Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
individual
Harald Solaas
2007
1
Prefacio
El director corporativo de recursos humanos de un gran grupo empresario
argentino nos expresó la preocupación que hace unos años le transmitió el
accionista principal: “quiero seguir creciendo, pero no sé si tengo con quien”. Este
empresario identificaba claramente a la disponibilidad de talento ente su gente
como restricción para la expansión de su actividad. La frase “no sé si tengo con
quien” debe ser interpretada literalmente: quizás la capacidad necesaria existía
entre los miembros de la organización, pero ¿cómo saberlo? Y aún sabiéndolo
¿cómo transformar este conocimiento en decisiones que asignen con acierto las
diversas responsabilidades a las personas adecuadas?
Esta obra intenta brindar al lector una visión abarcadora del problema de la
evaluación del potencial individual en las organizaciones, y a la vez facilitar
decisiones instrumentales sobre qué sistemas adoptar y cómo utilizarlos. Para
lograr esta finalidad hemos utilizado tres fuentes de información: la experiencia
directa del autor, la investigación de prácticas existentes en este campo, en
particular en organizaciones argentinas, y la búsqueda bibliográfica. La experiencia
personal de quien escribe ha tenido lugar en grandes organizaciones, tanto
empresas internacionales como una institución gubernamental argentina, y en
numerosas firmas pequeñas. El relevamiento de prácticas existentes proviene de
una serie de encuentros con responsables de recursos humanos de empresas que
operan en Argentina, tanto locales como subsidiarias de organizaciones
internacionales. La investigación bibliográfica abarca todos los antecedentes
locales e internacionales que hemos podido identificar, que por otra parte no son
cuantiosos. A pesar de su importancia, este es un tema que ha tenido un
tratamiento relativamente escaso en textos especializados.
Esta es una cuestión crítica, ya que las decisiones que derivan de la evaluación del
potencial tienen impacto directo tanto sobre la productividad de las organizaciones
como sobre el bienestar de sus integrantes. Tomar decisiones basadas en la
evaluación del potencial significa decidir sobre la vida de la gente. Estas decisiones
conciernen a cuestiones tan sensibles para las personas que trabajan como el
reconocimiento que se hace de su capacidad, las promociones y oportunidades de
formación a las que tienen acceso y a la proyección de su carrera en la
organización. Inciden sobre las posibilidades de realización personal de la gente a
través de la aplicación de su capacidad y energía a un emprendimiento útil ante sí
misma. Afectan del modo más directo la autoestima de la persona que trabaja, su
imagen ante los demás y el modo como se presenta ante el mundo exterior. La
cuestión de la validez, por lo tanto, es crítica: el dato que arroje el sistema sobre la
capacidad potencial de cada persona debe corresponder con escaso margen de
error al atributo que se intenta medir.
Como lo afirmamos más adelante, toda evaluación del potencial tiene que quedar
indicada finalmente en niveles de trabajo para ser utilizable. Es decir, el nivel de
3
trabajo debe constituirse por necesidad en una referencia para expresar el
potencial. Esto obliga a clarificar aspectos relativos a qué es el nivel de trabajo y
cómo se lo mide, cuestión que supone un aumento de “densidad teórica”. Este es
el objeto de la Parte III (Evaluación y medición del nivel de trabajo).
Los recursos teóricos de la Parte III permiten volver sobre la noción del potencial en
la Parte IV (Qué es el potencial individual: bases fácticas). Esta sección del texto
presenta definiciones rigurosas del potencial individual y de conceptos
relacionados, e introduce al lector al conocimiento obtenido sobre el substrato real
de la capacidad de la gente para trabajar. Las partes III y IV contienen la
fundamentación de la validez de los métodos recomendados en este texto.
4
epistemológicos del método de medición del nivel de trabajo recomendado en el
texto para establecer referencias útiles para la evaluación del potencial.
5
6
Evaluación del Potencial Individual:
La Gestión del Talento Humano en las organizaciones de trabajo
Índice de contenidos
Prefacio 2
Agradecimientos 5
8
9
Parte I
Qué es el potencial individual: el
registro intuitivo
En un sentido filosófico potencial es aquello que existe en potencia, como opuesto a lo
que hoy efectivamente se presenta como real. En física se llama energía potencial a la
que existe en un cuerpo, pero que sólo se manifiesta cuando desaparece un obstáculo
que se opone a dicha manifestación. También se entiende por potencial la energía de
un sistema material susceptible de producir energía cinética o trabajo. En gramática
potencial es aquello que indica o expresa la posibilidad de ocurrencia.
Vale decir, la noción de potencial encierra un podría ser que hoy no se manifiesta pero
que está latente o en potencia. En el campo de la capacidad humana para el trabajo
productivo, el potencial individual expresa el alcance de aquello que una persona
podría hacer, como noción diferenciada de aquello que hoy efectivamente hace.
Como veremos más adelante, todas las organizaciones de trabajo cuentan por
necesidad con un sistema de evaluación del potencial de su gente. Algunas pocas
tienen sistemas formalizados para hacerlo. Es así que de modo implícito o explícito,
todas las organizaciones tienen una definición de potencial individual, un modo de
medirlo y procesos de decisión que se apoyan en el. Esta definición global y provisoria
del potencial individual como el podría ser de las personas es, hasta donde llega mi
conocimiento, común a todas las formas de entenderlo, tanto en las teorías vigentes
como en la práctica organizacional. A partir de aquí comienzan a diversificarse las
denominaciones y las referencias teóricas de la noción de potencial individual.
10
La teoría de las competencias, tan en boga en la actualidad, es también un intento por
aprehender el potencial para posiciones dadas y pronosticar el desempeño de
candidatos particulares en la misma. En este caso la factorización se da por aptitudes
o rasgos de la gente que según esta teoría guardan correspondencia con
requerimientos específicos de roles de trabajo determinados.
Uno de los sistemas que hemos podido examinar establece modelos de referencia o
master models para ciertos tipos y niveles de puestos, y lo compara con los puntajes
que arroja un complejo cuestionario electrónico. Entiende por potencial la distancia
entre ambos. Si la distancia es poca, el potencial para ese puesto es alto, y viceversa.
Otro aspecto del potencial individual sobre el que existen divergencias es si se trata de
un proceso de desarrollo o de maduración. Se entiende por desarrollo al proceso de
adquisición de conocimientos y habilidades instrumentales como resultado de la
acción de la propia persona y de las oportunidades de aprendizaje que encuentre. La
maduración, por el contrario, es el resultado de determinantes innatos, como es el
caso de la estatura o el peso. Está claro que los factores ambientales tienen
incidencia, pero sólo en el sentido de limitar el desarrollo pleno del proceso de
maduración.
1
Una definición provisoria de potencial individual
No es posible encarar ninguna acción consistente de evaluación del potencial sin tener
claridad sobre lo que el término significa. Como lo muestran los párrafos precedentes,
no estamos ante una noción inequívoca. Más adelante presentaremos una definición
rigurosa del concepto de potencial individual, que a nuestro entender es la más
satisfactoria. Pero hacer comprensible esta definición exige precisar varios conceptos
que debemos revisar previamente. En el ínterin emplearemos una definición provisoria
para poder comenzar a hablar sobre el tema.
11
Es decir: la capacidad es un atributo que la gente tiene, que varía de una persona
otra, que en general aumenta con el tiempo, y que es aplicada en grados variables
según las circunstancias. También sabemos que no es lo mismo que aprendizaje: la
capacidad es más esencial a la persona, es anterior al aprendizaje y es la base sobre
la que éste se asienta.
2
La noción de nivel de trabajo
Continuemos haciendo uso del sentido común. Los puestos de las organizaciones de
trabajo varían (entre otras cosas) en cuanto a su nivel de responsabilidad. El nivel de
responsabilidad es un registro o sensación subjetiva acerca de los roles de trabajo,
que no por sutil es menos cierta. Si preguntáramos a los empleados de cualquier
organización dada por los niveles relativos de responsabilidad de varios roles que les
son conocidos (sólo con fines de investigación), obtendríamos un alto grado de
acuerdo sobre la posición relativa de cada uno. Todos pensarían que el cargo de
presidente supone un nivel de responsabilidad mayor que el del gerente comercial, y
que el de éste es a su vez mayor que el del puesto del vendedor. Más aún: si
tomáramos un grupo de puestos designado por un término genérico que
supuestamente los agrupa en un mismo nivel orgánico (tales como supervisor,
gerente, o director) también aquí existiría un registro común de distintos niveles de
responsabilidad (por ejemplo, que ciertas gerencias son más “pesadas” que otras).
Todo esto es experiencia cotidiana.
Al igual que con el concepto de potencial individual, más adelante ofreceremos una
definición precisa de nivel de responsabilidad. Hasta aquí, el nivel de responsabilidad
de los puestos es un registro intuitivo claro, pero muy difícil de explicar o de expresar
de manera tal que signifique lo mismo para distintas personas. Al mismo tiempo, es
una cuestión extremadamente sensible, entre otras cosas porque hay consenso social
respecto a que a mayor nivel de responsabilidad corresponde una mayor
remuneración. Naturalmente, abundan las discrepancias y las tensiones acerca de
equidad en los diferenciales de remuneración, pero el sentimiento de que es legítimo
que dentro de la misma organización quien ejerce mayor responsabilidad gane más es
un universal que apenas si admite excepciones, no sólo en nuestras organizaciones
de trabajo actuales sino en toda la historia conocida de la humanidad.
12
3
Por qué evaluar el potencial individual
13
4
Criterios de cumplimiento de un sistema de Evaluación del Potencial
Individual
Hemos visto en la Sección 1 que no existe una definición unívoca de este concepto.
Siendo así, es natural que cada concepción del potencial acarree consigo su propia
forma de evaluación. El propósito de esta parte del texto es efectuar una revisión de
todos los sistemas de evaluación del potencial sobre los que hemos podido tomar
conocimiento, sea por experiencia personal, por referencias bibliográficas o por los
relatos de funcionarios de recursos humanos y consultores independientes que han
tenido la amabilidad de colaborar con esta obra.
Las páginas que siguen contienen un análisis comparativo de todos los sistemas de
evaluación del potencial que hemos podido identificar en la literatura y en la práctica
de la gestión. Algunos de ellos fueron identificados a través de la serie de entrevistas
de investigación a organizaciones de Argentina realizadas como preparación para este
libro. Revisaremos nueve sistemas distintos.
Esta tarea plantea la necesidad de contar con ciertos criterios comunes que puedan
ser aplicados a cualquier sistema a sistemas de cualquier naturaleza. Identificamos
tres criterios básicos:
2. Éticos. El sistema debe ser transparente para el propio evaluado, y debe dar
plenas oportunidades para que éste manifieste sus reacciones ante la
evaluación y ante sus consecuencias. De modo más general, debe favorecer la
integridad personal y la generación de confianza entre personas y entre
funciones de la organización. Como es obvio, esta es una cuestión central de
definición de política de recursos humanos.
Veamos los criterios técnicos. Un sistema eficaz de evaluación del potencial debe:
14
3) Relacionar inequívocamente estos registros con niveles de trabajo en cualquier
unidad de la organización, con independencia de especialidad funcional,
ubicación geográfica, forma de organización, tecnologías específicas, políticas
de remuneración, diferencias culturales y cualquier otro factor.
Estos son los criterios mínimos indispensables para que un sistema de evaluación del
potencial pueda cumplir con su función central: sustentar decisiones de asignación de
responsabilidades presentes y futuras en todos los puestos de trabajo y proyectos de
la organización, en las cuales queden incluidos todos los candidatos potenciales de la
organización íntegra, cualquiera sea el sector funcional o ubicación geográfica donde
revisten. Se trata de crear una base de información única sobre el talento interno
disponible, de acceso fácil e inmediato y que abarque a toda la organización.
15
Parte II
Análisis comparativo de métodos de
evaluación del potencial individual
Como lo hemos dicho en el prefacio, este texto contiene los resultados de una investigación
bibliográfica y de campo sobre los métodos vigentes e históricos de evaluación del potencial
individual. Cada sección presenta a un método en particular y lo analiza bajo la luz de los
criterios técnicos y éticos definidos en la Parte I. A nuestro modo de ver estos distintos
métodos no constituyen en rigor alternativas ya que, según quedará en claro, solo uno de
ellos cumple plenamente con estos criterios. Pensamos, sin embargo, que la revisión de
todos los métodos encontrados puede ser de utilidad al lector por varios motivos. Puede
ocurrir que reconozca un método que su organización esté aplicando. En este caso podrá
extraer sus propias conclusiones sobre las críticas formuladas. De modo más amplio, esta
lectura contribuye a comprender las cuestiones que se deben evitar en un sistema de
evaluación del potencial. Por último, este análisis hace a una mejor comprensión general de
la gestión del talento en las organizaciones.
Los métodos aquí reseñados pueden ser clasificados en dos grandes grupos. Llamaremos a
los incluidos en cada uno de ellos factorizados y holísticos. Los primeros intentan identificar
características, rasgos o formas de comportamiento específicos que puedan ser registrados y
utilizados para estimar el potencial. Típicamente se valen de instrumentos específicos, tales
como tests o cuestionarios, aunque también incluyen observaciones guiadas de los
profesionales o funcionarios que intervienen en la evaluación.
El segundo grupo, el de los holísticos, se basa sobre el supuesto de que los juicios subjetivos
realizados por los gerentes sobre el potencial de la gente que trabaja con ellos son una fuente
de información válida sobre el potencial de éstos. La Sección 9 (El verdadero problema de la
evaluación del potencial individual) trata sobre la validez de este supuesto, que nosotros
aceptamos plenamente.
5
La evaluación psicométrica del potencial
Una de las formas en que ciertas organizaciones buscan obtener evaluaciones del potencial
individual de algunos de sus empleados está basada en el empleo de baterías de tests,
cuestionarios, entrevistas y otros recursos, normalmente manejados por especialistas. Existen
firmas consultoras y consultores individuales que ofrecen este servicio, que es utilizado por
organizaciones de todo tipo, desde pequeñas firmas hasta grandes grupos empresarios y
organizaciones públicas, en algunos casos como una práctica regular que data de muchos
años.
Desde que comenzó su desarrollo a comienzos del siglo XX, los tests siempre han
excitado el interés y la imaginación de la gente, tanto para aplicaciones bien
inspiradas y criteriosas como para manipulaciones espurias al servicio de prejuicios e
16
intereses sectoriales, e incluso para intentos adivinatorios más afines con la afición
por el ocultismo que por el conocimiento validado. Tests de diversas clases han sido
profusamente aplicados en el campo de la pedagogía, de la clínica psicológica, de la
asistencia social y del trabajo en las organizaciones.
Un test es una situación controlada en la que el sujeto evaluado debe seguir ciertas
instrucciones para producir un resultado que refleja aptitudes innatas o adquiridas, o
bien características de su personalidad. Estos resultados se expresan en alguna
categorización predeterminada, que según los casos es una escala numérica o una
clasificación en categorías discontinuas. Tanto los estímulos presentados al sujeto
como las respuestas obtenidas están completamente estandarizados, por lo cual la
administración del test es económica y los resultados obtenidos de distintos sujetos
son comparables entre sí. En el campo clínico permiten obtener información
diagnóstica de modo rápido y económico, en el educacional detectar problemas de
aprendizaje y emocionales, y en el laboral acotar la incertidumbre sobre el desempeño
futuro de personas dadas a quienes se les adjudica determinadas responsabilidades.
Un test debe cumplir con dos exigencias para que su uso sea aceptado: el de la
confiabilidad (consistencia entre distintas determinaciones sobre el mismo objeto), y el
de la validez (grado en que el test efectivamente mide lo que se propone medir). La
validez de un test se determina correlacionando las mediciones con algún criterio
externo confiable. Nos detendremos en este último requerimiento para considerar el
valor posible de ciertos tests para evaluar el potencial individual.
Como hemos dicho, en el mundo del trabajo el valor de los tests está dado por su
capacidad de predicción. Cuando se los aplica a postulantes, se lo hace para mejorar
las posibilidades de éxito futuro en la ejecución de tareas dadas. Cuando se toman
tests a personas que ya trabajan en la organización, el intento es evaluar sus
condiciones para el desarrollo futuro.
¿Son útiles los tests en el mundo del trabajo adulto? ¿Cumplen efectivamente con la
capacidad de predicción que prometen? Existen casos registrados en los que el
empleo consistente de baterías de instrumentos psicométricos ha demostrado
efectivamente su capacidad de predicción sobre el desempeño futuro; es decir, casos
en que la validez ha sido probada. Pero es de la mayor importancia consignar un
aspecto específico de estas aplicaciones exitosas: lo que se ha validado realmente es
la capacidad de un test, o de una batería de ellos, para predecir el buen desempeño
en un tipo de tarea específico y determinado, pero no existe una verdadera validación
de los tests en general.
Quizás pueda causar sorpresa la siguiente afirmación, que sin embargo es un hecho:
los tests empleados en el ámbito laboral nunca han sido validados como instrumentos
aislados. No se sabe realmente qué miden los tests, por lo cual no es legítimo usarlos
para evaluar cualidades que presuntamente mantienen correlación con el buen
desempeño en puestos dados.
El planteo sobre la validez no es trivial. Los resultados de los tests tienen incidencia
sobre el tratamiento educativo y laboral que la gente recibe, sobre su productividad y,
de manera directa o indirecta, sobre la salud mental de los evaluados.
No es casual que los casos exitosos de empleo de baterías de tests con fines
predictivos cumplan siempre con dos características: por una parte, que se apliquen a
17
grandes poblaciones, y por otra que la calidad de la selección sea crítica. Es necesario
que las poblaciones sean grandes por dos motivos: en primer lugar, porque la
validación es de tipo estadístico, es decir que sólo resulta significativa si se basa en un
número suficiente de casos, y en segundo lugar porque el éxito en la selección de
candidatos también es de tipo estadístico. Una batería adecuadamente validada
puede fundamentar la predicción de que el 85 % de los candidatos tendrá un
desempeño entre adecuado y superior, pero no que Juan Pérez, que obtuvo altos
puntajes, tendrá éxito en el ejercicio de un puesto de trabajo dado.
Se puede juzgar la validez de este índice por los resultados: de todos los pilotos en
entrenamiento con un puntaje de 1, el 75 % fracasó en el entrenamiento, mientras que
de los que tenían un puntaje de 9, solo lo hizo el 5 %. Para los puntajes intermedios,
las tasas de fracaso eran consistentemente más altas al descender el índice.
18
• Determinar las variables predictivas. El punto anterior se refiere al análisis del
desempeño de las personas ya están trabajando y que sirven como referencia;
este se refiere a la identificación de características que puedan predecir el éxito en
tales tareas, como por ejemplo la buena visión para los pilotos o la coordinación
motriz para trabajos manuales complejos.
Toda variable predictiva es en principio una hipótesis, que por obvia que parezca o
por más fe intuitiva que tenga el investigador no puede ser tomada como válida
hasta tanto se demuestre su correlación con la variable externa. Típicamente esto
implica asumir el costo de un proceso de ajustes sucesivos con muchos intentos
fallidos. Como es natural, esta variable debe ser susceptible de medición confiable,
y además debe presentar una variación significativa entre la población de
candidatos, ya que de otro modo no serviría para diferenciar unos de otros. Es
necesario obtener puntajes tanto altos como bajos, y obtener correlaciones de
ambos con el alto y bajo desempeño respectivamente.
Una vez cumplidas estas fases, es posible utilizar los instrumentos validados para la
selección de nuevos candidatos en adelante. Para repetir, esto está lejos del uso
corriente de los tests en nuestras organizaciones de trabajo.
19
la vez transparentes al sentido común. Una cosa es el real valor predictivo de los
tests, y otra el poder mágico que en ellos se deposita.
Seguramente los tests más difundidos y para los cuales se han intentado más
aplicaciones en los campos educacional, laboral y clínico son los de inteligencia.
Desde el punto de vista que nos interesa aquí, el de la evaluación del potencial, son
los candidatos más obvios a permitir determinaciones de este tipo. ¿Con qué grado de
validez pueden los tests de inteligencia medir el potencial? Empecemos por la
validación de las mediciones como tales.
En 1998 les fue mal a los jóvenes estadounidenses más brillantes en el Tercer Estudio
Internacional de Matemáticas y Ciencias en comparación con los graduados de
escuela secundaria de 20 países. En una competencia entre los estudiantes
avanzados más precoces de física y matemáticas avanzadas, los estadounidenses
quedaron en último lugar. Publicó el New York Times1:
Tras décadas de penosas discusiones sobre la equidad de los puntajes del SAT, las
diferencias de habilidades matemáticas entre varones y mujeres, y las brechas de
cociente intelectual entre diversas razas y grupos étnicos, la noción de inteligencia y
cómo medirla sigue siendo política antes que científica, y tan enloquecedoramente
esquiva como siempre.
Binet siempre negó categóricamente que la inteligencia fuera una sustancia o “cosa”
que la gente tiene. Coincidía con la advertencia lanzada por John Stuart Mill con
respecto a los riesgos de considerar que “todo lo que tiene un nombre es una entidad
o un ser, dotado de existencia propia”. Negaba también que la inteligencia se pudiera
registrar numéricamente. El indicador que obtenía, y que más tarde pasaría a llamarse
cociente intelectual, no era para él más que una guía aproximada y empírica al
servicio de una sola finalidad práctica y limitada: ayudar a los niños con dificultades de
aprendizaje escolar. Los niños realizaban las actividades diseñadas por él en un orden
de dificultad creciente, hasta llegar a una que no podían realizar. Las últimas tareas
realizadas correctamente arrojaban la edad mental, que se restaba de la edad
cronológica para obtener el nivel intelectual general. Posteriormente el psicólogo
alemán W. Stern sostuvo que la edad mental debía dividirse por la cronológica, y no
restarse de ella, y así nació el cociente de inteligencia o CI. Para eliminar los
decimales multiplicaba el resultado por 100.
Este test llegó a ser el criterio de referencia para juzgar los tests de inteligencia
surgidos a partir de entonces. La argumentación es: sabemos que el test de Stanford-
Binet mide la inteligencia, por lo tanto todo test que muestre una correlación estrecha
con él también mide la inteligencia. Nuevamente nos encontramos con la circularidad:
la definición de inteligencia es un perro que muerde su propia cola. Las sucesivas
“validaciones” de tests subsiguientes no utilizan criterios externos, sino que vuelven a
la misma referencia nunca cuestionada.
Sin embargo, la pasión por el prestigio y los privilegios de la ciencia consagrada logró
que estos vicios de concepción no obstaculizaran un espectacular desarrollo de la
medición de la inteligencia en los Estados Unidos, con un auge inédito en épocas de
la segunda guerra mundial. La aplicación de estas mediciones en distintos contextos,
como la selección de trabajadores en la industria, las restricciones al ingreso de
inmigrantes europeos y la clasificación de reclutas del ejército para distintas tareas,
sirvió para vestir con ropajes científicos a los prejuicios discriminatorios entonces
vigentes en cuanto al origen social, étnico y nacional. 2
2
Puede encontrarse una reseña histórica de este hecho en Stephen Jay Gould, “La falsa medida del hombre”, (Gould, 1997)
capítulo 5. Muchos datos de esta parte del texto provienen de esta obra.
21
Dicho de modo simple: nadie sabe qué miden los tests. Es posible que en una
situación clínica, en la que media la aceptación voluntaria y la colaboración del
paciente, y el juicio calibrado de un profesional, cumplan una función legítima. Así
como en el método usado por Binet: un analista formado y autorizado, que trabajaba
individualmente con cada niño con el fin de adecuar su estímulo educativo. Pero
cuando se aplican a personas que no los han solicitado ni aceptado, y en el marco de
una relación laboral, se plantean objeciones tanto en el terreno técnico como en el
ético.
Conclusiones
Se desprende con claridad del análisis anterior que ninguna de estas tres condiciones se
cumple. Al no satisfacer la primera, no tiene sentido considerar las otras dos. La evaluación
psicométrica simplemente no es un medio válido de evaluación del potencial individual.
22
6
Evaluación por Competencias
La gestión por competencias propone, entre otras cosas, una forma de asegurar o
propiciar el éxito de la gente en los puestos de trabajo que ocupa; es decir, también
discurre sobre un “podría ser”. Por este motivo tiene un lugar en este libro.
Cravino ofrece una definición en los mismos carriles: competencias son “el conjunto
de conocimientos, habilidades, actitudes y valores que debe tener una persona para
desempeñarse exitosamente en un puesto determinado, en una empresa
determinada, en un contexto determinado, y que se encuentran definidos y descriptos
mediante patrones de comportamiento observable”. Se observa la intención de
especificidad, tanto en la determinación de características del puesto como de su
ocupante.
Uno de los pioneros en el trabajo sobre competencias fue David McClelland. Decía
este que los clásicos tests de conocimientos y habilidades no son suficientes para
predecir el desempeño en el trabajo o el éxito en la vida. El libro del Hay Group “Las
Competencias: clave para la gestión integrada de los recursos Humanos” dice en un
punto: “Estos descubrimientos condujeron a McClelland a identificar los principios con
que llevar a cabo la investigación para descubrir variables que sirviesen para predecir
la actuación en el trabajo, y que no estuvieses sesgadas (o que estuviesen menos
sesgadas) por factores de raza, de sexo o socioeconómicos”.
23
aspectos interesantes de la vida con otras personas que no han tenido éxito, a fin de
identificar aquellas características personales asociadas con el éxito”.
Desde un punto de vista instrumental, las competencias son recursos de los que una
organización dispone para lograr resultados deseados. Esta categorización global
lleva a que se las trate en los textos sobre el tema como de una misma naturaleza y
similares en cuanto a su administración, cuando en realidad difieren por completo
entre sí. Desde el punto de vista de la evaluación del potencial, nos interesan aquellas
que son atributos de las personas y que presumiblemente correlacionan con el buen
desempeño de puestos o proyectos de trabajo dados. Desde esta perspectiva
encontramos necesario establecer una diferenciación entre distintas clases de
competencias.
Competencias corporativas
24
Las tecnologías y procesos se adquieren o desarrollan como decisiones estratégicas
de las organizaciones. También las competencias más “blandas”, como por ejemplo la
“orientación al cliente”, son efecto de decisiones ejecutivas. Si una organización
decide instalar esta competencia corporativa, lo que debe hacer es crear las
estructuras necesarias, movilizar sus recursos normales de asignación de
responsabilidades específicas a sus empleados con su efecto consiguiente sobre el
sistema de reconocimientos, crear grupos especiales de trabajo y tomar las acciones
necesarias en cuanto a asignación de personas a puestos, provisión de recursos
presupuestarios y otros, selección, capacitación, etc.
Es cierto que hay un modo de entender este problema según el cual la competencia
corporativa “orientación al cliente”, por ejemplo, sería una especie de resultante de
contar con muchos empleados que califiquen alto en la competencia personal de igual
nombre. Entendemos que esta postura, que ignora la naturaleza de una organización
ejecutiva, no puede ser seriamente sostenida. De todos modos, aún aceptando que
las competencias corporativas son efecto de decisiones estratégicas se puede argüir
que para instalarlas hace falta tener gente con los perfiles personales adecuados.
Volveremos sobre este punto al tratar las “competencias personales”.
Competencias genéricas
Según lo hemos podido observar, muchas empresas hacen un uso eficaz de estas
competencias. Las definen por puesto o por función, y resultan de la mayor utilidad
para la planificación de la capacitación, para los planes de carreras y para la selección
interna.
Utilizamos este nombre para aquellas competencias que toda persona debe
necesariamente adquirir en el curso de su vida para llegar a ser un adulto viable en la
sociedad. Se diferencian en este sentido de las cognitivas: sólo algunas personas
poseen estas últimas como resultado de aprendizajes específicos, mientras que todos
los adultos normales desarrollan competencias personales.
Si entendemos por “liderazgo” la capacidad de una persona para influir sobre otros en
el sentido que ella desea, resulta claro que sólo un autista profundo o un ermitaño
pueden carecer por completo de esta competencia. Algo similar podría decirse sobre
la “capacidad de comunicación”: sin comunicación con los semejantes no hay
identidad humana posible. Y así siguiendo con el resto de las competencias
personales. Desde una edad muy temprana y por fuerza realizamos una adquisición
continua de estas competencias. El feedback que recibimos en el proceso de
aprenderlas es multifacético y continuo, y se realiza bajo los estímulos de la
gratificación y la frustración más intensas. A diferencia de lo que ocurre con las
competencias cognitivas, no nos enfrentamos a la ausencia de estas competencias,
sino en todo caso a su diferente grado de desarrollo en distintas personas.
En el caso de las competencias cognitivas, una vez que alguien las aprendió pasa a
poseerlas permanentemente y la limitación que supone su carencia queda superada.
Ahora bien: en el caso de las competencias personales, todos las hemos aprendido a
lo largo de muchos años de vida. ¿Por qué es que no son aptitudes que se dan por
descontadas para todos los adultos hábiles, como las de leer y escribir, manejar
convenciones corrientes de convivencia social y tantas más?
