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ASPECTOS EMOCIONALES Y PSÍQUICOS

DE LA LACTANCIA MATERNA

CONFERENCISTAS : Roxana Braschi, M.S.Ed.

Los beneficios de la Lactancia Materna para la madre y el bebé son ampliamente


reconocidos y aceptados no sólo entre los profesionales de la salud, sino cada vez mas entre
los miembros de distintas sociedades. Las investigaciones mas recientes comprueban una
vez mas lo maravillosos beneficios que la lactancia brinda tanto para la salud de la madre
como del recién nacido. Menos es lo que se conoce sin embargo acerca de los beneficios
psíquicos y emocionales que obtienen madres y bebés de esta forma de alimentación. Es por
esto que al ser invitada a participar de esta importante jornada de “Actualización en
Nutrición Pediátrica” he elegido el tema de los aspectos emocionales y psíquicos de la
lactancia materna, proceso que nutre no solo el cuerpo físico del lactante y que produce
cambios psicofisiológicos de gran importancia en la madre, sino que se constituye en la
base esencial del vinculo afectivo que inician madre y bebé una vez producido el parto.
Pero antes de hablar sobre los beneficios psicológicos y emocionales de la lactancia materna,
es necesario referirnos aunque sea brevemente, a las vivencias de a madre durante el periodo
de gestación y en el momento mismo del parto, pues éstas van a condicionar en gran medida
el estado emocional con el cual la madre recibirá a su bebé e iniciará la lactancia.

El acto mas trascendente de la humanidad es el del nacimiento. Este gran evento es


ancestral y nuevo y su significado espiritual es innegable. Las experiencia del embarzo y el
parto son exclusivamente femeninas, no todas las mujeres dan a luz o desean dar a luz, sin
embargo aquellas que lo hacen cualquiera sea sus circunstancias son confrontadas con la
realidad de uno de los eventos mas poderosos de la naturaleza.

Robert Baumiller (2002, al referirse al embarazo y parto de la mujer sostiene que en ningún
otro momento de la vida adulta la definición del “self” (uno mismo), la autovaloración,
nuestro lugar en el universo y en el plan de Dios están más focalizados y dirigidos a
transformar a la persona en una “nueva y especial” como en el periodo de la gestación.
Durante el embarazo y en el parto ocurren profundos cambios en los impenetrable de la
mente, en el corazón y en el espíritu de la mujer, la cual se transforma a la par de las
transformaciones del hijo. Las emociones intensas que experimenta la madre pueden afectar
no sólo su salud sino también la de su bebé por nacer

Charli Vogt (2002), investigadora en los temas de medicina-mente y cuerpo y enfermera-


partera por más de 10 años en Atlanta U.S.A., sostiene que las experiencias de la madre
durante el embarazo y el parto son intensamente emocionales debido a la gran cantidad de
químicos (neuropéptidos y otros neurotransmisores) segregados por el cuerpo de la mujer:
Estos recorren también el cuerpo del bebé pasando las emociones de la madre a afectarlo la
emocionalmente. Los bebés son inundados” por las emociones de la madre, sostiene Vogt.

El vínculo entre la madre y su bebé se inicia en la gestación. Diversos factores entre los
cuales podemos citar como ejemplo el que el bebé haya sido deseado o no, el que la madre
esté madura para iniciar una nueva etapa en su vida como es la maternidad, contribuirán a
que este vínculo sea sano y duradero o que se inicie con características patológicas. La mujer
y su salud mental y física son la mayor relevancia, pues el modo en que ella vivencia su
embarazo afectará su actitud en el parto. Por esto es necesario que los profesionales de la
salud con quienes la gestante y su pareja interactúan, brinden una atención de calidad que
además de tomar en cuenta la salud física, atienda las necesidades psíquico-emocionales de
la madre y e bebé , le de seguridad en ella misma, reforzando las destrezas inherentes a su
calidad de madre.

Si una mujer da a luz confianza en el funcionamiento normal de su cuerpo y es capaz de


ayudar en este acto trascendente, por lo general inicia su nueva etapa de madre con
seguridad y con una autoestima elevada. Esto se reflejará en la seguridad con la que atiende
a su bebé en el posparto y probablemente tenga mayor éxito en iniciar la lactancia materna,
una de las tantas conductas nuevas que deberá desplegar.

Los nacimientos han sucumbido desde hace ya muchas décadas a los excesos de la
tecnología habiéndose deshumanizado. Las mujeres hemos ido perdiendo nuestro rol
protagónico en el acto de dar a luz, al llevarse a cabo los partos “a puertas cerradas, alejadas
de nuestra pareja y familiares cercanos, imposibilitadas de aprender de otras mujeres que nos
precedieron en la sublime función del dar a luz. Las emociones que con mayor frecuencia
experimentan las mujeres en estas condiciones son la ansiedad y con mayor frecuencia
experimentan las mujeres en estas condiciones son las ansiedad y temor frente a lo
desconocido, sobre todo con el nacimiento del primer hijo. Si la mujer es dejada sola y no
cuenta con el apoyo cálido de quienes debieran acompañarla a lo largo de este intenso
proceso, estas emociones pueden agudizarse y convertirse en miedo intenso, desorientación
y pánico.

Los investigadores han descubierto que las mujeres que experimentan un parto
natural, con frecuencia exhiben sentimientos de euforia con aumento de su autoestima
(Tanzer, D. 1976). Estos sentimientos de triunfo, confianza y fortaleza tienen el potencial
para transformar la vida de la mujer. (Diapositiva 5 y 6) Poco es lo que se discute respecto a
los innegables riegos psicológicos que la cesárea presenta para una mujer. Broten y
colaboradores (1996), sostienen que una cesárea inesperada puede resultar en una gran
desilusión para la madre, quien requerirá de mayor apoyo por parte de la enfermera
comunitaria a fin de resolver los conflictos derivados de un nacimiento por cirugía.

Campen (1986), se refiere a esta ocurrencia diciendo : “Cuando el proceso del nacimiento es
interrumpido por una cesárea, la mujer que ha trabajado durante la labor de parto como el
alpinista que intenta conquistar la montaña, sólo podrá recordar el esfuerzo y el dolor por
llegar a la cima, pero no podrá experimentar la gloria de la conquista”.

Estudios como los de Enkin, Keirse, Renfrew y Neilson (1995) y Rosen (1989), indican que
como resultado de una cesárea, algunas mujeres podrían experimentar una variedad de
dificultades psicológicas. Entre éstas se incluyen conductas de duelo como sentimientos de
culpa, fracaso, auto-incriminación, insatisfacción, desilusión, rabia depresión, sentimientos
de ansiedad y temor del dolor, de la cirugía, de la anestesia, de morir, temor acerca del
bienestar de su bebé; sentimientos de baja autoestima, de impotencia, de pérdida de control y
autonomía; cambio en la imagen corporal; y dificultades para establecer una relación de
cercanía con su bebé.

Pites( 1989), sostiene que la mujer podría interpretar este tipo de nacimiento como un reflejo
de su incapacidad y podría sentirse atemorizada de fallar en la lactancia como antes falló en
el parto. Conocemos hoy más que nunca loe enormes beneficios que la lactancia materna
brinda a la madre y al bebé, y cómo una cesárea presenta más dificultades para iniciar la
lactancia que tras un parto vaginal.

Diversos Estudios, (Ford & Labbock, 1990; Pérez-Escamilla y colaboradores, 1996;


Procianoy y colaboradores, 1984; Rush y colaboradores, 1988; Samuels y colaboradores,
1985; Wichelow, 1982; Wittels y colaboradores, 1997) indican que las cesáreas son un
factor de riesgo para dar de lactar, pues la mujer recibe una mayor dosis de anestesia,
calmantes y antibióticos, que afectan tanto a ella cono al recién nacido. El bebé que nace por
cesárea podría estar aletargado, particularmente si estuvo expuesto a analgésicos y/o
anestésicos por periodos largos durante el parto, lo que impide que succione con vigor en las
primeras horas seguidas al nacimiento.

La recuperación post-cesárea toma más tiempo, es mas dolorosa, y presenta riegos


adicionales a los de un parto vaginal, lo que explica una iniciación más tardía de la lactancia
(Kearney y colaboradores, 1990). Este retraso con frecuencia demora el proceso de apego de
las madres con sus bebés, pues estas necesitan tiempo adicional para recuperarse antes de
iniciar sus actividades de alimentación y cuidado del recién nacido. Cuando no se toma en
cuenta las necesidades de la mujer contribuimos a que experimente un bajo sentimiento de
autoestima lo que as u vez afecta la relación de apego a su bebé, pudiendo desencadenar
asimismo la depresión del postparto.

Según Kalus y Kennell (1982) la depresión posparto puede tener graves implecancias para
el desarrollo normal del bebé. Numerosos estudios (B.S. Zuckerman and W.R.Bewardsley, “
Maternal Depresión: A Concerní for Pediatrics” Pediatrics 79 (1987): 110; A Stein, DH.
Gath, J.Bucher, A. Bond, A.Day, and P. Cooper “The relationship beetween Postnatal
Depresión and Mother-Child Interactio”, British Journal of Psychiatry 154 (1989): 818-23;)
y otros, han podido establecer una asociación entre la depresión materna y problemas en el
desarrollo posterior del bebé; tales como alteraciones de la conducta, problemas frecuentes
de salud, inseguridad para el establecimiento del apego y síntomas depresivos. Los síntomas
de la depresión posparto caracterizados por la irritabilidad, ansiedad, falta de concentración
, ánimo deprimido, interfieren con todas las relaciones interpersonales de la madre, pero
especialmente con el desarrollo de la relación con el recién nacido.

Los infantes son perceptivos de la calidad de atención que le brinda el adulto. Si la


comunicación normal ente él y su madre es interrumpida aunque sea por periodos cortos, se
muestra alterado e evasivo. En el Boston Choildren^s Medical Center se llevaron a cabo
unos dramáticos experimentos, en los cuales se le pidió a madres de bebés entre tres y cuatro
meses de edad que mostrasen a sus bebés caras inexpresivas, quietas y carentes de respuesta
emocional. Esto suscitó un cambio drástico en la conducta de los bebés. En el primer o
segundo minuto los infantes sonrieron, agitaron sus brazos e intentaron captar la atención de
sus madres, pero luego de varios intentos fallidos, se dieron por vencidos y comenzaron a
regurgitar.
Después de tres o cuatro minutos sus cuerpo se laxaron con desesperanza. Estos fueron
experimentos muy cortos e inmediatamente las madres abrazaron y besaron a sus bebés,
pero permitieron observar que la depresión y falta de respuesta materna pueda causar graves
daños al desarrollo normal de un bebé (Diapositiva 4)

Influencia de la Familia, la Sociedad y la Profesión Medica en la Lactancia


La cultura, es decir el medio en el cual se desenvuelve la madre ejerce un a gran influencia
sobre el concepto que ésta tiene acerca de la lactancia materna y la manera en que alimentará
a su bebé. Por esto las actitudes respecto de la lactancia no pueden comprenderse sino a la
luz del contexto cultural específico en el cual tienen lugar.

Si la mujer ha sido criada en una cultura que valoriza la lactancia materna y ha tenido la
oportunidad de observar a mujeres que le han precedido en la importante función de
alimentación de sus bebés mediante el pecho, sabe que es probable que ella también cuente
con el apoyo de su comunidad cuando sea madre y le toque llevar a cabo esta función
(Mulford, 1995).

Otro aspecto de la lactancia materna generalmente pasado por alto, es el relacionado a los
intensos sentimientos de conflicto que desata en los nuevos padres y en su entorno cercanos
de familiares y amigos. ¿ Cómo afrontar las opiniones de los distintos familiares (mamá,
suegra) que generan confusión al interior de las familias de nuevos padres?
Debido a que el éxito de la lactancia va a depender no sólo de una dieta adecuada y un buen
estado de salud, sino del apoyo emocional, o por lo menos del respeto y comprensión del
entorno familiar, es conveniente preparar y guiar a la madre en la etapa prenatal para que
pueda resolver estos conflictos de manera eficaz.

Al contar con los conocimientos adecuados sobre la lactancia materna y tener en claro qué
es lo realmente importante para ellos, los padres tendrán la seguridad y fuerza interior para
hacer lo que ellos consideran como l más conveniente. Sinkaus (2000) sostiene que la
educación es un componente clave para resolver este tipo de conflicto.
Es necesario educar no sólo a la pareja sino también a las familias de ésta , sobre los
beneficios de la lactancia materna para que brinden el apoyo emocional que necesitará la
nueva madre en la elección del método de alimentación de su bebé. (Diapositiva 7).

