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Señor

Juez Laboral del Circuito de Bogotá (Reparto)

ASUNTO: Acción de Tutela

OSCAR MANUEL SILVA ROJAS, identificado con cédula de ciudadanía No. 7.335.320
de Garagoa Boyacá y Tarjeta Profesional de Abogado No. 158.781 del C. S. de la
Judicatura, actuando en este proceso en nombre y representación del Señor JESÚS
GERMAN LOAIZA ORTIZ, en ejercicio del poder a mi conferido, documento que anexo
para que me sea reconocida la correspondiente personería para actuar, respetuosamente
interpongo Acción de Tutela en contra de la CAJA NACIONAL DE PREVISIÓN SOCIAL
CAJANAL EICE EN LIQUIDACIÓN y su ente liquidador SOCIEDAD FIDUCIARIA S.A. –
“PAP BUENFUTURO”, apoyado en los argumentos que paso a exponer:

1.- PARTES EN EL PROCESO

El Accionante: JESÚS GERMAN LOAIZA ORTIZ identificado con cédula de ciudadanía


No. 11.372.597 de Fusagasugá, mayor de 60 años.

El Accionado: CAJA NACIONAL DE PREVISIÓN SOCIAL CAJANAL EICE EN


LIQUIDACIÓN y su ente liquidador SOCIEDAD FIDUCIARIA S.A. –“PAP BUENFUTURO”
representado legalmente por JAIRO DE JESÚS CORTES ARIAS o por quien haga sus
veces.

2.- HECHOS

2.1 Mi representado señor JESÚS GERMAN LOAIZA ORTIZ, ingresó a la Rama


Judicial del Poder Público el 1 de julio de 1972.

2.2 El cargo desempeñado por mi agenciado desde su vinculación hasta la


presentación de la presente acción constitucional ha sido el de Secretario de
Juzgado del Circuito.

2.3 Habiendo cumplido mi poderdante los requisitos para acceder al


reconocimiento de la pensión, radicó solicitud de reconocimiento de la misma ante
la entidad accionada, el 11 de septiembre de 2009.

2.4 La accionada a través de Resolución No. PAP 003556 de 29 de marzo de


2010, reconoce y ordena el pago de “pensión mensual vitalicia por vejez”.

2.5 Inconforme con el monto reconocido en la pensión de vejez el señor JESÚS


GERMAN LOAIZA ORTIZ, presentó recurso de reposición contra la
enunciada Resolución advirtiendo que le es aplicable por cumplir los requisitos
consignados en el artículo 36 de la Ley 100 de 1993, el Decreto 546 de 1971, en
consecuencia, persigió se reponga el acto atacado y se reconozca el derecho que
le asiste en torno al monto del 75% de la asignación mensual más elevada que
hubiere devengando en el último año de servicios.

2.6 En un acto alejado de derecho y de la normativa aplicable a mi poderdante, la


accionada en Resolución PAP 023424 de 28 de octubre de 2010 y notificada el 12
de noviembre de la misma anualidad “confirma en todas y cada una de sus partes
la Resolución No. PAP 003556 del 29 de marzo de 2010”.

2.7 La Corte Constitucional ha sido clara en advertir la debida liquidación que ha


de hacerse a los funcionarios judiciales en régimen de transción atacatando en su
liquidación integralmente el decreto 546 de 1971.

2.8 La Procuraduría General de la Nación en Circular No. 054 de noviembre 3 de


2010, requirió a entidades como la accionada para liquidar las pensiones conforme
al decreto 546 de 1971 para los funcionarios judiciales que se encuentran en el
régimen de transición y no como lo vienen haciendo de manera irregular
desconociendo derechos fundamentales.

2.9 La entidad accionada esta vulnerando irregular fundada en normativa no


aplicable a mi agenciado sus derechos fundamentales al debido proceso,
seguridad social, mínimo vital y vida digna, por lo que se procede a interponer la
presente acción de tutela parasu protección.

3.- CONFIGURACIÓN DE VÍA DE HECHO

En el proceso administrativo adelantado por el accionante ante la CAJA NACIONAL


DE PREVISIÓN EN LIQUIDACIÓN a través del ente liquidador BUEN FUTURO, la
accionada incurrió en notoria vía de hecho como paso a precisar:

3.1 De la calidad del peticionario

El actor es empleado judicial desde el año de 1972 y hasta la fecha no ha perdido


esa condición, y cuanta con 61 años de edad.

3.2 Del Régimen de Transición definido en la Ley 100 de 1993


Motivó al legislador la unificación de los regímenes pensionales existentes a partir de
1994, no obstante, le imprimió el cumplimiento de uno de dos (2) requisitos para que
se accediera a una transición: i) edad: 40 años para los hombres. ii) tiempo: 15 años
o mas de servicios. La transición establecida consiste en adquirir la pensión de vejez.

Dada la vinculación del señor JESÚS GERMAN LOAIZA ORTIZ, para el año de

1993 tenía un tiempo de 20 años al servicio de la Rama Judicial, de allí, que sea
beneficiario del régimen de transición enunciado.
El régimen pensional aplicable a los empleados y funcionarios de la Rama Judicial
antes de la promulgación de la Ley 100 de 1993, es lo reglado en el Decreto 546
de 1971. El decreto en cita en el artículo 6 establece:

“Los funcionarlos y empleados a que se refiere este Decreto, tendrán derecho,


al llegar a los 55 años A edad, si son hombres y de 50, si son mujeres, y
cumplir 20 años de servicio continuos o discontinuos, anteriores o posteriores a
la vigencia de este Decreto, de los cuales por lo menos 10 lo hayan sido
exclusivamente a la Rama Jurisdiccional o al Ministerio Público, o a ambas
actividades a una pensión ordinaria vitalicia de jubilación equivalente al
75% de la asignación mensual más elevada que hubiere devengado en el
último año de servicio en las actividades citadas”.

