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Poder Judicial de la Nación

En la ciudad de Corrientes, Capital de la Provincia del mismo


nombre, República Argentina, a los diecisiete días del mes de febrero del
año dos mil doce, se constituye el Tribunal Oral en lo Criminal Federal
de Corrientes, en la sala de acuerdos y deliberaciones del Cuerpo, bajo
la presidencia del señor Juez de Cámara, doctor VÍCTOR ANTONIO
ALONSO, e integrado por los señores Jueces de Cámara, doctora
LUCRECIA M. ROJAS de BADARÓ y doctor FERMÍN AMADO CEROLENI,
asistidos por la Secretaria autorizante, doctora SUSANA BEATRIZ
CAMPOS, para dictar sentencia en la causa Nº /10 caratulada: “SOSA
JULIO CESAR- GIMENEZ GABRIEL ANTONIO Y GIMENEZ ALBINA
BEATRIZ P/SUP.INF.LEY 23737 ”, Expediente Nº769/11, en la que
intervienen la señora Fiscal por ante el Tribunal, doctora GABRIELA
LOPEZ BREAD, en representación del Ministerio Público Fiscal; por la
defensa de los imputados Albina Beatriz Giménez y Gabriel Antonio
Giménez el defensor particular, doctor RICARDO ARIEL OSUNA; por la
U S O O F I C IAL

Defensa del imputado Julio Cesar Sosa, el defensor particular doctor


OMAR ANTONIO SERIAL y el señor Defensor Oficial por ante el Tribunal,
doctor MARIO ENZO DI TELLA; los imputados: GABRIEL ANTONIO
GIMENEZ, alias “Chipa”, DNI N°27.568.299, de 31 años de edad, nacido
el 13/04/1980 en Ituzaingó, Provincia de Corrientes, hijo de Bernardo
Giménez y de María Adelaida Gauna, de estado civil soltero, de
ocupación vendedor ambulante, con domicilio calle Posadas y Pellegrini
del Bº Islas Malvinas casa 165, de la ciudad de Ituzaingó, Corrientes;
ALBINA BEATRIZ GIMENEZ, (a) "Wina", de 30 años de edad, soltera,
argentina, nacida en Ituzaingó el 31 de marzo de 1981, 28589857,
domiciliada en las 40 viviendas, manzana 443, casa 12, de Ituzaingó, de
ocupación vendedora ambulante, hija de Bernardo Giménez y de María
Adelaida Gauna; JULIO CESAR SOSA, DNI Nº 28.181.915, de 31 años
de edad, soltero, técnico superior en administración de empresa y
auxiliar de farmacia, argentino, nacido en Ituzaingó el 30 de octubre de
1980, domiciliado en Manuel Ledesma y Artigas de la localidad de
Virasoro, hijo de Roque Osvaldo Sosa y de Etelvina Ríos. Seguidamente
el Tribunal tomó en consideración y se expidió sobre las siguientes:
Cuestiones:
Primera: ¿Existen nulidades que declarar en la causa?

Segunda: ¿Está probado el hecho y la participación de los


imputados?

Tercera: ¿Qué calificación legal cabe aplicar y, en su caso, qué


sanción corresponde?

Cuarta: ¿Corresponde la imposición de costas y regulación de


honorarios profesionales?

Practicado el sorteo correspondiente, resulta que los señores


magistrados fundarán su voto en el siguiente orden: Doctor VÍCTOR
ANTONIO ALONSO – Doctor FERMÍN AMADO CEROLENI – Doctora
LUCRECIA M. ROJAS de BADARÓ.-
A la PRIMERA CUESTIÓN, el doctor VÍCTOR ANTONIO
ALONSO:
Que se inicia el debate en la presente con la lectura del
requerimiento de elevación de la causa a juicio, formulado a
fs.641/645vta. por el Fiscal Federal del Juzgado Federal con asiento en
la ciudad de Corrientes, doctor Flavio A. Ferrini.-
Que dado que la pieza precedentemente mencionada describe la
hipótesis fáctica que fuera objeto del contradictorio, corresponde
establecer el marco de los hechos allí descriptos.
Según establece la citada pieza, las presentes actuaciones
tuvieron origen luego de tareas investigativas llevadas a cabo por
personal perteneciente al Escuadrón 47 de Gendarmería Nacional. Secc.
Ituzaingó. Hacía ya más de un año, aproximadamente, que los
preventores venían realizando tareas investigativas en el marco de la
operación denominada "Rosarito" (llevada a cabo a raíz de información
que habían brindado los vecinos de la localidad respecto de un
ciudadano apodado "Chipa” quien gozaba de una próspera situación
económica que no se condecía con su actividad laboral.) cuando
recibieron información coincidente a través de un llamado telefónico
recepcionado en la dependencia (formulado por una persona identificado
como Luis García) que, amén de aseverar lo recabado por la prevención
en el marco de la investigación “Rosarito”, daba cuenta de que sería el
ciudadano Giménez, junto a otras personas, quien se dedicarían al
contrabando de estupefaciente desde el vecino país del Paraguay.
El llamante aportó a la prevención varios números de teléfonos
que luego fueron intervenidos a instancias del juez de instrucción. De la
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escucha directa de la línea 011-1530618596, que pertenecía al Sr.


Gabriel Antonio Giménez, se pudo determinar que el día 28 de abril del
2009 se produciría un importante traslado de estupefaciente desde la
localidad de Ituzaingó y el vehículo que utilizarían sería un Renault
Megane II, dominio GH1-648, color gris con vidrios polarizados. Así
mismo se pudo determinar que también se utilizarían para dicha
operación dos vehículos más que oficiarían de punteros, un VW Fox,
dominio GTC-623 que sería conducido por el propio Gabriel Antonio
Giménez, y un Chevrolet Astra, dominio FKD-028, el que sería de una
persona de nombre "Lucas".
En horas de la noche del día 28 de abril del 2009, una patrulla
ubicada sobre la ruta N° 12, pudo observar que un vehículo Renault
Megane II de similares características al ya mencionado (al que se le
había realizado un seguimiento discreto), estuvo estacionado unos
minutos frente al domicilio de la hermana del Sr. Giménez.
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Asimismo, de las escuchas directas, se pudo establecer que el


vehículo Fox, ese mismo día aprox. a las 22:30 hs., salió de la localidad
de Ituzaingó y se dirigió hacia la ciudad de Ctes. y luego de traspasar la
localidad de Villa Olivari, llamó a sus compañeros y les hizo saber que la
ruta estaba despejada. Fue así que inmediatamente salió de Ituzaingó el
vehículo Megane II y el Astra, por lo que personal de gendarmería
instaló otro control en Villa Olivari, momentos en que el Megane II, al
advertir la presencia del control, velozmente aumentó la marcha
poniendo en peligro al personal apostado, para luego girar en U y
retomar hacia la localidad de Ituzaingó. Fue durante aquella fuga que un
efectivo de la prevención arrojó una linterna que impactó sobre el vidrio
de la parte trasera del vehículo, haciéndolo estallar.
Tiempo después el vehículo fue encontrado en la parte posterior
de la vivienda de Gabriel Ríos (D.N.I. 32.328.075), quien manifestó, en
la ocasión, que el automóvil fue dejado por su primo Julio Sosa, quien lo
había abandonado ahí alegando que lo seguía una patota, entregándole,
de igual forma, una mochila.
Con autorización del propietario de la vivienda se procedió a
revisar el vehículo cuyo dominio era GHA-041, no encontrándose
elementos de interés dentro del mismo, pero se pudo constatar que
poseía el vidrio de la ventana de la puerta trasera rota (estallada). En
forma simultánea, otro grupo de gendarmería logró detener la marcha
del vehículo Fox que era conducido por el Sr. Giménez.
Siendo las 7:15 hs. del día 29 de abril, en la guardia de la
prevención, se recibió un llamado de una persona de sexo femenino
quien manifestó que en el fondo posterior a su vivienda se encontrarían
varios bolsos abandonados. Inmediatamente se trasladó personal de la
dependencia a efectos de corroborar el llamado recibido hacia el
domicilio ubicado en la Av. Santa Fe s/n Zanjón Paraná B° San Isidro de
Ituzaingó Ctes.. Una vez en lugar entrevistaron al propietario, quien se
identificó como Marcelo Adrián Rodríguez, quien voluntariamente les
mostró el lugar donde se hallaban seis bolsos que contenían en su
interior paquetes rectangulares envueltos en cinta de embalar color
verde y ocre, haciendo un total de 186 con un peso aprox. de 212.878
kgrs., cuyo narco test dio positivo para canabis sativa marihuana. Por su
parte, sobre el bolso N° 6 se hallaron restos de vidrios similares a los
hallados dentro del Renault Megane II que fuera abandonado en la
vivienda del ciudadano Ríos. Asimismo, la prevención dejó constancia
que la distancia entre los dos domicilio era de 150 metros.
Por otra parte, del allanamiento dispuesto por el Juez Federal
sobre la finca ubicado en el B° 40 Viv. Mzna. 443, casa 12 de Ituzaingó,
cuya propietaria era la Sra. Albina Beatriz Giménez (hermana de
Giménez), logró encontrarse seis bolsas de polietileno color negro, que
poseían en su interior paquetes rectangulares envueltos en cinta de
engomar, que se hallaban ocultos debajo del colchón de una de las
habitaciones, y cuya prueba de narco test arrojó resultado positivo para
canabis sativa marihuana, siendo su peso total de 185,281 kgrs.
Por tales hechos, el Ministerio Fiscal sindico al señor Gabriel A.
GIMENEZ como autor del delito de organizador de tráfico de
estupefacientes (art.7 Ley 23737), ya que, a través de la intervención
telefónica que se había realizado sobre la línea que le pertenecía (011-
1530618596), se logró establecer que el nombrado organizó la
operación de tráfico de estupefaciente antes referenciada al determinar
los pormenores de la operación (cantidad de estupefaciente a
transportar, los vehículos a utilizar, la ruta a seguir, el lugar de guarda
de la mercadería, dar aviso de que la ruta estaba liberada, etc.),
cumpliendo un rol protagónico al desplegar una actividad intelectual de
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establecer contactos, relacionar personas y articular actividades, y


oficiar de puntero en el transporte que era desarrollado por Julio Sosa.
A su turno, sindicó a Julio C. SOSA como autor del delito de
transporte de estupefacientes (art.5, inc. c Ley 23737), al establecer
que era éste quien conducía el vehículo Megane II, dominio GHA-041, el
día 28 de abril de 2008, en el que se transportara estupefaciente y que
luego fuera abandonado.
Finalmente, sindicó a la señora Albina B. GIMENEZ como autora
del delito de almacenamiento de sustancia estupefaciente (art.5, inc. c
Ley 23737), ya que al allanar su domicilio se lograron secuestrar más de
185 kgrs. de sustancia estupefaciente, entendiendo que, tal como se
podía establecer de las escuchas telefónicas, la imputada había cedido
su lugar de residencia para que se guardase el estupefaciente y
conservaba sobre la sustancia el poder de disposición.
Asimismo, agravó la conducta de los imputados Gabriel GIMENEZ,
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Albina GIMENEZ y Julio SOSA, en función del art.11 de la ley 23737, al


entender que los mismos habían actuado en forma organizada.
Que en la audiencia de debate, y en la oportunidad prevista para
recibírsele declaración de imputado, los señores Gabriel Antonio
GIMENEZ y Albina Beatriz GIMENEZ, en ejercicio de su derecho
constitucional, se abstuvieron de prestar declaración.
Por su parte, el imputado Julio Cesar SOSA, al momento de
recibírsele declaración indagatoria negó haber cometido el delito que se
le imputaba y dijo, en lo sustancial, que en Ituzaingó tenía un
maxikiosco, que el día 28 trabajó por la tarde en el kiosco hasta las ocho
de la noche y que luego pasó por la casa de una chica. Fue a su casa y,
alrededor de las once, su madre recibió un llamado de su tío Roberto
Ríos –padre de Gabriel Ríos- avisándole que lo estaban buscando los
gendarmes porque habían encontrado un auto lleno de cosas en el
domicilio de su primo y que él lo había dejado ahí. Que se asustó, llamó
a un abogado quien le aconsejó que fuese al campo a esconderse,
mientras intentaba obtener una exención de prisión. Que estuvo cerca
de un año en Virasoro en la casa de su padre y al año lo agarraron. Que
tenía una camioneta una Eco Sport roja al momento del hecho, que
conoce a GABRIEL GIMENEZ, del pueblo y siempre iban al casino con la
madre, que lo conoce de saludarlo; que GABRIEL RIOS es su primo y
vive en la casa de su abuela que es abuela del compareciente, que tiene
una relación muy especial con la misma, por eso estaba su mochila allí.
Durante la celebración de la audiencia llevada a cabo,
comparecieron los testigos de actuación y procedimiento, señores:
Marcelo Adrián RODRIGUEZ, Darío Javier LOMBARDO, Hugo Abel
ROMERO, Mario Cirilo MONZON, Juan Ricardo ACOSTA, Sergio Fabián
SCHONINGER, Marcelo Adrian RODRIGUEZ, Cristian Alejandro
FERNANDEZ, Ramón José ALARCON y Gabriel RIOS.
Fueron incorporadas por su lectura las siguientes piezas como así
también los siguientes elementos probatorios: Parte preventivo de fs.
01/05 – Resolutorio de fs. 06 y vta. – Informe de fs. 16/23 – Orden de
allanamiento de fs. 24/25 y vta. – Acta circunstanciada de
procedimiento de fs. 32/37 – Narcotest de fs. 38/40 – Inventario de
automotor de fs. 41/43 – Croquis de fs. 44 – Anexo acta de
procedimiento de fs. 46/54 - Acta circunstanciada de procedimiento de
fs. 55/57 - Inventario de automotor de fs. 60/62 – Mensaje de tráfico
oficial de fs. 67/75 – Informe médico de fs. 77 - Informe de fs. 78/81 –
Actas de allanamientos y croquis de fs. 84/104 - Anexo acta de
procedimiento de fs. 105/110 - Narcotest de fs. 111/112 – Mensaje de
tráfico oficial de fs. 117/122 - Informe de fs. 123/125 – Actas de fs. 127
y vta. y fs. 128 – Acta y desgravación de fs. 129/137 – Acta de pesaje
de fs. 139/140 - Resolutorio de fs. 146 y vta. – Informe de fs. 152 y fs.
170 – Informe médico psiquiátrico de Gabriel Antonio Giménez de fs.
189 - Informe médico de fs. 199 – Informe social de fs. 201/210 - Acta
de fs. 212 – Informe pericial químico de fs. 243/253 - Acta de fs. 261 y
vta. – Informe del Registro Nacional de Propiedad Automotor de fs.
267/268 y vta. – Informe de fs. 294/358 - Fotografías de fs. 361/366 y
vta. - Informe médico de fs. 392 – Informe social de fs. 408/417 -
Informe médico psiquiátrico de Albina Beatriz Giménez de fs. 418 –
Informes de fs. 468/474 y fs. 482 - Fotografías de fs. 483/484 - Informe
médico psiquiátrico de Julio Sosa de fs. 531 – Informe de fs. 630/635 –
Informe socio ambiental de Julio César Sosa de fs. 673/674 – Informe
del Registro Nacional de Reincidencia de fs. 692 y vta. - Informe del
Registro Nacional de Reincidencia de fs. 693/694 - Informe socio
ambiental de Gabriel Antonio Giménez de fs. 699/701 - Informe socio
ambiental de Albina Giménez de fs. 703 y vta. - Informe del Registro
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Nacional de Reincidencia de fs. 716/717. Documentaciones y elementos


secuestrados cuya reserva en Secretaría se ordenó por decreto de fs.
665/666, consistentes en: un (1) DNI N° 28.181.915, perteneciente a
Sosa Julio César; seis (6) comprobantes de pago de peajes; siete (7)
pastillas en frasquito plástico con las inscripción “Farmacia Santa
Magdalena”; un (1) sobre transparente con la inscripción “Paraná
Seguros”, que en su interior contiene 17 hojas referidas a la póliza de
seguro, respecto del vehículo Renault Megane II 2.0 Lux-dominio GHA
041; un (1) teléfono celular marca “Samsung” de color negro, IMEI (no
se puede leer, salvo los últimos números: 6409Z), con chip de la
empresa “Claro” N° 8954 31008 14447 42022 HLR:4, con batería; dos
(2) potes de color negro con tapa roja de grasa de litio multiuso; un (1)
molinillo de color plateado con la inscripción “Heil Raiser”; un (1)
envoltorio de plástico color blanco “tipo bochita” con sustancia en su
interior; una (1) caja de papel con la inscripción “El Ombú” de color
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verde; una (1) tarjeta de recarga telefónica de la empresa “Claro”


usada; un (1) estuche de anteojos de color negro con la inscripción
“Rusty”, conteniendo en su interior semillas y hojas verdes secas; una
(1) mochila de color negra con vivos rojos con la inscripción “adventure
sport” y en su interior, una (1) campera de color rojo con la inscripción
“TSX” talle XL; un (1) sobre de color papel madera conteniendo ocho (8)
CD pertenecientes al abonado N° (011) 15 30618596; un (1) sobre de
color papel madera conteniendo cinco (5) CD pertenecientes al abonado
N° (011) 1530618596, más: un (1) CD en blanco y cinco CD (5)
rotulados; una (1) licencia de conducir a nombre de Piriz Ramón
Antonio, otorgado por la Municipalidad de Posadas (Misiones); un (1)
contrato de compra venta de embarcaciones a nombre de Piriz Ramón
Antonio y papeles varios, con anotaciones pertenecientes a Piriz Ramón
Antonio y un sobre conteniendo una (1) bochita con sustancia blanca;
un (1) teléfono celular marca Motorola color negro, IMEI N°
010679002786209, con batería y sin chip y dos (2) baterías más; un (1)
sobrecito conteniendo una cuchilla de trincheta; tres (3) sobres blancos
con tres (3) contramuestras cada uno; un (1) sobre blanco con cuatro
(4) contramuestras; cuatro (4) chips de la empresa Personal
identificados con los números: 1) 8954 3411 1056 1331 2753; 2)
89543 41100 66440 04494; 3) 8954 3411 0066 4767 6538; 4) 8954
3411 2088 0116 8837; un (1) chip “CTI móvil” identificado con el
número 8954 31007 24255 73056 HLR:4; 0; un (1) celular con batería
(con un sticker pegado con la inscripción de un número 3752730074)
LG, número de IMEI: 359670-49008-3; un (1) celular marca Samsung,
modelo SGH - M310L - IMEI: 354642/02/110635/7-chip empresa Claro
N° 8954 31608 14493 43978; un (1) celular marca Motorola (Nextel)
modelo I 876 IMEI 600072659740 (sin tarjeta SIM); un (1) celular
marca Motorola (Nextel) modelo I 876 IMEI 000600085970740 (sin
tarjeta SIM); un (1) celular marca Motorola (Nextel) modelo I 876 IMEI
600069578740 (con chip que no se puede visualizar a que empresa
pertenece, identificando la tarjeta SIM con el número 0018-0195-4490-
806); un (1) celular marca Motorola (Nextel) modelo I 876 IMEI
000600132380590 (con tarjeta SIM inserta en el mismo, de la empresa
Nextel, serie N° 0018-01925669-360); un (1) celular marca Sony
Ericsson modelo Walkman IC 4170-B – A1032051, IMEI 35384709-
2882-59-3-02 (con tarjeta SIM de la empresa Claro inserto en el mismo,
con el N° 8954 31608 54558 96387 HLR: 4); un (1) celular marca
Motorola IMEI: 3589 1100 1181 755 (con tarjeta SIM de la empresa
Personal, inserto en el mismo con el N° 89543 41120 77258 33302 y un
chip de la empresa CTI móvil N° 8954 31007 60614 31297 HLR:0; un
(1) celular Sony Ericsson W380a – IC: 4170B-A1035051 con batería
original Sony Ericsson; un (1) celular marca Motorola – carcaza azul –
FCC ID: IHDT56EQ1 – IMEI: 35407200 1404822 – con batería; dos (2)
chips de la empresa CTI Móvil N° 8954 31605 63113 95082; 8954
31305 32118 69509 HLR:2; un (19 chip de la empresa Movistar N° 61-
00-101538400; un (1) celular marca Motorola, carcaza color gris y
negro, IMEI: 010678000563297, con batería; un (1) celular Samsung
IMEI: 357753/00/158970/7; un (1) termo color verde claro con tapa
negra; un (1) celular marca LG IMEI: 012147007425114; un (1) chip de
la empresa Personal N° 89543410210917937718; un (1) cargador para
celular; once (11) sobres de bicarbonato de sodio marca “Dumba” de 20
gr. cada uno y una (1) tableta conteniendo cuatro (4) pastillas de octani
16 (bromazepan); incorporar los automotores secuestrados en autos:
marca Renault, modelo Megane II, dominio colocado GHA-041, otorgado
en depósito judicial, conforme surge del incidente “MOLINA, Pablo s/
automotor en depósito judicial en expte. ppal N° 138/09”; que corre por
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cuerda a estos obrados; y marca Wolskwagen, modelo Fox 1.6 Sportline,


