis mínima y máxima (Rrs mín. y máx.), y la diferencia entre estas (A R). la
itii«> riliiP, el cálculo de la constante de tiempo dcl sistema respiratorio y el cálcu
lo ¡Irl V líF, (volumen espiratorio forzado en el primer segundo) y la magnitud del
llii|i< espiratorio. Dhand observó una sisniricativa disminución en la Krs mín. y la
|)i iiiiíK- a los 5 minutos de administrar P2 con MDl en pacientes ventilados, y tam-
til II lina significativa disminución de la auto-PEEP a los 15 minutos dcl mismo tra-
lainii'tllu.
Tubo T o máscara
AAAAA___ AAAAA____ conector
^ Y — T Nebulizador
Cánula de
traqueostomía
Flujo de oxtgervo
MIM lUHt
H a illl AttIHDt
^ 1^
Cánula de
tmqueoslomla
Fi);. 4>5. MDI con acrociinnra en un pacicnir iraqueosiomi/^ndo
I <11 lU'iiliii Mil Éiiiitiriilii ril lii iiiliHil/iii »oM i mi S( ’A <(>/ oiiili;i p < ().(I2k
' II" >111 iiiiiiiciiiii ilr l.i lili iili iii III «If NAVM (.'(i i'oiiiiii p N S). Kil/, y cois.
Iiiilliiii tlilt-iciii i.i >K' oiltiiii/.Km il i'ii 1-1 ii'vo lio S C A irimiia sisltMiias abiertos.
^ V l itis i'valiinii. i-n mi i->uiilin io iiiiíiIikIii y ulcaloruado, hi incidencia de
i ii p.u U'iiics Halados con S C A Ireiite a sislcrmi.s abiertos y hallan que cxis-
lliii iiirimi iiicKk'iii'ia de NAVM en el grupo de S C A (7.32 conirii 15,89 cada
|MI iliif. imcicnic’ i. También demuestran que con sisleinas abiertos de aspiración.
i«iil>iil«ilul.ul de adtiiiirir NAVM es 3,5 vcces mayt)r. Desincr>' y cois, hallan que
lli.<i I iiiiibiiiailii de S C A y H.ME reduce la incidencia de NAVM , quizás en reía-
<111 la iiK-iior manipulación dcl circuito ventilatorio.
Aiiiii|iir los S C A tienen un costo mayor comparado con los catéteres convcncio-
M' lian comunicado esludios que iiiue.stian una reducción de gastos durante el
Ht il4 i-siiis elementos,
í t'fi ■mimo al recambio, existen evidencias de que no es necesario cambiar el S C A
lll.iiiKMilc, y Scoller y cois, demuestran que los S C A pueden mantenerse durante
«iiiiiiia sin cambios en los parámetros venlilatorios ni en la ocurrencia de NAVM .
I r ' iili-iicia acumulada sostiene hi posibilidad de no tener rutina de cambio excep-
l.u liiiiiii'<lml i' i i'l li'llliMio iisiulii (lililí i l >i IImi i i \iijn» ili ii|jiiii I II >'.iHr>. iiiiiliii'ii j
lulo.. I'Kol ¡ijiMii >|iio oxinU' m iiui iiioln iiliis iiuli\ iiliiiilr- un r j.nlti (ihs.-um i I ,ii Iciiil
pcniliini os L-l l:u:ior cliivc oii ik-k‘iiiiiiuii hi t ¡i|i;k uhitl ili' mii )|ii'' <Ii‘ ' *'iiU'iin vapio ili
agUji. bsUi sigiiincu que, luiiniln Li (i'inpi'niliirii <lc iiii )::is iiiiiiiniia. I.i pivsiiiii
vapor dt agua tanihicn auinentu. ya que las nniltx-ulas ticl gas si- iimcvcn m;i.N r.ipidi]
y ello incitiiwntii la colisión molecular (cinética molecular). Lsta uclivid;ul cinclica (
suficiente para que las moléculas pasen dcl cMadí» líquido al estado gaseoso. La caii
tidad lie vapor de agua en un gas puede iitcdirse y e.xpresarsc de muchas nvaneras I it
medicina. Itus lerminos más cumunc^s son humodad absoluta y hunu.-da<l reliiiiv».
I m humedad absoluta e.s la cantidad de vapor de agua presente en una me/cli
gaseosa, y es directamente proporcional a la lempenituru de In mezcla (se inciol
iiienia con el aumcnlo de la lemperattira y disminuye con la disminución de la tciii^
peratura). La unidad más común pura esia medición en cuidados respiratoiios
miligramos de agua en 1 litro de una me/.cla de vapor de gas (mg/L) o presión |
cial de agua (PH.O) (flg. 4-6).
Se dice que una mezcla de gas está saturada a su capacidad máxima de vapor i
agua si contiene la máxima cantidad de vapor de agua posible que es capaz de rete
ner a esa tenipcralura. El grado de humedad de un ga.s que es menor que hi saturaJ
ción total puede determinarse comparando la humcd:id absoluta (el vapor de agua]
presente) con la máxima capacidad de ese gas de contener vap«ir de agua a una te m í
peratura dada. Este \'ulor es conocido como humedad relativa. Lu luiiiiedud relati^
va es usada para describir el contenido actiiul de vapor ite agua en comparación c<i
la cantidad potencial que podría ser sostenida a la misma tempcnituni y en equili>|
brío. Por lo getkenil. estii proporción es expresada como porcentaje.
38 «C
Traquea
« 90% HR
37 »C
Limite (ie saluracidn
leotárrnlQi
44 n ^ L . 100% HR
Al iniiitMr
e l tubo ond«raqi*al
( t||. 4-fc. Acondicionumiínto dcl gas inspirado, en términos de humedad y tempcittiura. A.: sin vía
•Mi II iiitificial. B.: cim v(a aémi artificial,
t tidii i-xpuestos a una amplia área de alta vascularización y a una membrana muco-
m hiiineda. I.a orofaringe y las vías aérea.s de conducción Cambién contribuyen a
i »lr proceso, pero son menos cficientcs porque no tienen la exquisita arquitectura
ili' 1.1 nariz. Durante la c\balación, la vía aórca superior pieixic la mayor parte de
( mIi>i’ y humedad agregada durnnte la inspiración. Durante el curso de un día iior-
inal. el tracto respiratorio pierde apn)ximadamcnte 1.470 } de calor y 250 m L de
i i l 'i i i i . Esta perdida neta de calor y humedad se debe, de manera predominante, al
1 Vupe de vapor de agua en kw gases exhalados. Durante el calentamiento dcl gas
ln»|)iradii se picrik poco calor debido a que el calor específico dcl aire es muy
Unjo.
Aun con temperatui-a y humedad extremas, el gas inspirado que alcan/a el nivel
«Ivoiilar es I009Í' saturado a la temperatura corporal. Se acepta que, después de
lio ( ilN IH M IU M M 't • I N d l ' A I n l i N.l^
p.isiii i n i v i S i l r lit iiu M iliiiiii^ 'e , lii>. « iiia ii ii .'*) I . ' " ( ' y l e u i i i M » !
(Ii- Ihiiih'íIíiiI ivlaiiva. y ii iiivi-l tli- la caiiiiii vr i'iti iioiilitid ii ' ' y iciv'm]
ni)s ii KKN' líe liuincdail relativa (fin. 4 íiA).
F.l piintu en el cual Ion gases alcniuan lus ciiiulii'iniiL's alveolnics (37 "C' y |ll(l|
de humedad relativa) se conoce como límile de salinaciDii isoicnnico (isinhcniiñ
síitunittoii boiindery, IS B ). En condiciones normales, el IS B reside entre la cuariaj
la quinta generaciones de subsegmenuts bronquiales (4 cm de la calina). La enlui
medad pulmonar y el estado de los liquidas pueden afectar el ISB . Sobre el |>nnl|
ISB . el tracto respiratorio reali7j) la función de intercambiador de calor y húmeda
debajo de esc punto la tcinperutum y el contenido de agua ()eniianccen relativii
iiKntc constante!».
Tras la intubación, el IS B se desplaza liacia abajo en el tracto respiratorio debitlj
a que las e.structuras de intercambio de calor y humedad de la vía aérea normal <
tán siibrcpasailuN. Esto genera que el trabajo de intercambio de calor y hun>edad !
ubique en el tracto respiratorio inferior, lugar pobremente diseñado para esa tare^
La adminútración de gases mcdicinale.s fríos y secos también genera una cai^ga'
bre el tracto respiratorio inferior y conduce aún más abajo el ¡nmlo IS B (fíg. 4-6BÍ
Los efectos contbinados de intubación y ventilación mecánica producen pcrdij
das intensas de calor y humedad tic la mucosa re.spira(oria y, en casos extremo
dañan el epitelio respinuorío. Esto incluye cambios estructurales y funcionalc
que tienen consecuencias clínicas. L a provisión de calor y humedad durante
ventilación mecánica es un cuidado estándar. En In figura 4-7 se obser>'a una tabli
para establecer la relación entre temperatura, humedad absoluta y humedad rela^
(iva.
»c
f l i/i> h im u 't h t i
\ i ' ; lii (lili'it'iKiii i'ittti.' la Liinlitiiiil lie v:i|Mir ik' a^iia Inspinulo y el vapor de a^ua
' ’ OHmiIiIii rii rl en lim ptiliiioncs. lúi iMius ptiliibriis, el licllcit de huiiKidad es lu
I» emrc el |>iiKeiil¡ije de huiiiedad corporal y la humedad ambiental actual.
I f e ’iit'tuliiM'iile, la v<a aérea superior puede eliminur el déficit de huincdad en un
.i \(i'l(*cliiNÍas
•pjn» wcii o improductivti
( VuiiiaMiio de la resistencia en lu vía aérea
t V^tiinii iito en la iiKidencia de infecciones
Minu-ntodel trabajo respiratorio
• I i 'liu retmestcmal
I n lei iones espesas y adhetentes
( I iiiiio de la mucosa
U'mi m atura
( llanta mayor temijeratura tenga el gas. mayor será el vapor de agua que pueda
Wiener. Este concepto desempeña un papel ruiulamental en el momento de elegir el
’lli|Hisitivo de humiditicación. Es importante reconocer que la humidifícación de un
Hi t lilig ilíA llliA lit , IINM tCAM III » . U
(k‘lx‘ hiiliarsL' i-iilrv *(' y 3? ron un niliiiiiutik' IiuiimvIih I iilmnliil.i «li- MI iii|(/j
H um idifícadores de cascada
Son reservarlos de material plástico en los que se co liva agua destilada, iibic4
dos en la h'nea inspiratona del circuito. í.sta es calentada |X)r un sistema elccüic<^
conlR>lado por un reóstato que permite regular la temperatura a voluntad, l.as níczJ
das inspiíatoriiis burbujean a través de esta inasji líquida y egresan calentadas m
humidificadas. F,sie tipo de huniidificador ha .sido perfeccionado y actualnienie sQj
basa en un sistema que contiene una placa calentada, la que pnxJucc por encima tlel
nivel del agua la presencia de vapor de agua caliente; el gas inspirado se exii:ind(
por la parte superior de la superficie del agua sin atravcsiu'la. y reduce p>or lo tanl«
la resistencia al tlujo pimi dejar así el liumidificador pcricctamenle sjiturado de
vapor de agua a la temperatura seleccionada y mantenida por un termostato. Por
otro lado, con el fin de evitar incidentes de sobrehumidificación y de sobrecalenta
miento. los humidificadores de última generación disponen de un sistema de moni-
torización térmica servocontrolada extremadamente preciso que evita la |>osibilidad
de aumentos de la temperatura del gas inspirado. Existe también en los mejores cir
cuitos una resistencia que maiiliene el calentamiento a lo largo de la linea inspira-
toria, para evitar así la precipitación por condensación de agua libre en el interior
del circuito inspiralorio.
Lus humidificadores-calentadores tienen unaellcacia demostrada, aportan KX)**!
de humedad relativa a lemp>cratura corporal. Se recomienda la uiili/.iición de ter
mómetros proxiniales a la vía aerea para una monitori/ación m is exacta de la tem
peratura y la utili/ación de sistemas cerrailos de alimeiil¡ici<>n de agua para evitar la
manipulación y la apertura del circuito.
I I I I I i|i <l< !<>' )íiis«-s L iili-nliulos V Iiiiiiiu IiIk ik Ik s |ih i liiliukidiinLS que tienen
III. MIII ii i.iiiiiii pniviK ii l;i CDiuli'iisiH'iiiii y Li pievipiluciún dcl líquido que se
■ i.iiitila i'ii .ii|Ui‘lliis. I :i |)ii'M.'itL'i;i de líquido eii lu^ tubuludurus fuvurccc lu cou-
liiiiiihiti (lili h,i( i<TÍiiii:i, ¡luiULMiii ki icsislencia al flujo en el circuito, incrementa
lit ( I I tiiiK's ili- l:i víii iiérea y provoca una asincronía pacicntc-vcntiiador.
.1 II. iilii i lili I I lliijii iii>i|tiiiiliiili> I IUi|o i .ipiii iiIimI ili’ tiiiiiiiililK\K'M>ii), y ih'l
' “ lliliii II i| iir M 'iillli) t*l |iiK ii'iiU '
• a iii \tiiif!Kiilo til’ líi/i l'lrt^ in rriis : iim siiniyc un lieNgii ilcmasiutlo
(iM|hiiiiiiiu- ili- |iiiiiiiii.'iC)ii «le olisiriutiiiiics lio Li vía aciva principal y, asiinismo.
i|i I m il i‘l iiiiisi^uicnlc aiinii.'iil<> tic la cai^u resistivu inspiraloria.
[ l h*i trnti’i riiii liiiuTosm oluridadplasm ática o e/i trafamiento de una deshidra-
h u ln ii im ptirlaiUr: iMi csU' Upo (le pacientes (uso tic iliujiéticos osnw ticos, trau-
iii iiiHiiiii i.'i!ino<H;i)ccíalii'o) la profunda dcshidruución que se cstublece implica
i|i'r l.i iiiili/aeidii del HMI'. p uttle ser arriesgada debido al in trem en to dcm oslra-
ilii ili,- olisiiucciíincs agudas del T E T , piir lo que es probable que este tipo de
|t.ii ii-nirs iK-bii rcL’urrir a un sisicnm de lium idiñcación acüva para alcanzar un
iiiiiiiiiiii i'iinirolado de humedad del árbol respiratorio e. indireclam ente. de las
*•. u'i. iones.
tSii in iirs con retirada de la VM d ifíc il: en los pacientes que requieren una ins-
|tij Il ion espontánea pr«>longadii por dificultades en la de.sconexión del ventilador,
l.i . nula ivsistiva adicional que representa el HMH puede crear problemas con
l <‘' leiioiidad y complejÍ7ar la delicada laM: de destete.
!\u irnies hipotérm icos: cuando se utili¿an los HM Ii, el paciente debe hallai>.e
IIIII niolérinico. (?uando el paciente está lúpoténnico cesa la eficacia de los HM E,
lit. i|iio se basan en la restitución de una cuota de la temperatura y de la hurrtedad
|ii s-nte en el aire espirado del piíciente.
I . iíu()/ii A ciones
• • ' MUI I cualquier elemento interpuesto en la vía aerea, puede causar incrementos dcl
\ V lie la resistencia al llujo aéreo y, como consecueiKia, una hipoventilación.
I • I > secreciones bronquiales pueden obstruir el dispositivo y pr«xlucir marcados
iii> u'inentos de resistencia y. cvcntualniente. su oclusión con la imposibilidad de
iii.niicncr una ventilación corréela.
|(i iil iiictemento de la resistencia de los IIMMh es que pueden ocluirse con secre-
If liii I sangre o agua. Los fármacos aerosolizados pueden también incrementar la
i I r 'i l 'li ncia. I-a nariz artificial delie separarse de la vía aérea antes de la administra-
f |itiiii ik- la medicación aerosoli^ada.
lili I .M-ll MM II IM<|i \ I IMi il'M i III II ,1^
1^ (.'(iliH'acKili (le tiii.i lian/. uiIiIickiI iil riiiiil ilc lii vi>i lu'it'ii lU-l |uvK‘nl<.‘ iik i<
nienUi el V„. Pura luuniencr una vcniilución ulveolai noniiiil. Iii fioi iiciicia a-spii il
lona, el o ambos deben iuiinentarsc o se increnieniaría el (tióxido ile c iu Im iiu iI
Eslc efecto es mayor en pacienics eii respiración espontánea, y es ima luncum de l i j
interrelación entre el V, y el V^,.
Varios autores Itan <ibservado efectos adversos al agregar a la VM. Ellos mmJ
tienen que la adición de un HM K o iin H H M E con un de l(X) tiiL conduce a un]
incremento dcl trabajo respiratorio, a un incremento de la ventilación iniiiuio reque^j
rida y a un incremento de la aulo-PKEP. Cuando los pacienics fueron capuces ilt
aumentar la frecuencia respiratoria, el V, o ambos, el dióxido üc carbono arterial]
pentiancció constante, l.a presión de sop<irte puede usarse para vencer el trabajo!
respiratorio adicional, pero puede también incrementar la presión de la vía aérea i
incrementar lu auto-PEr.P. Cuando se selecciona una nariz iutificial. se debe scIccJ
cionar el dispositivo que pn>vca humidificación adecuada mientras el incrementol
del V„ sea el menor posible. Una nariz artificial aceptable debería tener un mínimo]
aporte de huniedatl de 28 mg H .O / Iu n < 5 0 m L y una resistencia < 2.5 cm H,t)J
(I/scg).
Se debería tener en cuenta que aun la.s narices ¡ulificiales más eficienies retienen
sólo el 70-80% de la humedad espirada del paciente; por lo lanto, el uso de una nariz
artiliciul siempre involucra una pérdida neta de calor y humcUad. Las narices anifi-j
ciales no son tan eficientes conui los dispositivos <le humidificación activa y debe- j
ríiui u.sarie tras una evaluación de las necesidades de humidificación del paciente.
Las narices artificiales son alternativas atructivus de los humidificadores activos j
debido a su bajo c<wto. a la operación pa.siva y al u.so fácil, no obstante, ni> todos los I
pacientes pueden usiu una nariz, artillclal. Los pacientes con enfermedad pulmonar ]
pree.xi.slente caraclerizadu por secrccione^s espesas, copiosas o sanguinolentas, ;
deberían recibir humidifícación activa debido a que las secreciones y la sangre pue-
Jen ocluir el filtro o la media, lo que puede resultar en una excesiva resistencia, un
atrapíimiento aereo, una hipoveniilación y un (xisible baroiraunia. Ix»s pacienics con
hipotemiia deberían recibir humidificación activa programada a una temperatura no
superior a la corporal para evitar la condensación dcium de la vía aérea, esto per
mitiría además evitar la perdida de calcw u inivcs de la vía aérea. Si la temperatura
corporal es de 32 "C (humedad absoluta de 32 mg H,()/l.|, aún un HHMF. muy efi
ciente (R0% de humeUad retenida) puede .sólo ai>orlar una humedad absoluta de
25,6 mg H.O/L, lo cual resultaría iasuficiente. Un pacienle con fístula bnmcopleu-
ral o halón de! T E T incompetente no deliería usar humidificadores pasivos. Debido
j que los dispositivos liberan el calor y la humedad retenida, cualquier problema
que permita que el gas espirado escape a la atnwsfeni sin pasar a través de la media.
red«>cirá la humedad.
IH I M T' l'A< II H l l '.I lili Mu 'h' 117
litiMMilllli iiili'ii I ii tiMt‘. iiiilH II ili'U'ii il‘>ai ( jiiiilii loii li>N liiiiiiKlilkuüurL’s
I iK iild*. ili' .i['iiii >'ii lii iiii'iliii iik'it'im'iiiiiii lii icMsictK'iii y iiopermi-
I un ii|'(iiii' .iilfi'iiiiitii lU- luiiiK-iliul t;i<la í IIs |m» í 1iv i ). Si el agua ocluye el fil-
1 1 |)iti li'iUk' lui |>iiciK' vM vrniihulo ili' ni;iiK’i'a ailcL'iiudn y puede ser incapaz, de
IinIiu |i<» <iiiiiplriK iltniinlc I» veiilllación a presión |H>sitiviL
I >t ii.liiiiiiisii.u ion df hioiicodihiCadores aerosolizndos con un N B Z requiere que
1MMI 1 .1 MKiiilii tic l.i nimii, y esia cxlnicción frccucnle del circuilo increnienlu
iii '.(ici lie iiiiilaiiiiiiaLÍ<Hi üel ciix;uito. I’or lu taniu. los pacicntc?, que requieren
Hh iiliiiiiiisli¡n. j<'iM rrccucnic de medicación a través de !<« N B Z no deberían usar
I MMI lili MDI puede usaixe con un H M E si el espaciador es colocado cntie el
Mi \ i l r in . Si liK dispositivos espaciadores son usados en la rama inspiraioria.
IIM I ili'lw i-\iraerse. iX'hcría utilí^ar&e el sistema de humidificación activo en
I |i.K iiMiics que requieren el uso frccucnte de M DI u otr.i Icrupiu acrtisolizatla.
| ii 11 u n . lina niiri/ artificial puede usarse durante {K-rfodos extensos: se ha
.iiiidn que 5 días es seguro y efectivo. Esta recomendación se basa en nume-
fsiiitlins en los que se halló que la obstrucción parcial o completa del TE1'
Hll' r ivurrir u alrededor de los 5 dfas.
I i.l.i Mv que se aspira <il paciente, debe evaluarse las características del esputo.
►Iii iiii asarse un huniidillcador activo si la.s secreciones aparentan ser espe-
Il»/ii.llic'rcnlcs sobre dos procedimientos consecutivos de aspiración.
Si uve que los pacientes que requieren VM durante más de 5 días son. por dcfi-
(tl< |i tu, i iiícrmos criticos. Si al quinto día Ui función pulmonar no mejora, los humi-
ttii ii .11 li lies activos deben ser considerados para prevenir la retención de secreciones
k i.iii Mnii/ar la función mucociliar. Si el paciente comicn/a el pr<KCso de destete al
Hmiil.» día. el V„ y la resistencia agregada podrían impedir o dificultar la respiración
|«l'i>iii.inea.
i r. empresas ile humidificadore.s sugieren que las naiices artificiales deben
IftUMihiarse cada 24 horas, si bien estudios recicntcs indican que si el disjíosiiivo
i iniiinccc libre de secreciones, el intervalo de cambio puede incrementarse cada
f H II 72 horas sin efectos adversos. Esto requiere que el medico/kincsiólogo rcspi-
ilHíK) inspeccione a menudo las secreciones y cambie el dispositivo como sea
rutK iido. Si el dispositivo es contaminado con frecuencia por secreciones y
Nliiierc más de tres cambios diarios, debe cambiarse el liuiiiidiricador pasivo por
[él I livo.
Tralxijos recientes sugieren que el uso de humidillcudores pasivos podría dismi-
l(liiii la incidencia de neumonía nosocomial. Sin embargo, no existen evidencias
|m(ii lentes que sustenten esta conclusión.
acuerdo con el sistema de humidificación elegido, se debe tener en cuenta el
I l^tiiifionamiento del circuito del ventilador para evitar complicaciones. En caso de
I iiiili/ar sistemas activos, las tubuladuras del circuito deben ubicarse hacia abajo,
(luía permitir que el excedente de humedad drene hacia las trampas de agua y no
I . iK|ue alteraciones en la ventilación del paciente. Por el contrario, en caso de uti-
li,’ HMK. el circuito se debe ubicar hacia arriba para evitar la acumulación de
y/o secreciones inipactadas que increnienten .su resistencia.
lili ( ilN : l( l l l t '. I H i r|'.|> II' l< ll( II ll'*
CONCEPTOS CLAVE
I I II le I |i.i> ii'iili 'i >MU vin m‘ii'U iiilllicliil. »in VM y Ion ihilíl-iiIcn en V N I. cü
|ii.. t.ii iih^rtsiii el ilpii iK' (l^piisiiívo y su liipur do concxión pura opiimi-
raí <'l ii'miliiulii <li‘ lii iL'inpiJi hriiiic<Klilaliulor;i.
• Nii ■! íkhi' imlii iir do nilitui brnticudilnliKlores en los pncicnlcs por el solo
li' I tiii de Ciiiir vcmilados, mSIo ÜL‘tx;n indicarse m existen signos de ohs-
tMM<Imi |)nHK|iiiiil
• ’ Jii r ili'bo nchiili/ai a los pacictiies en V M para huniiditicarlos debido a
|iM' loo iies(!os de conlaininución son muyore^s que el escaso aporre de
liume<lad i|uc se logra.
» I iiíi sisicnuis cerrados de aspiración están reconietMiados en los pacientes
■(tn alt<>s ra|iierÍMiientos vcniilatorios, necesidad «le aspimciones frecuen-
I. n iC pulmonar activa e inestabilidad hemodinámica asociada con la
' iK-Miinexión.
í# I ,os dís|M)sitivos de vía aérea artificial producen la pérdida de kw inecani.s-
iiHis norniiilc?» de intercambio <lc calor y humedad en el tracto respiratorio,
t|(ie ocasionan cambios estructurales y funcionales que tienen ct)nsecuen-
iliiN clínicas.
• 1.« provisión de calor y humedad durante la ventilación mecdnica es un cui
dado cstánilar. E l objetivo de la terapia de humidificaci<Sn consiste en mini-
inr/.ur o eliminar el déllcit de humedad mientras el paciente se encuentra
recibiendo un gas frío y seco.
• Se recomienda que la huinidificnción sea provista por humidificadores acti*
vos o intercamhiadorcs de calor y huntedad.
• l .as contraindicaciones para el uso de las M M E son; aHmeni<i de la secir-
t ion mucosa. V, bajo o alto, sangrado de la vía aérea, hipotermia intensa y
destete difícil.
• Se requiere una minuciosa monitorización porque se pueden ver incremen-
ludas la resistencia, el y el trabajo respiratorio.
• Un HMF. puede emplearse durante períodos cxlensos; el recambio puede
efectuarse cada 18-72 horas de manera segura y efectiva. Hay que inspec
cionar a menudo las características de las secreciones y cajitbiar el disposi
tivo como sea requerido.
• Elecci«')n de IIM E ideal: capacidad de humedatl > 30 mg/H.O/L, espacio
itmeito < 50 m U resistencia < 2,5 cm II.O/L/seg. higroscópicos, livianos y
iranspurentes.
IIIIILIO G R A FIA
lli-rsien AD. .•\<fcliiional work of breathing imposed by endoffachcal lubes. breathing cir-
cuits and intensive carc vcntilalors. Crit Carc .Vled 1989;17:671-7.
H'^inconnier M. Albutejol DelWcry During Non-Invasive Ventilation. Respiratory Carc.
2005, Vol. 5(1, N" 12.
■ _ H l.
I _ _
• im
. V " — 1-
11 - -
I
I I V I
5
Monitorización del paciente
ventilado
SfKGIO E. CIANNASI
III K IO U r C I O N
K|l IIV O S
CONTENIDOS
Monitorízación del intercambio gaseoso
Análi.si.<i de los ga.ses en sangre yrtcnaJ
Evaluación de la eficicncia ^ la oxigenación
Oxiineiría de pulso
Capnomeiríu y capnografía
Monitorízación de las mecánicas torácica y pulmonar
Conccplos generales
Presiiin de lu vía aérea proximal
Presión mésela o plateau
Presión inicial o Pz
Presión al final de la espiración o presión de base
Presión media
Presión pleural
Análisis de la curva de presión en la vía aérea en tiempo real
Auto-PEEP, mctodos de medición
Flujo
Cur\a F/T durante la ventilación controlada por presión
Impedancia del sistema respiratorio
F.lastancia o su inversa, la distensibilidatl (complitmce)
Mctodos más comunes para la construcción de 1a curva P/V estática
Aplicaciones en príictica diaria de la me«lición de la elaslancia y de la
cur>a PA^
ULstensibilidad dinámica
Resistencia
Resistencia inspiratoria (R,)
Resistencia espiratoria (R^)
Curvas de FA^
Trabajo respiratorio
Monitorízación de la fuerza y la reserva muscular (resistencia)
m o n it o r íz a c ió n d e l in t e r c a m b io g a s e o s o
JVícifíi ‘ iiiili|iili'i Kiui ini'liiilii Iiiviiiivo, ili'tir «ii'i Milu H.iilii ton riilfim y;i i|iif i-ii
l-í;)' iii iinliiiM'H <111 iillll/iM K>ii lio Htilo (it’iii'iit ((iiMin íiiiiriV<i;iiIns. siilii uoiiiplicu-
iHli lililí"! i|iir |iiieilni M 't i ¡ m v c k , i i h d i i <k'Ngiimi>, .iiifuriMiius, c tc é lL ’ n i.
VCO:
RO = cociente respiratorio
I Imii ve/H'Mii'lla liU'('U.it liMiilrl t'iis itivi'iiliii ’it il<lii i ¡l n ‘¡Im lI iii h miII iu Iii i'I I
Kit <k- la l’( > :iiU'ii;il y ol'li'diItciiKiN lii ilili it'iu iii ii U i' h Ik i i i i ' i i i i I ilr ( I i l'A ii( )J
lisUt tlircrcMcia s<.' aiii|ili.i en Iminii cii l.is (-iili'iiin'iliiilcs piilnu>ii.i
qUL' ufcctan el inlcrciiinhío guseoso y m - iiiíid I íc ir .' noiin.il t-ii l¡is iiK-ii ioiiei
generan hipoxeiiiia por hipovcntilación alvcohir piim dallo ile la Ixiiiihii
respiratoria).
En .sujetos normales la diferencia A-aO. siempi'e debe ser menor de 50 niiii i]
con una FlO j igual a i y menor de 20 inm Hg. respirando aire ambiente.
lis un índice útil para evaluar la gravedad del intercambio ga.seaso y el nKcaiil
mo nesp^insable de la hipoxemia debido a que se mantiene dentro de líiniles ii^
males en la hipoventilación alveolar y se altera el re^sto.
• En general se calcula utilizando como valor del R Q el <le 0.8. Esto no siempre j
cierto en los enfermos eríticos en los que el S'O .y la VC’O. suelen ser muy vi
bles, por lo que lo ideal sería poder obtener el R u través de su tnedición por cali
rimetría indirecta.
• Deberá medirse la FIO; utilizada, lo que no siempre e.s posible.
• Kn la fórmula se asume como cierto que la PCO, alveolar es igual a la PC O . ai
rial y se usa esta últinKi para la realizíición de cálculo. Bsta premisa no siemp
■se cumple en las pacieijte.s gnives y con alteracione,s significativa.s de la relacié
ventilación/perfnsión (V/Q).
• A medida que la FIO . aumenta, la diferencia A-aO. también lo hace, y no siein^
pre en el valor esperado (depende de la lelacirtn \/Q existente). Por esto, el ir
ce no permite la comparación de gases de un mismo paciente con diferentes R ( )]
Debido a lo anterior, cuando se está utilizando una FTOj mayor a 0,21, se «tilú
el cociente arteno-alveolar de 0 ,(P a 0 / A 0 ,). Este índice, si bien coinpurte con el]
anterior las fallas derivadas del cálculo de la fórmula del gas alveolar, tiene la veii
laja de que al ser un cociente, es menos sensible a los cambios de l'IO;. Ello facilij
la su utilización en la evaluación comparativa de un paciente con FIO . variable.
Normalmente, el cociente PaO /AOj tiene un valor de 0.9 a 0.95. pero en lo
pacientes críticos resulta aceptable un valor mayor de 0,7.
Otro índice útil para evaluar la gravedad del trastorno de la oxigenación (no dife
rcncia mecanismos de hipoxemia) es la llamada ivlación PaOVFlO.., cuya princip
ventaja es que su cálculo no requiere resolver la ecuación del gas alveolar. La prin^
cipal desventaja es que al no incluir en su fórmula la PaCO^ sólo nos permitirá
comparación de valores en un mismo paciente, siempa* que éste no haya modiftcaJ
lio su ventilación alveolar. (ítra tlesvcntaja es que suele ser difícil medir con cxacij
titml la FIO ; especialmente en p;icientes que no se encuentren en asistencia
ventilaioria. El valor nornial de la relación PaO^FlO, es 500, .se utiliza para det'inilj
la le.sión pulmonar aguda O 200 y < 3(X)) y el síndrome de dificultad respiratoria
agwla ( S D R A ) « 200).
11(111 IW-,M II i'MtM l'M IIM II M N IIIA I mi *17
' II Ollll/il rl Inilli i‘ ili' Kili l|>ii‘Mólt liii'tli;i cil l;i vía UL’ri'il
I |i I |< n > ) Valoi'C'lH i'iilir '!() iiiiht un ilii síiiilrdiiit' rcNpiniliino a^udo,
I >1 ) Miitl .Mibiv liulinMi |)ii'wiii'ia do hlpiTlciisión piiliniiiiar.
lll‘ |iiilsi)
r
té 1 ,1
II.nulo hi saturación es menor, la dispersión cí. m ayor y. por lo tanto, su medi
iiiu i 'I h ) menos fiable.
I . Iiiiiilucioncs y los errores más frecuentes en la interpretación de la oximetría
Ar (,iiImi (SpO ) son:
c i l h l í c i l l l l l l ' l M 'I I S IH ,
ü i ulili/ación ilcl oxinictm «lo piilMi i‘s iiii i‘sl¡in<lai Jo lus niiiiiiiiN «k- aiitliiiln
las unidades de cuidaik)s crilicos. panÍL'uIurim'iilL' en l-1 caso ik* k>s piiciciilcs vci
lados en tbriiiu mecánica. Cabe recordar que una SpO- mayor ([uc 92% picdicc c
fulclidad una PaO: de más de 60 mm Hg en las pacientes blancos (Sp<J: > WH<
los pacientes negros I.
E l empleo tic este monitor es muy importante en las salas de emergenciu, |
donde ha mostradi» una reducción significativa de solicitudes de gases arteriales i
deMiicdro en In evolución de los pacientes.
Capnometría y capnografía
Cupnom etria
Kfioncs con constantes de tiempo muy hetórogéiicas. se ctvan áreas con dircrcntes
ioiiccntraciones de CO.. El iiire proveniente de las regiones mejor ventiiadaíi (altas
V/<J) aparece primero en la vía a«írea durante lu espiración. Este vaciamiento sccucn-
I I.i! contribuye al uurríento de la meseta alveolar (Fa.se lll). así cuanto tnayt)r es la
1(1 lorogeneiilad V/Q. mayor resulta la pendiente de la curva de CO,. En las eiifer-
nK dades obstructivas, el capnograma picnic su Ibrma rectaiii;ular para tomar la apa-
iK iicia de la alela de tiburón; esta deformación es proporcional a la obstrucción
Inonquial (fig. 5-2).
Rn tu figura 5-3 se i)bservan diferentes trazados capnográficos de utilidad tic la
iiu)nitorÍ7iición del paciente ventilado.
í .ipnografía volumétrica
1.a capiioprafía volumétrica grafica en f<inna simultánea la cui\a de C O . cspira-
ila en función de! viiluiiien comente (V ,) espirado y de la IhiCO-. Esta medición
provee una precisa cuantificación del espacio muerto fisiológico con relación al V,
iV.yVr). Este estudio brinda información acerca de alteraciones en la ventilación,
|)erfusión y difusión puinionar. es útil como una herramienta piu-a la determinación
del óptimo valor de presión positiva de fin de espiración (PEEP ) (cuando se logra
el menor espacio muerto y una mejor \/Q) en pacientes con .SDRA. y para titular la
respuesta farmacológica en pacientes con obstrucción al tlujo aéreo (flg. 5-4).
loo ( > ll'iH M'Atl MI II .U
Fi|>. S-l. ündii cjipoográfica normal. Iji figur» nuiesini un mizudu üimulUinco de presión en U >
airea CO. espirado (PaCX),) (cui-va normal) y flujo. A iiiedi<lu que la espiradi^n pmg
«umcntn la PaCX), haslu ¡.ik-jin/ar una incscui. EJ pumo A rcpirscnta el inicio ifc lu «.vpiración, enln
el pumo A y R se coniicn/ii u climinur escusas cantidades de CO¡ ptcscnles en el equipo y en <
espacio muerto anatómico. 1.a Fase II (punios B y C) representa el vaciado alveolar pnogrcsiv
liasla alcanzar la meseta o Fa.<ie III. El punto corres|n>iHliente ai linul Je la meseta justo antes de I
inspiracii^n ^i^uiente es el end tidal de CO, <D). F.l capnogitinui sólo infoiina cl valor corres
diente a cMc fwnto
H r. 5-2. Curva capnogt'íifica de forma rectangular normal y luia curva de forina alienida en un
l>aciente con EPOC. Obnerve la perdida de In verticalidad de la f^se II. lu apertura y el abomba
miento del ángulo Q y la inclinación de la Fase III.
M i M4IIMMIMI >1 iN I III U n IIIA IM » 101
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50
rairpo rml Tgnilíncia
(' lií- 5-í. Diferentes IrsuaJus captiográficos patológicos^ Kn A se observa qoe « i rcspiradoncs ¡lub-
tli'iiicntcs áfiarcce iin incrementn progresn'o tie la elliiiinttción de CCX. Esto puede corresponder a
iiint hipoventiladóii. a un autneiUo de la tasa niclub6lica y a una hipertermia iitialigiiu). En B ocu-
Mi’ la situución cnnlmrio, un ilcfiixnsn prugresivo de la eliminacii^n d« CO,, cstn puede dehctv; a
unj hipen'aililación. a una disminución de la tasa mctalKSIicii y a una hip<i(eimla. En C se obscr-
una caída ilc lu incscti y de b rania dcsceitdcnu;. esto puede cixrcspundcr u un tubo endt.itia-
ijiiisil pequero paia el paciente <i ai miinguito ilcHinDado. Un D se obserxu una elevación jirogrcsiva
I ijr la ondii de base, eslu puede cum;s|K>ndor a una rcinbiilación de CO.^ a una falla de la válvula
t '<i>lratuiia. o] fluio inspiratorio inadecuado o al tiempo ínspiratorio insulidvnte.
( onceptos generales
5~t. Kjcmplo de una c^ipmigrafía voluméüicu duranie uiu única espiración en una per
una. La curva se divide en Ires Ils c s , Í'B W I: representa el vvlumen libre de CO;. C5 decir el c«
do muerto (HM) analóinicr» i> de la vía aérea (V,^w>. Fa.sc li: es uiu de iran^ición que ivpr
senta el vaciado ajvcvlar temprano. Fase III: es la tncsm de la cur\d «irrcjipondientc aj csp
alveolar con un leve ascenso lie la K 'O proveniente de )as diferentes unidades aK*eoIares.
línea vcflical une el V> (volumen curríetiie)concl CO. espirado. (U valor de PuCOj ve debe inj
sar mamuihiicnle y dotcrmina la parte 5upcrior de In curva. Hl área debajo de la línea vertical <
cha y la superior hori/onlal delinuta un ivctángulo comrspondieme a un “sisienu idear en el cu
todo el rO : pfuvenicnic de la perfusiúa pulmonar puede w eliminado &in ningún espacio muer,
ni allerución de la rinalmenie. una línea vertical medial es detinidu por un área p y q igualé
que rodean la cnn-atura dc la l-asc II. y determina el VuQw. Hl área X está limitada por arriba |«
la pendiente de la cuna de CO~. hacia la i7X|uierda por la linea ntedin y a la dcircha por el vjhij
dc V,. Correspcmde al volunten de CO, espirado del V, efectivo,
iil área 7. es caiculadu muliipHcandt) el V,jivb por la PaCO}, y representa la ventilacit^n dcNperdí
ciada dci V,^w. Rl área Y es calculada restando <1 área /. y X dcl área tiMol (V, x PaCO^l y dete
mina el espacio muerto alveolar (Vnalv), Hl espacio muerto fisiológico (Vt^s) ivprcsenia la vuit
de V , ^ y V„alv. Con esta& área:» se puetle expresar la.t .siguiente» fracciones dc espacio miieito
fracción áv espacio muerto fi»Í«>lósiC4i; (V.JWV,) = Y ♦ 2/X ♦ Y Z.
ViAlvA'talv « Y/X + Y. y representa el porcentaje del volumen alveolar ocupado por el espaci
mucftu alveolar dc cada rc^pit'aci<Stt
respiratorio y la cvnlución ciínica de las diferunics patologías que las alteran. AU]
guttus de las propiedades dcl sistema rcsptraiorio sólo <%c pueden medir en cotidi-
dones ík iitsunación pasiva (sin actividad muscular del paciciiie) como. (x>r ejemplo.]
la disteasihilidad. Otras n:quiercn su esfucr/o (p. ej.. plosión inspiraloría ináxinia), y j
otras. conH) el trabajo respiratorio, .se pueden medir en ainbxs condiciones.
Si se dispone de un catéter balón escifágico para detcrrninaj' la plosión pleural, se j
ptxirán diferenciar las caractensticas dc la caja loritcicii <k las pulmonares.
rtnaln>enie. cuando se debe diferenciar los componentes dinámicos de los e.státicos
de la presión o de las propiedades dei sistema, se del)cní agregar una patisa al flujo
oéax).
Durante la ventilación (tanto esiKmtánea como mecánica), la magnitud del gra
diente de presión requerido para mover un gas hacia alvéolos, y desde ellos hacia el
exterior, eslá determinada por la ecuación de movimiento del sistema respiratorio.
NínM|i> lili i-MiiNll 'vtNMlAlío MU
7 «hiinii* esiii ecuación se hac« evidente la influencia i|ue cada una üc la<; varia*
)'i lu-iio M>l>rc el comporiamiento de la mecánica toracopulmonar. Por ejemplo.
MIOS \cr (]ue aquellas pa'ologías que generan un aumento de la resistencia de
ii'rva (Raw) y/o caída de ladistensibilidad. generarán mayor presión en la v(a
' •paiii un volumen. Ilujo y nivel de PEEP dados.
<uii'iiilincn(e reali/arcmos b descripción de las variables básica medidas (Paw, V
. ) iicspuóvs. de tas propicJades del sistema respiratorio.
ñ v s ió n p ic o (P p ic o )
Kír. 5-4. Ejemplo de una cupmigrafía volumé4ni;u dui^nle una linica espinaciún en una pena
ü^na. La curva se divide en tres 1'o.vcn, f-use I: representa el vulumen lit>re de C 0 „ es decir el eit|
do muerto (HM) anulómicn ti de la vía aérea Fa.s< 11: es umi fii»; de transición que rupi
senta el vuciado alveolar temprano. Fase III: es la njcscta de la cur%a airrespondientc al esp«d
alvenlar con un leve ascenso de lu PC'O proveniente de tas diferentev unidades aU'Colares. Liiii
línea vicftical une el V, (volumen coriienie) con el CO espiiiKlo. lü valor de PaCO, se debe iiiji^
sar manualmente y determina la parte superior de la curva. El área debajo de la Knca vertical d M
cha y la superior horÍ7o<ilal delinnia un reclingulo comrspondiente a un “«istema ideal" en el cu ]
todi» el rO j iMuveniente de la perfusión pulmonar puede iier eliminudo sin ningún espacio muenl
ni allcnición de la ^ 0 - Finalmente, una Ifnea vertical medial es detinidii pot un área P y q igualM
que rodean la curvatura de la Fase II. y deteniiina el V^aw. Hl área X está limilada por arriba |ini
la pendiente de la curva de CXX hacia la i7X)uierda por la linea media y a la derecha por el valni
de V,. CinTCípoiide al volumen de COj expirado del V, efectivo.
El área Z es calculada m ultiplicando el V.jiw jHir la PaCO,, y representa la vcntilncinn desperdi
ciada del V ^ w . Fl íírca Y es calculada restando el área Z y X del área imal (V , x P aC O J y de«er
mina el espacio m uerto alveolar (V„alv), El espacio m uerto fisiológico (V„ñs) representa la vuin
de V.^w y V.^lv. Con estas ilreas se puede expresar la.s siguientes fraccione» de espacio muerta
frucciofl de espacio muerto fisiológico: (V,ji.s/V,j = Y ♦ 2 /X + Y +- 7..
Vi^lvA'Talv = Y/X + Y. y representa el porcentaje del vuhimeii alveolar ocupado p<ir el c.spiich
m uerto alveolar de cada rcKpiracit'iii
respiratorio y la evolución clínica de las diferenics patologías que las alteran. Al-
gunus de las propieihules del sistema respiratorio sólo se pueden medir en condi-
cioncs de in.siiílación pasiva (sin actividad muscular del pacictite) como, por ejemplo,
la disteasibilidad. Olnis requieren su esfuerzo (p. ej.. pie.sión inspiratoria máxima), y
otras, conw el trabajo icspiralorio. .se pueden medir en ainhas condiciones.
•Si se dispone de un catéter balón esofágico para determinai la presióti pleural, se
[Kxlrán diferenciar las características de la caja torácica de las pulmonares.
Finalmente, cuando se debe diferenciar los componentes dinámicos de los estáticos
de la pre.sii'm o de las propiedades de! sistema, se delier.í agregar una pausa al llujo
aéreo.
Durante la ventilación (tanto eAjxmtáiiea como mecánica), lu magnitud del gra
diente de presión requerido para mover un gas hacia alveolos, y desde ellos hacia el
exterior, está determinada por la ecuación de movimiento del sistema respiratorio.
M M ir* MI I I M I t N I l V I N I M A I > I > llti
[ jMt iliiiiilo esta ecuación se huce evidente la influencia que cada una de las varia-
iK-iic sohrc el comporlaniiento de la mecánica tonicopulmonar. Por ejemplo,
|llt MIOS ver i|ue aquellas patologías que generan un aumento de la resistencia de
iiérca (Ruw) y/o caída lic la distensibilidad, generarán mayor presión en la vía
rii piim un volumen, llujo y nivel de PEEP dados.
F liiti'iiiliiientc realizaremos la descripción de las variables básica medidas (Paw, V
|iV I V después, de las propiedades del sistema respiratorio.
mOii im'M'lii ll’niivsi'lii), un liav KUiM'iiiiitknlMt' i iiill ri> rl s tilm <1^' ............ .
Kcr sol>rL'p;i<viKl<>, Mihiv Unió tliiiiiiili' |;i VM tli* Im |)iii t nii IntriiMi ii |hiI mii'>
al flujo UL‘ra> (véase cii|>. 10 solía* VM oii piu iriitL'» con oliMiuri iiSii til llii|n i<rii«<
La dilercncia eiiCrc la l’p iav l'nit'sciii icprvsciilii lit ifsiMivii <i lii *t||
lacióii. Además, la Ppic« es utili/aila cn los cíik ulns de im váiiiia pulmoniii tlli
mica y paia la mcdicirtn de la Raw.
Desde un punto de vista práctico, es la ]>re.sión más alta registrada duiantc l.i IN
piración y todos los vcntíladorcs muestran so valor, ya sea de manera j<iáficn y >li|
tal. o analógica (véase fig. 5-5).
Sabemos que las esiralegias venlilatorias inadecuadas, aun en pacientes con |id
tnoncs saiuis, pueden generar daños pulmonares y sistemicos que en ocasione»«
muy graves y producen un aumento de la mortalidad. Desde los trabajos de AniM
y más tarde de la red de estudio del síndrome de distres respiratorio agudo { AKH
netivork), estamm al corriente que la sobredistensión alveolar y el lcnóinetKÍ)i
colapso/reclutamiento alveolares cíclicos son los principales determinantes de csti
Tiempo (Moundos)
Kig. 5-S. Presión proMÍnval en la vía aérea. Trazado en el cual se registran la presión cn l.i vía aerea
y el flujo durjintr la ventilación mecánica, se observan la presión pico iPpico). la presión iniciaj
(Pz). lu presión de mesela o plaieau (Pmesela) y lu presión cHpii'iinxIa (Ptxise) La flecha grande ver
tical matea el cese del tlujo inspiratorio y el comienzo de la pausa itispiralnrla. Lu flecha i'etjueña
inferior en el trazado nujo/liempn matea como el fluj«i espiratorio no lleRa a cero antes Je l inicio
de la Inspiración siguiente y ocasiona un atrapamieiilo aéreo y aulu-l'bhP.
M i iN llllM If '.i M IH l i l i l ' A l l j M ! V lt ^ ljlA ln i 101
«M 'il' ' I II r v liliM ti'lii i i r i i l l l k i i iioh t l k r i j i i r u iiii iii. iiu 'iii >lr i's K iii lii s(i)>ii-(hsiL'ii-
^|i I . iiiiiiiU 'iu 'i lii p ifH lttii M irs e lii I I los 3 0 c n i i lc
|iiH <k‘l>ii|ti i l c
los 2.^ c i n 11 ( ).
1 1 1 lil c i i l i i i i 'i i i r m> siit>rL’ |i4isni
I ¡ Ml'iiii-sriii c» In prcsiun iiispiiiiUifiii i|iic se rugistrii un el vciuiljulor después de
«Mti iiini puiis^i iil riiiiil lio lii inspiruciún tic ul nienos 2 segundos (véanse figs. 5-5
i fii l'.irii iiu'dir lu l'itioseta se debe mantener al paciente vemiiado en V C V , con
i >iKÍn eiiiKlnidii ile V y con los iwn'unetros de V, iVeciiencia. velocidad de V. etc,,
|li' jiilos liaslji el momento de a'alí/.ar la medición.
I 'tni ve/ inieiadii la inspii acii'm mecánica, &e reiili?.a una pausa inspiratoria
Miiiul iiieilianle el accionar de una perilla dcl ventilador preparada para tal fin, o
lili, .indo una pausa inspirutona en la elección de los paráinelru.s de funciona-
.¡iiio ilel modo. Mediante csías maniobras, el ventilador mantiene la válvula ins-
liiiiiiilii iihiena. la e.spiraioria cerrada, y se pone de esta forma en línea la Paw con
I «I ii iiiii de medición del ventilador.