Debido a que el reflejo de eyección de la leche materna se puede ver afectado por las
emociones de la madre es conveniente que sus niveles de stress se mantengan bajos.
La producción de leche se puede ver afectada por las preocupaciones de la madre respecto a
la salud de su bebé. O de si éste estará recibiendo la cantidad adecuada de leche, por
problemas en sus relaciones interpersonales, o por falta de apoyo para manejar las
dificultades que tenga en cuanto al amamantamiento.

Existe sin embargo otros factores que podrían llevar a la madre a recurrir a la alimentación
artificial. Zeitlyn & Rowahan (1997) sostienen que para que una mujer recurra a la
alimentación artificial se deben cumplir dos condiciones: a) Que existan sustitutos de la
leche materna y b) Que el consumo de estos alimentos alternativos sea socialmente
aceptado.

Los partidarios de la lactancia han aceptado, incluso antes de que se despertara el interés por
investigar acerca del vínculo afectivo, que el principal motivo para dar el pecho es obtener la
especial e íntima relación que acompaña a la lactancia materna.
Recíprocamente la mayor contraindicación para dar el pecho es el no desear hacerlo.
Esto llevó a que se considerase como más apropiado presentar la lactancia materna como un
asunto de elección personal, sin intentar convencer a la mare de la conveniencia de dar el
pecho. “El temor a culpabilizar a la madre que elige no dar el pecho ha sido común y ha
resultado en una actitud pasiva por parte de los médicos de modo que la madre no recibía
ningún consejo prenatal sobre la lactancia materna” (Lawrence RA: Practices and attitudes
toward breastfeeding among medical professionals, Pediatrics 70:912, 1982) Jack Newman,
Médico consultor del Internacional Childbirth Education Association (ICEA) hace una dura
crítica a la profesión médica por no encarar el problema de la lactancia, particularmente los
riesgos que presenta la alimentación artificial para el bebé y la madre, en un
artículo”Alimentación al Pecho y Culpa”; publicado en el Internacional Journal of Childbith
Education (1996).

Un médico entusiasta puede aumentar el número de madres lactantes en su consulta; esto


está demostrado. Si ofrece apoyo médico y psicológico a la madre aumentará la tasa de éxito
entre sus pacientes que intenten amamantar, Algunas pacientes que no se habían formado
una opinión o pensando en el tema en su preparación a la maternidad, pueden persuadidas
para hacer la prueba. Además, el médico atraerá de esta manera a su consulta, a pacientes
que ya están dando el pecho con éxito, pero que encuentran a su propio médico incapaz o
poco dispuesto a respaldar sus esfuerzos.

Un estudio realizado en los Estados Unidos, entre una muestra representativa de obstetras,
pediatras y médicos de familia, mediante un cuestionario enviado por correo, confirmó la
presunción de que la actitud de los médicos y sus creencias personales sobre la lactancia
materna influyen sobre el consejo que ofrecen. Confirmó también que no todos los médicos
están al tanto de los modernos conocimientos sobre la lactancia materna, no todos hablan de
la lactancia con sus pacientes embarazadas, y no todos consideran que valga la pena
dedicar tiempo a dar consejo cuando surgen problemas.

Esto ocurre también en nuestro país, aunque con mayor gravedad, pues no sólo se falla en
brindar apoyo a la lactancia mediante una orientación adecuada de la madre y su pareja sino
que además se desanima a la madre a dar de lactar, sugiriendo que el calostro no es
suficiente alimento para el bebé, que será necesario que ella complemente en casa la
lactancia con formulas artificiales, llegando incluso a dar de alta a la mujeres con un
obsequio de latas de fórmula. En la mayoría de clínicas privadas de nuestro país persiste
todavía la lamentable rutina hospitalaria de separar a los bebés en el tiempo siguiente al
parto, trayéndolos cada 4 horas para su alimentación, a pasear de todos los avances en la
investigación que advierten del peligro de esta práctica para una lactancia materna exitosa.
Los bebés lloran incansablemente llamando a sus madres quienes permanecen en agonía
preocupadas por no poder tener consigo a sus bebés. Cuando finalmente son traídos a la
madre muchos de ellos tener consigo a sus bebés. Cuando finalmente son traídos a la madre
muchos de ellos vienen repletos de leche artificial.

“El mensaje es terrible para la madre quien se les menoscaba la seguridad para llevar la
función esencial de nutrición y efecto para su bebé. Asimismo en algunos hospitales y en la
mayoría de clínicas particulares del país se les da sueros y fórmulas artificiales a los bebés a
pesar del pedido de los padres de querer dar lactancia materna exclusiva a su bebé. Es así
como llegan las madres a sus hogares con bebés que han tenido sus primeras experiencias de
succión pues la manera en que el bebé deberá succionar el pecho de la madre para una
lactancia efectiva es totalmente distinta a como aprendió a succionar del biberón. Se ha
producido lo que se conoce como el “imprinting” o impregnación en el neonato; tendrá
entonces con gran esfuerzo y mucho sacrificio que reiniciar el aprendizaje correcto de la
succión de la mama, y lamentablemente no siempre con éxito. Las madres regresan tensas y
no comprenden porque el bebé no agarra el pecho. Muchas veces se sienten culpables e
ineficientes en el cumplimiento de un role materno esencial como es el alimentar a su bebé,
y hacen una depresión posparto muy marcada. De esto podemos dar testimonio los
consultores en lactancia que trabajamos apoyando la lactancia materna” (R. Braschi, 2003).

La Lactancia Materna : Vínculo por excelencia entre Mamá y Bebé

Muchos de los estudios emprendidos para comprender el vínculo efectivo se han llevado a
cabo sin tomar en cuenta la lactancia materna. Un libro supuestamente exhaustivo como
“Atchment and Loss” (London, 1969) de John Bowlby, que examina ampliamente las
primeras interacciones entre madre e hijo, no hace mención alguna a la lactancia materna.
Esto probablemente se deba a que fue escrito en Iglaterra en el año 1969, cuando la cultura
predominante en ese momento no apoyaba la lactancia e inducía a las mujeres a la
alimentación artificial. En los años 40 se puso mucho énfasis en la ruptura de vínculos ya
establecidos: se ignoraba la separación en el per´´yodo neonatal y se estudiaban los procesos
de socialización del infante recién a partir de los 6 meses.
Es a través de la lactancia que se inicia el primer contacto entre la madre y su bebé y surgen
una serie de intercambios entre ambos. Para que la lactancia se inicie sin complicaciones es
necesario que el bebé sea colocado al pecho dentro de la primera hora siguiente al parto.
Diversas experiencias nos demuestran como los bebés al ser puestos desnudos sobre el
pecho de la madre reptan solos hasta encontrar el pezón por sí mismos. Este primer contacto
entre madre y bebé es de un mutuo reconocimiento y la base esencial para el inicio del
vínculo entre ambos. En su relación madre e hijo van intercambiando mensajes y
sentimientos cono todos sus sentidos, con la miradas con el contacto de la piel, con el calor
del cuerpo, los movimientos, el olfato y los sonidos.

El amamantamiento es un espacio en el cual la nutrición y el afecto se fusionan. La


influencia del amamantamiento en el desarrollo emocional del bebé es crítica pues Existe
una asociación entre este y el desarrollo de la seguridad y confianza que el niño experimenta
ante el mundo externo. Los niños que han tenido lactancias más prolongadas muestras un
buen nivel de adaptación social y menos signos de angustia frente a la separación de su
madre. Las respuestas consistentes y sensibles a las necesidades del recién nacido son
esenciales para que el bebé pueda desarrollar un sentimiento de confianza básica en los
adultos y sienta las bases personales de un apego firme.

El trabajo de Spitz (1954) y otros ha identificado los efectos devastadores sobre el lactante
de la deprivación prolongada del contacto con la madre. Estos investigadores demostraron
déficits importantes en el desarrollo mental y motor, así como estancamiento ponderal. Ya
en 1908 el sociólogo George Simmel llamó la atención sobre las necesidades de investigar la
relación se podía encontrar el germen de todos los desarrollos sociales de orden más elevado
Independientemente de Simmel, y trece años antes Freud (1895) había ya hablado sobre la
importancia del vínculo de la madre y su bebé .

Sólo quedaba por describir el impacto sobre la madre. Kalus u Kennell (1975, 1982)
proporcionaron dichos datos en sus numerosos escritos sobre la interacción entre madre e
hijo, resumidos en su libro, Parent-Infant Bonding (el vínculo entre padres e hijos). Hay
motivos para creer que el vínculo entre madre e hijo es el más fuerte de los vínculos
humanos, cuando se consideran dos hechos principales: el crecimiento del bebé comienza
dentro del cuerpo de la madre, y la supervivencia después del nacimiento depende de sus
cuidados.
Klaus y Kennell postulan la posible existencia de un periodo crítico en el que se forma en el
ser humano el vínculo perfecto. Este período ha sido descrito en muchas especies animales,
en que la madre rechaza e incluso da muerte a sus crías si es separada de ellas durante un
período crítico, poco después del parto. Según Kennell en el ser humano este periodo crítico
se da en las primeras 12 horas. Observaron además, que en los Estados Unidos las madres
mostraban diferente conducta de apego cuando se les permita el contacto precoz con sus
hijos prematuros, en comparación con otras que tenían el primer contacto a las tres semanas
de edad. Las madres de niños a término a las que se permitía el contacto con sus hijos
durante las primeras dos horas, y contacto extra posteriormente, se comportaban de modo
diferente con sus hijos al mes y al año, en comparación con el grupo control.

Como resultado de la obra fecunda de Klaus y Kennell en los años 70, se han producido
cambios notables en la atención a la dilatación, parto y postparto en los Estados Unidos y en
muchas partes del mundo. Se ha “permitidos” a las madres abrazar y acariciar a sus hijos lo
antes posible después del parto y se ha “permitido” a los padres participar en la experiencia
del nacimiento. La actitud autoritaria de los profesionales sanitarios se ha relajado y la
atención perinatal en el hospital se ha humanizado progresivamente. Lamentablemente en el
Perú no ha ocurrido esto más que en contadas instituciones de salud.

Sosa et.al., estudiaron el efecto que el contacto precoz entre madre e hijo tenía sobre la
lactancia materna, las infecciones y el crecimiento. Las madres lactantes a las que se
permitió el contacto precoz, pero no el inicio precoz de la lactancia, se compararon con otras
que también daban pecho, pero no habían tenido contacto precoz. Con el contacto precoz, la
duración de la lactancia materna era un 50% más larga. Los lactantes que habían tenido un
contacto precoz pesaban más y tenían menos infecciones.

Salvo que interfieran una fuerte sedación o un parto difícil, el recién nacido atraviesan un
periodo en que sus ojos están muy abiertos y pueden ver, mostrar preferencias visuales ,
volverse hacia las voces familiares y responder a su ambiente. En las siguientes 24 0 48
horas, semejante estado de conciencia se presentará sólo durante unos segundos o minutos
cada vez.

Para el diagrama de las interacciones recíprocas en las primeras horas después del parto,
Kalus y Kennell eligieron a una madre amamantando a su hijo. Incluyeron en su esquema
los factores que solo se dan en la lactancia materna, como el paso de linfocitos y macrófagos
de la madre al hijo y la estimulación de la oxitocina y la prolactina gracias a la succión del
bebé como parte de la interacción recíproca.

Las relaciones humanas son complejas. Un recién nacido trae alegría, miedo, ansiedad,
frustración y triunfo. La adaptabilidad y la compensación en los procesos de desarrollo
forman parte de la existencia humana. El concepto de vínculo afectivo ha atraído la atención
hacia este periodo de la vida y desencadenando el proceso de comprensión de la relación
entre madre e hijo.
EFECTOS DE LA LACTANCIA EN EL FUTURO DE LA PERSONA

Monica Tesone, terapeuta sexual y psicóloga de la Universidad de Buenos Aires, quien ha


trabajado con mucha dedicación el tema de la lactancia materna como vínculo primordial
entre la madre y su bebé nos da una serie de aporte. Rescatando a muchos investigadores del
tema, sostiene que el primer vínculo lo podemos entender como un prototipo de las futuras
relaciones que va a tener el bebé y que va a dejar una huella que se va a proyectar en su
responsabilidad con su singular fuerza. El amamantamiento es se va a proyectar en su
personalidad con singular fuerza. El amamantamiento es la relación básica y primaria que le
servirá posteriormente como un molde para la formación de nuevos vínculos” Cuando el
bebé nace, además de elemento nutritivo, la lactancia le va a proveer de contacto, calor,
compañía, interacción, que puede ser verbal, táctil, piel a piel, gustativa, olfativa. La madre
es contención, consuelo, es protección. Cada hijo mantien con su madre una relación
diferente y obtiene de ella respuestas diferentes en función de cómo se comporte él. No es
algo sólo de ida, sino de ida y vuelta constante. La lactancia materna facilita y potencia esta
reciprocidad.