Se puede pensar que si bien todos los adultos normales poseen estas competencias
en algún grado, su desarrollo es mayor en unos que en otros, y por lo tanto serían una
base válida para la predicción del éxito en desafíos laborales que requieren un perfil
de competencias determinado. Sería por lo tanto legítimo investigar roles de trabajo
por una parte y a los candidatos al mismo por otra, y asegurar la correspondencia
entre ambos. En esta línea de pensamiento, las competencias personales son
entendidas y tratadas del mismo modo que las competencias cognitivas. Pensamos,
sin embargo, que es crucial hacer la distinción entre ambas.
Es precisamente esta distinción la que nos permite plantear una duda: hay
considerable evidencia en el sentido de que el adecuado despliegue de las
26
competencias personales es en mucho mayor medida un efecto de las circunstancias
que de características inherentes a la persona.
Vienen al caso las numerosas investigaciones realizadas desde hace varias décadas
en torno al fenómeno del liderazgo (este punto será tratado con mayor extensión en la
Parte VII (Potencial y Liderazgo). La posibilidad de comprender y de utilizar
deliberadamente el liderazgo en las organizaciones, de “apoderarse del secreto del
liderazgo”, siempre ha ejercido una enorme atracción en el ámbito del trabajo humano
en organizaciones. En términos de la teoría de las competencias se trataría de
identificar las “competencias profundas” que subyacen al liderazgo. Son muchos los
investigadores que han dedicado grandes esfuerzos a captar cómo son los líderes,
qué características personales tienen, y también qué es lo que hacen para tener éxito
como tales. El resultado de estos afanes es a primera vista decepcionante: no hay ni
características ni conductas que distingan a los líderes del común de la gente. Los
líderes son tan variables entre sí como el resto de la gente. Lo único que aparece con
cierta constancia es la capacidad de crear y mantener una visión abarcadora dentro
de la cual trabajan sus “seguidores” (en la parte referida al liderazgo se comprenderá
el porqué de las comillas).
Se puede decir que Jaques presenta una teoría de las competencias negativa y
acotada: hay características personales que interfieren con el desempeño eficaz, pero
no las hay que correlacionen con el éxito. No es cierto que el vendedor deba ser
sociable y extrovertido, ni que el analista deba ser metódico y ordenado, ni que el
gerente deba tener “don de mando”, ni que el negociador deba ser flexible. Sí es
cierto, en cambio, que la pusilanimidad extrema, el carácter fuertemente antisocial, la
necesidad compulsiva de imponerse a los demás, la excesiva rigidez personal o las
dificultades para el autocontrol pueden dar lugar a problemas en el trabajo. Por lo
demás, todo el mundo puede trabajar productivamente siendo la persona única y
singular que es. Estas limitaciones, por su parte, afectan a una proporción reducida de
la gente. Esta postura tiene clara expresión en la fórmula de la capacidad aplicada
actual propuesta por este autor (Jaques, 1994, pág. 25):
27
CAA = ƒ (CPM . V . C/H . (-T))
Donde:
Esta es una fórmula de predicción positiva: afirma que si están presentes todos estos
factores, la persona tendrá un alto desempeño. Sin embargo, las características
personales se hacen sentir sólo por defecto. Esto es lo que indica el signo negativo en
(-T). El liderazgo, por ejemplo no es algo que cada uno lleva “en su mochila”, sino la
resultante de varios factores que tienen que ver con la estructura organizacional, los
procesos gerenciales y la asignación de personas a puestos y proyectos de trabajo.
En este contexto, una proporción reducida de la población puede sufrir interferencias a
causa de sus características personales. Si se trata de consolidar el liderazgo en una
organización, lo que hay que hacer no es buscar a personas que muestren
competencias de liderazgo, sino tomar las decisiones correctas sobre estos factores.
Va en apoyo de esta conclusión el hecho de que pese a grandes esfuerzos no se haya
logrado nunca identificar ni rasgos ni conductas de los líderes (a pesar de lo cual,
naturalmente, el liderazgo es un proceso real y necesario).
28
Como se puede apreciar, este punto tiene alcances éticos significativos. Si se adopta
un criterio para otorgar o negar oportunidades de trabajo y de progreso a la gente, el
evaluador carga con la obligación de dar cuenta de la validez predictiva de tal criterio.
A nuestro entender no está suficientemente claro que la teoría de las competencias
(en lo que hace a las competencias personales) cumpla con esta exigencia.
¿No coinciden acaso estas consideraciones con la experiencia de vida de cada uno de
nosotros? ¿No nos a ocurrido vivir situaciones en las que hemos tenido una posición
destacada de influencia sobre otros que la han aceptado con entusiasmo, como así
también otras en las que hemos actuado como seguidores del liderazgo ajeno? Si bien
está claro que, por ejemplo, una timidez o un egocentrismo abrumadores nos
dificultarían tener la primera experiencia, ambas se deben a una combinación de
circunstancias y no a rasgos inherentes a nuestra persona.
Como es obvio, esta teoría de las “competencias negativas”, que permiten predecir el
mal desempeño pero no el bueno, abarca a todo el género de las competencias que
hemos llamado personales. Se podría pensar que en realidad no se distingue de la
teoría de las competencias tal como se la conoce, porque es una cuestión de anverso
y reverso: evaluar a un grupo de candidatos en una competencia negativa significa
automáticamente calificar a los más aptos por defecto. Sin embargo, esto no es así, ya
que las características personales que son susceptibles de interferir con el desempeño
pueden no existir en absoluto en un grupo de candidatos, con lo cual no tienen ningún
valor discriminativo para la selección. Y aun si evaluaran negativamente a algunos,
esto permitiría descartarlos, pero no discriminar entre el resto. Por otra parte, la
detección de estas “competencias negativas” no requiere ninguna preparación ni
sistema especial, ya que se hacen notar de la manera más obvia en una persona con
quien existe una experiencia de trabajo en común. Volveremos sobre este punto en la
Sección 34, “El método de selección por tres factores”, en página 149.
Siempre he pensado que esta misma consideración es válida para una práctica
habitual, que es la realización de evaluaciones psicológicas a postulantes a ingresar a
una organización. Es cierto que un psicólogo avezado puede registrar características
que signifiquen interferencias con el desempeño de un puesto dado y que pasen
inadvertidas para un observador no entrenado. Obviamente esta es una observación
de gran valor, ya que puede ahorrar grandes disgustos tanto a la persona misma
como a la organización. Sin embargo, esto ocurre solo en muy pocos casos. Si un
psicólogo presenta sus informes sobre diez candidatos, quizás sobre nueve de ellos
debiera limitarse a informar que no registra en el postulante características
potencialmente disfuncionales para la posición a cubrir, al estilo de los exámenes
preocupacionales médicos que dan por apto a todo postulante en quien no se detecte
algún problema específico. Esto sería muy difícil de aceptar tanto para el psicólogo
como para quien lo contrata, y el resultado es que vemos informes psicológicos
plagados de predicciones sobre las situaciones en que el candidato se desenvolverá
mejor o peor, y de recomendaciones para guiarlo y supervisarlo que derivan más de la
especulación del profesional para complacer a su cliente que del uso riguroso de la
información disponible. Después de todo, ningún evaluador psicológico tiene más
información sobre su evaluado que un psicoanalista sobre su paciente. Sin embargo,
ningún analista que conozca su oficio tiene pretensión alguna de predecir la conducta
de este último.
29
Competencias por nivel
Estas son las que tocan más de cerca al problema de la evaluación del potencial
individual. Según esta teoría, las competencias varían también con el nivel ejecutivo
del puesto de que se trate. Esta diferencia se registra en el hecho de que a distintos
niveles una misma competencia tiene diferentes descriptores. Por ejemplo, la
competencia “liderazgo” significa en niveles inferiores “conducir y motivar a un grupo
de trabajo”, mientras que en otros más elevados se manifiesta como la capacidad para
“desarrollar visiones futuras”.
El sentido común nos indica de la manera más clara que, con independencia de los
conocimientos específicos, no todas las personas pueden ocupar cualquier nivel
orgánico. Ya hemos hablado sobre el registro intuitivo tanto de la capacidad personal
de la gente como de los niveles de responsabilidad, y de la necesidad de lograr alguna
equiparación entre ambos para sustentar el trabajo productivo. Es entonces acertado
tratar de evaluar las competencias diferenciales de la gente para trabajar en distintos
niveles orgánicos con independencia de otros factores.
La información que hemos podido obtener sobre la gestión por competencias en este
aspecto es escasa. Proviene de la lectura de textos y de conversaciones con
consultores expertos y con funcionarios de recursos humanos que trabajan con este
enfoque. Es notorio que los textos sobre competencias insisten fuertemente en la
lógica interna del sistema, pero nunca se refieren a problemas de validación. Para
citar nuevamente a Schein: ”No importa cuán plena de sentido lógico sea la variable,
ni toda la fe intuitiva que el selector tenga en su uso: si no correlaciona con el criterio,
su utilización no mejorará el proceso de selección” (Schein, 1965, capítulo 3). No
hemos encontrado respuestas validadas a la pregunta ¿cómo se verifica en la práctica
el valor predictivo de la evaluación de competencias personales?
No es este el único caso en el campo de los recursos humanos en que un viejo intento
reaparece en ropajes nuevos. Estos resurgimientos periódicos de esquemas ya
ensayados en el pasado pueden entenderse como una expresión sintomática de que
el problema de fondo no está resuelto aún. En la obra ya citada, dice Edgar Schein:
“Ha resultado fácil desarrollar tests y otros instrumentos predictivos para el trabajo
administrativo y manual, dado que se puede establecer un criterio confiable. Por otra
parte seleccionar gerentes, por ejemplo, ha mostrado ser mucho más difícil a causa de
los problemas inherentes a describir el trabajo gerencial y juzgar de modo confiable el
30
desempeño relativo” (Schein, 1965, cap. 3). Pensamos que este problema no está
resuelto aún, o mejor dicho que es inherentemente insoluble. No estamos aquí ante
una carencia de datos válidos de investigación, sino ante la necesidad de reformular
un planteo. La posibilidad de resolver problema de las aptitudes gerenciales corre por
otros carriles, según lo exponemos en esta sección y en la Parte VII (Potencial
liderazgo.)
Dice Santiago Lazzati (Lazzati, 2000, pág. 166): “Existen otros métodos para
identificar las competencias: entrevistas distintas del BEI (método de los incidentes
críticos) cuestionarios, reuniones, observación, etc. En muchos casos las
organizaciones elaboran un modelo de competencias propio de la siguiente manera:
Es decir que se trata de un proceso combinado del que forman parte una investigación
sobre los requerimientos de los puestos, la selección dentro de un “menú” de
competencias genéricas, y la decisión sobre las competencias deseadas. En la
práctica, según lo he podido observar en las entrevistas realizadas, es esta última
opción la que tiene preeminencia: en definitiva la definición de competencias
requeridas es un acuerdo consensual entre gente de línea y de recursos humanos.
¿Cómo se verifica posteriormente que estas competencias efectivamente tengan un
valor predictivo del éxito en el trabajo? Es decir ¿cuál seria el equivalente de la
validación de las variables predictivas de las que hablamos en la sección anterior?
Hasta donde hemos podido averiguar, no hay ninguna respuesta satisfactoria a esta
pregunta.
31
Más adelante examinaremos la existencia de niveles de complejidad en las
organizaciones, que exigen una capacidad potencial cualitativamente distinta de las
personas que los ejercen. Por el momento nos apoyaremos en el sentido común para
sostener que dos niveles no son suficientes. Si todo lo que podemos hacer es afirmar
que alguien tiene competencias gerenciales, no emitimos una apreciación útil sobre en
cuál de los diversos niveles gerenciales está en condiciones de trabajar. A lo sumo
nos diría (por la negativa) que tal persona no puede ser gerente y que debe
permanecer en tareas de operación directa.
Por otra parte ¿existe realmente una definición propia de competencias gerenciales
para cada organización? La información que hemos podido recoger sugiere
fuertemente que no es así. En este aspecto la gestión por competencias presenta una
notoria contradicción entre sus postulados y la práctica de gestión: por un lado hace
fuerte hincapié en la especificidad: se deben determinar las competencias específicas
para la organización, para las familias de puestos o funciones, y para cada puesto en
particular. Se observa en la práctica que esta especificidad verdaderamente existe
para las competencias cognitivas, pero no para las personales. Hay entre estas un
grupo de competencias “comodines” que se encuentran en todas partes:
• Liderazgo
• Trabajo en equipo
• Habilidades de comunicación
• Orientación a resultados
• Orientación al cliente
• Flexibilidad
En las técnicas de valoración subjetiva por escalas se habla del “efecto halo”, que es
el fenómeno por el cual el evaluador permite que su evaluación global previa influya
sobre las respuestas que da a cada ítem. Es típico en las evaluaciones de desempeño
por factores, por ejemplo, que el jefe “acomode” sus respuestas para que reflejen su
juicio global sobre el subordinado evaluado. Lo paradójico de este caso es que el buen
juicio gerencial compensa la artificialidad del sistema: la verdadera calidad de la
evaluación es resultado del “efecto halo”.
32
calidad de su trabajo, de la que todos estamos dotados como requerimiento vital. Si
este fuera el caso, sería mejor utilizar directamente la evaluación global en lugar de
tratar de factorizarla. Este es el criterio que siguen varios de los restantes métodos de
evaluación del potencial que veremos en esta parte del texto.
Conclusiones
Si aplicamos los tres criterios técnicos que hemos definido para la aceptación de un
sistema de evaluación del potencial, vemos rápidamente que el enfoque basado sobre
las competencias no los cumple. No hay una medición confiable y válida del potencial
individual ni existe una expresión en términos de niveles diferenciales de trabajo más
allá de la división gruesa entre gente "con potencial gerencial" y sin él. Claramente no
existe la relación inequívoca con niveles de trabajo en toda la organización.
34
7
Los Assessment centers
Tanto los funcionarios de recursos humanos como los consultores que prestan el
servicio ponen un fuerte énfasis en la objetividad de los resultados que arrojan los
AC. Esta característica es presentada como un punto fuerte a favor de esta técnica.
Algunos de los entrevistados me dijeron que cuando aparecían casos de discrepancia
entre los resultados del AC y los de la evaluación gerencial, mantenían reuniones con
los gerentes evaluadores para analizar por qué era que sus juicios no coincidían con
la evaluación “objetiva”.
Los informes de los AC influyen sobre los movimientos y ascensos internos en las
empresas, sobre oportunidades educativas tales como la realización de maestrías
pagadas por el empleador, y sobre la remuneración de los evaluados. Como se ve,
pueden tener una importante influencia sobre la vida y la carrera de éstos. El acierto y
la equidad de estas decisiones descansa al menos en parte sobre la objetividad de los
AC.
35
Es importante por este motivo analizar los títulos de objetividad de esta técnica. Como
lo desarrollamos con mayor extensión en la Parte IX (Objetividad y subjetividad en
recursos humanos y organización), el término “objetividad” tiene dos acepciones
conexas pero distintas. Por una parte “objetividad” en el sentido del método científico:
se refiere a aquello relativo al objeto en sí y ajeno a nuestro modo de pensar o sentir,
que se estudia por un método tal que permite reproducir las condiciones de la
determinación a otros observadores, y de este modo objetivar la confirmación o la
negación de lo observado. Por otra, hablamos de “objetividad” como noción ligada a la
imparcialidad, al juicio ecuánime, a la ausencia de prejuicios, favoritismos y enconos.
Uno de los estudios más profundos y abarcativos sobre los assessment centers son
los de E. Anstey (Anstey, 1977) que contienen seguimientos realizados durante 30
años de las decisiones de selección basadas en resultados de assessment centers en
los consejos de selección del servicio civil británico. Las correlaciones más altas
obtenidas entre las evaluaciones de los consejos y la posición alcanzada en períodos
de 10, 20 o 30 años está apenas en el nivel de 0,66. Por otra parte, no existe en
ninguno de los estudios realizados un seguimiento de los no seleccionados, en el caso
de selección externa, o de los que se fueron cuando se trataba de evaluaciones
internas. Estos grupos podrían contener un número desconocido de personas de alto
potencial que reducirían aun mas el significado de los resultados.
Puede ser útil aclarar aquí que negar el carácter objetivo en sentido estricto a un
recurso o sistema, y precisar que en realidad se basa en juicios subjetivos, no supone
en sí una valoración negativa de los mismos. Por el contrario, el sistema de evaluación
de potencial que presentamos como más sano y eficaz es de base subjetiva, y es
preferido a otro instrumento genuinamente objetivo que también existe. Veremos estos
puntos en las secciones 9 a 13. La importancia de esta cuestión radica en entender
bien qué es la “objetividad” de los AC y qué decisiones legitiman sus resultados.
Para responder a esta pregunta es necesario hacer una distinción entre dos
situaciones profundamente distintas: la selección de postulantes externos a ingresar a
una organización por una parte, y la evaluación de empleados actuales por la otra.
Vale la pena destacar que esta diferencia no siempre es clara en las unidades de
recursos humanos de las organizaciones. Por ejemplo, en una gran empresa
argentina me han dicho que los movimientos internos de gente están a cargo de la
36
unidad de empleos porque “es lo mismo” (seleccionar candidatos internos que
externos). La ausencia de esta distinción es una fuente importante de arbitrariedad y
de alienación para con los propios empleados.
¿Qué grado de validez tienen los informes de los AC? ¿En qué medida ayudan a
predecir el éxito futuro de la persona en el puesto de trabajo?
• Proactividad
• Trabajo en Equipo
• Atención al cliente
El hecho de que las poblaciones sean grandes implica que una discriminación gruesa
entre postulantes tiene más valor estadístico que cuando se trata de números
reducidos. Más importante aún es que los candidatos sean desconocidos para la
37
organización que busca incorporarlos, ya que supone la ausencia de información
directa sobre la calidad del trabajo, el potencial y las interacciones personales de los
candidatos, información que en cambio sí posee toda organización acerca de sus
integrantes.
En lo que hace específicamente al registro del potencial individual por los AC, caben
las mismas consideraciones que para los dos métodos anteriores. No emplean ningún
método preciso para el registro de esta variable, y ni siquiera se plantea su relación
con los niveles diferenciados de trabajo de la organización.
Una persona que trabaja para una organización hace una importante inversión
personal en su empleo. No solo dedica una cantidad sustancial de su tiempo de vigilia,
sino que pone en juego su necesidad de hacer algo útil a sus propios ojos y de recibir
reconocimiento por ello de sus pares, jefes y subordinados. Se mueve continuamente
en un teatro en el cual su capacidad, su empeño, sus aciertos y desaciertos, sus
aspiraciones, caen bajo la mirada de todos estos personajes. Como es obvio, este
escrutinio permanente es una necesidad tanto desde el punto de vista de la
realización de trabajo como de la convivencia social en el medio laboral.
¿Cuáles son los sentimientos íntimos del empleado que se ve ante esta situación? El
solo hecho de participar en el AC es una marca de distinción que cabe a algunos
"elegidos", por lo que puede tener un efecto de reconocimiento. Además, puede tener
genuinas expectativas de recibir feedback sobre sí mismo proveniente de
especialistas jerarquizados, que lo ayude a comprenderse mejor y a enriquecer sus
opciones. Por otra parte, sin embargo, siente que decisiones importantes sobre su
bienestar y su carrera son influidas por su fugaz actuación en un teatro distinto a aquel
en que ha desplegado su capacidad y sus esfuerzos, y en el cual tiene no solo el
derecho, sino también la necesidad de ser evaluado. En cambio, se ve en una
situación que no ha elegido (y a la cual no se puede negar sin preocupación sobre los
efectos posibles) en la cual es evaluado por medios e instrumentos que no son
transparentes para él.
38
conocimiento y protagonismo de los miembros de la organización. En este sentido
cabe dudar de que los AC de empleados actuales sean una contribución positiva.
Hay varios argumentos que intentan refutar o al menos morigerar esta posición. Está
en primer lugar el argumento técnico, según el cual la amplitud y la precisión de las
determinaciones de los AC serían de tal valor que ofrecerían una ventaja de gestión
indiscutible a la hora de hacer selección interna de candidatos, planificar carreras o
definir planes de educación superior. Esta posición, según ya lo hemos visto, carece
de validación cierta. Por otra parte, implica una gran relativización, si no un desprecio
abierto, acerca del valor y la precisión de los juicios gerenciales sobre estas
cuestiones. ¿Hay aquí un elemento de colusión con la abdicación de
responsabilidades gerenciales? Es una pregunta a modo de hipótesis.
Como es obvio, este argumento no hace mella a la objeción principal: el derecho del
empleado a ser evaluado y reconocido por la capacidad y dedicación que puso al
servicio de la creación de valor en la organización que lo emplea, y que sabe
claramente que está en posesión de miembros de la misma. Por otra parte, la
devolución en clínica se da a una persona que ha elegido libremente la situación de
evaluación diagnóstica, que no es por cierto el caso de los AC en empresas.
39
complementar ni enriquecer. Retomaremos este punto en la Sección 9 (El verdadero
problema de la evaluación del potencial individual).
El último argumento es el que dejamos pendiente más arriba: como los AC arrojan
información “objetiva”, las decisiones que se tomen sobre la base de sus resultados
serán imparciales y justas. Por lo tanto, aunque circunstancialmente puedan disgustar
a alguien, contribuyen a la equidad general.
Hay una sola evaluación justa en las organizaciones de trabajo: la que juzga y
reconoce la capacidad y dedicación que puso el evaluado al servicio de la creación de
valor en la organización que lo emplea. Esta evaluación es por esencia subjetiva. No
se trata en absoluto de eliminar la subjetividad, sino por el contrario de crear las
condiciones para que esta pueda ser ejercida en un entorno de confianza. Este es un
punto poco comprendido y de gran trascendencia, sobre el que volveremos en la
Sección 46 (Elogio de la subjetividad).
Conclusiones
La buena aplicación de este recurso, que es por otra parte su marca de origen, es
aquella en la que se trata de seleccionar candidatos entre números grandes de
postulantes externos sin historia de trabajo en la organización. Cuando, en cambio, se
los emplea con empleados actuales, se introduce una doble distorsión. La primera es
el hecho en sí de hacer una evaluación ajena a la capacidad y la dedicación mostrada
en el trabajo, mientras que la segunda deriva del hecho de que la evaluación en sí no
es más precisa ni completa que la hecha en la situación de trabajo normal.
Creo que esta última afirmación puede despertar dudas en el lector, aun en el caso de
que acepte las limitaciones de los AC. ¿No son acaso las evaluaciones gerenciales
subjetivas y antojadizas? ¿No hemos visto a alguien muy bien evaluado por su jefe
caer en desgracia cuando éste cambia por otro? Confiar en las evaluaciones
gerenciales ¿no es dar rienda suelta al favoritismo y a las exclusiones? Siendo así,
aun admitiendo las limitaciones de los AC ¿no son un resguardo contra la
arbitrariedad? Después de todo, se trata de hacer intervenir la opinión de un tercero
40
imparcial. Lejos de ser una práctica intrusiva, los AC pueden ser vividos por los
propios evaluados como una garantía contra el trato injusto.
Una primera respuesta que hay que dar a esta objeción es que puede ser correcta.
Pero si lo es, la situación denuncia una seria patología organizacional que el AC alivia
solo de modo sintomático. La verdadera respuesta reside en la creación de
condiciones organizacionales para el despliegue de la capacidad innata de juzgar y
actuar con equidad. En las organizaciones no hay enfermedades incurables si la
voluntad ejecutiva existe. Volveremos sobre este punto en la Sección 46 (Elogio de la
subjetividad).
Con respecto a la evaluación del potencial individual, debemos concluir que los AC no
representan un medio idóneo para hacerla, a pesar de que hoy son muchas las
organizaciones que lo intentan. Como fundamentación nos remitimos a las ya hechas
para las evaluaciones psicométrica y por competencias.
41
8
Evaluación por cualidades del potencial
− Cualidad de helicóptero
− Poder de análisis
− Imaginación
− Sentido de realidad.
a) Observar los problemas desde un punto de vista más elevado, con atención
simultánea a los detalles relevantes, y a definir su trabajo de acuerdo con esto
sobre la base de una visión personal, y
42
¿Cómo se define el éxito como variable externa de validación? ¿Por el hecho de
alcanzar puestos de alto nivel y permanecer en ellos? ¿Por juicios subjetivos y
consensuales? ¿Por el movimiento de las remuneraciones?
Una vez definidas las cuatro variables predictivas ¿qué seguimiento hubo de los
resultados, es decir qué confirmación hubo de las predicciones de alto y bajo
potencial?
Está claro que para cualquier persona existen tareas en las que puede ocuparse
eficazmente de cada componente en particular y mantener al mismo tiempo una visión
de conjunto que le permite, entre otras cosas, manejar adecuadamente sus
prioridades. Es decir: todo el mundo puede mostrar cualidad de helicóptero en algún
nivel de trabajo. Al mismo tiempo, para toda persona hay un nivel de trabajo en el que
la visión de conjunto lo excede, y en el que no le queda otra opción que aferrarse a los
detalles. Es decir: todo el mundo tiene la capacidad de hélicoptero en algún nivel, y
también carece de ella en algún otro. Una cosa parece clara: cuanto más
subempleada está una persona (es decir, cuanto más por debajo de su capacidad
trabaja), más cualidad de helicóptero tiene. La misma cuestión podría expresarse con
una imagen: ¿a que altura debe volar el helicóptero?
Conclusiones
Con respecto al primer punto, la principal observación es que faltan datos, tanto de
investigación como de seguimiento en la práctica. En cuanto al segundo y al tercero,
claramente no están cumplidos.
43
9
El verdadero problema de la evaluación del potencial individual
A primera vista, la evaluación del potencial individual se presenta como una cuestión
difícil. El potencial individual en sí parece ser un atributo inasible, que requiere alguna
capacidad o entrenamiento especial para su evaluación (o la intervención de
expertos), y todavía queda por delante la incierta tarea de relacionarlo con las
posiciones de trabajo concretas de cada organización. Resulta natural, entonces, que
se creen sistemas sumamente elaborados para evaluar el potencial, o que se recurra
al conocimiento experto –real o supuesto- de especialistas para hacerlo.
Desde nuestra infancia, toda vez en que nos involucramos en una transacción con
otra persona en la que necesitamos algo de ella (es decir, durante casi toda nuestra
vida de vigilia), de manera espontánea e involuntaria comenzamos a formular un juicio
sobre su capacidad como condición para el éxito de la transacción. Toda vez que
tenemos un intercambio de trabajo con alguien, que aprendemos o enseñamos algo,
que hacemos una consulta, escuchamos o hacemos un relato o un giro humorístico,
iniciamos una conversación social con un desconocido, ponemos necesariamente en
acción nuestra aptitud para evaluar la capacidad potencial de nuestros semejantes.
Esto no significa que los juicios sobre el potencial ajeno sean perfectos ni infalibles.
Están sujetos a errores y distorsiones así como lo están las demás capacidades
mencionadas en el párrafo anterior. Lo que vemos no es una imagen calcada del
mundo físico, sino lo que nuestra experiencia y deseos condiciona. Oímos lo que
deseamos o tememos, y no hay peor sordo que el que no quiere oír. Sin embargo,
esto no afecta el hecho de que estas son capacidades indispensables para la
interacción con el mundo físico y para la vida en sociedad. De modo similar, el registro
innato del potencial ajeno es una capacidad instalada en la población adulta que,
cuando se crean las condiciones adecuadas, puede ser efectivamente utilizada para
hacer evaluaciones sumamente confiables del potencial de los miembros de una
organización de trabajo.
Algunos ejemplos más, esta vez del mundo del trabajo, ayudarán a esclarecer aún
más esta noción. Si un gerente debe elegir alguno de sus subordinados para
encomendarle una tarea difícil que es nueva por igual para todos ellos, no tendrá
dudas al decidir quiénes están en mejores condiciones de dominarla más
rápidamente y de llevarla a buen término.
Si se trata de elegir entre varios candidatos para un ascenso, y los que deben decidir
o recomendar conocen tanto a la gente como al puesto a cubrir, pueden discrepar
respecto a la preparación técnica, a la confianza personal o a otras cualidades, pero
no encuentran mayores dificultades para alcanzar acuerdo sobre la capacidad de cada
candidato en relación con la complejidad del puesto.
El lector puede hacer un rápido ejercicio introspectivo: ordenar por potencial individual
a toda la gente con la que tiene intercambio habitual en su ambiente de trabajo, sean
pares, jefes o subordinados. No tendrá inconveniente en hacerlo en pocos minutos.
La experiencia muestra que si esta clasificación fuera comparada con otra hecha
independientemente por otra persona que conozca a la misma población, la
coincidencia sería casi total.
45
Lo hemos hecho con fines didácticos, pero la demostración no es esta. La existencia y
funcionamiento preciso de esta capacidad ha sido demostrada reiteradamente tanto
por experiencias de trabajo como por investigaciones hechas bajo condiciones de
completo rigor. Trataremos este último punto en la Sección 22 (Validación empírica de
la correspondencia entre complejidad del procesamiento mental y capacidad potencial
actual.)