I iihe leciilcar que el pacienie debe estar tutalmente adaptado al ventilador y en
|iiii|iletii ausencia de esfuerzos musculares. Medida en estas condiciones, la
>1.1 ivUeja lu presión alveolar (Pa) al fínal de la inspiración o presión alveolar
(11 y representa la presión requerida para mantener distendido el conjunto for
illo |Htr los pulmones y la caja torácica para un V , provisto (presión de retnxeso
tilko dcl sistema respiratorio). Un dato que hay que tener en cuenta es que lu
hiii'tteia no sólo depende de la elasticidad del sistema respiratorio (R S) y del V , uti-
li ihlii. sino tuinbien de la presencia de volumen pulmonar atrapado o auto-PKEP.
I ’iiniión
ii !<■vlii aérea
ti|(. .^-6. Riw mcdiii Regiiiim de piesi6n/(¡empo en el que se observa que los diferciues valores de
|i(<-iii>n duranle U inspítacii^n y lu espiración cimU ituyen con el valur de la presit^n media en la
t It IK'rClL
HMi < || IJI KM II IM>I t > )IMI •l'AII )|i II ilA
r ilIn lll'L 'S . lelilí IIM piU ll'llll' <liul<> y M il l lllllllllXl l'll l i l i IMIllWlH llll-< <ll'l V I'IIIiIik M
rii;tli|U ii:i ( .a n ih io cii l;i l ’incsc't!i ic lV ia r :i a lk 'iiii. u iiir v i'ii lii I is n i-ii Li im in l 'l 'l ij
(rccucrdc que m> se iiukIíIíc;i por i'iiiiih io s cu lii.s ri> s ls li'iu 'liis
Presión in ic ia l (Pz )
Presión m edia (P á iv )
Corresponde al priuncdto de todos los valores de presión de la vía aérea que dis-1
tienden los pulmones y el tórax durante un ciclo respiríttorio (inspiración y espira-[
ción) (fig. 5-6).
Con la medición de la Páw se busca inferir el valor de la P* media (P¿) debido a |
que ésta se relaciona con el volumen tonicico medio y con la oxigenación.
La PaÑí’ y la P, media no son equivalentes cuando el paciente respira en Ibnna j
espontánea, cuando hay desigualdad entre las resistencias in.spiratorias y espirato- (
rias (como en el EPCX!) y cuando el volumen minuto respiratorio es alto
E ji con.secuencia, en condiciones de vcntilackin paslvu con presión positiva, lu I
Píiw’ se relaciona con el volumen alveolar y. por lo tanto, con la oxigenación arte-1
nal; además, afecta el retorno venoso y el gasto cardíaco,
lUII M«t Al M IN IMI 107
^'í*• 5-7. Volumen pulmomir y presión Uanspulmonjir. Duiantc la ia\pinM.'i6 n. ya sea cspijntánoi
lu vcniilaciilii mecánica a pcexiiSn p<KÍiiva, la cxpiinsi<)n pulimmar depende de la pr«i
Iraniyulniunar. La presión iranspulnionar es la prcsiiSn u ni%vl alveolar menris la presión pleul
e/enM’!*^*** ubsorva «imu la upIiiucHifi de 20 cm de HX) c« la vía aerea (medida en la n»c*
tu) Pctmiie un difci«nic nivel de expansión ptilnionai según l<i presión a nivel pleural. Hn el ejei
pío A VCII1U& un lodniduo con dJslcnsibilidad normal de la pared torácica y esfuef^o inspiratori
"utninto que en el ejemplo B apimxe un paciente ventilado en toma pasiva y con disminución d
la diItlcl|^ib¡lid3 ll dt; lii |«ared tivácica poi distensii^n iihdiniiinni. obesidad mórbida o oscitis.
§
I
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í 30-i Veotiteclón controlada
.'II 1 20 J
ÍO 9 10-
o £ 0 -
laclón asisiK»
Tiempo (segundoa)
I la. 5-H ln!kpcccidn visual del tn);.ido. lta 7jid(K de prcsi<Sn en la vCu aétca proximal (lincas »óll-
^í-l iliiiiiiitc la vvntilacii^nconlix>ladi<i por vxiluincn con flujo in^irniono cunstanlr (ondú i'uadra-
|«i 14I.S lincas punieada’i (A-E) repic^lan los perfiles oorrcsponJIcntes de presión ulvcolar. A.
Hni.il; B. aiimcnlo de l<i resistencia: C. prcsciKÍa de auio-PtbP; D, volumen ilepenüicnte óe la
III hhiliilidiul; K. sobredtslensii^n: !•'. esíuer/o Inspiratnrio; Paw ■ picsi<)n de la vía aerea pn>\i-
it IVilv ■ pivsión AlveoUir.
Es la |>ivsión quf pcmiiincuo u nivel alvcnliii ilL's|na'\ di' liiiiili/iul» l;i i's|)in)i iij
corrícnte, y que es clifereiiie de la PELI* exlciiia |)rii}>riiiii:ulii cii el vciiiiLulor
presión medida con una pausa al llnul de la cspirutión es «iiiivaleiiie a la pivsn^
alveolar pn>mcdio y se denomina l’ E E P total L a aulo-PHEP es la dilcrcncia cni^
la P E E P toial y la P E E ? aplitada. Algunos autores también la llaman PEH P inir
seca u oculta.
Fn general, durante la V M ; la auio-PEEP signiñca hipcrinsuflación dinámi(
pnivocada por cl colapso de la vía aérea con limitación dcl flujo aéreo (p. ej.. asiiu
E PO C ), que ocurre cuando el tiempo espiratorio es insuficiente piua que el sisier
llegue a su posición de equilibrio entre ciclos sucesivos. L a hipcrinsutlación diiil
mica puede también ser provocada en ausencia de colapso dinámico de la vía ucnS
en los pacientes con altos requerimientos de volumen minuto y con tiempos espira
torios insuficientes para permitir que la P* y la Paw se igualen al final de la espir
ción.
Ademíis, puede existir auto-PEEP en ausencia de hipcrinsuflación diñámic^
como consecuencia de la espiración loriada durante la ventilación espontánea.
El valor de la auto-PREP no se relaciona en forma lineal con el grado de atrapij
miento aereo u de hiperinsuflación pulmonar, pues este último depende del ])ii
ducto de la auto-PEEP por la distensibilidad del sistema respiratorio (iin paciení
con una alta luerea de retroceso elástico puede hallarse p iK O insuflado y tener i
mismo valor de uuto-PEFP que uno con distensibilidad aumentada y alto grado i
hipcrinsuflación).
Finalmente, debemos puntualizar que cl valor de la autiv-PEHP varía de un siti"
a otro dentro del pulmón en pacientes con afección pulmonar heterogénea, por It]
cual los valores de auto-PEEP obtenidos con todos los métodos de medición son
aproximadla y algo inferiores a los valores más elevados que se encuentran en elj
pulmón.
Durante la VM . la auto-PEEP debe sospecharse siempre que haya flujo detccfc
ble hasta el líltimo momento de la espiración, luego se puede utili/.ar dit'erenti
estrategias de medición según cl equipo disponible y las condicione.s del pacicnte.l
i* i,K tjiu-n «K-lusión de la salida espiratoria debe rrali/.iirse justo al final de la espiración.
si se efectúa antes de finalizada ésta, la auto-PEEP puede sobreestimarse.
Ai(» iii;is. si el tiempo de oclusión es muy corto y la Paw no liega a equilibrarse con
tu r ., I.i auto-PEEP medida será menor que la real.
I i)H nuevos ventiladores microprocesados ivuli/an la <x;lusión en forma automá-
Hi II y transitoria, teniendo en cuenta las premisas descritas.
Durante ia ventilación pasiva, para que el gas ingrese hacia los alveolos, la Paw
!'<• ser mayor que la P*. De manera que cuando existe auto-PEEP. antes de que se
mide el flujo inspiratorío la Paw deberá alcanzar los valones de la aiilo -PEEP exis-
i-nilf. Si se obtiene un registro de buena calidad, a alta velocidad y simultáneo con
lii* curvas de PÍT y F/T, ptitlrá objciivarse que el valor de la Paw que precede al ini-
iHii ik'l flujo inspiratorío es el corre.spondiente a la auto-PEEP.
I'ste método no requiere la oclusión de la via aérea (fig, 5-9).
l'liH-M'lil ii'lli'la ol lli|iriliiM l(liirln n iliiiiiiiD i it ilr Iii > iiiiiil.iik-. |tllhi||
lütri'N ck‘ iiiaiM.'iii HUÍS Tu'l <|iic lu iiiiH licinn « liiri la ili- lu iiiln l'l l I' i|iii‘ '^olu hniii
un prontL-iliii de l<u v .i Id iv s iJi! I;i >iiil<> l'l'.lil' ili' iu|iK‘llaH iiiiiiliuK s i|iie |v iim iu io u
en com unicación con la apcniira ilc la vía ucivii.
Una fomia de cuanlificar la auto-PREP e& iiiidiciidu la Pincscin aiilcs de ii
pausa espiratoria prolongada y de<.pucs de ella (alredcdoi de •40 sejiundos), li.i
que el flujo espiratorio finaliza. En el supuesti» caso de que la distcnsibilidiul |
varíe de manera significativa al final de la c.spiración. indcpendicnlenicnic del v^ili^
men atrapado, la diferencia en el valor de la Pnwseia antes de la pau.sa y después j
ella corresponde a] nivel de auto PFF.P existente (fig. 5-10).
Otro métod») clínico sencillo es medir la Pmeseta a la frecuencia utilizada, y d«
pues de disminuir la frecuencia respinitoria a menos de cinco rc^piracioi>es pi
minuto durante 15 segundos (manteniendo los niveles de V , y PK K P constantes). I ]
diferencia de los vaJ«Hies de Pmeseta estima el valor de la auto-PEEF’.
No aulü-PEEP A iü o PEE
F¡j>. 5-l(>. EM iiniickln de la autn I tiliP poi m edio ilc la m cdiciiin de la Píllesela anics y dc%pu
de una pausa cspiniloria pnilungada. I.¡i piiuva |H.'[tnllc c lliiiiiia r el volunKn atiaivido de ttiis, i
pnnsahle de la auto-PEEP, por lo i|iie la diferencia etilre umKus m nllcioiw .s perm ite rejilÍ7 .v luí
cunntirieación de é.Ua.
M i i N l l i iKI/A< l( IN Dl 'l f A I I I M I V t N I I t M M i Itt
t.i j< in iw lm o n jr
|4i’i|uiere las mediciones simultáneas «le Pes/T y F/T. Si no hay actividad mtiscii-
.(iiraioría. el cambio en la Pes hasta que se inicie el flujo inspirutorio es igual
I lii pifsión necesaria para vcnccr la auto-PEEP existente. Si no hay auto-PEEP, la
M.it ion inicial de la Pes coincidiría con el inicio del Iluju inspiratorío (fig. 5-12).
liliilo
I H'. 5-11. Mcdición del vx^lunicn atrapadn. Rcprc<<rnlación csqticnuilíca dcl volumen pulinonar ul
fllMl lie la iiupíración (V Ell por mcimii de la capacidad rusidual Funcional (CRH). medido coimi
vi viiliiiiien espitado duranlc una apnca prulon(:a<lH. I,ii difeiviKia enirc el VEI y el volumen
■milonte fV,) representa el volumen pulmonai por cncima de la CRP al linid de una «piisclón
i 'II V, coniiUinic, a decir, el volumen atrapado <V Lli I
t u I lIM N M ti < M II V t I h M 11‘ U i I I I I I
l'liH-M'lil ii'lli'la ol lli|iriliiM l(liirln n iliiiiiiiD i it ilr Iii > iiiiiil.iik-. |tllhi||
lütri'N ck‘ iiiaiM.'iii HUÍS Tu'l <|iic lu iiiiH licinn « liiri la ili- lu iiiln l'l l I' i|iii‘ '^olu hniii
un prontL-iliii de l<u v .i Id iv s iJi! I;i >iiil<> l'l'.lil' ili' iu|iK‘llaH iiiiiiliuK s i|iie |v iim iu io u
en com unicación con la apcniira ilc la vía ucivii.
Una fomia de cuanlificar la auto-PREP e& iiiidiciidu la Pincscin aiilcs de ii
pausa espiratoria prolongada y de<.pucs de ella (alredcdoi de •40 sejiundos), li.i
que el flujo espiratorio finaliza. En el supuesti» caso de que la distcnsibilidiul |
varíe de manera significativa al final de la c.spiración. indcpendicnlenicnic del v^ili^
men atrapado, la diferencia en el valor de la Pnwseia antes de la pau.sa y después j
ella corresponde a] nivel de auto PFF.P existente (fig. 5-10).
Otro métod») clínico sencillo es medir la Pmeseta a la frecuencia utilizada, y d«
pues de disminuir la frecuencia respinitoria a menos de cinco rc^piracioi>es pi
minuto durante 15 segundos (manteniendo los niveles de V , y PK K P constantes). I ]
diferencia de los vaJ«Hies de Pmeseta estima el valor de la auto-PEEF’.
No aulü-PEEP A iü o PEE
F¡j>. 5-l(>. EM iiniickln de la autn I tiliP poi m edio ilc la m cdiciiin de la Píllesela anics y dc%pu
de una pausa cspiniloria pnilungada. I.¡i piiuva |H.'[tnllc c lliiiiiia r el volunKn atiaivido de ttiis, i
pnnsahle de la auto-PEEP, por lo i|iie la diferencia etilre umKus m nllcioiw .s perm ite rejilÍ7 .v luí
cunntirieación de é.Ua.
M i i N l l i iKI/A< l( IN Dl 'l f A I I I M I V t N I I t M M i Itt
t.i j< in iw lm o n jr
|4i’i|uiere las mediciones simultáneas «le Pes/T y F/T. Si no hay actividad mtiscii-
.(iiraioría. el cambio en la Pes hasta que se inicie el flujo inspirutorio es igual
I lii pifsión necesaria para vcnccr la auto-PEEP existente. Si no hay auto-PEEP, la
M.it ion inicial de la Pes coincidiría con el inicio del Iluju inspiratorío (fig. 5-12).
liliilo
I H'. 5-11. Mcdición del vx^lunicn atrapadn. Rcprc<<rnlación csqticnuilíca dcl volumen pulinonar ul
fllMl lie la iiupíración (V Ell por mcimii de la capacidad rusidual Funcional (CRH). medido coimi
vi viiliiiiien espitado duranlc una apnca prulon(:a<lH. I,ii difeiviKia enirc el VEI y el volumen
■milonte fV,) representa el volumen pulmonai por cncima de la CRP al linid de una «piisclón
i 'II V, coniiUinic, a decir, el volumen atrapado <V Lli I
IM < ii t v i i ' t i M i M u ' i > i r i H i i ' M i i n i <1
n$>. 5-12. Mcdici(>n de la auto PEEP en pacientes con ventilación espontánea. Rcg¡sln> «Je lliif ■
y presión csofásica que niueMra el ntodo de medir lu auio-PHHP en un paciente veniibnd<i e«(xio^
táncamente. La auitvPREP es determinad» piir el lumbio de la Pes desde el cotDien/n del esli» i
ta hastu que se inicia el Rujo inspiralorlo. Rs de destacar que la Pes disminuye hast» vcncei » 1^
auto-PEEP antes de que el flujo inspiratorio comieiKe.
Iilcalnicnic en los pacienlirs ventilados, el flujo debe ser medido por un rieunm I
lacógnifa colocado en forma proximal a la vía aérea, ya sea colocado a nivel de
pie¿a en “Y " o en la rama espiratoria del circuito. Cuando la medición del flujo tm
se iraliza en fonna proximal a la vía aérea, se debe tener en cuenta el volumen d4|
gas compresible dentro del circuito, ya que podría s<^>brcestimar.se el V , que se I n
administra al paciente. Los ventiladores modernos realizan este cálculo en formal
automática y proveen el valor final ya utlapiado, sin embaií!0. esto es cierto siemJ [
prc y cuando se utilicen la tubuladuras correspondientes pata cada marca y modele
de ventilador.
L a mayoría de los ventiladoiies nt) miden en forma directa el V , o vnluinen espi«
ratono, sino que realizan un cálculo de éste mediante la integral de la sctlal del riiija
(aérea debaj<í de lu cur\a Vlienipo).
La forma de la onda de flujo inspiratorio depende de la mtxialidad ventiliitoria
elegida. Kn la V C V se ptxlní optar (según el modelo de ventilador) por una onda de
flujo coiislatile o desaceleruda (los demás tipos de onda ofrecidos por los diferentes]]
ventiladoies no tienen utilidad príktica) (fig. 5-1.^). En las modalidades por presiór
(ventilación coninilada por presión y presión de soporte), el lliijo inspiratorio es^l
sieni|)re desacelenido y su vekK'idud máxitna depende del gradiente de presión exis>i|
tente entre la presión seleccionnda en el ventilador y la presión alveohu' al final dojl
la e.spin*ción.
E l inicio de flujo inspiratorio (positivo por conver)ción en los gráficos) se utiliza^ I
para determinar la presencia de auto-FEHP en pacientes que respiran espontánea-! |
mente (fig. 5-12). La valoración de los cambios de flujo inspiratorio en respuesta a
Ih tolenincia clínica y a los cambios de presión y voltiitien son utilizados para lograr
una mejor adaptación del paciente al ventilador cuando la asincronía es consecuen
cia de un flujo inadecuado.
Dado que la espiración es pa.siva, la morfología <le la onda de flujo espiratorio
dependerá fundajnenialmente de la.s características de lii retracción elástica del sis-
M i INIII >10/M M IN MI I l'A IIIM I V IM IIM lil M 'i
MI
/ r m r T T fr r r r r r r O
/
/
T T T T T T T rrm rr 0
II t 2 3 4 0 1 2 3 4 0 1 Í 3 4 C I 2 3 4
•IH Í-I-*. I\itcnlcs de flujo posibk» durante La VCV. Curviui de presión/tiempo, v’olumen/tienipo
II... . con diícrcnlcs morfologías de flujo inspiralurio; conslanic, rampa asccndenic,
{•■jiii ili-Mcndente y sinu.soidal Se rcprusenia udcmiis el coitibio de ptv.síón de la vía aere^ como
II los diferenlcs patrones de flujo sckccionudos.
ii.tliil(»«iías que producen una nbstrutx‘i<^n ai flujo aéreo, la curva pierde la típica
fMinvi cun'ilínea para hacerse lineal y más Icnla (fig. 5-14). E l tiempo necesario
l i l i i|ue el flujo pueda alcanzar la linca del flujo cero dependerá de la gravedad de
■■iilt'imcdad, y el ascenso hacia el cero será más lento cuanto más lenta sea la
iiinMante de tiempo promedio (es decir, peor cuanto mayor sea la pérdida de retrac-
^rliMi clá-stica y más grave la obstrucción bronquial).
Áilcinás de la hipcrinsuflación dinámica, la presencia de esfuerzo muscular espi-
iiilorio puede causar la persistencia de flujo al ñnal de la espiración.
Fig. 5-14. FIujcH espiraiurios iu h iiu i I y prolongado, Aíriba, una curva de flujo en un pacicnte iiitL
logra c<^plctar la espiración (se cxir»cicri/a por \a forma arqueada de la curva y porque lle^ iiM
Muc al tener obstrucción al flujt> (la curva presenta una forma más reclT^
y no Iícg4i al cero), no contpleUi la csniim'iún. retiene volumen y «» hipcrinsufla en fomiu proj
8iva.
A B C
Hk. 5-IS. Curvas de pr«sjón, tlujo y vulum«n en función licí durante la ventilacióu cofl-
iKfliulB por presión en un pacicntc con annpbcencia normal (A), elevada (B j o disminuida (C).
V\
T'^r—T—1^ í
•■ift 5-16. Flujo (Jurante la vamlacirin conuolaUu por presión y el cfcao <fc cklu útil (T.íT VÍ I general i
sobre el N'olumc,! coiricnlc (V,) A. Con T,/T„„ = U.25. c) licmp., in,pn,u»io (T> es liuulicicirtl
, lua una alteración tanto r : . ^ como Je I.» p - l" » » - L .
^rni.i.1 el equ.libnn cnirr la pitsi.',., * la vfü aérea p,,«inul yb alv«)li¿
(Palv). como <« obscivii por la pcRiMeiuui de Hujn in»|nralorio al tiiul de b mspnacKin. «. íT
increinenlo de la T,/T„ ¡i 0,5 ocasiotia que el Hujo, lanío de la InspiracAi como de U cspirjcl¿.
reiorne a cito antes de la espiracii-iti y la inspiracWn, respceti\araci>lc, y auramla al míximo el V,í
enlrepKk). C. Un aumento ,K.Menor en la T / T „ u 0.75 conduce » la upunción de auto-PPI I'
(eorm) queda evulentiudo 1« peniistencia <fc flujo ol final ilf la es|Hracl<in) debido a i)uc el I,
queda reducido y como umvecuencia disminuye el Eradienie de premio de condiicei.'Mi del lliilá
inspiratoiio y el V, entrcjuido. ’
■u
Se denomina elastunda (E ) a las fticrzas que las estructuras toracopulmonai
generan oponi¿ndu\c u la inflación en condiciones cstática.< (sin flujo).
Para scparai lus variables esiáticas de las dinámicas, debemos determinar punto ¿ I, d . la p u l , , « » bien « I. P . Í . . Í - « . - < « r “
de flujo cero (pausas) dentro del ciclo respiralorio noriiial; al final de la iiispiraciói, 3S rara inferir la presión , •• ,
de determinar el valor de las pi.piedades elásticas pul,.tonar y torac.ca por
para calculai la Pmeseia y al final de la espiración para medir el valor de la P EtiP í
lolal (P b E P más auto-PEEP). "
'r ', eístancia del sistema respiratorio (E ,.) compt'ende la suntan>ria eti sene de^la
L«is pulmones y la caja torácica son estructuras pa.sivas y elásticas, de manera quel
el HK)vimtento de ¿ases desde los pulmones y hacia ellos esiri detenninado por gra-' íl V ,.
dientes de presión. I j j relación existente entre el gradiente de presión necesario para:
mantener expandidos los pulmones y el volumen de gas utilizado define la propie 1 : Pip A 'r = KPraeseta -PEEPunal) - Ppl |/V =
dad elástica del sistema respiratorio, es detir, la elasiaiiciu. Iv » : Pp l^ 'i
Esta relación entre la presión y el volumen (P/V ) no es lineal en todo el rango de E, + E t.
la capacidad vital, sino que varía con los diferentes volúiiK-nes alcanzados. Así, en
un mismo paciente con una nnisma patología rcspitatoi ia, la relación P/V muestra Dado que la dislensibilidad es la inversa de la elas.ancia, la C\ y la C e,, se suman
un comportamiento diferente según el V , con el que se lo muía. en paralelo:
til) ( > I l'.K i l ' M n i l X |\
Por lo tanto, frente a un paciente con una modificación de la E (o C ). no fUSIo delx’ '
interpretarse como secundaria a una alienrción de las propiedades eláslica.<. del teji
do pulmonar (p, cj., edema agudo de pulmón o S D R A ), sino que también pued^
deberse a un ikspla/amiento de la posición sobre la cur\a de PA/ (p. cj., hi|H:rinsu^
flación). o una viu'iación en la capacidad <lc aireación dcl pulmón (p. ej., ueumO^
nectonu'a. atelcctasia).
A intKio referencia general, los valores de la distensibilidad del pulmón, de l.t
pared torácica y del sistema respiratorio total, al tlnal de la espiración, en personal
sanas que rc^piran espontáneamente y en posición supina, son aproximadamente
200. 150 y 85 mL/cm H O, respectivamente.
|)H'*'l llt>.Ml ii lll I iijiili IiIikI |lullhoiliil loMi I >i'‘'|iil>". ili- i'ilil.l lillii l;is iltMlIhu'liMics se
;|ín lt/iiii piiii t.i'- ilf I II >>ryiiiiil«i'. v ••i.' iiiulc lj |iivsion cii Li víu aérea. Una vez
K iii/iiilii i'l viiluiiii'it lu iliiiiiiiiu (Icsi'ikIo m' pioL'cJc clcl iDisiiio moilo pero en el
|ihiiili> iini'iN o I > 1' csiJt lonii!) se eoiisiiiiyi-n lus eiirvus inspiratoria y espiratoria de
\<ilúmonei aleatorios
Fig. 5-17. Cun'a de pimión/volumcn estática oblenida por el método de la sdper jeringa. Se indd
can loK dit'ci«nte& oomponenlcs de la curv^: oompliunce de inicio (Citan), ooinpliancc de íntlaci^
(Cinfl). compliance de dcflaci<Sn (Cdef!) y punió de inflexión (Pflex). Paw ■ presión de la v(«
aérea.
•\1 emplear llujos in.spiralorios nuiy lentos (de alrededor de dos litros por minu
to) se suprime la carga resistivu. por lo que se coasidera que cada punto de voluinet
provisto genera un valor de presión elástica. Con los ventiladores no es posiblí
construir una cur\a con flujos tan lentos, con la mayoría de ellos no es posible con<
seguir flujos inspiratorios más bajos de 5 a 10 litros por minuto. Cuando se con.s
truye la curva con esos valores de flujo se denomina cur\’a PA^ cuasi estática.
Se analiza en forma similar que en los ntétodos ¡mteriore.s.
[ i'l I nlll< t r i l l l l l l l l l l M IIMI l l l l h i r | I H " » ' l l l l l l l V K ' < l l l ' l t ' l t l l l | I I I I I. I II I U' l l l M IIKH' i l MU' O (Ic'l
niiiyiit tililiiliul piini lii p n ifliai clínica que piirccc obtenerse de la confeccirtn
||U . iKvo IVV sería el sepumienlo de los pacientes con lesión pulmonar aguda y
|A SitIviiioN ilesile hace lienipi> (|ue la evolución típica de este síndrome atra-
I |Mi( (liteaMiles etapas con su correspondiente manifestación más o menos típl-
lii lorma de la curva P/V (fig. 5-18). Sin embargo, su utilidad como
N ii ili iiUi «le ayuib para la elección de la mejor estrategia terapéutica es. al menos.
F^ode
iscupamción SOHA temprano
PiM (cm H P )
Paw <omH/3)
, I- IX. Modülcackmes en la curva pre>¡i6 n/voliunen de acuerdo con la evolución <lcl síndrome
lílllicull^td rcspiratnria itguda (.SDRA). Cuatro modelos de curvas de presi6 n/volumen en pacien-
) t >Hi SDRA. Airiba a la izquierda, la curva en un pacienie que se ha recuperado Jc l SDRA tiene
I lli<.ii'i)<.ihilidad cercana a lo normal, pequeña histéresi» y ningún punlü de inflexión. Arríbu a
t'i> 1 li.i. en un paciente cun SDRA temprano menor de 2 düu ha aumentado la histéresis y tiene
mullí de infloiión en la rama inspiratoría. Abajo a la uquicrda. en un pocienle al cuarto dfa de
Amlón en el cureo del SDRA ha disminuido la distcnsibilidad. tiene mua-ad.') hiMércsis y un
jilii tlr inHcxión en la rama inspirauiria. Ahajo a la derecha, un paciente en el curso tardío dcl
ÍA lilia 2 0 ) que tiene disminuida la disicnsibilidiul, con mcnnr histiírcsi.s y sin punto de infle-
I i'l ( ||F.IK'A|l|l<; i|< I |IMl il'MI l|> M J-v
i'l ciilapso. y osin rstiii h'l.n i<1111111111 un tnlinr ¡ ilc |ii> tmi i{
rt'ii d ptiiiU) ili* iiil k'xiiiii iiilei iiii .‘i 17). Sin 1 >ntiiit ^.1 s iinui. «'I 1
lamíeiiio m xiciiiTcc'n un sitlu iniiilodi’ |ticsinn iliii.iiiU ' lii lu iv.i iiis|)iiiili>tui. miki
sucede diimnlc toda la tnspir^'ión. IX ' la misma m aia'ia. i'l mliips^) nn «Kiiric i
solo punto de presión de la curva espiratoria. sin<> que ¡icoiiteie üuniiile imlii i‘*|
cióii. Por otro lado, se ha demostrado en estudios pulmonares con loiiiojinilíii
putarizada que el potencial de reclutaTniento pulmonar en el S D R A no Menipi
relaciona con el Pflex de la curva P/V. Por lo anterior es improbiihle que co|<x
valor de P E K P que su|»ere el valor de Ptlex tJe la curva inspiraioria sea rcalntento
en loilos los pacientes. Es probable que la elecciíin de valor de PRKP mayor al pii
de inllexión inferior de la cur\a espiratoria pueda tener un mayor valor leiapt'iil
Sin embaído, la construcción de la curva espiratoria es muy difícil de realizar ya
se requieren pausas periódicas del flujo espiratorio con las correspondientes 11
cioiies de la Pmescta. y esto no es posible de realizar en la actualidad con la t
logia disponible en la mayoría tle las LITl.
Oint alternativa para elegir el mejor valor de P E E P en el S D R A es construí
curva P/V con dilerentes valfMes de PURP. A medida que se aumenta la POEP. I.i
y la Cn> tienden a alcanzar sus valores más altos y caen una ve/, que el grado
liiperinsuflación alveolar es mayor que el de leclutamiento. I£l punto de ma
reclutamiento también suele asociarse con las valores más bajos de espacio nmi
fisiológico y de shw n. y más altos de disponibilidad de oxígeno. Debemos record
además que uno de los determinantes de la Q es el volumen pulmonar, por lo tañí
un diferente puede asociarse con difercnles valores “óptimos" de PEEP. tli'
lomui práctica de resolver este dilema es elegir [>rimero el (teniendo en cuciili
la evidencia disponible actual) que ¡jemiita una "ventilación adecuada”, incluiila
hipcrcapnia permisiva, y buscar el área de mayor reclutamiento pulmonar medii«
te niveles crecientcs de PlibP. Si bien esta estrategia no es aceptada por todos
autores ni es factible de utilizar en todos los pacientes, es una buena orieni
para evitar que valores inadecuados de V, o de P E E P generen una sobrcdistensK
y un daño ventilalorío agrcgado.
:«'rr illlHiiiiír lie IIMMlIlHIMllllU’IOli ilr lll «IklCllklHtlIiluil, i‘>>ili'i il, lil ilitCII'IK III CMlll'
<' i4tsiHiiiiilil||(|,iil iliniliiiKii y lll rsl/tliiii i'H |iiov<K’>iilii M»l)ir I<mIh |«ir la iL'Msk‘iH.'íii
«ííjiyii Sillín' riiiiiliLKinrs «U‘ Unjo y V, idiisiiiiiU-s, un aiiiiiciiio ile lii ( ’iMjyii des-
; ülr' lll iiilnilniHlriii'ii^ii ilc hriiiKiiilihiliiiloic.N, us ilchid» ti umi disminución de lu
/•(
I < tnilii 11 i|uc las resistencia-s están dispuestas en serie, la Rrs es la suma de sus
Ff«iiii|'i)iR'iiles; la resistencia pulmonar (R ,) a su vez subdividida en resistencia de la
»H iii ii ( Raw) y la resistencia dcl tejido pulmonar (R u ) y la resistencia de la pared
> I. d (kcw ).
Rpi= R, + Rcw
1 lOii'dcdorde 3.4 + /- 1.4 cm H;0/L/s. Los valores varían desde 0,5-1 cm H.O/L/s
Im \ i.i aerea alta a 33-110 cm H ,0 /U s cuando se realiza una espiración forzada
lili lll capacidad vital.
I i( Raw tiende a ser menor durante la inspiración debido a que aumenta el volu-
Hii lie la caja torácica; el tejido pulmonar circundante genera una fuerza ile tnic-
iiiii »obre las vías rcspínitorias y las abre. A l contrario, durante la espiración, la
!•» lucle ser inay<ir, sobre todo en pacientes con patologías obstructivas. Además.
Ititiiite la espiración las pequeñas vías aéreas membranosas se comportan como
^iuioi fs o segmentos de limitantes del flujo; en estas zona.s la presión tlel rctrixe-
H siíilMico pulmonar puede comprimir la vía aérea y aunKntar ai'in más la rcsisten-
l\n las enfermedades con limitación al flujo aéreo, un estrechamiento adicional
' lll* víns aéreas produce un atrapamiento aéreo y auto-PEEP.
I Jli I .1 III |f M II i a IM S . IIM I tl' .lt Hl N .|A
I.(Vi <li-ii'iiiiiiiiiiili‘s (l(- lii itd iriiK 'iiiii ilr lililí» l'l l'l* 'iH i Itt M 'iiillitt HiM niiMiiiii,
reliK ion inspiniLioit/cspinii KHi y los Im imcH iiivoliu lailii'. k'ii r l viu liiiln ili' Inn |
niottcs (hi resisienti;! y l:i pa-sión ili? iiMnneMi c la sliin j I iliiit , i|iii* el iili|
micnlo ucrco scrú mayor cuaiilo mayor son la veiiliLk'ióii iiiim iln, lii iliiriKii'in i
inspiración, la resLsIcncia y la ilistcasibilidíHl piiliiumar. I'.sios dos iíIiimuis (iKiij
tíKcániciis que determinan el vaciado pulmonar cunfonnaii la constaiuc tic tin
(R x C rs),
En las pacientes con VM , la medición de la Raw está muy influida |K>r la ii'(
tencia de la vía aérea artiticial. No debemos olvidar que los tubos cndotra<|iii;.i|
finos producen una resistencia varias veces mayor a la Raw natural. A un fliiju i
IJs . un tubo endotraquea! calibre entre 8 a 10 suelo generar una R de 1,92
H O/Us. y una cánula traqueal, suele lencr una R de 0.75 cm H.O/Us. Es im|
tantc recordar este punto ya que la carjia de trabajo muscular impuesta al pacic
por el tubo endotraqucal puede ser suficiente para hacer fracasar la prueba de i
en “T ’ en pacientes debilitados. Por otni parte, la resistencia del tubo endtHraqu
genera un retardo en la presurización de la vía aerea del paciente, y esta circuí^
lancia en condiciones de ventilación espontáivea puede ser una causa de incor
dad y asincronía pacicnte-vcnlilador.
A bajos flujos, la relación entre la presión resistiva y el flujo tiende a ser lino
en cambio con llujos altos y turbulentos, la relación entre la presión resistiva y l
flujo es exponencial. E s decir, la Raw será mayor durante la espiración con baju'
y con altos flujos. Estos tres factores que modifican la medición de la rcsislcij
cia (volumen pulmonar, fase de la respiración y flujo) deben ser tenidos en cl
a la hora de valorar la evolución de una enfermedad o la respuesta ante una inio
vención terapéutica.
Resistencu ¡nspiratoria (k j
a = V/Crs
b; V X Rrs + P E E P total
I la Idimim i I<’ iiik iilai lii K, iiiml^'iiiiiilii |<iiiii .ii | iu'IIi >n cii.'im >‘ii Uks cuales lu
• lii Kri» vuiluii i'ii 1*1 rMii|>ii iti* lu iii^piniL iDii u V, o tiiiiiidn iiti se puede ntctlir
■riiilit l'r .lil’ cxikli'iilc. I'or e|cni|i|i), en piicienlCN con S D K A . cuan<)ii durunic la
|>|tli>i< ii^ii eníMc lili rccltilaniicnto <y lu Crs aunienla), lu R rs puede ser sobrccsti-
Nli»
I MI II niiinmhrii puní calciihir la R, es mantener al pacicnle en V C V , con flujo cons*
Ifi y iiiediiinle una pausa inspíratoria de 3 a 5 segundos medir la diferencia entre
I IV ii o y lu Pinesclit (fig. 5-19).
; riiiiuk'eN '
l'lu. S-I9. Dns mélndos de incdiciiin de la resistencia inspirulpria (R,) ikirimle la vinKitucl^n pasi-
« ton presión posiúvu con flujo consliuile. R,= (PO-PHtPi/V. DooJe PO C4 la presión medida al
toiiileiiT» de In inspirdci<)n en el [>unlu aproximado dunde se interecpkui la Uncu que miuva la
lili liiiación de la rainpa de la presión en lu v(u aérea con el comien¿o de la inspiración. V es el flu-
|ii MiNpiralorío. R, = (Ppicív-Pmesdal/V. Dandr Ppico y Pnicsela *on la» presiones pico y nicscta
lie la vía aérea, respectivamente. Nóujse que en presencia de aulo-PEHK el méto<íi> I sobreestima
lii k, (panel inferior). PR a presión resistiva. Pclasi.V,= presión clástica a ventilación corriente.
lil» I i l h I M M I l l A t M * . > tlM ( l l ' M t M« II ilA
|Hilii)iMuiii*s y tl4? Iii i u|a Iih Ai KII. ( tmin vIiium iit iltuti ilhli ln<i i huu Ii'MsIIi'm» iIi
pn-suiii cii b víii i K*s | h k ' n iU' Iu «k IiihIuii iiI IimiiI iIc I h ium cxIhIi in |
nípitki (jaulii do lii IV y Uicf^o uii «k'sci'nsi) iiii'is Icnlu Oc Oku hiima la l'iiHvscla (v^
más arriba Pz).
La R nu'ninia (Rniín) es hi diférencia entre lii IV y la l’inc.sc'ia con ivlaun^ñ]
nujo. y representa lu verdadera resistencia óhniica.
Rmín = P/ - Pniescta/V
La dilerencia entre la Rmáx - Rtnín se denomina R adicional y es debida
relajación tisular y la distribución intrapulmonar del gas ipendeliift) una ve/, <i
ocurre la cesación dcl flujo (fig. 5-20).
i >> 1(1. |)iii ii'iili's m il l'IM H t'l iiitMKMilo >l<' lii l<i<> -I' iIcIh' i.Hilo mI iiiiinL-iild <U' l:i
lelilí Hiiio II la niliiiiiiiiil, y i'iiiiiuid istii u-s|niMili‘ :il liaianiii'iito hniiic«xlilutaiiiir,
•tt nitiiiiyi' la Kniin l ‘n im icnU's con S D K A vcnlitailoN con altos volúmenes o
I M I r iiilii’ticdoi de lf> u n H O o iiiiis). puede uuincnUr In R r. como consc-
I ii( •li'l .iiiiiiciilii de l;i K ¡idicioiiiil. ya seti por un aumento de la resistencia vis-
i|>l Ji( ii I) ¡leiuU liili .
t'sp irM o rh (R ,)
I tilil para medir las vjuiaciones de la Rt con relación al volumen y ni flujo espi-
IHtoi lO
ii‘«|uicrc un tra/ado simultáneo de la presión y de! flujo en función del liem-
l|lii V ilv una válvula .solenoide que genere interrupciones al flujo aéreo,
i \(|iii, la presión de conducción para el Ilujo espiratorio (P* - Pawj es medida en
filia ilirecta y en dilerenies momentos durante la espiración. L a válvula solenoi-
I (iloca a la salida del tubo endotraqueal, ésta reali/a miíltiplcs y rápidas oclu-
miii'N lie la vía aerea ('0 .2 segundos i durante la espiración pasiva. Dunuite las
interrupciones del flujo se |«rmitc (|ue la Paw (medida entre la válvula y el
I icnte) y la PA se equilibren. Mediante el regi.stro simultáneo del V , se mide su
NÍnr inmediato previo a la interrupción.
I 'iiiindo se utiliza PFRP, para poder d eten n in ar el verdadero valor de conducción
I pas espiratorio, la PHtiP debe ser e.xtraída del valor ile Paw m edido durante la
HttfiMipción (Paw.int).
Vulunian
(L)
---------- ----- s A k
Paw. inl
Paw
(cmHjO)
h li L y n :h r r
V
(Usec) — L
rJ—
InlemjDción
1««gunOT
Tiempo 1— 1
Para realizar este cúlculo se asume que el comportamiento ntecánico del sisteitil
respiratorio es similar al tic un modelo formado por una ijnic4i vfa tterca y un aivél
olo (compartimiento tínico).
Consiste en determinar la distensibiiidad en condiciones estáticns y la constanld
de tiempo de la espiración. La constante de tiempo (n) es el resultado de la C rs x In
Rrs, y puede ser determinaiJa a partir del registro de la curva V/T, como el tiein|iq
necesario para espirar el 63% del V , pnivisto, 1
M i P N IIH H íM II IN IH I . KNI I MNI M \l>l III
Vblumen (L)
FIg. 5-22. Curva ilc l1uj<Vvolunii«i típica de un jiucicnlc con SDRA en venlilución ntrcdnWri j
curva iic la izquienJa muc&tra la inclinación y ln velocidad ilcl flujo cspirativio, en b cuivu >
dei^lm el ugrei^üidu de PKRP priiduce una disminución dcl flujo espiratorio y un incrcnH-nlo
volumen al iinal ile bi espiración.
disminuida (p. cj.. S D R A ), el patrón de flujo espiratorio muestra una pendiente ci^
lineal y bien empinada; en cambit), en las pacientes con una limitación ni lluj¡
aereo muestra un pat«'>n curvilíneo (convexo al eje dcl TOlumen) (llgs. 5-22 y 5-2J¡]
Muchos de estos pacientes tienen uiito-PEEP y. en consecuencia, su volumen
monar al final de espiración es niás alto que su volumen de relajación. Com o rc!iwí|
tado, la curva de tlujo espiratorio se detiene de manera abrupta antes de la pnuid
inflación mecánica y produce una característica apariencia Inmcada (llg. 5-23).
El hecho de conocer si la P F E P induce alteraciones en la cur>a de FA^ es útil dc^
de el punto de vista diagnóstico. Los pacientes con asma y E P O t' normalmeiní
&
Vokjtnan (t)
VdutTwo (L)
Flg. 5-2J. Curva de flujo-volumen en siete pacientes con F.POC durunle el control (linca sólida))
dcspué» de la aplicación ilc cm de 11.0 de CPAP (linca punteado), lin los pacientes I. 2. 4 y 6 lii
upllcíición de PKKP no modificó la curva (lo que eviitenció tu presencia de auto-PEEP); en cam4
bin, en loK pacientes en los cuales la curva &f fue niodifícada (.í. 5, 7) no existía iiníi limitación al|
llujo previa y la PFEP extrínseca la provocó.
IN IIi I .. VI II ' i I MI I'" IM II ’ l ' l l l l / Mi l i III
f- iiiilliiii lililí* l’l I I ’ iiiiiiii ii'niillmlu ili'l i HMii* i i i l k o ilr la viii iii.-n.-ii. DcmIl- cI
I ilr viKlii lisKiliipuii lii liii ii>L‘iiK'|ailit;i iiiiacas^'iuKi <k- aguacil lu que hi uliu-
i j ' 111 iiu'iiilii ii'lk'ja líi iiliiirii üc la pii'Miin ik‘ ciem ; crflicu. En cslu situación, la
...... . i'Diutuci'irtii |»irii el llu|o a lo liirpi) de la espiraciiSn es el nivel de auuv
n I I iiiriiiis lii |Ui‘NÍoM crílica de cierre <lu altura de la cascada). Así, la aplicación
( ♦ • Mi l ’ ixicrnas Neiiicjiinlcs a li*s niw les de auto-PEEP no provcKU efectos apre-
H <1 I » t'i) rl Unjo cspiraloriu, la prx;síón alveolar, el volumen pulmonitr al fínal üe
.|i(iiu ntn. ni la curva hfW (fig. 5-23). ün conlraslc, en sujetos sin obstrucción al
Itii I lu iMCMim ite comiucción del flujo esipiratorio es la diferencia de presión que
I. nilri' lo*, alveolos y el exterior; en pacientes relajados sin limitación al Flujo
lili es lii presión de retroceso elistico (P* al final de la inspiración) menos la
fi- ion 011 la vía aérea pn>xiinal. De acuerdo con esto, la aplicación de P E IiP dis-
,’yt la diferencia de presión que exi.stc entre los alvéolos al final de la inspiración
) 11 xiiTior, pura producir una disminución del t1ujo de aire espirado y un auinen-
|i III rl valor absoluto del volumen pulmonar al final de la espiración (lig. 5-23).
I Mi.i utilidad de la curv'a üe F/V es determinar la eficacia del tniianiiento con
ii< «idilaiadorcs en pacientes ventilados mecánicamente en forma pasiva. Un tra-
t>M icMlo electivo debe mostrar un aumento en el flujo espiratorio con volúmenes
|ii||iii<iiiaivs similares y una disminución del volumen pulmonar al fínal de la cspi-
i>i. ji\ii eiilie las curvas pretratamiento y postratamiento. lámbién puede ser útil al
iMl lai la necesidad de aspiración de .secreciones cndolraqueales cuando se observ a
' I ii|iu II patrón en diente de sierra.
♦m/m/Vi respiratorio (W O B )
liiibiijo (W ) significa ejercer una fuerza (F ) sobre una carga y desplazarla una
it| iiincia determinada. Se expi^sa raateniúticamente de esta forma:
W = F X distancia
1.11 el caso del sistema respiratorio podemos inferir que presión es igual a fuerea
.i(iie superficie;
fuerza (F)
P=
superficie
l'itr lo tanto.
P X superficie
W= P X V
I 1-4 I ilM I HM II <M i| s > I l'.li <l'>*. h i ■« 1^
I >1' iixiilii <|iio m il V( 'V ron llii|i) t nnsl.iiilr. ii li n\ >'• ilr iim.i ( m >,i ili l'/V |>i<ilil
MIOS iiili-rir L‘ l irahujo ivspii.iintio. .Sc):iiii l.i i v u í k i i i i i i l i iiiitviiiii>'iiu> iiilciiicn
que el triibujo m; halla ihiram ciiio rcliiCKiiiiiiln iim lii ilisU'ii'.lhihtjiul y h-ms|i<i
del sistema, ya que pivsión y voliiincii viihiiiaii oii a'lacioii con liis |Miiiicni,s.
P = V X Raw + V / Crs
' Jl i'l II liiivfs (Ir l;t liiiiiiiilii lie liu m di- scr¡i ik;
I ' . iilliiiui, M' piK'tli- inliTii el li:il>u|o ix‘spiraioi iit oii rvlución ton el costo en tér-
[ fNi<" il*'l t iin>uiii(t tío O ('!'().) iiiii- CSC ii'ubujo requiere. La cfíciencia de un sistc-
i |i(U'ilc oviiliiai u iravüs de In relación IrnbajtVenergía requerida. De este modo,
r .....
r-
t rii iiMu iit la tendrá el sistema que logre un determinado trabajo al menor
n i tfim inos de costo energético. S i el trabajo para respirar se incrementa
E
[(l« i
III I <'() ri <|ueiitlo alimenta de manera exponencial en (érminos relativos, la efi-
í » -Icciic y el sistema tiende a la fatiga. La eficiencia de los músculos respira-
irlacinna con la contracción coordinada y con el pairón respiratorio. Dado
^ 1 1 iii riK-rpía requerida para respirar se relaciona directamente con el ’í'O ; utili-
inspiratorúi máxima
La niedicióii de la C'V ivi|iiii‘rt‘ iiiiii inaiLiiila i'iiliiltiiiiii ii’iti ilrl iHK iciiie. cnM> <i|
traiio, nu es tuprcscnlulivo ticl esfuiri/o. Mtuhits (Kii lcnlrs iiiU'iiuulos i'ii lii' It
están afectados de dcliriu, pur lu cuul esta medida es más díl'ícil de n'¡ili/ai v ht<
una menor utilidad que la de la Pimáx. En eainblo, eiiüv los paeiciiles i|ue piii J
colaborar, la confiabilidad es similar o mayor a la de la Pimáx, ya que si bien nlg
nos pueden hacer esfuerzos máxmios aislados, no son capaces de nuintcnui d
esfucr/i) por mayor tiempo como para alcan/ür lu meseta de su curva de vo Iuiihi
E sta medida también se puede reali7ar mediante una válvula unidireccional, nuIj
todo para pacientes poco colaboradores o muy debilitados.
El valor normal es de 65 a 70 mL/kg.
