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Sobre memorias, paternidades y violencias:

Lame y los indígenas*


Mónica L. Espinosa Arango **

“Manuel Quintín Lame. Con este mismo hondo del alma indígena una idea que ha
nombre cada uno se ha creado en la imagi- permanecido viva y latente desde la conquis-
nación un personaje distinto. Para unos es ta, la ha predicado, le ha dado forma, la ha
un megalómano, un alucinado; para otros es cultivado en el corazón de cada indígena y

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un genio rústico y feroz; para aquellos es un ha sabido aprovecharse de la ignorancia y cre-
embaucador; para los indios es un mesías, un dulidad de su raza para forjar en derredor de
taumaturgo, un individuo dotado de privi- su persona tales características de predesti-
legios sobrenaturales que lleva sobre sus hom- nado. Pero es un predestinado vulgar y mons-
bros un encargo, una empresa providencial y truoso que, consciente de lo absurdo de su
esto basta para hacer de él un personaje inte- idea (la injusticia con la que procedieron los
resante y peligroso. Para nosotros es un indi- conquistadores arrebatándole a los aboríge-
viduo que, conociendo íntimamente las as- nes el derecho a la tierra que habitaban), nun-
piraciones de su raza, ha arrancado de lo más ca pierde de vista su propio interés”.

* Este texto fue motivado por la conferencia ofrecida por la Doctora Espinosa en la Universidad del Tolima el 14 de julio
de 2005 (nota del editor)
** Mónica Espinosa Arango enseña antropología cultural y teoría social en la Universidad de Puerto Rico en Arecibo
(Antropóloga, Universidad Nacional de Colombia; M.A. University of Florida; Ph.D. University of Massachusetts).

7
22 de abril de 1917, periódico La Unión Con- instrucción colectiva: la posicionalidad y la
servadora (Popayán, Colombia) 1 ética. Sontag intentó problematizar, de una
parte, quién, cómo y desde dónde recuerda
“Hacemos saber que en las elecciones próxi- un evento que va adquiriendo un sentido re-
mas no acompañamos a los gobernadores y trospectivo como historia y, de otra parte, los
secretarios y usurpadores de todas nuestras significados, sentimientos, imposiciones y
propiedades; hacemos saber que esta es la moralidad que desencadena el acto delibera-
causa de que todos los ricos son adorados por do del recuerdo. Dado que su objeto de re-
las autoridades; y esta es la causa de que el flexión fue fotografía de guerra, Sontag desa-
señor Juez Superior no quiere dictar ningu- rrolló una serie de argumentos sobre la re-
na resolución ni a favor ni en contra de nues- presentación del sufrimiento humano, su re-
tro apoderado (Manuel Quintín Lame). Por- gistro fotográfico y el significado del perio-
que es inocente de tan escandalosa sindica- dismo y fotografía en la modernidad. El ob-
ción que se le hizo; pues los verdaderos res- jetivo de Sontag era el de politizar el acto de
ponsables de muchas muertes tales como las mirar fotografías sobre el sufrimiento de otros
del pueblo de Inzá son los blancos de dicho y demostrar que, las imágenes por sí mismas,
pueblo en compañía del alcalde, juez y otros no producen sentidos inequívocos de recha-
reverendos padres”. zo o consciencia respecto al dolor de los de-
más ó respecto a lo justo ó arbitrario de sus
Agosto 25 de 1919, Memorial de los indíge- luchas. De allí que sugiriera lo siguiente:
nas de las parcialidades, corregimientos,
agregaciones y aldeas del departamento del “Quizás se le atribuye demasiado valor a la me-
Cauca al excmo. señor Presidente de la Re- moria y no el suficiente a la reflexión. Recordar
pública (Popayán, Colombia). 2 es una acción ética, tiene un valor ético en y por
sí mismo. La memoria es, dolorosamente, la
En uno de sus últimos libros, Regarding the única relación que podemos sostener con los
Pain of Others (Ante el dolor de los demás), muertos. Pero la historia ofrece señales contra-
Susan Sontag propuso varias ideas sobre eso dictorias acerca del valor de la memoria en el
que llamamos “la memoria colectiva”.3 Sontag curso mucho más largo de la historia colectiva.
insistía en pensar esta memoria en el sentido Y es que simplemente hay demasiada injusticia
de una “instrucción colectiva”, es decir, más en el mundo. Y recordar demasiado nos amar-
allá de su dimensión del recuerdo -el cual con- ga.”4
sideraba ante todo algo individual- y más cer-
ca del sentido de una declaración: “que esto Juntar recuerdos está en el centro mismo de
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es lo que se va a recordar”. De esta forma, las experiencias políticas indígenas; genera y


llamaba la atención sobre dos problemas ar- reproduce formas de reflexión y comprensión
ticulados a la experiencia del recuerdo como del pasado y su relación con el presente así

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como una ideología y moralidad en torno a flexión sobre las prácticas sociales que justi-
qué se debe recordar. La historia de Manuel fican creencias y normatividades, incluidas
Quintín Lame es polisémica: puede evocarse las del recuerdo, y trae a nuestra conversa-
como una historia de infamia, de heroísmo, ción el conflicto de interpretaciones y la
de caudillismo, de caciquismo o de historicidad de sus manifestaciones.6 Pero
parroquialismo político. En las representacio- también nos propone una reflexión sobre
nes historiográficas dominantes, aparece nuestros parámetros de conocimiento y re-
como una historia menor -folklórica si se presentación así como la “voz” de las voces
quiere- de indios ladinizados luchando por silenciadas y subalternas de la historia cuyas
una suerte de atavismo anclado en ideas experiencias se han transformado en no-his-
telúricas y premodernas. Del mismo modo, toria.7 Este ensayo no desarrolla una reflexión
la lucha ha sido entendida dentro de un con- sobre este argumento, pero sí pretende enun-
texto agrarista y caudillista en que los objeti- ciar algunos aspectos. Por ejemplo, respecto
vos de reivindicación de la propiedad colec- a los textos escritos que nos han dejado inte-
tiva de la tierra parecen lectuales indígenas como
perderse dentro de la com- Manuel Quintín Lame,
plejidad de la violencia Vicencio Torres Márquez
política en Colombia. En y Lorenzo Muelas es im-
contraste, aunque el regis- portante examinar su con-
tro fotográfico de la lucha texto social de significado,
de Lame es escaso, ha lo- recuerdo y acción, lo que
grado producir un profun- a su vez nos puede ayudar
do sentido político del re- a pensar en el campo de
cuerdo. 5 La imagen de las experiencias políticas
Lame fumando su tabaco posibles en el presente,
durante su captura de desde nuestra actualidad.8
1916 ha sido objeto de Más que proponer una
múltiples reacomodaciones de la memoria y exégesis del texto emblemático de Lame, Los
de formas de instrucción colectiva tanto en- pensamientos del indio que se educó en las sel-
tre comunidades indígenas como entre aque- vas colombianas, mi objetivo ha sido el de
llos que, como yo, reflexionamos sobre las producir una propuesta interpretativa que
luchas indígenas. ligue los pensamientos de Lame con los mo-
vimientos sociales que le dieron vida y a los

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Adentrarse en la voz de Lame y la historia que le dio vida (particularmente en el sur del
del Lamismo es un ejercicio de interpreta- Tolima) y que, al mismo tiempo, examine
ción no sólo de las particularidades y dife- las condiciones mismas de posibilidad, com-
rencias de la consciencia histórica y política prensión y transmisión de la H/historia. La
de los diferentes grupos étnicos que en un manera como se evoca esta historia y cómo y
momento dado convergieron dentro de agen- qué se define como pertinente para recordar
da política común bajo el liderazgo de Lame, es un problema no sólo de representación
sino también de su relación con las posibili- textual sino también político.
dades e imposibilidades de una ética del re-
cuerdo. La interpretación de esta historia He planteado en otras ocasiones que no va-
reedita aspectos de la hermenéutica cuyos mos a llegar lejos en nuestra comprensión de
contornos antifundacionalistas y dialógicos la historia moderna de las luchas indígenas y
son importantes. También incita una re- su relación con la violencia política de Co-

9
un artículo sobre Lame, ha estudiado una
faceta poco conocida del líder indígena como
intelectual cuyos textos escritos tienen in-
fluencias de Tomás de Aquino y Tomás
Carrasquilla así como reflexiones de los pla-
nes de estudio de las escuelas primarias rura-
les de la época. Romero hace énfasis en el
significado pedagógico de las nociones de
naturaleza y experiencia en el tratado de Lame
y su relación con una apropiación
intercultural del conocimiento.

