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República de Panamá

Ministerio de Educación

Dirección Regional de Panamá Oeste

Dirección Regional de Educación Media, Profesional y Técnica

Panama Heights International Academy


P.H.I.A

El Cerebro Humano: ¿Ilusión o Realidad?

Profesora:
Alba Ceballos
Español

Estudiantes:
 Campos Jeisson
 Góndola Yarabys
 Martínez Sary
 Morales Keisy
 Moreno Diana
 Peña Enrique
 Pitti Mareybis
 Ríos Julio
 Saldaña D´angelo

Nivel:
12° Ciencias

Fecha de Entrega:
Lunes, 22 de octubre del 2018

1
Introducción

El cerebro es el órgano que nos ha permitido diferenciarnos de


las demás especies pertenecientes al reino animal, haciéndonos
seres pensantes y racionales. Es pues, una herramienta muy
compleja que nos ha dado la oportunidad de conocer y entender
muchos conceptos que conforman el mundo. Se considera
como el órgano más misterioso del cuerpo humano y un
milagro de la evolución. El cerebro, de igual forma, controla
todas las actividades del cuerpo humano, así como también el
pensamiento, comportamiento, emociones y demás
actividades.

A raíz de estos conocimientos, procede una gran interrogativa:

* ¿Es nuestro cerebro una realidad o ilusión?

Es esta interrogante la que logra desmoronar muchas teorías


acerca de nuestra existencia y procedencia. Existe gracias a
cada uno de los fenómenos que nos involucran como seres
pensantes y como producto, es nuestra herramienta principal
la que se involucra en existencialismos.

Este proyecto ha sido elaborado con el propósito principal de


establecer los fenómenos externos y psicológicos que afectan a
nuestro cerebro.

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¿Ilusión o Realidad?
Bucles Mentales:

Los bucles son secuencias larguísimas de emociones y


pensamientos que se retroalimentan. Y en general, son
limitantes y negativos. Nos impiden pensar con claridad, tomar
decisiones y permanecer en calma. Nos estancamos en esa
espiral y no podemos salir de ahí. La cabeza gasta mucha
energía, no sólo a nivel químico con la glucosa, sino energético:
un bucle agota literalmente la energía de la persona hasta el
punto que a veces genera dolor de cabeza.

Un bucle no es un bloqueo: el segundo sería una imposibilidad


de pensar con claridad y más allá y el primero sería una
imposibilidad de salir de un proceso de pensamiento.

Cuando los pensamientos entran en un bucle


(Rumiación)

Los pensamientos aparecen en nuestra mente y pueden


controlar nuestro estado de ánimo y nuestra conducta. A veces,
algunos pensamientos se apoderan de nuestra mente y
comienzan a dar vueltas y vueltas sin parar. Estos
pensamientos recurrentes, suelen ser de tipo obsesivo, toman
el control de nuestro cerebro y no nos dejan pensar con claridad
las cosas, afectando a nuestras emociones y nuestros actos; este
tipo de pensamientos es lo que se conoce como rumiación.

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El proceso de las “rumiaciones” del pensamiento

Seguramente todos en algún momento hemos tenido


pensamientos en nuestra mente que han dado vueltas y vueltas
sin parar. Por ejemplo, después de una discusión podemos
estar horas pensando en lo que dijimos y en lo que nos dijeron.
Estos pensamientos son algo normal, nuestra mente tiende a
centrarse en aquello que considera un conflicto y trata de
buscar el camino o la solución. El problema es que a veces, en
esa búsqueda del camino, damos vueltas y vueltas y entramos
en un bucle.

Después de dar tantas vueltas nos enredamos cada vez más, y


nos perdemos en nuestros propios pensamientos. En estos
casos no solo no encontramos la solución, sino que los
pensamientos pueden hacerse fuertes y convertirse en
creencias que convertimos en verdades absolutas. Estas
creencias a menudo, generan emociones negativas, y pueden
alterar nuestra conducta, además de tener efectos sobre nuestra
salud, desde insomnio, ansiedad, depresión, etc.

¿Qué son las rumiaciones?

Las rumiaciones son pensamientos nocivos, que se apoderan de


nuestra mente, presentándose de manera recurrente. Son
pensamientos que se aparecen una y otra vez en nuestro
cerebro y nos desbordan, generando frustración.

 ¿Cómo aparecen las rumiaciones?

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1. Las rumiaciones aparecen como respuesta a una situación
nociva, a unos hechos que no hemos sabido procesar,
como una discusión, una equivocación en el trabajo, un
examen, etc.
2. La situación nos genera una incertidumbre que conlleva
malestar, suelen ser situaciones no resueltas, ante las que
nuestra mente se activa ya que anticipa una posible
amenaza.
3. La mente se pone en marcha para dar respuesta a esa
aparente amenaza (a veces ni siquiera ha llegado a
ocurrir), y tiene la necesidad de encontrar una solución.
Los pensamientos nocivos, aparecen como una búsqueda
de solución, la mente no puede dejar sin solucionar la
situación y la persona siente la necesidad de pensar en
ello.
4. Aparece un sentimiento de frustración y de malestar, y a
su vez un deseo de dejar de pensar en ello.
5. Ambas necesidades la de pensar en ello y la de no pensar
en ello, se confrontan y entramos en un bucle de
pensamientos nocivos del que no siempre es sencillo salir.
Las rumiaciones pueden llegar a dominar nuestra mente,
y por lo tanto nuestras emociones y nuestros actos.

 ¿Cómo podemos enfrentarnos a las rumiaciones?

Las rumiaciones solo consiguen atascarnos en nuestros


pensamientos y generarnos malestar, y con ello se convierten
en un obstáculo para la solución. Es muy importante hacer
frente a estas rumiaciones antes de que se apoderen de
nosotros.

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- Debemos ser conscientes de que las rumiaciones no nos
ayudan, al contrario se convierten en nuestros enemigos.

- A veces las rumiaciones, hacen que tengamos una visión


distorsionada de la realidad. En estos casos, debemos aprender
a cuestionar esos pensamientos y tratar de desmontarlos.

- Otra técnica es practicar la relajación. Se trata de aprender a


dejar la mente en blanco y centrarnos en nuestras sensaciones
corporales, y en nuestras emociones. Para alejarnos de los
pensamientos nocivos, es muy bueno dejar la mente en blanco,
sin pensamientos.

- Necesitamos aprender a reconocer el inicio de los


pensamientos nocivos y córtalos antes de que se conviertan en
una rumiación.

- En algunos casos puede ser de gran ayuda consultar con un


especialista para aprender a gestionar las rumiaciones.

Emociones en el cerebro: cómo funciona nuestro cerebro

El tronco-encéfalo es la parte más primitiva del cerebro y la que


regula las funciones básicas como la respiración, el latido
cardíaco o el metabolismo.

Inmediatamente por encima del tronco está el sistema límbico,


sede de las emociones, gracias a las que los primeros seres
humanos pudieron reaccionar para adaptarse a las exigencias
de un entorno cambiante, y pudieron desarrollar la capacidad
de identificar los peligros y evitarlos.
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Por lo tanto, podemos decir que el sistema límbico está
relacionado con la memoria y el aprendizaje. En esta zona está
la amígdala, sede de los recuerdos emocionales y que nos
permite dar un sentido a nuestras experiencias, porque permite
reconocer las cosas que ya hemos visto y darle valor.

Por encima del sistema límbico encontramos el neo-córtex, que


nos diferencia del resto de las especies, porque nos permite
tener sentimientos, lenguaje, comprensión de símbolos, arte,
cultura, civilización… Es decir, nos permite sobrevivir y darle
un sentido a nuestra vida.

La parte de nuestro cerebro dedicada a los pensamientos se


desarrolló a partir de la región emocional. Estas zonas
cerebrales siguen estando muy vinculadas mediante circuitos
neuronales, lo que significa que hay una relación entre
pensamientos, sentimientos y emociones. Es decir, poseemos
áreas cerebrales encargadas de “leer” nuestras emociones más
viscerales y darles un sentido en forma de sentimiento.

La relación entre neo-córtex y sistema límbico amplió el


número de posibles reacciones ante los estímulos emocionales.
Por ejemplo, ante el temor que lleva los animales a huir o
defenderse. Los humanos podemos llevar a cabo
comportamientos más completos como llamar a la policía.

El neo-córtex nos permite leer, interpretar y controlar nuestras


emociones. Pero tener la capacidad de controlar las emociones
no significa ser racionales con nuestros sentimientos y saber las
causas de todos los comportamientos.
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Ocurre que hay muchas emociones gestionadas desde el
sistema límbico, donde el cerebro termina tomando decisiones
independientemente de los lóbulos frontales, nuestro cerebro
se adelanta dejándose llevar por la activación del sistema
límbico, impidiendo que el neo-córtex haga su labor. Esto
conlleva a decir cosas que no queríamos decir,
arrepintiéndonos de ellas. Esta independencia de un sistema
con otro se produce por el camino que deciden tomar otras
zonas cerebrales.

La parte del cerebro que recibe la información de origen


sensorial es el tálamo (una estación de relevo que se comporta
como un cerebro en miniatura). El tálamo se encarga de enviar
esta información a otras partes del cerebro, como el neo-córtex,
que se ocuparía de analizar la información y crea una respuesta
para la situación del momento. Para ello, utilizaría también a
los lóbulos prefrontales, con la finalidad de entender bien los
estímulos y enviar las señales al sistema límbico, y que ésta a su
vez active el sistema hormonal a través de la vía hipotálamo-
hipofisaria.