CONCEPTOS CLAVE
A M IIK M .K A IIA
DiliMi I., ( ‘«HiluloMirii M , Kusm i\. C liau iil K l'Ioviiikl' iif M<mitnnn{> Kcspirator>'
hiiMirk III ilic Vi'nllUiiii-sii|>|h)il(.‘<l l’iiiíoni: uii iiptluic ( I W.^-20()(^). Currem Opi-
til iit lii C illicul Ciiic 21HM; 7>ll-8.
tt V, Maiim M MniiiCoiinp ilic Mccliaiiically Vcniilatcd Patlcnt. Cril Tare Clin 23
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I. .
i
I II . .f
6
Interacciones cardiopulmonares
en la ventilación mecánica
con presión positiva
RAÚL A. GÓMEZ
Y FRANCISCO E. GONZÁLEZ
líH O D U C C IÓ N
()H |I IIV O S
CONTENIDOS
Durante la ventilación mecánica (VM ) con presión poisitiva. los volúmenes pulm
nares aumentan con un incremenui concomitante tic la pi-esiim en la vía aérea (Kan
III M il' I I il I I I I II I -I I I I I I I III M M III
I-HUI lii I ii.iM'iloii ili i' li.. ili'liM iillii.i iiii.i 1 l< ■.iii'iKii iK' l;i/>rr.viV»// iiilrulo rtidca
II I > I i i i i i i i x i| i u ' ( II l i i i D i i i i ' r i u ' i u . i iK 's i. i'iiii a ( | i K ' ciivunila las esiructurus
, 11 ■II i l i.Miiv. iiK IiikIks Itis |iiihiuiiiL-s. i;l cina/ón y los grandes viisos.
liili.ii^'M. .1 m iiicp ío Ov P IT asi ilcnuido consiiiiiye ohligaloriaiiientc iinu
iiivi II i itm. i'ii laiiln su disiriliufiim nn es homogcncu en la cavitlad del tórax. La
|)l« Im iilriin il (T p l) om io ejemplo de una clase específica de Pl'l', que es aquella
91 Ir I .il iMiliiuiii. por 1(1 general presenta un gradiente de presión hidrosláiica de
^ líti.id.inK-nic 0.2 a 0,3 cni H ,0 por ccniímeli'O a lo largo de su altura. De esta
•1 i ■ lits valiiies más |>osiiiv()s y más negativos se corresponden con las tiegioncs
♦ ' lili ilc iliv e res(x:clivamente. Por oln» lado, los cambios en la Ppl induci-
tl I I ' V M presentan diferencias regionales, y se consideran así presiones plcu-
,1 I . f dos. dialragmáticas y jiix tacH rdiacas (P jc ) por sus asociaciones con el
» Il i|iliL':idii sobre la caja torácica, el contenido abdominal y la superficie del
(II II A s i, la Ppl con relación al diafragma aumenta en menor magnitud que la
fi iiK'dida que los pulmones se insuflan, empujan y desplazan la pared del tórax
♦. 1 iliiiia , y el diafragma hacia abajo; pero el cora/ón es comprimido por la
I I r -.pansión pulmonar en la fosa cardíaca (constituida por el tejido pulmonar
*■1 n ti. las estructuras óseas torácicas y los ligamentos pcricánllcos de anclaje
il iiiti.ij’ina),
I |M«-\ión pericánlica (P p c l es otro tipo de P IT y repi-escnta la presi<m circun
í-i ( |. Il i. (ira/ón, es decir, su pi^sii'in de superficie. l.as presiones traasmiirales de las
il lili-', ciutliacas. (|uc constituyen las verxladctas prc,siones de distensión de ¿stas,
I II iiltado de las diferencias entrc las presiones intracavitaria,s y la Pix;. La falla
1iiin.ición de las presiones que rodean al cora/ón en los estudios iniciales de los
I de la V M con P E E P (presión positiva espiratoria) concluyó en una eiTÓnea
•m ijii. lación (le las curvas de función vcnu-icuiar. Frente a una elevación de las pre
I ii . .iiiriculares debido al incremento de la PIT. al lomar en cuenta en forma enclu-
II 1 I I' presione.s inlnicavilarias. se asumió que la P E t P inducía una depresión de la
tiR. 6-1. Relaciones de presión perícónlicB presión pleural (Ppl> y presión csolVutlc» i IX
en la fosa tardíaca; VD, vcnirículo dcrecSo; VI, ventrículo l/quierdo. (Modificado de Kln|ii>«|
Sim iseth OA^ Hnús MA, el al. Lefl vcmricular cxicrnal cunstiainf. relationship heiviccn pi-irtl
dial, pleural and esophtgcjil pressuies during posilive end-cxpiralory prcsMire and TOlunVe Inljll^
in dog». Aunáis Biom Eng 1987:331-46,»
triculyr está litnitadi) nci sólo por la membrana pericárdica, sino también pur ol |
món en cxpaasión. La contribución relativa a [a coacción (consiraim ) ventrii'ul^
externa puede ser entonces dividida en dos componentes;
'I' m ili lililí iMiisiniiiiil y im In |<n nK'mi i m i i . m '.i v i i .h i j iii<.hiila l .sli' iilti-
)i> lo jiMiiilti- liMiiiii i-ii riifiiM Im iiioililu jciom-N i|Ui' lii VM lo ii presión
!<li' I t l.i r r i I' ini|>iiiti‘ii 11 l.is jMi'Mttnvs i|iio riHlt-aii al corazón (l*pc. Pjo). E l
‘ li.u h 'h il se ili'iiva til- lii róniiiila
a -
2xc
di' iiiiiiK’ia y hiN |iiv\iiMii's en liiilim loi ilt Imi in iiliu iiVi <i‘ |p|(
Uiii por lii rctlisirilNU'ióii iiiNiiiiiliiiica do la suniiic (iMlilIctiiln lu (lu'sioii i
ln»l ilespiiés tic una piirailii cardíaca, ciiiitulo la pirnliiii aiioiliil y la vcm ism . i
se igualan - y antes ele la activación de k 'II cjon vasoiniiiores t. Su Viiloi en do
rnni H g y , por ende, menor que la presión capilar y mayor ipic la |>a‘sion de lu iiif
aurícula-cava. E l sitio anatóinico donde lu presión vascular &s equivalente a lii l'i
en condiciones dinámicas se encontraría en las pequeña.s vénulas povcapilnrr'
cunstancia de suma importancia en la t%gulación del funcionariiieiili» tlcl «.on
por el sistema venoso (fig. 6-2).
El sistema venoso contiene alrededor de un 65-75% de la volemia y un 7^'Jk
encuentra en las pequeñas vcna.s y vénula.s. Los cambias de su capacitancia y ii»1
volumen sanguíneo tienen una marcada repercusión sobre la Pmcf, Se destaca i
la vasculatura csplácnica (de! hígado, estómago, intestino y bazo) contiene un I
cío dcl volumen sanguíneo, y es el lecho de capacitancia más importante pjiri(|
movilización de sangre. Sus modificaciones, ya sea pasivas (a Irsivcs de la pre<
transmurai) o activas (por cambios del tono venomouir), pueden modular en (nit'd
significativa la actividad cardíaca.
P m c f- P A D
RV =
R v + Ra (Ca/C)
R r. 6 -Z Patrones de prcsirin cii la circulación sisténúca duixaiue una maniobra de Pmcf, cuando ij
íuiKÍón cardiaca c» súbiiamcntc detenida a ceit>. Psa. ptfsWn arletial sistémka; PVC. prcsk
venosa ccntiul: Pmct. presión de llenado cliculatotia media. (Modiricwln de Kulhc CF. Mean cif
cubtory fillmg pressurc: its mcaning and mea.surcmcni. J Appl Pliysiol l99.1;74;499-509.)
In IIn M I || IN I'. « A N IH I il'IH M l iN 'iia I f H A V I N d i M II iN M il ANM A M 'í
•i } l.:si|iicma pnra expUcur los diferencias eiilic los cfecios de lu> rcsislcaciitt artcrrialcs y
i.n•! Mihiv el gastocjirdíuco. Ca. cupaciianciu uneríal; C,, oapaciiuntia venosa. (Modificado de
ilMii AC, Abcniathy B. Langstmi JB . Kaufl'iiian BN, l'aimhilU H.M Rclauve imporlanies of
it'iM; Miid uilcrini rcsistunws. in conlrolling venoiis rcturn ujmI cardiac outpul. Am J Physiol 1959;
M i.
P m c f -P A D
RV = -
Rv Ka
19
< oino puede deducirse, a un valor fijo de Pmcf. el aumento progresivt) de la PAL)
«l oinpaña de una rwlucción del RV ha.sta alcan/.ar condiciones de cero flujo
ffiimidii PAD = Pmcf. Por el contrario, ante descensos de la PA D aiunenta el RV
m i l i alcanzar valores siibatmosléricos. por debajo de los cuales no se producen
Fin. 6-4. Cur\'a\ Je retorno venuso que iliutran los elcctiin <k lii PAD cuanüu la Pnicf «s nmiiH
nitla u (lireirnlcs niveles. (Modlficjido de Ouyton AC. ÜcIcrmiiialHin of cardlac milput by cquufii
vtmous rcWfii cur>ts wlihciiixUac icspunsc cunts. Physiol Rev 1955;35:123-9).
H r. 6-5. Modelo <k caücuda vaKciilar, un liiljo colapsiihle se cnciieiltru rodcadi> por una p re s id í]
Circundante (Pcirc); cuamln la Pcirc >e cncucnlra entre b presión de entrada (PE| y b de salii "
(P.S>, una regiún ile colapso parcial se pr<xluce cii el extremo «le «ilid a .
I N I I HA i 1 II tMI I ( AWI Itl I C H U U i r í * . * ! ' . I \ V IN III M H »N M ( l ANII A 147
|i Miiinilo en cuenta los conceptos previos, los factores que se postulan asociados
1witiicnio de la Pmcf con el empla) de PnfíP incluyen:
Volumen
A'(>. Relación V/P con el csiudu nuniuil lepicscntado pof la curva a la dcrcchu; par» didio
Nt .il , indica b Pmct inicial (laiiibi¿n seJIalada por lu altura de la necha viMida a lo largo ckl eje
U l’nicr uuniciiui (fleclia disconiiaual a una lasa de(cnninad:i por la curva nriginal cuando w
^1, viiliimen a la circulación: cuando la diNten^ihilidad dlMninuye, la l’mct aumenta y sigur uru
l'lm Ion V/F más cmpinadji <iue In normal; cuandi) se roducr la capacitancia, el Vu (kcrccc y li
[liinilic se dcspliua. lo i|ue increiitcnla el Vs y, pur lu tanto, la Pincf. Vu, unmv.iíed tv/ume: \\
F|4 <i (Motliricadude PeteiN J. Mack GW, LisicrG. The importance oíihe
(|»il|iÍK-ial cifculation m crilical illnesves liilensivc Carc Mcd 2001;27:1446-58.)
I- III ( il N I K A I I I I / M i l S > (I .!• II'AK III M . K
ltr|-f m
P ltP O
Presién
Fig. (t-T. Reducción ptit^niva tJcl \"u por l’EEP crecienlc con incremento simulljineM del V» l "
cambios de la disrcnsibilidud. (De Petcrs J, Mack GW. Lisler G. The imponancc of ihe ptni
círvulution in criiical ilincsscs. Intensivc C'arc Med 200l;27:14-46-S8.)
En los perros, donde la porción intratorácica de la vena cuva inferior (V C 'I) trans.
curre efectivamente en una posición cefálica al diafragma, ha sido posible dcmos^
trar una compresión focal de ésta pt»r el pulmón en ex|Minsión, En seres humanosj
IpIII; I |( I’ l l ' i I ■>:í IM t h' l I '. M<l I IN I ■ 11| M ic in M I t A n i i A M ‘l
t^
■iidiiiii venoso miiximu; Pcrft. presión crtlic»; Riiv. rcsiMcncia ol retorno venoso; Pmcl.
Cítíi ilr IK-n¿ulo imiiluluria media, (üc Pelers J, Mack üW, Lisler G. The imponancc of «iw
ni nivulatiun in crilical illnesses. Iniensivt Care Med 2ÜOI-.27:1446-58.)
I I iii I 25% del KV. Su colapso limita el llenado del V D por la generación de una
■' •iiilu ión de cascada vascular. Pmcf > Ppl > PAO (o zona 2).
I I .iiultsis reciente realizado para los cfectos cía'ulatoríos de la P IT en V V l con
|>< in>n positiva en la cavidad del tórax, puede aplicarse a los efectos de la presión
til iliiniinal (l’abd) sobre las venas del ab<lon»en. De esta manera, se ha propuesto en
fui III.I similar a la conocida defmición de West de condiciones de zonas vasculare.s
fiiilnioiiares, una descripción de /.onas vasculares abdominales que permiten inter-
|it, iiir los informes contrapuestos del efecto de los incrementos de la presión abdo
tiilni 1'^)brc el G C . La circulación de la V C I ha sido dividida en dos compartimientos
«II lie, uno exlraabdominal "corriente arriba" (miembros inferioavs y pared del
iiluloinen) y otro abdominal “corriente abajo", con una cascada vascular |H)tencial
i li la salida al compaitimicnto torácico. E l aumento de la Pabd incTcmenia el RV de
lii V C I cuando PAD > Pabd (abdomen en zona ."?) con dejicarga de sangre desde el
I iiinpariimiento abdominal, pero lo reduce cuando Pabd > PAD (abdomen en zona
^ por un colapso de la V C I abdominal a nivel del diafragma y el desarrollo de una
I I .ida vascular. Cste últinm fenómeno atrapa sangre en el compartimiento extra-
ilNloininal, que no está rodeado por la Pabd. Un abdomen en zona 3 se presentaría
011.1mdicioncs de normo o hipervolemia y baja.s Pabd, frente a un abdomen en zona
t il situaciones de hipovolemia o elevación impt>rlante de la Pabd (p. ej., a.scitis,
I) rimioperitoneo). Hn definitiva, el concepto se basa en que el compjin i miento abdo-
I'il» <íl .1 M lK M it > (M I il'Mi H M.lA
in illlll k ii iil| i> iiliiiM -I'O IIIII IMM l l n i | /I > I I | I h iilllllt i l i ' S l i i l l i l i ) '. I
1) üc iiL'uoulo con lii ivlat'inii de l.i l’.tlul v lii PA|) Tin lu hinlo, y i'ii s iiiml ik
rclución con lu PAD, vuriablcs conu< l:i voleiiiiii, l.i luía imi t iik I iiu ii I i .is ii I, I ii l'|it |
la Ppc, deben considcnirsc en relación cim los c;iiiibi«iN dcl ^üisin ciirdiacu n»|
;nimcnli>s de la Pabd por la VM,
E Y E C C IÓ N Y P O S C A R C A D E L V E N T R ÍC U L O D E R E C H O
Además de la reducción del RV, la VM con presión positiva con PHHI’ piirill
reducir la eyección del V D por un incremento en lu ini))eduncia a la descaiga sím'<í ^
lica, particularmente en presencia de una patología pulmonai’ grave, como coníe
cuencia de los aumentos de la presión transpulmoiiaj' (calculada como Palv - Ppl||
F.sce descenso del V S V D por aumento de su poscarga puede ser cíclico, con rcl*
ción a la insuflación del V^. o continuo, resultante del empleo de F’EEP, y se encucidj
Ira en relación con las conocidas modificaciones de la anatomía vascular pulm<ni4
con la respiración. Debe recordarse que el estado de inflación dcl pulmón aí'cct;) (
su circulación tanto en la resistencia como en la capacitancia
La relación de la resistencia vascular pulmonar (RVP) con los volúmcnM pul|
monares se caracteriza por la forma de una “ U", de manerii tul que la resistencia «f
eleva cuiuido el volumen dcl pulmón aumenta o disminuye con relación a la ca(M
cidad residual funcional (C R F). Los vasos de la circulación menor pueden dividiii
se en dos categorías, y su contribución relativa a la RVP depende de las [ircsionei
que los rodean;
líO
ffl
□ 100
§ 1
S9 ,
ItS I3 so
w
<i>
cc
60
50 100 150 200
Volumen pulmonar {mL)
, l:lcclo<1cl vulumcn pulmonaf üobir la rcxistencia vascular. |l>e Bcniljelid K. R om anJ JA.
iiilf|H'iHlai)ce coeur-poumiHis die/ le pulicnt s'enlilé pw pres'.ion posilivc. .'Vnn Fr Ane^Ui
i(.iiM .H X » 7 ,2 6 : 2 1 l -7 .)
>’iii|i|<-(> lie .illiis rii-i'iii-iUM ') n -‘.|iiliiliil(iis l l l (lililí ..........lililí lii M iillli» HUI iiiliiiililj
lavofirci'! la L'liiiiinucHiii ili' ('<),. |nu'ik‘ iiiip.u liii i'ii I im iiih ih 'U ii I iv .i '.utiri' el V I ) |
el desai'ri>llo ile amo Pl-.l'!!’ |)«>i :iiiapaiiiii'ntt< íumoh Siih if lii h.iso ili- csUis ii'|n-i(
sioncs hcnuxliiKÍmicas, algunos invcs(igadoic> luin |)ri»|nii'sln tlcscurf^iH y pml
aJ V D en casos graves de S D R A . limitando el empleo de l’lir.P y u(ili/;iiidti
cionainicnto en decübiui proiui con el obje(ivo de logmr un reclutaniienio liinclm^
asociado a menores presiones Iranspulinonares y una distribución mis hoiiiojti'i^
Je éstas.
. Mil' li <iilliiil<t ili MI iilliiiu riiiiMHi'lilt' i’n l i " ViiMiN <*xti .mlvi'itl;iii'S. y i l i s n i i i i i i y c
• I ill í i ll il. 'iM I i / t | l l l l ‘l l l ( l ,
i II |uii iriiii-. Miélicos vciililailiis ion una lesión pulmonar aguda. pt>r E T E se híi
lililí un .uMiH'iilo ilol volumen sistólíco tlfl ventrículo i/.quienU> (V S V l) en
llH 11 lún ion lu inMin;ición ilcl V^, que ha sido relacionado con un incremento
Ni iiiiiii.inie <k’ su volumen tclcdinstólico. E l estudio latido a latido por análisis
I 'I'’ la velíKÍilad del tlujo venoso pulmonar ha permitido ilustrar este fenó-
ili iiiinije" de la iullación mecíinica sobre el RV dcl pulmón. En el marco
> .IcM'rilii. este fenómeno debería ser significativo con una adecuada repleción
p| iiÍMil vasi'ularpulmonar.
I 1 iiKi-iilepi-ndencia (o interacción) ventriculor hace teferencia al efecto que el
|M•') >o la eyección de un ventrículo tiene sobre la futtción dcl ventrículo opues-
I . iiiii idc|X‘iidencia ventricular diastólica durante la VM incluye dos compo-
hii'
114, 6- 11. Variaciúfi de la presi<Sn nitcnal siülólica (PAS) con la v«niilaci<)n iiiccánica (VM ); la
rAN 'luíante un período de apnca se emplea como referencia para rnedir los ixiiiiponentci» dUp y
11 11. lu suma de los cuales constituyen la v^iiiación de la PAS, la variación de la presión sisló-
ijííi ;VI*S)<dUp +dDi)wn = VPS) Modificadudc l’nel A. The physiologlcal t>a.sisorarterial pres-
. :iríu(ioa during positive-pressurc ventilalion. Kcanimaiton 2005;14:162-71.
IH » ( I I NI RAI I I I / M I I » V i CMi III N , U
Hg. <i-l2. Variación üe presión (VPP) con nclución « venlildción con presirtn positiv
PPmáx y PPmín, presii^n de pulsn mil\inia y mínima, rcspxtivamenie. (De Michard F, Chemla 1)1
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Im I I I' ' i II i i I'i i . I' I I|l I I I M I ! II .1 II : >|i I'
ii I iHi M i|i ili- lii VI'S y (If lii V l’l ’ ( 'ti.iiiilti i'Hivii' lii|iovoli'iniii. el V I ) ihiciIl-
t :: i ni< iiiimiiilo 'ii hi .(Moiult'iKf ili- l.i riiivii ik' Siiiiliiig, y es |'mi lo Kinlu
IIP it< .iikiciMllilc II liis ciiinhios di- pivciirpii I'I iiicrciiieiUo iisiiciacjo u la inspi-
I I il lii l’pl y *l‘‘ lii l’A I) jniolc proilucii uiiii rwlucción adicional dcl RV sisté-
ilcl llcn.idii dcl V I) cciii caída de su V S. En virtud del largo tiempo
II I ii'iiduiiK'iitf 2 M').’uiulos) di* ti-ünsito pulmonar de la sangre, este dcsccnso dcl
^ 1 1 1 I.1 liipiir II uiu rcdiicción dcl volumen tclcdiastólico del V I y de su V S . por
r II lid diMiinli- hi espinn.ii'in. Esta disminución del V S V I dclcnnina un aumento
iiii|ioiii'iiie ADown de la V PS y de la VI'P. pn>pia de la hipovolcmia. Debe
II II <■ i|iic lii presencia de arritmias y respinicioncs espontáneas inhahilitan
. t I iiiu l.K Íón válida de la relación de la V P S y/o V P P y la respuesta a líquidos.
■ iiii liido, las m<xlificaci<mes de e.stos parámetros se relacionan con la magni-
I ' empleado.
I I tileriiuis sépticos ventilados, un componente ADown > 5 mm Hg se asocia a
Üti • ■iHii '.i.i po.sitiva del V S anie la carga de líquidos; asimisnio, las cifras de V P P
f 11' ' i' í aseguran un incrcmciito del G C después de una carga con volumen, con
|l. 1 I..S valores predictivos p(*sitivo y negativo. En los pacientes con una lesión
t
NiiHiiiiiir aguda, la V P P sería útil pani predecir el efecto circulatorio de la aplica-
|.iii d. 1‘líE P y de una carga con líquidos. Cuando se aplica PEEP, una amplia V PP
t»- 1 I ii ioiia estrechamente con la caída del índice ciuxlíaco (IC ) inducida por la
t I' y cuando el IC se reduce con el empleo de la PEEP, la expansión con volu-
41 induce un incremento del G C que cf, proporcional a la V P P antes de la infu-
le líquidos Recientemente se ha demostrado la existencia de una maivada
» I I II pacientes con hipotensión y presencia de cor pulinonale agudo, sin res-
|H‘i itii a la carga con líquidos. En esta situación de grave deterioro de la función dcl
\ I» 11 administración de lú|uidos al nivel venoso no logra alcan/.ar la circulación
jwiliKimar y corregir el dcllcit de precaiga dcl V I. lo que complica su empleo como
>111! tu iramienta de monitori/.ación circulatoria.
inspiratorio de la V C S
I ludios en pacientes con shock séptico, ventilados con lesión pulmonar aguda.
i(íiii i'v aluado por E T E el valor del colapso de la V C S durante la entrega del V , como
íiii indicador de ''dependencia de precarga” . Lo s colapsos total o parcial de esta gran
\i tiii intratorácica. rodeada por la l’pl, revelan una condición de llenado insuficien-
•• líe ella.
I '11 pacienteN con un requerimiento de volumen, la elevación de la Ppl es mayor
<|ii< la pre-sión venosa necesaria para mantener el vaso completamente abierto. El
. i l iilo del índice de colapsabilidad de la V C S (c V C S ) se re^ili/a como
l ’ii i'slii pohliii ion (le i'iiU 'tiiiiii, un vnlxi iiiiilin il ili t l i ' i |M'i i i i I I i ilili'ii'iu itii i
rcspoiulciloii’s y no rl•^p^llKll•tl^^u•^ in ii iiiiii MMistlilliilml il« I '» ll'i y iiitii i il]
Ja d del
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cioM lio t.iiiii HUIS I i i i n n i l i ' c s l c |>i i u <’m > w ( i h x I i i i í iim ' liilii i'p lli liiil u i i i i i m i h
c i k Ii i i c IÍ ü I l' o i i (U' iiiKl.iiiiii'iiiti lio ki iiu-ii il oim ii Ihii iií | hii >I<- Ih '> iu' tiMiini*i^ihj|
lipos I y 2. L;i iiitcrlciKiiiii K lll. K), scltcIíuI-i ciilri' niins pm lir. iii.it inl.i^iii\ pu
monarcN. actúa como un factor iiuiiniotáiico par.i iiciiiiorilos i|iii' ¿ i i lh ic iv n ¡i! ciu|(|
tclio lesionado y cru/an hasta los alveolos por el iniciMicio i n c i l i a n i c lu h k ’iiu umi i
clasca.sa.s de sus gránulos. por lo que se ampliíica así el daño. I Ji |)criliilii <ic lii liiin
ra epitelial truc aparejada varias coaseeuencias sigtiiricalivas. En c o n d i e i o i K 'N ih
males, la barrera epiteliaJ es mucho menos pemwable que la cndotelial gracias a ti
estrechas uniones intercelulares, con lo cual la pcRiida de ésta contribuye a la liiiilj
dación alveolar. 1^ |)¿rdida de los ncumonocitos tipo 2 altera el tran.s]>orie epiii l
de fluidos, |x>r lo que .se ultera lu remoción del edema del espacio alveolar. Al mi'.iii|
tiem|X), la síntesis y el recambio de surfaclanle se ven afectados por la lesitin i i'lí
lar. lo que contribuye a las alteraciones mecánicits del pulmón con IPA/SDRA l\
último, si la lesión epitelial es I») suficientemente grave, podría verse comprotiielii
la capacidad de reparación tisular, lo que daría lugar al desanollo de flhmsis.
Este proceio de lesión se desarrolla en todas las regiones pulmonares, de fonil
lal que el aumento de la permeabilidad capilar y el edema se distribuyen en í'oim
homogénea. Com o se verá más adelante, los gnidicntes de presión generados '
responsables del compoilamieiilo mecánico heterogéneo que caracleri/a al cuadi^j
M E C A N IS M O S D E P R O D U C C IÓ N D E L EDEM A EN EL SD R A
t i
,1 Nóleiie que el auincnla de la toiui de fnimación de edema aumcnUi en t'orrnu cxpo-
lili (iMi i-l iiumenlo de la prc^lt^n liidrnktátío). Hl aumento del Kfc hace ai sislema particulor-
mitcrptihlc u los incrementos de la presión hidnostátic.-i.
rtf l iilillar una respuesta inflamatoria local que se caracleri/.a por el reclutamiento
»|t (ti-ulnifilos y otras células que generan un daño de la BH G . Hl consiguiente denu-
j*hiiM>'iit() de la membrana basal aumenta la conductividad hidráulica de la BH Ci y
lililí (lina el desaiToliode edema interMicial y, posteriormente, la inundación alve-
lUi l ’.iia un determinado nivel de permeabilidad capilar, el aumento de la presión
li|ilti»Hl:illca capilar es el principal determinante del pasaje de fluidos hacia el inters-
li I <jiiilinonar.
ik ' l.l t iM i li'ii'lli lil lli' < ll( l ’lilii II i|lli' ■ I ....... . l 'l I r lllll<lil MU'I*
l'l liu lu r l ’;i(),/l l(»
Aun euaiulo la iiHidcnciu vuiíii i'ii his dili'ii'iili". |iiilili( tu iniu's. un i-sliithn
ciíntrico aj'gciiiino conduLÍilo por l AleiisMuo y m is iiioslro i|iiv onlu- iiiii
I9 W y junio de 2(HX), sobre 3.044 piicicnlcs ( 1.187 con V M ) in^tvs:ido'. i’ii liil'
dades participantes, el S D R A representó el 7% de los ingix;sos (18'í tie lo‘, i
sos que requirieron VM ). En esta serie, la !>cpsis y el sluKk dieron cuenla del
de las caiisiis desencadenantes (el politraumatisnio y la a.spiración de contenidii
trico representaron cada uno un 10% adicional). L a mortalidad hospitalaria en
serie file del 58% (similar a la encontrada en otros e.sindios prospectivos).
Com o se ve. el .SDRA es un problema Irccuenie y con una mortalidad nuiy
vada. Llamativamente, pese a los avance.s realizados en el ámbito de los cuuí
cnticos. las series pros|>eciivus recientes muestran que esta mortalidail paa’ce ItJ
permanecido inalter.ida en los liltinios 40 años. De hecho, tto hay tratamie
médicos que hayan demostrado electividad. Sin embargo, el 5 de febrero tic
apiuieció publicado en el Ai'or En g lw u l .h iiriu ti ¡>f M cíH cine un estudié) de Amaí
cois, (im cn.sayo clínico controlado y aleatori/ado) que demostró que una estralf
ventilaloria determinada podía bajar la morialidad de estos pacientes. Esto pai
alcntaj' conini un viejo paradigma: la V M no es una medida terapéutica sini
medida de soporte vital (no cura sino que da tiempo para que actiícn los tratani
IOS específicos de la enfermedad).
Para solucioniu' este dilema es necesario preguniarNc ¿de qué se mueren
pacientes con S D R A ? El estudio clásico de Montgomci'y de 1985 mostró que
tercio de los pacientes morían de su enfermedad de base (aquella que había desi
cadenado el S D R A ). mientras que los dos tercios rtísianles morían por las coni|il
caciones. La principal causa de muerte en este grupo fue la sepsis y el l.il
nnili¡orgánico (FM O ; 85% ) mientras que el fallo respiratorio hipoxemico tuvo iil|
importancia marginal ( líi% ). En la actualidad, es probable que la imjKiriancia
hipoxemia refractaria como problema único sea aún menor: en la serie
Estenssoro y cois,, 19 píK'ientes (14% ) tuvieron hipoxemia refractaria al momer
de la muelle pero 18 de ellos tenían también fallo niultiorgánico.
La lesión pulmonar inducida por la VM ( V IL I. por su nombre en inglés Ventilai
¡ndtu ed Ltuig In ju n ) se caracteriza por el desarrollo de un edema pulmonar in
matorio, indistinguible clínicamcnte del S D R A . Un cuerpo de evidencia expeí
mental y clínica creciente muestra en forma consistente que la V IL I es una ca
del síndn)me de respuesta inflamatoria sistémica (S R IS ) y FM O . ¿ E s el S D R
necesario para el desarrollo de la V IL I? No, de ninguna manera. Los e.studios
G ajic y cois, muestran que se desarrolla también en pacientes sin S D R A (alg
evidencia sugiere que ni siquiera hace falta la V M . algo que inotiviu-ía un cambí
de nombre de la patología). Sin embargo, el S D R A es el escenario ideal para qi
la V IL I ocurra: aumento de la permeabilidad va.scular con aumento de la densid
pulmonar, colapso alveolar, estrés mecánico, ciclos de colapso y rcapeilura.
■sobredistensión de unidades. De hecho, la asociación frecuente y el mimeiismi
entre S D R A y V IL I plantean la posibilidad de que parte de lo que hoy conóceme
I l‘ill M'Mi III II ,IA I I I I sIM M M iM I I I I lililí l'IUMIMI M'll'MnMIA Allí <liA l(i I
‘4I >MA (lii i'voliK'iiiii t liiiK'ii. Iiis t oiiiplii iK im irsl m' íi i'ii iimIÍiIíkI V II .1. S i asi
lliii vi lIrM iiiiillii di' V il I pniviH iirúi lii liilsa in ip a 'su ’ni de estar cunihiando
tlii iuiI iim I ilc lii cn k 'in u 'ih id
.iplUiUi unali/mft lux niccHiiisimiN p<ir Ion ciialcs se producc el edema pul-
II .1 S D K A y vus iiiMNetuencins al nivel de la micromecánica y de iu inacro-
mii II luiliiuiiiares. La conipreiisión üc estos mccanisinas resulta imprescindible
Mil iidi'i las lias.es riiciimalcs de la aplicación de estrategias vendiatorías pro-
(i I rii CNlos pacienles.
iti((i IIV O S
m t iiin id o s
I I ilii(Kitniogía dcl S D R A
I ' iiiiismos de producción de edema en el S D R A
t irmmecánica pulmonar
lili iiiiiiecánica pulmonar
I stnictura de la barrera hemalo-gaseosa
I iior/as que actúan sobre la barrent iK'mato-gascosa
\i. m m ccánicade los pulmones sanos y con L P A
I -ión pulmonar inducida por la VM
Mecanismos de lesión binrisica
Mecanismos de lesión bio<|ufmlca
(I ites racionales de las estrategias ventilatorias protectoras
I iisuyos clínicos controlados de V M en el S D R A
H M O P A T O L O C IA D E L S D R A
FIg. 7-2. Hsqueinn que mucsira el cfccio <fc In gravedad sobre uii pulniúfi nunnal y un pnlnWm i
niali/^o. La Í KX' i ón de b ^nivedad (k'k'rmina camhins profundos en la dUtribución del k m I
(Xiiiiporlainientu meciinla) rcjLlon^il dcl parenqulma CRF, capacidad residuul funckm;)!; V, viilj
inen; P. presi<Ái Para más detalles, véase el texto.
|«|1. 1-X Hfecto del despla7 amíenlo <lc lus cur>'as de presión-volumen (CPV) regionales sobre la
lOiliiliiK'ión de la ventilación, fin un pulmón edemnti/ado. donde estos dcspluiuiniientos son exlre-
feij i'iK-den convivir al final de la cspirocidn unidaule^ colapsadak y unidades sobredi$tendidns. V.
»' tiiiiu'ii; P. presión; VFI. volumen final de inspiración; VFE, voluiiíen final de cspiraciAn; PHE.
: ili'iii filial de espiraciúit: PKI. prvsión final de ln^piración
Flg. 7-4. Kslructura rcticulat de Iü ii>cmbruna basal alvcolui. I j iiKirlulugú i Il- I» i r i i i n ; i c .iii >li
tiiinaila por la fomta en que se unen las fibras de coUgeii» lipu IV en la MKC.
H ii|ii' M.lii liiiiiíii Hi|iil i|uc .1 |K „ii il>' ‘iii csiicniiitlii ili'liMilc/., hi I I IK i i's una
I miiii liii'iU l<ii.t,i>. I:is roiitlliiuiu'<> lixiol<>){K'iis. lii l l I K i ilitiiiliciic su
it'i 'ImiI r'viiik liintl. y ili' lii'i'liii c^ll) es oscncial y:i i|iii' si lulLira se prtxlucíría la
I»: 1 I i<iii iiKi'olui con (III }'.niii iloicriiiro «k-l iiUcrLiiinbia gaseóse». Por ejemplo.
4tit » .1 . iiiicns*», mientras se elevan las presiones vasculares se generan
|ii 1 it .iones pai ieljiles que se aproximan a la presión Je ruptura dcl colágeno y.
Iri. ;iliiiii;ii. la lalla esliuctural ele la B H G no se produce. Pero en condiciones fi-
II I I lis entremas y en ciertas condiciones fisiopatoiógicas, las fuerzas aplicadas
^1- ir . i lie una ma|!iiiiud que provoque el fallo estructural de la B H G . lista situa-
M ^ 1 tillo llamuda fallo por estrés. L a M E C está en íntima relación tanto con
»• I (i I rplieliales alveolares como con el endotelio capilar, lo que hace que estas
♦v ii i iipaces de generar un fallo estructural del colágeno, se transmitan a dichas
». I 11 f . i|ue puede desencadenar diferentes tipos de daño.
ciones celulares tanto a niveles endotelial como epitelial alveolar. Tanto lu ainpliliii
como la frecuencia de la deformación son factores determinantes de la magniitiil do
daño local. Este proceso es lo que ha sido llamado lesión biofísica. Como se
có con anterioridad, el colágeno tipo IV es el principal elemento que tolera liin Irll
siones en el pulmón y actúa a la manera de andamiaje al que se fijan posteriorini'iii
las células. La fijación de la célula a la membrana basal no es todo a lo largo ilr
membrana plasmática sino que se produce a través de los complejos de adhcsii^n
focal, que actúan como enlaces bidireccionales entre el citoesqueleto y la M l'(' l |
aumento de superficie de la membrana basal que se genera durante la venliliii ii^ii
con altos volúmenes corrientes debe ser acomodado por las células como una iiltr
ración de sus dimensiones con un aumento en la relación área/volumen celular ( fii!,
7-5). Esto es acompañado por una reorganización de los elementos elásticos di' U
célula (citoesqueleto), de forma tal que la célula puede “ sensar” a través de csio»
complejos proteicos el grado de tensión y deformación al que es sujeta. El oslado
actual del conocimiento permite afirmar que si la deformación y/o tensión a lu qiic
se somete a la célula es muy marcada, se producen brechas en la membrana cclu
lar, que son seguidas de la muerte celular por necrosis, de la liberación del conloiii
do citosólico al medio y de la denudación de la membrana basal pulmonar, lin el]
caso de que la deformación/tensión sea menos marcada pero francamente suprali-
siológica, se producen brechas en la membrana celular que pueden ser reparadas,
pero que inician una cascada de respuestas bioquímicas y moleculares que amplilV
ca la respuesta inflamatoria local, y que puede derivar en SR IS y MODS{síndroinc
de disfunción orgánica múltiple). Este concepto ha sido denominado biotraumii y
ha sido utilizado para explicar el hecho de que los pacientes con LPA/SDRA nuic
ran mayoritariamente por MODS.
Insuflación
c>
Fig. 7-5. Deformación de las células epiteliales durante la insuflación. El desplegamiento de la
estructura reticular de su membrana basal tracciona a las células epiteliales que se hayan unidas a
él por los complejos de adhesión. Esto produce un aplanamiento progresivo de las células epite
liales. lo que aumenta la superficie celular y genera un estrés progresivo. Cuando las fuerzas ten-
sionales son de magnitud suficiente, se producen lesiones en la membrana plasmática que llevan
a la muerte celular. En caso de que las fuerzas aplicadas sean de menor magnitud, de.sencadenan
una respuesta inflamatoria.
FiSK ¡PATOLOGÍA DEL SÍNDROME DE DIFICULTAD RESPIRATORIA AGUDA 1 71
lii hora de hecho el cambio y que, al volver a la estrategia protectiva, los niveles de
■ilocinas volvían al nivel basal. Imai y cois, demostraron un aumento en la apopto-
»is epitelial en diversos órganos (intestino y riñón) después de utilizar una estrate
gia ventilatoria agresiva en conejos en un modelo in vivo de SDRA. La apoptosis
i'iilonces podría ser un mecanismo de inducción de FM O iniciada por V IL l en los
pacientes con LPA/SDRA.
En resumen, podríamos decir que los pulmones de los pacientes con LPA/SDRA
llenen dos características mecánicas fundamentales. Son pequeños y las impedan-
i'ias locales son heterogéneas. De esta forma, la aplicación cíclica de fuerzas y voM-
incnes suprafisiológicos determina el desarrollo de V IL l por dos mecanismos
concomitantes, que parecen ser los extremos de un espectro de lesión. Uno implica
(laño y muerte celular debido a un fallo por estrés de la membrana plasmática, y ha
sido llamado lesión biofísica. Otro, desencadenado por la deformación suprafisio-
lógica menos intensa, es el desarrollo de una respuesta humoral inflamatoria desen
cadenada por sensado mecánico. Ésta tiene consecuencias locales y sistémica.s que
han sido relacionadas con disfunciones orgánicas en el contexto de LPA/SDRA. De
este modo, la utilización de estrategias ventilatorias protectivas puede disminuir el
desarrollo de MODS y la mortalidad en los pacientes con LP/V/SDRA.
17: Generalidades y fisiopatología
teóico) para minimizar la sobredistensión del pulmón aireado residual, y esto hoy|
debría considerarse un estándar. N o hay consenso, sin embargo, en la mejor esti
giaiarael manejo de los alvéolos colapsados o que presentan ciclos de colapso y re;i I
penra; mientras que algunos grupos proponen intentar el reclutamiento pulmoniiij
tota (para mejorar la distensibilidad pulmonar, reducir el shunt y, fundamentalme4IO|[
eviir ciclos de colapso y reapertura de unidades), otros sostienen que aun cuan
fue» deseable, la apertura de todas las unidades es un objetivo difícil de alcanza^ y l
las strategias destinadas a hacerlo pueden, en sí mismas, agravar la lesión pulmonii j
Parólos primeros, la P E E P es un instruinento para disminuir la V IL I mientras que Ux
segndos limitan su uso al de una herramienta para mejorar la oxigenación.
Btreel año 1998 y el año 2000 se publicaron cinco ensayos clínicos controla
dos jue analizaron el impacto sobre la mortalidad de los pacientes con SD R A del I
usode estrategias ventilatorias protectoras. Mientras que dos de ellos tuvier(|i]
resuados positivos, los otros tres fueron incapaces de demostrar un impacto sob
la mrtalidad de las estrategias protectoras. Para entender los motivos de esta dis- |
corancia, es necesario analizar los estudios con alguna profundidad.
L figura 7-6 muestra los cinco protocolos vistos desde un doble ángulo: el disoj
ño 1 los resultados. En principio, puede decirse que el estudio que utilizó com<| |
estriegia una reducción del al tiempo que intentó evitar los ciclos de colapso y
reaprtura (mediante el uso de valores relativamente altos de P E E P ) tuvo resultados^ 1
posüvos, mientras que los que sólo apuntaron a una reducción del fueron un
estuio positivo y tres estudios negativos. Si se establece como hipótesis que lu
estriegia será efectiva sólo cuando se atienda a preservar todas las poblaciones
FisiopatologIa del síndrome de dificultad respiratoria aguda T 73
DiseAo
Trabajo
Resultado
^l||. 7-6. Esquema que muestra el diseño y los resultados de los cinco ensayos clínicos controla-
ikn ijuc analizaron estrategias ventilatorias protectoras en términos de sus efectos sobre la morta-
lliliiil. V j, volumen corriente; P E E P , presión positiva de fin de espiración; A R D S , síndrome de
illlk'ultad respiratoria aguda.
B ajo V T
Diseño B ajo V T
Alta P E E P
♦ # ♦ ♦ #
t ♦ ♦ ♦ ♦
Resultado Resultado
Resultado positivo negativo
Hn. 7-7. Esquema que muestra lo que pudo haber ocurrido en función de problemas de diseño que
hun sido encontrados en el protocolo de la A R D S Network (véase el texto).
174 G eneralidades y fisiopatolocía
resultados positivos que utilizaron bajo y alta P E E P y tres estudios con resulla
dos negativos que limitaron la intervención a la reducción del V^.
Desde el año 2000 se han hecho cuatro estudios importantes para intentar clan
ficar este punto. Un nuevo estudio de la A RD S Network, conocido como “A LV IÍ
O L I” , comparó en dos grupos de bajo el efecto de valores diferentes de P EI J*
con resultados negativos. La principal crítica a este estudio es que los valores ili'
P E E P fueron elegidos de una tabla arbitraria en la que la P E E P fue utilizada coniii
una herramienta para mejorar la oxigenación más que como una herramienta para
evitar el colapso alveolar espiratorio. Así, algunos pacientes pueden haber tenidi
niveles de P E E P más bajos que los necesarios para evitar el colapso teleespiratorid,
mientras que en otros casos el nivel de P E E P puede haber sido innecesaríameatd
elevado. Villar y cois, compararon una estrategia con bajo en la que la P E E P fuo
elegida para cada paciente en función de sus características mecánicas (curva P/V)
con otra estrategia de bajo en la que la P E E P fue utilizada como herramienta par#
el manejo de la hipoxemia. La primera mostró una menor mortalidad. Más recion
temante, fueron publicados en el mismo número de la revista JAM A un protocolo
de un grupo norteamericano (estudio LO Vs) y otro de un grupo europeo (estudiii
E X P R E S S ). En el primero se compararon dos estrategias de bajo con diferente»
niveles de P E E P obtenidos de tablas basadas en los requerimientos de oxigenación
de los pacientes (una estrategia similar a la empleada en el estudio A L V E O L I) y,
como era de esperar, los resultados fueron también negativos. En el segundo caso,
los dos grupos del estudio limitaron el pero la estrategia para el manejo de I
P E E P fue diferente: mientras que en un grupo fue de entre 5 y 9, en el otro gru
se utilizaron los valores necesarios para llevar la presión meseta a los límites con^
siderados seguros (entre 28 y 30). De esta forma, pese a que los valores de PEFI
fueron condicionados por la mecánica del paciente, la estrategia utilizada para ele
girlos no parece la más adecuada: los pacientes más graves (con menor distensihi
lidad) recibieron menos P E E P que los pacientes menos graves (con distensibilidad
más elevada). Este estudio tuvo también resultados negativos.
En definitiva, no hay dudas con los datos disponibles a la fecha de que los nive*
les de deben ser reducidos para evitar la sobredistensión. Con respecto a la PEEP,
sin embargo, pese a que la evidencia experimental animal es categórica y los resul
tados clínicos parecen indicar (de maneras directa e indirecta) que los valores debaíi
elegirse en función de la mecánica pulmonar antes que del intercambio gaseoso, no
hay consenso acerca de cuáles deben ser las recomendaciones para hacer al res|
to. Más aún, la mejor técnica para elegir los valores de P E E P considerando la m
nica pulmonar no está aún definida.
CONCEPTOS CLAVE
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17 6 G e n e r a l id a d e s y f is io p a t o l o g ía
O BJET IV O S
Describir los principios básicos del ciclo ventilatorio provisto por los ven
tiladores.
Enumerar los objetivos de la VM .
Especificar las indicaciones para el inicio de la VM .
Conocer las características de los principales mv, en especial de los modos
controlados por presión y de los controlados por volumen.
Poseer la capacidad de llevar a cabo de manera correcta la VM de pacien
tes con distintas afecciones con mv convencionales.
C O N T EN ID O S
Insuficiencia respiratoria
Indicaciones de la VM
Fases del ciclo ventilatorio
Variable de control
Modos operativos de los ventiladores
Ventilación controlada por volumen
Ventilación controlada por presión
Modos o estrategias ventilatorios
Magnitudes que intervienen en el ciclo ventilatorio
Variables inspiratorias
Tiempo
Volumen
Presión
Flujo
M odos ventilatorios 179
Pausa inspiratoria
Concepto de trigger o disparo
Ventilación controlada y asistida
Ciclado inspiración-espiración
Presión positiva de fin de espiración
Ventilación mandatoria intermitente
Técnicas de aplicación
Ventajas propuestas
SIM V como método de destete
Ventilación con presión de soporte
Efectos fisiológicos
Complicaciones
Unidad clínica
Ventilación controlada por presión
Ventajas
Complicaciones
Características particulares
Ventilación con relación l:E invertida
Métodos para aumentar el tiempo inspiratorio
Ventajas
Complicaciones
Respiración espontánea con presión positiva continua en la vía aérea
Insuficiencia respiratoria
La IR ha sido definida como la existencia de una presión parcial de oxígeno en
hangre arterial (PaO^) < 60 mm Hg respirando aire ambiente a nivel del mar, y es
un marcador de que existe una alteración de la función de la hematosis. La insufi
ciencia ventilatoria, en cambio, es calificada por la elevación de la presión arterial
tic dióxido de carbono (PaCO,) a valores superiores a 50 mm Hg. La insuficiencia
ventilatoria responde por lo general a la incapacidad mecánica de la bomba muscu
lar respiratoria para mantener una ventilación alveolar adecuada.
La VM tiene como objetivo suplir en forma total o parcial la función mecánica
de los músculos respiratorios e incrementar la capacidad residual funcional (C RF),
o sea, el volumen pulmonar de fin de espiración. El incremento de la C R F permite
una mejor distribución del volumen corriente (V^) hacia áreas del pulmón antes no
ventiladas o hipoventiladas, con el consiguiente incremento de la superficie alveo
lar capaz de llevar a cabo el intercambio ga.seoso entre el aire alveolar y el torrente
sanguíneo.
Estos objetivos son logrados por la generación de presión positiva en la vía aérea,
que al insuflar al pulmón incrementa la C R F y mejora la ventilación alveolar. El
incremento de la C R F tiende a normalizar la relación ventilación/perfusión (rela
ción V/Q), lo que disminuye la admisión venosa virtual y el shunt, con la consi-
180 G eneralidades y fisiopatolcx:(a
Imio que para la decisión de iniciar la VM . Otras dos mediciones que se citan a
ini-nudo como indicadores de alteración grave de la mecánica respiratoria son una
capacidad vital menor de 15 mL/kg y la presión inspiratoria máxima (Pimax) menor
I I 25 cm H,0. Se debe tener en cuenta que su determinación, en condiciones de deci
Variable de control
• Controlada por volumen o controlada por flujo (ya que volumen es igual a flujo
X T|). El operador programa el volumen o el flujo y el tiempo inspiratorio. El
volumen así predeterminado no será .sobrepasado durante la inspiración.
• Controlada por presión. El operador fija un límite de presión que no podrá ser
sobrepasado durante la inspiración.
decir, que complete la espiración y por lo tanto se puede generar presión positiva a I
nivel alveolar al fin de la espiración; esta presión positiva se conoce como auto-
P E E P o P E E P intrínseca (P E E P i) . La auto-PEEP se agrega al valor de la presión
pico al final de la inspiración para lograr el movimiento del mismo V,^; la conse
cuencia será un aumento de la PEEP, de la presión meseta y de la presión media de
la vía aérea.
La mayoría de los ventiladores permite programar en V C V un determinado V^, y [
un patrón de flujo y el flujo máximo; sin embargo, algunos otros permiten progra
mar el volumen minuto respiratorio y la frecuencia respiratoria; el será una resul- I
tante de la interacción de estas variables. En otros ventiladores se puede programaf j
el T, y el flujo inspiratorio, y el dependerá de estas dos variables (V,j, = V x T,).
Otros también permiten programar el y el T,, por lo que en estos casos el flujo
no será una variable programada y dependerá de las dos anteriores (V= V/T,),
En V C V el patrón de flujo y el V,^ ofrecidos no varían en todo el ciclo inspirato| I
rio. La presión en la vía aérea es dependiente del flujo y del V^ programados y tam
bién de la variación de la impedancia del sistema respiratorio (aumento de la
resistencia o disminución de la distensibilidad).
■/ fe Respiración rdisparada;
íic n a r a H a . ,-
K
'
por el paciente
El ciclado se produce
al alcanzarse
determinado flujo
inspiratorio
Fig. 8-2. Características de las ondas de presión-tiempo y tlujo-tiempo en los modos venlilato
controlados por presión.
I Tiempo
I
El tiempo interviene como magnitud en la definición del tiempo total del ciclo
ventilatorio (T^^), de la frecuencia respiratoria (f), del tiempo inspiratorio (T,), del
tiempo espiratorio (T,,), de la relación T / T ^ y de la relación T/T,, (I:E ).
• 7’^ : es el tiempo total que dura un ciclo ventilatorio, que en la ventilación nor
mal es de aproximadamente 4 segundos. También puede definirse en forma mate
mática por la fórmula:
60
T „ =-
f= 60/T^
T = (60/0-T,
estos tiempos, excepto que conozcamos el valor absoluto de alguno de los dos. l liml
relación I:E de 1:2 puede corresponder a un T, de I segundo y un de 2 seguniltin,!
también a un T, de 0,5 segundos y un Tj, de I segundo o a un de 2 segundos y u ij
Tg de 4 segundos.
Las mismas consideraciones valen para la relación T /T ^ , .sólo que la relacii'iiil
T / T ^ normal representa las veces que la inspiración está contenida en el ciclo ven f
tilatorio total. Su valor normal es de 1:4 a 1:3. Si se conoce la relación l:E, pm j
ejemplo 1:2, la relación T / T ^ .será de 1:3 (0,33). Esto es así debido a que la suniiij
del numerador y del denominador de la relación I:E es igual a la suma de las pai
que dura la inspiración y la espiración. Así, si la relación I:E es 1:2, el ciclo vcnli ■
latorio total estará compuesto de dos partes de la espiración más una de la inspirii
ción, es decir, tres, y la relación T ,:T ^ será 1:3 (figs. 8-3 y 8-4).