Puede resultar algo sorprendente a esta altura del texto, después de haber examinado
trabajosos intentos por captar el potencial en las secciones anteriores, enterarnos de
que contamos con un medio de validez comprobada para evaluar el potencial, que por
otra parte “ya está instalado”. De lo que se trata es de poder usarlo, y esta no es una
tarea simple. En las secciones siguientes examinaremos varias alternativas para
hacerlo.
Hemos dicho que somos buenos evaluadores intuitivos tanto de la capacidad de las
personas como del nivel de trabajo de los puestos. Por lo tanto, estamos en
condiciones de hacer juicios válidos sobre la adecuación del potencial individual a los
requerimientos de un puesto dado. Entonces ¿Cuál es el problema? Basta con usar
nuestras percepciones válidas para decir “A es nuestro mejor candidato para el puesto
X”; “B no va a conseguir ponerse a caballo del puesto Y”; “C es más capaz que D,
funcionará mejor en el puesto Z”.
De hecho, este suele ser el sistema de evaluación del potencial de las organizaciones
pequeñas, en las que las mismas personas conocen a toda la gente y a todos los
puestos, y en las cuales puede funcionar razonablemente bien. Pero la situación se
complica drásticamente en las organizaciones grandes. Cuando hay que cubrir un
puesto, no hay nadie que tenga un registro común de todos los candidatos
potenciales. Nadie conoce a todos los puestos y todas las personas. Lo que termina
por ocurrir es que el responsable de cubrir un puesto designa a alguien entre quienes
conoce, o de quienes tiene referencia directa, o por reclutamiento externo, a menudo
pasando por alto candidatos internos que resultarían ideales y que sentirían profunda
satisfacción al ser designados. Así es como en ausencia de un buen sistema de
evaluación de potencial se produce un continuo derroche de talento y se instigan los
sentimientos de inequidad y de frustración. El desafío radica en hacer utilizable la
información que ya existe acerca del potencial de la gente, lo cual se logra con un
código válido común a varios evaluadores. Este hecho acota el verdadero problema
de la evaluación del potencial:
3
Frase escuchada al Dr. Elliott Jaques en una presentación en AFIP en 1997.
46
Una situación frecuente que ilustra con claridad la carencia de un código para la
evaluación del potencial: la fusión de dos o más organizaciones en una sola. Cuando
esto ocurre, los responsables por la conducción de la nueva organización suelen
plantear la necesidad de contar con una evaluación común de los empleados de las
organizaciones existentes para “barajar y dar de nuevo” en la asignación de personas
a puestos. Es decir, necesitan saber cuál es el talento disponible en relación con las
necesidades de la nueva estructura para cubrir del mejor modo las posiciones de
trabajo. Esto ocurre en organizaciones de todo tamaño, aún en las pequeñas.
Como es natural, en cada una de las organizaciones existentes habrá gerentes que
conocen la población interna y están en condiciones de evaluar el potencial, pero que
desconocen por completo a quienes trabajan en la otra. Tampoco hay referencias
comunes de nivel de trabajo. El código, según ya lo hemos mencionado, debe estar
expresado en estos términos.
Dadas estas tres condiciones mínimas la evaluación del potencial, con diversas
variantes que desarrollaremos en las secciones posteriores, consiste en pedir a los
gerentes su estimación sobre el puesto o categoría de puestos más alta que el
evaluado podría ocupar. En algunos sistemas esta pregunta está referida al momento
actual, y en otros a un horizonte futuro especificado. Volveremos sobre estos puntos.
47
10
Evaluación del potencial por juicios gerenciales referidos a niveles
de trabajo relativos
DEFINICIONES DE POTENCIAL
1. Alto Potencial
Está actualmente capacitado para asumir responsabilidades uno o dos niveles
superiores al que se encuentra, en el corto plazo. En el mediano plazo y con un
coaching adecuado puede disponer de capacidades como para abarcar otras funciones
aún más desafiantes.
2. Potencial Medio
Es recomendable que en el mediano plazo asuma responsabilidades de un nivel mayor
al que se encuentra.
3. Potencial Horizontal
El nivel de adquisición de sus competencias le permite desarrollar sus funciones y
requerimientos con comodidad. Al momento está en el nivel adecuado, pudiendo crecer
horizontalmente y ocupar puestos de nivel similar. Tiene potencial a desarrollar con
coaching adecuado.
4. Alcanzó su Potencial
Su nivel de desarrollo le permite cumplir adecuadamente con las exigencias de
su función.
48
Este sistema presenta algunos aciertos importantes. El primero es valerse de una
evaluación global u holística del potencial (es decir, no factorizada como en el caso de
los tests, las competencias, las cualidades del potencial). Si los juicios gerenciales se
obtienen y corroboran con el cuidado necesario (en cuanto a confidencialidad, claridad
en los fines, transparencia final para el evaluado, y otros que veremos en la Sección
13), la información obtenida tiene algún significado. Veremos más abajo precisamente
cuál es este significado.
En cierto modo reiterando el párrafo anterior, diremos que el segundo acierto es poner
esta responsabilidad en la línea gerencial. La información que sustenta este
importante juicio para el evaluado parte de la capacidad que ha demostrado en el
curso de su trabajo, y se abre la posibilidad de que esta evaluación le sea informada
por alguien que se hace cargo del juicio y que puede dar razones del mismo. Queda
favorecida la precisión de la evaluación y la equidad y transparencia en su manejo.
Veamos un ejemplo. Pedro tiene veintiséis años de edad y hace cuatro que trabaja en
la empresa. Se lo ve como una persona de buen potencial, y al presentarse la
oportunidad se lo ha puesto a cargo de una gerencia. Las responsabilidades de su
puesto exigen al máximo su capacidad actual, de modo que por el momento no está
en condiciones de ascender. La calificación que recibe (o que debiera recibir si los
evaluadores se atienen a las consignas) está en el nivel tres.
¿Tiene María un potencial más alto que Pedro? El sistema no permite dar respuesta a
esta pregunta.
Los niveles de trabajo empleados como referencias son relativos en dos sentidos: en
primer lugar, relativos al puesto que circunstancialmente ocupa el evaluado (que,
obviamente, no es un atributo de él sino una decisión organizacional), y en segundo
lugar al sector de trabajo. Si María fuera promovida a Gerente de Sistemas ¿estaría
trabajando al mismo nivel que Pedro hoy como Gerente de Logística? Nadie lo sabe.
Hay otra falla de gran gravedad. ¿Cuánto tiempo lleva el proceso de maduración del
potencial para progresar de un nivel gerencial genuino al siguiente? (El término
49
“genuino” requiere aclaración. En la Parte IV haremos un desarrollo completo de este
concepto; a los fines presentes nos bastará decir que en la gran generalidad de los
casos “nivel gerencial genuino” se puede asimilar simplemente a “nivel gerencial”).
Si la persona evaluada es muy joven y tiene potencial como para ser el CEO de un
gran grupo empresario internacional al final de su carrera, este tiempo oscila en los 7
u 8 años. Como es obvio, estamos hablando de un caso extremadamente infrecuente,
que roza el nivel de genio. Si es un gerente medio que está promediando su carrera,
este tiempo puede ser de 15 o 20 años. Un promedio general está en el orden de los
15 años. Estas cifras provienen de datos de investigación rigurosa que serán
presentados en la Sección 13 (Evaluación del potencial por juicios gerenciales
referidos a niveles de trabajo absolutos). Es decir, en todos los casos el horizonte
temporal de la evaluación es más corto que el de la maduración del potencial.
La consecuencia es que la única manera de que una persona pueda estar calificada
en las bandas superiores es que esté trabajando seriamente por debajo de su
capacidad actual, como en el caso de María. Es decir, hace falta una anomalía en la
asignación de tareas para que un jefe leal a las instrucciones recibidas pueda dar a
conciencia esta calificación. Se daría la paradoja de que cuanto mejor administre una
organización su talento, menos gente quedaría registrada en los niveles más altos.
Este hecho pone en una situación difícil al gerente de Pedro, que debe realizar la
evaluación. ¿Cómo debe hacer para expresar con ella que su empleado es un recurso
de gran valor en cuanto a su desarrollo futuro? Si sigue fielmente las instrucciones,
debiera ubicarlo en el nivel 3. Si lo hace así, cualquier persona que reciba esta
información y que no conozca a Pedro interpretaría que no es una persona de alto
potencial. El jefe sentiría que la calificación es injusta, y no le resultaría grato ni fácil
comunicársela a Pedro. Para evitar esta situación, podría sentirse inclinado a no
respetar las instrucciones y evaluarlo en un nivel alto. Pero si lo hiciera, estaría
sosteniendo la opinión de que Pedro sería capaz hoy, o en pocos años, de manejar,
por ejemplo, una gran unidad de negocios, dado que esto es lo que significa trabajar a
dos niveles por encima del actual. Sabe que esto no es cierto, y que no podría
sostener esta afirmación ante quien se lo exigiera.
El sistema pone al jefe de Pedro en una disyuntiva sin salida. Este es un ejemplo entre
muchos posibles de cómo un sistema de recursos humanos inadecuadamente
concebido induce a la gente a descreer del mismo y propicia su manipulación. Este
sistema no permite a los evaluadores actuar con equidad y asumir plena
responsabilidad por sus juicios. Más allá de las buenas intenciones personales de
quienes los diseñan y ponen en práctica, los sistemas por sí mismos son inductores
de confianza o de desconfianza entre la gente.
Hay otro aspecto que añade incertidumbre al sistema, que es común a este enfoque y
a otros que veremos luego: el solicitar juicios sobre el potencial futuro. Como veremos
en la Parte IV, el potencial actual deja “rastros” en las producciones de una persona
que dan una base firme para la realización de un juicio subjetivo preciso sobre su
potencial. Al pedir una apreciación sobre el potencial futuro, en cambio, le estamos
pidiendo al evaluador una proyección de los registros intuitivos que tiene hoy. Esto
añade imprecisión al sistema. Es cierto, naturalmente que el potencial futuro es un
dato necesario para la planificación de carreras y de la dotación futura. La solución a
este problema figura en la Sección 13.
50
Conclusiones
La primera condición se cumple, pero con un alcance limitado. Si los evaluadores son
el jefe directo y el indirecto de la persona evaluada, y se reúnen con un funcionario de
recursos humanos para analizar un movimiento dentro del sector, están trabajando
sobre información válida. Pero hace falta mucho más que eso. Ni siquiera se lo puede
comparar con otros candidatos del mismo sector
51
11
Evaluación por juicios gerenciales referidos a la estructura
orgánica existente.
Examinemos el cumplimiento que hace este sistema de las tres condiciones del
sistema óptimo:
Otra limitación es que la evaluación así obtenida sólo es válida para el presente. Es
normal que el nivel de trabajo de los puestos sufra variaciones, y si hace algún tiempo
se evaluó a N en un potencial adecuado para el puesto X, este juicio puede perder
52
validez por el hecho de que el nivel del puesto X cambió. La evaluación con
referencias absolutas de nivel de trabajo, que veremos más adelante, resuelve este
problema.
Otro reparo proviene del hecho de que es habitualmente el gerente directo del puesto
referido quien hace la propuesta. Es decir se inscribe en la práctica frecuente de que
una de las responsabilidades de un gerente es elegir a su propio sucesor. Pese a su
frecuencia de uso y a la convicción arraigada de su validez, esta es una práctica que
presenta consecuencias disfuncionales. Trataremos este punto en la Sección 36
(Asignación de la responsabilidad por la evaluación del potencial).
Conclusiones
53
12
Evaluación del potencial por juicios gerenciales referidos a niveles
de trabajo comunes a toda la organización
Es posible que la Sección 10, en la que tratamos la evaluación del potencial con
referencias relativas de nivel de trabajo, haya sugerido al lector la solución al
problema. Si pudiéramos contar con algún sistema de referencias comunes a toda la
organización, podríamos obtener evaluaciones en cualquier unidad interna que
tendrían sentido en el marco de cualquier otra. De eso trata esta sección.
54
Los sistemas de este tipo presentan características deseables de importancia. Tienen
la virtud de abrir toda la organización a todos sus integrantes. Cumplen de hecho un
papel de gran importancia en la administración global de recursos humanos de estos
grandes grupos multinacionales. Las evaluaciones obtenidas son datos de uso directo
para decisiones tales como las asignaciones de trabajo entre distintos países y los
planes individuales de desarrollo con movimientos internacionales.
El sistema empleado para evaluar los niveles diferenciales de trabajo es una cuestión
de gran importancia para las organizaciones, en especial las grandes. Tiene incidencia
directa sobre el prestigio y reconocimiento interno que significa ocupar determinados
cargos, y sobre la remuneración, beneficios y privilegios simbólicos relacionados con
los mismos. Es una importante consideración en lo que hace a la valoración personal
sentida por la gente y al grado de equidad interna percibido en la organización.
La evaluación del nivel de trabajo es por otra parte un tema complejo. A lo largo de la
historia de las organizaciones se han ideado y puesto en práctica diversos sistemas,
disímiles y hasta contradictorios en su concepción y en su método. Esta
consideración, junto con la de párrafo anterior, nos ha llevado a incluir el tema en una
parte separada (III, Evaluación y medición de niveles de trabajo). La comprensión
completa de las observaciones que haremos a continuación requerirá la lectura de
este texto.
Sin embargo, las diferencias entre los niveles del trabajo que realizamos los humanos
son cualitativas en su esencia. El nivel de responsabilidad sentido, la remuneración
percibida como razonable para el puesto y su prestigio relativo dependen de este
registro intuitivo de diferencias cualitativas. Este es un hecho que no resuelven
satisfactoriamente los sistemas de evaluación del trabajo por factores, incluido entre
ellos el sistema Hay.
Dificultades de este tipo aparecen en el ejercicio práctico del sistema. Cuando se trata
de evaluar, por ejemplo, un abogado o un ingeniero que por vocación o necesidad
55
sigue dedicado al ejercicio específico de su profesión, no existen referencias para
expresar los juicios. Las referencias de los niveles de potencial más altos están
impregnadas por puestos ejecutivos de línea, lo cual complica la tarea de quien tiene
que evaluar a un especialista con alto potencial. Hemos visto a evaluadores
preocupados por mantener la equidad agregar un “rótulo” al nombre de estas
personas que dice “dentro de su especialidad”, o algo por el estilo. La disyuntiva es
dar una calificación inferior a la que estima como real, o bien evaluar su potencial para
una función que no existe. Esto es un defecto del sistema.
Esta distorsión afecta también a los puestos netamente gerenciales. Imaginemos que
existe en una organización la gerencia A, que mueve un presupuesto anual de 60
millones con 200 empleados a cargo, y la gerencia B, qué sólo administra 3 millones
con 20 empleados. Sin embargo, la naturaleza de la gerencia B es tal que requiere un
ocupante del mismo “calibre” que la A. Esto se debe a que la complejidad de sus
operaciones y la exigencia de planeamiento a largo plazo exigen un ocupante con
experiencia y potencial equivalente a las de la gerencia A.
Hay quienes argüirían que a pesar de todo el puesto A debe quedar mejor
jerarquizado y remunerado que el B, dado que es más importante para la
organización. Esta es una polémica de la mayor importancia, en la que sin embargo
no entraremos aquí porque excede por completo los alcances de este libro. Nos
limitamos a señalar una consecuencia de importancia desde el punto de vista de la
evaluación del potencial: si se trata de cubrir adecuadamente la gerencia B,
debiéramos estar en condiciones de hacer una preselección de candidatos internos
cuyo potencial equivalga al requerido por la gerencia A. Si las referencias de nivel de
trabajo derivadas del sistema de evaluación de puestos son distintas para ambos
cargos, se introduce un elemento de distorsión insoluble. Simplemente, las referencias
para evaluación no están “en sintonía” con los registros intuitivos del nivel de
responsabilidad de los puestos. Así se debilita la credibilidad del sistema y se crean
condiciones fértiles para los manejos “políticos”.
Hay otra observación de gran importancia, que no resultará comprensible a esta altura
del texto pero que deseamos dejar asentada para volver sobre ella en la Parte IV:
estas referencias para la evaluación son en última instancia convencionales, y no
respetan los cambios cualitativos que de hecho ocurren en la capacidad potencial
humana.
En la Sección 10 (Evaluación del Potencial por juicios gerenciales referidos a niveles
de trabajo relativos), hicimos observaciones acerca del uso de horizontes temporales
para la evaluación del potencial. Afirmamos que los horizontes futuros añaden
artificialidad e incertidumbre a la evaluación. Estas mismas observaciones, que no
repetiremos aquí, son válidas para los sistemas que estamos tratando.
56
Conclusiones
Los sistemas que utilizan referencias comunes a toda una organización, o a un grupo
o holding de organizaciones, presentan enormes ventajas en cuanto al uso del talento
interno y la apertura de oportunidades a empleados. Algunas empresas
multinacionales han adoptado sistemas de este tipo, y se observa que su gestión de
recursos humanos marca una diferencia en cuanto a agilidad y eficacia con respecto a
las que no lo han hecho.
Resulta obvio, por otra parte, que la validez de las evaluaciones depende de la validez
del sistema empleado para la evaluación de puestos de trabajo. Los sistemas de
evaluación por factores introducen una distorsión en este sentido que se transmite a
los de evaluación del potencial, y de este modo dan pie a los manejos “por izquierda”
del sistema.
Veamos una vez más las tres condiciones de un sistema óptimo de evaluación del
potencial
57
13
Evaluación del potencial por juicios gerenciales referidos a niveles
de trabajo absolutos
De modo similar a otros sistemas que ya hemos visto, aquí el evaluador es un gerente
a quien se le pide que emita un juicio sobre el potencial de una persona con referencia
a un código formalizado. Pero a diferencia de los casos anteriores, se le presenta un
código que expresa de modo directo niveles de trabajo diferenciales, sin
intermediación de otros tales como categorías remuneratorias o denominaciones
genéricas de puestos. La validez del código abarca toda la organización y no sufre
interferencias del tipo que examinamos en la sección anterior (peso de factores
cuantitativos, infravaloración de especialistas).
Con respecto a la tercera: en la breve descripción del LD que hemos hecho hasta
ahora puede observarse que la entidad medida es el trabajo en sí. Volveremos sobre
este punto en la Sección 19, página 63. Todos los otros métodos conocidos de
evaluación del nivel de trabajo, por el contrario, se refieren o bien a características de
la persona que lo realiza, o bien a aspectos contextuales del trabajo. Intentan evaluar
el nivel de trabajo de modo indirecto a través de estos indicadores, y estos
inevitablemente “atan” la evaluación a situaciones particulares del puesto antes que a
su nivel de trabajo puro. El LD, por el contrario, toca un aspecto esencial del trabajo
humano que es inmune a las circunstancias contextuales. Es por este motivo que la
tercera condición se cumple sin restricciones.
Este mismo punto es de interés para las organizaciones que están en cambio
estructural rápido y continuo. Este movimiento de estructura puede obligar a hacer
más mediciones, pero no afecta la validez del sistema.
Conclusiones
59
Cerramos esta sección con un tema pendiente, el de la validación del LD, que
el lector encontrará en la Sección 23, página 95. Ad referendum de este punto,
diremos que este es el único método hoy conocido que satisface las
condiciones de eficacia técnica que hemos utilizado para el análisis.
El LD introduce por primera vez en este texto el tema del pensamiento objetivo en el
campo organizacional. Este tema aparecerá con fuerza en el resto del libro. Nos
interesa subrayar aquí que esta sección contiene la primera muestra de cómo el
pensamiento objetivo puede ser puesto al servicio del sano ejercicio de la subjetividad.
60
14
Evaluación del Potencial por Análisis del Discurso
Bajo las condiciones adecuadas, es posible observar en cada persona la forma más
compleja de procesamiento de la información que es capaz de utilizar, lo cual equivale
a decir que es posible saber cuál es el estrato más alto en que podría trabajar hoy
satisfactoriamente bajo las condiciones favorables de que valore el trabajo y tenga los
conocimientos y habilidades necesarios. En otros términos, permite determinar su
capacidad potencial actual.
Este método ha sido desarrollado por el Elliott Jaques con fines de investigación.
Consiste en poner al sujeto evaluado en la situación de argumentar en algún tema que
le parezca importante y con el cual se comprometa emocionalmente. El desarrollo de
la argumentación se graba y luego se transcribe. Veinte minutos o media hora son
suficientes para una determinación precisa.
Este método está actualmente en uso, al menos en Argentina. Hay consultores que lo
proveen y organizaciones que lo utilizan regularmente. Respecto al valor que tiene
para la gestión de recursos humanos, presentaremos algunas consideraciones
parecidas a las que hicimos sobre los assessment centers.
61
¿Puede ser utilizado este método en beneficio de una gestión de recursos humanos
de calidad? Es necesario examinar dos tipos de condiciones: las técnicas y las que
conciernen a políticas de recursos humanos.
Desde el punto de vista técnico una primera consideración es que el profesional que lo
aplica tiene que estar debidamente capacitado para hacerlo. Esto puede parecer
obvio, pero vale la pena tenerlo en cuenta dado que el entrenamiento en este método
no está disponible. Su mismo autor, por razones que veremos luego, prefería no
difundirlo.
Esto en cuanto a los aspectos técnicos. Para considerar los que hacen a la política de
recursos humanos, pongámonos en el lugar de la persona que es evaluada por el
método de juicios gerenciales con referencias absolutas y por el análisis del discurso.
Hay quien piensa que las explicaciones en cuanto a los objetivos de la evaluación y la
devolución de los resultados al evaluado resuelve esta cuestión, y que además lo
enriquece porque lo ayuda a conocerse mejor. Como lo mencionáramos al hablar de
los assessment centers, esto no toca la cuestión de fondo.
Examinemos este argumento: “de todos modos, la evaluación obtenida por el método
del análisis del discurso es más objetiva que la evaluación gerencial. Por lo tanto, es
más válida como dato para la gestión, y en última instancia favorece a los mismos
evaluados al aumentar la equidad en las decisiones”.
62
Es verdad que la determinación es objetiva. En realidad, y como lo consignamos
arriba, este es el único método verdaderamente objetivo que existe. Sin embargo, no
es cierto que los resultados sean más válidos como dato para la gestión. Ya hemos
explicado por qué la evaluación con referencias absolutas tiene alta validez, y el
ejemplo que ofrece la sección siguiente ayudará a comprenderlo. De hecho, esta
última tiene un grado de discriminación mayor: en el estado actual de la técnica, el
método del análisis del discurso sirve para discriminar entre estratos, pero no para
ubicar al evaluado dentro de la complejidad variable del mismo estrato, cosa que sí
hace el método subjetivo con la escala Alto-Medio-Bajo.
Conclusiones
Como hemos dicho, desde un punto de vista técnico los resultados de este método
únicamente tienen validez si se expresan en niveles de trabajo existentes en la
estructura actual de la organización, lo cual requiere efectuar determinaciones
objetivas del nivel de los puestos. Si este requisito se cumple, el método responde
plenamente a las tres condiciones técnicas para un sistema óptimo de evaluación del
potencial:
Las objeciones son de otro cariz. Tanto la evaluación del potencial referenciada por el
LD como éste método son de autoría de Elliott Jaques. El primero forma parte de un
conjunto de principios y de prácticas que configuran la teoría de la organización
requerida. Hay un aspecto absolutamente medular de esta teoría que sin embargo
pasa desapercibido para mucha gente que se acerca a ella. Dice que los humanos
tenemos un vívido registro intuitivo de las situaciones que generan confianza y dentro
de las cuales podemos trabajar sin dañarnos mutuamente. No siempre se entiende en
el primer acercamiento que las verificaciones empíricas que sustentan esta teoría, y a
las cuales nos referiremos más adelante, tienen a este supuesto como punto de
63
partida. En realidad, este es un aspecto que no tiene alto perfil en sus libros dirigidos a
lectores orientados a la práctica organizacional.
64
15
Una analogía física
Presentamos aquí una analogía que en el pasado nos ha resultado útil para explicar el
funcionamiento comparativo de distintos métodos de evaluación del potencial a
alumnos universitarios. Ha resultado sumamente útil para comprender la importancia
de los códigos utilizados para la evaluación del potencial individual, y el efecto que
tienen sobre la calidad de las mediciones obtenidas.
2. Al medir los distintas pesos objetivamente con una balanza se encontraría que este
orden es correcto.
3. Por otra parte no habría modo de comparar las clasificaciones de distintos grupos
de evaluadores. “1 kg. más”, por ejemplo, significa pesos diferentes para distintos
grupos. Esta categoría no tiene un significado unívoco para cualquier persona,
dado que no agrupa objetos de similar peso.
Vale decir que se obtendría una evaluación válida (en el sentido de que efectivamente
correlaciona con el peso) pero sólo en términos relativos. Tendríamos información
para ordenar entre sí con acierto los objetos dentro de cada grupo, pero nada más que
eso.
65
Situación 2: Tenemos los mismos grupos que en el caso anterior, pero esta vez
presentamos como referencia para los evaluadores cinco objetos de peso
determinado con intervalos de 1 kg.(es decir, 1 kg, 2 kg., 3 kg, 4 kg. y 5 kg.) Los
evaluadores conocen el peso real de estos objetos de referencia, que es igual para
todos los grupos si bien difieren en forma, tamaño y color. Les pedimos que hagan
una evaluación del peso de cada objeto según el peso de referencia conocido al que
más se aproximen. Nuevamente, primero hacen evaluaciones individuales y luego
comparan los pesos estimados de los objetos.
En esta situación, además de quedar cumplidos los puntos 1 y 2 del caso anterior,
aparece una característica más: las evaluaciones tienen un significado inequívoco
para todos los evaluadores, aunque no hayan evaluado los mismos objetos ni se
conozcan entre sí. 2 kg. significa lo mismo para todos, por lo cual los resultados de
todos los grupos serían directamente comparables. No tendríamos dificultad para
hacer una clasificación única de la totalidad de los objetos evaluados por los diversos
grupos.
66
Si bien esta analogía tiene el valor de ayudar a comprender la evaluación del potencial
por juicios subjetivos expresados en términos de referencias objetivas, es necesario
observar que hay un aspecto de la mayor importancia en el que se aparta de este
método: la escala de medición del peso es continua, mientras que la empleada para la
evaluación del potencial presenta estratos discontinuos. Trataremos este aspecto
medular del potencial humano en la Parte IV (Qué es el potencial individual: bases
fácticas.)
16
Conclusiones: ¿Qué métodos utilizar?
Solo un método cumple a satisfacción con los criterios establecidos: la evaluación del
potencial mediante juicios gerenciales expresados en términos de referencias absolutas del
nivel de trabajo. Este es el método propio de la teoría de la organización requerida.
También alcanza una medida de resultados satisfactorios el método que se basa sobre juicios
gerenciales, pero referidos a referencias comunes a toda la organización en lugar de
absolutas. Sin embargo, presenta limitaciones y posibilidades de arbitrariedad en ciertos
casos que se mencionaron arriba.
Nuestra conclusión es que existe sólo una técnica de evaluación capaz de arrojar
determinaciones confiables y expresadas directamente en niveles de trabajo con significado
dentro de la organización particular. Este es el método del análisis del discurso.
Como lo desarrollamos en la Sección 43 (El método de selección por tres factores), si bien en
toda selección de candidatos para un puesto o proyecto determinado exige contemplar una
cantidad de condiciones de los postulantes, la relación entre el potencial de los mismos y la
complejidad de las tareas a realizar tiene un valor excluyente que ninguno de los otros
factores tiene, y por lo tanto la consideración del potencial en primer término arroja grandes
ventajas en cuanto a eficacia, economía y evitación de sufrimiento humano.
68
Evaluación por No cumple. No cumple.
juicios gerenciales No es funcional para evaluar No permite a los evaluadores expresar
referidos a niveles de potencial en la organización íntegra. adecuadamente sus juicios subjetivos.
trabajo relativos Válido solo en unidad de Dificulta la transparencia en el uso de la
reconocimiento recíproco (todos información.
conocen a todas las personas y a Puede dar lugar a decisiones arbitrarias.
todos los puestos)
Evaluación por juicios Cumplimiento sumamente No cumple.
gerenciales referidos limitado. Puede dar lugar a decisiones arbitrarias, ya que
a la estructura No aísla adecuadamente la variable no abre todas las oportunidades que da la
orgánica "potencial individual": contaminado organización a todas las personas.
por otros requerimientos de los
puestos.
No es funcional para construir una
base única de talento, válida para
todas las personas y todos los
puestos de la organización.
No utiliza niveles de trabajo válidos
para toda la organización.