Existe una vía neuronal más corta, que va del tálamo a la


amígdala, de modo que la amígdala pueda recibir señales
directamente de los sentidos y pueda crear una respuesta
hormonal que determina un comportamiento antes de que
estas señales puedan ser leídas por los marcadores somáticos
del neo-córtex.

Cuando el cerebro comienza a funcionar en base a esa vía


neuronal más corta, surgen respuestas que pueden no estar
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relacionadas con la situación del momento. A causa de esto, con
el tiempo, la persona recuerda esta respuesta conductual propia
porque recuerda la emoción que implica.

Esta misma respuesta inmediata, ha podido ayudar a los


primeros seres humanos a sobrevivir hoy. Sin embargo, una
respuesta impulsiva puede ser no muy adecuada, además, casi
todos los recuerdos relacionados con las emociones fuertes son
muy antiguos y forman parte de la memoria a largo plazo
(nuestros recuerdos emocionales).

Las conexiones neuronales de los pensamientos están


conectadas con las de las emociones, de hecho, cada circuito
neuronal no puede funcionar independiente al otro. Es decir,
los pensamientos añaden algo a las emociones (las interpretan)
y las emociones añaden algo a los pensamientos (le dan el color
emocional a nuestra vida). Pero puede ocurrir que la emoción
sea tan intensa que despierte una respuesta de emergencia que
no utiliza la racionalidad sino la impulsividad.

Entender que en la conexión entre amígdala y neo-córtex se


incardina la inteligencia emocional, que es un sistema de
habilidades o actitudes para entender los sentimientos y
gestionar las emociones con nuestros semejantes.

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Reacción del cerebro frente a una ilusión óptica:

Primero debemos conocer que las ilusiones ópticas llevan siglos


fascinando al mundo del arte y la ciencia, porque se mueven en
la frontera entre lo consciente y lo inconsciente, entre la
realidad y la imaginación. Estás pueden interpretarse como
sensaciones visuales que generan, en ciertas circunstancias,
falsos estudios de la realidad.

El neurocientífico estadounidense David M. Eagleman


considera que: “la primera lección que hay que aprender sobre
nuestros sentidos es que no se debe confiar en ellos, ya que
nuestro cerebro formula axiomas para ahorrar tiempo y
recursos, y trata de ver el mundo sólo en la medida en que
necesita verlo”.

El cerebro necesita encontrar un significado y un equilibrio en


todo lo que ve, y a todos los datos enviados por los sentidos.
¿Qué ocurre? ¿A qué se debe este desorden visual? Al no haber
ninguna respuesta, el cerebro decide reinterpretar los datos a
través de sus propias estadísticas y, después de haber extraído
la información disponible, llega a un final.

Las estadísticas antes mencionadas se basan en experiencias


personales y mecanismos innatos, que crean en la memoria
modelos particulares, como imágenes en tres dimensiones,
figuras geométricas o caras.

Algunas ilusiones pueden ser explicadas desde el nivel físico,


otras cuya explicación es de carácter neuro-fisiológico, ya que
son causadas por fallos en el soporte neuronal. Hay ilusiones
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cuya causa que se radica en la interpretación del estímulo por
parte del observador, siendo éste el campo más frecuentado por
la psicología.

Estas ilusiones ya antes mencionadas no son un reflejo exacto


de la realidad, sino el fruto de la información recogida por los
sentidos, que nuestro cerebro analiza, sintetiza, convierte e
interpreta”.

Interpretación psicológica:

Autores como el psicólogo experimental estadounidense Irvine


Rock han teorizado que la capacidad de percibir un objeto debe
ubicarse y expresarse por el sistema nervioso y no por una
simple imagen enfocada por la retina.

La mente configura, a través de ciertos principios descubiertos


por esta misma corriente, los elementos que llegan a ella a
través de los canales sensoriales o memoria. Esto fue Planteado
por el psicólogo Gestalt.

La psicología Gestalt surgió en Europa como una reacción


frente al elementarismo y atomismo del estructuralismo, en el
primer tercio del siglo XX, el término "Gestalt" se traduce
literalmente como 'forma'; sin embargo tiene la connotación de
'estructura configuracional' y define el enfoque adoptado por
esta escuela, que se centró en el problema de la información
recogida por los sentidos, desarrollándose así ingeniosos
experimentos y demostraciones originales de numerosos
fenómenos perceptuales.

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La percepción se halla organizada y estructurada de modo
innato, concibiendo un 'isomorfismo psico-neurológico' entre
la forma subyacente a los procesos neurofisiológicos y las
experiencias perceptuales. Estos son llamados campos de
fuerza', que interactúan y mantienen un equilibrio del que
resulta una totalidad o configuración.

La teoría de la Gestalt, sin embargo, niega que exista un "todo"


perceptivo que esté compuesto por el conjunto de datos que van
llegando a nuestro cuerpo. Así pues, lo que ocurre es que la
globalidad de nuestras "formas" mentales se impone a lo que
nos va llegando a través de los sentidos, y no al contrario.

En conclusión, está teoría hace que las personas no sean


recipientes de sensaciones varias, sino que nuestra mente
estaría compuesta por diferentes totalidades.

Las ilusiones ópticas en el arte:

El arte ha hecho un uso extensivo de las ilusiones ópticas. Hoy


en día, artistas callejeros como Julian Beever o Eduardo Relero,
crean enormes abismos que se abren en las aceras urbanas, de
los que brotan asombrosos cráneos, tiburones feroces o niños
gigantes.

Los artistas primitivos usaban los resaltes en las cuevas para


dar sensación de volumen a aquellos que querían representar,
pretendían crear ya una ilusión de volumen aprovechando las
características físicas de los soportes de las cuevas.

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Los artistas, cómo no, conscientes de cómo nos relacionamos
con el exterior, saben cómo llevarnos a nuestros límites
sensoriales, ya sea por medio de un dibujo, una escultura, una
fotografía o un retrato.

Existen dos tipos de ilusiones ópticas que son constantemente


utilizadas en el arte, como:

 Las Fisiológicas: Son aquellas asociadas a los efectos de


una estimulación excesiva en los ojos o el cerebro; son
alteraciones no patológicas, provocadas por
peculiaridades estructurales o funcionales del sistema de
la percepción. Esto ocurre Cuando fijamos la vista sobre
una misma imagen durante un tiempo, el cansancio de la
retina produce varios efectos, esto es denominado como
“Efecto fatiga”.

 Cognitivas: pueden hacerse patente mediante una serie de


experimentos que atacan la vulnerabilidad del sistema
visual. Habitualmente se dividen en:

 Ilusiones de ambigüedad en donde el cerebro agrupa


los elementos que aparecen en las imágenes según
unos principios de organización.

 Ilusiones de distorsión (anamorfis) que Consisten en


dibujos que aparecen deformados y que, para verlos
en su forma natural.

 Ilusiones paradójica denominadas como


trampantojos. Son técnica pictórica que intenta
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engañar a la vista jugando con la perspectiva y otros
efectos ópticos.

¿Qué es la neurociencia?

Se puede definir como un campo de la ciencia que estudia el


sistema nervioso y todos sus aspectos; como podrían ser su
estructura, su función, su desarrollo ontogenético y
filogenético, bioquímica, farmacología y patología; y de cómo
sus diferentes elementos interactúan.

Las neurociencias ofrecen un apoyo a la psicología con la


finalidad de entender mejor la complejidad del funcionamiento
mental. La tarea central de las neurociencias es la de intentar
explicar cómo funcionan millones de neuronas en el encéfalo
para producir la conducta, y cómo a su vez, estas células están
influidas por el medio ambiente.

El estudio biológico del cerebro es un área multidisciplinar que


abarca muchos niveles de estudio, desde el puramente
molecular hasta el específicamente conductual y cognitivo,
pasando por el nivel celular, incluyendo sistemas como la
corteza cerebral o el cerebelo, e incluso, el nivel más alto del
sistema nervioso.

Los antiguos egipcios pensaban que la sede de la inteligencia


estaba en el corazón. Debido a esta creencia, durante el proceso
de momificación, eliminaban el cerebro y dejaban el corazón.
Las primeras escrituras sobre el cerebro datan del año 1700 a.C.
En relación a los síntomas, el diagnóstico y los resultados
probables de dos personas que tenían heridas en la cabeza.
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Desde la década de 1950 en adelante, el estudio científico del
sistema nervioso experimentó enormes avances,
principalmente debido al progreso en otros campos
relacionados, como la neurociencia computacional, la
electrofisiología y la biología molecular.

El cerebro sigue siendo un gran desconocido, pero hace 30 años


aún lo era más. Los avances en neurociencias han permitido
comprender cómo funciona el cerebro y ver el importante papel
que la curiosidad y la emoción tienen en la adquisición de
nuevos conocimientos.