La succión del bebé produce cambios hormonales que favorecen el apego. La madre que
amamanta produce polipéptidos que cambian su carácter, su receptividad y le produce un
sosiego que facilita este vínculo. Cuando el bebé esta mamando libera una hormona que le
da tranquilidad, mientras recibe la leche de su mamá. Pero mas allá de la composición de la
leche, la lactancia va a llenar necesidades mutuas de alimento afectivo y de comunicación,
por eso la vamos a postular como un factor inmunológico pero desde el punto de vista
emocional.

A lo largo de la lactancia, el significado del seño para el bebé va ir experimentando cambios.


El vínculo, pasa por una etapa de dependencia simbiótica que es normal y necesaria para
ambos. Gradualmente madre y bebé se van independizando. Pero en nuestra sociedad, hay
una gran tendencia a hacer que los bebés sea independientes antes de que estén maduros
para ello (destete precoz). Si lo empujamos a separarse antes de que ellos estén maduros, los
bebés van a quedar luchando persistentemente para quedar pegados y vamos a ver reflejados
esta inseguridad cuando sean adultos, porque van a tener constantes temores a ser
abandonados por los que más quieren.

Mitos y prejuicios alrededor de la Lactancia

La Lic. Tesone (Conferencia IGAM, Lima Agosto 2002), recordó que un Congreso de
Psicólogos se mencionó que el niño que lactaba por periodos prolongados podía volverse
alcohólico o volverse sicótico, o que pueden ser chicos muy prendidos a las faldas de la
madre o que de grandes van a ser homosexuales o adictos a las drogas.

Enérgicamente manifestó que no hay evidencias en la mayoría de los casos. No se encontró


relación entre droga dependencia y lactancia. Sólo hay cierta relación entre destete precoz y
alcoholismo.

Ácidos Grasos
Durante el crecimiento intra-uterino la transferencia de nutrimientos de la madre al feto a
través de la placenta satisface la necesidad de ácidos grasos no esenciales, particularmente
los no-polisaturados de larga cadena (AGNPLC). Igualmente, la leche materna es una rica
fuente de ácido docosahexenoides y suple las necesidades de los bebés después del
nacimiento (Uauy y Andraca, 1995). Recientemente se ha demostrado que estos ácidos
grasos participan en el desarrollo de la retina y del cerebro. En el caso de las fórmulas
comerciales, los contenidos del ácido docosahexenoide no son suficientes para los recién
nacidos o para los bebés prematuros, como se ha demostrado por el bajo nivel del plasma del
ácido docosahexenoide en aquellos bebés que fueron alimentados exclusivamente con
fórmulas (Uauy y Andraca, 1995). En concordancia con esas observaciones se han reportado
diferencias en la función visual y en algunos aspectos muy específicos del procesamiento de
información entre los niños amamantados y los alimentados con fórmula (Kotlezco y
Bremer, 1989).

En un estudio, se observó que a los cuatro meses de edad los bebés prematuros (edad
ajustada) y los bebés de período completo que fueron alimentados con leche de pecho se
desenvolvieron significativamente mejor, en pruebas de potenciales evocados visuales y en
agudeza potencial los bebés quye recibieron leche de pecho también se desenvolvieron
mejor que los bebés alimentados con fórmula, A los 36 meses los bebés alimentados con
fórmula en pruebas que miden la agudeza visual y discriminación de caracteres visuales (E.
Brich, D. Brich,, Brich, D.Hoffman, L.Hale,M. Everett y R. Uauy, 1993.

Un estudio reciente (Agotoni, Trojan Bellu, Riva y Giovannnnini, 1995) comparó el


desempeño en la prueba de desarrollo psicomotor de Brunet-Lezine en tres grupos de sujetos
que tomaron : leche materna, fórmula convencional (con precursores AGNPLC), o una
fórmula experimental con un suplemento pre-elaborado del AGNPLC 8cuadro 3).
La edad de los sujetos elegibles variaba entre las 37 y 42 semanas de gestación y estaban
libres de cualquier tipo de desorden que hubiera podido ser diagnosticado clínicamente.
Además tenían puntajes Apgar de siete o mejor a los cinco minutos después del parto.
Las madres de 30 de los sujetos escogieron amamantar a sus bebés mientras que los sujetos
restantes fueron asignados al azar a recibir bien la fórmula convencional (n=31) o la fórmula
experimental (n=29). No hubo diferencias entre los tres grupos en la educación de los padres
o en otras variables sociales y económicas.

La prueba de Brunet-Lezine se administró a 86 de os sujetos a los 4 meses de edad.


El puntaje medio en la prueba de Brunet-Lezine para todos los sujetos fue 101 (SD=11) y el
rango fue de 890-136. Los bebés que recibieron la fórmula enriquecida con GNPLC o leche
materna obtuvieron un puntaje significativamente más alto (105.3 y 102.2, respectivamente)
que los sujetos que recibieron la fórmula convencional (96.5).
Los análisis de sangre efectuados a un sub-grupo de bebés revelaron que los niveles de ácido
graso fueron más altos en los bebés que recibieron la fórmula enriquecida con GNPLC o con
leche de pecho.

Los estudios ya resumidos y otros similares (R. Uauy, D. Birch, E. Birch, J. Tyson y D.
Hoffman, 1990) nos ayudan a comprender las implicancias biológicas del amamantamiento
y las relaciones entre las leche de pecho, AGNPLC y funciones cerebrales específicas. Se
debe reconocer sin embargo que los datos no están directamente relacionados con la
contribución de la leche de pecho a la inteligencia (“g”). Ni la teoría, ni los datos empíricos
sugieren que la agudeza visual, el potencial de evocación visual, o discriminación visual de
caracteres durante los primeros meses de vida, sean precursores del desarrollo de habilidades
intelectuales mas generales, como el razonamiento. Además, aunque la Prueba de Brunet-
Lezine, la Ëscala de Bayley de Desarrollo Mental, y otras escalas del desarrollo son
herramientas útiles para describir el repertorio del comportamiento de los bebés de cuatro
meses de edad, en la mayoría de los casos los puntaje de estas escalas no p redicen el
desempeño posterior sea a los 24 meses o mas adelante.

Beneficios Psicológicos

Amamantar es lo normal y la alimentación artificial es lo anormal , desde el punto de vista


biológico. El sistema nervioso central del niño es un órgano cuyo desarrollo va a estar
condicionado por un programa genético y por influencias externas (interacción con los
padres, estímulos sensoriales, ambientales, alimentación, enfermedades).

Cuando más tiempo un chico sea amamantado, su coeficiente va a ser más elevado, sus
notas van a ser mejores en el colegio y desde su nacimiento, su desarrollo físico, psíquico y
social se sustentará en la maduración de sus estructuras cerebrales.

Los niños con más tiempo de amamantamiento, a los 15 y 18 años tienen más apego a su
madre y la consideran menos sobre protectora. Hay un incremento consistente y
estadísticamente significativo en el cociente intelectual calculado a los 8 y 9 años de edad; y
en la comprensión de lectura. La habilidad matemática en escolares calculados durante el
período de 10 a 13 años. También se encontró menores escalas de ansiedad en el artículo
matemática en escolares calculados durante el período de 10 a 13 años.- También se
encontró menores escalas de ansiedad en el adulto; es decir que el amamantamiento
recibido aliviaría ciertas frustraciones. “Nuestra responsabilidad es informar certeramente a
la sociedad de los beneficios de la lactancia materna para desarrollar la personalidad del
bebé e influir en su vida así como tratar de difundir toda la información obtenida
científicamente a través de nuestra experiencia, el apoyo a la s familias que deciden
mantener la lactancia, más allá del primer año de vidas, y colaborar y no de interferir en el
proceso natural de destete de cada niño” (M. Tesone, IGAM 2002).

Diferencias en la Personalidad de las Madres que dan Pecho o el Biberón

Hay claras diferencias entre las madres que practican la lactancia materna irrestricta y las
que dan el biberón. Hay incluso algunas diferencias entre las que practican la lactancia
restringida y las que dan el biberón. Se ha dicho que la personalidad materna es mas
importante que el hecho de dar el pecho o el biberón para el desarrollo de la personalidad del
lactante.

Los experimentos que tienen en cuenta dichos factores han proporcionado abundante
información, en parte conflictiva. Chamberlain (1976), estudió las diferencias entre las
madres que dan el biberón y las que dan el pecho sin restricciones a su segundo hijo.
Los grupos eran similares en edad nivel de instrucción, paridad, inteligencia y estatus socio
económico. Las madres lactantes estaban menos a la defensiva sobre su método de
alimentación; estaban más orientadas hacia la vida hogareña, y tenían puntuaciones más
altas de radicalismo. Las madres que daban el biberón confirmaban la hipótesis de que
habían tenido problemas al intentar dar el pecho a su primer hijo debido a producción
inadecuada de leche, probablemente una reacción psicosomática.
También tenían más problemas respecto de su sexualidad y las relaciones sexuales. Las
madres lactantes querían que sus hijos hicieran cosas típicas de niños; las quedaban el
biberón deseaban que sus hijos fueran conservadores y orientados hacia otras personas y les
urgíaa ser más adultos.

Call (1959), estudió los factores emocionales que favorecen el éxito en la lactancia, y
observó que de q04 mujeres consecutivas que dieron a luz en un hospital de las Fuerza
Aéreas, el 42.6 de las multíparas y el 50% de la primíparas optaban por la lactancia
artificial. Entre las que daban el pecho, el 48% de las multíparas y el 40% de lactancia
artificial. Entre las que daban el pecho , el 48% de las multíparas y el 40% de los primíparas
tenían éxito después de 3 semanas. El fracaso se asociaba con ingurgitación, falta de reflejo
de eyección y conflictos psicológicos. Los dos conflictos observados en aquellas que no
dieron el pecho y en las fracasaron fueron los siguientes :

1. Tenían un conflicto en aceptar el papel biológico de la madre en relación con el niño


frente a los otros papeles que la sociedad ofrece a ls mujeres. El papel maternal se
considera una actitud general de clase en la sociedad americana de clase media.

2. Tenían un conflicto en cuanto al funcionamiento del pecho en sí, esto es, como
órgano para la alimentación de los hijos frente a órgano sexual, confiriendo al pecho
el mismo valor psicológico que al pene en el varón. De este modo, dar el pecho se
convertía en una amenaza de “castración”.

“Si tenemos la esperanza de crear un mundo sin violencia donde el respeto y la bondad
reemplacen al miedo y al odio, debemos comenzar por revisar el trato que nos damos
unos a otros al inicio de la vida; pues allí donde nuestros patrones más profundos se
establecen. De éstos surgirán el odio y la alineación o el amor y la confianza”.

Suzanne Arms
BIBLIOGRAFÍA.-

Ayers-Gould, Jennifer, BA, LPN,ICCE 2000. Spirituality in Birth: Creating Sacred Space
Within the Medical Model. Internatal Journal of Childbith Education, Vol. 15 N 1

Baumiller, Robert C.,SJ 2002. Spiritual Development During a First Pregnancy.


International Journal of Childbirth Education, Vol. 17 Nº 3.

Lasater.J. 2000. Postures for Pregnancy. Yoga International, Fe/March: 56-59.

Olkin, S.K. 1987. Positive Pregnancy Fitness. Garden City Park, N.J.:Avery.

Shealy,N.& C.M. Myss, 1993. The Creation of Health: The Emotional, Psychological and
Spiritual Responses that Promote Health and Healing. Walpole, NH: Stillpoint Publishers.

Vogt, Charli 2002. Complementary Care in labor and Brith, International Journal of
Childbirth Education, Vol. 17 Nº 3

IMPACTO PSICOLOGICO DE LA LACTANCIA MATERNA

Aunque los capítulos precedentes ofrecen motivos más que suficientes para preferir la
lactancia materna en casi cualquier situación, el factor crítico para la vuelta a la lactancia
materna en las culturas modernas ha sido el papel de la madre y su percepción de la
lactancia materna como un acto biológico. Entre los factores que influyen sobre la madre
están las reacciones psicofisiológicas durante la lactancia, los efectos psicofisiológicos a
largo plazo, la conducta maternal, la conducta sexual y las actitudes hacia los varones.
Todos los profesionales que prestan atención durante el periodo perinatal deben ser
plenamente conscientes no solo de las ventajas biológicas de la lactancia materna sino
también de sus propias actitudes psicológicas hacia el mismo pecho.
El pecho ha sido considerado como un objeto sexual en el mundo occidental durante casi un
siglo, y su función niológica ha sido menospreciada. Las paradojas de l a moral pública
constituyen la mejor demostración: se permiten las imágenes pornográficas en periódicos,
cines y teatros; pero una madre que da el pecho discretamente en público puede ser arrestada
por exhibicionismo.

