Mauricio Obregón

Un aventurero
responsable

JAVIER OBREGÓN MARTÍNEZ-IRUJO

M auricio Obregón siempre estaba en movimiento, fue piloto

de prueba, construyó aeropuertos para su compañía aérea,
batió un récord de velocidad en avioneta, presidió la Federación
Aeronáutica Internacional y presenció varios viajes espaciales invi-
tado por la NASA. Fue tres veces embajador de Colombia, impulsó
el desarrollo del Chocó, propuso alternativas al Canal de Panamá
y creó el Museo Naval del Caribe en Cartagena. Fue fundador y
rector de la Universidad de los Andes, en donde gozó dictando
su curso “Historia de los Descubrimientos”. Además, a pesar de
sus largas ausencias, fue un gran padre y consejero. Como histo-
riador, fue conferencista alrededor del mundo y publicó más de
una docena de libros, entre ellos: The Caribbean as Columbus
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 “No basta con investigar –decía Mauricio Obregón–; hay que vivir la historia
y comprobar, recorriendo y visitando en cualquier medio de transporte las rutas
y lugares descritos”.

Mauricio
Obregón con el
almirante Samuel
E. Morison y el
fotógrafo David L.
Crofoot.

saw it, con el almirante Samuel E. Morison, Ulisses
airborne, De los argonautas a los astronautas y Colón
en el mar de los Caribes.
“Historia experimental” llamaba a su
método. “No basta con investigar, hay que
vivir la historia y comprobar, recorrien-
do y visitando en cualquier medio de
transporte las rutas y lugares descritos”.
Reconstruyó los viajes de los argonau-
tas y de Odiseo, siguió a Colón por
el Caribe y encontró a Magallanes
en el Archivo de Indias. Con estre-
llas y vientos dedujo que Homero
escribió en Chipre, e imaginó
cómo hicieron los polinesios para
llegar a América.
Sus ideas siguen vigentes y
esperamos que otros “aventure-
ros responsables” las divul-
guen, discutan y desarrollen en
una “Cátedra Mauricio Obregón” con que quisiéra-
mos honrar su memoria.
Dibujé para él los mapas e ilustraciones de sus li-
bros y conferencias que poco a poco se convirtieron
en un conjunto gráfico que nos llevó a la idea de pu-
blicar un atlas. Grabamos las conferencias con el mo-
nitor del curso, Édison Torres, pero mi padre no alcan-
zó a resumirlas. Después de su muerte, conformamos
un equipo de amigos y colaboradores que transcribió
las grabaciones y pulió los textos. Les añadimos las
gráficas y las fotos. El resultado fue un libro muy com-
pleto del cual imprimí varios ejemplares; uno está en
la cápsula del tiempo de la Universidad de los Andes
y otro llegó a manos de Nicanor Restrepo. Gracias a
él, Suramericana de Seguros financió la publicación
en noviembre de 1999 del Atlas de los descubrimien-
tos, un libro de gran formato editado por Cristina Uribe.
Viendo que se agotaba la primera edición, preparé
una versión al alcance de todos: más pequeña, en blan-
co y negro y más económica. Cuando se la mostré al

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 NAVASSA ISLAND
Ruta colombina realizada por Mauricio Obregón y Samuel E. Morison en 1963.
Foto tomada del libro The Caribbean as Columbus saw it.

contralmirante Fernando Román, director de la Escue-
la Naval Almirante Padilla, me dijo: “Quiero este libro
para ablandar a mis cadetes”. La Armada adquirió a
precio de costo cerca de la mitad de los ejemplares,
Nestlé de Colombia compró algunos más, financiamos
la otra mitad con el producto de la primera edición, y
en mayo de este año salió a la venta la versión rústica
del Atlas.
En 1998, el Instituto Caro y Cuervo quiso hacerle
un homenaje por su constante colaboración. Le suge-
rí al doctor Ignacio Chávez que publicara un manus-
crito que mi padre había terminado días antes de su
muerte. Belisario Betancur escribió un magnífico pró-
logo; una vez más conté con mi hermana Ana María
como correctora de texto y la Imprenta Patriótica, al
cuidado de José Eduardo Jiménez, sacó de prensa re-
cientemente Mitos, leyendas, historia.
Entre tanto, recuperamos un texto inédito de nues-
tro padre en inglés. Mi hermano Sancho se lo envió al
historiador Daniel J. Boorstin y días después llamaron
de Random House de Nueva York. Empacamos male-
tas y fuimos a cuadrar detalles. Hace unos meses com-
pré por Internet Beyond the edge of the sea.
En julio de 2000, Colciencias publicó la biografía
de este inquieto colombiano para la colección juvenil
“Ciencia y Tecnología en Colombia”, y Yolanda Reyes
escribió “Mauricio Obregón, navegante de mar y cielo”
escudriñando cuanto documento y celuloide encontró.
Nunca imaginamos, y creo que mi padre tampo-
co, esta aventura…
JAVIER OBREGÓN MARTÍNEZ-IRUJO,
arquitecto de la Universidad de los Andes.

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