Manuel Quintín Lame es la figura ancestral


más importante en la movilización indígena
en Colombia y es una figura moderna por
antonomasia. A través de su larga historia de
militancia aglutinó diferentes grupos indíge-
nas en torno a la idea de “la lucha India”:
nasas, guambianos, coyaimas y natagaimas
que vivían situaciones variadas de desposesión
lombia si continuamos atados a representa- territorial, exclusión política y explotación
ciones que anulan la historicidad y el carác- laboral como terrajeros, peones dentro del
ter político de las luchas subalternas. Pero sistema de endeude y comuneros de resguar-
como tampoco “lo subalterno” es un sujeto dos.11 Lame, junto con sus colaboradores,
homogéneo, es necesario particularizar los logró la articulación política de diversas me-
legados de Lame y sus andares territoriales y morias surgidas y ancladas en el trauma his-
políticos por las geografías de la imaginación, tórico ocasionado por despojo territorial de
de la memoria y de la cultura en Colombia, la conquista europea así como la historia de
incluyendo las “geografías” de quién evoca la opresión vivida por los sobrevivientes. Em-
historia. En un artículo que hace parte de la pujados por la memoria de injusticias pasa-
reedición reciente de Los pensamientos del in- das, por la violencia de la Historia, estos in-
dio que se educó en las selvas colombianas por dígenas articularon una concepción moral del
parte de la Universidad del Cauca, Joan recuerdo que retenía la vigencia política de
las injusticias históricas y, simultáneamente,
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Rappaport insiste en reflexionar sobre las


consecuencias de la publicación del tratado intentaba responder al sufrimiento colectivo
de Lame y su rol en los procesos de recrea- en el presente.
ción y conciencia indígena contemporáneos.9
Rappaport se refiere a las varias lecturas y La movilización supraétnica de los diferen-
formas de re-escritura del tratado de Lame, tes grupos se nutrió de mecanismos de
el cual, como escritura oralizada, ha sido apro- reinscripción simbólica, espacial y temporal
piado por diferentes grupos étnicos y políti- de la memoria, así como de lucha por la re-
cos a través de mecanismos que buscan cuperación de sus medios materiales de exis-
politizar la memoria y darle sentido a las lu- tencia. Este proceso permitió la conforma-
chas del presente a partir de la intercul- ción de una conciencia histórica como In-
turalidad.10 De otra parte, Fernando Rome- dios la cual, sin embargo, sigue siendo hoy
ro, quien nos acompaña en este dossier con heterogénea y multi-localizada en términos

10
lingüísticos, territoriales y culturales.12 Los permite trasegar por “los desórdenes de la
pensamientos de Lame fueron transmitidos modernidad”, las metáforas maniqueas de
oral y textualmente a través de su tratado civilización y barbarie legadas por el colonia-
político, la escritura de memoriales o apela- lismo, las subjetividades subalternas que
ciones a las cortes y la diseminación de ense- emergen de una vivencia de la modernidad
ñanzas sobre moralidad, gobierno y vida co- desde la colonialidad y los efectos de poder
tidiana. En ellos, los indígenas reivindicaron de la modernización capitalista, la experien-
categorías aparentemente contradictorias cia del movimiento social indígena en las
como la de Indio y ciudadano y la de una montañas del sur occidente (Cauca) y en la
humanidad india vis-a-vis su deshu- Cuenca del Río Saldaña (Valle del Magdale-
manización. La “doctrina” y la “disciplina” na) nos permite evocar la heterogeneidad
de Lame en el Sur del Tolima fueron la base constitutiva de la modernidad. Ambas rutas
de un camino paradigmático de militancia nos llevan a ratificar la condición no genéri-
indígena, reinvención cultural, recuperación ca y contradictoria de procesos insurgentes,
de tierras y reinscripción de conocimientos y tradicionalmente conceptualizados como re-
memorias negados y trivializados. Los sistencias, atavismos y antimodernismos, los
Lamistas recrearon vínculos morales entre el cuales no han permitido cimentar la idea de
pasado y el presente de los “indios”, pensa- “una comunidad humana universal”, tal
ron en sus recuerdos de ocupación ancestral como la imaginó la Ilustración y como hoy
de la tierra y sus experiencias de aniquilación la instrumentaliza el liberalismo con su hu-
y asimilación cultural, en medio de una per- manismo militar.13 En las siguientes seccio-
secución política aguda, una discusión pú- nes, que tienen una relativa autonomía para
blica constante sobre su carácter de “ladinos” su lectura, se encuentran una serie de reflexio-
(aculturados) y la criminalización de su pro- nes sobre la función paterna de Lame, una
testa social. Este proceso fue el catalizador de biografía o hechos vitales, y una reflexión fi-
una visión mesiánica e insurgente de la lu- nal sobre los acontecimientos recientes de la
cha indígena, así como de una doctrina de movilización indígena y el problema de la
observancia religiosa, curación y moralidad violencia política en Colombia.
cuyos aspectos patriarcales y de verdad no se
han estudiado. La visión de Lame sigue sien-
do hoy materia de recreación constante por
parte de líderes y comunidades indígenas en
todo el sur occidente colombiano.

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Los pensamientos de Lame nos llevan hacia
ese lugar inquietante de fragmentación, su-
frimiento y artificio que es característico de
las memorias de los oprimidos. La crítica de
Lame a los males de la civilización y el capi-
talismo transita a través de las contradiccio-
nes de la modernidad y su racismo inheren-
te, generando una reflexión, en sus propios
términos, sobre la producción moderna de
la alteridad india y la vigencia política del
trauma histórico de la Conquista. Mientras
la aproximación al pensamiento de Lame nos

11
1. Sobre paternidades gran importancia a la hora de pensar la fun-
ción paterna y paternalista de Lame. Dicha
Manuel Quintín Lame fue todo un señor, un función no sólo involucró la regulación de las
inteligente que dio licencia de ayudarnos a de- relaciones políticas a nivel local sino también
clarar para nosotros poder vivir aquí en esta mis- una serie de reglamentaciones morales y de
ma vereda, porque tábamos avasallados de los comportamiento entre hombres, mujeres, ni-
retenientes que nos estaban a robárnolo, hablan- ños y ancianos indígenas. En este sentido su
do claramente, a ojo vistas comprando las auto- función -al menos en el sur del Tolima- está
ridades para echarnos a las cárceles diciendo que ligada a la figura del curador social y regula-
nosotros éramos los abusivos que éramos los que dor de la moralidad, si bien no en el término
nos estábamos dentrando dentro de los terrenos exacto del médico tradicional o mohán. Lame
de ellos y no señor, eso no era cierto. Entonces fue un defensor legal y más que eso. Fue un
se presentó ese señor, Manuel Quintín Lame y padre, un visionario, un intelectual, un extre-
dijo: “no yo les ayudo porque vengo en defensa mista en sus posiciones políticas, un devoto
de los indígenas pobres, dijo y yo les voy a ayu- católico, un anticomunista, un curador y una
dar”. Y sí, ese señor fue todo un señor y todo un figura patriarcal. Como tal, provocó apoyos y
inteligente porque el se botaba cuando nos en- rechazos. Su posición de poder emerge desde
cerraban en las cárceles de aquí de Ortega por- una posición de borde, si se quiere marginal
que los ricos todos le pagaban bien pago a los en el seno mismo de los indígenas: no era es-
jueces, a los alcaldes, a inspectores para que nos trictamente nasa, no era estrictamente
tuvieran en la cárcel. Sin nosotros deber un de- guambiano ni tampoco pijao. Tampoco era
lito sino por nuestros derechos, por nuestros comunero, es decir habitante de un resguar-
derechos que alegábamos de nuestros padres (…) do; fue un terrazguero aunque llegó a tener
Don Manuel fue un gran defensor y él se iba sus propios negocios y tierras, si bien es cierto
por allá viéndonos en la cárcel el era el defensor. que murió extremadamente pobre. Se ha plan-
Pudo ser como un papá de nosotros.14 teado que actuó conforme a la simbología del
cacique dentro del contexto nasa, sólo que
El sentido de protección sintetizado en la fra- carecía de un cacicazgo. También, que tuvo
se “pudo ser como un papá de nosotros” es de un comportamiento de caudillo del siglo XIX
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en una variante republicana y conservadora y
que sus pensamientos tenían un claro filtro
decimonónico.