dominio colocado GTC-623; otorgado en depósito judicial, conforme
surge del incidente “Gendarmería Nacional E-48 – Kurz, Guillermo s/
vehículo en depósito judicial en expte. ppal N° 138/09”; demás
elementos y actas que fueran incorporados durante el plenario.-
Que en oportunidad de formular su alegato, la señora Fiscal por
ante el Tribunal, doctora Gabriela López de Breard, luego de un
pormenorizado análisis de las pruebas existentes e incorporadas a
debate, tuvo por acreditado el hecho que fuera descrito en el
requerimiento de elevación de la causa a juicio y concluyó atribuyendo
responsabilidad penal a los imputados Gabriel GIMENEZ, Albina
GIMENEZ, y Julio SOSA.
Acusó al señor Gabriel A. GIMENEZ como autor del delito de
organizador de tráfico de estupefacientes (art.7 Ley 23737), al entender
que era éste quien dirigía la organización, aportaba los medios
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económicos y técnicos, usaba a su familia, gente de confianza como


informante, a fin de desplegar la conductas prohibidas por el art.5 de la
ley 23.737. Señaló que el nombrado vivía en Buenos Aires y en
Ituzaingó lo que le permitía suponer que tenía los contactos en Buenos
Aires. A su turno dijo que el vehículo marca FOX que pertenecía a
GIMENEZ fue visto en el río el día del hecho y que surgía de las
escuchas telefónicas que se había comunicado con los de enfrente.
Señaló que el nombrado era quien dispuso que iban a llevar otros autos,
y que a él JULIO SOSA le daba las explicaciones. Denotó que el
nombrado poseía un importante nivel de gasto, no obstante que no tenía
una actividad lícita conocida, y que tenía droga en la casa de su
hermana.
A su turno, sindicó a Julio C. SOSA como autor del delito de
transporte de estupefacientes (art.5, inc. c Ley 23737), al establecer
que era éste quien iba en el vehículo Megane II en el que se
transportara estupefaciente el día del evento. Señaló que de las
escuchas surgía que el nombrado estaba en contacto continuo con
Gabriel GIMENEZ, y fue él quien armó el transporte en el auto de PIRIS,
de Posadas, que luego fue encontrado en la casa de su primo.
Finalmente, apartándose de la calificación que fuera atribuida al
hecho por el fiscal de instrucción, acusó a la señora Albina B. GIMENEZ
como autora del delito de facilitadora (art.10, Ley 23737), ya que al
allanar su domicilio se lograron secuestrar más de 185 kgrs. de
sustancia estupefaciente envuelta igual que el resto de la droga hallada
en éste procedimiento. Entendió que la nombrada facilitó el lugar para
que se cometan el transporte de estupefacientes, al poner a disposición
su casa para que quede en su domicilio la sustancia hasta que pueda ser
transportada.
Asimismo, agravó la conducta de los imputados Gabriel GIMENEZ,
Albina GIMENEZ y Julio SOSA, en función del art.11, inc. c, de la ley
23737, al entender que los mismos habían actuado en forma
organizada.
En cuanto al pedido de pena hizo una distinción en virtud de los
delitos atribuidos, y conforme los artículos 40 y 41 del Código Penal,
solicitó se condene: a Gabriel Antonio GIMENEZ a la pena de doce (12)
años de prisión, más el mínimo de la multa; a Julio Cesar SOSA a la
pena de seis (06) años de prisión y el mínimo de la multa; y a Albina
Beatriz GIMENEZ a la pena de cuatro (04) años de prisión, más el
mínimo legal de la multa.
A su vez, en caso de que recayese condena, solicitó se ordene la
inmediata detención de los imputados.
Por su parte la defensa técnica de los imputados Gabriel Antonio
GIMENEZ y Albina Beatriz GIMENEZ, a cargo del señor defensor
particular, doctor Ricardo OSUNA, en oportunidad de formular su
alegato, luego de evaluar las pruebas incorporadas a debate, peticionó
se absuelva a sus defendidos.
Dijo, en cuanto a ALBINA BEATRIZ GIMENEZ, que no había
informe de dominio que la casa le perteneciera, su concubino también
tenía acceso a la vivienda. Dijo que el día 28 su defendida había salido
del país y si bien no había constancia de ingreso, no se podía presumir
si volvió o no. Señaló que no se había probado el elemento subjetivo del
tipo. Por su parte, dijo que no se había probado cuántas líneas estaban
funcionando de las secuestradas a GIMENEZ. Remarcó que nadie había
visto a GIMENEZ cargar o descargar algo del vehículo FOX, y que
tampoco se había probado la vinculación del MEGANE II con la casa de
su defendida.
En otro segmento de su defensa, planteó la nulidad del
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allanamiento de fs.102 a 113, y de la orden misma de allanamiento que


emanaba del Juzgado Federal a fs.24 y 25 y vta., en función del artículo
168 del CPPN. Dijo que se habían afectado garantías constitucionales ya
que los artículos 224 y 225 establecen una regla, y dos excepciones
para el allanamiento. Manifestó que el allanamiento se había realizado
en horario nocturno y, no obstante que la prevención no había pedido
habilitación de día y hora, la orden se había ordenado con habilitación
de días y horas inhábiles sin fundamentar el por qué de la medida. Dijo
que la vivienda debió ser allanada el día 29 y fue allanada el día 30.
Entendió que esta falta de fundamentación se sancionaba con pena de
nulidad, y que el allanamiento se había realizado a la hora 02,25 del día
30 una vez expirada la orden judicial.
A su turno, ejerció la defensa técnica del señor GABRIEL ANTONIO
GIMENEZ, y dijo que no había elementos de cargo certeros y
contundentes que lo acerquen a la organización que se le imputaba.
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A su turno, la defensa técnica del imputados Julio Cesar SOSA, a


cargo del Defensor Oficial, Mario Enzo Di Tella y del defensor particular,
doctor Omar Serial, en oportunidad de formular sus alegatos, solicitaron
la absolución de su defendido.
Solicitó el señor Defensor Oficial se declare la nulidad del auto que
dispuso la intervención judicial telefónica de fs.06, al entender que
carecía de una debida fundamentación por no motivarse en elementos
serios y objetivos. Dijo que solo existían elementos endebles, tal que un
llamado telefónico y una supuesta coincidencia de apodos. Destacó que
nos encontrábamos ante un denuncia anónima ya que el señor LUIS
GARCIA nunca existió.
Por su parte, planteó la nulidad del acta de fs.32 y37 y de sus
actos consecutivos, por aplicación de la doctrina del fruto del árbol
venenoso, ya que, según el acta, los testigos decían que el
procedimiento empezó a las diez de la noche lo que no se ajustaba a la
realidad de los sucesos, porque los testigos nunca estuvieron presentes
a esa hora. Asimismo señaló que las manifestaciones obtenidas de
GABRIEL RIOS, si bien se decía que eran manifestaciones espontáneas,
durante el debate se había logrado demostrar que fueron obtenidas con
presión bajo coacción, ya que el nombrado estaba con mucho miedo. Por
tanto, consideró que estábamos en presencia de un allanamiento nulo,
ya que si bien RIOS habría brindado su consentimiento para el
allanamiento, no se le hizo saber que tenía derecho a oponerse, de lo
que debía dejarse constancia en el acta. Expuso que en ese momento no
estaban presentes los dos testigos.
Por otra parte, solicitó se declare la nulidad de la entrega y requisa
de la mochila, y de la requisa y secuestro del MEGANE II, que se
encontraba dentro de la vivienda de GABRIEL RIOS. Remarcó que la
requisa se había realizado al día siguiente, cuando ya no existía un
consentimiento del señor Ríos.
En uso de la palabra el doctor OMAR SERIAL, adhirió a lo
manifestado por sus colegas que le precedieron en el uso de la palabra,
y manifestó que la causa era nula ya que su defendido había quedado en
indefensión absoluta cuando su anterior defensor hizo abandono de
defensa. Asimismo solicitó que, en caso de que no se absolviese a su
asistido, se le conceda la excarcelación.-
En uso del derecho de réplica la señora Fiscal por ante el Tribunal,
la doctora Gabriela López Breard, se opuso a la nulidad articulada por la
Defensa, en los términos que lucen en el acta celebrada. Finalmente,
tanto la Defensa Oficial como el Defensor Particular, hicieron uso de su
derecho a dúplica.
Antes de toda consideración respecto al hecho, como cuestión
previa, debemos adentrarnos al tratamiento de las nulidades que
impusieran los defensores.
- Nulidad del requerimiento de elevación de la causa a juicio.

Luego de la lectura del requerimiento de elevación de la causa a


juicio el doctor JOSE ARMANDO GONZALEZ CABAÑAS -quien ejercía en
la oportunidad la asistencia técnica del imputado JULIO CESAR SOSA -
planteó la nulidad de la pieza procesal citada, que rola a fs.641/645vta.,
alegando que solamente se leía el testimonio de GABRIEL RIOS,
omitiéndose la parte prevaleciente de la declaración que la misma
persona habría realizado el día 29 de diciembre de 2009. Dijo que la
omisión del fiscal era trascendente ya que, en ésta última, contradecía
totalmente lo dicho en el acta.
Al contestar la vista que le fuera conferida, la señora Fiscal
propició el rechazo la nulidad al considerarla extemporánea, dado que,
por aplicación del artículo 170 del CPPN, ésta debió haber sido
Poder Judicial de la Nación

interpuesta durante la instrucción o en el término de citación a juicio.


Asimismo dijo que la misma ya había sido tratada en primera instancia,
había sido rechazada por el juez instructor y confirmada por la Cámara
de Apelaciones. Finalmente, dijo que no correspondía evaluar las
pruebas.
Siendo que en su oportunidad el Cuerpo resolvió diferir el
tratamiento de la nulidad planteada para el momento de dictar
sentencia, corresponde me aboque a la cuestión introducida la que, debo
anticiparlo, deberá ser rechazada.
Preliminarmente cabe reparar en que la vía intentada procura la
invalidez de un acto producido durante la etapa de instrucción que,
como bien señalara la representante del Ministerio Público Fiscal, debió
ser opuesta, bajo pena de caducidad, durante la instrucción o en el
término de citación a juicio (art. 170, inc. 1° del CPPN). Por tanto,
considerando que en la presente causa transita la fase del plenario, se
U S O O F I C IAL

advierte ostensiblemente que la instancia de nulidad se halla caduca.


Tal caducidad finca en que es preciso dotar de estabilidad a los actos de
los órganos jurisdiccionales 1.
Asimismo, se advierte que el impugnante no ha precisado cuál
habría sido el perjuicio –cierto, actual y concreto- que habría sufrido y
que sólo podría subsanarse mediante la declaración extrema que
pretende. Es decir, no ha dado debidas razones del perjuicio irreparable
que habría sufrido su pupilo y que sólo podría ser reparado mediante la
nulidad articulada. Se ha limitado el asistente técnico a referir de modo
genérico su desacuerdo con la valoración del testimonio del señor
Gabriel Ríos realizada por el MPF en su requerimiento de elevación, mas
no ha explicitado cuáles serían las defensas que se habría privado de
oponer, de qué modo el proceso hubiese mutado a favor de su asistido
en caso de que se valorase la testimonial en la forma referida; en fin, no
se ha precisado perjuicio alguno que obstaculice o impida el ejercicio del
derecho de defensa de su pupilo o que violente el debido proceso.
Huelga aclarar que en nuestro ordenamiento jurídico no existen
nulidades sin perjuicio (pas de nullité sans grief), tan siquiera nulidades
sin previsión expresa en su texto (pas de nullité sans texte), dado que la
sanción procesal mediante la que se declara un acto inválido, se
1
Cfr. CFSM, Sala I, JA, 1994-III, índice, 152; CNPE, Sala A, JA, 2001-IV-759; CNCP, Sala II, JPBA, 122-
85-175; cit. por Navarro-Daray, Código Procesal Penal de la Nación. Análisis doctrinal y jurisprudencial ,
TI, 4ºed, Bs. As., hammurabi, 2010. pág.615
constituye como un remedio excepcional restricto [CS-Fallos, 321:929],
que cede siempre ante los principios de conservación y trascendencia 2.
Aún, se advierte que durante la instrucción el señor Gabriel Ríos
no ha ofrecido su testimonio, por lo que aquella referencia que realizara
el defensor a una deposición efectuada el día 29 de diciembre de 2009
por el nombrado, no ha sido correcta. Por tanto, la yuxtaposición entre
lo consignado en el acta y lo dicho por Ríos que pretendía remarcar el
nulidicente a fin de impugnar la pieza redactada por la Fiscalía, carece
de fundamento objetivo.

- Nulidad del allanamiento de fs.102 a 113, y de la orden de


allanamiento a fs.24 y 25 y vta..
Como establecimos anteriormente, durante su alegato el doctor
Ricardo A. Osuna solicitó se declare la nulidad del allanamiento de
fs.102 a 113, y de la orden misma de allanamiento que emanaba del
Juzgado Federal a fs.24 y 25 y vta..
En términos esenciales la nulidad introducida finca en una
supuesta afectación constitucional del art.18 CN que surgiría ante la
violación del domicilio de la señora Albina Beatriz Giménez, afectación
que estaría motivada por la falta de fundamentación en la habilitación
de días y horas inhábiles que contenía la orden de allanamiento. Esta
circunstancia, según alegó, tornaría nulo el ingreso a la morada de
Albina GIMENEZ que fuera efectuado por la fuerza durante la noche.
Según dijo, la vivienda debió ser allanada el día 29, sin embargo el
allanamiento fue realizado a la hora 02,25 del día 30, es decir, -según el
criterio del defensor- una vez expirada la orden judicial.
En esta inteligencia dijo que se había contradicho las previsiones
del art.225, primer párrafo, del CPPN, que imponían que el ingreso a la
morada se ejecutase desde que salga hasta que se ponga el sol, ya que
no nos encontrábamos ante alguna de las excepciones prevista en el
segundo párrafo de la citada norma procesal.
Por tanto cabe determinar si el auto dictado por el magistrado
instructor autorizando el ingreso a la vivienda allanada (fs.24/25vta.)
encuentra fundamento objetivo a fin de proceder con habilitación de días
y horas inhábiles (art.225 CPPC), cuestión que, debo anticiparlo, deberá
ser respondida afirmativamente.
2
Cfr. Navarro-Daray. Ob cit., 1º ed. T I, pág. 417.
Poder Judicial de la Nación

Como bien señalara el impugnante, el art.225, primer párrafo, del


CPPN impone un límite temporal a los allanamientos a fin de garantizar
la esfera íntima del domicilio, estableciendo que el allanamiento de la
morada podrá realizarse desde que salga hasta que se ponga el sol. Por
su parte, la misma normativa ritual establece que el registro podrá
efectuarse fuera del límite temporal previsto cuando el interesado lo
consintiese, en los casos en que peligrase el orden público, o cuando se
trate de casos sumamente graves y urgentes (art.225, 2º parr. CPPN).
Ahora bien, surge de una lectura integral del auto dictado por el
magistrado instructor que la habilitación a la fuerza para proceder en
horas inhábiles, se motivaba en la gravedad y urgencia (art.225, 2º
párr. CPPN) que el caso investigado demandaba.
Es que de los propios considerandos del auto dictado a
fs.25/25vta. se advierte que el juez federal expuso los fundamentos en
virtud de los cuales se disponía el allanamiento de la morada y que son
U S O O F I C IAL

los que validaban el ingreso en horario nocturno.