Las Resoluciones No. PAP 003556 de 29 de marzo de 2010, y No. PAP


023424 de 28 de octubre de 2010, emanadas de la accionada se apartan
notoriamente, y sin argumento valido de la disposición trascrita, configurando
una vía de hecho en el reconocimiento de la pensión del señor JESÚS
GERMAN LOAIZA ORTIZ.
Frente al régimen de transición en materia pensional, la Corte Constitucional
señala:

“Frente al régimen de transición en materia pensional, la Corte Constitucional ha


sido clara al señalar que una vez entra en vigencia éste los beneficiarios del
mismo adquieren el derecho a que se les aplique y respete ésta situación
especial, así en sentencia C-754 de 2004 éste Tribunal Constitucional estudió la
demanda presentada contra el artículo 4 de la Ley 860 de 2003, por medio del
cual se reformaba el régimen de transición pensional adoptado en la Ley 100 de
1993, donde se concluyó que “si el cambio en la normativa del régimen de
transición ocurre después de haber entrado a regir la norma y por tanto luego de
haberse consolidado la situación de las personas a las que se les aplica, el
mismo resulta ilegítimo”. De esta forma, decidió que los trabajadores tienen el
derecho adquirido – y no una mera expectativa - a que se les respete el régimen
de transición al cual ya habían ingresado en virtud de una norma anterior.

Y luego agrega:
“(…) Es así como en la sentencia C-754 de 20041, se explicó que los
trabajadores tienen derecho a mantener las condiciones de los regímenes de
transición como un derecho adquirido y si bien, frente a un tránsito legislativo y
al régimen de transición respectivo el derecho a la pensión no es un derecho
constitucional adquirido, sino una expectativa legítima, sí existe un derecho al
régimen de transición de las personas cobijadas por el mismo. Adicionalmente
se hizo claridad en que una vez entra en vigencia la disposición que consagra
el régimen de transición, los trabajadores que cumplan con los requisitos

exigidos para el mismo consolidan una situación concreta que no se les puede
menoscabar”.

Dicha tesis, ya ratificada por la Corte en sentencias de inexequiblidad en el


infrutoso trámite legislativo que tenía como norte la inaplicación del régimen de
transición; y en sentencias de tutela, es clara en advertir el reconocimiento de la
pensión de aquellos que cumplieron uno de los condicionamientos señalados en el
artículo 36 de la Ley 100 de 1993, deben pensionarse conforme al régimen
anterior, de allí, que de manera nítida se configure violación al debido proceso y
mínimo vital de mi representado cuando se desconoce la ley, su interpretación y
proceder conforme a los pronunciamientos de la Corte Constitucional.

3.3 Desconocimiento del debido proceso y materialización de vías de hecho

La Corte Constitucional en múltiples oportunidades se ha pronunciado en torno a la


actuación errada en el proceso de reconocimiento de pensión cuando no se da
aplicación en el régimen para la Rama Judicial, configurando una vía de hecho.

Así lo precisó en la Sentencia T–169 de 20032, al incicar:

1
M. P. Alvaro Tafur Galvis; Salvamento Parcial y Aclaración de Voto de Manuel José Cepeda
Espinosa, Rodrigo Escobar Gil y Rodrigo Uprimny Yepes; Salvamento Parcial de Voto de Alvaro
Tafur Gálvis.
2
MP. Jaime Araújo Rentería.
“(…) el desconocimiento de un régimen especial basado en el régimen de
transición, vulnera el derecho a la seguridad social en conexidad con el
derecho fundamental al debido proceso, y con los derechos adquiridos. Una
vez entró la Corte a analizar el caso objeto de estudio, determinó que el
régimen especial vigente para la Rama Jurisdiccional y el Ministerio Publico, es
el establecido en el decreto 546 de 1971, el cual se mantuvo en virtud del
régimen de transición establecido en la Ley 100 de 1993. Así se expresó:

“El régimen especial vigente para la Rama Jurisdiccional y el Ministerio Público


es el establecido en el decreto 546 de 1971. El mencionado decreto contempla:
vacaciones judiciales, pensiones, riesgos profesionales, asistencia por
maternidad, cesantía, auxilio funerario, prestaciones médicas, aportes, plan
habitacional, revisión de sueldos y pensiones, para funcionarios de la Rama
Judicial y del Ministerio Público. (...) la ley 100 de 1993 estableció un régimen
de transición y que el artículo 4° del decreto 691 de 1994 precisó que los
servidores públicos que escojan para su pensión de vejez el régimen de prima
media con prestación definida, estarán sujetos al régimen de transición
establecido en el artículo 36 de la ley 100 de 1993 y demás disposiciones que
lo reglamentan. Por lo tanto, está vigente el decreto 546 de 1971 para los
funcionarios de la Rama Jurisdiccional y el Ministerio Público que queden
cobijados por el régimen de transición. Así lo han reconocido, entre otras, las
sentencias 470/02 y 189/01. (...) El acto administrativo que resuelve sobre una
pensión puede incurrir en vía de hecho; un ejemplo: cuando no se da aplicación
al régimen especial para la Rama Judicial y del Ministerio Público La
jurisprudencia de la Corte Constitucional ha considerado que es susceptible de
tutela el acto administrativo que resuelve sobre una pensión, si en él se ha
cometido una vía de hecho.”3

Bajo tal premisa constitucional la presente acción de tutela se convierte en un


medio idoneo para reprochar el acto viciado de una vía de hecho a fin de que el
juez constitucional repare la actuación viciada, y proceda en respeto al debido
proceso como al derecho al mínimo vital y ordene la liquidación conforme al
decreto 576 de 1971.

3.4 Jurisprudencia sobre el inciso tercero de la Ley 100 de 1993, frente al


decreto ley 546 de 1971.

La Corte Constitucional vino a decantar la discución en torno a la interpretación


del artículo 36 de la Ley 100 de 1993, en relación con el cálculo del ingreso base
de liquidación de la pensión, para el caso de los beneficiarios del régimen de
transición.

3
Ver T-1294/00, T-671/00
En la Sentencia en cita expuso:

“Esta doctrina constitucional fue desarrollada en la sentencia T-158/064, donde se


estableció que la presencia en el sistema general de pensiones de un régimen de
transición encuentra justificación constitucional en la necesidad de garantizar el
principio de favorabilidad en materia laboral, al igual que los derechos adquiridos
de los trabajadores. Desde esa perspectiva, para el caso de las personas que al
momento de entrada en vigencia del sistema habían recorrido buena parte de su
vida laboral, era necesario otorgar un tratamiento distinto, exceptivo en relación
con el principio de universalidad, que les permitiera acceder a la prestación
económica en los términos y condiciones del régimen anterior al propuesto por la
Ley 100/93”.