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El Efecto Mandela:

El curioso y popular efecto Mandela se produce cuando


creemos recordar situaciones, hechos o acontecimientos de
forma errónea como si fueran reales, cuando a veces ni tan
siquiera han llegado a ocurrir. Es decir, nos inventamos cosas
que damos por sucedidas sin ser ciertas.
El efecto Mandela fue llamado así por Fiona Broome,
investigadora y apasionada de lo paranormal, que recibiría con
gran sorpresa la noticia de la muerte de Nelson Mandela. El
motivo de la sorpresa es que Broome recordaba vívidamente su
fallecimiento y las consecuencias de éste, así como su funeral,
muchos años antes del deceso real. Y no solo ella, sino que otras
personas decían recordar lo mismo. Posteriormente el debate
se trasladaría a Internet, donde numerosas personas
compartirían experiencias semejantes.
Así pues, con efecto Mandela se hace referencia a aquellas
situaciones en que múltiples personas parecen recordar, de una
manera semejante o incluso idéntica entre sí, fenómenos que
no se han producido o que no coinciden con los datos históricos
reales. Para estas personas su recuerdo es real y verídico, así
como también lo es el hecho de que en el presente están
recibiendo información que contradice dicho recuerdo y esta
aparenta ser verdadera.
Algunas personas se han basado en la teoría de los universos
múltiples para intentar explicar el efecto Mandela,
proponiendo que el motivo de éste puede hallarse en el
solapamiento de las líneas temporales de diferentes realidades
alternativas. Así, se juntaría lo ocurrido en esta realidad con lo
propio de otra, apareciendo en la memoria de las personas un

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suceso que en nuestra realidad no habría pasado todavía o que
bajo ciertas circunstancias podría haber ocurrido.
Además, algunos parten de la teoría cuántica para considerar
que este efecto se debe al posible desplazamiento de nuestra
consciencia por dichos universos alternos. Al enfrentarnos al
hecho real del universo actual, aparece desconcierto debido a la
disociación entre lo recordado y lo que se está informando,
siendo para el sujeto ambos recuerdos totalmente creíbles.

Dentro de esta corriente, otras personas parecen considerar


que el efecto Mandela es el producto de la apertura de portales
entre universos paralelos debidas a las colisiones entre
partículas que se producen en el CERN. Ambas perspectivas se
basan tan solo en la especulación, y son rechazadas por la gran
mayoría de investigadores en psicología y neurociencias.
Otra corriente de pensamiento parece indicar que las causas del
efecto Mandela pueden encontrarse en un intento de control y
manipulación mental por parte de organismos
gubernamentales, introduciendo información falsa con
propósitos inciertos.
Finalmente, otra explicación que ofrecen algunas personas se
basa en que vivimos en una realidad programada, en la que de
vez en cuando se producen modificaciones que alteran nuestra
programación interna y dejan huellas de nuestro estado
anterior.

Explicación psicológica del efecto Mandela


Si bien las múltiples teorías al respecto pueden resultar de gran
interés, este fenómeno resulta explicable desde la psicología.
Concretamente, el origen del efecto Mandela puede hallarse en

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una serie de procesos mentales relacionados con un mal
funcionamiento o distorsión de la memoria.
La presencia de un efecto Mandela no es indicativo de que la
persona mienta respecto a lo que recuerda. Para ésta el
recuerdo es muy real, existiendo el recuerdo como tal. Sin
embargo, el origen de dicho efecto puede hallarse en la
interferencia de otras informaciones o la creación de
fragmentos de recuerdo con las que se rellena la memoria de los
sucesos.
El motivo de la generación de estos recuerdos puede hallarse en
que la memoria es en gran parte constructiva, recordando los
principales elementos que formaban parte de una escena para
luego reconstruirlos mentalmente cuando necesitamos
recuperar el recuerdo. A partir de esto, resulta sencillo que la
introducción de nuevos elementos a posteriori o la interferencia
otros pensamientos, recuerdos o creencias puedan provocar un
falso recuerdo.
Algunos de los fenómenos mentales que pueden explicar el
efecto Mandela son los siguientes. Si bien pueden estar
presentes como síntomas de diversos problemas médicos o
mentales, no es infrecuente que aparezcan en la población no
clínica. Dicho de otra forma, no tiene porqué ser indicativo de
trastorno mental.
1. La confabulación
Uno de los principales elementos que podrían explicar la
existencia del efecto Mandela es la confabulación, el fenómeno
mediante el cual los seres humanos rellenamos los diferentes
huecos presentes en nuestra memoria con recuerdos
fabricados, de manera inconsciente. Este problema puede
observarse entre otros en casos de amnesia y demencia, pero no
resulta extraño su aparición en personas sin problemas
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clínicos. Este tipo de confabulaciones también son frecuentes
en personas que han sufrido un trauma severo, como abusos
sexuales en la infancia, generando en ocasiones la mente falsos
recuerdos para proteger al individuo del dolor psíquico y el
sufrimiento causado.

Así, tomando como base un recuerdo real el individuo elabora


y crea distintos espacios y fragmentos de memoria. En la
mayoría de los casos la generación de dichos fragmentos no es
realizada con intención de engañar a los demás, sino que el
propio individuo cree que su recuerdo es tal.

2. Inducción externa de recuerdos


El hecho de que múltiples personas coincidan en el mismo
recuerdo puede deberse al hecho de que no resulta imposible
inducir un falso recuerdo en otras personas. De hecho, se ha
demostrado que procesos hipnóticos o basados en la sugestión
pueden inducirlos con cierta facilidad. Mediante el lenguaje y
según qué tipo de preguntas se realicen respecto a una situación
concreta, la persona analizada puede llegar a modificar su
percepción interna de los hechos rememorados, tal y como
demostró la psicóloga Elizabeth Loftus.
Es por ello que cuando se emplea la hipnosis para recuperar
recuerdos hay que extremar las precauciones de cara a evitar la
generación de falsos recuerdos. De hecho existen evidencias de
que el uso de la hipnosis en casos de histeria durante la época
de las escuelas Salpétriêre produjo en algunos casos el falso
recuerdo de haber recibido abusos.

3. Criptomnesia

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Vinculado al punto anterior podemos encontrar el fenómeno
denominado criptomnesia, el cual permite que un recuerdo sea
experimentado como algo vivido por primera vez debido a la
presencia de confusión respecto a su origen. Consideremos
como propia una idea o información que hemos leído, visto u
oído, de manera que podemos identificar como recuerdo algo
que nos ha llegado a través de otros al confundir el recuerdo de
lo que hemos pensado o percibido con el recuerdo real de los
hechos.
Con ello, una persona puede identificar la creencia de otra
como elaboración propia, de manera que es posible la
expansión de una misma idea sin que ésta se considere como
proveniente de otros.

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El Efecto Mariposa:

“El batir de las alas de una mariposa puede provocar un


huracán en otra parte del mundo”.

Con esta simple frase podemos resumir en qué consiste el efecto


mariposa. Pequeñas acciones capaces de generar grandes
cambios, positivos o no. Esta idea sacada de la física y de la”
idea del caos” también puede aplicarse al campo de la
psicología.

Todos nosotros, de algún modo, estamos batiendo nuestras alas


invisibles de forma constante imitando el efecto mariposa.
Pensemos en ello durante un instante. A veces, un pequeño acto
de bondad puntual puede propiciar un cambio formidable en
otras personas. A su vez, una palabra dicha en el momento
preciso a un compañero de trabajo, un amigo o un desconocido,
puede también dar forma a un cambio de mentalidad que fluye
hacia el progreso o a un avance en positivo.

“No puedes cambiar a alguien sin destruir lo que fue”. -Efecto


mariposa-

Según el efecto mariposa, dadas unas circunstancias peculiares


del tiempo y condiciones iniciales de un determinado sistema
dinámico caótico (más concretamente con dependencia
sensitiva a las condiciones iniciales) cualquier pequeña
discrepancia entre dos situaciones con una variación pequeña
en los datos iniciales, cabe resaltar que sin duda alguna y sin
explicación científica, acabará dando lugar a situaciones donde
ambos sistemas evolucionan en ciertos aspectos de forma
21
completamente diferente. Eso implica que, si en un sistema se
produce una pequeña perturbación inicial, mediante un
proceso de amplificación, podrá generar un efecto
considerablemente grande a corto o medio plazo. Es un
concepto de la teoría del caos.

En el ejemplo particular propuesto por Edward Norton Lorenz,


por el efecto mariposa, si se parte de dos mundos o situaciones
globales casi idénticos, pero en uno de ellos hay una mariposa
aleteando y en el otro no, a largo plazo, el mundo con la
mariposa y el mundo sin la mariposa acabarán siendo muy
diferentes. En uno de ellos puede producirse a gran distancia
un tornado y en el otro no suceder en absoluto.

Origen y evolución del concepto Efecto Mariposa

La relación entre el aleteo de una mariposa con


acontecimientos remotos puede ya verse sugerida en un
antiguo proverbio chino que dice: «El leve aleteo de las alas de
una mariposa se puede sentir al otro lado del mundo». Este
proverbio aludiría a una visión holística, en la que todos los
acontecimientos estarían relacionados y repercutirían los unos
en los otros, pero sin implicar necesariamente una repercusión
de enorme magnitud a partir de acontecimientos ínfimos.

En tiempos modernos la específica formulación del concepto


como Efecto Mariposa está íntimamente ligado al surgimiento
de la teoría del caos, que ya sí efectivamente sugiere la
posibilidad de que un ínfimo acontecimiento como el aleteo de
una mariposa, acaecido en un momento dado, pueda alterar a
largo plazo una secuencia de acontecimientos de inmensa
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magnitud, (al menos para variar el lugar y momento de su
aparición, no tanto para aportar la energía para causarlos, que
obviamente no posee).