Evaluación por Cumplimiento limitado. Cumplimiento limitado.
juicios gerenciales Es funcional en términos generales No reconoce adecuadamente el potencial en
referidos a niveles de para construir una base de talento ciertos casos, en particular en aquellos de
trabajo comunes a la única, pero está sujeto a personas que ocupan funciones ajenas a la
organización interferencias por la inadecuada línea operativa central del negocio. Esto induce
definición del nivel de trabajo de dudas en los evaluadores, quienes no pueden
ciertos puestos. expresar adecuadamente sus juicios. Genera
En muchos casos no aísla arbitrariedad y dificulta la transparencia.
adecuadamente la variable
"potencial individual": contaminado
por otros requerimientos de los
puestos
Evaluación por Cumple. Cumple.
juicios gerenciales Evaluaciones validadas por cotejo Los evaluadores pueden expresar
referidos a niveles de de juicios gerenciales. adecuadamente sus juicios subjetivos en un
trabajo absolutos El código de referencia de niveles código creíble.
de trabajo es universal. Se facilita la transparencia del proceso.
Guarda una relación directa con los El hecho de abrir las oportunidades a todos los
niveles de trabajo en la integrantes de la organización genera
organización. confianza.
Evaluación por Cumple No cumple.
análisis del discurso Determinación objetiva del potencial No toma en cuenta la calidad del trabajo y la
individual. capacidad demostrada por los evaluados en el
El código de referencia de niveles curso de su trabajo.
de trabajo es universal. Facilita la abdicación gerencial.
Guarda una relación directa con los (Es legítima su utilización con postulantes
niveles de trabajo en la externos a ingresar a la organización).
organización.
Una nota final acerca de la evaluación de sistemas para la gestión del potencial
humano en las organizaciones: es fácil de apreciar que para integrar un sistema de
este tipo de modo definitivo a la gestión de recursos humanos, y para que sus
usuarios desarrollen la necesaria confianza en el mismo, hay otras condiciones más
que cumplir. Estas hacen a la responsabilidad por la evaluación, la transparencia ante
los evaluados y las decisiones sobre la asignación de oportunidades de trabajo y de
formación a las que sustenta este sistema. Estos puntos se tratarán en la Sección 34
(La práctica del mentoring o tutoría) y en la Parte VI (Actores en el proceso de
evaluación del Potencial).
69
Parte III
Evaluación y medición del nivel de
trabajo
Desde un punto de vista técnico, el registro diferencial de los niveles de trabajo es el
principal problema a resolver para instalar un buen sistema de evaluación del
potencial. Como lo hemos dicho, toda evaluación del potencial tiene que estar
expresada en términos de niveles de trabajo con significado dentro de la organización
para que pueda ser utilizable. La identificación de los niveles de trabajo establece el
código que utilizan los evaluadores. Una vez resuelto este problema, todos los demás
problemas técnicos son de resolución comparativamente simple. Este es el motivo por
el que dedicamos una Parte de este libro al problema de la evaluación diferencial de
los niveles de trabajo.
17
Evaluación por factores ponderados
Hemos dicho arriba que es cuestión de sentido común que a diferentes puestos
corresponden distintos niveles de responsabilidad. Todas las organizaciones se ven
ante el imperativo de establecer algún sistema clasificación vertical de los puestos de
trabajo (categorías, grados, escalafones, grupos) cuanto menos para establecer un
criterio acerca de cómo pagar a sus empleados por los distintos niveles de
responsabilidad que ejercen. Desde el punto de vista de la evaluación del potencial
este tema nos interesa especialmente. Hemos dicho que en última instancia estas
evaluaciones deben expresarse siempre en términos de nivel de trabajo, y los mismos
niveles que sirven para las remuneraciones pueden servir para la evaluación del
potencial.
Estas necesidades plantean la ardua cuestión de cómo capturar algo a primera vista
tan “etéreo” e inasible como el nivel de trabajo. Reconocemos intuitivamente que
existen distintos niveles, pero ¿cómo ponerles números? ¿cómo designarlos? ¿cómo
clasificar puestos de cualquier nivel y especialidad funcional en un esquema común?
Norman Maier (Maier, 1964) en el clásico texto que ya hemos citado, presenta esta
lista de factores que influyen sobre el nivel de una tarea:
En ausencia de un método mejor, un listado de este tipo puede tener la virtud de dirigir
la atención de los evaluadores sobre aspectos sustantivos del trabajo. No es difícil, por
otra parte, comprender el alto nivel de incertidumbre propio de un método de este tipo.
Este listado expresa el mejor juicio de un experto, o quizás del consenso de un grupo
de ellos, pero resulta claro que otro experto podría presentar una lista distinta con
igual aspiración de legitimidad (lo que de hecho ocurre). Fuera de la convicción
intuitiva, no hay ninguna forma de fundamentar con rigor que cada uno de estos
factores efectivamente determine el nivel de trabajo. Por otra parte, la evaluación de
cada ítem en sí es incierta: distintos jueces podrían fácilmente tener evaluaciones
divergentes (lo que también ocurre de hecho).
Para repetir una observación hecha en la Sección 13 (Evaluación del potencial por
juicios gerenciales referidos a niveles de trabajo absolutos) en realidad estos factores
no se refieren al trabajo en sí. Algunos de ellos se refieren a características de la
persona que realiza la tarea, y otro a aspectos contextuales tales como el número de
personas supervisadas y la cantidad de planeamiento requerida. El registro del nivel
de trabajo se alcanzaría por vías indirectas.
18
El sistema Hay
71
Como se observa, también este método emplea una combinación de variables que hacen a la
persona que trabaja (saber hacer) con otras referidas al entorno del trabajo (resolución de
problemas y responsabilidad). Este ultimo grupo de factores se basa en montos de dinero que
caen bajo la responsabilidad del puesto, con ajustes por el grado de influencia que el su
ocupante tiene sobre ellos.
Si bien hay pruebas de consistencia interna el sistema no ha sido validado con ningún
criterio externo. Hay quienes atribuyen características de objetividad a este sistema,
pero esta afirmación no puede ser sostenida en el sentido estricto del término.
Existe cierto sesgo en la evaluación de puestos laborales que favorece a aquellos que
manejan grandes recursos materiales o humanos, en detrimento del verdadero nivel
de trabajo que se relaciona con la complejidad de las variables en juego. Este sistema
tiende a confirmar estos sesgos.
72
19
El lapso de discrecionalidad
Definiciones
Toda tarea realizada por un humano tiene una propiedad, que es el tiempo intencional
de su cumplimiento. No podemos encarar tarea alguna sin anticipar, aunque sea de
modo implícito, cuándo estará finalizada. Si no hay tiempo intencional, no hay tarea:
se trata de una actividad de fantaseo o ensoñación. El tiempo cronológico puede
variar por una cantidad de factores, pero el tiempo intencional está siempre allí. El
tiempo cronológico es una determinación ex post facto que solo es posible en el
momento futuro de la finalización de la tarea, mientras que el tiempo intencional es un
tiempo de hoy.
73
gerente asigna una tarea a un subordinado 4 tiene por fuerza un tiempo de finalización
en mente, aunque no lo diga y él mismo no sea consciente de ello. El subordinado por
su parte así lo entiende: sabe que aunque no le digan para cuándo tiene que hacer
algo, si supera cierto tiempo se verá en problemas.
En la mayoría de los puestos de trabajo el trabajador tiene varias cosas entre manos a
la vez, y estas diferentes tareas tienen distinta duración intencional, es decir fechas
más cercanas y lejanas en el futuro para cuando deben estar terminadas según el
proyecto de hoy. Siempre hay alguna, o algunas, que tienen la fecha más lejana. Su
tiempo de ejecución previsto se puede medir en horas, días, meses, años o décadas.
Este es el lapso de discrecionalidad.
También existen puestos de tarea única, en los que su ocupante debe hacer una tarea
por vez sin ninguna decisión sobre prioridades. En estos casos el LD corresponde al
tiempo más largo que transcurre desde la iniciación de una tarea hasta un punto de
revisión en el cual se revelaría el mal uso de la discrecionalidad. En ambos casos se
lo puede entender como el tiempo más largo durante el cual un gerente está dispuesto
a confiar en la discrecionalidad de su subordinado.
Quizás por correr por carriles distintos a los del pensamiento establecido en
organización y recursos humanos, la noción del LD no resulta fácil de captar en la
primera aproximación. Esperamos que ayude a despejar algunos malentendidos
comenzar por esta aseveración: el LD es, en primer lugar una constatación
empírica.
El registro histórico
4
El término “subordinado” suscita gran rechazo, y muchos prefieren sustituirlo por el de “colaborador”. Sin embargo, este
último tiene el inconveniente insalvable de introducir gran ambigüedad. ¿Acaso no es también el gerente un colaborador de
sus subordinados? ¿y los pares entre sí? “Subordinado” denota que alguien trabaja en un sub-orden de asignaciones laborales
con respecto a otro, y este es el significado necesario que el término rescata. Preferimos la antipatía que la palabra inspira a
la confusión que introducen sus alternativas.
74
cuanto a su utilidad. Los delegados sindicales, actores importantes en la historia,
tenían la clara percepción intuitiva de que estos instrumentos “no medían realmente el
trabajo”.
Según cuenta el Dr. Jaques, fueron precisamente los delegados sindicales quienes
tuvieron la primera intuición feliz. “Doctor, esto tiene algo que ver con el tiempo”. Se
preguntaban por qué a los operarios de planta se les pagaba por semana, a los
gerentes por mes y a los directivos anualmente. ¿Tendría algo que ver con los
tiempos en los que se evalúa el trabajo?
A partir de aquí se desarrolló una larga tarea de medición de puestos de trabajo por el
LD en toda clase de organizaciones y de regiones del mundo. Los puestos medidos se
cuenta hoy por decenas de miles.
El registro psicológico
No se trata del esfuerzo físico, sino psicológico. Nadie pensaría que un trabajo de
acarrear ladrillos merezca mayor remuneración que un trabajo administrativo del
mismo nivel. Tampoco es el tiempo de trabajo dedicado. Un puesto que exige horarios
prolongados debe recibir una remuneración mayor en relación directa con el mayor
tiempo exigido, pero nadie pensaría que debe estar mejor remunerado por unidad de
tiempo.
75
Cuando alguien trabaja, tanto el trabajador mismo como cualquier observador externo
informado puede determinar si está cumpliendo con los aspectos prescritos. No hay
ambigüedad. Por el contrario, los resultados del ejercicio de la discrecionalidad no se
conocen hasta que la tarea está finalizada, y aún en ese momento son tema de
evaluación subjetiva. La ambigüedad propia de este proceso genera ansiedad en la
persona que trabaja, al exigir su capacidad de tolerancia a la incertidumbre. Esto es lo
vivenciado como esfuerzo.
76
El lapso de discrecionalidad es un método objetivo, completamente independiente de
las especialidades funcionales de los puestos y del hecho de que comanden grandes
recursos (humanos, materiales) o sean roles de especialistas o asesores con
pequeñas dotaciones (o nadie) a cargo. Entre los sistemas reseñados aquí, este es el
único que mide el nivel de trabajo (los demás lo evalúan).
El registro epistemológico
En cambio, un adulto de 1,80 metros de estatura mide el doble que un niño de 0,90
metros. Una masa de 30 kilos equivale al triple de una de 10. Del mismo modo, un
puesto con un LD de dos años tiene un nivel de trabajo doble al de otro de un año.
Esta es una característica que presentan las mediciones utilizadas en física. Lo que
las distingue es un completo homomorfismo entre la el fenómeno medido y la
representación numérica. La marca de este homomorfismo es que existe un cero
absoluto y los números negativos no tienen sentido. Una mesa de 0 metros de largo
no es una mesa, y una mesa de –2 metros de largo es una ficción del lenguaje. Una
77
tarea con un tiempo intencional de 0 no es una tarea. Volveremos sobre este tema en
la Sección 47 (La cuantificación en Recursos Humanos).
En las situaciones de trabajo es una situación corriente que los empleados reciban
asignaciones formuladas de manera imprecisa y sin tiempos de entrega explícitos.
Más aún, si se le pregunta al propio gerente qué tiempo ha asignado a la tarea, es
frecuente que no tenga una respuesta inmediata. Sin embargo, ambos saben con total
claridad que si la finalización de la tarea excede cierto tiempo, el subordinado podrá
ser acusado de incumplimiento. Este tiempo es un dato objetivo que puede ser
determinado. Normalmente, el ocupante de un rol maneja varios tiempos de este tipo
a la vez. El más largo es el LD.
Hablando de los descubrimientos originados por el LD, dice Elliott Jaques en “La
forma del tiempo” (Jaques, 1984), pág. 165:
Para aclarar los dichos del autor: cuando se le pregunta a la gente confidencialmente
y en el marco de una investigación estadística cuál sería una retribución equitativa
para el puesto que ocupa, responde con una cifra que correlaciona fuertemente con el
LD del puesto, y que es independiente de su remuneración actual y del valor de
mercado de su trabajo. Los valores absolutos difieren según los países y regiones
económicas, pero mantienen correspondencia en cuanto a las respuestas para un
mismo LD y a la relación entre puestos con diferentes LD. El autor postula que este
registro de remuneración equitativa corresponde al esfuerzo sentido, con lo cual el LD
mide esta magnitud que a su vez determina el nivel de responsabilidad sentido del
puesto.
79
Lo que no nos permite hacer es manifestarnos en desacuerdo sin cumplir con estos
requisitos.
Esta sección tiene la finalidad de servir como material de consulta y guía de acción
para aplicar la técnica del LD. Está basado principalmente sobre dos escritos de Elliott
Jaques:
● “Time-Span Handbook”, Cason Hall & Co. Publishers, 1964. Hay traducción
castellana: “Manual de valoración de puestos”, Ed. Index, Madrid-Barcelona, 1971.
● “Measurement of Time-Span of a Role” Cason Hall & Co. Publishers, Working Paper
#1008, diciembre de 1998.
• “De tareas únicas. Se asigna al subordinado una tarea por vez, y sólo cuando la
termina se le asigna otra, o bien se le asignan dos o más tareas indicando el orden
en que debe realizarlas. La mayoría de los roles de estrato I son de tareas únicas.
• “De tareas múltiples. El ocupante del rol tiene varias tareas en realización en
cualquier momento dado, muchas de las cuales son discontinuas; es decir, debe
dejarlas para retomarlas luego. La persona debe asegurar que sus tareas
discontinuas avancen de modo tal que todas puedan ser cumplidas a tiempo y
dentro de los estándares especificados. Casi todos los roles de estrato II y
superiores son de tareas múltiples.”
Una manera de distinguir entre ambos tipos de rol es la siguiente: cuando una persona
tiene varias tareas que cumplir a la vez, hay alguna o algunas que son las más
extendidas en el tiempo. La persona puede “tomar tiempo prestado” de las tareas más
largas para cumplir con las más cortas, a su propia discrecionalidad. Pero está
obligada a planificar todas las tareas sobre el horizonte del cumplimiento de la más
larga. En los roles de tarea única esta condición no existe.
El LD es una decisión gerencial. Para decirlo de un modo algo tosco, pero sumamente claro, el
LD existe en un único lugar: en la cabeza del gerente del puesto medido. Y solamente cobra
realidad cuando éste asigna una tarea. Por lo tanto, no está en las descripciones de puestos,
por detalladas que sean, ni en la mente del ocupante del puesto, ni en ningún otro lugar (si bien
estas fuentes suelen ser útiles para formular hipótesis sobre el LD).
Para hacer esta medición, un primer paso es que el analista conozca y entienda el trabajo que
se hace en el puesto. Las fuentes posibles son múltiples: organigramas, descripciones de
tareas, conversaciones con personas conocedoras del trabajo, con los propios ocupantes de
los puestos, con sus jefes, etc.
“Para tomar el LD se debe entrevistar al gerente directo del puesto medido y explorar
las tareas que de hecho asigna al ocupante del puesto. Es este gerente quien, de modo
5
Todas las traducciones son del autor de este artículo.
81
explícito o implícito, decide los CCT/R: estándares de calidad (C), cantidad (C), tiempo
previsto de cumplimiento (T) y recursos (R) de estas asignaciones. La decisión del
gerente directo acerca de los CCT/R para cualquier asignación en particular es un
hecho objetivo.
“Toda vez que sea posible resulta útil entrevistar también al subordinado para obtener
su versión sobre las tareas que se le asignan. Cualquier discrepancia que surja entre las
asignaciones declaradas por el gerente y la comprensión que de ellas tiene el
subordinado puede ser utilizada para clarificar el rol.
“Se puede medir roles vacíos (recién creados o vacantes). En estos casos se pide a los
gerentes directos ejemplos específicos de los tipos de tareas que necesitan asignar al
rol. La medición final del LD concluye cuando el gerente del gerente (gerente indirecto)
expresa su acuerdo en cuanto a que las tareas asignadas están efectivamente dentro
de la autoridad del gerente (sus términos de referencia) para asignarlas. Esta
comprobación es de especial importancia en el caso de los roles nuevos o actualmente
no cubiertos.
“El lapso temporal se mide identificando las tareas asignadas al rol que tienen el tiempo
previsto de cumplimiento más prolongado.”
“Un problema que surge al establecer el tiempo previsto de cumplimiento: los puntos
de revisión
“A veces los gerentes confunden sus propias tareas con las que asignan a subordinados.
Por ejemplo, un gerente cree haber asignado un proyecto de 18 meses, pero resulta de
hecho que solo ha encomendado la primera fase de 6 meses, a cuyo fin revisará el trabajo
hecho, y si lo encuentra satisfactorio asignará la segunda tarea de 6 meses (y por último, si
todo anda bien, una tercera tarea de 6 meses).
“Es decir que resulta necesario determinar para cada tarea si existen puntos de revisión
completa a plazos más breves o simplemente revisiones del trabajo en curso. Un punto de
revisión completa es aquel en que la asignación hecha por el gerente ha sido terminada.”
82
“En el caso de un proyecto en varias fases, el gerente encomienda entonces una fase
siguiente (que hasta podría ser asignada a otro subordinado). La revisión en curso, en
cambio, es aquella en la que el subordinado presenta a su gerente informes de progreso
periódicos y en la que se analizan las dificultades, mientras el subordinado continúa
trabajando hasta la finalización sin necesidad de que el gerente apruebe el progreso
logrado hasta ese punto.
“Cuando el gerente no está seguro acerca del tiempo de cumplimiento previsto (como
cuando dice ‘no sé el tiempo que puede llevar’, o ’tiene que terminarlo lo antes posible’),
suele ser útil emplear un procedimiento de aproximación sucesiva para determinarlo con
precisión.
“Para aplicar este procedimiento es conveniente informar al gerente que a los fines de
esa entrevista usted se comportará como si fuera el subordinado que ocupa el rol que
se desea medir. Incluimos a continuación un ejemplo de una entrevista de este tipo.”
Para tomar el LD, es importante tomar el papel del subordinado que ocupa el puesto,
trabajando en forma de role-playing con el informante. El analista toma el rol del
subordinado, y el informante su propio rol. Esta forma de trabajar es muy importante
porque permite averiguar cuales son las asignaciones de hecho. Sigue la trascripción
de un diálogo que figura en la página 3 del trabajo citado:
P: Indica las preguntas que hace el entrevistador desde el rol del subordinado.
R: Indica las respuestas del gerente a estas preguntas.
El entrevistador pregunta:
P: “¿Podría darme una idea de las clases de tareas que me da para hacer?” (A
“Roberto”. Obtenga ejemplos).
P: “¿Cuál podría ser un ejemplo de una tarea que tuviera uno de los tiempos de
cumplimiento más prolongados?” (Obtenga un ejemplo).
P: (Aproximación por parte alta): “Si yo le dijera que 18 meses es poco tiempo, y le
pidiera cinco años ¿me los daría?” (El arte consiste en escoger un tiempo que esté
muy por encima del ofrecido. Esto ayuda al gerente a precisar por contraste).
R: “¡No!”
P: “¿Tres años?”
“Hasta aquí usted ha averiguado que el tiempo de cumplimiento previsto no supera a los
dos años y tres meses. Pero el tiempo podría ser menor si hay fases discretas, de modo
que es necesario agregar estas preguntas:
P: “¿Se descompone esta asignación en fases más cortas? No me refiero, por ejemplo,
a informes de progreso en los que usted examina el trabajo para estar seguro de
que las cosas andan bien, sino a una etapa bien diferenciada de terminación del
trabajo, cumplida la cual me asignará otra”.
R: “Me parece que sí. ¿Usted quiere decir que le he pedido que realice primero una
evaluación preliminar a escala completa dentro de seis meses, y que en este punto
yo decidiría como seguir adelante con el proyecto?”.
P: “Eso parece ser una etapa independiente. ¿Tendré que limitarme a finalizarla, o
espera usted que al mismo tiempo inicie otras partes del proceso porque hay que
ponerlas en marcha desde el comienzo, aunque no sean parte de la evaluación
preliminar?”
Posibilidad uno:
R: “No, no, primero la evaluación y nada más”. Esta respuesta significa que la
evaluación es una tarea inicial de seis meses, en contraste con una respuesta como
la que sigue, que indicaría que la revisión de los seis meses es solo de progreso y
no una etapa aislada.
Posibilidad dos:
“El punto importante es que este método de preguntar ayuda al gerente a localizar
precisamente el “para cuándo” que de hecho ha previsto.”
“El lapso temporal de un rol puede ser medido objetivamente del modo descrito. Se ha
determinado empíricamente que arroja una medida del peso de responsabilidad
experimentado. Los roles con un mismo lapso temporal dan la misma “sensación” de
“tamaño”, con independencia de la ocupación a la que pertenezcan. Producen la
sensación de que el “tamaño” aumenta o disminuye cuando el lapso temporal se alarga
o acorta por cambios en las tareas asignadas. Originan las mismas respuestas de “pago
sentido como justo” en una región económica dada, y marcan los límites comunes entre
estratos gerenciales de 3 meses, 1 año, 2 años, etc., con independencia de la cultura de
que se trate.
“No obstante, la verdadera pregunta es por qué el intervalo temporal parece coincidir
con el ‘peso de la responsabilidad’ experimentado (o, dicho con mayor precisión, con el
nivel de trabajo experimentado). Sugerimos que la significación del intervalo temporal
proviene de que arroja una medida de:
No sería legítimo pedir a quien se acerca a esta teoría que la acepte desde el principio
como válida; sin embargo, sugerimos que es conveniente para los fines de aprendizaje
aceptar que fue desarrollada por gente de gran capacidad personal y genuino espíritu
científico, y que acumula experiencias de casos durante más de medio siglo. “Espíritu
científico” significa que su autor no solamente ha escuchado, sino que ha buscado
activamente críticas y refutaciones. La conclusión es que si la refutación parece fácil,
probablemente constituya una buena pregunta para acceder a la comprensión de la
teoría, pero no una verdadera refutación.
85
El peso sentido de
El tiempo intencional de la tarea
responsabilidad en un
puesto de trabajo Y más larga del puesto
Ejemplo 1:
¿Cuál es el LD de un piloto de aviación comercial? ¿Llevar un avión de un aeropuerto a
otro? ¿Si vuela Buenos Aires a Rosario, es de 45 minutos, y a Madrid 12 horas?
¿Significa esto que el nivel de trabajo del segundo es 16 veces mayor que el primero?
¿Y el conductor de ómnibus que viaja a San Pablo, tiene un nivel de trabajo más alto
que el del piloto internacional?
Palabras clave en la definición presentada: “la tarea más larga del puesto”. Esta
definición proviene de indagación en el campo, y no de supuestos a priori.
Ejemplo 2:
Una gran empresa de consultoría contrata consultores de alto nivel. Estas personas
realizan trabajos que deben estar terminados en un plazo máximo de seis meses.
¿Significa esto que realizan un trabajo de estrato II?
Estas personas no ocupan un puesto, sino que son contratadas para cumplir con
proyectos.
Palabras clave en la definición presentada: “la tarea más larga del puesto”.
86
Para avanzar en la comprensión del LD: imaginemos que esta consultora tiene tal
volumen de trabajo que en un momento decide que sería más económico crear un rol
permanente y de tiempo completo de consultor de alto nivel, con una remuneración
periódica garantizada. En tal caso ¿Cuál es la duración intencional de las tareas
asignadas de hecho al ocupante? La teoría del LD permitiría suponer que esta será
superior a dos años, y si se encuentra un caso en que no sea así existiría un principio
de refutación.
Ejemplo 3:
Un cortador de diamantes usa su discrecionalidad para dar un golpe con su cincel, y en
una fracción de segundo el diamante conserva su valor o se quiebra indebidamente y lo
pierde. ¿Cuál es el LD de este puesto?
La investigación del puesto revela que de hecho la persona que cumple (o cumplía este
rol, que puede haber dejado de existir) es respondible por otras asignaciones, que tiene
que ver con los procesos de compra de gemas en bruto, tareas de actualización, etc.
que se prolongan por varios meses.
Palabras clave en la definición presentada: “la tarea más larga del puesto”.
Ejemplo 1:
Un pintor debe aplicar una mano de base fijadora, y luego la pintura de acabado. Omite
aplicar la base, y aplica sólo la mano de acabado. Al finalizar la tarea, esta omisión no
se nota. Recién dos años después aparecen las consecuencias, cuando la pintura
muestra desprendimientos y daños. ¿Significa esto que este puesto tiene un LD de dos
años?
Ejemplo 2:
Un empleado administrativo de RRHH debe hacer una presentación mensual de
información a un organismo del estado. Omite hacerlo, y las consecuencias negativas
se revelan un año después de esta omisión. ¿Significa esto que el puesto tiene un LD
de más de un año?
En ambos casos, el empleado ha trasgredido las normas dentro de las cuales debía
trabajar. El LD se refiere al uso legítimo de la discrecionalidad, y no a las trasgresiones.
En el caso del pintor, el inadecuado uso de la discrecionalidad se nota, por ejemplo, en
la prolijidad de los bordes, los planos uniformes y continuos de color, la ausencia de
manchas de pintura en el piso, etc. Como es obvio, esto se observa en el momento de
entrega del trabajo.
Cuando una persona ingresa a un puesto de trabajo, tarda un tiempo X para finalizar
una tarea determinada, que puede ser la más larga del puesto. A medida que aprende
87
a trabajar mejor, lo hace con mayor rapidez, por lo que el tiempo intencional de la tarea
disminuye. ¿Significa esto que al capacitarse la persona disminuye el nivel de
responsabilidad del puesto?
Una vez más, esta pregunta sólo puede ser respondida con investigación en el campo.
De modo natural, los gerentes asignan tareas de más larga duración cuando saben que
pueden confiar en el tiempo de uso de la discrecionalidad por sus subordinados. En el
ejemplo mencionado, a medida que el empleado se capacita su gerente modifica las
tareas que le asigna, aumentando el tiempo de completamiento previsto. Por ejemplo,
la tarea del párrafo anterior puede ser asignada como parte de un paquete de tareas
del mismo tipo, con un tiempo de completamiento más largo. O bien puede ser
asignada como una parte de una asignación mayor que la incluye, y cuyo tiempo
intencional es más extendido.
Palabras clave en la definición presentada: “la tarea más larga del puesto”, tal como
existe de hecho una vez que el ocupante se ha capacitado.
88
Parte IV
Qué es el potencial individual: bases
fácticas
Hemos mencionado el concepto de estratos de trabajo en la Sección 13, referida a la
evaluación del potencial con referencias absolutas. Hemos dicho que la determinación
del estrato al que pertenece un puesto es una determinación absoluta, independiente
del contexto y que extiende su validez a cualquier tiempo y lugar. Ahora bien ¿qué son
los estratos de trabajo?
La forma habitual de explicar los estratos de trabajo es hacerlo en términos del tipo de
procesamiento mental requerido a la persona que ejecuta el trabajo, tema que
desarrollaremos más adelante en esta sección. Cuando presentan este concepto en
público, los expertos y practicantes de la teoría de la Organización Requerida se
precipitan a hablar de métodos de procesamiento mental y órdenes de complejidad. El
propio libro La organización requerida, quizás por razones de concisión, facilita esta
lectura sobre la naturaleza de los estratos de trabajo.
Si bien es correcta, esta explicación por sí sola no hace justicia ni al origen histórico ni
al sentido profundo de los estratos como condición para la convivencia productiva en
el trabajo. En cuanto al aspecto histórico, es importante notar que transcurrieron cerca
de treinta años desde que los estratos fueron un hecho empírico reiteradamente
comprobado hasta que se conceptualizaron las formas de procesamiento mental que
los sustentan. Los estratos de trabajo emergieron como un resultado accidental de
investigaciones realizadas en el Reino Unido y en Holanda durante los años 1957 y
1958, que a partir de entonces fueron confirmadas reiteradamente, mientras que la
conceptualización de las formas de procesamiento mental surge recién en la década
de 1980. La validación empírica de los estratos no dependió de su relación con los
procesos mentales. Esta nueva etapa de validación vino más adelante.