Con base en estos presupuestos la Corte ha interpretado el artículo 36 de la Ley


100/93, en el sentido que “quienes a la fecha de vigencia de la Ley [100 de 1993]
hubiesen cumplido los requisitos para acceder a la pensión de jubilación o de vejez
de acuerdo a normas favorables anteriores, aún cuando no se hubiese efectuado
el reconocimiento, tendrán derecho, en desarrollo de los derechos adquiridos, a
que se les reconozca y liquide la pensión en las condiciones de favorabilidad
vigentes al momento en que cumplieron tales requisitos.”5.

Respecto de la interpretación que se le puede dar al artículo 36 ya mencionado, en


la sentencia T-158 de 2006 se hizo referencia a la forma en que el mismo debe ser
aplicado a los beneficiarios del regimenes especiales mientras se da aplicación a la
transición de la norma. Para este efecto se estudió cada inciso del mencionado
artículo así:

El primero toma la forma de regla general, según la cual si para el 1º de abril de


1995 el trabajador acredita la edad y el tiempo de servicio allí previsto, entonces
los requisitos de edad, tiempo de servicio y monto de la pensión serán los
estipulados en el régimen al que se encontraba inscrito para ese momento. El
segundo, que es una condición para la citada regla general, consiste en que los
demás requisitos para acceder a la prestación, distintos a los enunciados, serán
regulados por las normas generales de la Ley 100/93. Finalmente, el tercer
enunciado refiere a una excepción a la regla general, en el sentido que si las
personas con los requisitos de edad y periodo de cotizaciones fijados en aquella

regla les faltaren menos de diez años para pensionarse, les será aplicable
una modalidad de cálculo de la pensión equivalente al “promedio de lo devengado
en el tiempo que les hiciere falta para ello, o el cotizado durante todo el tiempo si
este fuere superior, actualizado anualmente con base en la variación del Índice de
Precios al consumidor, según certificación que expida el DANE”.

De acuerdo a lo expuesto, es el último inciso en donde se presenta el conflicto que


en esta oportunidad ocupa la atención de la Sala, por tratarse de una excepción a

4 MP. Humberto Antonio Sierra Porto.


5 T-534 de 2001.
la regla general, atendiendo a que se muestra, en primer termino, incompatible con
el principio de favorabilidad laboral y la protección de los derechos adquiridos de
un grupo específico de beneficiarios del régimen de transición, en tanto se les
impone una fórmula de cálculo de la pensión diferente a la contenida en el régimen
especial al que se encontraban inscritos antes de entrar en vigencia el sistema
general de seguridad social.

Ante la posibilidad de inferir un tratamiento discriminatorio en contra de dicho grupo


de jubilados, contrario a distintas garantías constitucionales, la sentencia T-158/06
resalta cómo decisiones anteriores de la Corte han previsto una interpretación del
inciso tercero del artículo 36, según la cual el concepto ingreso base para liquidar
la pensión al que refiere esta disposición, hace parte de la noción monto de la
pensión contenida en el inciso segundo del mismo artículo. El efecto de esta
equivalencia, en términos de la Corte, consiste en que “como el monto incluye el
ingreso base, entonces uno y otro se determinan por un solo régimen y la
excepción del inciso tercero resulta inocua. Dicha excepción sería aplicable
únicamente cuando el régimen especial no estipula explícitamente el ingreso base
para liquidar la pensión. Así, en el caso de los beneficiarios del régimen de
transición, ambos (el ingreso base y el monto de la pensión) deben ser
determinados por el régimen especial y la excepción no aplica, salvo que el
régimen especial no determine la formula para calcular el ingreso base.”6

En conclusión, teniendo en cuenta lo señalado por la jurisprudencia de la Corte, en


relación con el ingreso base de liquidación pensional de aquellos trabajadores
beneficiarios del régimen de transición, corresponde al señalado en cada régimen
especial que es aplicable a cada caso particular, en consecuencia, el método de
cálculo referido en el artículo 36 de la Ley 100 de 1993, de acuerdo a la
interpretación constitucional señalada tiene carácter supletorio, aplicable
únicamente en ausencia de una fórmula particular dentro de cada régimen
especial. Por ello, y ante la existencia de norma expresa, la errada aplicación dada
por la entidad accionada sin duda alguna desconoce no solo la normativa aplicable
sino lo dicho por la doctrina de la Corte Constiucional, la cual conduce al
reconocimiento de la pensión de mi agenciado conforme a lo establecido en el
decreto 576 de 1971, esto es, con la asignación del 75% del último año laborado
en su calidad de empleado judicial.

3.5 De la procedencia y mecanismo subsidiario de la acción de tutela

En el presente caso mi agenciado agotó la vía gubernativa con el recurso de


reposición de la Resolución PAP 003556 del 29 de marzo de 2010, el cual fuera
negado con la confirmación del acto administrativo enunciado en la Resolución
PAP 023424 de 28 de octubre de 2010, ratificando así, el desconocimiento de los

6
Cfr. Corte Constitucional, sentencia T-158/06.
derechos que le asisten a mi agenciado, por fundarse el reconocimiento en “ el
75% del promedio de lo devengado sobre el salario promedio de 10 años
conforme a lo establecido en el artíuclo 36 de la Ley 100 de 1993”.
La Acción constitucional es un instrumento válido para la protección de los
derechos: al debido proceso, seguridad social y mínimo vital, desconocidos en los
actos administrativos enunciados, ya que si bien es cierto, reconocen el derecho a
la pensión, el monto aplicable conforme al decreto Ley 546 de 1971 es
abiertamente desconocido y se configura vía de hecho por apartarse de los
argumentos legales y jurisprudenciales citados.
En esencia la vulneracion se predica del monto reconocido, es decir, no ha debido
señalarse el 75% del promedio de los últimos 10 años, sino el 75% de la
asignación mensual más elevada que hubiere devengado en el último año de
servicios.
La jurisprudencia de la Corte Constitucional ha tenido un desarrollo específico en el
tema de la liquidación de las pensiones, que permite afirmar que, en el caso
particular, pese a existir un proceso judicial ante el cual puede solicitarse la
titularidad de la pensión de jubilación en el monto alegado por el demandante, la
tutela es procedente como mecanismo transitorio, para proteger el derecho al
debido proceso del actor, arbitrariamente conculcado por la entidad accionada.
En Sentencia T-180 de 2008 la Corte Constitucional expuso:

“Al respecto en Sentencia T-631 de 2002, reiterada posteriormente en


sentencias T-169 de 2003 y T-651 de 2004, esta Corporación estudió a
profundidad la procedencia de la acción de tutela cuando la misma se ejerce con
el fin de obtener una adecuada liquidación pensional, cuando al hacer el cálculo
respectivo, no se ha tenido en cuenta el régimen de transición del servidor
público, ni el salario base sobre el cual se debe calcular la pensión”.

