Está en la página 1de 6

ÍNDICE DE CONTENIDO

PÁGINAS PRELIMINARES

Portada
Derechos de Autor
Aprobación del Tutor del Trabajo de Titulación
Aprobación de la Presentación oral / tribunal
Índice de contenido
Resumen
Abstract
INTRODUCCIÓN

CAPÍTULO I
EL PROBLEMA

PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

En 1953, las Investigaciones filosóficas Philosophische Untersuchungen de Ludwig


Wittgenstein inician el esplendor en el análisis lingüístico en filosofía. Varios postulados de la
filosofía clásica son revisados y cualquier resultado concluyente es reducido al absurdo bajo una
premisa básica: es imposible acceder a una verdad, si es que esta existe. Este filósofo, matemático y
lingüista alemán aparta los caminos de las ciencias y defiende su independencia teórica y conceptual.
Sus enunciados son simples, algunas veces rayan lo pueril: “No es cosa de la filosofía resolver
una contradicción por medio de un descubrimiento matemático. (Wittgenstein, 1953) Sin
embargo y a pesar de que la filosofía —ciertamente— carece de la capacidad para modificar el rumbo
del lenguaje y por lo general solo se dedica a su descripción (Wittgenstein, 1953) varios investigadores
de la talla de Bertrand Russell (profesor de Ludwig) o Noam Chomsky han teorizado sobre los
procesos involucrados en la comunicación y sus empresas implementaron matrices y principios de
física o matemáticas.
Varios esquemas de análisis matemático son empleados con el propósito de aportar métodos
eficaces para resolver problemas relacionados con el uso del lenguaje, aunando la medición objetiva
propia de las ciencias exactas con las interpretaciones subjetivas-filosóficas. Cuando comenzaron estas
interacciones entre lo lingüístico y las matemáticas decantaron en compendios dedicados a la cábala,
la Gematría y otras aplicaciones pseudocientíficas que se fueron desarrollando para convertirse en
nociones y fundamentos científicos (de la misma forma en la que la Alquimia precedió a la Química),
el gran salto en este paradigma acaece con el advenimiento de la era de las computadoras. Teniendo en
cuenta la capacidad y volumen de trabajo de los ordenadores la investigación sobre los factores
matemáticos en el lenguaje conformó desde entonces un aporte significativo.
Es el software de traducción (que en esencia intercambian un código por otro a través de un
algoritmo) el ejemplo por antonomasia del uso de principios matemático en la construcción y
reconstrucción de lenguas naturales. El famoso experimento de Georgetown-IBM 7 de enero de 1954
tradujo automáticamente más de sesenta frases del ruso al inglés, demostrando que los
descubrimientos matemáticos si modifican otros campos entre ellos el lenguaje y la filosofía.
La relación entre las matemáticas y el lenguaje no es casual ni infrecuente. El hecho de que
esto pase por alto radica en los conceptos arcaicos que aún se mantienen. Las matemáticas tienen tanto
que ver con números como el ajedrez con piezas de madera o el lenguaje con las palabras; Ellas se
basan esencialmente en fenómenos de adición/sustracción, sus combinaciones y derivados (la división
es el número de restas posible en un número, la multiplicación el resultado de cierta cantidad de
sumas, etc.). Estos fenómenos se reifican en el lenguaje. Las palabras se combinan, las frases se
dividen, dos palabras logran potenciar un significado, las ideas se expanden o se diluyen con la
capacidad de los hablantes y muchos casos más demuestran que el lenguaje responde a principios
lógicos.
Los números al igual que las palabras son conceptos abstractos. Imaginarios per se, Lo dicho
hasta aquí supone que ni los números ni los significados existen en lo real, paradigma de esto es que ni
el número “1” ni la palabra “perro” alteran aquello que reemplazan. Su valor radica en “referencia a:”
y no guarda relación alguna con el mamífero o la mínima unidad de un objeto. La utilidad de una
palabra o un número reside en su uso y su función que construyen su significado (Wittgenstein, 1953).
El significado no es una propiedad inalienable de la materia, es una construcción social
relacionada con el valor de uso y la capacidad de cambio de ciertas cantidades de información
(elementos que al ser transpuestos cambian o modifican el estado del conocimiento).
El uso del signo se axiomatiza durante el proceso ostensivo que permite reconocer su valor y
función con relación al uso. O en palabras de Wittgenstein se “explica el uso — el significado — de la
palabra cuando ya está claro qué papel debe jugar en general la palabra en el lenguaje”. (Wittgenstein,
1953) El rol de la palabra o en términos técnicos su categorización es el primer nivel de análisis
estructural y en el surge el principal conflicto entre los alcances de las ciencias exactas y las
interpretaciones de las ciencias del lenguaje.
Ciertamente las fórmulas matemáticas describen con mucha precisión las magnitudes,
porcentajes y relaciones más simples del lenguaje. Un ejemplo de ello es el experimento de IBM y sus
“descendientes”, algoritmos de “respuesta correcta”, que pueden dar soluciones más o menos
satisfactorias a problemas sencillos como la traducción de oraciones y frases cortas, pero carecen por
completo de la capacidad de entender más allá de la literalidad y pierden los matices extratextuales de
una enunciación. Pero, dónde inicia este conflicto entre la precisión de las ciencias exactas y la
interpretación de las ciencias humanas. Las ideas de Popper sobre la lógica en la investigación
científica dan luz al respecto cuando tratan a la imprecisión como un constitutivo intrínseco de la
ciencia (Popper, 2005). Lo que significa que no es la exactitud lo que rige la metodología científica
sino la posibilidad. Solo se puede probar (jamás verificar) una ciencia mediante la experiencia, de
hecho, la constante reelaboración y corrección de las pruebas es el quid de los estudios científicos.
(Popper, 2005)
En 1925 el físico alemán Werner Heisenberg afirmó la imposibilidad de medir con precisión
ciertos pares de variables físicas, ya que la medición (cualquier método utilizado para determinar una
magnitud) incide tanto en las cualidades observadas (tamaño, masa, forma) como en las
complementarias (temperatura, color). Esta regla es conocida como la relación de indeterminación de
Heisenberg o principio de incertidumbre.
En otras palabras, las partículas que conforman la realidad se hallan en un perpetuo estadio de
incertidumbre, su medición es imprecisa y las ciencias exactas, desde entonces, no son tan exactas. Es
imposible un conocimiento determinista, cuando sienta su base en las posibilidades.
Durante milenios las mentes más brillantes de cada generación se decantaban entre el estudio
de lo real o la realidad. Lo primero, es aquello independiente de la percepción, ajeno a nuestro sistema
y de naturaleza indefinible; la segunda es la cultura esta indefectiblemente influenciada por elementos
lingüísticos que condicionan la percepción de un fenómeno, ya que es a través de dichos elemento que
lo real se convierte en realidad.
La teoría de Heisenberg establece la imposibilidad de un conocimiento absoluto (la verdad),
ya que la precisión depende de magnitudes y estas están relacionadas. Cualquier intento de medición
en una modifica a la otra. Esto afecta a la teoría del signo y se puede extrapolar a los planteamientos
que una década antes: Charles Bally y Albert Sechehaye recopilaron, ordenaron y publicaron en El
curso de lingüística general de Ferdinand de Saussure. Aquí emerge la posibilidad de reinterpretar
varias funciones clave en el estructuralismo lingüístico. Por ejemplo: si estudiar el significante altera
el significado o viceversa, ¿cómo esto afecta a las definiciones de signo?
Entre las dicotomias saussereanas la que conforma el signo lingüístico:
significado/significante, es quizá, la innovación teórica más relevante y piedra inaugural de varios
estudios posteriores. Modificar sus alcances, establecer la imposibilidad de precisión y la inevitable
influencia del significado en el significante (e inversamente) en cualquier estudio relacionado,
aportaría un enfoque diferente para la noción de signo, tanto a la planteada por Saussure como a las
que surgieron de ahí.
Antes de Saussure ya existían concepciones de signo, los estudios de Wittgenstein parten de
las conjeturas de San Agustín y Spinoza; el norteamericano Pierce hizo un monumental estudio sobre
los signos y plantea un sistema de tres elementos, que es el más común en la semiología actual, aunque
los han variado significativamente desde entonces. Sin embargo