Volumen
Kig. 8-3. Registros de curvas de presión-tiempo y flujo-tiempo que muestran las relaciones entre
los diferentes tiempos del ciclo ventilatorio. Relación I:E=1:2 Ppico = Presión pico.
M odos VENTILATORIOS 1 91
11(1. 8-4. Curvas de presión-tiempo y volumen-tiempo; se observan los tiempos del cielo ventila-
inrii> y se muestra la relación 1:E.
iU '
:w \ j
Volumen de reserva
espiratoria 700
^ Capacidad
esta obra. Sin embargo, cabe consignar en este punto que a menor distensibilidml
pulmonar se deberá ejercer una presión mayor para lograr un mismo V^, con iilt
incremento del riesgo de barotrauma.
Presión
Flujo
Flujo = v/r,
11|(. 8-6. Curva de presión-liempo y flujo-tiempo; se destacan la presión pico y la presión meseta,
11 i|iic se objetiva con la programación de una pausa inspiratoria en ausencia de flujo.
I*éus,i inspiratoria
01 2 3 4 01 2 3 4 01 2 3 4
Q 01 2 3 4 01 2 3 4
1.0 1.0 1 .0 :
01 2 3 4 0 1 2 3 4 01 2 3 4 01 2 3 4 01 2 3 4
/A
rw T T ^3 4 TT
r -10
1
r -1120
T -looa
B C D
Fig. 8-7. Registros de presión-tiempo, volumen-tiempo y flujo-tiempo que muestran las caracte
rísticas de los distintos patrones de flujo inspiratorio. En A se observa la morfología de flujo can^l
tenstico de la ventilación controlada por presión, desacelerado exponencial, B-E. diferentes lipo» I
de ondas de flujo programables con la ventilación controlada por volumen/flujo. B, flujo conslin
te; C. flujo con rampa ascendente; D. flujo desacelerado; E, flujo sinusoidal.
l'l esfuerzo que el paciente debe realizar para abrir la válvula de demanda inspi-
iiilDria es función del umbral establecido, de la variable utilizada (presión o flujo)
y ilrl diseño de la válvula de demanda propiamente dicha. Los retardos de apertura
«lili muy diferentes, sea que se trate del trigger por presión o por flujo. El registro
|«ii llujo es mucho más rápido debido a que este método se basa en mantener un
Mujo continuo de gas durante la espiración. A l iniciar el paciente la inspiración se
jiKKluce un robo de flujo, lo que requiere menor esfuerzo que descender la presión
(■II e l circuito para abrir la válvula. Mediante el empleo de la apertura por flujo se
( iciado inspiración-espiración
minado. Una vez alcanzado ese valor, el ventilador cierra la válvula inspiratori4y
abre la válvula espiratoria. La variable de ciclado de inspiración a espiración pucd(
ser de volumen, flujo, tiempo o presión. La selección de la variable depende ilel |
modelo del ventilador y del modo ventilatorio.
Fig . 8-10. Curva de presión-tiempo con diferentes niveles de sensibilidad de disparo en la venti
lación asistida. En a se observa que para gatillar la inspiración se requiere un esfuerzo mayor que
en b por la inadecuada programación de la sensibilidad de disparo.
M o d o s v e n t il a t o r io s 197
En las figuras 8-11 y 8-12 se puede apreciar el formato de onda para los casos de
i iclado por tiempo y por flujo.
Fig . 8-11. Curva de presión-tiempo y flujo-tiempo para la ventilación controlada por presión I
ciclada por tiempo. A igual presión lím ite, el aumento del tiempo inspiratorio resulta en un im r
mentó del volumen corriente.
minución de la CRF, pero aun en los casos en que se requiere una VM en pacienta
con pulmones normales, como es el caso del postoperatorio inmediato de las griiii]
des cirugías, es aconsejable mantener un bajo nivel de P E E P con el objeto de cvi’
tar el cierre de las zonas más dependientes del pulmón y la posterior reapertun(i
las unidades alveolares en cada ciclo ventilatorio, con el consiguiente desarrollo (
fuerzas de tracción a nivel de la membrana alvéolo-capilar que pueden origina
desgarro.
La aplicación de la P E E P permite incrementar la C R F y desplazar el bucle del'
a través de la curva de presión/volumen estática, y es el método más importaiitj
para lograr la reapertura alveolar y el reclutamiento de áreas colapsadas del puliiiói)
(figs. 8-13 y 8-14).
Así como el agregado de P E E P determina efectos beneficiosos, también tiene efo
tos secundarios o adversos que se deben monitorizar. Entre las complicaciones caí j
diovasculares, la más importante es la caída del volumen minuto cardíaco, secundiiiii
a un efecto directo sobre el miocardio, a interdependencia ventricular o por reducá^
del retomo venoso, con la consiguiente disminución de la precarga ventricular.
Paw
(cm H,0)
Insp.
V
(L/minuto)
Esp.
Fig . 8-12, Curva de presión y flujo para la ventilación lim itada por presión y ciclado por flujo.
M o d o s v e n t il a t o r io s 199
Esfuerzo
50 del paciente
40
que dispara
? '3 0
i “
10
o
I' Ik . 8-13. Curva de presión-tiempo con P E E P durante la ventilación controlada (arriba) y asistida
i'iMi un adecuado umbral de sensibilidad de disparo (abajo).
C PT
Ki(!. 8-14. Curva de presión y volumen con capacidad pulmonar total. Efecto de niveles crecientes
(le P E E P en la distensibllidad pulmonar.
200 G e n e r a l id a d e s y f is io p a t o l o g ía
Fue un modo propuesto por primera vez por Down y cois, en 1973 como una téc
nica que permitiría la retirada progresiva de la VM. No obstante, tiene aplicacioncü
como un método de soporte parcial o total de acuerdo con el nivel de asistencia
suministrado.
En la ventilación mandatoria intermitente (IMV), como modo ventilatorio parcial,
el aparato suministra ciclos inspiratorios mecánicos obligados (mandatorios), que
están programados en una baja frecuencia y cuyas caracten'sticas dependen de la pro>
gramación que realiza el operador (ciclos controlados por volumen o por presitin,
con las variables que el operador establezca). Además, el paciente podrá rcalizí|
entre estos ciclos mandatorios respiraciones espontáneas con V^, T, y flujo propios,
utilizando el aparato únicamente como una fuente de gas, humidificado, calentado y
con una fracción de oxígeno conocida. Se considera asistencia ventilatoria total
cuando el número de respiraciones mandatorias es igual o superior a 8 rpm.
En la ventilación mandatoria intermitente sincronizada (SIMV), el ventilador
modula la periodicidad del disparo de la inspiración mecánica programada, ile
modo que coincida con el esfuerzo inspiratorio del paciente. Si no se produce nin
guna respiración espontánea durante esta ventana de sincronización, el ventilad^
iniciará la ventilación y sobrevendrá un ciclo mandatorio, gatillado por tiempo. SI
por el contrario existe un esfuerzo inspiratorio, comenzará un ciclo mandatorio, en
este caso asistido, gatillado por el paciente (fig. 8-15).
Técnicas de aplicación
I' lu. 8-15. Registro de una curva de presión-tiempo durante la ventilación con S IM V . La IM V com-
liliui la ventilación mecánica con la respiración espontánea del paciente. Para evitar que la insu-
lliición mecánica se aplique en la fase espiratoria espontánea, la S IM V crea una ventana de tiempo
iluninte el cual el ventilador sincronizará el disparo de la ventilación mandatoria en respuesta a un
1 «fuerzo espontáneo. La duración de la ventana de sincronización está determinada por las carac-
Iprísticas propias del aparato, y su frecuencia se ajusta con el conü-ol de frecuencia de S IM V . Si
III) detecta ninguna respiración espontánea durante esta ventana de espera, el ventilador iniciará
mili respiración mandatoria controlada.
• S IM V con sistem as a dem anda: en los sistemas a demanda, para que se suminis
tre flujo de gas con cada ciclo ventilatorio espontáneo, la válvula de demanda ins-
piratoria del ventilador deberá abrirse cuando el esfuerzo inspiratorio del paciente
j active el mecanismo de disparo por presión o por flujo, segtín corresponda.
Ventajas propuestas
Desventajas observadas
l,a IM V fue descrita por primera vez como una técnica de retirada progresiva de
la VM con resultados exitosos, aun cuando otras técnicas habían fracasado. A pesar
do que la S IM V como método de destete es ampliamente utilizada en las unidades
ilc cuidados críticos, los estudios comparativos prospectivos y aleatorizados no han
mostrado su superioridad frente a otras técnicas.
Recientemente, un estudio multicéntrico europeo publicado por Brochard y cois,
puso de manifiesto que el método de presión de soporte es superior a los otros méto-
iliis tradicionales SIM V y tubo en “T ” , y además se observó que los pacientes del
(¡mpo IM V pre.sentaron una tasa más alta de fracasos y tuvieron necesidad de perío-
i Id s de destete más prolongados. Con posterioridad, Esteban y cois, compararon la efi
cacia de la SIM V, la presión de .soporte, la prueba única diaria y las múltiples pruebas
lie tubo en ‘T ’. Las técnicas que resultaron más efectivas fueron las que incluyeron
pruebas de tubo en ‘T ” frente a la presión de soporte y, e.specialmente, a la SIM V.
Existen estudios publicados que muestran que es uno de los modos más usados
en las unidades de terapia intensiva en forma aislada o en combinación con otras
lécnicas, pese a que aún es controversial en cuanto a su superioridad como estrate
gia ventilatoria.
Las ventilaciones mecánicas obligadas pueden programarse de modo que sean
controladas por presión o volumen, y se recomienda sumar presión de soporte a las
ventilaciones espontáneas con el objeto de compensar el aumento del trabajo pro
ducido por el tubo endotraqueal, las válvulas de demanda, el flujo inspiratorio del
ventilador y la presencia de auto-PEEP.
Mayor
esfuerzo
20 inspiratorío
Presión
15 ^ I limitada X 1
10
:!g j - V ■
j - -------
^' Disparado I,------------- »i Tiempo
por el paciente
■I
c
Fig. 8-16. Curvas de presión-tiempo y flujo-tiempo durante la ventilación con presión de soporto.
E l paciente dispara la inspiración, y la presión en la vía aérea se mantiene constante con un flujo
desacelerado de gas, tanto tiempo como dure el esfuerzo inspiratorío. E l ventilador cicla cuandQ
el flujo inspiratoro disminuye a un porcentaje predeterminado del flujo pico inicial. En la PSV, rl
nivel de presión de la vía aérea es preseleccionado, mientras que el paciente mantiene el contnil
del flujo y el tiempo inspiratorío, del volumen corriente y el volumen minuto y de la frecuenciii
respiratoria. A la derecha, el paciente aumenta el esfuerzo y produce un tiempo inspiratorío niál'
largo, que resultará en un volumen corriente mayor.
i imdrada, que puede inhibir la actividad muscular adicional; un flujo más lento con-
(liicc a un ascenso más gradual hasta la presión seleccionada, y puede aumentar el
II «bajo respiratorio del paciente. En general, el flujo inicial máximo será el óptimo
i'ii pacientes con una distensibilidad disminuida y un impulso respiratorio aumen-
liiilo. En algunos equipos también es posible programar a demanda los criterios de
lili jo en el que se produce el ciclado, el que puede variar entre el 5 y e l:
I (vetos fisiológicos
cm H,0
¡; VT
Kig. 8-17. Bucle de presión esofágica-volumen en un paciente con diferentes niveles de PSV . El
irabajo respiratorio está representado por el área sombreada a la izquierda, debajo de la curva ins-
piratoria del bucle presión-volumen. Sin PSV , grandes variaciones de la presión esofágicas se aso
cian con un pequeño volumen corriente, mientras que con 20 cm de H ,0 de PSV , modificaciones
menores en la presión esofágica se relacionan con un volumen corriente m ayor
206 G e n e r a l id a d e s y f is io p a t o l o g ía
músculos respiratorios y, por lo tanto, modifica las características del trabajo reii |
lizado al disminuir la frecuencia respiratoria y aumentar el V^.
• M ejora la sincronía paciente-ventilador: la sincronía paciente-ventilador pued
definirse como la adecuada interacción entre las demandas del paciente y
soporte provisto por el ventilador, en términos de sincronización en el tiempo y l
entrega de volumen de gas. En este sentido, la PSV presenta una óptima sincro-f
nía con la actividad del paciente, ya que está diseñado para reconocer el inicio, yl
el fin de cada esfuerzo espontáneo, y para adaptar el flujo inspiratorio medio a l:i^
demandas particulares del paciente.
• Intercam bio gaseoso: los efectos de la PSV en el intercambio gaseoso consisten^
en mejorar la ventilación alveolar, con una disminución del COj y, en cons<
cuencia, corregir la oxigenación cuando se asocia con hipoventilación secundarin"]
a un patrón ventilatorio anormal. Sin embargo, es posible que influyan otros fa(
tores en la oxigenación en PSV como cambios en el consumo de oxígeno, niodi-j
ficaciones en el espacio muerto y alteraciones en la distribución de la ventilacidli.j
Com plicaciones
La ventilación con presión de soporte sería el modo más beneficioso para lo»
pacientes que tienen los mecanismos de control respiratorio normales pero una ina
decuada ventilación. La programación inicial del soporte requerido depende del tra
bajo respiratorio necesario para vencer las resistencias impuestas por los circuitos
del ventilador y de la gravedad de la alteración respiratoria y, por lo tanto, de las
características de la mecánica respiratoria de cada paciente. Se propone ajustar el
nivel de PSV para lograr un V., de 7 a 10 mL/kg o bien obtener una frecuencia res
piratoria de alrededor de 20 a 30 por minuto. Otro método para optimizar la venti
lación con presión de soporte es analizar la supresión de la actividad contráctil de
los músculos inspiratorios accesorios, en especial el esternocleidomastoideo. El
nivel de la P EE P se ajustará para mantener un volumen de fin de espiración óptimo?
En pacientes con altas demandas ventilatorias se requieren niveles de PSV supe
riores a 25 cm de H,0; con estos valores el trabajo respiratorio se reduce casi a cero
y se comporta como un modo de soporte ventilatorio total.
M o d o s v e n t il a t o r io s 207
ili'sccnso del soporte sea buena. Si el paciente tolera niveles de soporte de 5-10 cm
ilf agua por espacio de 30 a 120 minutos sin signos de intolerancia, se evaluará la
cxuibación.
Programar valores bajos de 5-10 cm de H ,0 ayuda a compensar el componente
(tNÍstivo del trabajo respiratorio impuesto por los circuitos al respirar a través del
liibi) endotraqueal, y el trabajo relacionado con el sistema de válvula a demanda.
La PSV es un modo de soporte ventilatorio que torna más confortable la respi-
iiición espontánea y además ofrece una manera de ajustar tanto la magnitud como
las características del trabajo respiratorio, de forma que sean sincrónicos con el
esfuerzo del paciente. El aumento progresivo del nivel de soporte transfiere tra
bajo del paciente al ventilador y proporciona una mayor sincronía en la interac-
fii'in paciente-ventilador Estas características determinan que la PSV sea una de
lus técnicas de elección en cualquier paciente que requiera soporte ventilatorio
parcial prolongado o durante el período de retirada progresiva de la ventilación
iiilincial.
Fue en parte descrita más arriba, pero debemos resaltar que es un mv limitado
por presión y ciclado por tiempo. Cuando la inspiración se inicia, sea por tiempo o
porque el paciente dispara el ciclo, se genera un gradiente de presión entre la vía
uérca abierta y el alvéolo que producirá un movimiento de gas, cuya cantidad y
velocidad dependerán de la resistencia al flujo, de la distensibilidad pulmonar, del
11 programado y del eventual esfuerzo muscular.
Ventajas
Por su capacidad de entregar un alto flujo de gas con un perfil desacelerado, sena
el modo de elección en los pacientes con una alta respuesta del centro respiratorio
y una elevada demanda de flujo al inicio de la inspiración ya que podría mejorar la
208 G e n e r a l id a d e s y f is io p a t o l o g ía
t
Iniciada
t
Iniciada
por el paciente por tiempo
Fig. 8-18. Curva de presión-tiempo con ventilación en presión control. La inspiración se inicia con
el esfuerzo inspiratorio del paciente o por tiempo; durante la inspiración se alcanza el nivel prefl^
jado de presión y. una vez tfanscurrido el tiempo inspiratorio programado, el ventilador cicla a
espiración.
Complicaciones
Características particulares
VEN TAJAS
Garantiza el volumen corriente Control preciso de la presión pico
Controla la onda de flujo inspiratorio Flujo inspiratorio desacelerado
Ampliamente disponible Mejor tolerado, con menor sedación
Mayor familiaridad con el modo No aumenta la presión de distensión pico <<ii| {
Permite una transición gradual desde asincronias respiratorias o cambios de la
la ventilación convencional relación I:E
D ESVEN TAJAS
Se debe realizar una monitorización Variación del volumen corriente con canilum
estricta por las variaciones en la en la impedancia respiratoria o alteracii>iiv«
presión alveolar pico en la frecuencia o en la relación I:E; se
Habitualmente se requiere sedación requiere una monitorización cuidadosa ilc
profunda para evitar asincronías la ventilación minuto
respiratorias No se encuentra disponible en todos los ven
tiladores
Modo ventilatorio poco familiar
Mayor fuerza de cizallamiento por el alio
flujo pico inicial
bles permanezcan colapsadas una vez iniciada la fase inspiratoria del ciclo venliln
torio (fig. 8-19A).
Además, en la V C V se puede programar una pausa inspiratoria prolongad^de»
pués de que el V^ fue entregado, que se suma a la inspiración, prolonga el T, y i|uv
resulta en la inversión de la relación I:E. No obstante, este método puede gencnit
una presión pico que sobredistienda zonas más complacientes antes de alcanzái lii
presión meseta correspondiente con la pausa inspiratoria, la cual puede hallarse pm
debajo de la presión crítica requerida para mantener abiertas las unidades alve«)hi
res inestables (fig. 8-19B).
En la PCV, el flujo inspiratorio es al principio alto, lo que refleja la diferencia di'
presión entre la vía aérea central y los alvéolos; con posterioridad el flujo desacelc
rado mantiene constante la presión programada durante la inspiración. La selecctrtii
apropiada del T, o de la relación I:E y de la frecuencia respiratoria permitirá inveriii
la relación. Datos experimentales sugieren que la patente de flujo desacelerado es In
que logra una mejor distribución de la ventilación y una mayor presión media ili'
la vía aérea en relación al flujo constante, para cualquier y T^ (fig. 8-I9C).
Ventajas
ú
M o d o s v e n t il a t o r io s 211
h ll' H-lí*- Diferentes estrategias utilizadas para prolongar el tiempo inspiratorio en ventilación
>iiiitM iiida por volumen/flujo y con un volumen corriente determinado. A . Reducción del flujo ins-
l'liiilctrio máximo. B . Incorporación de una pausa inspiratoria. C . Cambio del patrón de flujo a
•I' «ikclcración.
al incrementar la presión media de la vía aérea, que conduce a la apertura ili' >ilv
oíos colapsados y a una redistribución del agua pulmonar. A diferencia de l¡i l'l I
extrínseca, este aumento de la presión media no se logra a expensas de una muy
presión de distensión pico, siempre y cuando no ocurra un atrapamiento aüreo i||
nificativo. La presión inspiratoria sostenida puede ser más efectiva para airciii im |
dades alveolares poco ventiladas o atelectásicas y facilitar el intercambio giisctii
Por último, si el tiempo espiratorio se disminuye al punto de generar auto l'IK j
ésta actuará de manera semejante a la P E E P extrínseca para prevenir el col:i|isn (
fin de espiración de unidades alveolares.
Otra ventaja de la IRV es que la prolongación del puede reducir el os|iiu;|(
muerto por una mejor eficacia de la ventilación colateral, por lo que permilirlii illl
minuir el V.^., el volumen minuto y las pre.siones de insuflación.
El proceso de prolongar el T,y cambiar la relación debe efectuarse en lonnii un
dual, con el objeto de incrementar la inspiración y la presión media de la vía ■
al nivel mínimo que logre la mejor oxigenación con la menor presión de disloimlill
pico. La extensión gradual de la inspiración también evita cambios ventilaliiin||
abruptos en pacientes críticamente enfermos, que no podrán tolerar la inveiMil
rápida de la relación l:E o la transición de V C V a PCV.
Complicaciones
R e s p i r a c i ó n e s p o n t á n e a c o n p r e s i ó n p o s i t i v a c o n t i n u a e n la v ía a é r e a
Ilfios de CPAP
• Sistemas por válvulas a demanda: los ventiladores suelen incorporar un mM( imi) ilr aumentar los niveles de presión en etapas sucesivas de 3 a 5 cm de H,0, eva-
de C PAP con válvula a demanda inspiratoria, que se abre cuando se dckvln o| ii( imic) el intercambio gaseoso y la mecánica pulmonar. Las válvulas de P E E P a uti-
esfuerzo inspiratorio generado por el paciente. Estas válvulas pueden ser scml II n ili'licrán generar una resistencia mínima al flujo espiratorio y, en relación con
bles tanto a modificaciones en la presión como en el flujo, y le suministrarán i in • I 1 l u iiito inspiratorio, es preferible ufilizar sistemas de flujo continuo, que son
al paciente cuando se alcance cierto umbral de disparo. \|wu i-s de mantener un flujo adecuado a las demandas del paciente con el objeto
I lili ilospresurizar el sistema y minimizar el trabajo respiratorio, antes que las vál-
Los sistemas con válvula a demanda presentan en relación con los sistemas <Ih ' ‘ilir a demanda.
flujo continuo una resistencia más alta al flujo a medida que se incrementa la l’l l I',
una desviación más importante entre las presiones inspiratoria y espiratoria ilo |
< iiiic lu s io n e s
vías aéreas, y también un tiempo de latencia más alto entre el esfuerzo inspiialmiii i
y el inicio del flujo inspiratorio. I ,i)s modos ventilatorios sintetizan la manera en la cual la asistencia es aplicada
Uno de los principales inconvenientes de los sistemas con válvula a demanda i ii t II fl ventilador al sistema respiratorio del paciente. Son definidos por las variables
relación con los sistemas a flujo continuo consiste en el aumento del trabajo ri's|U li >onirol y de fase. Las variables de control son el flujo/volumen o la presión.
ratorio debido a un suministro insuficiente de flujo de gas al comienzo de la inspii.i ‘ iiiiiido .se utilizan modos convencionales, el ventilador controla solamente una de
ción. Con el objeto de mejorar el funcionamiento de la válvula a demanda en algiinc m «lii\ variables (flujo/volumen o presión). Las otras (presión o volumen) reflejan el
ventiladores, se han incorporado mecanismos modificados de flujo continuo i | iim iliu-ivo del paciente y las propiedades mecánicas del sistema respiratorio.
reducen de manera significativa el esfuerzo inspiratorio requerido para disparar liii I as variables de fase hacen referencia a como el ventilador conduce el ciclo ven-
ciclos ventilatorios en relación con los sistemas clásicos de válvulas a demanda. llliiiiirio. La inspiración se inicia cuando una señal alcanza un valor umbral específi-
" tiempo (frecuencia respiratoria programada) en el caso de la ventilación
Complicaciones I uilrolada y presión o flujo para el disparo de la ventilación asistida. A continuación,
11 variable de control (flujo o presión) se incrementa hasta un límite predefinido y es
La reducción del volumen minuto cardiaco coincidente con la utilización ili' iiiiiiiicnida a este nivel hasta el final de la inspiración. En el ca.so de los modos con-
CPAP se asocia con una combinación de mecanismos de los cuales la disminucimi irnludos por flujo, la inspiración finaliza tras un tiempo inspiratorio definido o des-
del retomo venoso es sin duda el más importante. Además, es probable que ocuiiii |HH‘S de entregar un volumen programado. En los modos controlados por presión, la
una disfunción ventricular como consecuencia del aumento de la poscarga derctlw inspiración finaliza por tiempo en presión control (PC V ) o cuando el flujo inspirato-
y de la desviación del septum interventricular hacia la izquierda, que conduce a la ilii disminuye a un umbral predefinido en presión de soporte (PSV ). Finalmente,
disminución del volumen de fin de diástole ventricular izquierdo y, en consecucii limante la espiración la presión en la vía aérea puede ser controlada hasta el próxi
cia, del volumen minuto cardíaco. Las unidades alveolares con distensibilidad n(H mo ciclo inspiratorio, con la aplicación de presión positiva de fin de espiración.
mal pueden sobredistenderse y comprimir los capilares pulmonares yuxlapuesló»
con una disminución del flujo sanguíneo regional y, por lo tanto, incrementar el
espacio muerto. Las manifestaciones clínicas de la hiperinflación incluyen hipci ( ONCEPTOS CLAVE
capnia, aumento del gradiente entre la PCO^ arterial y de fin de espiración, aumeii
to de la resistencia vascular pulmonar y evidencia radiográfica de hiperinflación. ' Si bien existe mucha confusión en la nomenclatura utilizada para definir las
La CPAP reduce el gradiente de presión vascular transtorácico e impide el ni» diferentes modalidades y estrategias ventilatorias, en general todas se basan
mal retorno venoso desde la cabeza y puede aumentar la presión intracraneana i'ii en ptx:os conceptos que son los que se deben manejar para establecer los
pacientes con una baja distensibilidad intracraneal. Este efecto puede ser disminuí patrones de funcionamiento. Las variables que son establecidas por el ope
do colocando la cabecera del paciente a 30°. Con el uso de altos niveles de CPAI’, rador permiten llevar a cabo los objetivos ventilatorios para un determina
la presión positiva intratorácica puede producir una retención aguda de agua y sodio do paciente a través de estrategias adecuadas a la patología que presenta.
como respuesta neurohormonal ante cambios hemodinámicos asociados con un Esencialmente son cuatro las variables a considerar: volumen, tiempo, pre
descenso del filtrado glomerular, de la excreción fraccional de sodio y del aumenln sión y flujo, que interactúan ente ellas en los diferentes modos. Algunas de
de la hormona antidiurética. ellas deben ser siempre programadas por el operador, las demás variarán en
Para su aplicación se requiere que el paciente respire de forma espontánea, qui forma dependiente y de acuerdo con la impedancia del sistema tóracopul-
no presente una inestabilidad cardiovascular grave y que pueda colaborar, sobr^
todo si la CPAP se utiliza con máscara facial. Una vez indicada la CPAP, es conve-
í>
r 216 G e n e r a l id a d e s y f is io p a t o l c x íía
BIBLIOGRAFIA
I
S it u a c io n e s específicas
RELACIONADAS
CON LA VENTILACIÓN
MECÁNICA
9
Ventilación mecánica en la lesión
pulmonar aguda grave
Algunas sugerencias para la hipoxemia refractaria
ELSIO TURCHETTO
IN TRO D U CC IO N
;Q u é h a c e r c u a n d o n o h a y u n a re s p u e s ta al tr a ta m ie n to c o n v e n c io n a l?
O B JE T IV O S
C O N T E N ID O S
Definición y clasificación
Epidemiología
Evolución
m
V en t ila c ió n m e c á n ic a en la le s ió n p u l m o n a r a c u d a g r a v e 223
i f'is|ii|iiiU)l()gía
If.Kin pulmonar inducida por la VM
l'Miloncias clínicas de la estrategia de ventilación protectora
Vi'iililación mecánica en el SDRA
M ih I o ve n lila to rio
Viilim icn co rrie n te
Srlección de la PEEP: concepto de la mejor P E E P
I >lr<is estrategias p a ra d eterm in a r la m e jo r P E E P
Miiinobras de apertura pulmonar
Mcc'ción de la FIO^
Olnis inedidas relacionadas con la VM , sugeridas en la hipoxemia refractaria
Vi iitila c ió n en d e cú b ito p ro n o
Vfittilación co n lib e ra ció n de p re sió n en ¡a vía aérea
Ventilación líq u id a co n p e iflu o ro c a rb o n o
Ventilación de alta fre cu e n cia
In su fla ció n de g a s traqueal
Terapéutica in h a la to ria de ó xid o n ítrico , p m s ta c ic lin a y surfactan te
Mi'didas adyuvantes de la ventilación mecánica en pacientes con LPA
H a lance h íd ric o negativo
Co rtico ste ro id e s
A gentes a ce le ra d o re s de la recup era ció n
D IU N IC IÓ N Y C LASIFIC AC IÓ N
Kig. 9-1. Definiciones de lesión pulmonar aguda (L P A ) y síndrome de dificultad respiratoria aguda
(S D R A ) (basadas en el Consenso Europeo-Americano sobre S D R A , parte I, Am J R espirC rit Care
Mcd 1994).
224 S it u a c io n e s es p ec ífic a s r e l a c io n a d a s c o n la v e n t il a c ió n m e c á n ic a
presión capilar pulmonar de origen cardíaco y cuyas causas desencadenantes íik Iiu
yen un amplio espectro de graves enfermedades clínico-quirúrgicas.
El SD RA es tomado como un extremo en la escala de gravedad de la LPA <|ii|
también se caracteriza por hipoxemia, aunque de menor magnitud. Si bien esta ilcliJ
nición no resuelve gran parte de los interrogantes generados por un síndrome liiij
proteiforme, permitió comparar a los pacientes incluidos en distintos estudios
reconoció la existencia de una población con menor daño, pero epidemiológic.i
mente muy importante.
Persiste sin embargo, la necesidad de encontrar criterios clínicos o de otro lip
que expresen mejor las alteraciones fisiopatológicas que subyacen en este síndroini
y que ayuden en la búsqueda de soluciones terapéuticas. Como ejemplo podenicM
citar los estudios de L. Gattinoni y cois, sobre las diferencias encontradas en
mecánica respiratoria de pacientes con SD RA con relación a si su origen fuera pul i
monar o extrapulmonar.
En este estudio, los autores hallaron que los pacientes con SD RA provocado |mh
lesiones directas del parénquima pulmonar, llamado SD RA pulmonar (SDRAp), lid
nen un marcado aumento de la ela.stancia (elastancia es la inversa de la distensibili i
dad o compliance) del sistema respiratorio (Ers) a expensas del aumento de liÉ
elastancia pulmonar (E^). Por el contrario, los pacientes con SD RA de causa exlni j
pulmonar tuvieron un gran aumento de la Ers a expensas de la elastancia de la pai
tóraco-abdominal (Ecw). Cuando ambas poblaciones fueron sometidas a aun
progresivos de la presión positiva de fin de espiración (P EEP ), los resultados mostni'
ron marcadas diferencias. En el primer grupo no se consiguió un reclutamiento pul ■
monar y sí un mayor aumento de la Ers, mientras que en el segundo grupo el volumen I
pulmonar aumentó alrededor de 240 mL y la Ers disminuyó de manera significalípi í
Si bien el valor de este planteo en particular ha sido puesto en duda en cuanto a |
si el origen de la lesión determina diferencias clínicamente significativas, tuvo la |
virtud de ser el primero en plantear la necesidad de diferenciar la estrategia venii ■
latoria a aplicar según el estado de cada paciente.
EPIDEMIOLOGÍA
L E S IÓ N P U L M O N A R A G U D A
IV O LU C IÓ N
l,a mortalidad del SD RA es muy variable entre las poblaciones estudiadas (cua-
ilro 9-1). En promedio, es de cerca del 50% y es superior para poblaciones mayo-
ivs de 65 años. En los últimos años, varios grupos médicos han comunicado una
ilisminución de la mortalidad en pacientes manejados en un mismo centro en com
paración con pacientes del mismo centro, pero internados 10 años antes. La dife
rencia no pudo ser explicada por ninguna medida en especial y se supone que
corresponde a una mejor asistencia del paciente critico en general, aunque no pue-
ilen excluirse como responsables los cambios favorables en la estrategia ventilato-
lia. A diferencia de lo referido para la prevalencia del SD RA, el dato más llamativo
iil analizar la mortalidad publicada en la literatura surge de la escasa correlación
encontrada entre la gravedad, de acuerdo con los criterios del consenso, y la morta
lidad. En este sentido, el estudio llevado a cabo por el grupo de unidades intensivas
lie países escandinavos es muy ilustrativo, debido a que la mortalidad hallada en la
l.PA leve, moderada o grave (SD R A ) fue casi la misma.
FISIO PA TO LO G ÍA
(kliV'iila) en pacientes con sepsis grave abre una nueva perspectiva en el tratamiento
lli' lii; pacientes con SD RA originado en un proceso séptico; aunque probablemente
I* iiu'ioría del pronóstico de estos pacientes no se relacione con una mejoría de la fun-
l'lrtii respiratoria sino con la menor incidencia de insuficiencias orgánicas, incluida la
(loiiliciencia respiratoria que determina el uso de esta medicación.
IIM Ó N PU LM O N A R IN D U C ID A PO R LA VM
II (|iie son sometidos los alvéolos durante la ventilación. Llegaron a e.sta conclusión
ili'spués de demostrar que:
• Aun los animales ventilados con presión negativa presentaron lesiones por el ven
tilador, si se permitía que sufrieran amplias variaciones en el volumen pulmonar.
• Si a los animales ventilados con muy altos niveles de presión en la vía aérea se
les impedía amplias variaciones de volumen mediante la contención a la expan
sión del tórax, éstos no presentaban signos de V IL I.
l istos investigadores decidieron entonces llamar volutraiima a esta lesión, para acen-
liiar el papel central que ocupa el volumen con que se ventila y distiende el pulmón.
228 Situaciones específicas relacionadas con la ventilación mecánica
Casi en forma simultánea apareceron los estudios del grupo de Milán, ü iri^ ij
por L. Gattinoni, que mostraban en imágenes de tomografía computarizada c»')ni(r
volumen pulmonar de pacientes con SD RA estaba marcadamente disminuido tU4
do a la presencia de un colapso alveolar en las zonas declives, y que la distenMiiíI
dad del sistema respiratorio (Crs, por sus siglas en inglés) de las zonas siiiij
ubicadas en la región anterior del tórax, era prácticamente normal.
Como consecuencia lógica de estos hallazgos, al utilizar un volumen corrií
(V^) calculado para un pulmón normal, se producía una sobredistensión de
zonas sanas con el empeoramiento del daño. Los autores se refirieron a esta silii
ción con el concepto de Baby Lung, y sugirieron que sería como intentar venlihiS
un niño con los volúmenes pulmonares de un adulto. Esta combinación de /oiÍi|
colapsadas y zonas ventiladas determina que durante la insuflación se generen I
zas de tracción muy intensas sobre el tejido sano que debe distenderse junto a ii]^
zona fija que lo “ ancla” . Estas presiones altas, además, se presentan en los bi<
quíolos terminales, zonas del pulmón que no están preparadas para recibirlas y c iil
cen de una estructura cartilaginosa que les permita defenderse. De esta forma |
explican los hallazgos, en autopsias de pacientes con SD RA , de dilataciones en I
bronquíolos con necrosis y cambios quísticos.
Sin embargo, los mismos estudios de Gattinoni y cois, mostraban que durantd
evolución de los pacientes con SD RA, las zonas pulmonares más lesionadas (aji
rición de bullas) no eran las ubicadas en las regiones anteriores y sometidas a iii^
sobredistensión, sino las que se encontraban en la región posterior (fig. 9-2).
Este hallazgo, para el cual los propios autores no tenían una clara explicación, oblil
gó a modificar el concepto fisiopatológico imperante de un pulmón con una ziiiu|
sana, pero pequeña, y expuesta a un daño por sobredistensión junto a otra dañada j
Espiración
□ Sup B M e d Q ln l
1.
Temprano Intermedio Tardío
PEEP
Vralto
I ii|H'iuhle. Debía ahora plantearse otro escenario en el que las zonas, que en la
Kliii)ii:ilía de tórax aparecían como condensaciones, sufrían la acción de las amplias
MliH iones del volumen impuesto por los sucesivos ciclos de inspiración y espiración.
1 iin) de los aportes más importantes en la descripción de este nuevo concepto fue
Reabsorción de exudado
(catecolaminas)
-*| Restitución
AL
r V e n t il a c ió n m e c á n ic a en la le s ió n p u l m o n a r a c u d a g r a v e
20.000 20.000 r
15.000
□ Inspiración ■ Espiradóft 1
Fig. 9-4. Mecánica alveolar en la lesión pulmonar aguda. Modificaciones del área alveolar duruA»|
le la ventilación (basado en Schiller H. y cois., C C M 2001).
I
de la menor presión transmural ya que, como consecuencia del efecto de la grav
dad, en ellas aumenta la presión pleural. De esta forma, a igual presión alveolar <
aumento de la presión pleural determina la disminución de la presión transmuriil
Un mínimo porcentaje de unidades alveolares (< 1-2%) puede incluso colapsar |mi|
alcanzar valores de Ptm menores que su presión crítica de cierre, presión que re*
ponde a las fuerzas de retroceso elástico del tejido.
A su vez, en los pacientes con LPA, la acumulación de edemas alveolar e intcn
ticial potencia esta tendencia por agregar presione.s sobreimpuestas a la ejercidj
por la gravedad, hasta llegar en las zonas más declives a producir el colapso de hasi
el 30% del tejido pulmonar. Estas presiones sobreimpuestas no .son iguales en totlii
las unidades alveolares colapsadas, y ello se pone de manifiesto en el momenti) (
que se toma necesario superarlas para abrir (reclutar) los alvéolos. Precisamenli. (
editorial de B. Lachmann ya citado se basa en un estudio de U. H, Sjóstrand, en (
que se establece que las presiones requeridas para reclutar unidades alveolares vari ij
an ampliamente dentro de un mismo pulmón y llegan a los 60 cm H,0 en las /.onii'i|
más afectadas.
En la figura 9-5 se relacionan los conceptos referidos hasta aquí en una fomiit
más integradora. Vemos en él, a la izquierda y arriba, una figura tomada del cstudiill
de Schiller que describe los tres tipos de comportamiento alveolar; el co tn p o i^ l
miento de tipo III está unido por líneas a una TC de tórax que muestra, en un inisniol
corte pulmonar de un paciente con SDRA, cuatro momentos de.sde la espiración cunl
P EE P O (Z E E P ) hasta la inspiración máxima (V^T). Las líneas se dirigen hacia hiS I
zonas medias y posteriores de las imágenes con Z EEP y V.J.T, en las que por predo
minar las unidades con este tipo de comportamiento, se ponen en evidencia lo» |
cambios durante un ciclo ventilatorio con desaparición de gran parte de los infillni
dos al alcanzar, mediante el volumen suministrado, la mayor presión. Finalmefl|i\
otra flecha nos conduce a un gráfico tomado del estudio de L. Gattinoni, que mues
tra la evolución en el tiempo de las lesiones pulmonares en los pacientes con SDRA
y, en él, se marca que las lesiones tardías aparecen precisamente en las zonas po»<
teriores.
V e n t il a c ió n m e c á n ic a e n l a l e s ió n p u l m o n a r a g u d a g r a v e 233
□ Sw BM ed O M
-oaXoi
Temprano Intermedk) Tardío
l l|t. 9-5. Mecánica alveolar en la lesión pulmonar aguda. Modificaciones del área alveolar duran-
li- lii ventilación.
T
EVIDENCIAS CLÍNICAS DE LA ESTRATEGIA DE VENTILACIÓN
PROTECTORA
ti
r V e n t il a c ió n m e c á n i c a e n l a l e s ió n p u l m o n a r a c u d a g r a v e 235
• El colapso no es un fenómeno estático sino que se repite cada vez que, despii<
de un reclutamiento inspiratorio, le sigue una espiración que alcanza valores (li|
presión por debajo de su punto de colapso.
• La respuesta inflamatoria inducida por la lesión pulmonar inicial puede agraviii i{
se por el uso de una estrategia ventilatoria lesionante, y puede extenderse a iilnK
órganos e inducir una FMO.
• El uso de una estrategia ventilatoria que evite la sobredistensión y los ciclos re|x-ii j
tivos de colapso y reclutamiento, protege al pulmón de la lesión inducida por la VM J
Hace pocos años, J. J. Marini tituló una nota editorial de la revista C HEST rclc»
rida a la VM en el SD RA:
“ Volumen corriente, P E E P y barotrauma. ¿Un problema de abrir y cerrar?”
En estas pocas palabras, este autor supo condensar gran parte de los probleniiii
que hallaremos al proponemos iniciar la VM en un paciente con SD RA. En priinor|
lugar, porque sugiere que establecer la magnitud de V.^ y P EE P que se deben ulili í
zar en estos pacientes sigue siendo el aspecto más controversial y, en aparienciii.l
más importante para prevenir la lesión por VM . En segundo término, porque el dc»«|
reclutamiento alveolar espiratorio seguido por el reclutamiento inspiratorio y nue«l
vamente por la pérdida de aire al finalizar la espiración es, como se ha visto, olí
mecanismo de lesión más importante en el biotrauma. Finalmente, porque mwtl
recuerda que “ abrir el pulmón y mantenerlo abierto” es la meta a alcanzar en la VM f
del paciente con SDRA.
Es precisamente aquí donde radica el gran cambio de paradigma al (|uv|
debe adaptarse la forma de enfocar la V M en la LPA . A partir de los avancca]
obtenidos en el conocimiento de la fisiopatología de este síndrome, saben
que ya no se debe considerar la V M como un mero soporte del paciente niien-1
tras éste consigue resolver la patología que dio origen al SD RA o se encamliu I
a la muerte por un FM O , sino como una herramienta terapéutica muy dellca* |
da de cuyo uso, apropiado o no, dependerá la evolución del síndrome.
Tal como anunciamos al iniciar este capítulo, no existe hoy una estrategia ventli i
latoria a aplicar en el paciente con LPA grave que genere un consenso unánime
entre los especialistas. Conocer en profundidad los mecanismos fisiopatológicili'
implicados en la generación y mantenimiento del daño alveolar que acabamos de
revisar, nos permitirá elaborar, para cada paciente, una estrategia más racional, en
términos de acotar la lesión inicial y evitar un mayor daño inducido por la VM.
Para elaborar una estrategia ventilatoria protectora debemos conocer en detalle con
qué bases realizaremos la elección del modo ventilatorio, el V.^, la P EE P y la RO,.
Modo ventilatorio
Volumen corriente
con que debemos ventilar a nuestros pacientes con LPA. Eicliacker realizó un niclii
análisis de los cinco estudios clínicos prospectivos publicados entre los años
y 2001, en los que se había evaluado la mortalidad de pacientes con LPA/SI)K/I
ventilados con una estrategia de bajo V^. Halló que pueden diferenciarse claramciiJ
te dos grupos, uno formado por el estudio de Amato y cois, y el ARD S Nctwdik j
que, como ya mencionamos, consiguen mejorar la supervivencia de los pacienli>»|
sometidos a una modalidad ventilatoria de bajo V^. El otro está formado por
estudios (los de Stewart y cois., Brochard y cois, y Brower y cois.), que pese a ul|.
lizar un bajo V.^. no consiguieron mejorar la supervivencia de los pacientes somcli *
dos a esta modalidad de ventilación. Entre las principales conclusiones de mi I
estudio, Eichacker afirma que con las evidencias científicas disponibles n» p« I
lícito concluir que la ventilación con un bajo sea protectora del pulmón I
en cambio, sí puede aseverarse que el uso de una modalidad de ventilacktii |
cuyo genere altas presiones meseta en la vía aérea (> 32 cm H^O) es perju
dicial y debe evitarse. Queda para ser evaluado en nuevos estudios si el uso de un
bajo con presiones meseta < 32 cm H,0 es también perjudicial, ya que este nietii
análisis revela una tendencia a una mayor mortalidad en pacientes que son ventila
dos con estos valores, aunque sin que esa tendencia alcance un valm
estadísticamente significativo. La hipótesis del autor es que la relación entre el
y la mortalidad tiene una forma parabólica de modo que, tanto una estrategia ven»
tilatoria, que por utilizar un alto genere altas presiones meseta en la vía aére<
como otra que utilice bajo V.^, pese a que las presiones generada.s estén por debajo
del nivel de .seguridad, incrementan la mortalidad de los pacientes (fig. 9-6).
Curva de P /\ y distensibilidad
m
V e n t il a c ió n m e c á n ic a e n l a l e s ió n p u l m o n a r a g u d a g r a v e 241
Pulm ón reclutado
Histéresis
h ll' V-7. Lesión pulmonar aguda y curvas de presión/volumen (P W ); histéresis y puntos de infle-
llitii inferior y superior (basado en Jonson B. y Svantesson S, Thorax 1999).
lililí) con el ingreso del V^. Como ya quedó establecido, el grupo de Amato y cois.
«M|tirló que en esta región de la curva se encontraba la “ zona de ventilación ideal”
|Mics es la de mayor distensibilidad, se evita el colapso alveolar espiratorio al pro-
)liumar un valor de P EE P que supera el Pflex inferior y se evita la sobredistensión
i|iu' determinaría la ventilación por sobre el Pflex superior.
i;i problema con el uso de la curva de P/V, más allá de sus dificultades técnicas,
M que se realiza en condiciones de mecánica pulmonar que no serán las del pacien-
li’ cuando iniciemos la ventilación (ya que parte de O cm H,0 de PEEP o Z E E P ) y,
iiilcmá.s, que la mecánica del sistema respiratorio del paciente variará a medida que
lii ventilación programada actúe sobre él. Estas limitantes de la curva de PA ' fue-
loii bien estudiadas por K. Hickling, quien ha puesto en duda su valor sobre la base
i|uc tanto el Pflex inferior como el Pflex superior varían cuando se insufla el pul
món con mayores presiones (uso de P EE P o maniobra de reclutamiento).
Para comprender mejor esta limitación de la curva de P/V debemos revisar el
i'oncepto de distensibilidad medida a lo largo de una inspiración.
La Crs es definida como los cambios de volumen (A V ) divididos por los cambios
tic presión (AP):
Para una unidad alveolar colapsada. el AVreclut es un fenómeno súbito dol il|l
“ todo o nada” ; para todo el pulmón el AVreclut aparece como un proceso coiiliiill
a medida que más y más unidades se van reclutando. Si se lo considera en rcliit m1
con la P/V, el incremento abrupto de la Crs en el Pflex inferior indica el coinicii*
del reclutamiento de unidades alveolares. E l segmento casi lineal que comli'ii*
luego posee una alta Crs y refleja una distensión y un reclutamiento que ocuririi i
forma simultánea en unidades alveolares con distintas presiones críticas de ;i|)OilU>|
ra. Un pulmón con presiones críticas de apertura alveolar más homogéneas, icuiM
lo es un pulmón sano, posee una pendiente particularmente alta, y aquel que niiit'«»|
tre mucha variación de ellas tendrá una pendiente menor, como sucede en la l.l’A y,l
en especial, en el SD RA .
En definitiva, a lo largo de toda la curva hay reclutamiento (no sólo en el l’llin l
inf) y algo de sobredistensión (no sólo en el Pflex superior) de diferentes regiimi'» |
del pulmón y el Pflex superior estaría marcando el fin del reclutamiento con las pw
siones utilizadas, pues el aire inspirado ha alcanzado zonas del pulmón que reqim<-
ren valores más altos de presión para su reclutamiento. E l estudio de Hicklin^ y
cois, muestra que ambos puntos de inflexión pueden modificarse ya que, conict
vemos en la figura 9-8. mediante el incremento progresivo de las presiones pulinu
nare.s, las nuevas curvas que se generan no se inscriben en una misma línea con lii
obtenida a partir de O PEEP, y por lo tanto la Crs de cada curva será distinta y
dependiente del nivel de presión alcanzado.
El desarrollo de nuevas tecnologías ha permitido confirmar estas limitacionMcii
la curva de P A ' y explicar el porqué de ellas. Mediante el uso de la tomografía |xii
impedancia eléctrica (T IE ), P. Kunst y cois, fueron capaces de realizar curvas ilc
P/V en el pulmón, pero diferenciadas por áreas. Para ello utilizaron las variacioat»
de impedancia de un impulso eléctrico que se genera al atravesar las distini;is
estructuras dentro del tórax (tejidos, aire, líquido) y emitiéndolo en forma sucesiva
desde electrodos dispuestos en cinturón, crearon un corte tomográfico similar al de
la TC. Luego dividieron el tórax en cuatro regiones, y resulta la región 1 la más cci
cana al esternón y la 4, la más lejana. Las variaciones de la impedancia son idénti
cas a las variaciones del volumen de aire del pulmón, por lo que realizar una curvii
de presión/impedancia es igual a realizar una curva de P/V y, de esta forma, se pudo
obtener una de estas curvas para cada zona. En la figura 9-9 vemos los registros de
P/V de cada región de un pulmón con SD R A , vemos también en cada gráfico
impreso el valor del Pflex inferior de cada región. En primer lugar, si analizamos
las curvas vemos que sólo en las regiones 1 y 2 la curva alcanza una zona que pcxle-
V e n t il a c ió n m e c á n i c a e n l a l e s ió n p u l m o n a r a c u d a g r a v e 243
-*- Peep o
-»-Peep5
Peep 10
- a Peep 15
-D- Peep 20
Presión
(cm H ,0)
itiiis Humar Pflex superior, es decir, que sólo en estas dos zonas se alcanzan presio-
III ’* c|uc reclutan todos los alvéolos; en la zona 3 y, más atín en la zona 4, la inspi-
iiii l«Sii termina y todavía queda tejido que podría ser reclutado. Cuando analizamos
ti» valores de Pflex inferior de cada región y lo comparamos con el de toda la curva,
v.Miios nuevamente que las zonas 1 y 2 muestran valores muy cercanos, pero las
/iiiiiis 3 y 4 tienen un valor estadísticamente superior (21,3 frente a 27,4 y 33,8 cm
lio , /)< 0,01). La aplicación de esta tecnología con equipos más sofisticados nos
IK'iinite ver en forma dinámica el comportamiento de las distintas zonas del pul
lman. tal como nos muestra el estudio de Victorino y cois, publicado recientemente.