“En las mentadas providencias, la Corte estableció que, pese a contar con los
mecanismos ordinarios de defensa para impugnar el acto administrativo
controvertido, la acción de tutela procede transitoriamente para obtener la
adecuada liquidación de la pensión de los funcionarios y empleados de la
rama judicial, cuando para el cálculo de la misma se han dejado de tener en
cuenta los criterios señalados por el legislador.

En aquella oportunidad la Corte Constitucional consideró que la resolución


administrativa por la cual se liquida una pensión en desconocimiento del
régimen pensional a cuyo acogimiento tiene derecho el pensionado constituye
una vía de hecho impugnable por vía de tutela. Así, en las citadas
providencias, la Corte reconoció que la violación al debido proceso por
liquidación impropia de la pensión constituye una vía de hecho que atenta
directamente contra el artículo 29 de la Carta Política. En consecuencia, para
casos como el expuesto, en donde la entidad encargada de reconocer y
liquidar la pensión solicitada, no aplica de manera integral la normatividad
correspondiente al régimen de transición del cual es beneficiario el actor,
hace procedente la acción de tutela en procura de amparar el derecho
fundamental al debido proceso del accionante.

Por ello, en atención a las anteriores consideraciones, esta Sala concluye


que, en el caso bajo estudio, resulta procedente la acción de tutela como
mecanismo transitorio por tratarse de una tutela interpuesta contra un acto
administrativo que incurre en vía de hecho, debido a que la Caja Nacional de
Previsión Social, si bien reconoció que el accionante tiene derecho a ser
beneficiario del régimen de transición de los servidores públicos
pertenecientes a la Rama Judicial y al Ministerio Público, al momento de
hacer el calculo para determinar el monto de la pensión, lo hace con
fundamento en un régimen distinto al que por virtud de la transición tiene
derecho el accionante. La irregularidad alegada por el actor, referente a que
la entidad accionada no aplica en su integridad las normas contentivas del
régimen de transición que lo cobijan, configuran una violación flagrante y
manifiesta de sus derechos fundamentales. Lo anterior, teniendo en cuenta
que la actuación administrativa adelantada por CAJANAL tiene un impacto
material significativo en los derechos fundamentales del actor; así las cosas,
procede la tutela como mecanismo transitorio.

8.2. En efecto, la entidad demandada para determinar el monto de la


pensión a favor del actor tuvo en cuenta la edad y tiempo de servicios
previstos en el Decreto 546/71 y usó la fórmula de cálculo del ingreso
base de liquidación prevista en el inciso tercero del artículo 36 de la Ley
100/93, hecho que contradice la interpretación jurisprudencial que se ha
hecho respecto, de las normas que regulan los regimenes de transición,
en donde se ha establecido que la fórmula señalada en el artículo 36 de
la ley 100/93 tiene un carácter supletorio, la cual solo puede ser aplicada
cuando el régimen especial no contempla una técnica específica para
liquidar la mesada pensional.

Así, el artículo 6º del Decreto 546/71 establece un modo propio de


determinación del monto de la pensión, según el cual los “funcionarios y
empleados a que se refiere este decreto tendrán derecho, al llegar a los
55 años de edad si son hombres, y de 50 si son mujeres, y cumplir
veinte (20) años de servicios continuos o discontinuos, anteriores o
posteriores a la vigencia de este decreto, de los cuales por lo menos
diez lo hayan sido exclusivamente en la rama jurisdiccional o al
Ministerio Público, o a ambas actividades, a una pensión ordinaria
vitalicia de jubilación equivalente al setenta y cinco por ciento (75%) de
la asignación mensual más elevada que hubiere devengado en el último
año de servicios en las actividades citadas” . De esta manera, la norma
del régimen especial contiene un método de cálculo de la pensión
propio, cuya aplicación no puede pretermitirse en virtud del uso de la
fórmula general contenida en el artículo 36 de la Ley 100/93, con lo cual
se desconocería el respeto de los derechos adquiridos y garantías
protegidas por el régimen de transición en materia pensional.

De acuerdo con las razones expuestas, resulta válido concluir que los
actos proferidos por CAJANAL configuran una vulneración del derecho
fundamental al debido proceso del señor Marino Rodríguez, en tanto no
se respetó en su integralidad el régimen de transición del cual era
beneficiario. En consecuencia, la Sala confirmará la decisión adoptada
por el Juez de único de instancia, quien protegió los derechos
fundamentales del actor de manera transitoria, en cuanto a la protección
al debido proceso se refiere”. (Resalto)

Por lo anterior, la ratio decidendi en la sentencia de revisión de la Corte


Constitucional pregona la procedencia de la acción de tutela de manera transitoria
en la protección al debido proceso al liquidar CAJANAL la pensión de un

empleado judicial en forma distinta a la prevista en el decreto 576 de 1971, por


ello se torna la presente acción en el medio idoneo y se persigue la protección y
tutela de los derechos fundamentales desconocidos para que el juez
constitucional repare la actucación viciada y proceda conforme a la ley, y la
jurisprudencias decritas proferidas por la Corte Constitucional.

4. DERECHOS FUNDAMENTALES PRESUNTAMENTE VULNERADOS

Se vulneran los derechos al debido proceso, derecho a la seguridad social en


conexidad con la vida digna y mínimo vital.