Su formulación se la debemos al matemático y meteorólogo


estadounidense Edward Norton Lorenz (1917-2008) para
explicar el comportamiento caótico de sistemas inestables,
tales como el tiempo meteorológico, expuesto en su artículo de
1963: “Flujo determinista no periódico”. Lorenz comunicó este
concepto a una audiencia general, en forma de pregunta, no de
afirmación, durante una conferencia en la reunión anual de
1972 de la American Association for the Advancement of
Science (AAAS), en el MIT, con el título: Predictability; Does
the Flap of a Butterfly's wings in Brazil Set Off a Tornado in
Texas?, (Predictibilidad, ¿El aleteo de una mariposa en Brasil
hace aparecer un tornado en Texas?). Por falta de modelos
meteorológicos que pudieran apoyar esa posibilidad, Lorenz
tuvo cuidado en advertir que no estaba sugiriendo que la
respuesta a su pregunta fuera necesariamente positiva, «Lest I
appear frivolous in even posing the title question, let alone
suggesting that it might have an affirmative answer ...» (Para
que no parezca frívolo ni siquiera al plantear la pregunta del
título, y mucho menos sugerir que podría tener una respuesta
afirmativa ...)

Anteriormente, Lorenz había usado el ejemplo de una gaviota


provocando una tormenta, pero finalmente lo hizo más poético
con la mariposa, siguiendo las recomendaciones de unos
colegas.

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Lorenz trabajaba en 1960 en la predicción del tiempo
meteorológico con la ayuda de ordenadores y, al repetir unos
cálculos introduciendo valores anteriormente obtenidos,
observó cambios drásticos en los resultados del tiempo
meteorológico previsto a largo plazo tras efectuar un levísimo
redondeo, (la impresora, para ahorrar espacio recogía sólo tres
cifras decimales del valor de una determinada magnitud,
[0,506], que él introdujo como valor inicial para continuar los
cálculos, [considerando que el error era insignificante], en
lugar de introducir el valor más preciso almacenado en la
memoria del ordenador, [0,506127]). Esta es su propia
descripción:

En un momento dado, decidí repetir algunos de los cálculos


con el fin de examinar con mayor detalle lo que estaba
ocurriendo. Detuve el ordenador, tecleé una línea de números
que había salido por la impresora un rato antes y lo puse en
marcha otra vez. Me fui al vestíbulo a tomarme una taza de
café y regresé al cabo de una hora, tiempo durante el cual el
ordenador había simulado unos dos meses de tiempo
meteorológico. Los números que salían por la impresora no
tenían nada que ver con los anteriores.

Inmediatamente pensé que se había estropeado alguna


válvula o que el ordenador tenía alguna otra avería, cosa
nada infrecuente, pero antes de llamar a los técnicos decidí
comprobar dónde se encontraba la dificultad, sabiendo que de
esa forma podría acelerar la reparación. En lugar de una
interrupción brusca, me encontré con que los nuevos valores
repetían los anteriores en un principio, pero que enseguida
empezaban a diferir, en una, en varias unidades, en la última
24
cifra decimal, luego en la anterior y luego en la anterior. La
verdad es que las diferencias se duplicaban en tamaño más o
menos constantemente cada cuatro días, hasta que cualquier
parecido con las cifras originales desaparecía en algún
momento del segundo mes.

Con eso me bastó para comprender lo que ocurría: los


números que yo había tecleado no eran los números originales
exactos sino los valores redondeados que había dado a la
impresora en un principio. Los errores redondeados iniciales
eran los culpables: se iban amplificando constantemente
hasta dominar la solución. Dicho con terminología de hoy: se
trataba del caos.

-Edward Lorenz en La esencia del Caos.

En 1987 el término “efecto mariposa” despegó gracias al


bestseller “Caos: la creación de una ciencia”, de James Gleick.
Entonces fue cuando el descubrimiento de Lorenz llegó al
público general, con una gran repercusión y popularidad.

James Gleick resumió lo sucedido de este modo:

«En una determinada ocasión quiso volver a echar un vistazo


a una simulación que ya había hecho, llevándola más lejos en
el tiempo. En vez de comenzar desde el principio y esperar a
que el ordenador llegara al intervalo que le interesaba,
introdujo en el teclado los valores que ya tenía apuntados en
el papel. Dejó la máquina trabajando y se fue a tomar un café.
Después de una hora, la máquina había simulado dos meses
de predicción atmosférica, y sucedió lo inesperado: Existían
25
valores de los días que había simulado anteriormente que no
coincidían con los que había calculado esta vez… De repente
comprendió la verdad… El ordenador almacenaba seis
decimales: 0,506127. En la impresión, para ahorrar espacio,
aparecían únicamente tres: 0,506... Lorenz había introducido
la expresión más corta, redondeada, convencido de que la
diferencia - una milésima parte - era de poca importancia. En
el sistema de ecuaciones de Lorenz, los errores ínfimos tenían
efectos catastróficos»

-James Gleick en Caos: la creación de una ciencia.

El efecto mariposa y la psicología

Los grandes cambios empiezan a veces con actos pequeños y


casuales. En psicología es bien conocida esta relación y de ahí,
que el efecto mariposa esté presente en muchas teorías y
enfoques. Ahora bien, no solo asumimos este principio como
clave para entender los procesos del cambio, también nos es
increíblemente útil para desarrollar una competencia
psicológica esencial: la adaptación a la incertidumbre y la
flexibilidad mental.

Así, James Yorke, el catedrático de matemáticas antes citado y


profesor de la Universidad de Maryland nos indica que sin la
teoría del caos y el efecto mariposa el ser humano no hubiera
sido capaz de adaptarse a cada desafío a lo largo de nuestra
evolución. Debemos estar preparados para esos súbitos
imprevistos y para el efecto que el azar tiene sobre nuestras
vidas.

26
A veces, esas inesperadas alteraciones del destino son positivas
y nos favorecen. Otras, como las propias crisis económicas y
sociales nos obligan a disponer de valiosos recursos personales:
resiliencia, creatividad, mentalidad de crecimiento, enfoque
positivo, etc.

Por otro lado, John Gribbin, profesor de astrofísica de la


Universidad de Sussex, escribió un libro muy interesante sobre
el tema titulado “Deep Simplicity”. En él nos explicaba que las
personas somos uno de los” sistemas” más sensibles de este
mundo, y más durante un periodo muy concreto de nuestra
vida: la infancia.

A veces, basta un hecho casual para que esa experiencia se


quede para siempre en nuestra mente. Puede ser algo
traumático, pero puede ser también ese hecho puntual y
fascinante que en un momento dado nos da un propósito, una
pasión de por vida…

¿Qué podemos hacer por nuestro efecto mariposa?

Sabemos ya que cualquier dinámica puntual puede provocar en


los demás efectos positivos y negativos. Así, el efecto mariposa
nos recuerda que a veces podemos ser como esa piedra que se
lanza en un estanque y que empieza a generar ondas y más
ondas en la superficie del agua.

Lo que hacemos, decimos o expresamos tiene un impacto


directo en quienes nos rodean, y como consecuencia, también
en nosotros mismos. Por tanto, hay aspectos de nuestro
comportamiento que deberíamos atender y cuidar. Solo así
27
generaremos influencias positivas y un equilibrio armónico
donde todos nos beneficiemos.

1. Habla directamente.

En lugar de hacer elucubraciones sobre algo o alguien habla


directamente con las personas para evitar malentendidos. En
muchas ocasiones no todo lo que vemos u oímos es cierto. Es
mejor preguntar y no guardarnos nada. Así también evitaremos
hacernos “mala sangre” sin motivos.

2. Trabaja tu atención.

Un modo de tener mayor control sobre el azar que nos envuelve


y el efecto mariposa es trabajando nuestra atención. En lugar
de permitir que sea la casualidad la que genere esas
alteraciones a nuestro alrededor, también podemos ser
nosotros mismos quienes de manera consciente y directa
podamos propiciar pequeños cambios en positivo.

Algo así solo puede conseguirse trabajando nuestra atención,


estando atentos y siendo sensibles de todo lo que acontece a
nuestro alrededor. A veces, si somos capaces de actuar en el
momento preciso e idóneo, propiciaremos cambios
sensacionales.

3. Sé amable.

Con tan sólo una sonrisa o unos buenos días a un vecino o a


alguien que no conoces crearás un ambiente agradable en torno
a ti. Ser amable no cuesta nada y nos da muchas cosas buenas.
28
Así que no lo dudes, sé bueno con los demás y recibirás
positividad. Un ejemplo de cómo esta virtud es capaz de
cambiar nuestros entornos lo tenemos en un estudio llevado a
cabo en la Universidad de Stanford.

Algo que pudo demostrarse es que la amabilidad generada en


cualquier entorno de trabajo, crea climas más felices y
productivos. En un aspecto interesante que tener en cuenta.

“La amabilidad es como una almohadilla, que, aunque no


tenga nada por dentro, por lo menos amortigua los embates
de la vida”

-Arthur Schopenhauer-

4. Disfruta de pequeños placeres.

Una taza de café o chocolate mientras observas como llueve a


través de los cristales, observar como duerme un bebé, jugar
con los niños o cerrar los ojos y oler y percibir el sonido del mar
te proporcionarán una fuente de placer inmediata y que
prolongarás en el tiempo. Te irán generando un “pozo de
felicidad en tu interior”.

El efecto mariposa como vemos, se inicia con prácticas sencillas


capaces de propiciar en nosotros no solo un gran bienestar, sino
también una mejora en la salud.

5. Hacer pequeñas cosas por los demás sin esperar nada a


cambio.