Los pensamientos y la función paterna de


Lame nos invitan a reflexionar sobre la di-
mensión del momento histórico particular
que vivió con su marcado bipartidismo he-
gemónico (Liberales vs. Conservadores) e in-
fluencia del darwinismo social, así como en (1) la transformación colonial/moderna de
una época (la del Atlántico), caracterizada por las formas de poder y autoridad en los Andes
la relación entre el acto de conquistar y, si- (de formas de autoridad que no se conocen a
multáneamente, producir un conocimiento fondo al surgimiento de figuras de poder
de carácter “universal” a la luz del progreso y como los “caciques coloniales”) y (2) el ca-
la racionalidad, un conocimiento que no lle- rácter visionario y la religiosidad de las que
va la marca de sus orígenes socio-históricos y estuvieron impregnados muchos movimien-
que oculta la violencia de su momento tos indígenas de resistencia en las Américas.17
fundacional.15 Es un proceso que se consti- Su marcado interés por lo que llamó “el co-
tuye a partir del crear una doble geografía de nocimiento de la civilización y sus leyes” y su
la imaginación y del manejo y de imponer obsesión por demostrar su manejo del mis-
una racionalidad cuyo aspecto no marcado mo también nos remite a la función del pa-
es la violencia, la jerarquización y el dre con relación a la Ley, una ley impuesta
silenciamiento de modos de comprensión, frente a la cual se da una trasgresión pero que
conocimiento e historicidad alternos.16 De también se funda el quehacer como re-
este proceso van a surgir experiencias políti- estructurador de lo social. Asimismo tiene
cas híbridas de reinvención étnica, utopía y que ver con la imposición de unas nueva re-
mesianismo que caracterizan el devenir polí- glamentaciones morales (las recomendacio-
tico de quienes fueron llamados y hoy se nes de comportamiento para los dentro del
autodenominan indígenas. Históricamente, ámbito de la familia y la comunidad), las
estas experiencias no han producido transfor- cuales tienen un carácter patriarcal y están
maciones políticas radicales en las estructuras tamizadas por ideas cristianas de la salvación
de los estados-nación (tampoco las produje- e ideas decimonónicas de la educación como
ron dentro del estado colonial). Sin embargo, el envés de la ignorancia. Lame se consideró

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estas experiencias y sus voces fragmentadas han a sí mismo y fue visto como un padre, un
señalado constantemente la persistencia de mariscal, un general, un apóstol, un lobo
relaciones de poder articuladas en torno a je- montés y “el hijo de un árbol y una piedra”,
rarquías sociales, raciales y de conocimiento y una especie de Mohán con capacidad de co-
relaciones geopolíticas de desigualdad y explo- municación con los ancestros que, según los
tación que han situado a los indígenas en la pijaos del sur del Tolima, habitan en el fon-
posición tanto de víctimas y culpables de su do de las piedras y las cordilleras y aparecen
“inferioridad” y su propia “barbarie”. en los manantiales rocosos y en los ríos. A
Lame se le ofrendaron jóvenes vírgenes para
Si Lame pudo ser “como un padre” ó, como ¨reproducir la raza indígena” y se le hicieron
dijo de sí mismo, fue “un padre de la huma- numerosos convites; también se le enfrenta-
nidad” esta función paterna tiene una doble ron otros indígenas que consideraban la reli-
connotación en el plano social e histórico: gión católica el peor lastre y que, por lo tan-

13
to, no podían compartir su fervor religioso bo de terreno o “encierro” dentro de la ha-
ni su anticomunismo. De Lame se mofaron cienda. Mientras los indígenas de las parcia-
vecinos y conciudadanos, políticos e intelec- lidades usufructuaban derechos a la tierra
tuales con palabras como “el Pancho Villa de dentro de los resguardos o áreas de propie-
Tierradentro”, “el bullanguero”, “general sin dad colectiva, los terrazgueros se habían des-
charreteras”, “el moña”. Esos legados de amor vinculado de sus comunidades originales,
y odio, confrontación, disidencia y heroís- habían perdido sus tierras y estaban sujetos
mo son los que tenemos hoy. al régimen laboral de la hacienda. Desde
mediados del siglo XVI, la Corona Española
2. Hechos vitales había cedido y titulado tierras de propiedad
colectiva o resguardos a nombre de las co-
Manuel Quintín Lame nació el 31 de Octu- munidades conquistadas de indios en dife-
bre de 1883 en el sitio El Borbollón en la rentes lugares del Virreinato de la Nueva
Hacienda Polindara (Cauca), la cual distaba Granada. De esta forma, se había asegurado
cincuenta kilómetros de Popayán yendo ha- un recurso tributario y había sentado las ba-
cia el occidente. En 1894, la Hacienda ses de su proyecto tendiente a la cristianiza-
Polindara pasó a ser parte de la Hacienda San ción de la población aborigen. Con el peso
Isidro, cuyo dueño era Ignacio Muñoz de una carga tributaria considerable, desde
Márquez. Los padres de Quintín Lame fue- el siglo XVIII, los indios de las parcialidades
ron Mariano Lame y Dolores Chantre. El del Cauca se habían enfrentado a procesos
abuelo de Mariano Lame, Jacobo Estrella forzados de expropiación y lanzamiento,
Cayapú, era oriundo de Lame, Tierradentro arrendamiento o venta ilegal de lotes cuyo
y pertenecía al grupo étnico nasa. Jacobo Es- objetivo fue lograr la división de los resguar-
trella había dejado su comunidad por con- dos. Esto trajo como consecuencia el aumen-
flictos con el gobernador del cabildo y se ha- to de la población indígena desposeída de sus
bía ubicado en Silvia, lugar donde adoptó el tierras y forzada al terraje. En 1832, la legis-
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apellido Lame. Allí nació Ángel Mariano, lación indígena de la república estableció una
quien luego emigró hacia la Hacienda serie de disposiciones legales que regulaban
Polindara, lugar donde más adelante nació la división, repartimiento y liquidación de los
Mariano Lame, padre de Quintín. Dolores resguardos y que incluían medidas tendien-
Chantre era de una familia que se había asen- tes a la reducción a la vida civil de las comu-
tado hace tiempo en la Hacienda San Isidro nidades indígenas. Este proceso estuvo mar-
y tenía lazos con el grupo étnico guambiano. cado por conflictos y con la Ley 89 de 1890,
una ley proteccionista, el gobierno de la Res-
Mariano y Dolores eran indios terrazgueros, tauración buscaba reglamentar la existencia
es decir, hacían parte de una población flo- de los resguardos de indígenas y el funciona-
tante y numerosa de indios sin tierra forza- miento de los cabildos indígenas. La Ley 89
dos a pagarle terraje o servicio laboral al ha- fue concebida como una ley transitoria que
cendado a cambio de la utilización de un glo- regiría mientras se reducían a la vida civil

14
todas las comunidades indígenas. Es decir, titucionales subsiguientes aceptaban el prin-
protegía los derechos colectivos de las comu- cipio de igualdad de los hombres, éstas ex-
nidades indígenas mientras promovía su asi- cluían de derechos de representación social y
milación final a la nación. Dentro de estas política a todos aquellos varones que no po-
circunstancias, no es sorprendente que el seían renta o patrimonio, eran iletrados y se
número de familias de terrajeros indígenas desempeñaban como sirvientes domésticos,
creciera, como fue el caso de los padres y jornaleros y peones. Desde 1906, Lame em-
abuelos de Quintín Lame. pezó cuestionar este legado esclavista y racis-
ta a través de sus memoriales a diferentes au-
En 1896, los Lame compraron un lote de toridades; allí se refería a la exclusión social,
terreno de 80 fanegadas en el sitio al odio racial, y a la discriminación y explo-
Pichinguará, el cual estaba ubicado a dos le- tación a la que estaban sujetos los indios por
guas de El Borbollón. En 1899, le cambia- parte de los blancos.
ron el nombre al terreno de Pichinguará a
San Alfonso, en homenaje al patrono de la El final del siglo XIX en Colombia estuvo
comunidad de Padres Redentoristas, misio- marcado por el cambio en la predominancia
neros que se habían asentado hacía poco económica de las regiones. En el contexto de
tiempo en la zona. Quintín Lame creció en- la disolución del Gran Cauca, Popayán se vio
tre El Borbollón y San Alfonso. Allí pasó su opacada por la expansión económica de las
infancia y parte de su adolescencia junto con haciendas cañeras de la zona de Cali, las acti-
sus hermanos Aniceto, Ignacio, Escolástica, vidades cafeteras en Antioquia y la minería
Licenia, Gregorio Nacianceno y Feliciano. en el Chocó. Luego del colapso del mercado
Estos años estuvieron marcados por diferen- de la palma chinchona y la quina, así como
tes acontecimientos. El Gran Cauca, con su la caída de las exportaciones del tabaco (1878-
economía extractiva basada en la minería del 1882), el café le había dado impulso a la eco-
oro y una red de haciendas que producían nomía exportadora del país. Pero la crisis en
suministros agrícolas a las minas o pasturas el mercado de 1896 había generado desem-
para ganado, había sido el epicentro de las pleo, descontento e inestabilidad en las re-
guerras civiles entre liberales y conservadores giones productoras. Las élites exportadoras
desde 1830 hasta 1870. Las confrontaciones veían con reticencia las políticas de control
armadas entre grupos políticos alineados en fiscal, centralismo estatal y ajuste económico
dos bandos habían producido una polariza- promovidas por el gobierno de la Regenera-
ción de las comunidades campesinas e indí- ción y sancionadas por la Constitución de

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genas. Las guerrillas indígenas que apoyaban 1886. En 1899, los liberales iniciaron una
al partido liberal, conocidas como “los rebelión contra el gobierno conservador de
montoneros”, tenían sus propios caudillos.
Lo mismo sucedía con las comunidades y
familias indígenas alineadas en torno al par-
tido conservador y a la Iglesia, como fue el
caso de la familia Lame. El Gran Cauca, par-
ticularmente en la zona de su capital, era una
región esclavista, racista y señorial en la que
la violencia socio-racial había sido particu-
larmente aguda. Si bien por ley desde 1852
todos los esclavos de la Nueva Granada ha-
bían sido puestos en libertad y las cartas cons-