Así, se señala en las consideraciones expuestas en la resolución
que el magistrado validó el ingreso en función de que surgió otra
conversación del teléfono intervenido y que daba cuenta de la existencia
de mercadería oculta en alguno de los domicilios que fueron informados
por la prevención en el marco de las tareas investigativas que venía
realizando en el Expte. QF9-0005/7.
Cabe recordar que varios días antes (el 30.03.2009) la prevención
había judicializado la investigación preliminar que venían cumpliendo en
el marco de lo que denominaban causa “Rosarito”, al recibir información
anónima que daba cuenta de que un grupo de personas estarían
transportando estupefacientes, entre las que se encontraban Gabriel
Giménez y su hermana, la señora Albina Giménez, última ésta quien,
según se creía, colaboraría en el acarreo ilícito. Luego de diversos
trabajos llevados adelante por el personal del GOIP de Gendarmería
Nacional que corroboraba la veracidad de la información anónima
recibida, se dispuso la intervención telefónica de línea que, según pudo
establecerse posteriormente, pertenecía al señor Gabriel Giménez, y
cuya escucha directa permitió entrever que el día 28 de abril se
efectuaría un importante traslado de estupefacientes desde Ituzaingó.
Luego del procedimiento llevado en la emergencia, el día 28 de abril se
había logrado secuestrar más de doscientos kilos de estupefacientes que
habían sido transportados en un vehículo que se había dado a la fuga, y
en cuyo acarreo habían intervenido varias personas y varios vehículos
que actuaban en forma organizada, tal como menciona el auto que se
intenta nulificar.
Fue en este contexto que, en la mañana del 29 de abril, al surgir
una nueva conversación del teléfono intervenido dando cuenta de la
existencia de mercadería oculta en alguno de los domicilios que fueron
informados por la prevención en el marco de las tareas investigativas
que venía realizando en el Expte. QF9-0005/7, se dispuso el
allanamiento de la casa de Albina GIMENEZ con habilitación de días y
horas inhábiles. Es decir, que la urgente orden de allanamiento que
librara el juez federal encontraba su fundamento objetivo en las
circunstancias relatadas, es decir, en una nueva comunicación telefónica
que había mantenido la línea telefónica intervenida dando cuenta de que
la organización delictiva, que unas horas antes habían logrado
desbaratar, aun seguía funcionando y tenían mercadería ilícita oculta en
alguno de los domicilios informados.
Por lo que, son éstas premisas las que se erigen como un motivo
de “gravedad y urgencia” al que alude la norma ritual (art.225, 2º párr.
CPPN).
No pasará inadvertido el dato de la realidad ampliamente
difundido (en tanto fruto de la experiencia que integra la “sana crítica”)
de que la localidad de Ituzaingó se ubica frente a la costa paraguaya
donde se cultiva y distribuye, a gran escala, la cannabis sativa; dato que
refuerza este contexto de “gravedad y urgencia” al que aludiéramos
(Cfr. Croquis de fs.44).
Cabe recordar que a fin de ser marialmente válidos los actos
jurisdiccionales deben encontrarse debidamente fundados, dando
razones de los motivos sobre los que se erige, ya que lo que se intenta
es conferirle plena operatividad a las garantías constitucionales que no
pueden quedar a merced del puro arbitrio de los representantes del
Estado (fuerzas de seguridad y magistrados) o de particulares.
Asimismo, no basta una debida fundamentación, sino que resulta
exigencia legal la concurrencia de ciertos presupuestos fácticos que
otorguen a la medida, como decía Carrara, colore di justicia. Es decir, en
Poder Judicial de la Nación

el caso concreto de autos, entre la garantía de la inviolabilidad del


domicilio de la señorita Albina Giménez y la orden de allanamiento
dispuesta por el magistrado instructor con autorización para proceder en
horas inhábiles, deben mediar pautas o circunstancias (manifiestas o
inferibles del acto jurisdiccional) que permitan valorar la razonabilidad
de la medida y que, en contra partida, permitan desterrar todo vestigio
de arbitrariedad. Y como hemos dicho, estos fundamentos objetivos
fueron debidamente expuestos en la resolución impugnada y son éstos
los que daban motivos suficientes para dar cuenta de que el juez federal
se encontraba frente a un caso de tal “gravedad y urgencia” que
requería una intervención oportuna en el domicilio de la señorita Albina
Giménez.
Por tanto, cabe concluir que el ingreso al domicilio de la señora
Albina B. Giménez que, en horas inhábiles, autorizara el juez federal
encargado de la instrucción, se encuentra debidamente fundado en
U S O O F I C IAL

razones de “gravedad y urgencia” a la que alude la norma ritual


(art.225, 2º párr. CPPN) debido a la nueva información obtenida del
teléfono intervenido que daba cuenta de que, la organización delictiva
antes desbaratada, seguía operando y conservaba estupefacientes en
alguno de los domicilios de los que tenían información policial.
En un afín a las alegaciones sobre la falta de fundamentación de la
autorización para proceder en horas inhábiles, se erigieron sus
argumentos sobre la nulidad del allanamiento. Recordemos que, según
señaló el defensor particular, el allanamiento practicado por la
preventora (acta de fs.102/113) estaría viciado de nulidad por haberse
practicado en un horario nocturno, contradiciendo, según dijo el
impugnante, las previsiones de los arts. 224 y 225 del CPPN.
Sin embargo, como hemos dicho, los efectivos que cumplieron la
medida se hallaban habilitados para proceder en días y horas inhábiles,
y de tal forma principiaron el allanamiento a las 23:40 del día 29 de
abril de 2009, que se extendió hasta las primeras horas del día 30 de
abril del mismo año3. La orden judicial de allanamiento no había
expirado el día 29 de abril (tal como alegara el nulidicente), sino que
mantenía su plena vigencia ante la facultad que le había conferido el
juez federal a las fuerzas de seguridad para que practicasen el
allanamiento de la morada de la señora GIMENEZ en horario nocturno.
3
cfr. Acta respectiva
- Nulidad del auto que dispuso la intervención judicial
telefónica de fs.06,
Durante su alegato, la defensa técnica del imputado Julio Cesar
SOSA, a cargo del Defensor Oficial, Mario Enzo Di Tella, atacó la
resolución por medio de la que el señor Juez Federal de Primera
Instancia autorizó las escuchas telefónicas instadas por los efectivos de
Gendarmería Nacional (fs.6 y vta.) ya que, según adujo, las mismas
carecerían de la debida fundamentación por no motivarse en elementos
serios y objetivos. Dijo que solo existían elementos endebles, tal que un
llamado telefónico y una supuesta coincidencia de apodos, y por tanto,
concluyó el señor Defensor Oficial, se habría violentado el derecho a la
intimidad personal de su asistido (art.19 CN).
Sin embargo, se advierte que el Juez Federal de la etapa anterior
ha motivado debidamente la resolución dictada en la causa a fin de
permitir la intervención telefónica de los números allí mentados, la que
debía sus razones en los indicios serios y objetivos que el personal del
Escuadró 47 “Ituzaingó” le había aportado y que se encontraban
consignados en el informe de fs.1/5 que fuera remitido.
Del informe que confeccionado por el Comandante 2do del
Escuadrón 47, Juan José Karacic, al que en forma expresa se remitió en
su resolución el juez federal, se advierte que el magistrado ordenó las
escuchas directas de las líneas telefónicas al tomar conocimiento de las
tareas de inteligencia que el personal del Escuadrón 47 “Ituzaingó” de
Gendarmería Nacional venía realizando en el marco de la investigación
“Rosarito” y que daban cuenta de una organización delictiva dedicada al
narcotráfico operaría en la zona, la que posteriormente resultó
concordante con una llamado anónimo recibido por la prevención.
Asimismo, según consigna el informe, el personal del GOIP del
Escuadrón 47 “Ituzaingó”, no sólo venían realizando tareas de
inteligencia en el marco de la información policial “Rosarito”, sino que,
luego de recibir el anoticiamiento anónimo, realizaron actividades de
reconocimiento de los lugares y de las personas constatando que,
efectivamente, los domicilios e individuos coincidían exactamente con
los datos que le fueron informados por el llamado.
Esta información reunida por los efectivos de la prevención,
Poder Judicial de la Nación

sumado al lugar en que operaría la organización delictiva –una zona de


especial seguridad por ser una ruta frecuente del narcotráfico-, y el
potencial peligro que supone para la salud pública la perpetración de
estos delitos, otorgaba debidas razones al pedio de la fuerza previniente
y a la resolución del Juez Federal.
Tales presupuestos fácticos fueron reiterados durante el plenario
por el Alférez SCHONINGER quien, al prestar declaración testimonial en
debate, dijo haber recibido el llamado telefónico, advertir que los datos
aportados eran coincidentes con la información que habían obtenido
(mediante diversos testimonios de la localidad) en el marco de la
investigación “Rosarito”, y quien señaló haber corroborado la veracidad
de los datos (domicilio y personas) aportados por el denunciante
anónimo.
Cabe señalar que la información policial denominada “Rosarito”
(originada cuando los efectivos prevencionales advirtieron que la
U S O O F I C IAL

actividad laboral de GIMENEZ -vendedor de chipas- no se condecía con


el alto nivel de gastos que se le conocían), que como bien refiriera el
testigo SCHONINGER (al igual que Hugo Abel ROMERO), se había
logrado a través diversos testimonios de los habitantes de la localidad
de Ituzaingó (como el de diversas personas de la Parroquia que daba
cuenta de que el imputado había pagado una fiesta, o personal del local
bailable que señalaba que GIMENEZ efectuaba grandes gastos en la
noche), no había sido judicializada ya que la hipótesis primigenia que los
efectivos de Gendarmería venían elaborando aún no había sido
corroborada. Sin embargo, al recibir el llamado que le brindara
información concordante con los datos que ya poseían y que vinculaban
a GIMENEZ al tráfico de sustancia ilícita, amén de constatar la existencia
de las personas involucradas, los lugares y modus operandi, el personal
actuante dio intervención al magistrado Federal y al Fiscal.
Por tal motivo, entendemos que la resolución dictada por el Juez
Federal que dispusiera las intervenciones telefónicas cumple
acabadamente el imperativo del art.236 del CPPN.
La circunstancia de que el auto de fs.5/vta. amén de ordenar las
intervenciones telefónicas dispusiera igualmente complementar las
tareas de campo con tomas fotográficas de lugares y de las personas
que intervendrían en la organización delictiva, en modo alguno empece
los claros indicios que poseía el magistrado instructor para disponer la
medida de coerción. La ley procesal no ha determinado cuantas y cuáles
son las informaciones con las que debe contar la autoridad judicial para
conformar un criterio indiciario de ilicitud, sino tan solo resulta un
exigencia común a toda resolución que se encuentre debidamente
fundada (art.123 CPPN) en el conocido criterio de la “sana crítica”, que
tiende a obturar toda posible manifestación de arbitrariedad; puro
arbitrio este que, frente a la valoración de los indicios objetivos
aportados por la prevención en su informe de fs.1/5, no ha sido la
motivación de la resolución de fs.6/vta.
Por tanto, cabe concluir que el auto que dispuso la intervención
telefónica (fs.06) resulta materialmente válido al fundamentarse en
indicios serios y objetivos que fueran aportados por la prevención.
Finalmente, es menester acotar que las manifestaciones del
nulidicente direccionadas sobre la base de que nos encontrábamos ante
un denuncia anónima ya que el señor LUIS GARCIA no habría existido,
han sido materia de agravio durante la etapa instructoria que, al
merecer el rechazo por parte de juez Federal y ser confirmado por la
Excma. Cámara de Apelaciones, ha obtenido la inconmovilidad que le
otorga la cosa juzgada (cfr. Incidente nulidad respectivo).
No obstante, aún a riesgo de abundar, es preciso consignar que el
anoticiamiento anónimo formulado en la presente causa no posee la
entidad de la denuncia, por lo que no resulta una exigencia formal la
concurrencia de los requisitos previstos en el art.175 de la ley ritual a
fin de conferirle validez. En este sentido, a diferencia de la denuncia, el
sólo llamado anónimo no posee idoneidad suficiente para excitar la
jurisdicción dando inicio a la acción penal, ya que tan sólo opera como
notitia criminis y permite, como en el caso, que los efectivos de la fuerza
inicien sus tareas de investigación a fin de corroborar la veracidad o no
del informe. Lo que sí resulta exigencia formal es que el anoticiamiento
resulte veraz tal como en el presente caso, en que el testigo
SCHONINGER, al deponer durante el plenario, dio referencias de haber
mantenido la comunicación con quien se decía Luis García y haber
obtenido del mismo toda la información que fuera luego consignada en
el informe respectivo.
Por su parte, la remisión que efectuara al precedente de este
Poder Judicial de la Nación

Cuerpo in re ARZAMENDIA4, a fin de argumentar conforme criterio de


autoridad, ha sido incorrectamente efectuada, ya que en la resolución
dictada el motivo de la nulidad residía en que la fuerza preventora no
había realizado actividad de investigación y/o inteligencia, y no se había
dado intervención al Ministerio Público Fiscal.

- Nulidad del acta de fs.32 y37


Por su parte, en oportunidad de formular su alegato, el Defensor
Oficial, Mario Enzo Di Tella, planteó la nulidad del acta de fs.32 y37 y de
sus actos consecutivos, entendiendo que debía hacerse aplicación de la
doctrina del fruto del árbol venenoso ya que, según dijo, en el acta de
procedimiento los testigos decían que el mismo empezó a las diez de la
noche, lo que no se ajustaba a la realidad de los sucesos porque los
testigos nunca estuvieron presentes a esa hora.
Asimismo señaló que las manifestaciones obtenidas de GABRIEL
U S O O F I C IAL

RIOS, si bien se decía que eran manifestaciones espontáneas, durante el


debate se había logrado demostrar que fueron obtenidas bajo
coacciones.
Por su parte, consideró que estábamos en presencia de un
allanamiento nulo ya que si bien RIOS brindó su consentimiento para el
ingreso de la fuerza, no se le hizo saber que tenía derecho a oponerse,
de lo que debía dejarse constancia en el acta.
Preliminarmente cabe establecer como lo hiciéramos
anteriormente, que a fin dar operatividad al remedio extremo que
interpusiera el Defensor debe existir un perjuicio cierto, actual y
concreto que violente alguna garantía constitucional de imposible
reparación ulterior (pas de nullite sans grief), y que nos enfrente a un
proceso irregular dada la trascendencia del perjuicio al interés tutelado
constitucionalmente; perjuicio que, amén de no haber sido alegado por
el nulidicente, no logra verificarse en el sub-judice, ello en función de
los argumentos que pasamos a exponer.
En primer término es menester recordar que los testigos de
actuación dan fe de los actos sucedidos en su presencia y es por ello que
“se considera válida el acta suscripta por testigos que no hayan

4
“Arzamendia, Felix Daniel; Ríos, Juan Carlos de Jesús S/Sup. Infracción a la Ley 23.737”, Expte Nº525/08,
Resolución de Octubre de 2009.-
presenciado toda la diligencia 5”. Es que los testigos asisten a la fuerza de
seguridad en la confección de las actas (art.138 CPPN) actuando como
órganos de prueba en las diligencias en que corresponde su actuación,
mas no en todo procedimiento que realiza la fuerza. Por lo que, las
consignaciones impuestas por el preventor en el acta que no han sido
percibidas por los testigos deben merituarse en ese contexto, lo que no
implica, ab initio, una afectación constitucional que conlleve una nulidad
del procedimiento prevencional, sino tan sólo un relato inicial que
principia el acta a fin de contextualizar el operativo a realizar.
Así, que los efectivos policiales hayan encabezado la redacción del
acta circunstanciada de procedimiento realizando un pormenorizado
detalle de las distintas actuaciones que venían efectuando (consignando,
por ejemplo, el inicio de la causa, la información obtenida a través de
las escuchas telefónicas, el avistaje de la patrulla de prevención de los
sospechosos, su posterior fuga, etc), no puede conducirnos a un
supuesto de nulidad ante la ausencia de los testigos durante tales actos,
sino que la intervención de éstos últimos debe ceñirse a la parte del
procedimiento a la que corresponde su actuación.
En el caso, se advierte del acta circunstanciada celebrada por la
fuerza (fs.32/37) que los efectivos prevencionales dejaron constancia (a
las 08:20 del día 29 de abril de 2009) que a las 07:15 del mismo día
recepcionaron, en la guardia de prevención del Escuadrón, un llamado
telefónico anónimo de una persona de sexo femenino (que durante el
debate pudo establecerse que el llamante era la madre del señor
Rodríguez6) manifestando que en el interior de su propiedad, donde
habitaba su hijo, se hallaron varios bolsos abandonados (cfr. pto.15 del
acta). Fue por ello que se constituyeron en la propiedad de Marcelo
Adrian RODRIGUEZ quien permitió el ingreso de la fuerza a fin de que
practicase el registro del lugar. Es durante el procedimiento de registro
de los bolsos que los señores Marcelo Adrian RODRIGUEZ y Lorena
Alejandra ACUÑA se desempeñaron como testigos de actuación (cfr.
ptos. 17 y sgtes. del Acta Circunstanciada de Procedimiento).
De igual forma, consignaron los preventores, luego de encontrar el
vehículo Megane II en la casa del señor Gabriel RIOS, que, en presencia

5
CNCP, sala II, JA 1996-III-551 cit. por Nicolás F. D`Albora. en Código Procesal Penal de la Nación.
Anotado. Comentado. Concordado. 8ºed., Bs. As., Abeledo Perrot, 2009. pág.231.-
6
Cfr. test. del nombrado
Poder Judicial de la Nación

de los testigos, procedieron al registro de la mochila que le había sido


entregada por el propio RIOS, así como al registro del vehículo que
había sido abandonado en el lugar (cfr. pto. 13 y 14 del Acta
Circunstanciada de Procedimiento).
El relato consignado en el acta dando cuenta de la presencia de los
testigos de actuación durante el procedimiento de registro de la mochila,
del vehículo, y de los bultos con estupefacientes encontrados, resulta
sustancialmente coincidente con la deposición testimonial brindada por
el señor Marcelo Adrian RODRIGUEZ durante el plenario, quien dio
cuenta del hallazgo de los bolsos durante las primeras horas del día 29
de abril, del llamado a su madre a fin de, por su intermedio, diera
cuenta a la prevención, así como su participación en el procedimiento de
registro de los bolsos, así como la mochila que poseía el señor RIOS, y
del automóvil que se encontraba abandonado en el domicilio de este
último.
U S O O F I C IAL

Dijo al deponer el señor Marcelo Adrian RODRIGEZ que “… salió


de testigo (…), que eran las once y media de la noche, que escucharon
un auto que entraba por el callejón por el borde de su casa (…), que al
otro día a las seis se levantó y vio el alambrado tirado, fue a ver y vio
unos bolsos, que abrió y se encontró con los paquetes, que se fue a su
casa y llamó a su mamá quien aviso a Gendarmería, que se hizo
presente en el lugar e hizo el procedimiento y sacaron todas las cosas
(…) que la Gendarmería llegó a su casa aproximadamente a las siete de
la mañana, que participó del procedimiento de secuestro de los bultos,
que de ahí trasladaron enfrente de su casa y numeraron los paquetes
(…) que los Gendarmes lo llevaron a unas tres cuadras donde había un
auto, un MEGANE de color gris, que vio que tenía el vidrio de atrás roto,
que era la casa de RIOS, que allí estaban una señora y un muchacho,
que el muchacho dijo que supuestamente el auto entró por atrás y que
bajo el muchacho le dejó la mochila y le dijo que se iba porque le
perseguía una patota, que dijo que era el primo de él (…) que vio la
mochila que dijo que era del primo, con ropas, que revisaron la mochila,
que tenía ropa y un DNI, que no sabe a quien pertenecía…”.
En igual sentido se expidió Darío Javier LOMBARDO, integrante
de la patrulla de prevención, quien señaló que la requisa del vehículo no
se realizó en el primer momento en que se lo encuentra en la casa de
RIOS, sino que se realizó al otro día con los testigos que presenciaron
los bolsos. Testimonio concordante con la deposición de Hugo Abel
ROMERO, quien señaló que al encontrar el vehículo, lo primero que
ordeno a su efectivos era que buscasen a sus ocupantes que podrían
encontrarse por las inmediaciones.
De forma tal que la nulidad alegada por la defensa, sobre la base
de que los testigos de actuación consignados al inicio del acta no habían
presenciado todo el procedimiento debe ser rechazada, ya que el acta
circunstanciada de procedimiento refiere al suceso histórico de forma
concordante con las circunstancias de tiempo, lugar y modo referidas
por el testigo de actuación y los efectivos prevencionales que actuaran
en la ocasión.
Por otra parte, es preciso establecer que las fuerzas de seguridad
no deben seguir un orden cronológico estricto en la confección del acta,
ya que lo que se exige de éstas es que reflejen, de forma fiel, el suceso
histórico del que dan cuenta. Por lo tanto, que se encuentre consignado
primero el procedimiento de requisa del bolso y del vehículo (ptos13 y
14 del Acta Circunstanciada de Procedimiento) y luego el de los bolsos
con estupefacientes (pto.19), cuando cronológicamente, según se pudo
establecer durante el debate, ha sido a la inversa, resulta una
formalidad que no conlleva afectación alguna a la garantía de defensa
del imputado.
Por lo demás, respecto a las consignaciones iniciales de la
prevención dando cuenta del procedimiento que venían realizando deben
juzgase válidamente realizados ante los preventores actuantes (Silvero,
Colman, Scarella, Schoninger, Carlos A. Rodríguez), ya que no refieren a
actos irreproductibles que requieran la asistencia de los dos testigos
extraños a la fuerza mentados en la norma ritual (art.138 CPPN). Es
preciso recordar que los testigos de actuación deben ser extraños a la
repartición policial cuando se trate de dar constancia de actos
irreproductibles, tales como el secuestro y la requisa personal (art.138
del CPPN).
Entonces, circunscripta que fuera la intervención de los testigos de
actuación al momento del registro de los bolsos, cabe hacer mérito de
los argumentos expuestos por el Defensor Oficial, Mario Enzo Di Tella,
sobre la base de que las manifestaciones obtenidas de GABRIEL RIOS se
Poder Judicial de la Nación