29
Pequeños gestos como acudir ayudar en campañas contra el
hambre, ayudar a tu vecino, ceder un asiento, percibir un
problema en un amigo y hacer lo posible por ayudarlo, crean
efectos mariposa a corto, mediano y largo plazo. Para empezar,
está comprobado que el altruismo genera felicidad en las
personas, por otro lado, si unimos los pequeños gestos de cada
uno generaremos un gran huracán.

¿Te imaginas que cada persona lleva un paquetito de arroz para


los más desfavorecidos en la campaña navideña contra la
pobreza; se acumularán kilos y kilos de arroz…y todo con un
simple gesto; algo simple con lo que dar forma a una sociedad
mejor, más humana y más feliz?

6. Detenernos un minuto cuando estamos enfadados.

Respirar hondo y pensar que somos afortunados por todo lo


que tenemos…otro huracán…nuestros niveles de ansiedad
bajarán, saldremos de la espiral del enfado y prevenimos
sentimientos nada saludables.

Gestos como estos previenen dolores de jaqueca, de estómago,


resfriados etc. Las enfermedades están muy relacionadas con
las emociones y, sino que se lo digan a los romanos y su “Menos
Sana in Corpore Sano”.

7. Piensa en el hoy y no en el mañana.

Si ahora puedes disfrutar de dar un paseo con tu pareja o hacer


una escapada a la playa en buena compañía, hazlo. Volverás a
generar un huracán felicidad con estos pequeños gestos…si te
30
vienen malos momentos pensarás lo mucho que te has reído y
has disfrutado de la vida en tiempos pasados y te ayudarán a
sobrellevar mejor los malos momentos.

Ya sabes pequeños gestos pueden mejorar tu vida.

“Algo tan pequeño como el aleteo de una mariposa, la última


instancia, puede causar un tifón al otro lado del mundo”. -El
efecto mariposa-

El efecto mariposa y la teoría del caos

Este efecto forma parte de una idea más amplia llamada teoría
del caos, esta teoría supuso una revolución en la manera de
entender el universo y su funcionamiento. Tiene su origen en la
física y las matemáticas y sostiene lo siguiente:

Existen ciertos sistemas (por ejemplo, el planeta tierra) que son


muy sensibles a pequeños cambios o variaciones, dichos
cambios pueden modificar por completo la naturaleza de estos
sistemas. En otras palabras, pequeñas variaciones iniciales
pueden generar enormes cambios con el tiempo.

La teoría del caos también pretende dar una explicación al


universo, ¿por qué nos cuesta tanto entender su
funcionamiento? Si damos por hecho que el universo se rige por
el caos, podemos comprender que su comportamiento es
impredecible y puede variar con actos mínimos, como, por
ejemplo, nuestras propias decisiones.

31
Una vez hemos entendido esta idea, podemos aplicarla en
nuestro día a día. Debemos tener en cuenta que no podemos
predecir ni controlar absolutamente todo lo que nos rodea y,
por esa razón, tenemos que centrarnos en el aquí y el ahora,
teniendo en cuenta que no estamos solos/as y que vivimos
rodeados de personas que pueden verse afectadas por nuestros
actos.

Efecto mariposa: ejemplos.

A partir de esta premisa podemos poner muchos ejemplos de


este efecto en nuestro día a día:

 Decidir ir a un evento puede hacer que nos encontremos


con un viejo amigo, dicho encuentro puede provocar que
vuestra relación de amistad reviva.

 Hacer un comentario al que nosotros/as no le damos


importancia sobre el aspecto de una persona puede hacer
que esta se sienta mal y cambie dicho aspecto.

 Tirar una colilla al suelo y no darle importancia puede


provocar un incendio incontrolable.

 Decidir cambiar la ruta y coger el metro puede hacer que


conozcamos a una persona que, con el tiempo, puede
convertirse en alguien muy especial en nuestras vidas.

Todos estos ejemplos pueden hacernos ver la importancia de


las pequeñas acciones. Al fin y al cabo, estas son las que
conforman nuestra realidad.
32
La Teoría del Caos:

¿Imaginas que el mundo realmente no gira en torno al tiempo?


¿Podrías considerar que la realidad no puede ser descrita en
intervalos de tiempo definidos? ¿Crees probable que una
pequeña e insípida acción pueda causar grandes desastres?

Eso es fundamentalmente la teoría caótica del mundo ficticio y


presente.

Imaginemos que colocamos un huevo en el vértice superior de


una pirámide. Ahora pensemos que tiramos un corcho en el
nacimiento de un río.

Podremos saber en qué dirección caerá el huevo o en qué punto


del río acabará el corcho una vez hayamos observado el
resultado. Sin embargo, ¿podríamos predecirlo? Si bien con el
resultado final se pueden elaborar numerosos modelos
respecto como el experimento ha terminado de un modo u otro,
existen una gran cantidad de variables que pueden o no influir
en el resultado final.

Existe una teoría cuyo objetivo principal indica que la


naturaleza y el universo, en general, no siguen un modelo
previsible: la teoría del caos.

Paradigma

La teoría del caos es, más que una teoría, un paradigma que
supuso en su momento una revolución científica, al reflejar que
muchos sistemas hasta ahora considerados deterministas y
33
previsibles tienen severos límites en dicha previsibilidad. Es
decir, que no eran tan útiles como se creía a la hora de predecir
eventos futuros. Esto es importante, ya que uno de los
fundamentos de la ciencia consiste en la capacidad de eliminar
incertidumbre sobre lo que pasará.

Iniciada por Henri Poincaré como precursor y popularizada


gracias al trabajo del matemático y meteorólogo Edward
Lorenz, la teoría del caos se ha utilizado en campos como las
matemáticas y la meteorología para explicar la inexactitud y la
dificultad para obtener resultados previsibles de la realidad.

Esta teoría postula que el observador no es quien crea la


inestabilidad o la imprevisibilidad con su ignorancia: ellas
existen de por sí, y un ejemplo típico el clima. Los procesos de
la realidad dependen de un enorme conjunto de circunstancias
inciertas, que determinan por ejemplo que cualquier pequeña
variación en un punto del planeta, genere en los próximos días
o semanas un efecto considerable en el otro extremo de la
tierra.

El efecto mariposa

Esta teoría es ampliamente conocida por lo que se viene a


denominar el efecto mariposa, según el cual “el débil golpe de
las alas de una mariposa puede ser la causa de un huracán a
miles de millas de distancia”. Se indica de este modo que la
existencia de una variable concreta puede provocar o alterar
otras, influyéndose progresivamente hasta obtener un
resultado de los esperados.
34
En síntesis, podemos considerar que la teoría del caos establece
que pequeños cambios en las condiciones iniciales crean
grandes diferencias respecto al resultado final, con lo que una
gran mayoría de los sucesos y sistemas no resultan totalmente
predecibles.

Es importante tener en cuenta que a pesar de las apariencias, el


caos al que se refiere esta teoría no implica una falta de orden,
sino que los hechos y la realidad no se ajustan a un modelo
lineal. Sin embargo lo caótico no puede ir más allá de ciertos
límites. El huevo que mencionamos en la introducción solo
puede no caer o caer en cualquier dirección. Dicho de otro
modo las posibilidades son múltiples pero los resultados
limitados, y existen predisposiciones a que los fenómenos se
sucedan de determinada manera, predisposiciones conocidas
como atractores.

La teoría del caos en la Psicología

La teoría del caos inicialmente se ideó de cara a explicar la


existencia de divergencias en los resultados de la aplicación de
modelos matemáticos, meteorológicos o astrológicos. Sin
embargo, dicha teoría es aplicable a una gran cantidad de
disciplinas, incluyendo las vinculadas a las ciencias de la salud
y las ciencias sociales. Una de las disciplinas científicas en las
que dicha teoría tiene cierta aplicabilidad es la psicología.

La teoría del caos, como paradigma que concluye que pequeños


cambios en las condiciones iniciales puede generar una gran
diversidad en los resultados, puede servir para explicar la
35
enorme diversidad que podemos encontrar en cuanto a
actitudes, puntos de vista, pensamientos, creencias o
emociones. Si bien por norma general la mayoría de las
personas buscan sobrevivir y autorealizarse de diferentes
modos, existe una muy amplia variedad de circunstancias que
transforman nuestra conducta y pensamiento y moldean
nuestro modo de vivir la vida. Por ejemplo, vivir una vida
relativamente feliz y tranquila no asegura que una persona no
desarrolle un trastorno mental, al igual que sufrir un trauma
severo puede no producir trastornos posteriores.

Diferencias entre personas

Puede ser útil de cara a intentar explicar por qué algunas


personas pueden desarrollar fortalezas o problemas mentales
que otras no. También puede explicar porque determinados
tratamientos no resultan eficaces en determinadas personas
aún cuando en la mayoría de la gente resultan efectivas. O el
porqué dos personas con los mismos genes y las mismas
experiencias vitales no reaccionen de igual manera ante un
estímulo o evento concreto.

Detrás de ello pueden estar diferencias de personalidad,


capacidad cognitiva, focalización de la atención en aspectos
concretos, situación emocional y motivacional en ese mismo
momento u otros múltiples factores.

Asimismo, algunos procesos psicológicos como la ansiedad


podrían ser vinculados con la teoría del caos. Para muchas
personas con ansiedad y trastornos relacionados, no saber qué
puede suceder ante su actuación en el medio hace que nazca
36
una profunda sensación de malestar, y con ella una posible
evitación activa de lo temido.