15
Manuel Antonio Sanclemente, la cual llevó solicitud de “encierro” al patrón para insta-
a la conocida Guerra de Los Mil Días. Ésta larse junto con su esposa y su pequeña hija
terminó en 1903 con la derrota de los libera- Lucinda. También empezó a negociar con
les y la pérdida del istmo de Panamá. ganado y caballos. Sin embargo, su esposa
murió en 1906 al dar a luz al segundo hijo;
Estos hechos tuvieron una influencia decisi- tiempo más tarde murió su hija Lucinda.
va en la vida de Quintín Lame. En noviem- Estos hechos coincidieron con los primeros
bre de 1899, un grupo de guerrilleros libera- pronunciamientos de Lame en contra del
les atacó a su familia en San Alfonso y pago del terraje y sus denuncias respecto a
Feliciano, el hermano menor de Quintín, fue las arbitrariedades de los mayordomos y va-
asesinado a machetazos. En enero de 1901, queros contra los indios. Desde 1904, los
la tercera compañía del Medio Batallón hacendados de los alrededores de Popayán
Puracé del ejército del Cauca al mando del habían impuesto una serie de restricciones a
general conservador Carlos Albán reclutó, los terrazgueros como la reducción del “en-
entre otros, a Quintín Lame, quien con el cierro”, la prohibición de sembrar rozas en
rango de ordenanza fue trasladado a Pana- montes apartados y la obligación de colocar
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má. Según lo relata Lame, el general Albán cercos. Dichas prohibiciones coincidían con
(quien murió en Panamá en 1902) le dio lec- la política de modernización de la produc-
ciones de escritura, legislación e historia. En ción en las haciendas y ampliación de zonas
Panamá, Lame fue testigo de la actividad de de pastos para la ganadería.
las fuerzas indígenas del capitán Lorenzo.
Durante una licencia de su servicio militar, El movimiento de resistencia acaudillado por
regresó a San Isidro para contraer matrimo- Quintín Lame en el Cauca se conoce como
nio con Benilda León. Lame alcanzó a des- “La Quintinada” (1910-1921). En 1910,
empeñarse como soldado en labores de con- Lame fue elegido jefe, representante y defen-
trol y patrullaje militar en el Cauca hasta el sor general de numerosos cabildos indígenas
final de la guerra, en 1903. En esta época re- del Cauca. Así empezó la organización de un
gresó a la Hacienda San Isidro y le hizo una movimiento contra el pago del terraje y en

16
defensa del resguardo y del cabildo. En 1911, y cohetones. En su discurso, Lame sostenía
Lame contrajo nupcias con Pioquinta León, que la independencia había sido una traición
quien se convirtió en su compañera insepa- al principio de libertad porque las tierras de
rable de lucha. Con ella tuvo tres hijos: los indios nunca les han sido devueltas.
Hermelinda, Angelina y Roberto. Durante
este año empezó a estudiar el Código Civil y En 1914, Lame se desplazó a Bogotá. En sus
un libro titulado “El Abogado en Casa” de memoriales dirigidos al Ministro de Gobier-
Lisímaco Palau. También se asesoró con el no, a la Corte Suprema Justicia y al Procura-
abogado Francisco de Paula Pérez en sus la- dor, así como en entrevistas con el presiden-
bores de búsqueda de los títulos coloniales te José Vicente Concha y los Ministros de
de los resguardos. En 1912, Lame se convir- Relaciones Exteriores y Guerra, intentó ob-
tió en el jefe, representante y defensor gene- tener reconocimiento político y legal como
ral de los cabildos indígenas de Colombia. representante y defensor de las comunidades
Para esta época contaba con un grupo de “se- indígenas. Además de su agenda de lucha en
cretarios” quienes escribían en castellano pan- contra del pago del terraje y la defensa del
fletos, memoriales, cartas y declaraciones. A resguardo y cabildo, surgió la idea de crear
ellos se sumaba el grupo de mujeres llamadas una “republica chiquita” de indios. Para en-
“las señoras”. La red de colaboradores de tonces, la preocupación de las autoridades
Lame incluyó, entre otros, a Gonzalo Sánchez locales y regionales por las entrevistas de Lame
(Totoró), a Jacinto Calambás (Coconuco), en Bogotá, la atención de la prensa, por el
Julio Niquinás, Marcelino Ule y Rosalino movimiento de resistencia mismo y las acti-
Yajimbo (Tierradentro), así como a Eutiquio vidades de recuperación de los títulos colo-
Timoté del sur del Tolima y a Patrocinio Pérez niales de los resguardos, creció. Los periódi-
del Huila. Sus colaboradores cercanos en cos de Popayán concentraron su atención en
Puracé y San Isidro fueron sus hermanos Lame y, junto con autoridades locales y mi-
Gregorio Nacianceno e Ignacio así como su sioneros, propagaron una campaña de terror
esposa Pioquinta. Para 1913, las correrías de por un posible levantamiento indígena. En
Lame tenían lugar por toda la zona de enero de 1915, Lame, uno de sus hermanos
Tierradentro en el Cauca, parte de Nariño, y varios de sus edecanes fueron apresados
Valle, Neiva y del sur del Tolima. Allí “con- durante la toma pacífica de Belalcázar y acu-
ferenciaba” con las comunidades indígenas a sados del delito de rebelión contra el gobier-
través de “mingas adoctrinadoras” en las que no. Desde allí fueron trasladados a las cárce-
defendía los derechos de los indios a la tierra les de Silvia y Caloto, donde se les siguieron

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de sus ancestros. Con Lame a la cabeza, el diferentes procesos por rebelión e incendio.
grupo de secretarios, señoras y seguidores Estos procesos judiciales fueron suspendidos
entraba a los pueblos en medio de chirimías meses después por falta de pruebas. En Hui-

17
la, Patrocinio Pérez, secretario general de las des culparon a Lame de los hechos y con la
parcialidades indígenas de esta zona, también ayuda de Pío Collo, líder indígena de
fue detenido. Durante esta época, Lame di- Tierradentro quien no seguía las orientacio-
rigió memoriales al Congreso de la Repúbli- nes de Quintín, iniciaron su persecución. En
ca y a la Cámara de Representantes reclaman- esta época Pioquinta, la esposa de Lame,
do su libertad. murió al dar a luz a Roberto y fue velada en
El Borbollón.
A principios de 1916, el gobernador del
Cauca Miguel Arroyo Díez le manifestó al Entre tanto, en Popayán, los políticos con-
presidente de la república su preocupación servadores acusaron al sector “republicano”
por las actividades conspirativas de Lame y dirigido por Laurentino Quintana, director
la “guerra de razas” que se estaba preparan- del periódico “Opiniones” (Popayán), de in-
do. En Mayo de 1916, apareció en la plaza citar a Lame a la rebelión. Para entonces Lame
de mercado de Popayán un volante firmado no sólo era prófugo de la justicia sino un ene-
por Lame, en el que criticaba la manipula- migo declarado de Guillermo Valencia, quien
ción de la que eran objeto los indígenas por se preparaba para correr en las elecciones pre-
parte de los políticos de ambos partidos, lla- sidenciales de 1918 contra Marco Fidel
maba al no pago del terraje y reclamaba tie- Suárez. Al parecer, Lame intentó crear una
rra, libertad y el poder para los indígenas. La coalición con el Partido Liberal y en contra
disyuntiva era entre la lucha o el cambio in- de Valencia. En abril de 1917, él y sus segui-
mediato de las leyes adversas a los indígenas. dores se tomaron de nuevo el pueblo de
En junio de 1916, en San Isidro, Lame fue Belalcázar, a través de una minga adoctrina-
apresado de nuevo bajo los delitos de ataque dora que incluía discusiones sobre leyes, co-
a las autoridades, rebelión, engaño con do- mida y música. En mayo, Rosalino Yajimbo
cumentos falsos, asalto a mano armada, robo y otros 35 indígenas comprometidos en esta
y calumnia. De allí fue remitido a Popayán toma pacífica fueron capturados por Pío
pero fue puesto en libertad en septiembre. Collo. Yajimbo murió en la cárcel. El 21 de
En noviembre de este mismo año, durante mayo Lame fue capturado a traición en el
una actividad en Inzá donde participaba sitio El Cofre. Fue golpeado brutalmente y
Lame, hubo una confrontación entre pobla- conducido a Popayán. También cayeron pre-
dores e indígenas que dejó como saldo 7 in- sos Julio Niquinás, un hermano de Lame y
dígenas muertos y 17 heridos. Las autorida- José Gonzalo Sánchez quienes recobraron su
libertad un tiempo después. Lame estuvo
detenido durante cuatro años a la espera de
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audiencia pública. Durante este tiempo