habían logrado bajo coacción y no resultaban manifestaciones


espontáneas del mismo, impugnación que deberá ser desestimada.
Es que el señor Gabriel RIOS ha declarado que su deseo era
colaborar con la fuerza preventora y fue por ello que les permitió acceso
a su vivienda y les facilitó la mochila que, según el deponente, le había
dejado Julio Sosa. Textualmente refirió el nombrado que “…un vehículo
para enfrente de su casa alumbrando hacia adentro, que sale y se
encuentra con los gendarmes en el portón de su casa llamando por
radio, los hace pasar, para colaborar, ahí comienza el operativo (…) que
en su casa había una mochila que era de Julio, que ese día había andado
por su casa, y dejó la mochila (…), que el deponente fue quien le
entregó la mochila… ” (sic).
Por otra parte es preciso contextualizar el suceso histórico, el
procedimiento que venía realizando la fuerza preventora, para
aprehender en toda su dimensión las acciones realizadas durante aquella
U S O O F I C IAL

noche, para así advertir que el supuesto estado de coacción que alegara
el Defensor Oficial al que habría sido sometido el testigo RIOS (incluso
llegó a manifestar vehementemente que nos encontraríamos frente a un
suceso delictivo, aparentemente refiriéndose a las disposiciones del
art.149bis, 2º párr. del CP), el miedo que podría haber sentido el
mismo, resulta connatural a despliegue funcional que debía cumplir la
fuerza que, en modo alguno, mella su consentimiento. Es decir, si bien
el testigo pudo haber atravesado un estado de turbación de su ánimo,
como declaró el citado, ante el gran despliegue de efectivos de
Gendarmería y vehículos, ante la nocturnidad reinante en la noche, ante
los llamados de los preventores al Juez Federal, de modo alguno tales
sucesos convierten al conjunto de las acciones realizadas por los
efectivos de Gendarmería Nacional en una coacción que tienda a obligar
a otro a hacer algo contra su voluntad. Las coacciones consisten en
hacer uso de amenazas con un fin específico (obligar a otro a hacer, no
hacer, o tolerar algo contra su voluntad), amenazas que, en su
configuración típica, requieren el anuncio, sin motivos legítimos, de un
mal futuro, grave, inminente, que depende de la voluntad del sujeto
activo; elementos que no son verificables en el despliegue funcional de
la fuerza durante el operativo. No sólo no ha existido un anuncio de un
mal futuro, grave e inminente, sino que la fuerza preventora venía
cumpliendo con las facultades que le acuerda el orden jurídico (art.183 y
sgtes. del CPPN), intentado aprender a los conductores del vehículo
Megane II que se habían dado a la fuga y encontrar el material ilícito
que, según se pudo determinar luego, había sido abandonado en
cercanías de la casa de RIOS. De forma que el despliegue funcional de
los efectivos prevencionales no puede ser equiparado, como refieren
D`Alessio y Divito 7, al anuncio de una amenaza injusta, no sólo porque,
como dijimos, no nos encontramos frente a un supuesto de amenaza,
sino porque para que la amenaza sea injusta ésta no tiene que ser
resultado de un anuncio del ejercicio legítimo de un derecho.
De compartir los argumentos del señor Defensor Oficial,
deberíamos concluir, por ejemplo, que la advertencia formulada a los
testigos antes de prestar declaración que podrían cometer el delito de
falso testimonio de faltar a la verdad (art.275 CP), supone el anuncio de
un mal que coacciona al testigo, lo que, a todas luces, parece absurdo.
Por ello se ha resuelto que no constituye delito de amenaza la
advertencia que realizan los jueces a un letrado en el ejercicio de sus
facultades de disciplina 8, y de igual forma cabe concluir en el caso bajo
exámen.
Finalmente, la impugnación de Defensor Oficial sobre la base de
que no se le habría hecho saber a RIOS su derecho a oponerse al
allanamiento y su, consecuente, falta de constancia en el acta, de igual
forma, debe ser desestimada.
Es que, como dijimos, el testigo Gabriel RIOS –según sus dichos
durante la audiencia, concordantes con las consignaciones del acta-
accedió voluntariamente a registro de su morada y entregó el bolso que
la había dejado su primo Julio SOSA. Según dijo el testigo su deseo era
colaborar con la fuerza preventora y fue por ello que permitió el ingreso
de los efectivos de GN a su morada a fin de que éstos practicasen la
requisa del vehículo encontrado. De forma que, ante el consentimiento
brindado por el señor RIOS y su manifestación expresa de permitirle el
ingreso a la fuerza, resultaba innecesaria, amén de no constituir una
exigencia ritual, toda referencia a su derecho a oponerse al ingreso de la
morada.
Es menester remarcar que las formas han sido dispuestas como
7
D`Alessio-Divito. Código Penal de la Nación. Comentado y Anotado. 2º ed., Bs. As., LA LEY, 2009. T. II,
P.498
8
Ibídem. P.498.-
Poder Judicial de la Nación

protección concreta de las diversas garantías constitucionales, de forma


que, si bien el orden jurídico legitima la invasión en la esfera íntima
mediante el registro de la morada, requiere, como contrapartida, el
cumplimiento de ciertos requisitos formales (taxativamente establecidos
en el orden ritual) a fin de conferirle validez. En un juego armónico del
derecho que posee el Estado reprimir el delito y del derecho
constitucional de los ciudadanos a no ser molestados en su esfera
íntima, se establece una protección concreta que viene dado por la
forma del acto. Sin embargo, presupuesto de esta protección formal
demandada por el Estado como condición de validez del acto, es que
exista un arrojo coactivo por parte de algún órgano del Estado que
obture las defensas predispuestas por el ciudadano. Empero, en el sub-
lite, se advierte un correcto ejercicio del derecho de libertad por parte
del señor RIOS al permitir el ingreso de la fuerza de seguridad a su
morada y que torna innecesaria cualquier exigencia ritual respecto a la
U S O O F I C IAL

forma del acto, ya que es su propio consentimiento el que valida el


registro.
Asimismo, cabe recordar que no sólo no existe una norma que
conmine con nulidad la falta de atestación luego de hacerle saber el
derecho a oponerse al registro domiciliario que tenía RIOS (a diferencia,
por ejemplo, del art.243 del CPPN que requieren hacer saber al testigo
su facultad de abstenerse y consignar tal advertencia en el acta), sino
que las formalidades para el allanamiento se encuentran establecidas
en el art.228 del CPPN, que imponen como exigencia ritual –solamente-
notificar la orden a quien habite la morada, consignar en el acta el
resultado del registro, etc. Sin embargo, como vimos, encontrándonos
frente a un supuesto de ingreso que ha sido consentido, las exigencias
rituales carecen de operatividad concreta en el caso.
Finalmente, aún a riesgo de ser superabundante, cabe establecer
que si el señor Gabriel RIOS no hubiese consentido el ingreso a su
morada, el contexto fáctico antes relatado operaría como circunstancia
objetiva y concomitante que validaría el ingreso por parte de los
efectivos policiales, sin orden judicial, a la morada del testigo (art.227,
inc.3º del CPPN). Recordemos que el Renault Megane II había sido
abandonado en la morada de RIOS, luego de trasponer dos controles
que había dispuesto Gendarmería Nacional para darse a la fuga con el
material ilícito, y sus ocupantes, cuando los efectivos divisaron el
vehículo mentado en la casa del testigo, aún no habían sido habidos,
como así tampoco la sustancia toxica que era transportada. De modo
que el contexto fáctico de flagrancia (art.285 CPPN) demanda que los
preventores intervinieran de forma urgente a fin de garantizar el éxito
de la investigación (aprehender a los autores y partícipes, preservar el
lugar, conservar las pruebas del delito, etc.) y frustrar toda posible
elución a la actuación de la ley penal como consecuencia una dilación
temporal.

- Nulidad de la entrega y requisa de la mochila, y de la


requisa y secuestro del MEGANE II.
Por su parte, en oportunidad de formular su alegato, el Defensor
Oficial, Mario Enzo Di Tella, solicitó se declare la nulidad de la entrega y
requisa de la mochila, y de la requisa y secuestro del MEGANE II, que se
encontraba dentro de la vivienda de GABRIEL RIOS, ya que ésta se
habría realizado al día siguiente, cuando ya no existía un consentimiento
del señor Ríos.
Ahora bien, respecto la nulidad de la entrega y requisa de la
mochila, si bien el señor Defensor Oficial no ha explicitado el
fundamento en virtud los cuales concluye en un supuesto de afectación
constitucional, ya nos hemos expedidos debidamente en los tópicos
abordados anteriormente. La entrega de la mochila, según los propios
dichos del testigo RIOS –concordantes con las atestaciones del acta
circunstanciada de procedimiento de fs.32/37-, ha sido voluntaria, y la
requisa practicada ha sido efectuada en presencia de los testigos hábiles
convocados a su efectos, aún cuando el orden cronológico de los sucesos
no haya sido el que siguiera el acta labrada.
Por otra parte, como vimos, considerando la fuga de los ocupantes
del Renault Megane II junto al material ilícito y su posterior hallazgo en
la casa del señor RIOS, dijimos que nos encontrábamos en una situación
de flagrancia que habilitaba el ingreso de la fuerza a la morada de RIOS
(Art.227, inc. 3 CPPN), y las mismas consideraciones caben respecto a la
requisa del bolso (art.230bis CPPN).
Ahora bien, en lo atinente a la requisa y secuestro del MEGANE II
que, según el Defensor Oficial, se habría realizado una vez expirado el
Poder Judicial de la Nación

consentimiento inicial brindado por el testigo durante la noche, es


preciso no sólo tener presente que –como dijimos- la requisa sin orden
judicial (art.230bis CPPN) estaría validada frente a la concurrencia de las
circunstancias previas y concomitantes que habíamos señalado, sino que
el consentimiento brindado por RIOS tampoco habría expirado.
Es que el operativo realizado por la fuerza no atravesó dos
momentos que pudieran ser ontológicamente separables, de forma tal
que lograra establecerse un consentimiento primigenio de RIOS y la
expiración del mismo en aquel otro segmento temporal. Por el contrario,
el operativo prevencional se realizó dentro de una unidad temporal que,
sin perjuicio de que ha sido de mayor extensión, podemos circunscribirla
entre las 22:30hs. del día 28 de abril de 2009 y las 14hs.,
aproximadamente, del día 29 de mismo mes. Ello surge con claridad de
las actas e informes labrados y del concordante relato de los testigos
que intervinieran en el procedimiento.
U S O O F I C IAL

Según el informe de fs.20/23 los efectivos de Gendarmería


Nacional obtuvieron información a través de las escuchas telefónicas
que, en directo, venían realizando sobre el teléfono que pertenecía a
Gabriel GIMENEZ, que el día 28 de abril se produciría un importante
traslado de estupefaciente desde la localidad de Ituzaingó en un
vehículo Renault Megane II. Ya entrada la noche del mismo día, los
efectivos policiales, que se encontraban en el puesto de vigilancia
ubicado sobre la ruta Nº12 y el acceso a la localidad de Ituzaingó,
observaron la llegada del vehículo citado, y luego de un seguimiento
discreto, advirtieron que el mismo se dirigió y permaneció en el
domicilio de la hermana de GIMENEZ. A las 22:30hs. del 28 de abril
observaron el VW FOX –que pertenecía a GIMENEZ- salir de la localidad
de Ituzaingó que, al trasponer la localidad de Villa Olivari, efectuó un
llamado telefónico indicando a sus compañeros que la ruta estaba libre,
por lo que, inmediatamente, salieron de la localidad de Ituzaingó, en el
mismo sentido que el FOX, los vehículos Chevrolet Astra y Renault
Megane II.
Mas tarde, el suceso histórico se desenvuelve tal como lo
estableciera el Requerimiento de Elevación de la Causa a Juicio, que al
iniciar el voto habíamos referenciado. Los efectivos de GN durante
aquella noche, instalan un control en la localidad de Villa Olivari, los
ocupantes de Renault Megane II se dan a la fuga retornando hacia
Ituzaingó y trasponiendo el control que, a la altura de la estancia
“Altinia” habían dispuesto los efectivos policiales. Luego del seguimiento
e intenso rastrillaje efectuado en la zona, durante aquella noche y las
primeras horas de la madrugada del día 29 de abril, logran divisar el
vehículo abandonado en la casa del señor Gabriel RIOS (primo del
imputado SOSA) luego de que sus ocupantes se dieran a la fuga y se
deshicieran de la sustancia toxica que transportaban. Finalmente, con la
primera luz del mismo día 29, el personal actuante encuentra los bolsos
con marihuana a unos pocos metros del lugar donde había sido
abandonado el rodado.
En igual sentido depuso el testigo RIOS quien refirió que,
alrededor de las 10:30 de la noche del 28 de abril, mientras estaba
acostado, escuchó que un vehículo ingresó a su casa. Tiempo después
advierte un automóvil alumbrando desde la calle al interior de su
vivienda y se encuentra con los gendarmes a quienes facilita el ingreso
a su morada a fin de que éstos realicen el operativo. Si bien el testigo
no pudo precisar la hora en que la Gendarmería llega a su domicilio, lo
cierto es que los relatos brindados por los efectivos durante el debate
permiten establecer que el procedimiento continuó durante toda la
noche. Según el testigo Darío Javier LOMBARDO encontraron el Renault
Megane II en la casa de Ríos a la una de la madrugada; y, en igual
sentido, testificó el señor Sergio Fabián SCHONINGER al decir que
había participado en el seguimiento del vehículo profugado durante toda
la noche.
Es aquí cuando cabe contextualizar el ingreso en la escena de los
perros que, es testigo Humo ROMERO, refiriera. Es que luego de
encontrar el vehículo, los efectivos de Gendarmería Nacional aún no
habían dado con el material ilícito transportado ni con los ocupantes del
mismo; y es por ello que, según el este último testigo a las 5am,
aproximadamente, de aquel día dio aviso a los cuidadores de canes de la
fuerza a fin de que tomasen intervención en el suceso (incluso relató el
testigo la pérdida de tiempo que se produjo porque los animales estaban
durmiendo y era necesario jugar con ellos para despertarlos).
Por su parte Marcelo Adrián RODRIGEZ, dijo que a 11:30hs. del
día 28 de abril escuchó que un automóvil ingresaba a gran velocidad por
Poder Judicial de la Nación

el callejón de su casa. A las 6am del día 29 de abril manifestó que


encontró el alambrado de su casa tirado y seis bolsos con marihuana,
por lo que dio aviso a su madre que comunicó a Gendarmería Nacional,
últimos estos que, a las 08:20hs del mismo día confeccionan el acta
circunstanciada de procedimiento de fs.32/37vta., realizando la requisa
del vehículo, de los bolsos, y demás procedimientos a los que nos hemos
referido con anterioridad.
Como corolario, se advierte que el conjunto de acciones que
integraron el procedimiento que realizó Gendarmería Nacional, entre
ellos la requisa y secuestro de la mochila y del Renault Megane II, fue
realizado bajo una unidad temporal indivisible que podemos
circunscribirla entre las 22:30hs. del día 28 de abril de 2009 y las 14hs.
aproximadamente del día 29 de mismo mes, durante el cual el testigo
Gabriel Ríos había consentido a la fuerza el ingreso a su morada a fin de
que éstos realizasen el procedimiento. Debemos reiterar nuevamente
U S O O F I C IAL

que, al deponer durante el plenario, el nombrado manifestó


expresamente su deseo de querer colaborar con la fuerza de seguridad,
y en ningún momento realizó manifestación alguna que de cuenta de
que su consentimiento había cesado.
Sin embargo, como hemos dicho, el suceso histórico referido da
claras muestras de que existían circunstancias objetivas y concomitantes
que permitían el ingreso de la fuerza a la morada del señor RIOS
(art.227, inc.3º CPPN), las mismas que validaban las requisas y el
secuestro efectuado en la oportunidad (art.230bis CPPN).

- Nulidad por indefensión


Finalmente, corresponde me aboque al pedido de nulidad que
efectuara el doctor OMAR SERIAL, direccionado sobre la base de que su
defendido habría quedado en indefensión absoluta luego de que su
anterior defensor, durante el plenario, hiciera abandono de la asistencia
material, argumento que, debo anticiparlo, deberá ser desechado.
Ello porque durante la sustanciación de esta causa se advierte que
el imputado SOSA ha ejercido debidamente tanto su defensa material
como formal, y se le ha concedido la efectiva oportunidad de alegar y
probar. Así, el imputado ha realizado durante la instrucción diversos
planteos de nulidad, se ha opuesto a la elevación de la causa a juicio, y
durante el plenario ha asistido, junto a su asistente técnico, a todos los
actos del juico.
El abandono circunstancial que realizara el doctor GONZALEZ
CABAÑAS de la sala de debates durante la audiencia celebrada el día 1
de diciembre de 2011, en modo alguno empece el derecho de defensa
del imputado, ya que aquella circunstancia fue advertida
inmediatamente por los magistrados del Cuerpo, quienes dispusieron
suspender la audiencia y, finalmente, resolvieron apartar de la causa al
letrado citado, nulificando –incluso- el testimonio del testigo Marcelo
Adrian RODRIGUEZ quien se encontraba deponiendo durante el
abandono del letrado, y designar al Defensor Oficial, último éste quien,
en forma conjunta con el doctor OMAR SERIAL, tuvo a su cargo la
asistencia técnica del señor SOSA. De forma tal que el supuesto estado
de indefensión alegado no encuentra asidero fáctico, y por tanto deberá
ser rechazado.
Por los fundamentos antes expuestos, propicio a mis pares se
rechacen las distintas nulidades articuladas en la presente causa. ASI
VOTO.-
A la misma cuestión, el doctor FERMIN AMADO CEROLENI
dijo: Que adhiere. ASI VOTÓ.-
A la misma cuestión, la doctora LUCRECIA M. ROJAS de
BADARÓ dijo: Que adhiere. ASI VOTÓ.-

A la SEGUNDA CUESTIÓN, el doctor VÍCTOR ANTONIO


ALONSO dijo:
Despejadas que fueran las causales de nulidad argüidas por los
defensores, debemos destacar que los elementos probatorios
incorporados regularmente al proceso nos conducen a tener por
reconstruida la plataforma fáctica sujeta a debate, así como la
participación de los imputados en el evento delictivo.
En efecto, las circunstancias de tiempo, lugar y modo del hecho
que se imputa a los señores Gabriel Antonio GIMENEZ, Albina Beatriz
GIMENEZ, y Julio Cesar SOSA (que se encuentran debidamente
determinadas en la descripción inicial del presente voto cuando
reprodujera el relato fáctico contenido en el requerimiento de elevación
de la causa a juicio) se hallan acreditados a través de los testimonios
rendidos en debate por parte de los señores Marcelo Adrián
RODRIGUEZ, Darío Javier LOMBARDO, Hugo Abel ROMERO, Mario
Poder Judicial de la Nación

Cirilo MONZON, Juan Ricardo ACOSTA, Sergio Fabián SCHONINGER,


Marcelo Adrian RODRIGUEZ, Cristian Alejandro FERNANDEZ, Ramón
José ALARCON y Gabriel RIOS.
El señor Sergio Fabián SCHONINGER, personal de inteligencia de
la fuerza, quien participó en el procedimiento como integrante de la
patrulla de prevención, relató que se desempeñaba como Jefe del Grupo
de Investigación y que el 25 de marzo de 2009 se recibió una llamada
telefónica de una persona que daba cuenta sobre distintas infracciones a
las leyes 23.737 y 22.415 por parte de Gabriel GIMENEZ, su hermana, y
Julio SOSA, y coincidía con los datos que ellos habían obtenido en el
marco de la información policial denominada “Rosarito”. Que, verificó los
datos aportados por el llamado, constatando que las personas y los
lugares existían y coincidían con los datos que ellos tenían
anteriormente, por lo que informó al juzgado para la apertura de la
causa judicial y pidió la intervención telefónica sobre la línea de
U S O O F I C IAL