Los partidarios de la lactancia han aceptado generalmente, incluso antes que se despertara el
interés en investigar sobre el vínculo afectivo, que el principal motivo para dar el pecho es
obtener la especial e íntima relación que acompaña a la lactancia materna. Recíprocamente,
la mayor contraindicación para dar el pecho era el no desear hacerlo. Esto se manifiesta en el
hecho de que se considérese mas apropiado presentar la lactancia materna como un asunto
de elección personal, sin intentar convencer a la madre de la conveniencia de dar el pecho
mediante argumentos compulsivos. El temor de culpabilizar a la madre que elige no dar el
pecho ha sido común, y a menudo ha resultado en una actitud pasiva por parte del médico,
de modo que la madre no recibía ningún consejo prenatal sobre la lactancia materna.

INTERACCION ENTRE MADRE E HIJO

Los estudios emprendidos para comprender el vínculo afectivo se han hecho en general sin
tener en cuenta la lactancia materna.
Un libro supuestamente exhaustivo, Attachment and Loss (unión y pérdida), de Bowlby, que
revisa ampliamente la primeras interacciones entre madre e hijo, nunca mención al la
lactancia materna. Además, se habla largamente de la succión sin distinguir entre biberón y
pecho y sin sugerir que existe una alternativa al biberón. En los años 40, se hacía énfasis en
la rotura de vínculos ya establecidos. Se ignoraba la separación en el periodo neonatal, y la
socialización del lactante se estudiaba a partir de los seis meses de edad.

El trabajo de Spitz y otros ha identificado los efectos devastadores sobre el lactante de la


derivación prolongada del contacto con la madre. Estos investigadores demostraron déficit
importantes en el desarrollo mental y motor, así como estancamiento ponderal. Sólo quedaba
por describir el impacto sobre la madre. Kalus y Kennell proporcionaron dichos datos entre
madre e hijo, resumidos en su libro, Parent-Infant Bondiing (el vínculo entre padres e hijo.
Hay motivos para creer que el vínculo entre madres e hijos es el más fuerte de los vínculos
humanos, cuando se consideran dos hechos principales : el crecimiento del bebé comienza
dentro del cuerpo de la madre, y la supervivencia después del nacimiento depende de sus
cuidados.

Aunque el proceso todavía no ha sido descrito con detalle, Budínobservó en 1907 que
cuando una madre era separada de su hijo enfermo e incapaz de proporcionarle los primeros
cuidados, perdía interés e incluso abandonaba a la criatura.

Robson y Kumar estudiaron las reacciones emocionales inmediatas de las madres ante su
recién nacidos en 193 mujeres (dos grupos de 112 y 41 primíparas y un grupo de 40
multíparas). Alrededor del 40% de las primíparas y el 25% de las multíparas recordaban que
su reacción emocional predominante al tomar a sus hijos en brazos por primera vez había
sido indiferencia. La ausencia de afecto materno era probable si las madres habían sufrido
una amniorrexis o un parto doloroso, o si habían recibido más de una dosis de petidinia
(meperidina) no relacionada con el uso de fórceps o con una cesárea. No había diferencia
entre las madres que daban el pecho o el biberón. Los sentimientos de indiferencia persistían
durante una semana o más. Este estudio remarca que algunas mujeres normales pueden ser
indiferentes al principio hacia sus hijos, mientras que otras experimentan un profundo júbilo.
En un estudio de Pascoe y French, el desarrollo de sentimientos positivos hacia sus hijos
normales en mujeres primíparas tenía lugar antes del parto en la tercera parte de las
mujeres, inmediatamente después del parto o en el primer día en el 42% y en el segundo o
tercer día en otro 19%. Las madres lactantes expresaban con más frecuencia sentimientos
positivos. Los partos de menos de 9 horas se asociaban con sentimientos positivos, pero no
había relación con la clase social, el sexo del recién nacido, el tipo de parto o la duración
del primer contacto madre-hijo.

Klaus y Kennell postularon la posible existencia de un periodo crítico en que se forma en el


ser humano el vínculo perfecto. Este período ha sido descrito en muchas especies animales,
en que la madre rechaza e incluso da muerte a sus crías si es separada de ellas durante un
período crítico, poco después del parto. En la cabra, este período son los primeros 5 minutos.
Según Kennell, en el ser humano este período crítico está dentro de las primeras 12 horas.
Observaron, además, que en los Estados Unidos las madres mostraban diferente conducta de
apego cuando se les permitía el contacto precoz con sus hijos prematuros , en comparación
con otras que tenían el primer contacto a las tres semanas de edad. Las madres de niños a
término a las que se permitía el contacto con sus hijos durante las primeras dos horas, y
contacto extra posteriormente, se comportaban de modo diferente con sus hijos al mes y al
año, en comparación con el grupo control. De hecho, Jackson et al hicieron observaciones
similares en la Unidad de Alojamiento Conjunto de Yale entre 1944 y 1955, pero no
disponían de grupo control.

Como resultado de la obra fecunda de Klaus y Kennell en los años 70, se han producido
cambios notables en la atención a la dilatación, parto y post parto en los Estados Unidos y en
todo el mundo. Se ha permitido a las madres abrazar y acariciar a sus hijos lo antes posible
después del parto, y se ha permitido a los padres participar en la experiencia del nacimiento.
La actitud autoritaria de los profesionales sanitarios se ha relajado , y la atención perinatal en
el hospital se ha humanizado progresivamente. Entre tanto varios investigadores han puesto
en duda el poder del vínculo y no ha podido identificar un periodo crítico inicial en ese
produzca el vínculo entre madre e hijo. En una revisión crítica de las investigaciones sobre
el contacto precoz y prolongado entre madre e hijo, Siegel sugiere que, aunque muchas
experiencias longitudinales afectan a la conducta de los padres por complejos caminos, la
prudencia respalda el contacto precoz y prolongado siempre que sea posible. Añade sin
embargo que “la excesiva confianza en un solución sencilla para la prevención de las
insuficiencias paternas puede provocar graves desilusiones”. Lozoff et al apuntan :

A la vista de los problemas comunes en las familias de nuestra sociedad, parece imprudente
esperar a la demostración de consecuencias irreversibles a largo plazo de la separación antes
de ofrecer el contacto precoz y prolongado a todas las familias. En los hospitales, debe
convertirse en práctica habitual que las familias permanezcan juntas y que la separación se
produzca sólo por un motivo específico. No existe ningún motivo médico para que las
madres y sus hijos sanos no estén juntos desde el nacimiento hasta el alta del hospital.
Se ha estudiado el impacto de lactancia precoz y de la interacción precoz entre madre e hijo
sobre la duración de la lactancia materna; pero no parece haber datos sobre si los cuidados
maternales son diferentes entre las madres que dan el pecho o el biberón en este período
inicial . Sosa et al estudiaron el efecto del contacto precoz entre madre e hijo sobre la
lactancia materna, las infecciones y el crecimiento. Las madres lactantes a las que se
permitió el contacto precoz, pero no el inicio precoz de lactancia, se compararon con otras
que también daban el pecho, pero no habían tenido contacto precoz. Con el contacto precoz,
la duración de la lactancia materna era un 50% más larga. Los lactantes que habían tenido
un contacto precoz pesaban más y tenían menos infecciones. En otro estudio similar de los
mismos autores, en Brasil , las madres daban el pecho inmediatamente después del parto, y
el bebé permanecía junto a la cama de la madre hasta el momento del alta. En casa una
enfermera especialista las visitaba con frecuencia para ayudar en la lactancia. El grupo de
control recibía un tratamiento tradicional, es decir, una ojeada después del parto y contacto a
las horas de las mamadas (los lactantes permanecían en una nursery separada). Alos dos
meses estaban dando el pecho el 77% de las madres con contacto precoz, frente a sólo el
27% en el grupo control.
Es muy posible que el contacto precoz y continuo se acompañase de una mayor ayuda y
apoyo por parte del personal de enfermería.
Este apoyo añadido podría facilita la lactancia materna y ser la causa de los buenos
resultados.

Otro estudio por de Cháteau en Suecia comparó un grupo de 21 madres con contacto precoz
y 19 controles, todas las cuales daban el pecho en el hospital. La única diferencia en la
atención fueron los primeros 30 minutos de contacto precoz, puesto que todas las madres y
sus hijos permanecían en alojamiento conjunto desde las 2 horas después del parto. La
duración de la lactancia materna fue de 175 días con contacto precoz, y de 105 días en el
grupo control. El seguimiento a los 3 meses mostraba diferentes conductas maternales. El
grupo experimental mostraba más conductas de apego, mimos, caricias y besos que los
controles.

La lactancia materna : Una guía para la profesión médica

Salvo que interfiera una fuerte sedación o u parto difícil, el recién nacido atraviesa un
período en que sus ojos están muy abiertos y puede ver, mostrar preferencias visuales,
volverse hacia la voz y responder a su ambiente. En las siguientes 24 o 48 horas, semejante
estado de conciencia puede presentarse sólo durante unos segundos o minutos cada vez.

Para el diagrama de las interacciones recíprocas en las primeras horas después del parto,
Kalus y Kennell eligieron a una madre amamantando a su hijo. Incluyeron en su esquema
los factores que sólo se dan en la lactancia materna, como el paso de linfocitos y macrófagos
de la madre al hijo y la estimulación de la oxitocina y la
prolactina por la succión del bebé como parte de la interacción recíproca. (Fig. 6-1)

Muchas madres que no tuvieron el privilegio el privilegio del contacto precoz a causa de las
normas del hospital, por una cesárea o porque su hijo es adaptado, se ha visto asaltadas por
la sensación de que habían perdido la única oportunidad de iniciar la maternidad perfecta.
Lamb y otros se han mostrado críticos con los primeros estudios sobre el valor del contacto
precoz, señalando las deficiencias del diseño. Lamb ha defendido, sin embargo, la tendencia
hacia un nacimiento más humano, que proporciona a los padres una intensa experiencia
emocional.

Las relaciones humanas son complejas. Un recién nacido, recuerda Richards trae alegría,
miedo, ansiedad, frustración y triunfo.

La adaptabilidad y la compensación en los procesos de desarrollo forman parte de la


existencia humana. El concepto de vínculo afectivo ha atraído la atención hacia este período
de la vida y desencadenado el proceso de compresión de la relación entre madre e hijo.

CONTACTO CORPORAL Y TRADICIÓN CULTURAL


Si nos fijamos en otros mamíferos, la conducta de lactancia (incluyendo la duración y
frecuencia de las mamadas) es propia de cada especie y predecible, porque es un a
característica conductual genéticamente controlada de la especie. Sólo los animales presos
en zoos y laboratorios rechazan a sus crías. Entre los primates superiores, el aprendizaje
tiene un papel importante; los monos criados sin modelos de comportamiento necesitan que
les enseñen a cuidar y alimentar a sus crías. En el ser humano, la conducta de lactancia es
muy variable de una cultura a otra .Las diferentes culturas del mundo tienen distintas reglas
sobre la lactancia, al igual que sobre otros muchos aspectos de la vida e incluso de la muerte.
Las tradiciones culturales fijan el inicio, la frecuencia y el fin de la lactancia materna. El
aprendizaje tiene un papel principal en la lactancia, pero es un aprendizaje centrado en las
creencias, actitudes y valores de la cultura.

El grado de contacto corporal permitido es una diferencia fundamental entre las culturas.
Simpson-Herbert describe el grado de contacto corporal entre madre e hijo como la distancia
física y social que separa a la madre de sus hijos. La distancia física se considera un reflejo
de la distancia social aprobada por la cultura.

Las culturas determinan con qué frecuencia se tomará o llevará al bebé, y cómo se le llevará
(por ejemplo), en brazos, en una bolsa o bandolera, o sobre una tabla rígida). También fija la
cultura cómo se viste al bebé, donde se le pone cuando no está en brazos, y donde de pasa la
noche; y todo esto afecta también a la lactancia. Entre las normas culturales que controlan la
conducta materna están las referentes a la vestimenta, la aceptación de la exposición del
pecho, y las creencias sobre la frecuencia y duración de las tomas.

Hunsiker y Barr estudiaron el efecto de llevar al niño en brazos más tiempo, en un grupo de
madres lactantes primíparas en Montreal. Se ha observado que el llanto normal de los
lactantes normales en sociedades industrializadas aumenta hasta las seis semanas de edad, y
disminuye luego hasta los cuatro meses; la mayor parte del llanto tiene lugar por las tardes.
Los investigadores pidieron a las familias del estudio que llevasen más tiempo a sus hijos,
en brazos o en una mochila, hasta un mínimo de 3 horas al día; mientras los niños del grupo
control eran colocados en una cuna o asiento con un móvil a la vista. A las 6 semanas, los
niños “en brazos” lloraban significativamente menos (43%),especialmente por la tarde. A las
4, 8 y 12 se observaban diferencias similares, pero menores.