Sánchez, Ignacio Lame y otros colaborado-
res siguieron activos. En agosto de 1919, le
dirigieron un memorial al presidente de la
república, Marco Fidel Suárez, en el cual se
referían a la creación oficial del “Comité o
Junta Indígena de Colombia”. Desde la cár-
cel, Lame le dio poder a Sánchez como re-
presentante general de los indígenas. Sánchez
se había desplazado al sur del Tolima para
proseguir la lucha y se había instalado en el
resguardo indígena de Guaipá. El 18 de Ju-

18
nio de 1920, en un memorial dirigido al pre-
sidente, Sánchez se refirió a la formación del
“Supremo Consejo de Indias” creado para
amparar y defender en todas su partes los
derechos y propiedades territoriales de los
indígenas. El memorial estaba respaldado por
1.500 firmas. En abril de 1921 se dio inicio
al juicio contra Lame, quien asumió su pro-
pia defensa. Logró quedar libre de los cargos
de hurto, asonada y violencia el 23 de Agos-
to. Dejó el Cauca y desde entonces se asentó
en el sur del Tolima.
cesidad de acceder a un cargo representativo
El movimiento social indígena que Lame en el Congreso. Estas demandas estaban ar-
lideró en el sur del Tolima se conoce como el ticuladas con una reflexión sobre lo que lla-
“Lamismo” (1922-1967). En enero de 1922, maron la “prehistoria” e “historia” de los in-
en una entrevista para el periódico de circu- dígenas.
lación nacional “El Espectador”, Lame de-
claró que el derecho de los indígenas a la tie- En Julio de 1925, durante el Segundo Con-
rra era anterior a toda la legislación de Co- greso Obrero promovido por el Partido So-
lombia y que no cejaría en su lucha por la cialista, se creó la “Confederación Obrera
recuperación de los resguardos en el sur del Nacional”. Su presidente electo fue Ignacio
Tolima. En el lugar conocido como Torres Giraldo y su primer vicepresidente
Llanogrande, en la fracción de Loaní-Toi en Quintín Lame. Durante el Tercer Congreso
Ortega (Tolima), fundó el pueblo San José Obrero Lame no estuvo presente por encon-
de Indias. Allí convocó a una minga para le- trarse preso en Ortega. A sus problemas con
vantar las primeras viviendas con varias fa- los “propietarios” o hacendados, se habían
milias del extinto resguardo de Ortega y sumado los conflictos con algunos de los ad-
Chaparral. Durante este período, Lame se ministradores indígenas de Chaparral y Or-
enfrentó a las continuas represalias de los tega. En 1927, la masacre indígena en el ca-
hacendados locales y fue puesto en prisión serío de Castilletes en la Guajira por parte
varias veces. En el sur del Tolima, la extin- del ejército, motivó una declaración oficial
ción de resguardos se había iniciado en las de las mujeres indígenas de Colombia. “El

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primeras décadas del siglo XIX. Las autori- Derecho de la Mujer Indígena” apareció en
dades locales y regionales declaraban que no mayo de 1927 como publicación N° 1 del
existían indios sino personas ya reducidas a Movimiento Indígena de Mujeres. Fue im-
la vida civil; por esta razón no se podía apli- preso en Girardot (Cundinamarca) y aunque
car el régimen especial de la Ley 89 de 1890. era de autoría colectiva, su inspiración y di-
En esta época, Lame conoció a Saturia Bonilla rección estuvo a cargo de Lame. En 1928, el
en Neiva, quien se convirtió en su nueva es- gobierno de Miguel Abadía Méndez declaró
posa. Con ella tuvo a José Manuel y a ilegal al Partido Socialista y la represión se
Mariflor. En 1924, Lame y Sánchez obtuvie- acentuó en las zonas donde operaba. Este
ron un poder público y general legalizado en mismo año fue disuelto el resguardo de
notaría para representar a los indígenas ante Guaipá donde vivía José Gonzalo Sánchez.
las autoridades gubernamentales y judiciales. En 1930, se fundó el Partido Comunista.
En esta época empezaron a referirse a la ne- Eutiquio Timoté fue elegido como candida-

19
separó de “obreros, socialistas, comunistas,
unidistas y trabajadores.” Durante este pe-
ríodo se dio su rompimiento con Timoté y
Sánchez, quienes habían sido miembros fun-
dadores del Partido Comunista. Timoté y
Sánchez prosiguieron con su trabajo de pro-
moción de Ligas Agrarias en el área de
Coyaima. Sánchez viajó posteriormente a
Rusia. Esta fue la división entre los “Comu-
nes” o comunistas y “Lamistas”. Para Lame
el comunismo y la fe católica eran irreconci-
liables. Además, consideraba que la “causa
indígena” se había visto opacada por la polí-
tica comunista de crear un frente unido de
lucha entre los trabajadores, sin distinción de
las demandas culturales de los indígenas.

En 1935, en medio de persecuciones por


parte de las autoridades locales y hacenda-
dos, Lame se estableció en Altosano cerca de
Ortega; luego se trasladó al barrio La Vega
en la ciudad de Ortega. Durante este tiempo
se dieron continuas luchas legales, pleitos y
to a la presidencia por parte del Partido Co- juicios de lanzamiento de indígenas de los
munista para las elecciones de 1934. terrenos anteriormente adscritos a resguar-
dos; asimismo, se implementó una política
En 1931, en época de elecciones regionales regional agresiva de expropiación de tierras.
para asambleas departamentales y concejos Sin embargo, en 1938, una asamblea general
municipales, San José de Indias fue asaltado de indígenas declaró formalmente
por un grupo de liberales. Este hecho dejó reconstituido el Gran Resguardo de Ortega
un saldo de 6 muertos indígenas y 49 heri- y Chaparral; se realizaron las elecciones de
dos. El asalto tuvo lugar en medio del cam- gobernador y cabildo y se dio inicio al censo
bio de la hegemonía conservadora al gobier- de la comunidad, el cual incluyó 26 fraccio-
no liberal de Enrique Olaya Herrera. En el nes indígenas. Lame fue elegido gobernador.
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sur del Tolima este cambio marcó el inicio El cabildo, compuesto por doce miembros,
de un período de represión abierta por parte se convirtió en el propulsor de la lucha por la
de los hacendados, autoridades y fuerzas Ley 89 de 1890 y la causa indigenista. Con
paramilitares contra los Lamistas, socialistas el inicio del censo y el Libro Padrón de la
y los comunistas. Lame, junto con otros com- comunidad de Ortega y Chaparral, Lame y
pañeros, fue puesto en prisión durante va- sus seguidores esperaban cumplir con los re-
rios meses aunque sus actividades quisitos legales establecidos para protocolizar
organizativas no decrecieron. En 1934, en un la formación del resguardo. En 1939, Lame
memorial dirigido al Ministro de Industrias, terminó de dictarle su tratado “Los pensamien-
Lame formalizó la creación del “Sindicato tos del indio que se educó dentro de las selvas
Nacional de Indígenas”, el cuál cobijó a los colombianas” a su secretario Florentino Mo-
resguardos de Ortega y Chaparral. En él se reno. Entre 1940 y 1941, Lame y sus colabo-

20
radores continuaron su labor jurídica de es- la situación de la tenencia de la tierra en el
critura de memoriales a las autoridades. En sur del Tolima, Gregorio Hernández de Alba
1942, Lame fue invitado a dictar unas con- logró entrevistar a Quintín Lame. En 1963,
ferencias en el recién formado Instituto Lame produjo un nuevo manuscrito titula-
Etnológico Nacional en Bogotá. En este mis- do “La Bola que rodó en el desierto”. En 1965,
mo año, Diego Castrillón Arboleda publicó Lame y Saturia se separaron. En 1967, Lame
la novela de corte costumbrista “José Tombé”, continuaba enviando memoriales a los Mi-
en la que recreó la vida y lucha de los indíge- nisterios. El 7 de Octubre de 1967 murió en
nas caucanos basado en la figura de Manuel La Vega, Ortega. Un pequeño grupo de ami-
Quintín Lame. gos y colaboradores lo enterraron en el ce-
menterio indígena de Monserrate, localiza-
En 1943, el Ministerio de Economía realizó do en una pequeña colina en las inmediacio-
una investigación exhaustiva de la condición nes de la serranía Los Avechuchos. En 1970,
jurídica de la Gran Comunidad de Indíge- Gonzalo Castillo Cárdenas participó en el
nas de Ortega y Chaparral, en la que se in- peregrinaje a la tumba de Lame. Abel Tique,
tentó clarificar la situación de los títulos co- presidente del cabildo, quien sostenía una
loniales, las leyes de extinción, los juicios de vara de mando, le explicó que iban a rendir
tierras y los pleitos pendientes. Este mismo homenaje al General Lame y a la causa
año, Juan Friede, quien era parte del Institu- indigenista. Gabriel Yaima, uno de los miem-
to Etnológico Nacional, se desplazó a Orte- bros del cabildo, leyó varias páginas llenas de
ga por invitación de Lame. Entre 1946 y 1953 metáforas e imágenes poéticas, combinadas
Lame y sus colaboradores dirigieron nume- con frases sobre Dios y los derechos de los
rosos memoriales al Ministerio de Economía indígenas. Estos eran los manuscritos de
y al Procurador de Tierras. Sin embargo, des- Lame que fueron publicados en 1971. En
de 1945, los efectos de La Violencia se sin- 1973, siguiendo la agenda de lucha de Lame,
tieron en todas las comunidades de la zona. nació el Consejo Regional Indígena del
En 1950, solo 9 familias se registraron en el Cauca. En 1975, los indígenas del sur del
Libro Padrón. En 1958, en desarrollo de una Tolima revivieron simbólicamente “La
investigación para la División de Asuntos Quintinada” y fundaron el Consejo Regio-
Indígenas del Ministerio de Gobierno sobre nal Indígena del Tolima.