, pero, estaba supeditada a las acepciones de imagen acústica y concepto, al “conservar la


palabra signo para designar el conjunto, y reemplazar concepto e imagen acústica respectivamente con
significado y significante” (Saussure, 1915), el lingüista suizo, adentra la teoría del lenguaje en el
plano del positivismo y, en consecuencia, acerca a la lingüística al territorio de las ciencias exactas.
La naturaleza del significado y significante opuesta entre sí y también del total que conforman,
sustenta una serie de planteamientos teóricos. Algunos como la arbitrariedad del signo, su mutabilidad
e inmutabilidad y su carácter lineal fueron postulados en el curso, otros fueron acuñados y
desarrollados con el tiempo por los opositores y sucesores se Saussure.
Al desglosar los componentes del signo lingüístico para tratarlos por separado, muestran
señales de responder al principio de incertidumbre. No existe un método que permita el estudio del
significado o del significante que no afecte y modifique al otro.
Los signos no son estables, evolucionan, se reinventan o desaparecen con el tiempo. Estudiar
el significado modifica el significante ya que amplía o disminuye las acepciones e interpretaciones
posibles.

FORMULACIÓN DEL PROBLEMA


OBJETIVOS
Objetivo general
Objetivos específicos
JUSTIFICACIÓN
CAPÍTULO II
MARCO TEÓRICO
ANTECEDENTES DE LA INVESTIGACIÓN
FUNDAMENTACIÓN
FUNDAMENTACIÓN LEGAL
DEFINICIÓN CONCEPTUAL DE VARIABLES
Variable independiente
Variable dependiente
DEFINICIÓN DE TÉRMINOS
CAPÍTULO III
METODOLOGÍA
Tipo de investigación
Paradigma de la investigación
Matriz de operacionalización de variables
Técnicas
Instrumentos
CAPÍTULO IV
PRESENTACIÓN DE RESULTADOS
CAPÍTULO V
CONCLUSIONES
RECOMENDACIONES
CAPÍTULO VI
PROPUESTA
ENSAYO ACADÉMICO
FUENTES DE CONSULTA
ANEXOS

También podría gustarte