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Universidad Nacional Autónoma De México

Facultad De Estudios Superiores Iztacala

Carrera De Psicología Modalidad a Distancia SUAYED

Módulo: 0811 Psicología Teórica III El Proceso


Terapéutico En La Aproximación Cognitivo - Conductual

Actividad: 5 Resumen

Grupo: 9815

Tutora: Lic. Verónica Cristina Morales Vásquez

Alumno: José Alberto Pascual Pacheco


Esquema del contenido
Ideas principales Ideas secundarias
Análisis del motivo de consulta
Establecimiento de las metas últimas del
tratamiento
Variables de las que dependen las metas últimas
del tratamiento
Análisis de las conductas problema
El estudio de los objetivos terapéuticos
Las fases del proceso de la evaluación La elección de las conductas meta
conductual La prioridad en las conductas objetivo
Criterios directrices para la elección del
tratamiento adecuado
La estrategia del análisis funcional
La estrategia de la conducta clave
La estrategia de la guía teórica
Evaluación de los resultados del tratamiento
Valoración de las metas últimas del tratamiento
Resumen
El proceso de la evaluación conductual
Faces del proceso de evaluación conductual. Análisis del motivo de consulta
Dentro de la evaluación conductual resulta muy importante el planteamiento inicial de lo que
corresponde al motivo de consulta, el cual nos hace pensar en una conceptualización teórica
del problema por el cual nuestro paciente ha tenido motivos para presentarse a consulta según
(Bacr, 1982; Evans, 1985; Hawkins, 1986; Kanfer, 1985; Kazdin, 1985b). en Godoy, J.
(1993) El motivo de consulta suele ser principalmente una conducta que el paciente mantiene
como queja y que una vez tratada, el paciente podrá expresar satisfacción por la anulación de
la misma o bien su vida podrá mejorar una vez siendo atendidas dichas quejas.
La atención de dichas quejas resulta ser una tarea que representa una exploración precisa de
las demandas que el evaluador y el ambiente pueden requerir, se suele muchas veces
comenzar con el tratamiento de los signos más visibles siendo los que son de mayor
notoriedad en un diagnóstico inicial.
Establecimiento de las metas últimas del tratamiento
(Rosen y Proctor, 1981), los resultados finales hacen referencia a los criterios utilizados para
considerar el tratamiento como un éxito en Godoy, J. (1993) teniendo validez de orden clínico
y social, significando que han cumplido con las demandas establecidas por el paciente y lo
diversos agentes que lo rodean. Los resultados instrumentales deberán de ser suficientes para
alcanzar con éxito los resultados finales teniendo en cuenta los intermedios que nos
permitirán brindar continuidad al tratamiento de manera exitosa.
Las conductas objetivo («target behavior») nos muestran referencia a aquellas variables
concretas de la conducta o del contexto en el que ésta sucede y sobre las que se enfoca el
tratamiento, pero cuando hablamos de los objetivos últimos de la terapia, hablamos de los
efectos que deben producir las conductas cambiadas durante el tratamiento a partir de la
intervención en el sujeto y su ambiente.
Variables de las que dependen las metas últimas del tratamiento
Los resultados finales de un tratamiento son valores que se abordan entre el paciente y el
terapeuta. Un terapeuta siempre tendrá valores o definiciones del cumplimiento de un
objetivo en relación a otro o bien de una conducta a otra. Muchas veces las quejas del paciente
y los valores que el terapeuta llegue a notar como recursos de apoyo tendrán variaciones para
el cumplimento de metas en relación al ambiente en el que su paciente se desenvuelve.
Análisis de las conductas problema
Los problemas por los que el paciente ha decidido tomar acciones con un tratamiento
psicológico corresponden a dos tipos: las quejas que corresponden a algo que genera un
malestar, que es problemático o que genera un aspecto negativo en él y el segundo que
corresponde a una demanda que es lo que resultaría como los aspectos positivos que se
quieren ganar. Las conductas problema bien hacen referencia a la representación operacional
del motivo de consulta.
El análisis de una conducta problema tiene como propósito llegar a diagnóstico completo de
la conducta, con la finalidad de permitir una estandarización que haga posible la elección de
un tratamiento que sea capaz de eliminar la conducta problema. Un estado de conducta lejos
de recibir un a estandarización deberá de verse como un exceso de alguna característica que
genere un problema o bien un déficit que este imposibilitando las acciones positivas,
catalogado en parámetros de duración, intensidad, frecuencia a partir de una serie de
normativas que establecen lo que es considerado como normal o adecuado.