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21
En la actualidad, el movimiento indígena en tierras. La breve tregua post-constitucional
el Tolima cuenta con varias organizaciones (1990-1997) termina en 1997, cuando se inicia
que operan como instancias políticas y ad- un fuerte incremento de la violencia política que
ministrativas de nucleación de los cabildos. se sostiene hasta el presente.18
Aunque desde la época de las movilizaciones
de los años veinte, los líderes y las comuni- El Tolima aparece como una zona recurrente
dades indígenas han estado sujetos a una vio- de conflicto hasta el día de hoy. Villa y
lencia política profunda, es más conocida y Houghton muestran que la población indí-
se ha podido documentar mejor la violencia gena de los municipios de Coyaima,
política desde finales de la década de los 70. Natagaima y Ortega se ha visto muy afecta-
En su estudio reciente sobre la violencia po- da por acciones militares y paramilitares que
lítica contra los pueblos indígenas en Colom- han dado lugar a uno de los fenómenos de
bia, William Villa y Juan Houghton plan- desplazamiento indígena individual más fuer-
tean lo siguiente: tes del país y al asesinato reiterado de líderes
y autoridades. Las organizaciones indígenas
De 1978 a 1982 son años especialmente graves no han detenido sus actividades de moviliza-
para los pueblos indígenas del Cauca, Tolima, ción y formación de redes de solidaridad para
Caldas y Chocó, como resultado de la aplica- contrarrestar el desplazamiento forzado y la
ción del Estatuto de Seguridad impuesto por el violencia. En un comunicado reciente el
gobierno de Turbay Ayala; las detenciones arbi- Consejo Regional Indígena del Tolima CRIT
trarias y las torturas cubren la mayoría de los hizo un balance de cifras cuyas dimensiones
casos. Entre 1985 y 1986 se amplía a varios pue- son reveladoras: “Los tolimenses con una po-
blos y departamentos la violencia política regis- blación de un millón 400 mil personas, cuen-
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trada; los Dujos, Emberá, Emberá-Katío, Pijaos tan con una línea de pobreza del 66.4%,
y Nasa, son los afectados. 1987 y 1988 repre- miseria en el sector rural de un 26.7%, indi-
sentan un salto relevante en la intensidad de la gencia de un 33%, tasa de desempleo del
violencia, aunque se mantienen los mismos pue- 27.3%; en desplazamiento somos el cuarto
blos y departamentos, aparece por primera vez departamento expulsor, 38 líderes indígenas
el Amazonas. (…) La constante es el uso de la han sido asesinados, más de 400 familias han
violencia por parte de los grandes terratenien- tenido que abandonar sus tierras ancestrales,
tes, de narcotraficantes y en algunos casos por en lo que va del 2003 al 2004, 243 casos de
parte de colonos medianos, de grupos armados violaciones de los derechos humanos han sido
que se constituyen en precursores de los cometidas por grupos paramilitares. En sus
paramilitares de los años noventa o directamen- 47 municipios, en una extensión de 23.562
te de la policía para resolver los conflictos de km2, la presencia de grupos armados como

22
las FARC es de un 30%, un 29% de las AUC, de la población de Colombia) y que ocupan
el 5% del ELN y un 3% del ERP”.19 el 28% del territorio nacional, son los luga-
res donde se define el rumbo actual de la
3. Sobre violencias guerra en Colombia.22 Durante la última
década, los indígenas han sido carne de ca-
Con motivo del reciente aniversario de los ñón de la guerrilla y los paramilitares porque
513 años de la conquista europea de las Amé- la mayoría de resguardos están ubicados en
ricas, los grupos indígenas de Colombia se regiones estratégicas cuyos recursos tienen un
declararon en una asamblea permanente e alto interés económico y una oferta ambien-
impulsaron marchas pacíficas por las calles y tal de gran calidad (agua, bosques, recursos
las carreteras del país; éstas culminaron el 12 minerales); de allí que sean verdaderos “bo-
de Octubre en la plaza de Bolívar de Bogotá tines de guerra”. Por ser resguardos, estos te-
y en varias de las plazas públicas de las ciuda- rritorios están bajo la jurisdicción de las au-
des más importantes de Colombia. Los mar- toridades indígenas un derecho que les fue
chantes se aglutinaron en torno al “Mandato ratificado y garantizado por la Constitución
por la dignidad, la protección y la autono- Política de 1991 (la Ley 89 de 1890 es el an-
mía de los pueblos indígenas ¨ y las “Mingas tecedente legal más importante).
por la paz¨.20 Esta movilización indígena,
quizás la más importante de la última déca- La política de “Defensa y seguridad demo-
da, tuvo entre sus objetivos más destacados: crática” del actual gobierno de Álvaro Uribe
(1) denunciar la situación de crisis humani- Vélez (2002-2006) ha impulsado una serie
taria y vulneración de derechos de los pue- de acciones encaminadas a lo siguiente: 1) la
blos indígenas, (2) darle visibilidad nacional consolidacion del control estatal del territo-
e internacional al hecho de que la guerra irre- rio; 2) la protección de la población; 3) la
gular de Colombia tiene como campos de eliminación del comercio de drogas ilícitas;
batalla los territorios de los pueblos indíge- 4) el mantenimiento de una capacidad
nas y, (3) rechazar la firma del Tratado de disuasiva mediante la protección de las fron-
Libre Comercio -TLC. La proclama de las teras terrestres, marítimas y fluviales, y 5) la
comunidades indígenas del Tolima decía: eficiencia, transparencia y rendición de cuen-
“vamos a juntarnos, a hacer convite y salir a tas.23 Estos objetivos han estimulado la re-
decirle al país y al mundo que los pijaos exis- forma constitucional (algunos la llaman con-
timos, tenemos un proyecto cultural, social tra-reforma a la Constitución de 1991) así
y político y exigimos el respeto por nuestros como la implementación de políticas de se-

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derechos”.21 guridad y ajuste fiscal que incluyen: el Esta-
tuto antiterrorista y la desmovilización de
Analistas y periodistas han coincidido en afir- paramilitares a través de la Ley de Justicia y
mar que los 710 resguardos donde viven casi Paz, la Ley de ordenamiento territorial, Aguas
750 mil indígenas (aproximadamente un 2% y Ley Forestal. La política de Seguridad De-

23
mocrática está en armonía con el “Plan Pa- Estado y de las autoridades legítimas sobre
triota”, una estrategia militar elaborada con- todo el territorio nacional tal como lo ampa-
juntamente por las administraciones de Co- ra la Constitución”.24 Dado que los indíge-
lombia y Estados Unidos, destinada a derro- nas no están dispuestos a ser parte de las re-
tar militarmente a las FARC, obligandolas a des de informantes, ni que se han acogido a
desplazarse hacia la frontera sur del pais. El ningún esquema que los pueda convertir en
Plan se concibe como el instrumento efecti- una fuerza contrainsurgente del Estado, es-
vo para consolidar el control estatal del terri- tán expuestos a dos tipos de situaciones: (1)
torio. Dicho plan ha impulsado la creación son objetivo de guerra por parte de los acto-
de un sistema de red de informantes, res armados y (2) son objeto de captura ma-
alternatividad penal, recompensas, retencio- siva por parte del Estado. En diferentes zo-
nes masivas de población, establecimiento de nas del país, grupos de indígenas han sido
batallones de alta montaña, interdicción de capturados bajo la sindicación del “delito de
comunicaciones y la movilización de solda- rebelión”. La detención de autoridades tra-
dos campesinos. dicionales y líderes indígenas ha estado acom-
pañada por el desconocimiento de su legiti-
midad como representantes e interlocutores
válidos del Estado con funciones de gestión,
justicia y administración sancionadas por la
Constitución de Colombia.

