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Las estructuras arquitectónicas más notables y mejor descritas de este lugar son un par de
basamentos piramidales llamados el cerro del Gallo y Cerro de la Gallina con una altura de
10 a 15 metros aproximadamente, uno al norte y el otro en el lado sur del asentamiento; una
plataforma de tierra apisonada de unos 50 metros con forma de plaza; y el llamado montículo
2, una estructura de unos 76 metros de largo, 36 metros de ancho y 4 de altura; en dicha
estructura se encuentra un espacio dedicado al parecer exclusivamente al mundo que
comprende la vida después de la muerte. Se concluye esto ya que dentro del edificio se
encontraron un conjunto de elementos que sugieren el culto a la muerte, como son: Una
escultura de tamaño natural de barro no cocido de Mictlantecuhtli el dios del Inframundo,
también un conjunto de no pocas esculturas de barro representando a individuos femeninos,
en su mayoría con el pecho desnudo y cinturones con cabezas de serpiente y en el mismo
contexto un entierro masivo de aproximadamente 190 individuos en su mayoría también
mujeres.
La traza constructiva del sitio sigue una lógica de norte a sur no por mera arbitrariedad sino
porque los puntos cardinales en la cosmovisión mesoamericana poseen una carga simbólica
muy fuerte. Es por esto que los arqueólogos y antropólogos concluyen que las esculturas
femeninas que componen esta ofrenda se corresponden con el de las mitológicas
“Cihuateteo”, mujeres guerreras muertas en el parto que a la pos se convierten en diosas. En
la tradición náhuatl del altiplano para el postclásico son estas las que se encuentran al
poniente para acompañar al sol antes de que comience en su camino por el inframundo; esto
lo sabemos gracias a información recabada por los cronistas que se encargaron de plasmar en
texto la cosmovisión de estas culturas; dichas esculturas al momento del hallazgo se
encontraban justo al oeste del imponente dios de la muerte quien veía de frente al norte.
ANTECEDENTES REGIONALES.
El concepto de La Mixtequilla como “subárea cultural” se comenzó a utilizar, después de los
trabajos de Stirling y Drucker en 1941. Investigación del Smithsonian institution.
En 1952, Medellín Zenil realiza excavaciones en lugares como Los Cerros y Dicha Tuerta,
por parte del Instituto de Antropología de la UV.
En 1971 se realizan las primeras excavaciones en El Zapotal por parte del Instituto de
Antropología de la Universidad Veracruzana (IAUV), dirigida por Manuel Torres.
Se identifica una practica de deformación craneo-cefálica tabular fronto occipital, la cual sólo
está presente en entierros femeninos.
Durante 1974 Medellín Zenil publica en el boletín del INAH “piezas de la Exposición
Inéditas del Museo de Xalapa” las medidas e imágenes de algunas de las esculturas
localizadas durante las exploraciones
PLANTEAMIENTO.
Las no escasas esculturas de mujeres ataviadas con elementos simbólicos algunos de forma
más esquemática que otros, son el punto de interés de esta investigación. Estas, junto con la
cantidad de restos humanos encontrados también predominando los de sexo femenino y a los
cuales se les fue practicada un tipo específico de deformación craneal, junto con el contexto
espacial, sugiere que la feminidad ha sido un concepto de gran importancia para las
sociedades mesoamericanas y que por lo tanto la mujer tiene trascendencia para estos grupos
sociales
Vivimos en una realidad social que pese a la fuerte lucha manifiesta en defensa de las
igualdades de género y oportunidades, sigue siendo controlada por el sexo masculino. En el
transcurso de los miles de años de historia y prehistoria humana al parecer ha sido así. La
mujer ha sido muchas veces relegada a un segundo plano en más de un momento y de esta
manera los hombres reservado el ejercicio del poder para sí, no sin antes subordinar a la que
es igual y opuesta a él, a su dualidad y dicotomía. Sin lugar a dudas vivimos en una sociedad
a todas vistas machista y misógina que obstaculiza la posibilidad de ver consumada una
realidad diferente, sin “odio/miedo” a la mujer.
Pero también es cierto que en distintos momentos de la historia y las cosmovisiones, la mujer
o la feminidad han tomado un papel protagónico, la prueba es la existencia de deidades
femeninas dentro del panteón mesoamericano como lo son la Coatlicue, Tonantzin,
Coyolxauqui, Tlazolteol y las Cihuateteos; también por ejemplo, en el área Maya podemos
encontrar mujeres representadas en bajorrelieves ejerciendo y entregando el poder o estando
dentro de los círculos de clases poderosas, incluso tenemos mausoleos ubicados en áreas de
suma importancia donde han sido sepultadas mujeres que resultan preponderantes o
fundamentales para esas sociedades. Mujeres de carne y hueso demostrando poder en este
mundo en vez de el otro. De igual importancia pues, es el caso de los entierros múltiples que
se encuentran en El Zapotal, donde la mujer es la sacrificada, la sepultada, la honrada o la
ofrendada, la dadora de vida, la que acompaña al sol y la que se convierte en diosa.
Es asi pues que se propone un análisis semiótico de las representaciones iconograficas en
cerámica de personajes de sexo femenino, la indumentaria con la que están representadas, los
elementos simbólicos con los que son cargados, en contexto con los entierros a los que están
asociados y a la estructuración del espacio como nivel cosmogónico.
OBJETIVOS.
Conocer el papel que desempeñan las mujeres sepultadas en el sitio de El Zapotal y de ser
posible las actividades que probablemente desempeñaban en esta área cultural durante la
época prehispánica.
HIPOTESIS
LEÓN Estrada, Xochitl del Alba. Entierros prehispánicos en el sur de Veracruz. Breve
revisión del formativo al posclásico pag 43 – 52.
LIRA Lopez Yamile, Serrano Sanchez Carlos. Practicas funerarias en la costa del Golfo de
Mexico, Instituto de Investigaciones Antropologicas, 2004.
IBARRA Laura. Las ideas sobre la mujer en los tiempos mas antiguos de Mesoamerica.
MALVIDO Adriana. La Reina Roja: el secreto de los mayas en Palenque, Plaza Janes, 2006.
GONZALES Cruz Arnoldo. La reina Roja: una tumba real en Palenque. Turner, 2011.