GIMENEZ. Recordó el testigo que el día 28 de abril de 2009, a la tarde,


escuchó que los individuos involucrados iban a realizar actividades
ilícitas por lo que montaron un operativo encubierto orientado por la
escucha telefónica. Advirtió el deponente que hablaba GIMENEZ con
SOSA, y éste último dice que la camioneta se descompuso y que no iban
a poder realizar el traslado con aquella pero que iban a ir con un amigo
en un MEGANE II, que era de confianza. Que a la tardecita entra al
pueblo el vehículo citado que estuvo en la casa de la señora GIMENEZ,
tomó contacto con SOSA, que llega un momento que desde el puesto de
vigilancia colocado detrás de la bomba de agua del pueblo, le avisan que
había entrado el FOX de GIMENEZ, dos veces. Señaló que más tarde ven
que el MEGANE II se fue al barrio mil viviendas, que llega a la casa de
SOSA y sigue viaje, por lo que avisa al puesto de acceso. Que el
vehículo FOX había salido, que pasó Villa Olivari, y que luego se divisan
dos vehículos, el MEGANE II y un ASTRA que salen en el mismo sentido.
Que cuando paran al ASTRA, el MEGANE II da vuelta, los lleva por
delante y casi embiste a un gendarme que le tira una linterna y rompe
el vidrio de atrás del lado del conductor, hasta que encuentran el
vehículo en una casa del primo de Julio SOSA. Señaló que al otro día la
policía les avisa que había llamado una persona que cerca de su casa
había entrado un auto y había unos bultos, que estaban entre unas
malezas, también vidrios sobre los bolsos, parte de plástico del MEGANE.
También refirió el testigo que durante la escucha telefónica se decía "la
negra esta como loca por lo que está en la casa", lo que daba a entender
que había más mercadería. Por su parte se refirió al allanamiento
realizado en la casa de la señora de GIMENEZ en donde se secuestraron
ciento ochenta kilos de marihuana, debajo de una cama, advirtiendo que
había algunos paquetes verdes y que no era normal. Señaló, incluso,
que de las escuchas telefónica había una que decía Julio Sosa y otra que
dice voy a mi casa a buscar la mochila, y luego ve pasar al MEGANE por
lo de Sosa.-
De igual forma Hugo Abel ROMERO dijo haber participado, aun
siendo jefe de la Unidad, en forma directa el día de los eventos, dando
cuenta de su intervención en el seguimiento de Renault Megane II, así
como de su posterior hallazgo en la casa de RIOS, advirtiendo el
nombrado que el rodado poseía un vidrio roto. Asimismo dijo que luego
de encontrar el vehículo, estimando que sus ocupantes estarían en las
inmediaciones, dio orden a su personal para que buscasen a las
personas.
Concordantemente prestó su declaración en debate el señor Darío
Javier LOMBARDO, personal de Gendarmería Nacional, quien manifestó
haber presenciado la fuga del vehículo Megane II desde una estancia,
lugar desde el cual también pudo divisar el paso del Chevrolet Astra.
Refirió que participó del seguimiento del vehículo, del rastrillaje, y su
posterior hallazgo en la casa de RIOS.
Mencionó, por otra parte, su actuación en la detención de Gabriel
GIMENEZ, y en el allanamiento de la casa de la señora Albina GIMENEZ.
Sobre el primero refirió a la requisa del vehículo en que venía viajando
Gabriel GIMENEZ, así como a la incautación de siete teléfonos celulares;
y sobre último dijo que durante la noche del día 29 de abril se realizó el
mismo y que el deponente estuvo a cargo, que ingresaron, junto a los
testigos, por la fuerza ya que –aparentemente- no había nadie en el
domicilio, y que al efectuar la requisa en una de las habitaciones, bajo
una cama de dos plazas, vieron una bolsa y paquetes dispersos, cuya
prueba de narcotest dio positivo para marihuana. Luego dio precisiones
diversas sobre las demás actuaciones celebradas como la enumeración
de los paquetes y el pesaje de la sustancia.
Poder Judicial de la Nación

El relato efectuado por el nombrado resulta consustancial al


ofrecido por los testigos de actuación Mario Cirilo MONZON y Juan
Ricardo ACOSTA, y el auxiliar de la policía científica de GN Ramón José
ALARCON, quienes dieron cuenta de su participación en el allanamiento
de la morada de Albina Giménez, del hallazgo de los bultos, y de las
pruebas de campos realizadas.
A su turno el testigo actuación, Marcelo Adrián RODRIGUEZ,
efectuó su relato desde el momento en que el automóvil ingresa por el
callejón sin salida, a cuyo borde encontraba su casa, a las 11:30 de la
noche del día 28 de abril, dando cuenta del golpe que el auto había dado
a un tronco que se encontraba en la zona. Refirió que a las 06 de la
mañana del otro día se levantó y vio el alambrado tirado, fue a ver y vio
unos bolsos, que abrió y se encontró con los paquetes, que se fue a su
casa y llamó a su mamá quien aviso a Gendarmería, que se hizo
presente en el lugar e hizo el procedimiento, y sacaron todas las cosas.
U S O O F I C IAL

Asimismo, dijo que le había llamado la atención que arriba de los bolsos
encontrados había vidrio picado; manifestando, asimismo, que vio un
pedazo de plástico del paragolpe, del color del auto, y que el auto estaba
roto.
Por otra parte, dijo que, alrededor de las 7 de la mañana de aquel
día, presenció el procedimiento de secuestro de los bolsos, así como la
requisa efectuada sobre el Megane II que se encontraba en la casa del
señor RIOS a unas tres cuadras de su casa. Dijo que advirtió que el
vehículo tenía el vidrio de atrás roto, y que en la casa de RIOS estaban
una señora y Gabriel RIOS, último este quien refirió, en su presencia,
que el auto había ingresado por atrás de su casa, que su primo bajó, le
dejó la mochila, y le dijo que se iba porque le perseguía una patota;
dando cuenta, asimismo, del procedimiento de requisa efectuado sobre
la mochila.
A su turno, Cristian Alejandro FERNANDEZ manifestó que si bien
no participó personalmente del allanamiento de la casa de Albina
GIMENEZ, pudo ver las fotos del procedimiento por lo que sabía que se
había secuestrado marihuana. Por su parte, dijo que realizó la pericia de
la droga que se había secuestrado dando cuenta de que algunos de los
panes eran de color ocre y otros de color verde.
Por otra parte Gabriel RIOS, como vimos al tratar las nulidades,
dio cuenta del ingreso del vehículo en su morada, de la presencia de los
efectivos de Gendarmería Nacional en su domicilio, y el operativo
realizado en su presencia.
Estos testimonios, resultan absolutamente verosímiles al exhibirse
de modo claro y concordante en las condiciones de tiempo, lugar y modo
(aun las observaciones parciales que realizaremos sobre la deposición
del testigo Gabriel RIOS), y dan cuenta de la existencia del fáctico
acontecer y de la participación de los imputados en el evento delictivo,
aún cuando sobre éste último punto debamos explayarnos al valorar, de
forma conjunta, los testimonios, las actas, los informes y las
intervenciones telefónicas realizadas en la causa.
Tales declaraciones se complementan debidamente con la
descripción fáctica contenida en las actas de procedimiento, las escuchas
telefónicas, los informes realizados y los elementos secuestrados en la
causa (Parte preventivo de fs. 01/05, Informe de fs. 16/23, Acta
circunstanciada de procedimiento de fs. 32/37, Narcotest de fs. 38/40,
Inventario de automotor de fs. 41/43, Croquis de fs. 44, Anexo acta de
procedimiento de fs. 46/54, Acta circunstanciada de procedimiento de fs.
55/57, Inventario de automotor de fs. 60/62, Mensaje de tráfico oficial
de fs. 67/75, Informe de fs. 78/81, Actas de allanamientos y croquis de
fs. 84/104, Anexo acta de procedimiento de fs. 105/110, Narcotest de
fs. 111/112, Mensaje de tráfico oficial de fs. 117/122, Informe de fs.
123/125, Acta y desgravación de fs. 129/137)
Además de las pruebas que hemos valorado con motivo de las
nulidades planteadas por la Defensa, cabe señar que de las demás actas
confeccionadas por las fuerza de prevención –especialmente el Informe
de fs.1/5 y de fs. 78/81, así como el Acta Circunstanciada de
Procedimiento de fs. 32/37, el Acta de Continuación de Actuaciones de
fs.46/54, el Acta de Allanamiento de fs.102/113- reproducen fielmente
el operativo desplegado por la autoridad preventora, e ilustran sobre la
incautación de los más de 212 kilos de material estupefaciente que
había sido abandonado en cercanía de la casa del señor Marcelo
RODRIGUEZ, así como los 185 Kilos de la misma sustancia que fuera
habida en la casa de la señora Albina GIMENEZ, cuya naturaleza
toxicológica resultó corroborada por las pruebas de narcotest efectuadas.
Las tomas fotográficas (fs.361/366vta.) ilustran, por su lado, el
Poder Judicial de la Nación

procedimiento efectuado durante el allanamiento de la casa de la señora


Albina GIMENEZ, en las que se puede divisar la presencia de los testigos
y el personal de Gendarmería Nacional, así como diversas bolsas,
ladrillos, y la prueba de campo realizada.-
Por su parte, la vinculación objetiva entre el Renault Megane II
que fuera abandonado en la casa del testigo RIOS y los bultos con
sustancia toxica que fuera habida en las inmediaciones de la casa de
Marcelo RODRIGUEZ, surge fielmente acreditada del relato de los
testigos antes referenciados, de la tomas fotográficas de fs. 483/484, y
de los informes practicados por la fuerza de seguridad. Es que, como
establecimos, el testigo Marcelo RODRIGUEZ dio cuenta del arribo de
un vehículo en la noche del día 28 de abril al callejón, sin salida, a cuyo
borde se enclava su casa, señaló que sobre los bultos abandonados
existían pedazos de vidrios, que en el mismo lugar pudo advertir un
pedazo de plástico del mismo color del auto –señaló que pertenecía al
U S O O F I C IAL

paragolpe del rodado-, y estableció que a unas tres cuadras de su casa,


en la morada del señor RIOS, se encontraba estacionado el vehículo
Renault Megane II que poseía el vidrio trasero roto. De forma
equivalente, el propio Gabriel RIOS dio cuenta del ingreso del mismo
vehículo a su domicilio, señalando que el mismo poseía el vidrio trasero
roto. En igual sentido se expidió el testigo LOMBARDO quien manifestó
que en los bolsos había restos de vidrios y que al vehículo le faltaba un
plástico de la parte trasera del espejo que luego se encontró en ese
lugar. Asimismo SCHONINGER señaló que al momento de trasponer el
control de ruta que habían dispuesto el vehículo Megane II los llevó por
delante y que un Gendarme le tiró con la linterna y rompió el vidrio
trasero del mismo, y que el auto encontrado luego en la casa de Gabriel
RIOS era el mismo al que había traspuesto, momentos antes, el control
de ruta y que se encontraba con el vidrio roto, el que también –según
señaló- tenia roto el plástico del auto.
Asimismo, las tomas fotográficas de fs.483/484 ilustran sobre el
vehículo Renault Megane II que había sido abandonado en la morada del
testigo RIOS, pudiendo apreciarse en las diversas tomas el vidrio roto
del mismo y la ausencia de la parte trasera del espejo retrovisor del
conductor.
De forma tal que la vinculación entre los bolsos con sustancia
toxica y el vehículo Renault Megane II aparece indubitable, no solo por
la proximidad geográfica entre ambos -que no distaba de escasos
metros-, sino porque el automóvil, al darse a la fuga, traspuso un
control de ruta y es allí cuando un Gendarme arroja una linterna que
hizo estallar el vidrio trasero del conductor, y parte de los vidrios del
mismo fueron encontrados sobre los bultos que habían sido
abandonados. De igual manera la parte trasera del espejo retrovisor del
conductor que fuera encontrada en la morada de RODRIGUEZ
correspondía al vehículo en cuestión, y parte del paragolpe del mismo
fue encontrado en la casa de Marcelo RODRIGUEZ luego de que el auto
envistiera un tronco.
Finalmente debo destacar que el procedimiento fue regularmente
llevado a cabo, conforme las previsiones legales pertinentes, con
presencia de testigos, con elementos perfectamente enumerados,
pesados y además realizado el test orientativo que, a la postre,
determinó la naturaleza y calidad del material secuestrado, luego
corroborado por la pericia química de fs. 243/252vta., elaborada por el
Gabinete de Policía Científica del Escuadrón 48 “Corrientes” de
Gendarmería Nacional. Las conclusiones de la pericia señala que las
sustancias secuestradas corresponden a la especie vegetal Cannabis
Sativa (marihuana), cuyo peso neto se expresan en el informe,
determinando que, de acuerdo al porcentaje de principio activo (THC)
comprobado en las muestras, del total de sustancia sometida a
peritación podrían obtenerse un dos millones seiscientos ochenta y un
mil cinco (2.681.005) dosis umbrales.
Como cuestión afín, cabe señalar que existe una ligazón objetiva
y subjetiva entre los imputados y la sustancia toxica habida en la causa.
Ello así porque el análisis conjunto de las pruebas incorporadas a debate
traslucen un claro contexto fáctico que determinan, claramente, los roles
ejecutados por imputados y los ligan al material ilícito.

Es que, como refiriéramos en anteriormente, los efectivos


prevencionales, a raíz de diversas actuaciones –especialmente
testimonios de los pobladores de la zona- que habían realizado en el
marco de la información policial denominada “Rosarito”, tenían
conocimiento indiciario –casi con un año de antelación al evento ilícito
que fuera sometido a debate- de que el señor Gabriel GIMENEZ, alias
Poder Judicial de la Nación

“CHIPA”, estaría vinculado a algún tipo de actividad ilícita ya que poseía


un importante nivel de gasto que no se condecía con su actividad
laboral, debido a que, como refiriere el informe de fs.1/5, el nombrado
hacía algunos años atrás se dedicaba a la venta ambulante de chipas en
las inmediaciones de la terminal de ómnibus de Ituzaingó. El día 25 de
marzo de 2009, la guardia de prevención recibió un llamado telefónico
que fue atendido por el Alférez SCHONINGER, y quien dijo llamarse Luis
García y manifestó haber trabajado con Gabriel GIMENEZ en el
contrabando de cigarrillos desde la República del Paraguay, e informó a
la prevención de que el nombrado se estaría dedicando al tráfico de
estupefacientes, en cuya tarea colaborarían su hermana, una persona de
nombre Julio que vive en el barrio General San Martín, calle 12, casa 44,
y un prefecturiano de nombre Lucas; aportando diversos números
telefónicos. Datos estos que fueron corroborados por los trabajos que
fueron llevados adelanto por el personal del GOIP de Gendarmería
U S O O F I C IAL

Nacional. Fue así que se practicaron, por orden del Juez, entre otras la
intervención telefónica sobre la línea (011-15-30618596) que
correspondía a Gabriel GIMENEZ.

De las degrabaciones obtenidas (que rolan a fs.129/137) se pudo


establecer que Gabriel GIMENEZ tenía a su cargo la organización del
transporte de los estupefacientes, era quien tenía el poder de
disposición respecto a la droga y era quien dirigía una organización
delictiva integrada por varias personas.

Así, de las degrabaciones obtenidas del CD Nº2, surge que se


entabló una conversación en fecha 25 de abril de 2009 entre el
imputado GIMENEZ y un NNMASC, que daba cuenta de que alguien de
enfrente le debía dar, dentro de dos días, lo que sería el estupefaciente,
persona de enfrente (en clara alusión a la República del Paraguay) con
la que GIMENEZ decía haberse comunicado con anterioridad (cfr.CD 2,
comunicación Nº17). Por su parte, de las degrabaciones obtenidas del
CD Nº4, nace otra conversación en fecha 27 de abril de 2009 entre el
imputado GIMENEZ y un NNMASC, en donde éste último le refería a
GIMENEZ que ya estaba todo y que todo iba a salir bien, pero que iba a
tardar unas dos horas (cfr. CD Nº4, comunicación 17). No menos
importante la conversación Nº18 del CD Nº4 mantenida entre los
mismos hablantes, ya que el imputado GIMENEZ le decía a su
interlocutor que tenía que esperar un buen rato, alrededor de una hora y
media, señalando el NNMASC que le convenía irse para no estar
haciendo “ACA HACIENDO BARDO” (sic), y venir más o menos en el
horario.

Mención especial merece la conversación lograda del CD Nº05,


comunicación Nº4, entablada el día fecha 28 de abril de 2009, es decir,
un día antes del evento que fuera materia de juzgamiento. Allí, como
veremos de la transcripción textual que realizaremos, se advierte que
Gabriel GIMENEZ coordinaba el traslado con Julio SOSA, este último le
explicaba que iba a realizar el traslado en un Renault Megane II de una
persona de su confianza, quien participaría junto a él en el acarreo, ya
que su camioneta estaba en malas condiciones. Señaló SOSA que podían
llevar doscientos y pico, hasta doscientos cincuenta, y que su camioneta
se la había dado a su papá para que la llevara a Virasoro.

Textualmente dice la conversación entablada entre GABY


(masculino) y Julio SOSA.

GABY: ¿QUÉ CAPU?


JULIO: ¿CAPO COMO ESTAS VOS CHE?
GABY: SI... YA ESTAMOS AHÍ, YA ESTAMOS AHÍ
JULIO: CHE ESCÚCHAME NEGRO, ESCÚCHAME, ESCÚCHAME LO QUE TE VOY A
DECIR, EH... VOMOS A LLEVAR, PERO NO VAMOS A LLEVAR EN MI
CAMIONETA, VAMOS A LLEVAR EN OTRO AUTO, YO TENGO OTRO AUTO,
SABES ¿POR QUE? PORQUE EMPIEZA A TOZER MI CAMIONETA BOLUDO, YO
EL OTRO DÍA LE DI A PAPA QUE LLEVE A VIRASORO PARA QUE LE VEA
¿VISTE? Y ES COMO QUE NO AGARRA.(…)
GABY: SI, SI, SI
JULIO: PERO NO QUIERO IR ASI, PERO IGUAL VOY A LLEVAR YO CON OTRO VAGO
EN OTRO AUTO QUÉDATE TRANQUILO, ES DE CONFIANZA,
NOSOTROS TRABAJAMOS CON EL YA
GABY: SI
JULIO: APARTE ES MAS RÁPIDO TODO, ES UN MEGANE
GABY: AH... BUENO, BUENO, BUENO
JULIO: ¿ENTENDES?
GABY: SI YO TE ENTIENDO
JULIO: PERO VOS QUÉDATE TRANQUILO, NO IMPORTA, NO IMPORTA, VAMOS A
GANAR UN POCO MENOS NOSOTROS PERO VAMOS A LLEVAR LAS
COSAS Y APARTE YO NO QUIERO ARRIEGAR ¿VISTE? QUE SI YO NO ESTOY
SEGURO, CON LA CAMIONETA ESTA, YO, YO... NO VIAJE NUNCA LLEVANDO
ESO VISTE, ENTONCES QUIERO ASEGURARLE NOMAS
GABY: NO, NO, VOS, VOS TENES QUE BUSCAR TU SEGURIDAD, VOS TENES QUE
SENTIRTE CÓMODO, COMO MEJOR...
JULIO: POR ESO TE DIGO BUENO,
GABY: LISTO
JULIO: VOS CONFIA EN MI, QUE YO VOY A LLEVAR LAS COSAS CON EL VAGO,
QUÉDATE TRANQUILO
GABY: SI
JULIO: VAMOS A LLEVAR DOS Y PICO, VAMOS A LLEVAR DOS Y PICO, HASTA
DOS CINCUENTA ENTRA TRANQUILO
GABY: LISTO, LISTO, TRANQUILO, TRANQUILO
JULIO: ¿ENTENDES?, POR ESO NO TE PREOCUPES, PERO YA, TE DIGO AHORA
YA LE HICE VENIR AL VAGO, ENTONCES YA PARA QUE NO... POR TAS DUDAS
¿VISTE?
GABY: SI, SI, SI
Poder Judicial de la Nación

JULIO: PORQUE, YO HASTA AHORA LE ESTABA PROBANDO Y ESTABA VIENDO, EL


OTRO DÍA GOTEABA, GOTEABA ACEITE Y NO SE AHORA EMPIEZA A
GOTEAR OTRA VEZ BOLUDO
GABY: SI, SI
JULIO: ENCIMA TENGO EL PROBLEMA ESTE NO SE, QUE SE YO, ES ÑAFTA
NOMAS, PARO NO QUIERO JUGARME ¿VISTE?, POR LAS DUDAS
¿VISTE?
GABY: VAMOS A LLEVAR OTRO AUTO NOMAS IGUAL, QUÉDATE TRANQUILO...
JULIO: NO, NO VAMOS A LLEVAR EN EL MISMO, VAMOS A LLEVAR EN EL QUE
VIENE, QUÉDATE TRANQUILO YO..., ESO QUÉDATE TRANQUILO, DALE
GABY: DALE, DALE.