Aunque Villa y Houghton plantean que la


intensificación de la violencia contra los pue-
blos indígenas en los últimos años no difiere
de las tendencias generales de la violencia
contra las poblaciones campesinas, los líde-
res de base sindical o gremial, las organiza-
ciones de derechos humanos y pobladores de
centros urbanos en Colombia, los impactos
El gobierno ha sido explícito en afirmar que que reciben debido a sus particularidades
en Colombia no existe un conflicto armado demográficas y culturales y los tipos de res-
sino una amenaza terrorista a una democra- puesta y resistencia que desarrollan son bas-
cia que se encuentra en proceso de tante importantes; yo añadiría que son sig-
profundización. De allí que los reclamos de nificativos en términos históricos y políticos.
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neutralidad de los indígenas frente al con- Si bien hay variabilidad en los impactos de la
flicto armado y su rechazo a tener estaciones guerra dentro de los mismos pueblos indíge-
de policía en zonas bajo el ataque continuo nas, es necesario señalar que dicho impacto
de guerrilleros y paramilitares (como en el sobresale cuando se “observan los homicidios
caso de Toribío, Cauca) constituyan un ver- políticos, los cuales en el período de 2000-
dadero bache para el gobierno. Recientemen- 2004 llegan a una tasa que es tres veces la
te, el general Hernando Pérez, comandante nacional, que ya de por sí es una de las más
de la Tercera Brigada del Ejército, declaró lo altas del mundo. Igualmente de los 92 pue-
siguiente: ¨Lo ideal para sacar adelante la blos que se distribuyen en la geografía nacio-
política de seguridad democrática sería que nal, los reportes señalan que 37 de ellos son
las comunidades indígenas publicaran una afectados por el homicidio político y 21 de
resolución reconociendo el monopolio del ellos presentan una tasa superior a la nacio-

24
nal”.25 Por estas razones, Villa y Houghton
concluyen: “El análisis de la violencia políti-
ca contra los pueblos indígenas permite con-
cluir que ésta es un elemento estructural, pero
que también ha sido estructurante de la rela-
ción con la sociedad mayoritaria y dominan-
te. La memoria de los pueblos indígenas está
llena de hechos violentos de resistencia a los
mismos, que abarcan los cinco siglos que co-
rren desde la colonización y conquista con el
consecuente despojo territorial, la imposición
política y la integración cultural”.26 Desde
1492, el genocidio cultural (etnocidio) ha
marcado el devenir histórico de los 92 pue-
blos indígenas que viven en Colombia. Casi dial globalizado por Estados Unidos. Por
la mitad de estos pueblos se encuentra en si- ejemplo, ha sido un espacio geopolítico para
tuaciones de riesgo de desaparición física o el establecimiento de bases militares norte-
étnica y la gran mayoría están refugiados en americanas de radar.27
zonas de baja capacidad agroproductiva, pa-
deciendo problemas de hambre y desnutri- La constante histórica de la relación entre
ción. Varias organizaciones y grupos indíge- movimientos indígenas-Estado-gobierno ha
nas manifestaron recientemente: ¨Los indí- sido más bien de discrepancia y conflicto, lo
genas no nos entregamos; seguiremos en la que no obsta para la existencia de experien-
resistencia¨. Este es un planteamiento cuyo cias de coalición coyunturales y de procesos
significado amerita una reflexión seria. de articulación importantes Estado-gobier-
no-comunidades como los que se dieron en-
4. Epílogo: sobre la democracia y tre 1988 y 1995 y que condujeron a un he-
lo político cho de gran trascendencia jurídica y política
en Colombia: la Asamblea Constituyente de
Las acciones políticas, económicas y milita- 1991. Sin embargo, el evento histórico y
res del gobierno de Uribe en Colombia han traumático de la conquista europea de las
estado claramente amparadas por la doctrina Américas, la cual -como es ampliamente sa-
del humanismo militar y la idea que éste cons- bido- produjo la aniquilación y el despojo

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tituye en la base de “la profundización de la territorial de muchos pueblos aborígenes así
democracia”. De allí se deriva la política mi- como la asimilación forzada de los sobrevi-
litar de emprender guerras preventivas (en vientes dentro de prácticas marcadas por la
este caso internas) para garantizar la “seguri- violencia, sugiere la presencia de un impasse
dad democrática”. Mientras se instaura esta político y simbólico profundo en el proceso
ideología, se promueven acciones jurídicas de constitución del Estado moderno y de con-
autoritarias y verticales cuyo objetivo es alla- solidación del principio de soberanía nacio-
nar el camino hacia la monopolización de nal. De otra parte, la coexistencia entre un
recursos naturales estratégicos por parte del principio de unidad territorial y política y las
Estado y la celebración de acuerdos comer- demandas de autonomía territorial o políti-
ciales con corporaciones multinacionales. En ca de poblaciones indígenas es problemática.
este sentido, Colombia está plenamente ar- Los pueblos indígenas han imaginado y han
ticulado al nuevo sistema hegemónico mun- luchado por agendas insurgentes que van des-

25
de proyectos de contra-conquista, dentro de debatido bastante en torno al hecho de que
los cuales el logro de una liberación territo- los fueros otorgados por la corona española a
rial fue fundamental (caso de las rebeliones las poblaciones conquistadas en el Nuevo
de los Andes en el siglo XVII), el Mundo, les abrió a estas últimas posibilida-
reestablecimiento de sistemas tradicionales y des de lograr el ejercicio de una autonomía
consuetudinarios de poder y autoridad (re- territorial y de gobierno relativa (a través de
beliones en las tierras bajas), rebeliones con- los resguardos y los cabildos de indios), mien-
tra la imposición de trabajo forzado a través tras que las políticas decimonónicas,
de la servidumbre, la guerra justa y la esclavi- positivistas y liberales, intentaron desmon-
tud (Andes y Amazonia), rebeliones de ca- tar dichos fueros imponiendo un régimen de
rácter mesiánico y milenarista (Amazonas y propiedad privada y derechos individuales
Andes), hasta las luchas por una articulación dentro de sus agendas modernizadoras. El
equitativa a los estados modernos liberales en desmonte de los resguardos y cabildos no fue
calidad de sujetos plenos de derecho (Andes, exitoso y surgieron oximorones jurídicos
caso de Lame). En la mayoría de los casos, como la Ley 89 de 1890; de allí que sea tan
estas rebeliones y movimientos no han sido importante examinar el rol de las resistencias
exitosos en el sentido de producir cambios indígenas.
estructurales políticos y sociales, aunque han
llegado a tener impactos políticos en el mar- La tensión entre derechos individuales y de-
co de procesos regionales o locales concre- rechos colectivos ha marcado la historia con-
tos. temporánea de Colombia. El asunto de la
soberanía nacional ha estado circunscrito a
Quizás uno de los problemas interpretativos la esfera del poder doméstico del Estado y a
más serios en la historiografía moderna (de la manera cómo éste se concibe y maneja la
marcada influencia liberal y marxista) es el diferencia al nivel interno. Aunque Colom-
que se deriva de un hecho histórico: durante bia, al igual que otros países como México,
las luchas de los criollos por la independen- Guatemala, Nicaragua y Brasil cuenta en la
cia en el siglo XIX las comunidades del sur actualidad con un cuerpo de disposiciones
occidente andino se alinearon con las tropas jurídicas y políticas de avanzada respecto a
realistas. Esto sin añadir el hecho de que mu- los grupos étnicos, la autodeterminación no
chas defendieron la religión católica y desa- ha sido una realidad política. Asimismo, la
rrollaron cultos a la figura de Jesús. Se ha inclusión de los indígenas dentro del sistema
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26
liberal de derechos no ha sido plena, tal como practicar sus posibilidades de sujetos políti-
lo indican los casos persistentes de discrimi- cos participantes y deliberativos. En mi opi-
nación, persecución y denegación de ampa- nión, la historia de estas luchas indígenas y
ro legal que siguen padeciendo los pueblos el legado de violencias superpuestas que se
indígenas. Los planteamientos de un Estado mantiene como un problema sintomático de
dentro del Estado o la implementación de la relación entre pueblos indígenas y estado,
una federación política descentralizada han nos lleva más bien a reflexionar sobre los lí-
sido construidos como malignos para el cuer- mites de la noción liberal del sujeto de dere-
po político de la nación en el caso de las de- cho y el proyecto moderno de ordenamiento
mandas de los pueblos indígenas; no ha su- jurídico de la vida social. Esto es particular-
cedido lo mismo en el caso de las propuestas mente importante si se mira a través de las
federativas de las élites políticas. De todas experiencias locales de exclusión y violencia
formas, con la excepción de los experimen- derivadas de fenómenos como la
tos federativos del siglo XIX y las demandas deshumanización, la discriminación racial, la
descentralizadoras de sectores políticos libe- denegación del amparo de la ley y la dificul-
rales y progresistas durante el siglo XX, estas tad para responder en el plano (muchas ve-
aspiraciones han sido silenciadas. En cambio, ces ahistórico) de la ley a agravios sociales que
se ha dado una tendencia marcada hacia la se han transformado en injusticias y violen-
centralización administrativa, política y ju- cias estructurales. Estos problemas, sin lugar
dicial del estado que se ha agudizado en la a dudas, cobijan a otras minorías culturales.
última década. La demonización de las pro- En el caso de los pueblos indígenas, estas ex-
puestas de autonomía y soberanía indígena periencias han llevado a la articulación de
jugó un papel ideológico importante en el políticas de la memoria y resistencias insur-
desarrollo de “temores nacionales” respecto gentes.
al radicalismo secesionista (la temida “guerra
de razas” fue un significante importante)
pero, ante todo, respecto a los supuestos pe-
ligros atávicos o incluso degenerativos (en
términos sociales y políticos) que se deriva-
rían del cumplimiento de las demandas in-
dígenas de autonomía y soberanía y la ten-
dencia a la “manipulación” que se considera-
ba un rasgo propio de las poblaciones indí-

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genas.