III este estudio, que los autores utilizan para validar esta estrategia de monitoriza-
I li^n, se puede ver en su suplemento en Internet, una filmación que muestra el
Aimpedancia | Región 1
Pflex: 21.5
A Presión
Región 4
Pflex: 22
►'ig. 9-9. Lesión pulmonar aguda y relación PfW regional por tomografía por impedancia eléctrica
(T IE ) (basado en KursI P. y cois.. C C M 2000).
y
244 S i t u a c io n e s e s p e c íf ic a s r e l a c io n a d a s c o n l a v e n t il a c ió n m e c á n k a
iMi 1‘ste rundamentu, en los últimos años se sugirió que el nivel de P E E P sea
||h millcienlemente alto como para antagonizar las presiones que favorecen el
245
1
I iNiliipso de las zonas más posteriores, y los niveles utilizados aumentaron hasta
I tIt'iMi/.ar los actuales, que se ubican entre 14 y 18 cm H^O y aún mayores para
I |itii lentes con 8D R A más graves.
Al comparar los estudios de Amato y el ARD S Network, en el nivel de P E E P se
IHMiin diferencias importantes. En primer lugar. Amato utiliza valores de P E E P
Miiit'íio más elevados en el grupo de pacientes sometidos a una estrategia protecto-
(II i|iio el A RD S NetWork (16,3 ± 0,7 frente a 9,4 ± 3,6 cm H ,0 ) y, en segundo tér-
IMiiKi, la diferencia en el nivel de P E E P entre los grupos convencionales y con
•nliiilegia protectora del estudio brasileño es de 9,4 cm H ,0 mientras que en el
AKDS NetWork esta diferencia es de sólo 0,8 cm H,0. Esta selección tiene una gran
Importancia pues establece qué cantidad de unidades alveolares estarán protegidas
ilcl colapso por el uso de la PEEP. En el grupo de Amato se busca extender la pro-
Ici I ión a un mayor número de unidades, incluidas las más expuestas a los efectos
ili liis presiones sobreimpuestas. En el A RD S Network, al utilizar niveles menores
(li- l’l'EP, los investigadores optaron por una estrategia más conservadora y su nivel
lie protección es menor.
Aquí es, quizás, donde deban buscarse las razones del mejor resultado en cuanto
II In disminución de la mortalidad, que tiene el grupo bajo la estrategia protectora
III i'l estudio de Amato y cois., en comparación con la que muestra el grupo prote-
«iilo en el estudio de la A RD S Network (disminución del 46% en el primero y del
!2'ii en el segundo).
I’ara intentar dar una respuesta a las dudas surgidas al comparar ambos protoco-
lips, la A RD S NetWork realizó un estudio comparando una estrategia ventilatoria
t un bajos niveles de PEEP, similar a la utilizada en su primer estudio, con otra estra-
li'tiia que utilizó niveles superiores de P E E P (estudio A L V EO L I). Este estudio no
i'iicontró diferencias en la mortalidad de ambos grupos, lo que reafirman'a que el
mayor efecto protector de su estrategia se encuentra en el bajo V^.
Lamentablemente, surgieron muchas cn'ticas al diseño de este estudio que ponen
en duda los resultados obtenidos y, por consiguiente, las conclusiones que de él se
derivan. Quizás el error más importante de este estudio es que, al igual que en su
primer trabajo, los niveles de P E E P utilizados fueron seleccionados sobre la base
(le una tabla preestablecida, sin tener en cuenta las características del paciente en
i|uc se aplicaban, lo que en este estudio pudo haber influido aún más, teniendo en
cuenta que los grupos no fueron homogéneos en cuanto a su gravedad por ser ésta
mayor en el grupo con P E E P alto. Así, pacientes que se beneficiarían con altos nive
les de P E E P no los recibieron en la magnitud necesaria, y aquellos otros en que la
l’E E P alta no sería necesaria, habrían recibido el nivel apropiado. De esta forma es
probable que estadísticamente los efectos se balanceen con una mortalidad similar
entre ambos grupos.
Un reciente estudio multicéntrico liderado por Gattinoni, que más adelante vere
mos en detalle, estableció que los pacientes con SD RA presentan importantes dife
rencias en las necesidades de P E E P de acuerdo con su potencial de reclutamiento.
'ÁÁ
r 246 S i t u a c io n e s e s p e c íf ic a s r e l a c io n a d a s c o n l a v e n t il a c ió n m e c A nic a
Variaciones de la distensibilidad
Hace ya muchos años, P. Suter y cois, propusieron utilizar las variaciones ile I
Crs ante el aumento progresivo de la PEEP, como parámetro para definir la nif|><
PEEP, y sugirieron elegir el menor valor que permita obtener la mejor Crs.
Un reciente estudio experimental de Hickling confirma el valor de la Crs c()iiii||
parámetro para establecer la mejor PEEP. Sin embargo, su estudio establecol mil
diferencia fundamental, en él se determina claramente que para utilizar la Crs conii||
guía para la mejor P E E P es necesario primero realizar una maniobra de reclulnt
miento que permita alcanzar presiones en la vía aérea capaces de superar las pro»
siones críticas de apertura del mayor número de unidades alveolares posibles, y aif
intentar reclutar la mayor cantidad de alvéolos.
La explicación a esta diferencia se encuentra en que al analizar el compofS-
miento de la Crs durante una maniobra de incremento progresivo en los niveles ilil |
PEEP, y luego un descenso de éstos, lo que encontramos es que con niveles inloi ’
medios de P E E P (en general 8 a 12 cm H ,0 ) se observa una caída de la Crs que
luego se revierte pese a continuar incrementando sus valores. Este comportamietlo
bimodal se debe a que el pulmón de los pacientes con LPA tiene gran parte de mi
tejido colapsado y, por lo tanto, al aumentar la P E E P primero se producirá uiiii
sobredistensión de las zonas sanas que explica ese deterioro inicial. El nivel de pre
siones alcanzado en la vía aérea, con esos niveles intermedios de PEEP, no consi
gue abrir las zonas colapsadas y, como consecuencia, la Crs obtenida es sólo unii
expresión de las zonas del pulmón menos dañadas que pueden reclutarse duranli'
una inspiración a bajas presiones. En cambio, si primero se realiza una maniobra df
apertura y se recluta la mayor cantidad posible de unidades alveolares, se podnl
V e n t il a c ió n m e c á n ic a e n l a l e s ió n p u l m o n a r a g u d a g r a v e 247
Algo similar ocurre cuando se intenta utilizar la PaO^ para decidir el mejor nivel
(le PEEP. Durante el aumento progresivo de la P E E P se verá que al comienzo la
IW )j mejora y luego, al superar 10 o 12 cm H ,0 (en ocasiones con valores aún más
hitjos) comienza a disminuir. En este caso, la razón del empeoramiento es la dismi
nución en la perfusión de las unidades alveolares bien ventiladas por la sobredis-
índice de estrés
Ranieri y cois, han propuesto una estrategia para establecer la mejor P E E P i|iit<
presenta similitudes con la técnica de la distensibilidad, pero que se basa en el ana
lisis de la curva P/T bajo una modalidad de volumen control con flujo constante. I it
técnica, denominada stress índex (índice de estrés), analiza la forma de la ranm
ascendente de la curva P/T mientras se modifican los valores de P E E P y se reali/iin
maniobras de reclutamiento. E l inconveniente de este método es que el análisis ilo
la curva obliga a la aplicación de una fórmula matemática.
P^ = a T '’+c
A
r V e n t il a c ió n m e c á n ic a e n l a l e s ió n p u l m o n a r a c u d a g r a v e
tará el espacio muerto. De igual forma el TEP, al disminuir las zonas perfundi»l(ii||
alterará la curva capnográfica y aumentará el espacio muerto.
La posibilidad que otorgan los nuevos capnógrafos de integrar las medicioiu
del COj y del volumen espirados, permiten generar una curva ya no sólo de ( ( I
espirado/T, sino también una de CO^ espiradoA' espirado. A esta última curva i
la conoce como capnografía volumétrica (C V ). La C V agrega a las capacidailtij
descritas para la capnografía convencional, la posibilidad de relacionar qué ciiík
tidad de CO^ es eliminado durante las distintas fases de la espiración y cuiiiilt(
volumen de aire lo contiene. De esta forma podemos reconocer tres compatiii
mentos secuenciales (vía aérea, vaciamiento progresivo de regiones alveolares ]
gas alveolar) y establecer cuáles son los volúmenes del espacio muerto anatómica
del espacio muerto fisiológico y del espacio muerto alveolar
respectivamente). Para ello es necesario que contemos con una nuu*»
tra de CO^ arterial y apliquemos las fórmulas de Bohr-Enghoff;
PaCO, - ETCO,
Vp/v, = -
PaCO,
V „/V /» = V„A^,xV,
«.o ^ •“ +
Y /y - y / y 6.» . V A '
V t (m L)
Fig . 9-12. PC O , espirada/ espirado y PaCO^ (basado en Tusman y cois.).
Hicxliricar esta situación, conseguiremos que los valores del espacio muerto alveo-
Ui disminuyan y que la curva de C V se modifique en forma significativa cuando se
i'iinsigue un adecuado reclutamiento. De forma inversa, cuando se vayan disminu
yendo las presiones reaparecerá el colapso, y con él, los valores del espacio muer-
ii) alveolar volverán a aumentar y la curva, a modificarse. Así, siguiendo los
i'iimbios de la C V y sus variables derivadas, podremos saber a qué P E E P debemos
ventilar al paciente para evitar este fenómeno.
Este comportamiento de la C V y su posible utilidad en la monitorización de
|t«cientes con SD RA fue evaluado por el grupo de G. Tusman y cois, en un mode-
lii animal de SD R A por lavado con solución salina. Utilizaron a la TC de tórax
(■(mil) estudio de referencia para determinar colapso y reclutamiento y encontraron
una excelente correlación entre ambos métodos. Uno de los aspectos más intere-
mintes del estudio es que determina el grado de correlación entre la TC de tórax y
ilistintas variables de la CV, entre las que se encuentran el y el
y todas muestran muy buena correlación (R^ = 0,7 y 0,95 respectivamente, con una
I’ < 0,05) y una sensibilidad y especificidad muy altas (0,9 y 0,86 para y 1
y 0,82 para el Vj/V.^"*"^". En la figura 9-13 vemos un ejemplo de cómo la monitori-
/.ución de una de estas variables, en este caso el volumen del espacio muerto alve
olar expresado en mililitros, permite establecer el momento de aparición del
colapso, medido por el nivel de shunt, durante una maniobra de reclutamiento y
cómo, de esta forma, podemos establecer la mejor P E E P (flecha).
[ Es importante recordar aquí que estos cambios sólo se observan después de una
I muniobra de reclutamiento y que los estudios que evaluaron la respuesta de la CV
iil incremento de la P E E P sin esta maniobra, como el de L. Blanch y cois., no
encontraron modificaciones significativas. Por lo tanto, al igual que sucede con la
ilislensibilidad y con la PaO^ -t- la PaCO^, esta estrategia sólo es útil asociada a una
tic estas maniobras.
254 S it u a c io n e s e s p e c íf ic a s r e l a c io n a d a s c o n l a v e n t il a c ió n m e c á n ic a
100
90
80
□
70
60 g
50 c
3
40
</)
30
20
10
0
P E E P (cm H ,0 )
Fig. 9-13. Relación entre el espacio muerto alveolar y el shunt durante la maniobra de rccliii>{
miento (basado en Tusman y cois.).
Si bien ha sido finalmente aceptado por la mayoría de los autores que el concep
to de lesión pulmonar asociado a la VM incluye, como uno de sus componentes inís
importantes, el ciclo repetido de colapso y reclutamiento, no ocurrió lo mismo con
V entilación mecánica en la lesión pulm on ar a g u d a grave 255
hiiiiiiin las estrategias ventilatorias del grupo de Amato y cois., que las incluye, con
Hili'l ARD S NetWork, que prescinde de ellas. Como sucedió con el nivel de P EE P
Mniilo en cada una de estas estrategias, se realizaron estudios para comparar los
(i'*iillados obtenidos en pacientes bajo una estrategia protectora con maniobra de
|ñ liilamiento y sin ella. También en este caso los resultados parecieron no mostrar
lIlliTcncias en la mortalidad con el uso de esta maniobra y su utilidad fue puesta en
tliiilii, al extremo de recomendar que no sea usada, teniendo en cuenta los posibles
rlrclos adversos.
Mucho podría argumentarse acerca de la validez de los estudios que utilizaron
vilii maniobra con resultados negativos, como por ejemplo, si la utilizaron dentro
tic una estrategia protectora o como una medida aislada, si las presiones utilizadas
fiiiMon las requeridas para alcanzar los resultados buscados o eran inferiores, si el
Viilor de P E E P posterior a la maniobra era el adecuado para sostener el efecto obte-
niilii por la maniobra o no, y en' ese caso, cómo se intentó encontrar ese valor de
l'l I I’. En definitiva, parecía que el debate no iba a arrojar conclusiones definitivas
morca de esta maniobra, hasta que dos estudios volvieron a colocarla en el centro
ili' la escena. Uno de ellos es el estudio de Borges y cois., y el otro es el estudio de
I ( iattinoni.
l'l estudio del grupo de Brasil repitió su experiencia con la estrategia O LA, pero
i'sla vez le agregó, con posterioridad a ella, una nueva maniobra de reclutamiento que
1 cinsiste en el incremento progresivo de las presiones en la vía aérea, con una PEEP
AP = i5cmH,0
I 50
S
r ”
5> 30
%
■o 20
^ 10
• el índice PaOj+ PaCO^= s 400 mm Hg (con FIO^ al 100%) fue un indicador con
fiable de máximo reclutamiento pulmonar (< 5% de unidades alveolares colii|i
sadas).
El otro estudio que aportó una valiosa información acerca del uso de iiianiobrut
de reclutamiento fue el estudio multicéntrico liderado por L. Gattinoni. La meta dii
este trabajo fue estudiar el potencial de reclutamiento de los pulmones de paciente»
con SD RA con la finalidad de conocer la capacidad del pulmón para reclutars¿y
mantenerse reclutado, y así poder establecer el valor de PEEP óptimo. En su esludin,
los centros utilizaron como estrategia de reclutamiento la aplicación de ciclos venli
latorios en modalidad presión control, con P E E P de 5 cm H,0 y presión pico de 45
cm H,0, a una frecuencia de 10 rpm, durante 2 minutos, y con una relación 1:E tli'
1:1. Una vez establecido el potencial de reclutamiento, los autores lo relacionan»!
con distintos parámetros de la evolución de los pacientes, entre ellos la mortalidál
Su hallazgos establecen que los pacientes con mayor potencial de reclutamiento pre
sentan un SD RA más grave, mayor deterioro del intercambio de gases, mayor shum,
peor mecánica respiratoria y mayor mortalidad, pese a tener similar score SAPS II
Además, los pacientes con alto potencial de reclutamiento se benefician con el uso
de niveles elevados de P E E P debido a que éstos evitan el colapso de fin de espiro
ción al que son tan propensos, y de esta forma se disminuye el riesgo de lesión pul
monar inducida por ciclos repetidos de colapso y reclutamiento. Por el contrario, los
pacientes con bajo potencial de reclutamiento requieren bajos niveles de PEEP, pues
en ellos su uso ocasionará una sobredistensión y favorecerá el daño inducido por o!
ventilador, sin obtener el beneficio de evitar el colapso que no presentan.
En resumen, los autores remarcan la importancia de la maniobra de apertura parii
conocer el potencial de reclutamiento, y a éste como una forma de poder predecit
V e n t il a c ió n m e c á n ic a e n l a l e s ió n p u l m o n a r a c u d a g r a v e 257
lii j;ruvedad de la lesión pulmonar y programar en forma precisa los paiámetros del
yrntilador.
Alrededor de estos dos estudios se ha generado un nuevo debate, que aún no ha
koncluido. Con el conocimiento actual, todo médico con la responsabilidad de pro-
Kimnar un ventilador para ser utilizado en un paciente con SD RA, deberá plantear-
Hí la realización de una de estas maniobras con la fmalidad de proteger el pulmón
II para establecer el potencial de reclutamiento de dicho pulmón, o para determinar
Cliiil es el mejor valor de P E E P a programar.
l’ara poder hacerse este planteo es necesario que el operador esté familiarizado
ion alguna de las maniobras de reclutamiento descritas en la literatura, y elegir
Hi|uella que a su criterio está más capacitado para realizar. De todas maneras y cual
quiera sea su elección, lo importante es que recuerde que una maniobra de apertu-
lu para considerarse segura debe:
• hallarse incluida dentro de una estrategia que contemple los nuevos conceptos
lisiopatológicos de protección pulmonar y
• realizarse en forma controlada y sistematizada.
Por último, una estrategia de ventilación que tienda a abrir el pulmón y mante
nerlo abierto debe, además de realizar la maniobra de apertura y de elegir niveles
(le P EE P que impidan el desreclutamiento, evitar que la vía aérea sea desconectada
(k'l ventilador ya que las desconexiones favorecen el colapso alveolar. Para ello se
recomienda utilizar circuitos cerrados de aspiración de secreciones y sólo recurrir
iil aspirado cuando las .secreciones interfieran con la ventilación.
ELECCION DE LA FIO^
Los altos niveles de FIO^ utilizados en los pacientes con SD RA en los primeiiNl|
años de conocido este síndrome, más los efectos adversos del oxígeno en altas con >
centraciones descritos en niños con SD RA neonatal, dejaron planteada la posihili*
dad de que parte de la lesión asociada con la VM estuviera relacionada con la F l() ,1
Desde ese momento se ha intentado mantener la menor FIO^ posible con la que
obtenga una PaO^ > 60 mm Hg. En los últimos años, los cambios referidos sobrjl
la fisiopatología de la lesión por VM condujeron a privilegiar el descenso en la pre* |
sión y el volumen y, como consecuencia, los valores de FIO^ aceptados se han tor<I
nado más flexibles. En el Consenso Europeo-Americano se aceptan valores S 65% ]
de n O j cuando siempre se intentó ventilar con mezclas inferiores al 50%.
Existe la necesidad de recordar, en el momento de seleccionar la FIO^, que esl;i
elección es un elemento más dentro de una estrategia de VM del paciente con
SD RA, y que nuestra meta debe .ser intentar corregir el mecanismo responsable ilc
los trastornos de la oxigenación y no meramente la PaO^, que es su consecuenoiii.
Si la estrategia elegida es exitosa y se consigue corregir la hipoxemia debemos, en
primer lugar y antes de cualquier corrección en los valores de PEEP, comenzar a
disminuir rápidamente la FIO^ de su nivel inicial (en el SD RA siempre se inicia la
ventilación con 100% de O,) a niveles cercanos a 60 o 65%. Luego se optará por
mantener los valores de P E E P considerados óptimos hasta que la FIO^ .sea s 40%.
Recién entonces se comenzará a disminuir la P E E P controlando la PaO,/FIOj. Ésta
deberá mantenerse siempre cercana a los valores obtenidos durante la maniobra de
apertura. La razón para optar por el descenso de la FIO^ antes que por el de la PEEP,
cuando usamos una estrategia ventilatoria protectora, debemos buscarla en otro de
los efectos deletéreos del oxígeno, que es el de producir un colapso pulmonar.
De.sde hace años se conoce que el uso de altas concentraciones de oxígeno pro
duce atelectasias pulmonares, hecho particularmente frecuente en pacientes venti
lados con estas concentraciones durante la anestesia general. De acuerdo con
estudios realizados en pacientes con pulmones previamente sanos sometidos a FIOj
del 100% durante una anestesia general, períodos de ventilación tan cortos como 30
minutos se acompañan de atelectasias postoperatorias por reabsorción en las zonas
con relación ventilación/perfusión baja. En pacientes con LPA este efecto se poten
cia por presentar gran parte de la superficie pulmonar con zonas de V/Q bajo y, por
V entilación mecánica en la lesión pulm onar a c u d a grave 259
■Si bien existen referencias anteriores, la primera descripción del uso de ventila
ción en decúbito prono (V M P) como alternativa terapéutica para pacientes con LPA
((lave, se dio a mediados de 1980. Sin embargo, su uso no se difundió y las publica-
i'innes de estudios sobre su aplicación fueron aisladas. A partir del interés desperta
do por los estudios referidos a la LPA secundaria a VM y las estrategias protectoras
lid pulmón que tienden a amortiguarla, la V M P también comenzó a revalorizarse y
su uso aumentó en gran medida. En los últimos años se realizaron dos grandes estu-
ilios multicéntricos para intentar establecer su valor como estrategia ventilatoria en
pacientes con SDRA. El primero de ellos fue el estudio multicéntrico italiano lide
rado por L. Oattinoni y publicado en el año 2001. El segundo es el estudio multi
céntrico (hospitales de España y México) liderado por J. Mancebo, Si bien ambos
estudios no pudieron demostrar que el uso de la V M P mejore la supervivencia de los
pacientes con SD RA, han dejado información muy valiosa.
En primer término digamos que ambos estudios tuvieron problemas para el reclu
tamiento de pacientes. Este punto marca un aspecto que debe resaltarse, y es que la
aplicación de la VM P requiere un equipo de profesionales altamente estimulados.
En segundo lugar, ambos estudios demuestran que, en la gran mayoría de los
pacientes, la V M P fue capaz de mejorar la oxigenación en forma clínicamente sig
nificativa y con baja tasa de complicaciones. Por último digamos que si bien en
ambos estudios la mortalidad de los pacientes bajo V M P no fue mejor que el grupo
control, el estudio español mostró una tendencia hacia la mejoría que no debe pasar
se por alto.
En el estudio de L. Gattinoni, igual que en el trabajo español, no se hallaron cam
bios en la mortalidad en los pacientes bajo V M P en forma global. Sin embargo,
como también ocurrió en el estudio español, el análisis posí hoc de subgrupos mos
tró que los pacientes de mayor gravedad tuvieron menor mortalidad al alta de la
terapia intensiva si eran ventilados en posición prono.
Finalmente, el análisis comparativo de ambos estudios permite sacar conclusio
nes muy útiles al momento de aplicar esta técnica terapéutica adyuvante de la VM.
Quizás las más importantes son:
260 S i t u a c io n e s e s p e c íf ic a s r e l a c io n a d a s c o n l a v e n t i l a c i ó n m e c á n i c a
M ecanism o de acción
Efectividad
Se requieren tres a cuatro personas para realizar la maniobra con el menor ries
go posible de complicaciones. La persona que dirige la maniobra debe colocarse e»
V e n t il a c i ó n m e c á n i c a e n l a l e s ió n pu lm o n ar a c u d a grave 261
Fig. 9-15. Ventilación en posición prona, efeclo sobre la mecánica respiratoria y el intercambio
«aseosci (basado en Pelosi P y cois., Am J Respir C ril Care Med, 1998).
la cabecera de la cama y sostener firmemente con sus manos, durante tixlo el pro
cedimiento, el tubo endotraqueal y las tubuladuras del ventilador. El paciente debe
hallarse sedado, con un nivel que le permita tolerar la nueva posición (puntuación
o score de Ramsay = 6) y, en ocasiones, será preciso agregar relajantes musculares
a la medicación hipnótica. Todas las tubuladuras, guías de suero, sondas, drenajes
y cables de monitorización se colocarán de forma que al girar el paciente no que
den debajo de su cuerpo.
El primer paso es coIcKar al paciente en decúbito lateral, 90° con respecto a la
cama, y el brazo inferior se pasará por debajo del cuerpo. Se aprovechará este paso
para confirmar que no se haya desplazado ningiín catéter ni soltado ninguna tubu
ladura, y se alisarán las sábanas para evitar que los pliegues dañen la piel. El segun
do paso es completar la rotación de 180° hasta el decúbito prono. El tercer paso
corresponde a la etapa de acomodar al paciente:
Duración
Contraindicaciones
1
264 S i t u a c io n e s e s p e c íf ic a s r e l a c io n a d a s c o n l a v e n t i l a c i ó n m e c á n ic a
reserva funcional de los pacientes que les perm ite m antener un adecuadQ
m anejo de volumen intravascular sin rec|uerir tanto aporte, se ha niostrado
como una estrategia terapéutica útil en los pacientes con S D K A , siempre que
no se acompañe de hipoperfusión.
E l estudio prospectivo, aieatorizado y muiticéntrico del A R D S NetWork, publi.
cado en el año 2(X)6, que incluyó I ,(KK) pacientes comparó una estrategia conserva^
dora en el aporte de líquidos contra una estrategia liberal, no pudo repetir los
resultados de estudios previos que habían encontrado una mayor sobrevida en el
grupo con menor aporte de líquidos. Los pacientes del primer grupo (estrategia con
servadora) tuvieron, en promedio, un balance de - 136 ± 491 niL, y los pacientes del
otro grupo (estrategia liberal) tuvieron un balance + 6.992 ± 502 n iL {p < (),()0I),
La mortalidad a los 60 días fue 25,5% en el grupo con estrategia conservadora y
28,4% en el grupo manejado con la estrategia liberal {p = 0,.3(); 95% de intervalo de
confianza para la diferencia. -2,6 a 8,4%). Sin embargo, el grupo de pacientes tra
tados con la estrategia conservadora mostraron una mejor oxigenación (evaluado)
con el índice de oxigenación), menor score de lesión pulmonar y mayor niímero de
días libres de V M ( 14,6 ± 0,5 frente a 12,1 ± 0,5, /)< (),(X) I ), así como mayor núme
ro de días fuera de la U T I ( 13,4 ± 0,4 frente al 1.2 + 0,4, p < 0 ,(K )I) durante los pri
meros 28 días. Obtuvieron estos resultados pese a que el menor aporte de líquidos
no aumentó, en el grupo con estrategia conservadora, la incidencia o prevalencia de
shock durante el estudio; tampoco aumentó el uso de hemodiálisis durante los pri
meros 60 días ( 1 0 % frente a 14%, p = 0,06).
Es importante remarcar que los efectos adversos de la baja disponibilidad de oxí
geno tisular en el pulmón son tan graves como en cualquier otro órgano y, por lo
tanto, en cualquier estrategia que intente alcanzar balance de líquidos negativo debe
garantizarse que no se comprometerá la estabilidad hemodinámica. E l nivel de evi
dencia existente en la literatu ra es 2 con recomendación C (razonablemente
ju.stificado por las evidencias cientílicas disponibles y fuertem ente apoyado por
la opinión de expertos en cuidados críticos).
C orlicosteroides
^ r e i n c lito (le los días libres de V M , con los días libres de shock y con una mejo
ría en la oxigenación y la distensibilidad pulmonar durante los primeros 28 días de
No hubo, en cambio, diferencia en la mortalidad a los 60 días (28,6
jf a t a m ie n t o .
C O N C E P T O S CLAVE
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301. ' ■■
J
• Ventilación mecánica
10
I en pacientes con obstrucción
al flujo aéreo
FERNANDO VILLAREJO
Y M IGUEL A. BLASCO
IN TRO DUCCIO N
Si bien debe considerarse como una regla general para la mayoría de las patolo
gías, es de gran importancia tratar de evitar que los pacientes con obstrucción al
flujo aéreo (O F A ) requieran apoyo ventilatorio mecánico invasivo, debido a que
resulta significativo el incremento de la mortalidad que se observa en el grupo de
enfermos con una exacerbación de la O FA que requieren ventilación mecánica
(V M ) invasiva, cuando se los compara con pacientes similares que no la requirie
ron. Es por ello que el tratamiento médico intensivo de las exacerbaciones, con el
objeto de evitar la V M , si bien no es un objetivo de este capítulo, no puede ni debe
soslayarse.
A su vez, el grupo de portadores de patologías con O FA resulta muy heterogéneo
desde el punto de vista fisiopatológico. En él se incluyen pacientes con asma, en los
quc predomina la inflamación del árbol bronquial y el broncoespasmo; pacientes
con enfisema, en los que suele predominar el aumento de la distensibilidad (com-
pliance) del parénquima, y pacientes con bronquitis crónica, que se caracterizan por
la presencia de una hipersecreción mucosa y, en wasiones, un grave atrapamiento
séreo. Además, las variantes mixtas de estas entidades en las que coexisten las
Características enumeradas, suelen corresponder más bien a la regla que a la excep
ción. Por ello, elaborar estrategias rígidas para su manejo ventilatorio en forma glo-
^>al puede resultar una sobresimplificación peligrosa que atente contra la verdad, si
Se obvian las consideraciones diferenciales que obran en estas enfermedades entre sí.
Por último, es habitual que los pacientes con enfisema y bronquitis crónica, ade-
■nás de poseer un promedio de edad superior a los pacientes con exacerbación de
274 S it u a c io n e s e s p e c íf ic a s k e l a c io n a d a s c o n l a v e n t il a c ió n m e c á n ic a
OBJETIVOS
CO N TENID O S
in d ic a c io n e s d e VM
I-a hipotensión con hipoperfusión, las arritmias graves y la alteración del estado
de conciencia son quizás más específicas que los demás signos a la hora de evaluar
276 S it u a c io n e s e s p e c íf ic a s r e l a c io n a d a s c o n l a v e n t il a c ió n m e c á n ic a
F IO ,; I
V.^ ; 6-8 m L / kg
V e n t il a c i ó n m e c á n i c a e n p a c ie n t e s c o n o b s t r u c c i ó n a l f l u i o a é r e o 277
f . g _ | 0 rpm
pgEl> externa: O
inferior o igual a 1:3 (el tiempo espiratorio deberá ser de 4 segundos o mayor). Si
bien se ha recomendado que se utilice una onda de flujo cuadrada (constante), ello
a veces no es posible en este grupo de pacientes, debido a que la presión máxima
de la vía aérea se eleva demasiado con su uso. E l fundamento para preferir este tipo
de onda, comparado con una onda desacelerada para el mismo flujo, es permitir con
su uso la reducción del T^. En general, se requerirán flujos pico elevados, del orden
de los 70-90 L/min, siempre que se recuerde que con tal programación se deberá
monitorizar la presión máxima de la vía aérea, que puede resultar elevada al máxi
mo. Se evitará la programación de la pausa inspiratoria porque esta estrategia no
mejora la oxigenación y prolonga peligrosamente el T,, en detrimento del tiempo
espiratorio (T| ).
La estrategia fundamental de la V M en los pacientes con O FA se basa en impe
dir la presencia del fenómeno de hiperintlación dinámica (H D ) y sus consecuen
cias (fig. 10-1).
La HD consiste en un T,, in.suficiente para las condiciones de las constantes de
tiempo del paciente y los parámetros ventilatorios elegidos (cuadro 10-1). Así, la
estrategia consiste en reducir la HD intentando:
Para permitir alcanzar el segundo objetivo contamos con tres estrategias, que
pueden ser puestas en práctica aisladas o en conjunto:
• Reducción del
• Incremento de la velocidad de flujo inspiratorio
"^Hacia el fin de la espiración las fuerzas de retroceso elástico del pulmón se equi
libran con las fuerzas elásticas expansivas de la caja torácica. Por esta razón, nor-
CRF
Llm cn te no existe una diferencia de presiones entre la vía a é r e a prox,mal y los
alvéolos al final de la espiración y, por lo tanto, no habra flujo al fin de la espira
Fig . lO-I. A . Se observa aquí a un paciente sin obstrucción, en el que el volumen regresa a fin de
ción Si existiese un flujo teleespiratorio, necesariamente deberá haber un gradien
espiración a capacidad residual funcional (C R F ). Esto no sucede en un paciente obstructivo y el
volumen pulitionar se va incrementando en forma progresiva a expensas del volumen atrapado
te de presiones entre el alvéolo y la vía aérea proximal que lo determinen. Esta
(V | i) hasta que se alcan/.a un nuevo equilibrio. En esas circunstancias, el volumen de rclajaciólii diferencia de presión, que justifica la presencia de flujo teleespiratorio. se denomi
del sistema es diferente de la C R F . B. Si se permite un período de apnea. el volumen de rclajaciúiiS
na auto-PEEP. . ,
y la C R F se igualan, y si se desea medir el ello es factible con un espirómetro adosado a la
La presencia de auto-PEEP provoca las mismas complicaciones que las que
salida espiratoria. = volumen de fin de inspiración +^|)-
puedo generar la P E E P externa, pero en este caso no es posible, como cuando el
operador programa una P E E P externa, saber con exactitud que monto de auto-PEEP
tiladore.s que permiten prcigramar la relación 1:E como una variable programada, la está manejando el paciente, ya que éste variará según las constantes de y
parámetros ventilatorios programados. Es pi)r ello que la estimación de auto-PEEP,
modificación de la f puede influir sobre el T^íp. ej., si .se reduce la f con una I:E fija
el T| se prolongará). ya sea sólo su presencia o su valor numérico, es de gran importancia en estos enfer-
Es importante aclarar que si el paciente .se halla muy obstruido, a medida que se
Si comamos con una curva flujo/tiempo, será posible evidenciar a través de ella
prolonga el Tj,, el flujo espiratorio de.scenderá a su vez más y siempre existirá algtín
grado de atrapainiento, aun prolongando inucho el programado. Es así que el tra la presencia de flujo espiratorio hacia el fin de espiración, momento en el que sobre
tamiento de la obstrucción, de algún modo, sigue siendo la estrategia más efcctiva^ viene la nueva inspiración (fig. 10-2. inferior). En la misma figura se podra apreciar
para evitar la H D en los pacientes con una grave obstrucción. en el caso del paciente normal, que si aumentara al doble la f, también se podra
La pre.sencia de H D se puede diagnosticar a través de la medición de tres varia-j generar una auto-PEEP, debido a que no habrá suficiente para que el flujo cese.
bles diferentes: Si no se cuenta con una curva flujo/tiempo, se puede evaluar la presencia de auto-
P E E P a través del mismo fundamento, auscultando la presencia de sibilancias en el
tórax del paciente. Si ellas persisten cuando sobreviene la siguiente inspiración, es
C u a d ro 10-1. H iperinflación iliiuím ica. Causas evidente que existe un flujo teleespiratorio y, por definición. auto-PEEP
' Si se desea cuantiticar la auto-PEEP, se deberá poner el sistema en condiciones
• Prolongación de constantes de tiempo (auinento de las resistencias o aumento de
la distensibilidad). estáticas esto es, condiciones de ausencia de flujo. Para ello hay que program ar
una pausa e.spiratoria coincidente con el momento en el que sobrevendría la pró
• Elección de un volumen minuto respiratorio elevado (a expensas de elección de xima inspiración mecánica, que el operador evitará producir, reduciendo para a
elevado V^, f alta o ambas, para las constantes de tiempo del paciente).
maniobra, la frecuencia respiratoria. En estas condiciones todo el sistema desde a
• Tiempo in.spiratorio prolongado (a expensas de elegir flujos inspiratorios dema Vía aérea proximal hasta los alvéolos, tendrá las mismas presiones, por lo que la
siado bajos, elevado o pausa inspiratoria prolongada, o una combinación de todasl aguja del manómetro del ventilador, que cuantifica la presión de la vía aerea proxi-
estas situaciones para las constantes de tiempo del paciente). mal, nos estará mostrando el valor de auto-PEEP (fig. 10-3). Debido a la presencia
de una desigualdad de constantes de tiempo en las diversas unidades, es posible que
V^, volumen corrienie; f. frecuencia respiratoria.
280 S it u a c io n e s e s p e c íf ic a s r e l a c io n a d a s c o n l a v e n t il a c ió n m e c á n ic a
V e n t il a c ió n m e c á n ic a e n p a c ie n t e s c o n o b s t r u c c ió n a l f l u io a é r e o 281
40
30 40 ■
20
10
-10
O
ll
-20
f Auto-PEEP,-» T
-30 -I stat i
Auto-PEEP, dyn
J Oclusión
jn r
B
5 segundos
FIg. 10-4. En A se observa una curva de presión en el tiempo y en B una de flujo en el tiempo En
el momento en el que correspondería el inicio de un ciclo inspiratorio se produce una pausa (cie
rre de la válvula espiratoria), por lo que el flujo espiratorio, patológicamente persistente a fin de
espiración, torna a cero. En ese momento todas las presiones del sistema se igualan y puede verse
en la curva A el nivel de auto-PEEP, como en el manómetro del ventilador (auto-PEEP, stat). S i se
obser\íi el inicio dcl ascenso de la curva de presión inspiratoria, desde el momento en que se ini
cia este ascenso fiasta que se inicia el flujo inspiratorio, ese valor corresponde a au to - PE EP (auto-
PEEP. dyn) medido en condiciones dinámicas.
'^^Es pi’i ello que al inicio de la V M en este grupo de enfermos, en especial pacien-
scon asma agudo, suele ser necesaria la utilización de sedación profunda con ben-
i^azepinas y, ocasionalmente, también se requiere una parálisis muscular. Se
E n t ie n d a que la parálisis sea administrada en forma intermitente, en forma de
L^los y a la menor dosis que logre el efecto deseado. Si el nivel de creatinfosfoci-
nasa (C PK ) supera las 200 Ul, se tratará de suspender su administración debido a
la a s o c ia c ió n de niveles mayores de C PK , con parálisis muscular relacionada con
lelajantc^ musculares, lo cual contribuirá al retraso del destete del ventilador en
estos pacientes. Las benzodiazepinas carecen de un efecto analgésico y es por ello
que deben administrarse en conjunto con algún fármaco que lo posea; es preferible
no elegir para tal fin a la morfina por su efecto de histamino-liberación que puede
petpetuui el broncoespasmo. El uso de sedación y analgesia adecuadas en estos
i
sí misma en la V M de los enfermos portadores de OFA, ya que el V, ha sido impli \ y el T| como relación 1:E, de modo que en ellos el puede variar al modificar-
cado en la mayor parte de los e.studios como uno de los determinantes p r in c ip a le s ^ la f y que en estos casos la reducción de f, con una relación 1:E fija, traerá apa-
de la aparición de complicaciones. Obviamente, siempre que se elijan estrategias de *®jad() un incremento proporcional del T,.
t íiñ i
284 S it u a c io n e s e s p e c íf ic a s r e l a c io n a d a s c o n la v e n t il a c ió n m e c á n ic a
1 _ V e n t il a c ió n m e c á n ic a en p a c ie n t e s c o n o b s t r u c c ió n a l e l u io a é r e o 285
O clusión de vía aérea al final de la espiración La nonnocapnia, ya sea en el contexto del paciente con exacerbación asmática o
A u to -P E EP medida = 5 cm H O portad»' de EPO C (especialmente hipercápnico previo), resulta perniciosa para el
pianej*’ ventilatorio de estos pacientes, por lo que el advenimiento de las técnicas
que tienden a evitarla ha contribuido al mejoramiento del pronóstico de estos enfer-
nios.
c o n s e c u e n c ia s d e la p r e s e n c ia d e HD
zón en su fosa, deterioro que suele ser más grave en pacientes que posean cierto
grado de hipovolemia.
Además, en el paciente que dispara el ventilador, la HD puede contribuir a gene
rar un mayor trabajo respiratorio, según se explicará más adelante. El increinento
del espacio muerto puede observarse en estos pacientes por auinento proporcional
Fig. 1(1-6. En algunos pacientes severamenle obstruidos se evidencia el fenómeno descrito en la de la ventilación (.sobreintlación) en unidades determinadas, en relación con la per-
figura. La obstrucción no es homogénea, de modo que algunas unidades se hallan más ■'abienas''^ fiisión.
que otras. En el fin de espiración, si se establece la maniobra estática ya referida para cstableca'
Los modos limitados por presión son menos efectivos en los pacientes con HD
el nivel de auto-PEEP, es posible que subestimemos la hiperinsuflación de las unidades más obs
truidas, que se cierran en el tm de espiración. En esas circunstancias es conveniente medir la pre en términos de volumen, ya que llegan a la presión preestablecida con menor V . Es
sión meseta que, como se estima en la inspiración, encuentra todas las unidades abiertas. En esos por ello que no se recomiendan, al menos inicialmente, coino modo ventilatorio de
casos la estimación de presión meseta es más confiable que la estimación de auto-PEEP de fin de elección en este grupo de pacientes.
espiración.
Finalmente, si no se resuelve la HD, es muy difícil lograr la separación del
paciente del ventilador, con lo que ello significa como determinante de morbimor-
I
talidad.
El u.so de P E E P externo no se recomienda para el momento inicial de la VM en I
pacientes obstructivos y sí para períodos más avanzados, en especial para pacientes
UTILIZACIÓN DE FÁRMACOS EN EL PACIENTE CO N OFA VENTILADO
con EPOC, en los que se intenta permitir una mejor interacción entre paciente y
ventilador, como ya veremos. Algunos autores recomiendan para el particular grupo Para el tratamiento de este grupo de pacientes es muy importante adtninistrar
de enfermos con cierre temprano de la vía aérea y gran componente de H D por esta correctamente los fármacos en la vía aérea. En individuos con re.spiración espontá
causa, colocar P E E P externa de 20 cin H,0 por espacio de 20 a 30 segundos, con nea y crisis de broncoespasmo no es sencillo proveer dosis adecuadas de fármacos;
el objetivo de revertir este proceso. Además, algunos autores han demostrado una en el paciente con ventilación mecánica su administración es aun mucho más difi
tnejoría del intercambio gaseoso con el uso de P E E P en estos pacientes. cultosa.
Desde la década de 1980 se ha deinostrado en los pacientes portadores de OFA. Los fármacos de primera elección .son los agonistas (i^-adrenérgicos en nebuliza-
que evitar alcanzar la normocapnia podía mejorar el pronóstico a partir de prevenir C'ón o en aerosol, sobre la vía aérea. Las dosis inicialmente son altas y deben repe
la aparición de complicaciones graves, promoviendo la desaparición de HD, según tirse cada 15 a 20 minutos para luego mantener una administración cada 120 a 180
se expresa en el algoritmo. Debido a que con estas estrategias inevitablemente se minutos.
deterinina hipercapnia, se denominan hipercapnia permisiva o hipoventilación con Los aerosoles deben administrarse prioritariainente a través de aerocámaras espe
trolada a tales estrategias. Términos que .se refieren a inducir una hipoventilación ciales para conectar al circuito inspiratorio del ventilador, aunque en la práctica se
manera controlada, lo que significa manejar en forma mesurada los aspectos pC' conectores especiales ubicados a pocos centímetros de la pieza en
niciosos de la hipoventilación a cambio de impedir los efectos deletéreos depeD' ' . cuya eficacia es controvertida. Si se están utilizando intercambiadores de
dientes de la HD. Estas estrategias que desarrollan hipercapnia encuentran Calor-humedad (nariz artificial), se deben remover en la oportunidad de realizar la
contraindicación para su u.so en ca.so de hipertensión endocraneana o un grave coiH' o sis del aerosol, si éstos .se hallan proximales al paciente con respecto al sitio
promiso cardiova.scular del paciente. I “ onde se aplica la dosis.
i
286 S it u a c io n e s e s p e c íf ic a s r e l a c io n a d a s c o n
f V e n t il a c ió n m e c á n i c a e n p a c ie n t e s c o n o b s t r u c c i ó n a l f l u i o a é r e o
10 -N/v/v^ o +8 +8
Fi(>. l()-8. En el esquema A , el paciente en cuestión posee 10 cm H.O de auto-PEEP por lo que al
iniciar un esfuerzo inspiratorio debe “ vencer” la carga umbral de la auto-PEEP, y recién al gene
rar 11 cm H p comenzará el flujo inspiratorio. En B se han agregado 8 cm H.O de P E E P externa.
Ahora bien, la auto-PEEP. según la definición, se reduce a sólo 2 cm H ,0 . por lo que el paciente
debe vencer una carga umbral mucho menor, y de esta forma el flujo inspiratorio comienza con un
esfuerzo del paciente 8 cm H ,0 menor
nosotros y sin fundamento científico, que postula que “ son pacientes que no pue
den s e r separados del ventilador” . Si bien se debe reconocer que el proceso de
separación del ventilador tiene características propias, existen en la a c tu a lid a d !
informes que confirman que tal dificultad no es mayor que la existente en otras
patologías respiratorias graves que requieren V M invasiva. Por lo que. con la evi
dencia que disponemos hasta el momento, e.stos pacientes deben ser considerado!
pasibles de ser ventilados con esta modalidad, aun cuando presenten un gran dete
rioro funcional previo, en especial si se detecta alguna causa descompensadofl
Esto destierra el concepto, habitualmente esgrimido, de considerarlos pacientes
“ no v e n t i l a b l e s ” , sólo por poseer un diagnóstico de EPO C grave. Una e v a lu a c ió n
personalizada de cada paciente en cuanto a antecedentes, calidad de vida en la*
intercrisis, adherencia al tratamiento y presencia de un factor d e .s c o m p e n s a iitt
suelen ser elementos de peso al momento de tener que d e c i d i r sobre la n e c e s id a d
de una V M invasiva.
Se debe recordar que ai momento de la desconexión del ventilador, el pacienW-
con EPO C puede fallar a causa de algún grado de insuficiencia cardíaca, por lo <4^*^
la evaluación de tal aspecto no debe ser desestimado. Además, y relacionado
mismo, en e.stos pacientes puede jugar algún papel beneficioso el u.so de vcntilacio®
no invasiva para colaborar en el proceso de desconexión.
V e n t il a c i ó n m e c á n i c a e n p a c ie n t e s c o n o b s t r u c c i ó n a l f l u i o a é r e o 289 1
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1
T 11
Adaptación del paciente
al ventilador
ALEJANDRO D. MIDLEY
Y CÉLICA L. IRRAZÁBAL
IN T R O D U C C IO N
OBJETIVOS
CO NTENID O S
c a u s a s d e d if ic u l t a d r e s p ir a t o r ia b a j o v m
Antes de desarrollar cada uno de estos ítems debe quedar absolutamente claro
para el lector cómo debe proceder un operador ante la eventualidad de observar una
dificultad respiratoria en su paciente (cuadro 11-2).
Este proceder debe ser respetado y puesto en marcha si el inconveniente no es
detectado y solucionado antes de los 15 segundos, que es el tiempo de apnea que
por d e f a u l l tienen programado la mayoría de los equipos, y que es conveniente
esperar antes de generar una mayor alteración en la ventilación y/o mecánica del
paciente (p. ej., dispositivo pasivo de humidificación inipactado, secreciones bron
quiales visibles en el tubo endotraqueal |TET). etc.).
i
294 S ituaciones específicas relacionadas con la ventilación mecánica
BIPAP
Ppteo mbar
31
C mU/mbar
46
VTe mL
635
20
VM Umm
13.1
Kig. 11-1. En esta imagen la flecha sohre el registro de volumen señala la fuga de aire.
1
M 'i. i
296 S i t u a c io n e s e s p e c íf ic a s r e l a c io n a d a s c o n
• Por alteración súbita de alguno de los componentes resistivos o elásticos del sis
tema respiratorio (cuadro 11-3).
• Por causas hemodinámicas que alteren el intercambio gaseoso.
• Por factores metabólicos.
• Por causas farmacológicas.
• Por pre.sencia de dolor (serán tratadas en el capítulo de sedación y analgesia).
• Por factores psicológicos, aníinicos o de alteración de percepción de la realidad.
Una forma de estudiar las asincronías es analizarlas a través de los factores que
íiependen del paciente y de los factores que dependen del modo ventilatorio (cua
dro 11-6).
Ritm o neural
IPPV/A»s«VAuloFlow
PpKO mbaf
23
VM L/mm
11.5
PEEP mbar
24
VT© mL
70
Fig. 11-2. En esta imagen se ha gratlcado el inicio y final de la inspiración con dos rectas parale*!
las. E l inicio de la inspiración marcado por la curva de flujo es sincrónico con el incremento de IM
presión inspiratoria. Se observa además sotire la curva de flujo que en algunos ciclos, la inspil*"!
ción finaliza de manera atirupla (flecha inferior), es decir que el tiempo mecánico es más corto
el tiempo neural. Durante la espiración se observa que la presión de la vía aérea es positiva (
cha superior), es decir que la espiración es activa.
A d a pta c ió n del paciente al ventila do r 301
tación.
La actividad ventilatoria del paciente está influenciada por la forma de opera
ción de los modos ventilatorios y por las propiedades mecánicas del sistema res
piratorio del paciente. En sujetos sanos y conscientes ventilados con VCV, el
tiempo neural es sensible a los cambios de flujo, es decir que el tiempo neural se
acorta mientras el flujo se incrementa. En cambio durante la PSV, el alto nivel de
flujo que presuriza la vía aérea puede desencadenar la finalización de la inspira
ción que responde a un T, neural más corto a través del incremento pico flujo ins-
piratorlo propio. En los pacientes con una obstrucción crónica al flujo aéreo, la
programación inadecuada de mecánico (más largo que el T, neural) provoca una
asincronía que lleva a la activación temprana de los músculos espiratorios. De
modo que el acortamiento del T, mecánico a través del flujo pico en V C V o del uso
L temprano la inspiración.
Figuras y 4
Esfuerzo visible de los músculos espirato
rios
302 S i t u a c io n e s e s p e c íf ic a s r e l a c io n a d a s c o n la v e n t il a c ió n m e c á n ic a
riA-— fV
Fig. 11-3. Sobre la curva de presión (superior) y la de flujo (inedia), las recias que cruzan el
señalan dos ciclos respiratorios con tlujo insuficiente. En el primer ciclo, la flecha de la i/quic**'
señala el increinenlo del esfuerzo espiratorio debido al comienzo temprano de la cspiracióf-
segundo ciclo señalado muestra un doble disparo inspiratorio debido al bajo llujo. con una '■‘• ’f'*'']
da inspiración de mayor volumen que la primera, precedida por un gran esfuerzo inspiratorio (>
cha de la derecha).
i
A d a p t a c ió n d e l p a c ie n t e a l v e n t i l a d o r 303
[p ro p ie d a d e s m e c á n ic a s d e l s is te m a r e s p ir a to r io
60
mbar
Pptco mbar
21
130 1
Umin
7.3
PEEP mbar
830
7
mL
17
VTe mL
76
iJli- 11-4. En esta figura se observa la presencia de esfucreos inefectivos (flecha inferior). L a fie-
cha superior señala el esfuerzo espiratorio.