Igual interés puede atribuirse a la comunicación Nº13, óbrate en el


CD 05, mantenida entre los mismos interlocutores el día 28 de abril. En
esta Julio SOSA le refiere a GIMENEZ que iría a buscar su mochila a su
casa (recordemos que una mochila se secuestró en el domicilio de RIOS,
quien relató que se la había entregado SOSA), que LUCAS llevaba las
cosas, los bolsos, y que iba a buscar a GIMENEZ.

A su turno la comunicación Nº15 del mismo CD, mantenida entre


U S O O F I C IAL

los mismos hablantes, da cuenta de la intervención de una cuarta


persona, ya que Julio SOSA le decía a GIMENEZ que le pasase con
LUCAS para “VER DONDE PUTA YO LE ESPERO AL OTRO” (sic).

De la comunicación Nº16 del mismo CD, se advierte que SOSA le


preguntaba a GIMENEZ si ya había salido, y éste último le expresaba
que saldría en un momento y que en 15 minutos estaría ahí y lo
llamaría; que resulta concordante con la comunicación Nº17 donde
GIMENEZ le dice a SOSA que al pasar la curva lo llamaría; con la
comunicación Nº18 que daba cuenta de que GIMENEZ le decía a SOSA
que estaba todo bien y que cuando llegase a lugar de la virgencita le
llamaría; y con la comunicación Nº20 donde GIMENEZ le dice a SOSA
que estaba todo bien y que podía salir.

Por otra parte, es menester remarcar que surge en la presente


causa, sin hesitación, que el interlocutor de Gabriel GIMENEZ era Julio
SOSA. Ello ya que según los propios dichos del imputado, en la
localidad de Virarsoro viviría el padre (recordemos que en su descargo
indagatorio SOSA manifestó haber permanecido allí durante el año en
que se encontraba prófugo), que, asimismo, SOSA tenía una camioneta
ECO SPORT, color negra, en aquella fecha, y que la carga transportada
en el Megane II era de más de 212 kilogramos, automóvil que, luego de
la fuga durante la noche del suceso delictivo fuera abandonado en la
casa del primo del imputado Gabriel RIOS. Asimismo éste último dato, el
abandono del Renault Megane II en la casa del primo de SOSA, no será
cuestión menor en el proceso argumental que venimos desarrollando. Es
que, según los dichos de los testigos, el automóvil al darse a la fuga
ingresó a través de un camino muy poco frecuentado (conocido como
“Dakar”) dado su terreno arenoso (incluso refirió el jefe de la Unidad,
Hugo Abel ROMERO, haber intentado continuar con la persecución en
moto, y sin embargo, las condiciones del lugar hicieron que se cayera,
resultando lesionado en su hombro), ingresando a un lugar despoblado,
lleno de malezas y de muy difícil acceso para derivar en un callejón (a
cuya vera se encontraba la casa de Marcelo RODRIGUEZ) a fin de
desprenderse de los bolsos, y luego ingresar al patio de la casa de RIOS
que distaba unos trescientos metros de la morada de RODRIGUEZ. Es
decir que, del periplo realizado por el Renault Megane II durante su
fuga, el lugar donde fueran arrojados los bultos y, más tarde,
abandonado el automotor, se infiere que el conductor (y/o el
acompañante) poseían conocimiento profundos de la zona y de los
domicilio. De forma que, no ha sido azaroso el abandono del Renault
Megane II en la casa de RIOS, sino que, en el contexto de la causa, y de
su confrontación con las escuchas telefónicas, sumado ello a que SOSA
era oriundo de la localidad de Ituzaingó, dan claros indicios de que el
acarreo de los bultos dentro del Megane II lo realizaba Julio SOSA.-

No será cuestión indiciaria menor el llamado efectuado por


Roberto Ríos –padre de Gabriel Ríos y tío de Julio SOSA-, a fin de
avisarle a éste último que lo estaban buscando los gendarmes porque
habían encontrado un auto lleno de cosas en el domicilio de su primo y
que él lo había dejado ahí (cfr. Indagatoria de SOSA).-
Por otra parte, los distintos testigos de la fuerza preventora
señalaron que el automóvil FOX que pertenecía a Gabriel GIMENEZ fue
visto el día del hecho en la zona de la toma de agua de Ituzaingó en las
cercanías del río, que, como vimos, surgía de las escuchas telefónicas
que se había comunicado con los de enfrente y se encontraba en
permanente comunicación con SOSA. Asimismo divisaron el Renault
Megane II estacionar en la casa de Albina Giménez, y también detenerse
en la casa del imputado Julio SOSA, advirtiendo que, desde este
domicilio, subía al automóvil una persona con un bolso. (cfr. test. de
SCHONINGER).-
Poder Judicial de la Nación

Asimismo, cabe señalar que durante la aprehensión del imputado


Gabriel GIMENEZ, efectuada el día 29 de abril se secuestraron en su
poder siete (07) celulares, de los que, uno de ellos, correspondía a la
línea intervenida (011-1530618596), (cfr. Acta Circunstanciada de
Procedimiento de fs.24/26, e Informe de fs.293/358).

Finalmente, cabe establecer que más de 185 Kilogramos fueron


habidos en el dormitorio de la casa de la imputada Albina GIMENEZ,
debajo de su cama, siendo que, de las escuchas telefónicas, se pudo
determinar que la nombrada se encontraba como loca –según refirió
textualmente SCHONINGER durante su declaración testimonial- al saber
que en su domicilio se encontraba la sustancia toxica y requería que su
hermano la quitase lo antes posible.

La degrabación obtenida del CD Nº6, comunicación Nº10, surge


claramente que GIMENEZ le decía a un NNMASC si ya habían sacado la
U S O O F I C IAL

sustancia toxica de la casa de su hermana y que su hermana, la negra,


estaba como loca. Dice textualmente la comunicación:

GABY: SI
NN MASC: ¿EH?
GABY: QUE PASO
NN MASC: EH... COMO ANDAS... EH... DIJO MAMA QUE VENGAS NOMAS ESTE... QUE
VENGAS NOMAS EH... NO PASO NADA ESTE...LE SACARON TODA LA ROPA
ENCIMA
GABY: AH…
NN MASC: Y... AH... A JULIO NOMAS LE ANDAN BUSCANDO, VENI PUES, POR QUE LA
NEGRA ESTA COMO LOCA, AH.... VENI, PERO NO PASA NADA, ACÁ ESTA
TODO TRANQUILO ¿ENTENDES?
GABY: SI, BUENO, BUENO, BUENO, ESTA
NN MASC: DALE
GABY: ¿YA SACARON ESO DE AHÍ?
NN MASC: ¿EH?
GABY: ¿YA SACARON ESO DE AHÍ?
NN MASC: NO, ¿Y ADONDE, ADONDE SI ACÁ COMO ERA?
GABY: Y A CUALQUIER LADO BOLUDO VOS... EL HOMBRE AHÍ CHAMIGO, SACA
ESO DE TU HERMANA AHÍ DALE, DALE

Cabe recordar aquí que el allanamiento efectuado en la casa de


Albina GIMENEZ fue formalizado a raíz de esta conversación y que en su
domicilio fueron encontrados, bajo la cama, los paquetes con droga.

Tales manifestaciones pueden conjugarse con la escuchas


telefónicas registradas bajo la comunicación Nº21 del CD Nº5, en donde
un hablante femenino preguntaba a GIMENEZ si podía volver a su casa.

Como corolario, se advierte que el señor Gabriel GIMENEZ


organizaba el traslado del material toxico, dirigía una organización
delictiva integrada por varios individuos, aportaba los técnicos
determinando los autos que iban a llevar, y participó de forma personal
el día del evento, liderando el traslado en su vehículo marca FOX de la
sustancia toxica que venía realizando Julio SOSA.

Por su parte, Julio C. SOSA, efectuó el transporte del


estupefaciente, ya que era éste quien mantenía los contactos previos
con GIMENEZ, estableciendo la forma del traslado a realizar, y fue quien
venía dentro del vehículo Megane II que transportara estupefaciente el
día del evento.

Asimismo, se verifica que Gabriel GIMENEZ y Julio C. SOSA,


intervinieron en los hechos junto a otras personas de forma organizada
para cometer el ilícito penal que fuera materia de juzgamiento, ya que
surge de la escuchas telefónicas, sin hesitar, la participación de LUCAS
en el evento, y de otras personas que, por ejemplo, coordinaban con
GIMENEZ su regreso a Ituzaingó, éstos últimos quienes debían quitar los
estupefacientes que se encontraban en la casa de la hermana de
GIMENEZ; o que debían esperar a SOSA en algún lugar (cfr.
Comunicación 15 del CD Nº5 y demás pruebas antes citadas).

Finalmente, se colige que la señora Albina B. GIMENEZ ha


facilitado su domicilio a fin de que en aquel lugar se guardase más de
185 kgrs. de sustancia estupefaciente.
Por todo lo expuesto, tengo por acreditado el siguiente hecho: Que
el personal perteneciente al Escuadrón 47 de Gendarmería Nacional.
Secc. Ituzaingó, un año antes de evento ilícito, venían realizando tareas
investigativas en el marco de la operación denominada "Rosarito",
originada con motivo de la información que habían brindado los vecinos
de la localidad respecto de un ciudadano apodado "Chipa” quien gozaba
de una próspera situación económica que no se condecía con su
actividad laboral, hasta que el día 25 de marzo de 2009 se recepciona
un llamado telefónico anónimo en la Guardia de Prevención del
Escuadrón, que fue atendido por el Alférez Sergio SCHONINGER, que
daba cuenta de que el ciudadano Giménez, junto a otras personas, se
dedicarían al contrabando de estupefaciente desde el vecino país del
Paraguay, y que tal anoticiamiento aportó datos que se condecían
sustancialmente con lo recabado por la prevención en el marco de la
Poder Judicial de la Nación

información policial “Rosarito”.


Fue en este momento en que se inicia la presente causa con la
intervención del Juez Federal -del Ministerio Público Fiscal- quien
dispuso la intervención telefónica, mediante escucha directa, de la línea
Nº011-1530618596, que pertenecía al Sr. Gabriel Antonio Giménez.
La escucha telefónica permitió determinar que el día 28 de abril
del 2009 se produciría un importante traslado de estupefaciente desde
la localidad de Ituzaingó, y el vehículo que utilizarían sería un Renault
Megane II, color gris con vidrios polarizados, y, según pudo
determinarse a través de tareas de campo realizadas por lo efectivos
prevencionales, para dicha operación también se utilizarían dos
vehículos más que oficiarían de punteros, un VW Fox que sería
conducido por el propio Gabriel Antonio Giménez, y un Chevrolet Astra.
En horas de la noche del día 28 de abril del 2009, una patrulla
ubicada sobre la ruta N° 12 y el acceso a la localidad de Ituzaingó, pudo
U S O O F I C IAL

observar que un vehículo Renault Megane II -de similares características


al ya mencionado- ingresó al pueblo y que estuvo estacionado unos
minutos frente al domicilio de la señora Albina Beatriz GIMENEZ.
Se pudo establecer que el vehículo Fox, ese mismo día aprox. a las
22:30 hs., salió de la localidad de Ituzaingó y se dirigió hacia la ciudad
de Ctes. y luego de traspasar la localidad de Villa Olivari, llamó a sus
compañeros y les hizo saber que la ruta estaba despejada. Fue así que
inmediatamente salió de Ituzaingó el vehículo Megane II y el Astra, por
lo que personal de gendarmería instaló otro control en Villa Olivari,
momentos en que arriba en primer lugar el vehículo Chevrolet ASTRA
que detuvo su marcha (y cuyos ocupantes eran Lucas César Rodríguez y
Horacio Arnaldo Oporto) e inmediatamente el Renault Megane II, al
advertir la presencia del control, giró en U y retomó hacia la localidad de
Ituzaingó a alta velocidad. Ante tal situación se instaló un control a la
altura de la estancia “ALTINA”, lugar al que arribó el mentado vehículo,
trasponiendo a alta velocidad el destacamento móvil establecido, y fue
allí cuando un efectivo de la prevención arrojó una linterna que impactó
sobre el vidrio de la parte trasera del vehículo, haciéndolo estallar.
Ante la situación, el personal realizó el seguimiento del vehículo
que había ingresado por un camino conocido como “DAKAR”. Tiempo
después el mismo vehículo fue encontrado en la parte posterior de la
vivienda de Gabriel Ríos, quien manifestó, en la ocasión, que el
automóvil fue dejado por su primo Julio Sosa, quien lo había dejado ahí
alegando que lo seguía una patota, entregándole, de igual forma, una
mochila.
Con autorización del propietario de la vivienda se procedió a
revisar el vehículo, cuyo dominio era GHA-041, no encontrándose
elementos de interés dentro del mismo, pero se pudo constatar que
poseía el vidrio de la ventana de la puerta trasera rota (estallada). En
forma simultánea, otro grupo de gendarmería logró detener la marcha
del vehículo Fox que era conducido por el Sr. Giménez.
Siendo las 7:15 hs. del día 29 de abril, en la guardia de la
prevención se recibió una llamada de una persona de sexo femenino
quien manifestó que en el fondo posterior a su vivienda se encontrarían
varios bolsos abandonados. Inmediatamente se trasladó personal de la
dependencia a efectos de corroborar el llamado recibido, hacia el
domicilio ubicado en la Av. Santa Fe s/n Zanjón Paraná B° San Isidro de
Ituzaingó Ctes. Una vez en lugar entrevistaron al propietario, quien se
identificó como Marcelo Adrián Rodríguez, y quien voluntariamente
mostró el lugar -que distaba a unos trescientos metros de la casa de
RIOS- donde se hallaban seis bolsos que contenían en su interior
paquetes rectangulares envueltos en cinta de embalar color verde y
ocre, haciendo un total de 186 con un peso aprox. de 212.878 kgrs.,
cuyo narco test y prueba pericial dio positivo para canabis sativa
marihuana. Por su parte, sobre el bolso N° 6 se hallaron restos de
vidrios similares a los hallados dentro del Renault Megane II que fuera
abandonado en la vivienda del ciudadano Ríos.
Por otra parte, del allanamiento dispuesto por el Juez Federal
sobre la finca ubicado en el B° 40 Viv. Mzna. 443, casa 12 de Ituzaingó,
cuya propietaria era la Sra. Albina Beatriz Giménez (hermana de
Giménez), logró encontrarse seis bolsas de polietileno color negro, que
poseían en su interior paquetes rectangulares envueltos en cinta de
engomar, que se hallaban ocultos debajo del colchón de una de las
habitaciones, y cuya prueba de narco test y prueba pericial arrojaron
resultado positivo para canabis sativa marihuana, siendo su peso total
de 185,281 kgrs.
Por las razones apuntadas, entiendo que existe absoluta certeza
Poder Judicial de la Nación

sobre la acreditación fáctica del hecho motivo del debate, en el cual


participaron los imputados. ASI VOTO.-
A la misma cuestión, el doctor FERMIN AMADO CEROLENI
dijo: Que adhiere. ASÍ VOTÓ.-
A la misma cuestión, la doctora LUCRECIA M. ROJAS de
BADARÓ dijo: Que adhiere. ASÍ VOTÓ.-