20
La emergencia de los estratos de trabajo
Los estratos de trabajo son un descubrimiento que fue hecho posible por el lapso de
discrecionalidad (LD). Para comprenderlo es necesario introducir el concepto de
“gerente real”. Apelamos a una noción que todos tenemos: hay gerentes reales y
gerentes "de cartón". La gente que trabaja tiene un registro intuitivo muy claro de la
diferencia entre unos y otros, y sabe identificar a su gerente real cuando se le
pregunta. Los estratos de trabajo surgen del registro intuitivo de las condiciones
para la sana convivencia en el trabajo productivo.
89
El concepto de "gerente real" es fácil de comprender para cualquier persona que
trabaje en organizaciones. Gerente real es aquel a quien el empleado siente
espontáneamente que debe recurrir cuando enfrenta un problema que lo supera. Es
quien de hecho determina el trabajo que hace el subordinado, y quien también de
hecho lo evalúa. Este es un sentimiento muy vívido de la gente que trabaja. Gerente
real es aquel que por su capacidad de comprensión y de decisión está en condiciones
de agregar genuino valor al trabajo del subordinado.
Se debe distinguir al gerente real del gerente formal. Ocurre con frecuencia que la
gente tiene gerentes designados formalmente por el organigrama, pero que no son
sus gerentes reales. Esta función es cumplida en muchos casos por el gerente
indirecto. El "gerente real" y el "gerente formal" pueden coincidir o no en el mismo
puesto.
Dice Jaques que esta investigación se repitió más de cien veces en distintas
organizaciones en países diversos, y que se encontró siempre la misma regularidad. 6
Estos resultados apuntan al descubrimiento de una característica universal del trabajo
humano: la existencia de estratos de trabajo discontinuos. Jaques utilizó el término
"estratos" como un modo de subrayar el carácter fáctico, y no convencional, de estos
niveles diferenciados.
El gerente real es quien de hecho responde por la efectividad del empleado, quien
decide en definitiva qué tareas se le encomiendan, y quien toma las decisiones que lo
afectan directamente: su remuneración, el reconocimiento que recibe, sus
posibilidades de permanencia, ascenso o democión. En las organizaciones de trabajo,
la relación subordinado-gerente real es la que se siente de hecho como “natural”. El
subordinado siente que trata con quien verdaderamente comprende su trabajo y le
puede ayudar a enriquecerlo. El gerente siente también como natural trabajar con ese
subordinado, aunque no sea directo según el organigrama. Es decir: los estratos de
trabajo son esencialmente niveles gerenciales genuinos. Volveremos sobre el
concepto de gerente real en la Sección 41 (La pregunta sobre el gerente real.)
10 Años
Ejecutivo
Estrato V Divisional
7 Años
Director G2
Producción
5 Años
Director S3
Unidad Fabril
Estrato IV 3 Años
Gerente S4
General
2 Años
Gerente de
Planta
Estrato III 18 Meses
Gerente
Departamento
1 Año
Jefe
Sección
Estrato II 6 Meses
Asistente G1
Jefatura
3 Meses
Supervisor S1
1 Mes
Estrato I Encargado S2
1 Semana
Operario S3
1 Día
Adaptado de J aques, Elliott, “La organización requerida”, Ed. Granica, página 129
la pregunta ¿quién es su gerente real? dando las aclaraciones necesarias sobre este
concepto. Posteriormente se establecen relaciones entre las respuestas y los niveles
de trabajo medidos de los roles.
Durante casi treinta años fue imposible dar cuenta de las razones de estas
discontinuidades en las relaciones genuinas gerente-subordinado. Según relata
Jaques, la primera inspiración que permitió resolver el problema surgió mirando un
debate por televisión. Este fue el germen de una serie de descubrimientos.
21
Las cuatro formas de procesamiento de información
La lógica moderna reconoce cuatro conectivos básicos, que sirven para vincular
enunciados y formar otros nuevos:
O
Y
Si... entonces
Si y sólo si
Estos conectivos son familiares para los programadores de computadoras, que los
emplean bajo el nombre de operadores booleanos en homenaje al matemático inglés
George Boole, quien postuló en su obra The Laws of Thought (las leyes del
pensamiento), publicada en el siglo XIX, la existencia de ciertas operaciones
esenciales al pensamiento lógico aplicado a cualquier dominio. Boole postulaba que
los paralelos que existían entre su cálculo de clases y el álgebra se debían a que su
fuente común en una “lógica superior”, la de “las leyes del pensamiento”. Jaques
propone a su vez que los cuatro tipos de escalas numéricas que utilizamos
(nominales, ordinales, intervalares y proporcionales) son también consecuencia de las
leyes del pensamiento. Volveremos sobre este importante punto en la Sección 47 (La
91
cuantificación en recursos humanos). Es interesante observar que al igual que Jaques,
Boole apela a un orden suyacente que puede ser articulado como conocimiento
objetivo.
La primera intuición (durante el debate televisivo) acerca del substrato del potencial
individual humano se basó en el reconocimiento de que distintos participantes en el
debate empleaban diferentes conexiones lógicas en la estructuración de su discurso.
El refinamiento conceptual y la investigación posteriores permitieron precisar y
extender el alcance de estas formas diferenciadas de procesamiento de la
información. Hoy se la puede reconocer en todas las especies vivientes, desde los
protozoos al hombre. Estos operadores son cuatro y sólo cuatro, y se repiten dentro
de distintos órdenes de complejidad al estilo de las notas musicales en distintas
escalas.
serial si - entonces
acumulativo y
declarativo o
93
22
Los cinco órdenes de complejidad de la información
Continúa la cita:
El trabajo humano, ya lo hemos dicho, se vincula con el uso del juicio y la toma
de decisiones. La complejidad de ese trabajo será expresada por la complejidad
de la información que la persona utiliza para resolver los problemas.
94
Universales: aquí pasamos a lo que habitualmente se concibe como la
genialidad: la creación de nuevos tipos de sociedad, de nuevos sistemas
morales y éticos, de nuevos valores y culturas, de grandes teorías abarcativas.
Los cuatro métodos de procesamiento mental se combinan con los cinco órdenes de
complejidad dando lugar a una estratificación natural del procesamiento de
información por los humanos (y, como lo hemos dicho, por el resto de las especies,
que quedan comprendidas en el orden preverbal con escasas excepciones que no
veremos aquí). El siguiente esquema representa estas combinaciones:
Formas de
procesamiento
Ordenes mental
de
complejidad
s
a le Estratos
rs de
i ve trabajo
un
VIII
u al VII
pt o
e
nc ac
t VI d o ajo
Co str b
V un t r a
ab M l o
IV de ult
ad
III
l o
r ba lic II
ó
Ve mb
si I
l
r ba eto
Ve ncr
Operadores
lógicos
co
Paralelo SI Y SOLO SI
al Serial SI ENTONCES
rb
ve
No Acumulativo Y
Declarativo O
23
Validación empírica de la correspondencia entre Complejidad del
Procesamiento Mental y Capacidad Potencial Actual
Existen varias experiencias realizadas a lo largo del tiempo en varios países que
evidencian esta correspondencia. Desde el punto de vista de la validación rigurosa, sin
95
embargo, hay dos estudios de particular interés.
Estos estudios fueron realizado por Elliott Jaques y Kathryn Cason en una corporación
minera australiana y una compañía de servicios eléctricos de los EE.UU. con
supervisión técnica y análisis de datos efectuados por el U.S. Army Research Institute
for Social and Psychological Research (Instituto de Investigaciones del Ejército de
EE.UU para la investigación social y Psicológica, ARI). Ambas compañías eran
organizaciones estratificadas en forma requerida de estrato VII. Es decir, existía un
nivel gerencial por cada estrato.
Se hizo una evaluación del potencial sobre una muestra de 72 personas mediante dos
métodos distintos. Estas investigaciones están publicadas en su obra “Human capability” (La
capacidad humana.8) El primero se basa sobre los juicios intuitivos expresados sobre la
capacidad potencial actual de una muestra de personas, solicitadas a sus gerentes directos, a
los gerentes indirectos (jefes de sus jefes) y a los propios evaluados. También se hicieron dos
evaluaciones por el método del análisis del discurso, a cargo de cada uno de los dos
investigadores. De este modo, se originaron cinco evaluaciones distintas para cada uno de
los participantes voluntarios en el estudio.
Figura IV.2
Resultados del estudio publicado en “Human Capability”
(Páginas 54 a 56)
Capacidad
Potencial
Actual
I
GGG G
Evaluación por juicios Análisis del discurso PPP P
VI I Gerente del gerente C Cason CCC C
G Gerente directo J Jaques JJJ J
P Propio evaluado
V/VI
IGI I I I I I I I
P G I P GG PPG P GGGG G
V J CP
JC CP C P C CPC PPPP PI
J J J J CP
J JJ J J CCCC C
JJJJJ
PI I I PI I
JC
JC C P PG CG J C I G C
IV/V JCJC
I I I
I I IG I I I I I I I I I I I I
I P P PP G G GGGG G GGGG G P PPI I I I G I I
IV PP
JP
I I PC PP PPPP P PPPPP C GG
JJC CC C
J JJ JC C CCC C CCCC CC J J CP PG J GP
J JJJJJ JJJJJ
I
GG G
P PP P
III / IV C CC CC
JJ J
IGI I I I I
PI PP GGG G I I I
III CP C J P C P P P P P GC G G I GG
J J CCCC C J J C J
C C
JJJJJ
G
I I CG
II/III CJ P J
I IGI I I I
GGP PPG GG I
II C PC C P P PG GPC I
J J J J C CC CJ J
J JJJ
8 I I
CasonI/II
Hall
P C& Co. Publishers Ltd., 1994
96
1 7 3 6 2 4 5 9 13 14 8 25 11 10 20 19 15 16 29 38 26 21 27 34 24 12 18 17 45 28 41 30 31 35 36 42 44 46 47 53 54 55 56 49 50 51 57 23 22 37 39 32 48 52 40 43 58 63 33 59 65 66 61 60 62 64 67 69 70 71 72 68
Hubo una correlación de 0,97 entre el nivel al que se juzgó que los sujetos tenían
el potencial de trabajar y su complejidad de procesamiento mental.9
24
Alcances de los métodos diferenciales de procesamiento mental
para la evaluación del potencial
La complejidad de los roles aumenta de modo continuo desde los de operación directa
hasta los estratégicos. La forma de procesamiento mental requerida para trabajar bien
en ellos cambia por saltos. El fenómeno es análogo al que ocurre con la temperatura y
los estados del agua: si la primera aumenta de modo continuo de -10º C a 110º C, el
estado pasa por dos transiciones bruscas: de sólido a líquido a los 0º C y de líquido a
gaseoso a los 100º C.
Este hecho marca diferencias profundas entre la evaluación del potencial hecha con
referencias indirectas y convencionales, como es el caso de todos los métodos de
evaluación por factores, y las basadas en la medición objetiva de una propiedad del
trabajo en sí. En el primer caso, los cortes entre categorías de evaluación no
responden a ningún registro intuitivo porque no tienen base fáctica, condición que en
cambio sí se da en el segundo caso.
9
Jaques y Cason, Human Capability, 1994
97
25
Definiciones rigurosas de nivel de trabajo y de potencial individual
Llegado este punto podemos presentar las definiciones rigurosas de nivel de trabajo y de
capacidad potencial actual prometidas en la Parte I. Todas han sido formuladas por Elliott
Jaques en el contexto de la teoría de la Organización Requerida. Pueden encontrarse en el
glosario de la obra correspondiente (Jaques, 2004.)
Trabajo: actividad dirigida a una meta que requiere el ejercicio del discernimiento 10 y la
discrecionalidad al tomar decisiones.
Capacidad potencial futura: máximo nivel en el que una persona podrá trabajar en el
futuro, por ejemplo dentro de cinco, diez o quince años.
Capacidad aplicada actual: la capacidad que posee una persona para hcer un trabajo
determinado en un rol específico, en un cierto nivel y en el momento presente. Es una
función de la complejidad de su procesamiento mental (CPM), de la forma en que
valora el trabajo de su rol (compromiso con los valores, CV) y de las habilidades
cognoscitivas (HC) que emplea para desempeñar las tareas propias del rol. Esto puede
representarse mediante la fórmula
CA = ƒ CPM . CV . HC (CPM: complejidad del procesamiento mental; CV: compromiso
con los valores; HC: habilidades y conocimientos requeridos para realizar la tarea.)
10
En el texto hemos utilizado el término “juicio” con el significado que aquí tiene “discernimiento”.
11
Equivale a la expresión "potencial individual" según se la emplea en el texto por razones de concisión.
98
Parte V: Los dos métodos de
evaluación del potencial individual de
la Teoría de la Organización Requerida
26
Método de evaluación del potencial para personas que trabajan en la
organización
● Hace uso de la capacidad innata que los adultos normales tenemos para evaluar
la capacidad potencial propia y ajena.
● Utiliza un código de evaluación con referencias objetivas arrojadas por la medición
de puestos conocidos por los evaluadores.
● Asigna la respondibilidad por la evaluación a actores requeridos de las decisiones
basadas sobre la evaluación del potencial.
● Genera confianza entre los diversos actores del proceso.
De modo general, debemos decir que cuando en una organización, por el motivo que
sea (diseño de estructura, remuneraciones, etc.) se hace un análisis de la estructura
existente (extant), con medición de los puestos de trabajo, esta acción es en sí misma
un avance importante para la buena evaluación del potencial. La razón es que los
gerentes de modo natural relacionan el potencial de la gente con los niveles de
trabajo ahora clarificados.
Sin embargo, y en especial en las organizaciones que cuentan con una dotación de
más de 250 personas, para alcanzar una buena gestión del talento interno es
necesario desarrollar un proceso de instalación del sistema. Esto se puede hacer en
pocos meses de trabajo, aún en organizaciones muy grandes. Los principales pasos a
cumplir, ilustrados en la figura “El proceso de la evaluación del potencial”, son:
Es necesario en primer lugar construir una o varias escalas de referencia para usar
por los evaluadores. A estos fines hay que seleccionar varios puestos representativos
de todos los niveles de trabajo en una unidad orgánica dada, desde los de operación
directa hasta el de ejecutivo principal de la organización. El criterio es que todos los
evaluadores conozcan estos puestos por haber tenido interacción con ellos en su
experiencia de trabajo. Es adecuado seleccionar puestos de distinto perfil cuando los
hay, tales como operativos, de asesoría, de servicios.
99
El Proceso de Evaluación del Potencial
1 Construcción de Escalas de Referencia
Determinación del nivel de trabajo de puestos de
referencia en todas las funciones, unidades y países
comprendidos por el sistema.
Asignación de los puestos a una escala objetiva de
referencia.
3 Análisis de la Información
Fortalezas y debilidades de la dotación actual. en
relación con necesidades de estructura.
Definición de cuadros de remplazo.
Detección de altos potenciales.
Formulación de planes de desarrollo. individual.
Proyección futura de la reserva de talento. actual en
relación con necesidades previstas.
Determinación de necesidades de incorporación
para desarrollo.
100
Este procedimiento se repite en cada una de las unidades orgánicas o compañías en
las cuales se evalúa el potencial. Aquí aparece con fuerza el valor del carácter
absoluto de las mediciones: las evaluaciones obtenidas en cualquier punto de la
organización estarán expresadas en un código que tendrá el mismo significado en
todas. Más aún: la evaluación hecha en una compañía tendría validez en otra
completamente extraña y sin contacto directo que empleara el mismo sistema. La
figura II.1 ilustra dos escalas que podrían utilizarse en dos unidades orgánicas
distintas de una misma empresa: la comercial y la de recursos humanos. Cada escala
incluye solamente puestos del sector en el que se hacen las evaluaciones, pero los
resultados obtenidos mediante ambas son comparables por completo. (Naturalmente
el nivel de trabajo de puestos con igual nombre varía de una organización a otra, por
lo que la ubicación de los puestos en estas escalas es simplemente ilustrativa, y no
pretende indicar niveles normativos para los puestos mencionados.)
Unidad orgánica de
evaluación del potencial –
3 niveles
Evaluadores
Gerente del
Gerente
Población evaluada
12
“Respondibilidad” es el neologismo utilizado en “La organización requerida” para traducir en término inglés
accountability. Su creación se debió a la negativa terminante de Jaques a aceptar la traducción corriente de accountability al
castellano como “responsabilidad”, dado que esta traducción es ambigua en tanto comprende también el significado del
término inglés responsibility. En el glosario de la obra citada se define a la respondibilidad como “Condición según la cual
un individuo puede ser llamado a rendir cuentas de sus actos por otro individuo o conjunto de individuos autorizados para
ello y para otorgar algún reconocimiento a aquél por dichos actos.” La responsabilidad es un atributo de las personas,
mientras que la respondibilidad es una propiedad de los puestos de trabajo.
101
Figura II.1. Escalas de referencia para la evaluación del potencial
20 años 20 años
Alto Alto
VI Medio VI Medio
PRESIDENTE PRESIDENTE
Bajo Bajo
10 años 10 años
Alto Alto
V Medio V Medio
VICEPRESIDENTE VICEPRESIDENTE
Bajo COMERCIAL Bajo ADMINISTRACIÓN
5 años 5 años GERENTE DE
Alto Alto RECURSOS HUMANOS
GERENTE DE
IV Medio VENTAS IV Medio
Bajo Bajo
2 años GERENTE VENTAS
2 años GERENTE PLANEAMIENTO
Alto A GRANDES CLIENTES Alto DE RRHH
GERENTE DE GERENTE DE
III Medio PRODUCTOS III Medio CAPACITACION
GERENTE ZONAL GERENTE
REMUNERACIONES
Bajo DE VENTAS Bajo Y BENEFICIOS
1 año 1 año
Alto Alto
ASESOR TECNICO EVALUACION
II Medio COMERCIAL II Medio DE PUESTOS
VENDEDOR RAMO JEFE DE INSTRUCTOR DE
Bajo INDUSTRIAS Bajo EMPLEOS CAPACITACION
3 meses 3 meses
VENDEDOR RAMO ASISTENTE
Alto MINORISTA Alto GTE. RRHH
AUXILIAR
ADMINISTRATIVO AUXILIAR
I Medio COMERCIAL I Medio ADMINISTRATIVO
Bajo Bajo
1 día 1 día
Capacitación gerencial para la evaluación del potencial
• Usos de la evaluación del potencial. Sistemas de RRHH a los que alimenta (ver
Parte VI, página 138)
Cuando el gerente indirecto expresa una discrepancia con la evaluación hecha antes
por el directo, lo cual suele ocurrir en un número reducido de casos, el hecho se lleva
a su atención, y tiene la oportunidad de rever o ratificar su juicio.
El último paso es la reunión de ajuste. Esta es una reunión de todos los evaluadores
en la que se ve en conjunto toda la población de subordinados indirectos del jefe del
jefe. El propósito es hacer las modificaciones necesarias para alcanzar un acuerdo
general que satisfaga a todos. En muy contados casos este acuerdo no se alcanza, y
cuando esto ocurre la evaluación se posterga hasta que ambos jefes tengan mejor
información.
Llegado este momento, sólo queda el paso de registrar las evaluaciones acordadas
en la reunión de ajuste. Se trata simplemente de producir un listado de nombres de
las personas evaluadas con la evaluación realizada de cada una en términos de
estrato y de nivel. Como es obvio, la evitación de cualquier error en este paso es de
importancia crítica.
3. Análisis de la información
Típicamente, el informe presentado por cada sector orgánico en que se realiza este
ejercicio contiene:
Modo VI
M
14 Años
VI
B
10Años
V
A
8,5
Años
V
HORIZONTE TEMPORAL
Modo V
7 Años
V
B
5 Años
IV
A
4 Años
Modo IV
IV Vernengo
M Leuco
3 Años
IV
B Bossi
2 Años
20 Meses
Modo III
III AyerdiSaenz Perez Emiliano
M
16 Meses
1 Año
Bignone Correa Villafañe Costa Wilson Busso Segurola Gorondi
II Semprun Kodama Vanossi Benvenutto Ferro
A
Briones Piglia Vanucci Lopez Estela
Ricardi Videla Artus Seara
9 Meses Bustos
Ferrin Verdi Perez Mariano Butty De Alba Argañaraz Merep
Modo II
II Rehe Mariana Segura Prizzi Dalla Via Katterberg Villaruel Garcia Manuel
McDuff Barcesat Harteneck Leguizamon Laciar
M Bentos Pariggi Sepulveda
6 Meses Colcerniani
McCormack Dotto Antun Angel Irastorza Antun Gregorio Boyatzis Constantino
II Visciglia Fernandez Zabala Guzzo Botindari Garcia Maria L. Argüello
B Baca Carlos De la Vega
Ruiz Marcelo Lopez Emiliano
3 Meses Tabela
I
Artaza Lopez Jose
A
1 Mes
Modo I
I
1 M
Semana
I
B
1 Día
EDAD 20 25 30 35 40 45 50 55 60 65 70
Figura 2
Comparación entre la capacidad potencial actual y el nivel del rol ocupado
V
IV
CPA por debajo del rol Artus Saenz Allegretta Bossi Leuco
III Bustos
2 1 1 1 Vernengo
2
Argañaraz
Antun Angel Barcesat Benvenutto
Bentos
Antun Gregorio Butty Bignone CPA superior al rol
Argüello Colcerniani Briones
Baca Carlos Busso
Estrato del Rol
106
Figura 3
Estrato V
Estrato IV
Talento disponible
Estrato III
Estrato II
107
La información a los propios evaluados
108
determinado de modo innato, que se desarrolla según su propia dinámica salvo que
limitaciones del medio lo impidan, tal como ocurre con el aumento de la estatura
física. Se diferencia de “desarrollo”, que es un proceso de adquisición de
capacidades en el cual juegan un papel determinante las oportunidades que el medio
ofrece y la voluntad y esfuerzo de la persona. El carácter madurativo del potencial ha
dado lugar a objeciones a causa de la sugerencia de predestinación que presenta,
que parece contrariar el ideal de que el esfuerzo y la perseverancia permiten
alcanzar cualquier meta. Es un hecho, sin embargo, que todos nos esforzamos por
aplicar plenamente la capacidad que tenemos y no a comprometernos en
emprendimientos que la superan. Quizás todos podemos fantasear en algún
momento con ganar un Premio Nobel, o con presidir un país o una megacorporación.
Sin embargo, sabemos íntimamente que es en la consumación de nuestra capacidad
potencial, cualquiera sea esta, donde radica nuestra posibilidad de realización
personal y de dejar nuestra marca en el mundo.
En primer lugar, es posible hacerla una sola vez, si bien en la práctica algunas
organizaciones encuentran conveniente repetir el ejercicio. Aunque la estructura
orgánica cambie, si las referencias de nivel de trabajo fueron correctamente
establecidas en su momento las evaluaciones siguen siendo válidas. Si las
evaluaciones se tomaron hace varios años, es posible actualizarlas mediante las
curvas de progreso del potencial. Es cierto que ocasionalmente puede haber ajustes
en los juicios sobre la capacidad potencial de algunas personas, pero no hace falta
repetir el ejercicio completo para estos fines: basta con definir un procedimiento para
introducirlos. Los únicos motivos válidos para repetir el ejercicio completo son que
existan dudas sobre la calidad técnica del primero o que haya una incorporación
sustancial de gente nueva entre la población evaluada.
Una nota final: cuando se hacen evaluaciones por este método, es una experiencia
inesperada y sumamente gratificante el clima de armonía y entendimiento en que se
desarrolla el proceso. En una primera aproximación, uno podría imaginar que esta es
una situación que se presta a toda clase de favoritismos, disentimientos y rivalidades.
La realidad de la práctica muestra justamente lo contrario. Recuerdo siempre una
frase del Dr. Jaques en un aparte durante una de estas reuniones. Dijo acerca de los
evaluadores: “Es gente corriente haciendo cosas extraordinarias, y no se dan
cuenta”.
109
27
El método de evaluación del potencial para postulantes
externos
Antes de entrar en ese tema, es oportuno aclarar un punto. A primera vista, este
método de análisis del discurso puede ser visto como un test. En realidad, hay varias
diferencias importantes. Citaremos dos de ellas.
Los tests ponen al sujeto evaluado en la situación de emitir respuestas que dan lugar
a un producto. Si fuera un test de inteligencia, el producto es el test finalizado. La
evaluación del producto debe decirnos algo sobre los procesos que el sujeto emplea.
Más abajo figura una cita de “The life and behavior of living organisms” en la cual
Jaques cita el nuevo descubrimiento que dio cuenta de la estratificación natural del
trabajo humano: las formas diferenciales de procesamiento de la complejidad que los
humanos utilizamos para resolver problemas de trabajo. Esto fue en la década de
1980.
Este descubrimiento dio lugar al desarrollo de la técnica del análisis del discurso, que
permite determinar de manera objetiva y precisa el nivel de trabajo más alto que una
persona es capaz de realizar satisfactoriamente en el presente; es decir, su capacidad
potencial actual.
110
especialista entrenado lo analiza. El resultado es la determinación del proceso de
mayor complejidad que emplea la persona, lo cual a su vez indica el estrato de trabajo
en el que es capaz de desempeñarse satisfactoriamente en el presente.
“Las evaluaciones independientes no pueden hacer otra cosa que interferir con
esta delicada e importante relación. Por otra parte, los juicios de los “expertos”,
que dependen de la habilidad que tenga cualquier experto dado, tienen la
probabilidad de ser menos precisos que los juicios de los gerentes indirectos.”
13
Jaques, E. y Cason, K., “Human Capability”, 1994, página 112 (traducción de H. Solaas)
111
el curso de las entrevistas de selección de postulantes externos puede ser un
importante recurso adicional en el proceso de seleccionar entre candidatos. Y el
procedimiento es ético, porque los postulantes externos saben que están en una
situación en la que son evaluados con fines de selección.”
En síntesis, el análisis del discurso, así como otras técnicas de evaluación por
expertos, puede ser puesto al servicio del mal tan difundido de la abdicación
gerencial. En consecuencia, la firme indicación a quienes aprenden esta
técnica es limitar su uso a la selección de postulantes externos y a la
investigación.
Naturalmente, el sujeto debe ser informado sobre los fines de este análisis, y
debe prestar su acuerdo y consentimiento a la realización del mismo. Si pide
ser informado sobre los resultados, el analista debe responder afirmativamente.
Por lo que hace a la elección del tema sobre el que hablará el sujeto, el único
requisito es que lo comprometa personalmente. Cumplido este requisito,
cualquier tema es apto. Una manera de seleccionar un tema apropiado es que
el propio sujeto lo elija. También es posible que el analista proponga un tema.
Este debe reunir las condiciones de ser polémico y de (probablemente)
despertar el interés del sujeto. Por ejemplo, se ha utilizado reiteradamente el
tema “¿Cuál es su posición sobre la legalización de la droga?”
112
figura sobre el margen derecho, en términos del tipo de proceso más complejo
que es capaz de utilizar el sujeto, y el estrato de trabajo en que se traduce.
A continuación figuran:
113
Algoritmo para el Análisis del Discurso según
complejidad
Orden de
Elliott Jaques
Harald Solaas
4 ¿Hay términos
de 4º orden?
¿Existen en la argumentación
términos (tales como estrategia, Procesa- Estrato
miento de trabajo
sistema, economía, etc.) que remiten no a tangibles
1 directos sino a otros conceptos? Si existen ¿Exige
Identificar el discurso que estos términos se empleen
efectivamente en 4° orden, o bien SI
Afirmación En paralelo VIII
pueden remitir a tangibles?
SI: ambas respuestas positivas.
Conceptual abstracto
Identificar en el
texto la
afirmación, o SI SI
una de ellas,
En serie VII
Cuarto
que el sujeto
intenta sostener ¿Hay procesamiento
con su discurso. 3 en paralelo?
NO
SI
¿Están las series explícitamente
Acumulativo VI
SI relacionadas entre sí? La
fundamentación ofrecida
¿requiere más de una serie a la SI
2 vez?
Declarativo V
¿Hay series?
NO NO
Buscar si existen
elementos de la
En paralelo IV
argumentación
concatenados entre sí; ¿Hay procesamiento SI
Verbal simbólico
es decir, que cada uno acumulativo? NO
lleve lógicamente al En serie III
Tercero
siguiente. Se requieren ¿Es necesario tener en cuenta
dos nexos (tres más de un elemento a la vez
elementos) como para que la fundamentación NO
mínimo para constituir tenga sentido (SI), o cada NO
una serie. elemento ofrecido es suficiente
Acumulativo II
de por sí para sostener el punto
argumentado, o bien existe un
elemento único (NO)? NO
Declarativo I
114
Separata de “Human Capability”, de Elliott Jaques y Kathryn Cason, 1944
Cason Hall & Co. Publishers Ltd.
Páginas 129 a 145
Traducción: Harald Solaas
Apéndice A
Material de casos ilustrativo
Nuestra finalidad al incluir este material es ilustrar los procesos con la mayor
claridad posible, de modo tal que el lector pueda conocer las clases de
procesos a las que nos hemos estado refiriendo. Cada una de las
transcripciones contiene anotaciones que señalan a los diferentes procesos y
que ayudan al lector a identificar su forma. Las únicas modificaciones que se
han efectuado en el material son las indispensables para mantener el
anonimato.