En un hospital de Nueva York, Cunning ham et at proporcionaron aletoriamente una


mochila blanda o un asiento rígido para niños a un grupo de madres con bajos ingresos. Al
aplicar el test de situación extraña de Ainswoeth, los niños llevados en una mochila blanda
mostraron un vínculo más seguro que los que habían estado en un asiento. En ambos
grupos, la tasa de lactancia materna era la misma. Los autores no encontraron ningún afecto
de la lactancia materna sobre los resultados del estudio y concluyeron que en los grupos de
bajos ingresos, la relación entre madre e hijo mejora con el uso precoz de mochilas blandas
y con el contacto físico. Aunque la duración media de la lactancia era similar en ambos
grupos, no se definía su intensidad (exclusiva, parcial o mínima). Ni se comparaba el tiempo
que estaba el niño en brazos al darle el pecho o el biberón. Había 21 con lactancia materna y
28 con lactancia artificial. Aunque es útil usar mochilas para los niños que toman biberón,
ello no debería hacerse a expensas del abandono de los programas de apoyo a la lactancia
materna.
En su estudio antropológico de 60 sociedades, whiting observó el contacto corporal entre
madre e hijo. Clasificó dichas culturas como de mucho o poco contacto, como sigue :

Clasificación de las culturas Distancia mínima entre madre e hijo

Muchos contacto : 1. La madre lleva al bebé casi continuamente durante


Los primeros meses
Identificación simbiótica 2. Poca o ninguna ropa separa a madre e hijo, de
Modo que hay un contacto piel con piel.
Lactancia materna larga 3. El bebé duerme con la madre

Poco contacto : 1. El bebé es separado de la madre al nacer


2. El bebé suele ser fajado o vestido de forma elaborada
Dependencia 3. El bebé permanece en una cuna o tabla.
Ambivalente

Destete precoz 4. El bebé no duerme con la madre por la noche

Otros factores, como el clima y los métodos de recolección del alimento, influyen en
desarrollo de las costumbres sociales. Simpson-Herbert señala que cuando los bebés están
muy vestidos y envueltos, como es los climas fríos, se convierten en paquetes limpios que
pueden depositarse fácilmente. Los esquimales son una excepción, sin embargo, pues
guardan al niño dentro de su parte para darle calor y que mame con frecuencia . La lactancia
materna es casi un axioma en los climas cálidos en que los vestidos son amplios o
inexistentes, el niño suele ser llevado en brazos y el acceso al pecho es fácil.

La dieta de las sociedades de cazadores-recolectores no facilita el destete precoz, porque la


carne, raíces, frutos secos y bayas son difíciles de masticar y digerir para el lactante,
mientras que los alimentos más blandos de las sociedades agrícolas pueden ser
administrados a lactantes más pequeños.
El estudio de las sociedades humanas revela que las mujeres norteamericanas y europeas
están preocupadas con las creencias de que es indecente enseñar el pecho, de que es posible
malcriar al niño si se le toma demasiado en e brazos y de que el destete precoz es un signo
del desarrollo infantil. Las madres occidentalmente se mantienen a distancia de sus hijos.
Las madres ne las sociedades con menos contacto corporal pasan al menos el 755 del tiempo
en contacto cons sus hijos, frente a menos 25% en las sociedades con poco contacto.

DIFERENCIAS PSICOLÓGICAS ENTRE LA LACTANCIA MATERNA Y LA


RTIFICIAL
Los profesionales han pasado décadas asegurando a las madres que pueden obtener la
misma experiencia emocional y física dado el biberón que dando el pecho, y que están
presentes el mismos calor y el mismo amor.
Técnicamente hablando, el calor no el es mismo , pues se ha demostrado que el pecho que
lacta está mas caliente que en reposo, lo que se puede demostrar con fotografías de
infrarrojos y termografías.

Newton y Newton advierten que hay que ser especialmente cautos al analizar los estudios de
asociación estadística que pretenden estudiar la hipótesis de que la lactancia materna y la
artificial son psicológicamente equivalentes “ Como la lactancia materna depende de gran
medida de tal elección personal y está relacionada con las actitudes y los factores de la
personalidad, es improbable que los grupos de madres que dan el pecho y el biberón sean
iguales en otros aspectos . Por lo tanto, la asociación de la lactancia con cualquier rasgo
psicosocial concreto puede no ser debida a un afecto causal, sino a diferencias en cualquier
variable no controlada. La forma en que una madre humana cuida de su hijo depende de una
mezcla compleja de su dotación genérica, la respuesta del niño, un alarga historia de
relaciones interpersonales con otros, su entorno familiar, el embarazo actual y los anteriores,
y la sociedad y la cultura.

El método elegido para alimentar a un bebé no es más que un aspecto del estilo de
interacción entre madre e hijo. Es poco probable, de acuerdo con Richard, que este estilo
sea determinado por el método de alimentación. La lactancia materna es una actividad muy
diferente cuando la realiza un apequeña minoría o cuando es la norma de la comunidad.

En un estudio de Quandt sobre los patrones de variación en las conductas de lactancia


materna exclusiva eran más exactas para las mujeres con un estilo de mamadas poco
frecuentes y por lo tanto destete precoz; mientras que las predicciones para los mujeres con
un estilo de mamadas frecuentes se veían confundidas por factores culturales que afectaban
independientemente a la introducción de suplementos.

Antes de revisar los aspectos psicológicos específicos de la lactancia materna, debemos


considerar los diferentes estilos de lactancia en las sociedades occidentales. Newton y
Newton han descrito dos estilos distintos a: lactancia irrestricta y lactancia restringida.

LACTANCIA IRRESTRICTA

La lactancia irrestricta significa que el niño es puesto al pecho cada ves que llora o protesta.
La lactancia e a demanda o más al día.
El lactante no recibe biberones, y la alimentación complementaria no se introduce hasta la
segunda mitad del primer año. La leche materna sigue siendo una fuente principal de
nutrición después del primer año. Es interesante señalar que ésta era la práctica habitual en
los Estados Unidos a comienzos del presente siglo, como demuestran los libros sobre el
cuidado de los niños.

LACTANCIA RESTRINGIDA

La lactancia restringida se caracteriza por las normas y reglamentos. Tanto la frecuencia


como la duración de las tomas están determinadas por el reloj. Se considera innecesario
permitir una succión ilimitada. El destete suele producirse hacia el tercer mes, si no antes.
No son raros los biberones suplementarios y los alimentos complementarios. Por todo ello,
el reflejo de eyección nunca se establece bien.
La ingurgitación es frecuente. Muchas veces, el lactante está demasiado histérico por el
llanto o demasiado adormilado para mamar bien a las horas señaladas.
Se han publicado nuevas definiciones de la lactancia materna (exclusiva, parcial, etc.) para
facilitar las comparaciones estadísticas (ver capitulo 1) pero no reflejan las diferencias
psicosociales entre la lactancia irrestricta y la lactancia restringida. La American Academy
of Pediátricas recomienda la lactancia materna exclusiva durante 4 a 6 meses, y la inclusión
gradual de otros alimentos después de los 4 o mejor 6 meses.

Un estudio de la Universidad de Rochester sobre médicos urbanos reveló que aquellos


pediatras que recomendaban alimentos sólidos a os 3 meses o antes también sugerían
biberones complementarios, y habían estado en ejercicio durante 20 años o más. La mayoría
de los médicos en el programa de medicina de familia en la misma comunidad, por el
contrario, no ofrecían suplementos ni otros alimentos hasta los 6 meses, y habían estado en
ejercicio durante menos de 20 años. Mas del 50% de las madres en dicha comunidad que
pensaban amamantar habían contactado con algún programa de preparación al parto o de
lactancia, y escogían a su médico de acuerdo con su estilo de práctica.

IMPRONTA Y CHUPETES

Docenas de niños entran en contacto con chupetes poco después del parto, con demasiada
frecuencia por algún miembro impaciente del personal que sabe que no hay que dar
biberones a los niños que toman el pecho. Algunos fabricantes de leche artificial, deseosos
de derrotar a la competencia, están repartiendo chupetes gratis como regalo.. Entre los Diez
pasos de OMS y UNICEF para convertirse en Hospital Amigo de los niños (ver capítulo 2)
está en no ofrecer chupetes en el hospital, ¿ Tienen los chupetes un afecto a largo plazo
sobre los niños? Para los niños que toman el biberón, probablemente no se si excluyen los
posibles problemas dentales;; un chupete puede permitir la succión que el lactante no
obtiene al tomar un biberón. Para un niño amamantado, la respuesta puede ser diferente.

Los libros de texto de pediatría hablan poco de la impronta del ser humano, y rara vez le se
le menciona cuando se trata la alimentación infantil; y sin embargo el lactante humano,
como cualquier otro mamífero recién nacido. Reconoce a su madre de modo oral, táctil. “El
órgano más sensible y sobre el que un mamífero recién nacido tiene mas control es la boca;
es el órgano central para la impronta de los mamíferos y de los seres humanos, “ señala
MOBS al tratar la impronta en el ser humano. Se cree que el proceso de impronta o
estampación, como se denomino en los años 30 y 40 tiene lugar durante un breve periodo al
comienzo del desarrollo postnatal, cuando un animal busca una determinada clase de
estímulo, como por ejemplo objetos de una forma determinada clase de estímulo, como por
ejemplo objetos de una forma determinada. Al encontrar tal objeto s o uno que se le parezca,
el animal responde con un patrón innato de conducta de apego. El proceso no requiere
aprendizaje.
La succión por consuelo y desarrollo de la preferencia por el pezón son conductas
determinadas genéticamente para crear la impronta del pezón materno. La madre es
reconocida, al principio por las características distintivas de su pezón. Aunque la impronta
es multisectorial y varía de una especie a otra es oral y táctil en el ser humano y en otros
mamíferos superiores. Pueden producirse errores y contratiempos en el proceso cuando el
recién nacido se fija en un tetina de caucho (biberón) en su pulgar o en un chupete (tabla 6-
1) Los gansos pueden quedar improntados por la bota de un hombre.
En los pájaros las respuestas innatas responden preferentemente a estímulos de tamaño
superior al normal. La succión no nutritiva en el pulgar o en el chupete es una actividad
desplazada que debería dirigirse normalmente hacia crear una impronta con el pezón de la
madre y refleja una tenencia hacia el tamaño superior a normal. En otras especies o
camadas de varias crías, cada se impronta con un pezón a lo largo de todo e periodo e
lactancia. La preferencia por un pezón indica a a veces mas apego emocional con l objeto
que la preocupación por la necesidad e chupar que mantiene la preferencia de acuerdo con
Passman y Halonen, quienes encontraron que el 42% tiempo de interacción con el chupete
reapego sin succión. Las madres de niños que chupan e pulgar tienen menos posibilidades de
amamantar con éxito, como mostró un estudio de 93 madres y sus hijos. Aquellos que
usaban un chupete mamaron menos tiempo )media de 5,5 frente a 7,5 meses) A partir de
este estudio, Liburne et al añadieron la succión no nutritiva en objetos a la lista de causas del
fracaso de la lactancia. Margaret Mad observo que en las sociedades en que no se limita al
acceso al pecho y se acepta la succión frecuente, los lactantes no se chupan el pulgar.

Aunque el término "confusión del pezón no ha sido todavía aceptado en la literatura médica,
existían sólidas pruebas psicosomáticas de que el proceso de impronta puede ser alterado en
ser humano por la introducción de un objeto extraño.

Reflejo de eyección

El lactante amamantado sin restricciones llora, y su madre experimenta la urgencia de darle


el pecho porque el llanto desencadena su reflejo de eyección. El pecho está urgente y listo
para el niño. Estos niños no suelen llorar mucho-. En la lactancia restringida, esta respuesta
no se produce según el horario, y entre y toma y toma la secreción de leche puede ser escasa
o, por el contrario, excesiva. El lactante es incapaz de soportar lo impredecible . la falta de
leche rara vez es un problema cuando los niños son transportados por la madre y
alimentados con frecuencia.