304 S i t u a c io n e s e s p e c íf ic a s r e l a c io n a d a s c o n la v e n t il a c ió n m e c á n ic a
A d a p t a c ió n d e l p a c ie n t e a l v e n t i l a d o r 305
Factores dependientes de la VM
f Fig. 11-8. Puede observarse que el agregado de P E E P externa (Paw en la línea punteada de 10 cm
H O) minimiza el umbral que el paciente debe vencer y efectiviza disparos de esfuerzos genera
dos por el paciente que antes la máquina no reconcKÍa.
El problema por exceso está dado por el autodisparo. evento que puede suceder
Fig. 11-6. E l retardo existente entre el esfuerzo del paciente y el inicio del Hujo mecánico puedi.
coTOsponder a: I) presencia de la válvula de sensibilidad “ dura” (ya sea programada p o re lo iT si la sensibilidad está exageradamente baja. Si bien esto puede ocurrir con cualquier
rador o por disponibilidud del equipo y 2) presencia de auto-PEEP. sistema de disparo, en el sistema de disparo por flujo, si su programación está dada
por una tnínima diferencia de flujo, cualquier oscilación en el si.stema (movimien
to. agua en la tubuladuras) puede ser el estímulo que genere un disparo que no
P E E P ) puede ser neutralizada parcialmente con el agregado de P E E P externa, lo representa el esfuerzo ni la necesidad del paciente, y también es una cau.sa de desa
que genera de esta forma que la carga umbral que el paciente debe vencer para con daptación. Si no se revierte rápidamente, puede constituir una causa de atrapa
seguir (lujo a través del inicio de un nuevo ciclo sea significativamente menor (ftg. miento aéreo, en especial en aquellos pacientes con EPOC.
11-8). Los autores concuerdan con que el nivel de la P E E P externa no debe superar Por lo tanto, la programación del nivel de disparo debe ser lo suficientemente sen
en un 70 u 80% al de la auto-PEEP para no correr el riego de sobredistensión. El sible para minimizar el esfuerzo del paciente para tratar de evitar el autodisparo.
problema es que en la práctica diaria no es factible conocer con exactitud estos
datos, pero el operador puede guiarse por la clínica del paciente y la gráfica del ven
Alteraciones durante la fase de presurízadón
tilador, que también representa un aspecto de la clínica del paciente para adecuar
las presiones y conseguir el menor esfuerzo inspiratorio del paciente. La disminu Durante la fase de presurización, las alteraciones o asincronías deben ser examina
ción en la magnitud de la utilización de mtísculos accesorios (obsérvese detenida das al buscar la presencia de signos indicativos de esfuerzo respiratorio (inspiratorio
mente la actividad en el cuello del paciente) y la de.saparición total o parcial de o espiratorio) y de esfuerzos inefectivos. Pero debido a que la observación del pacien
disparos inefectivos observados en las gráficas de flujo en tiempo y presión en tiem te no es suficiente, es imprescindible el análisis del comportamiento de las señales de
po en la pantalla del ventilador, pueden ser una guía útil para el operador. presión, flujo y volumen en el tiempo, y del comportamiento de las variables depen
dientes de los diferentes modos ventilatorios en el monitor del ventilador mecánico.
Es necesario concx;er las variables que determinan los inodos básicos de opera
ción de los ventiladores mecánicos. En el cuadro 11-8 se muestra una clasificación
de los modos básicos de la V M segiín las variables que controla la inspiración.
Cuadro 11-8.
Durante la VCV, tal vez el parámetro más difícil de programar es el flujo inspi-
ratorio. En cambio, una cualidad de la PSV es la de respetar el T, del paciente.
El doble disparo se define como ciclos ventilatorios separados de un Tj, que es la
mitad del T, medio (como se explicó previainente) y ocurre cuando la demanda del
paciente es alta y el T, neural es mayor que el tieinpo mecánico programado. Los
pacientes que sufren esta asincronía tienen índices de oxigenación bajos y presio
nes pico más altas que los pacientes que no la tienen. Aunque con menor Irecuenci^
esta asincronía también se produce durante la PSV, tal vez debido a la tlepcndenciaj
parcial del T, y que en PSV el T, tiende a ser mayor que el tiempo neural.
Lis J- — — • —
/
k y
Fin. 11-9. El sombreado sobre lu curva de presión representa la diferencia entre la señal de presió#
del trabajo respiratorio realizado por el paciente y el realizado por el ventilador. En el primer ciclo
sobre la iíncu de presión, lu inspiración mecánica se rcali/a con los músculos inspiratoríos rclajados.13
En los ciclos siguienies se observa un área sombreada creciente debido al incremenlo del irabajO
inspiratorio del paciente. Con frecuencia, al final de la inspiración la presión de la vía aérea pueí*®
incrementarse debido al esfuer/o temprano de los músculos espiratorios. Estas alteraciones ilebeij
ser corregidas (según el algoritmo de cada ventilador) a través de los incrementos del flujo o
volumen.
I
A d a p t a c ió n d e l p a c ie n t e a l v e n t i l a d o r 309
40
30-
Normal 20 - Dlsmtnución
de la d»tenwb<lidad
10 -
0-
Aumento Sobfe-
(teta
l»rtte>xia
ConlfoUKío
Eslueízo mspiratorto
Disparo
I I
1 2 1 2
Tiem po (B) Tiempo (s)
Klg. 11-10. En esta figura de gráficos de presión en liempo se observa el comportamienlo de las
curvas de presión de la vía aérea (línea continua) y la presión alveolar (línea punteada) en situa
ciones donde la impedancia del sistema respiratorio vana.
%Vol F í02
Ptraq. Paw
36
Ppico Pmedia
35 14
•20 min. ahora
L/min Flg¡o
60 m bar Pp*CO
VT VTe
.596 .597
liÉ l r r V
•20 min. ahora VM VMesp
so.mmHg etC02 loo^^
11.1 11.1
20.1
4.60
Ki)>. 11-11. Registro de PSV. Se observa la variabilidad del y de los tiempos inspiratorios en |
cada respiración.
Fi(>. 11-12. Durante la PS V . en pacientes con alta resistencia de la vía aérea, se puede observar una
brusca caída del flujo inspiratorio inmediatamente después de un pico inicial.
A d a p t a c ió n d e l p a c ie n t e a l v e n t i l a d o r 311
Paw
24,4
n n n ____ r L ___ — T\ A _
Flujo
33,4
A ^ C' r\ A n
Vol
11-13. Obsérvese la forma redondeada del Hujo inspiratorio durante la PSV. La flecha seña-
ía finalización asincrónica entre la inspiración neural y la mecánica.
liJ
312 S it u a c io n e s e s p e c íf ic a s r e l a c io n a d a s c o n l a v e n t il a c ió n m e c á n ic a
Asincronias espiratorias
i
tiempo prolongada del sistema respiratorio, como (Kurre en pacientes con una
enfermedad pulmonar obstructiva.
f A d a p t a c ió n d e l p a c ie n t e a l v e n t i l a d o r
CONCEPTOS CLAVE
b ib l io g r a f ía
lAVIER H, ALVAREZ
Y PABLO E. PARDO
IN T R O D U C C IO N
T
macológica es una herramienta que sólo se tendrá en cuenta cuando han falla,
do todas las medidas no farmacológicas para adaptar y otorgar confort al
paciente en VM.
En aquellos pacientes en los que se ha implementado algún protocolo de
analgesia y sedación se evaluará periódicamente la necesidad de continuar con
su uso, lo que sin dudas redundará en un beneficio al acortar el período de VM
OBJETIVOS
CONTENIDOS
i
Pro to c o lo s d e a n a l g e s ia y s e d a c i ó n a p l i c a d o s a l a VM 317
a d a p t a c ió n d e l p a c ie n t e a l ENTORNO: ANALGESIA,
s e d a c ió n , a g i t a c i ó n y DELIRIO
Uno de los objetivos fundamentales de los cuidados intensivos es el confort del
paciente, aliviar sus dolores e inquietudes y ayudarlo a tolerar el entorno agresivo
(sondas, catéteres equipos, etc.). Estas acciones se apoyan en dos pilares; el mane
jo de las condiciones causales y/o predisponentes de dichas molestias y la adminis
tración de medicación analgésica, sedante y/o antipsicótica.
Para que estas prácticas sean efectivas es fundamental el trabajo interdisciplinario
y coordinado entre enfermeros, kinesióiogos respiratorios y médicos. El conocimien
to de la fantiacología y las interacciones medicamentosas y las acciones basadas en
algoritmos estructurados que permitan una revisión de lo actuado son determinantes
para una correcta acción. Sessler y Vamey resumen los objetivos y enfatizan la reins
talación temprana de la medicación psiquiátrica previa, el cuidado de los factores
externos y ambientales displacenteros, la adecuada sincronía paciente-ventilador, y la
monitorización estructurada y peri('xlica con el uso de escalas validadas (para el dolor,
la sedación, la agitación y el delirio). Sugieren una adecuada selección de fármacos
con la utilización de la menor dosis posible. Además, prefieren focalizar primero en
la analgesia, luego en la sedación e implementar estrategias para evitar la acumula
ción de fármacos, que incluyen la suspensión diaria y el rápido reconocimiento de los
efectos tóxicos y adversos de los fármacos o de su supresión.
Dentro del manejo inicial no se debe olvidar el riesgo de los síndromes de depri
vación de las medicaciones psiquiátricas crónicas suspendidas debido al inicio de la
VM, o las condiciones médicas agudas que lo llevaron a ella. Además, se debe valo
rar la posible aparición de abstinencia al alcohol y/o tabaco.
El delirio, un estado agudo reversible de confusión mental caracterizado por alu
cinaciones. reiteración de pensamientos absurdos e incoherencia, ocurre frecuente
mente y pasa muchas veces desapercibido si no se lo pesquisa, ya que además de la
forma clásica hiperactiva puede manifestarse y, de hecho lo hace de manera mucho
más habitual, en formas hipoactiva o mixta.
La profundidad de la sedación puede variar en situaciones particulares, como
modalidades ventilatorias poco habituales (alta frecuencia, posición prono) donde a
''Cees también .se requiere el uso de relajantes musculares.
FÁ R M A C O S H A B IT U A LM EN T E U T IL IZ A D O S EN LA A N A LG ESIA ,
i
S E D A C IÓ N Y R ELA JA C IÓ N M U S C U L A R
'i
Despierto
* Con ansiedad y agitación o inquieto
2 Cooperador, orientado y tranquilo
^ Somnoliento. Responde a estímulos verbales normales
Dormido
^ Respuesta rápida a ruidos fuertes o a la percusión leve en el entrecejo
^ Respuesta perezosa a ruidos fuertes o a la percusión leve en el entrecejo
^ Ausencia de respuesta a ruidos fuertes o a la percusión leve en el entrecejo
iiiki
320 S it u a c io n e s e s p e c íf ic a s r e l a c io n a d a s c o n l a v e n t il a c ió n m e c á n ic a
3B. Ordenes
Decir al paciente: "Muestre cuántos dedos hay aquf. Enseñar dos
dedos. cohK'ándose delante del paciente
Posteriormente decirle: “ Haga lo mismo con la otra mano”
El paciente tiene que obedecer ambas órdenes
(Conlinúo)
P r ( ) t c x :o l o s d e a n a l g e s ia y s e d a c ió n a p l ic a d o s a l a VM 321
pmilUiK'ión ulobal Sí No
Sj e l l y el 2 y cualquiera de los criterios 3 o 4 están presentes, el
enferni» tiene delirio
Analgésicos opiáceos
Son los fármacos de elección para el tratamiento del dolor en los pacientes bajo
VM. Median su acción principalmente a través de tres grupos de receptores centra-
les: mu (jj), delta (5) y kapu (ic). En terapia intensiva se utilizan aquellos que actú
an principalmente sobre los receptores mu mediante agonismo puro (cuadro 1 2 -5 )
Efectos adversos; dependen de la dosis, de la gravedad de la enfermedad de base
y del estado hemodinámico. Pueden producirse depresión respiratoria con inhibi-
ción de la respuesta a la hipercapnia e hipoxemia; rigidez muscular; liipotensiónj
arterial en pacientes hemodinámicamente inestables, hipovolémicos o con elevado
tono simpático. En pacientes euvolémicos, la hipotensión puede ser secundaria a la
combinación de simpaticolisis, bradicardia mediada por aumento del tono vagal y
liberación de histamina (por morfina o codeína). También puede producirse depte-
sión del nivel de conciencia, alucinaciones, agitación, íleo y retención urinaria.
M orfina
Fentanüo
^senta metabolitos activos. Las dosis repelidas producen una acumulación y dis-
itiinución de su eliminación con la prolongación de la vida media hasta 9 a 16 horas.
p^ucL- una liberación no significativa de hi.stamina. Está indicado ante la presen
cia de hipotensión arterial secundaria a hipovolémia y/o sepsis, y en pacientes con
l^ncoespasm o.
Efectos adversos; insuficiencia respiratoria por rigidez muscular (tórax leñoso)
en altas dosis; adicción ( 1:2.500); abstinencia (> 9 días y dosis acumuladas de > 2.5(X)
jlg/k"); náuseas y vómitos; depresión respiratoria; hipotensión aparece en hipovo-
lémici's; íleo; retención urinaria.
Inicio de acción: I a 2 minutos.
Duración de la acción: 20 a 60 minutos.
Vida inedia: 120 minutos.
Meíabolilo activo: no.
Dosis de carga: 50 a 100 |jg.
Dosis en bolo intermitente: 0,35 a 1,5 (Jg^g t^ada 0,5 a I hora.
Dosis de infusión continua: 0,7 a 10 pg/kg/h.
Dosis promedio: I .(XX) pg/día.
Presentación: ampollas de 5 mL/250 pg.
Preparación: 3 ampollas en 25()/5(X) mL de solución salina o dextrosa al 5%.
Kemifentanilo
Benzodiazepinas
Midazolam
i
Presentación: ampollas de 3 mL/15 mg.
Preparación recomendada: 10 ampollas (150 mg) en 250/500 niL de solución
salina o dextrosa al 5%.
[
Lorazí'P-»'^
P ro to co lo s d e a n a l g e s ia y s e d a c ió n a p l ic a d o s a la VM 325
Propofol
Dexmedetomidina
Clase: a2-agonista
4-1 l-(2,3-dimetilfenil)etil|-3H-imidazol
Fórm ula:
M asa m olecular: 2(X).28 g/mol.
Unión a proteínas: 94%.
P ro to co lo s d e a n a l g e s ia y s e d a c ió n a p l ic a d o s a l a VM 327
Antipsicóticos
H aloperidol
No despolarizantes
i
P ro to co lo s d e a n a l g e s ia y s e d a c i ó n a p l i c a d o s a l a VM 331
Actualmente en ventilación
mecánica
Adecuada sedación y analgesia
Si No
Si
No
Valoración de la sedación
J ■
334 S i t u a c io n e s e s p e c íf ic a s r e l a c io n a d a s c o n
I I' 1
jar el 70% de ios pacientes, mientras un 20% requiere una sedación moderada • Pro ced e n cia de un asilo/residencia
i
El fármaco de elección para el tratamiento del delirio es el haloperidol. Con rela • Usos de benzodiazepina y derivados morfínicos
ción a este fármaco recomendamos administrar una dosis de carga para obtener un
,i r
336 S it u a c io n e s e s p e c íf ic a s r e l a c io n a d a s c o n l a v e n t il a c ió n m e c á n ic a
2° criterio:
inatención
ja a fentanilo como refuerzo analgésico durante no más de 5 días, como una aller-
pgtiva válida, debido a que sugieren una menor probabilidad de delirio asociada al
yso de este fármaco.
Cuando se va a comenzar la desconexión de la V M , los pacientes deben estar sin
jedación ni relajación, aunque puede ser aconsejable mantener un nivel de sedación
0 iín in io . con fármacos de corta vida media y tratar de mantener el ritmo circadiano
para recuperar el ritmo sueño-vigilia. Está demostrado que el sueño mejora la recu
peración física y psicológica. No obstante, hay algunas dudas con respecto a los
beneficios del tipo de sueño que se consigue con los fármacos y a la repercusión
que puede tener en el pronóstico del paciente la alteración del sueño que provocan
los controles médicos y de enfermería y el sinnúmero de alarmas.
En la etapa de desconexión del paciente del ventilador, las medidas no farmaco
lógicas para aliviar la ansiedad son las primeras que deben utilizarse (intentar redu
cir los ruidos y luces, la comunicación con el paciente y el mantener un horario
flexible de visitas) y pueden ayudar al paciente a superar esa sensación. Cualquier
intento debe ser realizado en forma protocolizada y focalizado más en la analgesia
que en la sedación. Una de las artes de los cuidados intensivos es encontrar el equi
librio entre las asistencias psíquica, técnica y farmacológica.
tía y, eventualmcnlc, una biopsia. En la miopatía se observa una atrofia de las tlbras
de tipo II con necrosis y regeneración, y pérdida selectiva de miosina.
Los otros diagnósticos diferenciales, después de descartadas las causas centrales
(lesión medular o daño cerebral), son el resto de las polineuropatías innaiiiatorijj
(Guillain-Barré y sus variantes), el uso de fármacos: quimioterápicos, amiodarona
0 nietronidazol que actúan sobre el nervio periférico; los BN M (sobre todo si se
usaron asociados a aniinoglucósidos y clindamicina o en pacientes con hipermag.
nesemia o insuficiencias renal o hepática), los beta bloqueantes, calcio antagonis-
tas, prcK-ainamida o fenitoina, que actúan sobre la unión neuromuscular; los
corticoides, colchicina, penicilamina, estatinas o zidoruvina que actúan sobre el
músculo, la miastenia y los síndromes miasteniformes, y la porfiria. Los estudios
prospectivos refieren incidencias entre el 25 y el 63% de los pacientes en VM tras
1 semana. Si la causa de la VM fue la sepsis, la incidencia crece hasta el 70 al l(X)%.
Las causas más comunes asociadas a su aparición se relacionan con las enfermeda
des autoinmunes, la nutrición parenteral, el uso de esteroides, BN M o gentamicina,
además de la sepsis el síndrome de respuesta inflamatoria sistémica (S R IS) y el sín
drome de disfunción multiorgánica (SDMO). Dentro de las medidas que disminui
rían su frecuencia se menciona el estricto control de la glucemia, el tratamiento
temprano de la sepsis y el uso de inniunoglobulinas, así como la movilización tem
prana. Existe una controverasia sobre la utilidad de los estudios asiKiada a que
muchas veces el edema presente puede falsear resultados. Se sugiere avanzar en los
estudios si después del diagnóstico clínico las observaciones .seriadas no muestran
una mejoría tras un tiempo razonable.
Si se diagnostica miopatía del paciente crítico, se observan atrofia de fibras mus
culares, pérdida de filamentos de miosina y falta de excitabilidad muscular. Algunas
hipótesis refieren que esto se produce debido a una alteración en los canales de
sodio y que tanto la mioneuropatía como la polineuropatía serían producidas por
una falta de excitabilidad eléctrica producida en el nervio o en el músculo.
ALG O R IT M O DE A C C IÓ N GENERAL
pi,r otra parte. Kress y cois, demostraron que la interrupción diaria de la infusión de
jedanies y analgésicos (vacaciones), hasta que el paciente fuera extubado disminui-
fían 2,5 día.s de VM y 3,5 días de estadía en UTI, sin que aumenten la ta.sa de com
plicaciones ni los síndromes coronarios agudos en pacientes con factores de riesgo.
S o b r e la b a s e a e s t o s tr a b a jo s y la s r e c o m e n d a c io n e s d e la g u ía d e p r á c t ic a c l í n i
ca de la SCCM p u b lic a d a s en e l a ñ o 2(X)2, reco m en d a m o s:
• I n ic ia r la s e d a c ió n en p a c ie n t e s a g it a d o s d e s p u é s d e u n a c o r r e c t a a n a l g e s i a y d e
h a b e r s e tr a ta d o la s c a u s a s f i s io ló g i c a s q u e se r e la c io n a n con la a g it a c ió n .
C.
R e c o m e n d a c ió n d e g r a d o
Usar escalas de sedación con la búsqueda rutinaria de la presencia de delirio,
con una herramienta validada (CAM - IC U + R A SS). Recomendación de
grado B.
D e fin ir un o b je t iv o d e s e d a c ió n p a ra c a d a p a c ie n t e y r e e v a lu a r lo c o n fr e c u e n c ia .
M e d ir y d o c u m e n ta r de m a n e ra s is t e m á t i c a la resp u esta al tr a ta m ie n t o .
C.
R e c o m e n d a c ió n d e g r a d o
Realizar la interrupción diaria de la sedación y la evaluación de la dosis requeri
da. Recomendación de grado A.
Usar guías de sedación y algoritmos. Recomendación de grado B.
Pacientes quemados
Pacientes embarazadas
CONCEPTOS CLAVE
• Para que la V M sea aplicada con éxito es fundamental una adecuada inte
racción paciente-ventilador. Además de los ajustes necesarios y adecuados
a cada situación, es primordial adaptar al paciente suprimiendo en lo posi
ble los estímulos incómodos del entorno y proporcionando analgesia y
sedación.
• E l primer paso es cuantificar, con herramientas validadas y reproducibles,
la presencia de dolor, y administrar analgésicos en dosis adecuadas.
• Luego deberá ser valorada la ansiedad, utilizando la escala R A SS (u otra
semejante) con el objetivo de tener al paciente en un nivel adecuado de
sedación con el menor uso posible de fármacos.
• Se deberá, en lo posible, respetar el ciclo sueño-vigilia con aumento de
dosis nocturna y cierre de la infusión matutina con el fin de permitir "vaca
ción” de fármacos, para valorar el estado mental y realizar un examen neu-
rológico, para luego reiniciar la infusión con la mitad de la dosis previa.
• Con una frecuencia por lo menos diaria .se efectuará la detección de delirio
con el CAM- IC U .
• Si el paciente se presenta inquieto o excitado, no olvidarse de descartar la
abstinencia de alcohol, tabaco, y/o fármacos psicotrópicos utilizados en
forma crónica y suspendidos debido al inicio de la asistencia ventilatoria
mecánica.
• Los fármacos analgésicos preferidos son los opiáceos: la morfina a 0,07 a
0,5 mg/k/h es útil en los pacientes hemodinámicamente compensados y el
fentanilo a 0,7 a 10 pg/kg/h en los que requieren soporte inotrópico.
• Los fármacos .sedantes más habitualmente utilizadas, que no tienen un
efecto analgésico, son el lorazepan en bolo: 2 a 4 mg, el midazolan en
goteo a 0,04 a 0,2 mg/kg/h y el propofol: 0,5 mg/kg/h, que se aumentará
0,5 mg/kg cada 5 alO minutos de acuerdo con la respuesta clínica. Una
dosis habitual de mantenimiento oscila entre 0.5 y 3 mg/kg/h.
• En el tratamiento del delirio e suele utilizar el haloperidol, 2,5 a 5 mg en
bolo o la olanzapina. 2,5 a 5 mg.
• Dentro de las medidas propuestas para disminuir la debilidad muscular del
paciente crítico (una de las complicaciones de la V M ), además de evitar el
uso de relajantes musculares, se destacan el estricto control de la glucemia,
el tratamiento temprano de la sepsis y el uso de inmunoglobulinas, así
como la movilización pasiva temprana.
P ro to c o lo s d e a n a l g e s ia y s e d a c i ó n a p l i c a d o s a l a VM 341
Para el destete puede utilizarse, sobre todo en pacientes con un fracaso ini
cial por excitación, dexmedetomidina en infusión continua, 0,2 a 1 pg/kg/h.
Se aconseja iniciar la infusión a 0,5 a 0,7 |ig/kg/h.
Para que estas prácticas sean efectivas es fundamental el trabajo interdisci
plinario y coordinado entre enfermeros, kinesiólogos respiratorios y médicos.
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342 S i t u a c io n e s e s p e c íf ic a s r e l a c io n a d a s c o n l a v e n t i l a c i ó n m e c á n i c a
J
13
Suspensión
de la ventilación mecánica
CARLOS APEZTECUIA
Y DAMIÁN VIOLI
INTRODUCCIÓN
OBJETIVOS
( ONTENIDOS
Definición
Fisiopatología de la dependencia al ventilador. Factores determinantes
Criterios para iniciar el destete
índices predictivos
Protocolos de destete
Reconocimiento del fallo del destete
Corrección de factores involucrados en el fallo del destete
Técnicas de interrupción de la V M
Traqueostomía
DFFINICIÓN
VyV^, relación espacio mucno/volumen corriente: ^CO,, producción de dióxido de carbono; C,. distensibilidai|Htl
monar; Ccw. dísiensibilidad de la pared torácica; T,. tiempo inspiratorío; tiempo total; Pimax. presión inspthiiot
ria máxima; PEER presión positiva de final de espiración; TET. lubo endotraqueal.
Tiempo, min
Kl)(. 13-1. Aumento de la frecuencia y caída del (patrón de respiración rápida y superficial) con-
I fctu livoa la desconexión de la V M (basada en Tobin M J, Perez W , Guenther S M . et al. The
piiltcrn of breathing during successful and unsuccessfu! triáis of weaning from mechanical venti-
Ulion. Am Rev Respir D is 1986; 134:1111-8).
lánea. Ciertos signos interpretados previamente como producidos por fatiga (respi
ración paradójica), en realidad se asocian principalmente al mayor W ocasionado
por el aumento de la carga.
Otras anormalidades observadas se vinculan con el deterioro de la situación car
diovascular. E l paso de la V M a presión positiva a ventilación espontánea es acom-
piiñado por cambios hemodinamicos que pueden generar un aumento de la
demanda cardiovascular, con incremento del consumo de oxígeno (V O ,) miocárdi-
co. En los pacientes con cardiopatía isquémica es más frecuente la progresión al
fallo ventricular izquierdo, con ascenso de la presión de enclavamiento en la arteria
pulmonar y, eventualmente, edema pulmonar cardiogénico. De este modo, la reduc
ción del soporte ventilatorio puede generar insuficiencias cardíaca o isquemia mio-
cárdica en pacientes con una reserva cardíaca limitada, situación más común en
pacientes portadores de enfermedad bronquial obstructiva crónica (EPO C ), por lo
que resulta en un fallo del de.stete.
Los cambios y las consecuencias que se producen en el sistema cardiovascular son;
- PaO,/FIO^ >150-200, con P E E P < 5-7 cm H ,0 (al menos, PaO 60 con Mí > • iln) (V^/f = V^). Para el cálculo del índice, .se divide la f por el V.^^ medio expresado
0,5). ‘ ' ni litros. Una aproximación a éste se puede obtener sin desconectar al paciente del
- Cdyn > 20-25 mL/cm H,0. vrniilador, y programándolo en ventilación espontánea, preferiblemente sin presión
- Hb: hemoglobina ilr soporte ni PEEP.
- PaO^; presión parcial de oxígeno en sangre arterial Algunos estudios han encontrado una proporción apreciable de falsos positivos
- FIO ,: fracción inspiratoria de oxígeno lid índice, lo que le restaría especificidad. Otros han detectado una mejor capaci-
- Cdyn; distensibilidad dinámica ilmi predictiva del fA^^ cuando se mide a los 30 minutos de comenzada la P V E, en
comparación con la medición inmediata a la desconexión.
La decisión de utilizar estos criterios debe ser individualizada. Algunos pacu'it
tes que no cumplen todos los criterios enumerados pueden estar en condiciones pitiit Otros índices
intentar la discontinuación de la VM .
1‘imax {presión inspiratoria máxima): es la máxima presión generada en un
esfuerzo inspiratorio. realizado desde la C R F o un volumen pulmonar menor. Se
ÍN D IC ES PR ED IC T IV O S Utiliza para evaluar la fuerza de los músculos inspiratorios, pero no evalúa la resis
tencia sostenida en el tiempo. Se puede realizar conectando un manómetro al TET,
Se han descrito diversos predictores que indiquen cuándo un paciente estíl i'il con la cooperación del paciente o sin ella. En este último caso, la vía aérea es oclui-
condiciones de ser desconectado de la V M o no. Si bien en general los índices pnt üii durante 20 segundos con una válvula unidireccional que permite espirar pero no
puestos no han sido reproducidos con la sensibilidad y especificidad mostrad(([íH inhalar, lo que obliga al paciente al esfuerzo inspiratorio. Se han utilizado puntos de
los estudios originales, tienen el valor de resultar orientadores y mostrar las aniii corte variables entre < -15 y < -30 cm H,0.
malidades eventualmente presentes que contribuyen a la dependencia al ventilmloi, ¡’i/Pimax: es la relación entre la presión inspiratoria no forzada sobre la Pimax,
lo que posibilita así su corrección. procura evaluar la reserva muscular. Un valor > 40% permitiría pronosticar el desa
rrollo de fatiga mu.scular.
índice fA ', PO .l: como antes se mencionó, es la presión de la vía aérea proximal medida una
décima de segundo después de iniciado el esfuerzo inspiratorio, ante una vía aérea
E l patrón respiratorio es accesible al examen clínico cuidadoso y a medicioiio» ocluida. Permite evaluar la actividad del centro respiratorio; normalmente es de
sencillas. Aporta información importante para la valoración del impulso (drive) res alrededor de -2 cm H,0. Una actividad elevada evidencia un incremento de la
piratorio, y para detectar la presencia de signos sugestivos de fatiga respiratorúl I d demanda y puede ser cau.sa de un desequilibrio entre la carga y la capacidad neu-
de respuesta ante la carga ofrecida a la bomba ventilatoria). E l aumento de U romuscular. En los algunos ventiladores microprocesados está incorporada su medi
frecuencia respiratoria (f) es valorable como predictor de fallo del destete, uunquf ción. Aunque no se ha determinado fehacientemente el punto de corte que
el punto de corte propuesto por distintos autores es muy variable: de 25 a (M discrimine entre éxito y fallo del destete, un valor superior a 4 a 6 cm H ,0 sería pre
ciclos/min. La caída del V.^, por debajo de 250 a 325 mL, que a menudo se le asii dictor de fallo.
cia, también tiene algún valor. PO. ¡/Pim ax: aporta un índice de demanda/capacidad de la bomba ventilatoria
El índice de respiración rápida y superficial que reúne ambos parámeOOv dado que combina el requerimiento de ventilación (P O .l) con la fuerza muscular
permite anticipar el resultado del intento con mayor precisión. Se ha observado q»o inspiratoria (Pimax), lo que aumenta el poder predictivo de ambas mediciones.
en los pacientes que fallan en el intento de desconexión, este patrón respiratolio Pacientes con valores menores a 0,14 tienen altas posibilidades de ser extubados
suele aparecer de inmediato cuando se desconecta el ventilador, lo que pone il« con éxito, y valores mayores a 0,16 representan altas probabilidades de fallo del
manifiesto un desequilibrio entre la carga y la capacidad. En algunos enfemios ci destete.
seguido por el desarrollo de una hiperinflación dinámica con auto-PEEP, por lo quv Otros exámenes son utilizados con poca frecuencia en la U T l, como el índice
se constituye así en un motivo de fallo que se suma durante el intento de interrupj tensión/tiempo (modificado). Es un índice integrador que evalúa la resistencia en
ción de la VM . E l grupo de Tobin evaluó la relación entre f y V^, y concluyó, i|»c el tiempo de los músculos inspiratorios. Está compuesto por el producto de la frac
tomando como punto de corte 105 c/min/L, representa un índice predictor preciso ción de la presión inspiratoria utilizada respecto de la Pimax y la relación
de éxito o fallo del destete. Si la relación entre carga y fuerza se de.sequilibra (Pi/Pimax), el requerimiento
La determinación es sencilla. Desconectado el paciente del ventilador, se miden energético aumentará, al igual que si se incrementa el flujo inspiratorio, el y la
la frecuencia y el V^ con un ventilómetro durante I minuto; se calcula el V^ prom#< relación T / T ^ (cuanto mayor porcentaje del corresponde a la inspiración.
354 S it u a c io n e s e sp ecíficas r e l a c i o n a d a s c o n l a v e n t i l a c i ó n m ecánic a
PROTOCOLOS DE DESTETE
lin pacientes con una situación respiratoria marginal se puede tolerar cierta des
viación de los parámetros respiratorios mientras no se presenten signos de deterio
ro cardiovascular. ,
Los cambios fisiológicos que se producen del paso de V M a ventilación espon
tánea generan un aumento de la demanda para el aparato cardiovascular que pue
den desencadenar una insuficiencia cardíaca y/o isquemia miocárdica en pacientes
predispuestos, con fracasos del ensayo de la ventilación espontánea (fig. 13-2).
I,os pacientes con isquemia de miocardio son los más expuestos a presentar un
í'ullo ventricular izquierdo durante el retiro de la VM . E,sta eventualidad debe ser
puesta en consideración cuando el paciente fracasa en una prueba de ventilación
espontánea.
En los casos en que se sospecha un fallo cardiovascular, además de la vigilancia
habitual, es conveniente que durante la P V E se preste especial atención a la moni-
lorización electrocardiográfica con el análisis del segmento ST (bajas sensibilidad
y especificidad) y/o el registro de EC G previo a la P V E y durante ésta. Se ha detec
tado que el producto de la frecuencia cardíaca por la presión arterial sistólica es sig
nificativamente mayor en los pacientes que presentan isquemia durante el destete.
Prueba de destete
Ventilación fallido
nnecánica Inicio Final Sujeto sano
0 2 4 6 0 2 4 6 0 2 4 6
Segundos
Fig. 13-2. Volumen corriente (V^), presión pleural (Ppl) y presión de la arteria pulmonar en un
paciente bajo ventilación asistida/controlada y al comienzo y al final de una P V E fallida, compa
rados con los trazados de un sujeto normal (basada en Tobin M J. Advances in Mechanical
Ventilation. N EngI J Med 2001 ;,144:1986-96).
358 S i t u a c io n e s e s p e c íf ic a s r e l a c io n a d a s c o n l a v e n t il a c ió n m e c á n ic a
Ilipoxcmiu
í \
PEEP/CPAP
Inipcdancia ventilatoria aumentada
- manejo de secreciones, broncodilatadores
- corregir la distensión abdominal
uiito-PEEP
P E E P para disminuir el esfuerzo inspiratorio
l'aliga muscular
- admitir períodos de reposo (24 horas de VM en un modo no fatigante y con
fortable tras una P V E no tolerada)
- disminuir el uso de sedantes, relajantes, corticosteroides
- corregir las alteraciones hemodinámicas. Hb, pH, electrolitos
Eallo cardiovascular
- diuréticos
- antihipertensivos, goteo de NTG
- destete gradual (P S V )
- CPAP o V N I posextubación, profiláctica y temprana
Factores psicológicos
- motivar, infundir confianza
- control de la ansiedad
TECNICAS DE INTERRUPCION DE LA VM
Con ventiladores que cuentan con válvulas de demanda sensibles, puede impll
mentarse la técnica sin desconectar al paciente del ventilador. Una ventaja de csl
método es la monitorízación continua de frecuencia y volúmenes, y la dlsponibÍ|^
dad del sistema de alarmas.
Otros métodos
Ventilación no invasiva
Se requieren estudios sobre una población más amplia para p(xler definir de
modo concluyente el papel de la V N I en el destete dificultoso y en el fallo posex
tubación, y permitir establecer recomendaciones definitivas. En el paciente no
S u s p e n s ió n de la v e n t il a c ió n m e c á n ic a 363
Extubación programada
Fallo de la extubación
• Causas relacionadas con la vía aérea; como edema de glotis, estenosis liiu|ih
al, laringoespasmo, aumento del volumen de secreciones, broncoaspiracióll, y (
caracterizan por ser tempranas, en las primeras horas posextubación.
• Causas no relacionadas con la vía aérea: suelen aparecer más tardíamente lnl|
respiratorio, insuficiencia cardíaca, encefalopatía.
Entre los pacientes que han demostrado su capacidad para ventilar esponlitiii
mente, se ha propuesto valorar sus condiciones relativas a la competencia de lii v(|
aérea superior para tolerar la extubación mediante el análisis del peso relativo ilc I
siguientes factores:
I xUibación no programada
TRA Q U EO STO M IA
C O N C EPT O S CLAVE
Protocolos de destete
La aplicación de normas defmidas ha demostrado que el destete se abrevi4
cuando:
• En pacientes estabilizados, es interrumpida la sedación a diario y es rcc
valuada la necesidad de mantener la VM .
• Cumplidas las condiciones para el destete, los pacientes son sometidos I
la PV E.
• Sensorio “ suficiente” .
• Competencia para la protección de la vía aérea contra la aspiración.
• Relación capacidad tusígena/volumen de secreciones.
• Ausencia de obstrucción de la vía aérea superior.
Traqueostomía
• Se debe indicar cuando se evalúa que los beneficios superan a los riesgos,
• Para facilitar el destete, se considerará la realización de la traqueostomía
cuando están presentes algunos de los factores que pueden incidir en el
fallo y que el procedimiento se puede resolver.
APEN D IC E
I
2 Diariamente 3 Reevaluar
•suspender la sedación a diario
-evaluar la luncion respiraiona
PaO^/FiOj > 150-200 No cumple
P EEP S 5-7 cmHgO criterios
fA/,<130
Cumple criterios
X
Realizar PVE:
r o PSV (7-8 cmHgO) durante 30-120 min
Evaluación
r
Retiro progresivo de la
favorable de; descenso progresivo PSv
•sensorio PVE o períodos de TT.
- relación entre (120 min) Optimizar:
capacidad tolerada •situación clínica
tusígena / •condiciones respiratorias
volumen de
secreciones ustar medicación;
C uréticos -NTG -
Extubar I^CA /A RA
10 En EPOC, insuficiencia cardíaca y
weaning difícil; considerar VNI
profiláctica post-extubación
Abreviaturas
f: frecuencia respiratoria
lECA: inhibidores de la enzima convertidora de artgiotensina
ARA: antagonistas de receptores de la agtotensina
NTG: nitroglicerina
TT; tubo en T
(Pemax > 30-60 cm HO,, el flujo máximo (flujo pico) de la tos > 60 LVmin),
el vt)lumen de las secreciones y el nivel de conciencia (4 órdenes sencillas).
Cuando quedan dudas acerca del manejo adecuado de la vía aérea en el
paciente capaz de respirar sin ventilador, se puede demorar la decisión de
cxtubarlo o -en los casos en que corresponda- realizar una traqueostomía.
K1 uso de V N I en forma preventiva, iniciándola inmediatamente después de la
exiubación. debe ser considerada en los pacientes con riesgo de desarrollar
Insuriciencia respiratoria post extubación: edad mayor a 65 años, fallo cardía
co (antecedente o presencia actual), otra comorbilidad. A PA C H E II al día de
la extubación mayor de 12, tos débil, fallo de extubación previo, fallo de P V E
previas, PaCO.. > de 45 mm Hg post 30-60 minutos de la extubación. intuba
ción dificultosa.
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14
Ventilación mecánica
no invasiva
RICARDO VALENTINI, SERGIO LASDICA
Y WALTER VÁZQUEZ
IN T R O D U C C IO N
últimas se atendían menos de 20 pacientes por año. Los resultados obtenidos llr'
ron a sus autores a postular que existía una subutilización de la V N I en aquoll
sitios con capacidad de implementarla.
Varios años después, el problema de la su utilización persiste, aun en centrox mi
desarrollados, como se desprende de una encuesta sobre el uso de V N I en 71 hr
pítales del área de Massachussets y Rhixie Island (Maheshwari y cois.), que iiu
yen 14.620 camas y 1.176 camas de unidades de terapia intensiva (U T I) (.^(l‘l
hospitales universitarios). La V N I fue utili/.ada sólo en el 3 0 % de los pacinili
como primer método de soporte ventilatorio en el EPO C y en el edema agud<
pulmón cardiogénico (E A P ), las dos principales indicaciones de la lécnu
Sorprendentemente, dadas las características del lugar de la encuesta, los cuiiii
motivos principales esgrimidos para la no implementación fueron: falta de coniK i
miento por los médicos, equipo de kinesiología con inadecuado entrenamiciil(t|i
equipamiento no apropiado y falta de experiencia con el método.
Asimismo, otra justificación para la amplia enseñanza de la V N I está fundad» tfll
que los resultados obtenidos en la práctica clínica diaria son consistentes con liM
obtenidos en los ensayos clínicos, al menos en los pacientes con EPO C y EAP, ¡luii
que no es así en el fallo respiratorio hipoxémico (no EA P ), en la cual los resullailiil
de la práctica clínica son menores (Schettino y cois., 2008).
Si bien la V N I puede ser utilizada bajo modalidades de presión negativa coiiui
positiva, esta última es por lejos la más utilizada en la práctica diaria, aun más el»
los casos clínicos críticos, dentro del ámbito hospitalario, y resulta por lo tanto í|
técnica a la que nos referiremos en este capítulo.
Se denomina ventilación no inva.siva a presión positiva (V N I) a cualquict
forma de soporte ventilatorio aplicado sin el uso del tubo endotraqueal, e incluye lit
presión positiva continua en la vía aérea (C PA P). la presión de .soporte (P SV ), lit
ventilación controlada por presión o volumen (PC V /V C V ), y puede asociarse coii
una mezcla gaseosa de helio y oxígeno (Heliox).
O BJETIVO S
SELEC C IO N DE PACIENTES
• Subgrupos específicos de enfermos (p. ej., pacientes con exacerbación agiulii i|(
EPO C o inmunodeprimidos).
INTERFACES Y ACCESORIOS
• Bajo peso.
• Menor espacio muerto.
• Fácil adaptación.
• Transparencia adecuada.
• Diferentes tamaños.
Existen dos tipos básicos de interfaces: faciales y nasale.s y otros modelos espc
ciales. Respecto de las dos primeras, las características básicas son:
Otras interfaces
M áscara fa c ia l total (fig. 14-1): máscara que toma el rostro completo (sim ilar al
i'iiKco que utilizan los arqueros de hockey o los protectores plásticos de los jugado-
iPK de baloncesto), con doble puerto espiratorio incorporado a ésta para facilitar la
rliminación de CO^, dado su elevado espacio muerto (1.680 m L sin colocar). Se fija
itl rostro mediante una doble cincha con velero en sus extremos.
Su principal ventaja es que, a pesar de tener un tamaño único, por su configura-
cit^n se adapta a las distintas características faciales, lo que minimiza las posibili-
iludes de fugas aéreas.
Al tener una válvula antiasfixia y un puerto exhalatorio incorporado, está desti
nada a ser utilizada preferentemente en ventiladores de flujo continuo, aunque en
ciertos casos se podría sellar el puerto exhalatorio y utilizarlas con control adecua
do en ventiladores de terapia intensiva. Actualmente, la existencia de máscaras
lucíales de buen diseño, de uso exclusivo para ventiladores invasivos, haría innece-
iiuria esta modificación.
Helmet (casco) (fig . ¡4-2 A y B ): sistema semejante a una burbuja que envuelve
toda la cabeza del paciente. Es transparente, de látex sin PV C y permite ver, hablar
y tragar.
Se fija en las axilas mediante cintas que se sujetan a un aro en la ba.se del casco.
Si bien existen en el mercado dos modelos, C PA P y V N I, ambos son útiles para
V N I, pero el último es apto para el uso con PSV.
El modelo V N I tiene cuatro tamaños (tres para adultos y uno pediátrico), con una
rama de entrada de flujo inspiratorio y una válvula exhalatoria.
El casco posee también dos orificios conectores obturados que permiten el pasa
je de tubos de 3,5 a 6,5 mm de diámetro externo, lo que puede ser usado para la
colocación de una sonda nasogástrica o tubos para que el paciente succione y se ali
mente o hidrate, o para realizar procedimientos (fibrobroncoscopia). E l orificio
posee una especie de anillo obturador que impide la fuga de aire.
Esta interfaz es bien tolerada, tiene un sistema de fijación con bajo riesgo de p
ducir lesiones cutáneas y, a diferencia de las máscaras faciales, puede aplicarse
cualquier paciente sin tener en cuenta el contorno facial.
La mejoría en el intercambio gaseoso no difiere de la que se obtiene con máscii
ras oronasales.
En estudios clínicos, Antonelli y cois. (2002) encontraron una mejor evolución
clínica y tolerancia con el helmel comparado con la máscara oronasal en cuadros i
insuficiencia respiratoria hipoxémica, bajo modalidad de P S V + presión positiva (
fin de espiración (P E E P ).
Uno de los cuestionamientos al uso del helmet es que debido a sus caracterfi
cas, podría derivar en un retraso en el ciclado y en el gatillado. En un estudio en |
mtxJelo de pulmón, se observó un mayor retraso al gatillado que con la má.scail!
V e n t il a c i ó n m e c á n i c a n o i n v a s i v a 379
lüt'iiil y que con un ventilador invasivo. Sin embargo, este retraso era minimizado
ion mayores niveles de P E E P (de 4 a 8 cm H ,0 ). E l producto presión/tiempo de la
Irntc inicial de la inspiración fue asimismo mejor con helmet debido a que actúa
loino una cámara de reservorio de gas que puede ser utilizado por el paciente
ilurante el comienzo de la inspiración (Moerer y cois.).
I’or último, en virtud del elevado espacio muerto que cuenta (aproximadamente
12 litros y 2,5 litros colocado en el paciente), se precisa un sistema de alto flujo
I >40 L/min) para el adecuado lavado de CO^. Este alto flujo puede generar además,
un nivel de ruidos superior a 100 dB, que pueden aturdir al paciente. (Tonnelier JM .
2(K).Í). Cuando se utiliza el helmet diseñado para CPAP, el gas puede aportarse
mediante ventiladores de terapia intensiva o sistemas de flujo continuo.
Varios modelos de helmet, con diferentes diseños y materiales se encuentran dis-
ponibles en el mercado para uso clínico. La sincronía paciente-ventilador parece no
»cr Igual para ttxlos los tipos de helmei disponibles, por lo que se aconseja precau
ción en los modelos seleccionados para uso clínico (Costa y cois., 2008).
Resumen de interfaces: la elección de una adecuada interfaz puede hacer que el
loporte ventilatorio sea exitoso o no, y si bien no existe una evidencia definitiva, la
CX[K’ríencia clínica sugiere el empleo de las m áscaras faciales (oronasales) en los
piK'ientes con insuficiencia respiratoria aguda (cuadro 14-1).
Accesorios
Nasal
S it u a c io n e s específicas r e la c io n a d a s c o n l a v e n t i l a c i ó n m e c á n ic a
Máscara Ventajas
D ISPO SIT IV O S
i
382 S i t u a c io n e s e s p e c íf ic a s r e l a c io n a d a s c ( j n la v e n t il a c ió n m e c á n ic a
Máscara
Flujo de fuga Empleo de IPAP
Válvula y puerto de fuga
Tubuladura única
Distal Medial
Flujo liberado
Máscara
Flujo de fuga Bajos valores de EPA P
B Dislal Medial
Flujo liberado
Fig. 14-3. A, sistema de presión binivelada durante IPAP. B. ingreso de parte del gas exhalado a
la tubuladura única con el empleo de bajos valores de E P A P condicionando reinhalación de CO^
ilurante la siguiente inspiración. Se destacan los sitios potenciales de administración de oxígeno
ilistal y medial (basada en Thys F y cois. (2002) y Ferguson G T 1995).
Flujo
de oxigeno
(Lm in ') IPA P 2 IP A P S IPA P 12 IPA P 16 IPA P 20
O 19 20 21 21 21
2 26 24 22 22 22
4 31 28 29 26 23
6 38 32 33 30 26
8 45 36 32 32 30
10 53 40 38 35 35
12 63 44 41 38 37
14 65 47 44 42 39
16 67 52 48 43 45
Dalos de: Thys F, et al. Dcterminanls of FÍO, with oxygen supplemcniaiion in noninvasivc iwo-level posiüvc J
ventilalion. Eur Hespir J 2002:19:65^-7.
con los niveles de IPAP, por lo que fue difícil alcanzar valores > 35% con cifras il« |
16 a 20 cm H ,0 a menos que se utilicen altos flujos de oxígeno (cuadro 14-2).
Nuevas estrategias
IMPLEMENTACIÓN DE LA VNI
Sostener V^ >7 mL/kg Lograr SaO^ > 90% con FIO^ < 60%
Mantener FR < 25/min Contrabalancear auto-PEEP
Reducir actividad de músculos accesorios Evitar la reinhalacion de CO, (EPAP)
Mejorar ventilación minuto (PaCO.) Revertir/mejorar la obstrucción de vía
aérea superior
V e n t il a c i ó n m e c á n i c a n o in v a s iv a 387
IT V e n t il a c ió n m e c á n i c a n o in v a s iv a
ración es una complicación muy temida que ocurre en forma poco frecuente.
No es necesaria la colocación rutinaria de una sonda nasogástrica para su preven
ción. Su baja frecuencia de observación se debe a la aplicación usual de presión
positiva por debajo de la presión de reposo del esfínter esofágico superior. Tanto
ncumomediastino como neumotórax y neumopericardio son complicaciones inu
sualmente reportadas.
Dentro de las complicaciones que no podemos dejar de mencionar y debemos
evitar se encuentra el retraso del inicio de la ventilación invasiva ante el fallo evi
dente del soporte no invasivo. Retardar la intubación y la V M convencional puede
precipitar o favorecer la persistencia de condiciones deletéreas que agraven o induz
can disfunciones orgánicas y/o contribuyan a la mortalidad.