14
NOTA de H.S.: En el original de Human Capability estos pasajes se refieren al segundo y tercer orden
de complejidad de la información, en una denominación distinta a la que Jaques utilizó posteriormente, en
la cual los órdenes correspondientes son tercero y cuarto. Así es como figuran en La organización
requerida. En beneficio de la claridad para el lector se ha utilizado la denominación actual, de modo que
second ha sido traducido como “tercero” y third como “cuarto”. Por mayor información, ver la tabla “A
Historical Classification of Orders of Complexity According to Elliott Jaques”, en la página 21.
15
Complexity of Mental Processing: How to Listen for the Four Processes. (Falls Church, VA: Cason
Hall & Co. Publishers, 1992), casete de audio, aproximadamente 30 minutos.
115
• Procesamiento declarativo: la persona explica su
posición presentando una cantidad de razones por separado. Las razones
están separadas en el sentido de que se presenta a cada una de ellas
individualmente, por sí misma, si hacer vínculos con las demás razones. Por
ejemplo: “Esta es una razón para mi idea, esta es otra, y también podría
darle otras más”. Este método de procesamiento tiene una cualidad
disyuntiva, declarativa.
116
su vez llevó a C, y a causa de C ocurrió D, y eso a su vez llevó a E”, o, en otras
palabras, si A entonces B, B entonces C, C entonces D, etc.
En quinto lugar, una vez que haya leído una entrevista, léala nuevamente de
una vez, sin detenerse a leer los comentarios. Esto le dará una sensación más
clara de los patrones de procesamiento mental.
117
Sujeto A
Procesamiento Declarativo O-O
Tercer orden de complejidad de la información
(N. de H.S.: Estrato I)
Sujeto A: Es cierto, pero no creo que sería bueno legalizarlas. Lo único que se
lograría es que se propaguen aun más que ahora. (Otra razón no conectada
del tipo o-o.)
Sujeto A: Sí. Habría más adicción. (Otra razón discreta sin conexión del tipo
o-o)
Sujeto A: Bueno, me parece que si hubiera más drogas por ahí habría más
delincuencia. Costaría más dinero. (Ninguna de las razones precedentes ha
sido integrada en un conjunto acumulado de razones que apoye la conclusión.
Todas han tenido la forma de afirmaciones del tipo o-o. Sin embargo, la “y” que
conecta a las dos últimas razones induce al entrevistador a tratar de que el
sujeto amplíe su discurso para ver si hay un proceso más complejo disponible.)
Sujeto A: No soy muy bueno para presentar argumentos. (En este momento el
entrevistador cambia el tema tratado. El método de procesamiento en esta
entrevista es declarativo.)
Sujeto B
Procesamiento Acumulativo y-y
Tercer orden de complejidad de la información
(N. de H.S.: Estrato II)
El procesamiento acumulativo B2, del tipo y-y, tiende a sonar como un discurso
más razonado y reflexivo. Este procesamiento tiene mayores probabilidades de
persuadir a quien lo escucha acerca de un punto de vista, por la simple razón
118
de que la información que lo apoya ha sido articulada como un conjunto de
razones conectadas para sostener la conclusión o posición
Sujeto B.- Me gustaría hablar sobre mi trabajo. Lo que veo es que los tipos se
aprovechan. Uno les da un poco y quieren más, más y más. (La conclusión es
“los tipos se aprovechan”. El fundamento de esta conclusión está representado
por dos razones conectadas: 1) Uno les da un poco y 2) y quieren más, más y
más.)
Sujeto B.- La verdad es que en este momento estoy usando tres sombreros a
la vez. Nuestro capataz está de vacaciones, de modo que lo estoy
reemplazando como supervisor de la fábrica. Nuestro coordinador está afuera
haciendo un curso, y también estoy haciendo su trabajo. Y, además, se supone
que soy el supervisor del taller cuando estoy en la planta. De modo que en
realidad... (El sujeto B hace la afirmación,”La verdad es que en este momento
estoy usando tres sombreros a la vez” y luego pasa a explicar por qué piensa
que es así, es decir, a emplear un procesamiento acumulativo del tipo y-y para
reunir un conjunto de razones que se articulan entre sí para fundamentar su
afirmación.)
Sujeto B. No, eso es imposible. Pero cuando estoy en la planta soy uno más
entre los tipos, y luego cuando voy a la oficina veo lo que está haciendo uno de
estos tipos y pienso que es verdaderamente injusto. Probablemente lo haría yo
mismo hasta cierto punto, pero no todo. Se aprovechan si no hay nadie allí, y
no hacen virtualmente nada por así decirlo. (Un conjunto grande de razones
articuladas, acumuladas, del tipo Y-Y continuando su fundamentación de su
conclusión anterior: “los tipos se aprovechan”.)
Sujeto B.- Los tipos del taller. Siempre que el capataz no está, porque yo estoy
allí o aún si no estoy, si hay diez minutos para fumar se toman quince o veinte.
Si uno les pide que hagan algo que está fuera de la norma, no quieren hacerlo
porque salen de su camino. (El Sujeto B sigue fundamentando su conclusión
anterior de que “los tipos se aprovechan”. El conjunto de razones y-y se
expresa como “a causa de A, y a causa de B, y a causa de C...)
Entrevistador: ¿No se entienden muy bien con usted? ¿Es eso lo que pasa?
Sujeto B. Hasta cierto punto, nos entendemos bien. Me entiendo con ellos
mejor que el coordinador.
119
Sujeto B.- Bueno, se podría decir que es el capataz junior. Hace de
intermediario entre nosotros y el capataz. Ha creado un montón de problemas
allá. Es todo un juego de tenis. Para delante y para atrás, es difícil de explicar,
pero ha creado este conjunto de reglas antes de ser capataz. Y ahora le resulta
difícil controlar a los tipos porque fijó las reglas antes de tomar el puesto. Tratar
de tomar este puesto es casi una cosa imposible, porque uno está allí una o
dos semanas por vez, y luego de vuelta a la planta, de modo que no se puede
hacer nada para cambiar nada. Es realmente muy difícil imponer disciplina a
nadie porque dos semanas después hay que volver allí y trabajar con el mismo
tipo. El tipo grita un montón a espaldas de la gente y espera que uno vaya a
contar cuentos sobre ellos para hacer llegar el mensaje, pero las cosas no
ocurren de ese modo. Y eso hace que todo esté en una situación muy difícil
allá. (Los últimos argumentos muestran las primeras señales de una relación
secuencial encadenada, pero no están ligados explícitamente. El sujeto B está
usando un nivel alto de procesamiento acumulativo, y probablemente madure
dentro de unos pocos años al uso del procesamiento en serie.)
Sujeto C
Procesamiento en serie si-entonces-entonces
Tercer orden de complejidad de la información
(N. de H.S.: Estrato III)
120
de las condiciones de los docentes. (E vinculado a F) y eso ha afectado a la
cantidad de alumnos por clase, que ha aumentado (F vinculado a G), y eso ha
provocado mucha inquietud entre los docentes (G vinculado a H) y eso a su
vez ha tenido un efecto sobre los alumnos a través de la escuela. (H vinculado
a I) (Una cadena de relaciones secuenciales acerca de las consecuencias de la
utilización del principio de las “nuevas reglas de pago” en las áreas de la
educación que podían ajustarse.)
Sujeto D
Procesamiento en paralelo si-y-solo-si
Tercer Orden de complejidad de la información
(N. de H.S.: Estrato IV)
121
Tengo muchas preguntas acerca de la cantidad de dinero que la sociedad
gasta en el control de drogas, llamémoslas simplemente drogas por el
momento. El segundo punto es este (Buscar segunda cadena.) Creo que
probablemente haya mucha mala información acerca del efecto que tienen las
drogas sobre el cuerpo humano. (Nueva cadena, Cadena N° 2, eslabón A.)
Seamos específicos y quizás podamos hablar sobre cosas inyectables del tipo
de la heroína. (A vinculado con B) La heroína, por lo que he leído –y a
propósito, ni siquiera fumo ni bebo mucho, y personalmente no uso estas
cosas- pero, según he leído, entiendo que la heroína pura no es especialmente
adictiva (B vinculado con C), no es particularmente dañina para el cuerpo
humano (C vinculado con D), el problema surge con todas las cosas que
vienen con el uso ilícito de estos productos, eso es lo que causa el daño. (D
vinculado con E, fin de la Cadena N° 2 acerca del efecto sobre el cuerpo de
drogas ilegales del tipo de la heroína.)
De modo que si los cartels de delincuentes que se unen para fabricar la droga
(Eslabón A de una nueva Cadena N° 3.) y para agregarle otros materiales (A
vinculado con B), y allí está todo lo ilegal del asunto (B vinculado con C que se
relaciona hacia atrás con los eslabones de la Cadena N° 2, ha comenzado el
re-vinculado y el re-encadenado.) que hace que la gente use las drogas de
modos que no son higiénicos ni seguros (C lleva a D que se relaciona hacia
atrás con los eslabones de la Cadena N° 2, cómo afectan al cuerpo humano.),
de maneras no supervisadas (D lleva a E), y está también la fascinación de lo
ilegal. (E lleva a F que se relaciona hacia atrás con la Cadena N° 2, el uso
ilícito.) De modo que casi se puede ver que cuanto más ilegal sea, más va a
prosperar. (F lleva a G, fin de la Cadena N° 3 acerca de la fabricación, la
ilegalidad y los efectos nocivos, que también incluye material re-vinculado de la
Cadena N° 2.)
Quiero llegar a que creo que las leyes sobre las drogas están mal; (Eslabón A,
nueva posición, nueva Cadena N° 4.) la mayoría de la gente que muere de
enfermedades relacionadas con las drogas en este país lo hace de las que
tienen que ver con el alcohol (A lleva a B), y posiblemente también con el
hábito de fumar (B lleva a C), y ambas son drogas legales (C lleva a D) y
también tenemos no solo muertes (D lleva a E), sino también problemas de
largo plazo en el trabajo por los problemas crónicos de mala salud que causan
el tabaco y el alcohol. Esto es significativo. (E lleva a F, re-vinculación de
materiales de las cadenas N° 1, N° 2, y N° 3, incluyendo el efecto sobre el
cuerpo del alcohol y de los cigarrillos, como drogas legales en relación con el
efecto sobre el cuerpo de las drogas ilícitas.)
Yo diría, entonces, que la forma de tratar con el problema de las drogas es, en
primer lugar, des-criminalizarlas y suministrarlas a la gente que realmente es
adicta (Nueva posición, Cadena N° 5, eslabón A que se vincula hacia atrás
con los el tema legal y el de la adicción.), el uso prescripto controlado por el
gobierno probablemente eliminaría una gran parte del crimen (A lleva a B, el
tema legal en relación con el bien de la comunidad.) y por cierto que eliminaría
los problemas de salud (B lleva a C, legal re-vinculado con temas de salud.), y
al final estas personas, muchas de las cuales creo que podrían rehabilitarse si
122
son adictos. (C lleva a D, resultado deseado de la Cadena N° 5 como un curso
de acción.)
Estoy fuertemente a favor de la educación en lugar del control, (Nueva
posición, Cadena N° 6, el eslabón A se relaciona con el eslabón A, Cadena N°
5.) pero tengo en mente (Esta es casi la misma afirmación que “por una parte,
por la otra”, ambas indican que quien habla mantiene dos cadenas en mente y
las re-vincula entre sí para hacer más clara su posición o argumento.) que
tenemos una situación en la cual un gran porcentaje de la población, quizás 2%
o 3%, no tienen educación en este tema (A lleva a B en la Cadena N° 6.), y en
este caso querría controlar un poco sus vidas prescribiendo la droga si es que
están enganchados con ella. (B lleva a C, se relaciona hacia atrás con los
eslabones A y B en la Cadena N° 5.) Creo que con el alcohol y el tabaco
estamos teniendo un éxito tremendo ahora con la prohibición de la publicidad
de cigarrillos (D lleva a E), pero lo que digo es que tenemos que empezar por
alguna parte, y sé que mi hijo de seis años jamás pensaría en el concepto de
fumar como otra cosa que una muerte segura a causa de la publicidad que hay
hoy en televisión dirigida a su edad. Esta es una cuestión de educación, muy
importante.(E lleva a F) Lo mismo con el alcohol, (F lleva a G) y ojalá que en la
próxima generación que venga sean menos los afectados seriamente debido a
que están mejor educados. (G lleva a H).
Sujeto E
Procesamiento declarativo Conceptual abstracto O-O
Cuarto Orden de complejidad de la información
(N. de H.S.: Estrato V)
123
Sujeto E: Bueno, el problema aquí es que si usted actúa así, si va de un
químico que es un experto en su campo, y entonces lleva el asunto al gerente
general, digamos, quien con toda franqueza tampoco es necesariamente un
experto en el campo. Y esa es en realidad la situación en la que estamos. El
gerente general puede decir: “bueno, muchachos”, probablemente no va a
admitir que no entiende, pero va a ser renuente a forzar el asunto porque está
ante dos pares y no quiere aparecer tomando el lado de uno de ellos. (Este
párrafo es un enunciado declarativo a pesar de que contiene en la última
oración procesamiento acumulativo de tercer orden. Todos tenemos un nivel
de procesamiento de complejidad máxima, por encima del cual no podemos
trabajar; sin embargo, empleamos procesos más simples en algunas partes de
nuestras argumentaciones hechas con compromiso personal. Este es un buen
ejemplo.)
De modo que si uno tiene a una persona dominante en un papel activo, que no
quiere aceptar el asesoramiento de los expertos, entonces hay serios
problemas, y yo diría que en gran medida este es un serio obstáculo en nuestra
organización. (Una cantidad de enunciados disyuntivos o no conectados del
tipo conceptual o-o acerca de los expertos, de la naturaleza humana, de los
aspectos centrales del negocio y de factores de personalidad.)
124
Si yo tuviera una relación muy buena –y la tengo- con algunos de los gerentes
de aquí y me dijeran, “sabemos que usted es el experto y escucharemos a todo
lo que usted diga conteniendo el aliento, y haremos todo lo que usted diga,” y
funciona, magnífico. Pero si algún otro dice “yo manejo mi propio espectáculo,
gracias. No estoy necesariamente de acuerdo con nada que usted vaya a decir,
y puedo o no hacer lo que usted diga”, eso para mí sería una locura, porque yo
le digo a mi presidente en términos nada equívocos “si lo que usted quiere es
cirugía cerebral, creo que tendría que ir a ver a un cirujano y no a un plomero.”
Pero aquí ponemos a un montón de plomeros en el frente, y me parece que
eso no tiene sentido. (Un tercer enunciado declarativo complejo acerca del
concepto abstracto de la desvalorización del conocimiento experto en la
compañía.)
125
Entrevistador: ¿Usted sugiere que no lo pensaron a fondo?
Y esto es lo que ha estado ocurriendo en los países del bloque oriental. Con el
advenimiento de la televisión, _y_ de la televisión satelital, es muy difícil
interferir, la gente tiene mayor acceso a esa información, _y_ a causa de eso
quieren compartir los frutos de –no de un sistema democrático, eso es
demasiado trillado– es muy difícil de definir, pero sí de una vida en la que
tengan más que decir sobre su propio futuro, más que decir sobre cómo serán
gobernados, y mayores oportunidades para participar en los frutos de su
gobierno. _Y_ su fuerza es tan irresistible. Aun si uno piensa a fondo en la
historia, _y_ si dice qué hubiera pasado si el mundo le hubiera vuelto la
espalda a Adolf Hitler _y_ hubiera dicho “Está bien, Adolf, andá y hacé la tuya.”
_Y_ si Gran Bretaña no hubiera presentado un ultimátum en 1939, _y_ si los
alemanes hubieran invadido a toda Europa _y_ finalmente Gran Bretaña, me
pregunto si el mundo sería muy distinto a lo que es hoy. (Otra sucesión de
aseveraciones de apoyo y-y sobre la naturaleza de un sistema democrático.)
Lo que creo que ocurre en realidad es que la historia tiene fallas, pero que en
último término las posiciones extremas vuelven a una posición más intermedia;
la gente se aburre de la posición intermedia _y_ entonces se lanza de nuevo a
posiciones extremas. Pienso que el mundo ha pasado por un gran cambio
porque, por absoluta primera vez, el mundo entero puede escuchar la misma
cosa casi al mismo tiempo. Eso significa que el acceso a la información
redunda en mejores decisiones, decisiones más lógicas, y de hecho el mundo
entero llega a las mismas conclusiones sobre muchos temas (Más razones y-
y).
126
continuamente de un modo acumulativo. Sin embargo, las razones no están
organizadas en cadenas secuenciales explícitamente vinculadas. Este último
proceso se presenta a continuación, en el Sujeto G.
Aquí, al igual que con el Sujeto C, el flujo del argumento es fuertemente seriado
en cadenas si-entonces, pero la información utilizada es conceptual abstracta.
Siento un rechazo fundamental por la legalización; sin embargo debo decir que
creo que si nos enfrentáramos a una decisión de voto, probablemente me
inclinaría por la legalización (Cadena Nº 2, eslabón A), siempre que se tomaran
medidas sensatas para la transición y que existiera algún control (eslabón B),
porque francamente desespero de que nuestra sociedad gane la guerra contra
las drogas ilegales (eslabón C. Se crea la cadena Nª 2 con los eslabones A, B
y C.)
127
Creo que una de las victorias más impresionantes en la persuasión social, uno
de los ejemplos más sobresalientes de cambio social concebidos en los últimos
veinte años ha sido la posición en contra al hábito de fumar. Esto es
absolutamente extraordinario (Cadena Nº 3, eslabón A.) Allí está la oferta legal
(eslabón B), y mediante el uso sutil de técnicas existentes para cambiar las
percepciones sociales, como las publicitarias y otras, hemos logrado un cambio
espectacular en el consumo de tabaco por la gente (eslabón C.) El consumo
total de tabaco no ha caído (eslabón D.) Creo que eso se debe a que seguimos
permitiendo la promoción del tabaco como algo atractivo, y de algunas
maneras le damos una imagen casi de fruto prohibido ante los chicos (Eslabón
E. Se crea la cadena Nº 3 con los eslabones A, B, C, D, E.)
En este material hay una sustancial relación cruzada entre los eslabones de
varias cadenas en serie si-entonces, que crean nuevas cadenas si-y-sólo-si
utilizando conceptos abstractos.
128
Por otra parte, creo que así existiría la posibilidad de utilizar la publicidad para
decirle a la gente “no es una gran cosa tratar de obtener satisfacción de ese
modo,” y por lo tanto con el tiempo no creo que sea un problema permanente
(cadena Nº 3, eslabón A), pero la razón por la que me preocupo en el momento
actual es que los meros beneficios financieros de la gente que vende drogas y
el costo para la gente de obtener el dinero para pagar su hábito, según me
parece corta a través de todos nuestros sistemas de gobierno, nuestra policía,
etc. (A lleva a B), de modo que no estoy seguro si la comunidad no está
sufriendo un daño peor porque la gente tiene que conseguir sus drogas y lo
hace de un modo que es destructivo para la sociedad (B lleva a C).
Sujeto H: Estoy de acuerdo, las drogas son una cosa mucho más adictiva. Y si
no pensara que ya hemos pasado el punto de no retorno para detenerlas... por
lo tanto, creo que es mejor legalizarlas que criminalizarlas (cadena Nº 6 re-
vinculada a la cadena Nª 2, eslabón A a la cadena Nª 3, eslabón B/C) y se
crean las circunstancias en las que no hay dinero para que la gente las venda.
(Otro vínculo a la cadena Nº 3, eslabón A.) Habrá drogas de producción masiva
desarrolladas científicamente que harán mucho daño (otro eslabón en la
cadena Nº 5.) Pero si se extienden lo suficiente ahora, no creo que podamos
detener a todos actuando del otro modo (otro eslabón en la cadena Nº 2), de
modo que en el balance creo que es en gran medida el menor de dos males
(último eslabón en la cadena Nº5, un argumento re-encadenado.)
Si me dicen ¿qué está haciendo?, les digo que mi modo de ver las cosas
difíciles como esta es decir que es un extremo (cadena Nº 6, eslabón A.) Si hay
una posibilidad de un centésimo del uno por ciento de que mediante el uso
pleno de la ley se pudiera detener, eso sería una cuestión distinta (A lleva a B).
Estamos ahora en una situación en la que se puede idealizar cómo se podría
haber detenido, pero no se puede, totalmente (B lleva a C), no diciendo que es
un pecado y una cosa mala, creo que está equivocado (eslabón D), de modo
que lo que creo es que hay una elección que hacer entre el balance de cosas
desagradables en el cual creo que no legalizar nos da un conjunto de
circunstancias levemente peor que si fuera ilegal para toda la sociedad, que lo
que sería si fuera legal. (Relaciona este eslabón hacia atrás a las cadenas Nº
2, 3, 4 y 5).
129
Sujeto H: No, no. Creo que la presión sobre la corrupción de la policía y del
sistema judicial y de la sociedad en conjunto a través del monto de dinero en
drogas es más que un impacto marginal sobre la sociedad. De modo que si uno
piensa en Chicago en la década de 1930, esto era más que marginalmente
dañino, y subvertía al gobierno y a toda la estructura (este último argumento es
un re-encadenamiento de los conceptos previos y de la información dada en
cadenas anteriores.)
Ha sido nuestra intención mostrar en este apéndice de qué modo los cuatro
procesos mentales y los órdenes de complejidad de la información se
manifiestan en adultos que trabajan para sustentar una posición en particular
sobre un tema que les interesa. Estas entrevistas con observaciones son
ejemplos del discurso común y cotidiano con el que todos nosotros nos
encontramos al interactuar en el trabajo, socialmente y en la vida familiar.
130
Procesamiento declarativo o-o
Tercer orden de complejidad de la información
Sujeto A (Estrato I)
Diría que no
131
Procesamiento acumulativo y-y
Tercer orden de complejidad de la información
Sujeto B (Estrato II)
En En la
oficina Lo No
planta haría hacen
soy uno veo lo
que yo nada
más mismo
hacen, es
injusto
132
Procesamiento en serie si-entonces-entonces
Tercer orden de complejidad de la información
Sujeto C (Estrato III)
Cadena 1
A B C
Gobierno Mucha presión Que está
conservador aplicar principio llegando a
tomó poder reglas de pago la
estado educación
Cadena 2
D E F
A B C Trabajando Se lo Ha llevado G H I
Ajuste en Docentes Volviendo menos, considera ajuste Aumento Inquietud Efecto
áreas de la que se como menos cuestión condiciones alumnos por entre sobre
educación jubilan eventuales responsabilid importante docentes clase docentes alumnos
ades
Cadena 3
A B C D
Acuerdo Han ido Escuelas Reducido
ajustes demasiado restringen cantidad de
sistema lejos asignaturas docentes
educativo disponibles
133
Procesamiento en paralelo si-y-solo-si
Tercer orden de complejidad de la información
Sujeto D (Estrato IV)
A
Historia muestra
Cadena que se dedica B
tiempo y dinero a Y que esto nunca
1 funciona
contener
proliferación
A
Mala información B C D E
Cadena No es
efecto drogas Por ejemplo Ni dañina para el El daño proviene
2 sobre cuerpo heroína especialmente cuerpo humano del uso ilícito
humano adictiva
A C
Cadena Cártels se unen B D E F G
Y agregar otros Ilegalidad del Uso antihigiénico e De manera no Fascinación de lo Cuanto más ilegal,
3 para fabricar droga asunto
materiales inseguro supervisada ilegal más prospera
A B D F
Cadena C E También
Leyes sobre droga Mayoría muertes Y posiblemente Ambas son drogas Tenemos no sólo problemas largo
4 están mal por alcohol legales muertes
por fumar plazo en trabajo
A
Descriminalizar B C D
Cadena Uso prescripto Eliminaría
drogas, Muchas
5 suministrarlas a gobierno problemas de rehabilitaciones
adictos eliminaría crimen salud
A B
Cadena 2 – 3% población D E F G H
Educación, no C Éxito alcohol y Publicidad, Lo mismo con el
6 control no educada en Prescribir drogas Controlar vidas tabaco educación alcohol Menos afectados
drogas
134
Separata de “The Life and Behavior of Living Organisms”, de Elliott Jaques, Praeger
Publishers, 2002, páginas 30 a 32
Traducción: Harald Solaas
Al examinar estas formulaciones algo groseras se observan dos cosas. Los primeros cuatro
estratos parecen indicar cuatro métodos diferentes de procesamiento de la información:
concreto, diagnóstico acumulativo, en serie y en paralelo. Los dos siguientes parecen haber
atravesado el confín de intervalo temporal de los cinco años desde un mundo más concreto a
otro más conceptual abstracto; sin embargo, los cambios en los procesos dentro de ese
mundo más abstracto estaban menos claros.
Llegó entonces el momento de la verdad, cuando todo cobra sentido súbitamente. Estaba
sentado en el vestíbulo de un hotel en Melbourne, Australia, con mi colega Ian McDonald.
Estábamos mirando un programa vox pop por televisión, en el cual un público de unas
cuarenta personas mantenía un encendido debate con un moderador sobre la legalización de
las drogas. Quedé hechizado. Nació en mí la conciencia de que estábamos oyendo los cuatro
métodos de procesamiento descritos arriba en los cuatro primeros estratos, que se
manifestaban en los tipos de argumentos que empleaban distintas personas.
Subsiguientemente, he podido demostrar que estos procesos son fácilmente observables
toda vez que la gente está fuertemente comprometida en el debate sobre un tema de gran
interés actual. Presento esquemáticamente lo que escuchamos, organizado según títulos en
mi lenguaje actual.
135
TABLA 3.1
Enfoque del trabajo en diferentes estratos (Formulación de 1982)
10A
Enfoque abstracto: uso de los datos conceptuales
abstractos necesarios para conducir unidades de negocios
V
estratégicas
5A
Enfoque en paralelo: uso del análisis de camino crítico para
IV coordinar una cantidad de procesos en serie para llegar al
control final.
2A
Enfoque en serie: elaborar planes alternativos para llegar
III desde A a la meta B vía L o M o bien vía P y Q, y elegir la
mejor.
1A
Enfoque acumulativo diagnóstico: si se observa A entonces
luego B, luego C; concluir problema. X podría surgir, y tomar
II
acción para evitarlo.
3M
Resultado y método especificados en concreto. Si hay
I problemas con A1, hacer A2; si los hay con B1, hacer B2. Si
no resulta, dirigirse al gerente.
1D
Procesamiento en serie: Utiliza el brazo para señalar, y muestra cómo A llevaría a B, y luego
cómo B llevaría a C, y así siguiendo en el desarrollo de una serie de consecuencias. “Si
legalizamos, eso llevará a una mayor adicción. Y más adicción, como dijo alguien, aumentará
el trabajo de la policía. Eso llevaría a que hubiera más policías sobrecargados de trabajo.”
Procesamiento en paralelo: La persona desarrolla primero una serie, y luego una o más
series adicionales, y las vincula entre sí poniendo los argumentos lado a lado y tomando
partes de cada uno, elaborando una serie de consecuencias en pasos que podrían llegar por
una serie de pasos a una forma de resolver el problema. Por ejemplo: “Estoy de acuerdo en
que si legalizamos ocurrirá (B), y en que eso llevará a (C). Pero hay que considerar lo que
ocurriría si no legalizamos: eso llevaría a (X), y eso a su vez llevará a (Y), y así también
tendremos problemas. De modo que no es una cuestión simple. Creo que tenemos que
legalizar, pero debemos comenzar por acciones educativas para evitar el aumento de la
adicción... etc.”
136
Clasificación histórica de órdenes de complejidad según Elliott Jaques – Harald Solaas
1976, 1977, 1981, 1989, 1992 1996
1994 2001
1883, 1986 Requisite 1991 Requisite
Human The Life and Behavior
A General Theory Organization Executive Leadership Organization
Capability of Living Organisms
of Bureaucracy 1ª ed. 2ª ed.