A la TERCER CUESTIÓN, el doctor VÍCTOR ANTONIO ALONSO


dijo:
Que en oportunidad de formular su alegato, la señora Fiscal por
ante el Tribunal, doctora Gabriela López Breard, luego de un
pormenorizado análisis de las pruebas existentes e incorporadas a
debate, concluyó atribuyendo responsabilidad penal a los imputados
Gabriel GIMENEZ, Albina GIMENEZ, y Julio SOSA.
Acusó al señor Gabriel A. GIMENEZ como autor del delito de
organizador de tráfico de estupefacientes (art.7 Ley 23737), al entender
U S O O F I C IAL

que era quien dirigía la organización, aportaba los medios económicos y


técnicos, usaba a su familia, gente de confianza como informante, a fin
de desplegar la conductas prohibidas por el art.5 de la ley 23.737.
Señaló que el nombrado vivía en Buenos Aires y en Ituzaingó lo que le
permitía suponer que tenía los contactos en Buenos Aires. A su turno
dijo que el vehículo marca FOX que pertenecía a GIMENEZ fue visto en
el río el día del hecho y que surgía de las escuchas telefónicas que se
había comunicado con los de enfrente. Señaló que el nombrado era
quien dispuso que iban a llevar otros autos, y que a él JULIO SOSA le
daba las explicaciones. Denotó que el nombrado poseía un importante
nivel de gasto, no obstante que no tenía una actividad lícita conocida, y
que tenía droga en la casa de su hermana.
A su turno, sindicó a Julio C. SOSA como autor del delito de
transporte de estupefacientes (art.5, inc. c Ley 23737), al establecer
que era éste quien conducía el vehículo Megane II en el que se
transportara estupefaciente el día del evento. Señaló que de las
escuchas surgía que el nombrado estaba en contacto continuo con
Gabriel GIMENEZ, y fue él quien armó el transporte en el auto de PIRIS,
de Posadas, que luego fue encontrado en la casa de su primo.
Finalmente, apartándose de la calificación que fuera atribuida al
hecho por el fiscal de instrucción, acusó a la señora Albina B. GIMENEZ
como autora del delito de facilitadora (art.10, Ley 23737), ya que al
allanar su domicilio se lograron secuestrar más de 185 kgrs. de
sustancia estupefaciente envuelta igual que el resto de la droga hallada
en éste procedimiento. Entendió que la nombrada facilitó el lugar para
que se cometan el transporte de estupefacientes, al poner a disposición
su casa para que quede en su domicilio la sustancia hasta que pueda ser
transportada.
Asimismo, agravó la conducta de los imputados Gabriel GIMENEZ,
Albina GIMENEZ y Julio SOSA, en función del art.11, inc. c, de la ley
23737, al entender que los mismos habían actuado en forma
organizada.
En cuanto al pedido de pena hizo una distinción en virtud de los
delitos atribuidos, y conforme los artículos 40 y 41 del Código Penal,
solicitó se condene: a Gabriel Antonio GIMENEZ a la pena de doce (12)
años de prisión, más el mínimo de la multa; a Julio Cesar SOSA a la
pena de seis (06) años de prisión y el mínimo de la multa; y a Albina
Beatriz GIMENEZ a la pena de cuatro (04) años de prisión, más el
mínimo legal de la multa.
Por su parte la defensa técnica de los imputados en oportunidad de
formular sus alegatos, luego de evaluar las pruebas incorporadas a
debate y de interponer las diversas nulidades que hemos tratado
oportunamente, solicitaron la absolución de sus asistidos.
En lo atinente al encuadramiento legal aplicable al caso que nos
ocupa, debemos compartir, parcialmente, la postura de la señora Fiscal
por ante el Tribunal. Ello así porque el análisis de los hechos tal como
estos fueron probados, una discreta y razonable interpretación de los
mismos de acuerdo a la sana crítica racional, teniendo en consideración
las pruebas producidas e incorporadas a debate, nos permite arribar a la
conclusión señalada por el órgano encargado de la acusación respecto a
la calificación legal bajo la cual deberá ser subsumido el hecho
acreditado anteriormente, aún cuando debamos discrepar respecto del
agravamiento (art.11, inc.c, de la ley 23737) que hiciera respecto a la
conducta de la señora Albina GIMENEZ. Como veremos, entendemos que
ésta última, si bien ha materializado los aspectos objetivos y subjetivos
de la figura penal del art.10 de la ley 23737, no ha intervenido de forma
organizada, junto a los demás co-imputados, en la perpetración del
Poder Judicial de la Nación

ilícito.
En efecto, como surge de las constancias de autos que fueran
relacionadas al tratar la cuestión anterior, cabe establecer que Julio C.
SOSA desplegó su conducta delictiva integrando los aspectos objetivos y
subjetivos del tipo legal contemplado en art. 5 inc “c” de la Ley Nº
23.737, esto es, transporte de estupefacientes.
Juzgamos que, en el caso bajo examen, nos encontramos con un
comportamiento que se subsume con claridad en el delito de transporte
de estupefacientes, toda vez que el material prohibido fue transportado
dentro del vehículo Renault Megane II en el que viajaba, en razón de
que, como vimos, existía ligazón objetiva y subjetiva entre los bolsos
que fueron abandonados en las inmediaciones de la casa de Marcelo
RODRIGUEZ y el automóvil dejado en la finca perteneciente a testigo
RIOS.
Como establecimos en la cuestión anterior, durante el 28 de abril
U S O O F I C IAL

el imputado mantenía permanente contacto telefónico con Gabriel


GIMENEZ, y le daba cuenta que efectuaría el traslado, no ya en su
camioneta, sino en un vehículo Megane II junto a una persona de su
confianza (aún cuando ello implicase que ganarían menor cantidad de
dinero). Que el día del hecho GIMENEZ, que oficiaba de puntero en su
vehículo marca FOX, al trasponer el control dispuesto por Gendarmería
Nacional en la localidad de Villa Olivari, le informó a SOSA que podía
emprender el viaje ya que la ruta estaba despejada. Tiempo después
SOSA emprende su viaje en el mencionado vehículo y al advertir el
control de ruta, gira en U, emprende la fuga, traspone el control móvil
dispuesto a la altura de la Estancia “ALTINIA” en donde uno de los
efectivos le arroja una linterna que hace estallar el vidrio trasero del
rodado, e ingresa por un camino arenoso conocido como “DAKAR”.
Finalmente, se deshace de los bultos con estupefaciente en las
inmediaciones a la casa de Marcelo Rodríguez, y abandona el automóvil
en la casa de su primo Gabriel RIOS.
Es preciso recordar que oportunamente establecimos la vinculación
entre los bolsos con sustancia toxica y el vehículo en que era
transportada. Dijimos tal vinculación aparecía indubitable, no solo por
la proximidad geográfica entre ambos -que no distaba de escasos
trescientos metros-, sino porque el automóvil había recibido un golpe
con una linterna que hizo estallar el vidrio trasero del conductor, y parte
de los vidrios del mismo fueron encontrados sobre los bultos que habían
sido abandonados. De igual manera, como vimos, la parte trasera del
espejo retrovisor del conductor (y parte del paragolpe) que fue
encontrada en la morada de RODRIGUEZ y correspondía al vehículo en
cuestión.

Por su parte, como reparamos, de la degrabación lograda del CD


Nº05, comunicación Nº4, entablada el día fecha 28 de abril de 2009, del
diálogo mantenido con Gabriel GIMENEZ, surge que Julio SOSA
coordinaba el traslado con el primer y le explicaba que iba a realizar el
acarreo en un Renault Megane II de una persona de su confianza ya que
su camioneta estaba en malas condiciones. El hecho de que dentro del
automóvil, junto a SOSA se encontrase otra persona (los que nos podría
conducir a sostener que el nombrado no habría manejado el automotor
el día de suceso, sino que venía de acompañante del otro individuo), no
conmueve la autoría del nombrado ya que, como establecimos en su
oportunidad, su participación en el hecho debe tenerse acreditada a
partir de las degrabaciones de las escuchas telefónicas; del testimonio
de SCHONINGER que daba cuenta que el día del evento el vehículo
paró en la casa de SOSA y que vio una persona subir al mismo con un
bolso; del llamado que le efectuara el padre de Gabriel RIOS a fin de
hacerle saber que lo andaban buscando por haber dejado el automóvil
en la casa de su hijo; y los conocimiento especiales que exigían la zona
geográfica donde fuera abandonado el vehículo. Así, hemos dicho en su
oportunidad, que no resultaba azaroso que el vehículo fuera dejado en la
casa del primo de SOSA. Por lo que, el cuadro probatorio recabado
permite reafirmar que, aún cuando el imputado no haya majado el
vehículo Renault Megane II el día del evento, el nombrado venía co-
ejecutando junto a otra persona el transporte.

A su vez, del conjunto de pruebas producidas durante el Plenario


se advierte la inutilidad del testimonio de la señorita Nadia Portillo
que, durante la audiencia del día 1 de diciembre de 2011, fuera ofrecida
por el anterior defensor del imputado, González Cabañas. Ello porque,
no sólo que la prueba ha sido ofrecida una vez precluída la instancia
procesal respectiva, sino debido a que las pruebas referenciadas
anteriormente arrojan un cuadro indubitable respecto la autoría de SOSA
Poder Judicial de la Nación

y, como consecuencia, tornan innecesaria la producción de la testimonial


ofrecida.

Por otra parte, cabe recordar que la circunstancia de que la


mercadería no haya llegado a destino no resulta óbice para la tipificación
del delito, ya que la jurisprudencia es uniforme al señalar que la
consumación se produce por la sola circunstancia de hallarse la
mercadería en tránsito 9, quedando perfeccionado el delito cuando el
imputado realizaba el transporte –aun cuando sea brevemente- de la
sustancia prohibida.

En el caso de autos las circunstancias de modo y lugar: en tránsito


a través de una ruta del país; el uso del vehículo; la forma en que
estaba dispuesta la sustancia: en paquetes tipo ladrillos; la cantidad:
más de doscientos doce kilogramos de “marihuana”, son claros indicios
demostrativos del transporte que realizara el imputado, que cumple
U S O O F I C IAL

acabadamente los extremos requeridos por la figura del art. 5, inc. c) de


la Ley 23.737.

Igualmente cabe señalar que las circunstancias fácticas que


rodearon al evento indican con claridad que el imputado tenía pleno
conocimiento del acarreo de la sustancia prohibida que efectuaba.
Resultan indicios serios, precisos, concordantes, unívocos e inequívocos
de ese conocimiento, la hora, el lugar y el modo en que venían
acarreando los estupefacientes, todo lo que conforma un cuadro que
arroja absoluta convicción sobre el dolo del citado.

Resulta claro también el rol protagónico que tuviera en el evento el


señor Gabriel A. GIMENEZ quien, al dirigir la organización que se
encontraba integrada por varias personas, aportar los medios
económicos y técnicos (tal que su automóvil), realizar diversos aportes
intelectuales que consistían en establecer los contactos con los
proveedores del material ilícito; coordinar los movimientos que debía
realizar SOSA (quien, como bien señaló la Fiscalía, le daba explicaciones
a GIMENEZ sobre el cambio de vehículo para el transporte);
comunicarse con una persona a fin de que quitase la parte de la carga

9
cfr. CNCP, Sala III, “De Tejerías, Miryam s/ recurso de casación”, Resolución 03-07-1996, Registro 199/96,
Causa 739; CNCP, Sala IV, “Berreta, Angel Antonio s/ recurso de casación”, Resolución 22-08-1995, Registro
375, Causa 179.-
que no se había podido transportar en el Renault Megane II y que
habían quedado en la casa de Albina Giménez; y, finalmente, viajar
como puntero en su vehículo particular señalando a SOSA que podía
iniciar su viaje ya que no se encontraban los efectivos en el control de
Villa Olivari, cumple acabadamente con la conducta prohibida por el
art.7 Ley 23737 y, en consecuencia, deberá ser penado como
organizador de tráfico de estupefacientes.

Ello porque la figura penal del art.7 de la ley de Estupefacientes


castiga al organizador, y el aspecto objetivo de la figura penal requiere
que, quien organice, arme un estructura funcional que facilite la
comisión de los delitos a que se refieren los art.5º y 6º de la ley 23.737,
proveyendo los medios necesarios a ese fin, de modo de obtener un
mecanismo eficiente dirigido al logro de la finalidad propuesta 10.

Asimismo existen claros datos objetivos que nos permiten concluir


que el aspecto cognitivo y conativo del dolo se hallaba presente, ya que,
de las constancias de la causa, logra inferirse que el imputado sabía que
cumplía una tarea de organización de tráfico ilícito y querían desarrollar
tal actividad final.

Las alegaciones que efectuara el asistente técnico respecto la


solvencia económica del imputado GIMENEZ, direccionadas sobre la base
de que no existían informes en el causa que acrediten los bienes del
imputado o testigos que den cuenta de que GIMENEZ, argumento
hilvanado (aparentemente) a fin de desacreditar la información policial
obtenida en el marco de la investigación “Rosarito”, no sólo que no
obtura la tarea de prevención realizada, ya que no resultaba esencial
que se agreguen informes o, como señaló el Defensor, se logre el
testimonio de un persona que dé cuenta de que GIMENEZ gastó $3.000
o más en una noche de baile, para poder construir una hipótesis
investigativa. Esta última se había logrado sobre fuentes diversas
(especialmente de testimonios de los pobladores de la zona), y tan solo
vino a conglobarse al llamado anónimo, y a la constatación de lugares y
personas que realizaron los efectivos de Gendarmería Nacional, a fin de
conformar un cuadro indiciario que, presuntivamente, ligaba a GIMENEZ
al tráfico de estupefacientes. En cuanto a los demás dichos del señor
10
Cfr. FALCONE – CAPPARELLI. Tráfico de estupefacientes y derecho penal. AD-HOC. Bs. As.2002.
pág.361.
Poder Judicial de la Nación

Defensor Particular en punto a la ausencia de elementos de cargo


certeros y contundentes que acerquen a GIMENEZ a la organización que
se le imputaba, debemos remitirnos a las consideraciones anteriores.
Finalmente, corresponde establecer que Albina Beatriz GIMENEZ
ha materializado los aspectos objetivos y subjetivos de la figura penal
del art.10 de la ley 23737. Ello así ya que, como vimos, más de 185
Kilogramos fueron habidos en el dormitorio de la casa de la nombrada, y
de las escuchas telefónicas pudimos determinar que la nombrada tenía
pleno conocimiento de que la sustancia toxica se encontraba allí, todo lo
que nos permite concluir que la nombrada había facilitado su morada a
fin de que su hermano, Gabriel GIMENEZ, guardase estupefacientes. Es
menester destacar que la acción típica de facilitar consiste en hacer
posible la ejecución de alguna de las acciones de tráfico previstas en la
ley 23.73711.
U S O O F I C IAL

El viaje que realizara la nombrada a la República del Paraguay el


día 28 de abril de 2009, en nada empece el dominio del hecho que
conservaba sobre su domicilio, ya que era ésta quien poseía el control y
cuidado del mismo, era Albina GIMENEZ quien determinaba, por
ejemplo, quien ingresaba al mismo; de allí que, vgr., otorgara a su
madre una llave para que esta pudiera, aun durante su ausencia,
ingresar al mismo.

Sin embargo, cabe establecer que el cuadro probatorio incorporado


a debate no ha permitido determinar que la nombrada haya intervenido
dentro de la estructura organizacional que lideraba Gabriel GIMENEZ, y
que estaba integrada, entros otros, por el imputado Julio SOSA, sino que
ésta se ha limitado a facilitar su domicilio a fin de que se guardase
estupefacientes mientras se encontraba de viaje.

A su turno, el lugar en que se encontraba la droga (bajo la cama de


su casa), las degrabaciones de las escuchas telefónicas y el testimonio
de SCHONINGER, nos permiten concluir que la imputada sabía que
facilitaba su casa a su hermano a fin de que este realizase una conducta
de tráfico ilícito reprimida por la norma, y querían desplegar tal
actividad final, por tanto, entendemos que la nombrada ha conformado
el aspecto subjetivo de la figura (dolo).-

11
CORNEJO, Abel. Estupefacientes. Rubinzal-Culzoni, Santa Fe, 2003. P.141 y stes.
Por otra parte, cabe establecer que, en la emergencia, los
imputados “tomaban parte en la ejecución del hecho”, ya que Gabriel
GIMENEZ lideraba la organización delictiva, SOSA transportaba una
gran cantidad de estupefacientes conforme al plan que habían delineado
el primero de los nombrado, y Albina B. GIMENEZ facilitaba su morada
a fin de que su hermano guardase allí la partes de estupefaciente que
no habían podido llevar en el automóvil, y cumplían todos los
nombrados, de este modo, con la co-autoría establecida en la norma
sustantiva (art.45 CP).

Aquí, es menester recordar que en los casos como el sometido a


estudio, donde la organización es de escasa complejidad, puede suceder
que entre el organizador y el ejecutor material exista un conocimiento
mutuo que nos permita defender la idea de la coautoría en tanto pueda
hablarse de un plan común y de un acuerdo previo mutuo 12.

Asimismo debemos establecer que la agravante solicitada por la


señora Fiscal –art. 11, inc. c) de la Ley 23.737, se torna de aplicación al
caso que se juzga respecto los imputados Gabriel GIMENEZ y Julio
SOSA, toda vez que en el hecho endilgado intervinieron tres personas
organizadas para cometer el delito. Ello así, en tanto y en cuanto para
que opere la agravante prevista en la norma especificada no resulta
necesaria una organización a manera de aquella prevista y reprimida en
forma autónoma por la ley sustantiva en el art. 210 del Código Penal,
sino una mínima organización o coordinación de conductas tendientes a
realizar cualquiera de los comportamientos previstos en la Ley 23.737,
bastando la exigencia objetiva de la intervención de tres o más personas
organizadas para cometerlo. En este sentido se ha expresado la
jurisprudencia sosteniendo que “La naturaleza de esta figura agravante
exige la sola concurrencia de cuanto menos tres sujetos” 13.-

Esta concurrencia objetiva de pluralidad de partícipes durante los


eventos se logra advertir a partir del plexo probatorio reseñado
oportunamente (Informes, Actas, degrabaciones y testimoniales
valoradas durante la segunda cuestión) que dan cuenta de la
intervención de una persona de apodo “LUCAS” durante la búsqueda del
estupefaciente en Paraguay y el acarreo de los bultos, y de otras
12
Ibídem. Pág.358
13
Voto del Dr. Casanovas. CNCP, sala III, Registro 71.96, "Romero, Ramón A. s/recurso de casación", 14-03-
1996, Causa 607.-
Poder Judicial de la Nación

personas que, por ejemplo, coordinaban con GIMENEZ su regreso a


Ituzaingó, éstos últimos quienes debían quitar los estupefacientes que
se encontraban en la casa de la hermana de GIMENEZ.

Asimismo, como vimos, de la degrabación lograda del CD Nº05,


comunicación Nº4, entablada el día fecha 28 de abril de 2009, del
diálogo mantenido en Gabriel GIMENEZ que coordinaba el traslado con
Julio SOSA, este último explicándole que iba a realizar el traslado en un
Renault Megane II ya que su camioneta estaba en malas condiciones, se
colige que existía otro integrante que habría participado junto a SOSA
en el acarreo de los bultos el día del evento ilícito.
U S O O F I C IAL
Debe precisarse que la esencia del agravante radica en que, la
concurrencia de varias personas en la comisión del hecho, permite un
grado de mayor eficacia en la concreción y consumación de los objetivos
delictivos, así como una mayor amenaza al bien jurídico tutelado. Por
tales razones se ha dicho que “En la agravante del art. 11 inc. c) de la
ley 23.737, el legislador no tuvo en cuenta la existencia de una
estructura delictiva organizada a la manera de la asociación ilícita. Tan
sólo quiso aumentar la pena en aquellos casos en que el número de
personas permite una mayor eficacia delictiva” 14.

Que, a fin de graduar la pena correspondiente a los imputados


debemos atenernos, estrictamente, al injusto cometido y al grado de
culpabilidad de los imputados, teniendo en consideración la impresión
causada durante la audiencia, las edades y medios de vida, su
comportamiento al momento de la comisión de los hechos y su actitud
posterior a los mismos, la naturaleza del ilícito, el peligro para la salud
pública y la cantidad de sustancia secuestrada, los medios empleados, el
lugar en que desarrollaron su conducta, y el grado de alarma social
generada por su comportamiento (arts. 40 y 41 del Código Penal).

Sobre esta base debemos establecer que, la gran cantidad de


estupefacientes transportados (más de 185kg de “marihuana” que se
encontraban en la casa de Albina Giménez y más de 212 Kg. de la
misma sustancia que fueron transportados en el Renault Megane II) y el
total de dosis umbrales que podrían obtenerse (más de dos millones y
medio); así como las condiciones de tiempo, lugar y modo en que se
desarrollara la conducta de los inculpados (durante la noche; en diversos
vehículos; mediando coordinación previa; así como las demás
circunstancias antes relatadas), nos permiten el grado de reproche penal
que, oportunamente, señalaremos.

14
Antonio Pacilio. Carlos A. Nogueira. Expte Nº1780/III. “Leguiza, Liliana Noemí; y otros s/Inf. ley 23.737”,
del 5/02/01, T. 22 , P. 11/16, Cámara Federal de Apelaciones La Plata. Sala Tercera.-
Poder Judicial de la Nación

Por su parte, las condiciones personales de los imputados, el grado


de instrucción que poseían y sus condiciones familiares, no nos permiten
evidenciar motivo suficiente para presumir algún justificativo que
redunde en un menor reproche penal, ya que, aquellas, les muestran
como perfectamente preparados para adecuar sus conductas a normas
naturales y básicas de convivencia, y les debería ofrecer una mayor
conciencia de antijuridicidad. Es que, tal como surge de los informes
médicos y socio-ambientales realizados en la causa, los imputados
habían traspasado la mayoría de edad, estaban debidamente instruidos,
se encontraban plenamente lúcidos, podían comprender la criminalidad
de sus actos, y habían sido socializados conforme nuestras costumbres.
Tampoco atravesaban una condición de miseria que le impidiera ganarse
el sustento propio con el esfuerzo de un trabajo lícito, lo que indica la
inexistencia de estímulos externos que pudiera justificar su actividad
contra legem, siendo su ámbito de autodeterminación para motivarse en
U S O O F I C IAL

la norma absolutamente amplio.