C R IT ER IO S PR ED IC T O R ES DE ÉXITO
La mayoría de los estudios clínicos han encontrado que tanto para la exacerba
ción de EPO C como para el fallo respiratorio hipoxémico, el nivel de gravedad de
la enfermedad (evidenciado por A PA C H E II o S A P S ) es un factor predictivo de
éxito o fracaso de la técnica. Los pacientes más jóvenes, cooperativos, con den
tadura intacta, menor fuga de aire y adecuada sincronización tienen más chan
ces de responder favorablemente a la V N I. Por otra parte, la presencia de
Tiempo insuficiencia hipercápnica se relaciona con una mayor posibilidad de éxito con
soporte no invasivo. La rápida m ejoría en el intercam bio gaseoso después de
Fig. 14-4. Curvas de flujo, presión en la vía aérea y presión esofágica en función del licmpii
Obsérvense los esfuerzos inefectivos (flechas delgadas) tanto en la inspiración como en la fiiw impletnentar la V N I es otro determinante de éxito: una reducción de la PaCO, o un
espiratoria. En la fase espiratoria puede advenirse clínicamente sin monitorización de presión cmi aumento del pH dentro de las primeras 2 horas son predictores de una mejoría sos
fágica como deflexiones en la curva de presión no seguidas de flujo inspiratorio. Éstas suelen en
tenida de los gases arteriales.
tarse con P E E P y/o mejor sensibilidad para el disparo. Los esfuerzos inefectivos en la fiin'
Otro factor a considerar es la patología que determ ina el fallo respiratorio. Los
inspiratoria pueden advertirse por la brusca elevación del flujo inspiratorio al final del tiempo in»
piratorio (flechas gruesas). Pueden evitarse mediante la corrección de fugas y la disminucióo di'l mejores resultados se han obtenido en la exacerbación de EPO C y en el EA P, y
tiempo inspiratorio (adaptada de Kondil E y cois. B ritish J Anaesth 2(X)3;9I:I06-I9). resultan menos consistentes en otras causas de fallo respiratorio hipoxémico
tomo neumonía o síndrome de dificultad respiratoria aguda (S D R A ) (Antonelli
y cois., 2001). Incluso los pacientes con EPO C que se presentan con neumonía o
(véa.se ftg. 14-4). Estos esfuerzos inefectivos pueden minimizarse evitando las fuga» insuficiencia cardíaca requieren una intubación con más frecuencia (Meduri y cois.;
ya sea por una adecuada selección de las interfacs y de su colocación, pero también Chest, 19%).
controlando el T, con la aplicación de PC V (limitada por presión-ciclada por tiempo),
IN S U F IC IE N C IA R ESPIRA TO RIA A G U D A PO R EN FERM ED A D
C O M PLIC A C IO N ES E IN C O N V EN IEN T ES DE LA V N I PU LM O N A R O BSTR U C T IV A C R Ó N IC A
En pacientes adecuadamente seleccionados, la.s complicaciones de la V N I niáx La aplicación de presión inspiratoria (IPA P/PSV ) por máscara se asocia a una
frecuentes son las locales, relacionadas a la aplicación de la interfaz, e incluyen reducción de la actividad diafragm ática, a un incremento del V^, a un descen
congestión nasal, sequedad de boca o nariz. Irritación ocular y ulceración del so de la f y a una m ejoría del intercam bio gaseoso.
puente nasal. Esta última puede observar.se en aproximadamente 10% de los sujc Estudios realizados en pacientes con EPO C estables o internados por insuficien
tos; una cuidadosa aplicación de la máscara y el empelo de parches especiales sobre cia respiratoria aguda han demostrado que el empleo de presión inspiratoria con
390 S it u a c io n e s e s p e c íf ic a s r e l a c io n a d a s c o n l a v e n t il a c ió n m e c á n ic a
C tiiid n i 14-4. Efecto del agregado de V N I a l tratam iento habitual con rela-
( /fin a solamente e l cuidado usual (fracaso del tratamiento, m ortalidad, intu-
luición y com plicaciones)
Número
N ° de estudios N ° total Riesgo relativo necesario para
evaluados de pacientes (IC 95%) tratar (IC 95%)
hk-ntc: Lightowler. JV el al. Non-Invasive posilive pressure venlilation (o Ireat rcspiralofy failure rcsulling from cxa-
Scrbaiions of chronic obslnicllve puImonaj>' discase: Cochrane sysiemalic review and meta-analysis. British Medit-al
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cerbations of chronic obslructive pulmonary díseasc: Cochrane sysiemalic review and meta-analysis. British Medical
Journal 2003;326:185-9.
392 S i t u a c io n e s e sp ecífica s r e l a c i o n a d a s c o n l a v e n t i l a c i ó n m e c á n ic a
Algún informe de exceso de tasa de infartos con presión binivelada no fue con-
lirniada en otros ensayos; es posible que una selección sesgada de pacientes haya
iiiotivado esa observación. No obstante, debemos recordar que la V N I no es un
inólcid» a utilizar en pacientes con E A P con isquemia evidente y no controla-
iIh. con arritm ia ventrícular com pleja y con shock cardiogénico.
l,a V N I también fue comparada con la V M convencional en pacientes con insu-
llciencia hipoxémica no vinculada a E A P por Antonelli y cois. (1998), quienes
demostraron que la V N I resultó igualmente efectiva para mejorar el intercambio
(laseoso. La frecuencia de complicaciones totales, y de neumonía y sinusitis, fue
mayor en los pacientes tratados con V M invasiva, mientras que la estadía en U T I
fue menor en el grupo de V N I, sin diferencias en la mortalidad.
Un reciente estudio aleatorizado efectuado en 105 pacientes con un fallo respira
torio agudo hipoxémico de variada etiología (Ferrer y cois., 2003) mostró reduccio
nes de la tasa de intubación, de la incidencia de shock séptico y de mortalidad en U T I
y a 90 días en los enfermos asignados a V N I en comparación con aquellos tratados
con altas concentraciones de oxígeno. Aunque recordando que el estudio fue esta
dísticamente diseñado para valorar la población global de insuficiencia respiratoria
hipoxémica, el análisis por subgrupos evidenció que el menor requerimiento de intu
bación y la reducción de la mortalidad en la U T I persistieron en los pacientes con
neumonía. No ob.stante estos resultados, la recomendación actual es extrem ar el
cuidado en la implementación de V N I por fallo respiratorio hipoxémico oca.sio-
nado por neumonía, por lo que se deben contar para estos casos con estrictos crite
rios de fallo y así evitar prolongar de manera inadecuada el soporte no invasivo. Más
aún, el cuidado debe ser mayor en pacientes con alteraciones más importantes de la
oxigenación, como en los casos con criterios de lesión pulmonar Aguda/SDRA. Si
bien según un estudio epidemiológico entre centros con alto entrenamiento en técni
cas de soporte ventilatorio no invasivo, se pudo evitar la intubación en casi el 50% de
los casos (Antonelli y cois., 2007). En otros estudios el fallo de la V N I determinó una
mayor mortalidad que la prevista por Apache III, y en un estudio multicéntrico efec
tuado en realidad para valorar la eficacia del decúbito prono, uno de los eventos aso
ciados a mortalidad en el análisis multivariado fue la implementación de V N I seguida
de ventilación convencional por fallo de la V N I (Rana, 2006; Mancebo, 2006).
Estas observaciones no hacen más que reforzar el concepto de precaución y
extrema vigilancia en la aplicación de la técnica en el fallo respiratorio hipo
xémico, más aún con criterios de gravedad por la alteración del intercam bio
}>aseoso, por lo que se debe evitar en aquellos pacientes con fallos respiratorios
agudos con deterioro hemodinámico, con fallos de otros órganos, y en los que
después de una hora del soporte no invasivo no alcanzan una clara m ejoría de
la oxigenación con disminución del trabajo respiratorio.
El subgrupo de los pacientes inm unodeprimidos ha sido estudiado con particu
lar interés, en tanto la insuficiencia respiratoria que requiere una V M invasiva se
acompaña de una elevada mortalidad. En un grupo seleccionado de enfermos inmu
nodeprimidos con fiebre e infiltrados pulmonares, Hilbert y cois. (2001) encontra
ron una reducción de la necesidad de intubación, complicaciones serias y
394 S ituaciones específicas relacionadas c o n la ventilación mec Ank a
l ’ara acelerar el destele y/o ante fallo de destele: en 1998. Nava y cois, investi-
laron el empleo de V N I como métcxlo de destete en pacientes con EPO C en VM
Invasiva p<ir Insuficiencia respiratoria aguda, después de 48 horas de ventilación y
ilr un fallo de prueba de tubo en T. Se asignaron los sujetos a una de dos estrate
gias: extubación y aplicación de PSV por máscara facial o PSV por tubo endotra-
ijueal. El empleo de V N I:
• Redujo el tiempo de liberación de VM .
• Acortó la estadía en UTI.
• Disminuyó la incidencia de neumonía nosocomial.
• Aumentó la sobrevida a 60 días.
I
bablemente sustentada en el mayor tiempo a reintubación en el grupo de V N I 1(1,1^^
frente a 2 1,6 horas. Cabe consignar que el grupo de pacientes con EPO C está suhn'
presentado en este ensayo y que cuando los médicos decidieron efectuar el cru/ii
miento del tratamiento convencional a V N I, a pesar de la selección asignad». o|
éxito en prevenir el fallo de la intubación fue mayor. Esto indicaría que los critciu^
predeterminados para iniciar la técnica tal vez no fueron adecuados o no claraintw
te explicitados.
Prevención del fa llo de la extubación: en estudios de Nava y cois. (200^1 y
Ferrer y cois. (2006), .se valoró nuevamente la V N I para evitar una reintubacmii.
pero tratando de actuar previo a la aparición del fallo respiratorio posextubacii^ii
Para esto se seleccionaron los pacientes según tuvieran condiciones atribuidas mu
mayor riesgo de fallo: edad > a 65 años, antecedentes de insuficiencia c a r d f a c N ,
hipercapnia, tos inefectiva, comorbilidades, excesivas secreciones y previa u In
prueba de destete y PaC O j > 45 mm Hg tras la extubación. Con esta seleccktii,
la V N I demostró una m ejoría en la ta.sa de reintubación e, inclu.so, una disiul<
nución de la m ortalidad.
C O N C EPT O S CLAVE
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15
Cuidados del paciente
en ventilación mecánica
MARIANA CECILIA TORRE
Y FABIANACICCIOLI
I INTRODUCCIÓN
O B JE T IV O S
C O N T EN ID O S
J-n el año 20()5, Jean Louis Vincent propuso una regla mnetnotécnica precisa-
nu-nic para no olvidar cuáles deíjen ser los aspectos más importantes en el cuidado
ilmrio del paciente crítico. Estos criterios son básicos y adquieren singular impor-
I (Uncia en el paciente ventilado.
FA ST H U G significa en inglés, "abrazo rápido” . Cada una de las letras que com
ponen esta expresión representa un aspecto (teeding, analgesia, sedation. thrombo-
ftiiholic prophylaxis. head-of-bed elevalion. stress ulcer prevention, glucosa
control) que influye de manera preponderante en la evolución y el pronóstico del
paciente, lo que está demostrado por la evidencia de numerosas revisiones sistemá
ticas. Vincent agrega, “ a i leasi once a day"; lo que significa que debemos darle a
nuestro paciente "un abrazo rápido al menos una vez al día” .
Alimentación (Feeding): la desnutrición aumenta la morbilidad y empeora el
pronóstico. Muchas veces, los pacientes ingresan desnutridos a nuestras unidades,
o simplemente se “ espera” demasiado para comenzar con el soporte nutricional. La
alimentación adecuada al gasto energético evita el consumo de reservas metabóli-
cas y garantiza el aporte de proteínas plásticas necesarias para evitar complicacio
nes propias de la inmovilidad (p. ej., aparición de úlceras por decúbito). Se
aconseja comenzar de manera temprana con la nutrición (24 a 48 horas al ingre
so), se prefiere la vía enteral a la parenteral. Las Guías canadienses, basadas en
extensas revisiones de la literatura, recomiendan que las .soluciones que contienen
aceite de pescado y antioxidantes, deben ser consideradas en pacientes con sín
drome de dificultad respiratoria aguda (S D R A ). y deben ser tenidas en cuenta fór
mulas enriquecidas con glutamina para pacientes traumatizados y quemados
graves. La " f " de feeding también hace referencia a la comprobación de la posi
ción de la sonda de alimentación enteral. Se prefieren las sondas de localización
iranspilórica debido a la mejor tolerancia y a la menor probabilidad de reflujo y,
por ende, de neumonías a.sociadas a la vía aérea artificial. Aún no existe un con
senso acerca de la alimentación continua o en bolos, pero esta última modalidad
aumenta la probabilidad de distensión por el volumen administrado. Asimismo, se
recomienda suspender la administración cada 8 horas para comprobar la presencia
de residuo.
Analgesia: el dolor impacta de manera negativa en la recuperación fisiológica y
psicológica de los pacientes, por lo que un adecuado tratamiento del dolor debe ser
considerado fundamental en la terapéutica del paciente crítico. E l paciente intuba-
do siente dolor, no sólo debido a su enfermedad de base y a la presencia de un tubo
que atraviesa su garganta, sino también por los procedimientos rutinarios a los que
es sometido, por ejemplo, los cambios de decúbito, la aspiración de secreciones, la
extracción de muestras, la curación de heridas, etc. E l dolor no siempre es fácil de
valorar, muchos pacientes no pueden expresarse por sí mismos, sin embargo aun
que sea subjetivamente, debemos valorar .su presencia a través del lenguaje no
verbal, expresiones faciales, movimientos, llanto, y observando indicadores fi
siológicos, como la frecuencia cardíaca, la frecuencia respiratoria y la presión arte
rial (cuadro 15-1). Las terapias farmacológicas incluyen los antiinflamatorios no
esferoides (A IN E ), paracetamol y opiáceos. Los opiáceos son usados ampliamente.
404 S i t u a c io n e s e s p e c íf ic a s r e l a c io n a d a s c o n l a v e n t i l a c i ó n m e c á n ic a
¿Despertable?_ ¿Despertable?_
liulividuul para cada paciente. Aunque parezca fácil incrementar la dosis del sedan
te para mantener al paciente adaptado, quieto y calmo, la sedación excesiva está
iMiociada con complicaciones graves, incluidos el riesgo de trombosis venosa, la
reducción de la motilidad intestinal, la hipotensión arterial, la inhibición de los
reflejos protectores de la vía aérea, la dificultad para el aclaramiento de secrecio
nes. el incremento del riesgo de la polineuropatia por inmovilidad, la prolongación
(le la V M y de la estadía media en la U T I (y, por ende, incrementos en los costos).
Krcss y cois, han demostrado que la discontinuación diaria y transitoria de la seda
ción puede reducir la estadía en la U T I y acortar los tiempos de V M , sin embargo
p<Klría argumentarse que si la sedación es titulada continuamente no haría falta su
discontinuación una vez al día. E l tema es si resulta posible esta titulación continua
dada la carga de trabajo y el número de enfermeras disponibles. Se recomienda con
énfasis (evidencia clase I) el uso de protocolos y escalas de sedación debido a que
su implementación reduce la cantidad de sedantes requeridos. Las escalas de seda-
ciiin y agitación más difundidas son la de Ramsay-Cambridge y la de Richmond
(cuadros l5-2a y l5-2b). Si bien la última es la de mayor sensibilidad y especifici
dad, lo que realmente importa no es qué escala se utilice, sino que todo el equipo
adopte una sola escala, la valore con asiduidad, haga los ajustes necesarios y regis
tre los resultados. E l objetivo es logar "las tres C ", es decir, un paciente calmo, con
fortable y colaborador.
Profilaxis de tromboembolismo: entre los pacientes que no reciben profilaxis,
las tasas de trombosis venosa profunda confirmada oscilan entre un 13 y un 31%, y
en los pacientes traumatizados puede ser mucho mayor. Por lo tanto, se recomien
da que todos los pacientes reciban heparina subcutánea en caso de no estar con
traindicada. Varios estudios han sido conducidos para comparar diferentes heparinas
en grupos específicos de pacientes, pero pocos han involucrado específicamente a
la población de pacientes críticos, y el método más efectivo de profilaxis no está
aún bien determinado. E l beneficio de la profilaxis debe enfrentarse al riesgo de
sangrado. Sin embargo, se recomienda fuertemente en todos los pacientes con
inmovilización prolongada o con necesidad de sedación profunda o parálisis, la uti-
i'ióii, que se encuentran en terapia con corticosteroides o con historia de úlcera gas-
lr(Kluodenal, ya que tienen un riesgo aumentado de desarrollar una hemorragia
(ligesiiva relacionada con el estrés. A pesar de varios estudios controlados, aleatori-
/uilos y un metaanálisis que han comparado diferentes agentes, el fármaco óptimo
min está por definirse. En un ensayo multicéntrico realizado por Cook y cois., que
involucró a 1.200 pacientes críticos en V M . los tratados con ranitidina tuvieron
lasas más bajas de sangrado clínicamente significativo frente a los pacientes trata
dos con sucralfato, aunque no hubo diferencias en la tasa de mortalidad entre ambos
grupos. Tampoco hubo diferencias en las tasas de neumonía asociada al ventilador.
Hasta el momento, no hay ensayos grandes aleatorizados y controlados que evalú
en inhibidores de la bomba de protones en pacientes ventilados mecánicamente. Sin
embargo, algunos datos publicados sugieren que son efectivos para incrementar el
pll gástrico y prevenir el sangrado del tracto gastrointestinal.
Control de la glucem ia: a partir del estudio de Van der Berghe se reconoció la
necesidad de controlar estrictamente los valores de glucemia en los pacientes críti
cos. En este e.studio .se propone que el nivel óptimo de glucemia debe encontrarse
entre 80 y 100 mg/dL; sin embargo se ha observado que en la práctica estos valo
res son difíciles de alcanzar, por lo que se acepta un valor de 150 mg/dL. valor reco
mendado en las guías recie’ntemente publicadas para el tratamiento de la sepsis
grave y el shock séptico. Un estudio publicado por Krinsley informó que el objeti
vo de mantener los niveles de glucemia por debajo de 140 mg/dL implicó una
reducción del 29,3% en la tasa de mortalidad y una reducción del 10,8% en la e.sta-
día en la U T L
Existen al menos cuatro medidas simples agregadas a las propuestas por J. L.
Vincent. que son imprescindibles para garantizar los cuidados de calidad a nuestros
pacientes. En sintonía con la mnemotecnia, al FA ST H U G repodemos agregarle el
acrónimo H U PA (/ligiene bucal, ubicación del tubo endotraqueal,presión del man
guito, actitud del paciente en la cama).
Higiene bucal: los pacientes ventilados suelen tener deprimido el nivel de con
ciencia a causa de la sedoanalgesia, o disminuido el reflejo nauseoso, lo que pro
voca la caída de las secreciones colonizadas hacia la orofaringe. En un período de
24 horas puede acumularse un volumen de entre 100 m L y 150 m L de secreciones.
La microaspiración de estas secreciones orofaríngeas es el principal factor de ries
go de neumonía asociada a la vía aérea artificial. La disminución de la carga bacte
riana de la cavidad bucal se logra a través del lavado, al menos tres veces por día.
Existen numerosos estudios que tratan de establecer el mejor agente para la higie
ne bucal en pacientes intubados. Los estudios recientes sugieren “ considerar" la uti
lización de clorhexidina. Es importante la remoción de la placa dental y para ello se
puede utilizar cepillos dentales suaves o hisopos de gasa y abundante agua para e li
minar las secreciones por arrastre. De todas maneras, lo importante es que se reali
ce la higiene bucal, y que se haga con frecuencia. La recomendación es desarrollar
y poner en práctica un programa de higiene oral (que puede incluir el uso de un
agente antiséptico) para todos los pacientes en cuidados intensivos. Desalentamos
totalmente la utilización de cánulas orofaríngeas en el paciente intubado. La cánu-
408 S it u a c io n e s e sp ecíficas r e l a c i o n a d a s c o n l a v e n t i l a c i ó n m e c á n ic a
por el que ofrezca mayor comodidad y efectividad para el paciente y para el ci|i^
po de salud que lo asiste. Los requisitos que deben cumplir son:
E l T ET debe ser anclado todas las veces que sea necesario para prevenir la cxiif
bación inadvertida y un movimiento excesivo del tubo.
• Corte una cinta adhesiva de 2,5 cm de ancho, lo suficientemente larga como pin]
rodear la cabeza del paciente.
• Cubra el lado adhesivo de la tira con un trozo más corto de cinta hipoalergéninil
dejando un mínimo de 8 cm descubiertos a cada extremo.
A
pegamento) pieza (sin pegamento)
(Continúa I
C u i d a d o s d e l p a c ie n t e e n v e n t i l a c i ó n m e c á n i c a 4T3
• Taquipnea.
• Secreciones visibles o audibles, estertores o burbujeos, audibles con el eslelowo
pió o sin él.
• Sensación referida por el paciente de secreciones en el tórax.
• Aumento de la presión de la vía aérea en VM .
• Movimientos torácicos alterados, debilidad.
• Disminución de los niveles de saturación de oxígeno.
• Alteraciones hemodinámicas, incluidos el aumento de la tensión arterial y ln
taquicardia.
• Disminución de la entrada de aire (disminución de los sonidos respiratorioa ii lit
au.scultación).
• Cambio de color (p. ej., cianosis, palidez, rubicundez).
• Para pacientes que están en V M pueden indicar necesidad de aspiración la clcvii
ción progresiva de la presión pico con gradiente pico-meseta mayor de 10 i in
Hp.
• Cambios en la morfología de la curva flujo/tiempo con la pérdida de su curvalii
ra normal.
Hiperoxigenadón
En la práctica, se entiende f)or hiperoxigenación a la entrega de oxígeno al 1(X)%,
el cual es brindado durante cinco respiraciones antes, durante y después del pa.so
del catéter de aspiración.
C u id a d o s del paciente en ven tila c ió n m ec á n ica
Examen físico
Siempre debe ser completo, de adelante, de atrá.s y de los costados (para ello se
debe sentar o rotar al paciente).
(Coníinúá)
C u id a d o s del paciente en v entilació n m ec á n ica 413
< uadro 15-3. T écnica de a spira ció n de secreciones p o r tubo traqueal o tra-
queostomía (C o n t.)
• Taquipnea.
• Secreciones visibles o audibles, estertores o burbujeos, audibles con el csiclom’*
pió o sin él.
• Sensación referida por el paciente de secreciones en el tórax.
• Aumento de la presión de la vía aérea en VM .
• Movimientos torácicos alterados, debilidad.
• Disminución de los niveles de saturación de oxígeno.
• Alteraciones hemodinámicas, incluidos el aumento de la tensión arterial y
taquicardia.
• Disminución de la entrada de aire (disminución de los sonidos respiratorios ii |
auscultación).
• Cambio de color (p. ej., cianosis, palidez, rubicundez).
• Para pacientes que están en V M pueden indicar necesidad de aspiración la clcv*<|
ción progresiva de la presión pico con gradiente pico-meseta mayor de 1(1 i'iK I
Hp.
• Cambios en la morfología de la curva flujo/tiempo con la pérdida de su curviiiii p
ra normal.
Hiperoxigenadón
Examen físico
Siempre debe ser completo, de adelante, de atrás y de los costados (para ello se
debe sentar o rotar al paciente).
"Lo s problemas que nosotms creamos no pueden ser resueltos con el mismo
nivel de pensamiento que teníamos cuando los cream os" (A lheri Einstein)
Cuando se activa una alarma del ventilador o de cualquier monitorización a.so-
ciada, es imperativo que el personal responda con rapidez. La seguridad del pacien»
te es primordial, para ello debemos tener la certeza de que el paciente está siendo
adecuadamente ventilado y oxigenado. En muchas ocasiones debe desconectarse al
paciente del ventilador y ventilar manualmente con una bolsa-válvula-máscan
hasta que el problema pueda ser diagnosticado. Esta maniobra no sólo ventila al
paciente, sino que es una manera de valorar manualmente la distensibilidad (tom-
pliance) pulmonar y la resistencia de la vía aérea. Según la situación, la evaluación
C u i d a d o s d e l p a c ie n t e e n v e n t i l a c i ó n m e c á n i c a 4 Í7
lid paciente debe incluir un examen físico y una valoración de los signos vitales.
( liando el paciente está seguro y estabilizado, se debe revisar las alarmas y, si es
necesario, obtener ayuda.
El súbito comienzo de la disnea en un paciente crítico puede ser reconocido por
los signos físicos que presenta. Estos signos incluyen taquipnea, aleteo nasal, dia-
í'orcsis, uso de músculos accesorios, retracción de los espacios supraestemal, supra-
clavicular e intercostal, movimiento paradójico o anormal del tórax o abdomen,
hallazgos anormales a la auscultación, taquicardia, arritmia e hipotensión. La lec
tura de la oximetría de pulso y la capnografía pueden variar, así como la presión
pico y la presión meseta.
Si el paciente está despierto, se lo puede interrogar directamente (respuestas por
"s f’ o “ no” ) y obtener información valiosa. Algunos episodios de asincronía pueden
producirse debido a un sentimiento de pánico, y puede minimizarse ventilando de
manera manual al paciente e instruyéndolo sobre cómo relajarse mientras respira
con el ventilador.
Algunas veces, la dificultad respiratoria aparece de manera paulatina pero es el
equipo de salud quien lo detecta de forma súbita. Es por ello que debemos antici
pamos y buscar signos mínimos que nos alerten.
Las causas más frecuentes de dificultad respiratoria súbita están numeradas en el
cuadro 15-4.
E l manejo de la asincronía del paciente comienza con una serie de pasos especí
ficos (cuadro 15-5). E l paso inicial es de.sconectar al paciente del ventilador y ven
tilarlo en forma manual. Si la dificultad respiratoria mejora, el problema está
vinculado con el ventilador. Si la dificultad no mejora, entonces el problema se rela
ciona con el paciente.
• Desplazamiento del TET (la flexión y extensión de la cabeza y cuello pueden movei
el TET un promedio de 2 cm hacia arriba y hacia abajo dentro de la vía aérea).
Migración del TET sobre las cuerdas vocales
Migración del TET dentro del bronquio fuente derecho
• Hemiación del manguito sobre el final del TET.
• Ruptura o fuga del manguito.
• Acodamiento del TET.
• Desarrollo de una fístula traqueoesofágica.
• Secreciones en la vía aérea.
• Mordida del TET.
• TET apoyado en la carina.
• Fístula de la arteria innominada.
r C u i d a d o s d e l p a c ie n t e e n v e n t il a c ió n m e c á n i c a 419
i'lli» lo ideal es marcar el T ET con tinta indeleble a nivel de los dientes incisivos una
vr/ que haya atravesado las cuerdas vocales. Así se puede comprobar su posición
rn cada movimiento del TET.
1^ diferencia entre la presión en la vía aérea en condiciones dinámicas (presión
pico) y estáticas (presión meseta) provee información esencial. Una diferencia im
portante entre la presión pico y la presión meseta sugiere un problema en la resis
tencia, ya sea en el T ET o en la vía aérea (broncoespasmo, secreciones).
Se debe hacer énfasis en la importancia de la auscultación para valorar signos de
iK'umotórax, broncoespa.smo, acumulación de secreciones y edema pulmonar. Una
do la.s distinciones importantes a realizar es entre atelectasia masiva y neumotórax a
tensión. Un neumotórax sin componente de tensión puede no tener una presión pico
demasiado elevada. Las causas de malestar no pulmonares (distensión de la vejiga o
del tracto gastrointestinal, posición del cuerpo inadecuada, dolor, etc.) son pasadas
por alto con frecuencia. La embolia pulmonar y la isquemia cardíaca son comunes.
El aumento del consumo de oxígeno, la frecuencia cardíaca, la presión arterial y
la poscarga del ventrículo izquierdo (V I) pueden causar una insuficiencia cardíaca
congestiva (edema pulmonar), isquemia u otras manifestaciones de estrés circula
torio dentro de los primeros minutos de comienzo de la VM en un paciente con
insuficiencias coronaria o miocárdica, o disfunción valvular. Es importante realizar
un electrocardiograma con el fin de detectar alteraciones i.squémicas ya que el
paciente habitualmente no nos puede referir dolor precordial.
Aunque la agitación suele tener causas triviales, nunca debe ser ignorada o supri
mida con sedantes hasta que sean investigadas otras posibles causales.
La presencia de hiperinsuflación dinámica o auto-PEEP (P E E P es la presión
positiva de fin de espiración) puede obstaculizar el sistema de disparo (irigger) y
causar problemas cardiovasculares, como hipotensión y caída del gasto cardíaco. Se
debe monitorizar su presencia regularmente.
Los cambios en la posición del paciente pueden estar acompañados de una extu-
bación accidental, un acodamiento del circuito del ventilador o cambios en los nive
les de oxigenación. Este último puede ser el resultado de modificaciones en la
enfermedad pulmonar a áreas dependientes, una obstrucción de la vía aérea súbita
por tapón de moco, secreciones o una posible migración de un coágulo que cause
una embolia pulmonar.
La bradicardia es experimentada frecuentemente por pacientes que requieren altos
niveles de P E E P y de presión media en la vía aérea, durante las breves desconexiones
del ventilador para la aspiración de secreciones. Aunque en ocasiones la hipoxemia es
la causa de estos episodios de bradicardia, este fenómeno usualmente se desencade
na por un efecto reflejo, y puede prevenirse si se utilizan sistemas cerrados de aspira
ción de secreciones y si siempre se provee hiperoxigenación antes del procedimiento.
indican que la causa del problema es una fuga de aire. Comúnmente rcsullii i'l|
una desconexión del paciente, y se soluciona simplemente reconectándolo. Si
problema persiste, se debe controlar todas las conexiones buscando fugas, en cs|m»i
cial alrededor del humidificador, de las trampas de agua y de la válvula cxhaliilinlil,
Otra causa de fuga es el manguito desinflado del TET, o menos frecuente, la |h‘iiII-
da a través de un drenaje pleural. Esta pérdida puede ser compensada aunientiinclu '
el volumen entregado al paciente. El monto de la fuga puede determinarse ul toni'
parar el volumen corriente inspiratorio con el espiratorio. En un paciente pasivo. Iil
aplicación de una pausa inspiratoria puede ayudar a detectar una fuga del circuilii
Es conveniente revisar los tubos en busca de agua acumulada, la cual puede auiiicn
tar la resistencia inspiratoria y causar un inadvertido retardo espiratorio, un aulit'
disparo o un aumento de la P EE R
Alarmas
Programación inicial e interpretación de las alarmas
Las alarmas del ventilador se clasifican en diferentes niveles según el riesgo il«
vida que implican para el paciente. Así tenemos las alarmas que inmediataiTWiilii
amenazan la vida (pérdida de electricidad, falla de la válvula espiratoria, alta presión,
baja presión, falta de entrega de gas al paciente, excesivo gas entregado al pacienlr 1,
las que potencialmente amenazan la vida (fugas del circuito, mal funcionamiento ili-i
calentador/humidificador, relación inspiración:espiración inapropiada, inapropiiiilo
nivel de oxígeno, autociclado, P EE P inapropiada, etc.) y las que no constituyen un
riesgo de vida pero pueden ser fuente de daño potencial (cambios en las distensilii
lidad o resistencia, auto-PEEP, cambios en el impulso \drive\ respiratorio, etc.).
La alarma de presión mínima es utilizada para detectar desconexión y fugas en i-l
sistema. Algunos ventiladores utilizan la alarma de bajo (volumen minuto) con
el mismo propósito. Cuando se active esta alarma primero debe estar seguro de que
el paciente está siendo ventilado. Si está desconectado, reconéctelo. Puede ser necc
sario ventilar manualmente hasta que se encuentre la fuga.
La alarma de presión máxima se programa en alrededor de 10 cm H ,0 sobre la
presión inspiratoria pico. Las condiciones que llevan a que se active se dividen en
tres categorías: problemas de la vía aérea, cambios en las características pulmona
res o condiciones relacionadas con el paciente, y problemas relacionados con el
ventilador o circuito del paciente. Las causas más habituales son la tos, las secre
ciones en la vía aérea superior o un paciente que muerde el TET. Usualmente, la tos
es autolimitada y no requiere tratamiento.
Las características del paciente también pueden hacer activar esta alarma. Por
ejemplo, broncoespasmo, edema de la mucosa (aumentan la resistencia de la vía
aérea), SD RA, neumonía, neumotórax, derrame pleural, ascitis, etc. (disminuyen lu
distensibilidad). Los cambios en la resistencia y la distensibilidad pueden distin
guirse por auscultación, evaluando los cambios en la Ppico y Pmeseta e interpre
tando las curvas gráficas del ventilador.
C u id a d o s d e l p a c ie n t e e n v e n t il a c ió n m e c á n ic a 421
A larm a d e apnea
• Determine si el paciente está apneico.
• Verifique la presencia de fugas.
• Verifique el nivel de sensibilidad programada y asegúrese de que el ventilackii
puede detectar el esfuerzo del paciente.
• Verifique el intervalo de alarma y el volumen programado cuando sea apropiado
Kflación I: E inversa
Decúbito lateral
Los pacientes en V M suelen estar inmovilizados. La movilización y la rotación
de estos pacientes cada 2 horas es un estándar de cuidado de enfermería, y se reali-
424 S it u a c io n e s e s p e c íf ic a s r e l a c io n a d a s c o n l a v e n t il a c ió n m e c á n i c a
para SD R A y LPA podría ser menor que en aquellos con una causa extrapulmonar.
Sin embargo, Lim y cois, encontraron respuestas muy satisfactorias en todos los
subtipos de SD RA , con diferencias sólo menores en el tiempo de respuesta.
Aunque ningún estudio ha identificado objetivamente contraindicaciones absolu
tas para el decúbito prono, se piensa en las quemaduras serias o las heridas abiertas
425
V I limitado, reducción del retomo venoso, reducción de la saturación venosa inÍMit en la cara o en la superficie ventral del cuerpo, las inestabilidades espinal o toráci
de oxígeno, reducción de la presión arterial media, del volumen sistólico y del ¡¡iishi ca (como podría verse en pacientes con artritis reumatoidea o trauma), las fracturas
cardíaco, y compresión de la vena cava inferior que crea una condición vasciilni pelvianas, las arritmias cardíacas amenazantes para la vida o la hipotensión deben
desfavorable, la cual es más pronunciada en la posición lateral izquierda. Auni|m considerarse contraindicadas para la posición prona. Algunos métodos de posicio-
estos cambios generalmente son transitorios (menores a 5 minutos), los pacienli” . iiamiento prono exigen voltear la cabeza de un lado al otro. Tal torsión puede com
con volumen intravascular disminuido o reservas cardiopulmonares limitada,s |ti»' primir las venas yugulares y, por esto, debe evitarse en pacientes con presión
den experimentar un compromiso hemodinámico mayor y más prolongado. Si ',4 intracraneal aumentada. Este problema puede ser evitado usando camas especial
observa un compromiso hemodinámico, el grado de duración de éste puede provr mente diseñadas que les permite a los pacientes ser rotados mientras la posición de
er una guía para la intervención apropiada. Resulta claro que la rotación lateral ik-hi' la cabeza y el cuello permanece fija.
suspenderse si el compromiso es clínicamente importante. Un compromi.so modcsln Los tubos de traqueostomía presentan una dificultad logística al considerar la
y transitorio, con parámetros que retornan a niveles basales antes de los 5 miniilo», posición prona, pero hay varias maneras por las que pueden apoyarse los pacientes,
simplemente requiere vigilancia y monitorización. En algunos ca.sos, la expansiiíii de manera que estos tubos no tengan ningún contacto directo con la cama o el relle
de volumen puede ser considerada para tratar la hipovolemia absoluta o relativa, no de apoyo, y no implique la torsión de la cánula.
Existen dos patologías en las cuales la posición es importante: la enfermedad pul Los tubos torácicos insertados en el espacio pleural dorsal o ventral para drenaje
monar unilateral y el SD RA . de fluido o aire, respectivamente, no quedan bien posicionados para estos propósi
En la enfermedad pulmonar unilateral, una manera de manejar la ventilación i"« tos cuando se coloca al paciente en prono. Aunque no hay ningún caso documenta
ubicar al paciente en posición lateral de tal manera que el pulmón sano esté haciii do que asegure que esto haya afectado adversamente el intercambio gaseoso, este
abajo o en posición dependiente. Cuando un pulmón está afectado por un procewi problema debe tenerse en cuenta antes del giro si los pacientes tienen un drenaje
patológico como la atelectasia, la consolidación o los infiltrados, y el pulmón afee continuo de grandes volúmenes de líquido del espacio pleural.
tado está en posición dependiente, los valores de la presión arterial de oxígeno Los pacientes obesos, con ascitis u otros problemas que producen una presión
(PaO,) son menores que cuando el pulmón “ normal” está en la posición dependien intraabdominal aumentada, pueden aumentar más la presión abdominal si están
te. La fisiopatología de e.sta condición pulmonar es la hipoxemia intensa, que invo pronados, pero este efecto no es intrínsecamente amesgado ni predeciblemente per
lucra la persi.stencia de flujo .sanguíneo pulmonar a través del pulmón le s io n a d o judicial para el intercambio gaseoso. De hecho, hay argumentos teóricos y datos c lí
debido a la falla de la vasoconstricción hipóxica. Normalmente, la porción depen nicos que sugieren que los pacientes obesos pueden tener una mejora real mayor en
diente del pulmón es más perfundida. Cuando el pulmón afectado está hacia abajo, el intercambio de gas cuando se los rota a prono, quizás porque los efectos de la
el flujo sanguíneo hacia él aumenta pero la ventilación de este pulmón no se incrc postura supina puede ser una complicación más en los pacientes obesos.
menta de manera apropiada. La ventilación disminuida puede deberse al proceso Los catéteres de diálisis y otros catéteres centrales necesitan ser fijados con cui
mismo de la enfermedad, o a que los alvéolos .son llenados de exudado. También dado y deben recibir atención cuidadosa durante el proceso de giro a prono, pero la
puede ser debido al aumento de la distribución de la ventilación hacia las áreas no presencia de estos catéteres no debe ser considerada una contraindicación a la posi
dependientes si el paciente está en ventilación a presión positiva. ción prona.
El decúbito lateral podría mejorar la oxigenación en aquellos pacientes difícilei Sin la preparación apropiada y la supervisión visual directa, el proceso de rota
de tratar. ción puede, en teoría, ser causa de extracción de catéteres o de extubacion. Sin
embargo, en la práctica, estos problemas no tienen mayor incidencia que en los
Decúbito prono pacientes que no son pronados. E l personal involucrado en el proceso de rotación
debe tener todo lo necesario preparado de antemano para que este proceso sea tan
Los efectos beneficiosos de la ventilación en prono sobre la oxigenación han sido rápido que su atención no se desvíe de los catéteres y del TET. De acuerdo con esto,
observados en pacientes con SD RA y lesión pulmonar aguda (LPA ) resultantes de nu se recomienda tener una persona asignada solamente para el cuidado de las líneas
merosas condiciones (p. ej„ aspiración, neumonía, sepsis, trauma, cirugía cardíaca). centrales y del T ET durante el proceso de pronación. Esta persona debe ser cons
Hay razones teóricas para sugerir que la mejoría en pacientes con causa pulmonar ciente de la posibilidad de que el T ET puede retorcerse o desplazarse, con el poten-
r 426 S it u a c io n e s e s p e c íf ic a s r e l a c io n a d a s c o n l a v e n t il a c ió n mec á n ic a
mente, mientras que una persona adicional únicamente supervise el T ET y los caté-
lores centrales. Esta última persona también debe prepararse para aspirar inmedia
tamente la vía aérea o hacer los ajustes requeridos en el ventilador. Pueden
necesitarse cuatro o más personas si el paciente es más grande.
Los pacientes ventilados frecuentemente reciben benzodia/.epinas u otros agen
tes para la sedación, pero esta práctica puede prolongar la ventilación, y su uso no
debe ser rutinario. Aunque Gattinoni y cois, encontraron un u.so creciente en la uti
lización de sedación y relajantes musculares en un S5 y un 28% respectivamente
durante las maniobras de rotación, la administración de estos agentes no estaba
regida por protocolos adecuados. No debe asumirse rígidamente que un paciente en
prono requiere sedación adicional. Algunos pacientes refirieron que se sintieron
más cómodos cuando estaban en prono. En circunstancias ideales, el equipo de
salud debe poder comunicarse con los pacientes para facilitar encontrar una posi
ción cómoda de sus cabezas, cuello y miembros, y para determinar cuándo p<xlrían
necesitarse subsecuentes aju.stes en la posición. El hecho de poder comunicarse con
los pacientes también puede llevar a minimizar las lesiones en las superficies cor
porales ventrales.
El edema facial es común en pacientes en prono debido a que el tejido conjunti
vo laxo de la cara se mueve a una posición relativamente dependiente. El edema
periorbitario puede ser tan marcado como para que interfiera con la visión. Puede
minimizarse el edema facial colocando al paciente en posición de Trendelemburg
invertido (asumiendo que esta maniobra no provoca o acentúa la hipotensión). Debe
advertirse a la familia y amigos del paciente sobre su aspecto e informar que el
edema facial se resolverá rápidamente cuando el paciente vuelva al decúbito supi
no y que no quedará ningún cambio permanente.
La presión entre la superficie de la cama y los ojos, las mejillas, los pechos, las
crestas ilíacas, las rodillas y el abdomen pone al paciente en riesgo de isquemia
periorbitario, traumatismo cutáneo y reflujo esofágico a menos que se tomen las
precauciones apropiadas. Debe prestarse atención en acondicionar las regiones que
entren en contacto con la cama. Aunque ningún estudio determina este problema,
recomendamos que las sondas de alimentación insertadas en el duodeno o naso-
gástricas sean frecuentemente descomprimidas debido a que auinentan las presio
nes gástricas con el decúbito prono. Sin embargo, los residuos gástricos no se ven
afectados por la posición prona. La posición de Trendelemburg inverso también
puede reducir el riesgo de reflujo esofágico y/o aspiración (el efecto es semejante
al reducir el riesgo de aspiración levantando la cabeza de pacientes en decúbito
supino).
El transductor del catéter de la arteria pulmonar debe ser recalibrado como siem
pre, en la línea axilar media, así como se haría si el paciente estuviese en supino.
Aunque hay un cambio considerable del corazón en dirección ventral al colocar al
paciente en prono, el nivel de la aurícula izquierda al nuevo cero de referencia está
lo suficientemente fijo para que la presión de enclavamiento de la arteria pulmonar
refleje con precisión la presión de llenado del VI.
El algoritmo de pronación está descrito en el cuadro 15-7.
r 428 S it u a c io n e s e s p e c íf ic a s r e l a c io n a d a s c o n
Giro
1. A ambt)s lados de la cama deberán ubicarse una o más personas; unas se ocupa
rán del procedimiento de giro, y otras (a la cabecera) se (K'uparán de preservar la
vía aérea y las vías colocadas.
2. Aumentar la FIO^ a I y tomar nota del V^, la ventilación minuto y las presiones
pico y de meseta.
3. Llevar al paciente hacia el extremo de la cama contrario hacia donde rotará el
decúbito, de manera similar a cuando se lo lateraliza.
4. Colocar una nueva zalea sobre el lado libre de la cama para colocar al paciente en
decúbito lateral sobre ella, siguiendo el sentido del giro.
5. Con el paciente en decúbito lateral, dejar el brazo dependiente ligeramente bajo el
tórax. El brazo que no está en declive debe quedar sobre la cabeza en ligera fle
xión,
6. Quitar los electrodos del ECG. En decúbito lateral, aspirar por el tubo y las fau
ces, de ser necesario.
7. Completar el giro hasta la posición prona.
8. Reubicar al paciente en el centro de la cama con ayuda de otra zalea.
(Continúa)
C u id a d o s d e l p a c ie n t e e n v e n t il a c ió n m e c á n ic a 429
y. Si el paciente estuviera sobre una cama hospitalaria estándar, girar la cabeza con
la cara mirando al ventilador. Asegurar la vía aérea y revisar la posición del tubo.
Aspirar la vía aérea y las fauces, en caso de que sea necesario.
1(1. Sostener la cara y los hombros apropiadamente para impedir o atenuar el apoyo
de las partes blandas, prestar especial atención a las órbitas.
11. Posicionar los brazos de manera confortable. Si el paciente no puede comunicar
se, prestar especial atención a que queden flexionados; la extensión puede causar
una lesión del plexo braquial.
12. Auscultar el tórax posterior en busca de asimetría. Anotar nuevamente los valores
de y de ventilación minuto.
1.1. Revisar y ajustar los conectores de los accesos vasculares.
14. Colocar nuevamente los electrodos de ECG en la región posterior del tórax.
15. Colocar la cabecera con elevación de 20 a 30° en posición de Trendelemburg
invertido. Variar ligeramente el decúbito, sin perder la pronación, cada 2 horas.
16. Documente todo el proceso, en especial la inspección del estado de la piel, la dis
tribución de los edemas y el patrón respiratorio.
Recomendaciones útiles
Es muy importante sostener las tubuladuras del ventilador para reducir la iriiii*
misión de las fuerzas mecánicas directamente al T E T o traqueostomía del pacii'iili
y evitar a.sí desplazamientos y lesiones por un mal posicionamiento. E l tubo y i
paciente deben ser movidos como una unidad. El peso de las tubuladuras del vni •
tilador debe ser siempre soportado .sobre el tórax del paciente o sobre un soporte ilt l
ventilador para mantener el tubo en su lugar.
Durante el cuidado del sistema paciente-ventilador se debe verificar el nivel ili)
agua del humidificador o de la fuente de agua para garantizar que se mantenga M
el nivel adecuado.
E l uso de humidificadores activos favorece la condensación de agua en los iii-
cuitos. Se debe evitar la presencia de agua en las tubuladuras ya que interfiere cmi
las mediciones del ventilador y puede producir un autodisparo. aumentos de ln
resistencia y la presión pico, la incoordinación paciente-ventilador, la disminucifui
del en modos soportados por presión, etcétera.
Las trampas de agua deben ser vaciadas con frecuencia y posicionadas haciii
abajo, para que recojan el agua por gravedad. Este hecho es especialmente difícil de
conseguir debido al material poco maleable con el que están construidos algunon
circuitos. Preferentemente se deben elegir las trampas de agua que evitan la apertu
ra del sistema, para impedir el desreclutamiento alveolar.
La temperatura del gas inspirado es controlada con un termómetro colocado en
el circuito, proximal al paciente. Las temperaturas por arriba de 37° C elevan la tem
peratura corporal y pueden producir quemaduras térmicas debido al aire caliente.
Por debajo de 30° C no mantienen la humedad relativa adecuada del aire inspirado.
La temperatura del aire en la vía aérea proximal debe ser mantenida a 33" ± 2° C y
la alarma de baja temperatura, a 30° C.
Se debe evitar utilizar una fuente externa de gases para nebulizar a un paciente
en V M debido a que interfiere con la provisión de gases al paciente y con la medi
ción de las presiones y el flujo en la válvula espiratoria.
CONCEPTOS CLAVE
Los cuidados del paciente ventilado deben ser conocidos y realizados por todo
el equipo de salud. Es en la unidad de la terapia intensiva cuando el trabajo en
equipo cobra un significado primordial.
Todo el equipo debe realizar un FA ST HAG H U PA al menos una vez por tumo
para no olvidar ningún aspjecto clave del cuidado del paciente ventilado.
432 S i t u a c io n e s e s p e c íf ic a s r e l a c io n a d a s c o n l a v e n t il a c ió n m e c A n k a
B IB LIO G R A FIA
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C u id a d o s d e l p a c ie n t e e n v e n t il a c ió n m e c á n i c a 433
Jii.
J:
*
3
1
c.
C o n sid er a c io n es
ESPECIALES
' ^ -ii f m ¿ ¿1
16
Nuevos modos
de ventilación mecánica
DAMIÁN A. VIOLI
Y GUILLERMO R. CHIAPPERO
IN TRO D U C C IO N
OBJETIVOS
CO N TEN IDOS
Paw
Paw
Paw
Kig. 16-1. Venlilación manduturia minuto. A . V M controlada total, no hay esfuerzo respiratorio es
pontáneo. B. V M parcial, el paciente en P S V recibe ocasionalmente ventilación mandatoria. C. Tran
sición completa a ventilación espontánea en PSV.
Paciente Ventilador
0 L/min 10 L/min
3 L/min 7 L/min
10 L/min 0 L/min
N u e v o s m o d o s d e v e n t il a c ió n m e c á n ic a 441
440 C o n s id e r a c io n e s e s p e c ia l e s
Tradicionalmente .se han definido los modos respiratorios como controlados |)(ii Ciclo
respiratorio
volumen o controlados por presión por cuanto el ventilador es capaz de mantenei
constante en el tiempo sólo una de estas variables. En forma reciente se han de.sii
rrollado modos que le permiten al aparato controlar una u otra variable a través ik- _ Insp. Espirac
un mecanismo de retroalimentación por volumen. Estos modos son consideradtw
mixlos de control dual. Sin embargo, debemos recordar que el ventilador controlii
sólo la presión o el volumen y no ambos al mismo tiempo.
Estos modos de asistencia permiten, aun en respiraciones limitadas por la prc
sión, garantizar que un volumen determinado de gas sea aportado al paciente.
Pueden ser de control dual dentro de una misma respiración o control dual respira*
ción a respiración. . -g- Ajuste del
3 E flujo pico
Es una forma de control por bucle cerrado sobre una PSV, que utiliza el coinil |
retroalimentación para el ajuste continuo del nivel de presión de soporte a sumini*.
trar.
Todas las respiraciones son iniciadas por el paciente, limitadas por presión y
cicladas por flujo.