Dicho de otro modo, la incertidumbre que genera la dificultad


para establecer predicciones fiables, debido a las múltiples
posibilidades de una realidad caótica despierta la sensación de
preocupación. Ocurre lo mismo con trastornos como el
obsesivo compulsivo, en el que la incertidumbre de que pueda
suceder algo temido debido a los pensamientos intrusivos
induce ansiedad y puede provocar el uso de compulsiones como
medida de protección temporal.

Pequeños detalles que cambian nuestro destino

Dentro de la psicología y de esta teoría, genética y cultura


podrían ser considerados como atractores, al producir una
cierta tendencia a comportarse de determinada manera. Pero
esto no implica que todos nos comportemos igual ni tengamos
las mismas formas de pensar. Los patrones comportamentales
y hábitos también son atractores, cosa que puede explicar por
qué en algunos casos de trastornos mentales hay recidivas.

Sin embargo, también existen remisiones completas de los


síntomas, debido a la introducción de nuevos elementos y
reconstrucciones alternativas de procesos internos
disfuncionales. El simple hecho de cruzarse con alguien por la
calle o no hacerlo puede provocar efectos inesperados que nos
hagan comportarnos de modo diferente.

Grupos humanos y el efecto de la teoría caótica

37
Ocurre lo mismo en las organizaciones, sistemas en que
múltiples elementos se interrelacionan de diversos modos y con
distintos objetivos. En el caso de la empresa, es ampliamente
conocido que hoy en día es imprescindible que sea capaz de
adaptarse a los cambios para que ésta pueda permanecer. Sin
embargo, dicha adaptabilidad debe ser constante, puesto que
no es posible prever la totalidad de situaciones que pueden
llegar a ocurrir. Deben ser capaces de afrontar el caos.

Y es que puede haber una gran cantidad de variables que


pueden afectar a su funcionamiento y mantenimiento. El nivel
de producción de un empleado puede verse afectado por sus
circunstancias personales. Los clientes y/o proveedores de
dicha empresa pueden retrasarse en sus pagos y envíos. Otra
empresa puede intentar adquirir la compañía o atraer a sus
trabajadores. Puede haber un incendio que destruya parte o la
totalidad del trabajo realizado. Puede aumentar o disminuir la
popularidad de la empresa por factores como la novedad o la
aparición de alternativas mejores.

Pero en cualquier caso, como hemos indicado anteriormente el


hecho de que la realidad sea múltiple y caótica no implica que
sea desordenada. La teoría del caos enseña que la ciencia en
general debe ser adaptable y no determinista, teniendo siempre
en cuenta que no viable una previsión exacta y absoluta de
todos los sucesos.

38
El Efecto Thatcher y Prosopagnosia:

Cómo el cerebro modifica nuestra percepción de los


rostros

Dentro de todas las especies que habitan nuestro planeta,


nosotros somos la especie dominante, ¿debido a que? no somos
los más fuertes o los más rápidos, no, nosotros nada más y nada
menos poseemos el cerebro mejor evolucionado y esto ha
llevado millones de años.

El reconocimiento de rostros, por lo que sabemos hasta ahora,


puede por tanto constituir una rareza en el gran esquema
cerebral de las cosas, y la poda de sinapsis seguir siendo el
modo dominante, o casi universal, de acoplamiento entre el
aprendizaje y la anatomía del cerebro.

El efecto Thatcher fue descubierto accidentalmente por el


profesor de psicología Peter Thompson, al ejecutar una serie de
pruebas con la percepción de los rostros en 1980, quien le puso
el apellido de la ex-primera ministra británica, Margaret
Thatcher, por ser el rostro que más utiliza para demostrar que
a nuestra mente le cuesta más identificar las modificaciones
locales y las anomalías en una imagen.

Para demostrar este hecho realizó unos collages de rostros en


los que algunos elementos estaban invertidos. Al girar la
fotografía final, nos encontramos con un rostro del revés cuyos
ojos y boca están representados al derecho. Una anomalía que
nuestro cerebro apenas parece detectar. Pero que, una vez se

39
revela, es difícil volver a ver la fotografía como un retrato
completamente normal.

Los científicos creen que este efecto se produce por los módulos
neurales que se encargan de reconocer los rostros,
programados para reconocerlos al derecho y no al revés. Otra
explicación que dan los científicos es que el cerebro está
programado que un rostro está compuesto de los ojos y una
boca, al voltearlos y mantener estos elementos el cerebro no
detecta ninguna anomalía dando por entendido que es un
rostro normal, pero al voltear el rostro modificado, este puede
detectar todas las anomalías.

Cabe resaltar que las personas que sufren de prosopagnosia no


presentan este fenómeno ya que no pueden detectar rostros y
los científicos creen que es debido a un daño cerebral.

Un estudio realizado en 2009 demostró que el efecto Thatcher


también podía observarse en primates y no solo en humanos.
El experimento no reveló ninguna diferencia de reacción ante
una imagen modificada y otra real, lo que sugiere que este
fenómeno proviene de nuestros ancestros hace más de 30
millones de años.

Prosopagnosia, la incapacidad de reconocer los


rostros

Diariamente, nos cruzamos y tratamos con un gran número de


personas. Algunas que solo hemos visto en una ocasión pero
40
que reconocemos gracias a que nuestro cerebro almacenó
información sobre ellos (normalmente reteniendo alguna
peculiaridad o un rasgo físico característico).

El área específica del reconocimiento facial en nuestro cerebro


se encuentra en el giro fusiforme desde donde se empieza a
procesar toda la información que entra por nuestros ojos, por
lo que cualquier persona (que no padezca de un trastorno
visual, evidentemente) cuando se cruza con otro individuo es
capaz de reconocerlo si ya lo había visto con anterioridad e
incluso, si es la primera vez, retiene información sobre los
rasgos del mismo que en un futuro servirá para recordar de
quién se trata (nuestra memoria es capaz de identificarlo en
aproximadamente cien milisegundos).

Pero al igual que la inmensa mayoría de nosotros logra


reconocer a alguien (obviamente, algunas veces con ciertas
dificultades para terminar de ubicar y recordar su nombre, de
qué o dónde lo conocimos) en el planeta se estima que hay un
dos por ciento de la población que padece un curioso trastorno
de agnosia visual llamado ‘Prosopagnosia’ y por el cual es
incapaz de reconocer cualquier rostro.

La prosopagnosia o ceguera al rostro consiste en ver a alguien


y no saber quién es, a pesar de que ese ‘alguien’ se trate de un
familiar muy allegado y que convive con quien padece este
curioso trastorno.

Existen diversos grados dentro de esta patología y,


dependiendo del nivel de afectación del mismo, el
prosopagnósico puede incluso llegar a no reconocerse a sí
41
mismo cuando se ve en una fotografía en la que aparece e
incluso, en casos extremos, cuando pasa frente a un espejo.

La mayoría de ellos pueden distinguir los ojos, nariz o boca


dentro de una cara, son capaces de señalar a qué parte del
rostro corresponden y ubicarlo en él, pero les es imposible que
su cerebro los ordene visualmente para reconocerlos en su
conjunto dentro del rostro de alguien.

También son capaces de distinguir entre los rostros de varias


personas diferentes, saber que cada una de ellas no son el
mismo individuo, pero se sienten totalmente incapaces de
averiguar quién es quién e identificarlas.

Una simple sonrisa, la forma de guiñar un ojo o de ladear la


cabeza puede ser clave para que el prosopagnósico pueda tener
una referencia clara sobre a quién pertenece y poder así
reconocer fácilmente cuando se encuentran de nuevo.

El retener y memorizar esos rasgos y peculiaridades faciales,


como tics, una cicatriz, si lleva bigote, forma de la nariz e
incluso el modo de reír, caminar, si lleva gafas o tiene el pelo
ondulado o recogido con una coleta, se convierte en algo
fundamental para las personas que padecen la ceguera al
rostro, por lo que cualquier cambio físico, por sutil que este sea
(afeitarse, teñirse el pelo, cambiar de montura de gafas, de
peinado, entre otros), puede provocar que el prosopagnósico no
reconozca a quien tiene frente a él.

Actualmente no existe tratamiento farmacológico para curar


esta patología, por lo que los enfermos que sufren esta agnosia
42
visual se apoyan en terapias en las que les enseñan a memorizar
el mayor número de datos sobre los rasgos faciales de las
personas que les rodean, lo cual les ayuda a salir airosos para
reconocer a determinadas personas y así evitar cualquier
situación social embarazosa.

Entre las pruebas y terapias a las que son sometidos se


encuentran algunas pruebas basadas en el famoso “Test de
Reconocimiento Facial de Benton” (creado en 1946 por el
profesor en neuropsicología, de la Universidad de Iowa, Arthur
Lester Benton) diseñado para evaluar la percepción y memoria
visual y en el que en lugar de presentar una serie de figuras o
dibujos abstractos (que posteriormente el paciente debe
reproducir) se realiza con imágenes de personas en las que debe
señalarse las características de la cara de estas y emparejar las
fotografías con la que corresponde (rostros de frente, perfil,
iluminados y vistos desde diferentes ángulos, que hacen que el
cambio de perspectiva pueda hacer que varíen sustancialmente
los rasgos).