DIFERENCIAS EN LA PERSONALIDAD DE LAS MADRES QUE DAN EL PECHO


O EL BIBERON

Hay claras diferencias entre las madres que practican la lactancia materna irrestricta y las
que dan el biberón. Haualg incluso algunas diferencias entre las practican la lactancia
restringida y las que dan el biberón. Se ha dicho que la personalidad materna es mas
importante que el hecho de dar el pecho o el, biberón para el desarrollo de la personalidad
del lactante. Los experimentos que tienen en cuenta dichos factores han proporcionado
abundante información, en parte conflictiva. Chamberlain estudio las diferencias entre las
madres quedan el biberón o las que dan el pecho sin restricciones a su segundo hijo. Os
grupos eran similares en edad nivel de instrucción, paridad , inteligencia y status socio
económico. La madres lactantes estaban menos a la defensiva sobre su método de
alimentación estaban mas orientadas hacia la vida hogareña, y tenían puntuaciones más altas
de radicalismo. Las madres que daban el biberón confirmaban la hipótesis de que habían
tenido problemas al intentar dar el pecho a su primer hijo debido a producción inadecuada
de leche, probablemente una reacción psicomáticas. También tenían mas problemas de
relación sexual. Las madres lactantes querían que sus hijos hicieran cosas típicas de niños
las que daban el biberón querían que sus hijos fueran conservadores y orientados hacia otras
personas y les urgían a ser más adultos.
Call estudió los factores emocionales que favorecen el éxito en la lactancia, y observó que
104 mujeres consecutivas que dieron a luz en u hospital de las fuerzas artificial. Entre las
que daban el pecho el 48% delas multíparas y el 40% de las prímiparas tenían éxito después
de 3 semanas . El fracaso se asociaba con ingurgitación, falta de reflejo de eyección y
conflictos psicológicos. Los dos conflictos observados en aquellas que no dieron el pecho y
en las que fracasaron fueron los siguientes Ñ
1. Tenían un conflicto en aceptar el papel biológico de la madre en relación con el niño
frete a los otros papeles que a los otros papeles que la sociedad americana de clase
media.
2. Tenían un conflicto en cuanto o al funcionamiento del pecho en sí, esto es como órgano
para la alimentación de los hijos frente a órgano sexual, confiriendo al pecho el mismo valor
psicológico que al pene en e varón. De este modo, dar el pecho se convertía en una amenaza
de castración.

DEPRESION POSTPARTO

Mucho se ha escrito en la prensa popular sobre la llorera postparto (baby-blues), y muchas


madres, sobre todo primíparas, reconocen haber pasado unas horas o un día de increíble
vaivenes emocionales en algún momento de la primera semana después del parto. La
descripción habitual son episodios en que la madre se deshace en llanto cuando tiene tantas
cosas que agradecer. Este es un estado transitorio que se ha atribuido a los tres tremendos
cambios en los niveles hormonales después del alumbramiento de la placenta, aunque no hay
estudios que confirmen esta creencia. Suele responder a un tratamiento de descanso y apoyo.
La auténtica depresión postparto también existe y, contrariamente a la fantasía popular, se
presenta en mujeres quedan el pecho, pero normalmente sólo en mujeres que ya tenías
problemas antes del embarazo.

La incidencia de alteraciones psiquiátricas durante embarazo es notablemente inferior a las


tasas ajustadas de la población general pro las tasas en el postparto aumentan
espectacularmente hasta el 1 o 2 por 1,000, siendo el 50 a 75% atracions efectivas, el 10 a
20% enfermedades esquizofrénicas, el 2 al 12 % alteraciones siquiátricas orgánicas, y el
12% problemas de ansiedad. El estudio d las mujeres clínicamente deprimidas en el
postparto revela que dos de cada tres tienen una depresión mayor. En una amplia revisión de
las enfermedades mentales en el postparto, Seager observó que con la introducción y uso de
antibióticos, en los años 50, han desaparecido muchos síntomas, descritos como fiebre
puerperal o fiebre de leche, que resultaban en conducta delirante o confusión tóxica.

Un número creciente de investigadores había sido incapaces de encontrar evidencias


significativas de a existencia de un patrón único de enfermedad mental entre las alteraciones
psiquiátricas del postparto, no comparación con otras tapas e la vida. Aunque la maternidad
pude hacer mas vulnerable al estrés psiquiátrico, los tipos de sintomatología, curso y
resultado como son distintos de los observados en mujeres no puérperas o en varones. En
riesgo relativo e una enfermedad siquiátrica importante inmediatamente después del parto es
15 veces mayor. Sin embargo, l mecanismo causal sigue siendo oscuro. La opinión
generalizada defiende una causa multifactorial o una suma de factores de estrés. La actitud
negativa o ambivalente hacia embarazo, los conflictos sobre el papel primario, la falta de
apoyo emocional y práctico y gran número de cambios vitales son algunos de los factores
involucrados.
la relación entre lactancia materna y depresión fu estudiada por kumar y Robson en madres
que daba lactancia materna o artificial. No se encontró ninguna relación entre la depresión y
método de alimentación. Un estudio prospectivo sobre el postparto e 103 mujeres se
encontró una incidencia del 13% de depresiones postnatales importantes, más otro 16% de
depresiones menores de a menos 4 semanas de duración. Se preguntó a las madres por el
tipo e lactancia y por el uso de anticonceptivos, para determinar la influencia de las
hormonal sobre la depresión. Los autores suponían que los niveles de poblactina, estrógenos,
y progesterona variarán con la cantidad de leche materna y de otros alimentos consumidos
por el bebé, y con los aportes hormonales en forma de anticonceptivos. En este estudio, las
madre que daban el biberón recibirán estrógenos y progesterona como anticonceptivos y las
que daban el pecho sólo progesterona. La incidencia dse síntomas depresivos era
ligeramente más alta entre las madres con lactancia materna exclusiva que no tomaban
anticoncepctivos. Los sentimientos de fatiga pueden haber influído en ello, Las madres con
menor riesgo de depresión eran las que tenían niveles hormonales más próximos a los
normales; es decir, con lactancia materna parcial y sin tomar anticonceptivos.
Evidentemente, las madres que lactan no son inmunes a la depresión postparto.
Tamminen y Salmelin estudiaron en 119 prmíparas sanas el impacto de la depresión
materna sobre actitudes respecto a la lactancia y la crianza de los hijos, usando las escalas de
actitudes del Inventario de Signos de Depresión (Beck Depresión Inventory, BDI) yn otros
cuestionarios. El 8% de las participantes estaban clínicamente depriomidas, pero el 25% de
la muestra no devolvió el cuestionario, lo que es posiblemente más frecuente en sujetos
deprimidos. Las madres deprimidas tenían mas dificultades con lactancia materna. En un
estudio de seguimiento que analizaba cualitativamente las interacciones entre madre e hijo,
se observó que las madres deprimidas eran menos capaces de percibir las necesidades,
señales y problemas de sus hijos. Más aún, analizaban los problemas en términos
psicológicos por ejemplo, el niño no quería su leche o no le gustaba. No comprendías que
las dificultades de la lactancia podían ser de naturaleza somática. Las madres deprimidas
obtenían menos satisfacción y placer mutuo de las lactancia materna .
Varios estudios han encontrado un efecto negativo de a depresión postparto sobre el
desarrollo emocional y cognitivo de los lactantes, pues las madres deprimidas suelen
responder mal a las señales de sus hijos, lo que se manifiesta como frialdad afectiva o
retirada.
Las madres deprimidas tras el parto suelen estar socialmente aisladas y carecer de apoyo
emocional. Se ha estudiado la reacción entre los acontecimiento en la vida familiar, de
depresión materna y las puntuaciones de la conducta del niño hasta los 6 años por parte de
la madre y del profesor. Tanto la depresión materna como los acontecimientos en la vida
familiar, contribuían significativamente a la conducta negativa del niño.
Todos estos estudios respaldan la recomendación de que el médico de atención primaria
haría bien de identificar a las madres deprimidas usando un cuestionario sencillo como la
Esclala de Depresión Postnatal de Edimburgo, de 10 preguntas, que ha sido validada y
específicamente diseñada para su uso por el equipo de atención primaria durante las visitas
rutinarias. Es un cuestionario autoadministrado (ver recuadro en las páginas 193-194)

REACCIONES PSICOFISIOLOGICAS DURANTE LA LACTANCIA

Newton y Newton han relacionado las reacciones psicofisiológicas durante la lactancia


materna. Durante la succión irrestricta, la suave comprensión del pezón por los movimientos
ondulantes de la lengua del bebé se produce 3,000 4,000 veces de cada mamada. Esto
debería producir un aumento de la temperatura de la piel de la mama y una contratación
rítmica del útero, La ausencia de estos signos al inicio de la lactancia se relaciona con la
producción inadecuada de leche.

Se ha estudiado ampliamente el papel de diversas hormonas en la inducción de la conducta


maternal en animales. Rosenblatt observó que las ratas, tanto machos como hembras,
incluso hembras vírgenes, mostraban conducta maternal tras 5 a 7 días de contacto con crías
ajenas. La manipulación fr lod estrógenos, progesterona y prolactina demostró que los
estrógenos son los mas potentes inductores de conducta maternal, la progesterona suele ser
inhibitoria, y la prolactina extrañamente enefectiva. Pederson y Prange indujeron
experimentalmente conducta maternal en ratas mediante la administración de oxitocina,
demostrando que la preparación con estrógenos es necesaria para el efecto, pero las
oxitocina puede ser la hormona que desencadena la conducta maternal. La fuerte relación
entre las hormonal peptídicas que se originan en el sistema nervioso central y las hormonas
reproductivas produce no sólo efectos endocrinos, sino tambnien cambios conductuales.
La respuesta psicofisiológica a largo plazo en la lactancia irrestricta es un estado de ánimo
más estable que los cambios de humor asociados con la ovulación y la menstruación.
La lactancia irrestricta se asocia con amenorrea secundaria hasta durante 16 meses.
A partir de estudios en animales. Thoman et al han observado que “los presentes
experimentos indican que existen un sistema amortiguador especial que parece proteger a la
hembra lactante de las grandes variaciones en la capacidad de respuesta durante el proceso
de la lactancia. Puesto que numerosos datos indican que los factores maternos tienen efectos
profundos y duraderos sobre la función psicofisiológicas de sus crías en la vida adulta, la
existencia de dichos sistemas amortiguadores en las hembras lactantes para ser importante
en la interacción entre madre e hijo.
Al relacionar la tasa de éxitos en la lactancia materna con las experiencias durante el parto,
Jackson et al observaron que, cuanto más difícil es el parto, menos éxito tiene la lactancia.
También se ha establecido una correlación directa entre la cantidad de medicación y
anestesia administrada durante la dilatación y el expulsivo y la posterior somnolencia del
recién nacido, que disminuye finalmente s su capacidad de succión. Newton y Newton
observaron que las madres que hablaban con sus hijos en el segundo día daban el pecho más
tiempo, es decir, después del segundo mes.
Modal y Newton midieron las diferencias en el estado de ánimo entre las madres que daban
el pecho o el biberón, cuando estaban dando de comer o en otro momento. Usaron el
cuestionario de Curran y Cattep, que mide estados de ánimo transitorios más que rasgos de
personalidad. Las madres que daban el biberón mostraban significativamente más
ansiedad, estrés, depresión, regresión, fátiga y culpa que las que daban el pecho. Las
mediciones mientras las madres daban el biberón mostraban más ansiedad, estrés, depresión,
regresión, fatiga, culpa y extroversión que el grupo control de madres que daban el biberón
pero realizaba la prueba fuera de las tomas. Otro grupo que daba el pecho pero también
biberones realizó la prueba de las tomas, y mostró menos ansiedad, estrés, de depresión,
regresión, fatiga y culpa que la población general. Las mediciones tenían lugar en el hogar,
sin que hubiera un examinados presente.

Wiwsenfel et al midieron las respuestas psicofisiológicas de madres que daban el pecho o el


biberón a las señales de sus hijos usando monitores fisiológicos mientras las madres
observaban videos previamente preparados de sus propios hijos que sonreían, estaban
tranquilos o lloraban. Las madres que daban el pecho o el biberón mostraron patrones de
respuesta notablemente diferentes en todas las mediciones. Las madres lactantes estaban
fisiológicamente más relajadas, pero mostraban mayores deseos de interaccionar con sus
hijos y expresaban una mayor satisfacción con la experiencia de la alimentación. Los autores
interpretaban dichos patrones como sugestivos de un efecto fisiológico de la lactancia
materna, más que como factores en la personalidad de la madre que influyeran sobre su
elección del modo de alimentación.
Al analizar el ajuste el papel materno en 60 madres primíparas, midiendo las puntuaciones
de reciprocidad madre-hijo y de ansiedad materna. Virden encontró que el modo de
alimentación (pecho, biberón o ambos) se asociaba con importantes variaciones. Las
puntuaciones de las mujeres que daban el pecho indicaban menos ansiedad y más
reciprocidad, un factor clave en el ajuste materno, que en las que daban el biberón. Se usó la
escala de actitudes maternas (MAS), desarrollada con Cohler, Weiss y Grunebaum. Los
hallazgos son compatibles con otros estudios que muestran que la lactancia materna es
emocionalmente gratificante y estimula un sentido de unión emocional entre madre e hijo.