4.1 Debido Proceso

Este derecho, tal como lo expresa el artículo 29 de la Constitución Política, se


predica aplicable “...a toda clase de actuaciones judiciales y administrativas...” y
se entiende como un trámite reglado que debe atender la administración en su
actuar, sin que se pueda ir más allá de lo que la ley permita. En forma general,
viene siendo definido por la doctrina como todo ese conjunto de garantías que
protegen al ciudadano sometido a cualquier proceso, que le aseguren una recta y
cumplida administración de justicia.

La Corte Constitucional, en sentencia T- 180 de 2008, preciso en torno al debido


proceso:

“(…) En aquella oportunidad la Corte Constitucional consideró que la


resolución administrativa por la cual se liquida una pensión en
desconocimiento del régimen pensional a cuyo acogimiento tiene derecho el
pensionado constituye una vía de hecho impugnable por vía de tutela. Así, en
las citadas providencias, la Corte reconoció que la violación al debido proceso
por liquidación impropia de la pensión constituye una vía de hecho que atenta
directamente contra el artículo 29 de la Carta Política. En consecuencia, para
casos como el expuesto, en donde la entidad encargada de reconocer y
liquidar la pensión solicitada, no aplica de manera integral la normatividad
correspondiente al régimen de transición del cual es beneficiario el actor,
hace procedente la acción de tutela en procura de amparar el derecho
fundamental al debido proceso del accionante”.

De manera tal, que el haberse fundado el acto de reconocimiento en el promedio


de lo devengado en los últimos 1º años de servicios omitiendo que ha de ser
conforme a la asignación mensual más elevada que hubiere devengado en el
último año de servicios, se configura la vía de hecho y se abre paso la acción de
tutela para proteger el derecho.

4.2 Seguridad Social y Mínimo Vital


En ese mismo sentido se desconoce el derecho a la Seguridad Social en tanto que
se limita el derecho real que le asiste de ser liquidado el derecho a la pensión
conforme a la normativa aplicable en virtud del régimen de transición que
establece el derecho consignado en el régimen especial para los empleados de la
Rama Judicial.
El Mínimo vital en este caso resulta notoriamente afectado, mi poderdante ha sido
liquidado conforme al 75% del promedio de los últimos 10 años, desconociendo
que el derecho que le asiste es el 75% de la asignación más alta en el último año
de servicios.
Ocurre que mi agenciado devenga como salario la suma de $ 2.698.830 conforme
ceriticacion que se anexa y conforme a la base de descuento percibe un salario de
$ 2.001.155, a ello debemos sumarle que mi representado tiene deudas
adicionales como es el valor de $ 785.559 mensuales a cargo de GMAC, más
$309. 960 mensuales a cargo de BANCO AGRARIO DE COLOMBIA, más tarjetas
de crédito BANCO DE BOGOTÁ por pagos minimos de $ 255.000 y $ 234.000,
equivalente todo lo anterior a $1.584.519, sin contar que aún adeuda a GMAC la
suma de $ 21.735.171 y a JURISCOOP la suma de $ 11.392.975,49, todo ello
exceptuando el descuento que por salud ha de cotizar sin el empleador, y la
accionada le reconoce el valor de $ 1.980.039, 50.
Esta circunstancia sin duda alguna genera una afectación directa en el modo de
vida, en tanto que la liquidación realizada por la accionada se aparta de los reales
valores a que tiene derecho el actor. En torno a la protección del mínimo vital en la
errada liquidación de la pensión de los funcionarios de la Rama Judicial la Corte
Constitucional expone:

“En el mismo sentido, se había pronunciado la Corte en sentencia T- 083 de 2004, cuando
consideró lo siguiente:

“No obstante lo dicho, la regla que restringe la participación de la acción de tutela en


la protección de los derechos prestacionales tampoco es absoluta. Conforme con su
propia filosofía, la Corte ha venido sosteniendo que, excepcionalmente, es
posible el reconocimiento de esta clase de derechos por la vía del amparo
constitucional, no solo cuando se ejerce como mecanismo transitorio, caso en
el cual es necesario demostrar la existencia de un perjuicio irremediable, sino
también cuando el medio judicial preferente es ineficaz o no es lo
suficientemente expedito para brindar una protección inmediata,
circunstancias que deben ser valorados por el juez constitucional en cada
caso particular. (negrillas agregadas).

Recientemente reiteró la Corte:

“...la jurisprudencia de esta Corporación sostiene que la acción de tutela procede a


pesar de existir otro medio de defensa judicial, cuando: i) se considera que éste es
ineficaz debido a que no resuelve el conflicto de manera integral,[4] o ii) éste no es lo
suficientemente expedito frente a la exigencia particular de una protección
inmediata...” (Sentencia T-076 de 2003).

En esa misma sentencia, la Corte precisó las razones por las cuales, de manera
excepcional, la acción de tutela está llamada a prosperar en materia pensional, no como
mecanismo transitorio sino definitivo:

“Con base en ello, este alto Tribunal ha sostenido que la procedencia excepcional
de la acción de tutela en los casos de reconocimiento o reliquidación de pensiones,
adquiere cierto grado de justificación cuando sus titulares son personas de la tercera
edad, ya que se trata de sujetos que por su condición económica, física o mental se
encuentran en condición de debilidad manifiesta, lo que permite otorgarles un
tratamiento especial y diferencial más digno y proteccionista que el reconocido a los
demás miembros de la comunidad[5]. Para la Corte, la tardanza o demora en la
definición de los conflictos relativos al reconocimiento y reliquidación de la pensión a
través de los mecanismos ordinarios de defensa, sin duda puede llegar a afectar los
derechos de las personas de la tercera edad al mínimo vital, a la salud, e incluso a
su propia subsistencia, lo que en principio justificaría el desplazamiento excepcional
del medio ordinario y la intervención plena del juez constitucional, precisamente, por
ser la acción de tutela un procedimiento judicial preferente, breve y sumario de
protección de los derechos fundamentales.

El criterio de interpretación acogido por la jurisprudencia constitucional en torno a


este punto, tiene un fundamento de principio en los artículos 13 y 46 de la Carta, los
cuales le imponen al Estado, por una parte, el deber de brindar una protección
especial “a aquellas personas que por su condición económica, física o mental, se
encuentran en circunstancias de debilidad manifiesta”, y por la otra, la obligación de
concurrir, con la colaboración de la sociedad y la familia, a “la protección y la
asistencia de las personas de la tercera edad...”