Bajo estas preceptivas, compartiendo parcialmente la solicitud


Fiscal de imposición de pena, entendemos ajustado a derecho condenar:
al señor Gabriel Antonio Giménez (alias chipa), a la pena de doce
(12) años de prisión; a Julio César Sosa, a la pena de seis (06) años
de prisión; y, finalmente, a Albina Beatriz Giménez, a la pena de tres
(03) años de prisión, y cuya ejecución deberá dejarse en suspenso
sujeto a las condiciones que estableceremos.
Igualmente debemos imponer a los señores nombrados el mínimo
de la multa, accesorias legales y costas.
Cabe establecer que el reproche que hemos formulado constituye
el mínimo legal previsto en los tipos penales (con el agravante
respectivo, en su caso) bajo los que hemos subsumido la conducta
materializada por los nombrados (art.5, 7, 10 y 11 inc.”c” de la ley
23737).

Que, en conclusión proponemos adoptar decisión condenatoria en


los siguientes términos:
- CONDENAR a Gabriel Antonio Giménez (alias chipa) DNI Nº
27568299, ya filiado en autos, a la pena de doce (12) años de prisión
como autor penalmente responsable del delito previsto en el art. 7 en
función del art. 5 inc. c) en la modalidad de transporte, en su carácter
de organizador; agravado por el número de personas, art. 11 inc. c);
todos de la Ley 23737 y multa de pesos mil ciento veinticinco
($1.125,00), la que deberá hacerse efectiva en el término de treinta
(30) días de quedar firme la presente (arts. 12, 40 y 41 del CP), más
accesorias legales (arts. 530, 531 y 533 del CP);

- CONDENAR a Julio César Sosa DNI Nº 28181915, ya filiado en


autos, a la pena de seis (6) años de prisión como autor penalmente
responsable del delito previsto y reprimido por el art. 5 inc. c) en su
modalidad de transporte, agravado por el número de personas art. 11
inc. c), todos de la Ley 23737 y multa de pesos doscientos veinticinco
($225,00) más accesorias legales.

- CONDENAR a Albina Beatriz Giménez DNI Nº 28589857, ya


filiada en autos, a la pena de tres (3) años de prisión por el delito
previsto y reprimido por el art. 10 de la Ley 23737 y a la multa de pesos
de ciento doce con cincuenta ($112,050) en carácter de facilitadora,
dejándose en suspenso la ejecución de la pena, bajo las siguientes
condiciones que deberá cumplir: a) fijar residencia y someterse al
cuidado del Patronato de Liberados del Nordeste “Jorge H. Frías”; b)
abstenerse de usar estupefacientes y de abusar de bebidas alcohólicas
(arts. 26 y 27), con costas (arts. 40 y 41 del CP y arts. 530, 531, 533
del CPPN)

Como disposiciones complementarias corresponderá:

- HACER LUGAR a la petición del Ministerio Público Fiscal respecto


al pedido de falso testimonio del testigo Gabriel Ríos.

Ello porque, si bien el relato brindado por el testigo ha sido veraz al


dar cuenta de las diversas circunstancias que rodearon al abandono del
automóvil en su domicilio, al hecho de que tenía el vidrio roto, a la
presencia del personal prevencional durante aquella noche, entre otros
datos que figuran en su deposición que resultan concordantes con las
demás pruebas producidas (testimonios y actas), lo cierto es que el
testigo ha afirmado varias falsedades al deponer, tales como: que no
sabía quien había dejado el vehículo en su domicilio y que tampoco
había dicho a los preventores que el automóvil había sido abandonado
por su primo SOSA, para luego expresar que efectivamente había dicho
a los preventores, delante de los testigos de actuación (Marcelo
Poder Judicial de la Nación

Rodríguez y Alejandra Acuña), que el rodado había sido dejado por su


primo, pero intentándose justificar, en esta última oportunidad, debido a
la presión que ejercían los efectivos de Gendarmería Nacional.

Por su parte, resultan igualmente inverosímiles los dichos del


testigo respecto al pedido de que mintiese que los efectivos de
Gendarmería le habrían realizado, o el supuesto llamado le habrían
obligado a efectuar a Julio SOSA durante aquella noche, así como su
traslado a la casa de este último a fin de que el testigo viese si SOSA
estaba allí. Parece más lógico pensar que, si los efectivos policiales
querían aprehender a SOSA, en lugar de compeler al testigo, habrían
solicitado una orden de allanamiento al magistrado de instrucción.

En consecuencia, se deberán testimoniar el Informe de fs.1/5, el


Acta Circunstanciada de Procedimiento de fs.31/37, la Actas de Debate,
así como el presente fallo, las que, previa certificación por Secretaría,
U S O O F I C IAL

deberán ser remitidas al Sr. Juez Federal de Primera Instancia a fin de


que investigue la posible comisión del delito de Falso testimonio
(art.275 CP) de Gabriel Ríos DNI Nº 32.328.075.

- TESTIMONIAR la totalidad de las actuaciones labradas en la


presente causa y remitir al Sr. Juez Federal competente a fin de que
proceda a investigar, con intervención del Ministerio Público Fiscal, la
presunta participación de Ramón Antonio Piris, Lucas César Rodríguez y
Horacio Arnaldo Oporto en el evento delictivo; ya que ha quedado
acreditado en la presente que, presumiblemente, los nombrados
habrían participado en el tráfico ilícito que venían efectuando los
imputados.

Ello porque de la desgrabación de las escuchas telefónicas obrantes


en la causa se puede establecer la intervención de un apodado “LUCAS”
durante la búsqueda del estupefaciente en la República del Paraguay,
quien el día del hecho habría buscado a Gabriel GIMENEZ en un
vehículo. Asimismo, del testimonio de SCHONINGER, se pudo
establecer que los señores Lucas César Rodríguez y Horacio Arnaldo
Oporto venían a bordo del Chevrolet Asta y que se habría comunicado
con los otros vehículos (con Sosa o Giménez), no obstante que –como
relató el testigo- no se procediera a la detención de los nombrados por
instrucción del Juez Federal.
Por su parte, no será indicio menor el dato que tenían los efectivos
prevencionales que, ya al redactar sus primeros informes, daban cuenta
de la intervención de un Chevrolet Astra, y de que otro individuo que se
movería con Gabriel GIMENEZ sería un integrante de Prefectura de
nombre LUCAS (presumiblemente, Lucas César Rodríguez) quien elegiría
los puertos para que saque la mercadería (cfr. Informe de fs.1/5).

Finalmente, como señala el informe de fs.20/23, ni bien el VW FOX


de GIMENEZ traspuso la localidad de Villa Olivari efectuó un llamado
telefónico indicando a sus compañeros que la ruta estaba libre, e
inmediatamente salieron de la localidad de Ituzaingó, en el mismo
sentido del FOX, los vehículos Renault Megane II (en el que viajaba
SOSA) y el Chevrolet Astra (en el que venían Lucas César Rodríguez y
Horacio Arnaldo Oporto).

Por su parte, se advierte que el Renault Megane II utilizado como


medio delictivo pertenecía a Ramón Antonio Piris, automóvil del que, por
otra parte, ya se tenía certeza de que sería facilitado a Julio SOSA a fin
de efectuar el traslado, y cuyo propietario acompañaría al nombrado.
Hemos dicho al analizar la conversación lograda del CD Nº05,
comunicación Nº4, que fuera entablada el día fecha 28 de abril de 2009,
es decir, un día antes del evento que fuera materia de juzgamiento, que
Gabriel GIMENEZ coordinaba el traslado con Julio SOSA, y este último le
explicaba que iba a realizar el traslado en un Renault Megane II de una
persona de su confianza, quien participaría junto a él en el acarreo, ya
que su camioneta estaba en malas condiciones; aún cuando ello
significase ganar menos dinero.

Por tanto, las pruebas colectadas dan cuenta de un cuadro


indiciario que permite establecer la participación de Ramón Antonio
Piris, Lucas César Rodríguez y Horacio Arnaldo Oporto en el evento
delictivo, cuya responsabilidad penal deberá ser determinada por el
magistrado instructor.

- ORDENAR EL COMISO, una vez firme este pronunciamiento, de


los automóviles: marca “Renault”, modelo “Megane II”, dominio
alfanumérco colocado “GHA041” (art. 30 de la Ley 23737), marca
“VolskWagen” modelo “Fox 1.6 Sports Line” dominio alfanumérico
colocado “GTC623”; y los teléfonos: un (01) celular con batería “LG”
Poder Judicial de la Nación

IMEI Nº 359670-49008-3, un (01) celular marca “Samsung” IMEI Nº


354642/02/110635/7, un (01) celular marca “Motorola Nextel” IMEI Nº
600072659740, UN (01) CELULAR MARCA “Motorola Nextel” IMEI Nº
000600085970740, un (01) celular marca “Motorola Nextel” IMEI Nº
600069578740, un (01) celular marca “Motorola Nextel” IMEI Nº
000600132380590, un (01) celular marca “Sony Ericsson” IMEI Nº
35384709-2882-59-302, un (01) celular marca “Motorola” IMEI Nº 3589
1100 1181 755, un (01) celular marca “Sony Ericsson” IC Nº 4170B-
A1035051, un (01) celular marca “Motorola” IMEI Nº 35407200
1404822, un (01) celular marca Motorola IMEI 010678000563297, un
celular marca “Samsung” IMEI Nº 357753/00/158970/7, un (01) celular
marca “LG” IMEI Nº 012147007425114; ya que, según pudimos
establecer a lo largo de presente voto, ellos fueron utilizados como
medios delictivos.
U S O O F I C IAL

Oportunamente, los mismos deberán ponerse a disposición de la


“Comisión Mixta de Registro, Administración y Disposición–Ley 23.737”,
(art. 39 de la Ley 23.737, Decreto 1148/91, su Anexo I, convalidado por
la Ley 24.061).

- RESERVAR EN SECRETARIA los demás objetos secuestrados así


como las muestras de estupefacientes incautadas;

- REVOCAR la excarcelación concedida en su oportunidad al


imputado Gabriel Antonio Giménez, disponiéndose su detención y
alojamiento en la Unidad Penitenciaria Federal (U7), en virtud de que
existen nuevas circunstancias que hacen aconsejable la imposición de la
medida coactiva (art.333 in fine).

Ello porque el peligro de fuga aparece presumible en la presente


luego del alto reproche penal que se le formulara en la presente causa.
En este sentido cabe tener presente que, en virtud del art.366 in fine,
los magistrados poseen la facultad de ordenar la detención del imputado
a fin de asegurar la realización del juicio, último éste que conserva,
como acto fundamental, el dictado de la sentencia y su efectivo
cumplimiento.

Por su parte, se advierte que el nombrado, en su carácter de


organizador de tráfico de sustancia toxica, podría entorpecer el curso de
las investigaciones que, a fin de establecer la responsabilidad penal de
los señores de Ramón Antonio Piris, Lucas César Rodríguez y Horacio
Arnaldo Oporto, deberá realizar el Juez Federal (Art.280 del CPPN).

Finalmente, debemos remarcar que no corresponderá conceder la


libertad provisoria que fuera solicitada por el asistente técnico a favor de
Julio SOSA, ya que, el peligro de fuga aparece presumible en la presente
luego de que el imputado se haya profugado de la justicia por más de un
año (art.319 CPPN). Asimismo, cabe tener presente el alto reproche
penal que se le formulara en la presente causa, que se constituye como
un elemento objetivo para evaluar la posible elusión de la justicia. Por lo
expuesto, resulta necesario mantener el encierro preventivo del
imputado a fin de asegurar la aplicación de la pena señalada en la
presente.

Por todo lo expuesto concluimos afirmando que se ha acreditado la


responsabilidad penal de los acusados en la comisión del delito por el
que fueran acusados; y en consecuencia propiciamos emitir sentencia
condenatoria en la forma señalada precedentemente.ASI VOTO.-

A la misma cuestión, el doctor FERMIN AMADO CEROLENI


dijo: Que adhiere. ASÍ VOTÓ.-
A la misma cuestión, la doctora LUCRECIA M. ROJAS de
BADARÓ dijo: Que adhiere. ASÍ VOTÓ.-

A la CUARTA CUESTIÓN, el doctor VÍCTOR ANTONIO


ALONSO dijo:
Que con relación a las costas del juicio corresponde su imposición,
sin perjuicio de la solidaridad establecida por ley civil, en forma
proporcional a los imputados Gabriel Antonio GIMENEZ, Julio SOSA y
Albina Beatriz GIMEMEZ, conforme lo disponen los artículos 530, 531,
535 y concordantes del C.P.P.N., por el principio general que rige en la
materia y al no existir mérito para su eximición.-

Que, corresponderá regular los honorarios profesionales del


Ricardo Ariel Osuna, en la suma de pesos cinco mil ($ 5,000,00), por la
defensa de Gabriel Antonio Giménez y Albina Beatriz Giménez y de
Omar Antonio Serial por la suma de pesos un mil trescientos
($1,300,00) por la defensa de Julio César Sosa, por la labor desplegada
en esta etapa, de conformidad con las pautas establecidas en los arts.
530, 533, y 534 del CPPN y de la Ley 24.432. ASI VOTO.-
Poder Judicial de la Nación

A la misma cuestión, el doctor FERMIN AMADO CEROLENI


dijo: Que adhiere. ASÍ VOTÓ.-
A la misma cuestión, la doctora LUCRECIA M. ROJAS de
BADARÓ dijo: Que adhiere. ASÍ VOTÓ.-
Con lo que no siendo para más, se dio por finalizado el presente
acuerdo, y previa íntegra lectura y ratificación, suscriben los señores
magistrados, todo por ante mí, Secretario Autorizante, de lo que doy fe.-
U S O O F I C IAL
Nº 02 SENTENCIA

Corrientes, 17 de febrero de 2012.-

Y VISTOS: Por los fundamentos que instruye el Acuerdo


precedente; SE RESUELVE: 1º) RECHAZAR las nulidades planteadas
por la defensa de los imputados en virtud de los fundamentos
expresados en los considerandos precedentes; 2º) CONDENAR a
Gabriel Antonio Giménez (alias chipa) DNI Nº 27568299, ya filiado en
autos, a la pena de doce (12) años de prisión como autor penalmente
responsable del delito previsto en el art. 7 en función del art. 5 inc. c)
en la modalidad de transporte, en su carácter de organizador; agravado
por el número de personas, art. 11 inc. c); todos de la Ley 23737 y
multa de pesos mil ciento veinticinco ($1.125,00), la que deberá
hacerse efectiva en el término de treinta (30) días de quedar firme la
presente (arts. 12, 40 y 41 del CP), con accesorias legales y costas
(arts. 530, 531 y 533 del CP); 3º) CONDENAR a Julio César Sosa DNI
Nº 28181915, ya filiado en autos, a la pena de seis (6) años de prisión
como autor penalmente responsable del delito previsto y reprimido por
el art. 5 inc. c) en su modalidad de transporte, agravado por el número
de personas art. 11 inc. c), todos de la Ley 23737 y multa de pesos
doscientos veinticinco ($225,00) mas accesorias legales y costas; 4º)
CONDENAR a Albina Beatriz Giménez DNI Nº 28589857, ya filiada en
autos, a la pena de tres (3) años de prisión por el delito previsto y
reprimido por el art. 10 de la Ley 23737 y a la multa de pesos de ciento
doce con cincuenta ($112,050) en carácter de facilitadora, dejándose en
suspenso la ejecución de la pena, bajo las siguientes condiciones que
deberá cumplir: a) fijar residencia y someterse al cuidado del Patronato
de Liberados del Nordeste “Jorge H. Frías”; b) abstenerse de usar
estupefacientes y de abusar de bebidas alcohólicas (arts. 26 y 27), con
costas (arts. 40 y 41 del CP y arts. 530, 531, 533 del CPPN); 5º)
HACER LUGAR a la petición del Ministerio Público Fiscal, respecto del
testigo Gabriel Ríos y en consecuencia testimoniar las piezas solicitadas
y señaladas en los considerandos precedentes y remitirlas al Sr. Juez
Federal de Primera Instancia; 6º) TESTIMONIAR las piezas señaladas
en los considerandos precedentes y remitir al Sr. Juez Federal
competente a fin de que proceda a investigar con intervención del
Poder Judicial de la Nación

Ministerio Público Fiscal, la presunta participación de Ramón Antonio


Piris, Lucas César Rodríguez y Horacio Arnaldo Oporto; 7°)
DECOMISAR los automóviles: marca “Renault”, modelo “Megane II”,
dominio alfanumérco colocado “GHA041” (art. 30 de la Ley 23737),
marca “VolskWagen” modelo “Fox 1.6 Sports Line” dominio alfanumérico
colocado “GTC623”; y los teléfonos: un (01) celular con batería “LG”
IMEI Nº 359670-49008-3, un (01) celular marca “Samsung” IMEI Nº
354642/02/110635/7, un (01) celular marca “Motorola Nextel” IMEI Nº
600072659740, UN (01) CELULAR MARCA “Motorola Nextel” IMEI Nº
000600085970740, un (01) celular marca “Motorola Nextel” IMEI Nº
600069578740, un (01) celular marca “Motorola Nextel” IMEI Nº
000600132380590, un (01) celular marca “Sony Ericsson” IMEI Nº
35384709-2882-59-302, un (01) celular marca “Motorola” IMEI Nº 3589
1100 1181 755, un (01) celular marca “Sony Ericsson” IC Nº 4170B-
U S O O F I C IAL

A1035051, un (01) celular marca “Motorola” IMEI Nº 35407200


1404822, un (01) celular marca Motorola IMEI 010678000563297, un
celular marca “Samsung” IMEI Nº 357753/00/158970/7, un (01) celular
marca “LG” IMEI Nº 012147007425114; 8º) RESERVAR EN
SECRETARIA los demás objetos secuestrados así como las muestras de
estupefacientes incautadas; 9°) REGULAR los honorarios profesionales
del doctor Ricardo Ariel Osuna, en la suma de pesos cinco mil ($
5,000,00), por la defensa de Gabriel Antonio Gímenez y Albina Beatriz
Giménez y de Omar Antonio Serial por la suma de pesos un mil
trescientos ($1,300,00) por la defensa de Julio César Sosa, por la labor
desplegada en esta etapa, de conformidad con las pautas establecidas
en los arts. 530, 533, y 534 del CPPN y de la Ley 24.432; 10º)
REVOCAR la excarcelación concedida en su oportunidad al imputado
Gabriel Antonio Giménez, disponiéndose su detención y alojamiento en
la Unidad Penitenciaria Federal (U7), en virtud de los considerandos
precedentes (arts. 333 in fine, 366 in fine y 280 del CPPN); 11º) FIJAR
la audiencia del día lunes 05 de marzo de 2012 a la hora 12,00 para la
lectura de los fundamentos de la presente sentencia, pudiéndose
hacerse extensivo al límite máximo en atención a la suspensión
extraordinaria decretada en autos (art. 400 2º párrafo de la Ley 25770);
12º) REGISTRAR, agregar el original al expediente, copia testimoniada
al Protocolo respectivo; cursar las demás comunicaciones
correspondientes; y una vez firme la presente, practicar por secretaría el
cómputo de pena correspondiente, fijando la fecha de su vencimiento
(art. 493 del CPPN) y oportunamente archivar.-

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