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En un segundo análisis con los datos, dividí mis resultados en dos grupos: uno
integrado por antropólogos biólogos y disciplinas afines, y otro por antropólogos
socioculturales y disciplinas afines. El resultado fue el siguiente:
El 35,7% de los antropólogos biólogos y el 14,3% de los socioculturales dijeron
SÍ, mientras que el 60,8% de los antropólogos biólogos y el 85,7 % de los
socioculturales respondieron NO.
Lieberman, Stevenson y Reynolds (1989) obtienen en Estados Unidos de
América, que contestaron SÍ el 50% de los antropólogos biólogos y el 31% de los
socioculturales, mientras que dijeron NO el 42% de los biológicos y el 52% de los
socioculturales.
Los resultados de las encuestas mencionadas confirman que entre
antropólogos y otros especialistas afines no hay acuerdo acerca del status del
concepto de raza y que éste es más aceptado por los Antropólogos biólogos que
por los socioculturales.
En otra etapa del trabajo realicé una encuesta entre no especialistas de
diversos sectores de la población de ciudad de La Habana. Se entrevistó una
muestra integrada por 261 sujetos de diferentes niveles educacionales. Se
preguntó igualmente si hay razas biológicas en la especie humana. El resultado
fue que el 79,7% contesto que SÍ.
Es importante destacar que el cuestionamiento académico no va dirigido a
ignorar algo tan evidente como son las diferencias, apreciables o no a simple vista,
existentes entre los seres humanos. Las variaciones biológicas humanas existen,
pero cada característica esta distribuida con una gradación geográfica que desafía
el establecimiento de límites precisos entre las llamadas razas (Brace 1964).
Reseña histórica
Los viajes colombinos a finales del siglo XV marcan el inicio de la expansión
europea a prácticamente todo el mundo. Europa toma conciencia de la gran
diversidad de hombres y culturas que antes no conocía. El nuevo panorama
estimuló en las mentes más ilustradas el estudio de este fenómeno de diversidad,
sin escapar enteramente a la influencia que la empresa de la conquista y
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que hace que sea imposible establecer fronteras entre ellas. Cada ser humano
posee una combinación de genes que le es propia, pero está formada a partir de
un mismo patrimonio genético, homogéneo y común a todos los seres humanos.
“Lo que distingue a los grupos no es la presencia o la ausencia de un gen, sino
su frecuencia. El gen B del sistema sanguíneo representa el 25% del patrimonio
genético de la población de la península india, pero esa proporción disminuye a
medida que nos alejamos hacia el oeste; 15 a 20% en Rusia, 10 a 15% en Europa
Central, 5% en Francia y en Reino Unido, 0% entre los vascos”. .. “La definición de
las razas sólo, puede resultar de un procedimiento lógico que tenga en cuenta
esas diferencias de frecuencia”... “Se considera entonces que pertenecen a una
misma “raza” las poblaciones que presentan frecuencias aproximadas para la
mayoría de los genes”. (Jacquard 1996)
La propia tarea que se le solicita al antropólogo forense por los órganos de
justicia sobre la filiación racial de un esqueleto para contribuir en la solución de
actos criminales es otra muestra elocuente. Esta tarea, nada fácil, resulta posible
con un alto grado de confiabilidad debido a que hay características óseas que
aparecen más frecuentemente en un grupo humano que en otros
Genéticamente, casi todas las poblaciones humanas están mezcladas debido a
diversos factores. En afroamericanos se ha observado que del 20 al 30% de sus
genes son de poblaciones europeas (Glass and Li 1953). En Cuba, Hidalgo (1998)
señala los siguientes valores de mezcla racial para una de las provincias centrales
del país (Villa Clara): negros, poseen un 30% de genes de origen blanco y
blancos, el 8% de genes de origen negro. Torroni et al. (1995) para la provincia de
Pinar del Río, también en Cuba, obtienen que el 50,4% del ADN mitocondrial es
de origen europeo, el 45,9% africano y el 3,7% de nativos americanos.
Más recientemente Lleonart Cruz (2001) al estudiar nueve loci de microsatélites
encontró que la población cubana contemporánea tiene un nivel de
subestructuración bajo, coincidente con los niveles informados para otras
poblaciones del mundo. Sólo un 1,4% de la variación genética existente es
adjudicable a las diferencias entre los grupos raciales.
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El autor concluye además que la intensidad del flujo genético entre los tres
grupos raciales es muy alta, especialmente entre Caucasoides y Mestizos, y entre
Mestizos y Negroides. Este fenómeno tendrá posiblemente un fuerte efecto en la
reducción del nivel de subestructuración observado en la actualidad. Al menos en
la muestra analizada, correspondiente a la población de Ciudad de La Habana, el
grupo Mestizo se encuentra ligeramente más cercano genéticamente al grupo
Caucaoside, con el cual comparte un flujo de información genética también mayor.
El mayor problema con la aplicación usual del concepto de raza y su énfasis en
la tipología, es el asumir que la mayoría de la variación que existe en la especie
humana es entre razas, cuando los resultados de numerosas investigaciones con
diferentes marcadores muestran sin embargo que hay más variación dentro de los
grupos identificados como razas que entre ellas.