IMPACTO DE LA SOCIEDAD, LA PROFESIÓN MEDICA Y LA FAMILIA

Sociedad

Newton ha señalado que la satisfacción y aceptación que experimenta una mujer en su


papel biológico femenino pueden tener una gran influencia en su conducta psicosexual,
incluyendo la lactancia. Encontró que las mujeres que deseaban dar el biberón también
solían creer que el papel del varón era el mas satisfactorio. Según Adams, las mujeres
nulíparas que pensaban dar el pecho a sus hijos expresaban con más frecuencia su
satisfacción con el papel de la mujer en la vida, bajo el influjo de su ambiente cultura,
educación, clase social y trabajo. Las tasas de lactancia materna y la edad del destete varían
en los Estados Un idos según el área geográfica. Cuanto más pequeña es a comunidad,
mayor la duración de la lactancia materna. Los estudios transculturales en grandes ciudades
muestran variaciones en las tasas de lactancia materna. El nivel de instrucción también
influye; y, en esta generación, las madres con más estudios dan más el pecho.
Las actitudes del marido, familiares cercanos y amigos influyen sobre la actitud de la madre
hacia la lactancia. Lo que es más importante, dichas actitudes influyen sobre las
posibilidades de éxito y la edad del destete más negativa que positivamente. Un estudio
mostró que el interés de una abuela no influye tanto en la decisión de la madre de dar el
pecho como la decisión de una amiga de dar el biberón. Una mujer cuyo marido no apoya la
lactancia materna desteta pronto, o ni siquiera empieza.

PROFESIÓN MEDICA

El médico entusiasta puede aumentar el número de madres lactantes en su consulta; esto está
demostrado. Si el profesional ofrece apoyo médico y psicológico experto, aumentará la tasa
de éxito entre sus pacientes que intenten amamantar. Algunas pacientes que no se han
formado una opinión o pensando en el tema en su preparación a la maternidad, pueden ser
persuadidas para hacer la prueba.
Además, un médico así atraerá a su consulta pacientes que ya están dando el pecho con
éxito, pero que encuentran a su propio médico incapaz o poco dispuesto para respaldar sus
esfuerzos.

La Universidad de Rocherter llevó a cabo un estudio en una pequeña comunidad en que


ejercían mas de 50 pediátras. Los pediatras describían sus propias consultas de acuerdo con
el porcentaje de madres lactantes (alto, 75%, intermedio, 50%, bajo, 25%).
También se les preguntaba cuando introducían la alimentación complementaria, las
“normas” generales del consultorio y, finalmente, cómo habían sido alimentados sus propios
hijos. Los médicos con una alta incidencia de lactancia materna en sus consultas
introducirán otros alimentos después de los 4 meses, tenían pocas normas y reglamentos
sobre el consultorio, y sus propios hijos habían tomado el pecho. Al preguntarles sobre el
uso de grupos de madres para ayudar a otras madres amamantar, las pediatras de sexo
femenino eran mas proclives que los varones a desdeñar la posible ayuda de tales grupos no
profesionales.
Un estudio nacional efectuado entre una muestra representativa de obstetras, pediatras y
médicos de familia mediante un cuestionario por correo confirmó la observación de que la
actitud de los médicos y sus creencias personales sobre la lactancia materna influyen sobre
el consejo que ofrecen. Confirmó también que no todos los médicos están al tanto de os
modernos conocimientos sobre la lactancia materna, no todos los médicos hablan de la
lactancia con sus pacientes embarazadas, y no todos creen que valga la pena dedicar tiempo
a dar consejo cuando surgen problemas. Los resultados en 1993 fueron similares a los de
una década antes, a pesar de los esfuerzos nacionales para aumentar la base de
conocimientos de os médicos en torno a la lactancia materna.

La Familia

Impacto sobre el lactante

Para el lactante, la lactancia materna y la artificial son diferentes es cuanto al alivio del
hambre, la interacción entre madre e hijo, la gratificación oral, la actividad, el desarrollo, la
personalidad y la adaptación al ambiente. Con frecuencia, madre e hijo están juntos y a solas
durante la mamada, y la madre ofrece su plena atención al bebé mientras le abraza y
acaricia. La interacción social con el bebé es menos frecuente cuando se le da el biberón,
pues la madre suele estar en una situación social que la distrae, o bien es otra persona la que
da el biberón. El niño amamantado controla lo que está pasando. O al menos comparte el
control, mientras que la madre controla el biberón y sus succión.
En un estudio de recien nacidos de 6 a 7 días de edad, se midió el efecto de dar el pecho, dar
leche materna con un biberón o simplemente tomar al niño en brazos. Los resultados
sugieren que la interacción total entre madre e hijo durante la lactancia materna tiene una
influencia positiva en la conducta del neonato. Introduce en el lactante un estado más estable
que el generado al dar la misma leche materna en un biberón, y aumenta los tiempos de
succión y de tener al niño en brazos.

Desarrollo La evaluación precoz de los recién nacidos en la primera y segunda semanas de


edad muestra más actividad corporal en lso niños amamantados que en los que toman el
biberón. Están más alerta y tienen reacciones más intensas al despertar, Los datos de
Douglas sobre la edad de aprender a andar en Gran Bretña mostraban una clara diferencia,
pues los niños amamantados comenzaban 2 meses antes que los que tomaban el biberón.
Cuanto más tiempo tomaban el pecho, más notables eran las diferencias. Por tanto, la
lactancia prolongada no impide el desarrollo, como han pretendido los defensores del
destete precoz. Un estudio en Illinois en 1929 comparó niños exclusivamente amamantados
durante 4 o 9 meses o más de un año con otros que tomaron el biberón. Los niños
exclusivamente amamantados durante 4 y 9 meses obtenían resultados significativamente
mejores en las pruebas de inteligencia; pero la diferencia se invertía cuando la lactancia
exclusiva duraba más de un año, lo que también aumentaba la morbilidad. Esto respalda el
concepto de que los alimetno0s complementarios deben introducirse en la segunda mitad del
p rimer año.
Como parte del estudio sobre el Heptaclor, se hizo un estudio transcultural que proporcionó
evaluaciones conductuales periódicas de 50 niños de tres años en Hawai, reflejando la
diversidad cultural de las islas. El estudio, que usó las escalas de McCarthy, mostró que la
duración de la lactancia materna se correlacionaba con la capacidad cognitiva general, las
puntuaciones verbales y cuantitativas y la memoria, independientemente del nivel
socioeconómico, el sexo o la exposición a pesticidas. En este estudio, no había relación con
las habilidades motrices a los 3 años de edad.
Un amplio estudio de Morrow-Tlucak et al investigó las diferencias entre los niños que
habían recibido lactancia materna o artificial.
Unos examinadores entrenados, que desconocían los factores de riesgo, visitaron los
hogares cuando los niños tenían 6,12, y 24 meses de edad y efectuaron baterías de pruebas a
los niños y entrevistas a las madres. Los 350 niños nacidos en lel Hospital Genralk
Metropolitano de Cleveland entre 1981 y 1982, participaban en un estudio sobre desarrollo
infantil y factores de riesgo psicosocial. Se usaron la escala de Bayley y la Medida de
observación del Ambiente Doméstico (Home Observatión Measurement of Environment,
HOME). Se encontró una diferencia significativa en todos los puntos entre niños con
lactancia artificial, lactancia materna inferior a los 4 meses, y lactancia materna inferior a los
4 meses, y lactancia materna durante más de 4 meses, y lactancia materna durante más de 4
Meses; teniendo la lactancia más larga un afecto positivo.
Los estudios en animales también han demostrado una asociación entre el momento des
destete y las habilidades de aprendizaje.
Puesto que se ha hecho evidente que las proteínas y aminoácidos son características de cada
especie, es posible que el cerebro se desarrolle de modo más fisiológico cuando recibe los
nutrientes básicos precisos. Las comparaciones entre animales muestra que los grupos más
inteligentes y hábiles dentro de un especie son amamantados durante más tiempo.

Personalidad. Se ha discutido mucho la relación entre la personalidad y equilibrio de los


niños y sus primeras experiencias alimentarias. Se han de tener en cuenta la personalidad de
la madre y el temperamento del niño.
Los estudios que analizan retrospectivamente los efectos de la lactancia materna sobre la
seguridad y conducta del niño ofrecen algunos datos conflictivos. Se ha hecho énfasis en la
duración de la lactancia, más que en la calidad de la relación.
En un estudio prospectivo de una cohorte de niños nacidos en Nueva Zelanda y seguidos
hasta los 8 años de edad, las puntuaciones de las alteraciones de la conducta, evaluadas tanto
por la madre como por el profesor, mostraban una tendencia significativa a disminuir con el
aumento en la duración de la lactancia materna. En conjunto, sin embargo, lso autores
concluyen que no existen pruebas reales de que la lactancia materna proteja contra las
alteraciones de la conducta.

Cuando se produce el destete brusco, puede se psicológicamente muy traumático para el


niño y su madre. En los animales, cuando se molesta a la madre que lacta, aumentan los
niveles plasmáticos de cortisol en la cría. La madre psicológicamente deprimida puede no
sufrir la depresión postparto hasta que desteta a su hijo. Se acepta que las experiencias
precoces, incluyendo la experiencia alimentaría, influyen a largo plazo en la conducta
posterior.
Las puntuaciones de un grupo de estudiantes universitarias en un cuestionario de ansiedad
(IPAT) y un inventorio de personalidad (EPI) mostraron que aquellas mujeres que habían
recibido lactancia artificial tenían más ansiedad y neuroticismo que las que habían tomado
el pecho, independientemente de la duración de la lactancia materna. Pero se necesita más
estudio para comprender de verdad el impacto de la lactancia materna en medio de la
complejidad de los acontecimientos de la vida.

IMPACTO SOBRE EL PADRE

Desde que el proceso de nacimiento se trasladó al ambiente del hospital, los padres se
trasladó al ambiente del hospital, los padres se han visto cada vez más apartados del núcleo
de la nueva familia. Esta tendencia se ha invertido en años recientes. Los estudios sobre la
interacción con el niño se concentraba en la madre. El padre tiene un papel más activo
cuando están ambos presentes. El estudio se realizó con sujetos de clase media que habían
asistido a clases de preparación al parto; pero se obtuvieron los mismos resultados con
familias de pocos ingresos sin preparación y en las que el padre no había estado presente en
la sala de partos. El bebé tenía que estar relativamente activo y responder para poder captar
la atención del padre. Los investigadores tuvieron la impresión de que los padres estaban
mucho más involucrados y respondían más a sus hijos de lo que nuestra cultura ha
reconocido. Otros estudios han mostrado que aquellos padres a los que se pedía desnudar a
sus hijos y establecer contacto ocultar con ellos en los primeros días, cuidaban nás
activamente a sus hijos 3 meses después que los del grupo control.

Newton Newton describen los primeros vínculos de la nueva familia del m odo siguiente :

Padre interacciona con el bebé embelesamiento (engrossment)


Madre interacciona con el bebé vínculo (bonding)
Bebé interacciona con la madre apego (attachment)

El padre ha sido admitido de nuevo en la escena del parto como entrenador; éste ha sido el
término usado para describir el papel del padre en el parto compartido. La idea tiene
connotaciones negativas, pues un entrenador es alguien que anima a los jugadores a trabajar
y esforzarse, pero siempre ganando.

Idealmente, el padre debería ofrecer compañía y apoyo en la dilatación, el expulsivo y la


lactancia. Raphael ha sugerido que el padre bien podría asumir el papel de doula. La doula
es alguien que proporciona apoyo psicológico y ayuda física a la madre que acaba de dar a
luz. Raphael añade que es la falta de una doula que la respalde lo que predispone a una
madre al fracaso en la lactancia materna.
La insistencia en la responsablidad compartida de la paternidad implica una división del
trabajo. Esto no significa que criar a un hijo sea igual para hombres y mujeres. Hay
actividades complementarias para padres y madres, pues unos y otros no son igualmente
capaces de hacer todas las cosas. Criar a un niño no es solo darle de comer. El padre, por lo
tanto, debería tener un importante papel con su hijo. Por ejemplo, cuando el niño está lloroso
Y NO NECESITA COMER, EL PADRE ES EL MÁS ADECUADO PARA
CONSOLARLO. Los padres hacen muy bien los mimos no nutritivos.
Según Waletzky, la reacción negativa hacia la lactancia más comun en el padre son los celos
por la intimidad física y emocional entre la madre que lacta y su hijo. La intensidad de loos
celos puede reflejar cuánto y cuán felizmente amamanta la madre. De hecho , los padres
pueden mostrarse molestos porque no tienen un medio similar para aportar alimento y
satisfacción a su hijo. La envidia masculina de las características sexuales y la capacidad
reproductiva de la mujer ha sido identificada por Lerner como una dinámica extendida y
claramente ignorada. De acuerdo con Waletzky, hacer la experiencia del parto más
satisfactoria para los maridos es un medio importante de ayudarle a sentirse más próximos a
su bebé y más adecuados como padres.
Los padres pueden oponerse a que sus esposas den el pecho porque no quieren compartir
con un niño esta parte de su pareja . Algunos padres expresan su temor de que los pechos se
caigan y se destruyan la mística sexual. Por otro lado muchos varones están muy orgullosos
de que sus hijos tomen el pezón, y apoyan a sus esposas en este esfuerzo.
La decisión de dar el pecho debe tomarse con la participación plena del padre.