En síntesis, la acción de tutela no procede para ordenar el reconocimiento o la


reliquidación de pensiones, a menos que el conflicto planteado involucre personas
de la tercera edad y se logre acreditar la afectación de garantías fundamentales que
no puedan ser protegidas oportunamente a través de los medios de defensa
previstos para el efecto, de manera tal que se entienda que éstos han perdido toda
su eficacia material y jurídica.

En dichos eventos, le corresponde al juez constitucional evaluar, valorar y ponderar


la situación fáctica puesta a su conocimiento y todos los factores relevantes del
caso, para efectos de establecer la necesidad de brindar una protección urgente e
inmediata de los derechos conculcados, e igualmente, de determinar con la mayor
precisión el grado o nivel de protección que se debe brindar”.

Merece la pena destacar que la afectación al derecho al mínimo vital no puede


valorarse en términos exclusivamente cuantitativos sino cualitativos. En palabras
de la Corte:

“Y es que, como igualmente lo ha definido la jurisprudencia, el derecho al mínimo


vital se evalúa a partir de una dimensión cualitativa y no cuantitativa, de manera
que su posible violación se mide conforme con las condiciones personales de cada
trabajador y el nivel de vida adquirido por éste. El concepto de un mínimo de
condiciones de vida -vgr. Alimentación, educación, salud, vestido y recreación -,
entonces, “no va ligad[o] sólo con una valoración numérica de las necesidades
biológicas mínimas por satisfacer para subsistir, sino con la apreciación material del
valor de su trabajo, de las circunstancias propias de cada individuo, y del respeto por
sus particulares condiciones de vida[6].”

Más recientemente, la Corte en sentencia T- 019 de 2009, de manera puntual


señaló:

“Para el caso particular, vale la pena resaltar que la accionante sostiene que
pertenece al régimen pensional especial para funcionarios del Ministerio Público
consagrado en el Decreto 546 de 1971, en el que se exige para obtener la pensión
la edad de 50 años y 20 años de servicios, de los cuales por lo menos 10 deben
ser al Ministerio Público. Igualmente, aparece probado que a la accionante le es
aplicable el régimen de transición, toda vez que para el 1° de abril de 1994 tenía
más de 35 años de edad. En tal sentido, la señora Ávila Sotomontes pretende que
se le reconozca su pensión de vejez según lo dispuesto en el régimen especial del
que dice ser beneficiaria, pues su deseo, luego de haber trabajado durante más de
28 años al servicio del estado, es retirarse y descansar.

Ahora, si bien la accionante puede acudir a la Jurisdicción Contencioso


Administrativa para obtener la nulidad de la resolución del I.S.S. que negó la
pensión de vejez y lograr su reconocimiento y liquidación, no puede perderse
de vista que dichos procesos tienen una duración aproximada de 10 años, de
modo que someter a la señora Ávila Sotomontes a un proceso ordinario o
administrativo llevaría a hacerle perder uno de los beneficios a que tiene
derecho por pertenecer al régimen de transición, cual es la posibilidad de
pensionarse con la edad estipulada en el régimen pensional al que estaba
afiliada al momento de entrar en vigencia la Ley 100 de 1993”. (negrillas y
subrayados agregados).

Acorde con las Jurisprudencia fijada y reiterada en múltiples oportunidades por la


Corte Constitucional, la presente acción de tutela se convierte en el mecanismo
idoneo para la protección de los derechos vulnerados, y por ende se erige como el
medio de defensa efectivo para su salvaguarda.
Por ello resulta pausible precisar que el proceso ordinario ante la Jurisdicción de lo
Contencioso Administrativo demoraria a lo corto 8 años entre la primera y la
segunda instancia, luego el medio de defensa no estaría acorde con la protección
inmediata que requiere mi mandante, bajo tal prisma señor juez se solicita ordene
a la accionada liquidar en la forma prevista en la normativa ya enunciada el monto
de la pensión del actor a fin de proteger su derecho al mínimo vital.

5. LA ACCIÓN DE TUTELA COMO MECANISMO PRINCIPAL PRECEDENTE JUDICIAL

En fallo reciente la Corte Constitucional fijó un limiamiento excepcional para la


procedencia de la acción de tutela como mecanismo no subsidiario sino principal
cuando se acude a una normativa distinta a la fijada por el ejecutivo en materia de
reconocimiento de la pensión de los funcionarios de la Rama Judicial. En
Sentencia T- 351 de 2010 advirtió:

“La Corte Constitucional como guardiana de la integridad y supremacía de


la Carta Política, según los precisos términos del artículo 241 de la Carta,
interpreta, tanto en sede de control de constitucionalidad, así como con
ocasión de la revisión de las sentencias de tutela, las diferentes
disposiciones contenidas en el ordenamiento jurídico.

Esta labor busca la coherencia del sistema jurídico y la armonía de éste


con el sistema axiológico impuesto por el Texto Superior, por esto la
interpretación que la Corte haga del texto constitucional o de la ley en
sentido material es vinculante para las diferentes ramas del poder público,
principalmente todos los operadores jurídicos, sean los jueces o la
administración.

Con respecto a la fuerza vinculante de los fallos de tutela, la Corte sostuvo


en sentencia T 566 de 1998, la tesis según la cual la ratio decidendi de los
fallos de amparo debe considerarse norma constitucional que adquiere
alcance general y es obligatoria su aplicación en todos los casos que se
subsuman dentro de la hipótesis prevista por la regla judicial.

En este sentido, la sentencia C 252 de 2001, señaló:

“aun cuando los efectos jurídicos emanados de la parte resolutiva de un


fallo de revisión solamente obligan a las partes, el valor doctrinal de los
fundamentos jurídicos o consideraciones de las sentencias trasciende al
asunto revisado. La interpretación constitucional fijada por la Corte
determina el contenido y el alcance de los preceptos de la Carta y hace
parte, a su vez, del “imperio de la ley” a que están sujetos los jueces según
lo dispuesto en el articulo 230 de la Constitución”

Del mismo modo, en sentencia SU 640 de 1998 esta Corporación recordó que es
su función garantizar la unidad interpretativa de la Constitución, para lo cual es
imperativo el respeto de las interpretaciones realizadas por esta en materia de
derechos fundamentales.