Los grupos humanos que habitualmente se denominan razas, en su acepción
biológica, se refieren o identifican agregados o complejos más o menos
temporales de genes que, en contextos ambientales determinados, no son
estables ni estáticos sino dinámicos, que se remodelan constantemente a causa
de mecanismos genéticos, evolucionando hacia nuevos equilibrios adaptativos
que serán igualmente cambiantes.
La clave del origen de la diversidad humana se busca afanosamente en el nivel
genético (ADN). Estamos ahora con la misma ilusión que surgió cuando se
iniciaron los análisis a nivel proteico. Se pensaba entonces que los problemas
encontrados en los estudios macroscópicos (pigmentación, antropometría, etc.) se
iban a resolver con los estudios de grupos sanguíneos y otras proteínas. No
obstante no se encontró una definición clara de los grupos humanos. En realidad,
cuando el análisis pasa del nivel macroscópico, al nivel proteico y finalmente al
nivel genético, la diversidad se vuelve cada vez mayor. (Sauvain-Dugerdil 1991).
En biología molecular se utilizan marcadores muy informativos que permiten
estimar la contribución genética africana, europea, amerindia, etc. en poblaciones
o individuos. Sin embargo, que existan marcadores que den información sobre el
origen geográfico no implica que el concepto tipológico de raza sea válido. La
mayoría de los marcadores no muestran diferencias entre poblaciones, pero un
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Antropología vs racismo
Debemos reflexionar sobre cual debe ser nuestro objetivo, si atender a las
clasificaciones per se como instrumento de estudio de la variabilidad o intentar
explicar, entender y hacer entender por qué tal grado de variación existe.
En el estudio de la variabilidad biológica humana no podemos soslayar el gran
impacto social que posee. Debemos meditar profundamente sobre que mensaje
transmitimos realmente cuando hablamos de raza, pues es un hecho cierto que en
nuestra vida cotidiana tiene un elevado significado social.
No es desconocido que al igual que se les atribuyen determinadas
características biológicas a cada raza, socialmente se procede en un sentido muy
similar al adjudicarles ciertas creencias y valoraciones en cuanto a sus hábitos,
costumbres, gustos, educación, comportamiento, etc.
Esto queda muy bien reflejado en la opinión que expresa un entrevistado sobre
las razas:
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En este sentido nuestra responsabilidad es muy alta. Bien dentro del campo de
la Antropología biológica o la sociocultural, debemos trabajar por conocer más y
mejor los hechos concernientes con la variación humana y por una divulgación
correcta y objetiva de nuestros resultados. Evitemos que nuestra labor sea la
fuente de falsificaciones, interpretaciones, creencias y valoraciones que
perjudiquen las relaciones entre los individuos.
Para luchar contra las tergiversaciones es preciso un trabajo que trascienda
más allá de la mera investigación científica y del reconocimiento social que por ello
se nos puede hacer. Se precisa de una labor activa en la difusión del resultado
científico, muy en especial a través de los diferentes sistemas educativos y de los
potentes e influyentes medios masivos de comunicación.
Lo anterior podría parecernos de muy poca relevancia, pero nada es inútil
cuando se hace encaminar nuestro esfuerzo a obstaculizar cualquier intento de
perjudicar las relaciones entre los seres humanos. Compleja, pero hermosa tarea,
que tiene cualquiera de nosotros de contribuir a fomentar la unión entre todos las
personas.
Es significativo apreciar como la variabilidad humana es percibida y como la
“raza” es entendida y definida de forma diferente. Existen entre nosotros
horizontes, niveles o umbrales diversos en la percepción e interpretación de la
variación humana. Considero que por encima de esta diversidad de recepción de
la realidad, el objetivo fundamental debe ser entender, hacer entender y explicar
por qué tal grado de variación existe.
Muchas de las diferencias consideradas raciales reflejan más que la herencia,
las diferencias en las condiciones de vida, en la alimentación, en el acceso a los
cuidados médicos, en el nivel socioeconómico, así como otras manifestaciones del
ambiente social como el racismo (Martínez Fuentes 1982; Goodman 1994).
La perspectiva histórica de la Antropología nos muestra que en ciertos
momentos fue usada (y aún lo es), para hacer énfasis en las diferencias llamadas
raciales y ser un sustento para el racismo, la discriminación racial y los prejuicios
raciales. Tenemos que aceptar que ”... el discurso antropofísico, bajo el disfraz de
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BIBLIOGRAFÍA
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Peña Saint Martín, F. (1997) Reseña sobre López Alonso, S., C. Serrano Sánchez
y L. Márquez Morfín (eds.) La antropología física en México. Estudios sobre
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México. Instituto de Investigaciones Antropológicas, 1996, México.
Antropología física Latinoamericana. No. 1: 137-145. Universidad
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México
Torroni, A., M.D. Brown, M.T. Lott, N.J. Newman, D.C. Wallace and the Cuba
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European Mitochondrial DNAs in Cuba From Pinar del Rio Province and
Implications for the Recent Epidemic Neuropathy in Cuba. Human
Mutation. 5:310-317.
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