Impacto sobre los hermanos

Aunque hay alguna información sobre la lactancia materna y los hermanos en relación con
los patrones de conducta, no conocemos ningún estudio que compare hermanos de bebés que
tomen el pecho o el biberón. Lo mismo que los hermanos con frecuencia quieren probar el
biberón, también pueden querer mamar del pecho. El niño reflejará la actitud materna hacia
el pecho y la lactancia. Si la madre da el pecho secretamente o en privado y se aísla de la
familia, ello puede causar preocupación en el hermano y producir sentimientos de vergüenza
o culpa hacia los pechos.

PORQUE LAS MUJERES NO QUIERES DAR EL PECHO

Antes DE poder invertir la tendencia hacia la lactancia artificial, debemos comprender por
qué algunas mujeres no dan el pecho. No se puede culpar a la sociedad o a la profesión
médica de que una mujer no pueda aceptar la lactancia como una parte de su papel biológico
como madre. Un médico incapaz de comprender las complejidad del rechazo de la lactancia
no puede esperar ayudar a una madre a dar el pecho con éxito.

Nuestra sociedad ha asumido que no es posible obtener estímulos intelectuales válidos en


compañía de niños pequeños. Se ha sentir a las madres poco creativas y estancadas
intelectualmente mientras dan el pecho. Incluso se las hace sentir asexuadas, justo en la
culminación de su ciclo sexual. Como respuesta, las nuevas madres luchan desesperadas por
mantener los lazos sociales y profesionales. Creen que pueden producir obras tangible para
ser productivas. Bloom señala que uno de los mayores viajes intelectuales de nuestro siglo
comenzó cuando Jean Piaget se sentó junto a la cuna de su hijo y observó sus sucesivos
intentos de así un sonajero. Una madre lactante conoce a su hijo por muchas vías internas,
subjetivas y cinestésicas que estaban cerradas para Piaget.
Pero cuando un madre escribía sobre sus observaciones en esta situación, sus escritos eran
ignorados como trivales y poco científicos.

Bentowin ha estudiado sistemáticamente el éxito en la lactancia, señalando un serie de


factores físicos, psicológicos y sociológicos involucrados. La Lactancia materna es el
producto de muchos factores que interaccionan, más que de la sola conducta individual.
Una buena experiencia con la lactancia materna puede garantizar una intensa interacción y
una sincronía entre el dar y el aceptar. De acuerdo con Brazelton ésta es la base sobre que el
niño comienza a crear un mundo seguro para sí mismo.

Está claro que las creencias y actitudes hacia la lactancia materna influyen en la elección y el
éxito de la m isma. Bentovin señala que es posible restablecer la lactancia materna como la
opción natural. Esto depende de que la sociedad encuentre un sistema en que el pecho sea
acptado no sólo como bueno para el niño y su desarrollo, sino también como u n objeto de
un placer menos secreto y ambivalente. Bentovin sugiere que el “papel del profesional
sanitario en este aspecto es importante porque sólo a través de la adecuada relación con la
madre se encontrará un nuevo modelo materno que pueda actuar como una forma de familia
extensa con la que la madre se pueda identificar y contrarrestar las influencias personales,
familiares y culturales”, Hendrickse confirma esta opinión y afirma que el mayor obstáculo
en la m ente de las mujeres son los sentimientos de vergüenza asociados con la lactancia.
Más de la mitad de las mujeres en el estudio de Newcastle no dieron el pecho por un
sentimiento de vergüenza, resultado de relacionar el pecho con la sexualidad.

FRACASO EN LA LACTANCIA : DUELO, VERGÜENZA Y CULPA

Cuando una madre que había pensado dar el pecho no puede hacerlo por una enfermedad
suya o de su hijo, o cuando una madre empieza a dar el pecho y tiene que dejarlo se produce
una reacción de duelo. La madre sufre una gran pérdida. No son raras las tristeza prolongada
y la depresión. Algunas mujeres dicen sentirse más distantes de este hijo que de los otros, si
los otros habían sido amamantados con éxito. Cuando más fuerte era la determinación de
darle el pecho, más intensa es l a reacción de duelo. De acuerdo con Richards pocas mujeres
encuentran ayuda, bien sea por parte de los profesionales o de los grupos de apoyo. Los
profesionales no comprenden el sentimiento de fracaso o pérdida. Los grupos de apoyo
tienden a magnificar la culpa y el sentimiento de fracaso.

Complejas emociones rodean a su actividad íntima. Los profesionales que tienen que
recomendar el destete por motivos médicos deben ser concientes del impacto y ofrecer
apoyo adecuado a la madre. La elección que hace una madre del método de alimentación no
la convierte en buena o en una mala madre, ni es mala madre la que resulta incapaz de
producir suficiente leche para su hijo. El fracaso en la lactancia suele ser más un reflejo del
sistema y de la cultura que de la persona.
Una muestra aleatoria de mujeres instruidas de clase media en un barrio universitario reveló
a muchas mujeres que habían tenido dificultades con la lactancia. El estudio no describe la
metodología ni como se escogió la muestra, pero el informe refleja mucha vergüenza, culpa
y finalmente rabia. El fracaso en la lactancia de una mujer o sus amigas puede ser un
poderoso argumento para no dar el pecho a futuros hijos.
El miedo, la vergüenza y la culpa fueron consideradas por Freud como diferentes formas de
ansiedad. La ansiedad objetiva es el miedo ( miedo al fracaso), y proviene de peligros
externos; la ansiedad social es la vergüenza que resulta de las críticas de los otros y la
ansiedad de la conciencia es la culpa . Los peligros externos reales producen una ansiedad
normal, pero cuando la reacción es excesiva se produce una ansiedad nerótica. Entre las
defensas contra los sentimientos de culpa están la represión, la racionalización y la
proyección. Cualquier culpa puede ser sobrellevada más fácilmente si alguien ha pasado una
experiencia similar. Así, el saber que otras mujeres no han podido amamantar con éxito
ayuda a aliviar la culpa.

En nuestra experiencia clínica, las mujeres bien instruidas que han tenido dificultades para
producir suficiente leche o cuyo hijo no aumenta de peso quieren averiguar el por qué . El
Centro de Estudios de la Lactancia Materna ha recibido muchas llamadas de mujeres que
han tenido problemas dando el pecho a uno o varios hijos , y quieren ser “analizadas” para
encontrar la causa. La mejor respuesta, tras haber descartado algunas causas remediables
sencillas (posición, horario, o reducción de la fatiga) puede ser la terapia de alguien que sepa
escuchar y la confirmación de que se sigue siendo una buena madre.
EVITAR LA CULPA COMO MOTIVO PARA NO PROMOVER LA LACTANCIA
MATERNA

En nuestros encuentros con los médicos, especialmente obstetras les animamos a ofrecer a
las embarazadas suficiente información sobre la lactancia materna para que puedan tomar
una decisión informada. Con frecuencia la respuesta es : “No no quiero que la madre se
sienta culpable, así que no digo nada”.
No hay estudios en la literatura que respalden esta oposición. En docenas de estudios sobre
la promoción de lactancia materna en diferentes culturas, no se han observado la producción
de sentimientos de culpa. La mujeres interrogadas con cuestionarios abiertos no han
mencionado los sentimientos de culpa entre las respuestas. Los únicos individuos que
mencionan la culpa no son los de la generación anterior, cuyas hijas están ahora eligiendo la
lactancia materna. La abuela se siente culpable porque nadie le dijo nada, nadie le animo a
darle el pecho. “Si lo hubiera sabido.... si el médico se los hubiera dicho...” Para mejorar su
salud, los médicos aconsejan a sus pacientes sobre buena nutrición, peso adecuado, tabaco ,
alcohol y otras muchas conductas personales judiciales, sin la menor preocupación por la
culpa que pueden producir debido a la importancia del asunto. La elección de un método de
alimentación es igual de importante para la madre y su hijo.

Escala de Depresión Postnatal de Edimburgo EPDS (pag. 193)

La escala de Depresión Postnatal de Edimbugrgo EPDS ha sido desarrollada para ayudar a


los profesionales sanitarios desde atención primaria a detectar a las madres que sufren
depresión postnatal : una molesta alteración más prolongada que la llorera blues que ocurren
la primera semana después del parto pero menos grave que la psicosis puerperal.
Los estudios previos han demostrado que la depresión postnatal afecta al menos al 10% de
las mujeres y que muchas madres deprimidas no reciben tratamiento. Stas madres pueden
asumir la crianza de su hijo y las tareas del hogar, pero se disfrute de la vida se ve
gravemente afectado, y pueden existir efectos largo plazo sobre la familia.

La EPDS fue desarrollada en centros de salud Livingston y Edimburgo. Consta de diez


frases breves. La madre subraya cual de las cuatro posibles respuestas se acerca más sus
sentimientos durante la semana anterior. La mayoría de las madres completan la escala sin
dificultad en menos de 5 minutos.
El estudio de validación mostró que las madres que obtienes una puntuación superior a 12 o
13 sufrían probablemente una enfermedad depresiva de intensidad variable. De todos
modos, la puntuación de la EPDS no debe reemplazar al juicio clínico. Debe realizarse una
cuidadosa evaluación clínica para confirmar el diagnostico. La escala indica como se ha
sentido la madre durante la semana anterior, y en casos dudosos puede ser útil repetirla
después de 2 semanas la escala no detectará madres con neurosis de ansiedad, fobias o
alteraciones de la personalidad.

Instrucciones para su uso

1. El pide a la madre que subraye la respuesta que más se aproxime a cómo se ha sentido en
los últimos 7días.
2. hay que responder a todas las 10preguntas
3. Hay que tener cuidado para evitar la posibilidad de que la madre comente sus respuestas
con otras.

4. La madre debe completar por sí misma la escala, salvo que tenga dificultades con el
idioma o con la lectura.
5. La EPDS pude usarse a las 6 u 8 semanas después del parto . la consulta el niño sano, el
control postparto de la madre o una visita domiciliaria o pueden ser oportunidades
adecuadas para realizarla.

ESCALA DEDEPRESION POSTNATAL DE EDIMBURGO EPDS

J.l. Cox, j.m. Holden, r. Sagovsky


Departamento DE Psiquiatría, Universidad de Edimburgo
Nombre
Edad
Edad del bebé

Como usted ha tenido un niño hace poco , nos nos gustaría saber cómo se siente. Por favor
subraye la respuesta que más se acerque a lo que usted ha sentido en los últimos 7 días , no
solo como se siente hoy
Aquí tiene un ejemplo, ya completando Ñ
Me he sentido feliz Ñ
Si, la mayor parte del tiempo
N, no muya menudo
No, en absoluto
Esto quería decir Me he sentido feliz la mayor parte del tiempo durante la pasada semana
Complete las otras preguntas de la misma manera.

Escala de Depresión Potnatal de Edimburgo (EPDS) (Continuación) (Pag. 194)

En los últimos 7días :


Ha sido capaz de reír y ver el aldo divertido de las cosas tanto como solía
Algo menos de o que solía
No en absoluto
He esperado las cosas con ilusión
Tanto como antes
Algo menos de o que solía
Mucho menos de os solía
Casi nada
3 me he sentido culpable sin necesidad
cuando las cosas iba mal
Si, la mayor parte del tiempo
Sí, bastantes veces
No muy menudo
No, nunca
4. He estado ansiosa o preocupada sin un buen motivo
No, nunca
Sí a veces
Sí, muchas veces
5. He sentido miedo o pánico si un motivo serio
Sí, bastantes veces
Sí, a veces No, no mucho
No, nunca
6. Las cosas se me ha echado encima
Si la mayor parte del tiempo no he podido hacer frente absoluto
Si, a veces no he podido hacerles frente también como antes
No, la mayor parte de tiempo me desenvuelto bastante bien como siempre
7.He sido tan desgraciada que me costaba dormir
Si, la mayor parte del tiempo
Si, bastante , si a veces
No muy a menudo
No, en absoluto
9. Hesidotan desgraciada queme proponía a llorar
Si, la mayor parte del tiempo
Si, bastantes veces
Sólo algunas veces
Solo alguna vez
No, En absoluto
10Seme ha pasado por la cabeza queme hacía daño a mí misma
Sí con la bastante frecuencia
A veces
Casi nunca
Nunca

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