Así las cosas, tanto la administración como lo jueces al momento de


interpretar y aplicar las disposiciones que hacen parte del ordenamiento
jurídico está obligados a considerar parámetros constitucionales de
interpretación que ha fijado este Alto Tribunal. Con ello se busca que no
haya una ruptura de la unidad de la Constitución, ni el desconocimiento de
los fines constitucionales.

En consecuencia, el desconocimiento por parte de la administración como de los


restantes operadores jurídicos de las interpretaciones realizadas por esta
Corporación constituyen una infracción al debido proceso, por cuanto esta
conducta constituye un desconociendo de las normas sustánciales aplicables al
caso concreto”. (Resalto)

En el mismo fallo precisó el alcance de la protección especial a una persona que


como mi agenciado tiene la edad de 60 años, y a quien el Seguro Social no liquidó
su pensión conforme a la disposición especial para los funcioanrios judiciales y de
la Procuraduría General de la Nación, en el fallo la Corte fue enfática en precisar
lo siguiente:

“Como se puede observar, las Resoluciones objeto de estudio utilizan para


calcular el ingreso base de liquidación el inciso 3 del artículo 36 de la ley 100 de
1993 y no el establecido en el articulo 6 del decreto 546 de 1971, que es 75% de
la asignación mensual más elevada que hubiere devengado en el último
año de servicio, desquebrajando la legislación precedente aplicable en virtud
del régimen de transición.

Tal y como quedo expuesto en las consideraciones de esta sentencia el ingreso


base para liquidar la pensión del que habla el inciso tercero del articulo 36 de la
ley 100 de 1993, forma parte de la noción de monto de la pensión de que habla
el inciso segundo de este mismo articulo, por cuanto el monto de la pensión de
vejez significa una operación aritmética de un porcentaje sobre una base
reguladora expresamente fijada, este porcentaje no puede existir sin una base
reguladora que permita sacar el tanto por ciento, por tanto no es posible el
fraccionamiento de la base reguladora o ingreso base de liquidación de los
regímenes especiales aplicables, esta segmentación constituye así una
vulneración al derecho a la seguridad social del peticionario.

Por último, es necesario señalar que la conducta desplegada por el Instituto de


Seguros Sociales, es decir, la indebida aplicación del inciso 3 del artículo 36 de
la Ley 100 de 1993, constituye una vulneración al debido proceso del accionado,
por cuanto se constata la existencia de una real o aparente intención de no
decidir de manera ajustada al ordenamiento jurídico, propiciando y forzando la
utilización innecesaria y dilatoria de vías judiciales constitucionales.

Determinado lo anterior, debe la Sala entrar a establecer la legislación aplicable


y con ello el ingreso base de liquidación aplicable en el caso concreto.

Como fue reconocido en las resoluciones antedichas el ciudadano Germán


Antonio Buitrago Forero cumple con las exigencias establecidas para ser
beneficiario del régimen de transición según los lineamientos establecidos en el
artículo 36 de la ley 100 de 1993, pues a 1 de abril de 1994, éste contaba con 45
años de edad y con mas de 15 años de servicio.

Aunado a lo anterior, debe hacerse especial énfasis en que el demandante se ha


venido desempeñando a lo largo de su carrera como funcionario de la rama
jurisdiccional (desde el 16 de febrero de 1968 hasta el 31 de mayo de 1972) y
como agente del ministerio publico (desde el 5 de diciembre de 2002 hasta la
actualidad), por lo que sumado a las antedichas circunstancias permite delimitar
la normatividad pensional aplicable, la cual es el decreto 546 de 1971.

El artículo 6 del mencionado decreto, exige para el reconocimiento del derecho


pensional los siguientes requisitos:

“Artículo 6°. Los funcionarios y empleados a que se refiere este Decreto,


tendrán derecho, al llegar a los 55 años de edad, si son hombres y de 50,
si son mujeres, y cumplir 20 años de servicios continuos o discontinuos,
anteriores o posteriores a la vigencia de este Decreto, de los cuales por
lo menos 10 lo hayan sido exclusivamente a la Rama Jurisdiccional o al
Ministerio Público, o a ambas actividades, a una pensión ordinaria
vitalicia de jubilación equivalente al 75% de la asignación mensual
más elevada que hubiere devengado en el último año de servicio en
las actividades citadas. (negrillas fuera del texto)

En el caso concreto el ciudadano Germán Antonio Buitrago Forero tiene:

60 años de edad, por lo que se encuentra inscrito en la categoría de


sujetos de especial protección constitucional; (ii) más de 20 años de

servicio, de los cuales (iii) más de 10 años fueron dedicados


exclusivamente a la rama judicial y al ministerio público, lo que permite
concluir que el demandante reúne los requisitos exigidos por la
normatividad aplicable y en consecuencia es acreedor de la pensión de
vejez.
En cuanto a la forma de calcular la pensión de vejez a la cual tiene derecho
debe tomarse la asignación mensual mas elevada, que en este caso es la
remuneración mensual que el actor percibía como Procurador Delegado ante el
Consejo de Estado, la cual asciende a $23´676.343 de pesos, sobre esta
cantidad le debe ser aplicado porcentaje establecido por el articulo 6 del decreto
546 de 1971, que es el 75%.

De acuerdo con lo anterior, la Sala de Revisión modificara el fallo proferido en el


tramite de la acción de tutela por la Sala Penal del Tribunal Superior del Distrito
Judicial de Bogotá, en segunda instancia y concederá de manera definitiva el
amparo del derecho fundamental a la seguridad social del ciudadano Germán
Antonio Buitrago Forero.

En consecuencia, se ordenará al Instituto de Seguros Sociales que expida un


nuevo acto administrativo de conformidad con lo expuesto en las
consideraciones expuestas en la parte considerativa de esta sentencia”.

