Es la violencia que se ejerce a través de patrones esteriotipados, mensajes, valores, íconos o
signos que transmiten y reproducen dominación, desigualdad y discriminación en las relaciones sociales, naturalizando la subordinación de la mujer en la sociedad. Implica una reproducción encubierta y sistemática, difícil de distinguir y percibir. Fue definida por primera vez en la década de los ’70, por el sociólogo francés Bourdieu, quien la describió como una relación social donde el “dominador” ejerce un modo de violencia indirecta y no físicamente directa en contra de los “dominados”, los cuales no la evidencian o son inconscientes de dicha práctica en su contra, por lo cual se tornan “cómplices de la dominación a la que están sometidos”. Pierre Félix Bourdieu (Denguin, 1 de agosto de 1930 – París, 23 de enero de 2002) fue uno de los más destacados representantes de la sociología contemporánea. Investigó sobre lo que suele parecer trivial como parte de nuestra cotidianeidad. Por su compromiso público, se convirtió en uno de los principales referentes de la sociedad intelectual francesa. Su pensamiento ejerció gran influencia en la conciencia humana y social. Para este sociólogo, la opinión pública no existe porque se encuentra manipulada y explícitamente formulada por grupos de poder que a través de los medios de comunicación imponen sus intereses en el pensamiento público. Su característica imperceptible a simple vista, hace que ésta violencia pueda diferenciarse de forma muy sencilla de la corporal. Por contraste, la agresión física o maltrato produce daños tangibles en el cuerpo humano, fácilmente identificables. Mientras que si la comparamos con la violencia psicológica, aunque comparten la particularidad de ser invisibles. La diferencia radica en que ésta última provoca un daño emocional y una disminución de la autoestima. Degrada y controla las acciones de la víctima a través de amenazas, intimidaciones, humillaciones, manipulación o aislamiento.