Hay dos tipos: Los beneficiosos y los nocivos o perjudiciales.
Los beneficiosos son aquellos que viven en nuestro cuerpo y lo protegen. Los utilizamos para elaborar alimentos como el queso, el yogurt, el vino, el pan o la cerveza. Los perjudiciales son aquellos que alteran los alimentos y provocan enfermedades (virus, parásitos, bacterias y hongos). Virus: Infectan a un tipo de células y se les elimina con antivirales. Parásitos: Es un ser vivo que se alimenta a través de otro ser vivo. Bacterias: Pueden ser cocos, bacilos y espirilos y se tratan con antibióticos. Hongos: Provocan infecciones cutáneas y en las mucosas. Se encuentran en el aire, la tierra o cualquier lugar con humedad. Se clasifican en mohos y levaduras.