La ratio decidendi en la Sencia enunciada es plenamente aplicable al señor


JESÚS GERMAN LOAIZA ORTIZ, en esencia por llevar mas de 30 años al
servicio de la Rama Judicial tener la edad de 60 años de edad, y en los términos
del artículo 7 de la Ley 1276 de 2009:
“Adulto Mayor. Es aquella persona que cuenta con sesenta (60) años de edad o
más. A criterio de los especialistas de los centros vida, una persona podrá ser
clasificada dentro de este rango, siendo menor de 60 años y mayor de 55, cuando
sus condiciones de desgaste físico, vital y psicológico así lo determinen”
No cabe duda y así lo ha reconocido la misma Caja que mi agenciado nacio el 6
de noviembre de 1950 lo que para el día de hoy tiene 60 años de edad 3 meses y
4 días de nacido, por ello se convierte en persona de especial protección que
conforme a la parte final del artículo 13 de la Constitución Política ha de ser
protegido por el Estado. Por ello, resulta alejado de todo derecho el negar el
reconociemiento de la pensión en la forma pretendida y ajustada a lo reglado para
los funcionarios judiciales, como ya tantas veces se ha referido en este escrito.

6. ACTUACIÓN DE LA PRODURADURÍA

El señor Procurador General de la Nación advirtiendo la indebida liquidación de las


pensiones a través de Circular No. 054 de 3 de noviembre de 2010, dirigida aL
Ministerio de la Protección Social, Ministerio de Hacienda y Crédito Público,
Cajanal en Liquidación y Servidores que Administren el régimen de Prima Media,
consignó:
“(…) el Procurador General de la Nación … solicita a los destinatarios de la

presente Circular, respetar los derechos adquiridos en materia pensional, acatar


la reiterada jurisprudencia de la Corte Constitucional y del Consejo de Estado, en
defensa de los derechos de los servidores públicos afiliados beneficiarios de
regimenes pensionales cobijados por la transición. Igualmente el Ministerio
Público solicita que se revisen los conceptos, directrices e instructivos contrarios
a derecho, al precedente jurisprudencial y a esta Circular con el fin de evitar se
siga causando un grave detrimento al patrimonio público, la violación de
derechos fundamentales de afiliados y la gran congestión judicial que existe en
la Rama Judicial por estos incumplimientos”.

Conforme a lo anterior, resulta pertinente advertir la intención de la Procuraduría


de hacer el llamado a entidades como la accionada de aplicar en su integridad el
regimen de transición en los montos fijados por cada uno de los regimenes
existentes previa expedición de la Ley 100 de 1993, entre ellos el de la Rama
Judicial.

7. PRETENSIÓN DE LA ACCIÓN CONSTITUCIONAL

Con la presente acción constitucional se pergigue:

7.1 PRINCIPALES: En forma Subsidiaria


Primera. Se tutelen los derechos fundamentales al debido proceso, seguridad social
y mínimo vital vulnerados al señor JESÚS GERMAN LOAIZA ORTIZ, con la
actuación errada y apartada de derecho por la accionada Caja Nacional de Previsión
y su ente liquidador Buen Futuro.
Segunda. Se ordene a la accionada Caja Nacional de Previsión y su ente liquidador
Buen Futuro se liquide y pague la pensión del Señor JESÚS GERMAN LOAIZA
ORTIZ, conforme a lo dispuesto en el Decreto 546 de 1971, dada su calidad de
empelado judicial, esto es una pensión ordinaria vitalicia de jubilación equivalente
al 75% de la asignación mensual más elevada que hubiere devengado en el último
año de servicio.

7.2 SUBSIDIARIAS: Atendiendo lo definido en la Sentencia T- 351 de 2010:

Primera. Amparar de manera definitiva los derechos fundamentales al debido


proceso, seguridad social y mínimo vital vulnerados al señor JESÚS GERMAN
LOAIZA ORTIZ, y se ordene a la accionada Caja Nacional de Previsión y su ente
liquidador Buen Futuro se liquide y pague la pensión del Señor JESÚS GERMAN
LOAIZA ORTIZ, conforme a lo dispuesto en el Decreto 546 de 1971, dada su
calidad de empelado judicial, esto es una pensión ordinaria vitalicia de jubilación
equivalente al 75% de la asignación mensual más elevada que hubiere devengado
en el último año de servicio.

8. PRUEBAS

Señor juez solicito que se tengan como pruebas dentro de la presente acción
constitucional las siguientes pruebas

8.1 Documentales

 Copia de la Resolución PAP 023424 de 28 de octubre de 2010 emenada de


la Caja Nacional de Previsión en Liquidación.

 Copia de la Resolución PAP 003556 de 29 de marzo de 2010 emenada de


la Caja Nacional de Previsión en Liquidación.
 Copia de recurso de reposición contra la Resolución PAP 003556 de 29 de
marzo de 2010 emenada de la Caja Nacional de Previsión en Liquidación.

 Copia de Certificación expedida por la Gerente de la Financiera Juriscop


donde se advierte el monto de deuda por valor de $ 11. 392. 975, 49

 Copias de recibos de pago mensuales a favor del Banco Agrario de


Colombia por valor de $ 309.960

 Copia de de GMAC donde se refleja el pago mensual de $ 785.559 y un


saldo total de $ 21.735.171

 Copia de extracto de tarjetas de crédito Banco de Bogotá por pagos


minimos de $ 255.000 y $ 234.000

 Copia de la Circular No. 054 del señor Procurador General de la Nación

 Copia de Certificación de tiempo de servicio y salario devengado

 Copia desprendible de pago del mes de octubre de 2010

8. NOTIFICACIONES

 La accionada BUEN FUTURO como agente Liquidador de CAJA


NACIONAL DE PREVISIÓN SOCIAL las recibira en la Avenida calle 80
No. 69 – 70 Paraque Comercial Proseguros Bodega 2, Bogotá.

 La Accionada CAJA NACIONAL DE PREVISION SOCIAL CAJANAL EICE


EN LIQUIDACION las recibira en la carrera 59 Nro. 43-45 Bloque 01 - CAN,
Bogota.

 Mi poderdante las recibira en la Calle 19 No. 3-29 de Guateque Boyacá.


 El Susucrito las recibiré en la Secretaría de su Despacho o en la Calle 21
No. 10-32, Piso 11 Oficina 11-01, Edifico Sociedad de Ingenieros y
Arquitectos Tunja Boyacá.

Respetuosamente,

OSCAR MANUEL SILVA ROJAS


C. C. 7.335.320 de Garagoa Boyacá
T. P. 158.781 del C. S. de la Judicatura

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