Se debe programar el deseado, el aparato inicia la ventilación aportando iiiiii
respiración de prueba con una presión de soporte de 5 cm H.O. El aportado e»
medido y la distensibilidad (compUance) del sistema es calculada. Las siguienic*
tres respiraciones son proporcionadas a un nivel de presión soporte del 75% do lii
calculada para administrar el mínimo programado. De un ciclo a otro el máxiinii
cambio de presión es de hasta 3 cm H,0, y puede variar en un rango de entre O cni
H ,0 por encima de la P E E P y 5 cm H ,0 por debajo del límite de la aUu'ma de pre
sión máxima programada. Debido a que todas las respiraciones son PSV, el ciclailu
ocurre habitualmente y, de acuerdo con el ventilador utilizado, al 5% del flujo pico
inicial. Un mecanismo secundario de ciclado se activa si el tiempo inspiratorio
excede el 80% del tiempo del ciclo total.
Además, aunque no en todos los modelos de ventiladores, se deberá programar
una frecuencia respiratoria. No obstante, en este modo dual no se proporcionará#
respiraciones mandatorias. La frecuencia programada controla el límite del tiempo
inspiratorio y determina un mínimo. De este modo se establece una relación entre
la frecuencia programada y el V^. Por ejemplo, si el deseado es de SOO mL y la
frecuencia respiratoria es programada en 15 RPM , el '1'^ programado será de 7.5
L/minuto. Si la frecuencia respiratoria del paciente disminuye, el será automáti
camente aumentado por el ventilador hasta un máximo de 150% de su valor inicial
(en este ejemplo, 750 m L), en un esfuerzo para mantener constante el
N u e v o s m o d o s d e v e n t il a c ió n m e c á n ic a 443
Cada uno de estos mixlos son formas de ventilación limitadas por presión y cicla
das por tiempo que utilizan el como un mecanismo de retroalimentación para un
ajuste continuo del límite de presión. La señal de volumen es la correspondiente al
volumen aportado por el ventilador y no el volumen exhalado. Todas las respira
ciones son iniciadas por el paciente o por tiempo, limitadas por presión y cicladas
por tiempo.
Ciertas diferencias a tener en cuenta de acuerdo con el ventilador utilizado es que
algunos permiten implementarlo solamente en ventilación mecánica controlada
(C M V ), mientras que otros aparatos admiten este modo de control dual en CMV,
SIM V (ventilación mandatoria intermitente sincronizada) o M M V, además de que
cada ventilador tiene un algoritmo diferente para realizar la transición al modo dual
elegido.
Una vez programado el tiempo inspiratorio y el deseado, el ventilador pro
porciona inicialmente una respiración de prueba para determinar la distensibilidad
del sistema respiratorio y calcular la menor presión necesaria para aportar el V., pro
gramado.
En los siguientes ciclos ventilatorios se aumentará o disminuirá el límite de pre
sión en no más de 3 cm H ,0 por respiración, desde O cm H,0 del nivel basal o P EE P
hasta un límite máximo de 5 cm H ,0 por debajo del valor prefijado de alarma de
alta presión, en un intento por lograr el deseado sobre la base de la distensibili
dad calculada (fig. 16-3).
r v T \
trV
Fig. 16-3. A la izquierdu. el gráfico muestra el suministro de una respiración de prueba donde se
determina la presión de referencia (flecha), para poder ajustarla en relación con el deseado. A
la derecha, en una serie corta de respiraciones, el ventilador alcanza el V,^ seleccionado.
444 C o n s id e r a c io n e s e s p e c ia l e s
Por otra parte, ciertos ventiladores cuentan con un sistema de respiración iilnciDI
por medio de válvulas de rápida respuesta y de espiración activa, las que
controlar automáticamente su cierre y apertura para mantener constante el nivel il*
presión objetivo y, de esta manera, le permiten al paciente respirar csponláneiiiiirit'
te o toser libremente en cualquier parte del ciclo ventilatorio (fig. 16-4).
El flujo es regulado automáticamente de acuerdo con la presión objetivo ncicni
ria para proveer el programado; mantiene un patrón de rampa desaceU'íiulii
(característico de los modos controlados por presión) con un flujo pico inicliil lil
suficientemente rápido como para evitar asincronfas debidas a un flujo inspiriilnih)
insuficiente.
E l ventilador alcanza pronto el programado, tras una corta serie de rcspiiii
ciones. El reconocimiento de la Pmeseta adecuada ayuda a proteger contra valí m i ' »
programados incorrectos. Los ajustes en la presión reducen a un mínimo los rios|iiin
de las presiones altas y cambiantes por causa de alteraciones súbitas y/o miMiicn
táneas de la distensibilidad. Si el anterior se eleva por encima del deseado, la |>n'
sión objetivo subsiguiente automáticamente desciende para proveer respiraciiini'ii
con los volúmenes programados. En caso contrario, si el no alcanza el seleci ln
nado, la presión objetivo se incrementará en la próxima respiración.
Ante cualquier caso de desconexión, al reconectar el circuito al paciente í m i i h '
diatamente se reanuda el ciclo ventilatorio con las presiones y los niveles de volu
men previos a la desconexión, lo que a.segura un rápido alcance de la presión mcilln
de la vía aérea que, como es sabido, tiene una relación directa con la ventilaiími
alveolar.
Además, el aporte de un flujo desacelerado y la regulación de la apertura tic lim
válvulas inspiratoria y espiratoria permiten dar una respue.sta a cada esfiicr/u
espontáneo y, de esta manera, se puede capitalizar los esfuerzos del paciente pni
moviendo una ventilación asi.stida con un menor requerimiento de sedación.
Debido a que son modos ciclados por tiempo, y no obstante la seguridad que piii'
dan brindar los algoritmos de los equipos que proporcionan este tipo de modo»,
deberá tenerse especial énfasis en la programación del tiempo inspiratorio, sobn'
Insp. l tV^ÍSOOm L)
V
L/min
Esp
Esfuerzos espontáneos
Fig. 16-4. Trazado de presión y flujo en el tiempo. Se observa la presencia de respiraciones espon-
táneas y el ajuste automático de la presión objetivo para mantener constante e) deseado.
N u e v o s m o d o s d e v e n t il a c ió n m e c á n i c a 445
BIPAP
20 -
Phigh
15 -
Paw 10 -
cm H,0
Plow
O -I
Thigh Tlow
Tipo B Tipo C
i
Tiempo en segundos
Kig. 16-5. La parte superior muesira una curva de presión en la vía aérea (Paw ) correspondiente a
ventilación con presión controlada (respiración pasiva. Tipo D de B IP A P ). La Paw alterna entre
Plow y Phigh a intervalos de tiempo determinados por Tlow y Thigh. En la parte inferior se obser
van los diferentes tipos de respiración espontánea con el uso de BIPA P. En los tipos A y B el
paciente es capa/, de respirar espontáneamente en el nivel de presión correspondiente sin ningún
soporte mecánico adicional. E l tipo C se produce si el cambio entre Plow y Phigh es iniciad» por
el paciente.
Soportede Soporte de
presión = 10 cm H jO / presión 20 cmHaO
'P l o w
Tiempo
APRV
Ha sido descrita por Downs JB y Stock MC, en 1987, como la aplicación de una
CPAP con una liberación intermitente, breve y regular de la presión en la vía aérea.
La APRV facilita tanto la oxigenación como la eliminación de CO¡, permite
aumentar la ventilación alveolar en el paciente que respira espontáneamente o pro
veer una ventilación total en una situación de apnea. El nivel de CPAP optimiza la
oxigenación, mientras que la fase de liberación programada optimiza la ventilación
alveolar y mejora la eliminación de CO,.
Técnicamente, la APRV es un modo iniciado por tiempo, limitado por presión y
ciclado por tiempo. Además, permite de forma irrestricta la respiración espontánea
a través de todo el ciclo ventilatorio, con el agregado de PSV o sin él.
Cuando el paciente no tiene respiraciones espontáneas, esta modalidad es similar
al modo PCV con una relación 1:E inversa.
Terminología
Aplicación
50
cm HjO
Respiraci
Fase de liberación 10
(Tlow) Tiempo (s)
Fase de liberación
(Tlow)
ív Respiraciones espontáneas
rx
10
Tiempo (s)
Relevancia clínica
La curva rapresenta
la diferencia entre los
extremos proxlmal y distal
del tubo de 7.5mm
Sobrecompensación
Subcompensación
control por circuito cerrado para compensar o eliminar la resistencia impuesta por
la vía aérea artificial por medio del cálculo de la presión traqueal.
Es una mejora que permite compensar de manera dinámica el trabajo respirato
rio dentro de una respiración y que varía de un ciclo a otro. Asiste el esfuerzo espon
táneo del paciente mediante el suministro de una presión positiva que es
proporcional al flujo inspirado. Esta presión supera la resistencia estimada de una
vía aérea artificial.
La ATC utiliza un coeficiente conocido de resistencia del tubo, la presión medi
da en la vía aérea proximal y la tasa de flujo instantánea, para aplicar una presión
proporcional a la resistencia y a la caída de presión a través de la vía aérea artificial
durante de todo el ciclo ventilatorio.
La ecuación para el cálculo de la presión traqueal es:
El operador debe ingresar los datos del tipo de vía aérea artificial, si es tubo o
cánula de traqueostomía, el calibre de ésta y el porcentaje de compensación desea
do (10-100%), el cual está habitualmente programado por defecto en un 80%.
Mediante un algoritmo, el sistema busca la presión necesaria para vencer la resis
tencia de la vía aérea artificial (fig. 16-9B).
El mayor interés está centrado en eliminar el trabajo impuesto durante la inspi
ración, no obstante durante la espiración también hay una caída de presión a lo largo
del tubo dependiente del flujo, que puede ser compensada con ATC y, de esta forma,
reducir la resistencia espiratoria y la hiperinflación (fig. I6-9A).
También se debe tener en cuenta que obstrucciones parciales dentro del tubo pue
den disminuir la eficacia de este sistema de compensación.
Las ventajas propuestas son;
Fig. 16-9. A. La línea negra representa la presión calculada en el extremo distal de la vía aérea arti
ficial (presión traqueal calculada). Se observa que a pesar de las disminuciones transitorias de la
P E E P para disminuir la resistencia espiratoria {flecha gris), la presión traqueal permanece gene
ralmente al nivel del valor programado de P E E P o por encima de éste (flecha negra). La presión
en la vía aérea es mantenida para evitar el colapso alveolar durante la espiración. B. La presión se
eleva sobre el nivel de presión programado (entre la línea negra horizontal y flecha negra) medí
da en la *‘Y " del circuito del ventilador. La presión no es transmitida a la tráquea como lo indica
la flecha gris. t. tiempo (en segundos).
La ventilación asistida proporcional (VAP) fue descrita por Younes y cois, cii
1992. Es un modo de ventilación controlado por presión, en donde la presión apli
cada en la vía aérea en cada ciclo ventilatorio es calculada por el ventilador en pro
porción al flujo inspiratorio del paciente, el cual es usado como un estimativo dcl
esfuerzo muscular y de las propiedades mecánicas del sistema respiratoiio.
Durante la ventilación con soporte parcial, la presión aplicada al sistema respira
torio (Prs) depende de la presión generada por los miísculos respiratorios (Pmus) y
la aportada por el ventilador (presión en la vía aérea, Paw), la cual representa lu
magnitud del apoyo provisto.
Prs = Pmus + Paw
Paw = FA X flujo + VA X
tencia, o bien cuando existe una fuga en el circuito. En estos casos el ventilador
puede sobre-asistir al paciente y no reconocer el final de la inspiración. Esta situa
ción ocasiona asincronías en la espiración y un retraso por parte del aparato en fina
lizar el aporte de flujo, fenómeno que se conoce como run-away.
En estas circunstancias, la inspiración del ventilador termina cuando se alcanza
la alarma de Ppico o cuando el esfuerzo espiratorio del paciente es lo suficiente
mente importante para cortar la asistencia inspiratoria del equipo.
Si bien la VAP no está universalmente disponible para su uso, informes prelimi
nares en relación con este modo son promisorios. Ha demostrado ser efectiva en
descargar los músculos respiratorios, sin imponer un patrón respiratorio fijo, incre
mentando la comodidad y la interacción paciente-ventilador.
Este modo puede ser encontrado en los diferentes equipos disponibles en el mer
cado con las siguientes denominaciones:
SISTEMAS BASADOS EN EL C O N O C IM IE N T O
Es un sistema de control que maneja el ventilador con PSV para estabilizar la res
piración espontánea del paciente en una zona de “comodidad respiratoria" y para
disminuir el apoyo respiratorio hasta que el paciente pueda ser liberado del ventila
dor.
Es un modo que utiliza una estrategia para la desvinculación de la VM a travé*
de un protocolo automatizado. El destete basado en el conocimiento es un sistema
en el cual los datos clínicos del paciente son interpretados en tiempo real para ajus
tar el nivel de presión de soporte necesario para mantener la frecuencia respiraloria,
el V^y el dióxido de carbono al final de la espiración a volumen corriente (endtidal
CO, = etCO,) dentro de un rango predefinido denominado zona de ‘comodiiad res
piratoria” . El nivel de presión de soporte es ajustado de manera automática y evcn-
tualmente reducido a un mínimo nivel, momento en el cual es analizada una priicbu
de ventilación espontánea. Cuando ésta resulta exitosa, un mensaje en la inicria/
gráfica sugiere al operador la liberación del ventilador.
El sistema se basa en el conocimiento fisiológico y clínico para manejar una
situación definida y en los antecedentes médicos del paciente para clasificar el eslu
do respiratorio actual en uno de ocho diagnósticos específicos, > para aplicar lax
medidas terapéuticas correctivas apropiadas (fig. 16-10). El sopware analiza d«
manera continua los datos que recoge el ventilador y utiliza los valores de uii eje tri
dimensional conformado por la frecuencia respiratoria, el V^ y el etCO¡para lomur
decisiones acerca de la necesidad de adaptar el nivel de presiór de soporte, con
intervalos de 2 o 5 minutos, en función de la situación previamente diagnosticada
Este tipo de sistema, basado en el conocimiento clínico de expertos, sedilcrcn-
cia de los sistemas retroalimentados por el valor de la ventilación minuto prciieter-
Nuevos modos de ventilación mecánica 457
F ig . 16-10. E l estado ventilatorio actual del paciente es clasificado en ocho diferentes diagnósti
cos y son aplicadas tnedidas específicas para llevar al paciente dentro del rango llam ado "ven tila
ción norm al", o a la zona de respiración confortable.
minada. Las infecciones o la fiebre pueden producir tasas metabólicas más altas,
que deben contrarrestarse con un aumento de la ventilación minuto. Y situaciones
temporales como, por ejemplo, un aumento de las secreciones y el esfuerzo de la
succión, pueden llevar a una demanda superior de ventilación minuto. Los sistemas
de ventilación minuto predeterminado no pueden ajustarse automáticamente a estos
cambios, mientras que un sistema con enfoque basado en el conocimiento sí puede
hacerlo. De esta manera permite adaptarse a las condiciones de una gran variedad
de pacientes, y soportar eficientemente su desconexión.
Como criterios centrales se utilizan tres parámetros fisiológicos para modificar el
nivel de asistencia durante la PSV y para mantener al paciente en una zona de ven
tilación confortable.
La “ ventilación normal” para un paciente adulto sin limitaciones fisiológicas sig
nificativas puede ser clasificada sobre la base de estos parámetros,
f: 15 - 30/min o hasta 35 en caso de enfermedad neurológica
V^: > 300 mL c 250 si el peso es < 55 kg
etCO,: < 55 mm Hg o 65 mm Hg si es EPOC
En donde f es la frecuencia respiratoria
El ventilador divide el proceso en tres pasos:
Paso 1. Adaptación
Se estabiliza al paciente dentro de una zona de comodidad respiratoria regulan
do el nivel de presión de soporte en función de los valores de un eje tridimensional
458 Consideraciones especiales
Paso 2. Observación
Cuando el paciente es conducido a un nivel de presión de soporte lo suficiente
mente bajo, se realiza automáticamente una prueba de respiración espontánea que
es mantenida durante I o 2 horas, en tanto que el paciente es observado. A conti
nuación indica la factibilidad del paciente a ser separado del ventilador.
Paso 3. Mantenimiento
En esta fase el ventilador mantiene el menor nivel de presión de soporte hasta que
el operador decide separar al paciente del aparato. Indudablemente, si el paciente
falla la prueba de respiración espontánea o se deteriora, el protocolo ingresará otra
vez en la fase de adaptación, aplicando el nivel de soporte requerido.
Este modo puede ser encontrado en el mercado con la siguiente denominación;
SmartCare
retroalimentación neural que regula de manera instantánea la señal del centro res
piratorio (la AEdi) y, en consecuencia, el nivel de apoyo de presión. Durante el perí
odo inspiratorio, en el cual el esfuerzo aumenta, el apoyo es regulado cada 16 mseg.
El ciclado neural a espiración es realizado determinando la disminución de la
AEdi desde su mayor valor dentro de cada respiración, y es expresada en un por
centaje. Según la amplitud de la señal, un rango del 40 al 70% del pico de la AEdi
provee un algoritmo de ciclado estable. Asimismo, el ciclado por la AEdi es com
binado con un ciclado por presión, que Analiza la asistencia si la presión alcanzada
en el circuito se incrementa más de 4 cm H,0 por encima de la presión establecida
por NAVA.
La señal AEdi es medida con un grupo de microelectrodos sensibles a la activi
dad eléctrica, situados en una sonda nasogástrica tipo Levine que también cuenta
con un lumen para alimentar y/o succionar. El objetivo es insertar el catéter de
manera que los electrodos estén posicionados al nivel donde el esófago pasa a tra
vés de la porción crural del diafragma (fig. 16-11).
Durante la ventilación con NAVA, el nivel de apoyo de presión proporcionada (en
cm H,0) es ajustado multiplicando la AEdi (el cual se expresa en pV) por un factor
de proporcionalidad, llamado “ nivel NAVA” (expresado en cm H,0). El nivel
NAVA expresa cuántos cm H,0 recibirá el paciente por cada pV de AEdi. Por ejem-
F Í((. 16-11. Esquema de la posición de la sonda nasogástrica en el esófago. Se puede observar que
e l grupo d e clectnxlos eslán localizados a nivel del diafragma, y conectados al módulo del venti-
ladur.
460 Consideraciones especiales
CONCEPTOS CLAVE
BIBLIOGRAFIA
Hormann Ch, Baum M, Putensen Ch, Mutz NJ, Benzer H. Biphasic Positive Airway
Pressure (BIPAP) -a new mode of ventilatory support. European Journal of Anaesthe-
siology 1994:11:37-42.
Navalesi P, Costa R. New modes of mechanical ventilation: proportional assist ventila-
tion, neurally adjusted ventilatory assist, and fractal ventilation. Current Opinión in
Critical Care 2003:9:51-8.
Rodríguez P.Dojat M.Brochard L. Mechanical ventilation: changing Concepts. Indian J
Crit Care Med 2005;9(4):235-43.
Sinderby C, Beck J. Neurally Adjusted Ventilatory Assist (NAVA): An Update and
Summary of Experiences. Neth J Crit Care 2007;11(5):243-52.
Wysocki M, Brunner JX. Closed-Loop Ventilation: An Emerging Standard of Care? Cril
Care Clin 2007;23:223-40.
17
Consideraciones
pediátricas
CLAUDIA BERRONDO,*
ANDREA CANEPARI* Y NILDA VIDAL*
INTRODUCCION
OBJETIVOS
CONTENIDOS
Características demográficas 1
Problema
Médico, n (%, IC 95%) 429(65,61-69) 1
Quirúrgico, n (%, IC 95%) 230(35,31-38) 1
Pe. percentilos.
pediátricos comprendidos entre el mes de vida y los 15 años (cuadro 17-2). Con re»«
pecto a las complicaciones, algunas pueden ser triviales, pero otras son potencial-
mente fatales, por lo que deben realizarse especiales esfuerzos para disminuir su
frecuencia. Las principales complicaciones asociadas con una menor supervivencia
se re.sumen en la figura 17-1.
n (ífc, IC 95%)
12 ■
10,3
10 ■
9,4 9.2
8 6,7
6.
4,5
4■ — 3,3
2,4
2 0,6
o
M O DO S VENTILATORIOS EN PEDIATRIA
VM EN SITUACIONES ESPECIALES
Bronquiolitis
Es la infección respiratoria aguda de las vías aéreas más frecuente en los 2 ph-
meros años de vida. Requiere hospitalización en alrededor del 2% de los caso», y
de éstos, el I al 2% necesita VM. Este porcentaje a.sciende al 36% en los niños con
C o n s id e r a c io n e s p e d iá t r ic a s 469
Asma
Hipoxetnía
Acidosis (PH <7,30)
Hipercarbia (pC02>45)
Hiperínflacíón
Hematochto alio
Atelectasías
Oxígeno
Alcalosis (pH >7.55)
Hipocarbia (pC02<30)
CRF normal
Hematocrito bajo (< 30)
NO
Fig. 17-2. Resisiencia vascular pulmonar (R V P ). Su relación con el volumen pulmonar y los fac
tores que la modíñcan. Ante la disminución del volumen pulmonar aumentan las R V P extraalvc-
olares. y en sobredistensión alveolar las intraalveolares. También se modifican por efecto d c l;
oxígeno, un potente vasodilatador. La hipercarbia y la acidosis las incrementan. CRF, capacid:»<l
residual funcional; RV, volumen residual; NO. óxido nítrico; CV. capacidad vital; V E . volumen'
espiratorio; CPT. capacidad pulmonar total.
INTERFACES EN PEDIATRÍA
l__
¡
Vt
- A - 7
A (
Mecánica pulmonar Respiración mecánica Respiración del paciente Media Total
Parámetro (unidades) Media 0E%
FR (rpm) 30
% (Umin/kg) 0,27
VTinw (mL/Kg) 19,8 1
Vt^ (mL/kg) 9.0 1
%fuga 55 2
Tiempo I (seg) 1,17 8
Tiempo E (seg) 0,84 12
Paw media (cm H2O) 7,9
Pico Pico
PIP (cmHgO) 25
Fig. 17‘3. Un lactante con lesión pulmonar aguda es ventilado con control de presión. La presión
media de la vía aérea es de 8 cm H ,0. También se observa una pérdida del 55^ debido al uso del
tubo sin balón. D E. desviación estándar; PIP. presión inspiratoria pico.
El TET con balón debe ser 0,5 mm más pequeño que el TET sin balón.
^ ^ ........... edad (años)
Profundidad de introducción (cm) =---------+ 12
2
Otra forma de estimar la profundidad de introducción (cm) es: DI x 3
-A z i
200 - ■í- JL - j. -
100
—71 'X
mL
A Vt
t- V-J
■§a
cm
H2O é -
-10 -
A — 1
i■
■ 1 ■ 1
Mecánica pulmonar Respiración mecánica Respiración del paciente Media total
Parámetro (unidacles) Media DE% Media DE%
FR (rpm) 30
Ve (L/min/kg) 0.44
Vtw» (mU/kg) 14.7
Vtmp (mL/kg) 14.7
% fuga O
Tiempo I (seg) 0.66
Tiempo E (seg) 1.34
Paw media (cm HgO) 14.2
Pico Pico
PIPícmHjO) 28
FIg. 17-4. E l mismo lactante, con la necesidad de optimizar la presión media para mejorar la oxi
genación. Se cambia a un tubo endotraqueai con balón y la presión media aumenta a 14 cm HjO.
Obsérvese que la presión inspiratoría máxima permanece por debajo de 30 cm H ,0. D E. desvia
ción estándar; PIP. presión inspiratoria pico.
A erosolterap ia: las características del sistema respiratorio del niño resultan en
una baja deposición de las partículas de aerosol en el pulmón (< 1% de la dosis
nominal) comparada con el adulto (8-22% de la dosis nominal). Sin embargo, esta
baja deposición es la dosis adecuada por kilogramo de peso. E l espaciador debe
colocarse en la rama inspiratoria a una distancia menor de 10 cm del T E T . Se ha
encontrado que la deposición es mayor con aerocámaras que con adaptadores en
línea, y menor con nebulizadores, ya sean de flujo o ultrasónicos.
VENTILACION NO INVASIVA
Si bien no existe una evidencia clínica fuerte que apoye el uso de una u otra intci
faz en pediatría, la experiencia clínica sugiere que las máscaras faciales son más
efectivas para pacientes con una grave dificultad respiratoria e hipoxemia, pero son
peor toleradas porque aumentan el espacio muerto, dificultan la eliminación de
secreciones y limitan la alimentación.
Las máscaras nasales y los dispositivos nasales son utilizados y mejor tolerados
tanto en pacientes agudos como crónicos, aun cuando hayan pasado la edad de los
ventiladores nasales obligados (4-6 meses). En el cuadro 17-5 se sugiere el uso de
las siguientes interfaces según la edad del paciente y el porcentaje de pérdida que
presente.
L a programación de parámetros dependerá de la disponibilidad del equipamiento
que se tenga a disposición. Una sugerencia puede encontrarse en los cuadros 17-6
y 17-7.
E l uso de V N I en el fallo respiratorio agudo pediátrico data de la década pasada.
Desde entonces se ha aplicado en una variedad de enfermedades que cursan con
insuficiencia respiratoria aguda (IR A ), tanto hipoxémica como hipercápnica. Si
bien la evaluación de los resultados en V N I es de carácter clínico, se ha comunica
do el éxito de la V N I cuando ésta es instituida en la fase temprana del fallo respi
ratorio agudo.
Segiín las evidencias disponibles, la efectividad en I R A hipoxémica a las 2 horas
de implementada la V N I se traduce en una mejoría en la frecuencia respiratoria, en
IPAP. p m iú o potitivi en U v il i¿re« dunnie U inspinción: EPAP. presk^ posiüvi en la vía a í n a durante la espira-
c ite .
476 Consideraciones especiales
D E S C O N E X IO N D E LA V M
tríeos mostraron que no todos los pacientes lo necesitan y que la prueba diaria de
ventilación espontánea ( P V E ) es segura y confiable para identificar al 7 5 % de los
pacientes que están preparados para la extubación, como ya ha sido demostrado
para la población adulta.
En un primer estudio multicéntrico pediátrico del año 2004, se observó que la
R G S V fue utilizada en el 6 5 % de los pacientes, mientras que el P V E en el 3 5 %
como método de destete. Lo s resultados preliminares del segundo estudio multi
céntrico pediátrico del año 2008 mostraron una clara modificación en el método
elegido ya que la tasa de realización del P V E fue del 7 5 % , mientras que la tasa de
realización de la R G S V fue del 16%, y se encontró que el P V E disminuye el tiem
po de soporte ventilatorio {p = 0,013) y la tasa de reintubación {/? = 0,19) en forma
no significativa. E s probable que la eficacia del P V E , demostrada recientemente en
pacientes pediátricos, haya modificado y unlversalizado este método en las unida
des de cuidado cntico pediátricos, por lo que se cambió sustancialmente este pro
ceder.
S i bien, tanto los requisitos para la extubación así como el P V E , ya sea tubo en
T (T T ) o presión de soporte, no difieren de los de adultos, es necesario mencionar
los criterios de intolerancia a la prueba de ventilación espontánea:
• Signos de increm ento d el trab ajo resp iratorio : taquipnea con frecuencia respi
ratoria por encima del percentil 90 para la edad, u.so de músculos accesorios, tira
je intercostal, supraestemal o respiración paradójica.
• Diaforesis, ansiedad, taquicardia con frecuencia cardíaca por encima del percen
til 90 para la edad.
• Trastornos del nivel de conciencia, de.sde agitación hasta somnolencia.
• Hipotensión.
• Saturación de oxígeno medida por pulsioximetría < 90%.
• PaC O j> 50 mm Hg o incremento > 10 mm Hg con respecto al valor determina
do durante la V M o pH < 7,30.
VM PROLONGADA EN PEDIATRÍA
CONCEPTOS CLAVE
B IB L IO G R A F IA
INTRODUCCIÓN
OBJETIVOS
CONTENIDOS
Clasificación
Estrategias no farmacológicas
Estrategias farmacológicas
Situaciones con disminución de las defensas
CLASIFICACIÓN
Estrategias no farmacológicas
Considere VNI
Abrevie el tiempo de intubación Aspiración de secreciones
Posición semisentada
Succión subglótica
Drenaje de agua condensada en circuitos
Evite transporte fuera de la UTI
Reducir las extubaciones accidentales
mos por realizar aspiraciones abiertas debemos seguir estas estrictas medidas de
asepsia.
Tubos endotraqueales especiales: los tubos impregnados en clorliexidina o plata
fueron evaluados en modelos animales, y se observó una menor incidencia de colo
nización y de NAV. Recientemente se realizó un gran estudio clínico aleatorizado
abierto donde se comparó tubos convencionales con tubos impregnados en plata. E l
grupo con tubos impregnados en plata presentó una menor incidencia de NAV, 4 ,8 %
frente a 7,5 %, con una reducción del riesgo relativo de 35,9% (IC 9 5 % 3,6-69).
Estos resultados son prometedore.s y se contaría con una nueva herramienta, pero
habría que realizar un análisis de costo-efectividad.
Otra modificación son los tubos con manguitos cilindricos de poliuretano. En un
reciente estudio (in vitro e in vivo) se demostró un menor pasaje de secreción periman-
guito respecto de los tubos convencionales (ambos con una presión de 30 cm H ,0 ).
E l fabricante los ofrece como un conjunto para la prevención de NAV, lo que
incluye un nuevo sistema de fijación (reduce las extubaciones no planeadas), un
manguito cilindrico, un sistema de aspiración subglótica y un dispositivo de control
continuo de la presión del manguito.
Cam bios de los circuitos del respirador: en la década del 1980 era habitual el
cambio de los circuitos del ventilador para prevenir las NAV. Esta medida era reco
mendada por losCenters for Disease Control and Prevention (C D C , centros de con
trol y prevención de enfermedades) de los Estados Unidos, y pone en evidencia la
evolución del conocimiento y los cambios que han sucedido en esta área.
Posteriormente se realizaron varios estudios que demostraron que no es necesario
realizar cambios sistemáticos de los circuitos como método para prevenir las NAV.
Fueron evaluados distintos períodos (días, semanas e incluso cambios mensuales),
aunque el tiempo seguro de utiliztción de las tubuladuras es desconocido.
L a recomendación universal es realizar un uso individual (no intercambiar entre
pacientes) y sólo cambiar ante la presencia de secreciones evidentes en la tubula
dura o disfunción de éstas.
Hum idificadores (activo s o pasivos): humidificar los gases inspirados es crucial,
los gases medicinales se entregar fríos y libres de humedad. No calefaccionar y
humidificar estos gases produce cambios en el epitelio traqueal, la reducción de
cilios y disminuye la capacidad de elim inar secreciones, lo que facilita la coloniza
ción y posterior infección del árbol respiratorio.
L a humidificación puede realizarse mediante sistemas pasivos o H M E (inter-
cambiadores de calor y humedad) que atrapan el calor y la humedad exhalados p«r
el paciente para acondicionar los ga,ses en la siguiente inspiración, conocidos gene
ralmente como “ narices artificiales” .
Existen también sistemas activos o de paso (H H ), donde los gases son calefac-
cionados y humiditicados “ al pasar” por un reservorio que posee agua “ calentada” ,
diseñado para maximizar la canticad de gas acondicionado.
Algunos estudios tempranos informaron la reducción en la incidencia de N A V
con el uso de sistemas pasivos, fero ho y es controversial la superioridad de uno
sobre el otro en términos de prevención de la NAV.
Prevención de la neumonía asociada a la ventilación mecánica 487
Estrategias farmacológicas
demostrado en forma contundente. Tal vez esto tenga relación con la instauración
de protocolos de higiene oral. Varios autores consideran que la clorhexidina es sólo
una parte más del esquema de higiene oral, y sería fundamental para su éxito que
se usara bajo un régimen de estricta higiene oral.
En pequeños ensayos se ha demostrado que realizar una higiene oral con yodo-
povidona diluida en pacientes con traumatismo de cráneo es igualmente efectivo.
Realizar una higiene oral con clorhexidina es una medida económica que parece
ser eficiente. No se han comunicado ca,sos de resistencia a la clorhexidina o de reac
ciones adversas, aunque la respuesta final a estas cuestiones requiere más estudios.
Establecer un estricto protocolo de higiene oral parece ser una eficaz y económi
ca medida de reducción en la incidencia de NAV, a pesar de ello no es una medida
popular y no está muy estudiada. No existe un consenso sobre cómo o con qué fre
cuencia se debe realiz.ar (¿se debe cepillar o usar gasas es suficiente?).
En varios estudios se compararon los períodos previos y posteriores a la instau
ración de protocolos de higiene oral, y siempre se ob.servó una reducción en la inci
dencia de N AV después de haberlos comenzado.
Los puntos en común en todos ellos es establecer una frecuencia de al menos tres
veces por día, en conjunto con el uso de clorhexidina, el control de la presión del
manguito y de la posición de la cabecera.
Descontaminación oral
Prodnéticos gástricos
Protocolos de sedación
E n los pacientes con intubación traqueal se observa una colonización traqueal por
gramnegativos en un gran porcentaje de pacientes, sin embargo no todos desarro
llan NAV. E n la fisiopatología de la neumonía podría decirse que el desarrollo de
N A V depende de tres circunstancias.
• Virulencia de microorganismos.
• Inóculo bacteriano.
• Defensas del huésped.
Transfusiones
Nutrición
Corticosteroides
CONCEPTOS CLAVE
BIBLIOGRAFIA
H I
Haloperidol. 327 Impedancia sistema respiratorio. 24
Heliox, 73 índice(s)
Helmet, 377 • cardíaco. 157
- ciclado, 378 - CROP, 354
- gatillado. 378 - de estrés. 248. 249f
Higiene - • curva PA', 248
- bucal. 407 - íA 'T , 352
- de manos. 483 • de máximo reclutamiento. 247
Hipercapnia, 40. 151,448 ■ de oxigenación. 97, 107
- permisiva. 234. 284. Véase también - PaO; + PaCO;, 248, 256
Hipoventilación controlada - predictivos destete. 352
• • en bronquiolitis. 468 - presión-tiempo. 134
Hiperínflación, 19, 26 ■ de respiración rápida y superficial. 183, 352
- dinámica, n o . 277. 303.419 - tensión/tiempo, 348. 353
- - barotrauma. 285 - Tobin, 183
- - causas. 278c Inhaladores de dosis medida. Véase MDi (inhala
- - consecuencias. 285 dores de dosis medida)
- - esfuerzos inefectivos, 303 Insuficiencia
- • manejo. 282f - cardíaca. 419
- pulmonar. 110. 274 - cardíca. 288
Hiperoxigenación. 414 - respiratoria. 3, 29. 41c, 179
Hipervolemia, 152 - - aguda. 375
Hipocapnia, 448 - - hipercápnica. 476
Hipoventilación. 34 - - hipoxémica. 392.475
■ alveolar. 281 - - Pa/no,. 182
• controlada. 284 - - posextubación. 344
- - contraindicaciones. 284 - ventilatoria. 179
Hipovolemia, 152 Insuflación de gas transtraqueal. 265
Hipoxemia. 5. 33. 39, 419 Interacción(es)
- en la lesión pulmonar aguda (LPA ). 224 - cardiopulmonares, 139
- refractaria. 235 - paciente-ventilador. 296.315
Hipoxia. 33, 181 Intercambíadores de calor y humedad. Véase
• tisular. 182 HME (intercambiadores de caiory hume
Histéresis. 8,9f, 121.240 dad)
H M E (intercambiadores de calor y humedad), 83, Intercambio gaseoso, 4, 29. 94
89.431 Interdependencia ventricular, 152
- aplicaciones. 84 - diastólica. 153
- complicaciones. 85 Interfaces, 373,430
- contraindicaciones. 84 - máscara. 376
• espacio muerto. 86 - - facial. 376
- filtro, 83 - - nasal. 376
- OPA. 285 - pacientes-ventilador, 59
• resistencia, 85 - en pediatría. 471, 474
- usos. 87 - - selección. 475c
Humedad. 78 Interleucína
- absoluta. 78 - IB . 171
- déficit, 81 - 6. 171
- relativa. 78 - 8. 171
- requerimientos, 8) IPA P (presión positiva inspiratoria en la vía
Huniidincación. 379 aérea). 382
• inhufcyuarta. g| - lyusle. 386c
500 Indice analítico
IR V (ventilación con relación I:E invenida). - nuevos. 437
210c - - APRV. 449
- complicaciones. 212 - - AS V. 451
■ PCV.209 - - ATC, 452
- presión alveolar, 211 - - BIPAP, 445
- tiempo inspiratorio. 209 ■ - duales. 440
- VCV. 209 - - MMV, 438
- ventajas. 210 * - objetivos, 437
Monitorización respiratoria, 93
L Morfina. 322
Lámina($) Músculos respiratorios, en el paciente pediátrico.
- densa, 168 465
- raras, 168 Musicoterapia, 429
Lesión pulmonar, 162
- aguda. 5. 96. 164,221 N
- inducida por la VM , Véase VIU (ventilator Nariz artificial, 83, 86
induced lung injury, lesión pulmonar NAV (neumonía asociada a la ventilación mecá
inducida por la ventilación nica), 62
mecánica) - corticosteroides, 493
Uy - estrategias de prevención. 482, Véase también
- de Fick, 35 Prevención de la NAV
- de Frank-Siarling, 14J * - dasifcación, 482
• de Laplace, 11 - incidencia. 481
- deOhni. 62. 148 * nutrición. 492
- de Poiseuille. 61 - patogenia, 481
Límite, 55, 188 - prevención, 430
• de saturación isotérmico, 80 - transfusiones, 492
Lorazepam, 325 NAVA (neurally adjusted ventilaiory assist, asis
LPA (lesión pulmonar aguda) tencia venlilatotia regulada por estímulos
- definición. 223 neurales), 458
- edema alveolar, 232 - ciclado, 459
- medidas adyuvantes. 265 - disparo. 458
- • balance hídrico, 265 - nivel. 459
- - conicosteroides. 266 Nebulización(es), 48^
Nebulizador(es), 69,431
M - cuidados, 74
Maniobra - neun-.ático, 69
- de apenura, 234, Véase también Maniobra de - de pequeño volurren, 69f
reclutamiento - ubicación. 72
• pulmonar. 254 Neumoría asociada con la ventilación. Véase
- reclutamiento. 255 NAV (neumonía asociada a ¡a ventilación
- • alveolar, 247 mecánica)
- - complicaciones, 257 Neumorocilos, 164
- - contraindicaciones, 257 Neurally Adjusted VeilÜalory Assist, 458
■ - en SD RA tardío, 258
Máscara O
- facial. 376 Obstrucción al flujo léreo. Véase OFA (obstni-
- - total. 377 ciái al flujt) aéteo)
- nasal, 376 OFA (obstrucción al flujo aéreo)
Matriz extiacelular, 167 - aerosoles. 285
MDl (inhaladores de dosis medida). 70 - auto4>EEP, 279, 387
- ubicación, 73 - - cjm plicacionfs, 279
Mecánica - - estimación. 2'9
- pulmonar. 101 - definición. 274
• torácica, 10 1 - epidemiología, 274
Membrana alvéolo-capilar, 35 - fármicos, 285
Metahemoglobinemia, 97 - ' 0}-adren6rgicos, 286
Midazolara. 324 - - corticosteroides, 286
Miopatía. 337 - fisiopatología, 27^-
Modos ventilatorios, 177, 188 - flujo inspiratorio. 277
- duales. 184. 440, Véase también Contról dual ■ hipo^emia. 275
- limitados por presión. 384 - humUificacifin. 2*6
Indice analítico 501
intercambiadores de calor y humedad. 285 - programación. 207
nebulizaciones, 286 - tiempo inspiratorio, 187
P EE R 284 - ventajas, 187. 207
presión pico. 281 Pediatría. Véase Paciente pediátrico
relación I:E , 283 P EE P (presión positiva de fin de espiración). 12.
resistencia de la vía aérea, 286 40. 53, 197
tiempo. 277 - capnografía volumétrica, 251, 253
- espiratorio. 277. 283 - colapso alveolar, 174, 244
- inspiratorio. 277 - curva presión/volumen. 199f
tubo endotraqueal, 276 • distensibilidad. 246
venlilación mecáncia. 273 - efectos, 198 ,
- desconexión. 286. 288 - - secundarios. 198
- indicaciones. 275 - externa, 110
- inicio. 276 - índice de máximo reclutamiento. 247
- modo controlado. 276 - intrínseca, 110. Véase auto-PEEP
en la V N I. 288 - enSD R A . 124. 174
volumen atrapado. 279 - selección. 244
Olanzapína, 328 • shunt. 253
Open Lung Approach. 235, 255 - tomografía computarizada del tórax (TC),
Opiáceos. 321. 404 249
- efectos adversos, 322 - total, lio
- receptores, 321 Perfluorocarbono, 222
OversluH)t, 311 - ventilación, 263
Óxido nítrico. 265 Perfusión pulmonar. 23
Oxigenación. 94 Polineuropatía, 337,405
- arterial. 5 • axonal, 337
- índices. 136 Posición
- tisular. 5 - decúbito, 423
Oxígeno. 29 • - decúbito lateral. 423
- consumo. 17, 29, 135. 181. 349 - - prono. 424
- contenido, 36 ■ del paciente ventilado. 423
- venoso. 23 • prona, 259
- fracción inspirada, 95. Véase también FIO¡ - supino, 21
(fracción inspiratoria de oxígeno) - Trcndelemburg invertido. 427
- presión arterial, 94 Postcarga del ventrículo
- presión parcial. 94 • derecho, 150
- transporte, 40 - izquierdo. 154
Oxihemoglobina, 38 - . enlaV N I.39 2
Oximetría de pulso, 97. 417. 426 Precarga del ventrículo
- limitaciones. 97 - derecho. 143
- izquierdo. 140. 152
Presión(es). 54. 178, 192
Paciente pediátrico. 464 - abdominal. 149, 244
• características. 464 alveolar, 6, 105. 106. 151
- - anatómicas. 464 - IRV, 210
- * fisiológicas. 464 - media. 13, 106
- pared torácica. 465 ■ de oxígeno, 31
PaOVHO.. 32. 161. 182 - en PCV. 209
- PEEP.285 aplicada. 455
Pausa de la arteria pulmonar, 151
- espiratoria, 106, 112. 279.455 arterial
- de fin de inspiración. 118. 281 - de dióxido de carbono. 93, Véase Dióxido
- al final de !a espiración. 118 de carbono presión arterial
> final de la inspiración. 105 - - de oxígeno. 94, Véase Oxígeno, presión
- inspiratoria, 185, 192. 193 arterial
PCV (ventilación controlada por presión), 18, • atmosférica, 6
114.185.207.215,374. 426 - auricular derecha. 143. 148
- coracterísiicas particulares. 208 • barométrica. 32
- complicaciones. 208 • de base, 106
• üesvent^as. 187 - circulante. 145
en pediatría. 467 • crítica, 12
pretíón alveolar. 209 • • de apertura. 242, 244, 246
502 Indice analítico
Presión(es) (Coni.) • manejo de la vía aérea. 484
■ ■ de cierre, 12, 26. 133. 232 - nutrición. 488
- enclavamíenio de la arteria pulmonar. ISS - posición del paciente, 484
• esofágica. 6, 142 • procinéticos gástricos, 491
- espiratoria máxima. 364 - sedación, 491
- al final de la espiración, 106 - traqueostomía, 488
- inicial, 105 - ventilación no invasiva (V N I), 487
- inspiratoría. 33 Producto tensión-tiempo, 134
- - máxima. 135, 183.353 Profilaxis
- - de oxígeno. 33 - tromboembolismo, 405
- intratorácica, 141 - úlcera de estrés, 490
• de llenado cirulaioría media. 143 Propiedades estáticas
- máxima. 420 - del pulmón, 8
- media. 13. 106,448 - del tórax.8
- meseta, 12. 103. 192.417 Propofol. 325
- mínima. 420 Prostaciclina. 265
- muscular. 299. 303 Protocolos
- objetivo. 444 - analgesia, 315
• perícárdica. 141 • automatizado, 456
- pico. 16. 103. 192.417 - sedación. 315
- plaleau. Véase Presión meseut Prueba
- pleural. 6, 102. 107. 141 - respiración espontánea. 458
- positiva con tubo (en) T, 360
- - bifásica en la vía aérea. Véase fi/Pi4P • diaria, 360
{presión positiva bijásica en ¡a vía - miíltiples. 363
aérea) de ventilación espontánea. 354. 370
- - espiratioria. Véase PEEP (presión positiva - intolerancia. 371
de fin de espiración) - en pediatría. 4-77
- de retroceso elástico. 133 - con tubo en T. 354. 344. Véase también
- sobreimpuestas, 232 Destete y PVE (prueba de ventila
- soporte. Véase PSV (ventilación con presión ción espontánea)
de soporte) PSV (ventilación con presión de soporte), 114.
■ - con volumen asegurado. 441 f. Véase 203. 204f. 215, 374
VAPS (Volunte Assured Pressure - asincronía. 309
Support. presión de soporte con - ciclado, 204. 30S
volumen aseguradoi - - criterios. 312
iransdíafragmática, 134 - complicaciones, 206
transmural, 168.231 - efectos, 205
- ventrículo izquierdo. 154, 392 - programación. 2(X)
transpericárdica. 142 - rise time. 204
transpulmonar. 6. 8f. 24. 107. 141. 150. 151 - trabajo respiratoiio, 205
transtorácica. 107 - utilidad clínica. 206
traqueal. 453 Punto de inflexión. ^
de vapor de agua, 32. 78 - inferior. 121,234,240
en la vía aérea. 6. 140. 299 - superior, 121.234.240
- proximal. 103. I04f P V E (prueba de veitilación espontánea), 344.
yuxtacardíacas. 141 Véase tambiér Destete
Pressure Atigmentation, 442 • con tubo en T (TT ). 360
Pressure Regulaied Volume Cortrol. 445
Prevención de la neumonía asociada a la ventila K
ción mecánica (NAV) Rampa de presurizíción, 307. Véase también
antibióticos. 491 Rise lime
• control. 491 RASS (Richmond /gitation Sedation Scale),
- endovenosos, 489 Véase Escaíafí'), de Richmond (RASS)
- nebulizados. 491 Reclutamiento. 109. 172
aspi'ación subglótica, 484 - inspiratorio, 22S
descontaminación. 489 - potencial, 245, ¡50
disminución de las defensas 492 - • mortalidad, 256
educación. 482 Región(es)
higiene. 483 - dependientes, Ít5
- Je manos. 483 - no dependientes 166
■ jral. 489 Reinlubación. 364
Indice analítico 503
Relación - - convencionales. 236
- I:E inversa. 449 - mortalidad. 162, 225c
- inspiración/espiración. 185, 189 • óxido nítrico, 265
- PaOj/FIO,. 32. 96 - PCV. 237
- Pi/Pimax. 353 - en pediatría, 468
- venlilación/perfusión, 23. 31. 36, 37f. 179 - PEEP, 124, 236
- - en decúbito prono. 260 - presión meseta. 238
Remifentanilo, 323 - prostaciclina. 265
Resistencia(s), 54. 103. 118, 299, 419.455 - pulmonar, 224
• adicional. 128 recuperación. 267
- arterial, 145 respuesta inflamatoria^ 226
• espiratoria, 129, 453 sobredistensión, 228 '
- - cálculo, 129 surfactante. 265
• inspiratoria. 15. 126 tomografía computarizada. 228
- máxima, 127 VCV, 237
- mínima, 128 ventilación mecáncia, 236
- en el paciente pediátrico. 465 - en decúbito prono. 259
- de la pared torácica, 125 V N I, 389
• pulmonar. 125 - volumen corriente. 236, 237
• del tejido pulmonar. 125 Secreciones. 76
- vascular pulmonar. 150. 151f - aspiración, 76, 411
- venosa. 145 • - necesidad, 414
- de las vías aéreas, 14, I5f, 24, 125 - - técnica, 412c
Respiración - cantidad. 413
- asistida, 194 - consistencia, 413
- espontánea. 446 • cuantiftcación. 364
- paradójica. 182. 275. 349 - orofaríngeas. 407
- rápida y supertlcial. 183. 348 - subglóticas. 414
- - PSV. 205 - vía aérea. 426
Ventiladores. Véase Ventiladores - volumen. 364
Retomo venoso. 139. 144 Sedación. 317, 404
/íw eííW . 311.382, 386 - interrupción diaria. 339
Risperidona. 329 - suspensión, 335
R SS {Ramsay sedation scale). Véase Escala(s), • valoración, 332
de Ramsay (RSS) Shunt. 39
Rim flH’flv, 456 - fisiológico. 32
SIM V (ventilación mandatoria intermitente sin
S cronizada). 201f
SD RA (síndrome de dificultad respiratoria - destete. 203
aguda). 33. 42c, 96, 161,221 - desventajas. 202
Baby Umg. 228 - en pediatría, 467
barrera hemato-gaseosa. 166 - técnicas. 200
clasificación, 223 - - a demanda. 201
colapso alveolar. 233 • - flujo continuo. 200
comporlaminelo alveolar. 231 - ventajas, 201
curva presión/volumen. 165, 238 Sincronía paciente-ventilador. 453
definición. 161. 223 Síndrome
dislensibilidad, 238 - de dificultad respiratoria aguda. Véase SDRA
elastancia, 224 - Guillain Barré. 337
elección de la FIO j, 258 - de respuesta inflamatoria aguda, 162. Véase
ensayos clínicos, 172, 173f también SIRS
epidemiología, 224 SIR S. 162. 171.338
estrategia ventilatoria. 245 Sistema(s)
evolución. 225 - de alarmas. 56
extrapulmonar. 224 - de aspiración. 59. 89
fisiopatología, 163.225, 230c - - abiertos. 77
hipoxemia. 258 • - cerrados. 76,412.485
incidencia. 162 • - recambio. 77
lesión. 163 - • subglótica, 63
• direcu. 163 - basados en el conocimiento. 456
« índirecla. 163 - - pa.sos. 457
modos venliUiorioft. 236 - con bucle cemdo. 450
504 In d ice a n a l ít i c o