Un análisis detenido de los procesos políti- Al finalizar la década de los pueblos indíge-
cos indígenas en los valles interandinos de nas instituida por las Naciones Unidas (1994-
Colombia demuestra que las propuestas in- 2004) y luego de las deliberaciones para lle-
dígenas no abogaron por una secesión de su gar a un borrador sobre los derechos de los
devenir político con respecto al Estado sino, pueblos indígenas, se hizo patente que no
por el contrario, tuvieron una intención muy había muchos acuerdos en el ámbito inter-
clara de inclusión dentro del mismo y de re- nacional. Canadá, por ejemplo, desarrolló
conocimiento de derechos colectivos a la tie- una posición de reconocimiento del derecho
rra y a la autonomía. Los indígenas se situa- a la auto-determinación pero se mantuvo re-
ron como un demos activo dentro del Estado ticente a aprobar los derechos colectivos a la
constituido, un demos que buscó ejercer y tierra, mientras que Francia apoyó el reco-

27
nocimiento pleno de los derechos a la tierra constituyen toda una retórica de auto-repre-
de los pueblos indígenas pero cuestionó el sentación. Es una verdad parcial.
problema de la auto-determinación por su
impacto para la unidad nacional.28 Una fac- Las luchas indígenas en Colombia demues-
ción de delegados indígenas en las oficinas tran la vitalidad de la acción política; una
de las Naciones Unidas en Nueva York se acción que, en mi opinión, es a la vez mo-
mantuvo reacia a comprometer logros difí- derna y democrática, aunque como lo diría
cilmente obtenidos por un debilitamiento de Michel Rolph Trouillot, es moderna de un
las negociaciones; por esta razón, entró en modo dispar ó “de otro modo” (otherwise
una acción de ayuno espiritual (o huelga de modern). Estas experiencias constituyen la
Centro Cultural de la Universidad del Tolima

hambre) acompañada de apelaciones al Palais vivencia política moderna de sociedades sin


des Nations en Ginebra. Estas protestas con- tradiciones estatales que han debido nego-
cluyeron cuando la oficina de la Comisión ciar su devenir bajo el dominio de
de los Derechos Humanos acordó recomen- significantes como el Estado y el Capital. La
darle a la Asamblea General el establecimien- resistencia indígena en Colombia emerge a
to de una segunda década internacional de través de procesos más bien antagónicos en-
los Pueblos Indígenas del Mundo. Muchos tre movimiento social y gobierno. Quizás por
pueden entender esta segunda década como esta misma razón se la puede criticar, porque
la reproducción de la maquinaria burocráti- no parece conducir al logro de un modelo
ca de la “diferencia”, la cual ha crecido expo- político o de sociedad viable sino hacia la
nencialmente en la última década, y de los profundización de las contradicciones con-
mecanismos de presión transnacional que temporáneas del capitalismo y, en términos

28
políticos, del Estado como regulador y con- versal del Estado moderno o de la política
tenedor de fronteras y límites. sin fronteras de las identidades posmodernas;
en el primer caso, porque señalan, molesta-
Los pueblos indígenas en Colombia han mente, los límites de la inclusión enfatizando
dinamizado el papel de las ideas y la función la diferencia y lo colectivo; en el segundo,
política del recuerdo en la construcción de porque señalan, molestamente, la identidad
imaginarios y políticas alternativas. Esa es una en la diferencia. Para el humanismo militar
historia por evocar y recontar. Lo político, son un obstáculo. Quizás a esto es a lo que
como lo planteó Sheldon Wolin, ha sido aso- apuntan las autoridades y gentes indígenas
ciado con nociones de pureza y purificación, embera, waunano, kankuamo, arhuaco, nasa
o más precisamente, con procesos de rever- y pijao entre otros, cuando plantean que se-
sión a través de los cuales el estigma de lo guirán en la resistencia. Y aquí, sin lugar a
impuro -políticamente hablando- así como dudas, el ícono de Lame juega el rol de
la etiqueta de pureza se intercambian de significante. La resistencia no es, no puede
modo tal que el paria o el grupo victimizado ser la misma de hace 50 años pero sigue te-
se vuelve inocente mientras que el grupo do- niendo el carácter de ejercicio político obsti-
minante se vuelve impuro.29 Ciertamente, los nado y dinámico del recuerdo.
indígenas han tenido tratos y tráficos en esta
tautología de bordes. Pero pienso que es im- Agradecimientos
portante reflexionar y conversar sobre el
modo en el cual sus acciones han cuestiona- Quisiera agradecer el entusiasmo de Fernan-
do las mismas fronteras que impiden su ac- do Ramírez Díaz y su valiosa colaboración para
ceso a “la experiencia política”. Es impres- la realización de la conferencia “La fiesta de la
cindible tener en cuenta que esto se ha dado guerra: una reflexión desde la antropología
a través de experiencias de desempo- simbólica sobre la violencia en Colombia”, la
deramiento y exclusión que, en algunos ca- cual tuvo lugar en el Aula Múltiple de la Uni-
sos, han generado formas de poder desde versidad del Tolima, el 14 de Julio del 2005,
abajo e interculturalidad. En términos estruc- así como su interés por publicar un dossier
turales, los pueblos indígenas en Colombia sobre Lame en la revista Aquelarre. También
no han tenido mucho poder para definir los quiero agradecerle al profesor Julio César
mecanismos de participación y las premisas Carrión, quien apoyó este proceso y a su con-
de la experiencia política. La negación de su versación estimulante. En la Universidad de
valor social y humano ha jugado un rol defi- Puerto Rico, quiero agradecerle a los profeso-

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nitivo en el establecimiento de bordes y eti- res Jaime Colón y José Rodríguez Vásquez por
quetas políticas y sociales que legitiman su incentivar el diálogo sobre este tema e invitar-
explotación económica, su discriminación y me a compartir ideas en el programa radial
su opresión. De allí que sean una negatividad “El sur también existe”. Alex Betancourt ha
de la aspiración a la comunidad política uni- sido siempre un interlocutor atento y crítico.

29
Notas Arhuacos y “La vida de la civilización” (Bogotá:
Librería y Editorial América Latina, 1978), Lo-
1 Instituto de Investigaciones Históricas “José Ma- renzo Muelas Hurtado, La fuerza de la gente:
ría Arboleda”, Hemeroteca, Popayán, Colombia. Juntando recuerdos sobre la terrajería en
2 Archivo General de la Nación, Sección Repú- Guambía-Colombia, ed. Martha Urdaneta (Bo-
blica, Fondo Ministerio de Gobierno, Sección gotá: Instituto Colombiano de Antropología e
4 varios, Tomo 131, folios 249-254. Bogotá, Co- Historia, 2005).
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trans. Aurelio Major (Bogotá: Alfaguara, 2003). 10 Joan Rappaport and Abelardo Ramos Pacho,
4 Sontag, Ante el dolor, 134. “Una historia colaborativa: retos para el diálogo
indígena-académico,” Historia Crítica Enero-
5 Ver la cartilla reciente del Programa nasa de Edu- junio.29 (2005).
cación Bilingüe e Intercultural: Yamile Nene and
Henry Chocué, “Las Luchas De Quintín Lame,” 11 Terrajeros: trabajadores agrícolas obligados a un
Los Pensamientos Del Indio Que Se Educó sistema de sujeción laboral mediante el “terraje”
Dentro De Las Selvas Colombianas (Popayán: o días de trabajo obligatorio en la hacienda a
Editorial Universidad del Cauca, 2004). Tam- cambio de la habitación y explotación de globos
bién el documental Between framing and de terreno dentro de la misma. Comunero: habi-
recalling: a glimpse of indigenous memories/Entre tante del resguardo o propiedades colectivas de
el encuadre y la rememoración: el lado oblicuo de terreno adjudicadas a los indígenas desde la época
las memorias indígenas (Dirección: Mónica Es- colonial.
pinosa; Edición; Juan Manuel Pagán; CIC- 12 Mónica L. Espinosa Arango, “Of Visions and
UPRA, 2006) de próxima aparición. Sorrows: Manuel Quintín Lame´S Indian
6 Para una reflexión iluminadora y pertinente si- Thought and the Violences of Modern Colom-
tuada en el ámbito de la reflexión sobre el cono- bia,” University of Massachusetts, 2004.
cimiento y las posibilidades mismas de la filoso- 13 Tanto la conceptualización de los “desórdenes
fía ver Nidia Chaparro Cuervo, “De la episte- de la modernidad” como la imposibilidad de
mología a la hermeneútica,” Aquelarre 1.Enero- constituir una “comunidad política universal”
junio (2002). están inspirados en las ideas de Donna Haraway,
7 Referencias para la reflexión: Michel Focault, “Ecce Homo, Ain´T (Ar´N´T) I a Woman, and
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