Los criterios de éxito de una terapia a otra deberán de ser médicos de manera independiente
pues es necesario tomar en cuenta el enfoque de la misma. Un enfoque eliminador se centrará
para medir su éxito en la averiguación de si la conducta ha desaparecido o sigue sin aparecer
después de un tiempo. El enfoque constructivo trata de orientar al sujeto hacia un cambio de
vida y en la medición del valor de las herramientas proporcionadas. Así la magnitud de los
cambios nos reflejaran las diferencias entre los estadios del paciente en base al tratamiento
recibido.
El estudio de los objetivos terapéuticos
Una intervención terapéutica centra sus objetivos en base a las quejas y demandas del
paciente suponiendo que al término de la intervención estas queden satisfechas. Para el
cumplimiento esto supone que el terapeuta deberá encontrar los puntos de incidencia para
cubrir las necesidades del paciente o bien encontrar una intervención que le permita atacar
estos puntos de una sola vez.
La elección de las conductas meta
Una conducta meta tiene la característica de ser susceptible a ser tratada en base a que tanto
el paciente como el terapeuta tienen los medios necesarios para el desarrollo de dicho
tratamiento.
Una conducta meta corresponde a un comportamiento considerado como inapropiado para el
paciente y para la sociedad.
Una conducta meta deberá de favorecer al bienestar individual y social a largo plazo del
sujeto.
Una conducta que se desee implantar deberá de verse como aquella que genere términos
positivos o constructivos en oposición a una conducta negativa.
Es muy importante también tomar en cuenta que una conducta que desee modificarse deberá
de contar con valores del paciente que propicien su mantención a lo largo del tiempo en
relación a su entorno físico y social.
La prioridad en las conductas objetivo
Se deberá de tomar en cuenta la conducta que resulta de mayor molestia, ya que los pacientes
tendrán mayor motivación recibiendo beneficios con la intervención realizada.
También se puede elegir una conducta que resulte de manera sencilla su modificación pues
esta será un reforzador y motivación para futuras conductas más complicadas.
Criterios directrices para la elección del tratamiento adecuado
Nelson y Hayes (1986) proponen tres estrategias: el análisis funcional, la estrategia de la
conducta clave y la estrategia diagnóstica.
La estrategia del análisis funcional
El análisis funcional de un proceso terapéutico es llevado a partir de la evaluación operante
de las relaciones establecidas entre los estímulos integrados y la respuesta que el paciente
este teniendo. Un tratamiento es el hecho que prueba las suposiciones previamente realizadas
de manera empírica sobre el cumplimiento de las metas a través de este el análisis funcional.
La estrategia de la conducta clave
Este tipo de estrategias nos refieren a la interrelación existente entre los trastornos de
conducta a nivel motor, cognitivo y fisiológico por lo que resulta importante la modificación
de una conducta que detone una especie de reacción cadena para modificar otra clase u otras
clases relacionadas a la conducta típica a modificar. Por ello se dice que es muy poco
frecuente la existencia de una única conducta a modificar sino más bien un conjunto con la
misma importancia que necesitan intervención.
La estrategia diagnóstica
Las características que tipifican a una conducta resultan muy importantes a la hora de la
elección de un tratamiento, pues de ello resulta que a través de un correcto diagnostico se le
asigne el tratamiento más efectivo de acuerdo al tipo del trastorno presentado.
La estrategia de la guía teórica
La descripción correcta sobre las quejas y demandas de un paciente proporciona al terapeuta
una de las principales herramientas para concluir con éxito su proceso, para ello este necesita
recurrir a una gran cantidad de información y conocimientos científicos. Así el terapeuta
describe y valora el estado actual de su paciente y los pasos o estadios en los que se encuentra
tras alguna intervención.
Aun cuando pacientes suelan presentar demandas y quejas similares, la conceptualización de
las mismas puede quedar de manera diferente y por tanto la evaluación de esos factores
requiere técnicas y tratamientos distintos.
Evaluación de los resultados del tratamiento
Entre las principales razones por las que se deberá evaluar un tratamiento son:
 La evaluación nos permite mejorar el servicio terapéutico al paciente, brindándonos
datos de la dirección que estamos llevando.
 Se nos permite medir o apreciar en grado de avance.
 La valoración normativa permite determinar la calidad del servicio y en su defecto
mejorar la aplicación.
Valoración de las metas últimas del tratamiento
Los criterios empleados para valorar una misma actuación difieren dependiendo del sexo, la
edad o el «rol» del que actúa (McFall, 1982). De la misma forma, los criterios con los que se
valora la adecuación de una determinada actuación pueden ser muy distintos, según quién
sea el que la valora, para ello esto también deberá ser tomado en cuenta y abordado con la
persona responsable de recibirlo ya sea el paciente o un responsable.
Referencias
Godoy, J. (1993). El proceso de la evaluación conductual. En V. Caballo (dir). Manual de
técnicas de terapia y modificación de conducta. Madrid: Siglo XXI.

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