Aunque en un principio se asoció esta patología únicamente a


una lesión en el hemisferio derecho del cerebro, posteriormente
se estableció que era necesaria una lesión bilateral y simétrica
en ambos hemisferios para padecer tal desorden. Durante largo
tiempo se tuvo el convencimiento que la prosopagnosia era una
de las consecuencias tras haber sufrido algún accidente
cerebrovascular, tumor cerebral e incluso, aunque con menor
frecuencia, un traumatismo craneoencefálico o infecciones del
Sistema Nervioso Central, siendo denominada “prosopagnosia
adquirida”, pero, gracias a los avances e investigaciones que se
han desarrollado en el campo de la neurología, se ha logrado
43
identificar que también existe un vínculo genético y que esta
agnosia puede tener un origen congénito; prosopagnosia
evolutivas o de desarrollo desarrollándose desde la infancia sin
que tenga asociada una lesión específica.

Varios son los grados de incidencia de la ceguera al rostro y


cada individuo puede padecerla en mayor o menor medida pero
si tuviéramos que diferenciarla en dos bloques estos serían la
“prosopagnosia asociativa”, en la que el paciente puede llegar a
reconocer algún rostro gracias a aquellos rasgos faciales que ha
memorizado y la “prosopagnosia aperceptiva”, por la cual se es
incapaz de analizar la estructura facial, distinguir y memorizar
las peculiaridades de cualquier individuo e incluso no tener la
capacidad de percibir la sensación de familiaridad que se tiene
al reconocer un rostro.

Para encontrar la etimología del término debemos buscar en la


composición de los vocablos griegos “prosopon” (cara) y
“agnosia” (ausencia de conocimiento). Fue el neurólogo alemán
Joachim Bodamer quien, en 1947, acuñó dicho término el cual
incluyó en un ensayo que escribió sobre la prosopagnosia,
diferenciándola de la agnosia general y de la alexia y
describiéndola como “La interrupción selectiva de la
percepción de rostros, tanto del propio como del de los demás,
los que pueden ser vistos, pero no reconocidos como los que son
propios de determinada persona”.

A pesar de ser una patología englobada dentro de las


catalogadas como “enfermedades raras” y que afecta a una de
cada cincuenta personas, varios son los personajes populares a
los que se les ha diagnosticado, entre ellos el famoso neurólogo
44
Oliver Sacks, quien escribió sobre la prosopagnosia en 1985, en
el libro “El hombre que confundió a su mujer con un sombrero”,
incluso antes de saber que la padecía; la primatóloga Jane
Goodall; la princesa Victoria de Suecia; la periodista de The
Times Mary Ann Sieghart (su hija Evie también la padece) o el
conocidísimo Brad Pitt.

45
Ilusión de Ebbinghaus:

La ilusión de Ebbinghaus es una ilusión óptica que altera la


percepción de las dimensiones relativas. En la versión más
conocida de la ilusión, dos círculos de la misma medida son
colocados cercanos uno a otro y son circundados, uno por
círculos de un tamaño mayor y el otro por círculos de menor
tamaño; el primer círculo central parecerá más pequeño que el
otro.

Es denominada así en honor a su descubridor, el psicólogo


alemán Hermann Ebbinghaus (1850-1909) fue popularizada en
el mundo de habla inglesa por Titchener en un libro de texto
sobre psicología experimental de año 1901, de ahí que su
nombre alternativo sea "Círculos de Titchener".

Aunque comúnmente se le ha asimilado como una ilusión de


tamaño, trabajos recientes, sugieren que el factor crítico en la
ilusión es la distancia de los círculos circundantes y la
continuidad del anillo, lo que lo convierten en una variación de
la Ilusión de Delboeuf. Si los círculos que rodean están cerca del
círculo central, este aparentará ser más grande, mientras que si
se alejan la percepción será contraria. Obviamente, el tamaño
de los círculos circundantes dicta cuan cerca pueden estar del
círculo central, resultando en muchos estudios que confunden
las 2 variables.

La ilusión de Ebbinghaus ha jugado un papel crucial en el


reciente debate sobre la existencia de sendas separadas en el
cerebro para la percepción y la acción (para más detalles ver:
46
Hipótesis de las dos corrientes). Se ha argumentado que la
Ilusión de Ebbinghaus distorsiona la percepción del tamaño,
pero cuando a un sujeto se le pide responder con una acción tal
como agarrar con la mano, ninguna distorsión de tamaño
ocurre. Sin embargo, trabajos recientes, sugieren que los
experimentos no estaban correctos. Los estímulos originales
limitaban la posibilidad de error en la acción de coger con la
mano, por otro lado, al hacer más exacta la acción de agarrar
con la mano, y presentados en versiones de grande y pequeño
del estímulo aislado -lo que resulta en una "no ilusión", ya que
no hay segundo círculo central que actúe como referencia-,
Franz et al, concluye que ambos sistemas tanto de percepción
como de acción son igualmente engañados por la ilusión de
Ebbinghaus.

47
Memoria: Corto, Mediano y Largo Plazo:

Memoria

Definida como la capacidad mental que posibilita a un sujeto


registrar, conservar, y evocar (recordar) las experiencias,
(ideas, imagenes, acontecimientos, sentimientos, etc). Retiene
y recuerda

¿Qué es la memoria a corto plazo?

La memoria a corto plazo (MCP) se puede definir como el


mecanismo de memoria que nos permite retener una cantidad
limitada de información durante un periodo corto de tiempo.
La memoria a corto plazo retiene temporalmente la
información procesada, tanto si luego se desvanece, como si
después pasa a la memoria a largo plazo. Así, la memoria a
corto plazo tiene dos propiedades principales: una capacidad
limitada y una duración finita.

 Capacidad de la memoria a corto plazo: Si se te pide que


recuerdes una serie de 10 dígitos, lo más probable es que
recuerdes entre 5 y 9 números. Esto es porque la cantidad
de información que puede retener la memoria a corto
plazo es de 7 elementos con una variación de 2, por exceso
o defecto. Naturalmente, la capacidad de la MCP es
ligeramente variable, por lo que hay personas con una
capacidad aún mayor o menor. También puede variar en
función del material que se ha de recordar.

48
 Duración de la memoria a corto plazo: La cantidad de
tiempo que podemos retener los dígitos o la información
no es infinita. Nuestra memoria a corto plazo puede
mantener la información hasta 30 segundos.

Ejemplos de memoria a corto plazo.

* Cuando alguien nos dice un número de teléfono, en el tiempo


que transcurre desde que lo escuchamos hasta que lo
conseguimos apuntar, está actuando nuestra memoria a corto
plazo.

* Por lo general, los procesos de creación de recuerdos a largo


plazo requieren la actuación previa de la memoria a corto plazo.
Así, cuando intentamos aprendernos una lección de un libro,
memorizar una contraseña o unas líneas de un poema, está
trabajando nuestra memoria a corto plazo.

¿Cómo rehabilitar o mejorar la memoria a corto


plazo?

La memoria a corto plazo puede ser entrenada y mejorada, al


igual que las demás habilidades cognitivas. En CogniFit
ofrecemos la posibilidad de hacerlo de manera profesional.

La rehabilitación de la memoria a corto plazo se basa en la


plasticidad cerebral. CogniFit ofrece una batería de ejercicios
clínicos diseñados para rehabilitar los problemas en la MCP y
otras funciones cognitivas. El cerebro y sus conexiones
neuronales se fortalecen al usar las funciones que dependen de
éstos. Por tanto, si entrenamos frecuentemente la memoria a
49
corto plazo, las conexiones cerebrales de las estructuras
implicadas se fortalecerán. Así, cuando necesitemos hacer uso
de la memoria a corto plazo, las conexiones serán más rápidas
y eficientes, mejorando nuestra capacidad.

Memoria de plazo intermedio (ITM) es una etapa de la


memoria distinta de memoria sensorial, trabajando
memoria/memoria de plazo corto, y mucho tiempo-memoria
de plazo. Así como la memoria sensorial persiste sólo algunos
milisegundos, la memoria de trabajo persiste para hasta treinta
segundos, y la memoria de largo plazo persiste desde unos
treinta minutos hasta el final de la vida del individuo, la
memoria de plazo intermedio persiste aproximadamente de
dos a tres horas.

¿Qué es la memoria a largo plazo?

La memoria a largo plazo (MLP) se puede definir como el


mecanismo cerebral que nos permite codificar y retener una
cantidad prácticamente ilimitada de información durante un
periodo largo de tiempo. Los recuerdos que almacenamos en la
memoria a largo plazo pueden durar desde unos segundos
hasta varios años.

La memoria a largo plazo resulta un elemento clave para


realizar nuestras tareas cotidianas sin errores y de forma
autónoma. Este tipo de memoria hace referencia a la capacidad
del cerebro para almacenar hechos, conocimientos o destrezas
y recuperar más tarde esos recuerdos. La memoria a largo plazo
es una capacidad muy amplia y compleja que implica una gran
cantidad de estructuras cerebrales. Por esto mismo, es muy
50
sensible al daño cerebral. Afortunadamente, la práctica y el
entrenamiento cognitivo puede mejorar esta importante
función cognitiva.

Ejemplos de memoria a largo plazo

* La gran mayoría de los conocimientos que adquirimos en


ámbitos académicos son almacenados en nuestra memoria
semántica. Por tanto, cuando estudiamos o recordamos la
geografía de nuestro país, anatomía, química, matemáticas o
cualquier otra asignatura, estamos poniendo en marcha
nuestra memoria a largo plazo.

* Si trabajamos en un restaurante y tenemos que recordar qué


plato ha pedido cada comensal de cada una de las mesas,
haremos uso de nuestra memoria episódica. Lo mismo ocurre
cuando recordamos a los clientes habituales, por ejemplo.