6º orden:
Universales
2º orden:
1er Orden A 1er Orden de complejidad: 1er Orden: verbal Verbal concreto entidades intangibles y
Mundo de los cosas concretas concreto conjuntos de entidades
Tangibles tangibles
1er orden:
Preverbal entidades tangibles aquí
y ahora
137
Parte VI
Aplicaciones del sistema de evaluación
del potencial
28
Objetivos generales de un sistema de evaluación del potencial
individual
29
Identificación de altos potenciales
139
Figura V.1
GRAFICO DE PROGRESO MX Modo IX Modo VIII Modo VII
20 Años DEL POTENCIAL
VI
A
17 Años
VI
Modo VI
M
14 Años
VI
B
10Años
V
A
8,5
Años
V
HORIZONTE TEMPORAL
Modo V
7 Años
V
B
5 Años
IV
A
4 Años
Modo IV
IV Vernengo
M Leuco
3 Años
IV
B Bossi
2 Años
20 Meses
Modo III
III AyerdiSaenz Perez Emiliano
M
16 Meses
1 Año
Bignone Correa Villafañe Costa Wilson Busso Segurola Gorondi
II Semprun Kodama Vanossi Benvenutto Ferro
A
Briones Piglia Vanucci Lopez Estela
Ricardi Videla Artus Seara
9 Meses Bustos
Ferrin Verdi Perez Mariano Butty De Alba Argañaraz Merep
Modo II
II Rehe Mariana Segura Prizzi Dalla Via Katterberg Villaruel Garcia Manuel
McDuff Barcesat Harteneck Leguizamon Laciar
M Bentos Pariggi Sepulveda
6 Meses Colcerniani
McCormack Dotto Antun Angel Irastorza Antun Gregorio Boyatzis Constantino
II Visciglia Fernandez Zabala Guzzo Botindari Garcia Maria L. Argüello
B Baca Carlos De la Vega
Ruiz Marcelo Lopez Emiliano
3 Meses Tabela
I Artaza Lopez Jose
A
1 Mes
Modo I
I
1 M
Semana
I
B
1 Día
EDAD 20 25 30 35 40 45 50 55 60 65 70
140
Katz aparece como una persona de particular interés en cuanto a su desarrollo futuro.
Con 30 años de edad, es la única evaluada con un potencial final de estrato VI, que
corresponde al nivel de vicepresidente de un grupo estratégico de negocios.
También se visualiza un grupo con potencial para ocupar gerencias medias y altas en
la actualidad, integrado por Vernengo, Leuco, Allegretta, Ayerdi, Saenz, Pérez
Emiliano, Mori, Vietri y Perez Sara. El primero tiene potencial para trabajar en el
estrato V en un plazo de ocho años aproximadamente.
141
Figura V.2
GRAFICO DE PROGRESO MX Modo IX Modo VIII Modo VII
20 Años DEL POTENCIAL
VI
A
Modo VI
M
14 Años
VI
B
10Años
V
A
8,5
Años
V
HORIZONTE TEMPORAL
Modo V
7 Años
V
B
5 Años
IV Vernengo
A
4 Años
Modo IV
IV Leuco
Bossi
M
3 Años
IV Katz Adela
B Allegretta
2 Años
Ayerdi
III
A Perez Emiliano
20 Meses
Modo III
III
Mori Adelfa Vietri
Senna Saenz
M
16 Meses
Bignone Correa Villafañe Costa Perez Sara M.
III Semprun Kodama Vanossi Benvenutto
Briones Piglia vi
Vanucci Lopez Estela
B Ricardi º Videla Artus Seara
Bustos
1 Año Ferrin Ruiz Marcelo Antun Angel Butty De Alba WilsonArgañaraz Segurola Gorondi
Rehe Mariana Dotto Barcesat Prizzi Dalla Via Katterberg Busso
II McDuffTabelaVerdi Perez Mariano LeguizamonVillaruel
A Baca Carlos Fernandez Harteneck Ferro
9 Meses Bentos Segura Laciar
Colcerniani Pariggi Sepulveda
Modo II
I
1 M
Semana
I
B
1 Día
EDAD 20 25 30 35 40 45 50 55 60 65 70
142
30
Utilización actual del potencial humano de la organización
La figura V.3 muestra otro análisis de la misma población evaluada. El eje horizontal
representa la evaluación de capacidad potencial actual de las personas, y el vertical el
estrato del puesto que ocupan en la actualidad. Nuevamente, el ejercicio es ficticio
pero la distribución es típica. En el sector ubicado a la derecha de la zona gris
aparecen las personas actualmente subempleadas, encabezadas por Adela Katz. Las
personas en este sector son candidatos para promociones y proyectos especiales. El
sector gris incluye a quienes actualmente trabajan en el estrato que corresponde a su
CPA.
El cuadro revela también algunos casos problema, que son los ubicados a la izquierda
de la zona gris.
143
Figura V.3
Comparación entre la capacidad potencial actual y el nivel del rol ocupado
V
IV CPA por debajo del rol
Artus Saenz Allegretta Bossi Leuco
III Bustos 1 1 1 Vernengo
2 2
Argañaraz
Antun Angel Barcesat Benvenutto
Bentos
Antun Gregorio Butty Bignone CPA superior al rol
Argüello Briones
Estrato del Rol
144
31
Análisis sectorizados por unidades orgánicas y por
especialidades funcionales
Como es obvio, los dos tipos de análisis recién presentados pueden agrupar las
poblaciones según varios criterios, tales como potencial mínimo, modos de progresión,
nivel de los puestos ocupados, categorías de remuneración, unidades orgánicas de
pertenencia y especialidades funcionales. También se puede representar la situación
proyectada a N años en el futuro.
32
Planificación de la dotación futura
Dado que las curvas de progreso del potencial permiten anticipar la disponibilidad
futura de talento, es posible analizar con anticipación los sobrantes y faltantes de
capacidad decisoria en un futuro acotado. Este análisis permite tomar acciones
apropiadas, tales como planes de desarrollo individual e incorporaciones externas, con
la anticipación necesaria.
• Todo lo que hay que hacer es graficar las potencialidades actuales de las
personas que, según se las ha evaluado, pertenecerían a los modos VI, VIII y
VIII (o sea, que al madurar podrían alcanzar estos niveles de capacidad.)
• Esto nos dará la cantidad de personas de las que se piensa que tienen la
capacidad potencial para llegar a ser VPE de Estrato VI o director ejecutivo,
director de operaciones o director de desarrollo de estrato VII.
Si se echa una mirada a los dos gráficos que aparecen en la página siguiente, se
advertirá que es más conveniente invertir en la empresa “Q Inc.” que en la
empresa “R Inc.”
• “Q Inc”. cuenta con mucho personal con capacidad potencial en los Niveles 7 y
6.
146
Reproducido de Elliot Jaques, "La Organización
Requerida", pág. 348
147
Predicción: si la empresa “R Inc.” no hace algo para reforzar su reserva de talento,
comenzará una gradual declinación.
• Son los ejecutivos promocionados los que determinarán con qué éxito la
empresa hará frente a las oleadas de cambio y a las vicisitudes propias de la
nueva tecnología, los nuevos mercados, las nuevas perspectivas, las nuevas
demandas y los nuevos mundos.
• Y lo que se precisa no son grandes príncipes aislados, sino reservas cuantiosas
de talentos.
Por eso es que los empleados del Estrato IV deben ser periódicamente
examinados por el colegio corporativo con vistas a ofrecer capacitación y
desarrollo individual a los futuros altos ejecutivos de la empresa.
33
Planificación individual de carreras
Un plan de desarrollo individual puede incluir medidas de distintas clases, tales como
acciones de capacitación específicas, asignaciones transitorias fuera de la compañía
de origen y otras. Sin embargo, el aspecto medular del plan es la planificación de los
roles que la persona ocupará desde el presente hasta la culminación de su carrera.
Como es natural, suele ocurrir que haya más de un candidato para un mismo puesto,
como así también que una posición determinada admita varios candidatos posibles.
Esto da lugar a la consideración de varias alternativas entrecruzadas hasta llegar a un
plan que pueda ser aprobado por la dirección. Esta es una tarea que las unidades de
Recursos Humanos deben centralizar con injerencia directa de las líneas operativas.
Como es obvio, los modos de desarrollo del potencial son de la mayor ayuda en este
proceso, ya que permiten precisar el nivel de trabajo máximo de la persona a lo largo
de su carrera y referir este nivel a posiciones orgánicas. A veces es oportuno que una
de estas personas en desarrollo trabaje transitoriamente por debajo de su nivel con
fines de aprendizaje de una especialidad que le es ajena, pero nunca se lo debe
asignar a una función que esté por encima de su nivel.
148
34
El método de selección por tres factores
Este es un caso real de nuestra propia observación. Ilustra una situación frecuente:
se asigna al perfil de experiencia y de conocimientos un peso dominante,
relegando la correspondencia entre la capacidad potencial del individuo y la
complejidad propia del puesto para el que se lo considera. No sería extraño que el
lector haya podido observar casos parecidos.
Si una persona no sabe todo lo necesario para ejercer eficazmente una asignación,
existe la posibilidad de que lo aprenda, o de que tenga apoyo de especialistas. Si el
trabajo no responde plenamente a sus intereses de desarrollo profesional, es
posible que de todos modos dedique todo su empeño en aras de las oportunidades
futuras que se abren o de su lealtad a la organización. Si en el pasado no ha
demostrado toda la dedicación y energía que la asignación requiere, es posible que
149
el nuevo desafío, con la adición de un coaching adecuado, tenga el efecto de
superar esta limitación.
Hemos podido observar los procesos de selección interna de una gran empresa
internacional reconocida por la calidad de su gestión de recursos humanos. Esta
empresa tenía un sistema montado de evaluación del potencial, y daba a las
evaluaciones obtenidas un peso decisivo sobre las decisiones de asignación de
puestos. Es así que un ingeniero con muchos años de trabajo dentro del área
tecnológica podía pasar a ser director de asuntos públicos, o un profesional de
ciencias económicas con trayectoria en contraloría ser designado gerente de
recursos humanos. Estas decisiones resultaban desconcertantes para personas
ajenas a la organización, pero dentro de la empresa no existían dudas acerca de la
validez de esta práctica, que contaba con muchos años de trayectoria exitosa.
En el caso desafortunado con que iniciamos esta sección se puso primero a los
conocimientos, y después al potencial. La situación del párrafo anterior es
precisamente la inversa: primero el potencial, después los conocimientos.
Elliott Jaques propone lo que él denomina la selección por tres factores. Estos se
entienden a partir de su fórmula de la capacidad aplicada, que ya hemos
examinado más arriba. Esta es su formulación más reciente (Jaques, 2002):
150
CA = ƒ CPA . C/H . C . CR
C se refiere al compromiso del candidato con las tareas propias del puesto. Incluye
a los aspectos vocacionales, a las aspiraciones de desarrollo profesional y a los
valores intrínsecos que el candidato asigna a estas tareas. El supuesto es,
naturalmente, que la gente es más eficaz cuando trabaja en aquello que la convoca
y estimula. Dentro de otro marco teórico esto se llama "motivación intrínseca".
La propuesta de Jaques es que estos son los únicos tres factores a que se debe
atender en la selección de personas para puestos o asignaciones determinadas.
Sostiene que cualquier otro factor que se incluya introduce incertidumbre y
arbitrariedad.
Este cuarto factor no está a la par con los otros tres, ya que aparece solo por
excepción. En la situación típica de selección ni siquiera hará sentir su presencia,
ya que todos los candidatos serán capaces de mantener estos comportamientos
requeridos sin dificultades. Es por esto que habla de selección por tres factores, y
no por cuatro.
151
35
Preselección interna de candidatos
Sin embargo, como lo destaca la sección precedente, hay aquí una consideración
crucial: la capacidad potencial actual es la más “dura” de las variables a tener en
cuenta. Todas las demás variables son susceptibles de modificación; el potencial
individual no. Si un candidato no tiene el potencial actual requerido por la posición,
ningún grado de cumplimiento excelente de todas las demás condiciones lo hace apto
para el puesto. Tampoco tendrán éxito alguno medidas destinadas a “desarrollar el
potencial” (el potencial no se desarrolla, lo que se desarrolla es la capacidad para
ejercerlo).
Si por el contrario su potencial actual supera las exigencias del puesto, se puede
prever que el trabajo será probablemente bien ejecutado, pero la persona estará
insatisfecha y se mantendrá en búsqueda de mejores oportunidades. Dicho de otro
modo: la consideración del potencial de los candidatos en relación con el nivel de
trabajo del puesto tiene un importantísimo valor de exclusión de personas postuladas.
Es por este motivo que la secuencia indicada para los procesos de selección interna
es comenzar por el potencial requerido por el puesto. De allí en adelante juegan los
demás criterios para la definición del candidato final.
152
• Es sumamente económica. Basta especificar la consulta a la base de datos para
obtener una lista de personas preseleccionadas.
36
Definición de cuadros de remplazo
37
Selección de candidatos externos
153
34
La práctica del mentoring o tutoría16
Esta relación de a tres caracteriza la definición de Jaques del rol del mentor. Dentro de
su Talent Pool Development el mentor es un personaje clave e insustituible. En esta
propuesta, el rol de mentor corresponde al gerente indirecto, o gerente del gerente.
Hay varias razones para esta elección.
B1 B2
C1 C2 C3 C4 C5
16
No se ha encontrado mejor traducción de mentoring al castellano que “tutoría”. Este término, sin embargo, tiene la
acepción inadecuada de sostén o protector, y evoca la relación de un adulto autónomo con un menor aún dependiente que
necesita guía y cuidado. Esto no condice con el completo sentido de realidad que el mentor debe mantener ante su
“mentoreado” en el marco de una relación entre adultos autónomos.
154
Está en primer término la cuestión de la sucesión. ¿quién es responsable por la
sucesión del puesto ocupado por B1? Una respuesta frecuente es que esta
responsabilidad cabe a B1 mismo. Se suele decir que todo gerente debe desarrollar a
su propio sucesor. Sin embargo, esta propuesta acarrea algunos problemas.
Está en juego aquí una cuestión crítica de respondibilidad gerencial. Los recursos B1 y B2 se
asignan a A, quien debe responder por la calidad de su trabajo, y quien depende de ellos
para lograr sus propios resultados. Por lo tanto, la designación del ocupante es incumbencia
de A. Este hecho determina que A sea la persona indicada para ocuparse del desarrollo de
carrera de los C, como así también de evaluar su potencial, tarea que debiera ser siempre
indisociable del mentoring.
155
falta un contacto sumamente asiduo ni para evaluar el potencial ni para hacer
mentoring.
Como es obvio, el buen ejercicio mentoring exige una activa coordinación del sector
de recursos humanos. Esta práctica ensambla con los sistemas de planificación de la
dotación, de selección interna y de planificación de carreras individuales. Superfluo es
decir que el hecho de que el gerente se ocupe de la sucesión de sus puestos
subordinados no quiere decir que lo haga solo dentro de su propio feudo. Esta es una
tarea de coordinación corporativa liderada por Recursos Humanos.
Un nota final: aparte de su valor para la gestión del talento, el mentoring es uno de los
medios más eficaces para establecer un reconocimiento y compromiso profundos con
la organización. Todo el mundo valora en muy alto grado que, así sea una vez cada
dos años, su gerente indirecto se reúna con el o ella para hablar sobre su futuro en la
organización en un marco de realismo y de colaboración.
156
Parte VII
Actores en el proceso de evaluación del
potencial
39
La dirección ejecutiva
Las responsabilidades de la dirección superior son dos: por una parte, la aprobación
de las políticas y procedimientos para la evaluación del potencial, según lo expuesto
en la Sección 38 (La función de Recursos Humanos), y por otra la participación directa
en los ejercicios en calidad de evaluadores, incluyendo el mentoring con subordinados
indirectos.
40
Asignación de la responsabilidad por la evaluación del potencial
Existen también varias combinaciones entre estas alternativas. Por ejemplo, es muy
frecuente que la evaluación del gerente directo deba ser refrendada por su propio
gerente, o sea el gerente del gerente del evaluado. A veces los informes de
especialistas actúan como información complementaria para la evaluación por la línea.
Los comités de evaluación pueden jerarquizar especialmente las evaluaciones de
gerentes directos o indirectos, y otras.
1) La validez de la evaluación.
157
La validez apunta al grado de certeza en cuanto a que la evaluación efectivamente
registre lo que debe registrar. La respondibilidad, al hecho trascendental de quién
asume la responsabilidad y rinde cuentas por las decisiones tan sensibles para la
gente y para la organización que pueden ser influidas por la evaluación del potencial.
Examinaremos las alternativas bajo esta luz.
Reiteramos aquí un punto que hemos mencionado antes: la situación es distinta con
candidatos externos a ingresar a la organización. En estos casos, como es obvio, se
mantienen las reservas en cuanto a la validez de los instrumentos empleados, pero no
hay objeciones en cuanto a la legitimidad de su uso.
Es interesante observar como juegan de modo distinto en este caso los dos criterios
que mencionamos arriba: el de la validez y el de la respondibilidad. En cuanto al
primero, si las referencias para la evaluación son correctas también lo serán las
evaluaciones mismas. Sin embargo (y al afirmar esto seguimos las ideas de Elliott
Jaques), no es el gerente directo la persona adecuada para hacerse cargo de la
evaluación del potencial de sus subordinados desde el punto de vista de la
respondibilidad. Esto quedará en claro en el punto siguiente.
En las organizaciones grandes nadie conoce a todas las personas que trabajan en
ella, porque tanto los meros números como la dispersión geográfica, las
especialidades funcionales y otros factores lo hacen imposible. Al mismo tiempo, es
una necesidad de quienes trabajan en organizaciones ser reconocidos como personas
y reconocer a los demás en esta condición en el entorno laboral. Las organizaciones
de tres niveles, denominadas de reconocimiento mutuo en la teoría de la Organización
Requerida, son el medio indicado para cumplir con esta función en las organizaciones
de gran tamaño. El mantenimiento de estas unidades de reconocimiento mutuo es una
responsabilidad de los gerentes que tienen dos o más niveles orgánicos por debajo
del propio, y las prácticas de la evaluación del potencial y el mentoring, con el
conocimiento recíproco y el intercambio que conllevan, son una forma efectiva de
cimentarla.
Hemos encontrado organizaciones en las que la evaluación del potencial está a cargo
de grupos ad hoc como los del título. En algunos casos se trata de reuniones de
evaluación del potencial armadas especialmente para analizar a una población de
determinado sector y nivel orgánico, que congregan a gente ubicada en niveles
superiores al de los evaluados. En otros funcionan comités permanentes que se
reúnen de manera periódica. En una de las organizaciones que utiliza comités es
requerimiento para sus miembros conocer a los evaluados, para lo cual deben
organizar entrevistas o reuniones especialmente en caso necesario, y uno de los
integrantes del comité adquiere el compromiso formal de comunicar la evaluación y de
seguir los movimientos de carrera previstos. Es decir, asume una responsabilidad de
mentoring.
Está claro que los integrantes de estos comités están en las mejores condiciones para
evaluar con validez a los miembros de la población seleccionada, y que el sistema
ofrece buenas garantías de equidad en las evaluaciones a través del intercambio entre
sus miembros. No obstante, entendemos que la asignación de estas
responsabilidades al gerente indirecto resuelve mejor tanto el problema de la calidad
de la evaluación en sí como el del mentoring propiamente dicho. Estas condiciones se
cumplen mejor cuando el evaluado es un recurso activo dentro de los planes del
gerente indirecto, a quien le cabe también la responsabilidad de asegurar la calidad
del liderazgo gerencial que recibe.
161
41
La población evaluada
Sin embargo, un buen sistema de evaluación del potencial debiera ser mucho más
que esto. Evaluar el potencial no significa ungir príncipes de la corona, sino reconocer
la totalidad del talento disponible para ser utilizado en todos los niveles de la
organización.
Todo lo que hemos dicho sobre el potencial individual a lo largo de este texto debe
haber puesto de relieve esta noción: todas las personas son “buenas” en la realidad o
en potencia, pero son buenas para distintos niveles de trabajo. No se trata de clasificar
en malos y buenos, sino de lograr correspondencia entre potencial individual y
complejidad de las tareas en todos los niveles.
162
Un buen sistema de evaluación del potencial debe permitir una apreciación global del
talento disponible para utilizar en todos los niveles organizacionales, desde el de
gerencia de primera línea o especialista calificado hasta el ejecutivo principal. La
clasificación en “altos potenciales” y el resto exclusivamente, además de ser restrictiva
y no responder a necesidades de selección interna y de desarrollo de carreras, es
imprecisa. Un high flyer ¿Es candidato final a vicepresidente o a ejecutivo principal?
La diferencia no es trivial, y el sistema debiera ser capaz de establecerla. A la posición
elitista se suma una discriminación insuficiente de niveles de trabajo.
¿Hasta dónde debe llegar la evaluación del potencial? ¿Se justifica hacerla con todos
los empleados, aun los que realizan trabajo operativo directo? Hay importantes
razones para responder afirmativamente. En términos de estratos de trabajo, el nivel
operativo directo es el característico del Estrato I. Bajo condiciones típicas, la
evaluación de la gente que trabaja a este nivel arrojará unos cuantos candidatos a
trabajar hoy en el Estrato II (es decir, como gerentes de primera línea), un número
más pequeño pero interesante de potenciales de Estrato III (nivel gerencial pleno), y
como excepción rara y a la vez de gran interés, algún potencial para Estrato IV. Esto
es información de primera clase para la gestión de recursos humanos.
Se suelen formular reparos que se basan por una parte en la generación de falsas
expectativas en los evaluados, y por otra parte en el costo de la operación. Ya hemos
considerado el primero en la Sección 34 (La práctica del mentoring). En cuanto a la
economía, la práctica prueba que dos representantes de recursos humanos
adecuadamente entrenados pueden conducir la evaluación de un grupo de hasta 200
personas en medio día de trabajo, incluyendo en este tiempo el entrenamiento de los
evaluadores. Esto es, naturalmente, en caso de utilizar el método que hemos
denominado "Evaluación por juicios gerenciales referidos a niveles de trabajo
absolutos".
Hay otra razón más, ya expuesta en la misma sección, que es el importante efecto en
términos de compromiso con la organización y el trabajo que generan buenos
procesos de evaluación del potencial y de mentoring.
42
La función de Recursos Humanos
163
El sistema de evaluación del potencial individual se inscribe en este marco. En la
modalidad que recomendamos, son los mismos gerentes quienes realizan las
evaluaciones y asumen la responsabilidad por ellas y por sus consecuencias.
Esta es una etapa inicial, que se cumple una sola vez con revisiones posteriores si
es necesario. Consiste en definir las políticas, es decir decisiones de la autoridad
ejecutiva de la organización de vigencia permanente con respecto a la evaluación
del potencial. Comprende el enunciado de la función que cumple el sistema como
recurso de gestión de recursos humanos y los derechos, obligaciones y
responsabilidades de las partes en juego. Los procedimientos especifican las
acciones requeridas a estas partes.
164
Parte VIII
Fenómenos organizacionales
explicados por el potencial individual
El liderazgo como efecto de la buena organización
Sin embargo, en las numerosas investigaciones realizadas han sido siempre mucho
más fuertes las expectativas que los resultados obtenidos. Es notorio que después de
tanto trabajo por autores diversos, no existe un consenso establecido acerca de cómo
son o qué hacen los líderes. Son muchos los autores que han elaborado listas de
rasgos o de conductas propias del liderazgo, y el resultado ha sido "cada maestrito
con su librito". Warren Bennis, tras diez años de investigación, resume los resultados
de estos esfuerzos en una frase: “Los líderes vienen en todo tamaño, forma y
disposición, pero hay al menos un elemento que todos ellos comparten: el
compromiso con un propósito guía, una visión abarcadora”.
165
Dos formas de entender el liderazgo
Sin embargo, tras poco pensar podemos darnos cuenta de que no es este el liderazgo
que necesitan las organizaciones de trabajo. Lo que tiene que hacer el gerente
comercial, o su par de recursos humanos, es resolver autónomamente sus propios
problemas en el marco del plan de su jefe, el gerente general, quien a su vez enfrenta
problemas de su nivel. Los subordinados no “siguen” a su jefe, sino que marchan
hacia delante junto con él a un nivel distinto. Es interesante notar que el antiguo
término anglosajón läden, del cual deriva líder, significa en realidad moverse o viajar
juntos, no ir delante seguido por otros.
El líder enfrenta y resuelve situaciones nuevas; los seguidores siguen el camino que él
abre.
Todos marchan juntos coordinadamente hacia delante, cada cual abriendo su propio
camino. El líder de cada nivel coordina su equipo inmediato.
También entre los humanos tiene un lugar útil. Cuando un trabajador nuevo aprende
su tarea de un par más experimentado que él hace un aprovechamiento eficaz del
liderazgo 1. En un grupo interdisciplinario, el experto en una materia en particular toma
el liderazgo mientras se trata su tema. El liderazgo de los padres hacia los hijos
durante la infancia es del tipo 1 (¿será por esto que de adultos nos despierta tanta
nostalgia?)
En la gran generalidad de los casos, los adultos que trabajan desean y necesitan
aplicar su talento y su empeño a la resolución de problemas de su nivel dentro de la
orquestación general de esfuerzos. Esto es un requerimiento imperioso tanto de las
organizaciones como de la gente que trabaja en ellas. Tras esto viene otra expectativa
importante, que es la de recibir un reconocimiento equitativo por la calidad del trabajo
realizado.
En este marco, líder es quien puede y quiere agregar valor al trabajo de sus
colaboradores. Agregar valor significa ayudarlos a anticipar problemas potenciales, a
definir alternativas que aún no ven o sólo vislumbran, a identificar nuevos recursos de
los que podrían valerse para mejorar sus probabilidades de éxito. Significa poner la
167
labor de los subordinados en un marco más amplio que el que éstos pueden ver, y
desde esta posición ayudarlos a hacer mejor su trabajo. Esta es la “visión abarcadora”
de la que habla Bennis.
De la calidad del propio trabajo derivan los logros ambicionados por la gente que
trabaja: mejoras en remuneración, reconocimiento, desarrollo de carrera con
posibilidad de promociones, adquisición de experiencia útil y desarrollo profesional.
Sobre todo, la satisfacción de estar aplicando la propia capacidad actual a pleno en
una tarea de valor para quien la ejecuta. ¿Bajo qué condiciones se dan estas
circunstancias deseadas? Los datos de investigación que siguen son reveladores.
Desde el punto de vista del gerente, el subordinado real es aquel con quien tiende a
entenderse de modo directo, aunque el organigrama ponga un gerente intermedio
entre ambos. Este es el fenómeno coloquialmente denominado “puenteo”. En estos
casos, el gerente siente que es eficaz para el cumplimiento de sus propias
obligaciones tratar sin intermediarios con un subordinado que según el organigrama
es indirecto. El jefe que queda en el medio está en una situación difícil: puede optar
por la vertiente autoritaria y hacer sentir su poder(que es sólo formal, y no ganado por
su capacidad), o por desentenderse y salir del juego. En cualquiera de los dos casos
su situación es desgraciada y establece condiciones para el recelo y la suspicacia.
Pero no nos detendremos en este punto ahora.
Podemos notar aquí cuán lejos estamos del modelo clásico de investigación de rasgos
y conductas de los líderes. La posibilidad de un genuino liderazgo gerencial aparece
determinada en primer término por la ubicación relativa de los dos puestos en la
escala temporal del LD, concretamente por su posición en dos estratos diferentes y
contiguos. En esta perspectiva el liderazgo no es una cuestión de dotes personales,
sino de estructura. El gerente real identificado puede carecer de todo carisma, no ser
empático, no tener el mejor de los tratos personales ni competencia personal de
liderazgo alguna, y sin embargo es quien puede (o podría) ser aceptado con
entusiasmo como líder por colaboradores que ven en el o en ella un recurso
insustituible para mejorar su propia actuación.
Más de veinte años después del descubrimiento de la estratificación natural del trabajo
humano llegó la explicación: se debe a las diferencias cualitativas en la capacidad
potencial actual de las personas, determinadas por los modos cualitativamente
distintos de procesamiento mental de información expuestos en la Parte III
(Evaluación y medición del nivel de trabajo).
Es fácil observar que las acciones habituales para afianzar el liderazgo en las
organizaciones corresponden al tipo que hemos denominado 1 y no al 2. Contamos
entre estas la identificación de competencias para el liderazgo y las acciones para el
desarrollo de líderes tales como seminarios y talleres especializados, los ejercicios de
colaboración y de supervivencia al aire libre y otros. Todos comparten un mismo
supuesto: el liderazgo es algo que su portador “lleva en la mochila”, es decir, es una
característica inherente a la persona, ya sea innata o desarrollada.
169
de liderazgo existentes en la sociedad, pero sí para la que sirve para crear valor social
en las organizaciones de trabajo que emplean adultos autónomos.
Hemos dicho arriba que líder es quien puede y quiere agregar valor al trabajo de sus
colaboradores. La diferencia de un estrato da cuenta del puede, y otras condiciones,
entre ellas las recién mencionadas, fundamentan el quiere.
¿Por qué quiere alguien formalmente designado como gerente ser líder de sus
subordinados? En primer lugar, como en todas las tareas realizadas con éxito, es
necesario un componente vocacional: debe gustarle trabajar con otra gente y ayudarla
a mejorar. Pero aquí cabe una observación de la mayor importancia: este “gusto” es
un recurso abundante: la gran mayoría de la gente tiene esta inclinación potencial, y la
hace efectiva cuando se dan las condiciones apropiadas.