Clasificación y subtipos de MLP

El cerebro humano no almacena los recuerdos en una única


estructura. Por el contrario, los diferentes tipos de memoria se
almacenan en regiones cerebrales diferenciadas. La MLP suele
dividirse en dos grandes subtipos: La memoria declarativa
(explícita) y la memoria procedimental o implícita.

La memoria explícita/memoria declarativa tiene que ver con


todos aquellos recuerdos que se encuentran conscientemente
disponibles. Las estructuras cerebrales que participan en su
codificación son el hipocampo, la corteza entorrinal y la corteza
perirrinal, pero el almacenamiento de la información tiene
51
lugar en otros lugares. La localización precisa de este almacén
es desconocida, pero la mayoría de los estudios al respecto han
propuesto a la corteza temporal como la ubicación más
probable. La memoria declarativa, a su vez, se divide en:

 Memoria episódica: Se refiere a los recuerdos


relacionados con sucesos específicos vividos.

 Memoria semántica: Se refiere a los conocimientos


generales sobre el mundo (por ejemplo, el mecanismo del
funcionamiento de un bolígrafo).

 La memoria implícita/memoria procedimental se refiere a


la habilidad para realizar movimientos o utilizar objetos;
por ejemplo, montar en bicicleta o utilizar un bolígrafo.
Este tipo de información se codifica probablemente en el
cerebelo y el cuerpo estriado.

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Las Emociones Ante el Cerebro:

Emociones: Cuándo cobran valor

Si queremos conocer la historia de las emociones, tenemos que


hablar de algunos filósofos importantes. Alcmeon de Crotona,
en el 500 a. C., afirmó que el cerebro era un radiador (enfriador
de humores), y por tanto la sede del alma era el corazón.
Empédocles localizó en el corazón la sede del alma, Aristóteles
dijo que el corazón era el lugar de las sensaciones y de la
inteligencia, y en el Nuevo Testamento no se cita el cerebro sino
las vísceras.

Si hablamos de emociones, debemos hacer referencia al gran


neurocientífico Antonio Damasio, que ha vinculado las
emociones al cuerpo (especialmente a las vísceras
abdominales), y los sentimientos a la mente (cerebro) para
interpretar dichas sensaciones. Si ponemos un ejemplo
concreto para entenderlo mejor, podemos pensar en la
siguiente situación:

Tengo un trabajo importante, pero un día no me apetece ir


porque quiero dormir más. Lo que pasa a nivel físico y
emocional es que el corazón se acelera, respiro más deprisa, mi
sube el cortisol, se eleva mi presión arterial, junto con otros
síntomas. El cerebro lee todas las informaciones que vienen de
la zona abdominal y torácica, y lo que ocurre a nivel mental es
que me siento culpable. Si no voy a trabajar puede que mi jefe
me eche una bronca o que me despida. Lo que ha ocurrido son

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cambios gastrointestinales, viscerales, que son los orígenes de
las emociones.

William James dijo que la emoción tiene una lectura fisiológica,


que recibe el nombre de homeostasis (Walter B. Cannon) la cual
es una señal indicadora de que estamos bien, de que no pasa
nada malo, y que estamos en la zona de confort.

La homeostasis es aquel estado de regulación biológica que nos


hace sentir bien; no estamos bien ni mal (no nos quejamos) y
que sirve para mantener el equilibrio interno en un estado
estable.

Si sentimos mariposas en el estómago, por ejemplo cuando


vemos a nuestra pareja de la que estamos enamorados,
sentimos que pasa algo en la barriga, la sensación que
percibimos es de una movilidad gastrointestinal junto con
cambios neurobioquímicos y hormonales muy sutiles que son
los orígenes de nuestras emociones.

Las emociones cobraron y siguen cobrando un papel


fundamental para la evolución y supervivencia del ser humano,
y no solo para nosotros, los animales también tienen
emociones. A las amebas no les gusta el frío o el calor extremo,
o los ambientes demasiado ácidos o alcalinos de forma similar
a los seres humanos, que escapamos del dolor y buscamos el
placer.

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El Cerebro Ante los Sonidos:

Sonido

El sonido (del latín sonĭtus, por analogía prosódica con ruido,


chirrido, rugido, etc.), en física, es cualquier fenómeno que
involucre la propagación de ondas mecánicas (sean audibles o
no), generalmente a través de un fluido (u otro medio elástico)
que esté generando el movimiento vibratorio de un cuerpo.

El sonido humanamente audible consiste en ondas sonoras y


ondas acústicas que se producen cuando las oscilaciones de la
presión del aire, son convertidas en ondas mecánicas en el oído
humano y percibidas por el cerebro. La propagación del sonido
es similar en los fluidos, donde el sonido toma la forma de
fluctuaciones de presión. En los cuerpos sólidos la propagación
del sonido involucra variaciones del estado tensional del medio.

La importancia de los marcadores somáticos

El cerebro tiene marcadores somáticos, o sea, zonas del cerebro


que “leen” o informan al cerebro acerca de lo que ocurre en las
vísceras abdominales a través del nervio vago, el sistema
hormonal, y el sistema nervioso autónomo. Cada una de estas
zonas está especializada en detectar varios tipos de emociones.

Uno de los marcadores somáticos es la corteza cingulada


anterior, y un daño en esta zona provoca alexitimia, o sea
ceguera para las emociones.

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Cuando sentimos miedo, lo que pasa por vía cerebral es que nos
enteramos de que algo pasa: se desestabiliza la homeostasis, se
entera la corteza sensorial, evaluamos el estímulo, se activa la
amígdala, hay un disparo de hormonas, se siente la emoción del
miedo y la amígdala envía una señal al hipotálamo para que se
prepare a una respuesta, que es escapar, luchar o quedarse
congelado.

La amígdala tiene varios núcleos y si la estimulamos, por


ejemplo, durante una cirugía cerebral el paciente siente miedo.
Algunas epilepsias amigdalinas tienen como correlato
emocional ataques de pánico o ansiedad. Sin embargo, una
agenesia o lesión amgidalina puede cursar con una ausencia
completa de miedo, lo cual es poco adaptativo.

La psicoterapia consigue “calmar” (menor metabolismo


medido mediante técnicas de neuroimagen de medicina
nuclear) las amgídalas cerebrales, tomando de nuevo el control
la corteza prefrontal. Los marcadores somaticos se enteran de
lo que pasa en el cuerpo a través del nervio vago.

La ínsula anterior, si es estimulada, suele provocar la emoción


del asco, que puede ser asco aprendido, pero también puede ser
instintivo, como cuando vemos algo sucio y asqueroso.

Una lesión en el marcador somático como la corteza


orbitofronal puede impedir a los pacientes sentir emociones,
dolor, culpa o placer. Esta zona es la sede de la moral, de la
ética, la persona pierde la empatía y no entiende a los demás.

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Las emociones son fundamentales para tomar decisiones y para
el proceso de aprendizaje-memoria. Los recuerdos a largo plazo
los tenemos gracias a las emociones.

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Conclusión

Tras las amplias investigaciones realizadas, podemos entonces


concluir corroborando que todo este conjunto de reacciones,
efectos y teorías, tienen algo en común: el cerebro.
Si bien, aunque parezca una tediosa labor el aprender sobre el
cerebro, resulta fascinante el conocimiento y aprendizaje de su
funcionamiento que podemos adquirir con no mucho esfuerzo.

Realidad o ilusión, verdades y mentiras. Todo hace parte de un


mismo equilibrio en el que cada ser racional y sus semejantes
se ven envuelto; denominado Vida. La vida es pues, en su más
pura expresión, el método por el cual determinamos que el
cerebro es una parte existente de nuestro ser y que las
realidades pueden o no, ser precisas en un determinado
instante.

Solo queda resaltar que, cierto o no, “la mejor forma de


entender la visión del mundo como ser racional, implica
aceptar que muchas veces las ilusiones creadas por el hombre,
ciegan nuestro concepto de realidad”.

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Anexos

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Índice
Introducción; Página 2.
Bucles Mentales; Página 3.
Reacción del Cerebro ante Ilusión Óptica; Página 10.
El Efecto Mandela; Página 16.
Efecto Mariposa; Página
La Teoría del Caos; Página
Efecto Thatcher y Prosopagnosia; Página
Efecto Ebbinghaus; Página
Memorias a corto, mediano y largo plazo; Página
Cómo actúan las emociones en el cerebro; Página
Como el cerebro procesa los sonidos; Página

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Infografía

 http://psicologiaycomunicacion.com/como-funcionan-
las-emociones-el-cerebro-emocional/
 https://www.cognifit.com/es/habilidad-
cognitiva/memoria-a-corto-plazo
 https://www.cognifit.com/es/habilidad-
cognitiva/memoria-a-largo-plazo
 https://es.m.wikipedia.org/wiki/Memoria_de_plazo_int
ermedio
 https://es.wikipedia.org/wiki/Sonido
 https://psicologiaymente.com/psicologia/teoria-del-caos
 https://es.wikipedia.org/wiki/Teor%C3%ADa_del_caos
 http://antroposmoderno.com/antro-
articulo.php?id_articulo=152
 https://es.wikipedia.org/wiki/Efecto_mariposa/
 https://lamenteesmaravillosa.com/el-efecto-mariposa/
 https://es.wikipedia.org/wiki/Efecto_Thatcher
 http://www.somosarmonia.com/bucles-mentales/
 https://www.mindalia.com/noticias/no-te-cansas-del-
bucle-mental/

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