170
La emoción del liderazgo
Dice Elliott Jaques (Jaques, 1991, capítulo I): “Cuando una persona tiene
responsabilidades de liderazgo y es muy competente en el ejercicio de su rol, pasan
dos cosas. La primera es que la gente está feliz de trabajar con esta persona. De este
sentimiento surge otro: que está dotada de grandes cualidades personales para el
liderazgo. Esto da lugar a un sentimiento casi místico de ser todos uno, que toca los
recesos íntimos de nuestros valores de cohesión social, y nos llena de sentimientos
cálidos que tendemos a asociar, incorrectamente, con cualidades personales del líder
antes que con su competencia”. Volvemos a encontrar aquí el carisma en una visión
distinta: no es la condición de un buen proceso de liderazgo, sino por el contrario su
efecto característico.
44
El mito de los dinosaurios organizacionales
Las cifras son elocuentes. Una gran organización requiere a un CEO capaz de trabajar
eficazmente en el estrato VII. La provisión de este nivel de talento en la población total
se estima en el 0,05%, equivalente a una persona en 2.000. Esto en el supuesto de
172
que las políticas jubilatorias permitan retener al ejecutivo principal en actividad hasta
los 70 años.
Ahora bien: esto por lo que concierne a la capacidad potencial actual. Sin embargo,
como es obvio, se trata aquí de un problema de capacidad aplicada: no solo el
potencial, sino el efectivo desempeño exitoso la función. Estamos ante un problema
de selección por tres factores en consonancia con la fórmula de la capacidad aplicada:
CA = ƒ CPA . C/H . C . CR
En la cual C/H significa que el ocupante del puesto debe ser un conocedor profundo
de técnicas de gestión y del negocio en particular en que actúa, acumulado a lo largo
de muchos años de estudio y de experiencia específica.
Para que una persona así llegue al puesto en que se lo requiere debe haber existido
un adecuado proceso de identificación y selección, iniciado buen tiempo antes de la
designación efectiva, y la persona debe estar disponible en el momento necesario.
Como es natural, todos estos factores hacen que esta proporción de 1 en 2.000 se
reduzca mucho más aún. En contraste, muchas PYMES pueden requerir un CEO
capaz de trabajar en estrato IV. La provisión de este nivel de talento alcanza al 1% de
la población, o un individuo cada 100. No resulta sorprendente que las organizaciones
de este tamaño puedan ser más ágiles, entrepreneurial y demás virtudes que suscitan
tanto aplauso. Sin embargo cualquiera de estos CEOs brillantes, puesto a cargo de
una megacorporación, la transformaría rápidamente en el más estólido de los
dinosaurios.
Un interesante artículo del australiano F. K. Wright (Wright, 1964) analiza con rigor el
carácter de limitación absoluta que tiene el nivel de trabajo del ejecutivo principal,
apoyándose en la noción de lapso de discrecionalidad de Jaques. Este artículo, que
18
Marguerite Yourcenar, "Memorias de Adriano", Editorial Sudamericana, pág. 103.
19
Jaques, 2004, pág. 349. La traducción aquí ofrecida es "Toda organización busca alcanzar el nivel de capacidad de trabajo
de sus directores ejecutivos". Entendemos que la traducción no es óptima, ya que puede ser entendida como que se refiere al
equipo ejecutivo, mientras que Jaques se refiere específicamente a un individuo: el CEO. La frase original es "Organizations
seek the level of working-capacity of their CEOs".
173
tiene el sugerente título de "La evaluación de proyectos y el límite gerencial" (Project
Evaluation and the Managerial Limit), analiza distintos criterios financieros
tradicionales para decidir sobre proyectos de inversión, tales como la tasa de retorno
esperada, el valor de flujos de fondos esperados descontados a una tasa igual al
costo del capital y el costo de oportunidad de los fondos. Sostiene que todos estos
criterios tienen común que su racionalidad depende del supuesto de que el volumen
de proyectos está limitado ya sea por el monto de los fondos disponibles, o por la
escasez de oportunidades de inversión.
Apartándose de estos criterios clásicos, propone que para una cantidad grande de
firmas importantes el factor crítico que limita la expansión no es ni la escasez de
fondos ni la falta de oportunidades en el mercado, y que para estas firmas la selección
de proyectos sobre criterios financieros no conduce a una política de inversión óptima.
La disponibilidad de capital es siempre un factor limitante potencial, pero no siempre el
factor crítico (es decir, el que de hecho limita la expansión en un momento dado).
Cita a Edith T. Penrose, quien ha estudiado los factores que limitan la expansión plena
de la firma hasta donde permite el mercado de capitales. "El límite fundamental a las
oportunidades productivas de la firma no se encuentra en las condiciones externas de
oferta y de demanda, sino dentro de la firma misma". Su conclusión es que la
expansión está limitada por el ritmo al que puede crecer el equipo gerencial.
A partir de esta idea Wright: rectifica con acierto que lo que pone el límite no es el
tamaño del equipo directivo, sino la capacidad de unos pocos individuos en posiciones
clave para asumir nuevas responsabilidades. Se trata típicamente el presidente y
quienes reportan a él.
Dice con acierto que el exceso de potencial en los niveles gerenciales más bajos no
compensa su falta en la cima. La abundancia de talento entre los gerentes jóvenes
que están en la primera mitad de su carrera, recurso de valor inapreciable para el
futuro, no contrapesa su carencia en la cima de la estructura ejecutiva.
Hace una observación del mayor interés: los proyectos de reducción de costos y de
renovación de activos existentes exigen menos talento gerencial que el
aprovechamiento de nuevas oportunidades. Los proyectos que agregan poca carga a
la responsabilidad de la dirección superior son preferibles a los que imponen una
carga grande. Sobre esta base, pueden tener prioridad los proyectos del primer tipo
cuando el talento directivo en la cima es un recurso limitado.
174
de costos y el achicamiento ante el entorno adverso no es necesariamente una imposición de
las circunstancias. Si en una firma que pasa por estos aprietos el potencial del ejecutivo
principal está exigido al máximo por la conducción normal del negocio (lo cual, por supuesto,
es la situación típica), podrá gerenciar con solvencia la contracción, pero no la superación
mediante el aprovechamiento de nuevas oportunidades. Si, por el contrario, su talento
estuviera a la altura de este último desafío, la firma podría tener un destino más feliz aun en
medio de la adversidad.
En nuestra propia práctica de consultoría nos hemos encontrado varias veces con
ilustraciones vívidas del principio de Arquímedes, bajo la forma de ejecutivos
principales que tenían clara conciencia de que si sus empresas crecían ellos no
podrían permanecer en sus roles de dirección ejecutiva máxima. Uno de ellos era el
exitoso gerente general y propietario de una empresa de servicios. Esta persona veía
claras oportunidades de captación de nuevos mercados, pero había decidido no
aprovecharlas porque quería seguir conduciendo su firma personalmente, y sabía que
para hacerlo era necesario mantenerla en su dimensión actual. Otro caso es el del
presidente de una filial de una compañía internacional, también de servicios. Esta
persona nos habló de los planes de expansión que existían por orden de la dirección
internacional, y concluyó diciendo "y cuando todo esto se haga, yo no estaré más en
este puesto".
Hemos dicho que tenemos una clara captación intuitiva tanto del potencial de las
personas como del nivel de trabajo de los puestos. Estos dos casos son una
ilustración vívida de la certidumbre que pueden tener las personas de acerca de su
propia capacidad en relación con el nivel de trabajo de una asignación dada.
¿Qué hacer ante el gravísimo problema de la escasez de talento para las posiciones
que exigen un manejo muy alto de la complejidad? Las acciones pertinentes son
fáciles de definir, pero sumamente difíciles de llevar a cabo. Se trata de identificar con
muchos años de anticipación a los candidatos potenciales, establecer sólidos planes
de desarrollo y crear las restantes condiciones necesarias para llegar en el futuro a la
adecuada cobertura de posiciones críticas.
175
Parte IX
Objetividad y Subjetividad en Recursos
Humanos y Organización
45
La Pasión por la Objetividad
176
En el uso cotidiano, los términos objetivo y objetividad abarcan ambos significados:
tanto el de objetividad como aquello relativo al objeto en sí y ajeno a nuestro modo de
pensar o sentir (la balanza física), como el de imparcialidad o desprendimiento
emocional del objeto evaluado (la balanza de la justicia). Es así como podemos
calificar de “objetivo” a un juez, o a un docente que toma exámenes, o al juzgado de
un concurso de arte. Esta distinción no es inmediatamente asequible para todo el
mundo, quizás porque no es necesaria para la vida cotidiana. De hecho, la mayor
parte de la humanidad ha transcurrido su historia sin necesidad de esta distinción, que
hoy sigue resultando extraña para mucha gente.
Siempre han abundado los intentos por introducir la objetividad en las ciencias
sociales. Esto ha dado lugar a equívocos, tales como la de suponer que toda
evaluación expresada en términos numéricos es objetiva, o a confundir objetividad con
consenso de juicios subjetivos entre observadores autorizados, o la ya mencionada de
confundir desprendimiento emocional con objetividad. En la historia de la psicología, la
genuina objetividad ha ido siempre de la mano de la trivialidad. Tal es el caso de la
psicología experimental clásica, que ha investigado fenómenos de la conducta bajo
condiciones cuidadosamente controladas y susceptibles de reproducción por otros
observadores. Así ha logrado acumular conocimiento genuinamente objetivo que no
ofrece comprensión ni bases de acción acerca de las conductas humanas que a los
humanos nos importan: las que tienen que ver con la realización personal, el goce y el
sufrimiento, la vida, la salud, la locura y la muerte. La intencionalidad humana no tiene
lugar en esta psicología objetiva. La opción clásica en psicología ha sido objetividad
sin significado, o significado sin objetividad.
En esta disyuntiva de hierro, quizás no sea aventurado suponer que esta situación ha
tenido el efecto de atraer a las ciencias sociales a personas con vocación por ejercer
un juicio comprensivo y equilibrado (al modo de los jueces), más que a investigadores
preocupados por la observación objetiva de los fenómenos y sus propiedades. Para
los científicos sociales la objetividad en el sentido del método científico suele ser un
intruso de rango inferior, recibido con recelo y por encima de todo incomprensible.
Quizás esto explicaría las grandes dificultades que supone hablar de genuina
objetividad en ciencias sociales a los profesionales de estas disciplinas.
177
captar objetivamente lo humanamente significativo es un factor de peso en esta
renuncia a la objetividad científica.
La tercer consecuencia es la que quizás más nos interese aquí: cuando la objetividad
genuina al servicio de la equidad intenta asomar su cabeza, nadie la reconoce. En la
propuesta de Jaques, hay dos sistemas de recursos humanos en los cuales
determinaciones objetivas en sentido estricto sientan las referencias para el adecuado
ejercicio de los juicios subjetivos. En un sistema de remuneraciones equitativo, la
evaluación objetiva del nivel de trabajo de los puestos permite equipararlos en
categorías y establecer valores salariales mínimos y máximos, dentro de los cuales el
gerente determina la remuneración final de su gente sobre la base de su juicio
subjetivo. En la evaluación del potencial la escala objetiva temporal permite a los
evaluadores reconocer los niveles de trabajo y evaluar el potencial de su gente sin
dificultad sobre la base de su percepción subjetiva.
178
Hemos tratado en la Sección 18 el lapso de discrecionalidad. Dijimos que esta es una
decisión gerencial acerca del tiempo asignado para la realización de la tarea más
larga en un rol dado. Se expresa en unidades de tiempo: días, semanas, meses y
años. Se obtiene indagando al jefe directo de un rol de trabajo acerca de la tarea de
mayor extensión temporal asignada al rol (en rigor, hay dos alternativas de
procedimiento según que el rol sea de tarea única o de tareas múltiples, pero no
necesitamos entrar aquí en esta distinción a efectos de tratar sobre el carácter objetivo
del LD). A través de un procedimiento que no reseñaremos aquí se llega a una
declaración del jefe directo acerca del tiempo que el asigna (no el tiempo de ejecución
real, que es otro registro) a la tarea más larga.
46
Elogio de la subjetividad
El fuerte énfasis que hemos puesto en la importancia del conocimiento objetivo sobre
la organización del trabajo humano no debiera oscurecer un hecho central: el trabajo
humano en común en condiciones de productividad y de salud es un fenómeno de uso
libre y pleno de la subjetividad. Si el conocimiento objetivo tiene algún valor en este
contexto, es el de ayudarnos a entender cuáles son las condiciones del buen uso de la
subjetividad humana y a reproducirlas de modo deliberado.
Así como objetivo no equivale a justo, tampoco subjetivo equivale a arbitrario. Así
como la objetividad mal entendida ofrece falsas garantías, la subjetividad mal
entendida provoca desconfianza. Cuando alguien dice “eso es muy subjetivo”, o “es
meramente subjetivo”, se refiere a alguna apreciación no confiable, que sólo depende
de un arbitrio íntimo y caprichoso de quien la emite.
Sin embargo, tras poca reflexión se hace claro que la vida y el trabajo en común, y de
hecho la identidad humana misma, sólo son posibles en el marco de percepciones
acertadas sobre las características de quienes nos rodean, tales como sus motivos,
capacidades, intenciones e incluso miedos y preocupaciones. No hay transacciones
de provecho recíproco entre dos personas que no exijan un grado de confianza, y la
confianza se basa en una percepción subjetiva sobre las intenciones ajenas.
En las secciones 34 y 36, al hablar del mentoring y de la evaluación del potencial por
especialistas externos, hemos mencionado algunos reparos habituales con respecto a
la disposición de los gerentes para evaluar a sus subordinados con equidad. La teoría
de la Organización Requerida postula que la estructura organizacional, los sistemas
de recursos humanos y las prácticas gerenciales son de por sí poderosos inductores
de comportamientos tanto de colaboración y respeto recíproco como de desconfianza
y rivalidad. Cuando responden a nuestras disposiciones innatas para trabajar en
común, se alientan fuertemente los primeros, y se pude predecir la instalación de una
actitud generalizada de equidad.
47
La Cuantificación en Recursos Humanos
48
Los cuatro tipos de escalas numéricas
Hay cuatro formas definidas en que las escalas numéricas representan la realidad:
escalas nominales (o de clasificación cardinal); escalas ordinales, escalas
intervalares (o lineales, o graduales), y escalas proporcionales (o de magnitud de
valores proporcionales, o de razón o racionales.)
Escalas nominales
Se pueden utilizar todos los números reales, tanto positivos como negativos y con el
infinito en ambos sentidos.
Está claro que estos números no soportan operaciones matemáticas: no tiene sentido
sumarlos ni multiplicarlos entre sí. Solo se pueden hacer análisis de frecuencias
cuando un mismo número identifica a un grupo de objetos. Estos números cumplen
una función comparable a un rótulo, y lo único que permiten hacer es contar a los
rótulos iguales entre sí.
Desde el punto de vista de los conectivos lógicos que vimos en la Sección 20 (Las
cuatro formas de procesamiento de la información), estos números corresponden al
operador lógico “o”, en el sentido de que a cualquier objeto dado se le puede asignar
un número “o” otro. Maradona tuvo el número 10 en su camiseta, y seguramente su
carrera no hubiera sido afectada por haber tenido un número distinto.
Escalas ordinales
Son las que se utilizan para ordenar objetos de una población según algún criterio de
evaluación. Estas escalas utilizan números (u otros símbolos) para representar juicios
y percepciones subjetivos, pero no mediciones. Por ejemplo, se puede pedir a alguien
que ordene un grupo de objetos según su altura. Así obtendríamos un orden que
podemos designar como 1, 2, 3, etc. que sin embargo no dice nada sobre las
diferencias relativas de altura entre los objetos. Si se trata del orden de llegada en una
carrera de atletismo, podemos decir mediante la observación visual que Juan llegó
primero, Raúl segundo y Manuel tercero. Si, en cambio, registramos los tiempos de
cada uno en minutos y segundos, estaríamos empleando una escala proporcional. La
Situación 1 de la Sección 15 (Una analogía térmica), se refiere a una escala ordinal.
También aquí se pueden utilizar todos los números reales, positivos y negativos. Si se
emplea el cero, su significado es convencional.
Desde el punto de vista del operador lógico, se observa que en este caso los números
asignados a los objetos mantienen una relación recíproca que no existe en las escalas
nominales. Esta relación se expresa en el operador lógico “y”: los resultados de la
carrera son que Juan llegó primero y Raúl segundo y Manuel tercero. El 2 que
representa el segundo lugar de Raúl no se puede cambiar convencionalmente como el
10 de la camiseta de Maradona.
En síntesis: las escalas ordinales expresan el orden entre un grupo de objetos según
un criterio definido, pero no las distancia relativa entre los objetos, y por lo tanto
tampoco las relaciones entre los intervalos de estas distancias.
Escalas intervalares
Estas escalas suponen el empleo de algún criterio definido para expresar intervalos o
distancias entre evaluaciones o mediciones. Son ejemplos de mediciones las escalas
en grados Celsius (centígrados) y Fahrenheit utilizadas en física para medir la
temperatura. El cero sigue siendo convencional (de hecho en estas dos escalas tiene
distintas ubicaciones), y se pueden utilizar tanto números positivos como negativos,
pero los intervalos entre mediciones están sujetos a las mismas reglas operacionales.
Si las escalas ordinales expresan un tipo de relación entre objetos evaluados, las
intervalares especifican también relaciones diferenciales entre los mismos,
conectando a dos o más de ellos en una serie mediante el operador si... entonces. Si
estoy en el número 510 de esta calle, entonces el edificio siguiente tendrá el número
512. Si debo ir a una dirección ubicada en el 900, entonces estoy a cuatro cuadras de
distancia. Sin embargo, no puedo decir que esté a mitad de camino entre el inicio de la
182
calle y mi destino, dado que el primer número es arbitrario. Las escalas empleadas en
las situaciones 2 y 3 de Una analogía térmica, Sección 15, son ambas intervalares.
También aquí se pueden utilizar todos los números positivos y negativos. Si existe el
cero, su significado es convencional. Por ejemplo, en la escala de acuerdo
mencionada arriba cero podría significar “ni acuerdo ni desacuerdo”, pero también
“totalmente en desacuerdo”.
En síntesis: las escalas intervalares, al igual que las ordinales, establecen un orden
entre los objetos medidos o evaluados según alguna propiedad o atributo. Pero
además designan intervalos significativos entre los valores asignados a los objetos.
Escalas proporcionales
Esto puede resultar desconcertante para quienes somos ajenos al estudio de la física;
sin embargo, no es tan difícil de comprender si se utilizan las analogías apropiadas.
Supongamos que por alguna cuestión de uso y conveniencia, es decir de un modo
convencional y arbitrario, se creara una regla graduada que en lugar de comenzar por
el cero comenzara por –50 centímetros. Si medimos mesas como las de la figura IX.1,
la propiedad intervalar de la regla nos indicará que cada mesa mide un metro, ya que
en cualquier punto de la escala en que hagamos la medición el valor más alto menos
183
el más bajo dará 100 cm. Según esta regla, las dos mesas son iguales. Ahora bien, si
las ponemos lado a lado y medimos las dos a la vez, obtendremos una medición de
150 cm. Así como 7º C x 2 = 287º C, 50 cm. X 2 = 150 cm.
Figura IX.1
-50 -40 -30 -20 -10 0 10 20 30 40 50 60 70 80 90 100 110 120 130 140 150
cm
Los físicos han creado la escala Kelvin (K), que utiliza los mismos intervalos que la
escala Celsius de grados centígrados, pero que parte del cero absoluto. El cero
absoluto funda el homomorfismo completo entre la entidad empírica y la entidad
numérica y nos permite, ahora sí, llegar al mundo en el que 2 + 2 = 4 y 3 x 4 = 12.
184
que a iguales intervalos (I1 e I2) corresponde igual relación (t2 / t1 = 2), del mismo modo
que con la escala Kelvin.
185
Figura IX.2
Inmovilidad Congelamiento
t1 Ebullición t2
molecular del agua del agua
I1 I2
186
A diferencia de las anteriores, las escalas proporcionales solo pueden emplear
números positivos. No hay tal cosa como –3 Kgr. ni –10 m. (en tanto que sí hay
-10ªC). En el uso de estas escalas se reconoce el operador lógico bicondicional si y
solo si, en el sentido de que si a mide 1 m. y B mide 2 m, y si la escala parte de cero
absoluto, entonces la longitud de B equivale al doble a la de A.
49
El lapso de discrecionalidad como medida de escala proporcional
Elliott Jaques postula al LD como una medida genuinamente objetiva al igual que las
empleadas en física, y que tiene al mismo tiempo la virtud de preservar la
intencionalidad y el sentido de la conducta.
Cuando las asignaciones son múltiples, como es el caso más frecuente, existe por
necesidad alguna que supera a las demás en extensión temporal, es decir, que si la
tarea se inicia hoy tiene una fecha de cumplimiento más alejada en el tiempo. Esta
tarea más larga, que determina el LD, tiene varios significados importantes.
187
Por otra parte, guarda relación directa con la complejidad que maneja la persona que
realiza la tarea. Como lo hemos dicho, las verdaderas metas son “vivas”, en el sentido
de que su persecución afecta decisiones intuitivas tomadas hoy. Es decir, todo plan
hacia una meta es un “futuro presente”, en el sentido de que existe hoy. A medida que
la fecha de terminación se aleja, se multiplican las fases intermedias y la necesidad de
incluir categorías dentro de otras categorías para cumplir en su momento con la meta.
Cuanto más lejana la meta, mayor la abstracción requerida en el manejo de la
información propia del trabajo.
El hecho de que el LD arroje mediciones en una escala proporcional significa que, por
ejemplo, el nivel de trabajo de un puesto con un LD de dos años equivale al doble de
otro que arroje un LD de un año, y a la mitad de uno de cuatro años. Como es obvio,
ningún otro sistema de evaluación de puestos puede postular una pretensión
semejante.
Dice Elliott Jaques (Jaques, 1984, ) en “La forma del tiempo” página 219:
Las bastardillas son mías. La frase pone de relieve un aspecto medular de la teoría
que sin embargo es fácil pasar por alto en una primera lectura: los principios de la
organización requerida no son de carácter normativo, sino que emergen de la
observación empírica posibilitada por instrumentos de investigación objetiva. O quizás
debiéramos decir que son normativos en el sentido en que la ciencia es normativa: por
el compromiso de acción que genera el conocimiento genuino, y no por la autoridad
personal o política de quien los formula. Requisite, traducido al castellano como
“requerido”, significa “requerido por la naturaleza de las cosas”. Las organizaciones de
trabajo deben ser de cierto modo porque los seres humanos somos así.
188
50
Ciencia y ocurrencia en Recursos Humanos
La aspiración de McGregor
A fines de la década de 1950, tratando acerca de las dificultades de los gerentes para
utilizar el conocimiento disponible en ciencias sociales, escribe Douglas McGregor:
20
Douglas McGregor, “The Human Side of Entrerprise”, pág. 8 (traducción del autor)
189
de consideración son las pruebas de validez de los supuestos teóricos. Lo importante
es que la "teoría" seduzca y entusiasme, y no que haya razones para afirmar su
verdad. El acierto de la ocurrencia prevalece sobre la aspiración de verdad de la
ciencia.
Por su naturaleza y por sus efectos sobre la salud mental humana, las prácticas de
recursos humanos en las organizaciones son comparables a las prácticas médicas.
Su consagración en la gestión de las organizaciones, sin embargo, obedece a la
lógica de los productos de consumo masivo. Y este hecho es una gran fuente de
improductividad para las organizaciones y de sufrimiento para las personas que
trabajan en ellas.
La paradoja freudiana
De este modo Freud deja planteada una paradoja: el trabajo es (junto con el amor)
una de las dos grandes vías en la búsqueda de la felicidad humana, y sin embargo es
poco apreciado por los humanos, que sólo trabajan porque están forzados a ello. Y de
este hecho derivan "los más difíciles problemas sociales".
Disolviendo la paradoja
Como todas las paradojas, esta no refleja una contradicción propia de la realidad sino
nuestra insuficiente comprensión de la misma. Dice el ya citado McGregor:
McGregor postula las que el llama Teorías X e Y acerca del comportamiento humano
en las organizaciones de trabajo. Según la primera, la gente es inherentemente
adversa a trabajar y evita hacerlo toda vez que puede, por lo cual es necesario
emplear la coerción para que lo haga. El trabajador medio prefiere evitar la
responsabilidad y prefiere que lo dirijan. Es poco ambicioso y desea seguridad por
sobre todas las cosas.
Al igual que con muchos otros problemas de la sociedad actual (alimentación, salud,
ecología, y otros), la única solución concebible reside en el arte de diseñar soluciones
basadas en conocimiento objetivo. En el tema que nos ocupa, el de la evaluación del
potencial en las grandes organizaciones, las bases de conocimiento validado con que
hoy contamos nos abren la posibilidad de cimentar un proceso en que se genere en
un mismo acto riqueza para la sociedad y realización personal para la gente que
trabaja.
23
John K. Galbraith, 1991, pág. 287. (traducción del autor)
193
Bibliografía
Anstey, E, “A Thirty Year Follow-Up of The CSSB Procedure, with Lessons for the
Future”, Journal of Occupational Psychology, 1997, Nº 50, págs. 149-159.
Bertoni, Emilio “Herramientas que miran al futuro”, publicado en VINCULOS,
newsletter electrónico de la Comisión de Recursos Humanos de la Asociación
Dirigentes de Empresa – ADE, Nº 14, octubre de 2000
Block, Peter, “El manager fortalecido”, Paidós Empresa, Buenos Aires, 1990.
Boole, George, “The Laws of Thought”, Dover Publications, Inc., Nueva York, 1958.
Cravino, Luis M., “Administración del desempeño”, en Revista Mercado, Conceptos y
Herramientas de Management, Cuaderno 24, setiembre de 1997.
Freud, Sigmund, "El malestar en la cultura", Amorrortu Editores, Buenos Aires,1998,
volumen 21
Galbraith, John Kenneth, "A History of Economics: the Past as the Present", Penguin
Books, Londres, 1991.
Gould, Stephen Jay, “La falsa medida del hombre”, Ed. Crítica, Barcelona, 1997.
Groba Eduardo L y colaboradores, “Lecturas sobre administración de personal”,
Ediciones Macchi, Buenos Aires, 1974.
Jaques, Elliott y Clement, Stephen, “Executive Leadership”, Cason Hall & Co.
Publishers, 1991.
Jaques, Elliott, "Human Capability, Cason Hall & Co. Publishers, 1994.
Jaques, Elliott, "La organización requerida", Ed. Granica, Buenos Aires, 2004.
Jaques, Elliott, “A General Theory of Bureaucracy”, Heineman, 1976.
Jaques, Elliott, “La forma del tiempo”, Ed. PAIDOS, Buenos Aires, 1984
Jaques, Elliott, “Time-Span Handbook”, Heineman Educational Books, Londres, 1971.
Traducción castellana: “Manual de Valoración de Puestos”, Ed. Index Madrid-
Barcelona, 1964.
Jaques, Elliott: "Social Power and the CEO: Leadership and Trust in a Sustainable
Free Enterprise System", Quorum Books, 2002.
Jaques, Elliott: "The Life and Behavior of Living Organisms: A General Theory",
Praeger Publishers, 2001.
Jaques, Elliott: The Psychological Foundations of Managerial systems: A General
Systems Approach to Consulting Psychology, Presentación plenaria ante la
Midwinter Conference of the Society of Consulting Psychology, San Antonio, Texas,
8 de febrero de 2002. A ser publicada en el Consulting Psychology Journal (APA)
2002-2003. Existe traducción al castellano: Los fundamentos psicológicos de los
sistemas gerenciales: Un enfoque de sistemas generales de la consultoría
psicológica.
Lazzati, Santiago, “Management del cambio y del desempeño”, Ediciones Macchi,
2000.
Lewin, Kurt, “Time Perspective and Morale”, en “Resolving Social Conflicts”, Harper &
Row, 1948
Maier, Norman, “Psicología Industrial”, Ediciones Rialp, Madrid, 1964.
McGregor, Douglas, "The Human Side of Enterprise", McGraw-Hill, Nueva York, 1960.
(Hay traducción castellana: "El aspecto humano de la empresa", Ed. DIANA)
Minzberg, Henry, "Diseño de organizaciones eficientes", Ed. EL ATENEO, Buenos
Aires, 1994.
Schein, Edgar, “Organizational Psychology”, Prentice-Hall, Inc., Englewood Cliffs, New
Jersey, E.U.A., 1965. Hay traducción castellana: “Psicología de las
Organizaciones”, Ed. Prentice-Hall internacional.
Schlemenson, Aldo, "La estrategia del talento", Ed. PAIDOS, Buenos Aires, 2002.
194
Schvarstein, Leonardo, “Diseño de Organizaciones”, Editorial PAIDOS, Buenos Aires,
1998.
Sznirer y Saracho, “Gestión por competencias” en DYC Nº 54, publicación de la
Asociación de Desarrollo y Capacitación de la Argentina”, Buenos Aires, diciembre
de 2000.
Taylor, F.W., "Principios de la administración científica", Ed. EL ATENEO, Buenos
Aires, 1975.
Wright, F.K., "Project Evaluation and the Managerial Limit", The Journal of Business,
Volume 37, Issue 2, Abril 1964.
195